la música del fuego etude (guitarra de lee ritenour) · pdf file... se gira un girasol...

30
1 LA MÚSICA DEL FUEGO ETUDE (Guitarra de Lee Ritenour) Dejo en el cristal el cerco de la taza de té... ¿acaso me lo limpiaría el duende de los cuentos con su hojita de lechuga y el bastoncillo para despertar a las hormigas? Soy de la dilación de las acacias que toman el té desaseadas y rezagándose con el último cerco del invierno en el cristal de la mesa: se esperan a que pase el desconcierto, a que los pájaros enronquezcan tan excitados que si me quedo quieta me tapizan la hierba, los vestidos animales. Me tomaré despacio la taza de té besando el musgo que termina su día de vida como una vieja carta de amor. Ya no es flexible, anfibia mi corteza, y el duende reconoce que estos rayos de sol son traicioneros y no sabe impedir que las hormigas conduzcan un coche más valioso que una novia de espuma enjoyada con dos gotas de la esencia que aclararía el río. Y cuando beba el té quizá me peine, quizá bailen los brotes de mis hojas con el viento del oeste y un pájaro atrasado, excitado, una antigua amistad, alguien que templa los sonidos de nuevo...

Upload: buinhu

Post on 06-Feb-2018

221 views

Category:

Documents


0 download

TRANSCRIPT

Page 1: LA MÚSICA DEL FUEGO ETUDE (Guitarra de Lee Ritenour) · PDF file... se gira un girasol cuando la escucha, ... la acaricia en la noche como al gozo y le inventa una ... del baile,

1

LA MÚSICA DEL FUEGO

ETUDE

(Guitarra de Lee Ritenour)

Dejo en el cristal el cerco de la taza de té...

¿acaso me lo limpiaría el duende de los cuentos

con su hojita de lechuga y el bastoncillo para

despertar a las hormigas?

Soy de la dilación de las acacias

que toman el té desaseadas y rezagándose

con el último cerco del invierno en el cristal

de la mesa:

se esperan a que pase el desconcierto,

a que los pájaros enronquezcan tan excitados

que si me quedo quieta me tapizan

la hierba, los vestidos animales.

Me tomaré despacio la taza de té besando

el musgo que termina su día de vida como

una vieja carta de amor.

Ya no es flexible, anfibia

mi corteza, y el duende reconoce que estos rayos

de sol son traicioneros y no sabe impedir

que las hormigas conduzcan un coche más valioso

que una novia de espuma enjoyada con dos gotas

de la esencia que aclararía el río.

Y cuando beba el té quizá me peine, quizá bailen

los brotes de mis hojas con el viento del oeste

y un pájaro atrasado, excitado,

una antigua amistad, alguien que templa los sonidos

de nuevo...

Page 2: LA MÚSICA DEL FUEGO ETUDE (Guitarra de Lee Ritenour) · PDF file... se gira un girasol cuando la escucha, ... la acaricia en la noche como al gozo y le inventa una ... del baile,

2

En la Almunia Real, la Princesa Adivina

Ella conoce jazmineros

en la Huerta del Rey,

el kamanjeh de agosto, el pájaro

que bebe de la alberca.

Es un amor sin primer día

como un baño de sombra.

Ella conoce jazmineros

melodiosos

con sus túnicas al poniente,

con los jilgueros de morado

pico por un festín de fresas,

y acaba su poema;

¿quién rema hacia la orilla

del río y apresa un perfume?

Ella lo ve,

se siente bien entre fantasmas,

recompone el ritmo, el paso

de la tarde

y las mujeres que azulean

a su lado

oyen.

Quisiera que su amado...

y según las estrellas trazan

signos, venablos hasta el agua,

leerle su futuro,

repetirle.

Las estrellas de olor, del río,

taqsim de soledad.

Page 3: LA MÚSICA DEL FUEGO ETUDE (Guitarra de Lee Ritenour) · PDF file... se gira un girasol cuando la escucha, ... la acaricia en la noche como al gozo y le inventa una ... del baile,

3

Es un amor sin primer día

como un baño de sombra.

