la internacional obrera_victor_garcia.pdf

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  • Victor Garcia

    La internacional obreraBreve recuento histrico del desarrollo de la

    Primera Internacional

  • PresentacinLa primera noticia que tuvimos de Victor Garcia, si nuestra memoria no nos falla, fue all por el ao de 1974, y la misma nos lleg a travs de una carta que acompaaba al ejemplar de Ruta, la revista monogrfica que l editaba en Caracas, Venezuela.

    Bien recordamos el gusto que nos di recibir aquella carta, y sobre todo aquella revista en cuya pgina final se insertaban varias direcciones de diferentes organismos, grupos y publicaciones cratas del mundo entero.

    vidos, por aquellos aos, de entrar en contacto con personas afines o partcipes del ideario libertario, bien recordamos que a toda aquella lista de direcciones enviamos un ejemplar de nuestra revista Antorcha.

    Por supuesto que tambin respondimos aquella carta y enviamos a su remitente un ejemplar de nuestra revista, y desde aqul entonces hasta finales de la dcada de 1980, mantuvimos un ininterrumpido dilogo epistolar con Victor Garcia, a quien tuvimos oportunidad de conocer personalmente, a principios de la dcada de 1980, en uno de sus viajes que hizo a la ciudad de Mxico.

    Nacido el 24 de agosto de 1919 en Espaa, su nombre verdadero era Toms Germinal Gracia Ibars, pero fue muchsimo ms conocido por el seudnimo con el que firmaba sus trabajos, esto es, Victor Garca.

    Tal y como seala Miguel Iiguez en su obra Esbozo de una enciclopedia histrica del anarquismo espaol editada en el ao 2001 por el Centro de Estudios Anselmo Lorenzo, desde muy joven, concretamente a la edad de doce aos, entr a laborar en la rama textil. Ingresara a la Confederacin Nacional del Trabajo en el ao de 1933, y a las Juventudes Libertarias tres aos despus. Durante la conflagracin blica hispana, participara luchando en el frente con los aguiluchos, pero cuando las milicias fueron militarizadas por decreto, abandonara el frente y se sumara a la colectividad de Cervia en Lrida. Posteriormente sera herido en combate, lo que le obligara a marchar a Francia en donde, al igual que decenas de miles de ex-milicianos, sera recluido en los campos de concentracin. Durante 1946, regresa a Espaa con el objeto de participar activamente en la reconstruccin del movimiento crata, siendo detenido en diciembre de aqul ao y encarcelado. Sin embargo, y para fortuna suya, conseguira la libertad en julio del siguiente ao, fincando su lugar de residencia en Barcelona y trabajando en el ramo de la construccin.

    A finales de 1948, se traslada a Venezuela, pais que finalmente ser su segundo hogar.

  • Participara de manera activa en el desarrollo del movimiento libertario espaol en el exilio, tocndole las discusiones y discrepancias que en el mismo se generaron.

    Su labor en cuanto escritor fue enorme. Escritos suyos se encuentran en muchsimas revistas y peridicos libertarios del mundo entero, as como libros. Fue uno de los impulsores del proyecto, desgraciadamente inconcluso, realizado aqu en Mxico por el grupo Tierra y Libertad, relativo a la edicin de la versin espaola de la Enciclopedia anarquista que en su momento concretara en tierras galas, Sebastin Faure, y del cual tan slo lograron ser editados dos tomos.

    A finales de la dcada de 1980 nos enteramos de que estaba enfermo, muy enfermo. l mismo nos lo lleg a informar por medio de una carta despus de uno de sus viajes por Francia.

    Finalmente, en el ao de 1991, cuando ac en Mxico estaba en marcha el proceso de organizacin del evento que sus organizadores bautizaron con el nombre de Primer Encuentro Nacional de Anarquistas, nos enteramos, a travs de la lectura de la prensa libertaria, de su muerte.

    Ahora, a ms de once aos de su fallecimiento, hemos tomado la decisin de publicar en la Red de Redes, su trabajo sobre la historia de la Primera Internacional porque, a nuestro parecer, constituye una obra muy didctica que bien pudiese llegar a ser de gran utilidad para todas y todos aquellos interesados en urgar en la historia del movimiento obrero en lo general, y del movimiento libertario en lo particular.

    Escrita, en el ao de 1964, como conmemoracin del primer centenario de esta legendaria organizacin, la obra que aqu presentamos constituye un excelente resumen de una copiosa y tormentosa historia, en la que desfilan mltiples posturas, por lo general enfrentadas, pero que sin duda enriquecern el acervo cultural de todo aquel que se interiorice en su lectura.

