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https://OneMoreLibrary.com La letra escarlata Nathaniel Hawthorne D. Appleton y Cía, Nueva York, 1903

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Laletraescarlata

NathanielHawthorne

D.AppletonyCía,NuevaYork,1903

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LALETRAESCARLATANOVELAESCRITAENINGLÉS

POR

NATANIELHAWTHORNE

VERSIÓNCASTELLANADEFRANCISCOSELLÉN

TERCERAEDICIÓN

NUEVAYORKD.APPLETONYCOMPAÑÍA,EDITORES

1903

COPYRIGHT,1894,BYD.APPLETONANDCOMPANY.

Lapropiedaddeestaobraestáprotegidaporlaleyenvariospaíses,dondeseperseguiráálosquelareproduzcanfraudulentamente.

Traducciónespañola,registradasegúnelTratadoInternacionaldePropiedadLiteraria.

INTRODUCCIÓNPREFACIODELAUTORÁLASEGUNDAEDICIÓNAMERICANA

LAADUANALALETRAESCARLATA:I,II,III,IV,V,VI,VII,VIII,IX,X,XI,XII,XIII,XIV,

XV,XVI,XVII,XVIII,XIX,XX,XXI,XXII,XXIII,XXIV.

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INTRODUCCIÓN

——AL presentar en lengua castellana la obra maestra del novelista americano Nataniel

Hawthorne,quesindudaestambiénunadelasmásnotablesproduccionesdelaliteraturaamenadelosEstadosUnidos,hemoscreídoconvenientehacerlaprecederdelatraduccióndelospárrafosque,ámaneradeprefacio,aparecenenunadelasúltimasedicionesdeestanovelaensuidiomanativo.Comoveráelqueloleyere,sedanendichotrabajoalgunosdetalles,quenocarecendeinterés,acercadelaobraydesuautor:—

“LA LETRA ESCARLATA fué la primera producción de gran aliento que escribióHawthornedespuésdehabersedadoáconocerconsus“Cuentosdosvecesreferidos;”ytambién el primero de sus libros que alcanzó popularidad. En el intermedio habíapublicado“ElSillóndelAbuelo,”paraniños,y “Musgosdeunaantiguamorada;”perosolo después de fijada su residencia en Salem, donde desempeñaba el empleo deAdministrador de la Aduana de aquel puerto, fué cuando comenzó á experimentar lasensación,segúnmanifestóélmismoáunamigosuyo,de“queunanovelalebullíaenelcerebro.”Estanovelaeslaquehoygozadefamauniversalyseofreceáloslectoresenelpresentevolumen.Lacomenzóáprincipiosdelinviernode1849á1850,ylaterminóen3deFebrerodel añoúltimamente nombrado.Al día siguiente de concluída, escribió á suamigoHoracioBridgediciéndole:—

“Ayerfuécuandovineádarremateámilibro,unapartedelcual,elprincipio,sehallabayaenprensaenBoston,mientras laotra,el final,aunyacíaen lasprofundidadesdemicerebro, en esta ciudad de Salem; demodo que, comoVd. vé, la historia tiene por lomenos catorce millas de largo.[1]… Algunas partes están escritas con vigor; pero misproduccionesnuncasehandirigidonisedirigiránjamásálossentimientosgeneralesdelahumanidad, y por lo tanto no serán nunca muy populares; y si bien hay personas quegustanmuchodemisescritos,hayotrasáquieneslessoncompletamenteindiferentesynoencuentran en ellos nada digno de notarse. Precede á este libro una introducción (LaAduana)en laquebosquejomividadeempleado:haydevezencuandoenellaciertaspinceladas, que acaso la hagan más interesante que la historia misma, la cual es enextremosombría.”

Lograve y lóbregode la situación en que había colocado áEster y áDimmesdale leabrumabandetalmodo,quedecíadesímismoque,duranteelinviernocitado,suespírituhabíasido“untegidodedolores.”Hawthorne,ásemejanzadeBalzac,seaislabamientrasestabaescribiendounanovela;ypuededecirse,sinexageración,queentoncesapenasveíaánadie.Enciertasépocasdesuvidallegóánotarsequeadelgazabadeunamaneravisible;yhastaquépunto leconmovían lasvicisitudesde losserescreadosporsu imaginación,puedejuzgarseporelsiguientepasajedesus“Notasinglesas,”dondeconfechade14deSeptiembrede1855,dice:—

“Al hablar de Thackeray, no puedo menos que sorprenderme de la indiferencia quemostraba respectoá lassituacionespatéticasdesusobras,ycompararlacon laemociónque experimenté yo al leer á mi esposa la última escena de La Letra Escarlata,inmediatamentedespuésdeescrita.Nopuedodecirque la leí, sinoque tratédehacerlo,pues mi voz se henchía y se elevaba, como si me viera levantado ó hundido,

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alternativamente,porlasolasdelmarcuandocomienzaácalmarsetrasunatempestad.”Nisóloenlashorasenque,plumaenmano,seempleabaHawthorneenlacomposición

de sus ficciones embargaban éstas sus potencias.Mientras estuvo escribiendoLa LetraEscarlata, se le veía con frecuencia olvidarse de cuanto le rodeaba, sumergido enprofundo ensimismamiento. Refiérese que un día, hallándose en este estado, tomó delcosturero de su esposa una pieza que ella estaba cosiendo, y la picó en pedazos muymenudos,sinrepararenloquehabíahecho.Estacostumbrededestruccióninconscientedatabadesujuventud.ElqueestoescribeposeeunsillónmecedorqueusóHawthorne,ydelquecasihizodesaparecerlosbrazosconuncortaplumasmientrasestabaenelcolegioóestudiandosuslecciones,ódivagandoconlaimaginaciónporlosespacios.

EnFebrerode1850fuéterminadaLaLetraEscarlata,peronosepublicóhastaelmesdeAbril;yaunqueeleditor,queeraelSr.Fields, formóelmáselevadoconceptodesuméritocomoobradearte,parece,sinembargo,quenoteníamuchaconfianzaensuvalorcomercialinmediato,sihemosdejuzgarporloshechossiguientes.Laprimeraediciónfuédecincomilejemplares, loqueyaeraunbonitonúmero;peroel tipoconquesehabíaparadoellibrosedistribuyóinmediatamente,loquepruebaquenoseabrigabanmuchasesperanzasdeobtenerunaventarápida.Perolaedicióndesaparecióendiezdías,yhubonecesidad de parar de nuevo todo el libro y estereotiparlo para poder dar abasto á lademanda.

UnapruebadelamaneraconquellevabaácaboHawthornesustareasliterarias,ydelamadurezconquemeditabasusnovelasdesdequeconcebíalaprimeraidea,noslaofrecesuhistoriade“EndicottylaCruzRoja,”escritaypublicadaantesde1845.Háblaseenesaproducciónde—“unajovendotadadebellezanadacomún,cuyodestinofuéllevarlaletraAenelcuerpodelvestido,álavistadetodoelmundo,yaundesusmismoshijos,quienessabían lo que esa letra significaba. Como si se recreara en su propia infamia aquellacriaturaperdidayllenadedesesperación,habíabordadoladivisafatídicaenpañodecolorescarlata,conhilosdorados,ycontodoelartedequeescapazlaaguja;detalmodo,queaquellaAmayúsculapodríahabersetomadoporlainicialdelavozAdmirableódeotraporelestilo,exceptoladeAdúltera,querealmentesignificaba.”Cuandosepublicódichahistorieta,laSrta.E.P.Peabodyleescribióáunamigo:“Yaoiremosalgomásacercadeestaletra,puesesevidentequehahechoprofundaimpresiónenelánimodeHawthorne.”Muchos años después de publicadas las líneas arriba citadas, que aparecen en sus“Cuentosdosveces referidos,”elcastigoespecialaludidoenellasvinoá transformarse,mercedáunacompletaelaboraciónmental,enelargumentodeLaLetraEscarlata.Esunhechoauténticoqueel códigopuritano imponía semejantecastigo;y se supone

queHawthorneloviómencionadoenalgunodelosarchivosdeBoston,yaúnpuedeverseen las leyes de la Colonia de Plymouth del año 1658. No hace mucho que el eruditoinvestigadordelosanalesdelaNuevaInglaterra,elReverendoDr.JorgeEllis,vecinodeBoston,manifestó incidentalmente, en una conferencia pública, que no había ni elmásligero asomo de verdad en lo referente al carácter y personalidad delministro que tanimportantepapeldesempeñaenLaLetraEscarlata.SostieneelDr.Ellis,quepuestoquese hace predicar á Dimmesdale el sermón de la elección el año en que falleció elGobernadorWinthrop,esclaroqueDimmesdalepersonificatambiénalReverendoTomásCobbett, vecino de Lynn, que fué realmente quien predicó dicho sermón en el referido

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año; y agregó que deseaba defender su memoria de cualquier sospecha que pudiesenabrigarlosque,comoél,hubierancreídoqueDimmesdaleerasimplementeunamáscarabajo la cual se ocultaba Cobbett, el verdadero predicador de aquella época. En aqueltiempo, dijo, no había enBoston sino una iglesia, y sus pastores óministros eran JuanWilsonyJuanCotton.EnlanovelasemencionaáWilsonconsupropionombre;demodoquenopuede confundirse su identidad con la deDimmesdale; ni hay tampocomotivosparasuponerqueHawthornetuvieselamásligeraintencióndequeJuanCottonóTomásCobbett,deLynn,cargasenconeldelitodesuministroimaginario.Lameracircunstanciade ser ficticio el nombre de Arturo Dimmesdale, mientras el Reverendo Wilson y elGobernadorBellinghamfiguranconsusnombresy títulosverdaderos,deberíaconstituirsuficiente prueba para no imputar los hechos de Dimmesdale al Reverendo Cobbett,predicador genuino del sermón de la elección en 1649. Téngase presente que estadisquisición erudita sirve tan sólo para realzar la verosimilitud de la novela, por serincuestionables suverdadpoéticageneraly laposibilidaddeque la acciónpasara en laNuevaInglaterradelosprimerostiempos.

Creo que hasta ahora no se ha mencionado la circunstancia de que cuando teníaHawthornecasiconcluídalanovela,leyóloescritoásuesposa,ypreguntándoleéstacuálsería el desenlace, obtuvopor toda respuesta: “Realmenteno sé.”Á su cuñada, laSrta.Peabody,ledijounavez:“Ladificultadnoestribaencómodecirlascosas,sinoenloquesehadedecir,”—significandoconesto,quecuandoempezabaáescribiralgo,teníayaelasuntotanbienestudiadoydesenvueltoensucerebro,quesólosetratabaentoncesdeloque debía elegirse; y fácil es de comprender que, al llegar á la solución final de unproblema dificultoso, viéndose arrastrado en diversas direcciones por los interesescontrariosdelosdiferentespersonajes,vacilaseacercadeldesenlacequeteníaquedarálaobra.

CuandosepublicóLaLetraEscarlatarecibióHawthornenumerosascartasdepersonasdesconocidas que, ó habían delinquido, ó estaban en gran peligro de delinquir, y sehallabanpadeciendolasconsecuenciasdesusituaciónespecial.Estaspersonassedirigíanalautorensolicituddeconsejos,comosisetrataradeunamigoexperimentado,ódeunantiguoyvenerableconfesor.

Elcapítulo titulado“LaAduana,”quesirvede introduccióná lanovela,destinadoporHawthorneáqueformaraunaespeciedecontrasteconelcuadrosombríode lahistoria,gracias á la ligereza de las pinceladas y al buen humor que en él reinan, realizóperfectamenteelfinapetecido;peroenlaépocaenquesepublicó,suinocentedesenfadoconcitócontraelautorlasirasdealgunosdelosciudadanosdeSalem,quecreyeronverseretratados á lo vivo en los bosquejos de empleados de quienes ya nadie se acuerda. Seaseguraquehuboquien,ápesardeserpersonainteligente,seabstuvoporcompletoenlosucesivodeleernadadeloqueHawthorneescribió.¡Extrañavenganzaquepareceideadaexpresamenteenperjuiciodelquelaperpetró,sinqueelautorpadecieralomásmínimo,puesnuncallegóásusoídossemejanteresolución!

Hastaaquílotraducido.Pocotenemosqueagregaráloqueenlaspáginasqueprecedensediceacercadelméritodeestenotable libro.Comosehabrávistoenellas, laprimeraedición,queconstóde5,000ejemplares,seagotóenelbreveespaciodediezdías.Desde1850,fechaenquesepublicóLALETRAESCARLATA,sureputaciónhaidoconstantemente

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en aumento, y las edicionesde todas clases y de todosprecios, se han sucedidounas áotras,nosóloenlosEstadosUnidos,sinoenInglaterra,gozandodeunagranpopularidadentodoslospaísesenquesehablaelinglés.Elteatrosehaapoderadodelanovela,ylahaconvertidoendrama:tenemosnoticiasdedos.Uno,queseremontaámuchosañosatrás,esproduccióndeundramaturgoamericano,nomuyconocido,GabrielHarrison;elotro,másreciente,esobradelautordramáticoinglésJ.Hatton,yseharepresentadoenestosúltimostiemposenlosteatrosdeNuevaYork.Perolosdramasestánmuypordebajodelanovela.SehablatambiéndehacerunaóperadeestavigorosaobramaestradelaliteraturanovelescadelosEstadosUnidos.

LALETRAESCARLATAsehatraducidoácasitodoslosidiomaseuropeos.Noconocemosversiónalgunaencastellano,álomenosnohallegadoánuestrasmanos.Enlapresentehemos procurado reproducir, hasta donde es posible, las peculiaridades del estilo deHawthorne,nadasencilloporcierto,antesalcontrario,elaboradísimoyabundanteentodaclasedemetáforas,imágenesycomparaciones.Silohemosconseguido,ellectorlodirá.

F.S.Juliode1894.

PREFACIODELAUTORÁLASEGUNDAEDICIÓNAMERICANA

——CONgransorpresadelautor,yhabiéndoleproporcionado,sicabe,mayordivertimiento

que sorpresa, ha llegado á sus noticias que el bosquejo que sirve de introducción áLALETRAESCARLATA,relativoálavidaoficialdelosempleadosdelaAduanadeSalem,hasido causa de no poca algarada y agitación en la respetable comunidad donde vive. Áduraspenashabrían sidomás intensos esos sentimientos, si el autor hubiese reducido ácenizaseledificiodelaAduana,apagandosusúltimosrescoldosconlasangredeciertovenerable personaje, contra quien se le supone la más negra inquina. Y como ladesaprobacióndelpúblico,dadocasodemerecerla,habríasidoinsoportableparaelautor,deseaéstemanifestarqueha releídoatentamente laspáginasdedicha introducción,conánimo de suprimir ó alterar todo aquello que pudiera parecer descomedido ó impropio,subsanando,encuantolefueradable,lasatrocidadesdequeseleacusa.Sinembargo,loúnicoquehapodidohallarenelbosquejoesciertodesenfadoybuenhumor,unidosálaexactitudgeneralconquehaexpresadolaimpresiónsinceraquedejaronensuánimoloscaracteresallídescritos.Yenloquehaceáinquina,malquerencia,óenemistadalguna,yapolítica, ya personal, confiesa redondamente, que no hay nada de eso. Quizás el talbosquejopudohabersesuprimidosinpérdidaparaelpúblico,nidetrimentodellibro:perounavez que tomó la resolución de escribirlo, no cree que pudiera haberse inspirado ensentimientosdemayorbenevolencia,ni,hastadondealcanzansusfuerzas,haberlollevadoácaboconmayorverdad.

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Porconsiguiente,elautorseveobligadoáreimprimirelbosquejodeintroducción,sinalterarunapalabra.

N.H.SALEM,Marzo30,1850.

LALETRAESCARLATA————

LAADUANA

INTRODUCCIÓNÁLALETRAESCARLATA

NOdejadesersingularque,ápesardemipocaaficiónáhablardemipersonaydemisasuntos,niaunámisamigosíntimoscuandoestoyenmihogar,alamordelalumbre,sehaya sin embargo apoderado demí, en dos ocasiones distintas, una verdadera comezónautobiográfica al dirigirme al público. Fué la primera hará cosa de tres ó cuatro añoscuando, sin motivo justo que lo excusara, ni razón de ninguna especie que pudieranimaginarelbenévololectoróelautorintruso,obsequiéáaquelconunadescripcióndemigénero de vida en la profunda quietud de la “Antigua Mansión.”[2] Y ahora, porqueentonces,sinméritosquelojustificaran,tuveunoódosoyentes,echodenuevomanoalpúblico por el ojal de la levita, por decirlo así, y quieras que no quieras, me pongo ácharlar de mis vicisitudes durante los tres años que pasé en una Aduana. Parece, noobstante,quecuandounautordasuspáginasá lapublicidad,sedirige,noá lamultitudquearrojarááunladoellibro,ójamáslotomaráenlasmanos,sinoálosmuycontadosque lo comprenderán mejor que la mayoría de sus condiscípulos de colegio ó suscontemporáneos. Y no faltan autores que en este punto vayan aún más lejos, y secomplazcan en ciertos detalles confidenciales que pueden interesar sólo, yexclusivamente,áuncorazónúnicoyáunainteligenciaenperfectasimpatíaconlasuya,comosiel libroimpresoselanzaraalvastomundoconlacertezadequehadetropezarconelsérqueformaelcomplementodelanaturalezadelescritor,completandoelcírculode su existencia al ponerlos así en mutua comunicación. Sin embargo, no me parecedecoroso hablar de símismo sin reserva alguna, aun cuando se haga impersonalmente.Pero como es sabido que si el orador no se pone en completa é íntima relación con suauditorio,lospensamientoscarecerándevidaycolor,ylafrasequedarádesmayadayfría,esdeperdonarsequenosimaginemosqueunamigo,sinnecesidaddequeseamuyíntimo,aunque sí benévolo y atento, está prestando oídos á nuestra plática; y entonces,

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desapareciendo nuestra reserva natural, merced á esta especie de intuición, podremoscharlardelascosasquenosrodean,yaundenosotrosmismos,perosiempredejandoqueelrecónditoYonosehagademasiadovisible.Hastaeseextremo,ydentrodeestoslímites,semealcanzaqueunautorpuedeserautobiográfico,sinviolarciertasleyesyrespetandociertasprerrogativasdellectoryaunlasconsideracionesdebidasásupersona.

Yaseecharádeverqueestebosquejode laAduananocarecedeoportunidad,por lomenosdeesaoportunidadapreciadasiempreenlaliteratura,puestoqueexplicalamaneracomollegaronámismanosmuchasdelaspáginasquevanácontinuación,á lavezquepresentaunapruebadelaautenticidaddelahistoriaqueenellasserefiere.Enrealidad,laúnicarazónquehetenidoparaponermeencomunicacióndirectaconelpúblico,vieneásereldeseodepresentarmecomoautordelamáslargademisnarraciones;yalpasoquerealizaba mi objeto principal, me pareció que podría permitírseme, por medio de unascuantas pinceladas, dar una vaga idea de un género de vida hasta ahora no descrito,bosquejandolosretratosdealgunasdelaspersonasquesemuevenenesecírculo,entrelascualeslacasualidadhahechoquesecontaraelautor.

HabíaenmiciudadnataldeSalem,harácosademediosiglo,unmuellemuyllenodeanimación,yquehoysucumbebajoelpesodealmacenesdemaderacasipodrida.Apenasse ven otras señales de vida comercial que uno que otro bergantín ó barca, atracado alcostadodelmelancólicomuelle,descargandocueros,óalgunagoletadeNuevaEscociaenque se está embreandoun cargamentode leñaquehade servir para hacer fuego en laschimeneas.Dondecomienzaestedilapidadomuelle,ávecescubiertoporlamarea,sealzaunespaciosoedificiodeladrillos,desdecuyasventanassepuededisfrutardelavistadelaescenapocoanimadaquepresentanlascercanías,ydelaabundantehierbaquecreceportodaspartes,yhandejadotrassílosmuchosañosyelescasomovimientocomercial.Enelpunto más alto del techo del espacioso edificio de que se ha hecho mención, yprecisamentedurantetreshorasymediadecadadía,ácontardelmediodía,flotaalaireóse mantiene tranquila, según que la brisa sople ó esté encalmada, la bandera de larepública,perocon las treceestrellasenposiciónverticalynohorizontal, loque indicaque aquí existe unpuesto civil, y nomilitar, del gobiernodelTíoSamuel.[3]Adorna lafachada un pórtico formado de media docena de pilares de madera que sostienen unbalcón,debajodelcualdesciendehacialacalleunaescaleraconanchasgradasdegranito.Encima de la entrada se cierne un enorme ejemplar del águila americana, con las alasabiertas,unescudoenelpechoy,silamemorianomeesinfiel,unhazderayosydardosencadagarra.Con la faltaacostumbradadecarácterpeculiaráestamalaventuradaave,parece,ájuzgarporlafierezaquedespliegansupicoyojosylageneralferocidaddesuactitud,queestádispuestaácastigaralinofensivovecindario,previniendoespecialmenteátodos los ciudadanos que estimen en algo su seguridad personal, que no perjudiquen lapropiedad que proteje con sus alas. Sin embargo, á pesar de lo colérico de su aspecto,muchas personas están tratando, ahora mismo, de guarecerse bajo las alas del águilafederal,imaginandoquesupechoposeetodalablanduraycomodidaddeunaalmohadadeedredón.Perosuternuranoesgrande,enverdad,aunensushorasmásapacibles,ytardeótemprano,—másbienloúltimoqueloprimero,—puedearrojardelnidoásuspolluelos,conunarañazodelasgarras,unpicotazo,óunaescocedoraheridacausadaporsusdardos.

Elsueloalrededordeledificioqueacabodedescribir—queunavezportodasllamarélaAduanadelPuerto—tienelasgrietasllenasdehierbastanaltasyentalabundancia,que

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bienálasclarasdemuestraqueenlosúltimostiemposnosehavistomuyfavorecidoconla numerosa presencia de hombres de negocios. Sin embargo, en ciertosmeses del añosuelehaberalgunoqueotromediodíaenquepresentaunaspectomásanimado.Ocasionessemejantespueden traerá lamemoriade losciudadanosyaentradosenaños, el tiempoaquel antes de la última guerra con Inglaterra[4] en que Salem era un puerto deimportancia,ynodesdeñadocomoloesahoraporsuspropioscomerciantesynavieros,quepermitenquesusmuellessedestruyan,mientrassustransaccionesmercantilesvanáengrosar,innecesariaéimperceptiblemente,lapoderosacorrientedelcomerciodeNuevaYorkóBoston.Enunodeesosdías,cuandohanllegadocasiálaveztresócuatrobuques,porlocomúndeÁfricaódelaAméricadelSur,ócuandoestánápuntodesalirconesedestino,seoyeelfrecuenteruidodelaspisadasdelosquesubenóbajanátodaprisalosescalonesdegranitode laAduana.Aquí, aun antesdeque su esposa le haya saludado,podemosestrecharlamanodelcapitándelbuquereciénllegadoalpuerto,conlospapelesdel barco en deslustrada caja de hojalata que lleva bajo el brazo.Aquí también se nospresenta el dueño de la embarcación, de buen humor ómal talante, afable ó áspero, ámedida que sus esperanzas acerca de los resultados del viaje se habían realizado óquedado fallidas; esto es, si las mercancías traídas podían convertirse fácilmente endinero,ó si erandeaquellasqueáningúnpreciopodríanvenderse.Aquí igualmente seveíaelgermendelmercaderdearrugadoceño,barbagrisyrostrodevoradodeinquietud,eneljovendependiente,llenodeviveza,quevaadquiriendoelgustodelcomercio,comoellobeznoeldelasangre,yqueyaseaventuraáremitirsusmercancíasenlosbuquesdesuprincipal,cuandoseríamejorqueestuvierajugandoconbarquichuelosenelestanquedelmolino.Otradelaspersonasquesepresentaenescenaeselmarineroenganchadoparael extranjero, queviene enbuscadeunpasaporte; ó el que acabade llegardeun largoviaje,todopálidoydébil,quebuscaunpaseparaelhospital.NidebemostampocoolvidaráloscapitanesdelasgoletasquetraenmaderadelasposesionesinglesasdelaAméricadelNorte;marinosde rudoaspecto, sin lavivezadelyankee,peroquecontribuyenconunasumanodespreciableámantenereldecadentecomerciodeSalem.

Lareunióndeestasindividualidadesenungrupo,loqueacontecíaáveces,juntamenteconladeotraspersonasdedistintaclase,infundíaálaAduanaciertavidadurantealgunashorasconvirtiéndolaenteatrodeescenasbastanteanimadas.Sinembargo,loqueconmásfrecuencia se veía á la entrada del edificio, si era en verano, ó en las habitacionesinteriores, sieraen invierno,ó reinabamal tiempo,eraunahileradevenerables figurassentadasensillonesdeltiempoantiguocuyaspatasposterioresestabanreclinadascontrala pared.Con frecuencia también se hallaban durmiendo; pero de vez en cuando se lesveíadepartirunosconotrosenunavozqueparticipabadelhablaydel ronquido,yconaquellacarenciadeenergíapeculiarálosinternosdeunasilodepobresyátodoslosquedependen de la caridad pública para su subsistencia, ó de un trabajo en que reina elmonopolio,ódecualquieraotraocupaciónquenoseauntrabajopersonaléindependiente.Todos estos ancianos caballeros,—sentados como San Mateo cuando cobraba lasalcabalas, pero que de seguro no serán llamados como aquel á desempeñar unamisiónapostólica,—eranempleadosdeAduana.

Alentrarporlapuertaprincipaldeledificiosevéámanoizquierdauncuartoúoficinadeunosquincepiescuadradosdesuperficie,aunquedemuchaaltura,condosventanasenformadearco,desdedondesedominaelantedichodilapidadomuelle,yunaterceraque

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daáunaestrechacallejuela,desdedondesevétambiénunapartedelacalledeDerby.Delastresventanassedivisanigualmentetiendasdeespecieros,defabricantesdegarruchas,vendedoresdebebidasmalas, ydevelaspara embarcaciones.Delantede laspuertasdedichastiendasgeneralmentesevengruposdeviejosmarinerosydeotrosfrecuentadoresde los muelles, personajes comunes á todos los puertos de mar, charlando, riendo yfumando.El cuartodequehabloestá cubiertodemuchas telarañasyembadurnadoconunamanodepinturavetustísima;supavimentoesdearenaparduzca,deunaclasequeyaenningunaparteseusa;ydeldesaseogeneraldelahabitaciónbienpuedeinferirsequeesunsantuarioenquelamujer,consusinstrumentosmágicos,laescobayelestropajo,muyrara vez entra. En cuanto ámueblaje y utensilios, hay una estufa con un tubo ó cañónvoluminoso; unviejopupitre depino conun taburete de tres pies; dosó tres sillas conasientos demadera, excesivamente decrépitas y nomuy seguras; y—para no olvidar laBiblioteca—unos treinta ó cuarenta volúmenes de las Sesiones del Congreso de losEstados Unidos y un ponderoso Digesto de las Leyes de Aduana, todo esparcido enalgunosentrepaños.Hay,además,untubodehojadelataqueasciendehastaelcielodelahabitación, atravesándolo, y establece una comunicación vocal con otras partes deledificio.Yenelcuartodescrito,habrádeestounos seismeses,paseándosede rincónárincón,óarrellanadoeneltaburete,decodossobreelpupitre,recorriendoconlavistalascolumnasdelperiódicodelamañana,podríashaberreconocido,honradolector,almismoindividuoqueya te invitóenotro libro[5]ásureducidoestudio,donde los rayosdelsolbrillaban tan alegremente al través de las ramas de sauce, al costado occidental de laAntiguaMansión.Perosiseteocurrieraahorairallíávisitarle,envanopreguntaríasporel Inspector de marras. La necesidad de reformas y cambios motivada por la política,barrió con su empleo, y un sucesormásmeritorio se ha hecho cargo de su dignidad, ytambiéndesusemolumentos.

Esta antigua ciudad de Salem,—mi ciudad natal,—y no obstante haber vividomuchotiempolejosdeella,tantoenmiinfanciacomomásentradoenaños,es,ófuéobjetodeuncariñodepartemíadecuyaintensidadjamáspudedarmecuentaenlastemporadasqueenellaresidí.Porque,enhonordelaverdad,siseconsideraelaspectofísicodeSalem,consu suelo llano ymonótono, con sus casas casi todas demadera, conmuy pocos ó casiningúnedificioqueaspireálabellezaarquitectónica,—conunairregularidadquenoesnipintoresca, ni rara, sino simplemente común,—con su larga y soñolienta calle que seprolongaen toda la longitudde lapenínsuladondeestá edificada,—yqueestos son losrasgoscaracterísticosdemiciudadnatal,tantovaldríaexperimentaruncariñosentimentalhaciauntablerodeajedrezendesorden.Ysinembargo,aunquemásfelizindudablementeencualquieraotraparte,alláen lo íntimodemisérexisteunsentimientorespectode lavieja ciudad de Salem, al que, por carecer de otra expresiónmejor,me contentaré conllamarloapego,yqueacasotienesuorigenenlasantiguasyprofundasraícesquepuededecirsehaechadomifamiliaensusuelo.Enefecto,haceyacercadedossiglosycuartoque el primer emigrante británico de mi apellido hizo su aparición en el agresteestablecimientorodeadodeselvas,queposteriormenteseconvirtióenunaciudad.Yaquíhannacidoyhanmuertosusdescendientes,yhanmezcladosuparteterrenalconelsuelo,hastaqueunaporciónnopequeñadelmismodebedetenerestrechoparentescoconestaenvolturamortalenque,duranteuncortoespaciodetiempo,mepaseoporsuscalles.Deconsiguiente, el apego y cariño de que hablo, viene á ser simplemente una simpatíasensualdelpolvohaciaelpolvo.

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Pero seade ello loque fuere, ese sentimientomío tiene su ladomoral.La imagendeaquelprimerantepasado,alquelatradicióndelafamiliallegóádotardeciertagrandezavagaytenebrosa,seapoderóporcompletodemiimaginacióninfantil,yaúnpuedodecirque no me ha abandonado enteramente, y que mantiene vivo en mí una especie desentimiento doméstico y de amor á lo pasado, en que por cierto no entra por nada elaspecto presente de la población. Seme figura que tengomuchomás derecho á residiraquí, á causa de este progenitor barbudo, serio, vestido de negra capa y sombreropuntiagudo,quevinohatantotiempoconsuBibliaysuespada,yhollóestatierraconsuportemajestuoso, é hizo tanto papel como hombre de guerra y hombre de paz,—tengomuchomás derecho, repito,merced á él, que el que podría reclamar pormímismo, dequien nadie apenas oye el nombre ni vé el rostro. Ese antepasado mío era soldado,legislador,juez:suvozseobedecíaenlaiglesia;teníatodaslascualidadescaracterísticasdelospuritanos,tantolasbuenascomolasmalas.Eratambiénuninflexibleenemigo,deque dan buen testimonio los cuákeros en sus historias, en las que, al hablar de él,recuerdanunincidentedesuduraseveridadparaconunamujerdesusecta,sucesoqueesde temersedurarámás tiempoen lamemoriade loshombresquecualquieraotradesusbuenas acciones, con ser estas no pocas. Su hijo heredó igualmente el espíritu depersecución,ysehizotanconspícuoenelmartiriodelasbrujas,[6]quebienpuededecirseque lasangredeéstashadejadounamanchaensunombre. Ignorosiestosantepasadosmíospensaronalfinenarrepentirseypediralcieloquelesperdonarasuscrueldades;ósiaúngimenpadeciendo lasgravesconsecuenciasde susculpas, enotroestado.De todosmodos, el que estas líneas escribe, en su calidad de representante de esos hombres, seavergüenza, en su nombre, de sus hechos, y ruega que cualquiera maldición en quepudieranhaberincurrido,—dequehaoídohablar,ydequeparecedartestimoniolatristeypocopróspera condiciónde la familiadurantemuchasgeneraciones,—desaparezcadeahoraenadelanteyparasiempre.

No hay, sin embargo, duda de que cualquiera de esos sombríos y severos puritanoshabríacreídoqueerayasuficienteexpiacióndesuspecados,verqueelantiguotroncodelárbolde lafamilia,despuésde transcurridos tantosy tantosañosque lohancubiertodevenerablemusgo,hayavenidoáproducir,comofrutoqueadornasucima,unociosodemicategoría.Ningunodelosobjetosquemáscarosmehansido,loconsideraríanlaudable;cualquieraquefueseelbuenéxitoobtenidopormí,—siesqueenlavida,exceptoenelcírculodemisafectosdomésticos,mehasonreídoalgunavezelbuenéxito,—habríasidojuzgadoporelloscomocosasinvaloralguno,sinolocreíanrealmentedeshonroso.“¿Quées él?”—pregunta con una especie demurmullo una de las dos graves sombras demisantepasadosá laotra.“¡Unescritorde librosdehistorietas!¿Quéclasedeocupaciónesesta? ¿Qué manera será esta de glorificar á Dios, y de ser durante su vida útil á lahumanidad?¡Qué!Esevástagodegeneradopodríaconelmismoderechoserunrascadordeviolín.”¡Talessonloselogiosquemeprodiganmisabuelosaltravésdelocéanodelosaños! Y á pesar de su desdén, es innegable que en mí hay muchos de los rasgoscaracterísticosdesunaturaleza.

Plantado,pordecirloasí,conhondasraíceselárboldemifamiliaporesosdoshombresseriosyenérgicosenlainfanciadelaciudaddeSalem,hasubsistidoahídesdeentonces;siempredignoderespeto;nunca,queyosepa,deshonradoporningunaacciónindignadealgunodesusmiembros;pero,raravez,ónunca,habiendotampocorealizado,despuésde

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las dos primeras generaciones, hecho alguno notable ó que por lo menos mereciere laatencióndelpúblico.Gradualmentelafamiliasehaidohaciendocadavezmenosvisible,ámanera de las casas antiguas que van desapareciendo poco á pocomerced á la lentaelevación del terreno, en que parece comoque se van hundiendo.Durantemás de cienaños,padreséhijosbuscaronsuocupaciónenelmar:encadageneraciónhabíauncapitánde buque encanecido en el oficio, que abandonaba el alcázar del barco y se retiraba alantiguo hogar de la familia, mientras unmuchacho de catorce años ocupaba el puestohereditariojuntoalmástil,afrontandolaolasalobreylatormentaqueyahabíanazotadoásupadreyásuabuelo.Andandoeltiempo,elmuchachopasabadelcastillodeproaálacámaradelbuque:allícorríanentretempestadesycalmaslosañosdesujuventudydesuedadviril,yregresabadesusperegrinacionesporelmundoáenvejecer,morir,ymezclarsu polvomortal con el de la tierra que le vió nacer. Esta prolongada asociación de lafamilia con un mismo lugar, á la vez su cuna y su sepultura, crea cierta especie deparentescoentreelhombreylalocalidad,quenadatienequeverconlabellezadelpaisajeniconlascondicionesmoralesquelerodean.Puededecirsequenoesamorsinoinstinto.El nuevo habitante,—procedente de un país extranjero, ya fuere él, ó su padre, ó suabuelo,—noposeetítulosáserllamadoSalemita;notieneideadeesatenacidad,parecidaáladelaostra,conqueunantiguomoradorseapegaalsitiodondeunageneracióntrasotrageneraciónsehaidoincrustando.Pocoimportaqueellugarleparezcatriste;queestéaburridodelasviejascasasdemadera,delfangoydelpolvo,delvientoheladodelEsteyde laatmósferasocialaunmáshelada,—todoesto,ycualesquieraotras faltasqueveaóimaginever, nada tienenquehacer conel asunto.El encanto sobrevive,y tanpoderosocomosielterruñonatalfueraunparaísoterrestre.Esoesloquehapasadoconmigo.YocasicreíaqueeldestinomeforzabaáhacerdeSalemmihogar,paraquelosrasgosdelasfisonomíasyeltempledelcarácterqueportantotiempohansidofamiliaresaquí,—puescuandounrepresentantedelarazadescendíaásufosa,otrocontinuaba,pordecirloasí,laacostumbradafaccióndecentinelaenlacalleprincipal,—aúnsepudieranveryreconocerenmipersonaenlaantiguapoblación.Sinembargo,estesentimientomismovieneáserunapruebadequeesaasociaciónhaadquiridouncarácterenfermizo,yqueporlotantodebe, al fin, cesar por completo. La naturaleza humana, lo mismo que un árbol, noflorecerá ni dará frutos si se planta y se vuelve á plantar durante una larga serie degeneraciones en elmismo terrenoya cansado.Mis hijos hannacido en otros lugares, yhastadondedependieredemí,iránáecharraícesenterrenosdistintos.

AlsalirdelaAntiguaMansión,fuéprincipalmenteesteextraño,apáticoytristeapegoámi ciudadnatal, lo queme trajo á desempeñar un empleooficial en el gran edificio deladrillosquehedescrito,yservíadeAduana,cuandohubierapodidoir,quizáconmejorfortuna, á otro punto cualquiera. Pero estaba escrito.No una vez, ni dos, sinomuchas,había salido de Salem, al parecer para siempre, y de nuevo había regresado á la viejapoblación,comosiSalemfueraparamíelcentrodeluniverso.

Puesbien, unamañana,muybellapor cierto, subí los escalonesdegranitodequehehablado,llevandoenelbolsillominombramientodeInspectordeAduana,firmadoporelPresidentedelosEstadosUnidos,yfuípresentadoalcuerpodecaballerosqueteníanqueayudarme á sobrellevar la grave responsabilidad que sobre mis hombros arrojaba miempleo.

Dudomucho, ómejor dicho, creo firmemente, que ningún funcionario público de los

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EstadosUnidos,civilómilitar,hayatenidobajosusórdenesuncuerpodeveteranostanpatriarcalescomoelquemecupoensuerte.Cuandolosvíporvezprimera,quedóresueltaparamílacuestióndesaberdóndesehallabaelvecinomásantiguodelaciudad.Durantemás de veinte años, antes de la época de que hablo, la posición independiente delAdministrador había conservado la Aduana de Salem al abrigo del torbellino de lasvicisitudespolíticasquehacengeneralmente tanprecario tododestinodelGobierno.Unmilitar,—uno de los soldados más distinguidos de la Nueva Inglaterra,—se manteníafirmemente sobre el pedestal de sus heroicos servicios; y, considerándose seguro en supuesto, merced á la sabia liberalidad de los Gobiernos sucesivos bajo los cuales habíamantenidosuempleo,habíasidotambiéneláncoradesalvacióndesussubordinadosenmásdeunahoradepeligro.ElgeneralMillernoera,pornaturaleza,amigodevariaciones:era un hombre de benévola disposición en quien la costumbre ejercía no poco influjo,apegándose fuertemente á las personas cuyo rostro le era familiar, y con dificultad sedecidíaáhaceruncambio,auncuandoéste trajeraaparejadaunamejora incuestionable.Asíesquealtomarposesióndemidestino,hallénopocosempleadosancianos.Eran,ensumayorparte,antiguoscapitanesdebuque,quedespuésdehaberrodadoportodoslosmaresyhaberresistidofirmementeloshuracanesdelavida,habíanalfinechadoelanclaeneste tranquilorincóndelmundo,endondeconmuypocoquelosperturbara,exceptolos terroresperiódicosdeunaelecciónpresidencial,quepodríadejarloscesantes, teníanasegurada la subsistencia y hasta casi una prolongación de la vida; porque si bien tanexpuestoscomolosotrosmortalesálosachaquesdelosañosysusenfermedades,teníanevidentemente algún talismán, amuleto ó algo por el estilo, que parecía demorar lacatástrofeinevitable.Semedijoquedosótresdelosempleadosquepadecíandegotayreumatismo,óquizáestabanclavadosensuslechos,niporcasualidadsedejabanverenlaAduanaduranteunagranpartedel año;perounavezpasadoel invierno, searrastrabanperezosamentealcalordelosrayosdeMayoóJunio,desempeñandoloqueellosllamabansudeber, y tomandode nuevo cama cuandomejor les parecía.Tengoque confesar queabreviélaexistenciaoficialdemásdeunodeestosvenerablesservidoresdelaRepública.Ápeticiónmía,selespermitióquedescansarandesusarduaslabores;ypocodespués,—comosielúnicoobjetodesuvidahubierasidosuceloporelserviciodelpaís,—pasaronáunmundomejor.Nodeja sinembargode servirmedepiadosoconsuelo la ideadeque,graciasámi intervención,se lesconcedió tiemposuficienteparaquesearrepintierandelas malas y corruptas costumbres en que, como cosa corriente, se supone que tarde ótemprano cae todo empleado de Aduana, pues sabido es que de dicha institución noarrancasendaalgunaquenosllevederechamentealParaíso.

Lamayorpartedemissubordinadospertenecíaáunpartidopolíticodistintodelmío.Ynofuépocafortunaparaaquellavenerablefraternidad,queelnuevoInspectornofueraloque se llama un politicastro, ni hubiera recibido su empleo en recompensa de serviciosprestadosenelterrenodelapolítica.Delocontrario,alcabodeunmesdehabersubidoelángelexterminadorlasescalerasdelaAduana,niunsolohombredelantiguopersonaldefuncionarioshubieraquedadoenpie.Yenrematedecuentas,nohabríahechonimásnimenos que conformarse á la costumbre establecida en casos semejantes por la política.Bienvisibleeraqueaquellosviejoslobosmarinostemíanqueyohicieraalgoparecido;ynopocapena,mezcladaconciertarisa,produjeronenmílosterroresáquedióorigenmillegada, al notar cómo aquellos rostros curtidos por medio siglo de exposición á lastempestades del mar, palidecían al ver á un individuo tan inofensivo como yo; ó al

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percibir, cuando alguno me hablaba, el temblor de una vez que, en años ya remotos,acostumbraba resonar en la bocina del buque tan ronca y vigorosa que habría causadoespantoalmismísimoBóreas.Muybiensabíanaquellosexcelentesancianosque, segúnlasprácticasusuales,y,respectodealgunosdeellosenrazóndesufaltadeaptitudparalosnegocios,deberíanhabercedidosuspuestosáhombresmásjóvenes,dedistintocredopolítico,ymásadecuadosparaelserviciodenuestroGobierno.Yotambiénlosabía,peronopuderesolvermeáprocederdeacuerdoconeseconocimiento.Porlotanto,congrandey merecido descrédito mío, y considerable detrimento de mi conciencia oficial,continuaron,durantemiépocademandoarrastrándose,comoquiendice,porlosmuelles,ysubiendoybajandolasescalerasdelaAduana.Unapartedeltiempo,nopocaenhonordelaverdad,lapasabandormidosensusrinconesacostumbrados,conlassillasreclinadascontra la pared, despertando sin embargo una ó dos veces al mediodía para aburrirsemutuamenterefiriéndose,porlamilésimavez,susviejashistoriasmarítimasysuschistesóenmohecidasjocosidadesqueyatodossesabíandememoria.

Meparecequenotardaronendescubrirqueelnuevojefeerahombredebuenapasta,dequien no había mucho que temer. De consiguiente, con corazones contentos y con laíntimaconviccióndecreerseempleadosdeutilidadyprovecho,—álomenosenbeneficiopropio, si no en el de nuestra amada patria,—estos santos varones continuarondesempeñando, nominalmente, en realidad de verdad, sus varios empleos. ¡Con quésagacidad, auxiliados por sus grandes espejuelos, dirigían unamirada al interior de lasbodegasdelosbuques!¡Quégrescaarmabanávecesconmotivodenimiedades,mientrasotras,conmaravillosaestupidez,dejabanpasarporaltocosasverdaderamentedignasdetoda atención! Cuando algo por el estilo acontecía, por ejemplo, cuando un carromatocargadodevaliosasmercancíashabíasidotrasbordadosubrepticiamenteátierra,enplenomediodía,bajosusmismasnarices,sinqueseloolieran,eradeverentonceslaenergíayactividad que desplegaban, cerrando á doble llave todas las escotillas y aperturas delbuque delincuente, redoblando la vigilancia, de tal modo, que en vez de recibir unareprimenda por su anterior negligencia, parecía que eran más bien acreedores á todoelogioporsuceloysusmedidasprecautorias,despuésqueelmalestabahechoynoteníaremedio.

Ánoserquelaspersonasconquienestengayoalgúntrato,seanenextremodisplicentesydesagradables,esmicostumbre,tontasisequiere,cobrarlesafecto;pueslascualidadesmejores de mis compañeros, caso que las tengan, son las que comunmente noto, yconstituyen el rasgo saliente queme hace apreciar al hombre.Como lamayor parte deaquellos viejos empleados del resguardo tenían buenas cualidades, y comomi posiciónrespectodeelloseracasipaternalyprotectora,y favorablepor lo tantoaldesarrollodesentimientosamistosos,prontosegranjearontodosmicariño.Enelverano,almediodía,cuando los fuertescaloresquecasihacíanderretiral restodelgénerohumanoapenassivivificaban sus soñolientos organismos, era sumamente grato oirlos charlar recostadostodosenhilera,comodecostumbre,contralapared,trayendoálamemorialoschistesyahelados de pasadas generaciones que se referían, medio balbuciendo, entre sonorascarcajadas.Henotadoque, exteriormentepor lomenos, la alegríade los ancianos tienemuchos puntos de contacto con la de los niños, en cuanto que ni la inteligencia ni unprofundosentimientohumorísticoentranporalgoenelasunto.Tantoenelniñocomoenel anciano viene á ser á manera de un rayo de sol que juguetea sobre la superficie,

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impartiendounaspecto luminosoy risueño, lomismoá la ramaverdedel árbol,quealtroncodecaídoy seco.Sin embargo, enunoesunverdadero rayode sol; en el otro, seasemejamásbienalbrillofosforescentedelamaderacarcomida.

Sería realmente injusto que el lector llegase á creer que todos mis excelentes viejosamigos estaban chocheando. En primer lugar, no todos eran ancianos: había, entremiscompañeros subordinados, hombres en toda la lozanía y fuerza de la edad: hábiles,inteligentes,enérgicos,yentodoyportodosuperioresálaocupaciónrutinariaáqueloshabíacondenadosumalaestrella.Además, lascanasdemásdeunocubríanuncerebrodotadodeinteligenciaconservadaenmuybuenascondiciones.Perorespectoálamayoríademi cuerpo de veteranos, no cometo injusticia alguna si la califico, en lo general, deconjuntodeseres fastidiososquedesu largayvariadaexperienciade lavidanohabíansacadonadaquevalieralapenadeconservarse.Sediríaque,habiendoesparcidoátodoslosvientoslosgranosdeorodelasabiduríaprácticaquetuvierontantasoportunidadesdeatesorar,habíanconservado,conelmayoresmero,tansólolainútiléinserviblecáscara.Hablabanconmayor interésyabundanciadecorazóndeloquehabíanalmorzadoaqueldía,ódelacomidadelanterior,ódelaqueharíanelsiguiente,quedelnaufragiodehacecuarentaócincuentaaños,ydetodaslasmaravillasdelmundoquehabíanvistoconsusojosjuveniles.

ElabuelodelaAduana,elpatriarca,nosólodeestereducidogrupodeempleados,sinoestoy por decir que de todo el personal respetable de todas lasAduanas de losEstadosUnidos,eraciertofuncionarioinamovible.Podríaapellidársele,contodaexactitud,elhijolegítimo del sistema aduanero, nacido y criado en el regazo de esta noble institución,como que su padre, coronel de la guerra de la Independencia, y en otro tiempoAdministradordeAduana,habíacreadoparaélundestinoenunaépocaquepocosdeloshombresquehoyvivenpuedenrecordar.Cuandoconocíáesteempleado,tendríaácuestassusochentaaños,pocomásómenos:conlasmejillassonrosadas;cuerposólidoytrabado;levitaazuldebrillantesbotones;pasovigorosoyrápido,yaspectosanoyrobusto,parecía,sinojoven,porlomenosunanuevacreacióndelaMadreNaturalezaenformadehombre,conquiennilaedadnilosachaquespropiosdeella,nadateníanquéhacer.Suvozysurisa,que resonabanconstantementeen todos losámbitosde laAduana,noadolecíandeesesacudimientotrémuloámaneradecacareodegallinatancomúnenlavejez:parecíasealcantodeungalloóalsonidodeunclarín.Considerándolesimplementedesdeelpuntode vista zoológico,—y tal vez no había otro modo de considerarlo,—era un objetorealmente interesante,alobservarcuansaludableysanaerasuconstitución,y laaptitudque en su avanzada edad tenía para gozar de todos ó de casi todos los placeres á quesiempre había aspirado. La certidumbre de tener la existencia asegurada en laAduana,viéndoseexentodecuidados,ycasisintemoresdeserdadodebaja,juntoconelsalarioquerecibíapuntualmente,habíansindudacontribuídoáque losañospasaranporél sindejarningunahuella.Sinembargo,habíacausasmuchomáspoderosas,queconsistíanenlararaperfeccióndesunaturalezafísica,lamoderadaproporcióndesuinteligencia,yelpapeltanreducidoquedesempeñabanenéllascualidadesmoralesyespirituales,queparadecirlaverdad,áduraspenasbastabanparaimpedirqueelancianocaballeroimitaseenlamaneradeandaralreyNabucodonosordurantelosañosdesutransformación.Lafuerzadesupensamientoeranula; la facultaddeexperimentarafectos,ninguna;yencuantoásensibilidad, cero. En una palabra, en él no había sino unos cuantos instintos que,

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auxiliadosporelbuenhumorqueeraelresultadoinevitabledesubienestarfísico,hacíanlasvecesdecorazón.Sehabía casado tresveces,yotras tantashabía enviudado: era elpadre de veinte niños, lamayor parte de los cuales había pagado, á diversas edades, eltributocomúnálamadretierra.Estoesbastanteparahacernossuponerquelanaturalezamásfeliz,elhombremáscontentoconsusuerte,teníaquedarcabidaáundolorsuficientepara engendrar cierto sentimiento de melancolía. ¡Nada de esto con nuestro ancianoempleado! En un breve suspiro se exhalaba toda la tristeza de estos recuerdos; y almomento siguiente estaba tan dispuesto y alegre como un niño; mucho más que elescribientemásjovendelaAduanaque,ápesardenocontarsinodiezynueveañosdeedad, era con todo un hombre más grave y reposado que el octogenario oficial delresguardo.

Yoestudiabayobservabaá estepersonajepatriarcal conunacuriosidadmayorque laquehastaentoncesmehubierainspiradoningúnsérhumano;puesera,enrealidad,unrarofenómeno: tanperfectoy completo, desdeunpuntodevista, como superficial, ilusorio,impalpable,yabsolutamente insignificantedesdecualquieraotro.Lleguéácreerápuñocerradoqueeseindividuonoteníanialma,nicorazón,niintelecto,ninada,comoyahedicho,exceptoinstintos;ysinembargo,detalmaneraestabacompaginadolopocoqueenrealidad había en él, que no producía una impresión penosa de deficiencia; antes alcontrario, por lo que á mí hace, me daba por muy satisfecho con lo que en él habíahallado.Difícilseríaconcebirsuexistenciaespiritualfutura,envistadelocompletamenteterrenalymaterialqueparecía;peroeslociertoquesuexistenciaenestemundonuestro,suponiendo que terminara con su último aliento, no le había sido concedida bajo durascondiciones: su responsabilidad moral no era mayor que la de los seres irracionales,aunqueposeyendomayoresfacultadesqueellosparagozardelavida,yviéndoseexentoigualmentedelosachaquesytristezasdelavejez.

En un particular les era vasta, inmensamente superior: en la facultad de recordar lasbuenascomidasdequehabíadisfrutadoyqueconstituíannopequeñapartedesufelicidadterrenal. Era un gastrónomo consumado. Oirle hablar de un asado, bastaba ya paradespertar nuestro apetito; y como nunca poseyó otras dotes superiores, ni pervirtió nisacrificó ningún don espiritual anteponiéndolo á la satisfacción de su paladar y de suestómago, me causaba siempre gran placer oirle discurrir acerca del pescado, de lavolatería, de losmariscos, y de la diversidadde carnes, espaciándose en lo referente almejormododecondimentarlosyservirlosen lamesa.Susreminiscenciasdeunabuenacomida,porantiguaquefuerasufecha,erantanvivasqueparecíaqueestabarealmenteaspirando el olor de un lechoncito asado ó de un pavo trufado. Su paladar conservabatodavíaelsabordemanjaresquehabíacomidohacíasesentaósetentaaños,comosisetratara de las chuletas de carnero del almuerzo de aquel día. Recordaba con verdaderodeleite,confruiciónsin igual,unpedazode lomoasado,óunpolloespecial,óunpavodignodeparticularelogio,óunpescadonotable,úotromanjarcualquieraqueadornósumesaalláenlosdíasdesuprimerajuventud;mientraslosgrandesacontecimientosdequehabíasidoteatroelmundoduranteloslargosañosdesuexistencia,habíanpasadoporélcomopasa la brisa, sin dejar lamenor huella.Hasta dondeme ha sido dable juzgar, elacontecimientomástrágicodesuvida,fuéciertopercanceconunpatoquedejódeexistirhacetreintaócuarentaaños,patocuyoaspectoaugurabamomentosdeliciosos;peroqueuna vez en la mesa, resultó tan inveteradamente duro, que el trinchante no hizomella

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alguna en él, y hubo necesidad de apelar á una hacha y á un serrucho de mano paradividirlo.

Peroestiempoyadeterminaresteretrato,aunquetendríaelmayorplacerendilatarmeen él indefinidamente, pues de todos los hombres que he conocido, este individuomeparece el más apropósito para vista de Aduana. La mayoría de las personas, debido ácausas que no tengo tiempo ni espacio para explicar, experimentan una especie dedetrimento moral en consecuencia del género peculiar de vida de dicha profesión. Elancianofuncionarioeraincapazdeexperimentarlo;ysipudieracontinuardesempeñandosu empleohasta el finde los siglos, seguiría siendo tanbuenocomoera entonces, y sesentaríaálamesaparacomercontanexcelenteapetitocomodecostumbre.

Hay aún otra figura sin la cual mi galería de retratos de empleados de la Aduanaquedaría incompleta; pero que me contentaré simplemente con bosquejar, porque misoportunidadesparaestudiarlanohansidomuchas.MerefieroánuestroAdministrador,albizarroyantiguogeneralMillerquien,despuésdesusbrillantesserviciosmilitaresydehabergobernadoporalgúntiempounodelosincultosterritoriosdelOeste,habíavenido,hacíaveinteaños, ápasarenSalemel restode suhonorableyagitadavida.Elvalientesoldadocontabayaunossetentaañosdeedad,yestabaabrumadodeachaquesqueniaunsumarcialespíritu,nilosrecuerdosdesusaltoshechospodíanmitigar.Soloconelauxiliodeunsirviente,yasiéndosedelpasamanosdehierro,podíasubir lentaydolorosamentelasescalerasdelaAduana;yluego,arrastrándoseconhartotrabajo,llegarásuasientodecostumbre juntoá la chimenea.Allí permanecíaobservandocon sereno semblante á losqueentrabany salían, enmediodel rumor causadopor ladiscusiónde losnegocios, lacharladelaoficina,elcrujirdelospapeles,etc.,todolocualparecíanoinfluirenmaneraalguna en sus sentidos, ni mucho menos penetrar, perturbándola, en la esfera de suscontemplaciones.Surostro,cuandoelGeneralsehallabaensemejanteestadodequietud,era benévolo y afable. Si alguno se le acercaba en demanda de algo, iluminaba susfaccionesunaexpresióndecortesíaydeinterés,quebienálasclarasdemostrabaqueaunardíainteriormenteelfuegosagrado,yquesólolacortezaexteriorseoponíaallibrepasode su luz intelectual. Cuantomás de cerca se le trataba, tantomás sana se revelaba suinteligencia.Cuandonoseveíacomoforzadoáhablaróáprestaratenciónáloqueseledecía,puesambasoperacioneslecostabanevidentementeunesfuerzo,surostrovolvíaárevestirsedelatranquilaplacidezdecostumbre.Deboagregarquesuaspectonodejabaenel ánimodelque le contemplabaninguna impresiónpenosa,puesnadaacusabaenél ladecadenciaintelectualpropiadelavejez.Suarmazóncorpórea,desuyofuerteymaciza,noseestabatodavíadesmoronando.

Bajo condiciones tan poco favorables, era difícil estudiar su verdadero carácter ydefinirlo, como lo sería, por ejemplo, reconstruir, por medio de la imaginación, unaantigua fortaleza como la de Ticonderoga, teniendo á la vista sólo sus ruinas. Aquí yacullá tal vez se encuentre un paño demuralla casi completo; pero en lo general se véúnicamenteunamasainforme,oprimidaporsumismopeso,yálaquelargosañosdepazydeabandonohancubiertodehierbasyabrojos.

Sinembargo,contemplandoalviejoguerreroconafecto,—puesápesardenuestropocotrato mutuo, los sentimientos que hacia él abrigaba, como acontecía con cuantos leconocieron,nopodíanmenosdeserafectuosos,—pudediscernirlosrasgosprincipalesde

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sucarácter.Descollabanenél lasnoblesyheroicascualidadesqueponíandemanifiestoqueelnombredistinguidodequedisfrutaba,nolohabíaalcanzadoporunmerocaprichodelafortuna,sinocontodajusticia.Suactividadnofuéhijadeunespírituinquieto,sinoquenecesitósiemprealgúnmotivopoderosoqueleimprimieraelimpulso;perounavezpuesta en movimiento, y habiendo obstáculos que vencer, y un resultado valioso quealcanzar,nofuéhombrequecedieranifracasara.Elfuegoqueleanimóuntiempo,yqueaún no estaba extinguido sino entibiado, no era de esas llamaradas que toman cuerporápidamente,brillanyseapaganalpunto,sinounallamaintensayrojiza,comoladeunhierrocandente.Solidez,firmeza,ypeso: tales loqueexpresabaelreposadocontinentedel General en la época á que me refiero, aun en medio de la decadencia queprematuramenteseibaenseñoreandodesunaturaleza;sibienpuedoimaginarmeque,encircunstancias excepcionales, cuando se hallase agitado por un sentimiento vivo quedespertara su energía, que sólo estaba adormecida, era capaz de despojarse de susachaques,comounenfermodelaropaquelecubre,yarrojandoáunladoelbáculodelavejez, empuñar de nuevo el sable de batalla, y ser el guerrero de otros tiempos.Y aunentoncessuaspectohabríareveladocalma.

Semejanteexhibicióndesusfacultadesfísicasessoloparaconcebirseconlafantasía,ynofueradedesearsequeserealizara.Loquevíenél—fueronlosrasgosdeunatenazydecididaperseverancia,queensujuventudpudierahabersidoobstinación;unaintegridadque,comolamayorpartedesusotrascualidades,eramaciza,sólida,tanpocodúctilytaninmanejablecomounatoneladademineraldehierro;yunabenevolenciaque,ápesardelimpetuoso ardor con que al frente de sus soldados mandó las cargas á la bayoneta enChippewa ó el Fuerte Erie, era tan genuina y verdadera como la que pueda mover ácualquierfilántropodenuestrosiglo.Másdeunenemigo,enelcampodebatalla,perdiólavidaalfilodesuacero;yciertamentequemuchosymuchosquedaronallítendidos,comoenelpradolahierbasegadaporlaguadaña,áimpulsosdeaquellascargasáquesuespíritucomunicósutriunfanteenergía.Perodetodosmodos,nuncahuboensucorazóncrueldadbastante para poder ni aun despojar á unamariposa del polvo brillante de sus alas.Noconozcoáotrohombreencuyainnatabondadtantopudierayoconfiar.

Muchas de las cualidades características delGeneral,—especialmente las que habríancontribuídoensumogradoáqueelbosquejoquevoytrazandosepareciesealoriginal,—debíandehabersedesvanecidoódebilitadoantesdequeyolehubieravistoporprimeravez. Sabido es que los atributos más delicados son también los que más prontodesaparecen; ni tiene la naturaleza por costumbre adornar las ruinas humanas con lasflores de una nueva hermosura cuyas raíces yacen en las grietas y hendeduras de losescombrosdedondesacansusustento,comolasquebrotanenlasarruinadasmurallasdelafortalezadeTiconderoga;ysinembargo,enloquetocaágraciaybelleza,habíaenélalgodignodeatención.Devezencuandoiluminabasurostro,deagradablemanera,unrayodebuenhumorsocarrón;mientrasquetambiénpodíanotarseunrasgodeeleganciaygusto delicado natural, que no siempre se vé en las almas viriles pasada la primerajuventud, en el placer que causaban alGeneral la vista y fragancia de las flores.Es desuponerse que un viejo guerrero estima, antes que todo, el sangriento laurel para sussienes;peroaquísedabaelejemplodeunsoldadoqueparticipabadelaspreferenciasdeunajovenmuchachahacialasbellasproduccionesdeFlora.

Allí,juntoálachimenea,acostumbrabasentarseelancianoyvalienteGeneral;mientras

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elInspector,quesipodíaevitarlo,rarasvecestomabasobresíladifíciltareadeentablarcon él una conversación, se complacía en quedarse á cierta distancia observando aquelapaciblerostro,casienunestadodesemi-somnolencia.Parecíacomosiestuvieraenotromundodistintodelnuestro,aunqueleveíamosáunascuantasvarasdenosotros;remoto,aunquepasábamos juntoá su sillón; inaccesible, aunquepodríamosalargar lasmanosyestrecharlassuyas.Eramuyposiblequeallá,enlasprofundidadesdesuspensamientos,viviera una vidamás real que no enmedio de la atmósfera que le rodeaba en la pocoadecuada oficina de un Administrador de Aduana. Las evoluciones de las maniobrasmilitares;eltumultoyfragordelabatalla;losbélicossonidosdeantiguayheroicamúsicaoídahacíatreintaaños,—taleseranquizálasescenasyarmoníasquellenabansuespírituysedesplegabanensuimaginación.Entretanto,loscomerciantesyloscapitanesdebuques,los dependientes de almacén y los rudos marineros entraban y salían: en torno suyocontinuabaelmezquinoruidoqueproducíalavidacomercialylavidadelaAduana:peroni con loshombres,ni con los asuntosque lespreocupaban,parecíaque tuviera lamásremotarelación.Allí,enlaAduana,estabatanfueradesulugar,comounaantiguaespada,ya enmohecida, después de haber fulgurado en cien combates, pero conservando aunalgúnbrilloenlahoja,loestaríaenmediodelasplumas,tinteros,pisapapelesyreglasdecaobadelbufetedeunodelosempleadossubalternos.

HabíaespecialmenteunacircunstanciaquemeayudómuchoenlatareadereanimaryreconstruirlafiguradelvigorososoldadoquepeleóenlasfronterasdelCanadá,cercadelNiágara, del hombre de energía sencilla y verdadera. Era el recuerdo de aquellasmemorables palabras suyas—”¡Lo probaré, señor!”—pronunciadas en los momentosmismosdellevarácabounaempresatanheroicacuantodesesperada,yquerespirabanelindomable espíritu de laNueva Inglaterra. Si en nuestro país se premiase el valor contítulosdenobleza,esafrase,—queparecetanfácildeemitir,peroquesolamenteél,anteelpeligroy lagloriaque leesperaban,ha llegadoápronunciar,—esa frase, repito, seríaelmotemejor,yelmásapropiado,paraelescudodearmasdelGeneral.

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Muchocontribuyeálaeducaciónmoraléintelectualdeunhombrehallarseencontactodiarioconindividuosdehábitosnoparecidosálossuyos,quenotieneninterésalgunoensus ideasyocupaciones, yquenos fuerzan en ciertomodo á salir denosotrosmismos,parapoderpenetrarenlaesferaenquesemuevensuspensamientosysusaptitudes.Losaccidentesdemividamehanproporcionadoconfrecuenciaestaventaja;peronuncadeunamaneratancompletayvariadacomoduranteeltiempoquepermanecíenlaAduanadeSalem.Había allí, particularmente, unhombrequemedióunanueva ideade loquepudierasereltalento,graciasalestudioquehicedesucarácter.Poseíarealmentelasdotesque distinguen á un verdadero hombre de negocios: era vivo, muy listo, y de clarainteligencia; de una rápida mirada veía donde estaba la dificultad en los asuntos másembrollados,y teníaeldonespecialdehacerladesaparecercomoporencanto.Criadoydesarrollado,comoquiendice,enlaAduana,eraéstaelcampopropiodesuactividad;ylasmuchas complicacionesde losnegocios, tanmolestas y enojosaspara el novicio, sepresentabanásuvistacon toda lasencillezdeunsistemaperfectamentearreglado.Paramí, era ese individuo el ideal de su clase, la encarnación de la Aduanamisma, ó á lomenoselresorteprincipalquemanteníaenmovimientotodaaquellamaquinaria;porqueen una institución de este género, cuyos empleados superiores se nombran merced ámotivos especiales, y en que raras veces se tiene en cuenta su aptitud para el acertadodesempeñodesusdeberes,esnaturalqueesosempleadosbusquenenotroslascualidadesdequeelloscarecen.Porlotanto,porunanecesidadineludible,asícomoelimánatraelaspartículas de acero, del mismo modo nuestro hombre de negocios atraía hacia sí lasdificultades con que cada uno tropezaba. Con una condescendencia notable, y sinmolestarsepornuestraestupidez,—queparaunapersonadesugénerodetalentodebíadeserpuntomenosqueuncrimen,—lograbaenunmomentohacernosverclarocomolaluzdeldía,loqueánosotrosnoshabíaparecidoincomprensible.Loscomerciantesleteníanen tanto aprecio como nosotros, sus compañeros de oficina. Su integridad era perfecta;innata,másbienqueresultadodeprincipiosfijosdemoralidad.Nipodíaserdeotromodo,pues en un hombre de una inteligencia tan lúcida y exacta como la suya, la honradezcompletay la regularidad sumaen la administraciónde losnegocios, teníanque ser lascualidadesdominantes.Unamanchaensuconciencia, respectoácualquieracosaqueserelacionaseconsusdeberesdeempleado,habríaatormentadoáunapersonasemejante,delmismomodo,aunqueenungradomuchomayor,queunerrorenelbalancedeunacuenta,óunborróndetintaenlabellapáginadeunlibrodelRegistro.Ensuma,halléenélloquerarasveceshevistoenelcursodemivida,—unhombrequeseadaptabaperfectamentealdesempeñodesuempleo.

Tales eran algunos de los individuos con quienesmepuse en contacto al entrar en laAduana.Aceptédebuentalanteunaocupacióntanpocoenarmoníaconmishábitosymisinclinaciones, yme puse con empeño á sacar demi situación elmejor partido posible.Después de haberme visto asociado á los trabajos y á los planes impracticables demissoñadorescompañerosdelBrookFarm;[7]despuésdehabervividotresañosbajoelinflujosutil de una inteligencia como la de Emerson; después de aquellos días pasados enAssabethenfantásticasespeculacionesencompañíadeElleryChanning,juntoálostrozosde leña que ardían en nuestra chimenea; después de hablar con Thoreau acerca de lospinosydelasreliquiasdelosindios,ensuretirodeWalden;despuésdehabermevueltoen extremo exigente, merced á la influencia de la elegante cultura clásica de Hillard;

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despuésdehabermesaturadodesentimientospoéticosenelhogardeLongfellow,[8]—eraen verdad tiempo de que empezara á ejercer otras facultades del espíritu, y que mealimentaseconunmanjarhaciaelcual,hastaentoncesnomesentíamuyinclinado.Hastaeloctogenariooficialdelresguardodequehehabladoantes,meparecía,comocambiodedieta,muyapetecibleparaunhombrequehabíaconocidoáAlcott.[9]Tengoparamíque,en cierto sentido, es prueba evidente de una constitución bien equilibrada, y de unaorganizaciónenquenofaltanadaesencial,elhechodeque,ápesardehabermeasociadoalgún tiempo con hombres tales como los que acabo de mencionar, hubiera podidomezclarmedespués con individuos de cualidades completamente distintas, sin quejarmedelcambio.

