la nación imaginada de los latin kings mimetismo, colonialidad y transnacionalidad- cerbino

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Otras Naciones: Jóvenes, transnacionalismo y exclusión

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  • Otras Naciones:Jvenes, transnacionalismo

    y exclusin

  • Mauro Cerbino y Luis Barrios, Editores

    Otras Naciones:Jvenes, transnacionalismo

    y exclusin

  • De la presente edicin:

    FLACSO, Sede EcuadorLa Pradera E7-174 y Diego de AlmagroQuito-EcuadorTelf.: (593-2-) 323 8888Fax: (593-2) 3237960www.flacso.org.ec

    Ministerio de Cultura del EcuadorAvenida Coln y Juan Len MeraQuito-EcuadorTelf.: (593-2) 2903 763www.ministeriodecultura.gov.ec

    ISBN: 978-9978-67-153-5 Cuidado de la edicin: Mara Eugenia Paz y Mio Diseo de portada e interiores: Antonio MenaFotografa de portada: Stencil elaborado por los estudiantes de Tecnologa de la Imagen del CETOJImprenta: Crearimagen Quito, Ecuador, 20081. edicin: abril, 2008

  • ndice

    Presentacin . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 7

    Prlogo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 11Saskia Sassen

    Introduccin . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 15Luis Barrios y Mauro Cerbino

    PRIMERA PARTE: DE ESTADOS UNIDOS A ECUADORY DE ECUADOR A ESPAA

    La globalizacin de los Latin Kings:criminologa cultural y la banda transnacional . . . . . . . . . 27David C. Brotherton

    La nacin imaginada de los Latin Kings,mimetismo, colonialidad y transnacionalismo . . . . . . . . . . 41Mauro Cerbino y Ana Rodrguez

    Reinas y reyes latinos en Madrid:el principio de los principios . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 75Brbara Scandroglio y Jorge S. Lpez Martnez

  • SEGUNDA PARTE: MODELOS DE INTERVENCIN, COMPRENSIN Y ACOMPAAMIENTO

    Jvenes latinos en Barcelona:la construccin social de las bandas . . . . . . . . . . . . . . . . . . 95Noem Canelles

    Etnografa de un mundo clandestino.Vida y poltica de la calle entre losjvenes latinos en Italia . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .. 113Luca Queirolo Palmas

    En mi barrio hay vida: VIH/SIDA,graffiti y poder juvenil en Santo Domingo . . . . . . . . . . . . 133E. Antonio de Moya, Luis Barrios,Lino Castro, Vctor Pea, Luis Alberto Jimnez

    Los hijos e hijas de Mam Ting:Culturas juveniles y violencia, en un proyectollamado Palenque . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 165Luis Barrios

    La nacin en smbolos e imgenes . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 199Mara Rosa Jijn

    Bibliografa general . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 233

    Los autores . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 249

  • Privada de la visibilidad no mediada del historicismo, la nacin pasa de serel smbolo de la modernidad para volverse el sntoma de una etnografa de

    lo contemporneo dentro de la cultura moderna.(Homi K. Bhabha)

    No hay ley para los excluidos. La condicin del ser excluido consiste en la ausencia de ley aplicable a l.

    (Zygmunt Bauman)

    En 1997 por primera vez omos hablar de los Latin Kings, durante unainvestigacin sobre culturas juveniles en Guayaquil1. Algunos jvenesinformantes de sectores marginales contaban sobre la existencia de unaorganizacin juvenil llamada la nacin de los Latin Kings. La diferen-ciaban de las simples pandillas juveniles porque decan que se trataba deuna organizacin muy numerosa, de algunos miles, afirmaban. Dabanversiones discordantes en cuanto a la naturaleza y a los propsitos de laorganizacin. Haba quienes decan que era una especie de confraternidadde mutuo socorro, y otros, que era una organizacin que haba absorbidoa varias decenas de pandillas rescatndolas de la difcil vida de la calle.

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    La nacin imaginada de los Latin Kings,mimetismo, colonialidady transnacionalismo

    Mauro CerbinoAna Rodrguez

    1 Junto con Carlos Tutivn y Cindy Chiriboga, investigadores de la Universidad Casa Grande deGuayaquil. Los resultados de esa investigacin estn contenidos en el libro Culturas juveniles,cuerpo, msica, socializad y gnero, editado por el Convenio Andrs Bello y Abya-Yala en 2001.

  • Sea cual fuere la versin, la existencia de los reyes latinos estabaenvuelta en una atmsfera mtica que es probablemente una de las condi-ciones que ms han explotado los medios de comunicacin para represen-tarlos con un sesgo espectacular. Se empezaron a atribuir a los Latin Kingsalgunos hechos violentos ocurridos por aquellos aos en Quito y Gua-yaquil. Particularmente, en esta ltima ciudad, una serie de homicidiosperpetrados a taxistas desat una primera importante ola de especulacio-nes sobre los propsitos violentos de la pandilla de los Latin Kings, quede este modo vena proyectada como una organizacin juvenil de tipo cri-minal. Es importante anotar que uno de los responsables de aquellos ase-sinatos, y que guarda prisin en la Penitenciaria del Litoral de Guayaquil,slo al estar all se convirti en un rey2, decisin que responde, como enla mayora de los casos que hemos podido comprobar por medio de laetnografa realizada3, a la bsqueda de proteccin y a garantizarse un rela-tivo respeto que, como se sabe, son condiciones primordiales para podersobrevivir al interior de la crcel.

    En aquellos aos empieza a ponerse de actualidad en el pas el asunto delpandillerismo juvenil. Los jvenes de sectores populares de las grandes ciu-dades ecuatorianas hacen noticia y adquieren visibilidad por medio de losreportajes mediticos que cubren hechos de crnica roja, agresiones y vio-lencias urbanas a ellos atribuidas; en algunos casos se llega a hablar inclusode enfrentamientos de guerrilla urbana, como por ejemplo, en la afirmacinde este titular de diario El Comercio: Mapasingue, bajo fuego cruzado(refirindose a la accin pandilleril en un barrio perifrico de Guayaquil).

    La nacin tena por entonces ya cinco aos de existencia. En 1992, losprimeros pasos para plantar bandera, que es la expresin utilizada porlos hermanitos (as se definen entre los miembros de la nacin), se hab-an dado en el sur de Quito, en el parque de la primero de mayo. Hastahoy es visible, en una pared de la zona y frente a una escalera, en letrasenormes, el nombre de Latin Kings, el cual fue inaugurado en el Ecuador

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    2 Posicin jerrquica dentro de la estructura de la nacin, que se alcanza con una coronacin luegode un periodo de prueba.

    3 Hasta el momento se han realizado ms de setenta entrevistas a profundidad, en su mayora amiembros activos y no de la nacin, distribuidos en Quito, Guayaquil y Madrid, y tambinobservaciones participantes (en universales, generales, simples reuniones en la calle o lugarespblicos) realizadas adems de las ciudades mencionadas en Murcia y Barcelona.

  • por un joven ecuatoriano de Brooklyn con chapa de King Juice, hijo deecuatorianos emigrados a Estados Unidos. l traa adems, el conoci-miento necesario para comenzar a reproducir la nacin, a pesar de que noera todava rey, sino una fase4. Este conocimiento est contenido en elconjunto de textos escritos y otras elaboraciones (lo que se conoce comola literatura o la biblia LK), producidos en un primer momento poremigrantes latinos (sobre todo puertorriqueos, cubanos y mexicanos)hacia los Estados Unidos y en particular hacia Chicago, a partir de ladcada de los aos cuarenta, y que han sido sucesivamente actualizadospor miembros de la nacin de Nueva York y otras ciudades de distintoscontinentes, adems obviamente de Quito y Guayaquil en Ecuador(Brotherton y Barrios 2004; Feixa et al. 2006; Cannarella, Lagomarsino,Queirolo Palmas 2007).

    Como profundizaremos ms adelante, la existencia de este conjunto detextos y las posteriores actualizaciones, son algunos de los elementos quecontribuyen no solo a diferenciar a la nacin respecto de otras agrupacionesde corte pandilleril, sino que obligan tambin a pensarla como una organi-zacin sui generis entre las organizaciones juveniles hasta ahora estudiadas.

    El desafo de este artculo es poder dar cuenta del carcter peculiar dela nacin de los Latin Kings, una organizacin que ha sobrevivido ysobrevive desde hace por lo menos seis dcadas a lo largo y ancho de algu-nos continentes, a pesar de la fuerte represin policial y el estigma socialde los cuales ha sido objeto en todos los pases en donde se ha dado suexistencia hasta ahora.

    Algunas preguntas guan nuestro trabajo de anlisis y quieren apartar-se de las visiones esencializantes que tienden a naturalizar la accin juve-nil: Cules son las condiciones sociales que hacen posible la reproduc-cin y actualizacin de la nacin de los Latin Kings en contextos nacio-nales tan dismiles, como por ejemplo los de Ecuador y Espaa? Sobrequ se basa el transnacionalismo de la nacin de los Latin Kings? Y fun-damentalmente: Cul es el sentido social de la denominacin de na-cin para esta organizacin juvenil?

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    4 En la estructura jerrquica de dicha nacin, la fase es uno de los estadios previos a la corona-cin como rey.

