la masacre del salado (1)

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LA MASACRE DEL SALADO: ESA GUERRA NO ERA NUESTRA Buenos días, memoria terca, Buenos días, sangre seca, Buenos días, hueso acostado, Buenos días, aire sin mano, (Pensar en hacer burbujas con el corazón ahogándose.) Jaime Sabines 1 El informe LA MASACRE DEL SALADO: ESA GUERRA NO ERA NUESTRA, nace como propuesta de investigación del grupo Memoria Histórica de la Comisión Nacional de reparación y Reconciliación en pleno mandato Uribe. El informe pretende relatar los hechos ocurridos en la reincursión de 450 paramilitares al corregimiento de El Salado entre el 16 y 21 de febrero del 2000, que dejaron 61 victimas mortales; hacer un esfuerzo por reconstruir la memoria y dar espacio a los gritos silenciosos de las victimas inmersas en la ola de terror y la violencia de dicho corregimiento. El informe de la masacre de El Salado esta dividido en siete partes: Los hechos, Las memorias, Los impactos, Hacia una interpretación global, El derecho a la Justicia, Las conclusiones y Las recomendaciones de política pública que tratan de develar uno de los episodios más sangrientos de la historia Colombiana que actualmente deja huella en ésta sociedad donde todo lo sólido se desvanece en el aire. LA MASACRE DEL SALADO: ESA GUERRA NO ERA NUESTRA, el grupo de Memoria Histórica comienza haciendo un paneo general, expone algunos factores que pueden ser considerados el origen de la masacre como la estigmatización del pueblo saladense como pueblo guerrillero, el robo de ganado a Enilse López Romero “la gata” por parte de las Farc, las disputas del grupo subversivo con los Méndez, Santander Cohen y otras élites económica y políticamente dominantes de la región, las disputas territoriales entre los actores armados por su ubicación geoestratégica, el discurso trasnochado de la “lucha anti-subversiva” de los paramilitares que terminó legitimando la violencia contra las Multitudes, etc. Presenta las condiciones de destierro y desplazamiento a las que se vieron forjadas las victimas sobrevivientes, la resignación de la sociedad colombiana a este tipo de hechos atroces que ha conllevado a que lo excepcional se normalicé. Contrasta los diversos discursos (paramilitares, militares y victimas) y 1 MOLANO, Alfredo citando a Jaime Sabines. “Desterrados crónicas del desarraigo”. El Áncora Editores. Bogotá, 2001, Pág. 9.

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Page 1: La Masacre Del Salado (1)

LA MASACRE DEL SALADO: ESA GUERRA NO ERA NUESTRA

Buenos días, memoria terca, Buenos días, sangre seca,

Buenos días, hueso acostado,Buenos días, aire sin mano,

(Pensar en hacer burbujas con el corazón ahogándose.)

Jaime Sabines1

El informe LA MASACRE DEL SALADO: ESA GUERRA NO ERA NUESTRA, nace como propuesta de investigación del grupo Memoria Histórica de la Comisión Nacional de reparación y Reconciliación en pleno mandato Uribe. El informe pretende relatar los hechos ocurridos en la reincursión de 450 paramilitares al corregimiento de El Salado entre el 16 y 21 de febrero del 2000, que dejaron 61 victimas mortales; hacer un esfuerzo por reconstruir la memoria y dar espacio a los gritos silenciosos de las victimas inmersas en la ola de terror y la violencia de dicho corregimiento.

El informe de la masacre de El Salado esta dividido en siete partes: Los hechos, Las memorias, Los impactos, Hacia una interpretación global, El derecho a la Justicia, Las conclusiones y Las recomendaciones de política pública que tratan de develar uno de los episodios más sangrientos de la historia Colombiana que actualmente deja huella en ésta sociedad donde todo lo sólido se desvanece en el aire.