LaLiteratura,suejercicioysusfines,eranálasazónobjetosdepocamontaparamí.Enesa épocano tenía por los libros interés alguno.Lanaturaleza—excepto la humana—lanaturaleza visible en cielo y tierra, puede decirse que no existía paramis ojos; y todaaquella delicia con que la imaginación la había idealizado en otros tiempos, se habíadesvanecido en mi espíritu. Como suspensos é inanimados, si es que no me habíanabandonadoporcompleto,sehallabanunciertodonyunacierta facultad;yánohabertenido laconcienciadequemeeradadoevocar,cuandoquisiera, todo loque realmentetenía algún valor en lo pasado, mi posición habría sido infinitamente triste ydesconsoladora. Seguramente era esta una clase de vida que no podía llevarse conimpunidad por mucho tiempo; de lo contrario, me habría convertido, de un modopermanente,enalgodistintodeloquesiemprehabíasido,sintransformarmetampocoenalgo que valiera la pena de aceptarse. Pero nunca consideré aquel estado de vida sinotransitorio, pues una especie de instinto profético, una voz misteriosa me murmurabacontinuamentealoído,diciéndomequeenunaépoca,nolejana,ycuandoparabienmíofueranecesariouncambio,ésteseefectuaría.

Entretanto,ahímeestabayo,todounInspectordeAduana,yhastadondemehasidoposiblecomprenderlo,tanbuenocomosepuedadesear;porqueunhombrequesiente,quepiensa, y que está dotado de imaginación (aunque fueran sus facultades diez vecessuperioresáladelInspector)puede,encualquieratiempo,serunhombredenegocios,siquiere tomarse el trabajo de dedicarse á ellos. Mis compañeros de oficina, loscomerciantesyloscapitanesdebuquesconquienesmisdeberesoficialesmepusieronencontacto, me tenían sólo por hombre de negocios, y probablemente ignoraban porcompleto que fuera otra cosa. Creo que ninguno había leído nunca una página demisescritos,nihubierapesadoyounadarmemásenlabalanzadesuconsideración,aunquehubiesenleídotodoloqueheborroneado:aunhaymás,pocohabríaimportadoqueesasmal aventuradas páginas hubieran sido escritas con la pluma de un Burns ó la de unChaucer,[10]queensutiempofueroncomoyoempleadosdeAduana.Nodejadeserunabuenalección,aunqueávecesalgodura,paraelquehasoñadoconlafamaliterariayconlaideadecrearse,pormediodesusobras,unnombrerespetadoentrelascelebridadesdelmundo, descubrir de buenas á primeras que, fuera del círculo estrecho en que se tienenoticiadesusméritosypresunciones,nadadeloquehallevadoácabo,ninadadeaquelloáqueaspira,tieneimportanciaósignificaciónalguna.Nocreoqueyoteníaunanecesidadespecialderecibirlecciónsemejante,nisiquieracomoavisopreventivoysaludable,peroelloesquelarecibíporcompleto,bienquenomecausóningúndolor,nimecostóunsolosuspiro.Ciertoes tambiénqueenmateriade literatura,unoficialdemarinaqueentróá

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servirenlaAduanaalmismotiempoqueyo,confrecuenciaechabasucuartoáespadasconmigo en discusiones acerca de uno de sus dos temas favoritos: Napoleón yShakespeare;yquetambiénunodelosescribientesdelAdministrador,aunmuyjovenyquellenaba,segúnsedecíaenvozbaja,lasblancascuartillasdepapeldelaAduanaconloqueáciertadistancia tenía laaparienciadeversos,decuandoencuandomehablabadelibros,comodeunasuntoquequizámeseríafamiliar.Áestosereducíatodomicomercioliterario,ydeboconfesarqueeramásquesuficienteparasatisfaccióndemisnecesidadesintelectuales.

Peroaunquehacíatiempoquenotratabadequeminombrerecorrieseelmundoimpresoenel frontisdeun libro,nimeimportaba,nopodíasinembargomenosdesonreirmealpensarqueteníaentoncesotraclasedeboga.ElmarcadordelaAduanaloimprimía,conunpatrónypinturanegra,enlossacosdepimienta,enlascajasdetabacos,enlaspacasdetodas lasmercancías sujetas á derechos, como testimonio de que estos artículos habíanpagadoelimpuestoypasadoporlaAduana.Llevadoentanextrañovehículodelafama,ibami nombre á donde jamás había llegado antes, y á donde espero que nunca irá denuevo.

Peroelpasadonohabíamuertoporcompleto.Devezencuando,lospensamientosqueenotrotiempoparecíantanvitalesytanactivos,peroquesehabíanentregadoalreposodelamaneramástranquiladelmundo,cobrabanvidayvigor.Unadelasocasionesenquemishábitos deotros días renacieron, fué la quediómargen á queofrezca al público elbosquejoqueestoytrazando.

Enel segundopisode laAduanahayunavastahabitación cuyasvigasy enladrilladonuncahansidocubiertoscontortayartesonado.Eledificio,queseideóenunaescalaenarmonía con el antiguo espíritu comercial del puerto y la esperanza de unaprosperidadfuturaquenuncahabíaderealizarse,tienemásespaciodelqueeranecesarioyalquenosepuededarusoalguno.Porlotanto,elgransalónqueestáencimadelashabitacionesdelAdministrador, se ha quedado por concluir, y á pesar de las telarañas que adornan susempolvadasvigas,parececomoqueespera lamanodelcarpinteroydelalbañil.Enunaextremidaddedichahabitaciónhabíaciertonúmerodebarriles,amontonadosunossobreotros,yllenosdelíosdedocumentosoficiales,deloscualesgrannúmeroyacíatambiénen el pavimento. ¡Tristeza causaba pensar en los días, y semanas, y meses y años detrabajoquesehabíanempleadoenesospapelesenmohecidos,queeranahorasimplementeunestorbo,óestabanocultosenunolvidadorincóndondejamásojoshumanoslesdaríanunamirada!Pero también, ¡cuántasresmasyresmasdeotrosmanuscritos, llenos,nodelasfastidiosasfórmulasoficiales,sinodelospensamientosdeunaclarainteligenciaydelas ricas efusiones de un corazón sensible, han ido á parar igualmente al olvido máscompleto!Ylomástristedetodo,sinqueensutiempo,comolaspilasdepapelesdelaAduana, hubieran proporcionado á aquellos que los borronearon las comodidades ymediosdesubsistenciaqueobtuvieronlosaduanerosconlosrasgosinserviblesycomunesdesusplumas.Sinembargo,estoúltimonoescompletamenteexacto,puesnocarecendevalor para la historia local de Salem; y en esos papeles podrían descubrirse noticias ydatosestadísticosdelantiguotráficodelpuerto,yrecuerdosdesusgrandescomerciantesyotrosmagnatesde laépoca,cuyas inmensasriquezascomenzaroná irámenosmientrassus cenizas estaban aún calientes. En esos papeles pudiera hallarse el origen de losfundadores de la mayor parte de las familias que constituyen ahora la aristocracia de

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Salem,desdesusobscurosprincipioscuandosededicabaná trafiquillosdepocamonta,hastaloquehoyconsideransusdescendientesunajerarquíaestablecidadelargafecha.

Es lo cierto que hay una gran escasez de documentos oficiales relativos á la épocaanteriorálaRevolución,circunstanciaquemuchasveceshelamentado,puesesospapelespodríanhabercontenidonumerosasreferenciasápersonasyaolvidadas,ódequeaúnseconserva recuerdo, así como á antiguas costumbres que me habrían proporcionado elmismoplacerqueexperimentabacuandoencontrabaflechasdeindiosenloscamposcercadelaAntiguaMansión.

Peroundíalluvioso,enquenoteníamuchoenqueocuparme,tuvelabuenafortunadehacerundescubrimientodealgún interés.Revolviendoaquellapiladepapelesviejos,yhuroneandoentreellos;desdoblandoalgunoqueotrodocumento,yleyendolosnombresdelosbuquesqueluengosañoshadesaparecieronenelfondodelocéano,ósepudrieronenlosmuelles,asícomolosdeloscomerciantesqueyanosemencionanenlaBolsa,niaúnapenaspuedendescifrarseenlasdilapidadaslosasdesustumbas;contemplandoesospapeles con aquella especie de semi-interésmelancólico que inspiran las cosas que nosirvenyaparanada,mevinoálasmanosunpaquetepequeñocuidadosamenteenvueltoenunpedazodeantiguopergaminoamarillo.Estacubiertateníaelaspectodeundocumentooficialdeunperíodoremoto,cuandolosescribientestrazabansussignosenmaterialesdemayor solidez que los nuestros. Había en el paquete algo que despertó vivamente micuriosidadymellevóádeshacerlacintadeunrojodesvanecidoqueloataba,animadodelaideadequeibaásacaráluzuntesoro.Aldesdoblarelrígidopergamino,víqueeraelnombramientoexpedidoporelGobernadorShirleyenfavordeuntalJonatánPueparaelempleodeInspectordelasAduanasdeSuMajestadenelpuertodeSalem,enlaProvinciadelaBahíadeMassachusetts.Recordéquehabíaleído,creoqueenlosAnalesdeFelt,lanoticiadel fallecimientodelSr. InspectorPue,ocurridohacíaunosochenta años;yquetambiénenunperiódicodenuestrosdíashabíavistoelrelatodelaextraccióndesusrestosmientras se restauraba la Iglesia de San Pedro, en cuyo pequeño cementerio estabanenterrados.Pormásseñasquesólohallaronunesqueletoincompletoyunaenormepelucabien conservada. Al examinar los papeles con mayor detenimiento, ví que no eranoficiales, sinoprivados,yalparecerde letraypuñodel Inspector.Laúnicaexplicaciónque pude darme del porqué se encontraban en la pila de papeles de que he hablado,consiste en que el Sr. Pue falleció repentinamente, y esos escritos, que probablementeconservabaensubufeteoficial,nuncallegaronámanosdesusherederos,porsuponersequetalvezsereferíanáasuntosdelserviciodelaAduana.

Seme figuraque lasocupacionesanexasá suempleodejabanalantiguo Inspectorenaquellostiemposmuchashoraslibresquededicaráinvestigacioneshistóricaslocalesyáotrosasuntosdeigualnaturaleza.Nopequeñapartedelosdatosquehalléenlospapelesdequehablo,mesirvierondemuchoparaelartículotituladolaCALLEPRINCIPALincluídoenunodemislibros.

Pero lo quemásme atrajo la atención en elmisterioso paquete, fué algo forrado conpañodeunrojohermoso,bienquebastantegastadoydesvanecido.Habíatambiénenelforro visibles huellas de un bordado de oro, igualmentemuy gastado, de talmodo quepuededecirsequeapenasquedabanada.Seconocequehabíasidohechoá laagujaconsorprendente habilidad; y las puntadas, como me aseguraron damas muy peritas en el

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asunto,danpruebapatentedeunarteyaperdido,quenoesposiblerestaurar,aunquesefueransacandounoáunoloshilosdelbordado.Esteharapodepañocolordeescarlata,—pues los años y las polillas lo habían reducido en realidad á un harapo, y nadamás,—despuésdeexaminadominuciosaycuidadosamenteparecíatenerlaformadelaletraA.Cadaunadelaspiernasótrazosdelaletrateníaprecisamentetrespulgadasycuartodelongitud.Noquedabadudaalgunaque sehabía ideadoparaadornodeunvestido;perocómodebiódeusarse,ycuáleralacategoría,dignidadóempleohonoríficoqueenotrostiempossignificaba,eraparamíunverdaderoenigmaquenoteníamuchasesperanzasderesolver.Ysinembargo,meprodujounextrañointerés.Mismiradassefijarontenazmenteenlaantigualetradecolorescarlata,ynoqueríanapartarsedeella.Habíaconseguridadalgún sentido oculto en aquella letra, que merecía la pena de investigarse, y que, pordecirloasí,parecíaemanardelsímbolomístico,revelándosesutilmenteámissentimientosperorehuyendoelanálisisdelainteligencia.

Mientrasmehallabaasí,todoperplejo,pensando,entreotrascosas,queacasoesaletrahabríasidounodelosadornosdequehacíanusolosblancosparaatraerselaatencióndelosindios,melapusecasualmentesobreelpecho.Ellectorsindudasesonreirácuandolediga, aunque es la pura verdad, queme pareció experimentar una sensación, que si noenteramentefísica,casieraladeuncalorabrasante;comosilaletranofueraunpedazodepaño rojo, sino un hierro candente. Me estremecí, é involuntariamente la dejé caer alsuelo.

La contemplación de la letra escarlata me había hecho descuidar el examen de unpequeño rollo de papel negruzco al que servía de envoltorio. Lo abrí al fin, y tuve lasatisfacción de hallar, escrita de puño y letra del antiguo Inspector de Aduana, unaexplicaciónbastantecompletadetodalahistoria.HabíavariospliegosdepapeldeáfolioqueconteníanmuchosparticularesacercadelavidayhechosdeunatalEsterPrynne,queparecíahabersidopersonanotableparanuestrosantepasados,allááfinesdelsiglodiezysiete.Algunosindividuos,muyentradosenaños,quevivíanaúnenlaépocadelInspectorPue,ydecuyoslabioshabíaésteoídolanarraciónqueconfióalpapel,recordabanhaberlavistocuandojóvenes,ycuandodichaEstererayamuyanciana,aunquenodecrépita,ydeaspectomajestuosoéimponente.Detiempoinmemorialerasucostumbre,segúndecían,recorrer el país como enfermera voluntaria, haciendo todo el bien que podía, y dandoconsejosentodaslasmaterias,principalmenteenlasqueserelacionabanconlosafectosdelcorazón,loquediólugaráquesimuchoslareverenciabancomoáunángel,otroslaconsideraran una verdadera calamidad.Registrandomásminuciosamente elmanuscrito,hallé la historia de otros actos y padecimientos de esta mujer singular, muchos de loscuales encontrará el lector en la narración titulada “LA LETRA ESCARLATA“; debiendotenersepresente,quelascircunstanciasprincipalesdedichahistoriasonauténticas,comoque cuentan con la autoridad que les da el manuscrito del Inspector Pue. Los papelesoriginales,juntamenteconlaletraescarlata,quedirédepasoesunareliquiamuycuriosa,estánaúnenmipoder,ysemostraránáquienquieraque, incitadoporel interésdeestanarrativa,deseareverlos.Masnoporesosecreaquealcompaginarestanovela,yalidearlosmotivosypasionesqueinfluyeronenlospersonajesqueenellafiguran,meheceñidoservilmenteáloquerezaladocenadepáginasdelantiguomanuscrito.Alcontrario,mehetomado en ciertos puntos casi tanta libertad como si el asunto fuera enteramente demiinvención. Lo que deseo afirmar es la autenticidad de los hechos fundamentales de la

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historia.

El incidentedelmanuscritodespertóenciertamaneramisantiguasaficionesliterarias.Meparecióverenéllaarmazóndeunanovela.Fuéparamí,realmente,comosielantiguoInspector,consutrajedehacecienaños,ysuinmortalpeluca,sepultadaconél,peroquenoperecióenelsepulcro,mehubieravisitadoenladesiertahabitacióndelaAduana.Suporte tenía toda la dignidad de quien había desempeñado un empleo de Su MajestadBritánica, y estaba iluminado, por lo tanto, con un rayo del esplendor que tandeslumbrantementebrillaenrededordel trono.¡Ah!¡CuándiferenteeselaspectodeunempleadodelaRepúblicaque,siendounservidordelpueblo,seconsiderapuntomenosque un cualquiera, é inferior al más ínfimo de sus señores! Imaginé que con sumanoespectral,lamajestuosafiguradelInspectorPuemehabíadadoelsímboloescarlatayelpequeño manuscrito que lo explicaba; y que también con su voz espectral me habíaexhortado á que, como una prueba de deber filial y de respeto hacia él,—que podíaconsiderarseoficialmentemiantepasado,—diesealpúblicosuslucubracionesyamohosasy roídas por la polilla.—“Haz esto,”—dijo el espectro del Sr. Inspector Pue con unmovimiento de cabeza que parecía tan imponente como su imperecedera peluca,—“hazesto,yellucroserátodotuyo.Prontolonecesitarás,puesestostiemposnosoncomolosmíosenquelosempleoseranvitalicios,yáveceshereditarios.Perotepidoqueenesteasunto de la ancianaSeñoraPrynne, no olvides honrar como se debe lamemoria de tupredecesor.”—YyorespondíalespectrodelSr.InspectorPue:—“Loharé.”

Porconsiguiente,dediquémispensamientosálahistoriadeEsterPrynne,quefuéobjetode mis meditaciones muchas y muchas horas, mientras me paseaba á lo largo de mihabitación,óatravesabacienycienveceselespacio,nadacortoporcierto,quemediabaentrelapuertaprincipaldelaAduanayunadelaslaterales.Grandeseranelfastidioylamolestiaqueexperimentabaneloctogenarioempleadoylospesadoresyaforadores,cuyosueñoseveíaperturbado implacablementepor laacompasadayconstante resonanciademis pasos, de ida y vuelta en mi continuo andar. Mis subordinados, recordando susantiguas ocupaciones, acostumbraban decir que el Inspector se estaba paseando en latoldilladelbuque.Probablementeimaginabanquemiúnicoobjetoeradespertarelapetito.Yenpuridaddeverdad,elúnicoresultadovaliosodemiinfatigableejerciciodepiernasera el desarrollo de un buen apetito, aguzado por las ráfagas del viento del Este, quegeneralmente soplaba en aquel lugar. Pero tan poco favorable era la atmósfera de laAduana para el cultivo de las delicadas producciones del espíritu, que si yo hubierapermanecido allí cuarenta años, dudo mucho que la historia de LA LETRA ESCARLATAhubiesevistojamáslaluzpública.Micerebrosehabíaconvertidoenunespejoempañadoque no reflejaba las figuras con que trataba de poblarlo, ó si lo hacía era vaga yconfusamente. Los personajes de mi narración no querían entrar en calor, ni podía yoconvertirlosenmateriadúctilconayudadelfuegoqueardíaenmiimaginación.Nimeeraposibleconseguirquelosinflamaralallamadelapasión,niqueexperimentasenlaternuradesentimientosdelicados,sinoqueconservabantodalarigidezdecuerpossinvida,quefijabanenmísushorriblesmiradascomosimeretarandesdeñosamente.Parecíaquemeapostrofabandiciéndome:“¿Quétienestúqueverconnosotros?Laescasafacultadqueenuntiempoposeísteparamanejarlascreacionesdelafantasía,hadesaparecido.Latrocasteencambiodeunpocodelorodelpúblico.Veteáganar tu sueldo.”Enunapalabra: lasinertes criaturas, hijas demi imaginación,me tachaban de imbecilidad, y no sin algún

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fundamento.

Ynosolodurantelas treshorasymediaqueconsagrabadiariamentealdesempeñodemisdeberesenlaAduanasentíaaquellaespeciedeparálisis,sinoquemeacompañabaenmis paseos por la orilla del mar y por los campos, cuando, lo que no era frecuente,buscaba el vigorizador encanto de la naturaleza que tanta frescura y actividad depensamiento me infundía desde el instante que traspasaba el umbral de la AntiguaMansión. Esemismomarasmo intelectual nome abandonaba enmi casa, ni aún en lahabitación que, sin saber á derechas por qué, llamaba yo mi gabinete de estudio. Nitampoco desaparecía cuando, muy entrada la noche, me encontraba solo en mi salóndesierto,iluminadoúnicamenteporelresplandordelfuegoqueardíaenlachimeneaylaluz melancólica de la luna, y trataba de representarme escenas imaginarias que meprometíafijaraldíasiguienteenpáginasdebrillantedescripción.

Silasfacultadescreadorassenieganáfuncionarásemejantehora,hayqueperdertodaesperanzadequejamáspuedanhacerlo.Laluzdela luna,enunahabitaciónquenosesfamiliar,dandodellenoenlaalfombraydejandovercontodaclaridadlasfigurasenelladibujadas, y haciendo igualmente visibles todos los objetos, por pequeños que sean,aunquedeunmododiferentequeálaluzdelamañanaódelmediodía,—eslasituaciónmásapropiadaparaqueunnovelistaentreenconocimientoconsushuéspedesilusorios.Ahíestáelespectáculodomésticoqueconocemosperfectamente:lassillas,cadaunaconsu distinta individualidad; lamesa del centro, con uno ó dos volúmenes y una lámparaapagada;elsofá;elestantedelibros;elcuadroquecuelgaenlapared:todosestosdetalles,quesevendeunamaneratancompleta,sepresentansinembargotanidealizadosporlamisteriosaluzdelaluna,quesediríaquepierdensuverdaderarealidadparaconvertirseencosasespirituales.Nadahayqueseademasiadopequeñoó insignificanteparaqueselibredeestatransformación,adquiriendoconellaciertadignidad.Elzapatitodeunniño;lamuñeca, sentada en su cochecito; el caballito demadera,—en una palabra, cualquierobjetoquesehubiereusadoóconquesehubierejugadoduranteeldía,revisteahoraunaspectoextrañoysingular,aunqueseatanperfectamentevisiblecomoconlaclaridaddelsol.Deestemodoelsuelodenuestrocuartosehaconvertidoenunaespeciedeterrenoenque lo real y lo imaginario se confunden; algo así comouna región intermediaria entrenuestro mundo positivo y el país de las hadas. Aquí podrían entrar los espectros sincausarnos temor: y de tal manera se adaptarían al medio ambiente, que noexperimentaríamos sorpresa alguna si, al dirigir la vista á nuestro alrededor,descubriéramos la forma de un sér querido, aunque ya ausente de estemundo, sentadatranquilamente á la luz de estemágico rayo de luna, con un aspecto tal, que nos haríadudarsiesqueharegresadodelaregiónignota,ósinuncasealejódelhogardoméstico.

La dudosa claridad que esparcen los carbones encendidos que arden en la chimenea,tiendeáproducir el efectoquehe tratadodedescribir.Viertenuna luz suaveen toda lahabitación,acompañadadeunaligeratintarojizaenlasparedesyenelcieloraso,ydeundébil reflejo del pulido barniz de losmuebles.Esta luz,más caliente, semezcla con lafrialdad de los rayos de la luna, y puede decirse que dota de corazón, de ternura y desensibilidadhumana,lasformasqueevocalafantasía.Deimágenesdenievequeson,lasconvierteenhombresymujeres.Dandounamiradaalespejo,contemplamoslamoribundallamadeloscarbonesmedioextinguidos,lospálidosrayosdelalunaenelpavimento,yunareproduccióndetodalaluzysombradelcuadro,quenosalejamásdelorealynos

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acercamásáloimaginario.Entalhora,pues,yconsemejanteespectáculoálavista,siunhombre sentado solo en las altas horas de la noche, no puede idear cosas extrañas yconseguirquetenganéstasunairederealidad,debeabandonarparasiempretodatentativadeescribirnovelas.

Porloqueámíhace,durantetodoeltiempoquepermanecíenlaAduana,laluzdelsolódelaluna,óelresplandordelalumbredelachimenea,eranidénticosensusefectos;ytantoimportaban,paraelcaso,comolamíserallamadeunaveladesebo.Ciertogénerodeaptitudesydesensibilidad,juntamenteconundonespecialparasacarpartidodeellas,—nimuygrandenidemuchovalorporlodemás,perolomejordequeyopodíadisponer,—habíadesaparecidoporcompleto.

Creo,sinembargo,quesihubieraensayadolasfuerzasenotraclasedecomposiciones,nohabríahalladomis facultades tanobtusasé inertes.Porejemplo,podríahaberpuestopor escrito las narraciones de un veterano capitán de buque, uno de los empleados delresguardo, con quien me mostraría muy ingrato si no lo mencionara, pues apenas sepasabaundíasinquememovieranálavezárisayadmiraciónsusmaravillosasdotesdecuentista. Si hubiera podido conservar la fuerza pintoresca de su estilo, y el coloridohumorísticoconqueadornabasusdescripciones,creofirmementequeelresultadohabríasido algo nuevo en literatura.Ó pudiera haberme dedicado fácilmente á una ocupaciónmás seria. En medio de mis diarias y prosaicas obligaciones era mi deseo, quizásinsensato, lanzarme en alas de la imaginación á siglos remotos, ó tratar de crear lasaparienciasdelavidaconmaterialesaéreos,cuando,ácadainstante,laimpalpablebellezademisburbujasdejabónsedeshacíaalrudocontactodealgoreal.Lomáscuerdohabríasido dedicar talento é imaginación á los asuntos del día, y buscar resueltamente elverdaderoéindestructiblevalorqueyaceocultoenlospequeñosyenojososincidentesyenloscaracterescomunesquemeeranfamiliares.Lafaltafuémía.Lapáginadelavidaabiertaantemisojos,meparecióvulgaryfastidiosa,sólopornohaberpenetradoyomásíntimamentesusignificación.Allíhabíaun libromejorqueelque jamáspodréescribir,quesemeibapresentandohojatrashoja,precisamentecomolasllenabalarealidaddelahora fugitiva, y que se desvanecían con lamisma rapidez conque habían sido escritas,porque mi inteligencia carecía de la profundidad necesaria para comprenderlas, y miplumadehabilidadsuficienteparatranscribirlas.Algúndíarecuerdequizásunoscuantosfragmentosesparcidosportodaspartes,ylosreproduzcacongranprovechomío,hallandoquelasletrasseconviertenenoroenlaspáginasdemilibro.

Peroestas ideas semeocurrierondemasiado tarde.Á la sazón, tenía tan solamente laconcienciadequeloqueenuntiempohabíasidounplacerparamí,eraahoraunatareairrealizable.Noeraocasiónparaentraren lamentacionesacercadelestadode lascosas.Había cesado de ser un escritor de historietas y de artículos, bastante malos, paraconvertirme en un Inspector de Aduana tolerablemente bueno. Ni más ni menos. Sinembargo,noesnadaagradableverseacosadoporlasospechadequenuestrainteligenciasevaextinguiendo;óquesevadesvaneciendo,sindarnoscuentadeello,comoeléterenuna redoma, quehallamosmásymás reducido á cadamiradaque le dirigimos.Nomequedaba duda alguna del hecho; y al examinarme á mí mismo y á otros de miscompañeros,lleguéáconclusionesnomuyfavorablesrelativamentealefectoqueproduceunempleodelgobiernoenelcarácterdelosindividuos.Acasoalgúndíameextiendamássobrelamateria;porahora,bastedecirqueunempleadodelresguardo,delargafecha,á

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duras penas puede ser persona digna de elogios ó de mucho respeto, por numerosasrazones;entreotras,porlascircunstanciasáquedebesudestino;yluego,porlanaturalezaespecialdelmismo,quesibienmuyhonroso,comocreo,esestaunaopinióndequenoparticipatodoelgénerohumano.

Unode losefectosquehenotado,ycreoquepuedeobservarsemásómenosencadapersonaquehayatenidounodeesosdestinos,esquealpasoqueelhombresereclinaenelbrazopoderosodelaRepública,supropiafuerzaindividualleabandona.Siposeeunagransumadeenergíanatural,ósielempleopúbliconoejerceenélsuenervanteinflujopormuchotiempo,podrárecobrarsusfacultadesembotadas.Elempleadoquehaperdidosudestino,puedevolversobresuspasos,yserdenuevotodoloqueeraantes.Peroestoraravezacontece,puespor lo regularpermaneceen supuestoel tiemponecesarioparaqueseefectúesupropiaperdiciónydecadencia,yentoncesleponendepatitasenlacalle,para que continúe su marcha por el camino de la vida como mejor pueda. Teniendoconcienciadesupropiadebilidad,ydequetodoeltempledesuespírituhadesaparecido,enadelantesólodirigemiradasinquietasentornosuyoendemandadequienleauxilie.Suconstanteesperanza,—quevieneáserunaespeciedealucinaciónque,ádespechodetodoloqueseadesalentador,ysinhaceraltoenimposibilidades lepersiguemientrasviva,—consiste en que al fin y al cabo, y en no lejano tiempo, merced á una reunión decircunstancias felices, será restablecido en su empleo.Esta esperanza,más queningunaotracosa,minaporcompletoyhieredemuerte,desdesusprincipios,cualquieraempresaqueintentellevarácabo.¿Porquétrabajaryafanarseytratardesalirdelamiseriaenqueseencuentra,sideunmomentoáotroelbrazodelGobiernolopondrááflote?¿Porquéprocurarlibrarselasubsistenciaaquíconelsudordesufrente,óiráCaliforniaáextraeroro,[11] cuando no pasará mucho tiempo sin que ese mismo Gobierno le haga feliz,poniendo en sus bolsillos, con intervalos mensuales, un puñado de monedas brillantesprocedentesdelasarcasdelaRepública?Nodejadesercurioso,ytristealmismotiempo,observarcuánprontoseinficionaconestaenfermedadunpobrediablo,porpocoquehayaprobadoel turróndeundestinillo.EldinerodelGobiernotiene,bajoesteconcepto,unacualidadsemejanteáladelospactosconeldemonio:quienlotoca,tienequeandarmuylisto, ó de lo contrario al fin y al cabo, si no pierde su alma, como con el pactomencionado,perderámuchasdesusmejorescualidades:lafuerza,elvaloryconstancia,lasinceridad,laconfianzaensímismo,ytodoloqueconstituyeuncaráctervaronil.

¡Hermosoporvenirmeesperabaporcierto!YnoporqueelInspectorsehubieseaplicadoásípropiolamoraldelahistoria,ópudieseadmitirquelacontinuaciónensuempleo,ólacesantía, influiría en él deunmododesastroso.Nadade eso: pero ápesarde todo,misreflexionessobreelasuntonoeranmuyalentadoras.Comencéávolvermemelancólicoéinquieto, examinando constantemente mi inteligencia para descubrir si mis facultadesestaban cabales, y ver qué detrimento habían experimentado. Traté de calcular cuántotiempopodríaaunpermanecerenlaAduana,ysalirdeellasiendotodavíaloquesellamaun hombre. Para decir la verdad, comencé á temer que,—puesto que no habría sidopolíticodeclararcesanteálascalladasáunhombredemiimportancia,niesmuycorrienteenunempleadodelGobiernohacerdimisióndesudestino,—comencéátemer,repito,quepodríadarseconmigoelcasodeenvejeceryhastadevolvermedecrépitoenmipuestodeInspector, convirtiéndome en algo parecido al octogenario empleado demarras.Y ¿porqué,enelcursodeloslargosañosdelavidaoficialquecreíameestabanaunreservados,

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nomesucederíaalfinyálapostrelomismoqueámivenerableamigo;estoes,llegaráconvertirlahoradelacomidaenlamásimportantedeldía,yelrestodeltiempopasarlodurmiendo á la sombraó al calor del sol? ¡Triste perspectivaparaunhombrequehaceconsistirlafelicidadenvivirenelplenoejerciciodesusfacultadesydesussentimientos!Perodurantetodoestetiempomeestuveatormentandoinútilmente,porquelaProvidenciahabíadispuestolarealizacióndecosasmuchomejoresybenéficasparamí,quelasqueyomismopudejamásidear.

EneltercerañodemiempleodeInspectorhubounacontecimientonotable,cualfuélaelección del General Taylor á la Presidencia de los Estados Unidos. Para que secomprendanperfectamente las tribulacionesde lavidadeunempleadodelGobierno,esprecisoconsiderarloen losprimeros tiemposde laAdministracióndeunPresidentequeperteneceáunpartidopolíticodistintodelsuyo.Suposiciónesentoncesrealmentelamásdificultosa y hasta desagradable en que pueda hallarse un infeliz mortal, casi sinalternativa alguna en buen sentido, aunque lo que él juzga como lo peor que le puedeacontecer, sea tal vez lomejor.Mas para un hombre digno y sensible es bien dolorososaber que sus intereses dependen de personas que ni le estiman ni le comprenden, yquienes más bien tratarán de hacerle daño que de beneficiarlo. Ni deja tampoco desorprenderle, y mucho, al que supo conservar toda su calma durante una contiendaelectoral,verlaseddesangrequesedesarrollaenlahoradeltriunfo,ytenerlaconcienciadequeélesunadelasvíctimasenquelosvencedorestienenfijaslasmiradas.Pocascosashaytanfeasenlanaturalezahumanacomoestatendenciaálacrueldad,tansóloporquesetieneelpoderdehacerdaño,quelleguéentoncesánotarenpersonasquedespuésdetodonoeranpeoresquesusvecinos.Sienvezdeserunaexpresiónmetafórica,aunquemuyapropiada,fueraunhechoreallodelaguillotinaaplicadaálosempleadosdelGobierno,después de una nuevaAdministración, creo sinceramente que losmiembros del partidovictorioso,enlosprimerosmomentosdelaagitacióncausadaporsutriunfo,noshabríancortadolacabezaátodoslosdelpartidoopuesto.

Peroseadeelloloquefuere,yápesardelopocoagradablequeeramisituación,halléqueteníamásdeunmotivoparacongratularmedeestardelladodelosvencidosmásbienque del de los vencedores. Si hasta entonces no habían sido muy ardientes misconvicciones políticas, en aquella hora de peligro y de adversidad comencé á sentirvivamente hacia qué partido se inclinaban mis predilecciones; y no sin cierto dolor yvergüenzalleguéávislumbrarque,segúncálculosrazonables,teníayomásprobabilidadesdeconservarmidestinoquemisotroscorreligionariospolíticos.Pero¿quiénpuedeverenlofuturomásalládesusnarices?Micabezafuélaprimeraquecayó.

Tengo para mí, que cuando á un empleado lo declaran cesante, ó, para hablarmetafóricamente,lecortanlacabeza,raravez,ónunca,esaquellalaépocamásfelizdesuvida.Sinembargo,comosucedeen lamayorpartedenuestrosgrandes infortunios,aunesegraveacontecimientotraeaparejadoconsigosuremedioysuconsuelo,contaldequela víctima trate de sacar elmejor partido de su desgracia. Por lo que ámí respecta, elconsuelo lo tenía á lamano, y ya seme había presentado enmismeditacionesmuchotiempoantesdequefueraabsolutamentenecesarioapelaráeseremedio.EnlaAduanadeSalem, como anteriormente en la Antigua Mansión, pasé tres años; tiempo más quesuficiente para que descansara mi cerebro fatigado y para que rompiera con antiguoshábitos intelectualesyadoptaraotrosnuevos;y tiempotambiéndemasiadolargopara la

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vidaquellevé,tancompletamenteajenaámisinclinacionesnaturales,sinhaberhechoenrealidadnadaquefueraprovechosoóagradableáalgúnsérhumano,habiéndomeretraídode una labor que, por lo menos, habría satisfecho los latentes deseos de mi espíritu.Además, la manera poco ceremoniosa con que le declararon cesante, y el haber sidoconsideradocomoenemigoporsusadversariospolíticos,fuéenciertomodoagradablealex-InspectordeAduana,puestoquesuapatíaenlosasuntosdelapolítica,—sutendenciaádivagar, ámercedde suvoluntad,por el vastoy apacible campoenque todoelgénerohumanopuedecodearsesinreparo,antesqueceñirseálosestrechossenderosenqueloshermanosdeunmismohogar tienenquesepararseunosdeotros,—habíahechoquesusmismos correligionarios le mirasen con cierta sospecha, dudando si en realidad lespertenecía. Pero ahora, después de haber obtenido la corona del martirio, la dudadesapareció.Porotraparte,ápesardelopocoheroicaqueessunaturaleza,parecíamásdecoroso verse también arrastrado en la caída del partido á que estaba afiliado, que nopermanecerdepiecuandotantoshombres,muchomásmeritorios, ibancayendodía trasdía;y,porúltimo,eraesopreferibleáquedarsecuatroañosmásensupuesto,álamercedde una Administración hostil, para verse á la postre obligado á definir su posición denuevo,ymendigartalvezlabuenavoluntaddelosvencedores.[12]

Entretanto, laprensaperiódicahabía tomadoporsucuentaelasuntodemicesantía,ydurante un par de semanasme exhibió ante el público enmi nuevo estado de personadecapitada,deseandoyoquemedejaranenpazymeenterrasenalfin,comoconvieneáun hombre políticamente muerto. Esto, hablando naturalmente en el sentido figurado,porqueenlarealidad,todoestetiempoenquesetratabademíenlosperiódicoscomodelInspector decapitado, tenía yo muy bien asegurada la cabeza en los hombros, y habíallegadoálaexcelenteconclusióndequenohaymalqueporbiennovenga;yempleandoalgunoscuantosrealesentinta,papelyplumas,abrímiolvidadoescritorio,ymeconvertídenuevoenhombredeletras.

Entonces fué cuando dediqué toda mi atención á las lucubraciones de mi antiguopredecesor el Inspector de Aduana Sr. Pue; y como mis facultades intelectuales sehallabanuntantoentorpecidasporlafaltadeconvenienteusodurantelargotiempo,pasótambiénalgunoantesdequemefueradadotrabajarenminarracióndeunamaneraalgosatisfactoria.Ycontodo,ápesardequelaobraabsorbíaporcompletomispensamientos,éstasepresentaámivistaconunaspectosombríoygrave, sinque laalegreun festivorayodesol,sinquesehagansentirmuchoenellalasdulcesyfamiliaresinfluenciasqueámenudo suavizan casi todas las escenas de la naturaleza y de la vida real, y debieransuavizartambiénlapinturaquedeellassehace.Esteefectopocohalagüeñoesquizáselresultadodelperíododeagitaciónéincertidumbreenquelahistoriatomóforma;sinqueindiquecarenciadebuenhumorenelespíritudelnovelista,pueseramásfelizmientrasdivagaba entre la lobreguez de estas tristes fantasías suyas, que en ninguna otra épocadesdequesaliódelaAntiguaMansión.Perocontinuandoconlametáforadelaguillotinapolítica, si este bosquejo de la Aduana, que voy á terminar, pareciere por venturademasiadoautobiográficoparaquelopubliqueenvidaunapersonaque,comosuautor,noes demucho viso, téngase en cuenta que procede de un caballero que lo escribe desdeultratumba.¡Lapazseaconelmundo!¡Mibendiciónparamisamigos!¡Miperdónparamisenemigos!¡Meencuentroenlaregióndelreposo!

La vida de la Aduana yace en lo pasado, como si fuera un sueño. El octogenario

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empleadodelresguardo,—que,sientodecirlo,murióhacealgúntiempoenconsecuenciade la cozdeuncaballo,puesde lo contrariohabríavividode seguroeternamente,—asícomotodoslosdemásvenerablespersonajesquesesentabanjuntoconélenlaAduana,sehanconvertidoparamíensombras:imágenesderostrosarrugadosycabezasblancasencanas,conquienesmifantasíaseocupóalgúntiempoyqueyahaarrojadoálolejosparasiempre.Loscomerciantes,cuyosnombresmeeran tan familiareshacesóloseismeses,estoshombresdeltráficoqueparecíaocupabanunaposicióntanimportanteenelmundo,—¡cuáncortotiemposehanecesitadoparasepararmedetodosellos,yaunparaborrarlosdelamemoria,hastaelpuntodehabermesidoprecisounesfuerzopararecordarelrostroynombredealgunoqueotro!

Pronto,igualmente,miantiguaciudadnativasemepresentaráaltravésdelabrumadelos recuerdos que la envolverá por todas partes, como si no fuera una porción de estemundo real y positivo, sino una gran aldea allá en una región nebulosa, con habitantesimaginariosquepueblansuscasasdemadera,ypaseanporsusfeascallejuelasysucalleprincipaltanuniformeypocopintoresca.Desdeahoraenadelantecesadeserunarealidaddemivida:soyunciudadanodeotrolugarcualquiera.NolosentiránmucholasbuenasgentesdeSalem,pues aunquemehe empeñadoen llegar conmis tareas literarias á seralgoálosojosdeesospaisanosmíos,ydejarunamemoriagratademinombreenesaquehasidocuna,moradaycementeriodetantosdemisantepasados,—nuncaencontréallílaatmósferagenialquerequiereunhombrede letrasparaquesesazonendebidamente losfrutosdesuinteligencia.Haréalgomejorentreotraspersonas;yapenastengoqueañadirqueaquellas,quemesontanfamiliares,noecharándemenosmiausencia.

LALETRAESCARLATA

————

I

LAPUERTADELAPRISIÓN

UNAmultituddehombresbarbudos,vestidoscontrajesobscurosysombrerosdecopaalta,casipuntiaguda,decolorgris,mezcladosconmujeresunasconcaperuzasyotrasconlacabezadescubierta,sehallabacongregadafrenteáunedificiodemaderacuyapesadapuertaderobleestabatachonadaconpuntasdehierro.

Losfundadoresdeunanuevacolonia,cualesquieraquehayansidolosensueñosutópicosde virtud y felicidad que presidieran á su proyecto, han considerado siempre, entre las

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cosasmásnecesarias,dedicaráuncementeriounapartedelterrenovirgen,yotraparteálaereccióndeunacárcel.Deacuerdoconesteprincipio,puededarseporsentadoquelosfundadoresdeBostonedificaronlaprimeracárcelenlascercaníasdeCornhill,asícomotrazaronelprimercementerioenel lugarquedespués llegóáserelnúcleode todos lossepulcrosaglomeradosenelantiguocamposantodelaCapilladelRey.Eslociertoquequinceóveinte añosdespuésde fundada lapoblación,ya la cárcel, que erademadera,presentabatodaslasseñalesexterioresdehaberpasadoalgunosinviernosporella,loqueledabaunaspectomássombríoqueelquedesuyotenía.Eloríndequeestabacubiertalapesadaobradehierrodesupuerta,ladotabadeunaaparienciademayorantigüedadqueladeningunaotracosaenelNuevoMundo.Comotodoloqueserelacionadeunmodoúotroconelcrimen,parecíanohabergozadonuncadejuventud.Frenteáestefeoedificio,yentreélyloscarrilesórodadasdelacalle,habíaunaespeciedepradilloenquecrecíanen abundancia la bardana y otras malas hierbas por el estilo, que evidentementeencontraron terrenoapropiadoenunsitioqueyahabíaproducido lanegraflorcomúnáunasociedadcivilizada,—lacárcel.Peroáunladodelapuerta,casienelumbral,seveíaun rosal silvestre que en estemesde Junio estaba cubierto con las delicadas flores quepudieradecirseofrecíansufraganciayfrágilbellezaálosreosqueentrabanenlaprisión,y á los criminales condenados que salían á sufrir su pena, como si la naturaleza secompadecieradeellos.

Laexistenciadeesterosal,porunaextrañacasualidad,sehaconservadoenlahistoria;perono trataremosdeaveriguar si fué simplementeunarbustoquequedóde la antiguaselvaprimitivadespuésquedesaparecieronlosgigantescospinosyroblesqueleprestaronsombra, ó si, como cuenta la tradición, brotó bajo las pisadas de la santa AnaHutchinson[13] cuando entró en la cárcel. Sea de ello lo que fuere, puesto que loencontramosenelumbraldenuestranarración,pordecirloasí,nopodemosmenosquearrancarunadesusfloresyofrecérselaallector,esperandoquesimbolicealgunaapaciblelección demoral, ya se desprenda de estas páginas, ó ya sirva paramitigar el sombríodesenlacedeunahistoriadefragilidadhumanaydedolor.

II

LAPLAZADELMERCADO

ELpradillofrenteá lacárcel,delcualhemoshechomención,sehallabaocupadohaceunos doscientos años, en unamañana de verano, por un gran número de habitantes deBoston, todos con las miradas dirigidas á la puerta de madera de roble con puntas dehierro.EncualquieraotrapoblacióndelaNuevaInglaterra,óenunperíodoposteriordesuhistoria,nadabuenohabríaauguradoelaspectosombríodeaquellosrostrosbarbudos;sehabríadichoqueanunciaba lapróximaejecucióndealgúncriminalnotable,contraelcual un tribunal de justicia había dictado una sentencia, que no venía á ser sino laconfirmaciónde laexpresadaporel sentimientopúblico.Perodada la severidadnaturaldel carácter puritano en aquellos tiempos, no podía sacarse semejante deducción,

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fundándolasóloenelaspectodelaspersonasallíreunidas:talvezalgúnesclavoperezoso,óalgúnhijodesobedienteentregadoporsuspadresálaautoridadcivil,recibíanuncastigoenlapicota.Pudierasertambiénqueuncuákeroúotroindividuopertenecienteáunasectaheterodoxa,ibaáserexpulsadodelaciudadápuntadelátigo;óacasoalgúnindioociosoy vagamundo, que alborotaba las calles en estado de completa embriaguez, gracias alaguardientedelosblancos,ibaáserarrojadoálosbosquesábastonazos;ótalvezalgunahechicera,comolaancianaSeñoraHibbins,lamordazviudadelmagistrado,ibaámorirenelcadalso.Seadeelloloquefuere,habíaenlosespectadoresaquelairedegravedadque cuadraba perfectamente á un pueblo para quien religión y ley eran cosas casiidénticas, y en cuyo carácter se hallaban ambos sentimientos tan completamenteamalgamados, que cualquier acto de justicia pública, por benigno ó severo que fuese,asumíaigualmenteunaspectoderespetuosasolemnidad.Pocaóningunaeralacompasiónque de semejantes espectadores podía esperar un criminal en el patíbulo. Pero por otraparte, un castigo que en nuestros tiempos atraería cierto grado de infamia y hasta deridículosobreelculpable,serevestíaentoncesdeunadignidadtansombríacomolapenacapitalmisma.

Merece notarse que en la mañana de verano en que comienza nuestra historia, lasmujeres que había mezcladas entre la multitud, parecían tener especial interés enpresenciar el castigo cuya imposición se esperaba. En aquella época las costumbres nohabían adquirido ese gradode pulimento en que la idea de las consideraciones socialespudiera retraer al sexo femenino de invadir las vías públicas, y si la oportunidad sepresentaba,deabrirpasoásurobustahumanidadentrelamuchedumbre,paraestarlomáscerca posible del cadalso, cuando se trataba de una ejecución. En aquellas matronas yjóvenes doncellas de antigua estirpe y educación inglesa había, tanto moral comofísicamente, algo más tosco y rudo que en sus bellas descendientes, de las que estánseparadas por seis ó siete generaciones; porque puede decirse que cada madre, desdeentonces, ha ido trasmitiendo sucesivamente á su prole un colormenos encendido, unabellezamásdelicadaymenosduradera,unaconstituciónfísicamásdébil,yaunquizásuncarácterdemenosfuerzaysolidez.Lasmujeresqueestabandepiecercadelapuertadelacárcel en aquella hermosamañana de verano,mostraban rollizas y sonrosadasmejillas,cuerposrobustosybiendesarrolladosconanchasespaldas;mientrasqueellenguajequeempleaban lasmatronas tenía una rotundidad y desenfado que en nuestros tiempos nosllenaríadesorpresa,tantoporelvigordelasexpresionescuantoporelvolumendelavoz.

—Honradas esposas,—dijo una dama de cincuenta años, de facciones duras,—voy ádeciros loquepienso.Redundaría enbeneficiopúblico sinosotras, lasmujeresdeedadmadura,debuenareputación,ymiembrosdeunaiglesia,tomásemospornuestracuentalamaneradetratarámalhechorascomolatalEsterPrynne.¿Quépensáis,comadres?Siesabuena pieza tuviera que ser juzgada por nosotras, las cinco que estamos aquí, ¿saldríaacaso tan bien librada como ahora conuna sentencia cual la dictada por los venerablesmagistrados?¡Noporcierto!

—Buenas gentes, decía otra, se corre por ahí que el Reverendo Sr. Dimmesdale, supiadoso pastor espiritual, se aflige profundamente de que escándalo semejante hayasucedidoensucongregación.

—Los magistrados son caballeros llenos de temor de Dios, pero en extremo

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misericordiosos,estoeslaverdad,—agregóunaterceramatrona,yaentradaenlamadurezdesuotoño.—ÁlomenosdeberíanhabermarcadoconunhierrohechoascualafrentedeEsterPrynne.YoosaseguroqueMadamaEsterhabríasabidoentoncesloqueerabueno.Peroquéleimportaáesazorraloquelehanpuestoenlacotilladesuvestido.Locubriráconsubroche,óconalgúnotrodeesosadornospaganosenboga,ylaveremospasearseporlascallestanfrescacomositalcosa.

—¡Ah!—dijounamujer joven,casada,queparecíadenaturalmássuavey llevabaunniño de lamano,—dejadla que cubra esamarca como quiera; siempre la sentirá en sucorazón.

—¿Quéestamoshablandoaquídemarcasósellosinfamantes,yaenelcorpiñodeltraje,en las espaldas ó en la frente?—gritó otra, la más fea así como la más implacable deaquellasquesehabíanconstituídojuecesporsíyantesí.—Estamujernoshadeshonradoátodas,ydebemorir.¿Nohayacasounaleyparaello?Sí,porcierto:lahaytantoenlasSagradasEscriturascomoenlosEstatutosdelaciudad.Losmagistradosquenohanhechocasodeella,tendránqueculparseásípropios,sisusesposasóhijassedesvíandelbuensendero.

—¡El cielo se apiade de nosotros! buena dueña,—exclamó un hombre—¿no hay porventura más virtud en la mujer que la debida al temor de la horca? Nada peor podríadecirse.Silencioahora,vecinas,porquevanáabrir lapuertade lacárcelyahívieneenpersonaMadamaEster.

Lapuertadelacárcelseabrióenefecto,yaparecióenprimerlugar,ásemejanzadeunanegra sombra que sale á la luz del día, la torva y terrible figura del alguacil de lapoblación,conlaespadaalcintoyenlamanolavara,símbolodesuempleo.Elaspectodeestepersonaje representaba toda la sombría severidaddelCódigode leyespuritanas,queestaballamadoáhacercumplirhastalaúltimaextremidad.Extendiendolavaradesuoficioconlamanoizquierda,pusoladerechasobreelhombrodeunamujerjovenálaquehacíaavanzar,empujándola,hastaque,enelumbraldelaprisión,aquellalerepelióconunmovimiento que indicaba dignidad natural y fuerza de carácter, y salió al aire librecomo si lo hiciera por supropia voluntad.Llevaba en los brazos á un tierno infante deunos tresmeses de edad, que cerró los ojos y volvió la carita á un lado, esquivando lademasiada claridad del día, cosamuy natural como que su existencia hasta entonces lahabíapasadoenlastinieblasdeuncalabozo,óenotrahabitaciónsombríadelacárcel.

Cuando aquellamujer joven, madre de la tierna criatura, se halló en presencia de lamultitud,fuésuprimerimpulsoestrecharálaniñitacontraelseno,notantoporunactodeafectomaternal,sinomásbiencomosiquisieradeesemodoocultarciertosignolabradoófijado en su vestido. Sin embargo, juzgando, tal vez cuerdamente, que una prueba devergüenzanopodríamuybienocultarotra,tomólacriaturitaenbrazos,yconrostrollenodesonrojo,peroconsonrisaaltivayojosquenopermitíanserhumillados,dióunamiradaálosvecinosquesehallabanentornosuyo.Sobreelcorpiñodesutraje,enunpañodeunrojobrillante,y rodeadadebordadoprimorosoyfantásticosadornosdehilosdeoro, sedestacabalaletraA.Estabahechatanartísticamente,ycontallujodecaprichosafantasía,queproducíaelefectodeserelornatofinalyadecuadodesuvestido,que tenía todoelesplendorcompatibleconelgustodeaquellaépoca,excediendoenmuchoálopermitidoporlasleyessuntuariasdelacolonia.

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Aquellamujer era de elevada estatura, perfectamente formada y esbelta. Sus cabelloseranabundantesycasinegros,ytanlustrososquereverberabanlosrayosdelsol:surostro,ademásdeserbelloporlaregularidaddesusfaccionesylasuavidaddelcolor,teníatodalafuerzadeexpresiónquecomunicancejasbienmarcadasyojosintensamentenegros.Elaspectoeraeldeunadamacaracterizado,comoerausualenaquellostiempos,másbienporciertadignidadenelporte,quenoporlagraciadelicada,evanescenteéindescriptiblequeseaceptahoydíacomoindiciodeaquellacualidad.YjamástuvoEstermásaspectodeverdaderaseñora,segúnlaantiguasignificacióndeestapalabra,quecuandosaliódelacárcel. Los que la habían conocido antes y esperaban verla abatida y humillada, sesorprendieron, casi se asombraron al contemplar cómo brillaba su belleza, cual si leformaranunaaureolael infortunioéignominiaenqueestabaenvuelta.Ciertoesqueunobservador dotado de sensibilidad habría percibido algo suavemente doloroso en susfacciones.Sutraje,queseguramentefuéhechoporellamismaenlacárcelparaaqueldía,sirviéndole demodelo su propio capricho, parecía expresar el estado de su espíritu, ladesesperada indiferencia de sus sentimientos, á juzgar por su extravagante y pintorescoaspecto.Peroloqueatrajotodaslasmiradas,yloquepuededecirsequetransfigurabaálamujer que la llevaba,—de talmodo que los que habían conocido familiarmente áEsterPrynne experimentaban la sensación de que ahora la veían por vez primera,—era LALETRAESCARLATA,tanfantásticamentebordadaéiluminadaqueteníacosidaalcuerpodesuvestido.Erasuefectoeldeunamuletomágico,queseparabaáaquellamujerdelrestodelgénerohumanoylaponíaaparte,enunmundoqueleerapeculiar.

—Nopuedenegarseque tieneuna agujamuyhábil, observóunade las espectadoras;pero dudomucho que exista otramujer que haya ideado unamanera tan descarada dehacer patente su habilidad. ¿Áqué equivale esto, comadres, sino á burlarse de nuestrospiadososmagistrados,yvanagloriarsedeloqueesosdignoscaballeroscreyeronqueseríauncastigo?

—Buenofuera,—exclamólamáscariavinagradadeaquellasviejas,—quedespojásemosá Madama Ester de su hermoso traje, y en vez de esa letra roja tan primorosamentebordada, le claváramos una hecha de un pedazo de esta franela que uso para mireumatismo.

—¡Oh!basta,vecinas,basta,—murmurólamás jovende lascircunstantes,—habladdemodoquenoosoiga.¡Nohayunasolapuntadaenelbordadodeesaletraquenolahayasentidoensucorazón!

Elsombríoalguacilhizoenestemomentounaseñalconsuvara.

—Buenagente,hacedplaza;¡hacedplazaennombredelRey!exclamó.Abridlepaso,yos prometo queMadamaEster se sentará donde todo elmundo, hombre,mujer ó niño,podrácontemplarperfectamenteyásusaborelhermosoadornodesdeahorahastalaunadelatarde.ElcielobendigalajustaColoniadeMassachusetts,dondelainiquidadsevéobligadaácomparecerantelaluzdelsol.VenidacáMadamaEster,ymostradvuestraletraescarlataenlaplazadelmercado.

Inmediatamentequedóunespaciofrancoaltravésdelaturbadeespectadores.Precedidadelalguacil,yacompañadadeunacomitivadehombresdedurosemblanteydemujeresde rostro nada compasivo,Ester Prynne se adelantó al sitio fijado para su castigo.Una

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multituddechicosdeescuela,atraídosporlacuriosidadyquenocomprendíandeloquesetrataba,exceptoquelesproporcionabamediodíadeasueto,laprecedíaátodocorrer,volviendodecuandoencuandolacabezayaparafijarlasmiradasenella,yaenlatiernacriaturita, ora en la letra ignominiosa que brillaba en el seno de lamadre. En aquellostiempos la distancia que había de la puerta de la cárcel á la plaza delmercado no eragrande;sinembargo,midiéndolaporloqueexperimentabaEster,debiódeparecerlemuylarga,porqueápesarde laaltivezdesuporte,cadapasoquedabaenmediodeaquellamuchedumbrehostileraparaellaundolor indecible.Sediríaquesucorazónhabíasidoarrojado á la calleparaque lagente lo escarnecieray lopisoteara.Perohay ennuestranaturaleza algo, que participa de lo maravilloso y de lo compasivo, que nos impideconocertodalaintensidaddeloquepadecemos,mercedalefectomismodelatorturadelmomento,aunquemástardenosdemoscuentadeelloporeldolorquetrassídeja.Porlotanto,concontinentecasiserenosufrióEsterestapartedesucastigo,yllegóáunpequeñotabladoqueselevantabaenlaextremidadoccidentaldelaplazadelmercado,cercadelaiglesiamásantiguadeBoston,comosiformarapartedelamisma.

Enefecto,estecadalsoconstituíaunapartedelamaquinariapenaldeaqueltiempo,ysibien desde hace dos ó tres generaciones es simplemente histórico y tradicional entrenosotros,seconsiderabaentoncesunagentetaneficazparalaconservacióndelasbuenascostumbres de los ciudadanos, como se consideró más tarde la guillotina entre losterroristasde laFrancia revolucionaria.Era, enunapalabra, el tabladoenqueestaba lapicota:sobreélselevantabalaarmazóndeaquelinstrumentodedisciplina,detalmodoconstruídoque,sujetandoenunagujerolacabezadeunapersona,laexponíaálavistadelpúblico.Enaquellaarmazóndehierroymaderasehallabaencarnadoelverdaderoidealdelaignominia;porquenocreoquepuedahacersemayorultrajeálanaturalezahumana,cualesquieraqueseanlasfaltasdelindividuo,comoimpedirlequeoculteelrostroporunsentimiento de vergüenza, haciendo de esa imposibilidad la esencia del castigo. ConrespectoáEster,sinembargo,comoacontecíamásómenosfrecuentemente,lasentenciaordenabaque estuvieradepie cierto tiempoen el tablado, sin introducir el cuello en laargollaócepoquedejabaexpuestalacabezaálasmiradasdelpúblico.Sabiendobienloqueteníaquehacer,subiólosescalonesdemadera,ypermanecióálavistadelamultitudquerodeabaeltabladoócadalso.

Laescenaaquellanocarecíadeesaciertasolemnidadpavorosaqueproducirásiempreelespectáculodelaculpaylavergüenzaenunodenuestrossemejantes,mientraslasociedadnosehayacorrompidolobastanteparaquelehagareirenvezdeestremecerse.LosquepresenciabanladeshonradeEsterPrynnenoseencontrabanenesecaso.Eragenteseveray dura, hasta el extremo de que habrían contemplado sumuerte, si tal hubiera sido lasentencia, sin unmurmullo ni lamenor protesta; pero no habrían podido hallarmateriaparachistesyjocosidadesenunaexhibicióncomoestadequehablamos:ydadocasoquehubiesehabidoalgunadisposiciónáconvertirelcastigoaquelenasuntodebromas,todatentativa de este género habría sido reprimida con la solemnepresencia de personas detantaimportanciaydignidadcomoelGobernadoryvariosdesusconsejeros:unjuez,ungeneral,ylosministrosdejusticiadelapoblación,todosloscualesestabansentadosósehallabandepieenunbalcóndelaiglesiaquedabaálaplataforma.Cuandopersonasdetantovisopodíanasistirátalespectáculo,sinarriesgarlamajestadólareverenciadebidaásujerarquíayempleo,erafácildeinferirsequelaaplicacióndeunasentencialegaldebía

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de tener un significado tan serio cuanto eficaz; y por lo tanto, la multitud permanecíasilenciosaygrave.Lainfelizculpableseportabalomejorqueleeradadoáunamujerquesentía fijas en ella, y concentradas en la letra escarlata de su traje, mil miradasimplacables.Erauntormentoinsoportable.

HallándoseEster dotadadeunanaturaleza impetuosaydejándose llevar de suprimerimpulso,habíaresueltoarrostrareldespreciopúblico,poremponzoñadosquefueransusdardosycruelessusinsultos;peroenelsolemnesilenciodeaquellamultitudhabíaalgotanterrible,quehubierapreferidoveresosrostrosrígidosyseverosdescompuestosporlasburlas y sarcasmos de que ella hubiese sido el objeto; y si en medio de aquellamuchedumbrehubieraestalladounacarcajadageneral,enquehombres,mujeres,yhastalosniñostomaranparte,Esterleshabríarespondidoconamargaydesdeñosasonrisa.Peroabrumada bajo el peso del castigo que estaba condenada á sufrir, pormomentos sentíacomosituvieraquegritarcontodalafuerzadesuspulmonesyarrojarsedesdeeltabladoalsuelo,ódelocontrariovolverseloca.

Habíasinembargo intervalosenque toda laescenaenqueelladesempeñabaelpapelmásimportante,parecíadesvanecerseantesusojos,óálomenos,brillabadeunamaneraindistintayvaga,comosilosespectadoresfueranunamasadeimágenesimperfectamentebosquejadasódeaparienciaespectral.Suespíritu,yespecialmentesumemoria,teníanunaactividadcasi sobrenatural,y la llevabaná la contemplacióndealgomuydistintode loque la rodeaba en aquellosmomentos, lejos de esa pequeña ciudad, en otro país dondeveíaotrosrostrosmuydiferentesdelosqueallífijabanenellasusimplacablesmiradas.Reminiscenciasde lamás insignificantenaturaleza,de sus juegos infantiles,de susdíasescolares, de sus riñas pueriles, del hogar doméstico, se agolpaban á su memoriamezcladasconlosrecuerdosdeloqueeramásgraveyserioenlosañossubsecuentes,uncuadro siendo precisamente tan vivo y animado como el otro, como si todos fueran deigual importancia, ó todos un simple juego. Tal vez era aquello un recurso queinstintivamenteencontrósuespírituparalibrarse,pormediodelacontemplacióndeestasvisionesdesufantasía,delaabrumadorapesadumbredelarealidadpresente.

Pero sea de ello lo que fuere, el tablado de la picota era una especie demirador querevelabaáEstertodoelcaminoquehabíarecorridodesdelostiemposdesufelizinfancia.De pie en aquella triste altura, vió de nuevo su aldea nativa en la vieja Inglaterra y suhogar paterno: una casa semi-derruida de piedra obscura, de un aspecto que revelabapobreza,peroqueconservabaaúnsobreelportal,enseñaldeantiguahidalguía,unescudodearmasmedioborrado.Vióelrostrodesupadre,defrenteespaciosaycalvayvenerablebarbablancaquecaíasobrelaantiguavalonadeltiempodelareinaIsabeldeInglaterra.Vió también á sumadre, con aquella mirada de amor llena de ansiedad y de cuidado,siempre presente en su recuerdo y que, aún después de su muerte, con frecuencia y ámaneradesuavereproche,habíasidounaespeciedepreventivoenlasendadesuhija.Viósupropiorostro,enelesplendordesubellezajuveniléiluminandoelopacoespejoenqueacostumbrabamirarse.Allí contemplóotro rostro, el deunhombreya entrado en años,pálido,delgado,confisonomíadequiensehadedicadoalestudio,ojosturbiosyfatigadospor la lámpara á cuya luz leyó tanto ponderoso volumen y meditó sobre ellos. Sinembargo,esosmismosfatigadosojosteníanunpoderextrañoypenetrantecuandoelquelos poseía deseaba leer en las conciencias humanas.Esa figura era un tantodeformada,con un hombro ligeramente más alto que el otro. Después vió surgir en la galería de

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cuadrosqueleibapresentandosumemoria, lasintrincadasyestrechascalles, lasaltasyparduscascasas,lasenormescatedralesylosedificiospúblicosdeantiguafechayextrañaarquitectura de una ciudad europea, donde le esperaba una nueva vida, siemprerelacionándoseconelsabioymalformadoerudito.Finalmente,enlugardeestasescenasydeestaespeciedevariablepanorama,se lepresentólarudaplazadelmercadodeunacoloniapuritanacontodaslasgentesdelapoblaciónreunidasallíydirigiendolasseverasmiradasáEsterPrynne,—sí,áellamisma,—queestabaeneltabladodelapicota,conunatiernaniñaenlosbrazos,ylaletraA,decolorescarlata,fantásticamentebordadaconhilodeoro,sobresuseno.

¿Seríaaquelloverdad?Estrechóálacriaturitacontalfuerzacontraelseno,quelahizodarungrito:bajóentonceslosojos,yfijólasmiradasenlaletraescarlata,yaúnlapalpóconlosdedosparatenerlaseguridaddequetantolaniñitacomolavergüenzaáqueestabaexpuestaeranreales.Sí:eranrealidades—¡todolodemássehabíadesvanecido!

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III

ELRECONOCIMIENTO

DE esta intensa sensacióny convencimientode ser el objetode lasmiradas severas yescudriñadorasdetodoelmundo,salióalfinlamujerdelaletraescarlataalpercibir,enlas últimas filas de la multitud, una figura que irresistiblemente embargó suspensamientos.Allíestabaenpieunindiovestidoconeltrajedesutribu;peroloshombresdepielcobrizanoeranvisitastanrarasenlascoloniasinglesas,quelapresenciadeunopudieraatraerlaatencióndeEsterenaquellascircunstancias,ymuchomenosdistraerladelas ideas que preocupaban su espíritu.Al lado del indio, y evidentemente en compañíasuya,habíaunhombreblanco,vestidoconunaextrañamezcladetrajesemi-civilizadoysemi-salvaje.

Era de pequeña estatura, con semblante surcado por numerosas arrugas y que sinembargonopodía llamarseeldeunanciano.En los rasgosdesu fisonomíase revelabauna inteligencianotable,como ladequienhubieracultivadode talmodosus facultadesmentales,quelapartefísicanopodíamenosqueamoldarseáellasyrevelarseporrasgosinequívocos.Aunquemercedáunaparentedesarreglodesuheterogéneavestimentahabíatratadodeocultaródisimularciertapeculiaridaddesufigura,paraEstereraevidentequeunode loshombrosdeeste individuoeramásaltoqueelotro.Nobienhubopercibidoaquelrostrodelgadoyaquellaligeradeformidaddelafigura,estrechóálaniñacontraelpecho,con tanconvulsiva fuerza,que lapobrecriaturitadióotrogritodedolor.Pero lamadrenoparecióoirlo.

Desdequellegóálaplazadelmercado,yalgúntiempoantesqueellalehubieravisto,aquel desconocido había fijado sus miradas en Ester. Al principio, de una maneradescuidada,comohombreacostumbradoádirigirlasprincipalmentedentrodesímismo,yparaquienlascosasexternassonasuntodepocamonta,ámenosquenoserelacionenconalgo que preocupe su espíritu. Pronto, sin embargo, las miradas se volvieron fijas ypenetrantes.Unaespeciedehorrorpuededecirsequeretorcióvisiblementesufisonomía,comoserpientequesedeslizaraligeramentesobrelasfacciones,haciendounaligerapausay verificando todas sus circunvoluciones á la luz del día. Su rostro se obscureció áimpulsosdealgunapoderosaemociónquepudosinembargodominar instantáneamente,mercedáunesfuerzode suvoluntad,yde talmodo,queexceptoun rápido instante, laexpresión de su rostro habría parecido completamente tranquila. Después de un brevemomento,laconvulsiónfuécasiimperceptible,hastaquealfinsedesvaneciótotalmente.Cuando vió que lasmiradas deEster se habían fijado en las suyas, y notó que parecíahaberle reconocido, levantó lenta y tranquilamente el dedo, hizo una señal con él en elaire,ylollevóásuslabios.

Entonces,tocandoenelhombroáunadelaspersonasqueestabanásulado,ledirigiólapalabraconlamayorcortesía,diciéndole:

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—Le ruego á Vd., buen señor, se sirva decirme ¿quién es esa mujer, y por qué laexponendetalmodoálavergüenzapública?

—Vd. tiene que ser un extranjero recién llegado, amigo,—le respondió el hombre,dirigiendo al mismo tiempo unamirada curiosa al que hizo la pregunta y á su salvajecompañero,—de locontrariohabríaVd.oídohablarde laSeñoraEsterPrynneydesusfechorías.HasidomotivodeungranescándaloenlaiglesiadelsantovarónDimmesdale.

—Deveras,replicóelotro.Yosoyaquíforastero;ymuycontramivoluntadheestadorecorriendoelmundo,habiendopadecidocontratiemposdetodogéneropormarytierra.He permanecido en cautiverio entre los salvajes mucho tiempo, y vengo ahora encompañía de este indio para redimirme. Por lo tanto ¿quiere Vd. tener la bondad dereferirmelosdelitosdeEsterPrynne(creoqueasísellama),ydecirmequéesloquelahaconducidoáesetablado?

—Conmuchogusto,amigomío,ymeparecequesealegraráVd.enextremo,despuésdetodoloquehapadecidoVd.entrelossalvajes,dijoelnarrador,deencontrarseenfinenunatierradondelainiquidadsepersigueysecastigaenpresenciadelosgobernantesydelpueblo,comosepracticaaquí,ennuestrabuenaNuevaInglaterra.DebeVd.saber,señor,que esa mujer fué la esposa de un cierto sabio, inglés de nacimiento, pero que habíahabitadomuchotiempoenAmsterdam,dedondehaceañospensóveniráfijarsusuerteentre nosotros aquí enMassachusetts.Con este objeto envióprimeramente á su esposa,quedándoseélenEuropamientrasarreglabaciertosasuntos.PeroenlosdosañosómásquelamujerharesididoenestaciudaddeBoston,ningunanoticiaseharecibidodelsabiocaballero Señor Prynne; y su joven esposa, habiendo quedado entregada á su propiaextraviadadirección….