    Para la elaboracin de esta edicin virtual, nos hemos basado en la edicin especial de quinientos ejemplares que se edito aqu en Mxico durante el mes de septiembre de 1964, para el grupo Tierra y Libertad.

    Esperamos que su lectura sea de inters y utilidad para todo aquel que la lea.

    Chantal Lpez y Omar Corts

  • IntroduccinVctor Garca es un inteligente e incansable viajero; uno de stos que emprenden el camino con los ojos bien abiertos y que saben mirar, observar con atencin, lenta pero profundamente a fin de que nada escape a sus observaciones, ni siquiera aquellos detalles ms mnimos que integran los particulares del conjunto y se hallan en la base de los problemas ms sencillos, problemas que algunos, superficialmente, consideran innecesarios referir pero que, por el contrario, son los que, en mayor grado que los dems, contribuyen a hacernos comprender los casos y las situaciones ms complicadas, complejas y profundas.

    Ha atravesado las Amricas de punta a punta, a lo largo y a lo ancho, ha visitado Europa en diferentes ocasiones despus de haber combatido, en la clandestinidad, en Espaa, contra el rgimen de Franco, y conoce el movimiento anarquista as como a sus hombres ms destacados. Tambin ha estado en Asia, en el Japn, en la India, en la China, en los pases rabes, y de cada viaje ha regresado con experiencias y materiales con los que ha escrito sus interesantes libros. Empero no se ha limitado a observar, ha hablado tambin, se ha abierto a todos los pueblos, logrando crear una inmensa red de relaciones con puntos de apoyo en todos los pases del mundo.

    Ahora, despus de haber recorrido casi todos los camnos del mundo moderno, despus de haber visitado bibliotecas diversas y consultado los archvos europeos llevndose de ellos una considerable cantidad de datos y documentacin, despus de haber auscultado el pulso de este inquieto mundo nuestro, ha querido intentar, con el mismo cuidado y atencin, con el mismo espritu crtico y observador, un viaje hacia el pasado, mucho ms difcil de realizar, mucho ms complicado, sin lugar a dudas, porque la escueta verdad ya se ha visto numerosas veces deformada por los intereses, los parts pris, las polmicas que han logrado inclusive adulterar los hechos adems de las ideas y a cubrir de sombra y olvido, inclusive, hombres de gran trascendencia, creando y manteniendo, en tal modo, una situacin extremadamente confusa que la polmica entablada desde hace un siglo no logra clarificar ni superar en el seno de un mundo en el cual los partidos se han aferrado en sus respectivas tomas de posicin como si cada uno de ellos hubiese dicho la palabra definitiva.

    El viaje a travs de la historia que esta vez trata de llevar a cabo Vctor Garca, es para hallar los trazos originales y fundamentales de un evento que figura entre los de mayor importancia y proyeccin en la historia del socialismo y del anarquismo: la Primera Internacional de los Trabajadores.

  • En la actualidad, la documentacin que tenemos al alcance y que hace referencia a este acontecimiento es, adems de extensa, lo suficientemente precisa para permitir superar los contrastes personales surgidos en el pasado.

    Han transcurrido cien aos desde aquel da en que se fund la famosa Primera Internacional. Un momento de la Historia tan slo, pero que ha sido de una importancia grandiosa cuya influencia ha irradiado sobre nosotros a pesar de la lejana, en el tiempo del evento. Todo aparece como habiendo sido dicho y repetido: los acontecimientos, las discusiones, las diatribas, en modo tal que el origen de stos parece perderse en la neblina de los tiempos remotos por lo que podra aparentar una prdida de su valor intrnseco. No es as; por el contrario, todo lo que gira alrededor de la Primera Internacional rene todava una palpitante actualidad porque aquel acontecimeinto est en la raz de situaciones de tal magnitud que las mismas lograron modificar la faz del mundo.

    Nada ms lejos de la realidad que el tpico que seala la ausencia de actualidad en aquellos hechos lejanos, en aquellas polmicas del pasado. No es cierto que aquellos eventos no signifiquen nada o que suenan como msica a destiempo, sin responder ya ms a los gustos presentes, a las necesidades de un mundo profundamente transformado, diferente. La Primera Internacional contina siendo un punto de referencia porque es jaln del que arrancan los tiempos modernos en los que el movimiento obrero ha hallado nuevas formas de resistencia y de lucha y bajo cuyo impulso el mundo ha sufrido una renovacin. La Internacional de los Trabajadores se halla en el vrtice de un mundo que despus de haber concluido su ciclo le ha permitido al obrro el logro de un renacimiento a travs de un prolongado y poderoso movimiento de toma de conciencia en el mundo del trabajo que hasta entonces, particularmente entonces, habase visto maltratado y sumido en la ms dura de las miserias, un mundo igual al que vivimos en nuestros das.