  • Como hemos dicho, el primer momento de formacin de la nacin seda en el sur de Quito en 1992, un 11 de noviembre. Dos aos ms tarde,en 1994 y sin ninguna conexin con lo acaecido all, la nacin es funda-da por King Boy Gean en Guayaquil, en el barrio de La Garzota. Las pri-meras reuniones se desarrollan en un pequeo parque cerca de un centrocomercial llamado Garzocentro, un espacio en el que se juntan grupos ju-veniles de cultura urbana. Tienen algo en comn los dos lugares de Qui-to y Guayaquil en donde se planta bandera? Fundamentalmente son luga-res que forman parte de barrios populares. En Guayaquil estos barriosocupan indistintamente la mayora del territorio habitado de la urbe, sinun orden geopoltico; se alternan suburbios (como se los conoce aqu) yurbanizaciones de lujo, barrios de clase media y sectores comerciales e in-dustriales. En Quito, la ausencia de polticas de vivienda y de planifica-cin urbana, sumadas a la topografa de la ciudad que se configura comoun largo callejn bordeado de montaas y atravesado de quebradas, hahecho que el sur y el norte aparezcan como dos polos alejados, divididospor un centro histrico colonial que se ubica entre los dos. A diferenciadel norte hacia donde crece la ciudad desde los aos treinta, acaparandoel centralismo administrativo y la visibilidad, los barrios del sur anteszona de haciendas agrcolas y ganaderas y luego de desarrollo industrialse empezaron a construir desde los aos sesenta a travs de formas de or-ganizacin popular, de cooperativas obreras, de mecanismos desarrolladosdesde la inventiva popular, para resolver el tema de la vivienda. Poco apoco, el extremo norte y las laderas, como lmites siempre cambiantes dela ciudad, han ido apareciendo tambin como alternativas. En este senti-do, no es posible hablar en el Ecuador de la existencia de guetos, si conello nos referimos a una delimitacin espacial y sobre todo racial, talcomo se conocen, por ejemplo, en los Estados Unidos (Wacquant 2007).

    De ah que cabe preguntarse: cmo se constituye la marginalidad y laexclusin en Ecuador? Las condiciones son difusas, atraviesan espaciosfsicos y simblicos, aunque tambin se concentran en determinados lu-gares e involucran a sectores sociales que permanecen pauperizados, vul-nerados y precarizados por la constante ausencia de adecuadas polticaspblicas del Estado, capaces de sostener la redistribucin econmica y lajusticia social.

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  • En la dcada de los noventa, cuando se funda la nacin LK, hay algu-nos acontecimientos histricos que dejan percibir contradicciones quedenotan lo incoherente pero funcional de la incipiente poltica de Estadoecuatoriana: en primer lugar, el conflicto armado con el Per (1995)quegener un enorme gasto en armamentos y que no se tradujo en ningnnegocio asociado (como los seguros o la reconstruccin), pero que una alos conacionales en un proyecto comn al distinguirse de los peruanos;y luego la crisis financiera de 1998, la ms grave de la historia ecuatoria-na reciente, y que frustr los plidos intentos de configurar un proyectode Estado-nacin y ms bien entr en conflicto con el pueblo-nacin,pero sin que se produjera un enfrentamiento al extremo de negarse unoal otro. A esto se debe sumar un elemento de mayor alcance histrico, yque hace referencia a la construccin de la nacin ecuatoriana en el sen-tido dado por Anderson (1983) de comunidad imaginada.

    Entendemos que los pocos proyectos de nacin en Ecuador han cons-tituido proyectos intelectuales de cultura, como el realismo social o el in-digenismo, que han puesto a funcionar sus estrategias discursivas en loscampos de la pintura, la literatura, los medios de comunicacin o los tex-tos escolares. La construccin y sostenimiento de figuras que subsumenlas diferencias entre conacionales, esto es, figuras con una funcin agluti-nante que no reconocen la particularidad cultural de cada grupo social, seda en la medida en que dichas figuras aparecen como una forma superior,es decir que mantienen una legitimidad histrica a la hora de hablar de lanacin. Un ejemplo interesante es la figura de lo indgena ancestral, queaparece como uno de los pocos nosotros del imaginario nacional. El in-dio atemporal se construye como una imagen mtica en la cual todo ecua-toriano se puede reconocer. As entendemos por qu las polticas indige-nistas y ancestralistas siguen generando formas de identificacin, auncuando esas polticas del imaginario busquen operar sobre el pueblo-na-cin sin acompaarse de polticas de Estado que procuren el bienestar atravs de proyectos socio-econmicos y de ciudadana.

    Es interesante notar al respecto, aunque solo de paso, que una de lasafirmaciones recurrentes en las narraciones que los miembros de los LatinKings hacen sobre su nacin, es la referencia al Inca (en particular Ata-hualpa) como de un pasado que se debe rescatar si se quiere construir una

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  • nacin fuerte, compacta y no subalterna. De hecho, el captulo ecuatoria-no tiene el nombre de STAE, que significa Sagrada Tribu AtahualpaEcuador.

    Solo recientemente, a partir de la dcada de los noventa, y luego dealgunos espectaculares levantamientos que han paralizado el pas, los sec-tores indgenas han sido reconocidos como actores partcipes de la polti-ca nacional. De todos modos, se puede afirmar que, en Ecuador, los sec-tores populares nunca han sido considerados como un referente necesarioa la hora de construir la nacin. Los resultados son por un lado que dif-cilmente se puede hablar de una nacin ecuatoriana y por el otro, quelos sectores populares han sido condenados a una marginalidad poltica yeconmica y a la exclusin social y simblica. Los sectores populares enEcuador han sido vistos siempre como un puro y simple reservorio elec-toral, a los que se apela para conquistar el poder y se desecha una vez obte-nido ste.

    En sntesis, se ha venido constituyendo un gigantesco sector margi-nal y de excluidos que no se da como resultado del desmantelamiento delEstado contemporneo, de la produccin de residuos (Bauman 2006) odel fracaso de polticas pblicas de bienestar social. Lo que se observa enEcuador es un Estado ausente, que por lo tanto no ha podido sostener laconstruccin de una nacin, y un pas que no ha sido capaz de imaginaruna nacin ms all del simulacro realizado por las elites que, a su vez,han hipotecado el futuro del pas a travs de la reproduccin de privile-gios y clientelismos propios de un Estado premoderno, y de una econo-ma de enclave que beneficia solo a las burguesas. La marginalidad y laexclusin adquieren as en el Ecuador un carcter estructural, que hacevislumbrar condiciones sociales de supervivencia, y estrategias para sor-tearlas del mejor modo posible, como en el caso de las emigraciones:alrededor de un milln de ecuatorianos han emigrado a Espaa en losltimos diez aos.

    Es en un contexto de esta naturaleza, donde hay que ir ubicando lareproduccin y actualizacin de la nacin de los Latin Kings en Ecuador.La nacin es no tanto un sntoma de las fallas de la nacin moderna, sinosobre todo un sntoma de la ausencia de un Estado, pues ste se ha mos-trado incapaz de construir referentes para la juventud de los sectores

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  • populares. Una parte de esta juventud, desprovista de oportunidades yrecursos necesarios para la movilidad y el ascenso social, ha terminado porinventarse su propia nacin. Este es el signo ms evidente de que la otrano ha funcionado, no ha garantizado ni la existencia ni la proteccinsocial. La inexistencia de polticas pblicas de juventud refuerza lo con-tradictorio y ausente del Estado ecuatoriano: se trata del sector poblacio-nal ms numeroso (ms del 60% de ecuatorianos tienen menos de 20aos). Los jvenes se ven obligados a encontrar mecanismos de reproduc-cin al margen de un Estado de derecho inexistente en la prctica, aun-que proclamado en el papel. As, se puede decir que, en general, la juven-tud en Ecuador vive al margen, dado que deviene en sujeto sin derechos.Al mismo tiempo, hay grupos juveniles que han logrado ejercer una cier-ta presin hacia las instituciones polticas para que sus demandas y nece-sidades sean escuchadas. Es el caso de organizaciones o movimientos juve-niles adscritos al mbito de lo que denominamos como culturas juveni-les, las cuales han asomado con fuerza en los ltimos aos en el escena-rio pblico, como por ejemplo los grupos de rock o los antifascistas.

    Los miembros de la nacin LK, en cambio, han actuado en la clandes-tinidad, en un espacio intersticial del y en el margen, construyendodesde ah un modo de ejercicio ciudadano que no se ampara en los dere-chos formales ni en el reconocimiento de una actuacin poltica clara-mente constituida. De algn modo se podra decir, con Agamben (1996),que en Ecuador, y en asombrosa similitud con lo que sucede en pases re-ceptores de los jvenes emigrantes, el Estado-nacin ha creado en su inte-rior una especie de refugiados los jvenes de sectores populares aqu ylos jvenes latinos en los pases de destino como sujetos cuya condi-cin es la de ser desprovistos de los derechos formales que se reservan alos ciudadanos. Los refugiados de all y de aqu son vidas desnudas, per-sonas que el Estado-nacin de ninguno de los dos sitios, logra represen-tar a su interior y que por lo tanto expulsa hacia un margen. Y dado que,como afirma Bauman (2006), para los excluidos no hay ley aplicable,stos se crean un refugio en una organizacin paralela (la nacin LK),que s esta dotada de leyes que construyen un orden simblico para laconvivencia. Se trata de este modo de la configuracin de una nacin (laLK) dentro y en el margen de otra (la ecuatoriana), la cual ni siquiera

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  • toma en serio su existencia, pues la tilda de pandilla y trata de reprimir-la como si fuera una organizacin criminal.

    Podemos decir que la de los Latin Kings se configura como una nacinque al igual que cualquier otra es una comunidad imaginada porquerene las condiciones por las cuales, segn Anderson (1983:23), en lamente de cada uno de sus miembros vive la imagen de su comunin noobstante desconozcan directamente a la mayora de los otros integrantes5.Existe entre los integrantes de los LK un imaginario colectivo en la medi-da en que se ha ido construyendo un colectivo imaginado, el cual adquie-re un valor de reconocimiento incluso en el plano transnacional.

    La existencia de cdigos lingsticos (y retricos) junto con los espec-ficos contenidos y saberes relacionados tanto con la literatura escrita co-mo con las vivencias y experiencias que cada miembro ha tenido en la na-cin, conforman las destrezas de comunicarse y entenderse mutuamenteentre reyes o hermanitos. Se tratara de una especie de comn hbitat designificado, para utilizar la expresin de Hannerz (2001). Estas destre-zas representan un importantsimo capital que hace posible el reconoci-miento mutuo entre miembros que no se conocen personalmente; inclu-so permiten establecer vnculos de prestigio o jerrquicos.