—¡Ah!¡ah!comprendo,leinterrumpióelextrañoconunaamargasonrisa.Unhombretan sabio comoesedequienVd.habla, deberíadehaber aprendido tambiéneso en suslibros.Y¿quiénsedice,miexcelenteseñor,queeselpadrede lacriaturita,queparececontartresócuatromesesdenacida,yquelaSra.Prynnetieneenlosbrazos?

—Enrealidadamigomío,eseasuntocontinúasiendounenigma,yestáporencontrarsequienlodescifre,respondióelinterlocutor.MadamaEsterrehusahablarenabsoluto,ylosmagistrados se han roto la cabeza en vano. Nada de extraño tendría que el culpableestuvierapresentecontemplandoestetristeespectáculo,desconocidoáloshombres,peroolvidandoqueDiosleestáviendo.

—El sabio marido, dijo el extranjero con otra sonrisa, debería venir á descifrar esteenigma.

—Bienleestaríahacerlo,siaunvive,respondióelvecino.SepaVd.,buenamigo,quelosmagistradosdenuestroMassachusetts, teniendoencuentaqueestamujeres jovenybella,yque la tentaciónque lahizocaerfuésindudademasiadopoderosa,ypensando,además,quesumaridoyaceenelfondodelmar,—nohantenidoelvalordehacerlasentirtodoelrigordenuestrasjustasleyes.Elcastigodeesaofensaeslapenademuerte.Peromovidosápiedadyllenosdemisericordia,hancondenadoáMadamaEsterápermanecerdepieeneltabladodelapicotasolamentetreshoras,ydespués,ydurantetodoeltiempodesuvidanatural,állevarunaseñaldeignominiaenelcuerpodesuvestido.

—Una sentenciamuy sabia,—observó el extranjero inclinando gravemente la cabeza.

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De estemodo será una especie de sermón viviente contra el pecado, hasta que la letraignominiosasegrabeenlalosadesusepulcro.Meduele,sinembargo,queelcompañerodesuiniquidadnoestuviera,porlomenos,ásuladosobreesecadalso.Pero¡yasesabráquiénes!¡yasesabráquiénes!

Saludó cortésmente al comunicativo vecino, y diciendo en voz baja algunas cuantaspalabrasásucompañeroelindio,seabrieronambospasoporenmediodelamultitud.

Mientrasestopasaba,Esterhabíapermanecidoensupedestal,conlamiradafijaenelextranjero;tanfijaeralamirada,queparecíaquetodoslosotrosobjetosdelmundovisiblehabíandesaparecido, quedando tan solos él y ella.Esa entrevista solitaria quizás habríasidomás terrible aun que verle, como sucedía ahora, con el ardiente sol del mediodíaabrasándole á ella el rostro é iluminando su vergüenza; con la letra escarlata, comoemblemadeignominia,enelpecho;conlaniña,nacidaenelpecado,enlosbrazos;conelpuebloentero,congregadoallícomoparaunafiesta,fijandolasmiradasimplacablesenunrostro,quedebíahabersecontempladosoloalsuaveresplandordelalumbredoméstica,álasombradeunhogar feliz,óbajoelvelodenoviaen la iglesia.Peropor terriblequefuerasusituación,sabía,contodo,quelapresenciamismadeaquellosmillaresdetestigoseraparaellaunaespeciedeamparoyabrigo.Preferibleeraestarasí,contantosytantosseresmediandoentreélyella,quenoversefazáfazyásolas.Puededecirsequebuscóunrefugioensumismaexposiciónálavergüenzapública,yquetemíaelmomentoenqueesa protección le faltara. Embargada por tales ideas, apenas oyó una voz que resonabadetrásdeellayquerepitiósunombrevariasvecesconacentotanvigorosoysolemne,quefuéoídoportodalamultitud.

—¡Óyeme,EsterPrynne!dijolavoz.

Comosehadicho,directamenteencimadeltabladoenqueestabadepieEster,habíaunaespeciedebalconcilloógaleríaabierta,queeraellugardondeseproclamabanlosbandosyórdenescontodoelceremonialypompaqueenocasionestalesseusabanenaquellosdías. Aquí, como testigos de la escena que estamos describiendo, se encontraba elGobernadorBellingham,concuatromacerosjuntoásusilla,armadosdesendasalabardas,queconstituíansuguardiadehonor.Unaplumadeobscurocoloradornabasusombrero,sucapateníalasorillasbordadas,ybajodeellallevabauntrajedeterciopeloverde.Erauncaballeroyaentradoenaños,conarrugadorostroquerevelabamuchaymuyamargaexperienciadelavida.Erahombreápropósitoparahallarsealfrentedeunacomunidadquedebesuorigenyprogreso,ysuactualdesarrollo,noá los impulsosde la juventud,sinoálaseveraytempladaenergíadelaedadvirilyálasombríasagacidaddelavejez;habiendo realizado tanto, precisamente porque imaginó y esperó tan poco. Las otraseminentes personas que rodeaban al Gobernador se distinguían por cierta dignidad deporte, propia de un período en que las formas de autoridad parecían revestidas de losagradodeunainstitucióndivina.Eranindudablementehombresbuenos,justosycuerdos;perodifícilmentehabríasidoposibleescoger,entretodalafamiliahumana,igualnúmerode hombres sabios y virtuosos, y al mismo tiempo menos capaces de comprender elcorazón de una mujer extraviada, y separar en él lo bueno de lo malo, que aquellaspersonas cuerdas de severo continente á quienes Ester volvía ahora el rostro. Puededecirse que la infeliz tenía la conciencia de que si había alguna compasión hacia ella,debíadeesperarlamásbiendelamultitud,puesaldirigirlasmiradasalbalconcillo,toda

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temblóypalideció.

La voz que había llamado su atención era la del reverendoy famoso JuanWilson, elclérigodecanodeBoston,granerudito,comolamayorpartedesuscontemporáneosdelamisma profesión, y con todo eso hombre afable y natural. Estas últimas cualidades nohabíantenido,sinembargo,undesenvolvimientoigualaldesusfacultadesintelectuales.Allíestabaélconlosmechonesdesuscabellos,yabastantecanos,quesalíanpordebajodelosbordesdesusombrero;mientraslosojosparduscos,acostumbradosálaluzveladadesuestudio,pestañeabancomolosdelaniñadeEsterantelabrillanteclaridaddelsol.Separecíaáunodeesosretratossombríosquevemosgrabadosenlosantiguosvolúmenesdesermones;yparadecirlaverdad,contantaaptitudparatratardelasculpas,pasionesyangustiasdelcorazónhumano,comolatendríaunodeesosretratos.

—Ester Prynne, dijo el clérigo, he estado tratando con este joven hermano cuyasenseñanzas has tenido el privilegio de gozar,—yaquí elSr.Wilsonpuso lamano en elhombrodeunjovenpálidoqueestabaásulado,—heprocurado,repito,persuadiráestepiadosojovenparaqueaquí,á lafazdelcieloyanteestasrectasysabiasautoridadesyestepuebloaquícongregado,sedirijaátíytehabledelafealdadynegruradetupecado.Conociendomejorqueyoel templede tu espíritu,podría también,mejorqueyo, saberquérazonesemplearparavencertudurezayobstinación,demodoquenoocultespormástiempo el nombre del que te ha tentado á esta dolorosa caída. Pero con la extremadablandurapropiadesujuventud,ápesardelamadurezdesuespíritu,mereplicaqueseríair contra los innatos sentimientos de unamujer, forzarla á descubrir los secretos de sucorazónálaluzdeldía,yenpresenciadetanvastamultitud.Hetratadodeconvencerledeque la vergüenza consiste en cometer el pecado y no en confesarlo. ¿Qué decides,hermanoDimmesdale?¿Quieresdirigirtealalmadeestapobrepecadora,ódebohacerloyo?

Seoyóunmurmulloentrelosencopetadosyreverendosocupantesdelbalconcillo;yelGobernador Bellingham expresó el deseo general, al hablar con acento de autoridad,aunqueconrespeto,aljovenclérigoáquiensedirigía.

—MibuenSeñorDimmesdale,dijo,laresponsabilidaddelasalvacióndelalmadeestamujer pesa en gran parte sobre vos. Por lo tanto, os pertenece exhortarla alarrepentimientoyálaconfesión.

LodirectodeestaspalabrasatrajeronlasmiradasdetodalamultitudhaciaelReverendoSr. Dimmesdale, joven clérigo que había venido de una de las grandes universidadesinglesas, trayendo toda la ciencia de su tiempo á nuestras selvas y tierras incultas. Suelocuenciaysufervorreligiosolehabíanhechoeminenteensuprofesión.Erapersonadeaspecto notable, de blanca y elevada frente, ojos garzos, grandes ymelancólicos, bocacuyoslabios,ámenosdemantenerloscerradoscasiporlafuerza,teníanciertatendenciaálamovilidad,expresandoalmismotiempoqueunasensibilidadnerviosa,ungrandominiodesímismo.Ápesardesusmuchosdonesnaturalesyvastosconocimientos,habíaenelaspectodeestejovenministro[14]algoquedenotabaunapersonaasustadiza,tímida,fácildealarmarse,comosifueraunsérquesesintiesecompletamenteextraviadoenelcaminodelavidahumanaysinsaberquérumbotomar,sintiéndosetranquiloysatisfechotansóloenunlugarapartado,escogidoporélmismo.Porlotanto,hastadondesusobligacionesselo permitían, su existencia se deslizaba, como si dijéramos, en la penumbra, habiendo

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conservadotodalasencillezycandordelainfancia;surgiendodeesaespeciedesombra,cuandosepresentabalaocasión,conunafrescura,fraganciaypurezadepensamientotalesque,comoafirmabanlasgentes,hacíanelefectoqueproduciríalapalabradeunángel.

Talerael jovenministrohaciaquienelReverendoSr.WilsonyelGobernadorhabíanllamadolaatencióndelpúblico,alpedirlequehablase,enpresenciadetodos,delmisteriodelalmadeunamujer, tansagradoaúnenmediodesucaída.Lodifícilypenosode laposiciónqueasílecrearon,hizoagolpárselelasangreálasmejillasyvolviótrémulossuslabios.

—Háblaleáesamujer,hermano,ledijoelSr.Wilson.Esdelamayorimportanciaparasu alma, y por lo tanto, como dice nuestro dignoGobernador, importante también á latuya,ácuyocargoestáladeesamujer.Exhórtalaáqueconfieselaverdad.

ElReverendoSr.Dimmesdale inclinó la cabeza como si estuviera orando, y luego seadelantó.

—EsterPrynne,—dijoreclinándosesobreelbalconcilloyfijandosusmiradasenlosojosdeaquellamujer,—yahasoídoloquehadichoestehombrejusto,yveslaresponsabilidadquesobremípesa.Sicreesqueconvieneálapazdetualma,yquetucastigoterrenalserádeesemodomáseficazparatusalvación,tepidoquereveleselnombredetucompañeroenlaculpayenelsufrimiento.Notehagaguardarsilenciounamalentendidapiedadycompasión hacia él; porque, créeme, Ester, aunque tuviera que descender de un altopuesto, y colocarse á tu lado, en ese mismo pedestal de vergüenza, sería sin embargomuchomejorpara él que así sucediera, quenoocultardurante toda suvidaun corazónculpable.¿Quépuedehacertusilencioenpródeesehombresinotentarlo,sí,compelerloáagregarlahipocresíaalpecado?Elcielotehaconcedidounaignominiapública,paraquedeestemodopuedasconseguirun triunfopúblico sobre lomaloqueen tí puedahaber.Miraloquehacesalnegarle,áquientalveznotengaelvalordetomarlaporsímismo,laamargaperosaludablecopaqueahoratepresentanáloslabios.

La voz del jovenministro, al pronunciar estas palabras, era trémulamente dulce, rica,profundayentrecortada.Laemociónquetanevidentementemanifestaba,másbienquelasignificación de las palabras, halló honda resonancia en los corazones de todos loscircunstantes,quesesintieronmovidosdeunmismosentimientodecompasión.Hastalapobre criaturita que Ester estrechaba contra su seno parecía afectada por la mismainfluencia,puesdirigiólasmiradashaciaelSr.Dimmesdaleylevantósustiernosbracillosconunmurmullosemi-placenteroysemi-quejumbroso.Tanvehementeencontróelpueblolaalocucióndeljovenministro,quetodoscreyeronqueEsterpronunciaríaelnombredelculpado, ó que bien éste mismo, por elevada ó humilde que fuera su posición, sepresentaríamovidode internoé irresistible impulsoy subiríaal tabladodondeestaba lainfelizmujer.

Estermoviólacabezaensentidonegativo.

—¡Mujer!noabusesdelaclemenciadelcielo,—exclamóelReverendoSr.Wilsonconacento más áspero que antes.—Esa tierna niña con su débil vocecita ha apoyado yconfirmadoelconsejoquehasoídodeloslabiosdelReverendoDimmesdale.¡Pronunciaelnombre!Eso,ytuarrepentimiento,puedenservirparaquetelibrendelaletraescarlataquellevasenelvestido.

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—¡Nunca!¡jamás!—replicóEsterfijandolasmiradas,noenelSr.Wilson,sinoen losprofundosyturbadosojosdeljovenministro.—Estágrabadademasiadohondamente.Nopodéisarrancarla.Y¡ojalápudierayosufrirlaagoníaqueélsufre,comosoportolamía!

—Habla,mujer,dijootravoz,fríaysevera,queprocedíadelamultitudquerodeabaeltablado.Habla;ydaleunpadreátuhija.

—Nohablaré,—replicóEstervolviéndosepálidacomounamuerta,perorespondiendoáaquella voz que ciertamente había reconocido.—Y mi hija buscará un padre celestial:jamásconocerááunoterrestre.

—¡Noquierehablar!—murmuróelSr.Dimmesdaleque,reclinadosobreelbalconcillo,con la mano sobre el corazón, había estado esperando el resultado de su discurso.—¡Maravillosa fuerza y generosidad de un corazón demujer! ¡No quiere hablar!…Y seechóhaciaatrásrespirandoprofundamente.

Comprendiendoelestadodelespíritudelapobreculpable,elministrodemásedad,quese había preparado para el caso, dirigió á lamultitud un discurso acerca del pecado entodassusramificaciones,aludiendoconfrecuenciaálaletraignominiosa.Contalvigorseespació sobreeste símbolo,durante lahoraómásqueduró superoración,que llenódeterror la imaginación de los circunstantes á quienes pareció que su brillo escarlataproveníadelasllamasdelosabismosinfernales.EntretantoEsterpermaneciódepieensupedestaldevergüenza,conlamiradavagayunaspectogeneraldefatigadaindiferencia.Habíasufridoaquellamañanacuantoesdadosoportarálahumananaturaleza,ycomosutemperamentonoeradelosquepormediodeundesmayoselibrandeunpadecimientodemasiadointenso,suespíritupodíasolamentehallarciertodesahogobajolacapadeunainsensibilidad marmórea, mientras sus fuerzas corporales permanecieran intactas. Encondición semejante, aunque la voz del orador tronaba implacablemente, los oídos deEster nada percibían.Durante la última parte del discurso la niña llenó el aire con susgritosy susquejidos; lamadre tratódeacallarla,mecánicamente, sinque leafectara, alparecer,eldesasosiegodelacriaturita.Conlamismaduraindiferenciafuéconducidadenuevoá suprisiónydesaparecióá lavistadelpúblico tras lapuertadehierro.Losquepudieron seguirla con la vista dijeron, en voz muy baja, que la letra escarlata ibaesparciendounsiniestroresplandorálolagodelobscuropasadizoqueconducíaalinteriordelacárcel.

IV

LAENTREVISTA

DESPUÉSdesuregresoálacárcelfuétalelestadodeagitaciónnerviosadeEster,quesehizonecesarialavigilanciamásasiduaparaimpedirqueintentasealgocontrasupersona,óqueenunmomentodearrebatohicieraalgúndañoálapobrecriaturita.Alacercarselanoche,yalverquenoeraposiblereducirlaálaobediencianipormediodereprensiones

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nideamenazasdecastigo,elcarcelerocreyóconvenientehacerveniráunmédico,quecalificódehombremuyexpertoentodaslasartescristianasdecienciasfísicas,yquealmismotiempoestabafamiliarizadocontodoloquelossalvajespodíanenseñarenmateriade hierbas y raíces medicinales que crecen en los bosques. En realidad, no solamenteEster, sinomuchomás aún la tierna niña, necesitaban con urgencia los auxilios de unmédico;laniña,quederivabasusustentodelsenomaternal,parecíahaberbebidotodalaangustia,desesperaciónyagitaciónquellenabanelalmadesumadre,yseretorcíaahoraenconvulsionesdedolor.Era,enpequeñaescala,unaimagenvivadelaagoníamoralporquehabíapasadoEsterdurantetantashoras.

Siguiendodecercaalcarceleroenaquellasombríamorada,entróelindividuodeaspectosingularcuyapresenciaenlamultitudhabíacausadotanhondaimpresiónenlaportadoradelaletraescarlata.Lohabíanalojadoenlacárcel,noporqueselesospechasedealgúndelito,sinoporserlamaneramásconvenienteycómodadedisponerdeélhastaquelosmagistradoshubieranconferenciadoconlosjefesindiosacercadelrescate.SedijoquesunombreeraRogerioChillingworth.Elcarcelero,despuésdeintroducirloenlahabitación,permanecióallíunmomento,sorprendidodelacalmacomparativaquehabíacausadosuentrada,puesEstersehabíavueltoinmediatamentetantranquilacomolamuerte,aunquelacriaturitacontinuabaquejándose.

—Te ruego, amigo, queme dejes solo con la enferma, dijo elmédico.Créeme, buencarcelero,prontohabrápazenestamorada;yteprometoquelaSra.Prynnesemostraráenadelantemásdócilálaautoridadymástratablequehastaahora.

—Si Su Señoría puede realizar eso, contestó el carcelero, os tendré por un hombreindudablementehábil.Enverdadqueestamujersehaportadocomosiestuvieseposeídadel enemigo malo; y poco faltó para decidirme á arrojar de su cuerpo á Satanás y álatigazos.

El extranjero había entrado en la habitación con la tranquilidad característica de laprofesiónáquesedecíapertenecer.Nitampococambiódeaspectocuandolaretiradadelcarceleroledejófazáfazconlamujerquelehabíareconocidoenmediodelamultitud,ycuya abstracción profunda al reconocerle indicaba mucha intimidad entre ambos. Suprimercuidadofuéatenderá la tiernacriaturita,cuyosgritos,mientrasse retorcíaensucama, hacían de absoluta necesidad posponer todo otro asunto á la tarea de calmar susdolores. La examinó cuidadosamente y procedió luego á abrir una bolsa de cuero, quellevababajosutraje,yparecíacontenermedicinas,unadelascualesmezclóconunpocodeaguaenunataza.

—Mis antiguos estudios en alquimia, dijo por vía de observación, ymi residencia demásdeunañoentreunpueblomuyversadoenlaspropiedadesdelashierbas,hanhechodemíunmédicomejorquemuchosquesehangraduado.Oye,mujer,laniñaestuya,notienenadamío,nireconocerámivoznimirostrocomolosdeunpadre.Adminístraleporlotantoestapocióncontuspropiasmanos.

Esterrechazólamedicinaquelepresentaban,fijandoalmismotiempoconvisibletemorlasmiradasenelrostrodelhombre.

—¿Trataríasdevengarteenlainocentecriatura?dijoenvozbaja.

—¡Locamujer!respondióelmédicoconacentoentrefríoyblando.¿Quéprovechome

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vendría á mí de hacer daño á esta pobre y bastarda criatura? La medicina es buena yprovechosa;ysifueramihija,mipropiahijaasícomotuya,nopodríahacernadamejorenbeneficiosuyo.

ComoEster aun vacilaba, no hallándose realmente en aquellosmomentos en su sanojuicio,elmédicotomóálaniñaenbrazosyélmismoleadministrólapoción,queprontodejósentirsueficacia.Losquejidosdelapequeñapacientesecalmaron,susconvulsionesfueron cesando gradualmente; y á los pocos momentos, como es la costumbre de lostiernosniñosdespuésdeverselibresdeldolor,quedósumergidaenunprofundosueño.Elmédico, pues así puede llamársele con todo derecho, dirigió entonces su atención á lamadre.Con calmay despacio la examinó, le tomó el pulso, dió unamirada á sus ojos;mirada que le oprimió el corazón y la hizo estremecer, por serle tan familiar, y sinembargo tan extraña y fría,—y finalmente, satisfecho de los resultados de suinvestigación,procedióáprepararotrapoción.

—No sé donde hallar el leteo ni elnepentes, dijo, pero he aprendidomuchos nuevossecretos entre los salvajes; y esta receta que me dió un indio en cambio de algunasleccionesmías,tanantiguascomoParacelso,esunodeesossecretos.Bebeesto.Serásinembargo menos calmante que una conciencia limpia y pura; pero no puedo darte eso.Calmaráápesardetodolaagitacióndetupechoylasmarejadasdetupasión,asícomolohaceelaceitearrojadosobrelasolasdeunmartempestuoso.

PresentólatazaáEster,quelarecibiómirándoleconfijezadeunamaneralentayseria;no precisamente con una mirada de temor, sino llena de dudas, como interrogándoleacercadeloquepodríansersuspropósitos,yalmismotiempodirigiótambiénunamiradaálaniñitadormida.

—Hepensadoenlamuerte,dijo,lahedeseado,hastahubierarogadoporella,sipudierarogar por algo. Sin embargo, si la muerte se encierra en esta taza, te pido que loreflexionesantesdequemeveasbeberla.Mira:yalahellevadoáloslabios.

—Bebe,pues,replicóelmédicoconelmismoairedesosiegoyfrialdaddeantes.¿Tanpocomeconoces,Ester?¿Podríansermispropósitos tanvanos?Aunenelcasodequeimaginara unmedio de vengarme, ¿qué podría servir mejor paramis fines que dejartevivir,ydarteestasmedicinascontratodoloquepudieseponerenpeligrotuvida,demodoqueesacandenteignominiacontinúebrillandoentuseno?

Alhablarasí,tocóconelíndicelaletraescarlata,queparecíaabrasarelpechodeEstercomosihubierasidoenefectounhierrocandente.Elmédiconotósugestoinvoluntario,yconunasonrisadijo:

—Vive,sí,vive;yllevacontigoestesignoantelosojosdehombresymujeres,—antelosojosdeaqueláquienllamastetumarido,—antelosojosdeesaniñita.Yparaquepuedasvivir,tomaestamedicina.

Sindecirunapalabra,Esterapurólataza,yobedeciendoáunaseñaldeaquelhombredeciencia,sesentóen lacamaenquedormía laniñita,mientrasél, tomando laúnicasillaquehabíaenlahabitación,sesentóásulado.Ellanopudomenosdetemblaranteestospreparativos,puescomprendíaque,habiendoyahechoéltodoloquelahumanidad,óeldeber,ósisequiere,unarefinadacrueldadleobligabanáhacerenaliviodesusdoloresfísicos, iba á tratarla ahora como hombre á quien había ofendido de la manera más

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profundaéirreparable.

—Ester, dijo, no pregunto por qué motivos, ni cómo has caído en el abismo, mejordicho,hassubidoalpedestaldeinfamiaenquetehehallado.Larazónesfácildehallar.Hasidomilocuraytudebilidad.Yo,—unhombredadoalestudio,unaverdaderapolilladebiblioteca,—unhombreyaeneldeclivedesusaños,queempleólosmejoresdesuvidaenalimentarsuafándevoradordesaber,—¿quéteníaqueverconunabellezayjuventudcomolatuya?Contrahechodesdequenací,¿cómopudeengañarmeconlaideadequelosdonesintelectualespodríanenlafantasíadeunajovendoncellaarrojarunvelosobrelasdeformidades físicas?Loshombresme llaman sabio.Si los sabios fuerancuerdosen loque les concierne, yo debería haber previsto todo esto.Yodebería haber sabido que, aldejarlavastaytenebrosaselvaparaentrarenestapoblacióndecristianos,elprimerobjetocon que habían de tropezar mis miradas, serías tú, Ester, de pie, como una estatua deignominia,expuestaálosojosdelpueblo.Sí,desdeelinstantequesalimosdelaiglesia,yaunidospor los lazosdelmatrimonio,deberíahabercontemplado la llamaardientedeesaletraescarlatabrillandoálaextremidaddenuestrosendero.

—Túsabes,dijoEster,—quienápesardelestadodeabatimientoenqueseencontraba,nopudosufriresteúltimogolpequelerecordabasuvergüenza,—túsabesquefuífrancacontigo.Nisentíamor,nifingítenerninguno.

—Esverdad,replicóelmédico:¡fuéunalocuramía!Yalohedicho.Pero,hastaaquellaépocademivida,yohabíavividoenvano. ¡Elmundomehabíaparecido tan triste!Micorazóneracomounamoradabastantegrandeparadarcabidaámuchoshuéspedes,perofríaysolitaria.Yodeseabatenerunhogar,experimentarsucalor.Ápesardeloviejo,delocontrahechoysombríoqueera,nomeparecióunsueñoextravagante la ideadequeyopodíagozartambiéndeestasimplefelicidad,esparcidaentodaspartes,ydequetodalahumanidad puede disfrutar. Y por eso, Ester, te albergué en lo más recóndito de micorazón,ytratédeanimareltuyoconaquellallamaquetupresenciahabíaencendidoenmipecho.

—Teheagraviadoenextremo,murmuróEster.

—Noshemosagraviadomutuamente,respondióelmédico.Elprimererroryagraviofuémío,cuandohicequetuflorecientejuventudentraraenunarelaciónfalsa,ycontrariaálanaturaleza, con mi decadencia. Por consiguiente, como hombre que no ha pensado nifilosofadovanamente,nobuscovenganza,noabrigoningúnmaldesigniocontratí.Entretú y yo la balanza está perfectamente equilibrada. Pero, Ester, el hombre que nos haagraviadoálosdosvive.¿Quiénes?

—No me lo preguntes, replicó Ester mirándole al rostro con firmeza. Eso nunca losabrás.

—¿Nunca,dices?—replicóelmédicoconunasonrisaamargadeconfianzaensímismo.¿Nuncalosabré?Créeme,Ester,haypocascosas,—yaenelmundoexterior,óyaáciertaprofundidadenlaesferainvisibledelpensamiento,—haypocascosas,repito,quequedenocultasalhombrequesededicaseriamenteysindescansoálasolucióndeunmisterio.Túpuedes ocultar tu secreto á lasmiradas escudriñadoras de lamultitud. Puedes ocultarlotambién á las investigaciones de losministros ymagistrados, como hiciste hoy cuandoprocuraronarrancaresenombreátucorazónydarteuncompañeroentupedestal.Peroen

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cuanto á mí, yo me dedicaré á la investigación con sentidos que ellos no poseen. Yobuscaréáestehombrecomohebuscadolaverdadenloslibros;comohebuscadooroenlaalquimia.Hayunasimpatíaocultaquemeloharáconocer.Leverétemblar.Yomismoalverle,mesentiréestremecerderepenteysinsaberporqué.Tardeótemprano,tienequesermío.

Losojosdelmédico,fijosenelrostrodeEster,brillaroncontalintensidad,queéstasellevólasmanosalcorazóncomotemiendoquepudiesedescubrirallíelsecretoenaquelmomentomismo.

—¿Noquieresrevelarsunombre?Sinembargo,detodosmodoslosabré,—continuóelmédicoconunamiradallenadeconfianza,cualsieldestinolohubieradecretadoasí.Nollevaningunaletrainfamantebordadaensutraje,comotú;peroyolaleeréensucorazón.Peronotemasporél.Nocreasquememezclaréenlaclasederetribuciónqueadopteelcielo,óque loentregueá lasgarrasde la justiciahumana.Ni te imaginesque intentaréalgocontrasuvida;no,nicontrasufamasi,comojuzgo,esunhombrequegozadebuenareputación.Ledejarévivir:ledejaréenvolverseenelmantodesuhonraexterna,sipuede.Sinembargo,serámío.

—Tus acciones parecenmisericordiosas, dijoEster desconcertada y aterrada, pero tuspalabrastehacenhorrible.

—Unacosaterecomendaré,átí,queerasmiesposa,dijoelsabio.Túhasguardadoelsecretodetucómplice:guardatambiénelmío.Nadiemeconoceenestatierra.Nodigasáningúnsérhumanoqueenuntiempomellamastetuesposo.Aquí,enestafranjadetierraplantarémi tienda; porquehabiendo sidodondequiera unperegrino, y habiendovividoalejadodelosintereseshumanos,heencontradoaquíáunamujer,áunhombre,yáunatiernaniñaentre loscualesyyoexistenlos lazosmásestrechosquepuedanimaginarse.Nada importa que sean de amor ó de odio, justos ó injustos. Tú y los tuyos,Ester,mepertenecéis.Mihogarestádondetúestésydondeélesté.¡Peronomevendas!

—¿Con qué objeto lo deseas?—le preguntó Ester, negándose, sin saber por qué, áaceptarestesecretoconvenio.¿Porquénoteanunciaspúblicamenteytedeshacesdemídeunavez?

—Pudiera moverme á ello, replicó el médico, no querer arrostrar la deshonra quemancha almarido de unamujer infiel. Pudieranmoverme también otras razones.Bastaconquesepasqueesmiobjetovivirymorirdesconocido.Porlotanto,tumaridohadeserparaelmundounhombreyamuerto,ydequienjamásserecibiránoticiaalguna.Nomereconozcasniporunapalabra,niporunsigno,niporunamirada.Nodescubrasánadietusecreto,sobretodoalhombrequesabes.Simefaltaresenesto…¡aydetí!Sufamaybuennombre,suposición,suvida,estaránenmismanos!¡Guárdatedeello!

—Guardarétusecreto,comoguardoelsuyo,dijoEster.

—Júralo,replicóelotro.

Yellaprestóeljuramento.

—Yahora,Ester,—dijoelancianoRogerioChillingworth,comohabíadellamarseenlosucesivo,—tedejosola:solacontuhijayconlaletraescarlata.¿Quéeseso,Ester?¿Teobligalasentenciaádormirconlaletra?¿Notienestemordequeteasaltenpesadillasy

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sueñoshorribles?

—¿Porquémemirasytesonríesdeesemodo?—lepreguntóEstertodainquietaalverlaexpresióndesusojos.—¿EresacasocomoelHombreNegroquerecorrelasselvasquenosrodean?¿Mehasinducidoáaceptarunpactoquedaráporresultadolaperdicióndemialma?

—Noladetualma,—respondióelmédicoconotrasonrisa.¡No;noladetualma!

V

ESTERAGUJAENMANO

TERMINADO el período de encarcelamiento á que fué condenadaEster, se abrieron laspuertasdelaprisiónysalióálaluzdelsolque,brillandolomismoparatodos,leparecíasin embargo á su mórbida imaginación que había sido creado con el único objeto derevelarlaletraescarlataquellevabaenelsenodesuvestido.Quizápadeciómoralmentemáscuando,habiendocruzadolosumbralesdelacárcel,empezóámoverselibreysola,quenoenmediodelamuchedumbreyespectáculoquequedandescritos,dondesehizopública su vergüenza y donde todos la señalaron con el dedo. En aquel entonces seencontraba sostenida por una tensión sobrenatural de los nervios y toda la energíabatalladoradesucarácter,quelaayudabanáconvertiraquellaescenaenunaespeciedelóbregotriunfo.Fué,además,unacontecimientoaisladoysingularquesoloocurriríaunavez durante su vida; y para arrostrarlo tuvo que gastar toda la fuerza vital que habríabastado paramuchos años de tranquilidad y calma.Lamisma ley que la condenaba, lahabía sostenido durante la terrible prueba de su ignominia. Pero ahora, fuera ya de laprisión, sola y sin compañía en el sendero de la vida, empezaba para ella una nuevaexistencia, y tenía que sostenerse y proseguir adelante con los recursos que leproporcionara supropianaturaleza,óde locontrario, sucumbir.Nopodíacontar con loporvenir para sobrellevar su dolor presente. El día de mañana aportaría su ración depesadumbre,ylomismoelsiguienteylossucesivos:cadaunotraeríasupropiopesarque,en esencia, era sin embargo elmismoque ahora le parecía tan inmensamentedoloroso.Losañosporvenirsesucederíanunosáotros,yellatendríaquecontinuarsobrellevandolamismacarga,sinpoderjamásarrojarla;pueslasucesióndedíasydeañosnoharíamásqueacumularmiseriasobreignominia.Durantetodoesetiempo,despojándoseEsterdesupropia individualidad, se convertiría en el ejemplo vivo de que podrían servirse elmoralistayelpredicadorparaencarecersusimágenesdefragilidadfemeninaydepasiónpecaminosa. Le diría á la joven y á la pura, que contemplasen la letra escarlata quebrillabaensuseno,—quesefijasenenesamujer,lahijadepadreshonrados,—lamadredeuna criaturita que más adelante sería también una mujer,—que recordasen que en untiempo había sido inocente—y que vieran ahora en ella la imagen, la encarnación, larealidaddelpecado;ysobresutumba,lainfamiaquelahabíaacompañadoenvida,seríatambiénsuúnicomonumento.

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Parecerásorprendente,queconelmundoabiertoanteella,sinningunarestricciónensusentencia que la impidiera dejar aquella obscura y remota colonia puritana y volver allugar de sunacimiento, ó á cualquiera otropaís europeo, y ocultar allí su personay suidentidad, bajo un nuevo exterior, como si empezara por completo otra existencia,—yteniendo también á su alcance los bosques sombríos y casi impenetrables, donde loimpetuosodesusérespiritualpodríaasimilarsealpueblocuyascostumbresyvidanadateníandecomúnconlaleyquelahabíacondenado;—parecerásorprendente,repito,queestamujerpudieraaúndarelnombredehogaráaquelsitiodondehabíaelladesereltipode la ignominia. Pero hay una especie de fatalidad, un sentimiento tan irresistible éinevitable, que tiene toda la fuerza del destino, que casi obliga invariablemente á loshombres á permanecer y vagar, á manera de espectros, en el lugar mismo en que unacontecimientograndeynotableha influído en el cursode suvida, yque es tantomásirresistiblecuantomás sombríaha sido su influencia.Supecado, su ignominia, eran lasraíces que la retenían en aquel suelo, que había llegado á convertirse en el hogarpermanente y final de Ester. Todos los otros sitios del mundo, aun aquella aldea deInglaterra donde corrieron su infancia feliz y su juventud inmaculada, se habíanconvertidoencosasextrañas.Loslazosquelaatabanáestenuevosueloestabanformadosdeeslabonesdehierroquepenetrabanenlomásíntimodesualma,sinquejamásllegaranáromperse.

Pudieraser también,—ysinduda loeraaunquese loocultabaá sípropia,ypalidecíacuando luchabapor salirde sucorazóncomouna serpientede suagujero,—pudiera sertambiénqueotro sentimiento lahicierapermanecerenel lugarque tan funesto lehabíasido.Allímoraba,allípasabasuexistenciaalguienáquienellaseconsiderabaunidaconlazosque,sibiennoreconocidosenlatierra,losllevaríanjuntosanteeltribunaldeljuiciofinal, donde quedarían enlazados para un futuro común de retribución inextinguible. EltentadordelgénerohumanohabíapresentadorepetidasvecesestaideaálamentedeEster,ysereíadelgozoapasionado,almismotiempoquellenodedesesperación,conqueellaalprincipio la acogía, y después se esforzaba en rechazarla. Apenas acariciaba semejanteidea,cuandoyaqueríadestruirla.Loquealfinquisocreer,loqueellamismaconsiderólarazónsupremaparacontinuarviviendoenaquelsitio,eraenparteverdadyenparteunailusiónconquetratabadeengañarse.Aquí,sedecíaparasusadentros,cometímifalta,yaquídebeefectuarsemicastigo terrenal;yquizásdeestemodo las torturasdesudiariaignominiapurificaránalfinsualma,dotándoladeunanuevapurezaencambiodelaquehabíaperdido,mássagradapuestoqueseríaelresultadodelmartirio.

DeconsiguienteEsternosemoviódeallí.Enloslindesdelapoblación,aunquenoenlavecindadinmediatadeningunamorada,habíaunachozaócabaña,construídaporunodelosprimeroscolonos,yabandonadaporquelatierraerademasiadoestérilparaelcultivo.Su aislamiento y distancia de la población, la ponían fuera del círculo de la actividadsocial que ya se notaba en las costumbres de los colonos. Aquella pequeña habitaciónestabaáorillasdelmar,medioocultaporunbosquecillodeárbolesnomuycorpulentos;yen ese lugar solitario, con los pocos recursos que poseía, y gracias al permiso de losmagistradosqueaunejercíanunaespeciedevigilanciainquisitorialsobreEster,seinstalóésta con su niñita. Inmediatamente se asoció á aquel lugar una vaga idea de algomisteriosoydesconocido.Losniños,demasiadotiernosparacomprenderporquéaquellamujer se encontraba separada del resto de sus semejantes, se arrastraban lo más cerca

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posibleparaverlaocupadaconsuagujasentadaálaventanadesucabaña,ódepieálapuertadelamisma,ótrabajandoeneljardincito,ópaseándoseenelsenderoqueconducíaálapoblación;yalcontemplarlaletraescarlataenelsenodesuvestido,emprendíanlacarreraconuntemorextrañoycontagioso.

ÁpesardelosolitariodelasituacióndeEster,yaunquenoteníaunamigoenlatierraqueseatrevieseávisitarla,nocorríasinembargoelriesgodepadecerescaseces.Poseíaunartequebastabaparaproporcionarleelsustentoáellayásuhijita,aunenunpaísqueofrecía comparativamente pocas oportunidades para su ejercicio. Arte que en aquellaépoca, como hoy, era casi el único que estuviera al alcance de la mujer,—la costura.Llevaba en el seno, en la letra primorosamente bordada, una muestra de su habilidaddelicadaydesuinventiva,dequesehabríanalegradolasdamasmismasdelaCortepoderaprovecharseparaagregarásusricas telasdesedayoro losadornosaunmáspreciadosdelartehumano.

Ciertoesque,dadalasencillezdeltrajenegroquecaracterizabaenlogenerallasmodaspuritanasdeaqueltiempo,nosepresentaríanmuchasocasionesenquepudieradesplegarEstersustalentosconlaaguja;sinembargo,elgustodelaépocaquesecomplacíaenloqueeracomplicadoenestaclasedetrabajos,nopudomenosdeejercersuinfluenciaenaquellos severos puritanos, nuestros antepasados, que se habían desprendido de tantascosas que hoy nos parecen muy difíciles de renunciar. Las ceremonias públicas, talescomola instalacióndemagistrados,ycuantopudieraagregarmajestadalmodoconqueunnuevogobernadorsepresentabaalpueblo,sedistinguíanporunceremonialimponentey una sombría pero estudiada magnificencia. Grandes cuellos ó lechuguillas, fajas deintrincadaslabores,yguanteslujosamentebordados,erandeabsolutanecesidadparalosaltosfuncionariosalhacersecargodelasriendasdelpoder;ysuusosepermitíatambiénálos individuos distinguidos por su posición ó riqueza, aunque las leyes suntuariasprohibíanestosyotroslujossemejantesálosplebeyos.Enlosfunerales,yaenelvestidodeldifunto,óyaparaexpresarporvariedaddesignosemblemáticosdepañonegroylinónblancoeldolordelossobrevivientes,habíatambiénunademandafrecuentedelaclasedelabor queEster podía suministrar.Los pañales y faldellines para niños, pues en aquellaépoca losniñosde tiernaedad llevabanvestidosdegala,ofrecían tambiénocasiónparalaboresdelicadasdeaguja.

Pocoápoco,aunquenoconmuchalentitud,lostrabajosdeEstersefueronhaciendodemoda,comohoysedice,yaporcompasiónhaciaunamujercuyodestinohabíasidotandesgraciado,yaporlamórbidacuriosidadquedaunvalorficticioácosascomunesóquenotienenninguno,yaporqueentonces,comoahora,seconcedieraáciertaspersonas,porcualquierarazón,loqueotrossolicitanenvano,óporqueEsterllenararealmenteunvacíoque se dejaba sentir; es lo cierto que halló frecuente empleo para su aguja, y bienremunerado.Talvezlavanidadescogió,comomediodemortificarse,llevarálaspompasyceremoniasdelEstadolosadornoslabradosporsusmanospecadoras.VeíasesulaborenloscuellosdelGobernador; losmilitares lamostrabanensusbandasyfajas;elministrodelaltartambiéndejabaverlaensutrajesevero;adornabaelgorritodelosreciénnacidos,yhastalosataúdesdelosquellevabanáenterrar.PeronoserecuerdaunsolocasoenquelahabilidaddeEstersesolicitaseparabordarelveloblancoquedebíadecubrirelrostropudoroso de una novia conducida al altar. Esta excepción indicaba lo inextinguible delrigorconquelasociedadreprobabasupecado.

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Esternotratabadeadquirirmásalládelonecesarioparasusubsistencia,siendoéstadelanaturalezamássencillayascéticaquepuedadarseenloqueáellaserefería;yparasuniña,alimentosmuysencillossibienconabundancia.Losvestidosqueusabaeranhechosdelastelasmásbastasydelcolormássombrío,conunsoloadorno,—laletraescarlata—que estaba condenada á llevar siempre. El trajecito de la niña, por el contrario, sedistinguía por cierto corte y adornos caprichosos,mejor dicho, fantásticos, que servíanpararealzarunaespeciedeencantoaéreoquedesdemuytempranoempezóánotarseenlacriaturita,laquetambiéndabamuestrasdeunaseriedadprofunda.Yahablaremosdeestomásadelante.ExceptolapequeñasumaquededicabaEsteraladornodesuhija,elrestoloempleaba en obras de caridad, en infelices menos desgraciados que ella, y que confrecuenciainsultabanlamanoquelossocorría.

Muchapartedeltiempoquehubierapodidoaplicarálaboresmásproductivos,lapasabahaciendo vestidos de estofas groseras para los pobres. Es probable que á esta clase deocupaciónasociara ellauna ideadepenitencia,yquealdedicar tantashoras á esa rudalabor,lasofrecieracomounaespeciedesacrificiodeotrosgoces.EnlanaturalezadeEsterhabía algo de la rica y voluptuosa naturaleza oriental, un gusto por todo lo que eraesplendorosamentebello, y que, excepto en las exquisitas produccionesde su aguja, noencontrabaenquépoderejercitarlo.Lasmujereshallanenladelicadalabordelaagujaunplacerincomprensibleparaelsexofuerte.ParaEstereraquizásunamaneradeexpresarlapasión de su vida, y por lo tanto de calmarla. Á semejanza de todos los otros goces,rechazóestapasióncomounpecado.Semejantemórbidaintervencióndelaconcienciaencosasdepocamontapudieramuybienconsiderarseindiciodeunapenitenciaquenoeragenuinaniconstante,sinomásbienalgodudoso,yqueenelfondonoeraloquedeberíaser.

De estemodoEster Prynne tuvo su parte que desempeñar en elmundo.Merced á laenergía natural de su carácter, y á su rara inteligencia, no fué posible segregarla porcompletodelasociedad,aunqueéstalahabíamarcadoconunaseñalmásintolerableparaelcorazóndeunamujerquelagrabadaenlafrentedeCaín.Entodassusrelacionesconesasociedad,nohabíasinembargonadaquelahicieracomprenderquepertenecíaáella.Cadagesto,cadapalabra,yhastaelsilenciomismodeaquellosconquienesseponíaencontacto,implicabanyexpresabanconfrecuencialaideadequeestabadesterrada,ytanaisladacomosihabitaseenotraesfera.Encontrábaseseparadadelosinteresesmoralesdesussemejantes,ápesardeestartancercadeellos,ámaneradeunespírituquevolvieseávisitar el hogar doméstico sin poder hacerse ver ni dejarse sentir; sin participar de susalegrías,nipodertomarparteensusdolores;yque,casodequellegaseámanifestarlossentimientosqueleestabanvedados,habríasidoparadespertarsolamenteterroryhorriblerepugnancia.Y en realidad esto, y elmás acerbo desdén, parecía que era lo único quehabía para ella en el corazón de sus conciudadanos. No era aquella una época dedelicadezayrefinamientoenlascostumbres;yaunqueEstersedieseexactacuentadesuposición,ynohubierapeligrodequelaolvidara,conhartafrecuenciaselahacíansentirdeunamaneramuyruda,ycuandoellamenosloesperaba.Lospobres,comoyahemosdicho,áquieneshabíahechoelobjetodesusbondadesydesubeneficencia,ámenudodeprimían lamanoqueseextendíaparasocorrerlos.Lasdamasdealtocopeteencuyasmoradaspenetrabaádesempeñarsuslaboresdecostura,acostumbrabandestilargotasdeacíbarensucorazón;áveces,mercedáesaalquimiasecretayrefinadaconquelamujer

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puede infiltrarunveneno sutil extraídode lascosasmásbaladíes;yenotrasocasiones,conuna rudezadeexpresiónquecaíaenelpecho indefensodeaquella infelizcomoungolpeasestadoáunaheridaulcerada.Estersehabíaamaestradoporlargotiempoenelartede sufrir en silencio: jamás respondía á estos ataques, sino con el rubor queirresistiblementeenrojecíasupálidamejillaydespuésdesaparecíaenlasprofundidadesdesualma.Erapaciente,unaverdaderamártir;peroseabsteníaderezarporsusenemigos,portemordeque,ádespechodesusbuenasintenciones,laspalabrasconqueimploraselabendiciónparaellosseconvirtiesenirremediablementeenunamaldición.

Continuamente,ydemilmaneras,experimentabalosinnumerablestormentosqueparaellahabíaideadolasentenciaimperecederadeltribunalpuritano.Losministrosdelaltarsedetenían en medio de la calle para dirigirla palabras de exhortación, que atraían unamultitudimplacablealrededordelapobrepecadora.Sientrabaenlaiglesialosdomingos,confiadaen lamisericordiadelPadreUniversal, eracon frecuencia,por sumala suerte,para verse convertida en el tema del sermón. Llegó á tener un verdadero terror de losniños,quehabíanconcebido,graciasálasconversacionesdesuspadres,unavagaideadequehabíaalgohorribleenesatristemujerquesedeslizabasilenciosaporlascallesdelapoblación,sinotracompañíaquesuúnicaniña.Porlotanto,dejándolaalprincipiopasar,laperseguíandespués á ciertadistancia conagudos chillidos,pronunciandounapalabracuyosentidoexactonopodíanelloscomprender,peroquenoporesoeramenosterriblepara Ester, por venir de labios que la emitían inconscientemente. Parecía indicar unadifusión talde su ignominia, comosi esta fueraconocidade toda lanaturaleza;yno lehabríacausadopesarmásprofundosihubieraoídoálashojasdelosárbolesreferirseentresílasombríahistoriadesucaída,yálasbrisasdelveranocontarlaentresusurros,óálosábregosdelinviernoproclamarlaconsusvocestempestuosas.

Otraespeciede torturapeculiarqueexperimentaba lapobremujereracuandoveíaunnuevo rostro, cuando personas extrañas fijaban con curiosidad las miradas en la letraescarlata, loqueningunadejabadehaceryeraparaellacomosi leaplicasenunhierrocandentealcorazón.Entoncesapenaspodíacontenerelimpulsodecubrirelsímbolofatalcon las manos, aunque nunca llegó á hacerlo. Pero las personas acostumbradas ácontemplaraquelsignodeignominia,podíanhacerlasufrirtambiénintensaagonía.Desdeel primer momento en que la letra formó parte integrante de su vestido, Ester habíaexperimentado el terror secreto de que un ojo humano estaba siempre fijo en el tristeemblema: su sensibilidadeneseparticular, lejosdedisminuirseconel tiempo,eracadavezmayor,mercedaltormentocuotidianoquesufría.

Peroalgunaqueotravez,quizásconintervalodemuchosdíasóacasodevariosmeses,tenía la sensación de que una mirada—una mirada compasiva—se fijaba en la letraignominiosa; y esto parecía proporcionarla un alivio momentáneo, como si alguiencompartiera la mitad de su agonía. Pero un instante después se reduplicaba ésta conrenovadodolor,porqueenaquelbrevemomentohabíapecadonuevamente.¿HabíaEsterpecadosola?

Su imaginación estaba un tanto afectada, y á haber poseídomenos fibra intelectual ymoral,sehabríaafectadoaunmuchomás,enconsecuenciadelasoledadydelaangustiacontinuaenquevivía.Yendoalreducidomundoexteriorconqueestabaenrelacionesyregresando á sumorada, y siempre solitaria en esos paseos, creyó Ester, ó se imaginó

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creer,quelaletraescarlatalahabíadotadodeunnuevosentido.Seestremecíaalpensar,ynopodíamenosdepensarasí,queaquellaleproporcionabaunaespeciedeconocimientointuitivo de las culpas secretas de otras almas. Las revelaciones que de este modo sepresentaronásusojoslallenabandeterror.¿Ycuáleseran?¿Peroquépodíansersinolasinsidiosasinsinuacionesdelángelmalo,quehabríadeseadopersuadiráaquellamujer,queestabaluchandoyerasolosuvíctimaámedias,queelaspectoexteriordepurezanoeramásqueunamentira,yquesilaverdadseconociera,laletraescarlatabrillaríaenmásdeunseno,ynoúnicamenteeneldeEsterPrynne?¿Debíaellaacasorecibiresasobscurasinsinuaciones como si fueran una cosa real y positiva? Esta especie de sentidosobrenatural de que se creía dotada, era de lo más terrible é insoportable que hubieseexperimentado en el curso de su desgraciada existencia.La llenaba de perplejidad y demalestar,puesávecesaquellamarca rojade infamiaenelpechode suvestido,parecíacomo si latiera y se agitase cuando Ester pasaba junto á un venerable eclesiástico ómagistrado,modelos de piedad y de justicia, á quienes elmundo contemplaba como sifueranloscompañerosdelosángeles.

—¿Quémalvadopasajuntoámí?SedecíaEsterparasusadentros.

Ylevantandoconrepugnancialacabezaveíaqueenaquellosalredederesnohabíamásserhumanoqueaquelhombrequetodosconsiderabanunsanto.Otrasvecescreíatenerásu ladoáunahermanaen laculpa,yal levantar losojos tropezabaconlaformadeunadevotayásperamatrona,cuyocorazón,segúnlacreenciapública,habíasidounpedazodehielodurantetodasuvida.AquelhieloenelpechodelamatronaylacandenteignominiadeEster¿quéteníandecomún?Otrasveceselestremecimientoeléctricoledabalaseñal,comosiledijera:“Ester,ahítienesunacompañera,”—yalalzarlosojos,veíaáunajovendoncellaquecontemplabalaletraescarlata,áhurtadillas,ysealejabarápidamenteconunligero ruboren lasmejillas, comosi supureza sehubieraempañadoconaquellaojeadainstantánea.Semejantefaltadefeenlavirtuddelosdemás,esunadelasconsecuenciasmás tristes del pecado. Pero una prueba de que en esta pobre víctima de su propiafragilidady de la durezade las leyes del hombre, la corrupciónnohabía hechomuchoprogreso,consistíaen laconstante luchadesuespírituparacreerqueningúnmortaleratanculpablecomoellamisma.

El vulgo, que en aquellos rudos tiempos añadía siempre el elemento de lo grotesco átodo lo que hiriera su imaginación, había inventado una historia acerca de la letraescarlata, que fácilmente podríamos convertir en una terrible leyenda. Afirmaban queaquelsímbolonoerasimplementeunpañoescarlata,teñidoconuncolorqueeraobradelhombre,sinoqueelrojoardienteloproducíaelfuegodelinfierno,yselepodíaverbrillarcontodosufulgorcuandoEstersepaseabasola,juntoásumorada,durantelanoche.

VI

PERLA

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HASTA ahora apenas hemos hablado de la niña; de la criaturita cuya inocente vidaparecíaunabellaé inmortal florbrotadaenmediode laexcesiva lozaníadeunapasióncriminal.¡Cuánextrañasepresentabaesaniñaálosojosdelatristemujer,ámedidaqueéstacontemplabaeldesarrolloylahermosura,cadavezmásbrillante,ylainteligenciaqueiluminabaconsustrémulosrayoslasdelicadasfaccionesdesuhija,desuPerla!TaleraelnombrequelehabíadadoEster,noporquetuvieseanalogíaalgunaconsuaspecto,puesno teníanadadelblanco, tranquiloy frío lustrequepodría indicar lacomparación; sinoque la llamó “Perla,” por haberla obtenido á un gran precio, por haberla comprado enrealidadcon todo loqueellaposeía, con loqueera suúnico tesoro. ¡Cuán singular eratodoesto!Elhombrehabíahechopatente la faltade estamujerpormediodeuna letraescarlatadotadadetangrandeydesastrosaeficacia,queimpedíaqueaquellafueraobjetodelassimpatíashumanas,ánoserdepersonasigualmenteculpables.Perolanaturaleza,en compensación de esta falta que el hombre había castigado, la dotó de una niñaencantadora, que reposaba en aquel mismo seno infamado por la ley, para poner porsiempreálamadreenrelaciónconlarazahumana,yparaquellegaraalfináserunalmaescogidaenelcielo.Sinembargo,estasideasllenabanlamentedeEsterconsentimientosdetemormásbienquedeesperanza.Sabíaquesuacciónhabíasidomala,yporlotantonopodíacreerquesusresultadosfueranbuenos.Concrecientesobresaltocontemplabaeldesarrollo de la criatura, temiendo siempre descubrir alguna peculiaridad sombría yextraña,queguardaracorrespondenciaconlaculpaáquedebióelser.

Defecto físico no había ninguno en la niña: por su forma perfecta, por su vigor y lanaturalagilidadenelusodesustiernosmiembros,eradignadehabernacidoenelEdén;de haber sido dejada allí para que jugara con los ángeles, después de la expulsión denuestros primeros padres. Poseía una gracia ingénita que no siempre acompaña á labellezaperfecta:su traje,ápesardesusencillez,despertabaenelque laveía la ideadequeeraprecisamenteelquemásleconvenía.PerolatiernaPerlitanoestabavestidaconsilvestres hierbas. Su madre, merced á cierta tendencia mórbida, que más adelante secomprenderámejor,había comprado las telasmás ricasquepudieranprocurarseydabariendasueltaásufantasíacreadoraenelarregloyadornodelosvestidosdelaniña,cadavez que ésta se presentaba en público. Tan magníficamente lucía aquella criaturitaataviada de esa suerte, y era tal el esplendor de la propia belleza de Perla, brillando altravés de los trajes vistosos que habrían podido apagar una hermosura mucho menosradiante,quepuededecirsequeentornosuyoseformabauncírculodefulgenteluzenelsuelodelaobscuracabaña.ElaspectodePerlateníaunencantodeinfinitavariedad:enaquellaniñasecompendiabanyresumíanmuchosniños,comprendiendodesdelabellezaámaneradeflorsilvestredeunniñocampesino,hastalapompa,enescalamenor,deunaprincesita. En toda ella había sin embargo algo de apasionado, una cierta intensidad decolordequenuncasedespojaba;ysienalgunodesuscambiosesecolorsehubieravueltomásdébilómáspálido,habríacesadodeserella,nohabríasidoPerla.

Estamovilidadexternaindicabayexpresabacompletamentelasdiversascondicionesdesuvidainterior.Parecíaqueensunaturalezalaprofundidadsehermanabaconlavariedad;pero,ánoserquelostemoresdeEsterlaengañasen,diríamosquelefaltabalafacultaddeadaptarse almundo en que había nacido.La niña no podía someterse á reglas fijas.Aldarle la existencia, se había quebrantado una gran leymoral, y el resultado fué un sércuyoselementostalvezeranbellosybrillantes,peroendesorden,óconunordenqueles

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erapeculiar,siendodifícil,ócasiimposible,descubrirdondeempezabanóterminabanlavariedadyelarreglo.EsterúnicamentepodíadarsecuentadelcarácterdePerla,yesodeunamanera vaga é imperfecta, recordando lo que ellamisma había sido durante aquelperíodocríticoenqueelalmayelcuerpode laniñaseestabanformando.Elestadodeagitación apasionada en que se hallaba la madre había servido para transmitir á lacriaturita por nacer los rayos de su vida moral; y por claros y puros que fueranprimitivamente, habían adquirido ciertos tintes ya vivos y brillantes, ya intensos ysombríos.Perosobretodo,sehabíaperpetuadoenelalmadePerlaaquellaviolentaluchaquereinabaenelánimodeEster,quienpodíareconocerensuhijaelmismoespíritulibre,inquieto, provocativoydesesperado, y lamisma ligerezade su carácter, y aun algodelmismo abatimiento que se había apoderado de su corazón. Ahora todo eso estabailuminadoporlosrayosdelaauroraquedoranelcielodelainfancia,peromásentradoeldíadelaexistenciaterrenal,pudieraserfecundoentorbellinosytempestades.

La educación de la familia era en aquellos tiemposmuchomás severa que ahora. Elentrecejo,lareprensiónásperaylaaplicacióndelacorreaódelasvarillas,noteníanporobjeto castigar solamente faltas cometidas, sino que se empleaban como un mediosaludableparaeldesenvolvimientodetodaslasvirtudesinfantiles.Sinembargo,Ester,lamadre solitariadeesta suúnicahija, corríapoco riesgodepecarpordemasiadosevera.Teniendo plena conciencia de sus propios errores y de sus infortunios, trató desdemuytempranodeejercerunaestrictavigilanciasobrelatiernaalmacuyosdestinosestabanásucargo.Peroestatareaerasuperiorásusfuerzas,óásucapacidad.Despuésdeprobartantolasonrisacomoelentrecejo,yviendoquenadaejercíaunainfluencianotable,decidióporfindejarquelaniñaobedecieraásuspropiosimpulsos.Porsupuestoquelarestricciónóla compulsión producían su efecto mientras estaban vigentes; pero toda otra clase dedisciplinamoral,yasedirigiereásuinteligenciaóásucorazón,dabaónodabaresultadossegún fuera ladisposicióncaprichosade suánimoá la sazón.CuandoPerlaera todavíamuy tierna, sumadrehabíaobservadoenella cierta expresiónpeculiarde la fisonomía,que era señal de que entonces todo cuanto se hiciera para que la niña obedeciese susórdenes sería en vano. Aquella expresión era tan inteligente, y sin embargo taninexplicable,tanperversa,yávecestanmaligna,aunqueenlogeneralacompañadadeunagranexuberanciadeextravagantebuenhumor,queEsternopodíamenosdepreguntarsesiPerlaeraenrealidadunacriaturahumana.Parecíamásbienunespírituaéreoque,despuésdehabersedivertidoconsusjuegosfantásticosenelsuelodelacabaña,desapareceríaenlosairesconunasonrisaburlona.Siemprequesusojosprofundamentenegrosybrillantestomabanesaexpresión,laniñasemejabaáunsérintangibledeindefinibleextrañeza.Sediríaqueseestabacerniendoenelaireyquepodríadesvanecerseámaneradeunaluzqueno sabemos de dónde viene ni á dónde irá.EntoncesEster se veía obligada á arrojarsesobre la niña, á perseguirla en la carrera que invariablemente emprendía el pequeñoduende, y á estrecharla contra el seno cubriéndola de besos y caricias, no tanto por unefectodeexcesivoamor,sinoparacerciorarsedequeeralamismaPerlaencarneyhueso,ynounaformacompletamenteilusoria.PerolarisadePerlacuandoseveíaatrapada,bienque armoniosay rebosando contento, solodabapor resultado aumentar las dudasde sumadre.

Heridaenelcorazónporestaespeciedemisterioindescifrableydesconcertadorquecontantafrecuenciaseinterponíaentreellaysuúnicotesoro,tancaramenteadquirido,yque

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eratodosuuniverso,Esterrompíaávecesenamargollanto.Entonces,ysinsaberporqué,Perlafruncíaelentrecejo,cerrabaelpuño,ydabaásupequeñorostrounaexpresióndura,severayde secodescontento;óbienprorrumpíadenuevoenuna risamás ruidosaqueantes, como si fuera un sér incapaz de sentir y comprender el pesar humano; ó acaso,aunquemuy raramente, experimentabaconvulsionesdedolor,y enmediode sollozosypalabras entrecortadasexpresaba suamorhacia sumadre,yparecíaquedeseabaprobarque tenía un corazón haciéndoselo pedazos. Sin embargo, Ester no confiabamucho enaquelexcesodeternura,quepasabacontantarapidezcomosehabíapresentado.Pensandoentodasestascosas,lamadreseencontrabaenlaposicióndeunapersonaquehaevocadounespíritu,comoseleeenlashistoriasfantásticas,peroqueignoralapalabramágicaconquedebemantenerbajosusórdenesydominaraquelpodermisterioso.Susúnicashorasde completa tranquilidad eran cuando la niña yacía en el reposo del sueño. Entoncesestabaplenamenteseguradelacriaturita,ygozabadedeliciosayapaciblefelicidadhastaque, acaso con aquella perversa expresiónque se veía vislumbrar bajo los entreabiertospárpados,—Perladespertaba.

¡Cuánpronto!—y realmente ¡con cuánta extraña rapidez!—alcanzóPerla una edad enqueyaeracapazdeoiralgomásquelaspalabrascasisinsentidoconqueunamadrehablaásupequeñuela.Y¡quéfelicidadhabríasidoentoncesparaEsterpoderoirlavozclaraysonoradePerlamezcladaaltumultodeotrasvocesinfantiles,ydistinguiryreconocerlossonidosqueemitierasuadoradotesoroentrelamezclaconfusadelagriteríadeungrupodeniños juguetones!Perosemejantedicha leestabavedada.Perla,desdequenació,erauna proscripta delmundo infantil. Siendo un enjerto delmal, emblema y producto delpecado,no teníaderechoáestarentreniñosbautizados.Eramuynotableel instintoconquelaniñitacomprendíasusoledadyeldestinoquehabíatrazadouncírculoinviolableenderredor suyo; en una palabra, todo lo peculiar de su posición respecto á otros niños.Jamás,desdequesaliódelacárcel,habíaarrostradoEsterlapresenciadelpúblicosiniracompañada de Perla. En todas sus visitas á la población, iba Perla también: primero,cuando tierna niña, la llevaba en brazos; luego, más crecida, iba como una pequeñacompañeradesumadre,asidadeundedoydandosaltitos.Veíaálosniñosdelpuebloorasobrelahierbaquecrecíaenlasacerasdelascalles,yaenlosumbralesdelaspuertasdesuscasas,jugandodelamaneraquelespermitíasueducaciónpuritana,estoes:jugandoáir á la iglesia; ó á arrancar cabelleras en simulacro de combates con los indios; ó bienasustándosemutuamenteconalgoenquetratabandeimitaractosdehechiceríaóbrujería.Perla lo veía todo, lo contemplaba todo intensamente, pero jamás trató de trabarconocimiento con ninguno de los niños. Si le hablaban, no respondía. Si los niños larodeaban,comoacontecíaáveces,Perlasevolvíarealmenteterribleensucólerainfantil,cogiendo piedras para arrojarlas á aquellos, acompañando la acción con gritos yexclamaciones incoherentes y penetrantes que hacían temblar á su madre, porque seasemejabanálosacentosdeunamaldiciónquepronunciaraunahechiceraenalgúnidiomadesconocido.

Laverdaddel caso eraque aquellospuritanitos en agraz, comodignosvástagosde lacastamásintolerantequejamáshayaexistido,abrigabanunavagaideadequehabíaalgoextraño,misteriosoyfueradelocomúnydiariotantoenlamadrecomoenlahija,yporlo tanto lasdespreciabanen lo íntimodesucorazón,ycon frecuencia las insultabandevoz en cuello. Perla resentía la ofensa, y se vengaba con todo el odio de que puede

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suponersecapazunpechoinfantil.Estasexplosionesdeuncarácterviolento,teníanalgúnvalor y aun servían de consuelo á lamadre, puesto que por lomenos revelaban ciertaseriedadcomprensibleenaquellamaneradesentir,loquenoacontecíaconloscaprichosfantásticos que tantas veces la llenaban de sorpresa y que no acertaba á explicarse enalgunasmanifestaciones de su hija. Le aterraba, sin embargo, discernir aquí y allí unaespeciedereflejodelmalquehabíaexistidoenellamisma.Todosestossentimientosdeenemistad y de cólera los había heredado Perla de su madre: en el mismo estado deexclusióndetodotratosocial,seencontrabanlamadreylahija;yenlanaturalezadeestaúltima parecía que se perpetuaban todos aquellos elementos de inquietud que tantoagitaron á Ester antes del nacimiento de la niña, y que después habían comenzado ácalmarsemercedálainfluenciabenéficadelamaternidad.

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Al ladode sumadre, en el hogardoméstico,Perlano teníanecesidaddemucho tratosocial.Suimaginaciónprestabalosatributosdelavidaámillaresdeobjetosinanimados,comounaantorchaqueenciendeunallamadondequieraqueseleaplique:laramadeunárbol, unos cuantos harapos, una flor, eran los juguetes en que se ejercitaba la magiacreadoradePerla;ysinqueexperimentasenningúncambioexterior,seadaptabanátodaslas necesidades de su fantasía. Prestaba su voz infantil ámultitudde seres imaginarios,viejos y jóvenes, con quienes emprendía de esemodo animados diálogos.Los antiguospinos, negros y solemnes, que emitían una especie de gruñido y otros rumoresmelancólicoscuandolosagitabalabrisa,convertíansesindificultadenclérigospuritanosá los ojos de Perla; las hierbasmás feas del jardín, eran sus hijos; hierbas que la niñapisoteaba y arrancaba sin compasión.Era en realidad sorprendente la vasta variedaddeformasenquesecomplacíasuinteligencia,sinordenniconcierto,siempreenunestadodeactividadsobrenatural,sucediéndoseunasáotrascomolasemanacionesydesplieguescaprichososdelaauroraboreal.Enelmeroejerciciodelafantasíaylafestivadisposicióndeunamenteendesarrollo,talveznohubieramuchomásdeloquesepodríaobservarenotros niños dotados de facultades brillantes, excepto que Perla, por verse privada decompañeros de juego, acudía, para reemplazarlos, á los recursos que le prestaba suimaginación. Lo singular del caso consistía en la actitud hostil que la niña desplegabahaciaesascriaturashijasdesufantasíaydesucorazón.Jamáscreóunamigo,sinoquesiempre, á imitacióndelCadmode la fábula, parecía sembrar áderecha é izquierda losdientesdeldragón,de losquebrotabanbatallonesdeenemigos armados á los cuales laniñadeclarabaalpuntolaguerra.Eraenextremotristeobservarenunsértantiernoestaideaconstantedeunmundoadverso,yelfierodesplieguedeenergíaquelapreparabaparalasluchasdelmundo;yfácilesdesuponereldolorintensoquetodoestoproduciríaensumadre,quehallabaensumismocorazónlacausadeaquelfenómeno.

ContemplandoáPerla,dejabaconfrecuenciaEstercaerlacosturaenelregazo,yrompíaállorarconunaaflicciónquehubieradeseadoocultar,yquesemanifestabaconsollozosypalabras entrecortadas exclamando:—”¡OhPadre que estás en los cielos! si es que eresaun mi Padre, ¿qué criatura es esta que he traído al mundo?”—Y Perla, al oir estaexclamación,óalpercibiraquellossollozosdeangustia,volvíahaciasumadrelavivaypreciosacarita,sonreíadulcementeycontinuabasujuego.