    La Primera Internacional de los Trabajadores nacer en un momento particular de la historia y se hallar inmediatamente en su centro, en circunstancias de afirmacin dolorosa para los trabajadores de aquellos aos en los que tambin se fortaleca el capitalismo industrial. Se tena que iniciar un giro profundo en el seno de un mundo que no lograba estabilizarse ni, inclusive, moverse sino en base a pesar cada vez ms gravemente sobre los productores. Era el momento en el cual el flagelo de la desocupacin haca verdaderos estragos entre los trabajadores; el perodo de un mundo en el que ni los ms viejos organismos de defensa de los trabajadores lograban salir airosos en su defensa, y ello debido a que estos organismos estaban rebasados, superados, porque se habian convertido en organismos de opresin y no de liberacin o simplemente de ayuda. Las viejas corporaciones de oficios, las viejas asociaciones de compagnonnages, las viejas guildas, que inclusive haban asumido en el pasado gestiones de gran importancia porque haban sabido, en su tiempo, levantarse contra el dominio de los seores

  • feudales y la prepotencia de los ejrcitos a sueldo de los prncipes y reyes. Haban logrado una defensa vlida de los derechos de los trabajadores al tiempo que con su accin haban obligado al poder de los seores a tratar con ellos g a tomar en consideracin sus demandas, estas instituciones ya no servan.

    Todo aquel mundo, todas aquellas organizaciones haban acabado, se hallaban en el ocaso al tiempo que un mundo nuevo haba nacido y hombres nuevos, profundamente diferentes, posean las riendas del poder econmico y poltico.

    Los sistemas de trabajo se haban transformado ya y continuamente iban sufriendo nuevas modificaciones. Los trabajadores ya no iban ms al taller del maestro, no eran ya los trabajadores reagrupados en las corporaciones los nicos con derecho a trabajar ya que en mucho mayor nmero las fbricas iban absorbiendo hombres porque all no se utilizaba la herramienta sino la mquina la cual no ayudaba al hombre sino que lo arrastraba cada vez ms hacia un trabajo siempre ms acelerado.

    Los obreros, reunidos en grandes fbricas, se encontraban frente a la mquina, no solamente ante un sistema nuevo de produccin sino que la propia vida se vea totalmente transformada, motivando con ello que el trabajador se hallara frente a una lucha doble: contra el patrono que lo explotaba y contra la mquina que trataba de arrojarlo a la calle, sin trabajo, despus de habrsele hecho abandonar la vida y el trabajo de los campos.

    Una gran lucha se haba entablado rpidamente entre los trabajadores y la mquina, la cual no se haba presentado como una libertadora sino ms bien como una hambreadora.

    Y cuando la industrializacin lograr tomar impulso y en el lapso de algo ms de medio siglo la gran industria sentar sus reales, con sus frreas exigencias, en Inglaterra, en Francia, en Blgica y ms tarde en Alemania, en Italia y en Espaa, a la veloz revolucin industrial corresponder una igualmente rpida transformacin del mundo del trabajo y del sistema de organizacin de resistencia de los trabajadores. En esta escollera, las viejas corporaciones de oficio ya no podrn hacer frente a las nuevas necesidades exigidas para la organizacin y la defensa de los trabajadores. Sus preocupaciones, su sistema de organizacin cerrado, sus restricciones frente a la demanda de mayor cantidad de mano de obra reclamada por el desarrollo industrial, en lugar de ayudar, sofocaban y asfixiaban el proceso de desarrollo que se operaba en el mundo del trabajo y pesaban perjudicialmente sobre los propios trabajadores.

    Impedir a amplios estratos de obreros el acceso a las fbricas con la nica finalidad de defender los privilegios de unos pocos operarios calificados, asociados

  • en las corporaciones, significaba que los primeros estaban obligados a permanecer en las condiciones de miseria y hambre en las que se desenvolvan.

    En sus primeros tiempos, las mquinas no eran amigas del obrero, o por lo menos la mquina no era la amiga dispuesta a aliviar al hombre de su cansancio y se presentaba ms bien como una enemiga terrible que le arrebataba la posibilidad de ganarse el sustento y, en consecuencia, era tratada como enemiga.

    La tentativa del trabajador de herramienta en obstaculizar la introduccin de las mquinas en el campo del trabajo fija una poca importante en la historia del movimiento obrero, y, bien que con nombres diversos, esta lucha contra la mquina ha sido comn en todos los pases.