Page 4: LA MÚSICA DEL FUEGO ETUDE (Guitarra de Lee Ritenour) · PDF file... se gira un girasol cuando la escucha, ... la acaricia en la noche como al gozo y le inventa una ... del baile,

4

Instinto en la serenidad

He conducido el elefante a la caza del tigre,

hasta su guarecido bebedero, hasta las crías

que jugueteaban con un ratón. Entre dos luces,

cuando los pájaros de nerviosos nombres alertan

a los monos que pestañean como adolescentes

insensatos.

He conducido el elefante a la caza del tigre

por un territorio intratable que siempre me niega

abanicos, plumas de marabú, de señoritas

que capturan el tesoro de un hombre delicado,

maduro, fiel, un rasurado gentleman discreto.

¿Por qué no puedo resistirme a salir, distanciarme

de la casa que guarda un jardín donde los amantes

no piensan en las pupilas amarillas del horror?

Tú te quedas relatando las historias de Krishna,

el seductor de piel azul, el Adorado, y Ella

se adormila en tu voz, intima en tu voz, se abandona

y en secreto te confunde con una melodía

que baja

lastimándola desde la noche de la evasión

imposible.

¿Por qué no desisto de las huellas del tigre y vuelvo

mientras el animal no me lame con sus colmillos

y descincho al elefante para que ramonee

tallos de primavera, y dejo las armas y vuelvo

a tu lado, a la conversación femenina que Ella

acompasa bajo tu voz de cazador nocturno?

Page 5: LA MÚSICA DEL FUEGO ETUDE (Guitarra de Lee Ritenour) · PDF file... se gira un girasol cuando la escucha, ... la acaricia en la noche como al gozo y le inventa una ... del baile,

5

Piromancia I

Viene una mujer que conoce el curso del río habitado bajo tu casa.

Viene recortando fechas del calendario para hacerse un collar de olvido.

Y se aparta una nube por mirarla, se gira un girasol cuando la escucha,

se entusiasman los abejorros, se alzan las algas del estanque, se enemistan

tus puertas

abriéndose de pronto.

Ella se diferencia de la seca textura que ha cubierto tu cabeza

con ceniza.

Es roja

entrando con paso apasionado, despreciando las ramas que no sirven

ni de bengalas a tu corazón.

Verde,

apenas un destello porque el jade lo guarda para herirte sin costillas

tu sexo.

Amarilla

si refleja el espejo mediodía cómo excita a la tierra sólo hablándole

de la isla donde fuman los chamanes

del sueño.

Y azul

si hay instantes en que prefiere el polvo que acoge la memoria de un cometa,

o en tu pestaña el lado submarino, o el dardo que precisa de tus ojos.

Hoy viene blanca,

tan blanca que ha asustado a las ermitas, llena de niños, blanca, de la escarcha,

blanca, desnuda, blanca como el agua.

Se adivina a sí misma, viene hablando de un beso todavía infranqueable,

Page 6: LA MÚSICA DEL FUEGO ETUDE (Guitarra de Lee Ritenour) · PDF file... se gira un girasol cuando la escucha, ... la acaricia en la noche como al gozo y le inventa una ... del baile,

6

del puente que no cruza todavía tu perfil receloso, tu distancia.

La predicción del aire entre sus labios, la piedrecilla fácil de su sexo,

la espina que penetra floreciendo,

el momento de ansiar

morir

son los naipes volando todavía, los planetas que ruedan a tu sombra.

Viene pintando en fechas otros peces, murmurando a la tierra, se aproxima.