LA MASACRE DEL SALADO: ESA GUERRA NO ERA NUESTRA, el grupo de Memoria Histórica comienza haciendo un paneo general, expone algunos factores que pueden ser considerados el origen de la masacre como la estigmatización del pueblo saladense como pueblo guerrillero, el robo de ganado a Enilse López Romero “la gata” por parte de las Farc, las disputas del grupo subversivo con los Méndez, Santander Cohen y otras élites económica y políticamente dominantes de la región, las disputas territoriales entre los actores armados por su ubicación geoestratégica, el discurso trasnochado de la “lucha anti-subversiva” de los paramilitares que terminó legitimando la violencia contra las Multitudes, etc. Presenta las condiciones de destierro y desplazamiento a las que se vieron forjadas las victimas sobrevivientes, la resignación de la sociedad colombiana a este tipo de hechos atroces que ha conllevado a que lo excepcional se normalicé. Contrasta los diversos discursos (paramilitares, militares y victimas) y muestra cómo el discurso paramilitar por medio de las armas mediáticas y silenciadoras ha hecho de su versión de la visión dominante.

Los Hechos, describen los eventos de la masacre desde los Montes de María y el salado en 1997 hasta la incursión paramilitar en el 2000, los 450 paramilitares que arribaron a el corregimiento El salado se dividieron en tres grupos comandados por: alías “El Tigre”, alías “Cinco Siete” y por alías “amaury” que concentraron a la población del salado en la plaza principal para cometer los asesinatos como actos públicos, así extendiendo la ola de terror, la implantación de un miedo generalizado y generando en los y las habitantes del corregimiento un sentimiento de subordinación impuesto por las armas, pues se encuentran en estado de indefensión. Según MH hubo 60 victimas mortales 52 hombres y 8 mujeres.

Las Memorias, la construcción de la memoria de la masacre se da a partir de intereses elitistas y excluyentes; los medios de comunicación juegan un papel trascendental, exponen las tres versiones que sobresalen en el caso de la masacre de

1 MOLANO, Alfredo citando a Jaime Sabines. “Desterrados crónicas del desarraigo”. El Áncora Editores. Bogotá, 2001, Pág. 9.

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El Salado: la de las Fuerzas Militares, la de la Fiscalía con un “respaldo” institucional a las victimas y la versión de los Paramilitares excusados en la dinámica de una guerra contra insurgente, con esas tres visiones se nota que existe un discurso construido con una verdad fragmentada e inaccesible, que marca y deteriora la memoria colectiva de la sociedad colombiana. También “uno de los énfasis más importantes se refiere a las acciones que ENALTECEN A LAS VICTIMAS y ENVILECEN A LOS VICTIMARIOS”2. El retorno a un pueblo devorado por las ráfagas del olvido y penetrado por los impactos del descuido, sin protección estatal y sin el acompañamiento de ninguna institución formal se hace inaceptable para muchos y muchas de los retornados y retornadas. Los actos conmemorativos de la masacre, los murales hechos por mujeres y jóvenes que todavía tienen iniciativas culturales y sociales para subsanar un poco el dolor y en sus corazones una semillita esperanzadora que les da un aliento para seguir trillando caminos.

Los Impactos, los sentimientos de las victimas develan las dimensiones de un pueblo que se desvaneció en el aire, “pues su prosperidad no es una representación idílica del pasado”3. Otra de las marcas es el destierro donde hombres y mujeres tuvieron que salir de sus casas y migrar a otros espacios dejando atrás el pasado marchito que amenazaba con volver para arruinar y matar a sus familias. algunos se tuvieron que enfrentar a la gran cuidad un lugar frío y misterioso donde conseguir el racimo de plátano y el agua de panela diaria se volvía cada vez más complicado. La pérdida de la cotidianidad, lo cual lleva a una pérdida de la identidad colectiva y por ende a una ruptura de la memoria social. Dentro de la estigmatización como pueblo guerrillero existió y existen actualmente procesos de estigmatización interna hacia los y las líderes comunitarias que “estuvieron ligados a las dimensiones socioeconómicas y de infraestructura que tuvo el corregimiento”4 lo cual impide una participación activa de las clases subalternas en los procesos de construcción de una memoria colectiva. Los impactos psicológicos en hombres, mujeres, niños, jóvenes y adultos mayores son la consecuencia del Estado de alerta que se volvió normativo.

Hacia una interpretación global, la superación del estigma de que El Salado es un pueblo guerrillero, las lógicas de guerra sean locales, regionales o nacionales del conflicto armado que incrementan el riesgo de violencia hacia la sociedad civil, la coyuntura que marcó a los Montes de María después de la masacre paramilitar de El Salado son factores que pueden aportar a una interpretación global sobre la masacre, donde los paramilitares duraron cinco días dentro del corregimiento sin ninguna acción de la fuerza pública.