    La nacin de los LK representa todo lo que pudo haber sido un pas yno lo fue. En realidad es el nico pas posible para sujetos que nuncahan sido incluidos en un pas. Es todo lo que es necesario imaginar, consus reglas de convivencia (la estructura organizativa), los colores (emble-mas) que se respetan porque significan y dan sentido a la pertenencia y ala accin. Las reglas y los emblemas reproducen tal vez una retrica im-puesta como en la mayora de proyectos nacionales de los pases latinoa-mericanos, que en este caso sin embargo es significativa solo en la medi-da que esconde los intereses de las elites y de la cultura dominante que laimpusieron en funcin de sus propios beneficios. La diferencia reside enque los ingredientes constitutivos de la nacin, que plasman la existenciade quienes en ella se reconocen con fervor, representan un conjunto deelementos partisanos. Ellos, por un lado tienen la fuerza de mostrar las

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    5 El nmero de integrantes de los LK puede llegar a ser de varios miles en cada territorio en el queestn presentes y que se reportan en captulos, sin que necesariamente se conozcan o se hayanvisto todos alguna vez.

  • fallas y las contradicciones de aquel sistema que no supo (o no quiso)crear las condiciones para hacer factible lo que en parte prometa; esto esla justicia social, un Estado de derecho y la equidad econmica. Por otrolado, hablan de una forma de resistencia a los intentos (escasos sin duda)de integrarlos a como d lugar.

    La nacin LK, por medio de sus mitos fundacionales, hace posible sureproduccin a travs de lo que sus miembros definen como plantar ban-dera. Se trata de una accin simblica que dice mucho no solo de la fuer-za identitaria intrnseca a la nacin, sino que representa una especie desntoma que se activa cada vez y en todos los lugares donde cualquier otrabandera reconocida por la sociedad de naciones no puede o no quiereofrecer a los jvenes latinos (y no slo), un lugar donde sea posible la vida,donde se den las condiciones para que puedan sentirse ciudadanos y habi-tar espacios y territorios en los que no sean predominantes las miradasque nieguen, aminoren o destruyan las ms preciadas condiciones huma-nas como el reconocimiento y el respeto social.

    La nacin es un cuerpo cuyos miembros se expanden por todos loslugares donde, de algn modo, se hace necesaria su presencia. Ah, don-de grupos de jvenes viven una condicin de desamparo, de extraeza yde discriminacin, logra crear un escenario en el cual la pertenencia a ellasupera lo formal observable en el caso de un Estado, y se inscribe msall de la adquisicin de partidas de nacimiento o cdulas de identidad;est en el la piel de sus miembros, quienes con tatuajes expresan marcas yhuellas profundas de aquella pertenencia y de las experiencias que ah sedan. Se trata de una pertenencia de hecho y no de derecho pues es posi-ble en la medida en que los miembros se circunscriben a una dimensincotidiana dentro de un mundo sensible y de afectos, que los hace mutua-mente reconocibles. Por ello, la nacin no propone una membresa deciudadanos sino de personas. Esto quiere decir que la pertenencia no es apartir de una condicin abstracta que excluye todos los rasgos particula-res que hacen la existencia del sujeto; por el contrario, reconoce una iden-tidad cuyos rasgos son ms inmediatos, como la condicin racial delmestizaje, la marginalidad social o los problemas familiares.

    La pertenencia, por lo tanto, se da siempre por una falla que ningu-na retrica de Estado puede hacer desaparecer o neutralizar. Esta falla tie-

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  • ne varios nombres: marginacin, exclusin o expulsin, inequidad o in-justicia; se produce en el corazn mismo del orden social supuestamentenormalizador de los estados modernos, y es consecuencia de un modo ra-cista y desigual, sostenido sistemticamente, de articulacin y configura-cin de las relaciones sociales.

    tienne Balibar, refirindose a los inmigrantes indocumentados pre-sentes en Francia y ms generalmente en Europa, afirma que han pues-to a la luz uno de los principales mecanismos para la extensin del `racis-mo institucional, tendiente a crear una especie de apartheid europeo,asociando una legislacin de excepcin y la difusin de ideologas discri-minatorias (2004:28), lo cual es quizs uno de los elementos sociolgi-cos y polticos ms importantes a la hora de pensar en este tipo de orga-nizacin juvenil, tanto en contextos nacionales como transnacionales. Porsu parte, Lea y Young (2001) prefieren hablar de privacin relativa, dadoque en el proceso de asimilacin, dictado por la lgica del mercado, unanueva generacin de jvenes ha asimilado las expectativas de la culturamayoritaria, pero luego les han sido negadas en la realidad. Esta ltimaes quizs la ms sofisticada forma de exclusin, la ms impactante, queproduce un sentimiento de frustracin y de retirada del orden normalconstituido.

    Hay quienes definen a la nacin LK como secta, sin tomar en cuentaque toda secta se constituye para defender privilegios, mientras que lanacin LK justifica su existencia no solo por la presencia de privilegiosexcluyentes, sino discute mucho sobre la soberana. Para King Polo, cons-truir la nacin ha permitido (y permite) tener lo que nunca los lderespolticos de los pases de Amrica Latina supieron construir: una organi-zacin, un reino fuerte y compacto con capacidad de contrastar la do-minacin y el yugo de los pases colonizadores del norte. King Borregodice que el Ecuador nunca ha sido un pas que le haya hecho sentir queera suyo.

    Este es el sentido profundo y dramtico a la vez, de la metfora de lanacin. No es solo una nacin dentro de otras, es una nacin en vez deotras, cuyas fronteras son los lmites de la intolerancia, del estigma y deldesprecio, de los cuales son objeto los jvenes que no encajan ni aqu niall, y donde prima su condicin de refugiados. Estos jvenes son

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  • siempre portadores de alguna condicin o caracterstica que los proyec-ta fuera de, ponindolos al margen, hacindoles sentir menos e iden-tificndolos como pequeos nmeros, para usar la expresin de Appa-durai (2006), lo cual representa una amenaza para las mayoras norma-les de aqu y de all, que fusionan estereotipo y estigma, como condicinnecesaria para alejar la amenaza que representan aquellos pequeos n-meros. En cada contexto social en el que se constituye una identidad ma-yoritaria existe esta mirada, que inventa y construye a quienes hay queubicar por fuera de los lmites de un espacio pretendido homogneo ycontrolado. Por ello, muchos jvenes escogen (o se ven obligados a esco-ger) la calle como un escenario para sobrevivir por fuera de espacios queles son negados, como los de la institucionalidad social, la escuela, el ba-rrio, la familia, o el empleo formal que por sus propias incapacidades tien-de a expulsar excedentes incontrolables. Las organizaciones juveniles deltipo de la nacin se convierten as en mundos que amparan a los que noencajan, mundos paralelos o alternativos para quienes mantienen estadosde exclusin y convierten a los jvenes de sectores populares en sujetosdesechables.

    Mimetismo y dualidad: la nacin LK como reproduccin de figuras dominantes

    Lo interesante sin embargo, es que la nacin LK termina siendo represen-tada por medio de la reproduccin de los mismos ingredientes que sostie-nen el sistema cultural dominante, y que en definitiva han motivado laconstruccin y existencia de dicha nacin. Cules son estos ingredientes?De momento sealaremos aqu solo dos.

    El primero es la denominada masculinidad hegemnica, es decir laconfiguracin de un discurso potente y articulador de un modo de con-cebir y poner en prctica la relacin con el otro. La jerarquizacin, la pro-yeccin de un otro contemplado como inferior, la predisposicin paraaminorar al otro o incluso para aniquilarlo, son algunas de las expresionesde la masculinidad hegemnica, que concibe el reconocimiento y el res-peto como condiciones que se ganan en la medida en que se es capaz de

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  • aplicar tales expresiones en la relacin con el otro. Muchas veces la mas-culinidad hegemnica justifica acciones violentas que son consideradasaplicaciones normales (aceptadas o toleradas por la cultura dominante) deaquel discurso6.

    El otro ingrediente tiene que ver con lo que Roberto Esposito (2004)ha definido como inmunidad, es decir como aquella condicin delcuerpo social o individual que se activa cuando se siente asediado por lonegativo las amenazas que provienen de lo externo a estos cuerpos, laseextranjeros por ejemplo -, lo que hace erigir nuevos particularismos quese olvidan de lo comn (de lo universal) que puede construirse entredistintas identidades, y que predispone el empleo de estrategias beligeran-tes7. En el caso de la nacin, la necesidad de manejar cierto secretismo, losmecanismos de lealtad, y las sanciones para los que deciden abandonar-la de forma sospechosa, representan un modo de inmunizarse hacia eseotro externo (el orden social legtimo), el cual a su vez se comporta delmismo modo hacia la nacin LK.

    De entenderse as, la nacin LK representa un sntoma ms o menosevidente de condiciones culturales, polticas y sociales conflictivas que hayque ubicar en el sistema dominante. Ampliamos esta perspectiva analti-ca con una cita de Conquergood, que resume de modo eficaz un conjun-to de variables que ataen a las perspectivas que podemos tener sobre laobservacin de las organizaciones juveniles, en relacin con la compren-sin de los contextos sociales ms generales en los que operan.

    Instead of merely an object to be examined, gang culture needs to be jux-taposed with mainstream culture and engaged dialogically (Bakhtin) forthe mutual deepening of insight that leads to compassion and humility,and the self-understanding that leads to critique, social responsibility andethical action. Instead of grist for moral self-congratulation, as if wewere violence-pure, and they were violence-prone, we need to recogni-ze street gangs as magnifying mirrors in which we can see starkly the vio-

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    6 Esta es una de las argumentaciones principales que se ha tratado en: Cerbino (2006).7 Sobre este argumento tambin existe la referencia de Appadurai (2006) cuando habla de iden-

    tidades depredadoras entendindolas como las que no toleran ningn otro (pues es vistocomo una amenaza para la homogeneidad o pureza de su identidad) e intenta deshacerse de l.