Page 7: LA MÚSICA DEL FUEGO ETUDE (Guitarra de Lee Ritenour) · PDF file... se gira un girasol cuando la escucha, ... la acaricia en la noche como al gozo y le inventa una ... del baile,

7

Raga del deseo

Ese macho de la abeja euglosina

que busca los aceites de la orquídea coriantes para impregnar su abdomen

amado por las hembras, hechizando a las hembras,

cae a la trampa espesa de fluido,

restos de insectos flotan con sus brazos perdiéndose,

y casi extenuado por salvarse,

esmeralda rendida, desvalida -es el fondo el flujo de los pétalos-

escala la garganta que permite

que la abeja la invada, y apenas ha temblado la flor cuando la cruza

la intrusa enamorándose, porque al seguir lo angosto, húmedo, codicioso,

se abrazan a su lomo dos extraños de estambre, -intención de la flor

el navegar a un vientre vacío todavía pero expectante, hambriento.

Ese macho euglosina, una vez fuera,

si respira, si vive, empapado del líquido se limpia tanta baba

que lo envolvió en la trampa; se enjuga y aletea, se repone deprisa,

y el peso de los granos se imponen como tabas parásitas y bellas,

hasta que vuela a otra cubo coriantes,

ahora femenina, y se repite el óleo del peligro, repite caer, la casi muerte,

y sale penetrando, y se quedan los huéspedes que ceñían su lomo,

y empapado respira

el ansia;

esmeralda que vuelve sin memoria

a buscar un perfume

y vuelta

y vuelta.

Page 8: LA MÚSICA DEL FUEGO ETUDE (Guitarra de Lee Ritenour) · PDF file... se gira un girasol cuando la escucha, ... la acaricia en la noche como al gozo y le inventa una ... del baile,

8

Alfar

Ha habido remolinos de polvo que aparentan dibujos espirales alrededor del ansia:

simulan dos serpientes que repiten relatos de muerte, después caen.

Después ha habido lluvia, no bocanadas roncas de fósforo en la noche

sino obstinada lluvia que lima los bancales.

Y en esa arcilla fina que resulta de nubes,

en la tierra lavada que, enmascarada, brilla sin rastros de un guijarro

de temor como vértebra,

alguien hunde sus dedos,

alguien que vio la lluvia me aúpa, me desprende,

que vio la lluvia y vino despacio, muy despacio, sabe de cada alvéolo

mío, de las burbujas no mayores que polen.

Sabe darme, tocarme:

me levanta del grumo, me grama como a un pan, me sujeta en sus palmas

de instrumento lacustre, me ondula hasta ser pelvis de acompasado tono,

y su alaria me pule dos adivinaciones del vaso y de la sed,

dos serpientes en celo que danzan sin tocarse.

Y luego me he ahuecado

y me voy vaciando, y me colmo de un eco, y me horneo dorada,

y me endurezco dulce.

Y espero a que me lleve a su boca y me lleve

al ansia

y me lleve llenada del ansia y que me lleve.

Page 9: LA MÚSICA DEL FUEGO ETUDE (Guitarra de Lee Ritenour) · PDF file... se gira un girasol cuando la escucha, ... la acaricia en la noche como al gozo y le inventa una ... del baile,

9

HARVEST

(Neil Young)

Huelo a mojado lejos,

como olor a cigarro

que alguien que ya no fuma localiza y aspira

y se resiente

recordando

la estación peligrosa, la calada querida

antes de todo el irse

de su mundo.

Bebo el corazón

de la nube amarilla,

paja de la memoria del trigo cosechado;

lejos, una tormenta,

pero no al otro extremo

de Alabama,

una cortina hilosa.

¿Quién te contó que el ansia

huele a ceniza?

Lejos, donde la nube por fin arrasa perros

de calor y humeante sube un vaho de tierra.

Nunca

refresca esta cortina sino que se impacienta,

enfebrece,

se me hace escasa el agua.

Tengo un olfato fino,

huelo a mojado lejos,

Page 10: LA MÚSICA DEL FUEGO ETUDE (Guitarra de Lee Ritenour) · PDF file... se gira un girasol cuando la escucha, ... la acaricia en la noche como al gozo y le inventa una ... del baile,

10

algo que se completa desprende los aromas

del despojo.

Nada es igual después de haber llovido, creo

que han muerto esos dos cuerpos que no deben vivir.