Nosrestahablardeunapeculiaridaddeestaniñita.Laprimercosaquenotóensuvida,nofuélasonrisadelamadrerespondiendoáloque,comoenotrosniñosdetiernaedad,puede tomarseporunasonrisa,ómejordicho,embrióndesonrisa.No:elprimerobjetoqueparecehaberllamadolaatencióndePerla,fuélaletraescarlataenelsenodeEster.Undía, al inclinarse ésta sobre la cuna, lasmiradas de la niñita se fijaron en el brillo delbordadodeoroquecercabalaletra,yextendiendolasmanecitastratódeasirla,sonriendosinduda,aunqueconunaextrañaexpresiónquehizoquesurostroparecieraeldeunniñodemuchamásedad.EntoncesEster,trémulayconvulsa,apretóconlamanoelsignofatal,comosi instintivamentequisieraarrancárselodelseno.¡Tanintensafué la torturaque lecausó la acción de aquella criaturita!Y como si la agonía que revelaba el rostro de lamadre,notuvieraotroobjetoquedivertirla,laniñitafijólasmiradasenellaysesonrió.Desdeesaépoca,exceptocuandoPerlaestabadurmiendo,Esterjamástuvouninstantedeseguridad, ni un momento en que gozara con plena calma de la compañía de su hija.Ciertoesqueávecestranscurríansemanasenterassinquelasmiradasdelacriaturitase

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fijaran en la letra escarlata; pero también es cierto que lo contrario acontecía cuandomenosseesperaba,ysiempreconaquellasonrisapeculiary laextrañaexpresiónde losojosdequeyasehahablado.

Unavez,mientrasEstercontemplabasupropiaimagenenlosojosdesuhija,comoescostumbreen lasmadres,brilló enellos esa expresión singulary fantástica;y como lasmujeresquevivensolitariasycuyocorazónestáinquietosehallansujetasáinnumerablesilusiones,seimaginóderepentequeveía,nosupropiaimagenenminiatura,sinootrafazque se reflejaba en los ojos negros de Perla. Era un rostro enemigo, lleno demalignassonrisas, pero que sin embargo tenía gran semejanza con facciones que había conocidomuybien,aunquerarasveceslasanimaraunasonrisayjamásunaexpresiónmalévola.Sediríaqueunespíritumalignosehabíaposesionadodelaniña,ysemostrabaensusojos.Despuésdeesesuceso,Estersevióatormentadavariasvecesconlamismailusióndesussentidos,aunquenocontantafuerza.

Enlatardedeciertodíadeverano,cuandoyaPerlahabíacrecidolobastanteparapoderandarsola,sedivertíalaniñaenrecogerfloressilvestres,arrojándolasunaáunaalregazodesumadre;yejecutandounaespeciedebailecadavezqueunadelasfloresacertabaádar en la letra escarlata. El primer movimiento de Ester fué cubrir la letra con ambasmanos; pero fuese orgullo ó resignación, ó la idea de que la pena á que había sidocondenadalasatisfaríamásprontopormediodeestedolorindecible,resistióelimpulsoyse irguió en su asiento, pálida como la muerte, mirando con tristeza profunda á Perlacuyos ojos brillaban de inusitado modo. Y siguió la niña lanzándole las flores queinvariablementedabancontralaletra,llenandoelpechomaternaldeheridasparalasquenopodíahallarbálsamoenestemundo,nisabíacómobuscarloenelotro.Alfin,cuandoconcluyó de arrojar las flores, la niña permaneció en piemirando áEster precisamentecomoaquellaimagenburlonadelenemigoquelamadrecreíaverenelabismoinsondabledelosojosnegrosdesuhija.

—Hijamía¿quiénerestú?—exclamólamadre.

—¡Oh!yosoytupequeñaPerla,respondió.

Peromientras Perla decía esto, se echó á reir y empezó á bailar con la gesticulaciónpetulantedeunpequeñotrasgo,cuyopróximocaprichoseríaescaparseporlachimenea.

—¿Erestúenrealidadmihija?lepreguntóEster.

Yno fuéunapregunta ociosa la quehizo, sinoque, en aquelmomento, así lo sentía;porque era tal la maravillosa inteligencia de Perla, que su madre hasta llegaba áimaginarsequelaniñaconocíalasecretahistoriadesuexistenciayselarevelaríaahora.

—Sí;yosoytupequeñaPerla,repitiólaniñacontinuandosuscabriolas.

—¡Túnoeresmihija!¡TúnoeresmiPerla!dijolamadreconairesemirisueño,porquefrecuentemente en medio del más profundo dolor le venían impulsos festivos.—Díme,pues,quiéneresyquiéntehaenviadoaquí.

—Dímelo, madre mía,—respondió Perla con acento grave, acercándose á Ester yabrazándoseásusrodillas,—dímelo,madre,dímelo.

—TuPadreCelestialteenvió,respondióEster.

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Perolodijoconunavacilaciónquenoescapóálavivainteligenciadelaniña;lacual,bien seamovida por su ordinaria petulancia, ó porque unmaligno espíritu la inspirara,levantandoeldeditoíndiceytocandolaletraescarlata,exclamóconacentodeconvicción:

—No;Élnomeenvió.YonotengoPadreCelestial.

—¡Silencio,Perla, silencio!Túnodebeshablarasí,—respondió lamadresuprimiendoungemido.ElPadreCelestialnoshaenviadoátodosáestemundo.Hastamehaenviadoámí, tu madre; y con mucha mayor razón á tí. Y si no ¿de dónde has venido tú, niñasingularycaprichosa?

—Dímelo, dímelo,—repitió Perla, no ya con su carita seria, sino riendo y dandobrinquitosenelsuelo.Túeresquiendebesdecírmelo.

PeroEsternopudo resolver lapregunta, encontrándoseellamismaenun laberintodedudas. Recordaba, entre risueña y asustada, la charla de las gentes del pueblo que,buscandoenvano lapaternidadde laniña,yobservandoalgunasde suspeculiaridades,habíandadoendecirquePerlaprocedíadeundemonio,comoyahabíaacontecidomásdeuna vez en la tierra; ni fué Perla la única á quien los puritanos de laNueva Inglaterraimputaronorigentansiniestro.

VII

LASALADELGOBERNADOR

UNdía fuéEsterá lamoradadelGobernadorBellinghamá llevarleunpardeguantesquehabía ribeteadoybordadopororden suya,yquedebíadeusar encierta ceremoniaoficial,porquesibiennodesempeñabayaelaltopuestodeantes,aunocupabaundestinohonrosoéinfluyenteenlamagistraturacolonial.

Peroalgomásimportantequelaentregadeunpardeguantesbordados,obligóáEsterentonces á solicitar una entrevista con un personaje de tanto poder y tan activo en losnegocios de la colonia. Había llegado á sus oídos el rumor de que algunos de losprincipaleshabitantesdelapoblacióntratabandedespojarladesuniña,deseososdequeimperaranmásrígidosprincipiosenmateriasdereligiónydegobierno.Suponiendoestasbuenasgentes,comoyasehadicho,quePerlaeradeestirpediabólica,creyeronqueparamayor beneficio del alma de la madre, convenía quitarle ese obstáculo de su sendero;agregando,quesilaniñaerarealmentecapazdeunaeducaciónreligiosaymoral,yteníaensíloselementosdesufuturasalvación,gozaríaindudablementedetodasestasventajassiselaseparasedesumadreyseconfiarasueducaciónápersonamejorymáscuerda.Sedecíatambiénqueentrelospromovedoresdeestaidea,eraelGobernadorunodelosmásactivos.

Parecerásingular,yhastaridículo,queunasuntodeestanaturalezahayasidocuestiónpúblicamente discutida, en la que tomaron parte en pro y en contra varias personaseminentes del gobierno.Pero en aquella épocadeprístina sencillez, negocios demenor

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importancia pública, y de menor trascendencia que el bienestar de Ester y de su hija,teníancabidaenlasdeliberacionesdeloslegisladoresyenlosactosdelEstado;yhastaserefierequeunadisputarelativaalderechodepropiedaddeuncerdodiómargen,enunaépoca anterior á la en que pasa nuestra historia, á debates acalorados en el cuerpolegislativodelacolonia,yocasionóimportantesmodificacionesenelmododeserdelaLegislatura.

Llena,pues,detemores,aunquecontanplenoconvencimientodesuderecho,quenoleparecía desigual la lucha entre el público de una parte y unamujer solitaria de la otra,Ester sepuso enmarcha saliendode su cabaña acompañada, comoerade esperarse, dePerla.Estahabíaalcanzadoyaunaedadquelapermitíacorreralladodesumadre,ycomoestabasiempreenconstantemovimientodesdelamañanahastalanoche,hubierapodidohacer una jornada mucho más larga. Sin embargo, á veces, más por capricho que pornecesidad, pedía que la llevaran en brazos; pero á los pocos momentos quería que ladejasenandar,ycontinuabajuntoáEsterdandosaltitosytropezandoácadainstante.

HemoshabladodelabellezasingulardePerla,bellezade tintesvivosyprofundos,detezbrillante,ojosqueposeíanálavezfulgoréintensidadmeditativa,yuncabellodecolorcastaño,lustroso,suave,yquemástardeseríancasinegros.Todaellaerafuegoyparecíael frutodeunmomentodepasión impremeditada.Lamadre,al idearel trajedesuhija,habíadadoriendasueltaá las tendenciasvistosasdesuimaginación,ylavistióconunatúnica de terciopelo carmesí, de un corte peculiar, abundantemente adornada concaprichososbordadosy floreosdehilodeoro.Tal lujodecolores,quehabríandadounpálidoymacilentoaspectoámejillasmenosbrillantes,seadaptabaadmirablementeá labelleza de Perla, y la convertían en lamás reluciente llama que jamás se hayamovidosobrelatierra.

Peroeraunaparticularidadnotabledeestetraje,yenrealidaddelaaparienciageneraldelaniña,ladetraerirremediablementeálamemoriadelquelacontemplabaelrecuerdodelsignoqueEster estaba condenadaá llevar en suvestido.Era la letra escarlatabajootraforma:laletraescarlatadotadadevida.Lamadremisma,—comosiaquellaignominiarojasehubieragrabadoprofundamenteensucerebrodemodoquetodassusideasrevistieransu aspecto,—la madre misma había encontrado aquella semejanza, empleando muchashoras demórbida ingeniosidad en hallar una analogía entre el objeto de su cariño y elemblemadesufaltaydesutormento.PerocomoenrealidadPerlaeraalmismotiempouna y otra cosa, pudo Ester imaginarse perfectamente que la apariencia de la niñaguardabacompletasemejanzaconlaletraescarlata.

Alllegarmadreéhijaáloslinderosdelapoblación,losniñosdelospuritanos,enmediodesusjuegos,ódeloquepasabaporjuegoentreaquellossombríoschicuelos,fijaronenellaslasmiradasydijeron:

—Ahívienelamujerdelaletraescarlata;yásuladovienesaltandoloquetambiénsepareceáunaletraescarlata.Vamosáarrojarlesfango.

Pero Perla, que era una niña intrépida, después de fruncir el entrecejo, de golpear elsueloconelpiececitoydeapretarelpuñocondiversosgestosamenazadores,selanzóderepente contra el grupo de sus enemigos y los puso á todos en fuga.Almismo tiempochilló y gritó con violencia tal, que el corazón de los fugitivos tembló de espanto.

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Terminadasuvictoria,Perlaregresótranquilamentealladodesumadre,álaquedirigióunarisueñamirada.

Sin otra aventura llegaron á la morada del Gobernador. Era ésta una gran casa demadera, fabricadaalestilode lasqueaunsevenen lascallesdenuestrasciudadesmásantiguas; ahora cubiertas de musgo, derrumbándose, y de aspecto melancólico, mudostestigosdelaspenasóalegríasdequefueronteatrosusobscurashabitaciones.Entonces,sinembargo,habíaensuexteriorlafrescuradelajuventud,yensusventanas,iluminadasporelsol,parecíabrillaraquelcontentoquereinaenlasmoradashumanasenqueaunnoha entrado la muerte. La casa del Gobernador tenía, á la verdad, una apariencia muyalegre: las paredes estaban cubiertas con una especie de estuco con innumerablesfragmentos de vidrio, de modo que cuando el sol alumbraba oblicuamente el edificio,brillabay fulgurabacomosi sobreél sehubieranarrojadodiamantesámanos llenas, loquelehacíaparecermáspropioparaelpalaciodeAladino,queparamansióndeunviejoy grave jefe puritano. Estaba además adornado con figuras y diagramas extraños y alparecercabalísticos,deacuerdoconelrarogustodelaépoca,quehabíansidodibujadosenel estucocuando se acabódeponer, y sehabíanendurecidoconel tiempo, sindudaparaquesirvierandeadmiraciónálasedadesfuturas.

Perla, cuando contempló esta especie de casa maravillosa, comenzó á palmotear y ábailar,ypidióconacentodecididoquearrancarantodoaquelfrenteradiantedeledificio,yselodieranparajugarconél.

—No,miqueridaPerlita,ledijosumadre.Túmismatienesqueprocurartetusrayosdesol;yonotengonadaquedarte.

Se acercaron á la puerta, que tenía la forma de un arco, y estaba flanqueada á cadacostado por una torre estrecha ó proyección del edificio, con ventanas de enrejado dealambreypostigosdemadera.Levantandoelaldabóndehierro,EsterdióungolpealquerespondióunodelossiervosdelGobernador,inglésdenacimientoylibre,peroqueálasazóneraesclavoporsieteaños.Duranteesetiempoteníaqueserlapropiedaddesuamo,lomismoquesifueraunbuey.Elsiervollevabaeltrajeazulqueeraelvestidoordinariode lossiervosdeaquellaépoca,comolofué tambiénmuchoantesen lasantiguascasassolariegasdeInglaterra.

—¿EstáencasaSuSeñoríaelGobernadorBellingham?preguntóEster.

—Ciertamente que sí, respondió el siervo, contemplando con tamaños ojos la letraescarlata, pueshabiendo llegado recientemente alpaís, no lahabíavisto todavía.Sí,SuSeñoríaestáencasa;peroconélhayunpardepiadososministros,yalmismotiempounmédico:nocreoquepodáisverleahora.

—Entraré,sinembargo,replicóEster.

Yelsiervo,juzgandotalvezporeltonodecisivoconquepronuncióestaspalabras,yelbrillante símbolo que llevaba en el pecho, que era una gran señora del país, no opusoresistenciaalguna.

Madreéhijafueron,pues,admitidasenelvestíbulo.ElGobernador,teniendoencuentala naturaleza de los materiales de construcción disponibles, así como la diferencia delclimaycostumbressocialesde lacolonia,había trazadoelplanodesunuevamoradaá

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imitaciónde lasde los caballerosdemoderados recursos en supaísnatal.Habíapor lotantounanchoyelevadovestíbuloqueseextendíahastaelfondodelacasayservíademedio de comunicación más ó menos directa con todas las otras piezas. En unaextremidad se hallaba alumbrada esta espaciosa habitación por las ventanas de las dostorres; y en la otra, aunque protegida por una cortina, lo estaba por una gran ventanaabovedada,provistadeunasientodealmohadones,enelquehabíaunvolumenenfolio,probablemente de las Crónicas de Inglaterra ú otra literatura por el estilo. Elmueblajeconsistía en algunas sillasmacizas, en cuyos respaldareshabía esculpidasguirnaldasdeflores de roble; en el centro había una mesa del mismo estilo que las sillas, todo deltiempodelaReinaIsabeldeInglaterra,óquizásanterioráél,ytraídodelacasapaternadel Gobernador. Y en la mesa, como prueba de que la antigua hospitalidad no habíamuerto,ungranjarrodepeltreenelfondodelcualelcuriosopodríahabervistolaespumadelacervezabebidarecientemente.

ColgabaenlaparedunahileraderetratosquerepresentabanlosantepasadosdellinajedeBellingham,algunosvestidosconpetosyarmadurasyotrosconcuellosalechugadosyropa talar. Como rasgo característico, tenían todos aquella severidad y rigidez queinvariablemente hay en los antiguos retratos, como si en vez de pinturas fueran losespíritus de hombres ilustres, ya muertos, que estuvieran contemplando con dureza éintolerancia,criticándolos,lasaccionesyplaceresdelosvivos.

Hacia el centro de los tableros de roble que cubrían las paredes del vestíbulo habíasuspendida una cota de malla y sus accesorios, no una reliquia hereditaria, como losretratos, sino de fechamásmoderna, fabricada por un hábil armero de Londres el añomismoenqueelGobernadorBellinghamvinoálaNuevaInglaterra.Allíhabíaunyelmo,unacoraza,unagolaygrebas, conunpardemanoplas,y colgandodebajounaespada;todo,yespecialmenteelyelmoylacoraza,tanperfectamentebruñido,queresplandecíancon un blanco radiante, iluminando el pavimento. Esta brillante panoplia no servía desimple ornato, sino que el Gobernador se la había endosado más de una vez,especialmenteálacabezadeunregimientoenlaguerracontralosindios,puesaunqueporestudiosyprofesióneraunabogado,lasexigenciasdelnuevopaíshabíanhechodeélunsoldadoyunGobernante.

Perlita,—áquienagradólaresplandecientearmaduratantocomoelbrillantefrontispiciode la casa, se entretuvo algún tiempo mirando la pulida superficie de la coraza queresplandecíacomosifueraunespejo.

—¡Madre!gritó,madre,teveoaquí.¡Mira!¡mira!

Ester,porcomplacerásuhijita,dióunamiradaálacoraza,yvióque,debidoalefectopeculiar de este espejo convexo, la letra escarlata parecía reproducida en proporcionesexageradas y gigantescas, de tal modo que venía á ser lo más prominente de toda supersona.En realidad,parecíacomosiEster seocultaradetrásde la letra.Perla le llamótambiénlaatenciónáotrafigurasemejanteenelyelmo,sonriendoásumadreconaquellaespecie de expresión de duendecillo tan común á su inteligente rostro. Esta mirada detraviesaalegríasereflejóigualmenteenelespejo,contalesproporcionesytalintensidaddeefecto,queEsternocreyóquepudieraserlaimagendesupropiahija,sinoladealgúntrasgoóduendequetratabadeamoldarseálaformadePerla.

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—Vamos, Perla, dijo la madre llevándosela consigo. Ven á ver este hermoso jardín.Quizáshayaenélfloresmáshermosasquelasdelosbosques.

Perlasedirigióálaventanaabovedadaenelfondodelvestíbulo,ytendiólamiradaálolargo de las calles del jardín, alfombrado de hierba recién cortada, y guarnecido conalgunosarbustos,nomuchos,comosieldueñohubieradesistidodesuideadeperpetuaren este ladodelAtlántico el gusto inglés enmateria de jardines.Las coles crecían á lasimplevista,yunacalabacera,plantadaáalgunadistancia,sehabíaextendidoaltravésdelespaciointermediario,depositandounodesusgigantescosproductosdirectamentedebajode la ventana indicada. Había, sin embargo, unos cuantos rosales, y cierto número demanzanos,procedentesprobablementedelosplantadosporlosprimeroscolonos.

Perla, al ver los rosales, empezó á clamar por una rosa encarnada, y no quiso estarsetranquila.

—Cállate, niña, cállate, dijo la madre encarecidamente. No llores, mi querida Perla.Oigo voces en el jardín. El Gobernador se acerca acompañado de varios caballeros.Cállate.

En efecto, por la avenida del jardín se veía cierto número de personas con direcciónhacia lacasa.Perla, sinhacercasode las tentativasdesumadreparaaquietarla,dióungrito agudísimo, y guardó entonces silencio; nodebido á un sentimientodeobediencia,sino á la viva y móvil curiosidad de su naturaleza que hizo que todo su interés seconcentraraenlaaparicióndeestosnuevospersonajes.

VIII

LANIÑADUENDEYELMINISTRO

ELGobernadorBellingham,vestidoentrajedecasa,queconsistíaenunabatanomuyajustada, y gorra, abría la comitiva y parecía ir mostrando su propiedad á los que leacompañaban, explicándoles las mejoras que proyectaba introducir. La vastacircunferencia de un cuello alechugado, hecho conmucho esmero, que proyectaba pordebajodesubarbagris,segúnlamodadeltiempoantiguo,contribuíaádarleásucabezaunparecidoáladeSanJuanBautistaenlafuente.Laimpresiónproducidaporsurígidoyseverosemblante,porelquehabíanpasadoalgunosotoños,noestabaenarmoníacontodoloqueallílerodeabayparecíadestinadoalgocedelascosasterrenales.Peroesunerrorsuponer que nuestros graves abuelos,—aunque acostumbrados á hablar de la existenciahumanaypensarenellacomosifueseunamerapruebayunaluchaconstante,yaunquesehallabanpreparados á sacrificarbienesyvida cuandoel deber lo requería,—hicierancasodeconciencia rechazar todasaquellascomodidades,yaunregalo,queestabanásualcance.Semejantedoctrinanofuénuncaenseñada,porejemplo,porelvenerablepastordealmasJuanWilson,cuyabarba,blancacomolanieve,seveíaporsobreelhombrodelGobernador Bellingham, mientras le decía que las peras y los melocotones podrían

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aclimatarseenlaNuevaInglaterra,yquelasuvasdecolordepúrpurapodríanflorecersiestuvieran protegidas por los muros del jardín expuestos más directamente al sol. Elancianoministro tenía un gusto legítimo y de larga fecha por todas las cosas buenas ytodas las comodidades de la vida; y por severo que se mostrase en el púlpito en sureprobación pública de transgresiones como las de Ester Prynne, sin embargo, labenevolencia que desplegaba en la vida privada le había grangeadomayor cantidad deafectoquelaconcedidaáningúnotrodesuscolegas.

DetrásdelGobernadorydelSr.Wilsonveníanotrosdoshuéspedes:unoelReverendoArturo Dimmesdale, á quien el lector recordará tal vez por haber desempeñado, novoluntariamente, un corto papel en la escena del castigo público de Ester; y á su lado,como si fuera su compañero íntimo, el viejo Rogerio Chillingworth, persona de granhabilidad en la medicina, y que hacía dos ó tres años había fijado su residencia en lacolonia.Sedecíaqueeste sabioancianoeraalmismo tiempoelmédicoyelamigodeljoven eclesiástico, cuya salud se había deteriorado mucho últimamente á causa de suabnegaciónsinlímitesysuconsagracióncompletaálostrabajosydeberesdesusagradoministerio.

ElGobernador, adelantándoseá sushuéspedes, subiódosó tres escalones,y abriendounadelashojasdelagranventanadelvestíbulo,seencontrócercadePerla.Lasombradelacortinaocultabaparcialmenteálamadre.

—¿Quétenemosaquí?—dijoelGobernadormirandoálafiguritacolordeescarlataqueestaba delante de él. Confieso que no he visto nada parecido desde los días de misvanidades, allá en mis tiempos juveniles, cuando consideraba inestimable favor seradmitido en los bailes de disfraces de la Corte. Había entonces un enjambre de estaspequeñas apariciones en los días de fiesta. ¿Pero cómo ha entrado este huésped enmiantecámara?

—Sí, en efecto, exclamó el buen anciano Sr.Wilson, ¿qué pajarito color de escarlatapodráseréste?Meparecehabervistoalgosemejantecuandoelsolbrillaaltravésdeloscristalesdeunaventanadevariedaddecolores,ydibujaimágenesdoradasycarmesíesenel suelo. Pero eso era allá en nuestra vieja patria. Díme, niña, ¿quién eres, y qué hamovidoátumadreáaderezartedeunmodotanextraño?¿Eresunaniñacristiana?¿Sabeselcatecismo?¿ÓeresacasounodeesospetulantesduendesótrasgosquecreíamoshaberdejadoparasiempreenlaalegreInglaterra?

—Yosoylahijademimadre,respondiólavisiónescarlata,yminombreesPerla.

—¿Perla?—más bienRubí, óCoral, óRosa encendida por lomenos, á juzgar por tucolor, respondió el ancianoministro extendiendo lamano, inútilmente, para acariciar lamejilladePerla.—¿Perodóndeestátumadre?¡Ah!Yacomprendo,agregó;ydirigiéndosealGobernadorledijoenvozbaja:—Estaesprecisamentelaniñadequehemoshablado;yvedahíáesainfelizmujer,áEsterPrynne,sumadre.

—¿Esodices?exclamóelGobernador.Sí,deberíamoshaberpensadoquelamadredetalniñateníaqueserunamujerescarlata,yuntipodignodeBabilonia.Peroábuentiempollega,ytrataremosdeesteasuntoinmediatamente.

ElGobernadorentróenlaantecámaraseguidodesustreshuéspedes.

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—EsterPrynne,dijoclavandolamiradanaturalmenteseveraenlaportadoradelaletraescarlata,enestosdíassehahabladomuchodetí.Hemosdiscutidocontodacalmayseso,sinosotros,quesomospersonasdeautoridadéinfluencia,cumplimosconnuestrodeberconfiando ladirecciónyguíadeunalma inmortal, como ladeestacriatura, áquienhatropezadoycaídoenmediodeloslazosyredesdelmundo.Habla,túqueereslamadredeestaniña.¿Nocreesqueseríamejor, tantoparaelbienestar temporalcomopara lavidaeternadetupequeñuela,queseteprivedesucuidado,yquevestidadeunamaneramenosvistosa, se la eduqueen laobedienciay se la instruya en lasverdadesdel cieloyde latierra?¿Quépuedeshacerenpródetuniñaenesteparticular?

—Yopuedo instruirámihijasegún laenseñanzaqueherecibidodeesto,—respondióEstertocandoconeldedolaletraescarlata.

—Mujer,esaestuinsigniadevergüenza,replicóelseveromagistrado.Precisamenteenconsecuenciadelafaltaqueindicaesaletra,deseamosquetuhijapasealcuidadodeotrasmanos.

—Sinembargo,dijolamadretranquilamente,aunquevolviéndosecadavezmáspálida,esta insigniamehadado,ymedadiariamente,yhastaenestemomento, leccionesqueharánámihijamáscuerdaymejor,aunqueparamínoseanyadeprovecho.

—Ahoralosabremos,dijoelGobernador,ydecidiremosloquehayquehacer.MibuenSeñorWilson,osruegoqueexaminéisáestaPerla,puestalessunombre,yveáissitienelainstruccióncristianaqueconvieneáunaniñadesuedad.

ElancianoeclesiásticosesentóenunsillónéhizounesfuerzoparaatraeráPerlaentresusrodillas.Perolaniña,acostumbradasolamentealtactofamiliardesumadreynoaldeotra persona, se escapó por la ventana abierta y se plantó en el escalón más alto,pareciendo entonces un pájaro tropical silvestre, de brillante plumaje, dispuesto áemprenderelvueloenlosespacios.ElSr.Wilson,nopocosorprendidodeesto,pueseraunaespeciedepatriarcafavoritodelosniños,tratósinembargodeprocederalexamen.

—Perla,ledijocongransolemnidad,tienesquerecibirinstrucciónparaque,ásudebidotiempo,logresllevarentusenounaperladegranprecio.¿Puedesdecir,hijamía,quiéntehacreado?

Perla sabía perfectamente qué responder, porque siendo Ester la hija de una familiapiadosa,pocodespuésdelaconversaciónquehabíatenidoconsuniñaacercadesuPadreCelestial,habíacomenzadoáhablarledeesasverdadesqueelespírituhumano,cualquieraqueseasuestadodedesarrollo,oyecon intenso interés.Por lo tantoPerla,aunquesolocontaba tres años de edad, podría haber sufrido con buen éxito un examen en algunasmateriasreligiosas;perolaperversidadmásómenoscomúnátodoslosniños,ydelacuallachicuelateníaunabuenadosis,seapoderódeellaenelmomentomásinoportuno,ylahizo cerrar los labios ó proferir palabras que no venían al caso.Después de llevarse eldedoálaboca,ydemuchasnegativasderesponderálaspreguntasdelbuenSr.Wilson,laniñafinalmenteanuncióquenohabíasidocreadapornadie,sinoquesumadre lahabíarecogidoenunrosalsilvestrequecrecíajuntoálapuertadelacárcel.

EstarespuestafantásticalefuéprobablementesugeridaporlaproximidaddelosrosalesdelGobernador,queteníaálavista,yporelrecuerdodelrosalsilvestredelacárcel,juntoalcualhabíapasadoalvenirálamoradadeBellingham.

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El viejoRogerioChillingworth, con una sonrisa en los labios,murmuró unas cuantaspalabrasaloídodeljoveneclesiástico.Esterdirigióunamiradaalhombredeciencia,yápesar de que su destino estaba colgando de un hilo, se quedó sorprendida al notar elcambio verificado en las facciones deRogerio, que se había vueltomuchomás feo, sucutismásatezado,ysufigurapeorformadaqueenlostiemposenquelehabíaconocidomás familiarmente. Susmiradas se cruzaron un instante, pero inmediatamente tuvo queprestartodasuatenciónáloqueestabapasandorespectoásuhija.

—¡Estoeshorrible!—exclamóelGobernadorvolviendolentamentedelasombroquelehabíacausadolarespuestadePerla.Heaquíunaniñadetresañosdeedad,quenosabequiénlahacreado.Nohaydudadequeenlamismaignoranciaseencuentrarespectoásualma, su actual perversidad y su futuro destino. Me parece, caballeros, que no haynecesidaddeproseguiradelante.

EstertomóentoncesáPerlaylaestrechóentresusbrazos,mirandoalviejomagistradopuritanocasiconunaferozexpresiónenlosojos.Solaenelmundo,arrojadadeélcomofruto podrido, y con este único tesoro que era el consuelo de su corazón, tenía laconcienciadequeposeíaderechosindestructiblescontralaspretensionesdelmundo,ysehallabadispuestaádefenderlosátodotrance.

—Diosmehadadoáestaniña,exclamó.Melahadadoendesquitedetodoaquellodequehesidodespojadaporvosotros.Esmifelicidad,yalmismotiempomitormento.Perlaesquienmesostienevivaenestemundo.Perlatambiénmecastiga.¿Novéisqueellaeslaletraescarlata,capazsolamentedeseramadaydotadadeunpoderinfinitoderetribuciónpormifalta?Nomelaquitaréis:primeromoriré.

—Pobremujer, dijo con cierta bondad el anciano eclesiástico, la niña serámuy biencuidada,talvezmejorqueloquetúpuedeshacer.

—Dioslaconfióámicuidado,repitióEsteresforzandolavoz.Nolaentregaré.

Y entonces, comomovidade impulso repentino se dirigió al joven eclesiástico, al Sr.Dimmesdale,áquien,hastaesemomentoapenashabíamirado,yexclamó:

—¡Hablapormí!Túerasmipastor,yteníasmialmaátucargo,ymeconocesmejorqueestos hombres. Yo no quiero perder á mi hija. Habla por mí: tú sabes,—porque estásdotado de la conmiseración de que carecen estos hombres,—tú sabes lo que hay enmicorazón,ycuálessonlosderechosdeunamadre,yquesonmuchomáspoderososcuandoesamadre tienesóloá suhijay la letraescarlata. ¡Mírala!Yonoquieroperder laniña.¡Mírala!

ÁestellamamientofrenéticoysingularqueindicabaquelaposiciónactualdeEstercasilahabíaprivadodeljuicio,eljoveneclesiásticoseadelantópálidoyllevándoselamanoalcorazón, comoera su costumbre siempreque sunervioso temperamento le ponía enunestado de suma agitación. Parecía ahora más lleno de zozobra y más extenuado quecuando lodescribimos en la escenade lapública ignominiadeEster; ybien seapor loquebrantadodesusalud,óporotracausacualquiera,susgrandesojosnegrosrevelabanunmundodedolorenlaexpresióninquietaymelancólicadesusmiradas.

—Haymuchaverdadenloqueestamujerdice,—comenzóelSr.Dimmesdaleconvozdulce y trémula, aunque vigorosa, que resonó en todos los ámbitos del vestíbulo;—hay

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verdadenloqueEsterdice,yenlossentimientosquelainspiran.Dioslehadadolaniña,yalmismo tiempounconocimiento instintivode lanaturalezay lasnecesidadesdeesetierno sér, que parecen muy peculiares, conocimiento que ningún otro mortal puedeposeer.Y,además,¿nohayalgoinmensamentesagradoentrelasrelacionesdeestamadreydeestaniña?

—¡Ah! ¿cómo es eso, buen Sr.Dimmesdale?—interrumpió elGobernador,—os ruegoqueaclaréisestepunto.

—Así tiene que ser,—continuó el joven eclesiástico,—porque, si pensamos de otromodo,¿noimplicaríaqueelPadreCelestial,elCreadordetodaslascosasdeestemundo,hatenidoenpocounaacciónpecaminosa,ynohadadomuchaimportanciaáladiferenciaqueexisteentreunamorpuroyunoimpuro?Estahijadelaculpadelpadreylavergüenzadelamadrehavenido,enviadaporDios,áinfluirdevariosmodosenelcorazóndelaqueahora con tanta vehemencia y con tal amargura reclama el derechode conservarla á sulado. Fué creada para una bendición, para la única felicidad de su vida. Fué creada sinduda,comolamadremismanoslohadicho,paraquefueratambiénunaretribución;untormentodetodaslashoras;undardo,unacongoja,unaagoníasiemprelatenteenmediodeungozopasajero.¿Nohaexpresadoellaestepensamientoeneltrajedelapobreniña,quedeunamanerataneficaznosrecuerdaelsímbolorojoqueabrasasuseno?

—¡Biendicho,biendicho!exclamóelbuenSr.Wilson.Yotemíaquelamujerpensabasoloenhacerdesuhijaunasaltimbanquis.

—¡Oh! no, no; continuó Dimmesdale. La madre, creédmelo, reconoce el solemnemilagroqueDioshaoperadoenlaexistenciadeesacriatura.Puedatambiéncomprender,—loque esparamíunaverdad indiscutible,—queestedon, ante todo, tieneporobjetoconservarelalmadelamadreenestadodegraciaylibrarladelosabismosprofundosdelpecadoenquedeotromodoSatanáslahubierahundido.Porlotanto,esunbienparaestapobremujerpecadoratenerásucargounalmainfantil,unsércapazdeeternadichaódeeternapena,—unsérqueseaeducadoporellaen lossenderosde la justicia,queácadainstante le recuerdesucaída,peroquealmismo tiempo lehaga tenerpresente,comosifueraunasagradapromesadelCreador,quesi lamadreeducaá laniñaparaelcielo, laniña llevará también allí á sumadre.Y en esto, lamadre pecadora esmás feliz que elpadrepecador.Deconsiguiente,enbeneficiodeEsterPrynne,nomenosqueenelde lapobreniña,dejémoslascomolaProvidenciahaconsideradoconvenientesituarlas.

—Habláis, amigo mío, con extraña vehemencia,—le dijo el viejo Rogerio con unasonrisa.

—Y tiene gran peso lo que mi joven hermano ha dicho,—agregó el Reverendo Sr.Wilson.¿QuédiceelmuydignoGobernador?¿Nohadefendidobienlosderechosdelapobremujer?

—Seguramente que sí,—respondió el magistrado,—y ha aducido tales razones, quedejaremos el asunto como está; por lo menos, mientras la mujer no sea objeto deescándalo.Hemosdetener,sinembargo,cuidadodequelaniñaseinstruyacontigoenelcatecismo, buenSr.Wilson, ó con elReverendoSr.Dimmesdale.Además, á su debidotiempoesprecisoocuparseenquevayaálaescuelayálaiglesia.

Cuando el joven ministro acabó de hablar se alejó unos cuantos pasos del grupo, y

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permanecióconelrostroparcialmenteocultoporlospesadosplieguesdelascortinasdelaventana,mientraslasombradesucuerpo,quelaluzdelsolhacíaproyectarsobreelsuelo,estabatodatrémulaconlavehemenciadesudiscurso.Perla,conlavivezacaprichosaquelacaracterizaba,sedirigióhaciaél,ytomándoleunadelasmanosentrelassuyas,apoyóenellasumejilla:cariciatantierna,yálaveztannatural,queEster,alcontemplarla,sedijoparasusadentros:“¿EsesamiPerla?”Sabía,sinembargo,queelcorazóndesuhijaera capaz de amor, aunque éste se revelaba casi siempre de una manera apasionada yviolenta;yenel cursode suspocosañosapenas si sehabíamanifestadodosvecescontantasuavidadyternuracomoahora.Eljovenministro,—puesexceptolasmiradasdeunamujerqueseidolatra,noexistenadatandulcecomoestasespontáneascariciasdeunniño,que son indicio de que hay en nosotros algo verdaderamente digno de ser amado,—eljovenministro arrojó unamirada en torno suyo, puso lamano en la cabeza de la niña,vacilóunmomento,y labesóen lafrente.Aquel tiernocapricho, tanpococomúnenelcarácterdePerla,nodurómuchotiempo:seechóáreir,ysefuéálolargodelvestíbulosaltando tan ligeramente, que el anciano Sr. Wilson se preguntó si había tocado elpavimentoconlapuntadelospies.

—Estepequeñotrastetieneensíalgodehechicería,—ledijoáDimmesdale:nonecesitadelpalodeescobadeunaviejaparavolar.

—¡Extraña niña!—observó el anciano Rogerio. Es fácil ver lo que hay en ella de sumadre.¿Creeréisporventura,señores,queestéfueradelalcancedeunfilósofoanalizarlanaturalezadelaniña,yporsuhechuraymododeseradivinarquiéneselpadre?

—No: en tal asunto, sería pecaminoso atenerse á la filosofía profana,—dijo el Sr.Wilson.Valemásentregarsealayunoyálaoraciónpararesolverelproblema;ymuchomejoraúndejarelmisteriocomoestá,hastaquelaProvidencialorevelecuandolotengaábien.Deconsiguiente, todobuencristiano tiene el derecho demostrar la bondad de unpadrehaciaestapobreniñaabandonada.

Resuelto así el negociodeunamanera satisfactoriaparaEster, éstapartió con suhijaparasucabaña.Cuandodescendíanlasescaleras,secuentaqueseabrióelpostigodelaventana de uno de los cuartos, asomándose el rostro de la Sra. Hibbins, la iracundahermanadelGobernador,lamismaquealgunosañosdespuésfuéejecutadaporbruja.

—¡Eh!¡Eh!dijo,—dejandoverunrostrodemalagüeroquecontrastabaconelaspectoalegredelacasa.¿Quieresvenirconnosotrosestanocheálaselva?Tendremosallígentesmuyalegres;yheprometidoalHombreNegroqueEsterPrynnetomaríaparteenlafiesta.

—Servíosdisculparme,—respondióEsterconunasonrisadetriunfo.TengoqueregresarámicasaycuidardemiPerlita.Simelahubieranquitado,entonceshabríaidocongustoálaselvaentucompañía,firmandominombreenellibrodelHombreNegro,yesoconmipropiasangre.

—Yatetendremosallíantesdemucho,—dijoladamabruja,frunciendoelentrecejoyretirándose.

Peroaquí,—sisuponemosqueestediálogoentrelaSra.HibbinsyEsteresauténtico,ynounafábula,—aquítenemosyaunapruebadelarazónquetuvoeljoveneclesiásticoenoponerse á que se cortaran los lazos que unen una madre delincuente al fruto de sufragilidad.Yaenestaocasiónel amorde laniña salvóá lamadrede las asechanzasde

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Satanás.

IX

ELMÉDICO

COMO el lector recordará, el nombre deRogerioChillingworth ocultaba otro nombre,cuyoantiguoposeedorhabíaresueltoquenosemencionarajamás.Yasehareferidoqueen medio de la muchedumbre que presenciaba el castigo ignominioso de Ester, unindividuo de edad provecta, recién llegado de las tierras ocupadas por los indios,contemplóderepente,expuestaálosojosdelpúblico,comosifueraunaimagenvivientedelpecado,álamujerenquienhabíaesperadohallarencarnadoslaalegríayelcalordelhogar. La honra de su esposa la veía pisoteada por todos los circunstantes. Su infamiapalpitabaallí,enlaplazapública.Silanoticiallegabaalgunavezáoídosdelosparientesy de las compañeras de infancia de aquella mujer, ¿qué otra cosa les quedaría sino elcontagio de su deshonra, tantomayor cuantomás íntimas y sagradas hubieran sido susrelacionesdeparentesco?Yencuantoáél,cuyoslazosdeuniónconlamujerdelincuentehabían sido los más estrechos y sagrados que puedan darse, ¿por qué presentarse áreclamarunaherenciatanpocoapetecible?Resolvió,porlotanto,nodejarseexponerenlapicotade la infamiaal ladode laqueenun tiempo fué suesposa.Desconocidoparatodoelmundo,exceptoparaEster,yposeyendolosmediosdequeéstaguardarasilencio,escogióborrarsunombredelalistadelosvivos,considerarcompletamentedisueltossusantiguoslazosé intereses,y,enunapalabra,darseporsegregadodelmundocomosienrealidadyaciera en el fondodel océano, donde el rumorpúblicohacemucho tiempo lohabíaconsignado.Unavezrealizadoesteplan,surgiríaninmediatamentenuevosinteresesy á la vez un nuevo objeto á que consagrar su energía, tenebrosa, es verdad, y acasocriminal,perodeincentivobastanteabsorbenteparaquededicaraásurealizacióntodalafuerzadesusfacultades.

Parallevarácaboesteproyecto,fijósuresidenciaenlaciudadpuritana,bajoelnombresupuesto de Rogerio Chillingworth, sin otra recomendación que sus conocimientoscientíficosy su inteligencia,dequeposeíaunasumanocomún.Como losestudiosquehizoenotros tiempos lehabían familiarizadocon lacienciamédicadeldía, sepresentócomo físico, y como tal fué cordialmente recibido. En la colonia eran muy raros loshombres hábiles enmedicina ó cirugía. La salud de los vecinos de la buena ciudad deBoston, por lo menos en lo que se refiere á la medicina, había estado hasta entoncesconfiada á la tutela de un anciano diácono y farmacéutico, cuya piedad y rectitud erantestimoniosmásconvincentesenfavorsuyo,quelosquepodríahaberpresentadobajolaforma de un diploma en regla.El único cirujano era un individuo que unía al ejerciciocasualdeesanobleprofesión,elmanejodiarioyhabitualdelanavajadeafeitar.

ParasemejantecuerpofacultativofuéRogerioChillingworthunaadquisiciónbrillante.Prontomanifestósufamiliaridadconlaponderosaéimponentemaquinariadelaantigua

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medicina,enlaquecadaremedioconteníaunamultituddeextraordinariosyheterogéneosingredientes,compuestoscontantotrabajoyesmerocomosisetrataradeobtenerelElixirdeVida.Durantesucautiverioentrelosindios,habíaadquiridounnotableconocimientode laspropiedadesde lashierbasy raíces indígenas;niocultóá suspacientesqueestassimples medicinas, que la sabia naturaleza había dado á conocer al inculto salvaje,merecían su confianza en elmismo grado que la farmacopea de los europeos, en cuyaformaciónsehabíanempleadotantossiglosytantossabiosdoctores.

Eraesteeruditoextranjerounapersonaejemplar,por lomenosencuantoá lasformasexternasdelareligión,ypocodespuésdesullegadaálacoloniaescogióalReverendoSr.Dimmesdalecomoguíaespiritual.Eljoveneclesiástico,quehabíahechosusestudiosenlaUniversidaddeOxford,dondeseconservabasumemoriaconrespeto,eratenidoporsusmásardientesadmiradorescasi comounapóstolconsagradoporel cieloydestinado, sipodía trabajar y vivir el término ordinario de la existencia humana, á hacermucho enbeneficiode la Iglesiade laNueva Inglaterra.Enel períodoenque estamosdenuestrahistoria, su salud, sin embargo, había empezado evidentemente á decaer. Aquellos queestabanmás familiarizados con los hábitos y costumbres deDimmesdale, creían que lapalidezdesusmejillaseraelresultadodesucelointensoporelestudio,delescrupulosocumplimientodesusdeberesreligiosos,ymásquetododelosayunosyvigiliasquecontanta frecuencia practicaba para impedir que la materia terrenal obscureciera ódisminuyese el brillo de su lámpara espiritual. Algunos declaraban que si el Sr.Dimmesdaleestabarealmenteápuntodemorir tan joven,consistíaenqueelmundonoera digno de ser hollado por sus pies. Por otra parte, él mismo, con característicahumildad,decíaquesilaProvidenciajuzgabaconvenientellevárselodeestemundo,seríaá causa de su pocomérito para desempeñar lamás humildemisión en la tierra. Pero ápesardeladivergenciadeopinionesenelparticular,lociertoeraquesusaludestabamuyquebrantada.Habíaadelgazadomucho;suvoz,aunquetodavíasonoraydulce,teníaciertamelancólica expresión de decaimiento; con frecuencia se le veía, al menor ruido óaccidentedepocaimportancia,llevarselamanoalcorazón,conunasúbitarubicundezdelrostro,seguidadepalidez,indiciodedolor.

TaleraelestadodeljovenDimmesdale,ytaninminenteelpeligrodequeseextinguieraesa naciente luz delmundo, antes de tiempo, cuando Rogerio Chillingworth llegó á laciudad.Suprimeraentradaenescena,sinquesesupieradedóndevenía,sieracaídodelcielo ó si procedía de las regiones inferiores, le daba cierto aspecto de misterio, quefácilmente se convirtió en algo casi milagroso. Se sabía que era un hombre hábil éinteligente; se había observado que recogía hierbas y flores silvestres, que arrancabaraíces,quecortabaramasde losárbolesdelbosque,comopersonafamiliarizadacon lasocultas virtudes de lo que no tenía ningún valor á los ojos del vulgo. Se le había oídohablar de Sir Kenelm Digby[15] y de otros hombres famosos, cuyos conocimientos enasuntoscientíficos seconsiderabancasi sobrenaturales, conquienes sehabíaasociadoótenido correspondencia. ¿Por qué, ocupando tan alto puesto en elmundo de la ciencia,habíavenidoá lacolonia?¿Quépodríabuscarenunpaíssemisalvajeestehombrecuyaesfera de acción estaba en las grandes ciudades?En respuesta á esta pregunta, empezóentoncesácircularunrumor,—alque,porabsurdoquefuera,hastapersonassensatas ledabancrédito.Sedecíaqueelcielohabíaoperadounverdaderomilagrotransportandoporel aire, desde una Universidad de Alemania, á un eminente Doctor en Medicina,

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depositándoloálapuertadelestudiodelSr.Dimmesdale.Personasmuchomássensatasenmateriasdefe,yquesabíanqueelcieloalcanzasusfinessinloquesellamaintervenciónmilagrosa, se hallaban inclinadas á ver algo providencial en la llegada tan oportuna deRogerioChillingworth.

Daba consistencia á esta idea el gran interés que el físico, como se decía en aquellostiempos,manifestódesdeelprincipioporeljoveneclesiástico,áquiénseapegócomounodesusfeligreses;yápesardelareservanaturaldeaquel,tratódeganarsesuamistadysuconfianza.Manifestógranalarmaporelestadodelasaluddesupastor,ytambiéngrandesdeseosdeprobarsipodíacurarle,ynodesesperabadeconseguirlosiseemprendíalaobraentiempo.LosfuncionariosdelaiglesiadelSr.Dimmesdale,asícomolasdamascasadasy las jóvenesybellasseñoritas,susfeligreses, le instaronparaqueseaprovecharade lahabilidad del médico, que tan generosamente se había ofrecido á servirle. El Sr.Dimmesdale,rehusócondulzurasusinstancias.

—Nonecesitomedicina,dijo.

Pero¿cómopodíahablarasíeljovenministro,cuandoconcadadomingoquepasabasusmejillassevolvíanmáspálidas,surostromásdelgado,ysuvozmástrémula;ycuandoyase había convertido en hábito constante oprimirse el corazón con la mano? ¿Estabafatigadodesuslabores?¿Deseabamorir?EstaspreguntaslefueronsolemnementehechasalSr.DimmesdaleporlosministrosmásancianosdeBostonyporlosdignatariosdesumismaiglesiaquienes,paraemplearsupropiolenguaje,leamonestaronacercadelpecadoquecometíaenrechazarelauxilioquelaProvidenciatanmanifiestamentelepresentaba.Losoyóensilencioyfinalmenteprometióconsultarseconelmédico.

—Si fuere la voluntad de Dios,—dijo el Reverendo Sr. Dimmesdale cuando encumplimiento de su promesa pidió al ancianoRogerioChillingworth los auxilios de suprofesión,—estaríacontentoconquemislabores,ymispenas,ymispecados,terminaranprontojuntoconmiexistencia,yloqueenmíesterrenalseenterraseenmisepultura,yloque es espiritualme acompañara ámimorada eterna, antes queponer á pruebavuestrahabilidadenbeneficiomío.

—¡Ah!—replicóelmédicoconaquellacalmaque,naturalóimpuesta,distinguíatodassusmaneras,—asíescomounjoveneclesiásticohablaporlocomún.Lajuventud,porlomismo que no ha echado aun raíces profundas, con facilidad renuncia á la vida.Y loshombres devotos y buenos que siguen en la tierra los preceptos de Dios, con gustodejaríanestemundoparaestarásuladoenlaNuevaJerusalén.

—No,—replicóDimmesdalellevándoselamanoalcorazón,conunarápidarubicundezen la frente y una contracción de dolor en el rostro,—si yo fueramás digno de ir allí,tendríamássatisfacciónentrabajaraquí.

—Loshombresbuenossiempreseformandesípropiosunaideademasiadomezquina,—dijoelmédico.

DeestamaneraelmisteriosoRogerioChillingworthseconvirtióenelconsejeromédicodelReverendoSr.Dimmesdale.Comonosolamente laenfermedaddespertabael interésdelmédico,sinotambiénelcarácterycualidadesdesupaciente,estosdoshombres, tandiferentesenedad,gradualmentellegaronápasarmuchotiempojuntos.Enbeneficiodelasaluddeleclesiástico,yparafacilitaralmédicolamejormaneraderecogerlasplantascon

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propiedadesmedicinalesque le erannecesarias, daban largospaseos áorillasdelmaróporelbosque,mezclandosuvariadaconversaciónconelrumorycadenciadelasolas,yelsolemnemurmullodelvientoenlacopadelosárboles.Confrecuenciatambién,unoeraelhuéspeddelotro;yparaeljovenministrohabíaunaespeciedefascinaciónenlasociedaddelhombredeciencia,enquienreconocíaundesenvolvimientointelectualdeunalcanceyprofundidadnada comunes, juntamente con una liberalidad y amplitud de ideas que envanotrataríadebuscarenlosmiembrosdesuprofesión.Enrealidaddeverdad,sequedósorprendido,sinoescandalizado,aldescubrirestaúltimacualidadenelmédico.

ElSr.Dimmesdaleeraunverdaderosacerdote,enlasignificaciónvastadeestapalabra:un hombre verdaderamente religioso, con el sentimiento de la reverencia muydesarrollado, y con un género de inteligencia que le obligaba á no desviarse de lossenderosestrechosdelafe,quecadadíasevolvíaenélmásprofunda.Enningúnestadode la sociedad habría sido lo que se llama hombre de ideas liberales; siempre hubieranecesitado, para la paz de su espíritu, sentir que la fe le rodeaba por todas partes,sosteniéndolo, almismo tiempo que estrechándolo en un círculo de hierro. Á pesar deesto,sibiencontrémulogozo,experimentabaunaespeciededesahogotemporalenpodercontemplareluniversoaltravésdeunainteligenciadeltododiferenteáaquellasconquehabitualmenteestabaencontacto.Eracomosisehubiereabiertounaventanapordondepenetraraunairemáspuroenlaatmósferadensaysofocantedesuestudio,dondesuvidase ibaconsumiendoá la luzde la lámpara,óá losrayosdelsolqueallípenetrabancondificultad,ydondeaspirabasolamenteelolorenmohecidoquesedesprendedeloslibros.Peroaquelaireerademasiadosutily fríoparaquepudieserespirarseconseguridadpormuchotiempo;deconsiguiente,eleclesiástico,asícomoelmédico,volvieronáentrarenloslímitesquepermitelaiglesiaparanocaerenherejía.

Deestemodoexaminóásupacienteconelmayoresmeroycuidado,nosolocomoleveíaen suvidadiaria, sindesviarsedel senderode las ideasy sentimientosque leeranhabituales, sino también como se le presentaba cuando, en otro medio diferente tantomoral como intelectual, la novedad de ese medio hacía dar expresión á algo que eraigualmente nuevo en su naturaleza. Parece que consideraba esencial conocer al hombreantes de intentar curarle; porque donde quiera que existen combinados corazón éinteligencia,tienenestosciertoinflujoenlasenfermedadesdelcuerpo.Laimaginaciónyelcerebroeran tanactivosenArturoDimmesdale,y tan intensa lasensibilidad,quesusmalesfísicosteníanseguramenteorigenenaquellos.Porlotanto,RogerioChillingworth,—elhombrehábil,elmédicobenévoloyamistoso,—tratódesondearprimeroelcorazóndesupaciente,rastreandosusideasyprincipios,escudriñandosusrecuerdosytentándolotodoconcautelosamano,comoquienbuscauntesoroensombríacaverna.

Pocossecretospuedenescaparalinvestigadorquetienelaoportunidadylalicenciadededicarseásemejanteempresa,yposeelasagacidaddellevarlaadelante.Elhombrequese siente abrumado bajo el peso de un grave secreto, debe evitar especialmente laintimidaddesumédico;porquesiéstesehallaredotadodenaturalsagacidadydeciertono sé qué, á manera de intuición; si no demuestra vanidad importuna, ni cualidadescaracterísticasdesagradables;sitienelafacultadinnatadeestablecertalafinidadentresuinteligenciayladesupaciente,queéstellegueáhablar,conllanezaypordescuido,loqueseimaginahaberpensadosolamente;sitalesrevelacionesserecibenensilencio,conunasimplemiradadesimpatía,óálomásconunaqueotrapalabraenquesedéáentender

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quetodosehacomprendido;ysiáestascualidadesnecesariasáunconfidenteseunierenlas ventajas que presta la circunstancia de ser médico,—entonces, en un momentoinevitable, el alma del paciente se abrirá descubriendo á la luz del día susmás ocultosmisterios.

RogerioChillingworthposeíatodas,ócasitodaslascondicionesarribaenumeradas.Eltiemposinembargotranscurría;unaespeciedeintimidad,comoyahemosdicho,sehabíaestablecido entre estos dos hombres instruídos é inteligentes; discutían todos los temasrelativos á asuntos morales ó religiosos, así como los negocios públicos ó de carácterprivado;cadaunohablabatambiénmuchodemateriasqueparecíanpuramentepersonales;ysinembargo,ningúnsecreto,comoelmédicoimaginóquedebíadeexistir,seescapódelos labios del joven ministro. Tenía, no obstante, la sospecha de que ni siquiera lanaturalezaexactade la enfermedadcorporaldelSr.Dimmesdale lehabía sido revelada.¡Eraunaextrañareserva!

Al cabo de algún tiempo, debido á una indicación del médico, los amigos del Sr.Dimmesdalearreglaronlascosasdemodoquelosdossealojaranbajounmismotecho,demanera que el facultativo tuviese más oportunidades de velar por la salud del joveneclesiástico.Granalegríacausóenlaciudadestearreglo.Secreíaqueeralomásacertadopara el bienestar del Sr. Dimmesdale; á menos que, como se lo habían aconsejadorepetidasveceslosqueteníanautoridadparaello,sedecidieraáescogerporesposaáunadelasmuchasseñoritasqueespiritualmenteleeranadictas.PeroporelpresentenohabíaesperanzasdequeArturoDimmesdalesedecidieraáhacerlo;había respondidoconunanegativaá todas las indicacionesdeestanaturaleza,comosielcelibatosacerdotal fueraunodesusartículosdefe.[16]Hallándoselascosasentalestado,parecíaqueesteanciano,sagaz,experimentadoybenévolomédico,sobretodosiseteníaademásencuentaelamorpaternalyelrespetoqueprofesabaal jovenministro,era laúnicapersonaylamásaptaparaestarconstantementeásuladoyalalcancedesuvoz.

Los dos amigos fijaron su nuevamorada en la casa de una piadosa viuda, de buenaposición social, la cual asignó al Sr. Dimmesdale una habitación que daba á la calle,bañadaporelsol,peroconespesascortinasenlaventanaquesuavizabanlaluzcuandoasíse deseaba. Las paredes estaban colgadas con tapices que se decía provenir de losGobelinos, y representaban la historia deDavid y deBetsabé, y la del profetaNathán,como se refiere en la Biblia, con colores aun vivos que daban aspecto de horriblesprofetisasdedesgraciasálasbellasfigurasfemeninasdelcuadro.Aquídepositóelpálidoeclesiástico su biblioteca, rica en enormes libros en folio forrados en pergamino, queconteníanlasobrasdelosSantosPadres, lacienciadelosRabinosylaerudicióndelosmonjes, de cuyos escritos se veían obligados á servirse con frecuencia los clérigosprotestantespormásquelosdesdeñasenyhastavilipendiasen.Alfondodelacasaarreglósu estudio y laboratorio el ancianomédico, no como un hombre científicomoderno loconsideraría tolerablemente completo, sino provisto de un aparato de destilar y de losadminículos necesarios para preparar drogas y sustancias químicas, de que el prácticoalquimistasabíahacerbuenuso.Conunasituacióntancómoda,estasdossabiaspersonasse fijaroncadaunadeasientoensu respectivodominio,peropasando familiarmentedeunahabitaciónáotra,manifestandocadaunosumo interésen losnegociosdelotro, sinllegarsinembargoáloslímitesdelacuriosidad.

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LosamigosmássensatosdelReverendoArturoDimmesdale,comoyahemosindicado,seimaginaban,muyfundadamente,quelamanodelaProvidenciahabíahechotodoestoconelobjeto,—demandadoentantaspreces,asípúblicascomoprivadas,—derestaurarlasaluddeljovenministro.PeroesprecisodecirtambiénqueciertapartedelacomunidadhabíacomenzadoúltimamenteáconsiderardeunmododistintolasrelacionesentreelSr.Dimmesdaleyelmisteriosoyancianomédico.Cuandounamultitudignorantetratadeverlascosasconsuspropiosojos,porsucuentayriesgo,corregravepeligrodeengañarse.Sin embargo, cuando forma su juicio, como acontece comunmente, guiada por lasenseñanzas de una gran alma, las conclusiones á que llega son con frecuencia tanprofundasytanexactas,quepuededecirsequeposeenelcarácterdeverdadesreveladassobrenaturalmente. El pueblo, en el caso de que tratamos, no podía justificar suprevención contra Rogerio Chillingworth con razones ningunas dignas de refutarse. Esverdad que un antiguo artesano que había vivido en Londres treinta años antes de lossucesos que narramos, afirmaba haber visto almédico, aunque con un nombre distinto,quenorecordaba,encompañíadelDoctorForman,elfamosoyviejomágicoimplicadoenelasuntodelasesinatodeSirTomásOverbury,queocurrióporaquelentoncesycausóloquehoysellamagransensación.Dosótresindividuosdecíanqueelfísico,durantesucautiverioentrelosindios,habíaaumentadosusconocimientosmédicostomandoparteenlos encantamientos ó ceremoniasmágicas de los sacerdotes salvajes; quienes, como sesabía de fijo, eran hechiceros poderosos que á veces realizaban curas casi milagrosasmerced á su pericia en laMagiaNegra.Un gran número de individuos,—ymuchos deellos dotados de sensatez, y observadores prácticos, cuyas opiniones en otras materiashubieransidomuyvaliosas,—afirmabanqueelaspectoexternodeRogerioChillingworthhabía experimentado un notable cambio desde que se había fijado en la población, yespecialmentedesdequevivíabajoelmismotechoqueDimmesdale.Laexpresióndesurostro tranquila, meditativa y de hombre dedicado al estudio que le caracterizaba alprincipio, había sido reemplazada por algo maligno y desagradable, que antes no senotaba, pero cuya intensidad se iba aumentando ámedida que se le observabamás decerca y conmás frecuencia. Según la idea vulgar, el fuego que ardía en su laboratorioprocedíadelinfierno,yestabaalimentadoconsustanciasinfernales;yporlotanto,comoeradeesperarse,surostroseibatambiénennegreciendomásymásconelhumo.

Para resumir diremos, que tomó cuerpo la creencia de que el Reverendo ArturoDimmesdale, á semejanzadeotrosmuchospersonajes de especial santidad en todas lasépocasdelareligióncristiana,seveíatentadoporSatanásmismo,óporunemisariosuyoen la persona del viejo Rogerio Chillingworth. Este diabólico agente tenía el permisodivinode gozar por algún tiempode la intimidaddel joven eclesiástico, y de conspirarcontra la salvación de su alma; aunque ningún hombre sensato podía dudar por unmomentodequéladoquedaríalavictoria.Elpuebloesperaba,confeinquebrantable,veral ministro salir de aquella lucha transfigurado con la gloria que le proporcionaría sutriunfo inevitable.Entretanto,erasinembargomuytristepensaren lamortalagoníaporqueteníaquepasarantesdesalirvencedor.

¡Ay! á juzgar por la tristeza y terror que se revelaban en las miradas del pobreeclesiástico,labatallaestabasiendomuyrudasinquepudieradecirsequelavictoriafuerasegura.

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X

ELMÉDICOYSUPACIENTE

EL anciano médico había sido durante toda su vida un hombre de temperamentotranquiloybenévolo,aunquenodeafectosmuycalurosos,ysiemprepuroyhonradoentodossustratosconelmundo.Habíacomenzadoahoraunainvestigaciónconlaseveraéimparcial integridad de un juez, como él se imaginaba, deseoso tan sólo de hallar laverdad,comosisetrataradeunproblemageométrico,ynodelaspasioneshumanasydelasofensasdequeéleravíctima.Peroámedidaqueprocedíaensulabor,unaespeciedeterriblefascinación,unanecesidadimperiosaéineludibleseapoderódelancianoRogerio,ynoledejópaznireposomientrasnohubohechotodoloquecreíadesudeber.Sondeabaahoraelcorazóndelpobreministrocomounminerocavalatierraenbuscadeoro;óunsepulturerounafosaenbuscadeunajoyaenterradaconuncadáver,paraencontraralfinsolamentehuesosycorrupción.¡Ojaláque,parabeneficiodesualma,hubierasidoestoloqueChillingworthbuscaba!

Ávecesenlosojosdelmédicobrillabaunfulgorominosoámaneradelreflejodeunahoguerainfernal,comosielterrenoenquetrabajabaestesombríominerolehubiesedadoindiciosquelehicieranconcebirfundadasesperanzasdehallaralgovalioso.

—Estehombre,—sedecíaentalesmomentosalláparasusadentros,—estehombretanpurocomo lo juzgan,queparece todoespíritu,haheredadounanaturalezaanimal,muyfuerte,desupadreódesumadre.Ahondemosunpocomásenestadirección.

Entonces, después de escudriñar minuciosamente el alma del joven clérigo, y dedescubrir muchos materiales preciosos en la forma de elevadas aspiraciones por elbienestar de la raza humana, amor ferviente de las almas, sentimientos puros, piedadnaturalfortalecidaporlameditaciónyelestudio,éiluminadaporlarevelación,—todolocual,sibienorodemuchosquilates,noteníavalorningunoparaelescudriñadormédico,—éste,aunquedesalentado,empezabasusinvestigacionesenotradirección.Sedeslizabaá hurtadillas, con pisadas tan cautelosas y aspecto tan precavido como un ladrón quepenetra en una alcoba donde hay un hombre medio dormido, ó quizá completamentedespierto,conelobjetodehurtareltesoromismoqueestehombreguardacomolaniñadesus ojos. Á pesar de todas sus precauciones y cuidado, el pavimento crujía de vez encuando;susvestidosformabanligeroruido;lasombradesufigura,enunaproximidadnopermitida,casienvolvíaásuvíctima.ElSr.Dimmesdale,cuyasensibilidadnerviosaerafrecuentementeparaélunaespeciedeintuiciónespiritual,teníaávecesunavagaideadequealgo,enemigodesupaz,sehabíapuestoenmediodesucamino.Peroelviejomédicoposeía también percepciones que eran casi intuitivas; y cuando el ministro le dirigíaentoncesunamiradadeasombro, elmédico se sentaba tranquilamente sindecirpalabracomosuamigobenévolo,vigilanteyafectuoso,aunquenoimportuno.

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Sinembargo,elSr.Dimmesdaleacasosehabríadadomásperfectacuentadelcarácterdeesteindividuo,siciertosentimientomórbido,áqueestánexpuestaslasalmasenfermas,no le hubiera hecho concebir sospechasde todo el génerohumano.No confiando en laamistad de hombre alguno, no pudo reconocer á un enemigo cuando éste realmente sepresentó. Por lo tanto, continuaba manteniendo su trato familiar con el médico,recibiéndole diariamente en su estudio, ó visitándole en su laboratorio, y, por vía derecreo,prestandoatenciónálosprocedimientospormediodeloscualesseconvertíanlashierbasendrogaspoderosas.

Undía,conlafrentereclinadaenlamano,yelcodoenelantepechodelaventanaquedabaáuncementeriocercadelacasa,hablabaconelmédico,mientrasésteexaminabaunmanojodeplantasdefeacatadura.

—¿Dónde,—ledijo, contemplandode soslayo lasplantas, pues raravezmiraba ahorafrenteáfrenteningúnobjeto,yafuerahumanoóinanimado,—dónde,buenDoctor,habéisrecogidoesashierbasdehojastannegrasylacias?

—Enel cercanocementerio,—respondióelmédicocontinuandoen suocupación.Sonnuevasparamí.Crecíansobreunafosasinlápidasepulcral,nisinningúnotrosignoqueconserve lamemoria delmuerto, excepto estas feas hierbas. Parece que brotaban de sucorazón,comosisimbolizaranalgúnhorriblesecretosepultadoconélyquehabríahechomuchomejorenconfesardurantesuvida.

—Quizá,—replicó el Sr. Dimmesdale,—lo deseó ardientemente, pero no le fué dadohacerlo.

—Y¿porqué?—dijoelmédico,—¿porquénohacerlo, cuando todas las fuerzasde lanaturalezademandandetalmaneralaconfesióndelaculpa,quehastaestashierbasnegrashan salido de un corazón enterrado, para que quede manifiesto un crimen que no sereveló?

—Eso,buenseñor,nopasadeserunafantasíavuestra.Sinomeequivoco,soloelpoderde laDivinidadalcanzaádescubrir,yapormediodepalabrasproferidas,óporsigno,óemblema, los secretosquepudieranestar sepultadosenuncorazónhumano.Elcorazónque sehace reode tales secretos, tienepor fuerzaqueconservarlos,hastaeldíaenquetodaslascosasocultasserevelarán.NiheleídoóinterpretadolasSagradasEscriturasdemodo que me hagan comprender que el descubrimiento de los hechos ó pensamientoshumanosque entonceshadeverificarse, deba formarpartede la retribución.Esto seríaseguramenteunamaneramuysuperficialdeverlascosas.No;estasrevelaciones,ánoserqueyomeequivoquemuymucho,sirvensóloparaaumentarlasatisfacciónintelectualdetodoslosseresracionalesqueenesedíaestaránesperandoverlaexplicacióndelsombríoproblema de la vida. Para que sea completa en todas sus partes la resolución de eseproblema,seránecesariounconocimientodelcorazóndeloshombres.Yyocreo,además,queloscorazonesqueencierranesostristessecretosdequehabláis,lodaránáconocerenesedíapostrimero,noconrepugnancia,sinoconalegríainexplicable.

—Entonces ¿por qué no revelarlos aquí?—preguntó el médicomirando de soslayo ytranquilamentealministro—¿porquélosculpablesnoseaprovechancuantoantesdeestegozoindecible?

—Lamayor parte lo hacen,—dijoDimmesdale llevándose lamano al pecho como si

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fuerapresaderepentinodolor.Másdeunainfelizalmahadepositadoenmísusecreto,nosoloenel lechodemuerte,sinoen laplenitudde laexistenciaydelgocedeunabuenareputación.Ysiempre,despuésdeunaconfesiónsemejante,¡oh!¡quéaspectodeinternatranquilidadhevistoreflejarseenelrostrodeesoshermanosquehabíanerradoenlasendadel deber! Y ¿cómo podría ser de otro modo? ¿Por qué habría de preferir un hombreculpable,porejemplo,deasesinato,conservarelcadáverenterradoensupropiocorazón,másbienquearrojarlolejosdesídeunavezyporsiempre,paraqueelmundolotomeporsucuenta?

—Sin embargo, algunos hombres entierran sus secretos de esta manera,—observó eltranquilomédico.