  • lence, territoriality and militarism within ourselves. We have much tolearn about the human condition from encounters with street gangs andother marginalized groups.

    (Conquergood 1994:218, 219)

    Cul es el sentido de una nacin compuesta por reyes y reinas? En pri-mer lugar podemos hacer referencia al esquema ya clsico de la transfor-macin del estigma en emblema: en contextos donde la condicin de serlatino representa una desventaja, los sujetos portadores de esta condicinla transforman en un significante amplio que pueda expresar orgullo yenaltecimiento. En segundo lugar, y a propsito de lo que ya hemos lla-mado nacin de personas, la existencia de dimensiones personales conhistorias de vida marcadas por la soledad, el desamparo, a veces el aban-dono, inducen a los miembros de la nacin a pensarse como sujetos enfalta para quienes lo ms importante es experimentar medidas de supe-racin y progreso individual. En el fondo asistimos a la incorporacin delmecanismo de la culpa personal inducida por el discurso dominante,como el elemento bsico para explicar el fracaso de los jvenes de los sec-tores populares. Reportamos, del diario de campo, la descripcin y algu-nos elementos interpretativos en torno a una universal8 que da cuentade aspectos relacionados con la figura del rey o de la reina.

    Han venido en buses repletos, viajando toda la noche desde todas las pro-vincias de un Estado cuyos representantes los tildan de delincuentes, y delos peores. La universal de la ALKQN - STAE (Todopoderosa Nacin deReyes y Reinas Latinos - Sagrada Tribu Atahualpa Ecuador) se desarrollaen un da primaveral en las afueras de Quito, en un valle clido y no muyalto, para que los hermanitos y hermanitas ah congregados, provenientesde zonas no serranas, tengan menos dificultades con el mal de altura y elfro quiteos.

    Todos y todas vienen a la universal para expresar su compromiso yempeo en sostener el proceso de bsqueda de legitimidad, lo que ellosllaman incorporando y reproduciendo un significante subalterno queproviene del discurso judicial y policialla legalizacin de su organiza-

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    8 La universal es una reunin ampliada a la que asisten todos los miembros o sus representantes.

  • cin. El lugar escogido, una especie de choza de bamb de forma circu-lar, como circular es lo que simboliza la unin de la nacin: los 360 gra-dos continuos en los que cada punto est conectado con el vecino y nopuede ser cortado. Hay ms de 400 jvenes. Se respira un aire caliente.Sobre las sillas ordenadas se sientan las mujeres, y los varones que estnparados se disponen al fondo y en las alas que rodean la sala. Todos sepueden ver recprocamente.

    La mayor parte de los jvenes visten prendas amarillas con negro yhay algunos que tienen camisetas negras con dorado. Son los colores dela nacin, siendo el negro el luto y el dorado (o amarillo) el sol. Estoscolores mezclados se transforman en caf, el color de la raza latina quees tambin su fuerza. Una fuerza que sale de la unin de dos contrarios:la oscuridad y la luz, como para querer decir que el uno es imposible sinel otro. Es el smbolo de la lucha que se sostiene en esta complejidad ocasi paradoja.

    Desde el margen y la marginacin, la invisibilidad que quita la luz alo latino, es sustituida por la luz de lo dorado que ilumina el espacio yel recorrido por el que caminarn los sujetos que hacen del caf el colorde su existencia, su sueo, su esperanza; el caminar por una vida digna.

    En la choza el ambiente se calienta por la presencia de cuerpos arro-pados con los colores de la identidad. Y por los gritos en coro que inter-calan los pronunciamientos, las expresiones que cada joven realiza paraparticipar en el conjunto. Amor de rey (ADR) es el grito al que se acom-paa la alzada del smbolo ms importante de la nacin: la corona, quese hace en el gesto de levantar los dedos pulgar, ndice, y meique. Lascinco puntas de la corona corresponden a los cinco principios fundamen-tales: respeto, honestidad, unidad, conocimiento, amor.

    Es preciso notar que la expresin amor de rey, muchas veces gritadao solo pronunciada al comienzo y al final de cada alocucin, habla delamor como condicin necesaria para que la organizacin sea posible. Esel amor (como una dimensin que pertenece a la persona) lo que garan-tizar la proteccin a todos los hermanitos y hermanitas, y representa porlo tanto la dimensin propia de la unin, del intercambio y del vnculo.El grito se produce tambin para cuando es necesario sostener una fuerteemotividad, al subrayar alguna afirmacin particularmente intensa expre-sada por estos jvenes. De hecho, los reyes ms antiguos saben muy bienque amor es tambin fuerza: con amor se castiga a aquellos miembrosque cometen errores, que en la lgica del grupo es necesario corregir, uti-

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  • lizando a veces medios coercitivos, aunque nunca para apartar sino parareafirmar el compromiso de la proteccin.

    Otro aspecto importante a resaltar es que no se trata de tributar amoral rey, como una estructura piramidal que se refiere a un reino, sino de unamor de rey, para enfatizar el aspecto de la proteccin hacia los que lanecesitan por sobre (o en todo caso junto con) el respeto hacia los msaltos en la jerarqua.

    King Majesty nos pide dirigirnos a los hermanitos y hermanitas aparacontarles qu estamos haciendo y a dnde queremos llegar. Tomamos lapalabra y en seguida va un ADR fuerte, vibrante que nos sacude literal-mente. Ponemos en evidencia que ha sido muy significativo encontrarsecon la voluntad de los Latin Kings de hacer de su organizacin una expe-riencia de vida colectiva, frtil y propositiva, en su difcil desempeo enla sociedad ecuatoriana.

    Un joven guayaquileo pide la palabra y dice: Nosotros estamos con-vencidos del proceso de legalizacin, sin embargo, en lo concreto, qudebemos hacer para `legalizar la calle? Con qu personas, iglesias, casascomunales u otras instituciones podemos y debemos trabajar en la calle?Preguntas que formulan problemas acuciantes y que son un desafo parapensar la intervencin con esta organizacin juvenil.

    Luego se dan algunas otras intervenciones entre stas, las de KingMission desde Nueva York, King Manaba desde Barcelona y King Diablodesde Guayaquil cuyos contenidos alientan las decisiones tomadas einfunden la esperanza de que tendrn xito si todos los hermanitos y her-manitas se mantienen atentos y compactos. Finalmente, unas cortas pala-bras de King Majesty que preanuncian el rezo final conducido porQueen Panita. Puestos todos de rodillas el rezo es una prctica que se daen todas las reuniones de la organizacin porque est contemplada clara-mente en la literatura cannica. Se trata de una prctica que representaun elemento importante en cuanto a la dimensin espiritual. Se asemejaa un rezo de la religin cristiana aunque tiene contenidos que se refierena la historia de la nacin, a sus mitos, a sus muertos y a sus hroes.

    Lentamente los presentes abandonan la choza, se dirigen afuera, haciael jardn, donde algunos hermanitos de Guayaquil me cuentan, ya sinsolemnidad, los problemas de la calle (en la calle lo nico que vale es sa-ber qu hacer en los momentos peligrosos, de amenazas que estn ahsiempre presentes en cualquier rincn, argumenta King Polo). Muchosde ellos se ven tentados a darse un chapuzn en la gran piscina. Unos

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  • pocos apilan las sillas a los costados de la choza, pues luego de la comidaque ha sido trada ya preparada, empezar el baile. Al ritmo del reggaetnla fiesta latina se prende. (Apuntes del diario de campo).

    De estos apuntes se desprenden algunas implicaciones relevantes. La pri-mera es que desde los primeros aos de existencia de la nacin, muchosde los lderes que han transitado por ella, algunos de los cuales an per-manecen (es el caso de King Majesty), afirman, en relacin al significadode la nacin LK, que es algo que se hace diariamente y que no basta conconocer las reglas para hacer una buena nacin. Es preciso mantener unaprctica hecha de entrega, de sacrificio, pues la nacin es la misma vidade uno. El mero mecanismo del reportarse (tpico de organizacionescon una fuerte estructura jerrquica), garantiza el mantenimiento delorden. Lo que ms importa es, de hecho, demostrar la voluntad de apo-yar permanentemente a la nacin en su quehacer diario. Hacer nacines el imperativo que se impone en esta organizacin juvenil, lo cual seinterrumpe solo cuando el miembro (el rey o la reina) realiza otras activi-dades ligadas a su formacin personal o al desempeo laboral. Una segun-da implicacin es la que tiene que ver con la demanda de normalizacine integracin, formulada y sostenida dentro de la nacin LK.

    Desde la expulsin hacia el margen, la privacin de espacios pblicospropicios para la socializacin, la negacin de referentes para el ocio y larecreacin, la nacin LK se plantea como un reto principal para su sub-sistencia el buscar una legitimidad formal por medio del reconocimientoy el otorgamiento de la personera jurdica. Una vez ms se asiste a unapeculiaridad de esta organizacin juvenil respecto de otras que se vienenafirmando en los ltimos aos: la clara expresin de un deseo de inclu-sin que permita fortalecer, por medio de la institucionalizacin, a la mis-ma organizacin. Una demanda de reconocimiento de la labor organiza-tiva realizada hasta ahora en un contexto social de alta vulnerabilidad.Cuando preguntamos a los jvenes por el significado de este proceso, larespuesta casi unnime es la de un pedido de atencin hacia necesidadesformativas bsicas por un lado, y por el otro, hacia la formulacin de unreclamo en cuanto a querer ir por la calle libremente, con sus emblemas,sin ser objeto de miradas estigmatizadoras y denigrantes o de la represin

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    policial. Adems, entre muchos de sus integrantes est la constatacin deque pese a que la nacin LK ha significado durante estos aos de existen-cia un espacio de proteccin y crecimiento, ha llegado el momento de vol-tear la pgina, y crear condiciones ms favorables que puedan alentar eldeseo de no seguir reproduciendo la misma prctica de supervivencia enel espacio de la calle. Esta necesidad es sentida particularmente por aque-llos miembros antiguos (muchos de ellos actuales lderes) que han perma-necido en la nacin por ms de diez aos, y que hoy bordean o superanlos treinta aos de edad, tienen familia y manifiestan su cansancio encuanto a la tensin constante que se vive en la calle. No hay que descui-dar el hecho de que en ellos la legitimidad de la posicin de liderazgoalcanzada se debi y se debe no solo a la experiencia adquirida, sino a lacapacidad de manejar situaciones conflictivas y tensas para las cuales,como afirman reiteradamente: no se puede dejar dormir el len que unotiene adentro9.