Huelo su muerte,

el veneno

que se bebe de un trago.

La sed respira, vela, es un perro salvaje.

¿Quién te contó que el ansia

mide su quemadura?

Page 11: LA MÚSICA DEL FUEGO ETUDE (Guitarra de Lee Ritenour) · PDF file... se gira un girasol cuando la escucha, ... la acaricia en la noche como al gozo y le inventa una ... del baile,

11

Pebetero art nouveau

Levanto mis brazos ante el espejo,

virgen osezna

que no resguarda su candela sino

que me sitúo,

me estiro en una vertical de altura,

tenso mis brazos,

mi ombligo hasta el recto desprendimiento

de un atlante que yergue su castigo,

y el espejo se abre, es una ventana,

mirada que entra,

saluda, recoge, roba quizá,

y se dilata,

inspira la impureza porque sólo

los muertos son

perfectos.

Mi columna levemente arqueada

no resume la soledad, el tránsito

a la destreza

de soledad,

sino que me sitúo y una intensa

corriente

sube desde la punta de mis pies

dando la vida al río de mi médula,

dando la vida

sube, me electriza,

y en la bandeja blanda de mis manos,

igual que el pebetero de un estadio

olímpico,

se enarbola la llama, soy gigante,

voltearé

este planeta

de reptadores.

Page 12: LA MÚSICA DEL FUEGO ETUDE (Guitarra de Lee Ritenour) · PDF file... se gira un girasol cuando la escucha, ... la acaricia en la noche como al gozo y le inventa una ... del baile,

12

Dos palabras que irrumpen, mis dos palmas

desean.

Page 13: LA MÚSICA DEL FUEGO ETUDE (Guitarra de Lee Ritenour) · PDF file... se gira un girasol cuando la escucha, ... la acaricia en la noche como al gozo y le inventa una ... del baile,

13

María Callas canta Dolce e Calmo de la ópera TRISTÁN E ISOLDA de Wagner

Esa rosa que bordé en la batista porque la niña aún ha obedecido

el trazo de su madre en el dibujo...

Ni el reflejo de la madera ardiendo

la roza con el tiempo que se escapa.

Puede volver la niña a apoderarse

de los relatos de la ciudad que ama, puede rasgar la tela con la furia

de ver a un hombre tonto abandonándose

a la huida

pero la rosa sigue insolentando con su belleza el día de la muerte

de la inocencia.

La miro y es un resto de la arcilla de los once años, de la quebradiza

rama de un árbol muerto, al fin talado, al fin leña que ahora se convierte

en el color

del bebedizo.

Soñé, cuando bordaba, con tu brazo dirigiéndose a mí, rompiendo el hilo,

rompiendo el humo calmo de la infancia,

y al fin he muerto, al fin, y resucito adiestrada en el arte de este fuego

que devora

a la rosa.

La miro y no recuerdo los veranos del tedio obedeciendo a la cordura.

Tengo una nueva flor que me ha crecido, una rosa de muerte que dibuja

muerte a mi alrededor, muerte en mi vientre, muerte por fuego, fértiles vegeta-

les de muerte,

porque querer vivir después de hallarte, querer domar la rosa en la batista,

es bordar una rosa acobardada, muerte por no volar, la muerte muerte.

Page 14: LA MÚSICA DEL FUEGO ETUDE (Guitarra de Lee Ritenour) · PDF file... se gira un girasol cuando la escucha, ... la acaricia en la noche como al gozo y le inventa una ... del baile,

14

El astrónomo

Ella

danza tan rápida.

Y él no puede seguirla.

Tal vez la llame Sirio, Aldebarán

o Mil Novecientos Ochenta y Cinco

seguida de iniciales misteriosas.

Danza tan rápida

en la balada de los reptiles vo-

ladores.

Suaves labios cerrados tararean

una antiquísima canción de cuna.

Danza cegada, danza sin moverse

de la estación del sílex,

del zigurat brillando momentáneo

y sin embargo calla

qué fecha se cerraron

los silos de la lava y se detuvo

el viento.

