la música como propuesta lúdica

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LA MÚSICA COMO PROPUESTA LÚDICA EN LA PARÁLISIS CEREBRAL INFANTIL Francisco J. Galindo Ballester BREVE DESCRIPCIÓN DE LA PARÁLISIS CEREBRAL INFANTIL Cuando hablamos de parálisis cerebral, de niños afectados de parálisis cerebral, nos estamos refiriendo a niños en los que una parte de su cerebro no se ha llegado a desarrollar con normalidad o funciona incorrectamente. Podemos considerar la parálisis cerebral como una lesión del Sistema Nervioso Central producida antes de que el cerebro se desarrolle en su totalidad. Los cuadros clínicos que presenta dicha patología son muy variados, ya que cada persona se ve afectada de una manera diferente. Básicamente existe una afectación del sistema psicomotor, es decir, el cerebro dificulta y, a veces, impide el envío de mensajes a los músculos, produciendo en éstos distintas alteraciones, tales como rigidez, debilidad, movimientos involuntarios ( el no control de sus movimientos es uno de los síntomas más generalizados) , espasmos, etc. Pero no sólo son este tipo de síntomas los únicos que se manifiestan. Hay una serie de carencias o dificultades que son las que van a enmarcar la sintomatología característica de la parálisis cerebral. Estos problemas vienen asociados a la lesión y pueden darse desde uno, a varios de ellos en un solo individuo. Además de los trastornos neuromotrices, tenemos: - Epilepsia. Uno de cada tres niños está afectado de epilepsia. - Deficiencias sensoriales: Problemas visuales Problemas auditivos - Trastornos o dificultades en el habla: suelen ir unidos a los problemas de deglución y articulación. - Problemas de lenguaje. - Trastornos en el desarrollo intelectual. Problemas de aprendizaje. - Trastornos emocionales. - Problemas de conducta, de personalidad, etc.

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Page 1: La Música Como Propuesta Lúdica

LA MÚSICA COMO PROPUESTA LÚDICA EN LA PARÁLISIS CEREBRAL INFANTIL

Francisco J. Galindo Ballester

BREVE DESCRIPCIÓN DE LA PARÁLISIS CEREBRAL INFANTIL

Cuando hablamos de parálisis cerebral, de niños afectados de parálisis cerebral, nos estamos refiriendo a niños en los que una parte de su cerebro no se ha llegado a desarrollar con normalidad o funciona incorrectamente. Podemos considerar la parálisis cerebral como una lesión del Sistema Nervioso Central producida antes de que el cerebro se desarrolle en su totalidad.

Los cuadros clínicos que presenta dicha patología son muy variados, ya que cada persona se ve afectada de una manera diferente.

Básicamente existe una afectación del sistema psicomotor, es decir, el cerebro dificulta y, a veces, impide el envío de mensajes a los músculos, produciendo en éstos distintas alteraciones, tales como rigidez, debilidad, movimientos involuntarios ( el no control de sus movimientos es uno de los síntomas más generalizados) , espasmos, etc.

Pero no sólo son este tipo de síntomas los únicos que se manifiestan. Hay una serie de carencias o dificultades que son las que van a enmarcar la sintomatología característica de la parálisis cerebral. Estos problemas vienen asociados a la lesión y pueden darse desde uno, a varios de ellos en un solo individuo. Además de los trastornos neuromotrices, tenemos:

- Epilepsia. Uno de cada tres niños está afectado de epilepsia.

- Deficiencias sensoriales: Problemas visuales Problemas auditivos

- Trastornos o dificultades en el habla: suelen ir unidos a los problemas de deglución y articulación.

- Problemas de lenguaje.

- Trastornos en el desarrollo intelectual. Problemas de aprendizaje.

- Trastornos emocionales.

- Problemas de conducta, de personalidad, etc.

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PARA QUÉ LA UTILIZACIÓN DE LA MÚSICA

Vistas a nivel general las características sintomatológicas, podemos concluir que una de las grandes dificultades con las que se enfrentan las personas afectadas, es la insuficiencia de estímulos recibidos, producida en una gran mayoría por la falta de accesibilidad a ellos. La dificultad física reduce altamente la posibilidad de que se pueda vivenciar y apreciar de una manera propia y personal todo lo que ocurre a nuestro alrededor: cosas, hechos, situaciones, etc. Muchas veces, los paralíticos cerebrales son meros receptores, incapaces de poder experimentar por si mismos. La visión de la realidad que se van creando es la que les viene dada. El entorno y las vivencias le son limitadas, y las relaciones sociales en muchos casos se reducen a los adultos que tienen a su alrededor.

Básicamente, todas las personas, ya sean niños o adultos, tienen una serie de necesidades, resueltas en un primer momento por las personas que les rodean lo que va a posibilitar un aprendizaje que permita que el niño dependiendo de su estado de desarrollo, vaya siendo capaz de satisfacer sus propias necesidades.

