LA MEMORIAL CALLE

Históricamente la calle veintidós ha sido de gran importancia para el desarrollo de la ciudad de Bogotá, ya que en ella se puede encontrar enmarcado el ADN de toda una capital en desarrollo. Desde un inicio, esta relevante vía ha contado la historia de todo un territorio gracias a la conexión generada entre el Paseo de Bolívar y el Paseo de la Alameda, por medio no solo de la quebrada de las Nieves antes de ser canalizada, sino también por medio del tranvía que transitaba con el fin de favorecer a las diferentes edificaciones, algunas de las cuales aún se encuentran presentes como lo son el Teatro Faenza y la Fábrica de Vidrios Santo Domingo.

Por una parte, a través del recorrido realizado por la calle veintidós es posible percibir ciertos aspectos claves que podrían relacionarse con el modelo de ciudad ideal propuesto por Sennet, como lo son la diversidad de actividades desarrolladas a lo largo de la vía, la interacción entre las diferentes clases sociales y la continuidad que se puede distinguir entre los distintos nodos que la conforman. La ciudad abierta propone no solamente un sistema heterogéneo en donde se ensamblan múltiples elementos con el propósito de generar una interacción directa entre el comportamiento social y la actividad física, sino que también es impulsado el individuo al descubrimiento por medio de encuentros inesperados.

Por otra parte, al caminar por los segmentos de dicha ronda aún es posible reconocer algunos elementos que demuestran las variaciones que ha sufrido la ciudad y como esta se ha transformado en el tiempo progresivamente sin necesidad de recurrir a una tabula rasa, ya que finalmente la calle veintidós logra asociar la evolución presente entre las distintas formas del pasado con aquellas que han sido incluidas actualmente. La columna ubicada en la esquina, la arquitectura colonial dispuesta en el segundo piso de cada estructura y algunos de los equipamientos que han perdurado durante años, conforman todo un recorrido histórico que junto con las transformaciones a nivel de escala y los sonidos de la ciudad moderna logran crear la diversidad buscada por Sennet al hablar de la ciudad abierta

A pesar de que la vía principal funciona como un solo componente creado a partir de la unión de múltiples elementos, cada uno de los nodos que se encuentran a través del recorrido tienen su propio carácter, gracias a ciertos aspectos intangibles como los son aquellos sonidos, olores y ambientes que son generados por el propio individuo para crear la memoria de la calle. Dicho trayecto se inició a partir de la fábrica de vidrios ubicada en la calle veintidós con tercera y se decidió culminar justo antes de llegar a la Avenida Caracas, es decir en la calle veintidós con novena, ya que al encontrarse con la imponente vía se percibe una barrera que fragmenta el paso peatonal gracias al drástico cambio de escala.

De esta manera, en cada uno de los nodos del trayecto fue posible encontrar algún elemento y recolectar objetos que caracterizaran las diferentes actividades dispuestas a nivel peatonal. Por ejemplo, a partir de la carrera quinta es posible hallar todo un recorrido histórico que comienza desde la aparición de teatros, hasta los múltiples lugares dispuestos a la venta de

acetatos antiguos que enriquecen la cultura colonial ubicados en la carrera séptima; finalmente se logra crear un contraste notable al llegar a la carrera novena ya que se empiezan a introducir ciertos locales comerciales de carácter electrónico y edificios de mayor altura que se pueden observar al aproximarse a la carrera décima.

Después de identificar el carácter de cada una de las cuadras que componen la memorial calle veintidós y reconocer dichos aspectos mencionados anteriormente, es posible determinarlos como una frontera ya que no interfieren con la continuidad del trayecto sino que por el contrario se da paso a la interacción de las distintas clases sociales y actividades que caracterizan la siguiente. Después de identificar lo anterior, se decidió escoger y resaltar las esquinas de la carrera séptima y la carrera octava, ya que en ellas se mantiene un contraste armonioso entre aquello considerado como lo bello y lo desagradable de la ciudad de Bogotá, que muchas veces son lo mismo dependiendo de donde lo miremos

Aquella sensación de descubrimiento propuesta por Sennet puede ser percibida al detenerse por un instante y detallar cada uno de los elementos existentes en medio del movimiento generado por la misma calle de carácter formal e informal, es decir que en medio de los vendedores ambulantes y habitantes de calle es posible encontrar inesperadamente la arquitectura colonial, con sus características y su herencia cultural, que pasa desapercibida al estar envueltos en la vida frenética que propone la ciudad. Dicha esquina, consideramos que es un pequeño resumen de la diversidad que existe en la calle de esta ciudad, la cual define su ADN desde la vida bohemia del teatro, la música y la literatura hasta la actividad que genera el comercio informal, contra puesto con el formal y los entes gubernamentales como el distrito de planeación urbana, cosas que funcionan y conviven entre sus perfectas incoherencias.