Él no puede seguirla y la ama tanto.

Abre la cúpula en la cima, dista

con un desprecio hostil

de cálidas barbillas o ese curvo

nacimiento del pelo;

la busca más allá de las Hermanas

Kurialya o del Centauro,

la busca aunque no existe.

Danza pero no existe.

Page 15: LA MÚSICA DEL FUEGO ETUDE (Guitarra de Lee Ritenour) · PDF file... se gira un girasol cuando la escucha, ... la acaricia en la noche como al gozo y le inventa una ... del baile,

15

Y al mirarla anota en sus cuadernos

que ella es verdad. Le vuelve a dar un nombre,

la acaricia en la noche como al gozo

y le inventa una historia,

la saca desde el giro

del baile,

la desea,

le inventa un territorio donde sepa

tocarla.

Danza tan rápida

que no puede seguirla.

Y anota en sus cuadernos: la he creado.

Alguien le llama loco o es inútil

contemplarla, perderla cuando el alba.

Y le inventa el idioma con que escriben

los amantes que se aman mientras se aman.

Page 16: LA MÚSICA DEL FUEGO ETUDE (Guitarra de Lee Ritenour) · PDF file... se gira un girasol cuando la escucha, ... la acaricia en la noche como al gozo y le inventa una ... del baile,

16

Composición de la melancolía

Hubiera terminado

aplastando ramitos de romero en el libro de las resignaciones.

El sentido común me mostraría los planos de un castillo de iceberg

y su temperatura, disciplina del cristal sin violencia, del letargo,

remataría torres defensivas y cerraría alcobas que conservan

el licor que despierta al paladar.

Hubiera terminado

comprobando el piano cuando la fiesta de final de curso, distribuyendo

antifaces de una velada al año donde pueden rozarse las caderas

y los padres saludan desde el Ártico, donde conviene hacer proposiciones,

donde los concejales han cedido limonada, cortinas de lunares

para jaulas.

Hubiera terminado

llamándome rapsoda en los bautizos, dejando de fumar, pensando básculas,

moviendo el abanico, seduciendo.

Pero un licor desde la niña rubia,

un veneno que fosforece incluso si las tardes afinan los laúdes

en las ciudades

de la melancolía...

y me arrepiento de beber de golpe, y me arde la encía con la mostaza

oscura,

y me quejo

de la soledad que hierve en el líquido, me quejo, me arrepiento de no haber

sido

cauta,

complicada...

Un licor, un veneno que desgarra

en lo que vierte,

que horada congeladas superficies, caldea el comedero de las focas,

Page 17: LA MÚSICA DEL FUEGO ETUDE (Guitarra de Lee Ritenour) · PDF file... se gira un girasol cuando la escucha, ... la acaricia en la noche como al gozo y le inventa una ... del baile,

17

llama en Islandia al barro al rojo vivo,

se mete entre mis dientes, desocupa

muertos,

vuelve vapor verdades razonables

y luego,

en el vapor,

va trazando mi nombre y se desliza

su dedo en mi garganta,

va arañando,

va posándome un nombre en la garganta, y llega a mis pulmones y allí expele

la peligrosa miel,

la muerte dulce,

y no alcanzo a morir sino que rasgo

respetuosas sedas

y te doy a beber...

Page 18: LA MÚSICA DEL FUEGO ETUDE (Guitarra de Lee Ritenour) · PDF file... se gira un girasol cuando la escucha, ... la acaricia en la noche como al gozo y le inventa una ... del baile,

18

Piromancia II

En las naturalezas muertas

distingo

el cabello que fue olvidado:

desvía el equilibrio y surge

un tarareo, un golpecillo

que corrompe la perfección,

y el ave cazada, la fruta

arrancada de su declive

abren sus ojos al asombro

pues queda un hilo sin arder,

algo que simulaba frío.