    Las primeras tentativas del naciente movimiento obrero tienden, sobre todo, a resolver los problemas que, sobre la marcha se plantean en el campo nacional: aliviar el desempleo que sigue como consecuencia de la masiva utilizacin de las mquinas. Empero, los mismos problemas son iguales en todos los pases y los mismos se presentan al mismo tiempo, y al mismo tiempo se plantea la necesidad de resolverlos, bien que pueden presentar caractersticas levemente diferentes, en su conjunto. Eran los mismos problemas: aplicacn de Quevos mtodos de trabajo, el desempleo, reivindicacin de mejores condiciones de salario as como reduccin del horario de trabajo: estos problemas reclamaban soluciones mucho ms amplias que en el pasado, soluciones que rebasaran los lmites, no solamente de las regiones, sino de los paises, soluciones, en definitiva, internaciomales. De esta manera, de igual modo que los problemas reclamaban preocupaciones generales tambin las soluciones exigan soluciones generales.

    El desempleo en el seno de los tejedores franceses ejerca su influencia sobre la industria y los trabajadores de Inglaterra. Las conquistas logradas por los albailes ingleses, a su vez, influan sobre las condiciones de los albailes del otro lado del Canal de la Mancha. De todo ello surga una imperiosa necesidad: la consolidacin y el fortalecimiento del principio de una solidaridad recproca.

    La trabazn internacional se llevar a cabo finalmente en 1861 cuando los albailes ingleses, despus de una huelga que duraba ya cinco meses, solicitaron ayuda. Los trabajadores ingleses hicieron un llamado a la solidaridad y al mismo respondieron los obreros parsinos y los napolitanos quienes, a pesar de sus precarias condiciones econmicas enviaron, junto a un mensaje de solidaridad, sumas de dinero recogidas cntimo a cntimo. En 1863, son los obreros textiles franceses quienes, sin trabajo, hacen un llamamiento de solidaridad a los trabajadores textiles de Inglaterra; de ah surgir un verdadero y profundo dilogo entre los trabajadores de diferentes pases que lograrn, en este inicio, ser escuchados.

  • Indudablemente que la idea de dar vida a una internacional de trabajadores haba nacido ya antes de los acercamientos de 1861 y de los de 1863-64 pero no haba cristalizado todava y su realizacin no haba madurado suficientemente. Este proceso de gestacin se iba llevando a cabo lentamente en la mente de algunos intelectuales pero eclosionar y tendr lugar ms prontamente a travs de la accin del pueblo trabajador cuando, una vez lanzada la iniciativa en 1863, se lograr dar vida y cuerpo a aquel organismo que en todos los pases har florecer las ideas socialistas (entonces, en muchos pases socialista significaba: socialista-anarquista) a la vez que despertar al pueblo y le har tomar conciencia de sus condiciones, de sus posibilidades, de sus derechos.

    En el transcurso de este ao, a fin de recordar el primer centenario de la Internacional, se publicarn en todas las lenguas numerosas obras, pero es muy posible que slo en muy pocas se busque relevar lo que ha sido la formacin constante y la concatenacin del pensamiento y de los acontecimientos que condujeron a la creacin de este vasto movimiento ascencional de las ideas socialistas, interpretadas en el ms amplio sentido de la palabra. Y es precisamente por ello y con este propsito que el estudio de Vctor Garca resulta verdaderamente importante, no tanto por haber historiado todo el desarrollo del organismo internacional hasta su ocaso, sino por la cuidadosa, operosa e inteligente bsqueda sobre sus orgenes inmediatos, sobre el pensamiento que animaba a sus primeros pioneros.

    Hasta ahora pocos han sido los que han seguido, desde los remotos orgenes, la lenta gestacin de las ideas, la formacn de los hechos y de las soluciones que condujeron a la eclosin del movimiento de solidaridad y de resistencia hacia un organismo de carcter internacional y que result ser, no solamente de lucha inmediata sino que esbozaba y preformaba inclusive la posibilidad de una nueva vida para el futuro. De ah que este ensayo de Vctor Garca sea ms importante ya que resulta de mxima utilidad para la comprensin de los acontecimientos que vinieron despus. En el caso de que el inters versara, en modo particular, en la bsqueda de los lejanos orgenes, nos veramos, entonces, llevados demasiado lejos y fuera de la funcin y misin que nos espera. Empero, Vctor Garca ha hecho muy bien en subrayar que los padres de la Primera Internacional eran autnticamente franceses, es decir, que la Internacional surge del espritu libertario que el movimiento obrero francs ha representado siempre y que esto ha influenciado grandemente en la formacin de la Internacional y ello antes, inclusive, de que las secciones de la Europa meridional pudieran aportar su contribucin que, a su vez tambin se ciment en el espritu libertario, en el espritu anarquista.