El Derecho a la Justicia, el Estado colombiano tiene muchas obligaciones frente a la masacre de El Salado, pues la cuestión del por qué no actuó ni la Fuerza Pública, ni actuaron las autoridades civiles no han permitido el esclarecimiento de los hechos. De las voces de la victimas sobrevivientes del salado sólo se escucha el querer ejercer el Derecho a la Justicia, del cual se derivan en las sanciones penales y disciplinarias que se ejercen sobre los autores de los hechos.

A las conclusiones que llega el Grupo de Memoria Histórica son: La primera, la versión de los hechos por parte de los victimarios se ha prolongado y ha logrado volver difusa la memoria colectiva. La segunda es el conflicto por el territorio, por la ubicación geoestratégica que hace que los actores armados actúen con crueldad y barbarie afectando a la población civil. La tercera es que a causa de la

2 CNRRR, Grupo de Memoria Histórica. LA MASACRE DEL SALADO: ESA GUERRA NO ERA NUESTRA. Ediciones Semana. Colombia.2009, Pág. 1103 Ibíd. Pág. 183 4 Ibíd. pág. 198, con respecto a la cita no sólo esta ligado a ámbitos socioeconómicos, sino también a ámbitos políticos, culturales, etc.

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estigmatización de El Salado como pueblo insurgente fue blanco de operaciones militares, anti-subversivas por parte de los Paramilitares y también de la Fuerza Pública. La cuarta conclusión de MH es que una de las consecuencias más nefastas de la masacre fue la desaparición del pueblo, lo que genera la destrucción un mundo socialmente YA CONSTRUIDO, en resumidas palabras fue el desvanecimiento de un proyecto colectivo, en el marco de un país donde todo lo sólido se desvanece en el aire. La última conclusión es la responsabilidad del Estado por la omisión y no acción de la Fuerza Pública que no quiso intervenir en la acción paramilitar, convirtiéndose en un Estado únicamente para las Élites, los grupos paramilitares y para los grandes latifundistas del país, pero, dónde esta para las clases subalternas.

Las recomendaciones de política pública, MH hace una serie de recomendaciones a la hora de formular políticas públicas para que lo hagan con el objetivo de acabar con la impunidad, MH trabaja siete lineamientos bases los cuales son las recomendaciones a los hacedores de política pública. La primera es en materia de verdad en la cual “se recomienda al Ministerio de Educación Nacional, al Ministerio de Cultura, a la Secretaría de Educación y Cultura del Departamento de Bolívar y a la Secretaría de Educación del Municipio de Carmen de Bolívar contribuir a la difusión y conocimiento de l informe público del caso emblemático del salado producido por MH”5 y difundir por los medios masivos de comunicación. La segunda es en materia de derecho a la justicia con respecto a esto “se recomienda a la Fiscalía General de la Nación (FGN), y, en particular, a la Unidad de Derechos Humanos y DIH y a la Unidad de Justicia y Paz, en relación con lo que sucedió, lograr la consolidación de una versión unificada de los hechos de El Salado que dé cuenta de TODO lo que pasó entre los días 16 a 21 de febrero del 2000.”6. En materia de reparación “se recomienda al Ministerio de Protección Social y a la Secretaria de Salud del Departamento de Bolívar, frente a los daños psicosociales padecidos por los familiares de las víctimas y por las víctimas sobrevivientes, implementar con profesionales idóneos un plan de atención psicosocial que evalúe la situación psíquica de las personas”7 principalmente a las mujeres, a los niños a los adultos mayores que puedan tener traumas psíquicos y emocionales. En materia de garantías de no repetición al Ministerio de Defensa se recomienda hacer una introspección en los programas de formación militar para que se puedan hacer visibles las falencias de la Fuerza Pública que le impiden actuar en situaciones como la de El Salado. En materia de goce efectivo de los derechos económicos, sociales y culturales se recomienda al ICBF Regional Bolívar tener un control permanente, para que los hogares comunitarios con los que cuenta El Salado puedan seguir con su función de cuidar los niños y las niñas de esta zona del país desvastada por la violencia. En materia de derechos fundamentales de la población de El Salado en condición de desplazamiento forzado se recomienda la más rígida aplicación de los derechos a las victimas sobrevivientes en estado de destierro, así mismo el seguimiento de la sentencia T-025 de 2004. Y la última recomendación es sobre el seguimiento de las anteriores recomendaciones, se le da la función a la Defensoria del Pueblo y a la Procuraduría General de la Nación hacer un proceso de seguimiento a la adopción de las anteriores recomendaciones expuestas por al Grupo Memoria Histórica perteneciente a la Comisión Nacional de Reparación y Reconciliación.