Las necesidades de un afectado de parálisis cerebral, como persona que es, son, sin duda alguna, las mismas que las de cualquier otra. Ahora bien, dadas las características tan particulares de la patología muchas veces el apoyo que necesita un niño afectado de parálisis cerebral lo va a requerir toda su vida.

Hay una serie de pilares básicos que nos van a servir como referentes a la hora de orientar con un fin terapéutico cualquier tipo de actividad a realizar. El paralítico cerebral requiere de un apoyo que le ayude a:

- Mejorar su nivel de comunicación.- Favorecer la relación social.- Desarrollar una estimulación corporo – sensorial, que le permita tanto

una mejoría en el control de sus movimientos, como la posibilidad de un desarrollo mental más organizado.

Una de las principales posibilidades que nos ofrece la música a este nivel es la comunicación. Un entorno sonoro estructurado y adaptado al paralítico cerebral va a permitir, dentro de lo que consideramos como contexto no-verbal, posibilitar un canal de apertura, de acercamiento.

La música es un potente generador de estímulos. La música de por sí ya es un gran estímulo que debemos aprovechar para incentivar al niño a cualquier tipo de actividad. En muchos casos, los afectados presentan una especie de apatía ante cualquier tipo de experiencia nueva, generada básicamente por la

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falta de posibilidades, lo que acaba bloqueando o impidiendo un acercamiento, siendo muchas veces la búsqueda de la motivación uno de los elementos más importantes a tener en cuenta.

La música motiva. En mayor o menor grado, toda persona, afectada o no, posee una capacidad de respuesta ante la música, ya sea esta a nivel mental, emocional o físico. Esto nos permite poder llevar a cabo una terapia globalizadora.

Cuando hablamos de música, nos estamos refiriendo a todo lo que supone el fenómeno ”sonoro - musical”, entendiendo éste como el entorno sonoro que nos rodea. Todo este entorno sonoro viene producido por una serie de elementos como son: la naturaleza, el cuerpo humano, los instrumentos musicales, aparatos eléctricos, etc. Estos elementos van a ser los principales productores de estímulos sonoros, que son los que de una manera u otra llegan hasta nosotros en forma de:

- Sonido: rítmico, melódico, armónico, eléctrico...- Ruido.- Silencio: considerado como complementario y de una gran

importancia tanto a nivel físico como musical.

RECURSOS MUSICALES

Dado el amplio abanico de posibilidades que nos ofrece el fenómeno sonoro, vamos a estructurar los recursos musicales en cuatro bloques específicos que nos van a permitir trabajar las actividades musicales en varios niveles de actuación: una parte basada en la audición, percepción o escucha, en la cual la participación es pasiva y otra parte más activa basada en la expresión, la interpretación, etc.

Estos cuatro bloques en los que englobamos los recursos sonoros son los siguientes:

- Entorno sonoro. Sonido. Ruido. Silencio - Empleo de la técnica vocal y la utilización de la canción. - Ritmo y movimiento. - Los instrumentos musicales.

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1.- Entorno sonoro. Sonido. Ruido. Silencio

Estamos rodeados de estímulos auditivos desde el primer momento de nuestra existencia. Es algo que junto con los estímulos visuales y táctiles nos va a ir permitiendo desarrollar una visión personal de la realidad.

Por lo tanto, una estructuración gradual y adaptada de estos estímulos sonoros, nos va a proporcionar la posibilidad de ir adquiriendo cierta comprensión del entorno. Para ello debemos resaltar la importancia de conseguir cierto nivel de comprensión de los sonidos, especialmente de los que son más importantes (cotidianos) para ellos.

El punto de partida en el tratamiento terapéutico de la música va a ser el sonido. El sonido se puede oír o escuchar. La atención prestada a los sonidos marca la diferencia entre el mero oír (pasivo) y el escuchar (activo). Aunque con límites imprecisos, es el paso de la sensación a la percepción.

El reconocimiento de sonidos, aparte de desarrollar la atención, que supone un proceso activo, supone un principio de asociación que requiere la capacidad de relacionar un sonido con un objeto, una persona, una acción, una situación, etc.

Cada sonido tiene una serie de propiedades que podemos constatar cotidianamente. Por ejemplo, con el oído somos capaces de distinguir inmediatamente y diferenciar el tono agudo de la voz de un niño del tono grave de la voz de un adulto; el sonido largo de una sirena del corto del timbre de una bicicleta; el sonido producido por un piano del producido por una trompeta o el sonido estruendoso de un trueno del producido por una suave brisa.

Inconscientemente estamos seleccionando las cuatro cualidades del sonido. Cuatro características que definen la singularidad de un sonido. Tres de ellas de carácter cualitativo: altura, timbre, intensidad; y una de carácter cuantitativo: duración.