—Sí,escierto;existensemejanteshombres,—contestóelSr.Dimmesdale.Pero,pornopresentarotrasrazonesmásobvias,pudieraserquenodesplieguenloslabiosácausadelaconstitución misma de su naturaleza. Ó—¿por qué no suponerlo?—por culpables quefueren, como todavíaabriganverdaderocelopor lagloriadeDiosyelbienestarde sussemejantes,lesarredraacasolaideadepresentarsemanchadosyculpablesantelosojosdeloshombres,puestemenqueenlofuturonadabuenopodráesperarsedeellos,nipodránredimirpormediodebuenasobraselmalquehubierenhecho.Deconsiguiente,parasupropio é indecible tormento, semueven entre sus semejantes, al parecer puros como lanievereciéncaída,mientrassuscorazonesestántodotiznadosymanchadosconiniquidaddequenopuedendeshacerse.

—Estoshombresseengañanásípropios,—dijoelmédicoconalgunamásvehemenciade laque leeranatural,yhaciendounsigno ligeroconeldedo índice,—temenecharsesobresílaignominiaquedederecholespertenece.Suamoráloshombres,suceloenelserviciodeDios,todosestossantosimpulsos,puedenónoexistirensuscorazonesálapardelasiniquidadesáquesusfaltashandadocabida,yquenecesariamenteengendraránenellos productos infernales. Pero no eleven al cielo sus manos impuras si trataren deglorificar á Dios. Si quieren servir á sus semejantes, háganlo dejando ver de unmodopatente el poder y realidad de la conciencia, humillándose voluntariamente y haciendopenitencia. ¿Querrás hacerme creer, ¡oh sabio y piadoso amigo! que un falso exteriorpuedehacermásporlagloriadeDiosóelbienestardeloshombres,quelapuraysimpleverdad?Créeme,esoshombresseengañanásímismos.

—Tal vez sea así,—dijo el jovenministro con aire indiferente, como esquivando unadiscusiónqueconsiderabapocodelcasoónomuyrazonable;puesposeíaenaltogradolafacultaddedesentendersedeuntemaqueagitarasutemperamentodemasiadonerviosoysensible.Talvezseaasí,continuó,peroahoraquieropreguntarámihábilmédicosicreeenrealidadquemehasidodeprovechoelbondadosocuidadoquevieneteniendodeestamidébilmáquinahumana.

Antesqueelmédicopudieraresponder,oyeronlarisaclarayalocadadeunlabioinfantilenelcementeriocontiguo.Mirandoinstintivamenteporlaventanaentreabierta,pueseraverano, el jovenministro vió á Ester y á Perla en el sendero que atravesaba el recintosepulcral.Perlalucíatanbellacomolaluzdelaaurora,peroseencontrabaprecisamenteenunodeesosaccesosdealegríamaligna,quecuandosepresentaban,parececomoquelasegregabanporcompletode todoloqueerahumano.Ibasaltandosinrespetoalgunodesepultura en sepultura, hastaque llegóáuna cubierta conunagran lápida enquehabía

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grabado un escudo de armas, y se puso á bailar sobre ella. En respuesta á lasamonestacionesdesumadre, laniñasedetuvounmomentoparaarrancar losespinososcapullosdeunacardenchaquecrecíajuntoálatumba.Tomandounpuñadodecapullos,losfuéprendiendoálolargodelaslíneasdelaletraescarlataquedecorabaelpechodesumadre,álaquesequedarontenazmenteadheridos.Esternoselosarrancó.

El médico que, entretanto, se había acercado á la ventana, dirigió una mirada alcementerio,ysonrióamargamente.

—Enlanaturalezadeesaniña,—dijotantoparasícomodirigiéndoseásucompañero,—nohayniley,nireverenciaporlaautoridad,niconsideraciónálasopinionesycostumbresde los demás, sean buenas ómalas. Días pasados la ví rociar con agua al Gobernadormismoenelbebederoparaelganado.¿Quéesestaniña,enfin,ennombredelcielo?¿Esuntrasgocompletamenteperverso?¿Tieneafectosdealgunaclase?¿Tienealgúnprincipiopatente?

—Ninguno, excepto la libertad que proviene del quebrantamiento de una ley,—respondióelSr.Dimmesdaleconreposadoacento,comosihubieraestadodiscutiendoesteasuntoconsigomismo.Siescapazdealgobueno,nolosé.

Probablemente laniñaoyó lavozde estoshombres, porquealzandocon inteligenteymaliciosa sonrisa los ojos hacia la ventana, arrojó uno de los capullos espinosos alReverendoSr.Dimmesdale,quienconnerviosamanoyciertotemortratódeesquivarelproyectil. Perla, notando su inquietud, palmoteó con la alegríamás extravagante. Estertambiénhabíaalzado losojos involuntariamente;y todasestascuatropersonas,viejosyjóvenes, se miraron unos á otros en silencio, basta que la niña prorrumpió en unacarcajada,ygritó:

—Vámonos,madre;vámonos,óeseviejoHombreNegroqueestáahíteatrapará.Yaseha apoderado del ministro. Vámonos, madre, vámonos, ó te atrapará también. Pero nopuedeatraparáPerlita.

Éhizopartirásumadre,saltando,bailando,retozandofantásticamenteentrelostúmulosde los muertos, como criatura que nada tuviese de común con las generaciones allíenterradas,niaunelmásremotoparentescoconellas.Parecíacomosihubierasidocreadadenuevoselementos,debiendoporlotantovivirforzosamenteunaexistenciaaparte,conleyespropiasyespeciales,sinquepudieranconsiderarseuncrimensusexcentricidades.

—Ahí va una mujer,—prosiguió el médico después de una pausa,—que sean cualesfuerensusfaltas,notienenadadeesamisteriosacorrupciónocultaquecreéisdebesertandura de llevar. ¿Pensáis acaso que Ester Prynne es menos infeliz á causa de esa letraescarlataqueostentaenelseno?

—Asílocreo,—replicóelministro.Sinembargo,nopuedoresponderporella.Hayensurostrounaexpresióndedolor,quehubieradeseadonohabervisto.Creo,noobstante,que es mucho mejor para el paciente hallarse en libertad de mostrar su dolor, comoacontececonestapobreEster,quenollevarloocultoensucorazón.

Hubootrapausa;yelmédicoempezódenuevoáexaminaryáarreglarlasplantasquehabíarecogido.

—Mepreguntásteis,nohamucho,dijo,miopiniónacercadevuestrasalud.

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—Así lo hice,—respondió Dimmesdale,—y me alegraría conocerla. Os ruego quehabléisfrancamente,seacuálfuerevuestrasentencia.

—Puesbien,contodafranquezaysinrodeos,—dijoelmédicoocupadoaunenelarreglodesushierbas,peroobservandoconcircunspecciónalSr.Dimmesdale,—laenfermedadesmuyextraña;no tantoen símisma,ó en sumanerademanifestarse exteriormente, á lomenoshastadondepuedojuzgarporlossíntomasquemehasidodadoobservar.Viéndoosdiariamente,mibuenseñor,yhabiendoestudiadodurantemeses loscambiosdevuestrafisonomía, podría quizás consideraros un hombre bastante enfermo, aunque no tanenfermoqueunmédicoinstruídoyvigilantenoabrigaralaesperanzadecurar.Pero—noséquédecir,—laenfermedadparecesermeconocida,ysinembargonolaconozco.

—Estáis hablando en enigmas,mi sabio señor, dijo el pálidoministromirando por laventanahaciaafuera.

—Entonces,parahablarconmásclaridad,—continuóelmédico,yospidoperdón,siesnecesarioquesemeperdonelafranquezademilenguaje,—permitidmequeospregunte,—como amigo vuestro, á cuyo cargo ha puesto la Providencia vuestra vida y bienestarfísico,—simehabéisexpuestoyreferidocompletamentetodoslosefectosysíntomasdeestaenfermedad.

—¿Cómopodéishacerme semejantepregunta?—replicó elministro.Sería ciertamenteunjuegodeniñosllamaráunmédicoyocultarlallaga.

—Me dais, pues, á entender que lo sé todo,—dijo Rogerio Chillingworth con acentodeliberadoyfijandoenelministrounamiradaperspicaz, llenade intensayconcentradainteligencia.Asíserá;peroaqueláquienseleexponesolamenteelmalfísicoyexterno,áveces no conoce sino la mitad del mal para cuya curación se le ha llamado. Unaenfermedaddelcuerpo,queconsideramosuntodocompletoensímismo,puedeacasonosersinoelsíntomadealgunaperturbaciónpuramenteespiritual.Ospidodenuevoperdón,mibuenamigo,simi lenguajeosofendeen lomásmínimo;perode todos loshombresque he conocido, en ninguno, como en vos, la parte física se halla tan completamenteamalgamadaé identificada,sisemepermite laexpresión,con laparteespiritualdequeaquellaeselmeroinstrumento.

—En ese caso no necesito hacerosmás preguntas,—dijo elministro levantándose untantoprecipitadamentedesuasiento.Nocreoquetengáisávuestrocargolacuradealmas.

—Estohace,—continuóelmédicosinalterar lavoz,ni fijarseen la interrupción,peroponiéndose en pie frente al extenuadoy pálidoministro,—queuna enfermedad, que unlugar llagado, si podemos llamarlo así, en vuestro espíritu, tenga inmediatamente sumanifestaciónadecuadaenvuestraformacorpórea.¿Quisiéraisquevuestromédicocurarael mal físico? Pero ¿cómo podrá hacerlo sin que primero le dejéis ver la herida ópesadumbredevuestraalma?

—¡No!—¡noátí!—noáunmédicoterrenal!—exclamóelSr.Dimmesdaleconlamayoragitaciónyfijandosusojosgrandementeabiertos,brillantes,yconunaespeciedefiereza,enelviejoRogerioChillingworth.¡Noátí!Perosifuereunaenfermedaddelalmalaquetengo,entoncesmepondréenmanosdelúnicoMédicodelalma;élpuedecurarópuedematarsegúnjuzguemásconveniente.Hagaconmigoensujusticiaysabiduríaloquecreabueno. Pero ¿quién eres tú, que te mezclas en este asunto? ¿Tú, que te atreves á

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interponerteentreelpacienteysuDios?

Yconademánfuriososalióátodaprisadelahabitación.

—Mealegrodehaberdadoestepaso,—sedijoelmédicoparasusadentros,siguiendoconlasmiradasalministroyconunagravesonrisa.Nadahayperdido.Seremosamigosdenuevoypronto.Peroved¡cómolacóleraseapoderadeestehombreyloponefueradesí!Y lo mismo que acontece con un sentimiento acontece con otro. Este piadoso Sr.Dimmesdalehacometidoantesdeahoraunafalta,enunmomentodeardientearrebato.

No fué difícil restablecer la intimidad de los dos compañeros, en el mismo estado ycondición que antes. El joven ministro, después de unas cuantas horas de soledad,comprendióqueeldesordendesusnervioslehabíahechoincurrirenunaexplosióndeira,sin que en las palabras del médico hubiera habido algo que pudiera disculparle. Semaravilló de la violencia con que había tratado al bondadoso anciano, cuandono hacíamásqueemitirunaopiniónydarunconsejoqueeranpartedesudebercomomédico,yqueélmismohabíasolicitadoexpresamente.Llenodeestasideasdearrepentimiento,noperdió tiempo en darle la más completa satisfacción, y en suplicar á su amigo quecontinuase con su tarea y cuidados, que si no llegaban á restablecer completamente susalud,habíansidoindudablementeparteáprolongarsudébilexistenciahastaaquellahora.ElancianoRogerioaccediófácilmente,ycontinuósuvigilanciamédica,haciendocuantopodía en beneficio del ministro, con la mayor buena fe, pero saliendo siempre de lahabitacióndelpaciente,despuésdeunaentrevistafacultativa,conunasonrisamisteriosayextrañaenloslabios.EstaexpresiónerainvisibleenlapresenciadeDimmesdale,perosevolvíamásintensacuandoelmédicocruzabaelumbral.

—¡Un caso extraño!—murmuraba. Necesito escudriñarlo más profundamente. ¡Rarasimpatíaentrealmaycuerpo!Aunquenofueramásqueenbeneficiodelaciencia,tengoqueinvestigaresteasuntoáfondo.

Poco tiempo después de la escena arriba referida, aconteció que el Reverendo Sr.Dimmesdale, al mediodía, y enteramente de improviso, cayó en profundísimo sueñomientras,sentadoensusillón,estabaleyendounvolumenenfolioqueyacíaabiertosobrelamesa.Laintensidaddelreposodelministroeratantomásnotable,cuantoqueeraunadeesaspersonasdesueñoporlocomúnligero,nocontinuado,yfácildeinterrumpirseporlamenor causa.Pero su espírituno estaba tanhondamente aletargado, que le impidieramoverseenelsillóncuandoelancianomédico,sinningunasprecaucionesextraordinarias,entróenelcuarto.Chillingworthsedirigiósinvacilarásuenfermoamigo,yponiendolamano en el seno de éste, echó á un lado el vestido que lo había mantenido cubiertosiempre,aúnálasmiradasdelfacultativo.

EntoncesfuécuandoelSr.Dimmesdaleseestremecióyhastasemovióligeramente.

Despuésdeunabrevepausaelmédicoseretiró.¡Peroconquéferozmiradadesorpresa,de alegría y de horror! ¡Con qué siniestro placer, demasiado intenso para que pudierahallarplenaexpresiónensusmiradasyfacciones,yqueporlotantoseesparcióportodala fealdad de su rostro y cuerpo, manifestándose por medio de extravagantes gestos yademanes,yalevantandolosbrazoshaciaelcielo,yagolpeandoelsueloconlospies!SialguienhubierapodidoverenaquelmomentodeéxtasisalviejoRogerioChillingworth,notendríaquepreguntarsecómosecomportaSatanáscuandolograquesepierdaunalma

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preciosaparaelcieloylaganaparaelinfierno.

Pero lo que distinguía el éxtasis del médico del que experimentaría Satanás, era laexpresióndeasombroqueloacompañaba.

XI

ELINTERIORDEUNCORAZÓN

DESPUÉSdelsucesoúltimamentereferido,lasrelacionesentreDimmesdaleyelmédico,aunqueenapariencia lasmismas, eranen realidaddeuncarácterdistinto alquehabíantenido antes. El médico veía ahora una senda bien sencilla que seguir, aunque noprecisamente la que él se había trazado. Á pesar de lo tranquilo, apacible y frío queparecía,eradetemersequeexistieraenélunfondodemalignidad,hastaentonceslatente,pero ahora activa, que le impulsaba á imaginar una venganza más íntima que la queningúnotromortalhubieratomadojamásdesuenemigo.Aspiróáconvertirseenelamigofiel á cuyo corazón se confiara todo el temor, el remordimiento, la agonía, elarrepentimiento inútil, la repetida invasión de ideas pecaminosas que en vano habíaqueridorechazar.Todoaqueldolorculpable,ocultoálasmiradasdelmundoydelqueéstesehabríacompadecidoylehabríaperdonado,debíarevelárseleáél,elImplacable,áél,quenoperdonaríajamás.¡Todoaqueltenebrososecretoteníaquemostrarseprecisamenteal hombre á quien ninguna otra cosa podría colmar, como esta y de una manera tancompleta,eldeseodevenganza!

Lanaturalreservayesquivezdeljovenministrohabíasidounobstáculoparaesteplan.Elmédico,sinembargo,noestabadispuestoádarseporsatisfechoconelaspectoque,casiprovidencialmente, tomó el asunto en sustitución á los negros planes que él se trazara.Podíadecirqueselehabíahechounarevelación;ypocoleimportabaquesuprocedenciafuera celestial ó infernal. Gracias á esa inesperada revelación, en todas sus relacionessubsecuentes con el Sr. Dimmesdale, parecía que lo más recóndito del alma del jovenministroestabavisibleálosojosdelmédicoparaquepudieseobservaryestudiarsusmásíntimasemociones.Desdeentoncesseconvirtió,nosóloenespectador, sino tambiénenactorprincipaldeloquepasabaenlomásrecónditodelpechodelpobreministro.Podíahacerdeélloquequisiera.Siseleantojabadespertarleconunasensacióndeagonía,ahíestabasuvíctimasobreelpotrodeltormento.Sólonecesitabamoverciertosresortesdesualma, que elmédico conocía perfectamente. ¿Quería estremecerle conun súbito temor?Comosiobedecieseálavarilladeunmágicoprodigioso,surgíanmilvisionesdeformasdiferentes, que giraban en torno del infeliz eclesiástico con los dedos apuntando á supecho.

Todoestoloejecutabacontanperfectasutileza,queelministro,aunqueconstantementecon una vaga percepción de que algo maligno le estaba vigilando, nunca pudo darsecuentaexactadesuverdaderanaturaleza.Esciertoquemirabacondudaytemor,yaunáveces con espanto é intensa aversión, al viejomédico. Sus gestos, susmovimientos, su

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barbagris,susaccionesmásinsignificanteséindiferentes,hastaelcorteylamodadesutraje,leeranodiosos:señaltododeunaantipatíaenelcorazóndelministromásprofundadeloqueélsehallabadispuestoáconfesarseásímismo.Ycomoeraimposibleasignarunacausaá taldesconfianzayaversión,elSr.Dimmesdale,con laconcienciadequeelveneno de algún punto mórbido en su espíritu le estaba inficionando todo el corazón,atribuía á esto todos suspresentimientos.Se empeñó,pues, en curarsede sus antipatíashaciaelviejomédico,ysinpararmientesen loquedebíahaberdeducidodeellas,hizocuanto pudo para extirparlas. Siéndole imposible conseguirlo, continuó sus hábitos derelaciones familiares con el anciano, proporcionándole de este modo oportunidadesconstantes para que el vengativo médico,—pobre y mísera criatura más infeliz que suvíctima,—consiguieseelfináquehabíadedicadotodasuenergía.

Mientraspadecíacorporalmente,conelalmacorroídayatormentadaporalgunacausatenebrosa,y entregadoporcompletoá lasmaquinacionesde sumásmortal enemigo, elReverendoSr.Dimmesdalehabía idoalcanzadounabrillantepopularidadensusagradoministerio.Engranparte laobtuvoseguramentemercedá suspadecimientos.Susdotesintelectuales, suspercepcionesmorales, su facultadde comunicar áotros las emocionesqueélmismoexperimentaba,lemanteníanenunestadodeactividadsobrenaturaldebidoálaangustiaéinquietuddesuvidadiaria.Sufama,aunquetodavíaenconstanteascenso,habíadejadoyaenlasombralasreputacionesmenosbrillantesdealgunosdesuscolegas,entreloscualessecontabanhombresquehabíanempleadoenadquirirsusconocimientosteológicosmuchosmásañosque losque teníadeedadelSr.Dimmesdale,yquepor lotantodeberíandehallarsemuchomás llenosde sólidacienciaque su jovencompañero.Había otros dotados demás tenaz empeño, demayor peso y gravedad, cualidades que,unidas á cierta dosis de conocimientos teológicos, constituye una variedad eficiente yaltamente digna de respeto, aunque poco amable, de la especie clerical. Otros había,verdaderos Santos Padres, cuyas facultades se habían desenvuelto con el paciente,constanteéinfatigableestudiodeloslibros,ycuyapurezadevidapuededecirsequeloshabíapuestoencomunicaciónespiritualconunmundosuperior.PerotodosestoshombrescarecíandeaqueldondivinoquedescendiósobrelosdiscípulosdelSeñorenlenguasdellamas el día de Pentecostés, simbolizando, no solo la facultad de hablar en idiomasextrañosydesconocidos,sinoladedirigirseátodoelgénerohumanoenelidiomapropiodel corazón. Todos estosministros, por lo demásmuy apostólicos, carecían de ese dondivino de una lengua de llamas. Vanamente habrían procurado, dado el caso que lointentaran,expresarlasverdadesmássublimespormediodevoceséimágenesfamiliares.

Probablemente que á esta clase pertenecía el Sr.Dimmesdale tanto por temperamentocomoporeducación.Sehabríaremontadoálasaltascimasdelafeydelasantidad,ánohabérseloimpedidoelpesodelcrímen,delaangustia,ódeloquefuere,quelearrastrabahacia abajo. Este peso,—no obstante ser él un hombre de etéreos atributos cuya vozhubieran escuchado tal vez los mismos ángeles,—le mantenía al nivel de los máshumildes; pero al mismo tiempo le ponía en más íntima relación con la humanidadpecadora, demodo que su corazón vibraba al unísono del de ésta, comprendiendo susdolores,yhaciendocompartirlossuyospropiosámillaresdecorazones,pormediodesuelocuenciamelancólicaypersuasiva,aunqueávecesterrible.Elpuebloculpableconocíaelpoderquedetalmodoloconmovía.Lasgentespensabanqueeljovenministroeraunmilagrodesantidad:seimaginabanqueporsubocahablabaelcielo,yaparaconsolarlas,

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yapara reprobarlasóbienparadecirlespalabrasdeamoróde sabiduría.Ásusojos, elterrenoquepisabaestabasantificado.Lasjóvenesdoncellasdesuiglesiasevolvíancadavezmáspálidasentornosuyo,víctimasdeunapasióntanllenadesentimientoreligioso,que imaginaban ser todo solamente religión, y la ofrecían públicamente al pie de losaltarescomoelmásaceptabledelossacrificios.Losmiembrosancianosdesufeligresía,contemplandoladelicadaconstituciónfísicadelSr.Dimmesdale,ycomparándolaconelvigordelassuyas,ápesardeladiferenciadeedad,creíanquelesprecederíaensuviajeálaregióncelestial,yrecomendabanásushijosqueenterrasensusviejosrestosjuntoálasanta fosa del jovenministro.Ymientras tanto, cuando el infortunado Sr.Dimmesdalepensabaensusepultura, sepreguntabasi seríaposibleque lahierbacrecierasobreella,puestoqueallíhabíadeenterrarseunacosamaldecida.

¡Esinconcebiblelaangustiadequelellenabaestaveneraciónpública!Adorarlaverdadera en él un impulso genuino, así como considerar vacío, vano y completamentedesprovistodetodopesoyvalor,loquenoestabavivificadoporlaverdad.¿Quéeraél,pues?¿Algocorpóreo,ólamásimpalpabledelassombras?Anhelaba,porlotanto,hablarunavezportodasdesdeloaltodesupúlpito,ydecirenaltavoz,antetodoelmundo,loqueélenrealidadera:—“Yo,áquienveisvestidoconestenegrotrajedelsacerdocio;—yo,queasciendoal sagradopúlpitoy levantohacia el cieloel rostropálido tratandodeponermeenrelación,ennombrevuestro,conelTodopoderoso;—yo,encuyavidadiariacreéis discernir la santidad de Enoch;—yo, cuyas pisadas, como suponéis, dejan unahuellaluminosaenmisenderoterrenal,queserviráálosperegrinosquevengandespuésdemí para guiarlos á la regiónde los bienaventurados;—yo, quehe puesto el aguadelbautismosobrelacabezadevuestroshijos;—yo,queherepetidolasúltimasprecesporlasalmasdelosquehanpartidoparasiempre;—yo,vuestropastor,áquientantoreverenciáisyenquientantoconfiáis,yonosoymásqueunamentirayunaprofanación.”

MásdeunavezelReverendoDimmesdalehabíasubidoalpúlpitoconelfirmepropósitodenodescenderhastahaberpronunciadopalabrascomolasanteriores.Másdeunavezsehabía limpiadolagarganta,y tomadolargo,profundoy trémuloalientopara librarsedeltenebrososecretodesualma.Másdeunavez,—no,másdecienveces,—habíarealmentehablado. ¡Hablado! Pero ¿cómo? Había dicho á sus oyentes que él era un sércompletamenteabyecto,elmásabyectoentrelosabyectos,elpeordelospecadores,unaabominación,unacosadeiniquidadincreíble;yqueloúnicodignodesorpresaeraquenoviesen su miserable cuerpo calcinarse en su presencia por la ardiente cólera delTodopoderoso. ¿Podía darse un lenguaje más claro que éste? ¿No se levantarían losoyentes de sus asientos, por impulso simultáneo, y le harían descender del púlpito queestabacontaminandoconsupresencia?No;deningúnmodo.Todosoyeroneso,ytodoslereverenciaron mucho más. No tenían la menor sospecha del terrible alcance de estaspalabrasconqueélmismosecondenaba.“¡Elexcelentejoven!—sedecíanunosáotros.¡El santo sobre la tierra! ¡Ay! si en la pureza de armiño de su alma puede él percibirsemejanteiniquidad,¡quéhorribleespectáculonoveráenlatuyaóenlamía!”

Bien sabía Dimmesdale,—hipócrita sutil, aunque lleno de remordimientos,—de quémodoseconsideraríaestavagaconfesión.Habíatratadodeforjarseunaespeciedeilusión,exponiendo al público el espectáculo de una conciencia culpable, pero consiguiósolamenterecargarseconunnuevopecado,yagregarunanuevavergüenzaá laantigua,sinobtenersiquieraelmomentáneoconsuelodeengañarseásímismo.Habíahabladola

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pura verdad, transformándola sin embargo en la falsedadmás completa. Y no obstanteesto,por instinto,poreducación,porprincipios,amaba laverdadyaborrecía lamentiracomopocoshombres.Peroantetodascosas,ymásquetodo,sedetestabaásípropio.

Susangustiasíntimaslehabíanllevadoáadoptarprácticasmásenarmoníaconlasdelaiglesiacatólica,quenoconlasdelaprotestanteenquehabíanacidoysehabíaeducado.Encerrándose en su alcoba, bajo llave, se entregaba al empleo de la disciplina en suenfermocuerpo.Confrecuenciaesteministroprotestanteypuritanoselashabíaaplicadoá lasespaldas, riéndoseamargamentedesímismoalmismo tiempo,y fustigándoseaunmásimplacablementeácausadeestarisaamarga.Comootrosmuchospiadosospuritanosteníaporcostumbreayunar;aunquenocomoellosparapurificarelcuerpoyhacerlomásdignodelainspiracióncelestial,sinodeunamanerarigorosa,hastaqueletemblabanlasrodillas,ycomounactodepenitencia.Pasabatambiénenvelanochetrasnoche,algunasvecesencompletaobscuridad;otrasalumbradosóloporlaluzvacilantedeunalámpara;yotras contemplándose el rostro en un espejo iluminado por la luzmás fuerte que le eraposible obtener, simbolizando de este modo el constante examen interior con que setorturaba,peroconelcualnopodíapurificarse.

Enestasprolongadasvigilias su cerebro se turbaba,y entonces creíavervisionesqueflotaban ante sus ojos; quizás las percibía confusamente á la débil luz que de ellasirradiaba,enlapartemásremotayobscuradesuhabitación,ómásdistintamente,yásulado,reflejándoseenelespejo.Yaeraunamanadadeformasdiabólicasquehacíanvisajesal pálidoministro,mofándose de él é invitándole á seguirlas; ya ungrupode brillantesángelesqueseremontabanalcielo,llenosdedolor,tornándosemásetéreosámedidaqueascendían.Ó eran los amigos de su juventud, yamuertos, y su padre, de blanca barba,frunciendopiadosamenteelentrecejo,ysumadre,quelevolvíaelrostroalpasarporsulado.¡Espíritudeunamadre!Creoquehabríaarrojadounamiradadecompasiónásuhijo.Y luego, al travésde lahabitaciónquehacían tanhorribleestasvisionesespectrales, sedeslizó Ester Prynne, llevando de la mano á Perlita, en su traje color de escarlata, yseñalandoconel índice,primeramente la letraquebrillabaensuseno,y luegoelpechodeljoveneclesiástico.

Ningunadeestasvisionesleengañójamásporcompleto.Encualquierinstante,conunesfuerzo de su voluntad, podía convencerse de que no eran sustancias corpóreas sinocreaciones de su inquieta imaginación; pero á pesar de todo, en cierto sentido, eran lascosasmásverdaderas y reales conque el pobreministro tenía ahora quehacer.Enunavidatanfalsacomolasuya,eldolormásindecibleconsistíaenquelasrealidadesquenosrodean, destinadas por el cielo para sustento y alegría de nuestro espíritu, se veíanprivadasdeloqueconstituyesupropiavidayesencia.Paraelhombrefalso,eluniversoentero es falso, impalpable, y todo lo que palpa se convierte en nada. Y él mismo,mostrándosebajounfalsoaspecto,seconvierteenunasombra,óacasocesadeexistir.LaúnicaverdadquecontinuabadandoalSr.Dimmesdaleunaexistenciarealenestemundo,era laagonía latenteen lomás recónditodesualma,y lanodisfrazadaexpresiónde lamisma en todo su aspecto exterior. Si hubiera hallado una vez la facultad de sonreir, ypresentarunrostroalegre,nohabríasidoelhombrequeera.

Enunadeesasterriblesnochesquehemostratadovanamentededescribir,elministroselevantósobresaltadodesuasiento.Unanuevaideaselehabíaocurrido.Podríahaberun

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momentodepazensualma.Vistiéndoseconelmismoesmeroquesifueraádesempeñarsu sagradoministerio, y precisamente de lamismamanera, descendió las escaleras sinhacerruido,abriólapuertaysalióálacalle.

XII

LAVIGILIADELMINISTRO

ANDANDO como en un sueño, y quizá realmente bajo la influencia de una especie desonambulismo,elSr.Dimmesdalellegóallugarenque,añosatrás,Esterhabíasufridolasprimeras horas de su ignominia pública. El mismo tablado, negro y percudido por laslluvias,solesytormentasdesietelargosaños,conlosescalonesgastadosporlaspisadasde losmuchos reos que desde aquella época los habían subido, se elevaba allí bajo elbalcóndelaiglesiaócasadereunión.Elministroascendiólosescalones.

Era una obscura noche de principios de Mayo. El cielo estaba cubierto en toda suextensiónconunmantoespesodenubes.SilamismamultitudquepresencióelcastigodeEsterPrynnehubierapodidoserconvocadaahora,nolehabríasidoposibledistinguirlasfaccionesderostroalgunoeneltablado,niapenasloscontornosdeunaformahumanaenlas profundas tinieblas de la media noche. Pero la población toda estaba entregada alsueño.Nohabíapeligrodequepudieransusmoradoresdescubrirnada.Elministropodíapermanecerallídepie,siasíleagradaba,hastaquelamañanatiñeraderojoeloriente,sincorrerotroriesgosinoeldañoqueelairefríoyhúmedodelanochepudieraocasionarásuorganismo.Ningúnojoalcanzaríaáverle,exceptoAquél,siemprealertaydespierto,quele había visto cuando estaba encerrado en su alcoba retirada azotándose con lassangrientasdisciplinas.¿Porqué,pues,habíaidoallí?¿Eraaquelloacasounaparodiadepenitencia?Sí,unaparodia,peroenlacualsualmaseengañabaásímismamientraslosángeles vertían triste llanto y el enemigo de los hombres se regocijaba. Había ido allíarrastradoáimpulsosdelRemordimiento,quedondequieraleacosaba,ycuyacompañeraeraaquellaCobardíaqueinvariablementelehacíaretrocederenelmomentomismoenqueibaádesplegarloslabios.¡Pobre,infelizhombre!¿Quéderechoteníadeabrumarbajoelpesodeldelitohombros tan flacoscomo los suyos?Elcrimenespara los fuertesqueópueden soportarlo en silencio, ó librarse de él descargando de una vez su conciencia siencuentranelpesodemasiadograve.Peroestaalmatanextremadamentedébilysensibleno podía hacer ni lo uno ni lo otro, sino vacilar contínuamente entre los dos extremos,enredándose cada vez más en los lazos inextricables de la agonía de un inútilarrepentimientoydeunocultodelito.

Y así,mientras se hallaba en el tablado, ocupado en la tarea de esta vanamuestra deexpiación,sevióDimmesdalesobrecogidodeungranhorror,comosieluniversoenteroestuvieracontemplandounamarcaescarlataensusenodesnudo,precisamenteencimadelaregióndelcorazón.Yenaquellugar,enverdad,estaba,yallíhabíaestadodesdehacelargotiempo,elroedoryemponzoñadodientedeldolorfísico.Sinesfuerzoningunodesu

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voluntadparaimpedirlo,ysinpoderdominarse,lanzóungritoagudopenetrante,quefuérepercutiendo de casa en casa, y que devolvieron las colinas lejanas, como si unacomparsadeespíritusmalignos,conociendocuantohorrorymiseriaencerrabaaquelgrito,sehubieradivertidoenhacerrebotarelsonidodeunladoáotro.

¡Yanohayremedio!—exclamóeleclesiásticocubriéndoseelrostroconlasmanos,—laciudadtodasedespertaráysaldráálacalleapresuradamenteymehallaráaquí.

Peronofuéasí.Elgritóresonótalvezensusasustadosoídosconmayorfuerzadelaquerealmentetuvo.Lapoblaciónnosedespertó;ósialgunossedespertaron,loatribuyeronáalgohorriblequepasóenunsueño,óalruidodelasbrujasóhechicerascuyasvoces,enaquellaépoca,seoíanconfrecuenciaenloslugaressolitarioscuandocruzabanelaireencompañíadeSatanás.ElSr.Dimmesdale,porlotanto,nooyendonadaqueindicaseunaalarmageneral,separólasmanosdelrostroymiróentornosuyo.Enunadelasventanasde la casa del Gobernador, que estaba á cierta distancia, vió la figura del ancianomagistradoenvueltaenunablancabatadedormir,conunalámparaenlamanoyungorrodenocheenlacabeza.Parecíaunafantasmaevocadaenmalhora.Elgritoevidentementele había asustado. En otra ventana de lamisma casa apareció la vieja SeñoraHibbins,hermana del Gobernador, también con una lámpara que, aun á la distancia en que seencontraba,dejabaverlaexpresióndisplicenteyduradelrostrodelaseñora.Estaasomólacabezaporelpostigoymiróhaciaarribaconciertaansiedad.SeguramentelavenerablehechicerahabíaoídotambiénelgritodelSr.Dimmesdaleycreyóqueera,conlamultitudde sus ecos y repercusiones, el clamor de los demonios y de las brujas nocturnas conquienes,comoessabido,teníalacostumbredehacerexcursionesálaselva.

Alnotar la luzde la lámparadelGobernador, laancianaseñoraapagóprontamente lasuya y desapareció probablemente entre las nubes. El ministro no la volvió á ver. Elmagistrado,despuésdeunaescrupulosaobservacióndelas tinieblas,enlasqueporotrapartenadalehabríasidoposibledistinguir,seretiródelaventana.

Elministroentoncessetranquilizóalgo.Prontodistinguió,sinembargo,elbrillodeunaluzlejanaqueseibaacercandogradualmente,yquelepermitíareconoceralláunobjeto,más acá otro, tales como la puerta arqueada de una casa, con aldabón de hierro, unabomba de agua, etc., que fijaban su atención, á pesar de que estaba firmementeconvencidodequeámedidaqueseaproximabaaquellaluz,queprontodaríadellenoensu rostro, se iba también acercando el momento en que su suerte quedaría decidida yreveladoelfunestosecretoocultoportantotiempo.Cuandolaluzestuvomáscerca,pudodistinguir la figura de su hermano en religión, ó para hablar conmás propiedad, de supadre espiritual al mismo tiempo que muy estimado amigo, el Reverendo Sr. Wilsonquien,comoelSr.Dimmesdaleconjeturabaconrazón,habíaestadorezandoálacabeceradeunmoribundo.ElbuenoyancianoministroveníaprecisamentedelaalcobamortuoriadelGobernadorWinthrop,queacababadepasarámejormundo,ysedirigíaahoraásucasa alumbrándose con una linterna. El brillo de ésta había hecho imaginar al Sr.DimmesdalequeveíaalbuenpadreWilsonrodeadodeunhaloócoronaradiantecomoladelossantosvaronesdeotrostiempos,loqueledabaunaspectodegloriosabeatitudenmediodeestanochesombríadelpecado.Dimmesdalesesonrió,mejordicho,seechóáreir ante tales ideas sugeridaspor la luzde la linterna, y sepreguntó si sehabíavueltoloco.

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CuandoelReverendoSr.Wilsonpasójuntoaltablado,envolviéndosemuybienenlosplieguesdesumantogenovésconunamano,mientrassosteníaconlaotralalinterna,elSr.Dimmesdaleapenaspudoreprimireldeseodehablar.

—Buenasnoches,venerablepadreWilson;osruegoquesubáisyquepaséisunratoenmicompañía.

¡Cielos! ¿Había hablado realmente el Sr. Dimmesdale? Así lo creyó él mismo uninstante; pero esas palabras fueron pronunciadas sólo en su imaginación. El venerablepadre Wilson continuó lentamente su camino, teniendo el mayor cuidado en evitarmancharseconellododelacalle,ysinvolversiquieralacabezahaciaelfatídicotablado.Cuando la luz de su linterna se hubo desvanecido á lo lejos por completo, el jovenministrosediócuenta,por laespeciededesmayoque lesobrecogió,deque losúltimosmomentos habían sido para él una crisis de terrible ansiedad, aunque su espíritu habíahechounesfuerzo involuntarioparasalirdeellacon laespeciedeapóstrofesemijocosodirigidoalSr.Wilson.

Pocodespués se deslizónuevamente enDimmesdale el sentimientode lo grotesco enmediodelassolemnesvisionesqueseforjabasucerebro.Creyóquelaspiernasseleibanponiendorígidasconelfríodelanoche,yempezóáimaginarsequenopodríadescenderlos escalonesdel tablado.Lamañana se acercabaentretantoy allí se encontraría él: losvecinosempezaríaná levantarse.Elmásmadrugador, saliendoen lasemiobscuridaddelcrepúsculo,percibiríaunavagafiguradepieenellugarconsagradoáexpiarloscrímenesydelitos;ycasifueradejuicio,movidodesustoydecuriosidad,iríallamandodepuertaen puerta á todo el pueblo para que viniese á contemplar el espectro,—pues así se lofiguraría,—dealgúndifuntocriminal.Enesto,laluzdelamañanairíacreciendocadavezenintensidad:losancianospatriarcasdelapoblaciónseiríanlevantandoapresuradamente,cadaunoenvueltoensubatadefranela,ylasrespetablesmatronassindetenerseácambiarsu traje de dormir. Toda la congregación de personas decentes y decorosas, que jamáshastaentoncessehabíandejadoverconunsolocabellodespeinado,sepresentaríanahoracon la cabellera y el vestido en el mayor desorden. El viejo Gobernador Bellinghamsaldríaconseverorostrollevandosuscuellosdelechuguillaalrevés;ylaSeñoraHibbins,suhermana,vendríaconalgunosramitosdelaselvaprendidosásutraje,yconrostromásavinagradoquenunca, comoque apenas había podidodormir unminuto después de supaseonocturno;yelbuenpadreWilsonsepresentaríatambién,despuésdehaberpasadolamitadde la noche junto á la cabecera deunmoribundo, sin que le hubiera agradadomuchoqueleturbaranelsueño tan temprano.Vendrían igualmente losdignatariosde laiglesiadelSr.Dimmesdaleylasjóvenesvírgenesqueidolatrabanásupastorespiritualylehabíanerigidounaltarensuspuroscorazones.Todosllegaríanapresuradamente,dandotumbosytropiezos,ydirigiendoconespantoyhorrorlasmiradashaciaeltabladofatídico.¿Yáquiénpercibiríanallíálaluzrojizadelaaurora?¡Áquién,sinoalReverendoArturoDimmesdale,medioheladodefrío,abrumadodevergüenza,ydepiedondehabíaestadoEsterPrynne!

Movidoporelgrotescohorrordeestecuadro,elministro,olvidándosedesuinquietudyalarmainfinitas,prorrumpióenunacarcajada,quefuérespondidainmediatamenteporunarisaligera,aérea,infantil,enlaqueconunestremecimientodelcorazón—quenosabíasieradeintensodolor,ódeplacerextremo,—reconocióelacentodelapequeñaPerla.

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—¡Perla! ¡Perlita!—exclamódespuésdeunmomentodepausa;y luego,convozmásbaja,agregó:—Ester,EsterPrynne,¿estáisahí?

—Sí; es Ester Prynne,—replicó ella con acento de sorpresa;—y el ministro oyó suspisadasqueseibanacercando.—SoyyoymipequeñaPerla.

—¿Dedóndevenís,Ester?—preguntóelministro.¿Quéoshatraídoaquí?

—Heestadovelandoáunmoribundo,—respondióEster,—heestado juntoal lechodemuertedelGobernadorWinthrop,hetomadolasmedidasparasutraje,yahoramedirijoámihabitación.

—Subeaquí,Ester;ventuconPerlita,dijoelReverendoSr.Dimmesdale.Ambashabéisestadoaquíantesdeahora,peroyonomehallabaávuestrolado.Subidaquíunavezmás,ylostresestaremosjuntos.

Estersubióensilenciolosescalones,ypermaneciódepieeneltablado,asiendoáPerlade lamano.Elministro tomóentre las suyas la otramanode la niña.Nobien lo hizo,parece como si una nueva vida hubiera penetrado en su sér, invadiendo su corazón ámaneradeun torrenteyesparciéndosepor susvenas.Sediríaquemadreéhijaestabancomunicando su calor vital á la naturalezamedio congelada del joven eclesiástico. Lostresformabanunacadenaeléctrica.

—¡Ministro!—susurrólapequeñaPerla.

—¿Quédeseasdecir,niña?—lepreguntóelSr.Dimmesdale.

—¿Quieresestaraquímañanaalmediodíaconmimadreyconmigo?—preguntóPerla.

—No;noasí,Perlitamía,—respondióelministro;porqueconlanuevaenergíaadquiridaenaquel instante, se apoderódeél todoel antiguo temorde revelaciónpúblicaqueportantotiempofuélaagoníadesuvida,yyaestabatemblando,aunqueconunamezcladeextrañaalegría,al fijarseenlasituaciónenqueseencontrabaenlaactualidad.—No,noasí,niñamía,continuó.Estarédepiecontigoycontumadreotrodía;sí,otrodía;peronomañana.

Perlaserióéintentódesasirlamanoqueleteníaasidaelministro,peroéstelamantuvofirme.

—Uninstantemás,niñamía,—dijo.

—Pero ¿quieres prometerme que mañana al mediodía nos tomarás de la mano á mimadreyámí?—lepreguntóPerla.

—No,nomañana,Perla,—dijoelministro,—perootrodía.

—¿Quédía?—persistiólaniña.

—EnelgrandíadelJuicioFinal,—murmuróeleclesiástico,queseviócomoobligadoáresponderdeestemodoálaniñaensucaráctersagradodeministrodelaltar.—Entonces,yallí ante el Juez Supremo, continuó, tendremos que comparecer tu madre, tú y yo, almismotiempo.Perolaluzdelsoldeestemundonohabrádevernosreunidos.

Perlaempezóáreirdenuevo.

PeroantesdequeelSr.Dimmesdalehubieraterminadodehablar,brillóunaluzentoda

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laextensióndelobscurohorizonte.Fuésindudaunodeesosmeteorosqueelobservadornocturnopuedeverámenudo,queseinflaman,brillanyseextinguenrápidamenteenlasregiones del espacio. Tan intenso fué su esplendor, que iluminó por completo la densamasadenubesentreelfirmamentoylatierra.Labóvedacelesteresplandeciódetalmodo,que dejó ver la calle como si estuviera alumbrada por la luz delmediodía, pero con laextrañezaque siemprecomunica á losobjetos familiaresunaclaridadnoacostumbrada.Lascasasdemadera,consuspisosquesobresalíanysuscuriososcaballetesrematadosenpunta;lasescalerasdelaspuertasylosquiciosconlasprimerashierbasdelaprimaveraqueempezabanábrotarenlascercanías;losbancosdetierradelosjardinesqueparecíannegros con la tierra removida recientemente;—todo se volvió visible, pero con unasingularidadde aspectoqueparecíadarle á losobjetosuna significacióndiferentede laqueantes tenían.Yallí estabaelministrocon lamanopuesta sobreel corazón;yEsterPrynne,conlaletrabordadabrillandoensuseno;ylapequeñaPerlaqueeraensímismaunsímboloyel lazodeuniónentreaquellosdos seres.Allí estabandepieal fulgordeaquella extraña y solemne luz, como si ésta fuera la que había de revelar todos lossecretos, y fuera también la alborada que había de reunir todos los quemutuamente sepertenecían.

EnlosojosdePerlahabíaciertaexpresiónmisteriosa,yensurostro,cuandoloalzóparamiraralministro,aquellasonrisamaliciosaquelahacíacompararáuntrasgo.RetirósumanodeladelSr.Dimmesdale,yseñalóalotroladodelacalle.Peroélcruzólasmanossobreelpechoylevantólasmiradashaciaelcielo.

Nada era tan común en aquellos tiempos como interpretar todas las aparicionesmeteóricas,ytodoslosotrosfenómenosnaturales,queocurrenconmenosregularidadquela salida y la puesta del sol y de la luna, como otras tantas revelaciones de origensobrenatural.Asíesqueuna lanzabrillante,unaespadade llamas,unarco,óunhazdeflechas,pronosticabanunaguerraconlosindios.Erasabidoqueunalluviadeluzcarmesíindicabauna epidemia.Dudamosmuchoquehaya acontecido algonotable en laNuevaInglaterra,desde losprimerosdíasdesucolonizaciónhastael tiempode laguerrade laIndependencia, de que los habitantes no hubieran tenido un previo aviso merced á unespectáculodeestanaturaleza.Áveceshabíasidovistoporlamultitud;peroconmuchamayor frecuencia, todo reposaba en elmero dicho de un solitario espectador que habíacontempladoelmaravillosofenómenoaltravésdeltrastornadorvidriodeaumentodesuimaginación,dándolemástardeunaformamásprecisa.Erasindudaunaideagrandiosapensarqueeldestinodelasnacionesdebíarevelarseenestossorprendentesgeroglíficosen la bóveda celeste. Entre nuestros antepasados era una creencia muy extendida,indicandoquesunacientecomunidadestababajolacustodiaespecialdelcielo.Pero¿quédiremos cuando un individuo descubre una revelación en ese mismo libro misteriosodirigida á él solamente? En ese caso, sería únicamente el síntoma de una alteraciónprofundadel espíritu, siunhombre, enconsecuenciadeundolorprolongado, intensoysecreto, y de la costumbremórbida de estarse estudiando constantemente, ha llegado áasociarsupersonalidadálanaturalezaentera,hastaelextremodequeelfirmamentonovengaásersinounapáginaadecuadaparalahistoriadelfuturodestinodesualma.

Por lo tanto,áestaenfermedaddesuespírituatribuímos la ideadequeelministro,aldirigirsusmiradashaciaelcielo,creyesecontemplarenéllafiguradeunainmensaletra,—la letra A,—dibujada con contornos de luz de un rojo obscuro. En aquel lugar, y

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ardiendoopacamente,solosehabíadejadoverunmeteoroaltravésdeunvelodenubes;pero no con la forma que su culpable imaginación le prestaba, ó á lo menos, de unamanera tanpocodefinida, queotra concienciadelincuentepodríahabervisto en él otrosímbolodistinto.

Había una circunstancia especial que caracterizaba el estado psicológico del Sr.Dimmesdaleenaquelmomento.Todoeltiempoqueestuvomirandoalzenit,teníalaplenaconciencia de que Perla estaba apuntando con el dedo en dirección del viejo RogerioChillingworth,quesehallabaenpienomuydistantedeltablado.Elministroparecíaverleconlamismamiradaconquediscerníalaletramilagrosa.Asícomoálosdemásobjetos,la luz meteórica comunicaba una nueva expresión á las facciones del médico; ó bienpudierasucederqueéstenosecuidabaenestaocasión,comosiemprelohacía,deocultarla malevolencia con que miraba á su víctima. Ciertamente, si el meteoro iluminó elespacioéhizovisiblelatierraconunfulgorsolemnequeobligóárecordaralclérigoyáEstereldíadelJuicioFinal,enesecasoRogerioChillingworthdebióparecerleselgranenemigo del género humano, que se presentaba allí con una sonrisa amenazadorareclamando lo que le pertenecía. Tan viva fué aquella expresión, ó tan intensa lapercepción que de ella tuvo el ministro, que le pareció que permanecía visible en laobscuridad, aun después de desvanecida la luz delmeteoro, como si la calle y todo lodemáshubieradesaparecidoporcompleto.

—¿Quiénesesehombre,Ester?—preguntóDimmesdaleconvoz trémula,sobrecogidodeterror.—Meestremezcoalverlo.¿Conocesáesehombre?Leodio,Ester.

Ellarecordósujuramentoypermanecióensilencio.

—Terepitoquemialmaseestremeceensupresencia,—murmuróelministrodenuevo.—¿Quiénes?¿Quiénes?¿Nopuedeshacernadapormí?Esehombremeinspiraunhorrorindecible.

—Ministro,dijoPerlita,yopuedodecirtequiénes.

—Pronto,niña,pronto,—dijoelministroinclinandoeloídojuntoáloslabiosdePerla.—Pronto,ytanbajocomoteseaposible.

Perlamurmuróalgoásuoídoqueresonabaámanerade lenguajehumano,cuandonoera en realidad sino la jerigonza ininteligible y sin sentido algunoqueusan á veces losniños para divertirse cuando están juntos. De todos modos, no le comunicó ningunanoticia secreta acerca del viejo facultativo. Era un idioma desconocido para el eruditoclérigo, que sólo sirvió para aumentar la confusión de su espíritu. La niña entoncesprorrumpióenunacarcajada.

—¿Teburlasdemíahora?—dijoelministro.

—No has sido valiente, no has sido sincero,—respondió la niña,—no quisisteprometermequenostomaríasdelamanoámíyámimadremañanaalmediodía.

—¡Dignoseñor!—exclamóelmédicoquesehabíaadelantadohastaelpiedeltablado,—piadosoSr.Dimmesdale,¿sóis realmentevos?Sí, sí, seguramentequesí. ¡Vaya! ¡Vaya!Nosotros, hombres de estudio, que tenemos la cabeza metida en nuestros libros,necesitamos que se nos vigile. Soñamos despiertos, y nos paseamos durmiendo.Venid,buenseñoryamigoquerido;dejadmequeosconduzcaávuestracasa.

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—¿Cómosupistequeyoestabaaquí?—preguntóDimmesdalecontemor.

—Enrealidaddeverdad,respondióelmédico,nosabíanadadeesto.GranpartedelanochelahepasadoálacabeceradeldignoGobernadorWinthrophaciendoensubeneficioloquemipocahabilidadmepermitía.Áunmundomejorhapartido,yyomedirigíaámimorada,cuandobrillóesa luzextraordinaria.Osruegoquevengáis, reverendoseñor;deotromodonooshallaréisenestadodecumplirvuestrosdeberesmañanadomingo.¡Ah!¡Ved cómo los libros perturban el cerebro! ¡Estos libros, estos libros! Debéis estudiarmenos,buenseñor,yprocurarosalgúnrecreo,sinoqueréisqueestascosasserepitan.

—Iré con vos á mi casa,—dijo el Sr. Dimmesdale. Completamente abatido, con unasensacióndefrío,comoelquedespiertadeunapesadilla,acompañóalmédico,ypartieronjuntos.

Eldíasiguiente,domingo,predicósinembargounsermónqueseconsideróelmejor,elmásvigorosoymásllenodeuncióncelestequehastaentonceshubieranpronunciadosuslabios.Sedijoquemásdeunalmasesintióregeneradaconlaeficaciadeaqueldiscurso,yquefueronmuchoslosquejuraroneternagratitudalSr.Dimmesdaleporelbienqueleshabíahecho.Pero,cuandobajódelpúlpito, ledetuvoelancianosacristánpresentándoleunguantenegroqueelministroreconocióporsuyo.

—Seencontró estamañana,—dijo el sacristán,—enel tabladoenque se exponeá losmalhechoresálavergüenzapública.Satanáslodejócaerallídeseandosindudajugarunamalapasada á suReverencia.Perohaprocedido con elmismodesacierto y ligerezadesiempre.Unamanolimpiaypuranonecesitaguantequelacubra.

—Gracias,buenamigo,—dijoelministrocongravedad,peromuysobresaltado,puestanconfusos eran sus recuerdos,quecasi creíaque los acontecimientosde la nochepasadaeransolounsueño.—Sí,agregó,parecequeesmiguante.

—Y puesto que Satanás ha creído conveniente robároslo, en adelante VuestraReverenciadebe trataráeseenemigosinmiramientosdeningunaclase.Duroconél;—dijoelancianosacristánconhorriblesonrisa.Pero,¿haoídoVuestraReverenciahablardelportentoquesevióanoche?Sedicequeaparecióenelcielounagranletraroja,laletraA,que hemos interpretado significa Ángel. Y como nuestro buen Gobernador Winthropfalleció tambiénanoche,y fuéconvertidoenángel,de seguroque secreyóconvenientepublicarlanoticiadealgúnmodo.

—No;nadaheoídoacercadeeseparticular,—contestóelministro.

XIII

OTROMODODEJUZGARÁESTER

ENsuúltimaysingularentrevistaconelSr.Dimmesdale,sequedóEstercompletamentesorprendidaalverelestadoáquesehallabareducidoelministro.Susnerviosparecíandel

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todo arruinados: su fuerza moral era la de un niño: andaba arrastrando los pasos, auncuando sus facultades intelectuales conservaban su prístina fuerza, ó habían adquiridoacaso una mórbida energía, que solamente pudo haberles comunicado la enfermedad.Conociendoella toda lacadenadecircunstanciasqueeranunprofundosecretopara losotros, podía inferir que, ademásde la acción legítimade supropia conciencia, sehabíaempleado, y se empleaba todavía contra el reposo y bienestar del Sr.Dimmesdale, unamaquinariaterribleymisteriosa.Conociendotambiénloquehabíasidoenotrostiemposeste pobre hombre, ahora caído, su alma se llenó de compasión al recordar el hondosentimientode terrorconque lepidióáella,—lamujerdespreciada,—que loprotegiesecontraunenemigoqueinstintivamentehabíadescubierto;ydecidióqueelministroteníaelderechodeesperardesupartetodoelauxilioposible.Pocoacostumbrada,ensulargoaislamientoyestadodesegregacióndelasociedad,ámedirsusideasdelojustoódeloinjusto según el rasero común, Ester vió, ó creyó ver, que había en ella unaresponsabilidadrespectoáDimmesdale,superiorálaqueteníaparaconelmundoentero.Loslazosqueáesteúltimolaligaron,cualquieraquehubiesesidosunaturaleza,estabantodos destruídos. Por el contrario, respecto alministro existía el férreo lazo del crimenmutuo,queniélniellapodíanromper,yque,comotodoslosotroslazos,traíaaparejadasconsigoobligacionesineludibles.

Esternoocupabayaprecisamentelamismaposiciónqueenlosprimerostiemposdesuignominia.Losañossehabíanidosucediendo,yPerlacontabayasietedeedad.Sumadre,conlaletraescarlataenelpecho,brillandoconsufantásticobordado,eraahoraunafiguramuyconocidaenlapoblación;ycomonosemezclabaenlosasuntospúblicosóprivadosde nadie, en nada ni para nada, se había ido formando una especie de consideracióngeneralhaciaEster.Enhonradelanaturalezahumanapuededecirseque,exceptocuandointervieneel egoísmo,estámásdispuestaáamarqueáodiar.Elodio,pormediodeunprocedimiento silencioso y gradual, se puede transformar hasta en amor, siempre que áello no se opongan nuevas causas que mantengan vivo el sentimiento primero dehostilidad.En el casodeEsterPrynne, nohabía ocurridonadaque lo agravase, porquejamásellasedeclaróencontradelpúblico,sinoquesesometió,sinquejarse,átodoloqueéstequisohacer,sindemandarnadaenrecompensadesussufrimientos.Hayqueagregarlapurezainmaculadadesuvidadurantetodosestosañosenquesehabíavistosegregadadeltratosocialydeclaradainfame,yesacircunstanciainfluyómuchoenfavorsuyo.Noteniendoahoranadaqueperderparaconelmundo,ysinesperanzas,yacasotampocosindeseosdeganaralgunacosa,suvueltaálasendaausteradeldebersólopodríaatribuirseáunverdaderoamordelavirtud.

SehabíanotadoigualmentequesibienEsterjamásreclamólamásmínimaparticipaciónen losbienesybeneficiosdelmundo,excepto respirarelairecomúná todosyganarelsustentoparaPerlitayparaellamismaconlalabordesusmanos,—sinembargo,siempresehallabadispuestaáservirásussemejantes,cuandolaocasiónsepresentaba.Nohabíanadiequecontantaprontitudybuenavoluntadcompartierasusescasasprovisionesconelpobre,auncuandoéste,enrecompensadelosalimentosllevadoscontodaregularidadásupuerta,ódelosvestidostrabajadosporaquellosdedosquehabríanpodidobordarelmantode un monarca, le pagase con un sarcasmo ó una palabra ofensiva. En tiempos decalamidadgeneral,deepidemia,ódeescasez,nadiehabíatanllenadeabnegacióncomoEster:enloshogaresinvadidosporladesgracia,allíentrabaella,nocomohuéspedintruso

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é inoportuno, sino como quien tiene pleno derecho á hacerlo; cual si las sombras queesparceeldolorfueranelmediomásadecuadoparapodertratarconsussemejantes.Allíbrillabalaletraescarlataámaneradeluzquederramaconsueloybienestar:símbolodelpecado en todas partes, en la cabecera del enfermo era emblema de caridad yconmiseración.Encasostales,lanaturalezadeEstersemostrabacontodoelcalorqueleera innato, y con aquella ternura y suavidad que nunca dejaban de producir el efectodeseadoenlosafligidosqueáellaacudían.Suseno,conelsignodeignominiaqueenéllucía, puede decirse que era el regazo donde podía reposar en calma la cabeza delinfortunado. Era una hermana de la caridad, ordenada por sí misma, ó mejor dicho,ordenadapor la rudamanodelmundo, cuandoni éste, ni ella, podíanprever semejanteresultado. La letra escarlata fué el símbolo de su vocación. Ester se volvió tan útil,desplegótalfacultaddehacerelbienydeidentificarseconlosdoloresajenos,quemuchaspersonassenegaronádarálaAescarlatasusignificadoprimitivode“Adúltera,”ydecíanque en realidad significaba—“Abnegación.” ¡Tales eran las virtudes manifestadas porEsterPrynne!

Sólo las moradas en que el infortunio había arrojado un velo sombrío, eran las quepodían retenerla; desde el instante en que comenzaban á iluminarlas los rayos de lafelicidad,Esterdesaparecía.Elhuéspedcaritativoyservicial sealejaba, sindarsiquieraunamiradadedespedidaenquerecogereltributodegratitudqueleeradebido,siesqueexistía alguna en los corazones de aquellos á quienes había servido con tanto celo. Alencontrarlosenlacalle, jamáslevantabalacabezapararecibirsusaludo;ysialgunosedirigíaáellaresueltamente,entoncesindicabaensilenciolaletraescarlataconundedo,ycontinuaba su camino. Esto podría atribuirse á orgullo, pero se asemejaba tanto á lahumildad,queproducíaenelespíritudelpúblicotodoelefectoconciliadordeestavirtud.Eltemperamentodelpúblicoesenlogeneraldespótico,ycapazdedenegarlajusticiamásevidente, cuando se demanda con demasiada exigencia comode derecho; pero concedefrecuentemente más de lo que se pide, si, como sucede con los déspotas, se apelaenteramenteásugenerosidad.InterpretandolaconductadeEstercomounaapelacióndeestanaturaleza, la sociedadsehallaba inclinadaá tratará suantiguavíctimaconmayorbenignidaddelaqueellamismadeseabaótalvezmerecía.

Losgobernantesdeaquellacomunidadtardaronmástiempoqueelpuebloenreconocerla influencia de las buenas cualidades de Ester. Las preocupaciones que compartían encomúnconaquel,adquiríanenellosmayor fuerzamercedáunaseriede razonamientosquedificultabaenextremolatareadedesentendersededichasprevenciones.Sinembargo,díatrasdía,susrostrosavinagradosyrígidossefuerondesarrugandoyadquiriendoalgoque,coneltranscursodelostiempos,sepodríatomarporunaexpresióndebenevolencia.Asíacontecíatambiénconloshombresdealtocopete,queseconsiderabanlosguardianesde lamoralidadpública.Los individuosprivadoshabíanperdonadoyacompletamenteáEsterPrynnesufragilidad;aúnmás,habíanempezadoáconsiderar la letraescarlata,nocomo el signo que denunciaba una falta, tan larga y duramente expiada, sino como elsímbolode susmuchasybuenas acciones. “¿Véis esamujer con la divisabordada?”—decíanálosextraños.“EsnuestraEster,laEsterdenuestrapoblación,tancompasivaconlospobres, tanservicialcon losenfermos, tanconsoladorapara losafligidos.”Ciertoesqueentonces lapropensiónde lanaturalezahumanaáreferir lomalocuandose tratadeotro,lesimpelíatambiénácontarenvozbajaelescándalodeotrostiempos.Yápesarde

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todo,eraunhechorealqueá losojosde lasmismaspersonasqueasíhablaban, la letraescarlataproducíaunefectoparecidoaldelacruzenelpechodeunamonja,comunicandoálaquelallevabaunaespeciedesantidad,quelepermitíaatravesarcontodaseguridadpor en medio de cualquier clase de peligro. Si hubiera caído entre ladrones, la habríaprotegido.Sedecía,ymuchoslocreían,queunindiodisparóunavezunaflechacontralaletra,yque,altocarla,cayólaflechaalsuelohechapedazos,sinhaberlecausadoelmenordañoálaletra.

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Elefectodeladivisa,ómejordicho,delaposiciónqueéstaindicabaconrespectoálasociedad, fuépoderosoypeculiar en el ánimodeEster.Toda lagraciay ligerezade suespíritu habían desaparecido á influjos de esta funesta letra, dejando solamente algoostensiblemente rudo y tosco, que habría podido hasta ser repulsivo para sus amigas ócompañeras,áhaberlastenido.Losatractivosfísicosdesupersonahabíanexperimentadouncambioigual;quizádebidoenparteálaseriedaddesutraje,yenparteálasequedaddesusmaneras.Tambiénfuéunatristetransformaciónlaqueexperimentósuhermosayespléndidacabelleraque,óhabíasidocortada,óestabatancompletamenteocultabajosugorra,quenisiquierasealcanzabaáverunosolodesusrizos.Enconsecuenciadetodasestascausas,peroaunmuchomásdebidoáalgodesconocido,parecíaquenohabíayaenelrostrodeEsternadaquepudieraatraerlasmiradasdelamor;nadaenlafiguradeEster,aunquemajestuosa y semejante á una estatua, que despertara en la pasión el anhelo deestrecharla entre sus brazos; nada en el corazón de Ester que pudiera responder á loslatidosamorososdeotrocorazón.Algohabíadesaparecidoenella, algocompletamentefemenino,comoacontececonfrecuenciacuandolamujerhapasadoporpruebasdeunaseveridadpeculiar:porquesiellaestodaternura,estolecostarálavida;ysisobreviviereáestaspruebas,entoncesesaternuraótienequeextinguirseporcompleto,óreconcentrarsetanhondamenteenelcorazón,quejamássepodrámostrardenuevo.Talvezestoúltimosealomásexacto.Laqueunavezfuéunaverdaderamujer,yhacesadodeserlo,puedeácada instante recobrar sus atributos femeninos, si solamente viene el toquemágico queefectúelatransfiguración.YaveremossiEsterPrynnerecibiómástardeesetoquemágicoyquedótransfigurada.

MuchapartedelafrialdadmarmóreadequeparecíaestardotadaEster,debeatribuirseála circunstancia de que se había operado un gran cambio en su vida, reinando ahora elpensamientodondeantesreinabanlapasiónylossentimientos.Estandosolaenelmundo,solaencuantoádependerdelasociedad,yconlapequeñaPerlaáquienguiaryproteger,—solaysinesperanzasdemejorarsuposición,aunquenohubieradesdeñadosemejanteidea,—arrojólejosdesílosfragmentosdeunacadenahechapedazos.Laleyuniversalnoera la ley de su espíritu. Vivía además en una época en que la inteligencia humana,recientementeemancipada,habíadesplegadomayoractividadyentradoenunaesferamásvasta de acción que lo que había hecho durantemuchos siglos.Nobles y tronoshabíansido derrocados por los hombres de la espada; y antiguas preocupaciones habían sidodestruídasporhombresaunmásatrevidosqueaquellos.Estersehabíapenetradodeesteespíritupuramentemoderno,adoptandounalibertaddeespeculación,comúnentoncesalotro ladodelAtlántico,peroque,áhaber tenidonoticiadeellonuestrosantepasados, lohabríanjuzgadounpecadomásmortalqueelqueestigmatizaronconlaletraescarlata.Ensucabañasolitaria,áorillasdelmar,lavisitabanideasypensamientostales,comonoeraposible que se atrevieran á penetrar en otra morada de la Nueva Inglaterra: huéspedesinvisibles,quehabríansido tanpeligrosospara losque lesdabanentradaensuespíritu,comosiseleshubieravistoentratofamiliarconelenemigodelgénerohumano.

Esdignodenotarsequelaspersonasqueseentreganálasmásatrevidasespeculacionesmentales,sonconfrecuenciatambiénlasquemástranquilamenteseconformanálasleyesexternasdelasociedad.Elpensamientolesbasta,sinquetratendeconvertirloenacción.Así parece que pasaba con Ester. Sin embargo, si no hubiera tenido á Perla, las cosashabríansidomuydiferentes.EntoncestalvezsunombrebrillaríahoyenlaHistoriacomo

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la fundadoradeuna secta religiosaápardeAnaHutchinson:[17]quizáshabría sidounaespecie de profetisa; pero probablemente los severos tribunales de la época la habríancondenadoámuertepor intentardestruir los fundamentos enquedescansaba la coloniapuritana.Peroenlaeducacióndesuhija,laosadíadesuspensamientoshabíaabatidoengranpartesuentusiastavuelo.Enlapersonadesuniñita,laProvidencialehabíaasignadoáEsterlatareadehacerquegerminaranyflorecieran,enmediodegrandesdificultades,losmásdignosatributosdelamujer.Todoestabaencontradelamadre:elmundoleerahostil;lanaturalezamismadelaniñateníaalgoperversoensuesencia,quehacíarecordarcontinuamentequeensunacimientohabíapresididolaculpa,—elresultadodelapasióndesordenada de lamadre,—y repetidas veces se preguntaba Ester con amargura si estacriaturitahabíavenidoalmundoparabienóparamal.

Verdadesquelamismapreguntasehacíarespectoalgénerohumanoengeneral.¿Valíalapenaaceptar laexistencia,auná losmás felicesentre losmortales?Por loqueáellamismatocaba, tiempohacíaque lahabíacontestadopor lanegativa,dandoelpuntoporcompletamenteterminado.Latendenciaá laespeculación,aunquepuedeverter lacalmaenelespíritudelamujer,comosucedeconelhombre,lavuelvesinembargotriste,puesacaso vé ante sí una tarea irrealizable. Primeramente, todo el edificio social tiene quederribarse, y reconstruirse todo de nuevo; luego, la naturaleza del hombre tiene quemodificarse esencialmente antesdepermitírsele á lamujer queocupe loqueparece seruna posición justa y adecuada; y, finalmente, aun después de allanadas todas las otrasdificultades, lamujer no podrá aprovecharse de todas estas reformas preliminares hastaqueellamismahayaexperimentadouncambioradical,enelcual,quizá,laesenciaetérea,queconstituyeelalmaverdaderamentefemenina,sehabríaevaporadoporcompleto.Unamujernuncaresuelveestosproblemasconelmerousodelpensamiento:sonirresolubles,ósolamentepuedenresolversedeunamanera.Siporcasualidadpreponderaelcorazón,losproblemassedesvanecen.Ester,cuyocorazón,pordecirloasí,habíaperdidosuritmoregulary saludable,vagabaerrante, sin luzque laguiase, enel sombrío laberintode suespíritu;yávecesseapoderabadeellaladudaterribledesinoseríamejorenviarcuantoantes á Perla al cielo, y presentarse ella también á aceptar el destino á que la EternaJusticia la creyese acreedora. La letra escarlata no había llenado el objeto á que se ladestinó.

