la leyenda del cerro de caballo blanco

2
La leyenda del cerro de Caballo Blanco uenta la leyenda que en épocas antiguas, cuando la región de Lambayeque era aún habitada por la poderosa cultura de los Moche, una nave perdida de su rumbo arribó a estas costas. Los tripulantes de aquella nave eran de una raza desconocida para los pobladores de la zona pues provenían de los confines de Oriente. C La tripulación de la nave traía consigo un animal, para ser exactos, era lo que se conoce ahora como un caballo. El caballo era de una hermosura particular, ya que su pelaje era blanco, y brillaba tanto como la misma Luna. Los mochicas, provenientes de la zona conocida hoy como Collique, encontraron en el bello animal un ser digno de admiración, pues creyeron era un mensaje de su dios Aia- Paec. Su espíritu guerrero los llevó a posesionarse del caballo y deshacerse de la tripulación. El caballo se mantuvo lejos de la mirada del pueblo, y el animal pasó al cuidado del Cie-Quich, el gobernante del valle, y los sacerdotes. Muy pronto el resto de la población empezó a sentir curiosidad por el caballo que había llegado de tan lejos, y empezaron a exigir se les permitiera verlo. Ante la negativa del gobernante y los sacerdotes, el pueblo decidió rebelarse, olvidándose de su fidelidad como vasallos. Se libraron grandes batallas por el animal, y la sangre corrió, tanto como el paso del tiempo.

Upload: cinthya-mori

Post on 02-Aug-2015

42 views

Category:

Documents


2 download

TRANSCRIPT

Page 1: La Leyenda Del Cerro de Caballo Blanco

La leyenda del cerro de Caballo Blanco

uenta la leyenda que en épocas antiguas, cuando la región de

Lambayeque era aún habitada por la poderosa cultura de los Moche,

una nave perdida de su rumbo arribó a estas costas. Los tripulantes

de aquella nave eran de una raza desconocida para los pobladores de la zona

pues provenían de los confines de Oriente.

CLa tripulación de la nave traía consigo un animal, para ser exactos, era lo que

se conoce ahora como un caballo. El caballo era de una hermosura particular,

ya que su pelaje era blanco, y brillaba tanto como la misma Luna. Los

mochicas, provenientes de la zona conocida hoy como Collique, encontraron

en el bello animal un ser digno de admiración, pues creyeron era un mensaje

de su dios Aia-Paec. Su espíritu guerrero los llevó a posesionarse del caballo y

deshacerse de la tripulación.

El caballo se mantuvo lejos de la mirada del pueblo, y el animal pasó al

cuidado del Cie-Quich, el gobernante del valle, y los sacerdotes. Muy pronto el

resto de la población empezó a sentir curiosidad por el caballo que había

llegado de tan lejos, y empezaron a exigir se les permitiera verlo. Ante la

negativa del gobernante y los sacerdotes, el pueblo decidió rebelarse,

olvidándose de su fidelidad como vasallos. Se libraron grandes batallas por el

animal, y la sangre corrió, tanto como el paso del tiempo.

El Cie-Quich al darse cuenta de que su pueblo iba a seguir luchando por

mucho tiempo más con tal de tener al bello animal y que aun logrado su

objetivo se librarían más guerras, llevando al ocaso a dicha civilización,

decidió darlo en ofrenda a su dios, pidiendo que la paz regrese nuevamente y

ofreciendo que su pueblo nunca más codiciaría al caballo. Se dice que al día

siguiente de sacrificado el bello animal, en los límites del pueblo de Collique y

Huaca de Piedra, surgió un hermoso cerro, cuyas faldas se poblaron de arena

blanca formándose una imagen cuya forma hacia recordar mucho al bello

caballo. Desde aquel entonces dicho cerro se conoce como Caballo Blanco,

dándole en la actualidad la misma denominación.