la muerte tiene tres letras

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Año 113/No. 30 55 Por PEDRO ANTONIO GARCÍA L ISBOA, 22 de abril de 1976. Pocos minutos después de las cuatro y media de la tar- de. El expolicía Ramiro Moreira, muy ligado a los partidos portu- gueses de ultraderecha, llegó al sexto piso del inmueble donde se ubicaban las oficinas de la embajada de Cuba en el país ibé- rico. Colocó un maletín junto a la puerta, tocó el timbre y se marchó apresuradamente. Al abrir, la fun- cionaria Adriana Corcho detectó la carga explosiva y avisó sobre el TERRORISMO CONTRA CUBA La muerte tiene tres letras Aunque estos hechos ocurrieron hace 45 años, los recientes atentados a las embajadas cubanas en Washington y París nos alertan acerca de que muy bien podrían volver a suceder acontecimientos similares peligro. Trató de tomar las medi- das pertinentes para que el arte- facto hiciese menos daño. Efrén Monteagudo, otro diplomático cubano que se hallaba en el piso inferior, al percatarse de la situa- ción subió por las escaleras para prestar ayuda. Sobrevino la explosión. Ambos perdieron la vida. Un compañero de ellos, Alberto Álvarez Alfonso, resultó herido. Los dos pisos ocu- pados por la representación cuba- na sufrieron grandes destrozos, así como varios apartamentos de los niveles colindantes. En el edi- cio vivían familias portuguesas. Por suerte todos los niños, inclu- yendo los de la embajada, aún no habían salido de clases. En esos momentos Frank Carlucci era el embajador yanqui en Lisboa. Tiempo después reco- nocería en público que todas las operaciones de la Agencia Central de Inteligencia (CIA) en la penín- sula tenían que pasar por sus manos. Al cesar como diplomá- tico se le designó subdirector de esa tenebrosa institución. Luego Ronald Reagan lo nombraría ase- sor de Seguridad Nacional. Aeropuerto de Seawell, Bar- bados, 6 de octubre de 1976. 12:15 p.m. (hora local). El DC 8 de Cubana, con las siglas CUT 201, despegó hacia Jamaica. Había transcurrido solo unos minutos cuando en la torre de control se escuchó una voz: “Tenemos una explosión y estamos descendien- do inmediatamente. Tenemos Adriana Corcho y su familia. Estado en que quedó uno de los apartamentos de la sede diplomática cubana en Lisboa. Autor no identificado Autor no identificado

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Año 113/No. 30 55

Por PEDRO ANTONIO GARCÍA

L ISBOA, 22 de abril de 1976. Pocos minutos después de las cuatro y media de la tar-

de. El expolicía Ramiro Moreira, muy ligado a los partidos portu-gueses de ultraderecha, llegó al sexto piso del inmueble donde se ubicaban las ofi cinas de la embajada de Cuba en el país ibé-rico. Colocó un maletín junto a la puerta, tocó el timbre y se marchó apresuradamente. Al abrir, la fun-cionaria Adriana Corcho detectó la carga explosiva y avisó sobre el

TERRORISMO CONTRA CUBA

La muerte tiene tres letrasAunque estos hechos ocurrieron hace 45 años, los recientes atentados a las embajadas cubanas en Washington y París nos alertan acerca de que muy bien podrían volver a suceder acontecimientos similares

peligro. Trató de tomar las medi-das pertinentes para que el arte-facto hiciese menos daño. Efrén Monteagudo, otro diplomático cubano que se hallaba en el piso inferior, al percatarse de la situa-ción subió por las escaleras para prestar ayuda.

Sobrevino la explosión. Ambos perdieron la vida. Un compañero de ellos, Alberto Álvarez Alfonso, resultó herido. Los dos pisos ocu-pados por la representación cuba-na sufrieron grandes destrozos, así como varios apartamentos de los niveles colindantes. En el edi-fi cio vivían familias portuguesas. Por suerte todos los niños, inclu-yendo los de la embajada, aún no habían salido de clases.

En esos momentos Frank Carlucci era el embajador yanqui en Lisboa. Tiempo después reco-nocería en público que todas las operaciones de la Agencia Central de Inteligencia (CIA) en la penín-sula tenían que pasar por sus manos. Al cesar como diplomá-tico se le designó subdirector de esa tenebrosa institución. Luego Ronald Reagan lo nombraría ase-sor de Seguridad Nacional.