    Esta dimensin hace referencia a la estructura dual que caracteriza a lanacin. Muchos reyes, en efecto, coinciden en concebir a la nacin comocompuesta por un lado positivo y otro negativo; el uno ms primarioo primitivo como lo definen (y no solo en trminos temporales sino comoalgo constitutivo) y que tiene que ver con la utilizacin de la violencia, yel otro que se refiere al conocimiento, al saber y saber hacer sin recurrir ala violencia en situaciones normales y/o de crisis. Es necesario subrayarque estos dos lados o almas, sin embargo, no son opuestos sino comple-mentarios, dado que difcilmente el uno puede existir sin el otro. Estacomplementariedad es ciertamente una condicin muy difcil de analizarcon categoras analticas binarias convencionales, que pretenden estable-cer criterios de coherencia para interpretar visiones y comportamientos

    9 Es til notar que uno de los problemas experimentados por aquellos miembros de la nacin quehan entrado a formar parte de la Corporacin de Reyes Latinos y Reinas Latinas del Ecuadororganizacin legalmente constituida, con personera jurdica, es que a partir de la legalizacin,han tenido una visibilidad meditica en la que se ha promovido el cambio y la insercin social,y un cese de las prcticas violentas. Como consecuencia, en las calles, otras agrupaciones juveni-les (como los Vatos Locos en Quito o los etas en Guayaquil) los provocan, gritndoles frasesdel tipo mira ah van los ahuevados Latin Kings, una expresin que muchas veces producereacciones violentas que ponen en suspenso el proceso de transformacin, muestran su ladoambivalente, y renuevan la prctica de aminorar y poner en plano de inferioridad al rival.

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    que, en cambio, muestran formas de reescritura que transforman la moraltradicional, en la medida en que logran mostrarla desde otra perspectivao plano de conciencia no alternativo.

    Las formas de violencia empleadas por los miembros de los LK s con-figuran una esttica de la violencia ligada a condiciones de la cotidiani-dad, como la concibe Gerard Imbert (1992), que la define como unmodo de ver y percibir compartido en el pequeo grupo, que funge comoconexin y hacia un estar juntos, en donde la violencia es un modo deaparecer alternativo fundado sobre el exceso. Sin embargo, en el caso delos LK, la violencia, sin perder su dimensin esttica, se da a un nivel dis-tinto al del exceso, pues es la demostracin de una afirmacin necesariaen un contexto de alta vulnerabilidad y marginalidad como es la calle.Aquella moral que se quiso poner en la base del orden social moderno,como condicin necesaria para su existencia y reproduccin, se muestrainconsistente o incluso negada a la hora de hacer posible el lazo social yla colectividad. Esa doble alma, figura en apariencia contradictoria, es unmodo imitativo de mostrar precisamente esa inconsistencia.

    Nacin o gobierno colonial?

    Habamos pensado durante muchos meses que la Nacin Latin Kings seconstitua como un orden simblico paralelo al Estado-nacin moderno.Por qu autodenominarse nacin y no simplemente asociacin oclub, como otras agrupaciones juveniles a las que les basta un nombrecomo marca10? La caracterstica diferencial de esta organizacin aparece enla anteposicin del trmino de nacin y no hay una sola respuesta a estapregunta. En primer lugar, habra que referirse al momento histrico enque esta organizacin aparece. El primer periodo va desde su nacimientoen Chicago, a finales de los aos 1940, hasta los ochenta, cuando losLatin Kings son sobre todo una banda de jvenes boricuas que funcionacomo tantas otras organizaciones que reunan a comunidades emigrantesmexicanos, cubanos, judos, afroamericanos procedentes del sur de los

    10 Como los Vatos Locos o los Masters.

  • Estados Unidos, polacos, etc. bajo el modelo de las organizaciones ilega-les italianas presentes en Chicago desde principios del siglo XX, y que seconfiguraban casi siempre por razones de exclusin y racismo. Durantelos aos sesenta y setenta la organizacin se involucra en actividades delic-tivas que generan un estigma meditico que no se distingue de la repre-sentacin de cualquier gang, y en esta visibilidad se basa su convocatoriaa otros jvenes latinos en situacin de exclusin. Solo desde los aosochenta se puede hablar de nacin Latin Kings (Almighty Latin Kingsand Queens Nation, que se traduce como la Todopoderosa Nacin deReyes y Reinas Latinos); esta aparece con la escritura de las reglas que ladefinen, y los principios fundamentales son puestos negro sobre doradopor dos miembros que caen presos. Esa normativa escrita es difundida ylogra convocar a miles de adeptos en pocos aos, sobre todo jvenes inmi-grantes de origen latinoamericano en la mayora de ciudades grandes delos Estados Unidos. La nacin no solo coincide con la escritura y circula-cin de una literatura fundacional, sino que depende de ella. Este conjun-to de textos (la biblia LK) constituye el primer universo simblico al queel modus operandi de la nacin se refiere. Como todo proyecto nacional,hay una produccin simblica que sostiene el aparato aglutinante y uni-ficador conformado por imgenes. La comunidad imaginada de los LatinKings estara basada, as como todo proyecto de nacin moderna, en unaserie de estrategias discursivas que operan desde textos culturales, en estecaso populares ya descritos anteriormente. En cada actualizacin11, estostextos se acompaan de actos del habla que muestran que esos registrossimblicos estn operando, que hacen que los conacionales digan al un-sono amor de rey o que levanten corona, desplegando procesos deidentidad estereotpicos, altamente efectivos.

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    11 Esas actualizaciones pueden ser de distinta naturaleza. Una de las ms importantes, simblica-mente hablando, se da en los discursos durante las universales. En ellas cada orador se dirige ala colectividad, estableciendo una visin personal y a la vez confirmando las reglas desde un con-texto local. El contexto de los Estados Unidos de los aos setenta u ochenta no corresponde alGuayaquil de los aos noventa, es por ello que si bien los principios, como el rechazo de las prc-ticas racistas, se mantienen, no constituyen ya la motivacin principal para entrar y movilizarseen la organizacin. Sin embargo, en todos los casos los jvenes en situacin de exclusin socialy marginalidad demandan procesos de reconocimiento y visibilidad que la organizacin es capaz

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    Sin embargo, ms de veinte aos despus de la escritura de esa com-pilacin de principios y reglas, podemos ver que la nacin se ha transna-cionalizado por razones siempre inherentes a los fenmenos de la migra-cin laboral. Despus de analizar cmo funcionan esos textos en Ecuadoren donde la nacin se funda en 199212, y cmo se opera al interior dela nacin, nos damos cuenta de que constituyen ms bien un texto colo-nial marcado por la ambigedad, y no un texto nacional. Al decir deBhabha, el texto colonial constituye un tipo de registro que posterga ladeliberacin democrtica sobre las reglas y principios.

    Durante los noventa y principios del ao 2000, mientras la organiza-cin se mantiene separada de la madre tierra Chicago, sin contacto conlos Estados Unidos en general, la diferencia entre el texto colonial y susinterpretaciones locales en Ecuador no tiene consecuencias directas, noproduce ambivalencias en la medida en que la autoridad colonial no tienerepresentacin; se trata, por as decirlo, de una colonia sin colonizadores,sin mecanismos de vigilancia metropolitana13. Desde el 2000, como con-secuencia de la masiva migracin laboral ecuatoriana a Espaa y a Italia,se fundan captulos de la nacin en Madrid, Barcelona, Murcia y otrasciudades espaolas, y en Gnova y Miln, aunque menos numerosos. EnBarcelona se crea un contacto con autoridades e investigadores que apo-yan, desde el trabajo acadmico, a los diferentes captulos de la organiza-cin para concretar proyectos de reconocimiento y legalizacin. Es en este

    de proveer. A decir de King Boy Gean: No es solo para luchar contra el racismo que nos uni-mos en Ecuador, ya que aqu la mayora somos mestizos, sino y sobre todo para luchar contrala hipocresa.

    12 Boy Gean, ecuatoriano deportado de Nueva York a Guayaquil, planta bandera en 1992. KingLucky, ecuatoriano deportado de Chicago, llega a Guayaquil en 1994. Negocian la legitimidadde la nacin manteniendo solo parcialmente una relacin con Estados Unidos.

    13 Segn las normas socializadas en Ecuador por King Boy Gean y King Lucky, los dos deporta-dos, respectivamente coronados en Nueva York y en Chicago, que no se conocan antes deencontrarse en Ecuador, se vieron en la situacin de haber fundado la misma nacin por dupli-cado y deban negociar su legitimidad. La regla deca que aquel rey que viene de Chicago, tie-rra madre, tiene derecho a plantar bandera en otro pas sin requerir de permiso o autorizacinalguna, mientras que aquel rey que viene de Nueva York, puede plantar bandera pero con unaautorizacin (testimonio de King Chino Ice). King Boy Gean tena autorizacin y Lucky venade Chicago, as que los dos tenan legitimidad aparente. Aos despus se pondra en cuestiona-miento la legitimidad del permiso de King Boy Gean, situacin que solo refuerza la problem-tica de las condiciones de actualizacin del texto colonial.