Percibo

que no todo el atrevimiento

de la abeja se domestica

sobre la flor que aparenta si-

lencio;

un encarnado punto mínimo

repite su canción salvaje

mientras liba

y en la flor, una oculta luna

crepita, espera a que el desorden

asole la serenidad

como un volcán que parecía

extinguido.

Veo

la mañana dominical

plegarse sin incertidumbres:

se está moldeando a tu patio,

lame las ociosas y suaves

macetas, el rumor cercano

del café... suenas la satara

para encantar a las tres cobras

Page 19: LA MÚSICA DEL FUEGO ETUDE (Guitarra de Lee Ritenour) · PDF file... se gira un girasol cuando la escucha, ... la acaricia en la noche como al gozo y le inventa una ... del baile,

19

que reptaron

a tu cama

cuando la noche fue la arena

que se adhiere al cuerpo... sudaste

y la sed se tendía junto

a ti,

te acariciaba, tu sabías

quién era.

Crees que la mañana lava

esas señales en tu piel,

que las tres cobras se asustaron,

que la luz irá revelando

la verdad

igual que una niña despreo-

cupada.

La claridad es una mecha

invisible, llama que baila

porque te miente ahora, miente

iluminando tus rosales,

azucarando tu café,

apaciguándote los muslos,

oliendo a calma, a la certeza

de una mañana sin peligro,

sin el rostro detrás que intenta

apoderarse de tu sueño.

En cualquier instante querría

dejar de bailar y acercarse

a ti con el fuego en las manos.

Hay una música que vibra

bajo las vestiduras plácidas,

bajo la familiaridad

de lo tranquilo.

Page 20: LA MÚSICA DEL FUEGO ETUDE (Guitarra de Lee Ritenour) · PDF file... se gira un girasol cuando la escucha, ... la acaricia en la noche como al gozo y le inventa una ... del baile,

20

Detrás de la mañana, bajo

la luz,

ardiendo.

Page 21: LA MÚSICA DEL FUEGO ETUDE (Guitarra de Lee Ritenour) · PDF file... se gira un girasol cuando la escucha, ... la acaricia en la noche como al gozo y le inventa una ... del baile,

21

Deseo

Te sostengo con la demora de una cálida energía.

Soy un aire que duerme en el futuro, que no se envejece con la impaciencia de una

muchacha violeta, acalorada, aguardando una llama que no volverá jamás a convertirla en

fuego.

Te sostengo con la precisión del leve niño sujeto a la cintura de su madre. Puede la arena

que requema dañarla en la planta de los pies o el escorpión rastrearla en sus sandalias.

Ella sólo se tiende cuando el infortunio se separa de un abrazo al pecho diminuto que la

erige como una fortaleza inexpugnable, como un templo de guerreros.

Yo soy una columna vertebral, un titán obstinado que mantiene el esmalte en tu boca para

decir que el mundo continúa asustándote y luego llamándote, invitándote desde su frágil y

misteriosa piedraimán o jilguero o palabra que juega.

Soy un tallo que empuja tu brazo, soy una margarita que camina sobre la ceniza de

cuerpos anteriores, abrasados pero consintiendo todavía más furia enamorada.

Yo soy tu puerta abierta,

todo el agua del mar en la gavota de Juan Sebastián Bach.

Mientras yo te sostenga

soy la singladura que no cesa, la voz que te dirige, la sed que te equivoca y la mano

murmurando los cambios en tu rostro.

Page 22: LA MÚSICA DEL FUEGO ETUDE (Guitarra de Lee Ritenour) · PDF file... se gira un girasol cuando la escucha, ... la acaricia en la noche como al gozo y le inventa una ... del baile,

22

Danza

He visto caer la nieve en el agua

y convertirse en mujeres que mueven

sus pies entre los huesos de los héroes.

En el fondo del lago hay una orquesta

de pianos fabricados con la tris-

teza del día,

con los dioses

olvidados,

con los sacrificios

perdidos.

Yo no me hundo, voy al centro del lago,

toda la luz es blanca, blanca, blanca

y levanto mi falda de vapor

y mis brazos oscilan como ramas

del árbol

del ansia,

plateado,

hermoso.