EXCEPCIONALIDAD, CONFLICTO Y MULTITUD

5 Ibíd. Pág. 317. con respecto a esto también sería interesante que estas instancias estatales apoyaran y fortalecieran los procesos barriales y populares, porque, es desde allí donde se construye verdaderamente la memoria colectiva.6 Ibíd. Pág. 317- 318.7 Ibíd. Pág. 319.

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El salado es un corregimiento del municipio de Carmen de Bolívar, con una población que por su buena organización comunitaria nunca demandó la presencia del Estado en su territorio, antes, claro esta de aquel aterrador febrero del año 2000 que marcaría sus vidas para siempre, que acabaría con sus sueños y sus esperanzas. El 16 de febrero del 2000 comenzaron a hacer incursión por lo menos 450 hombres y mujeres altamente armados, se presentaron a los y las habitantes del corregimiento como Paramilitares, estos venían con un el discurso de guerra que azotaba en país por aquel entonces, buscando guerrilleros sus más profundos enemigos con el fin de acabar con su práctica insurgente, porque sería la única forma de que los terratenientes y latifundistas pudieran permanecer estables política y económicamente.

La dinámica de poder que se presentó por esos días nos hace recordar a Carl Schimitt, aplicando su teoría a la realidad concreta colombiana los paramilitares lograrían sus objetivos militares, eliminando o desapareciendo a sus adversarios, juega en este terreno lo propuesto por Schimitt, de la política como el ser amigo o ser enemigo, para el caso de la masacre de El Salado el enemigo para los paramilitares. Como ya se ha dicho, es la insurgencia y los amigos ¿quiénes los representarían?, sí, efectivamente, La Fuerza Pública, los políticos corruptos, latifundistas, empresarios que con tal de darle la estabilidad hegemónicamente dominante a las clases adinerados de este país, no les importó pasar por encima de las clases subalternas. los tres paramilitares grupos comandados por: alías “El Tigre”, alías “Cinco Siete” y por alías “amaury” que llegaron a El Salado no se guiaron por las leyes y dudo mucho que alguna vez hubieran hecho, lo importante aquí es que durante los cinco días que duro la masacre (16 al 21 de febrero del 2000) los “paras” tenían el poder- tal y como lo describía Schimitt para el caso del dictador- de la vida y de la muerte, de la vida en el caso de las selecciones que los “desmovilizados de las Guerrillas ” hacían tildando a la población de tener vínculos directos con la insurgencia, lo hicieron el parque principal sin dárseles nada.

El Estado de Excepción que se proclamó por aquellos días grises trajo consigo: el veto de los derechos de los y las habitantes del salado, el silenciamiento de su voz al no poderse revelar contra los que tenían en ese momento el poder (“´paras”) por su estado de indefensión. Los paramilitares hicieron de las personas habitantes de El Salado Homo Sacers y femina sacers los cuales “Son los cuerpos, absolutamente expuestos a recibir la muerte, de los súbditos, los que forman el nuevo cuerpo político de Occidente8” con el fin de mantener el equilibrio político, los y las sacer son la vida absolutamente expuesta a que se le de la muerte, objeto de violencia que excede tanto la esfera del derecho como la esfera del sacrificio, las víctimas de los paramilitares se pueden comparar con esta definición de Giorgio Agamben. Lo excepcional en este caso las masacres de los actores armados en el seno del conflicto armado por el que está atravesando Colombia se normalizan. La destrucción de los sueños y proyectos sociales que se planteaban los y las pobladoras en el corregimiento que sería a fin con el concepto de la Nuda Vida propuesto por Agamben que implica la vida dentro de un proyecto individual o grupal que le da sentido a la misma, una vida políticamente desprotegida en la cual ni la Fuerza Pública, ni el Estado se preocuparon. El Salado en Colombia se convirtió en una especie de Campo de Concentración

Sin embargo en días

8 Múnera, Leopoldo citando a Giorgio Agamben, Homo Sacer. El poder soberano y la nuda vida.