Ahora,sinembargo,suentrevistaconelReverendoSr.Dimmesdaleenlanochedelavigilia de éste, la había proporcionado nueva materia de reflexiones, presentándole enperspectiva un objeto digno de toda clase de esfuerzos y sacrificios para conseguirlo.Habíapresenciadoelsupliciointensobajoelcualluchabaelministro,ó,parahablarconmáspropiedad,habíacesadodeluchar.Vióqueseencontrabaalbordedelalocura,siesqueyasu razónnosehabíahundido.Era imposibledudarque,pormuchaque fuese laeficacia dolorosa de un punzante y secreto remordimiento, un veneno mucho másmortífero le había sido administrado por lamismamano que pretendía curarle.Bajo lacapadeamigoyfavorecedormédico,habíaconstantementeásuladounsecretoenemigoqueseaprovechabadelasoportunidadesqueasíselepresentasenparatocar,conmalvadaintención,todoslosresortesdelanaturalezadelicadadelSr.Dimmesdale.Esternopodíamenosdepreguntarsesinofuédesdeelprincipiouna faltadevalor,desinceridadydelealtad de parte suya, permitir que elministro se encontrara en una situación de la quenadabueno,ysímuchomalo,podríaesperarse.Suúnicajustificacióneralaimposibilidad

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enquehabíaestadodehallarotromediodelibrarledeunaruinaaunmásterribledelaqueáellalehabíacaídoensuerte.LoúnicoposiblefuéaccederalplandeldisfrazdeRogerioChillingworth.Movidadeestaidea,sedecidió,entonces,comoahoralocomprendía,porel partido peor que pudiera haber adoptado.Determinó, por lo tanto, remediar su errorhastadonde le fueraposible.Fortalecidaporañosde rudaspruebas,yano se sentía tanincapacitadaparalucharconRogeriocomolanocheaquellaenque,abatidaporelpecado,ymediolocaporlaignominiaáqueacababadeserexpuesta,tuvoconéllaentrevistaenel cuarto de la prisión.Desde entonces, su espíritu se había ido remontando ámayoresalturas;mientrasqueelancianomédicohabíaidodescendiendoalniveldeEster,óquizásmuypordebajodeella,mercedálaideadevenganzadequesehallabaposeído.

Enunapalabra,Esterresolviótenerunanuevaentrevistaconsuantiguomarido,yhacercuanto estuviera en su poder para salvar á la víctima de que evidentemente se habíaapoderado. La ocasión no tardó en presentarse.Una tarde, paseándose con Perla en unsitioretiradoenlascercaníasdesucabaña,vióalviejomédicoconuncestoenunamano,y un bastón en la otra, buscando hierbas y raíces para confeccionar sus remedios ymedicinas.

XIV

ESTERYELMÉDICO

ESTERledijoáPerlaquecorreteaseporlariberadelmaryjugaraconlasconchasylasalgasmarinas,mientrasellahablabaunratoconelhombrequeestabarecogiendohierbasá cierta distancia; por consiguiente, la niña partió como un pájaro, y descalzándose lospiececitosempezóárecorrer laorillahúmedadelmar.Aquíyallásedetenía juntoáuncharcodeaguadejadoporlamarea,yseponíaámirarseenélcomosifueraunespejo.Reflejábaseenelcharcolaimagendelaniñitaconbrillantesynegrosrizosylasonrisadeunduendecillo,álaquePerla,noteniendootracompañeraconquienjugar,invitabaáquelatomaradelamanoydieseunacarreraconella.Laimagenrepetíalamismaseñalcomodiciendo:—“Este es un lugarmejor: ven aquí;”—yPerla, entrando en el agua hasta lasrodillas, contemplaba sus piececitos blancos en el fondo mientras, aun másprofundamente,veíaunavagasonrisaflotarenelaguaagitada.

Entretantolamadresehabíaacercadoalmédico.

—Quisierahablarteunapalabra,—dijoEster,—unapalabraqueáambosnosinteresa.

—¡Hola! ¿Es la Sra. Ester la que desea hablar una palabra con el viejo RogerioChillingworth?—respondió el médico, irguiéndose lentamente.—Con todo mi corazón,continuó;vamos,señora,oigosolamentebuenasnoticiasvuestrasen todaspartes.Sin irmás lejos, ayer por la tarde, un magistrado, hombre sabio y temeroso de Dios, estabadiscurriendoconmigoacercadevuestrosasuntos,Sra.Ester,ymedijoquesehabíaestadodiscutiendo en el Consejo si se podría quitar de vuestro pecho, sin que padeciera la

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comunidad, esa letra escarlata que ostentáis. Os juro por mi vida, Ester, que roguéencarecidamentealdignomagistradoquesehicieraesosinpérdidadetiempo.

—No depende de la voluntad de los magistrados quitarme esta insignia,—respondiótranquilamenteEster.—Siyofueredignadevermelibredeella,yasehabríacaídoporsímisma,ósehabríatransformadoenalgodeunasignificaciónmuydiferente.

—Llevadla,pues,siasíosplace,—replicóelmédico.—Unamujerdebeseguirsupropiocaprichoenloqueconciernealadornodesupersona.Laletraestábellamentebordada,ylucemuybienenvuestropecho.

Mientrasasíhablaban,Esterhabíaestadoobservandofijamentealancianomédico,ysequedósorprendidaálavezqueespantada,alnotarelcambioqueenélsehabíaoperadoenlosúltimossieteaños;noporquehubieraenvejecido,puesaunqueeranvisibleslashuellasdelaedad,parecíareteneraunsuvigoryantiguavivezadeespíritu;peroaquelaspectodehombreintelectualyestudioso,tranquiloyapacible,queeraloqueellamejorrecordaba,habíadesaparecidopor completo, reemplazándoleunaexpresiónansiosa, escudriñadora,casi feroz, aunque reservada. Parecía que su deseo y su propósito eran ocultar esaexpresión bajo una sonrisa, pero ésta le vendía, pues vagaba tan irrisoriamente por surostro,queelespectadorpodía,mercedáella,discernirmejorlanegruradesualma.Devezencuandobrillabansusojosconsiniestrofulgor,comosielalmadelancianofuerapresadeunincendio,quesemanifestarasolodetardeentardeporunarápidaexplosióndecólera y momentánea llamarada. Esto lo reprimía el médico tan pronto como le eraposible,ytratabaentoncesdeparecertantranquilocomosinadahubierasucedido.

Enunapalabra,elviejomédicoeraunejemplodelaextraordinariafacultadquetieneelhombredetransformarseenundemonio,siquiereporciertotiempodesempeñareloficiodeéste.Transformacióntalsehabíaoperadoenelmédico,porhabersededicadodurantesieteañosalconstanteanálisisdeuncorazónllenodeagonía,hallandosuplacerenesatarea,yañadiendo,pordecirloasí,combustibleálashorriblestorturasqueanalizabayencuyoanálisishallabatanintensoplacer.

LaletraescarlataabrasabaelsenodeEsterPrynne.Aquíhabíaotraruinadequeellaeraenparteresponsable.

—¿Quévéisenmirostro,quecontempláiscontalgravedaddeexpresión?—preguntóelmédico.

—Algo que me haría llorar, si para ello hubiese en mí lágrimas bastante acerbas,—respondió Ester;—pero no hablemos de eso. De aquel infortunado hombre es de quienquisierahablar.

—Y¿quéhayconél?—preguntóelmédicoconansiedad,comosieltemafueramuydesuagrado,ysealegraradehallarunaoportunidaddediscutirloconlaúnicapersonaconquien pudiera hacerlo.—Para decir la verdad, mi Sra. Ester, precisamente mispensamientosestabanahoraocupadosenesecaballero:deconsiguiente,habladcontodalibertad,queosresponderé.

—Cuando nos hablamos la última vez, dijo Ester, de esto hace unos siete años, oscomplacísteisenarrancarmelapromesadequeguardaraelsecretoacercadelasrelacionesqueenotrotiempoexistieronentrenosotros.Comolavidayelbuennombredelministro

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estabanenvuestrasmanos,nomequedóotracosaquehacersinopermanecerensilenciodeacuerdoconvuestrodeseo.Sinembargo,nosingravespresentimientos,meobliguéáello;porquehallándomedesligadadetodaobligaciónparaconlosdemássereshumanos,noloestabaparaconél;yalgohabíaquememurmurabaenlosoídosquealempeñarmipalabradequeobedeceríavuestromandato,leestabahaciendotraición.Desdeentonces,nadiecomovossehalla tancercadeél: seguíscadaunodesuspasos;estáisá su lado,despiertoódormido;escudriñáissuspensamientos;mináisyulceráissucorazón;suvidaestáenvuestrasgarras;leestáismatandoconunamuertelenta,ytodavíanoosconoce,nosabequiénsois.Alpermitiryoesto,heprocedidoconfalsedadrespectoalúnicohombreconquienteníaeldeberdesersincera.

—¿Quéotrocaminoosquedaba?—preguntóelmédico.—Siyohubieraseñaladoáestehombreconeldedo,habríasidoarrojadodesupúlpitoáuncalabozo—ydeallítalvezalcadalso.

—Habríasidopreferible,—dijoEster.

—¡Quémal le he hecho á ese hombre?—preguntó de nuevo elmédico.—Te aseguro,Ester Prynne, que con los honorariosmás crecidos y valiosos que unmonarca pudierahaberpagadoáunfacultativo,nosehabríaconseguidotodoelesmeroylaatenciónqueheconsagrado á este infeliz eclesiástico.Áno ser pormí, su vida se habría extinguido enmediodetormentosyagoníasenlosdosprimerosañosquesiguieronálaperpetracióndesucrimenyeltuyo.Porquetúsabes,Ester,quesualmacarecedelafortalezadelatuyaparasobrellevar,comolohashecho,unpesosemejantealdetuletraescarlata.¡Oh!¡yopodría revelarunsecretodignodeserconocido!Perobasta sobreestepunto.Loque laciencia puede hacer, lo he hecho en su beneficio. Si aun respira y se arrastra en estemundo,ámísolamentelodebe.

—Máslevalierahabermuertodeunavez,—dijoEster.

—Sí,mujer,tienesrazón,—exclamóelviejoRogeriohaciendobrillarenlosojostodoelfuego infernal de su corazón;—más le valiera haber muerto de una vez. Jamás mortalalguno padeció lo que este hombre ha padecido….Y todo, todo, á la vista de su peorenemigo.Hatenidounavagasospechaacercademí:hasentidoquealgosecerníasiempresobreélámaneradeunamaldición;conocíainstintivamentequelamanoquesondeabasucorazónnoeramanoamiga,yquehabíaunojoqueleobservaba,buscandosolamentelainiquidad,ylahaencontrado.¡Peronosabíaqueesamanoyeseojofueranlosmíos!Conla superstición común á su clase, se imaginaba entregado á un demonio para que leatormentara con sueños espantosos, con pensamientos terribles, con el aguijón delremordimiento,yconlacreenciadequenoseráperdonado,todocomoanticipacióndeloque le espera más allá de la tumba. Pero era la sombra constante de mi presencia, laproximidaddelhombreáquienmásvilmentehabíaofendido,yquevivetansolomercedáeste veneno perpetuo del más intenso deseo de venganza. ¡Sí; sí por cierto! No seequivocaba,teníaunenemigoimplacablejuntoásí.Unmortal,dotadoenotrotiempodesentimientoshumanos,sehaconvertidoenundemonioparasutormentoespecial.

Elinfortunadomédico,alpronunciarestaspalabras,alzólosbrazosconunamiradadehorror,comosihubieravistoalgunaformaespantosa,quenopodíareconoceryestuvieseusurpandoellugardesupropiaimagenenunespejo.Eraunodeesosrarosmomentosen

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que el aspectomoral de un hombre se revela con toda fidelidad á los ojos de su alma.Probablementejamássehabíavistoásímismocomoseveíaahora.

—¿Nolohastorturadoyabastante?—lepreguntóEsternotandolaexpresióndelrostrodelanciano.—¿Notehapagadotodoconusura?

—¡No!¡no!Haaumentadosudeuda,—respondióelmédico,yámedidaqueproseguía,su rostro fué perdiendo la expresión de fiereza, volviéndosemás ymás sombrío.—¿Teacuerdas,Ester,cómoerayohacenueveaños?Aunentoncesmeencontrabaenelotoñode mis días, y no al principio del otoño. Pero toda mi vida había consistido en añostranquilosdeestudioseveroydemeditación,consagradosáaumentarmisconocimientos,y también, fielmente, al progreso del bienestar del género humano.Ninguna vida habíasido tanpacíficaé inocentecomolamía:pocas, tanricasenbeneficiosconferidos.¿Norecuerdasloqueyoera?Aunquefríoenlaapariencia,¿noerayounhombrequepensabaenelbiende losdemás,sinacordarsemuchodesímismo;bondadoso,sincero, justo,yconstanteensusafectos,sibienéstosnomuyardientes?¿Noerayotodoesto?

—Todoesto,ymás,—dijoEster.

—¿Yquésoyahora?—preguntóelanciano,mirándolafijamentealrostro,ydejandoquetodalaperversidaddesualmaseretrataseenlafisonomía.—¿Quésoyyoahora?Yatehedicholoquesoy:unenemigoimplacable:undemonioenformahumana.¿Quiénmehahechoasí?

—Yohesido,—exclamóEsterestremeciéndose.—Yohesido,tantoómásqueél.¿Porquénotehasvengadoenmí?

—Te he dejado entregada á la letra escarlata,—replicó Rogerio.—Si eso no me havengado,nopuedohacermás.

Ypusoundedoenlaletra,conunasonrisa.

—¡Tehavengado!—replicóEster.

—Esloquecreía,—dijoelmédico.—Yahora¿quées loquequieresdemírespectoáesehombre?

—Tengoquerevelarleelsecreto,—respondióEsterconfirmeza,—tienequeverysaberloquerealmenteeres.Nosécuálesseránlasconsecuencias.Peroestadeudamíaparaconél,cuyaruinaytormentohesido,tienealfinquequedarsatisfecha.Entusmanosestáladestrucciónólaconservacióndesubuennombreyestadosocial,ytalvezhastasuvida.Nipuedoyo,—áquienlaletraescarlatahahechocomprenderelvalordelaverdad,sibienhaciéndolapenetrarenelalmacomoconunhierrocandente,—no,nipuedoyopercibirlaventaja que él reporte de vivir por más tiempo esa vida de miseria y de horror, pararebajarmeantetíéimplorartecompasiónhaciatuvíctima.No;hazconélloquequieras.Nohaynadabuenoqueesperarparaél—niparamí—niparatí—niaunsiquieraparamipequeñaPerla.Nohaysenderoalgunoquenossaquedeestetristeysombríolaberinto.

—Mujer,casipodríacompadecerte,—dijoelmédicoáquiennofuéposiblecontenerunmovimientode admiración, pueshabíauna ciertamajestad en ladesesperación conqueEsterseexpresó.—Habíaentígrandescualidades;ysihubierashalladoentusprimerosañosunamormásadecuadoqueelmío,nadadeestohabríaacontecido.Tecompadezco

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portodolobuenoqueentísehaperdido.

—Yyo á tí,—contestóEster,—por todo el odio que ha transformado en unmonstruoinfernaláunhombrejustoysabio.¿Quieresdespojartedeeseodioyvolverdenuevoáserunacriaturahumana?Sinoporél,álomenosportí.Perdona;ydejasuulteriorcastigoalPoderáquienpertenece.Dijeahorapocoquenadabuenopodíamosesperarél,nitú,niyo,queandamosvagandojuntosenestesombríolaberintodemaldad,tropezandoácadapasocontralaculpaquehemosesparcidoennuestrasenda.Noesasí.Puedehaberalgobueno para tí; sí, para tí solo, porque tú eres el profundamente ofendido, y tienes elprivilegiodepoderperdonar.¿Quieresabandonareseúnicoprivilegio?¿Quieresrechazaresaventajadeincomparablevalor?

—Basta,Ester, basta,—replicó el ancianomédico con sombría entereza.—Nome estáconcedido perdonar.No hay enmí esa facultad de que hablas.Mi antigua fe, olvidadahace tiempo, se apodera de nuevo demí y explica todo lo que hacemos y todo lo quepadecemos.Elprimerpasoerradoquediste,sembróelgermendelmal;perodesdeaquelmomentohasidotodounafatalnecesidad.Vosotrosquedetalmodomehabéisofendido,nosoisculpables,exceptoenunaespeciedeilusión;nisoyyoelenemigoinfernalquehaarrebatadoalgranenemigodelgénerohumanosuoficio.Esnuestrodestino.Dejaquesedesenvuelvacomoquiera.Continúaentusendero,yhazloqueteparezcaconesehombre.

Hizounaseñalconlamanoysiguiórecogiendohierbasyraíces.

XV

ESTERYPERLA

DEestemodoRogerioChillingworth,—viejo,deforme,yconunrostroquesequedabagrabado en la memoria de los hombres más tiempo de lo que hubieran querido,—sedespidió de Ester y continuó su camino en la tierra. Iba recogiendo aquí una hierba,arrancabamásalláunaraíz,yloponíatodoenelcestoquellevabaalbrazo.Subarbagriscasi tocaba el suelo cuando, inclinado, proseguía hacia adelante. Ester le contempló unmomento, con cierta extraña curiosidad, para ver si las tiernas hierbas de la tempranaprimaveranosemarchitaríanbajosuspies,dejandounnegroysecorastroal travésdelalegreverdorquecubríael suelo.Sepreguntabaquéclasedehierbasseríanesasqueelancianorecogíacontantocuidado.¿Noleofreceríalatierra,avivadaparaelmal,envirtuddel influjo de su maligna mirada, raíces y hierbas venenosas de especies hasta ahoradesconocidasquebrotaríanalcontactodesusdedos?¿Ónobastaríaesemismocontactoparaconvertirenalgodeletéreoymortífero losproductosmássaludablesdelsenodelatierra?Elsol,quecontantoesplendorbrillabadondequiera,¿derramabarealmentesobreélsusrayosbenéficos?¿Óacaso,comomásbienparecía,lerodeabauncírculodefatídicasombraquesemovía áparde él dondequieraquedirigiera suspasos? ¿Yádónde ibaahora?¿Nosehundiríaderepenteenlatierra,dejandounlugarestérilycalcinadoqueconelcursodel tiemposecubriríademortíferayerbamora,beleño,cicuta,apócimo,y toda

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otra clase de hierbas nocivas que el clima produjese, creciendo allí con horribleabundancia?¿Ótalvezextenderíaenormesalasdemurciélago,yechandoávolarenlosespacios,pareceríatantomásfeocuantomásascendierahaciaelcielo?

—Seaónounpecado,—dijoEsterconamargurayconlamiradafijaenelviejomédico,—¡odioáesehombre!

Sereprendióásímismaácausadeesesentimiento,peronipudosobreponerseáélnidisminuirsuintensidad.Paraconseguirlo,pensóenaquellosdías,yamuylejanos,enqueRogerioacostumbrabadejarsucuartodeestudioálacaídadelatarde,yveníaásentarsejuntoálalumbredelhogar,álosrayosdeluzdesusonrisanupcial.Decíaentoncesquenecesitaba calentarse al resplandor de aquella sonrisa, para que desapareciera de sucorazónde erudito el fríoproducidopor tantashoras solitariaspasadas entre sus libros.Escenassemejantesleparecieronenotrotiempoinvestidasdeciertafelicidad;peroahora,contempladas al través de los acontecimientos posteriores, se habían convertido en susrecuerdosmásamargos.Semaravillabadequehubierahabidotalesescenas;ysobretodo,dequesehubieradejadoinducirácasarseconél.Considerabaesoelcrimenmayordequetuvieraquearrepentirse,asícomohabercorrespondidoálafríapresióndeaquellamano,yhaberconsentido que la sonrisa de sus labios y de sus ojos semezclara á las de aquelhombre.Y le parecía que el viejomédico, al persuadirla, cuando su corazón inexpertonadasabíadelmundo,alpersuadirlaqueseimaginasefelizásulado,habíacometidounaofensamayorquetodoloqueáélselehubierehecho.

—¡Sí,leodio!—repitióEsterconmásintensorencorqueantes.—¡Mehaengañado!¡Mehizounmalmuchomayorquecuantoyoleheinferido!

¡Tiembleelhombrequeconsiguelamanodeunamujer,sialmismotiemponoobtieneporcompletotodoelamordesucorazón!Delocontrario,leaconteceráloqueáRogerioChillingworth, cuando un acento más poderoso y elocuente que el suyo despierte lasdormidaspasionesdelamujer;entoncesleecharánencarahastaaquelapaciblecontento,aquellafríaimagendelafelicidadqueselahizocreereralacalurosarealidad.PeroEsterhacetiempoquedebíahabersedesentendidodeestainjusticia.¿Quésignificaba?¿Acasolossietelargosañosdetorturaconlaletraescarlatahabíanproducidodoloresindeciblessinqueensualmahubiesepenetradoelremordimiento?

Las emociones de aquellos breves instantes, en que estuvo contemplando la figuracontrahechadelviejoRogerio,arrojaronunaluzenelespíritudeEster,revelandomuchascosasdeque,deotromodo,ellamismanosehabríadadocuenta.

Unavezqueelmédicohubodesaparecido,llamóásuhijita.

—¡Perla!¡Perlita!¿dóndeestás?

Perla, cuya actividad de espíritu jamás flaqueaba, no había carecido de distraccionesmientras su madre hablaba con el anciano herbolario. Al principio se divirtiócontemplando su propia imagen en un charco de agua; luego hizo pequeñasembarcaciones de corteza de abedul y las cargó de conchas marítimas, zozobrando lamayorparte;despuésseempeñóentomarentresusdedoslablancaespumaquedejabanlasolasal retirarse,y laesparcíaalviento;percibiendo luegounabandadadepajarillosribereños,que revoloteabaná lo largode laplaya, la traviesaniñase llenódepequeñosguijarros el delantal, y deslizándose de roca en roca en persecución de estas avecillas,

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deplegóunadestrezanotableenapedrearlas.Unpajaritodepardocolorypechoblancofuéalcanzadoporunguijarro,yseretirórevoloteandoconelalaquebrada.Peroentonceslaniñacesódejugar,porquelecausómuchapenahaberhechodañoáaquellacriaturitatancaprichosacomolabrisadelmarócomolamismaPerla.

Suúltimaocupación fué reuniralgasmarinasdevariasclases,haciendoconellasunaespeciedebandaómantoyunadornopara lacabeza, loque ledabaelaspectodeunapequeña sirena.Perlahabíaheredadode sumadre la facultadde idear trajesy adornos.Comoúltimotoqueásuvestidodesirena,tomóalgunasalgasyselaspusoenelpechoimitando,lomejorquepudo,laletraAquebrillabaenelsenodesumadreycuyavistaleeratanfamiliar,conladiferenciadequeestaAeraverdeynoescarlata.Laniñainclinólacabecitasobreelpechoycontemplóesteornatoconextrañointerés,comosilaúnicacosaparaquehubierasidoenviadaalmundofueseparadesentrañarsuocultasignificación.

—¿Quisierasabersimimadremepreguntaráquésignificaesto?—pensóPerla.

Precisamenteoyóentonceslavozdesumadre,ycorriendoconlamismaligerezaquerevoloteabanlospajaritosribereños,sepresentóanteEster,bailando,riendo,yseñalandoconeldedoeladornoquesehabíafijadoenelpecho.

—MiPerlita,—dijolamadredespuésdeunmomentodesilencio,—laletraverdeyentusenoinfantilnotieneobjeto.¿Perosabestú,hijamía,loquesignificalaletraquetumadretienequellevar?

—Sí,madre,—dijolaniña,—eslaAmayúscula.Túmelohasenseñadoenlacartilla.

Ester la miró fijamente; pero aunque en los ojos negros de la niña había la singularexpresiónquetantasvecesnotaraenellos,nopudodescubrirsiparaPerlateníarealmentealgunasignificaciónaquelsímbolo,yexperimentóunamórbidacuriosidaddeaveriguarlo.

—¿Sabesacaso,hijamía,porquétumadrellevaestaletra?

—Sílosé,—respondióPerlafijandosuinteligentemiradaenelrostrodelamadre,—porlamismacausaqueelministrosellevalamanoalcorazón.

—¿Ycuálesesacausa?—preguntóEstermediosonriéndosealprincipioconlaabsurdarespuestadelaniña,peropalideciendounmomentodespués.—¿Quétienequeverlaletraconningúncorazón,exceptoelmío?

—Nada,madre;hedichotodoloquesé,—respondióPerlaconmayorseriedaddelaquele erahabitual.—Pregúntale á eseviejo conquienhas estadohablando.Tal vez él te lopuedadecir.Perodime,miqueridamadre,¿quésignificaesaletraescarlata?¿Yporquélallevastúenelpecho?¿Yporquéelministrosellevalamanoalcorazón?

Diciendo esto tomó la mano de sumadre entre las dos suyas y fijó en su rostro lasmiradas con una expresión grave y reposada, poco común en su inquieto y caprichosocarácter.SeleocurrióáEsterlaideadequetalvezlaniñaestabatratandorealmentedeidentificarse con ella con infantil confianza, haciendo lo que podía y del modo másinteligentequeleeradable,paraestablecerentrelasdosunlazomásestrechodecariño.Perlaselemostrababajounaspectoquehastaentoncesnohabíavisto.Aunquelamadreamabaásuhijaconlaintensidaddeunafectoúnico,habíatratadodeconformarseconlaidea de que no podía esperar en cambio sinomuy poco: un cariño pasajero, vago, con

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arranquesdepasión,petulanteensusmejoreshoras,quenoshielaconmásfrecuenciaquenos acaricia, que semuestra besando lasmejillas con dudosa ternura, ó jugando con elpelo,ódeotromodosemejante,paradesvanecerseelinstanteinmediatoycontinuarconsusjuegosdecostumbre.Yestoeraloquepensabaunamadreacercadesuhijita,pueslosextrañoshabríanvisto tan solounoscuantos rasgospocoamables,haciéndolosapareceraunmásnegros.

Pero ahora se apoderó de Ester la idea de que Perla, con su notable precocidad yperspicacia,habíallegadoyaálaedadenquepodíahacersedeellaunaamigayconfiarlemucho de lo que causaba el dolor de su corazón maternal, hasta donde fuera posibleteniendoencuenta laconsideracióndebidaá laniñayalpadre.EnelpequeñocaosdelcarácterdePerlahabíasindudaenembriónunvalor indomable,unavoluntadtenaz,unorgulloaltivoquepodíaconvertirseen respetodesímisma,yundespreciopormuchascosas que, bien examinadas, se vería que estaban contaminadas de falsedad. Se hallabaigualmentedotadadeafectosque, sibienpoco tiernos, tenían todoel ricoaromade losfrutos aun nomadurados. Con todas estas altas cualidades creía Ester que esta niña sevolvería unanoble y excelentemujer, ámenos que la partemala heredadade lamadrefuesegrandeendemasía.

La tendencia inevitabledePerlaáocuparseenel enigmade la letraescarlata,parecíaunacualidadinnataenlaniña.EsterhabíapensadoámenudoquelaProvidencia,aldotará Perla con esta marcada propensión, lo hizo movida de una idea de justicia y deretribución;peronunca,hastaahora,se lehabíaocurridopreguntarsesi,enlazadaáestaidea,nohabríatambiénladebenevolenciayperdón.SitrataraáPerlateniendoenellafeyconfianza,considerándolamensajeroespiritualalmismotiempoquecriaturaterrestre,¿noseríasudestinosuavizaryfinalmentedesvanecereldolorquehabíaconvertidoelcorazóndesumadreenunatumba?¿Noserviríatambiénparaayudarlaávencerlapasión,enuntiempo tan impetuosa, y aun hoy ni muerta ni dormida sino sólo aprisionada en aquelsepulcrodesucorazón?

TalesfueronalgunosdelospensamientosquebulleronenlamentedeEster,contantavivezacomosienrealidadalgúnsérmisteriososeloshubieramurmuradoaloído.YallíestabaPerlatodoestetiempoestrechandoentrelasmanecitassuyaslamanodesumadre,conlasmiradasfijasensurostro,mientrasrepetíaunayotravezlasmismaspreguntas.

—¿Qué significa la letra,madremía? y ¿por qué la llevas tú? y ¿por qué se lleva elministrolamanoalcorazón?

—¿Qué lediré?—sepreguntóEster á símisma.—¡No!Si estehade ser elpreciodelafectodemihija,nopuedocomprarloátalcosto.

Despuéshablóenvozalta.

—Tontuela,—ledijo,—¿quépreguntassonesas?Haymuchascosasenestemundoqueunaniñanodebepreguntar.¿Quéséyoacercadelcorazóndelministro?Yencuantoálaletraescarlata,lallevoporlobonitoquelucensushilosdeoro.

En todos los siete años ya transcurridos, jamás Ester habíamostrado falsedad algunarespectoalsímboloqueostentabasupecho,exceptoenaquelmomento,comosiápesardesuconstantevigilanciahubiesepenetradoensucorazónunanuevaenfermedadmoral,óalgunaotradeantiguafechanohubierasidoexpulsadaporcompleto.EncuantoáPerla,

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laseriedaddesurostroyahabíadesaparecido.

Perolaniñanosedióporvencidaenelasuntodelaletraescarlata;ydosótresveces,mientras regresaban á sumorada, y otras tantas durante la cena, y cuando sumadre laestabaacostando,yaununavezdespuésqueparecíaestaryadurmiendo,Perlaconciertamalignidadenlasmiradasdesusnegrosojos,continuósupregunta:

—Madre,¿quésignificalaletraescarlata?

Ylamañanasiguiente,laprimeraseñalquediólaniñadeestardespiertafuélevantarlacabecitadelaalmohadayhacerlaotrapreguntaquedetanextrañomodohabíaasociadoálaletraescarlata:

—Madre,madre,¿porquétienesiempreelministrolamanosobreelcorazón?

—Cállate, niña traviesa,—respondió la madre con una aspereza que nunca habíaempleado hasta aquelmomento.—Nomemortifiquesmás, ó te encerraré en un cuartoobscuro.

XVI

UNPASEOPORELBOSQUE

ESTER permaneció firme en su propósito de hacer que el Reverendo Sr. Dimmesdaleconociera el verdadero carácter del hombre que se había apoderado de su confianza,fuesencualesfuesenlasconsecuenciasdesurevelación.Durantevariosdías,sinembargo,envanobuscólaoportunidaddehablarleenunodelospaseossolitariosqueelministroacostumbrabadar, todomeditabundo,á lo largodelacostaóenlascolinascubiertasdebosques del campo vecino. No habría habido sin duda nada de escandaloso ni departicular, ni peligro alguno para la buena reputación del ministro, si Ester le hubieravisitadoensupropioestudiodondetantopenitente,antesdeahora,habíaconfesadoculpasquizásaunmásgravesquelaqueacusabalaletraescarlata.Peroseaqueellatemieselaintervención secreta ó pública deRogerioChillingworth, ó que su conciencia le hicieratemerqueseconcibieseunasospecha,queningúnotrohabría imaginado,óquetantoelministrocomoellanecesitabandemásamplituddeespacioparapoderrespirarcontodalibertadmientrashablasenjuntos,—óquizástodasestasrazonescombinadas,lociertoesqueEsternuncapensóenhablarleenotrolugarsinoálafazdelcielo,ydeningúnmodoentrecuatroparedes.

Alfin,unanochequeasistíaáunenfermo,supoqueelReverendoSr.Dimmesdale,áquien habían ido á buscar para que le ayudase á bien morir, había partido á visitar alapóstol Eliot, allá en su residencia entre sus indios convertidos, y que regresaríaprobablemente el día siguiente al mediodía. Al acercarse la hora indicada, tomó de lamanoáPerla,suconstantecompañera,ypartióenbuscadelSr.Dimmesdale.

Elcaminonoeramásqueunsenderoqueseperdíaenelmisteriodeunaselvavirgen,

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tanespesaqueapenaspodíaentreverseelcieloaltravésdelascopasdelosárboles.Esterlacomparóálasoledadylaberintomoralenquehabíaestadoellavagandotantotiempo.Eldíaerafríoyobscuro:cubríanelfirmamentoespesasycenicientasnubesligeramentemovidasporlabrisa,loquepermitíaquedecuandoencuandosevislumbraraunrayodesolquejugueteabaenlaestrechasenda.Estatenueyvacilanteclaridadsepercibíasiempreenlaextremidadmáslejana,visiblealtravésdelaselva,yparececomoquesedesvanecíaósealejabaámedidaquelossolitariosviajerosavanzabanensudirección,dejandoaunmás sombríos los lugares en que brillaba, por lomismo que habían esperado hallarlosluminosos.

—Madre,—dijoPerla,—laluzdelsolnotequiere.Correyseoculta,porquetienemiedode algo que hay en tu pecho. Mira ahora: allí está jugando, á una buena distancia denosotros.Quédateaquí,ydéjamecorrerámíparacogerla.Yosolamentesoyunaniña.Nohuirádemíporqueaunnollevonadasobremipecho.

—Yesperoquenuncalolleves,hijamía,—dijoEster.

—Y ¿por qué no, madre?—preguntó Perla deteniéndose precisamente cuando iba áemprenderlacarrera.¿Novendráesoporsímismocuandoyoseaunamujergrande?

—Corre,hijamía,—respondiólamadre,—yatrapaelrayodelsol,puesprontoseirá.

Perla emprendió la carrera á toda prisa y pronto se halló enmedio de la luz del sol,riendo,todailuminadaporsuesplendor,yconlosojosbrillantesdealegría.Parecíacomosielrayosolarsehubieradetenidoentornodelasolitarianiñaregocijándoseenjugarconella, hasta que la madre llegó bastante cerca para penetrar casi también en el círculomágico.

—Ahoraseirá,—dijoPerlamoviendolacabeza.

—Mira,—dijoEstersonriendo,—ahorayopuedoalargarlamanoyatraparalgo.

Pero al intentarlo, el rayo de sol desapareció; ó, á juzgar por la brillantez con queirradiaba el rostro de Perla, su madre podía haberse imaginado que la niña lo habíaabsorbido, y lodevolvería luego iluminando la sendapordonde iban, cuandodenuevopenetrasenenlosparajessombríosdelaselva.Ningunodelosatributosdesutiernahijalecausabaálamadretantaimpresióncomoaquellavivacidadconstantedeespíritu,reflejoquizásde laenergíaconqueEsterhabía luchadocombatiendosus íntimosdoloresantesdelnacimientodePerla.Eraciertamenteunencantodudoso,quecomunicabaalcarácterdelaniñaciertobrillometálicoyduro.Necesitabaundolorprofundoparahumanizarseyhacersecapazdesentircompasión.PeroPerlateníatiemposobradoparaello.

—Ven,hijamía,—dijoEster;—vamosásentarnosenelbosqueyádescansarunrato.

—Yono estoy cansada,madre,—replicó la niña; pero tú puedes sentarte si quieres, yentretantocontarmeuncuento.

—Uncuento,niña,—dijoEster,—y¿quéclasedecuento?

—¡Ah!algoacercadelahistoriadelHombreNegro,—respondióasiéndoladelvestidoymirándola con expresión entre seria y maliciosa.—Díme cómo recorre este bosquellevando bajo el brazo un libro grande, pesado, con broches de hierro; y como esteHombreNegroyfeoofrecesulibroyunaplumadehierroátodoslosqueleencuentran

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aquí entre los árboles, y como también todos tienen que escribir sus nombres con supropiasangre.Yentoncesleshaceunaseñalenelpecho.¿HasencontradoalgunavezalHombreNegro,madre?

—Y ¿quién te ha contado esta historia, Perla?—preguntó lamadre reconociendo unasupersticiónmuycomúnenaquellaépoca.

—Aquellaseñoraviejaqueestabasentadaenunrincónjuntoálachimeneaenlacasadonde estuviste velando anoche,—dijo la niña. Ella me creía dormida mientras estabahablandodeeso.Dijoquemilymilpersonaslohabíanencontradoaquí,yhabíanescritoensulibro,yteníansumarcaenelpecho.Yunadelasquelohanvistoesesamujerdetanmalgenio, laancianaSeñoraHibbins.Y,madre,dijo tambiénqueesaletraescarlataquetútieneseslaseñalquetepusoelHombreNegro,yquebrillacomounallamarojacuandolovesámedianoche,aquí,enestebosqueobscuro.¿Esverdad,eso,madre?¿Yesverdadquetúvasáverledenoche?

—¿Tehasdespertadoalgunavezsinquemehayasvistojuntoátí?—lepreguntóEster.

—No lo recuerdo,—dijo la niña.—Si temes dejarme sola en nuestra choza, debesllevarme contigo. Mucho me alegraría acompañarte. Pero, madre, dime ahora, ¿existesemejanteHombreNegro?¿Ylohasvistoalgunavez?¿Yeséstasuseñal?

—¿Quieresdejarmeenpaz,sitelodigodeunavez?—lepreguntósumadre.

—Sí,simelodicestodo,—respondióPerla.

—Puesbien,unavezenmividaencontréalHombreNegro,—dijolamadre.—Estaletraescarlataessuseñal.

Conversando así, penetraron en el bosque lo bastante para ponerse á cubierto de lasmiradasdealgúntranseuntecasual,ysesentaroneneltroncocarcomidodeunpinoqueenotrostiemposhabríasidounárbolgigantescoyahoraeratansolounamasademusgo.Ellugarenquesesentaroneraunapequeñahondonada,atravesadaporunarroyueloquese deslizaba sobre un lecho de hojas de árboles. Las ramas caídas de estos árbolesinterrumpían de trecho en trecho la corriente del arroyuelo, que formaba pequeñosremolinosaquíyallí,mientrasenotraspartessedeslizabaámaneradeuncanalsobreunlechodepiedrecitasyarena.Siguiendoconlavistaelcursodelaguaseveíaávecesensusuperficie el reflejo de la luz del sol, pero pronto se perdía enmedio del laberinto deárbolesymatorralesquecrecíanálolargodesusorillas:aquíyallítropezabaconalgunagran roca cubierta de liquen. Todos estos árboles y estas rocas de granito parecíandestinados á hacer un misterio del curso de este arroyuelo, temiendo quizás que suincesantelocuacidadrevelaselashistoriasdelaantiguaselva.Constantemente,esverdad,mientras el arroyuelo continuaba deslizándose hacia adelante, dejaba oir un suave,apacibley tranquilomurmurio,aunque llenodedulcemelancolía,comoelacentodeunniño que pasara los primeros años de su vida sin compañeros de su edad con quienespoderjugar,ynosupieseloquefueraestaralegre,porvivirentretristesparientesyaunmástristesacontecimientos.

—¡Oharroyuelo! ¡Oh locoy fastidioso arroyuelo!—exclamóPerla despuésdeprestaroídounratoásusmurmullos.—¿Porquéestástantriste?¡Cobraánimoynoestéstodoeltiemposuspirandoymurmurando!

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Peroelarroyuelo,enelcursodesuexistenciaentrelosárbolesdelaselva,habíapasadoporunaexperienciatansolemnequenopodíamenossinoexpresarlaconelrumordesusondas, y parecía que no tenía otra cosa que decir. Perla se asemejaba al arroyuelo, encuantoáquelacorrientedesuvidahabíabrotadodeunafuentetambiénmisteriosa,ysehabíadeslizadoentreescenashartosombrías.Pero,todolocontrariodelarroyuelo,laniñabailaba,ysedivertíaycharlabaámedidaquesuexistenciatranscurría.

—¿Quédiceestearroyuelotantriste,madre?—preguntólaniña.

—Situvierasalgúnpesarqueteabrumara,elarroyuelotelodiría,—respondiólamadre,—asícomomehablaámídelmío.Peroahora,Perla,oigopasosenelcaminoyelruidoqueformaelapartarlasramasdelosárboles;veteájugarydéjamequehableunratoconelhombrequevienealláálolejos.

—¿EselHombreNegro?—preguntóPerla.

—Vete á jugar,—repitió la madre,—pero no te internes mucho en el bosque, y tencuidadodevenirenelinstantequetellame.

—Sí,madre,—respondióPerla,—perosifuereelHombreNegro,¿noquierespermitirmequemequedeunratoparamirarloconsugranlibrobajoelbrazo?

—Vete á jugar, tontuela,—dijo lamadre impaciente,—no es elHombreNegro.Ahorapuedesverloporentrelosárboles.Eselministro.

—Sí, él es,—dijo la niña.—Y tiene lamano sobre el corazón,madre. Eso es porquecuandoelministroescribiósunombreenellibro,elHombreNegrolepusolaseñalenelpecho.Y¿porquénolallevacomotúfueradelpecho?

—Ve á jugar ahora, niña, y atorméntame después cuanto quieras,—exclamó Ester.—Peronotealejesmucho.Quédatedondepuedasoirlacharladelarroyuelo.

Laniñasealejócantandoá lo largode lacorrientedelarroyuelo, tratandodemezclaralgunosacentosmásalegresálamelancólicacadenciadesusaguas.Peroelarroyuelonoquería ser consolado y continuó, como antes, refiriendo su secreto ininteligible de algomuy tristeymisteriosoquehabía sucedido,ó lamentándoseproféticamentedealgoqueiba á acontecer en la sombría floresta; pero Perla que tenía harta sombra en su breveexistencia, se alejó del arroyuelo gemidor, y se puso á recoger violetas y anémonas yalgunasflorecillascolordeescarlataqueencontrócreciendoenlosintersticiosdeunaaltaroca.

Cuandolaniñahubopartido,Esterdióunpardepasoshaciaelsenderoqueatravesabala selva, aunque permaneciendo todavía bajo la espesa sombra de los árboles. Vió alministroqueavanzabasolitarioapoyándoseenunaramaquehabíacortadoenelcamino.Su aspecto era el de una persona macilenta y débil, y se revelaba en todo su sér unabatimiento, que nunca se había notado en él en tanto grado, ni en sus paseos por lapoblación,nienningunaotraoportunidadenquecreyeraqueselepudieseobservar.Aquí,enlaintensasoledaddelaselva,erapenosamentevisible.Ensumododeandarhabíaunaespecie de cansancio, como si no viera razón alguna para dar un paso más, niexperimentase el deseo de hacerlo, sino que con sumo placer, si es que algo pudieracausarle placer, habría preferido arrojarse al pie del árbolmás cercanoy tenderse allí ádescansarpara siempre.Podríancubrirle lashojas,yel terrenoelevarsegradualmentey

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formarunmontecillosobresucuerpo,sinimportarnadaqueésteestuvieraanimadoónopor la vida. Lamuerte era un objeto demasiado definido para que pudiese anhelarla ódeseaseevitarla.

Para Ester, á juzgar por lo que ella podía ver, el Reverendo Arturo Dimmesdale nopresentaba síntoma ninguno visible de un padecimiento real y profundo, excepto que,comoPerlayahabíanotado,siempresellevabalamanoalcorazón.

XVII

ELPASTORDEALMASYSUFELIGRESA

Ápesardelolentamentequecaminabaelministro,habíaéstepasadocasidelargo,antesdequeáEsterlehubierasidoposiblehacerseoiryatraersuatención.Alfinloconsiguió.

—¡Arturo Dimmesdale!—dijo al principio con voz apenas perceptible, pero que fuécreciendoenfuerza,aunqueuntantoronca,—¡ArturoDimmesdale!

—¿Quiénmellama?—respondióelministro.

Irguiéndoserápidamente,permanecióenesaposición,comounhombresorprendidoenunaactitudenquenoquisierahabersidovisto.Dirigiendolasmiradasconansiedadhaciaellugardedondeprocedíalavoz,percibióvagamentebajolosárbolesunaformavestidacontrajetanobscuro,yquesedestacabatanpocoenmediodelapenumbraquereinabaentre el espeso follaje, que casi no daba paso á la luz del mediodía, que apenas pudodistinguirsieraunasombraóunamujer.

Seadelantóunpasohaciaellaydescubriólaletraescarlata.

—¡Ester!¡EsterPrynne!—exclamó,—¿erestú?¿Estásviva?

—Sí,—respondió,—¡conlavidaconquehevividoestossieteúltimosaños!Ytú,ArturoDimmesdale,¿vivesaún?

Nodebecausarsorpresaquesepreguntaranmútuamentesiestabanrealmentevivos,yquehastadudasendesupropiaexistenciacorporal.Detanextrañamaneraseencontraronen el crepúsculo de aquella selva, que parecía como si fuese la primer entrevista quetuvieranmásalládelsepulcrodosespíritusquehabíanestadoíntimamenteasociadosensuvidaterrestre,peroqueahorasehallabantemblando,llenosdemutuotemor,sinhabersefamiliarizado aún con su condición presente, ni acostumbrado á la compañía de almasdesprovistasdesuscuerpos.Cadaunoeraunespírituquecontemplaba,llenodeasombro,alotroespíritu.Igualmenteexperimentabanrespectodesímismosunaextrañasensación,porqueenaquelmomentoácadacualselerepresentó,deunamaneravivaéintensa,todasuíntimahistoriaytodalaamargaexperienciadelavida,comoacontecetansoloentalesinstantes en el curso de nuestra existencia.El alma se contempla en el espejo de aquelfugitivo momento. Con temor pues, y trémulamente, cual si lo hiciera impulsado pornecesidadineludible,extendióArturoDimmesdalesumano,fríacomolamuerte,ytocóla

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heladamanodeEsterPrynne.Ápesar de lo frígidodel contacto de aquellasmanos, sesintieronal finhabitantesde lamismaesfera,desapareciendo loquehabíadeextrañoymisteriosoenlaentrevista.

Sinhablarunasolapalabra,sinqueunoniotrosirvieradeguíaásucompañero,perocon silencioso y mutuo acuerdo, se deslizaron entre las sombras del bosque de dondehabíasalidoEster,ysesentaronenelmismotroncodeárbolcubiertodemusgoenqueellayPerlahabíanestadosentadasantes.Cuandoalfinpudieronhallarunavozconquehablarse, emitieron al principio solo las observaciones y preguntas que podrían haberhecho dos conocidos cualesquiera, acerca de lo sombrío del cielo, del mal tiempo queamenazaba,yluegodelasaluddecadauno.Procedierondespués,pordecirloasí,pasoápaso,yconmuchosrodeos,átratardelostemasquemásprofundamentelesinteresabanymás á pecho tenían. Separados tan largo tiempo por el destino y las circunstancias,necesitabanalgoligero,casual,casiindiferenteenqueocuparse,antesdecomenzarádarsalidaálasideasypensamientosquerealmentellenabansusalmas.

Despuésdeunrato,elministrofijólosojosenlosdeEster.

—Ester,dijo,¿hashalladolapazdelalma?

Ellasonriótristementedirigiéndoseunamiradaalpecho.

—¿Lahashalladotú?—lepreguntóellaásuvez.

—No: no; solamente desesperación,—contestó el ministro.—¿Ni qué otra cosa podíaesperar, siendo lo que soy, y llevandounavida como la que llevo?Si yo fuera ateo, sifueraunhombredesprovistodeconciencia,unmiserableconinstintosgroserosybrutales,yahabríahalladolapazhacetiempo:mejordicho,nuncalahabríaperdido.Perotalcomoeselalmamía,cualquieraquefueselacapacidadqueoriginalmentepudieraexistirenmíparaelbien,todoslosdonesdeDios,losmásselectosyescogidos,sehanconvertidoenotrostantosmotivosdetorturaespiritual.Ester,¡yosoyinmensamenteinfeliz!

—El pueblo te reverencia,—dijo Ester,—y ciertamente producenmucho bien entre elpueblotuspalabras.¿Noteproporcionaestoconsuelo?

—Máspadecimientos,Ester, solomáspadecimientos!—contestóDimmesdaleconunaamargasonrisa.—Encuantoalbienqueyopuedaaparentementehacer,notengofeenél.¿Quépuederealizarunalmaperdidacomolamía,enprodelaredencióndeotrasalmas?¿Niquépuedeunalmamanchadahacerenbeneficiodelapurificacióndeotrasalmas?Yencuantoálareverenciadelpueblo,¡ojaláqueseconvirtieraenodioydesprecio!¿Creestú,Ester,quepuedaservirmedeconsuelotenerquesubirámipúlpito,yallíexponermeálasmiradasdetantosquedirigenámísusojos,comosiresplandecieraenmirostrolaluzdelcielo?¿Ótenerquecontemplarmirebañoespiritualsedientodeverdadyoyendomispalabras como si fueran vertidas por uno de los escogidos del Eterno, y luegocontemplarme yo á mí mismo para no ver sino la triste y negra realidad que ellosidolatran? ¡Ah!mehe reídocon intensaamargurayagoníadeespírituanteel contrastequeexisteentreloqueparezcoyloquesoyverdaderamente!¡YSatanásseríetambién!

—Tú eres injusto contigo mismo en esto,—dijo Ester con dulzura.—Tú te hasarrepentidoprofundayamargamente.Tufaltahaquedadorelegadaáunaépocaquehacetiempohapasadoparasiempre.Tuvidapresentenoesmenossanta,enrealidaddeverdad,

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de lo que aparece á la vista de los hombres. ¿No tiene por ventura fuerza alguna lapenitenciaáquehanpuestounselloydequedantestimoniotusbuenasobras?¿Yporquénohandetraerlapazátuespíritu?

—¡No,Ester,no!—replicóelministro.—Nohayrealidadenello:esfrío,inanimadoynopuedeproducirmebienalguno.Padecimientos,hetenidomuchos;penitencia,ninguna.Delo contrario, hace tiempo que debería haberme despojado de este traje de aparentesantidad,ypresentarmeanteloshombrescomomeveráneldíadelJuicioFinal.¡Feliztú,Ester, que llevas la letra escarlata al descubierto sobre el pecho! ¡Lamíame abrasa ensecreto!Túnosabescuángranalivioes,despuésdeunfraudedesieteaños,mirarunosojosquemeventalcomosoy.Situvierayounamigo,—óaunquefuesemipeorenemigo,—alque,cuandomesientoenfermoconloselogiosdetodoslosotroshombres,pudieraabrirmipechodiariamenteparaquemeviesecomoalmásvildelospecadores,creoquecon eso recobraría nuevas fuerzas. Aun esa parte de verdad, con ser tan poca, mesalvaría….Peroahora,¡todoesmentira!—¡todoesvanidad!—¡todoesmuerte!

Ester ledirigióunamirada, quisohablar, perovaciló.Sin embargo, al dar elministroriendasueltaásusemocioneslargotiemporeprimidas,yconlavehemenciaquelohizo,sus palabras ofrecieron á Ester la oportunidad de decir aquello para lo cual le habíabuscado.Venciósustemores,yhabló.

—Un amigo como el que ahora has deseado,—dijo,—con quien poder llorar sobre tufalta,lotienesenmí,lacómplicedeesafalta.Vacilódenuevo,peroalfinpronuncióconungranesfuerzoestaspalabras:—encuantoáunenemigo,largotiempolohastenido,yhasvividoconél,bajounmismotecho.

Elministrosepusoenpie,buscandoairequerespirar,yllevándoselamanoalcorazóncomosiquisieraarrancárselodelpecho.

—¡Cómo! ¿Qué dices?—exclamó.—¡Un enemigo! ¡Y bajo mi mismo techo! ¿Quéquieresdecir,Ester?

Ester Prynne comprendió ahora perfectamente el mal inmenso hecho á este hombredesgraciado,ydequeeraellaresponsable,aldejarlepermanecerportantosaños,másaun,porunsolomomento,á lamerceddeunhombrecuyopropósitoyobjetonopodíansersinoperversos.Lasolaproximidaddeesteenemigo,bajocualquieramáscaraquequisieraocultarse,erayasuficienteparaperturbarunalmatandelicadamentesensiblecomoladeArturoDimmesdale.Hubocierto tiempoenqueEsternosedióbastantecuentade todoesto;óquizás,enlaprofundacontemplacióndesupropiadesgracia,dejóqueelministrosoportara lo que ella podría imaginarse que era un destino más tolerable. Peroúltimamente, desde la noche aquella de su vigilia, sintió profunda compasión hacia él,puespodíaleerahoraconmásaciertoensucorazón.NodudabaquelacontinuapresenciadeRogerioChillingworth,—infectando con la ponzoña de sumalignidad el aire que lerodeaba,—y su intervención autorizada, como médico, en las dolencias físicas yespirituales del ministro, no dudaba, no, que todas esas oportunidades las habíaaprovechado para fines aviesos. Sí, esas oportunidades le habían permitidomantener laconcienciadesupacienteenunestadodeirritaciónconstante,noparacurarlepormediodeldolor, sinoparadesorganizary corromper su sér espiritual.Su resultadoen la tierraseríaindudablementelalocura;ymásalládeestavida,aqueleternoalejamientodeDiosy

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delaVerdad,delquelalocuraesacasoeltipoterrestre.

¡Átalestadodeinfortunioymiseriahabíaellatraídoalhombrequeenotrotiempo,—y,¿por qué no decirlo?—que aun amaba apasionadamente! Ester comprendió que elsacrificio del buen nombre del eclesiástico y hasta lamuertemisma, como se lo habíadichoáRogerioChillingworth,habríansidoinfinitamentepreferiblesálaalternativaqueella se había visto obligada á escoger. Y ahora, más bien que tener que confesar estefunestoerror,hubieraqueridoarrojarsesobrelashojasdelaselvaymorirallíálospiesdeArturoDimmesdale.

—¡Oh Arturo!—exclamó Ester,—¡perdóname! En todas las cosas de este mundo hetratado de ser sincera y atenerme á la verdad. La única virtud á que podía habermeaferrado,yálaquemeaferréfuertementehastalaúltimaextremidad,hasidolaverdad;en todas lascircunstancias lohice,exceptocuandose tratóde tubien,de tuvida,de tureputación;entoncesconsentíenelengaño.Perounamentiranuncaesbuena,auncuandolamuertenosamenace,¿Noadivinasloquevoyádecir?…Eseanciano,—esemédico,—eseáquienllamanRogerioChillingworth…¡fuémimarido!

Arturo Dimmesdale la miró un instante con toda aquella violenta pasión que,—entrelazadademásdeunmodoásusotrascualidadesmáselevadas,purasyserenas,—eraenrealidadlaparteáquedirigíasusataqueselenemigodelgénerohumano,ypormediodelacualtratabadeganartodoelresto.NuncahuboensurostrounaexpresióndecóleratansombríayferozcomolaqueentoncesvióEster.Duranteelbreveespaciodetiempoque duró, fué verdaderamente una horrible transformación. Pero el carácter deDimmesdaleentalmanerasehabíadebilitadoporelsufrimiento,queaunesosarranquesde energía de un grado inferior no podían durar sino un rápidomomento. Se arrojó alsueloysepultóelrostroentrelasmanos.

—¡Debía haberlo conocido!—murmuró.—Sí: lo conocí, ¿Nome reveló ese secreto lavoz íntimademicorazóndesde laprimeravezque leví,ydespuéscuantasveces lehevistodesdeentonces?¿Porquénolocomprendí?¡OhEsterPrynne!¡quépoco,quépococonocestodoelhorrordeesto!¡Ylavergüenza!…¡lavergüenza!…¡lahorriblefealdaddeexponeruncorazónenfermoyculpadoálasmiradasdelhombrequeconellotantohabíaderegocijarse!…¡Mujer,mujer,túeresresponsabledeesto!…¡Yonopuedoperdonarte!

—Sí,sí;tútienesqueperdonarme,—exclamóEsterarrojándosejuntoáélsobrelashojasdelsuelo.—¡CastíguemeDios,perotútienesqueperdonarme!

Yconunrápidoydesesperadoarranquedeternuralerodeóelcuelloconlosbrazosyleestrechólacabezacontrasuseno,sincuidarsedesilamejilladelministroreposabasobrelaletraescarlata.Dimmesdale,aunqueenvano,intentódesasirsedelosbrazosqueasíleestrechaban.Esternoquisosoltarleportemordequefijaseenellaunamiradasevera.Elmundoenterolahabíarechazado,ydurantesietelargosañoshabíamiradoconceñoáestapobremujer solitaria,—yella lohabía sufrido todo, sindevolver siquieraalmundounamiradadesusojosfirmes,aunquetristes.Elcielotambiénlahabíamiradoconceño,yellanohabía sucumbidosinembargo.Peroel ceñodeestehombrepálido,débil,pecador, áquienelpesarabatíadetalmodo,eraloqueEsternopodíasoportaryseguirviviendo.

—¿Nomequieresperdonar?¿Noquieresperdonarme?—repetíaunayotravez.—¡Nomerechaces!¿Mequieresperdonar?

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—Sí, te perdono, Ester,—replicó el ministro al fin, con hondo acento salido de unabismodetristeza,perosincólera.—Teperdonoahoradetodocorazón.AsínosperdoneDiosáentrambos.Nosomoslosmásnegrospecadoresdelmundo,Ester.¡Hayunoqueesaunpeorqueestecontaminadoministrodelaltar!Lavenganzadeeseancianohasidomásnegraquemipecado.Ásangrefríahavioladolasantidaddeuncorazónhumano.Nitúniyo,Ester,jamáslohicimos.

—No:nunca,jamás,—respondióellaenvozbaja.Loquehicimosteníaensímismosuconsagración,yasílocomprendimos.Noslodijimosmutuamente.¿Lohasolvidado?

—Silencio,Ester,silencio,—dijoArturoDimmesdalealzándosedelsuelo;—no:noloheolvidado.

Sesentarondenuevounoalladodelotrosobreelmusgosotroncodelárbolcaído,conlasmanosmutuamenteentrelazadas.Horamássombríaqueéstajamásleshabíatraídolavidaenelcursodelosaños:eraelpuntoáquesussendassehabíanidoaproximandoportanto tiempo, obscureciéndose cada vez más y más á medida que avanzaban, y sinembargoteníatodoaquellounencantosingularqueleshacíadetenerseuninstante,yotro,ydespuésotro,yaunotromás.Tenebrosoeraelbosquequelesrodeaba,ylasramasdelosárbolescrujíanagitadaspor ráfagasviolentas,mientrasunsolemneyañosoárbol sequejabalastimosamentecomosirefirieseáotroárbollatristehistoriadelaparejaqueallísehabíasentado,óestuvieraanunciandomalesfuturos.

Yallípermanecieronaunmástiempo.¡Cuánsombríolesparecíaelsenderoquellevabaá lapoblación, dondeEsterPrynne cargaríadenuevocon el pesode su ignominiay elministroserevestiríaconlamáscaradesubuennombre!Yasípermanecieronuninstantemás.Ningúnrayodeluz,pordoradoybrillantequefuera,habíasidojamástanpreciosocomo la obscuridad de esta selva tenebrosa. Aquí, vista solamente por los ojos delministro,laletraescarlatanoardíaenelsenodelamujercaída.Aquí,vistosolamenteporlosojosdeEster,elministroDimmesdale,falsoanteDiosyfalsoparaconloshombres,podíasersincerounbrevemomento.

Dimmesdalesesobresaltóálaideadeunpensamientoqueseleocurriósúbitamente.

—¡Ester!—exclamó—¡he aquí un nuevo horror! Rogerio Chillingworth conoce tupropósito de revelarme su verdadero carácter. ¿Continuará entonces guardando nuestrosecreto?¿Cuálseráahoralanuevafazquetomesuvenganza?

—Hayensunaturalezaunaextrañadiscreción,—replicóEsterpensativamente,—nacidatalvezdesusocultosmanejosdevenganza.Yonocreoquepubliqueelsecreto,sinoquebusqueotrosmediosdesaciarsusombríapasión.

—¿Ycómopodréyovivirpormástiemporespirandoelmismoairequerespiraestemimortal enemigo?—exclamó Dimmesdale, todo trémulo, y llevándose nerviosamente lamanoalcorazón,—loqueyasehabíaconvertidoenélenactoinvoluntario.—Piensapormí,Ester;túeresfuerte.Resuelvepormí.

—Nodebeshabitarmástiempobajounmismotechoconesehombre,—dijoEsterlentay resueltamente.—Tu corazón no debe permanecer por más tiempo expuesto á lamalignidaddesusmiradas.

—Seríapeorquelamuerte,—replicóelministro,—¿perocómoevitarlo?¿Quéelección

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me queda? ¿Me tenderé de nuevo sobre estas hojas secas, dondeme arrojé cuandomedijistequienera?¿Deberéhundirmeaquíymorirdeunavez?

—¡Ah! ¡de qué infortunio eras presa!—dijo Ester con los ojos anegados en llanto.—¿Quieresmorirdepuradebilidaddeespíritu?Nohayotracausa.

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—EljuiciodeDioshacaídosobremí,—dijoeleclesiásticocuyaconcienciaestabacomoheridadeunrayo.—Esdemasiadopoderosoparalucharcontraél.

—¡El cielo tendrá piedad de tí!—exclamó Ester. ¡Ojalá tuvieras la fuerza deaprovechartedeella!

—Sétúfuertepormí,—respondióDimmesdale.Aconséjameloquedebohacer.

—¿Esporventuraelmundotanestrecho?—exclamóEsterfijandosuprofundamiradaenlosojosdelministro,yejerciendoinstintivamenteunpodermagnéticosobreunespíritutananiquiladoysumisoqueapenaspodíamantenerloenpie.—¿Sereduceeluniversoáloslímitesdeesapoblación,quehacepoconoerasinoundesierto,tansolitariocomoestaselvaenqueestamos?¿Ádóndeconduceesesendero?Denuevoálapoblación,dices.Sí:deeselado,áellaconduce;perodelladoopuesto,seinternamásymásenlasoledaddelosbosques,hastaqueáalgunasmillasdeaquílashojasamarillasnodejanyavervestigioalgunode lahuelladelhombre. ¡Allí eres libre!Una jornada tanbreve te llevarádeunmundo,dondehassidotanintensamentedesgraciado,áotroenqueaunpudierasserfeliz.¿NohayacasoentodaestaselvasinlímitesunlugardondetucorazónpuedaestarocultoálasmiradasdeRogerioChillingworth?

—Sí, Ester; pero solo debajo de las hojas caídas—replicó el ministro con una tristesonrisa.

—Ahí está también el vasto senderodelmar,—continuóEster:—él te trajo aquí; si túquieres,tellevarádenuevoátuhogar.Ennuestratierranativa,yaenalgunaremotaaldea,óenelvastoLondres,—óseguramente, enAlemania, enFrancia, en Italia,—tehallaráslejosdelpoderyconocimientodeesehombre.¿Yquétienestúquevercontodosestoshombres de corazón de hierro ni con sus opiniones? Ellos han mantenido en abyectaservidumbre,demasiadotiempo,loqueentíhaydemejorydemásnoble.

—Nopuedeser,—respondióelministrocomosiselepidiesequerealizaraconsueño.—Notengolasfuerzasparair.Miserableypecadorcomosoy,nomehaanimadootraideaque la de arrastrar mi existencia terrenal en la esfera en que la Providencia me hacolocado.Ápesardequemialmaestáperdida,continuaréhaciendotodavíaloquepuedaenbeneficiodelasaluddeotrasalmas.Nomeatrevoáabandonarmipuesto,pormásqueseauncentinelapocofiel,cuyarecompensaseguraserá lamuertey ladeshonracuandohayaterminadosutristeguardia.

—Estossieteañosdeinfortunioydedesgraciatehanabrumadoconsupeso,—replicóEsterresueltaá infundirleánimoconsupropiaenergía.—Pero tienesquedejar todoesodetrásdetí.Nohaderetardartuspasossiescogeselsenderodelaselvayquieresalejartedelapoblación;nidebesecharsupesoenlanave,siprefieresatravesarelocéano.Dejaestosrestosdelnaufragioyestasruinasaquí,enellugardondeaconteció.Echatodoesoáunlado.Comiénzalotododenuevo.¿Hasagotadoporventuratodaslasposibilidadesdeacciónenelfracasodeunasolaprueba?Deningúnmodo.Elfuturoestáaunllenodeotraspruebas,yfinalmentedebuenéxito.¡Hayaunfelicidaddequedisfrutar!¡Hayaunmuchobienquehacer!Cambiaestavidafalsaquellevasporunadesinceridadydeverdad.Situespírituteinclinaáesavocación,séelmaestroyelapóstoldelarazaindígena,Ó,—puesacaso se adaptamás á tu naturaleza,—sé un sabio y un erudito entre losmás sabios yrenombradosdelmundodelasletras.Predica:escribe:séhombredeacción.Hazcualquier

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cosa, excepto echarte al suelo y dejarte morir. Despójate de tu nombre de ArturoDimmesdale,ycréateunonuevo,unnombreexcelso,talcomopuedesllevarlosintemornivergüenza.¿Porquéhasdesoportarunsolodíamáslostormentosquedetalmodohandevoradotuexistencia,—quetehanhechodébilparalavoluntadyparalaacción,—yquehastateprivarándelasfuerzasparaarrepentirte?—Ánimo;arriba,yadelante.

—¡Oh Ester!—exclamó Arturo Dimmesdale cuyos ojos brillaron un momento, paraperderelfulgorinmediatamente,áinflujosdelentusiasmodeaquellamujer,—¡ohEster!estáshablandodeemprenderlacarreraáunhombrecuyasrodillasvacilanytiemblan.¡Yotengo quemorir aquí! No tengo ya ni fuerzas, ni valor, ni energía para lanzarme á unmundoextraño,inmenso,erizadodedificultades,ylanzarmesolo.

Era esta la última expresióndel abatimiento de un espíritu quebrantado.Le faltaba laenergíaparaaprovecharsedelafortunamásfavorablequeparecíaestarásualcance.

Repitiólapalabra.

—¡Solo,Ester!

—Túnoirássolo,—respondióEsterconprofundoacento.

Yconesto,todoquedódicho.

XVIII

UNTORRENTEDELUZ

ARTURODIMMESDALEfijólosojosenEsterconmiradasenquelaesperanzaylaalegríabrillaban,seguramente,sibienmezcladasconciertomiedoyunaespeciedehorror,antelaintrepidezconqueellahabíaexpresadoloqueélvagamenteindicóynoseatrevióádecir.

PeroEsterPrynne,conunespíritullenodeinnatovaloryactividad,yporlargotiemponosólosegregada,sinodesterradadelasociedad,sehabíaacostumbradoáunalibertaddeespeculacióncompletamenteextrañaálamaneradeserdeleclesiástico.Singuíaniregladeningunaclasehabíaestadovagandoenunaespeciededesiertoespiritual;tanvasto,tanintrincado,tansombríoyselváticocomoaquelbosqueenqueestabanahorasosteniendoundiálogoque ibaádecidirdeldestinodeambos.Elcorazóny la inteligenciadeEsterpuededecirsequesehallabanensuelementoenloslugaresdesiertosqueellarecorríacontanta libertadcomolos indiossalvajessusbosques.Duranteañoshabíacontempladolasinstitucioneshumanas,ytodoloestablecidoporlareligiónólasleyes,desdeunpuntodevista que le era peculiar; criticándolo todo con tan poca reverencia como la queexperimentaríaelindiodelasselvasporlatogajudicial,lapicota,elcadalso,ólaiglesia.Tanto su destino como los acontecimientos de su vida habían tendido á hacer libre suespíritu.Laletraescarlataerasupasaporteparaentrarenregionesáqueotrasmujeresnoosaban acercarse. La Vergüenza, la Desesperación, la Soledad: tales habían sido susmaestras;rudasyseveras,peroquelahabíanhechofuerte,aunqueinduciéndolaalerror.

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El ministro, por el contrario, nunca había pasado por una experiencia tal que lecondujeraáponerenteladejuiciolasleyesgeneralmenteaceptadas;bienqueenunasolaocasión hubiera quebrantado una de las más sagradas. Pero esto había sido un pecadocometidoporlapasión,nolasconsecuenciasdeprincipiosdeterminados,nisiquieradeunpropósito. Desde aquella malhadada época, había observado con mórbido celo yminuciosidad,no sus acciones, porque éstas eran fácilesde arreglar, sino cada emociónporlevequefuera,yhastacadapensamiento.Hallándoseálacabezadelsistemasocial,comoloestabaeleclesiásticoenaquellaépoca,seencontrabaporesamismacausamásencadenadoporsusreglas,susprincipiosyaunsusprevencionesinjustas.Comoministrodelaltarqueera,elmecanismodelsistemadelainstituciónlocomprimíainevitablemente.Comohombrequehabíacometidounafaltaunavez,peroqueconservabasuconcienciaviva y penosamente sensible, merced al roce constante de una herida que no se habíacicatrizado, podía suponérsele más á salvo de pecar de nuevo que si nunca hubiesedelinquido.