Esta desmembración del sonido nos va a permitir la realización de actividades basadas única y exclusivamente en cada una de estas cualidades.

Cualquier actividad de las programadas debe utilizar el juego como medio para su realización. Jugar equivale a divertirse, lo cual va a proporcionar en el niño una mayor capacidad receptiva.

Como ejemplos:

INTENSIDAD. “Juego del detective” ALTURA “Juego del serpentín”

TIMBRE “Juego de las cajitas gemelas” DURACION “La carrera de sonidos”

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2.- Empleo de la técnica vocal y la utilización de la canción.

El niño Paralítico Cerebral es capaz de cantar. Las dificultades que posee en el habla, producidas mayormente por una disfunción motora, nos van a exigir un trabajo previo de respiración, estimulación y relajación.

-Control respiratorio. Los juegos a nivel respiratorio van dirigidos a tomar consciencia del movimiento inherente a la respiración, separando sus dos componentes: inspiración y espiración.

- Emisión de la voz. . La voz es un sonido, y como tal, posee las mismas cualidades que este. En muchos casos ocurre que la cantidad de aire utilizada para la emisión del sonido no suele ser la correcta. Podemos realizar actividades específicas de emisión de la voz .

Ejemplos:

“Representación de diferentes personajes”“Impostar la voz según la situación”

-Articulación. Por medio de canciones fundamentalmente y utilizándolas en este caso como vehículo de un texto, podemos crear desde poemas hasta cantar canciones de una sola sílaba o fonema; cantarlas muy deprisa o despacio; suprimiendo la primera o la última palabra, sílaba o fonema, etc.

-Canción. La canción tiene una amplia variedad de recursos. Se utiliza para cosas muy diversas: para captar la atención hacia algo que suscita interés, para constatar lo cotidiano, para recordar cosas pasadas, para celebrar algo especial, para abrir la imaginación, para el aprendizaje de palabras nuevas, para asociar símbolos a significados, gestos a palabras, acciones a movimientos, etc.,... y por el mero gusto de cantar.

La canción nos va a prestar ayuda en el apoyo rítmico, en una pronunciación correcta y adquisición de vocabulario, memorización, imaginación, creatividad, improvisación...

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3.- Ritmo y movimiento.

El ritmo es un potente agente organizador. Una concepción clara del significado de ritmo en toda su amplitud (es decir, no solo a nivel musical) nos permitirá ir desarrollando, de una manera estructurada, la organización temporal y espacial.

Cada persona posee un ritmo particular. Este ritmo personal es el que nos sirve de referente para conseguir un acercamiento por nuestra parte. En un primer momento, somos nosotros los que debemos adaptarnos de una forma u otra a las características propias del individuo. La experiencia rítmica a través de percusiones corporales nos permite, por un lado, trabajar el concepto de esquema corporal (inexistente en una gran mayoría) y, por otro, la disociación de movimientos.

Como hemos comentado anteriormente, las dificultades físicas impiden, en muchos casos, la posibilidad de participación en diversas actividades, ya sean de expresión rítmica o en las que requieran movimiento. Ante el baile o la danza existe ese temor que bloquea esa posibilidad. Ante un ritmo o una música, la respuesta motora existe. Lo que tenemos que conseguir es, mediante estos elementos, lograr una desinhibición a nivel motor.

Una vez lograda esta desinhibición de movimientos, la realización de danzas globales o parciales nos permitirá una mejora en la coordinación motora y corporal, a la vez que provoca una mayor desenvoltura del equilibrio y del control postural.

4.- Los instrumentos musicales.

Si existe una mínima posibilidad de ejecución instrumental en el niño paralítico cerebral afectado motóricamente, la música va a convertirse en una de las mejores opciones para encontrar la aceptación de su propio cuerpo y la autoestima necesaria.

La utilización de los instrumentos musicales no será convencional. Debemos considerarlos como juguetes en los que paulatinamente se puede ir descubriendo la amplitud de posibilidades que nos ofrecen. El niño puede ser capaz de probar y experimentar con un objeto, que es un mero intermediario en la consecución de un sonido. La amplitud de sonidos creados puede ser muy variada.

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La ejecución instrumental favorecerá en muchos casos la capacidad de realizar movimientos voluntarios, contribuyendo con ello a un mejor control corporal.

El trabajo con instrumentos nos posibilita el trabajo en grupo. El hecho de realizar una actividad en la que todos son partícipes de la situación, y todos tienen en común un mismo objetivo, como por ejemplo puede ser el acompañamiento de una canción, favorecerá la conciencia de grupo así como la identificación personal de cada uno de ellos con su propio instrumento.

Siempre que las condiciones nos lo permitan, la realización de las actividades se intentará llevar a cabo de la forma más lúdica posible. El “juego” debe ser el hilo conductor, el que nos permita, junto con la música, motivar y estimular al niño.