Mírame

bailar

sobre el agua.

Tú no sabes hablar; como la nieve

callas en las orillas, tienes frío

del miedo que amordaza, que aprisiona

la palabra sin leyes, sin virtudes,

la única palabra que quemaría

la huella

de los lobos,

el vuelo

de los grajos

del invierno.

Page 23: LA MÚSICA DEL FUEGO ETUDE (Guitarra de Lee Ritenour) · PDF file... se gira un girasol cuando la escucha, ... la acaricia en la noche como al gozo y le inventa una ... del baile,

23

Mírame

girar

en el agua.

Te cubrirá la nieve cuando baile.

Después te llevaré donde patinan

los niños que no quieren escuchar

otra música.

¿Y si te invitara al centro del lago

y asido a mis caderas no te hundieras...?

Page 24: LA MÚSICA DEL FUEGO ETUDE (Guitarra de Lee Ritenour) · PDF file... se gira un girasol cuando la escucha, ... la acaricia en la noche como al gozo y le inventa una ... del baile,

24

VRINDAVAN

(Subramaniam)

El tegumento se abre.

Y en ese bucle la primera nota

como el tambura

lejos

o manantial que comienza a fluir.

El silencio es una semilla joven,

una máscara

que inicia la danza del día de Año

Nuevo

en el palacio

de Mathura,

una pastora a la que Krishna besa

y no se atreve

a paladear

su saliva.

La risa del amanecer sin niebla,

la pupila

que apaga la vela de los caminos

dejado atrás.

He volado con el viento de mayo,

escapando del pico de los pájaros

cuando el silencio

se desperezaba

entre las ramas de los avellanos,

y he caído

en el brezo esponjado

de tu pecho.

Yo soy la hija del silencio, la música

mejor que no se pulsa,

la criatura

Page 25: LA MÚSICA DEL FUEGO ETUDE (Guitarra de Lee Ritenour) · PDF file... se gira un girasol cuando la escucha, ... la acaricia en la noche como al gozo y le inventa una ... del baile,

25

que guarda las medusas del deseo

en su pequeño pubis

y poseo la sílaba

de los jardines donde se abrazaron

Krishna y Radha.

No escuchas aún

cómo me abro,

no oyes la delicada percusión

de mis talones dentro de tu pecho.

Yo soy la hija del silencio, la nota

primera del tambura,

su hilo lejos,

hilo del manantial que no revela

su océano arbolado

de medusas.

Page 26: LA MÚSICA DEL FUEGO ETUDE (Guitarra de Lee Ritenour) · PDF file... se gira un girasol cuando la escucha, ... la acaricia en la noche como al gozo y le inventa una ... del baile,

26

Leonor de Aquitania escucha Can vei la lauzeta mover de Bernart de Ventadorn

La alondra elige el fruto de la zarza para afirmar que nada era regalo salvo su pecho

abierto a las espinas. No oyó las prohibiciones de los álamos, avisos de resina hacia su

olfato, sangre inminente oculta por las moras como una antigua miel que aguarda un

cuerpo.

Dile a mi amado

lo que le cuenta el aire

entre su pelo,

lo que le cuenta el aire

cuando se agita

en las cortinas

que hay en su alcoba,

lo que cuenta el aire

aunque hablen zorros,

lo que le cuenta el aire

que yo respiro.

La alondra elige el fruto de la zarza no sólo apeteciendo, enajenándose, pues estaba

despierta al vuelo firme de quien escoge herirse mientras deja frutos de tallo terso pero

muertos. Y cuanto más se embriaga del morado zumo que se destila en su garganta, más

se adentra la alondra, más empuja la rama que le clava su arma dentro.

Dile a mi amado

lo que le cuenta el aire

que se ata al árbol

que hay en su patio,

lo que le cuenta el aire

que está a su espalda,

lo que le cuenta el aire

aunque haya un pozo

sobre su cama,

lo que le cuenta el aire

que yo respiro.