Asínospareceobservarque,encuantoáEster,lossieteañosdeignominiaydestierrosocialhabíansidosólounapreparaciónparaestahora.Pero,¿yArturoDimmesdale?Siestehombredelinquieradenuevo,¿quéexcusapodríapresentarseparaatenuarsucrimen?Ninguna, ámenosque levalierade algodecir que sus fuerzas estabanquebrantadas envirtudde largos é intensospadecimientos; que su espíritu estabaobscurecidoy confusopor el remordimiento que lo corroía; que entre la alternativa de huir como un criminalconfesoópermanecer siendounhipócrita, seríadifícil hallar ladecisiónmás justa; queestá en la naturaleza humana evitar el peligro de muerte é infamia y las sutilesmaquinaciones de un enemigo; y, finalmente, que este pobre peregrino, débil, enfermo,infeliz, vió brillar inesperadamente, en su senda desierta y sombría, un rayo de afectohumanoydesimpatía,unanuevavida,llenadesinceridad,encambiodelatristeypesadavida de expiación que estaba ahora llevando. Y dígase también la siguiente y amargaverdad: la brecha que el delito ha abierto una vez en el alma humana, jamás quedacompletamente cerrada mientras conservamos nuestra condición mortal. Tiene quevigilarseyguardarse,paraqueelenemigonopenetredenuevoen lafortaleza,yescojaquizás otrosmedios de entrar que los empleados antes. Pero siempre está allí el muroabierto,yjuntoáélelenemigoartificiosoque,concautelayáhurtadillas,tratadeobtenerdenuevounavictoriamáscompleta.

Lalucha,sihuboalguna,noesprecisodescribirla;bastedecirqueDimmesdaleresolvióemprenderlafuga,ynosolo.

—Sientodosestossieteañospasados—pensó—pudierayorecordarunsolomomentodepazódeesperanza,aún losoportaría todoconfiandoen laclemenciadelCielo;peropuestoqueestoyirremediablementecondenado,¿porquénogozardelsolazconcedidoalsentenciadoantesdesuejecución?Ósiestesendero,comoEstertratadepersuadirme,eselqueconduceáunavidamejor,¿porquénoseguirlo?NipuedovivirpormástiemposinlacompañíadeEster,cuyafuerzaparasostenermeestanvigorosa,asícomoloestambiénsupoderparacalmarlasangustiasdemialma.¡OhTúáquiennomeatrevoálevantarlasmiradas!—¿meperdonarás?

—Túpartirás,—dijoEsterconreposadoacentoalencontrarlasmiradasdeDimmesdale.

Una vez tomada la decisión, el brillo de una extraña alegría esparció su vacilante

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esplendorsobreelrostroinquietodelministro.Fuéelefectoanimadorqueexperimentaunprisionero, que precisamente acaba de librarse del calabozo de su propio corazón, alrespirar la libreyborrascosaatmósferadeuna regiónselvática, sin leyesy sin frenodeningunaespecie.Suespírituseelevó,comodeungolpe,áalturasmásexcelsasdelasquelefuédadoalcanzardurantetodoslosañosqueelinfortuniolehabíamantenidoclavadoenlatierra;ycomoeradeuntemperamentoenextremoreligioso,ensuactualanimaciónhabíainevitablementealgoespiritual.

—¿Sientodenuevolaalegría?—sepreguntaba,sorprendidodesímismo.—Creíaqueelgermen de todo contento había muerto en mí. ¡Oh Ester, tú eres mi ángel bueno!Meparecequemearrojé,enfermo,contaminadoporlaculpa,abatidoporeldolor,sobreestashojasdelaselva,yquemehelevantadootrohombrecompletamentenuevo,yconnuevasfuerzasparaglorificaráAquelquehasidotanmisericordioso.Estaesyaunavidamejor.¿Porquénonoshemosencontradoantes?

—No miremos hacia atrás,—respondió Ester,—lo pasado es pasado: ¿para quédetenernosahoraenél?¡Mira!conestesímbolodeshagotodolohechoyprocedocomosinuncahubieraexistido.

Y diciendo esto, desabrochó los corchetes que aseguraban la letra escarlata, yarrancándoladesupecholaarrojóáunagrandistanciaentrelashojassecas.Elsímbolomísticocayóenlamismaorilladelarroyuelo,yápocomáslohabríahechoenelaguaquelehubieraarrastradoensumelancólicacorriente,agregandounnuevodolorálahistoriaqueconstantementeestabarefiriendoensusmurmullos.Peroallíquedóla letrabordadabrillandocomounajoyaperdidaquealgúnmalhadadoviajeropodríarecoger,paraversedespués perseguido quizá por extraños sueños de crimen, abatimiento del corazón éinfortuniosinigual.

Unavezarrojadalainsigniafatal,dióEsterunlargoyprofundosuspiroconelquesuespírituselibródelavergüenzayangustiaquelahabíanoprimido.¡Ohexquisitoalivio!No había conocido su verdadero peso hasta que se sintió libre de él. Movida de otroimpulso,sequitó lagorraqueaprisionabasuscabellos,quecayeronsobresusespaldas,ricos,negros,conunamezcladeluzysombraensuabundancia,comunicándolealrostrotodoelencantodeunasuaveexpresión.Jugueteabaenloslabiosybrillabaenlosojosunatiernayradiantesonrisa,queparecíatenersuorigenensufemeninocorazón.Lasmejillas,tanpálidashastaentonces,seveíananimadasderosadocolor.Susexo,sujuventud,ytodala riqueza de su hermosura se diría que habían surgido de nuevo de lo que se llama elpasado irrevocable, y se agrupaban en torno de ella con su esperanza virginal y unafelicidad hasta entonces desconocida, y todo dentro delmágico círculo de esta hora.Ycomosilaobscuridadytristezadelatierraydelfirmamentosolohubieransidoelreflejode loquepasabaenel corazóndeestosdosmortales, sedesvanecieron tambiéncon sudolor.Depronto,comoconrepentinasonrisadelcielo,elsolhizounaespeciedeirrupciónen la tenebrosa selva, derramando un torrente de esplendor, alegrando cada hoja verde,convirtiendo las amarillentas en doradas, y brillando entre los negruzcos troncos de lossolemnes árboles.Losobjetos, quehasta entonceshabían esparcido solamente sombras,eranahoracuerposluminosos.Elcursodelarroyuelopodríatrazarse,mercedásualegremurmullo, hasta allá á lo lejos en el misterioso centro de aquella selva que se habíaconvertidoentestigodeunaalegríaaúnmásmisteriosa.

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TalfuélasimpatíadelaNaturalezaconlafelicidaddeestosdosespíritus.Elamor,yabroteporvezprimera,ósurjadecenizascasiapagadas,siempretienequecrearunrayodesolquellenaelcorazóndeesplendorestales,queseesparcenentodoelmundointerior.Silaselvahubieraconservadoaunsutristeobscuridad,habríaparecidosinembargobrillanteálosojosdeEster,ybrillanteigualmenteálosdeArturoDimmesdale.

Esterledirigióunamiradallenadelaluzdeunanuevaalegría.

—TienesqueconoceráPerla,—ledijo,—¡nuestraPerlita!Túlahasvisto,—sí,yolosé,—perolaverásahoraconotrosojos.Esunaniñasingular.Apenaslacomprendo.Perotúlaamarástiernamente,comoyo,ymeaconsejarásacercadelmododemanejarla.

—¿Crees que la niña se alegrará de conocerme?—preguntó el ministro visiblementeinquieto.—Siempremehealejadodelosniños,porqueconfrecuenciademuestranciertadesconfianza, una especie de encogimiento en entrar en relaciones familiares conmigo.¡YohetemidosiempreáPerla!

—Esoera triste,—respondió lamadre,—peroella teamará tiernamentey tú laamarástambién.Noseencuentramuylejos.Voyállamarla.¡Perla!¡Perla!

—Desdeaquílaveo,—observóelministro.—Allíestá,enmediodelaluzdelsol,alotroladodelarroyuelo.¿Demodoquecreesquelaniñameamará?

Ester sonrió y llamó de nuevo á Perla que estaba visible á cierta distancia, como elministro había dicho, y semejabaunabrillante visión iluminadapor un rayode sol quecaíasobreellaaltravésdelasramasdelosárboles.Elrayoseagitabadeunladoáotro,haciendoquelaniñaparecieramásómenosconfusa,yacomounacriaturahumana,oracomounaespeciedeespíritu,ámedidaqueelesplendordesaparecíayretornaba.Oyólavozdesumadre,ysedirigióáellacruzandolentamentelaselva.

Perla no había hallado largo ni fastidioso el tiempo,mientras sumadre y elministroestuvieronhablando.Lagranselva,quetansombríayseverasepresentabaálosqueallítraíanlaculpaylasangustiasdelmundo,seconvirtióencompañeradelosjuegosdeestasolitarianiña.Sediríaque,paradivertirla,habíaadoptadolasmanerasmáscautivadorasyhalagüeñas: leofrecióbayasexquisitasderojizocolor,quelaniñarecogió,deleitándoseconsuagrestesabor.Lospequeñosmoradoresdeaquellasoledadapenasseapartabandelcaminodelaniña.Ciertoesqueunaperdiz,seguidadediezperdigones,seadelantóhaciaellaconaireamenazador,peroprontosearrepintiódesufierezaysevolviótranquilaalladode su tiernaprole, comodiciéndolesqueno tuvieran temor.Unpichóndepaloma,queestabasoloenunaramabaja,permitióáPerlaqueseleacercase,yemitióunsonidoque lomismopodíaserunsaludoqueungritodealarma.Unaardilla,desde loaltodelárbolenqueteníasumorada,charlabaensóndecóleraódealegría,porqueunaardillaesunanimalitotancoléricoycaprichosoqueesmuydifícilsabersiestáiracundoódebuenhumor,ylearrojóunanuezálacabeza.Unazorra,álaquesobresaltóelruidoligerodelospasosdelaniñasobrelashojas,miróconcuriosidadáPerlacomodudandoquéseríamejor,sialejarsedeallí,ócontinuarsusiestacomoantes.Sedicequeunlobo,—peroaquíyalahistoriahadegeneradoenloimprobable,—seacercóáPerla,olfateóelvestidodelaniñaéinclinólaferozcabezaparaqueselaacariciaraconsumanecita.Sinembargo,loque parece ser la verdad es que la selva, y todas estas silvestres criaturas á que dabasustento,reconocieronenaquellaniñaunsérhumanodeunanaturalezatanlibrecomola

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deellasmismas.

También la niña desplegaba aquí un carácter más suave y dulce que en las callesherbosasdelapoblación,óenlamoradadesumadre.Lasfloresparecíanconocerla,yenunsusurroleibandiciendocuandocercadeellaspasaba:“Adórnateconmigo,lindaniña,adórnateconmigo;”—yparadarlesgusto,Perlacogióvioletas,yanémonas,ycolumbinas,yalgunosramosverdes,yseadornóloscabellos,yserodeólacintura,convirtiéndoseenunaninfainfantil,enunatiernadríada,óenalgoquearmonizabaconelantiguobosque.De tal manera se había adornado cuando oyó la voz de su madre y se dirigía á ellalentamente.

Lentamente,sí,porquehabíavistoalministro.

XIX

LANIÑAJUNTOALARROYUELO

—TÚ la amarás tiernamente,—repitió Ester mientras en unión de Dimmesdalecontemplaban á Perla.—¿No la encuentras bella? Y mira con qué arte tan natural haconvertidoenadornoesasflorestansencillas.Sihubierarecogidoperlas,ydiamantes,yrubíes en elbosque,no le sentaríanmejor. ¡Esunaniña espléndida!Perobien sé áquéfrenteseparecelasuya.

—¿Sabes tú, Ester,—dijoArturoDimmesdale con inquieta sonrisa,—que esta queridaniña,quevasiempredandosaltitosá tu lado,mehaproducidomásdeunaalarma?Meparecía…¡ohEster!…¡quépensamientoesese,yquéterriblelaidea!…Meparecíaquelos rasgos demis facciones se reproducían en parte en su rostro, y que todo elmundopodríareconocerlas.¡Talessusemejanza!¡Peromásquetodoestuimagen.

—No,noesasí,—respondió lamadreconuna tiernasonrisa.Esperaalgún tiempo,nomucho,ynonecesitarásasustarteante la ideadequeseveadequiéneshija. ¡Peroquésingularmentebellaparececonesasfloressilvestresconquesehaadornadoelcabello!SediríaqueunadelashadasquehemosdejadoennuestraqueridaInglaterralahaataviadoparaquenossalgaalencuentro.

Conunsentimientoquejamáshastaentoncesningunodelosdoshabíaexperimentado,contemplabanlalentamarchadePerla.Enellaeravisibleellazoquelosunía.Enestossieteañosquehabíantranscurrido,fuélaniñaparaelmundounjeroglíficovivienteenquese revelaba el secreto que ellos de talmodo trataron de ocultar: en este símbolo estabatodoescrito,todopatentedeunmodosencillo,áhaberexistidounprofetaóunhábilmagocapaces de interpretar sus caracteres de fuego. Sea cual fuere el mal pasado, ¿cómopodríandudarquesusvidasterrenalesysusfuturosdestinosestabanentrelazados,cuandoveíanantesítantolauniónmaterialcomolaideaespiritualenqueambosseconfundían,yenquehabíandemorarjuntosinmortalmente?Pensamientosdeestanaturaleza,—yquizásotros que no se confesaban ó no describían,—revistieron á la niña de una especie de

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misteriosasolemnidadámedidaqueseadelantaba.—Que no vea nada extraño, nada apasionado, ni ansiedad alguna en tu manera de

recibirlaydirigirteáella,—ledijoEsteralministroenvozbaja.—NuestraPerlaesávecescomo un duende fantástico y caprichoso. Especialmente no puede tolerar las fuertesemociones,cuandonocomprendeplenamentelacausanielobjetodelasmismas.Perolaniñaescapazdeafectosintensos.Meamayteamará.

—Túnotienesunaidea,—dijoelministromirandodesoslayoáEster,—deloquetemoesta entrevista, y almismo tiempo cuánto la anhelo. Pero la verdad es, como ya te hedicho,quenomeganofácilmentelavoluntaddelosniños.Nosemesubenálasrodillas,nomecharlanaloído,norespondenámisonrisa;sinoquepermanecenalejadosdemíymemirandeunamaneraextraña.Aun los reciénnacidos lloran fuertementecuando lostomoenbrazos.Sinembargo,Perlahasidocariñosaparaconmigodosvecesensuvida.Laprimeravez…¡biensabescuandofué!Laúltima,cuandolallevastecontigoálacasadelseveroyancianoGobernador.

—Ycuandotúabogastetanvalerosamenteenfavordeellaymío,—respondiólamadre.—Lo recuerdo perfectamente, y también deberá recordarlo Perla. ¡No temas nada! Alprincipiopodráparecertesingularyhastahuraña,peroprontoaprenderááamarte.

Ya Perla había llegado á la orilla del arroyuelo, y allí se quedó contemplandosilenciosamente á Ester y al ministro, que permanecían sentados juntos en el troncomusgoso del viejo árbol, esperando que viniese. Precisamente donde la niña se habíadetenido, el arroyuelo formaba un charco tan liso y tranquilo que reflejaba una imagenperfectadesucuerpecito,contodalapintorescabrillantezdesubelleza,querealzabasuadornode floresyhojas, sibienmásespiritualizadaydelicadaqueen la realidad.Estaimagen, casi tan idéntica á lo que era Perla, parecía comunicar algo de su cualidadintangibleyflotanteálaniñamisma.LamaneraenquePerlapermanecíaallí,mirándolesfijamente al través de la semi-obscuridad de la selva, era realmente extraña; iluminadaella,sinembargo,porunrayodesolatraídoallíporciertaocultasimpatía.Estermismasesentíadeunmodovagoymisteriosocomoalejadadesuhija;comosiésta,ensupaseosolitarioporlaselva,sehubieraapartadoporcompletodelaesferaenquetantoellacomosu madre habitaban juntas, y estuviese ahora tratando de regresar, aunque en vano, alperdidohogar.

Y en esta sensación había á la vez verdad y error: hija y madre se sentían ahoramutuamenteextrañas,peroporculpadeEster,nodePerla.Mientras laniña sepaseabasolitariamente,otrosérhabíasidoadmitidoenlaesferadelossentimientosdelamadre,modificandode talmodoel aspectode lascosas,quePerla, al regresarde supaseo,nopudohallarsuacostumbradopuestoyapenasreconocióásumadre.

—Unasingularideasehaapoderadodemí,—dijoelenfermizoministro.—Semefiguraqueestearroyueloformaellímiteentredosmundos,yquenuncamáshasdeencontrarátuPerla.¿Óacasoesellaunaespeciededuendeóespírituencantadoálosque,comonosdecíanenloscuentosdenuestrainfancia,lesestáprohibidocruzarunacorrientedeagua?Teruegoqueteapresures,porqueestademorayamehapuestolosnerviosenconmoción.

—Ven,queridaniña,—dijoEsteranimándolayextendiendolosbrazoshaciaella.—Ven:¡quélentaeres!¿Cuándo,antesdeahora, tehasmostradotanfloja?Aquíestáunamigo

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míoquetambiénquieresertuamigo.Enadelantetendrásdosvecestantoamorcomoelquetumadresolapuededarte.Saltasobreelarroyueloyvenhacianosotros.Túpuedessaltarcomouncorzo.

Perla, sin responder de ningúnmodo á estasmelosas expresiones, permaneció al otrolado del arroyuelo, fijando los brillantes ojos ya en su madre, ya en el ministro, óincluyendo á veces á entrambos en la misma mirada, como si quisiera descubrir yexplicarse loquehabíade comúnentre losdos.Debidoá inexplicablemotivo, al sentirArturo Dimmesdale que las miradas de la niña se clavaban en él, se llevó la mano alcorazón con el gesto que le era tan habitual y que se había convertido en accióninvoluntaria.Alfin,tomandociertoaspectosingulardeautoridad,Perlaextendiólamanoseñalandoconeldedoíndiceevidentementeelpechodesumadre.Ydebajo,enelcristaldelarroyuelo,seveíalaimagenbrillanteyllenadefloresdePerla,señalandotambiénconsudedito.

—Niñasingular,¿porquénovienesdondeestoy?—exclamóEster.

Perla teníaextendidoauneldedo índice,y fruncióel entrecejo, loque lecomunicabaunasignificaciónmásnotable,atendidaslasfaccionesinfantilesquetalaspectotomaban.Como su madre continuaba llamándola, lleno el rostro de inusitadas sonrisas, la niñagolpeólatierraconelpiecongestosymiradasaunmásimperiosos,quetambiénreflejóelarroyuelo,asícomoeldedoextendidoyelgestoimperiosodelaniña.

—Apresúrate,Perla, óme incomodaré,—gritóEster, quien, acostumbrada á semejantemododeprocederdepartede suhijaenotrasocasiones,deseaba, comoeranatural,uncomportamiento algomejor en las circunstancias actuales.—Salta el arroyuelo, traviesaniña,ycorrehaciaaquí:delocontrarioyoiréádondetúestás.

PeroPerlanohizocasode lasamenazasdesumadre,comono lohabíahechodesuspalabrasafectuosas,sinoquerompióenunarrebatodecólera,gesticulandoviolentamentey agitando su cuerpecito con las más extravagantes contorsiones, acompañando estaexplosióndeiradeagudosgritosquerepercutiólaselvaportodaspartes;demodoqueápesarde losolaqueestabaensu infantilé incomprensiblefuror,parecíaqueunaocultamultitudlaacompañabayhastalaalentabaensusacciones.Yenelaguadelarroyuelosereflejóunavezmás lacolérica imagendePerla, coronadade flores,golpeandoel sueloconelpie,gesticulandoviolentamenteyapuntandoconeldedoíndicealsenodeEster.

—Yaséloquequiereestaniña,—murmuróEsteralministro,ypalideciendo,ápesardeungranesfuerzoparaocultarsudisgustoysumortificación,dijo:—losniñosnopermitenelmáslevecambioenelaspectoacostumbradode lascosasquetienendiariamenteá lavista.Perlaechademenosalgoquesiempremehavistollevar.

—Si tienesalgúnmediodeapaciguará laniña,—ledijoelministro,—te ruegoque lohagasinmediatamente.Exceptoelfurordeunaviejahechicera,comolaSra.Hibbins,—agregó tratando de sonreir,—nada hay queme asuste tanto como un arrebato de cóleracual éste en un niño. En la tierna belleza de Perla, así como en las arrugas de la viejahechicera,tieneesearrebatoalgodesobrenatural.Apacíguala,simeamas.

EstersedirigiódenuevoáPerla,conelrostroencendido,dandounamiradadesoslayoalministro,yexhalandoluegounhondosuspiro;yaunantesdehaber tenido tiempodehablar,elcolordesusmejillasseconvirtióenmortalpalidez.

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—Perla,—dijo con tristeza,—mira á tus pies…. Ahí… frente á tí… al otro lado delarroyuelo.

Laniñadirigiólasmiradasalpuntoindicado,yallíviólaletraescarlata,tancercadelaorilladelacorriente,queelbordadodeorosereflejabaenelagua.

—Tráelaaquí,—dijoEster.

—Ventúábuscarla,—respondióPerla.

—¡Habrásevisto jamásniña igual!—observóEsterapartealministro.—¡Oh!Te tengoque decirmucho acerca de ella. Pero á la verdad, en el asunto de este odioso símbolo,tienerazón.Debosufrirestetormentotodavíaalgúntiempo,unoscuantosdíasmás,hastaquehayamosdejadoesta regióny lamiremoscomounpaísconquehemossoñado.Laselva no puede ocultarla. El océano recibirá la letra de mis manos, y la tragará parasiempre!

Diciendoestoseadelantóálamargendelarroyuelo,recogiólaletraescarlataylafijódenuevoenelpecho.Unmomentoantes,cuandoEsterhablódearrojarlaalsenodelocéano,había en ella un sentimiento de fundada esperanza; al recibir de nuevo este símbolomortíferodelamanodeldestino,experimentólasensacióndeunasentencia irrevocablequesobreellapesaba.Lahabíaarrojadoalespacioinfinito,—habíarespiradounahoraelaire de la libertad,—y de nuevo estaba aquí la letra escarlata con todo su suplicio,brillando en el lugar acostumbrado. De la misma manera una mala acción se revistesiempre del carácter de ineludible destino. Ester recogió inmediatamente las espesastrenzasdesuscabellosy lasocultóbajosugorra.Ycomosihubieraunmaleficioen latristeletra,desapareciósuhermosuraytodoloqueenellahabíadefemenino,ámaneraderayodesolquesedesvanece,ycomosiunasombrasehubieraextendidosobretodosusér.

Efectuadoelterriblecambio,extendiólamanoáPerla.

—¿Conocesahoraátumadre,niña?—lepreguntóconacentodereproche,aunqueenuntonomoderado.¿Quieresatravesarelarroyo,yvenirádondeestátumadre,ahoraquesehapuestodenuevosuignominia,—ahoraqueestátriste?

—Sí, ahora quiero,—respondió la niña atravesando el arroyuelo, y estrechando á sumadrecontrasupecho.Ahoraeresrealmentemimadre,yyosoytuPerlita.

Yconunaternuraquenoeracomúnenella,atrajohaciasílacabezadesumadreylabesó en la frente y en las mejillas. Pero entonces,—por una especie de necesidad quesiempre la impulsabaámezclarenel contentoqueproporcionabaunapartededolor,—Perlabesótambiénlaletraescarlata.

—Esonoesbueno,—dijoEster,—cuandomehasdemostradounpocodeamor,temofasdemí.

—¿Porquéestásentadoelministroallí?—preguntóPerla.

—Teestáesperandoparasaludarte,—replicósumadre.—Véypídelesubendición.Élteama,Perlitamía,ytambiénamaátumadre.¿Noloamarástúigualmente?Vé:éldeseaacariciarte.

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—¿Nos ama realmente?—dijo Perla mirando á su madre con expresión de vivainteligencia.—¿Irá con nosotros, dándonos la mano, y entraremos los tres juntos en lapoblación?

—Ahora no,mi querida hija,—respondió Ester.—Pero dentro de algunos días iremosjuntos de la mano, y tendremos un hogar y una casa nuestra, y te sentarás sobre susrodillas,yteenseñarámuchascosasyteamarámuytiernamente.Tútambiénloamarás,¿noesverdad?

—¿Yconservarásiemprelamanosobreelcorazón?

—¿Quépreguntaesesa,locuela?—exclamólamadre:venypídelesubendición.

Pero sea que influyeran en ella los celos que parecen instintivos en todos los niñosmimados, en presencia de un rival peligroso, ó que fuese un capricho de su naturalezasingular,PerlanoquisodarmuestrasdeafectoalgunoáArturoDimmesdale.Solamente,yálafuerza,lallevósumadrehaciaelministro,yesoquedándoseatrásymanifestandosumalaganaconrarosvisajes,deloscuales,desdesumástiernainfancia,poseíanumerosavariedad, pudiendo transformar sumóvil fisonomíadediversasmaneras, y siempre conunaexpresiónmásómenosperversa.Elministro,—penosamentedesconcertado,peroconla esperanza de que unbeso podría ser una especie de talismánque le ganara la buenavoluntadde la niña,—se inclinóhacia ella y la besó en la frente. InmediatamentePerlalogródesasirsedelasmanosdesumadre,ycorriendohaciaelarroyuelo,sedetuvoenlaorilla y se lavó la frente en sus aguas, hasta que creyó borrado completamente el besorecibidodemalagana.DespuéspermanecióáunladocontemplandoensilencioáEsteryal ministro, mientras éstos conversaban juntos y hacían los arreglos sugeridos por sunuevaposiciónyporlospropósitosqueprontohabíanderealizar.

Y ahora esta fatídica entrevista quedó terminada. Aquel lugar donde se encontraban,permaneceríaabandonadoensusoledadentrelossombríosyantiguosárbolesdelaselvaque,consusnumerosaslenguas,susurraríanlargamenteloqueallíhabíapasado,sinqueningúnmortalfueraporesomáscuerdo.Yelmelancólicoarroyueloagregaríaestanuevahistoriaálosmisteriososcuentosqueyaconocía,ycontinuaríasuantiguomurmullo,noporciertomásalegredeloquehabíasidodurantesiglosysiglos.

XX

ELMINISTROPERDIDOENUNLABERINTO

ARTURODIMMESDALE partió el primero, adelantándose áEster y áPerla, yya á ciertadistancia dirigió una mirada hacia atrás, como si esperara descubrir tan sólo algunosrasgosdébilesóloscontornosdelamadreydelaniñadesvaneciéndoselentamenteenlasemiobscuridaddelaselva.Acontecimientodetalimportanciaensuexistencia,nopodíaconcebirquefuesereal.PeroallíestabaEster,vestidaconsutrajedepardocolor,depietodavía junto al tronco del árbol que algún viento tempestuoso derrumbó en tiempos

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inmemoriales,todocubiertodemusgo,paraqueesosdosserespredestinados,conelalmaabrumadadepesar,pudieransentarseallíjuntosyencontrarunasolahoradedescansoysolaz.YallítambiénestabaPerla,bailandoalegrementeáorillasdelarroyuelo,ahoraqueaquel extraño intruso se había ido, y la dejaba ocupar su antiguo puesto al lado de sumadre.No:elministronosehabíaquedadodormido,nihabíasoñado.

Para conseguir que desaparecieran de su mente la vaguedad y confusión de susimpresiones,quelehacíanexperimentarunaextrañainquietud,sepusoárecordardeunamaneraprecisaydefinidalosplanesyproyectosqueélyEsterhabíanbosquejadoparasupartida. Se había convenido entre los dos que el Antiguo Mundo, con sus ciudadespopulosas,lesofreceríamejorabrigoymayoroportunidad,parapasarinadvertidosquenolasselvasmismasdelaNuevaInglaterraódetodalaAmérica,consusalternativasdeunaque otra choza de indios ó las pocas ciudades de europeos, escasamente pobladas,esparcidasaquíyallíá lo largode lascostas.Todoestosinhablarde lamalasaluddelministro,quenoseprestabaciertamenteásoportarlostrabajosyprivacionesdelavidadelos bosques, cuando sus dones naturales, su cultura y el desenvolvimiento de todas susfacultadesleadaptabanparavivirtansóloenmediodepueblosdeadelantadacivilización.Paraquepudiesenllevarácaboloquehabíandeterminado,lacasualidadlesdeparóquehubieraenelpuertounbuque,unadeesasembarcacionesdedudosocarácter,cosamuycomúnenaquellostiempos,quesinserrealmentepiratas,recorríansinembargolosmaresconmuypocorespetoá las leyesdepropiedad.Estebuquehabía llegadorecientementedelMardelasAntillas,ydebíahacerseálaveladentrodetresdíasconrumboáBrístolenInglaterra.Ester,cuyavocaciónparahermanade laCaridad lahabíapuestoencontactocon el capitán y los tripulantes de la nave, se ocuparía en conseguir el pasaje de dosindividuosyunaniña,contodoelsecretoquelascircunstanciashacíanmásquenecesario.

Elministro había preguntado áEster, con no poco interés, la fecha precisa en que elbuquehabíadepartir.Probablementeseríadentrodecuatrodíasácontardeaquelenqueestaban. “¡Feliz casualidad!”—se dijo para sus adentros. Por qué razón el ReverendoArturo Dimmesdale lo consideró una feliz casualidad, vacilamos en revelarlo. Sinembargo,paraqueellectorlosepatodo,diremosquedentrodetresdíasteníaquepredicarelsermóndelaelección;ycomosemejanteactoformabaunaépocahonrosaenlavidadeun eclesiástico de laNueva Inglaterra, el Sr.Dimmesdale no podía haber escogido unaoportunidadmásconvenienteparaterminarsucarreraprofesional.“Álomenos,dirándemí,—pensó este hombre ejemplar,—que no he dejado por desempeñar ningún deberpúblico, ni lo he desempeñadomal.”—¡Triste es, indudablemente, ver que una personaque podía hacer un examen tan profundo y minucioso de sí mismo, se engañara á talextremo!Yahemosdicho,yaunnosquedanpordecir,cosaspeoresdeél;peroningunatan lastimosamente débil; ninguna que diera una prueba tan irrefragable de la sutilenfermedad que había, desde tiempo atrás, minado la verdadera base de su carácter.Ningún hombre puede llevar por mucho tiempo, por decirlo así, dos rostros: uno enpúblicoyotrofrenteáfrentedesuconciencia,sinquealfinllegueánosabercuáleselverdadero.

LaagitaciónqueexperimentóelSr.DimmesdalealregresardesuentrevistaconEster,lecomunicó una energía física inusitada, y le hizo caminar hacia la población con rápidopaso. El sendero al través de los bosques le pareció más bravío, más áspero con susobstáculosnaturales,ymenosholladoporpieshumanos,quecuandolorecorrióensentido

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inverso. Pero saltaba sobre los lugares pantanosos, se introducía por entre el frondosoramaje, trepaba cuando encontraba cuestas que subir, ó descendía á las hondonadas; enuna palabra, venció todas las dificultades que se le presentaron en el camino, con unaactividad infatigable que á él mismo le sorprendía. No pudo menos de recordar cuánfatigosamente, y con cuántas paradas para recobrar aliento, había recorrido ese mismocaminotansolodosdíasantes.Ámedidaqueseacercabaá laciudadfuécreyendoquenotabauncambioenlosobjetosqueleeranmásfamiliares,comosidesdequesaliódelapoblaciónnohubierantranscurridosolamentedosótresdías,sinomuchosaños.

Ciertamentequelascallespresentabanelmismoaspectoqueantes,segúnlasrecordaba,y las casas tenían las mismas peculiaridades, con su multitud de aleros y una veletaprecisamente en el lugar en que su memoria se lo indicaba. Sin embargo, la idea decambio le acosaba á cada instante, aconteciéndole igual fenómeno con las personasconocidasqueveía,ycontodaslasqueleeranfamiliaresenlapequeñapoblación.Nolashallaba ahora ni más jóvenes ni más viejas; las barbas de los ancianos no eran másblancas,nielniñoqueandabaágatasayerpodíamoversehoyhaciendousodesuspies:eraimposibledecirenquédiferíandelaspersonasáquieneshabíavistoantesdepartir;ysinembargo,algointernoparecíasugerirlequesehabíaefectuadouncambio.Recibióunaimpresión de esta naturaleza, de lamaneramás notable, al pasar junto á la iglesia queestaba á su cargo. El edificio se le presentó con un aspecto á la vez tan extraño y tanfamiliar, que el Sr. Dimmesdale estuvo vacilando entre estas dos ideas: ó que hastaentonceslohabíavistosolamenteenunsueño,óqueahoraestabasimplementesoñando.

Estefenómeno,enlasvariasformasqueibatomando,noindicabauncambioexterno,sinouncambiotanrepentinoéimportanteenelespectadormismo,queelespaciodeunsolo día de intervalo había sido para él equivalente al transcurso de varios años. Lavoluntaddelministroy ladeEster,yeldestinoquesobreellospesaba,habíanoperadoestatransformación.Eralamismaciudadqueantes;peronoeraelmismoministroelquehabíaregresadodelaselva.Podríahaberdichoálosamigosquelesaludaban:“Nosoyelhombre por quien me tomáis. Lo he dejado allá en la selva, retirado en un ocultovallecillo,juntoáuntroncomusgosodeárbol,nolejosdeunmelancólicoarroyuelo.Id:buscadávuestroministro,yved si sucuerpoextenuado, susmejillasdescarnadas,y supálidafrentesurcadadearrugasporeldolor,nohansidoarrojadosallícomovestidodequeunosedeshace.”Sindudaalgunasusamigoshabríaninsistido,diciéndole:“Túereselmismohombre”;peroelerrorhubieraestadodepartedesusamigosynodelministro.

AntesdequeelSr.Dimmesdalellegaraásumorada,suséríntimoledióotraspruebasdequeuna revoluciónsehabíaoperadoensumododepensarydesentir.Á laverdad,soloáunarevolucióndeesanaturaleza,completay total,podíanatribuirse los impulsosque agitaban al infortunadoministro.Á cada paso se sentíamovidodel deseo de haceralgo extraño, inusitado, violento ó perverso, con la convicción de que sería á la vezinvoluntario é intencionaly ádespechode símismo,pero emanandodeun sentimientomásprofundoqueelqueseoponíaal impulso.Porejemplo,seencontróconunodelosdiáconos de su iglesia, buen anciano que le saludó con el afecto paternal y el airepatriarcaláqueteníaderechoporsusaños,susvirtudesysuposición,yalmismotiempoconelprofundo respeto, casiveneración,queel carácterpúblicoyprivadodelministroreclamaban.Nuncasevióunejemplomáshermosodecómolamajestadysabiduríadelosañospuedenhermanarseálaobedienciayrespetoqueunacategoríasocialéinteligencia

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inferiores deben á una persona superior en esas cualidades. Pues bien, durante unaconversación de unos pocos momentos entre el Reverendo Sr. Dimmesdale y esteexcelente y anciano diácono, solo merced á la más cuidadosa circunspección y casihaciéndose violencia, evitó el ministro proferir ciertas reflexiones heréticas que se leocurrieronsobrevariospuntosreligiosos.Temblabaypalidecíatemiendoquesuslabios,ádespechodesímismo,emitiesenalgunosde loshorriblespensamientosque lecruzabanporlamente.Ysinembargo,aunqueconelcorazónllenodetalterror,nopudomenosdesonreirse al imaginar lo estupefacto que se habría quedado el santo varón y patriarcaldiáconoantelaimpiedaddesuministro.

Referiremos otro incidente de igual naturaleza. Yendo á toda prisa por la calle, elReverendo Sr. Dimmesdale tropezó de manos á boca con uno de los más antiguosmiembrosdesuiglesia,unaancianaseñora, lamáspiadosayejemplarquepuedadarse:pobre,viuda,sola,yconelcorazón todo llenodereminiscenciasdesumaridoydesushijos,yamuertos,asícomodesusamigosfallecidostambiénhacíatiempo.Sinembargo,todoesto,quedeotromodohabría sidoundolor intenso, sehabíacasi convertidoparaestaalmapiadosaenungocesolemne,graciasálosconsuelosreligiososyálasverdadesdelasSagradasEscrituras,conquepuededecirsequesehabíanutridocontinuamenteporespacio demás de treinta años.Desde que el Reverendo Sr.Dimmesdale la tomó á sucargo, el principal consuelo terrenal de la buena señora consistía en ver á su pastorespiritual,yadepropósitodeliberado,yaporcasualidad,ysentirconfortadaelalmaconuna palabra que respirase las verdades consoladoras del Evangelio, y que saliendo deaquelloslabiosreverenciados,penetraseensupobreperoatentooído.Masenlapresenteocasión,alquererelReverendoSr.Dimmesdaleabrirloslabios,nolefuéposiblerecordarun solo texto de las Sagradas Escrituras, y lo único que pudo decir fué algo breve,enérgico,quesegúnleparecióáélmismoentonces,veníaáserunargumentoirrefutablecontra la inmortalidad del alma. La simple insinuación de semejante idea habría hechoprobablemente caer á tierra sin sentido á esta anciana señora, como por efecto de unainfusióndevenenointensamentemortífero.Loqueelministrodijoenrealidad,nopudorecordarlo nunca. Tal vez hubo en sus palabras una cierta obscuridad que impidió á labuena viuda comprender exactamente la idea queDimmesdale quiso expresar, ó quizásellalasinterpretóalláásumanera.Lociertoes,quecuandoelministrovolviólamiradahaciaatrás,notóenelrostrodelasantamujerunaexpresióndeéxtasisydivinagratitud,comosiestuvierailuminadoporlosresplandoresdelaciudaddivina.

Aunreferiremosuntercerejemplo.Despuésdesepararsedelaancianaviuda,encontróálamásjovendesusfeligreses.EraunatiernadoncellaáquienelsermónpredicadoporelReverendoSr.Dimmesdale,eldíadespuésdelanochepasadaenvelaeneltablado,habíahechotrocarlosgocestransitoriosdelmundoporlaesperanzacelestialqueiríaganandobrillantez á medida que las sombras de la existencia se fueran aumentando, y quefinalmenteconvertiríalastinieblaspostrerasenoleadasdeluzgloriosa.Eratanpuraytanbellacomoun lirioquehubiese florecidoenelParaíso.Elministrosabíaperfectamentequesuimagensehallabaveneradaenelsantuarioinmaculadodelcorazóndeladoncella,quemezclabasuentusiasmoreligiosoconeldulcefuegodelamor,ycomunicabaalamortodalapurezadelareligión.Deseguroqueelenemigodelgénerohumanohabíaapartadoaqueldíaá la jovendoncelladel ladodesumadre,paraponerlaalpasodeestehombrequepodemosllamarperdidoydesesperanzado.Ámedidaquelajovenseibaacercandoal

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ministro,elmalignoespíritulemurmuróáésteeneloídoquecondensaraenlaformamásbreve, y vertiera en el tierno corazón de la virgen, un germen de maldad que prontoproduciríanegras floresy frutos aúnmásnegros.Era tal la convicciónde su influenciasobreestaalmavirginal,quedeestemodoáélseconfiaba,queelministrosabíamuybienque leeradadomarchitar todoeste jardínde inocenciaconunasolamiradaperversa,óhacerle florecer en virtudes con una sola buena palabra. De consiguiente, después desostenerconsigomismounaluchamásfuertequelasqueyahabíasostenido,secubrióelrostroconelcapoteyapresuróelpasosindarseporentendidoquelahabíavisto,dejandoá la pobre muchacha que interpretase su rudeza como quisiera. Ella escudriñó suconciencia, llena de pequeñas acciones inocentes, y la infeliz se reprochó mil faltasimaginarias, y al día siguiente estuvo desempeñando sus quehaceres domésticos todacabizbajayconojosllorosos.

Antesdequeelministrohubieratenidotiempodecelebrarsuvictoriasobreestaúltimatentación, experimentó otro impulso no ya ridículo, sino casi horrible. Era,—nosavergonzamos de decirlo,—nada menos que detenerse en la calle y enseñar algunaspalabrotas muy malsonantes á un grupo de niños puritanos, que apenas empezaban áhablar.Habiendoresistidoesteimpulsocomocompletamenteindignodeltrajequevestía,encontróáunmarineroborrachodelatripulacióndelbuquedelMardelasAntillasdequehemoshablado;yestavez,despuésdehaberrechazadotanvalerosamentetodaslasotrasperversas tentaciones,elpobreSr.Dimmesdaledeseó,alfin,darunapretóndemanosáestetunantealquitranado,yrecrearseconalgunosdeesoschistesdemalaleydequetalacopio tienen los marineros, sazonado todo con una andanada de ternos y juramentoscapaces de estremecer el cielo. Detuviéronle no tanto sus buenos principios, como supudorinnatoylasdecorosascostumbresadquiridasbajosutrajedeeclesiástico.

—¿Quéesloquemepersigueymetientadeestamanera?—sepreguntóelministroásímismo,deteniéndoseenlacalleygolpeándoselafrente.—¿Estoylocoporventura,ómehallocompletamenteenpoderdelenemigomalo?¿Hiceunpactoconélenlaselvaylofirméconmipropiasangre?¿Ymepideahoraquelocumpla,sugiriéndomequelleveácabotodaslasiniquidadesquepuedaconcebirsuperversaimaginación?

EnlosmomentosenqueelReverendoSr.Dimmesdalerazonabadeestemodoconsigomismo,ysegolpeabalafrenteconlamano,sedicequelaancianaSra.Hibbins,ladamareputada por hechicera, pasaba por allí, vestida con rico traje de terciopelo,fantásticamentepeinada,yconunhermosocuellodelechuguilla,todolocualledabaunaapariencia de persona de muchas campanillas. Como si la hechicera hubiese leído lospensamientos delministro, se detuvo ante él, fijó lasmiradas astutamente en su rostro,sonrióconmalicia,y,—aunquenomuydadaáhablarcongentedelaiglesia,—tuvoconélelsiguientediálogo:

—De modo, Reverendo Señor, que habéis hecho una visita á la selva,—observó lahechicera inclinandosugranpeinadohaciaelministro.—Lapróximavezquevayáis,osruegomeloaviséisentiempo,ymeconsiderarémuyhonradaenacompañaros.Sinquererexagerarmiimportancia,creoqueunapalabramíaserviráparaproporcionarácualquiercaballeroextrañounaexcelenterecepcióndepartedeaquelpotentadoquesabéis.

—Osaseguro,señora,—respondióelministroconrespetuososaludo,comodemandabalaaltajerarquíadeladama,ycomosubuenaeducaciónseloexigía,—osaseguro,bajomi

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concienciayhonor,queestoycompletamenteáobscurasacercadelsentidoqueentrañanvuestraspalabras.Noheidoálaselvaábuscaráningúnpotentado;niintentohacerallíunafuturavisitaconelfindeganarmelaprotecciónyfavordesemejantepersonaje.MiúnicoobjetofuésaludarámipiadosoamigoelapóstolEliot,yregocijarmeconélporlasmuchaspreciosasalmasquehaarrancadoálaidolatría.

—¡Ja!¡ja!¡ja!—exclamólaancianabruja, inclinandosiempresualtopeinadohaciaelministro.—Bien,bien:nonecesitamoshablardeestoduranteeldía;peroámedianoche,yenlaselva,tendremosjuntosotraconversación.

Laviejahechiceracontinuósucaminoconsuacostumbradamajestad,perodecuandoencuandovolvíahaciaatrás lasmiradasyse sonreía,exactamentecomoquienquisieradaráentenderqueexistíaentreellayelministrounasecretaymisteriosaintimidad.

—¿Mehabrévendidoyomismo,—sepreguntóelministro,—almalignoespírituáquien,si es verdad lo que se dice, esta vieja y amarillenta bruja, vestida de terciopelo, haescogidoporsupríncipeyseñor?

¡Infelizministro!Habíahechounpactomuyparecidoáesedequehablaba.Alucinadoporunsueñodefelicidad,habíacedido,deliberadamente,comonuncalohizoantes,álatentacióndeloquesabíaqueeraunpecadomortal;yelvenenoinficionadordeesepecadose había difundido rápidamente en todo su sér moral; adormeciendo todos sus buenosimpulsos,ydespertandoenéltodoslosmalosávidaanimadísima.Elodio,eldesprecio,lamalignidadsinprovocaciónalguna,eldeseogratuitodeserperverso,deridiculizartodolobueno y santo, se despertaron en él para tentarle al mismo tiempo que le llenaban depavor. Y su encuentro con la vieja hechicera Hibbins, caso de que hubiera acontecidorealmente,sólovinoámostrarlesussimpatíasysucompañerismoconmortalesperversosyconelmundodeperversosespíritus.

Ya para este tiempo había llegado á su morada, cerca del cementerio, y subiendoapresuradamente las escaleras se refugió en su estudio.Mucho se alegró elministro deversealfinenesteasilo,sinhabersevendidoélmismocometiendounadeesasextrañasymalignasexcentricidades,áquehabíaestadocontinuamenteexpuesto,mientrasatravesabalascallesdelapoblación.Entróensucuarto,ydióunamiradaalrededorexaminandoloslibros, las ventanas, la chimeneapara el fuego, y los tapices, experimentando lamismasensacióndeextrañezaquelehabíaacosadoduranteeltrayectodesdelaselvaálaciudad.Enestahabitaciónhabíaestudiadoyescrito;aquíhabíaayunadoypasadolasnochesenvela, hasta quedar casimediomuerto de fatiga y debilidad; aquí se había esforzado enorar; aquí había padecido mil y mil tormentos y agonías. Allí estaba su Biblia, en elantiguo y rico hebreo, con Moisés y los Profetas que le hablaban constantemente, yresonandoentodaellalavozdeDios.Allí,sobrelamesa,conlaplumaallado,habíaunsermónpor terminar,conunafrase incompleta talcomoladejócuandosalióáhacersuvisitadosdíasantes.Sabíaqueéleraelmismo,elministrodelgadodepálidasmejillasquehabíahechoysufrido todasestascosas,y teníayamuyadelantadosusermónde laelección. Pero parecía como si estuviera aparte contemplando su antiguo sér con ciertacuriosidaddesdeñosa,compasivaysemienvidiosa.Aquelantiguosérhabíadesaparecido,y otro hombre había regresado de la selva: más sabio, dotado de un conocimiento deocultos misterios que la sencillez del primero nunca pudo haber conseguido. ¡Amargoconocimientoporcierto!

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Mientrassehallabaocupadoenestas reflexiones, resonóungolpecitoen lapuertadelestudio,yelministrodijo:“Entrad”—nosincierto temordequepudieraserunespíritumaligno. ¡Y así fué!Era el ancianoRogerioChillingworth. Elministro se puso en pie,pálidoymudo,conunamanoenlasSagradasEscriturasylaotrasobreelpecho.

—¡Bienvenido,ReverendoSeñor!—dijoelmédico.—Ycómohabéishalladoáesesantovarón,elapóstolEliot?Peromeparece,miqueridoseñor,queestáispálido;comosielviajeal travésde lasselvashubierasidomuypenoso.¿Nonecesitáisdemiauxilioparafortalecerosalgo,cosadequepodáispredicarelsermóndelaelección?

—No, creo que no,—replicó el Reverendo Sr.Dimmesdale.—Mi viaje, y la vista delsantoapóstol,yelairelibreypuroqueallíherespirado,despuésdetanlargoencierroenmi estudio,me han hechomucho bien. Creo que no tendrémás necesidad de vuestrasdrogas,mibenévolomédico,ápesarde lobuenasquesonydeestaradministradasporunamanoamiga.

DurantetodoestetiempoelancianoRogeriohabíaestadocontemplandoalministroconlamiradagraveyfijadeunmédicoparaconsupaciente;peroápesardeestasapariencias,elministroestabacasiconvencidodequeChillingworthsabia,óporlomenossospechaba,su entrevista conEster. Elmédico conocía, pues, que para su enfermo él no era ya unamigo íntimoy leal, sinosumásencarnizadoenemigo;deconsiguiente,eranaturalqueunapartedeesossentimientostomaraformavisible.Essinembargosingularelhechodeque á veces transcurra tanto tiempo antes de que ciertos pensamientos se expresen pormediodepalabras,yasívemosconcuantaseguridaddospersonas,quenodeseantratarelasunto que más á pecho tienen, se acercan hasta sus mismos límites y se retiran sintocarlo. Por esta razón, elministro no temía que elmédico tratara de unmodo claro ydistintolaposiciónverdaderaenquemutuamenteseencontrabanunoyotro.Sinembargo,elancianoRogerio,consumaneratenebrosadecostumbre,seacercóconsiderablementealparticulardelsecreto.

—¿Noseríamejor,dijo,queossirvieraisestanochedemipocahabilidad?Realmente,miqueridoseñor,tenemosqueesmerarnosyhacertodoloposibleparaqueestéisfuerteyvigoroso el día del sermón de la elección. El público espera grandes cosas de vos,temiendoquealllegarotroañoyasupastorhayapartido.

—Sí,áotromundo,—replicóelministroconpiadosaresignación.—Concédameelcieloque seaáunmundomejor,porque, enverdad, apenascreoquepodrépermanecerentremisfeligreseslasrápidasestacionesdeotroaño.Yencuantoávuestrasmedicinas,buenseñor,enelestadoactualdemicuerpo,nolasnecesito.

—Muchome alegro de oírlo,—respondió elmédico.—Pudiera ser quemis remedios,administradostantotiempoenvano,empezaranahoraásurtirefecto.Porfelizmetendríasiasífuere,puesmereceríalagratituddelaNuevaInglaterra,sipudieseefectuartalcura.

—Os doy las gracias con todo mi corazón, vigilante amigo,—dijo el Reverendo Sr.Dimmesdaleconunasolemnesonrisa.—Osdoy lasgracias,ysólopodrépagarconmisoracionesvuestrosbuenosservicios.

—Lasprecesdeunhombrebuenosonlamásvaliosarecompensa,—contestóelancianomédicoaldespedirse.—Son lasmonedasdeorocorriente en laNueva Jerusalén, conelbustodelReygrabadoenellas.

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Cuandoestuvosolo,elministrollamóáunsirvientedelacasaylepidióalgodecomer,lo que traído que fué, puede decirse que despachó con voraz apetito; y arrojando á lasllamasloqueyateníaescritodesusermón,empezóactocontinuoáescribirotro,contalafluencia de pensamientos y de emoción que se creyó verdaderamente inspirado,admirándose sólodequeel cieloquisiera transmitir lagrandey solemnemúsicade susoráculosporunconductotanindignocomoélseconsideraba.Dejando,sinembargo,queese misterio se resolviese por sí mismo, ó permaneciera eternamente sin resolverse,continuósulaborconempeñoyentusiasmo.Yasísepasólanochehastaqueapareciólamañana,arrojandounrayodoradoenelestudio,dondesorprendióalministro,plumaenmano,coninnumerablespáginasescritasyesparcidaspordondequiera.

XXI

ELDÍADEFIESTAENLANUEVAINGLATERRA

MUYtemprano,enlamañanadeldíaenqueelnuevoGobernadorhabíadeserelegidoporelpueblo,fueronEsteryPerlaálaplazadelmercado,queyaestaballenadeartesanosy otros plebeyos habitantes de la ciudad en número considerable. Entre estos habíamuchos individuos de aspecto rudo, cuyos vestidos, hechos de piel de ciervo, daban áconocer que pertenecían á algunos de los establecimientos situados en las selvas querodeabanlapequeñametrópolidelacolonia.

Enestedíadefiesta,comoentodaslasdemásocasionesdurantelossieteúltimosaños,llevabaEster un traje depañoburdode color gris, queno tantopor su color comoporciertapeculiaridad indescriptiblede su corte, dabapor resultado relegar supersonaá laobscuridad, como si la hiciera desaparecer á las miradas de todos, mientras la letraescarlata, por el contrario, la hacía surgir de esta especie de crepúsculo ó penumbra,presentándola almundo bajo el aspectomoral de su propio brillo. Su rostro, por tantotiempo familiar á las gentes de la ciudad, dejaba ver la calma marmórea que estabanacostumbrados á contemplar. Era una especie demáscara; ómejor dicho, era la calmacongeladadelasfaccionesdeunamujeryamuerta,yestatristesemejanzasedebíaálacircunstanciadequeEsterestabaenrealidadmuerta,enloconcernienteápoderreclamaralgunasimpatíaóafecto,yáqueellasehabíasegregadoporcompletodelmundoconelcualparecíaqueaúnsemezclaba.

QuizásenestedíaespecialpudieradecirsequehabíaenelrostrodeEsterunaexpresiónno vista hasta entonces, aunque en realidad no tan marcada que pudiese notarsefácilmente, á no ser por un observador dotado de tales facultades de penetración queleyera, primero, lo que pasaba en el corazón, y luego hubiese buscado un reflejocorrespondienteenelrostroyaspectogeneraldeesamujer.Semejanteobservador,ómásbienadivino,podríahaberpensadoque,despuésdehabersostenidoEsterlasmiradasdelamultituddurantesietelargosymalhadadosañossoportándolascomounanecesidad,unapenitencia,yunaespeciedeseverareligión,ahora,porlaúltimavez,lasafrontabalibrey

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voluntariamentepara convertir tambiénenunaespeciede triunfo loquehabía sidounaprolongadaagonía.“¡Miradporúltimavezlaletraescarlatayálaquelalleva!”—parecíadecirles la víctima del pueblo.—“Esperad un poco y me veré libre de vosotros. Unascuantashoras,nomás,yelmisteriosoyprofundoocéanorecibiráensuseno,yocultaráenélparasiempre,elsímboloquehabéishechobrillarportantotiempoenmipecho!”

Ni sería incurrir en una inconsistencia demasiado grande, si supusiéramos que Esterexperimentabaciertosentimientodepesarenaquellos instantesmismosenqueestabaápuntodeverselibredeldolor,quepuededecirsesehabíaencarnadoprofundamenteensusér.¿Nohabríaquizásenellaundeseoirresistibledeapurarporúltimavez,yágrandestragos,lacopadelamargoabsintioyacíbarquehabíaestadobebiendodurantecasitodoslosañosdesujuventud?Ellicorqueenlosucesivosellevaríaáloslabios,tendríaqueserseguramenterico,delicioso,vivificanteyenpulidovasodeoro;ódeotromodoproduciríaunalanguidezinevitableytediosa,viniendodespuésdelashecesdeamarguraquehastaentonceshabíaapuradoámaneradecordialdeintensapotencia.

Perla estaba ataviada alegremente.Habría sido imposible adivinar que esta brillante yluminosaaparicióndebíasuexistenciaáaquellamujerdesombríotraje;óquelafantasíatanespléndida,yá lavez tandelicada,que ideóelvestidode laniña,era lamismaquellevase á cabo la tarea, quizá más difícil, de dar al sencillo traje de Ester el aspectopeculiar tan notable que tenía. De tal modo se adaptaba á Perlita su vestido, que ésteparecíalaemanaciónóeldesarrolloinevitableylamanifestaciónexternadesucarácter,tan imposible de separarse de ella, como al ala de una mariposa desprenderse de subrillantez abigarrada, ó á los pétalos de una espléndida flor despojarse de su radiantecolorido.En este día extraordinario, había sin embargouna cierta inquietud y agitaciónsingular en todo el sér de la niña, parecidas al brillo de los diamantes que fulguran ycentellean al compás de los latidos del pecho en que se ostentan. Los niños participansiempre de las agitaciones de aquellas personas con quienes están en íntima relación;experimentan siempre elmalestar debido á cualquier disgusto ó trastorno inminente, decualquierclasequesea,enelhogardoméstico;ypor lo tantoPerla,queeraentonces lajoyadelinquietocorazóndelamadre,revelabaensumismavivacidadlasemocionesquenadiepodíadescubrirenlaimpasibilidadmarmóreadelafrentedeEster.

Esta efervescencia la hizo moverse como un ave, más bien que andar al lado de sumadre, prorrumpiendo continuamente en exclamaciones inarticuladas, agudas,penetrantes.Cuandollegaronálaplazadelmercado,sevolvióaúnmásinquietayfebrilalnotarelbullicioymovimientoqueallíreinaban,puesporlocomúnaquellugarteníaenrealidadelaspectodeunsolitariopradofrenteálaiglesiadeunaaldea,ynoeldelcentrodelosnegociosdeunapoblación.

—¿Quésignificaesto,madre?—gritólaniña.—¿Porquéhanabandonadotodoshoysutrabajo?¿Esundíadefiestaparatodoelmundo?Mira,ahíestáelherrero.Sehalavadosucarasuciaysehapuestolaropadelosdomingos,yparecequequisieraestarcontentoyalegre, si hubiese solamente quien le enseñase el modo de estarlo. Y aquí está el Sr.Brackett,elviejocarcelero,quesesonríeconmigoymesaluda.¿Porquélohace,madre?

—Seacuerdacuandotúerasmuychiquita,—hijamía,—respondióEster.

—Eseviejohorrible,negroyfeo,nodebesonreirmenisaludarme,—dijoPerla.—Quelo

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hagacontigo, siquiere,porqueestásvestidadecolorobscuroy llevas la letraescarlata.Pero mira, madre, ¡cuántas gentes extrañas, y entre ellos indios y también marineros!¿Paraquéhanvenidotodosesoshombresálaplazadelmercado?

—Están esperando que la procesión pase para verla,—dijo Ester,—porque elGobernadorylosmagistradoshandevenir,ylosministros,ytodaslaspersonasnotablesybuenashandemarcharconmúsicaysoldadosálacabeza.

—¿Yestará allí elministro?—preguntóPerla,—¿y extenderá las dosmanos haciamí,comohizocuandotúmellevasteásuladodesdeelarroyuelo?

—Sí estará,—respondió su madre,—pero no te saludará hoy, ni tampoco debes túsaludarle.

—¡Quéhombretantristeytanraroeselministro!—dijolaniñacomosihablaraenparteá solasy consigomisma.—Enmediode lanochenos llamay estrecha tusmanosy lasmías,comocuandoestuvimosjuntasconélsobreeltablado.Yenelbosque,dondesololosantiguosárbolespuedenoiráuno,ydondesólounpedacitodecielopuedevernos,seponeáhablarcontigosentadoenuntroncodeárbol.Ymebesalafrentedemodoqueelarroyueloapenaspuedeborrar subeso.Peroaquí, á la luzdel sol,yenmediode todasestasgentes,nonosconoce,ninosotrosdebemosconocerle.¡Sí,unhombreraroytristeconlamanosiempresobreelcorazón!

—Nohablesmás,Perla,—ledijosumadre,—túnoentiendesdeestascosas.Nopiensesahoraenelministro,sinomiraloquepasaátualrededoryveráscuánalegreparecehoytodoelmundo.Losniñoshanvenidodesusescuelas,ylaspersonascrecidashandejadosus tiendas, sus talleresy loscamposconelobjetodedivertirse;porquehoyempiezaáregirlosunnuevoGobernador.

ComoEsterdecía,eramuchoelcontentoyalegríaquebrillabanenelrostrodetodoslospresentes. En un día semejante, como sucedió después durante la mayor parte de dossiglos,lospuritanosseentregabanátodoelregocijoyalborozopúblicoqueconsiderabanpermisibles á la fragilidad humana; disipando solo en el espacio de un día de fiesta,aquellanubesombríaenquesiempreestabanenvueltos,perodemaneratal,queapenassiaparecíanmenosgravesqueotrascomunidadesentiempodeduelogeneral.

Perotalvezexageramoselaspectosombríoqueindudablementecaracterizabalamaneradeserdeaqueltiempo.LaspersonasquesehallabanenlaplazadelmercadodeBostonnoerantodasherederasdeladustoy tristecarácterpuritano.Habíaallí individuosnaturalesdeInglaterra,cuyospadreshabíanvividoenlaépocadelaReinaIsabel,cuandolavidasocialinglesa,consideradaenconjunto,parecehabersidotanmagnífica,fastuosayalegrecomoelmundopuedahaberpresenciadojamás.Sihubieranseguidosugustohereditario,loscolonosdelaNuevaInglaterrahabríancelebradotodoslosacontecimientosdeinteréspúblicoconhogueras,banquetes,procesionescívicas, todocongranpompayesplendor.Nihabríasidodifícilcombinar,enlaobservacióndelasmajestuosasceremonias,elrecreoalegre con la solemnidad, como si el gran traje de gala que en tales fiestas reviste unanación,estuvieseadornadodeunamanerabrillanteálavezquegrotesca.Algoparecidoáestohabíaenelmododecelebrareldíaquedabacomienzoalañopolíticodelacolonia.Elvagoreflejodeunamagnificenciaquevivíaenelrecuerdo,unaimitaciónpálidaydébildeloquehabíanpresenciadoenelviejoLondres,nodiremosdeunacoronaciónreal,sino

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de las fiestas con que se inaugura el Lord Corregidor de aquella gran capital, podríatrazarseenlascostumbresqueobservabannuestrosantepasadosenlainstalaciónanualdesus magistrados. Los padres y fundadores de la República,—el hombre de Estado, elsacerdoteyelmilitar,—creíandesudeberrevestirseenestaoportunidaddetodalapompay aparato majestuoso que, de acuerdo con las antiguas tradiciones, se consideraba eladminículoindispensabledelaeminenciapúblicaósocial.Todosveníanáformarpartedelaprocesiónquehabíadedesfilarantelasmiradasdelpueblo,comunicandodeestemodociertadignidadálasencillaestructuradeungobiernotanrecientementeconstituído.

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En ocasiones semejantes se le permitía al pueblo, y hasta se le animaba, á que sesolazara y dejase sus diversos trabajos é industrias, á que en todo tiempo parecía seaplicabaconlamismarigidezyseveridadqueásusausterasprácticasreligiosas.PordecontadoqueaquínopodíaesperarsenadaparecidoáloquesehubieravistoenlasfiestaspopularesdeInglaterraentiemposdelaReinaIsabel;nirudasrepresentacionesteatrales;niministriles con sus arpasybaladas legendarias; nimúsicos ambulantes conunmonobailandoalsondelamúsica;nijugadoresdemanoytitiriterosconsussuertesyartificiosdehechicería;nipayasosysaltimbanquistratandodealegrarlamultitudconsuschistes,quizás de varios siglos de antigüedad, pero surtiendo siempre buen efecto, porque sedirigenálossentimientosuniversalesdispuestosálaalegríaybuenhumor.Todaestaclasede profesores de los diferentes ramos de diversión y entretenimiento habían sidoseveramente suprimidos, no sólo por la rígida disciplina de la ley, sino por la sancióngeneralqueesloqueconstituyelavitalidaddelasleyes.Sinembargo,aúncareciendodetodo esto, la honrada y buena cara del pueblo sonreía, quizás con cierta dureza, perotambiénáquijadabatiente.Nisedigaporesoquefaltabanjuegosyrecreosdelaclasequeloscolonoshabíanpresenciadomuchosañosatrás,enlasferiascampestresdeInglaterra,en los que acaso tomaron parte, y consideraban sería conveniente conservar en estasnuevas tierras;porejemplo, seveían luchasábrazopartido,dediferentesclases,aquíyallíenlaplazadelmercado;enunaesquinahabíauncombateamistosoalgarrote;yloquemás que todo llamaba la atención, en el tablado de la picota á que ya se ha hechoreferencia varias veces en estas páginas, dosmaestros de armas comenzaban á dar unamuestradesushabilidadesconbroquelyespadón.Perocongranchascoydisgustodelosespectadores,esteentretenimientofuésuspendidomediantelaintervencióndelalguacildelaciudad,quenoqueríapermitirquelamajestaddelaleyseviolaseconsemejanteabusodeunodesuslugaresconsagrados.

Aunque los colores del cuadro de la vida humana que se desplegaba en la plaza delmercado fueran en lo general sombríos, no por eso dejaban de estar animados condiversidad de matices. Había una cuadrilla de indios con trajes de piel de ciervocuriosamentebordados,cinturonesrojosyamarillos,plumasenlacabeza,yarmadosconarco,flechasylanzasdepuntadepedernal,quepermanecíanaparte,comoseparadosdetodoelmundo, con rostrosde inflexiblegravedad,queni aun lade lospuritanospodíasuperar.Peroápesardetodo,noeranestossalvajespintadosdecolores,losquepudieranpresentarse como tipo de lo más violento ó licencioso de las gentes que allí estabancongregadas.Semejantehonor,sienello lehay,podíanreclamarloconmásfundamentoalgunosde losmarinerosqueformabanpartede la tripulacióndelbuqueprocedentedelMarCaribe, que también habían venido á tierra á divertirse el día de la elección. Eranhombres que se habían echado el alma á las espaldas, de rostros tostados por el sol ygrandes y espesas barbas; sus pantalones, cortos y anchos, estaban sostenidos por uncinturón,queávecescerrabanplacasóhebillasdeoro,ydelcualpendíasiempreungrancuchillo,yenalgunoscasosunsable.Pordebajodelasanchasalasdesussombrerosdepaja, se veían brillar ojos que, aun enmomentos de alegría y buen humor, tenían unaespeciede ferocidad instintiva.Sin temorni escrúpulodeninguna especie, violaban lasreglasdebuencomportamientoáquesesometíantodoslosdemás,fumandoálasmismasnaricesdelalguacildelapoblación,aunquecadabocanadadehumohabríacostadobuenasumadereales,porvíademulta,átodootrovecinodelaciudad,yapurandosinningún

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reparotragosdevinoódeaguardienteenfrascosquesacabandesusfaltriqueras,yqueofrecíanliberalmenteálaasombradamultitudquelosrodeaba.Nadacaracterizatantolamoralidadámediasdeaquellostiempos,quehoycalificamosderígidos,comolalicenciaquesepermitíaálosmarineros,nohablamossólodesuscalaveradascuandoestabanentierra, sino aún mucho más tratándose de sus actos de violencia y rapiña cuando sehallabanensupropioelemento.Elmarinerodeaquellaépocacorreríahoyelpeligrodequeseleacusaradepirataanteuntribunal.Porejemplo,pocadudapodríaabrigarsequelostripulantesdelbuquedequehemoshablado,aunquenodelopeordesugénero,habíansido culpables de depredaciones contra el comercio español, de tal naturaleza, quepondríanenriesgosusvidasenunmodernotribunaldejusticia.

Peroenaquellosantiguostiemposelmarsealborotaba,sehenchíayserizaba,segúnsucapricho,óestabasujetosolamenteálosvientostempestuosos,sinqueapenassehubieraintentadoestablecer códigoalgunoque regulase las accionesde losque lo surcaban.Elbucanero podía abandonar su profesión y convertirse, si así lo deseaba, en hombrehonradoypiadoso,dejandolasolasyfijándoseentierra;yniaunenplenacarreradesuexistencia borrascosa se le consideraba como individuo con quien no era decente tenertratosnirelaciónsocial,aunquefueracasualmente.Deconsiguiente,losviejospuritanoscon sus capas negras y sombreros puntiagudos, no podían menos de sonreirse ante lamanera bulliciosa y ruda de comportarse de estos alegres marineros; sin que excitarasorpresa, ni diese lugar á críticas, ver que una persona tan respetable como el ancianoRogerioChillingworthentraseenlaplazadelmercadoeníntimayamistosapláticaconelcapitándelbuquededudosareputación.

Puede afirmarse que entre toda aquella multitud allí congregada no había figura deaspectotanvistosoybizarro,álomenosenloquehacealtraje,comoladeaquelcapitán.Llevaba el vestido profusamente cubierto de cintas, galón de oro en el sombrero querodeabaunacadenilla,tambiéndeoro,yadornadoademásconunapluma.Teníaespadaalcinto, y ostentaba en la frente una cuchillada que,merced á cierto arreglo especial delcabello,parecíamásdeseosodemostrarquedeesconder.Unciudadanoquenohubierasido marino, apenas se habría atrevido á llevar ese traje y mostrar esa cara, con taldesenfadoyarrogancia,sabiendoqueseexponíaásufrirunseverointerrogatorioanteunmagistrado,incurriendoprobablementeenunacrecidamultaóenalgunoscuantosdíasdecárcel:perotratándosedeuncapitándebuque,todoseconsiderabapertenecientealoficio,asícomolasescamassonpartedeunpez.

Despuésdesepararsedelmédico,elcapitándelbuquecondestinoáBrístolempezóápasearse lentamente por la plaza delmercado, hasta que, acercándose por casualidad alsitio en que estabaEster, pareció reconocerla y no vaciló en dirigirle la palabra.Comoacontecíapor locomúndondequieraquesehallabaEster,en tornosuyose formabauncorto espacio vacío, una especie de círculo mágico en el que, aunque el pueblo seestuvieracodeandoypisoteandoámuycortadistancia,nadie seaventurabani se sentíadispuesto á penetrar. Era un ejemplo vivo de la soledadmoral á que la letra escarlatacondenabaá suportadora,debidoenparteá la reservadeEster,yenparteal instintivoalejamientodesusconciudadanos,ápesardequehacíayatiempoquehabíandejadodemostrarsepococaritativosparaconella.Ahora,másquenunca,lesirvióadmirablemente,puesleproporcionóelmododehablarconelmarinosinpeligrodequeloscircunstantesseenterarande suconversación;y tal cambio sehabíaoperadoen la reputacióndeque

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gozabaEsterálosojosdelpúblico,quelamatronamáseminentedelacoloniaenpuntoárígida moralidad, no podría haberse permitido aquella entrevista, sin dar margen alescándalo.