  • contexto que en el 2006 se realiza en Gnova un encuentro de jvenes einvestigadores de distintas proveniencias entre ellas Nueva York, endonde se da el primer contacto entre los hermanitos ecuatorianos en G-nova y King Mission, uno de los lderes de la nacin en los Estados Uni-dos, trazndose por primera vez un puente directo entre ese pas y Ecua-dor, va Europa. Esta conexin no fortalece el vnculo de respeto de la lite-ratura y de los principios fundacionales sino que ms bien empieza aahondar en diferencias y conflictos de poder. A decir del lder mximo dela nacin en Ecuador, el nico contacto previo que l haba tenido con l-deres en Estados Unidos era va Internet para reportar sus pueblos deEcuador y de Espaa, intentando seguir el mandato de las leyes de la or-ganizacin. Actualmente, ms de un ao despus de dicho contacto, seempiezan a producir diferencias con respecto a la literatura, normas yprincipios que ah se establecieron. Esta relacin entre los Estados Uni-dos, lugar de origen del texto colonial, y Ecuador, vuelve palpables unaserie de problemticas: 1) La legitimidad del poder colonial en la perspec-tiva de una crisis de reconocimiento de la autoridad metropolitana. 2) Laambivalencia de la interpretacin del texto colonial y su actualizacin na-cional a travs de actos del habla. 3) El fortalecimiento de los procesos detransformacin como procesos locales de empoderamiento. 4) La afecta-cin de la organizacin en su acercamiento a los investigadores organiza-dos en red, y el rol del investigador en la construccin de un otro que norepresenta ni a un enemigo ni a un poder colonial.

    Cmo entender en este contexto la nacin Latin King; cmo sereconfigura y qu significacin tienen los actos del habla que la fundan?

    Retomemos la pregunta inicial: A qu actos del habla (de signo nacio-nal) y a qu literatura (de signo colonial) nos referimos? Ninguna de estasdos figuras debe ser entendida de manera ortodoxa y por separado. Lasdos se relacionan en forma conflictiva pero son impensables por separa-do, es decir son complementarias al momento de hacerse operativas.

    La literatura es de signo colonial porque se refiere a un registro o archi-vo de normas que estn en lugar de la autoridad colonial. Se trata de unaserie de textos que explican principios y reglas, en tanto orden simblico,en tanto ley. No son textos fundacionales en el sentido tradicional; no sonformas culturales y pedaggicas que configuran un imaginario que sostie-

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  • ne un determinado proyecto econmico y social subyacente al proyectocultural de nacin, como sucede con la mayora de proyectos intelectua-les que configuran las naciones latinoamericanas. Se trata ms bien de uninstructivo y a la vez de una retrica de origen, en cuyos contenidos seconfunde el proyecto mismo con las estrategias discursivas que lo hacenviable. Este cruce es posible porque se trata de un proyecto en el cual lamoralizacin de la vida es el eje que articula todos los aspectos.

    Los actos del habla, en cambio, son todos aquellos gestos representa-tivos o rituales que actualizan contenidos especficos de ese texto colonial,pero apropindoselos; es decir fundando una comunidad nacional. Porejemplo, al actualizarse el principio antirracista como fundador, ste sematiza: la lucha contra el racismo y la exclusin pensada desde lo latinopierde fuerza en un contexto mestizo y de consumos culturales mayorita-riamente latinos incluso en sus estratos sociales altos, por lo que seempieza a poner nfasis en la idea de la fuerza caf14 frente a un proce-so de constante blanqueamiento social. Esto pone por delante del racis-mo el tema de la exclusin social. Sistemticamente los lderes de lanacin van a hablar de oportunidades de inclusin en sus discursos priva-dos y pblicos, y van a enfatizar en su condicin de jvenes, dejando delado su condicin de latinos o de mestizos.

    La afirmacin y reproduccin de mitos fundacionales propios deltexto colonial se hacen presentes en toda reunin universal. Alguno delos reyes se encarga de nombrar a los primeros reyes de Estados Unidos,citar momentos de la historia de la nacin LK desde sus inicios, y aunquesta se conozca solo de modo fragmentario y a veces contradictorio, sirvecasi de modo exclusivo para sostener el proyecto moral de la nacin, sobrela base de valores y principios. Al dar importancia a los nombres y lasacciones de los reyes que se sacrificaron por su causa, la historia de lanacin funciona como una historia oficial; no recupera historias de gru-pos o de minoras sino que construye hroes y los consagra. Su mito tieneuna enorme funcionalidad, sobre todo porque se asume que se trata decasos ejemplares, de sujetos especiales que dieron su amor y su sacrificio

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    14 Esta idea surge de la utilizacin simblica que los LK hacen de sus colores fundamentales (negroy amarillo), cuya fusin produce el color caf.

  • para que otros no sufran lo mismo que ellos. Es en este sentido que rea-firmamos la idea de una nacin de personas, es decir una nacin de suje-tos doblemente escindidos (excluidos del Estado-nacin ecuatoriano y enrelacin colonial con la ley LK). Escisin entre el grito amor de rey quereconstruye historias de sacrificio y amor (como un amn con una in-tensidad que recuerda la fuerza de tipo militar) y los saludos en los quelevantan corona con sus manos (y remiten a su vez a las jerarquas delsaludo militar); entre los rezos memorizados de la biblia LK y las oracio-nes que siguen y expresan el deseo de que el proceso particular que estnviviendo sea exitoso.

    En toda general o universal, sin embargo, los discursos se sucedeny muchas veces no se orientan definidamente hacia el mismo horizonte.No existe un guin preciso, y cada versin nueva se transforma en fun-cin de las experiencias y de las vivencias locales, y aunque tengan unhorizonte comn, esos textos tienden a entrar en conflicto con las reali-dades particulares. El carcter dual se reafirma en estos actos del habla; losdiscursos articulan o alinean argumentos contradictorios y hasta opuestosque aparecen como similares, asociados o consecuentes. No es extraoescuchar afirmaciones como la siguiente:

    Nosotros queremos dejar las armas, la violencia, todo eso. Pero tampocoes que somos unos giles (tontos) que nos vamos a dejar ver la cara.Nosotros ya les hemos dicho que dejen la violencia a los hermanitos de laNacin, pero tampoco podemos decirles que no se defiendan. O sea quedejen la violencia, pero si tienen que darse, que se den. Pero seguimosadelante con el proceso (de transformacin).

    En el contexto de las luchas locales por el reconocimiento se establecetambin una ambivalencia interesante con respecto a la literatura oficial:

    Para ser un rey tienes que tener sabidura. La sabidura la obtienes de lavida que has vivido, de los reyes que te ensearon y que caminaron con-tigo, y de la literatura y las reglas de la nacin que respetas. Nadie est porencima de la constitucin. Por eso, si yo tengo una duda, puedo hablarcon mis hermanitos que estn ms tiempo en la nacin para que me gueny saber qu tengo que hacer, porque a veces las reglas no son suficientes

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  • para resolver algunos casos, porque adems no fueron hechas aqu ennuestro pas y en este tiempo.

    Cada separacin del texto colonial fortalece el texto local. Las actualiza-ciones terminan por ser el lugar privilegiado de la diferencia con respectoal texto originario. A finales de 2007, ante la propuesta venida de NuevaYork de cambiar la constitucin en funcin de eliminar la legitimidad delas actualizaciones locales, es decir modificarla hasta que se convierta enun solo y nico texto vlido para todos los captulos en todos los pases,uno de los lderes en Ecuador coment: Pero eso es absurdo. No es queva a ser ms fcil porque haya un solo texto. Eso no se puede hacer por-que para poder hacer una nueva constitucin habra que consultar y hacerparticipar a cada uno de los captulos o pases.

    Quizs el mayor ejemplo de una escena colonial en donde la hegemo-na simblica se pone de manifiesto, es aquella escena mtica, casi funda-cional del captulo ecuatoriano de los Latin Kings, en la que King BoyGean y King Lucky (los dos fundadores por separado de la nacin) se en-frentan en el momento en que se cuestiona la legitimidad del permiso quehabra tenido Gean para plantar bandera. Esta confrontacin se da enpresencia de algunos reyes. Gean y Lucky discuten y aclaran en una len-gua que los dems no entienden: en ingls. El uso del idioma ingls comolengua de prestigio y el consumo de algunos productos culturales impreg-nan de colonialidad el signo local.

    El mestizaje idiomtico del espaol y el ingls, en tanto estereotipo delo latino en Estados Unidos, persiste como una forma tolerada del in-gls. Como dira Bhabha (2001), es casi lo mismo pero no exactamente,no lo suficiente. En ese residuo que se desprende del casi ingls, coha-bitan el secreto la lengua inentendible como mito colonial y las prcti-cas de apropiacin de la lengua del colonizador (como en el ingls de losboricuas). La lengua del colonizador fija el signo de lo latino, lo estereo-tipa y lo construye por contraste. Lo latino (como lo inmigrante en gene-ral) provee a lo hegemnico-metropolitano de ese otro que necesita paraafirmarse. Y el poder local en cada captulo latinoamericano reproduceesas ambivalencias del poder colonial: no solo se desea tambin aquelloque se rechaza y se estereotipa (Hall 1999), sino que se naturaliza la doble

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  • moral en nombre de prcticas estratgicas de preservacin del poder. Elproceso de transformacin, por ejemplo, es una figura de unificacin, dereconocimiento y de trabajo colectivo para el bienestar de la nacin, peroes tambin aquello que amenaza con destruir los legados ms atesorados:el secreto, el orden clandestino y las jerarquas.

    Es aquello que convoca al cese de la violencia pero que cuesta muchasviolencias directamente implicadas. Es como si esta forma ambigua delpoder colonial tambin fuera una de las reproducciones de las formasdominantes de la cultura. As, mientras el Presidente de la Repblica reci-be a miembros de la nacin LK para apoyarlos en su proceso de transfor-macin, funcionarios del partido de gobierno buscan a los mismos jvenespara capitalizarlos como fuerza de choque. La naturalizacin de estas prc-ticas ambiguas y ambivalentes reside en una especie de inconsciente colo-nial que aparentemente solo se deconstruye a partir de experiencias de in-tercambio y de empoderamiento, que permiten a los lderes de la nacinLK decidir sobre la orientacin de la organizacin, y movilizar a susmiembros en nombre de un inters comn y de un proceso participativo.