Page 27: LA MÚSICA DEL FUEGO ETUDE (Guitarra de Lee Ritenour) · PDF file... se gira un girasol cuando la escucha, ... la acaricia en la noche como al gozo y le inventa una ... del baile,

27

La alondra elige el fruto de la zarza porque ya fue elegida por el fuego. Desvela que su

vida no es la vida sino el ir desangrándose si vive y, elegida sin celo y capturada, su

voluntad decide que se entrega al fuego que la busca y que la abraza a la vez que ella

come y que se abraza al fuego que la hiere y la consuma.

Dile a mi amado

lo que le cuenta el aire

de las semillas,

lo que le cuenta el aire

aunque hoy le llueva

bajo los ojos,

lo que le cuenta el aire

que besa el beso

que hay en su boca,

lo que le cuenta el aire

que yo respiro.

Page 28: LA MÚSICA DEL FUEGO ETUDE (Guitarra de Lee Ritenour) · PDF file... se gira un girasol cuando la escucha, ... la acaricia en la noche como al gozo y le inventa una ... del baile,

28

ANTONIA

(Pat Metheny)

Sobre el amanecer camboyano, una lamparilla,

dindones religiosos de metales.

El arroz,

el arroz mítico tiene la consistencia verde

de una estrella bañada con la lentitud del júbilo

porque las palabras que Ella atesora se recogen

en una afirmación de sí, en una lamparilla

ladinamente diminuta, aunque tenaz, jugando.

Por otro nombre, caballo que galopa.

Apodada:

“mañana de crin rizándose alrededor del día,

alegre reloj que besa tus párpados”.

Sostiene

el secreto de una soledad que baila, no cesa

de moverse en torno a tu tristeza y sería bueno

que supieras leer los signos que hace con sus manos

para saber dónde está contado el deseo, dónde

se guarda la escritura poderosa del deseo.

El mediodía existe en el oeste cuando Ella oye

un aleteo que se camufla como espejismo.

Despliega sus alas, es enorme, rodea nidos,

habla con las cigüeñas de París y con las tímidas

gárgolas que sólo beben si el incienso les sube

el caramelo blanco de las promesas.

Se posa

en el alféizar de tu ventana y observa inmóvil

tu gesto al hojear el aburridísimo tomo

de la erre de renuncia, de rutina, de residuos

que el miedo amontona en lo negro que debes firmar.

Page 29: LA MÚSICA DEL FUEGO ETUDE (Guitarra de Lee Ritenour) · PDF file... se gira un girasol cuando la escucha, ... la acaricia en la noche como al gozo y le inventa una ... del baile,

29

De pronto, golpe de viento o Ella, que se impacienta,

te desordena, te interrumpe.

¿Acaso no recuerdas

que Ella te dijo que vendría y nada de ti, nada

doloroso, oscuro de ti sería su enemigo?

Pero prefiere el pentagrama de la tarde, el tramo

que separa de la melancolía a los maestros;

saben que hay una cierta muerte en cada tarde, un vaso

de vino de cansancio.

Es ese el sonido que busca,

una luz pajiza, luz de la lección de guitarra

en el jardín.

Lo mejor de noviembre.

Ella regresa

a la lentitud del júbilo, a la música que abre

tus manos porque son iguales que su soledad

y estar conmigo, amor, se vuelve compañía de astros,

amistad de planetas que si anochece relatan

la historia de cuando Ella te miró y tú la miraste

porque ya estaba escrito desde antiguo.

El caballo de la noche pasta añil de deseo.

El arrozal la viste con su piel.

Ella se llama lamparilla de un dios que no duerme,

alevilla de corazón que insiste con la llama.

Sueña que tu hombro acoge sus pequeñas alas blancas.

Sueña que tú la sueñas quemándose.

Y Ella se ríe.

Page 30: LA MÚSICA DEL FUEGO ETUDE (Guitarra de Lee Ritenour) · PDF file... se gira un girasol cuando la escucha, ... la acaricia en la noche como al gozo y le inventa una ... del baile,

30