Aeropuerto de Seawell, Bar- bados, 6 de octubre de 1976. 12:15 p.m. (hora local). El DC 8 de Cubana, con las siglas CUT 201, despegó hacia Jamaica. Había transcurrido solo unos minutos cuando en la torre de control se escuchó una voz: “Tenemos una explosión y estamos descendien-do inmediatamente. Tenemos

Adriana Corcho y su familia.

Estado en que quedó uno de los apartamentos de la sede diplomática cubana en Lisboa.

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EFEMÉRIDES DE OCTUBRE

8 de octubre de 202156

Fuentes consultadas

SEGUNDA QUINCENA

fuego a bordo […] Pedimos inme-diatamente pista”. “Autorizado a aterrizar”, replicó Seawell. El avión soltaba humo en un área cercana al tercer motor. Aun así, enrumbó hacia la pista. De pron-to, la cola de la nave comenzó a humear. Los bañistas de una pla-ya cercana lo vieron tomar altura y desviarse a un lado (iba inicial- mente en dirección a los hoteles de la costa). En la torre de control de Seawell reinaba un completo silencio: en los radares, la fi gura del DC-8 se había desvanecido.

Perdieron la vida 73 pasajeros y tripulantes, incluyendo a 24 de-portistas y entrenadores del equi-po cubano de esgrima.

Los intentos por encubrir la acción criminal como un acciden-te no fructifi caron. La comisión investigadora y, sobre todo, el pe-rito cubano José Lara, demostra-ron que el avión cayó al mar como consecuencia de dos explosiones: una, localizada entre las fi las de asientos 7 y 11, ocurrida a las 12:23 p.m. (hora de Barbados); la otra, en el baño trasero de la cabina de pasajeros (12:27 p.m.). Esta últi-ma es la que ocasionó el derribo de la nave.

Los perpetradores del sabo-taje, Hernán Ricardo y Freddy Lugo, quienes fueron identifi ca-dos y detenidos en un hotel de Port Spain (Trinidad y Tobago), confesaron su crimen a la policía trinitaria y delataron a quienes los contrataron: el contrarrevolucio-nario de origen cubano Orlando Bosch y el agente de la CIA Luis Posada Carriles.

Mientras se preparaba el pro-ceso para enjuiciar en Venezuela a los responsables de la voladura del avión cubano, en Portugal se

desarrollaba el juicio a Ramiro Moreira. Aunque el abogado por-tugués Levi Baptista, represen-tante legal de los familiares de los dos funcionarios cubanos ase-sinados, acusó a la CIA de estar involucrada en el atentado contra la Embajada, la justicia lusitana nada hizo al respecto. Moreira fue sancionado a 21 años de cárcel y a los pocos meses se fugó. Halló refugio en España, donde ni la policía ni el Gobierno se preocu-paron por aprehenderlo. En 1991 recibió un indulto y pudo regresar a su país.

En Venezuela, a Ricardo y a Lugo les impusieron una pena de 20 años. Bosch fue absuelto “por falta de pruebas”. Posada se fugó de la cárcel y andaba por Centroamérica sin que nadie lo detuviera. En 1997 organizó aten-tados a hoteles habaneros, en uno de los cuales perdió la vida el ita-liano Fabio di Celmo. Tres años después fue detenido cuando pro-yectaba volar una instalación en Panamá con el fi n de asesinar a Fidel Castro, las víctimas colate-rales serían cientos de estudian-tes universitarios. Esta vez no tuvo que fugarse de la prisión, la entonces Presidenta de la nación itsmeña le otorgó el indulto.

Extraña coincidencia la de las historias de Moreira y Posada, y su relación con una muy conocida institución estadounidense. ¿Será simple casualidad?

Los libros Bajo las alas del cón-dor y Salvar al mundo del terro-rismo, de José Luis Méndez. El texto periodístico Una operación terrorista contra Cuba, de José Luis Méndez y Pedro Etcheverry.

Familiares en el sepelio

de las víctimas del sabotaje

al avión cubano en Barbados.