    Cuando a principios del ao 2007 se empieza a trabajar en los estatu-tos de la Corporacin de Reyes Latinos y Reinas Latinas del Ecuador, parapoder llevar a cabo el trmite de legalizacin, el abogado sugiere que enun primer momento se nombre una directiva formal que corresponda alo que la Ley pide aunque funcione solo como una pantalla, mientrasellos siguen actuando con la directiva interna que han conocido siempre.King Majesty decide que antes de tomar una decisin as de ambigua seranecesario intentar hacer coincidir la estructura interna de la nacin con eldirectorio que exige la Ley.

    El ejercicio consisti entonces en crear un organigrama de funciones enel que bamos encontrando la correspondencia entre lo legal interno y lolegal externo. Al hacer esa traduccin, descubrimos que en la nacinLatin Kings est claramente identificada la divisin de los poderes (casiuna fiel copia de la clsica triparticin en ejecutivo, legislativo y judicial).Existen mecanismos de control y gestin, as como aparatos de justicia.Adems, a pesar de la estructura jerrquica y piramidal de la organizacin,se dan tambin instancias que remiten a una dimensin ms horizontal desu funcionamiento, como en el caso de los lderes de tribu que son dos y

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  • no uno solo. Una vez ms el comportamiento de la nacin LK en Ecuadorpuso en el lmite al texto colonial (ley interna), equiparndolo con otrotexto colonial (ley externa), en un ejercicio de flexibilidad interpretativa.

    Nacin, tiempo y reunin en la dispora

    Las experiencias etnogrficas que hemos realizado en Madrid, Murcia yBarcelona nos han reunido con los chicos, en locales de Burguer King delos centros de las ciudades o en canchas deportivas de barrios perifricoshabitados en su mayora por inmigrantes magrebes, africanos, asiticos olatinoamericanos. Dado que los ecuatorianos son el segundo colectivoms numeroso de inmigrantes residentes en Espaa (aproximadamenteun milln entre legales e indocumentados), se organizan regularmente enasociaciones como la Asociacin Rumiahui, que lucha por la regulariza-cin y los derechos de los inmigrantes o en asociaciones deportivas y cul-turales que organizan torneos de ftbol, fiestas y otros encuentros. Ya seade manera organizada o en redes de grupos de amigos o familias, el usoa la ecuatoriana del espacio pblico espaol es una de las marcas de lareunin en la dispora15. El parque o las canchas deportivas son lugaresabiertos que no se recorren sino que se habitan; en ellos se desarrollan(an en invierno) actividades deportivas como partidos de ftbol, se coci-na y come las actualizaciones de los platos tpicos ecuatorianos, se juegacartas, se bebe, se canta, se re y llora, se organiza y planifica.

    Homi Bhabha describe su vivencia de la migracin16 como

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    15 A diferencia de la dispora juda, expulsin que se inicia por la toma de Jerusaln por Tito, ladispora ecuatoriana retoma la idea de la semilla (spora) que se dispersa en busca de un sentidoa las retricas y discursos que operan en sus prcticas culturales.

    16 Cuando Homi Bhabha explica la disemiNacin, trmino que toma del ingenio de JacquesDerrida, habla de su propia experiencia de migracin, de reunin en el borde de una cultura.Del mismo modo nosotros, los autores de este texto, antes que investigadores metropolitanossomos sujetos nmadas, por nuestras propias historias personales y por haber decidido hacerde este proyecto no un simple trabajo sino un sentido que media en nuestra vida familiar, en lavida de nuestros hijos, algo que nos pone a hablar desde un lugar que construimos juntos comoun lugar poltico.

  • el momento de la dispersin del pueblo que en otros tiempos y en otroslugares, en las naciones de los otros, se vuelve un tiempo de reunin.Reuniones de exiliados, emigrantes y refugiados; reunin en el borde deculturas extranjeras; reunin en las fronteras; reuniones en los guetos ocafs del centro de las ciudades en la fluidez inhabitual de la lengua deotro; reunin de los signos de aprobacin y aceptacin reunin de lasmemorias del subdesarrollo, de otros mundos vividos retroactivamente;reunin del pasado en un ritual de nostalgia; reunin del presente.Tambin la reunin del pueblo en la dispora: personas reducidas a servi-dumbre bajo contrato (indentured), inmigrantes, internados; la reuninde las estadsticas de incriminacin, de los comportamientos educativos,de los estatus legales, de los estatutos de inmigracin

    (Bhabha 2002:129).

    La nacin Latin Kings ilustra muy bien la liminalidad de la nacin mo-derna o de la modernidad cultural. Como apunta Eric Hobsbawn (1998),la nacin moderna se consolida como un hecho histrico mayor desdemediados del siglo XIX, cuando se produce la ms grande ola de migra-ciones vividas por Occidente. Se podra leer, como lo hace l para el occi-dente europeo, a la nacin latinoamericana desde las masivas migraciones,movimientos y fugas que construyen territorios de ausencia y reconfigu-ran la metfora como marca por excelencia del imaginario nacional(Bhabha 2001:130).

    Lo metafrico del proyecto de nacin moderna hace que al interior deuna nacin como el Ecuador cuyo poder simblico intenta representarde modo homogneo a la sociedad como una totalidad holstica en la queclase, raza y gnero constituyen expresiones colectivas unitarias, aparez-can metforas que, en lugar de imponer la naturalizada antigedad, la his-toricidad y la monumentalidad de la nacin ecuatoriana, propongan lanacin Latin King, la juventud, la migracin y la temporalidad de lanacin moderna. Por qu las naciones celebran sus canas, y no su asom-brosa juventud? pregunta Benedict Anderson (1983). Como una expre-sin sintomtica de los lmites del Estado-nacin moderno latinoameri-cano, incapaz de procurar garantas sociales basadas en la secularizacin yen la universalizacin de los derechos, el desempeo de la nacin liminalLK es ms que una celebracin, pues muestra que la retrica mayor del

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  • nacionalismo asentado en el Iluminismo no puede construir una totali-dad social ya que necesita siempre de su otro. As como la Ilustracineuropea necesit construir un otro brbaro para justificar su proyectocivilizatorio, la nacin construida sobre un proyecto cultural iluministacomo la nacin indigenista-ancestralista ecuatoriana, fracasa en su inten-to totalizante puesto que tambin necesita su otro. Bhabha lo sostienecuando cita a Partha Chaterjee, quien lo define as:

    El nacionalismo trata de representarse a s mismo en la imagen de laIlustracin y no lo consigue. Pues la Ilustracin misma, para afirmar susoberana como el ideal universal, necesita su Otro; si siempre pudierarealizarse en el mundo real como lo verdaderamente universal, se destrui-ra de hecho a s misma (Bhabha 2001).

    As, la nacin moderna perifrica no es posible porque no tiene un otrosobre el cual construirse, a menos que lo ubique dentro de s misma.Esos son los refugiados conacionales y excluidos a la vez. En este contex-to paradjico, la migracin o la dispora aparecen no solo como una al-ternativa laboral, sino sobre todo, como una posibilidad de sentido parala metfora (lugar de la falta) de la nacin, dada por la ausencia de sen-tido del significante aglutinante de lo indio en tierra ecuatoriana. En Es-paa Rumiahui, como nombre de la asociacin de ecuatorianos, ad-quiere mucho ms sentido que en un texto escolar de historia del Ecua-dor. Lo Inca es una de las jerarquas mximas de la nacin LK. Por suparte, la Sagrada Tribu Atahualpa Ecuador muestra en un solo y mismonombre el residuo de una nacin ecuatoriana por fuera del Estado secu-larizado (Sagrada), el nomadismo y la temporalidad de la nacin peri-frica (Tribu), al tiempo que le da sentido en el acontecimiento coti-diano, urbano y juvenil al significante indigenista (Atahualpa). Estaperspectiva transnacional de la nacin LK confirma, desde el testimoniode vida de sujetos subalternos, que el proyecto de la nacin modernaabre en las prcticas culturales formas de resistencia que imputan, al sig-nificante global y homogneo, el imperativo de vivir la localidad de lacultura, sobre todo en condiciones de exclusin social y de saturacin dereferentes globales.

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  • El testimonio de un lder de la nacin deportado de Espaa y acusa-do de asociacin ilcita, muestra este juego que confirma el acontecer coti-diano, los actos del habla y la localidad como estrategias de resistenciasque apuntan a convertirse en saberes poscoloniales:

    King Mission no nos puede descalificar o expulsar en nombre deChicago, ahora de pronto, diciendo que hemos violado las reglas. Noso-tros respetamos mucho a Chicago pero yo pregunto tambin en qu noshan ayudado en estos quince aos que la nacin tiene aqu en Ecuador.Si quiere que venga y hacemos un 36017.

    As, la transnacionalidad, condicin de origen de la nacin LK, deberaser tambin una de las condiciones para transformar, los actos del habla,en memoria y escritura de saberes juveniles poscoloniales que se actuali-cen en el desenvolvimiento mismo de los ritos y mitos que narran la his-toria de la organizacin. Que venga y hacemos un 360 podra ser unaestrategia mmica (Bhabha 2001), en el sentido de que se asume el po-der hegemnico o colonial el momento en que se da la invitacin a com-parecer bajo el rito simblico y el mecanismo leguleyo que este poder hainventado: el 360.

    La calle y el rol del investigador en el proceso de intervencin

    En general, entendemos que la calle es un espacio pblico, es un afuera.Lo pblico significa de modo diverso segn los contextos nacionales y enfuncin de una relacin triangulada entre el territorio, los estamentossociales y el Estado. En Estados Unidos por ejemplo, lo pblico se definepor oposicin a lo privado; es lo no-privado. Se define adems por la falta,por ser el lmite de lo privado que sustenta su voluntad de perpetuacin(la calle es posible de privatizar) y su ambivalencia, es decir su fin (siemprehabr un residuo que se resista a la privatizacin). Si la valorizacin extre-ma de la propiedad privada ubica el concepto de calle en una negatividad

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    17 Un 360 es una figura en la que los reyes y reinas de la nacin LK se paran en crculo y discutenproblemas, toman decisiones, expresan malestares, etc.