—Demodo,señora,—dijoelcapitán,—quedeboordenarámimayordomoqueprepareotro camarote, además de los queVd. ha contratado. Lo que es en este viaje no habrátemordeescorbutoótifus;porqueconelcirujanodeabordo,yesteotromédico,nuestroúnicopeligroseránlaspíldorasólasdrogasquenosadministren,puestengoenelbuqueunabuenaprovisióndemedicinasquecompréáunbuqueespañol.

—¿QuéestáVd.diciendo?—preguntóEsterconmayoralarmadelaquequisierahabermostrado.—¿TieneVd.otropasajero?

—¡Cómo!¿NosabeVd.,—exclamóelcapitándelbarco,—queelmédicodeestaplaza,—Chillingworthcomodicellamarse,—estádispuestoácompartirmicámaraconVd.?Sí,sí,Vd.debesaberlo,puesmehadichoqueesunodelacompañía,yademásíntimoamigodelcaballerodequienVd.habló,deesequecorrepeligroaquíenmanosdeestosviejosyásperosgobernantespuritanos.

—Sí,seconoceníntimamente,—replicóEsterconsemblantesereno,aunquetodallenadelamásprofundaconsternación,—hanvividojuntosmuchotiempo.

NadamáspasóentreelmarinoyEster.PeroenaquelmismoinstantevióéstaalviejoRogeriodepieenelángulomásremotodelaplazadelmercado,sonriéndole;sonrisaque,—altravésdeaquelvastoespaciodeterreno,yenmediodetantacharla,alegría,bullicioy animación, y de tanta diversidad de intereses y de sentimientos,—encerraba unasignificaciónsecretayterrible.

XXII

LAPROCESIÓN

ANTESdequeEsterhubierapodidodarsecuentadeloquepasaba,yconsiderarloquepodíahacerseenvistadeestenuevoéinesperadoaspectodelasunto,seoyeronlossonesdeunamúsicamilitarqueseacercabaporunadelascallescontiguas,indicandolamarchade la procesión de los magistrados y ciudadanos en dirección de la iglesia, donde, deacuerdo con una antigua costumbre adoptada en los primeros tiempos de la colonia, elReverendoSeñorDimmesdaledebíapredicarelsermóndelaelección.

Prontosedejóverlacabezadelaprocesiónque,procediendolentaymajestuosamente,doblabaunaesquinayseabríapasoaltravésdelamuchedumbrequellenabalaplazadelmercado. Primeramente venía la banda de música, compuesta de variedad deinstrumentos,quizás imperfectamenteadaptadosunosáotros,y tocadossinmuchoarte;sinembargo,sealcanzabaelgranobjetoquelaarmoníadelostamboresydelclaríndebeproduciren lamultitud;estoes, revestirdeunaspectomásheroicoyelevado laescenaquesedesarrollabaantelavista.Perla,alprincipio,empezóápalmotear,peroluego,por

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un instante, perdió la agitación febril que la habíamantenido en un estado de continuaefervescenciatodalamañana:contemplósilenciosamenteloquepasaba,yparecíacomosilos sonidos de lamúsica, arrebatando su espíritu, la hicieran, ámanera de ave acuátil,cernerse sobre aquellas oleadas de armonía. Pero volvió á su antigua agitación al verfulgurar á los rayos del sol las armas y brillantes arreos de los soldados que veníaninmediatamente después de la banda de música, y formaban la escolta de honor de laprocesión. Este cuerpomilitar,—que aun subsiste como institución, y continúa su viejaexistenciaconantiguayhonrosafama,—nosecomponíadehombresasalariados,sinodecaballerosque,animadosdeardormarcial,deseabanestablecerunaespeciedeColegiodeArmas donde, como en unaAsociación deCaballerosTemplarios, pudieran aprender laciencia de la guerra y las prácticas de la misma, hasta donde lo permitieran susocupaciones pacíficas habituales. La alta estimación en que se tenía á los militares enaquella época, podía verse en el porte majestuoso de cada uno de los individuos queformaban la compañía.Algunos, en realidad de verdad, por sus servicios en los PaísesBajosyenotroscamposdebatalla,habíanconquistadoperfectamenteelderechodeusarelnombredesoldadocontodalapompayprosopopeyadeloficio.Todaaquellacolumnavestida con petos de luciente acero y brillantes morriones coronados de penachos deplumas, presentaba un golpe de vista cuyo esplendor ningún despliegue de tropasmodernaspuedeigualar.

Ysinembargo,loshombresdeeminenciaenlocivil,quemarchabaninmediatamenteenseguida de la escolta militar, eran aun más dignos de la observación de una personapensadora.Suaspectoexterior teníaciertosellodemajestadquehacíaparecervulgar,yhasta absurdo á su lado, el altivo continente del guerrero. Era aquel un siglo en que eltalentomerecíamenosestimaciónqueahora, reservándoseéstaenmayorgradopara lascualidadessólidasquedenotabanfirmezaydignidaddecarácter.Elpueblo,porherencia,erarespetuosoydeferente;yloscolonosinglesesquehabíanfijadosusmoradasenestasásperascostas,dejandotrassí,rey,nobles,ytodalaescaladelajerarquíasocial,aunqueconlaideaderespetoyobedienciatodavíamuyarraigadaenellos,lareservabanparalascanasylascabezasquelosañoshacíanvenerables;paralaintegridadátodaprueba;paralasólidasabiduríayamargaexperienciadelavida;enfin,paratodasaquellascualidadesqueindicanpeso,madurez,ysecomprendenbajoelcalificativogeneralderespetabilidad.Por lo tanto, aquellos primitivos hombres de Estado, tales como Bradstreet, Endicott,Dudley, Bellingham y sus compañeros, que fueron elevados al poder por la elecciónpopular,noparecequepertenecieronáesaclasedehombresquehoysellamanbrillantes,sino que se distinguían como personas de madurez y de peso, más bien que deinteligenciasvivasyextraordinarias.Teníanfortalezadeánimoyconfianzaensuspropiasfuerzas, y en tiempos difíciles ó peligrosos, cuando se trataba del bienestar de la cosapública, eran comomuralla de rocas contra los embates de las tempestuosas olas. Losrasgos de carácter aquí indicados se manifestaban perfectamente en sus rostros casicuadradosyenelgrandesarrollofísicodelosnuevosmagistradoscoloniales;yenloqueconcierneáporteyautoridadnatural,lamadrepatrianosehabríaavergonzadodeadmitiráestoshombresenlaCámaradelosParesóenelConsejodelSoberano.

Despuésdelosmagistradosveníaeljovenyeminenteeclesiásticocuyoslabioshabíandepronunciareldiscurso religiosoencelebracióndelactosolemne.En laépocadequehablamos,laprofesiónqueélejercíaseprestabamuchomásquelapolíticaaldespliegue

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de las facultades intelectuales. Los que veían ahora al Sr.Dimmesdale, observaron quejamás mostró tanta energía en su aspecto y hasta en su modo de andar, como la quedesplegaba en la procesión. Su pisada no era vacilante, como en otras ocasiones, sinofirme; no iba con el cuerpo casi doblado, ni se llevaba como de costumbre lamano alcorazón.Sinembargo,bienconsiderado,suvigornoparecíacorporalsinoespiritual,comosisedebieraáfavorespecialdelosángeles;óquizáseralaanimaciónprocedentedeunainteligencia absorbida por serios y profundos pensamientos; ó acaso su temperamentosensibleseveíavigorizadoporlossonidospenetrantesdelamúsicaque,ascendiendoalcielo, le arrastraban y hacían mover con inusitada vivacidad. Sin embargo, tal era laabstraccióndesusmiradas,quepodíapensarsequeelSr.Dimmesdaleniaunsiquieraoíalamúsica.Allí estaba sucuerpomarchandoadelante convigornoacostumbrado. ¿Perodónde estaba su espíritu? Allá en las profundidades de su sér, ocupado con actividadextraordinariaencoordinar la legióndepensamientosmajestuososqueprontohabíandeverter sus labios; y de consiguiente ni veía, ni oía, ni tenía idea de nada de lo que lerodeaba;perolaparteespiritualseapoderódeaquelladébilfábricaylaarrastróconsigoadelante, inconscientemente, y convertida también en espíritu. Los hombres deinteligenciapococomún,quehan llegadoáadquirir ciertacondiciónmórbida,poseenávecesesta facultaddehacerunesfuerzopoderosoenelcual invierten la fuerzavitaldemuchosdías,parapermanecerdespuéscomoagotadosdurantemuchotiempo.

Ester,conlosojosfijosenelministro,sesentíadominadaportristesideas,sinsaberporquénidequéprovenían.Sehabía imaginadoqueunamirada,siquiera rápida, teníaquecambiarseentrelosdos.Recordabalaobscuraselvaconsupradillosolitario,yelamorylaangustiadequehabíasidotestigo;yeltroncomohosodelárboldonde,sentados,asidosde lasmanos,mezclaronsus tristesyapasionadaspalabrasalmurmullomelancólicodelarroyuelo.¡Cuánprofundoconocimientoadquirieronentoncesdeloqueeranenrealidadunoyotro! ¿Yera éste elmismohombre?Apenas lo conocía ahora. ¿Era acasoél, esehombrequepasabaaltivoalcompásdelahermosamúsica,encompañíadelosvenerablesymajestuososmagistrados, él, tan inaccesible en su posición social, y aúnmuchomáscomo ahora le veía allí, entregado á los poco simpáticos pensamientos que lepreocupaban? El corazón de Ester se entristeció á la idea de que todo había sido unailusión,yqueporvívidoquehubierasidosusueño,nopodíaexistirunverdaderolazodeunión entre ella y elministro.Y había enEster tal suma de sentimiento femenino, queapenaspodíaperdonarle,—ymenosquenuncaahoracuandocasiseoían,cadavezmáspróximas,laspisadasdelDestinoqueseacercabaátodaprisa,—no,nopodíaperdonarlequedetalmodolefueradadoabstraersedelmundoqueálosdosleseracomún,mientrasella, perdida en las tinieblas, extendía las manos congeladas buscándole, sin poderhallarle.

Perla,óvióyrespondióálospensamientosíntimosdesumadre,ósintióporsímismatambiénelalejamientodelministroycreyónotarlaespeciedebarrerainaccesiblequelosseparaba. Mientras pasaba la procesión, la niña estuvo inquieta, moviéndose ybalanceándose como un ave á punto de emprender el vuelo; pero cuando todo huboterminado,miróáEsterenelrostro,yledijo:

—Madre,¿eseseelmismoministroquemebesójuntoalarroyo?

—Calla ahora, mi querida Perla,—le contestó su madre en voz baja,—no debemos

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hablarsiempreenlaplazadelmercadodeloquenosaconteceenlaselva.

—Nopuedoestarseguradequeseaél,¡tandiferentemeparece!—continuólaniña;—deotromodohabríacorridohaciaélylehubierapedidoquemebesaraahora,delantedetodoel mundo, como lo hizo allá, bajo aquellos árboles sombríos. ¿Qué habría dicho elministro,madre?¿Sehabría llevado lamanoalcorazón, riñéndomeyordenándomequemealejara?

—¿Quéotracosapodríahaberdicho,Perla,—respondiósumadre,—sinoquenoeraestala ocasión de besar á nadie, y que los besos no deben darse en la plaza delmercado?Perfectamentehiciste,locuela,ennohablarle.

Hubootra personaque expresó igualmente sus ideas acercadelSr.Dimmesdale.Estapersona era la Sra.Hibbins, cuyas excentricidades, ómejor dicho, locura, la llevaban áhacer loquepocosde lapoblaciónsehubieranatrevidoá realizar,estoes: sostenerunaconversación,delantedelpúblico,conlaportadoradelaletraescarlata.Vestidacongranmagnificencia, con un triple cuello alechugado, talle bordado, bata de rico terciopelo yapoyadaenunbastóndepuñodeoro,habíasalidoáver laprocesióncívica.Comoestaancianaseñorateníalafama(quedespuéslecostólavida)deserparteprincipalentodoslostrabajosdenigromanciaquecontinuamenteseestabanejecutando,lamultitudleabriópaso franco y se apartó de ella, pareciendo temer el contacto de sus vestidos, como sillevaranlapesteocultaentresusprimorosospliegues.VistaenunióndeEsterPrynne,—ápesardelsentimientodebenevolenciaconquemuchosmirabanáestaúltima,—elterrorquedesuyoinspirabalaSra.Hibbinsseaumentóydiólugaráunalejamientogeneraldeaquelsitioenqueseencontrabanlasdosmujeres.

—¿Qué imaginación mortal podría concebirlo?—dijo la anciana en voz baja,confidencialmente,áEster.—¡Esehombrereligioso,esesantoenlatierracomoelpueblolo creía, y como realmente lo parece! ¿Quién que le vió ahora en la procesión podríapensarquenohacemuchoquesaliódesuestudio,—apostaríaquemurmurandoalgunasfrasesdelaBibliaenhebreo,—ádarunavueltaporlaselva?¡Ah!Nosotras,EsterPrynne,sabemos loqueeso significa.Pero, en realidaddeverdad,nopuedo resolvermeá creerque ese sea el mismo hombre. He visto marchando detrás de la música á más de uneclesiásticoquehabailadoconmigocuandoAlguien,quenoquieronombraraquí,tocabaelviolín,yquetalvezseaunhechiceroindioóunbrujolaponésquenossaludayestrechalasmanosenotrasocasiones.Peroesoesunabicoca,paraquiensabeloqueeselmundo,¿Peroesteministro?¿Podrásdecirmeconseguridad,Ester,sieselmismohombreáquienencontrasteenelsenderodelaselva?

—Señora, no sé de qué me estáis hablando,—respondió Ester, conociendo, comoconocía, que la damaHibbins no tenía todos sus sentidos cabales, pero sorprendida enextremo, y hasta amedrentada, al oir la seguridad con que afirmaba las relacionespersonales que existían entre tantos individuos (entre ellos Ester misma) y el enemigomalo.—Nomecorrespondeámíhablarcon ligerezadeunministro tanpiadosoysabiocomoelReverendoSr.Dimmesdale.

—¡Ja! ¡ja! ¡mujer!—exclamó la anciana señora alzando el dedo ymoviéndolo de unmodosignificativo.—¿Creestúquedespuésdehaberidoyoálaselvatantasveces,nomeseríadadoconocerálosquehanestadotambiénallí?Sí;aunquenohubieraquedadoen

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sus cabellos ninguna hojita de las guirnaldas silvestres con que se adornaron la cabezamientrasbailaban.Yoteconozco,Ester;puesveolaseñalquetedistingueentretodaslasdemás.Todospodemosverlaálaluzdelsol;peroenlastinieblasbrillacomounallamarojiza.Túlallevasálafazdelmundo;demodoquenohaynecesidaddepreguntartenadaacerca de este asunto. ¡Pero este ministro!… ¡Déjame decírtelo al oído! Cuando elHombreNegroveáalgunodesuspropiossirvientes,quetienelamarcayelsellosuyo,yquesemuestratancautelosoennoquererquesesepanloslazosqueáélleligan,comosucedeconelReverendoSr.Dimmesdale,entoncestieneunmediodearreglarlascosasdemaneraquelamarcaseostenteálaluzdeldíayseavisibleálosojosdetodoelmundo.¿Quées loqueelministro tratadeocultarcon lamanosiempresobreelcorazón? ¡Ah!¡EsterPrynne!

—¿Quées loqueoculta,buenaSra.Hibbins?—preguntóconvehemenciaPerla.—¿Lohasvisto?

—Nada,queridaniña,—respondió laSra.Hibbinshaciendounaprofunda reverenciaáPerla.—Túmismaloverásalgúndía.Dicen,niña,quedesciendesdelPríncipedelAire.¿Quieresvenirconmigounanochequeseahermosaávisitarátupadre?Entoncessabrásporquéelministrosellevasiemprelamanoalcorazón.

Y riendo tan estrepitosamente, que todos los que estaban en la plaza del mercadopudieronoirla,laancianahechiceraseseparódeEster.

Mientrasestopasaba,sehabíahecholaplegariapreliminarenlaiglesia,yelReverendoSr.Dimmesdalehabíacomenzadosudiscurso.UnsentimientoirresistiblemanteníaáEstercerca del templo. Como el sagrado edificio estaba tan lleno que no podía dar cabida áningunapersonamás,sesituójuntoaltabladodelapicota,hallándoselobastantecercadelaiglesiaparapoderoirtodoelsermóncomosifueraunmurmullovago,perovariado,lomismoqueeldébilacentodelavozpeculiardelministro.

ElórganovocaldelSr.Dimmesdaleeradesuyounricotesoro,demodoqueeloyente,aunque no comprendiera nada del idioma en que el orador hablaba, podía sin embargosentirsearrastradoporelsimplesonidoycadenciadelaspalabras.Comotodaotramúsicarespirabanpasiónyvehemencia,ydespertabanemocionesyatiernas,yaelevadas,enunalenguaquetodospodíanentender.Ápesardeloindistintodelossonidos,Esterescuchabacon atención tal y con tan profunda simpatía, que el sermón tuvo para ella unasignificaciónpropia,completamentepersonal,ysinrelacionarseenmaneraalgunaconlaspalabras;lascuales,silashubierapodidooirmásclaramente,sólohabríansidounmediomaterializado que hubiera obscurecido su sentido espiritual. Ya oía las notas bajas ásemejanzadelvientoquesecalmacomopara reposarse;ya seelevabacon los sonidos,como si ascendiera por gradaciones progresivas, ora suaves, ya fuertes, hasta que elvolumende la vozparecía envolverla en una atmósfera de respetuoso temor y solemnegrandeza.Ysinembargo,ápesardeloimponentequeávecessevolvíaaquellavoz,teníasiempre algo esencialmente quejumbroso. Había en ella una expresión de angustia, yaleve, ya aguda, el murmullo ó el grito, como quiera concebírsele, de la humanidadsufriente,quebrotabadeuncorazónquepadecíaéibaáherirlasensibilidaddelosdemáscorazones.Áveces loúnicoquesepercibíaeraestaexpresión inarticuladadeprofundosentimiento,ámaneradeunsollozoqueseoyeraenmediodehondosilencio.Peroaúnenlosmomentosenquelavozdelministroadquiríamásfuerzayvigor,ascendiendodeuna

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manera irresistible, conmayoramplitudyvolumen, llenando la iglesiade talmodoqueparecía querer abrirse paso al través de las paredes y difundirse en los espacios,—aúnentonces, si el oyente prestaba cuidadosa atención, con ese objeto determinado, podíadescubrirtambiénelmismogritodedolor.¿Quéeraeso?Laquejadeuncorazónhumano,abrumadodepenas,quizásculpable,querevelabasusecreto,cualquieraqueéstefuese,algrancorazóndelahumanidad,pidiendosusimpatíaósuperdón,—ácadamomento—encadaacento—ynuncaenvano.Estanotaprofundaydominante,eraloqueproporcionabagranpartedesupoderalministro.

DurantetodoestetiempoEsterpermaneció,comounaestatua,clavadaalpiedeltabladofatídico.Silavozdelministronolahubiesemantenidoallí,habríadetodosmodoshabidouninevitablemagnetismoenaquellugar,enquecomenzólaprimerahoradesuvidadeignominia. Reinaba en Ester la idea vaga, confusa, aunque pesaba gravemente en suespíritu, de que toda la órbita de su vida, tanto antes como después de aquella fecha,estaba relacionada con aquel sitio, como si fuera el punto que le diera unidad á suexistencia.

Perla,entretanto,sehabíaapartadodesumadreyestabajugandocomomejorleparecíaen la plaza delmercado, alegrando á aquella sombríamultitud con susmovimientos yvivacidad,ámaneradeunavedebrillantesplumasqueiluminatodounárboldefollajeobscuro,saltandodeunladoáotro,mediovisibleymedioocultaentrelasombradelasespesas hojas. Tenía movimientos ondulantes, á veces irregulares, que indicaban lainquietud de su espíritu, mucho mayor en aquel día porque reflejaba la de su madre.DondequieraquePerlaveíaalgoqueexcitarasucuriosidad,siemprealerta,allísedirigíarápidamente,pudiendodecirsequelaniñatomabaplenaposesióndeloquefuere,comosiloconsiderasesupropiedad.Lospuritanoslamirabanysisesonreían;masnoporesosesentíanmenosinclinadosácreerquelaniñaeraelvástagodeunespíritumalo,ájuzgarporelencantoindescriptibledebellezayexcentricidadquebrillabaentodosucuerpecitoysemanifestabaensuactividad.Sedirigióhaciael indiosalvajey lemirófijamentealrostro,hastaqueelindiotuvoconcienciadequeselashabíaconunsérmásselváticoqueélmismo.De allí, con innata audacia, pero siempre con característica reserva, corrió almediodeungrupodemarinerosdetostadasmejillas,aquellossalvajesdelocéano,comolos indios lo eran de la tierra, los que con sorpresa y admiración contemplaron á Perlacomosiunaespumadelmarhubiesetomadolaformadeunaniñita,yestuvieradotadadeun alma con esa fosforescencia de las olas que se vé brillar de noche bajo la proa delbuquequevacortandolasaguas.

Unodeestosmarinos,elcapitánseguramente,quehabíahabladoconEster,sequedótanprendadodelaspectodePerla,queintentóasirlaparabesarla;peroviendoqueesoeratanimposible como atrapar un colibrí en el aire, tomó la cadena de oro que adornaba susombrero,yselaarrojóálaniñita.Perlainmediatamenteselapusoalrededordelcuelloydelacintura,contalhabilidadque,alverla,parecíaqueformabapartedeellayeradifícilimaginarlasineseadorno.

—¿Es tumadre aquellamujer que está allí con la letra escarlata?—dijo el capitán.—¿Quieresllevarleunrecadomío?

—Sielrecadomeagrada,loharé,—dijoPerla.

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—Entoncesdile,—replicóelcapitán,—quehehabladootravezconelviejomédicoderostromoreno,yqueél secomprometeá traerá suamigo,elcaballeroqueella sabe,ábordo de mi buque. De consiguiente, tu madre sólo tiene que pensar en ella y en tí.¿Quieresdecirleesto,niñabrujita?

—LaSra.HibbinsdicequemipadreeselPríncipedelAire,—exclamóPerlaconunamalignasonrisa.—Sivuelvesállamarmebruja,selodiréáella,yperseguirátubuqueconunatempestad.

Atrevesandolaplazadelmercadoregresólaniñajuntoásumadreylecomunicóloqueelmarinolehabíadicho.Ester,ápesardesuánimofuerte,tranquilo,resuelto,yconstanteenlaadversidad,estuvoápuntodedesmayarsealoirestanoticiaprecursoradeinevitabledesastre, precisamente en losmomentos en que parecía haberse abierto un caminoparaqueellayelministropudieransalirdellaberintodedolorydeangustiasenqueestabanperdidos.

Abrumadosuespírituyllenadeterribleperplejidadconlasnoticiasquelecomunicabaelcapitándelbuque,sevióademássujetaenaquellosmomentosáotraclasedeprueba.Sehallabanallípresentesmuchos individuosde los lugarescircunvecinos,quehabíanoídohablarconfrecuenciadelaletraescarlata,yparaquieneséstasehabíaconvertidoenalgoterrífico por losmillares de historias falsas ó exageradas que acerca de ella circulaban,peroquenuncalahabíanvistoconsuspropiosojos;loscuales,despuésdehaberagotadotodaotraclasededistracciones,seagolpabanentornodeEsterdeunamanerarudamenteindiscreta.Pero á pesar de lopoco escrupulososque eran, nopodían llegar sino áunascuantasvarasdedistanciadeella.Allísedetenían,mercedálaespeciedefuerzarepulsivade la repugnancia que les inspiraba el místico símbolo. Los marineros, observando laaglomeración de los espectadores, y enterados de lo que significaba la letra escarlata,vinieron con sus rostros ennegrecidos por el sol, y de hombres de alma atravesada, áformar también parte del círculo que rodeaba á Ester; y hasta los indios se vieroncontagiados con la curiosidad de los blancos, y deslizándose al través de la multitud,fijaron sus ojos negros, ámanera de serpiente, en el seno de la pobremujer, creyendoacaso que el portador de este brillante emblema bordado tenía que ser persona de altacategoría entre los suyos. Finalmente, los vecinos de la población, á pesar de que noexperimentaban ya interés alguno en este asunto, se dirigieron también á aquel sitio yatormentaronáEster,talvezmuchomásquetodoelrestodeloscircunstantes,conlafríaéindiferentemiradaquefijabanenlainsigniadesuvergüenza.Estervióyreconociólosmismosrostrosdeaquelgrupodematronasquehabíanestadoesperandosusalidaen lapuerta de la cárcel siete años antes; todas estaban allí, excepto lamás joven y la únicacompasiva entre ellas, cuya veste funeraria hizo después de aquel acontecimiento. Enaquellahorafinal,cuandocreíaqueprontoibaáarrojarparasiemprelaletracandente,sehabía ésta convertido singularmente en centro de la mayor atención y curiosidad,abrasándoleelsenomásdolorosamentequeenningúntiempodesdeelprimerdíaquelallevó.

Mientras Ester permanecía dentro de aquel círculo mágico de ignominia donde lacrueldad de su sentencia parecía haberla fijado para siempre, el admirable oradorcontemplabadesdesupúlpitounauditoriosubyugadoporelpoderdesupalabrahastalasfibrasmásíntimasdesumúltiplesér.¡Elsantoministroenlaiglesia!¡Lamujerdelaletra

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escarlataenlaplazadelmercado!¿Quéimaginaciónpodríahallarsetanfaltadereverenciaquehubierasospechadoqueambosestabanmarcadosconelmismocandenteestigma?

XXIII

LAREVELACIÓNDELALETRAESCARLATA

LA elocuente voz que había arrebatado el alma de los oyentes, haciéndoles agitarsecomo si se hallaranmecidos por las olas de turbulento océano, cesó al fin de resonar.Hubounmomentode silencio, profundocomoel que tendríaque reinardespuésde laspalabras de un oráculo. Luego hubo un murmullo, seguido de una especie de ruidotumultuoso:sediríaqueloscircunstantes,viéndoseyalibresdelainfluenciadelencantomágico que los había transportado á las esferas en que se cernía el espíritu del orador,estaban volviendo de nuevo en sí mismos, aunque todavía llenos de la admiración yrespetoqueaquellesinfundiera.Unmomentodespués,lamultitudempezóásalirporlaspuertas de la iglesia; y como ahora todo había concluído, necesitaban respirar unaatmósferamáspropiaparalavidaterrestreáquehabíandescendido,queaquellaáqueelpredicadorloselevóconsuspalabrasdefuego.

Unavezalairelibre,losoyentesexpresaronsuadmiracióndediversasmaneras:lacalley laplazadelmercadoresonarondeextremoáextremocon lasalabanzasprodigadasalministro,yloscircunstantesnohallabanreposohastahaberreferidocadacualásuvecinolo que pensaba recordar ó saber mejor que él. Según el testimonio universal, jamáshombrealgunohabíahabladoconespíritutansabio,tanelevadoysantocomoelministroaquel día; ni jamás hubo labiosmortales tan evidentemente inspirados como los suyos.Podríadecirsequeesainspiracióndescendiósobreélyseapoderódesusér,elevándoleconstantementesobreeldiscursoescritoqueyacíaantesusojos,llenándoleconideasquehabíandeparecerleáélmismotanmaravillosascomoásuauditorio.

Según se colige de lo que hablaba la multitud, el asunto del sermón había sido larelaciónentrelaDivinidadylassociedadeshumanas,conreferenciaespecialálaNuevaInglaterraqueelloshabíanfundadoeneldesierto;yámedidaquesefuéacercandoalfinaldesudiscurso,descendiósobreélunespíritudeprofecía,queleobligabaácontinuarensu tema como acontecía con los antiguos profetas de Israel, con esta diferencia, sinembargo, que mientras aquellos anunciaban la ruina y desolación de su patria,Dimmesdalepredecíaungrandeygloriosodestinoalpuebloallícongregado.Peroentodosu discurso había cierta nota profunda, triste, dominante, que sólo podía interpretarsecomo el sentimiento natural y melancólico de uno que pronto ha de abandonar estemundo.Sí:suministro,áquientantoamaban,yquelosamabatantoátodosellos,quenopodíapartirhaciaelcielosinexhalarunsuspirodedolor,—teníaelpresentimientodequeunamuerteprematuraleesperaba,ydequeprontolosdejaríabañadosenlágrimas.Estaidea de su permanencia transitoria en la tierra, dió el último toque al efecto que elpredicador había producido; diríase que un ángel, en su paso por el firmamento, había

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sacudido un instante sus luminosas alas sobre el pueblo, produciendo almismo tiemposombrayesplendor,yderramandounalluviadeverdadessobreelauditorio.

DeestemodollegóparaelReverendoSr.Dimmesdale,—comollegaparalamayoríadeloshombresensusvariasesferasdeacción,aunqueconfrecuenciademasiadotarde,—unaépoca de vida más brillante y llena de triunfos que ninguna otra en el curso de suexistencia,óquejamáspudieraesperar.Enaquelmomentoseencontrabaenlacúspidedelaalturaáquelosdonesdelainteligencia,delaerudición,delaoratoria,ydeunnombredeintachablepureza,podíanelevaráuneclesiásticoenlosprimerostiemposdelaNuevaInglaterra,cuandoyaunacarreradeesaclaseeraensímismaunaltopedestal.Taleralaposiciónqueelministroocupaba,cuandoinclinólacabezasobreelbordedelpúlpitoalterminarsudiscurso.Entretanto,EsterPrynnepermanecíaalpiedeltabladodelapicotaconlaletraescarlataabrasandoaúnsucorazón.

Oyéronsedenuevolossonesdelamúsicayelpasomesuradodelaescoltamilitarquesalíaporlapuertadelaiglesia.Laprocesióndebíadirigirseálacasaconsistorial,dondeunsolemnebanqueteibaácompletarlasceremoniasdeldía.

Por lo tanto, de nuevo la comitiva de venerables y majestuosos padres de la ciudadempezóámoverseenelespaciolibrequedejabaelpueblo,haciéndoserespetuosamenteáunoyotrolado,cuandoelGobernadorylosmagistrados,loshombresancianosycuerdos,lossantosministrosdelaltar,y todoloqueeraeminenteyrenombradoenlapoblación,avanzabanporenmediodelosespectadores.Cuandollegaronálaplazadelmercado,supresencia fué saludada con una aclamación general; que si bien podía atribuirse alsentimiento de lealtad que en aquella época experimentaba el pueblo hacia susgobernantes, era también la explosión irresistible del entusiasmo que en el alma de losoyenteshabíadespertado laelevadaelocuenciaqueaunvibrabaensusoídos.Cadaunosintió el impulso en sí mismo y casi instantáneamente este impulso se hizo unánime.Dentrodelaiglesiaáduraspenaspudoreprimirse;perodebajodelabóvedadelcielonofué posible contener sumanifestación, más grandiosa que los rugidos del huracán, deltruenoódelmar,enaquellapotenteoleadadetantasvocesreunidasenunagranvozporelimpulso universal que de muchos corazones forma uno solo. Jamás en el suelo de laNueva Inglaterra había resonado antes igual clamoreo. Jamás, en el suelo de la NuevaInglaterra,sehabíavistounhombredetalmodohonradoporsusconciudadanoscomoloeraahoraelpredicador.

¿Yqué era de él? ¿No se veíanpor ventura en el aire las partículas brillantes de unaaureolaalrededordesucabeza?Habiéndosevueltotanetéreo,habiendosusadmiradoreshecho su apoteosis, ¿pisaban sus pies el polvo de la tierra cuando ibamarchando en laprocesión?

Mientraslasfilasdeloshombresdelamiliciaydelosmagistradoscivilesavanzaban,todaslasmiradassedirigíanallugarenquemarchabaelSr.Dimmesdale.Laaclamaciónse iba convirtiendo enmurmullo á medida que una parte de los espectadores tras otralograba divisarle. ¡Cuán pálido y débil parecía enmedio de todo este triunfo suyo! Laenergía,—ó,mejordicho, la inspiraciónque lo sostuvomientraspronunciabael sagradomensaje que le comunicó su propia fuerza, como venida del cielo,—ya le habíaabandonado después de haber cumplido tan fielmente su misión. El color que antesparecía abrasar sus mejillas, se había extinguido como llama que se apaga

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irremediablementeentrelosúltimosrescoldos.Lamortalpalidezdesurostroeratal,queapenassemejabaésteeldeunhombrevivo;nielquemarchabaconpasostanvacilantescomo si fuera á desplomarse á cada momento, sin hacerlo sin embargo, apenas podíatampocotomarseporunserviviente.

Unodesushermanoseclesiásticos,—elvenerableJuanWilson,—observandoelestadoen que se hallaba el Sr. Dimmesdale después que pronunció su discurso, se adelantóapresuradamenteparaofrecerlesuapoyo;peroelministro, todo trémulo,aunquedeunamaneradecidida,alejóelbrazoquelepresentabasuancianocolega.Continuóandando,siesquepuedellamarseandarloquemásbienparecíaelesfuerzovacilantedeunniñoálavistadelosbrazosdesumadre,extendidosparaanimarleáqueseadelante.Yahora,casiimperceptiblemente á pesar de la lentitud de sus últimos pasos, se encontraba frente áfrente de aquel tablado, cuyo recuerdo jamás se borróde sumemoria, de aquel tabladodonde, muchos años antes, Ester Prynne había tenido que soportar las miradasignominiosasdelmundo.¡AllíestabaEsterteniendodelamanoáPerla!¡Yallíestabalaletra escarlata en su pecho! El ministro hizo aquí alto, aunque la música continuabatocandolamajestuosayanimadamarchaalcompásdelacuallaprocesiónibadesfilando.¡Adelante!—le decía lamúsica,—¡adelante, al banquete! Pero elministro se quedó allícomosiestuvieraclavado.

ElGobernadorBellingham,quedurante losúltimosmomentoshabía tenidofijasenelministrolasansiosasmiradas,abandonandoahorasupuestoenlaprocesión,seadelantóparaprestarle auxilio, creyendo,por el aspectodelSr.Dimmesdale, quede lo contrariocaería al suelo. Pero en la expresión de las miradas del ministro había algo que hizoretroceder al magistrado, aunque no era hombre que fácilmente cediese á las vagasintimaciones de otro. Entre tanto la multitud contemplaba todo aquello con temorrespetuoso y admiración. Este desmayo terrenal era, según creían, sólo otra faz de lafuerzacelestialdelministro;nisehubieratenidoporunmilagrodemasiadosorprendentecontemplarle ascender en los espacios, ante sus miradas, volviéndose cada vez mástransparenteymásbrillante,hastaverleporfindesvanecerseenlaclaridaddeloscielos.

Elministroseacercóaltabladoyextendiólosbrazos.

—¡Ester!—dijo,—¡venaquí!¡Venaquítambién,Perlita!

Lamiradaquelesdirigiófuélúgubre,perohabíaenellaálavezqueciertaternura,unaextrañaexpresióndetriunfo.Laniña,consusmovimientosparecidosálosdeunave,queeran una de sus cualidades características, corrió hacia él y estrechó las rodillas delministroentresus tiernosbracitos.Ester,comoimpelidapor inevitabledestino,ycontratodasuvoluntad,seacercótambiénáDimmesdale,perosedetuvoantesdellegar.Enestemomento el viejo Rogerio Chillingworth se abrió paso al través de la multitud, ó, tansombría,malignaé inquietaerasumirada,queacasosurgiódeunaregión infernalparaimpedirquesuvíctimarealizarasupropósito.Peroseadeelloloquesequiera,elancianomédicoseadelantórápidamentehaciaelministroyleasiódelbrazo.

—¡Insensato,detente!¿quéintentashacer?—ledijoenvozbaja.—¡Hazseñaáesamujerdequesealeje!¡Hazqueseretiretambiénestaniña!Todoirábien.¡Nomanchestubuennombre,nimuerasdeshonrado!¡Todavíapuedosalvarte!¿Quierescubrirdeignominiatusagradaprofesión?

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—¡Ah!¡tentador!Meparecequevienesdemasiadotarde,—respondióelministrofijandolasmiradasenlosojosdelmédico,contemor,peroconfirmeza.—Tupodernoeselqueantesera.ConlaayudadeDiosmelibraréahoradetusgarras.

Yextendiódenuevolamanoálamujerdelaletraescarlata.

—EsterPrynne,—gritóconpenetrantevehemencia,—enelnombredeAqueltanterribleytanmisericordioso,queenesteúltimomomentomeconcedelagraciadehacerloque,con grave pecado y agonía infinitame he abstenido de hacer hace siete años, ven aquíahora y ayúdame con tus fuerzas. Préstame tu auxilio, Ester, pero deja que lo guíe lavoluntadqueDiosmehaconcedido.Esteperversoyagraviadoancianoseoponeáellocon todo su poder, con todo su propio poder y el del enemigomalo. ¡Ven, Ester, ven!Ayúdameásubiresetablado.

Enlamultitudreinabalamayorconfusión.Loshombresdecategoríaydignidadquesehallabanmásinmediatosalministro,sequedarontansorprendidosyperplejosacercadeloque significaba aquello queveían, tan incapacesde comprender la explicaciónquemásfácilmente se les presentaba, ó imaginar alguna otra, que permanecieron mudos ytranquilos espectadores del juicio que la Providencia parecía iba á pronunciar.Veían alministro,apoyadoenelhombrodeEsterysostenidoporelbrazoconqueéstalerodeaba,acercarse al tablado y subir sus gradas, teniendo entre las manos las de aquella niñitanacidaenelpecado.ElviejoRogerioChillingworthleseguía,comopersonaíntimamenterelacionadaconeldramadeculpaydedolorenquetodoselloshabíansidoactores,yporlotantoconderechobastanteáhallarsepresenteenlaescenafinal.

—Sihubierasescudriñadotodalatierra,—dijomirandoconsombríosojosalministro,—no habrías hallado un lugar tan secreto, ni tan alto, ni tan bajo, donde hubieras podidolibrartedemí,—comoestecadalsoenqueahoraestás.

—¡GraciasseandadasáAquelquemehatraídoaquí!—contestóelministro.

Temblabasinembargo,ysevolvióhaciaEsterconunaexpresióndedudayansiedadenlosojosquefácilmentepodíadistinguirse,porestaracompañadadeunadébilsonrisaensuslabios.

—¿Noesestomejor,—murmuró,—queloqueimaginamosenlaselva?

—¡Nosé!¡Nosé!—respondióellarápidamente.—¿Mejor?Sí:¡ojalápudiéramosmoriraquíambos,yPerlitaconnosotros!

—Respecto á tí y á Perla, ¡sea lo que Dios ordene!—dijo el ministro,—y Dios esmisericordioso.DéjamehacerahoraloqueÉlhapuestoclaramentedemanifiestoantemisojos,porqueyomeestoymuriendo,Ester.Deja,pues,quemeapresureátomarsobremialmalapartedevergüenzaquemecorresponde.

En parte sostenido por Ester, y teniendo de la mano á Perla, el Reverendo Sr.Dimmesdalesevolvióálosdignosyvenerablesmagistrados,álossagradosministrosqueeran sus hermanos en el Señor, al pueblo cuya gran alma estaba completamenteconsternada, aunque llena de simpatía dolorosa, como si supiera que un asunto vital yprofundo,quesi repletodeculpatambiénloestabadeangustiaydearrepentimiento,seiba á poner ahora de manifiesto á la vista de todos. El sol, que había pasado ya sumeridiano,derramaba su luz sobreelministroyhacíadestacar su figuraperfectamente,

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comosisehubieradesprendidode la tierraparaconfesarsudelitoanteel tribunalde laJusticiaEterna.

—¡Pueblode laNueva Inglaterra!—exclamóconunavozqueseelevóporencimadetodosloscircunstantes,alta,solemneymajestuosa,—peroquecontodoerasiemprealgotrémula,yávecessemejabaungritoquesurgíaluchandodesdeunabismoinsondablederemordimientoydedolor,—vosotros,continuó,quemehabéisamado,—vosotros,quemehabéiscreídosanto,—miradmeaquí,miradalmásgrandepecadordelmundo.¡Alfin,alfinestoydepieenellugarenquedebíahaberestadohacesieteaños:aquí,conestamujer,cuyobrazo,másquelapocafuerzaconquemehearrastradohastaaquí,mesostieneenesteterriblemomentoymeimpidecaerdebrucesalsuelo!¡VedahílaletraescarlataqueEsterlleva!Todososhabéisestremecidoásuvista.Dondequieraqueestamujerhaido,dondequieraque,bajo elpesode tantadesgracia,hubierapodido tener la esperanzadehallarreposo,—esaletrahaesparcidoentornosuyountristefulgorqueinspirabaespantoyrepugnancia.¡Peroenmediodevosotroshabíaunhombre,antecuyamarcadeinfamiaydepecadojamásoshabéisestremecido!

Alllegaráestepunto,parecióqueelministroteníaquedejarensilencioelrestodesusecreto;peroluchócontrasudebilidadcorporal,yaunmuchomáscontralaflaquezadeánimoqueseesforzabaensubyugarle.Sedesembarazóentoncesdetodososténcorporal,ydióunpasohaciaadelanteresueltamente,dejandodetrásdesíálamujeryálaniña.

—¡Esamarcalateníaél!—continuóconunaespeciedefieroarrebato.¡Tandeterminadoestaba á revelarlo todo!—¡El ojo de Dios la veía! ¡Los ángeles estaban siempreseñalándola!¡Elenemigomalolaconocíamuybienylaestregabaconstantementeconsusdedoscandentes!Peroéllaocultabaconastuciaálamiradadeloshombres,ysemovíaentrevosotrosconrostroapesadumbrado,comoeldeunhombremuypuroenunmundotanpecador;y triste,porqueechabademenossuscompañeroscelestiales.Ahora,en losúltimosmomentosdesuvida,sepresentaantevosotros;ospidequecontempléisdenuevolaletraescarlatadeEster;yosdiceque,contodosuhorrormisterioso,noessinolapálidasombradelaqueélllevaensupropiopecho;yqueaunestamarcarojaquetengoaquí,esta marca roja mía, es solo el reflejo de la que está abrasando lo más íntimo de sucorazón. ¿Hay aquí quién pueda poner en duda el juicio de Dios sobre un pecador?¡Mirad!¡Contempladuntestimonioterribledeesejuicio!

Conunmovimientoconvulsivodesgarrólabandaeclesiásticaquellevabaenelpecho.¡Todo quedó revelado! Pero sería irreverente describir aquella revelación. Durante unmomento lasmiradasde lamultitudhorrorizada se concentraron en el lúgubremilagro,mientraselministropermanecíaenpieconunaexpresióntriunfanteenelrostro,comoladeunhombrequeenmediodeunacrisisdelmásagudodolorhaconseguidounavictoria.Después cayó desplomado sobre el cadalso. Ester lo levantó parcialmente y le hizoreclinar la cabeza sobre su seno. El viejo Rogerio se arrodilló á su lado con aspectosombrío,desconcertado,conunrostroenelcualparecíahaberseextinguidolavida.

—¡Has logrado escaparte demí!—repetía con frecuencia.—¡Has logrado escaparte demí!

—¡QueDiosteperdone!—dijoelministro.—¡Tútambiénhaspecadogravemente!

Apartósusmiradasmoribundasdelanciano,ylasfijóenlamujerylaniña.

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—¡Mi pequeña Perla!—dijo débilmente, y una dulce y tierna sonrisa iluminó susemblante,comoeldeunespírituquevaentrandoenprofundoreposo;mejordicho,ahoraqueelpesoqueabrumabasualmahabíadesaparecido,parecíaquedeseabajugarconlaniña,—miqueridaPerlita,¿mebesarásahora?¡Noloqueríashacerenlaselva!Peroahorasíloharás.

Perlaledióunbesoenlaboca.Elencantosedeshizo.Lagranescenadedolorenquelaerráticaniñatuvosuparte,habíamaduradodeunaveztodossussentimientosyafectos;ylaslágrimasquederramabasobrelasmejillasdesupadre,eranunaprendadequeellairíacreciendoentrelapenaylaalegría,noparaestarsiempreenluchacontraelmundo,sinopara ser en él una verdaderamujer. También respecto de sumadre lamisión de Perla,comomensajeradedolor,sehabíacumplidoplenamente.

—Ester,—dijoelministro,—¡adiós!

—¿Nonosvolveremosáencontrar?—murmuróEsterinclinandolacabezajuntoáladelministro.—¿No pasaremos juntos nuestra vida inmortal? Sí, sí, con todo este dolor noshemos rescatadomutuamente.Túestásmirandomuy lejos, allá en la eternidad, con tusbrillantesymoribundosojos.Díme,¿quéesloqueves?

—¡Silencio, Ester, silencio!—dijo el ministro con trémula solemnidad.—La ley quequebrantamos,—la culpa tan terriblemente revelada,—sean tus solos pensamientos. ¡Yotemo!… ¡temo!…Quizás desde que olvidamos á nuestro Dios, desde que violamos elmutuorespetoquedebíamosánuestrasalmas,—fuéyavanoesperarelpoderasociarnosdespués de esta vida en una unión pura y sempiterna. Dios sólo lo sabe y Él esmisericordioso.Hamostradosucompasión,másquenunca,enmediodemisaflicciones,condarme esta candente tortura que llevaba en el pecho; con enviarme á ese terrible ysombríoanciano,quemanteníasiempreesatorturacadavezmásviva;contraermeaquí,paraacabarmividaconestamuertedetriunfanteignominiaantelosojosdelpueblo.Sialgunodeestostormentosmehubierafaltado,yoestaríaperdidoparasiempre!¡Loadoseasunombre!¡Hágasesuvoluntad!¡Adiós!

Con la última palabra, el ministro exhaló también su último aliento. La multitud,silenciosahastaentonces,prorrumpióenunmurmulloextrañoyprofundodetemorydesorpresa que no pudieron hallar otra expresión, sino en ese murmullo que resonó tangravementedespuésqueaquellaalmahubopartido.

XXIV

CONCLUSIÓN

ALcabodemuchosdías,cuandoelpueblopudocoordinarsusideasacercadelaescenaqueacabamosdereferir,hubomásdeunaversióndeloquehabíaocurridoeneltabladodelapicota.

Lamayorpartede losespectadoresaseguróhabervisto impresaen lacarnedelpecho

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delinfelizministrounaLETRAESCARLATA,queera laexactareproducciónde laqueteníaEsterenelvestido.Respectoásuorigensedieronvariasexplicaciones, todaslascualesfueronsimplementeconjeturas.AlgunosafirmabanqueelReverendoSr.Dimmesdale,elmismo día en que Ester Prynne llevó por vez primera su divisa ignominiosa, habíacomenzado una serie de penitencias, que después continuó de diversos modos,imponiéndoseélmismounahorribletorturacorporal.Otrosasegurabanqueelestigmanosehabíaproducido sinomucho tiempodespués, cuandoelviejoRogerioChillingworth,que era un poderoso nigromántico, la hizo aparecer con sus artesmágicas y venenosasdrogas. Otros había,—y estos eran los más á propósito para apreciar la sensibilidadexquisitadelministroylamaravillosainfluenciaqueejercíasuespíritusobresucuerpo,—quepensabanqueel terriblesímboloeraelefectodelconstanteyroedorremordimientoquesealbergabaenlomásíntimodelcorazón,manifestándosealfinelinexorablejuiciodelCieloporlapresenciavisibledelaletra.Ellectorpuedeescogerentreestasteoríaslaquemásleagrade.

Es singular, sin embargo, que varios individuos, que fueron espectadores de toda laescena, y sostenían no haber apartado un instante las miradas del Reverendo Sr.Dimmesdale,negaranabsolutamentequesehubiesevistoseñalalgunaensupecho.Yájuzgar por lo que estasmismas personas decían, las últimas palabras delmoribundonoadmitieron, ni aun siquiera remotamente, que hubiera habido, de su parte, la más leverelaciónconlaculpaqueobligóáEsterállevarportantotiempolaletraescarlata.Segúnestostestigos,dignosdelmayorrespetoyconsideración,elministro,queteníaconcienciade que estabamoribundo y también de que la reverencia de lamultitud le colocaba yaentreelnúmerodelossantosydelosángeles,habíadeseado,exhalandoelúltimoalientoenlosbrazosdelamujercaída,expresarantelafazdelmundocuáncompletamentevanoeraloquesellamavirtudyperfeccióndelhombre.Despuésdehaberseacabadolavidaconsusesfuerzosenpródelbienespiritualdelahumanidad,habíaconvertidosumanerademorirenunaespeciedeparábolaviviente,conobjetodeimprimirenlamentedesusadmiradores la poderosa y triste enseñanza de que, comparados con la Infinita Pureza,todossomosigualmentepecadores;paraenseñarlestambiénqueelmásinmaculadoentrenosotros, sólo ha podido elevarse sobre sus semejantes lo necesario para discernir conmayor claridad la misericordia que nos contempla desde las alturas, y repudiar másabsolutamente el fantasma del mérito humano que dirige susmiradas hacia arriba. Sinquerer disputar la verdad de este aserto, se nos debe permitir que consideremos estaversióndelahistoriadelSr.Dimmesdale,tansólocomounejemplodelatenazfidelidadcon que los amigos de un hombre, y especialmente de un eclesiástico, defienden sureputación,auncuandopruebastanclarascomolaluzdelsolalmediodíailuminandolaletraescarlata,loproclamenunacriaturaterrenal,falsaymanchadaconelpecado.

Laautoridadquehemosseguidoprincipalmente,—estoes,unmanuscritodefechamuyantigua,redactadoenvistadeltestimonioverbaldevariaspersonas,algunasdelascualeshabían conocido áEsterPrynne,mientras otras habíanoído suhistoria de los labios detestigos presenciales,—confirma plenamente la opinión adoptada en las páginas quepreceden. Entremuchas conclusionesmorales que se pueden deducir de la experienciadolorosa del pobreministro, y que se agolpan á nuestramente, escogemos esta:—”¡Sésincero! ¡Sé sincero! ¡Sé sincero!Muestra al mundo, sin ambajes, si no lo peor de tunaturaleza,porlomenosalgúnrasgodelquesepuedainferirlopeor.”

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Nada hubo que llamara tanto la atención como el cambio que se operó casiinmediatamentedespuésdelamuertedelSr.Dimmesdale,enelaspectoymododeserdelancianoconocidobajoelnombredeRogerioChillingworth.Todosuvigorysuenergía,todasufuerzavitaléintelectual,parecieronabandonarledeunavez,hastaelextremodeque realmente se consumió, se arrugó, y hasta desapareció de la vista de losmortales,comounahierbaarrancadaderaízquesesecaálosrayosardientesdelsol.Estehombreinfeliz había hecho de la prosecución y ejercicio sistemático de la venganza el objetoprimordial de su existencia; y una vez obtenido el triunfo más completo, el principiomaléficoqueleanimabanotuvoyaenqueemplearse,ynohabiendotampocoenlatierraningunaobradiabólicaquerealizar,nolequedabaáaquelmortalinhumanootracosaquehacer,sinoirádondesuAmoleproporcionasetareasuficiente,ylerecompensaseconelsalario debido. Pero queremos ser clementes con todos esos seres impalpables que portanto tiempohansidonuestrosconocidos, lomismoconRogerioChillingworthqueconsuscompañeros.Esasuntodignodeinvestigarsesaberhastaquépuntoelodioyelamorvienen á ser en realidad la misma cosa. Cada uno de estos sentimientos, en su máscompletodesarrollo,presuponeunprofundoéíntimoconocimientodelcorazónhumano;tambiéncadaunodeestossentimientospresuponequeunindividuodependedeotroparalasatisfaccióndesusafectosydesuvidaespiritual;cadaunadeesassensacionesdejaeneldesamparoyladesolaciónalamanteapasionadoóalaborrecedornomenosapasionado,desde el momento en que desaparece el objeto del odio ó del amor. Por lo tanto,considerados filosóficamente los dos sentimientos de que hablamos, vienen á ser en suesenciaunomismo,exceptoqueelamorsecontemplaálaluzdeunesplendorcelestial,yel odio al reflejo de sombría y lúgubre llamarada. En el mundo espiritual, el ancianomédico y el joven ministro,—habiendo sido ambos víctimas mutuas,—quizás, hayanencontradotodalasumadesuodioyantipatíaterrenaltransformadaenamor.

Perodejandoáunladoestadiscusión,comunicaremosallectoralgunasnoticiasdeotranaturaleza.AlfallecimientodelancianoRogerioChillingworth(queacontecióalcabodeun año), se vió por su testamento y última voluntad, del cual fueron albaceas elGobernador Bellingham y el Reverendo Sr.Wilson, que había legado una considerablefortuna, tantoen laNuevaInglaterracomoen lamadrepatria,áPerlita, lahijadeEsterPrynne.

DeconsiguientePerla, laniñaduende,elvástagodeldemoniocomoalgunaspersonasaúnpersistíanenconsiderarla,seconvirtióenlaherederamásricadesuépocaenaquellaparte del Nuevo Mundo; y probablemente esta circunstancia produjo un cambio muynotable en la estimación pública, y si la madre y la hija hubieran permanecido en lapoblación, la pequeña Perla, al llegar á la edad de poder casarse, habría mezclado susangre impetuosa con la del linaje de losmás devotos puritanos de la colonia. Pero nomucho tiempo después del fallecimiento del médico, la portadora de la letra escarlatadesapareciódelaciudadyconellaPerla.

Durantemuchosaños,aunquedetardeentardesolíanllegaralgunosvagosrumoresaltravésdelosmares,noserecibieronsinembargonoticiasauténticasdelamadreydelahija.Lahistoriadelaletraescarlataseconvirtióenleyenda;lafascinaciónqueejercíasemantuvopoderosapormuchotiempo,ytantoeltabladofatídicocomolacabañajuntoálaorilla delmar donde vivió Ester, continuaron siendo objeto de cierto respetuoso temor.Variosniñosque jugabanuna tardecercade lareferidacabaña,vieronáunamujeralta,

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contrajedecolorobscuro,acercarseálapuerta;éstanosehabíaabiertoniunasolavezenmuchosaños;peroseaquelamujerlaabriera,óquelapuertacedieseálapresióndesumano, por hallarse la madera y el hierro en estado de descomposición, ó sea que sedeslizara como un fantasma al través de cualquier obstáculo,—lo cierto es que aquellamujerentróenladesiertayabandonadacabaña.

Sedetuvoenelumbral,ydirigióunamiradaentornosuyo,—porquetalvezlaideadeentrar sola, y después de tantos cambios, en aquella morada en que también habíapadecido tanto, fué algo más triste y horrible de lo que ella podía soportar. Pero suvacilación, aunque no duró sino un instante, fué lo suficiente para dejar ver una letraescarlataensupecho.

EsterPrynnehabía, pues, regresadoy tomadodenuevo la divisa de su ignominia, yalargo tiempo dada al olvido. ¿Pero dónde estaba Perlita? Si aún vivía, se hallabaindudablementeentodoelbrilloyflorescenciadesuprimerajuventud.Nadiesabía,nisesupojamásácienciacierta,silaniñaduendehabíadescendidoáunatumbaprematura,ósisunaturalezatumultuosayexuberantesehabíacalmadoysuavizado,haciéndolacapazdeexperimentarlaapaciblefelicidadpropiadeunamujer.PeroduranteelrestodelavidadeEster,huboindiciosdequelareclusadelaletraescarlataeraobjetodelamoréinterésdealgúnhabitantedeotrastierras.Serecibíancartasestampadasconunescudodearmasdesconocidasenlaheráldicainglesa.Enlacabañaconsabidahabíaobjetosyartículosdediversa clase, hasta de lujo, que nunca se ocurrió áEster usar, pero que solamente unapersona rica podría haber comprado, ó en los que podría haber pensado sólo el afectohacia ella. Se veían allí bagatelas, adornos, dijes, bellos presentes que indicaban unrecuerdoconstanteyquedebieronde serhechospordelicadosdedos,á impulsosdeuntiernocorazón.UnavezsevióáEsterbordandountrajecitodeniñodetiernaedad,contalprofusióndeoro, que casi habría dadoorigen á unmotín, si en las calles deBoston sehubierapresentadountiernoinfanteconunvestidodetaljaez.

Enfin,lascomadresdeaqueltiempocreían,yeladministradordeaduanaSr.Pue,queinvestigóelasuntounsiglomástarde,creíaigualmente,—yunodesusrecientessucesoresenelmismoempleocreetambiénápuñocerrado,quePerlanosolovivía,sinoqueestabacasada,erafeliz,yseacordabadesumadre,yqueconelmayorcontentohabría tenidojuntoásíyfestejadoensuhogaráaquellatristeysolitariamujer.

Pero había paraEster Prynne una vidamás real en laNueva Inglaterra, que no en laregión desconocida donde se había establecido Perla. Su culpa la cometió en laNuevaInglaterra: aquí fuédondepadeció;y aquídonde tenía aúnquehacerpenitencia.Por lotantohabíaregresado,yvolvióállevarenelpecho,porefectodesupropiavoluntad,puesni elmás severomagistradodeaquel rígidoperíodo se lohubiera impuesto, el símbolocuyasombríahistoriahemosreferido,sinquedespuésdejara jamásde lucirensuseno.Peroconel transcursode losañosde trabajos,demeditaciónydeobrasdecaridadqueconstituyeron la vida de Ester, la letra escarlata cesó de ser un estigma que atraía lamalevolencia y el sarcasmo del mundo, y se convirtió en un emblema de algo queproducía tristeza, que se miraba con cierto asombro temeroso y sin embargo conreverencia.YcomoEsterPrynnenoteníasentimientosegoístas,nideningúnmodovivíapensandosoloensupropiobienestarysatisfacciónpersonal, lasgentes ibanáconfiarletodossusdoloresy tribulacionesy lepedíanconsejo,comoápersonaquehabíapasado

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por pruebas severísimas. Especialmente las mujeres, con la historia eterna de almasheridas por afectos mal retribuidos, ó mal puestos, ó no bien apreciados, ó enconsecuenciadepasiónerradaóculpable,—óabrumadasbajoelgravepesodeuncorazóninflexible, que de nadie fué solicitado ni estimado,—estas mujeres eran las queespecialmenteibanálacabañadeEsteráconsultarla,ypreguntarleporquésesentíantandesgraciadas y cuál era el remedio para sus penas. Ester las consolaba y aconsejaba lomejorquepodía,dándolestambiénlaseguridaddesucreenciafirmísimadequealgúndía,cuandoelmundoseencuentreenestadoderecibirla,serevelaráunanuevadoctrinaqueestablezca las relaciones entre el hombre y la mujer sobre una basemás sólida ymássegura de mutua felicidad. En la primera época de su vida Ester se había imaginado,aunque en vano, que ella misma podría ser la profetisa escogida por el destino parasemejante obra; pero desde hace tiempo había reconocido la imposibilidad de que lamisión de dar á conocer una verdad tan divina y misteriosa, se confiara á una mujermanchadaconlaculpa,humilladaconlavergüenzadeesaculpa,óabrumadaconundolordetodalavida.Elángel,yalmismotiempoelapóstoldelafuturarevelación,tienequeser indudablemente unamujer, pero excelsa, pura y bella; y además sabia y cuerda, nocomo resultadodel sombríopesar, sinodel suavecalorde la alegría, demostrandocuánfelicesnospuedehacerelsantoamor,medianteelejemplodeunavidadedicadaáesefinconéxitocompleto.

AsídecíaEsterPrynnedirigiendosus tristesmiradasá la letraescarlata.Ydespuésdemuchos,muchosaños,seabrióunanuevatumba,cercadeotrayaviejayhundida,enelcementerio de la ciudad, dejándose un espacio entre ellas, como si el polvo de los dosdormidosnotuvieraelderechodemezclarse;perounamismalápidasepulcralservíaparalasdostumbas.Alrededorseveíanportodaspartesmonumentosenquehabíaesculpidosescudos de armas; y en esta sencilla losa,—como el curioso investigador podrá aúndiscernirlo,aunquesequedeconfusoacercadesusignificado,seveíaalgoásemejanzadeun escudo de armas. Llevaba una divisa cuyos términos heráldicos podrían servir deepígrafeysercomoelresumendela leyendaáquedamosfin:sombría,yaclaradasoloporunpuntoluminoso,ávecesmástétricoquelamismasombra:—

“ENCAMPO,SABLE,LALETRAA,GULES.”[18]

FIN.

“LaIsladelTesoro.—Esunasabrosanarraciónconunniñoporhéroe,conperipeciasdramáticasyconmovedoras.Conservaentodaellaunapurezayunasencillezmuydignas,queladaránfrancaentradaenelhogardomésticomássevero.”—LaIlustraciónEspañolayAmericana,Madrid.

*

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**

“Pan,QuesoyBesos.—Esunrelatofieldeesasescenastanmagistralmentedescritas,que al contemplarlas experimenta el lector grandísimas impresiones.”—Boletín de laSociedadProtectoradelosNiños,Madrid.

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***

“Azabache.—¡Quéalta enseñanza sedesprendede la lecturade tanprecioso libro!¡Cómoseponederelieveensuspáginaselatrasodeloshombresypueblosquemaltratan,estropean, torturan y aniquilan á los animales, esos buenos amigos y compañeros delhombreensuevoluciónhistóricaysocialátravésdelostiempos!Noesparasorprender,envistadelméritoexcepcionaldeestaobra, lasnumerosasedicionesquedeellasehanhechoylacircunstanciadehabersidodeclaradacomotextosuplementariodelecturaenlasescuelasdeMassachusetts.Desdeelpuntodevistadelaeducaciónmoral,Azabacheesunvaliosísimocontingente,quenodebíafaltarenningunafamilia,siestadeseafomentarenlosjóveneslossentimientosdelabondad,delajusticiayaundelafilantropía.”—LaEscuelaPrimaria,MéridadeYucatán,Junio15,1893.

***

“La Casa del Pantano, escrita por FLORENCE WARDEN, pertenece al género deliteraturamoderno.Allí,pues,nadahayquenoseaverosímilyelargumentoestádescritocon tanta habilidad, que nuestra imaginación no tiene que divagar para encontrar lospersonajes que figuran en la obra, aunque en distintos países y con diferentesnombres.”—ElCallao,Callao.

LASAVENTURASDEL

VICARIODEWAKEFIELD

POROLIVERIOGOLDSMITH.

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NUEVAYORK.

NOTAS:[1]BostoneslacapitaldelEstadodeMassachusetts,ySalem,dondeseescribióellibro,esunpuertodemaren

elmismoEstado,distanteunas14millasdelprimero.Áesadistanciahacereferenciaelautor.—N.delT.

[2]Elautorserefierealbosquejoasítituladoquesirvedeintroducciónáunodesusprimeroslibros:MusgosdeunaAntiguaMansión,dondeentraenciertospormenoresautobiográficos.—N.delT.

[3]DelasletrasU.S.,inicialesyabreviacióndelnombreinglésUnitedStates,ósealosEstadosUnidos,sehaformadoUncleSam,elTíoSamuel,apodoómotequesedávulgarmenteádichanación.—N.delT.

[4]LaúltimaguerraentreInglaterraylosEstadosUnidosfuéen1812-‘14.

[5]HawthorneserefiereálosMusgosdeunaAntiguaMansión,queyaantessehamencionado.—N.delT.

[6]Hawthorne alude al famosoproceso, ómejor dicho, persecuciónde las brujas ó individuos acusadosdesostenertratosconeldiablo,quecostólavidaáunasveintepersonasenelveranode1692.EsteacontecimientoescélebreenlosanalesdelaNuevaInglaterra.—N.delT.

[7]Hawthornealudeálafamosa“AsociaciónliterariadelBrookFarm(FincadelRiachuelo)paralaEducaciónylaAgricultura,”fundadaporelcríticoyliteratoamericanoJorgeRipleyySofíaRipleyen1841,aunasdiezmillas de Boston. El objeto de esa asociación unitaria, comunística y humanitaria era crear las condicionesnecesarias para producir el adelanto intelectual y una civilización ideal, reduciendo á sumínimum el trabajomaterial, simplificando la maquinaria social, y consiguiendo de este modo el máximum de tiempo para eldesenvolvimientoyeducaciónmoralyespiritual.Tomaronparteenelproyectomuchaspersonasdeambossexosque después brillaron en la literatura, el periodismo, etc. Hawthorne permaneció en la asociación muy pocotiempo.Laempresa,comoesdesuponerse,fracasóalcabodecuatroócincoaños.—N.delT.

[8]LosnombresquecitaelautorsondelosmásdistinguidosdelaliteraturadelosEstadosUnidos.R.WaldoEmerson,poeta,filósofoeminenteyeducacionista,talentooriginal,autordegranvaler,nacidoen1803,fallecióen1882.GuillermoElleryChanning,teólogo,filántropo,yautordenota,nacióen1780ymurióen1842.EnriqueD.Thoreau,filósofo,naturalista,yautor,tambiénmuyoriginal,nacióen1817ymurióen1862.JorgeS.Hillard(1803-1879) fué un abogado muy distinguido, un orador notable, y autor no común; por último EnriqueW.Longfellow es uno de los pocos poetas americanos que goza de reputación universal y cuyas obras estántraducidasácasitodoslosidiomaseuropeos.Nacióen1807ymurióen1882.—N.delT.

[9] Amos Bronson Alcott (1799-1888) fué un filósofo transcendentalista y neoplatónico, y un idealistaconsumado.—N.delT.

[10]ChauceryBurns,doscélebrespoetasinglesesqueflorecieron,elprimeroenelsigloXIV,yelsegundoáfinesdelsiglopasado.—N.delT.

[11]CuandoseescribióLaLetraEscarlata,hacíapocotiempoquesehabíandescubiertolasricasminasdeorodeCalifornia,queatraíanaventurerosdetodaspartesdelmundohalagadosconlaesperanzadeenriquecerseenpocotiempo.—N.delT.

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[12] En la época en que se escribióLaLetraEscarlata había en los Estados Unidos dos grandes partidospolíticos, loswhigs (hoyrepublicanos)y losdemócratas,alquepertenecíaHawthorne.Elperíodopresidencialduracuatroaños,alcabodeloscualessecelebraneleccionesparanombrarunsucesorálaPresidencia.UnnuevoPresidentetraenumerososcambiosenelpersonaldelosempleadosfederalesymuchascesantías,especialmentecuandounodelosdospartidospolíticosentraátomarelpuestodelotro.Enestecasolasdecapitaciones,comodiceHawthorne,notienenfin.—N.delT.

[13]AnaHutchinson fué unamujer notable por sus virtudes y sus ideas enmateria de religión.Nacida enInglaterra hacia 1590, vino á Boston con su familia en 1634, y comenzó á dar conferencias religiosas. Pordesgracia para ella, sus doctrinas no eran las que profesaban los puritanos de la Nueva Inglaterra, quienesalarmadosalverlosprosélitosquehacía, laacusarondeherejeysediciosa,yladesterrarondelaProvinciadeMassachusetts,conmuchosdesuspartidarios,despuésdehaberlatenidoenprisiónalgúntiempo.En1643fuéasesinadaporlosindios,juntamenteconvariosmiembrosdesufamilia.—N.delT.

[14] Casi es inútil observar que en las sectas protestantes se da el nombre de Ministros ó Pastores á losministrosdelaltaryquelesestápermitidocasarse.—N.delT.

[15]Filósofoinglésyhombredecienciaqueflorecióenlaprimeramitaddelsiglo17.—N.delT.

[16]Sabidoesqueálosministrosópastoresdelassectasprotestanteslesestápermitidocasarse.—N.delT.

[17]VéaseacercadeAnaHutchinsonlanotaenlapágina59.[nota13]

[18]Estafraseheráldica,vertidaenlenguajecomún,quieredecirqueenuncampoófondoobscuro,resaltalaletraAdecolorescarlata.—N.delT.