16 (1986) Fallece a los 91 años el comandante Crescencio Pérez, organizador junto con Celia de la red campesina en apoyo a los expedicionarios del Granma y uno de los primeros guajiros en incorporarse al Ejér- cito Rebelde. ANIVERSARIO 35.18 (1901) Se funda la Biblioteca Nacional José Martí, en el haba-nero Castillo de la Fuerza. Desde 1958 ocupa su actual sede, en la Plaza de la Revolución. ANIVERSARIO 120. 20 (1961) Es de conocimiento público la muerte del obrero cu-bano Rubén López Sabariego, trabajador de la Base naval de Guantánamo, asesinado allí por la CIA. ANIVERSARIO 60.22 (1981) Se da a conocer el asesinato de los maestros vo-luntarios cubanos Pedro Pablo Rivera y Bárbaro Rodríguez a ma-nos de bandidos somocistas en Nicaragua. ANIVERSARIO 40.24 (1821) Nace el poeta y educador Rafael María de Men- dive, maestro de José Martí. ANIVERSARIO 200.29 (1956) Diez jóvenes re-volucionarios, asilados en la Embajada de Haití, son masa-crados en la propia sede diplo-mática por la policía batistiana. ANIVERSARIO 65.29 (1961) Che, como minis-tro de Industrias, inaugura la planta de sulfometales Patricio Lumumba, en Santa Lucía, provincia de Pinar del Río. ANIVERSARIO 60.30 (1961) La Escuela Nacional de Instrucción Revolucionaria Sierra Maestra, para obreros de granjas del pueblo, es inau-gurada por Fidel. El centro cuen-ta con una matrícula de 600 alumnos. ANIVERSARIO 60.

Autor no identifi cado

Año 113/No. 30 57

A cargo de PEDRO ANTONIOGARCÍAFotos: Archivode BOHEMIA

ESA noche un grupo de terro-ristas contrarrevolucionarios

agreden al humilde caserío de Boca de Samá, en Banes, en la costa norte de la hoy provincia de Holguín. El lugar, habitado por poco menos de 50 personas, alojados en casas de madera, carece de importancia militar y económica alguna. Pero la acción tiene fi nes propagandís-ticos: regresar a Miami disfra-zándola de una contundente victoria y continuar la colecta

21 DE OCTUBRE DE 1896

Bando de reconcentración

LOS éxitos de las tropas mambi-sas pinareñas bajo el mando de

Antonio Maceo preocupan al san-guinario capitán general, Valeriano Weyler (foto). A pesar de los mi-les de hombres que lanza contra los bastiones independentistas en Vuelta Abajo, no ha podido so-focar la insurrección que poco a poco también gana fuerzas en el Oriente. Entonces decide resucitar una estrategia de genocidio ya en-sayada por el conde de Valmaseda

en 1868. El 21 de octubre de 1896 Weyler dicta un bando en el que se dispone la reconcentración de “to-dos los habitantes de los campos o fuera de la línea de fortifi cación de los poblados” bajo el control de los peninsulares. Centenares de mi- les de campesinos son trasladados a la fuerza a las zonas urbanas. Hacinados en la periferia, dejados a su suerte– porque rara vez reci-ben ayuda de las autoridades colo-niales–, diezmados por el hambre y las enfermedades, se estima que unos 300 000 fallecen entre 1896 y 1897. Desde el punto de vista mi-litar, aunque obviamente afecta el abastecimiento de los mambises, la reconcentración no les otorga su-perioridad estratégica a las fuerzas españolas. En Washington los círcu-los de poder favorables a la anexión de Cuba usan el genocidio para alentar una intervención militar. El descrédito de Madrid ante la pren-sa estadounidense y europea es mayúsculo. Sin éxito alguno en su gestión, Weyler es sustituido por el general Ramón Blanco como Capi- tán General en octubre de 1897.

12 DE OCTUBRE DE 1971

Ataque pirata a Boca de Samá

de fondos para seguir dándose la buena vida en la “tierra pro-metida”. Los atacantes toman tres viviendas y la tienda del pueblo, a la que saquean; tam-bién abren fuego a morterazos contra la indefensa escuelita. No obstante, encuentran una férrea resistencia de los guar-dafronteras, dos de los cuales, Lidio Rivafl echa y Ramón Arturo Siams, de 32 y 24 años respec-tivamente, pierden la vida y re-sulta herido el sargento Carlos

Andrés Escalante. En su huida los contrarrevolucionarios son apoyados desde una segunda lancha que arremete con sus ametralladoras calibre 50 sobre los hogares del caserío, lo que causa graves lesiones al obre-ro agrícola Jesús Igarza y a las hermanas Nancy (foto) y Ángela Pavón, de 15 y 13 años. A las niñas la balacera las alcanza en la cama. La mayor testimoniaría décadas después: “El pie lo te-nía cortado en pedacitos: el pie derecho, y el otro como si me hubieran dado un machetazo… Yo había cumplido 15 años y el anhelo mío cuando hacía co-medias en la escuela, era que llegara el día de usar tacones. Nunca pude hacerlo”.