  • (street gang), la apropiacin de la calle y del espacio pblico por parte deminoras tnicas de inmigrantes lo reconstruye como una instancia inter-media, en la que se elaboran sentidos que rearticulan el Estado, la sociedady el territorio. Las polticas pblicas en Catalua apuntan a fortalecer laconvivencia tolerante (la nacin LK fue legalizada), en el resto de Espaalas polticas reprimen y excluyen (la reunin de los hermanitos es asocia-cin ilcita), y las polticas neoyorquinas reprimen y criminalizan (son con-siderados enemigos pblicos y tratados dentro de polticas antiterroristas).

    La preocupacin por la construccin de una esfera pblica, de un es-pacio pblico deliberativo y de reconstruccin del lazo social, es una de-manda sobre todo de nuevos movimientos ciudadanos y parcialmente dela academia. En Amrica Latina la calle se define por las prcticas de vidaque en ella se desenvuelven; es un lugar de encuentro y sociabilidad queen la prctica no resulta ni pblico ni privado. Para los miembros de laorganizacin es un lugar de constantes abusos policiales y de amenazaspor parte de autoridades barriales: es donde pueden estar pero donde nolos quieren. Qu es la calle para la nacin LK? A esta pregunta el ldermximo de la nacin en Ecuador, King Majesty, responde: la calle es unaexperiencia. Esto quiere decir que no es un lugar, sino ms bien una tem-poralidad, una duracin en el sentido de una vivencia. Puede ser una eta-pa de la vida, una experiencia formativa, por la cual se pasa y de la cual seaprende, se extrae una sabidura.

    La calle no es siquiera el espacio de lo pblico, del afuera comn. Esel lugar de la ausencia de reglas, de garantas y de proteccin, en donde senegocia constantemente el poder y el sentido. As, el modo organizativode los Latin Kings, al mismo tiempo es y no es de la calle. Lo es porqueen la calle sus miembros caminan, se dan a conocer a otros colectivos,compiten por la apropiacin territorial, a veces se renen, especialmenteen parques. Pero tambin no es una organizacin de la calle en la medidaen que no opera exclusivamente en el afuera sino ms bien y sobre todoen el adentro de espacios privados y saturados de reglas.

    La experiencia de la calle es un componente entre otros. El xito quese muestra all, as como la experiencia de sobrevivencia en la crcel otor-ga legitimidad al gobernante, ya que le permite saber cmo actuar en elcontexto regular (el interno de la organizacin) y al mismo tiempo por

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  • fuera de una normativa, en una situacin de desamparo, peligro o violen-cia. Calle resume el carcter ambivalente de la estructura interna de lanacin: por una parte est la forma de su literatura con cdigos y reglaspara respetar y por otra est la interpretacin y renegociacin cotidiana (ymuchas veces en la calle) de la ley.

    Esta concepcin de calle muestra un espacio de lo comn que no es nipblico ni privado, es un espacio al lmite de lo simblico en el cual sedisputan ms bien mecanismos imaginarios y estrategias de fortalecimien-to de poderes paralelos a los poderes formales, ya sean estos pblicos oprivados. En este sentido, el proceso de legalizacin y reconocimiento for-mal apuesta necesaria para volver a hacer posible lo que no fue posibleen algn otro momento: la inclusin social busca seguir respondiendo alas demandas de proteccin y amparo que tambin provee la nacin a susmiembros. Sin embargo, el conflicto entre calle y transformacin-legali-zacin-institucionalizacin, resulta casi irresoluble si no hay un empode-ramiento que permita transformar el significante calle, no solo desde lanacin LK sino desde el barrio y desde la ciudad, entendidos stos comolugares en los que se ejerce un poder para agenciar el espacio pblicocomo espacio deliberativo, y tambin como lugar de recreacin y de ocio,como lugar donde ir a parar, y a pasar el tiempo libre. En este sentidola intervencin es un proceso con el barrio y no solo con la nacin LK,que implica mediaciones, empoderamientos locales y transformacionesque deberan terminar afectando las polticas municipales sobre el espaciopblico, concebido como un escenario para la convivencia en paz entrecolectivos juveniles diversos y otros colectivos ciudadanos.

    En los ltimos tiempos, en el Ecuador, organizaciones juveniles comolos rockeros, los punkeros, los hiphoperos, han adquirido una visibilidadque era antes indita. La importancia de las prcticas que los unen depen-de por un lado de la globalizacin y de la expansin de las industrias cul-turales, pero por otro lado est ligada a un posicionamiento poltico, endonde las reivindicaciones de resistencia funcionan siempre como espa-cios crticos de los poderes tradicionales. El discurso poltico de coyuntu-ra, que aparece en el imaginario ciudadano como alternativo a una par-tidocracia ineficiente y obsoleta, ha revalorizado lo juvenil por oposicina lo viejo de la poltica tradicional. As, han adquirido visibilidad tambin

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  • agrupaciones polticas juveniles como Ruptura 25. La visibilidad de estosgrupos, por ms heterogneos que parezcan, es producto de una luchapor el reconocimiento que est asociado a un discurso ideolgico crtico,de resistencia, revolucionario (aunque sea de la llamada revolucin ciu-dadana que en este tiempo tiene ms popularidad en Ecuador que larevolucin social e histrica).

    La conciencia que pueden tener muchos de estos grupos de su propiodevenir, es muy importante a la hora de sus relaciones con el mundo delinvestigador. Las luces que nos muestran alrededor de la compresin delas nuevas culturas polticas que configuran las prcticas crticas en elEcuador, resultan fundamentales.

    Las relaciones del investigador con agrupaciones juveniles empodera-das, implica una responsabilidad tica distinta a aquella que se configuracuando la agrupacin juvenil busca al investigador en tanto ste puedefungir de puente con las autoridades capaces de garantizar la visibilidad yel empoderamiento que la agrupacin busca, como en el caso de la nacinLK. En este sentido, la tica del investigador aparece como capacidad denegociacin poltica en funcin de que los deseos de la organizacin seanconstantemente negociados con las instancias institucionales y polticas.Este rol de mediacin implica una estrategia que permite llevar a cabo losprocesos de reconocimiento y transformacin de la organizacin, hacin-dolos coherentes con la apuesta moral propia de la subjetividad de lainvestigacin, as como con un proyecto mayor de transformacin de lasprcticas restrictivas y excluyentes de la sociedad en general, que la nacinLK tiende a reproducir.

    En este contexto, la relacin tripartita entre organizacin juvenil,autoridades pblicas e investigadores evita que en las relaciones directasentre dos de las partes, las organizaciones sean utilizadas polticamentepor las autoridades o exticamente dentro de la academia como objetosde estudios e investigaciones que no se socializan y que no tienen retornoo repercusiones sociales.

    Si bien los polticos y los acadmicos hacen un trabajo de intelectua-les orgnicos, lo que los distingue no es el lugar de enunciacin comolugar de poderes diferenciados, sino sobre todo porque el investigadorproduce una escritura del proceso que permite dar lugar a una reflexin y

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  • a una teorizacin sostenidas hacia objetivos diferentes de los objetivospolticos. As, lo del investigador ms que un rol es un involucramiento,construido al mismo tiempo sobre la distancia investigativa y sobre elacompaamiento de la organizacin en la configuracin de un proceso detransformacin, para lo cual es imperativo pasar de las implicaciones dela descripcin e interpretacin de la investigacin, a las implicaciones dela movilizacin como proceso paulatino de empoderamiento. La tica delinvestigador en el proceso de intervencin residira en la creacin de con-diciones para una escritura subalterna de nuevas experiencias y saberesciudadanos y poscoloniales, que sea replicable y sostenida por medio dela creacin de espacios de palabra y reflexin en torno a esa escritura.

    Por otro lado, cabe la hiptesis de que el investigador se convierta enuna especie de otredad para el sujeto estudiado, invirtiendo el modo tra-dicional de hacer del antroplogo, como constructor de otredad. Ten-dramos a un investigador que se convierte y representa la otredad parasujetos cuyo universo de alteridad ha estado marcado por el signo de laexclusin, y para los cuales las nicas otredades posibles han sido las deenemigos que hay que aniquilar (los miembros de agrupaciones rivales) olas miradas estigmatizadoras y discriminatorias de la opinin pblica.

    El investigador, como un otro para los sujetos que se involucran en elproceso de transformacin, puede significar la base para la estructuracinde un nuevo deseo: el de una integracin no subalterna o a como d lu-gar, que es posible en la medida en que se sostiene en la construccin deun espacio intersubjetivo de interlocucin en el que, y aunque inevitable-mente de forma asimtrica, se introduce la confianza y la escucha comosus condiciones fundamentales. La apuesta del investigador-interventorva de algn modo en la direccin de representar la condicin de produc-cin de efectos de sujeto en las personas involucradas en el proceso deintervencin; entendemos con ello el aparecimiento de nuevos interro-gantes, nuevas dudas, nuevos cuestionamientos que antes eran impensa-bles y que ahora asoman del y para el sujeto.

    Representa una tarea necesaria del investigador la de registrar y darcuenta de tales aparecimientos, aunque sean mnimos o a veces casiimperceptibles, que se van dando en los sujetos de la intervencin. Sonestos aparecimientos y no el diseo de una intervencin clara y definida

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  • de antemano, las ms importantes seales de la efectividad de un procesolargo, vulnerable, riesgoso como es el que estamos llevando a cabo con lanacin LK. Dicho en otras palabras, la estrategia fundamental (y nica)que hemos pensado para acompaar y sostener el proceso de transforma-cin de esta organizacin juvenil, es la de ir afinando una metodologaque viabilice la transformacin, sin apostarle a una determinada. Estano incumbe al investigador, sino a los sujetos involucrados.

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