    De ello se colige en forma palmaria que la decadencia de la Internacional no fue debida a la falta de entusiasmo por parte del pueblo, a un debilitarse de las

  • conciencias de los supuestos socialistas en las diversas secciones, sino ms bien como consecuencia de un fenmeno de desintegracin interna surgido en el seno de su Comit Central el cual ostentaba la direccin del movimiento sin haber jams tenido debida cuenta de las instancias y de la voluntad de la periferia, de la base del movimiento. En otras palabras: la decadencia surge como consecuencia de haber abandonado aquellas mismas ideas que se hallaban en el origen de la institucin y que la haban informado antes, al abandono del pensamiento de sus precursores. Pensamiento e iniciativa que integraron las caractersticas particulares de algunas seccionales como eran las del lura, de Blgica, de Italia y de Espaa. Estas ltimas, las secciones italiana y espaola, adquirieron un desarrollo importante precisamente cuando la Internacional, que tena su sede en Londres, abandonados que haban sido los principios Iibertarios, ya se manifestaba decadente.

    De todas maneras es indispensable subrayar, inclusive despus de haber sido ya sealado, lo siguiente: la idea de la Internacional no ha nacido improvisadamente en 1864. La misma se hallaba flotando en el ambiente y haba germinado en muchos corazones y cerebros mucho tiempo antes. Las decisiones de 1864, resumiendo las diferentes iniciativas que las precedieron, encontraron un momento exacto, es decir, cuando las ideas se haban convertido en accin y la Internacional se palpaba en las cosas al mismo tiempo que la situacin haba madurado suficientemente y las condiciones se imponan; cuando la idea nacida del campo intelectual entr en el campo prctico de la vida y de la lucha, entonces la Internacional tuvo su inicio oficial.

    En la obra de Vctor Garca se puede seguir, inclusive en los detalles, la vida y los problemas de la Internacional de los Trabajadores, el desarrollo y el incremento del contraste entre el socialismo autoritario y el socialismo anarquista, contraste que ir agrandndose a un punto tal que acabar por crear las situaciones y las condiciones que configuraron el fin de aquella organizacin internacional. Estas mismas ideas, por otra parte, irn a basamentar aquellos principios que formarn los cimientos sobre los cuales se elevar el movimiento anarquista.

    Muchos aos despus dir Enrique Malatesta, en el movimiento anarquista se hallarn siempre las mismas ideas y, en gran parte, los mismos hombres de los aos 1870-1872 (es decir: de la Internacional) de la misma manera que se encuentra siempre la influencia directa o indirecta de aquel gran animador que fuera Miguel Bakunn (1).

    Ugo Fedeli

  • Notas

    (1). Prefacio a Michele Bakunin e l'Internazionale in Italia de Max Nettlau. Ginebra. Ed. Il Risveglio 1928.

    Nota del autor.

    A los pocos das de haber confeccionado este Preliminar, Ugo Fedeli mora, vctima de un infarto de miocardio, en Ivrea, el da 10 de marzo de 1964. Esta condicin de trabajo pstumo de uno de los historiadores y bibligrafos ms relevantes que ha tendo el anarquismo internacional en estos ltimos tiempos, reviste al mismo de una importancia destacada porque implica el ltimo saludo que Fedeli dedica a una organizacin que am entraablemente.

  • Los primeros pasosActualmente -dice Max Nettlau- se est bastante minuciosamente bien informado sobre los orgenes de la Internacional (1), permitiendo (los documentos existentes) determinar cules fueron los verdaderos iniciadores al tiempo que se pueden eliminar las generalidades vagas, las inexactitudes y las leyendas. Es innecesario decir que Bakunn no tuvo nada que ver con este comienzo bien que ello no ha sido nunca afirmado, pero inclusive el propio Marx, en un momento dado tampoco tuvo que ver ... (2).

    Efectivamente, se han localizado numerosos documentos de la poca, se han reunido diversas obras relacionadas con la I Internacional y, en la actualidad, socilogos diversos continan escudriando sobre ese evento que despert, como ningn otro, la conciencia colectiva de los trabajadores. La frase de Mirabeau: Este pueblo cuya inmobilidad solamente sera formidable adquiri su mayor significado en la presencia de la Primera Internacional que significaba tambin, por parte de la corriente libertaria proudhoniana que particip en la creacin de la Asociacin, un paso firme y valioso hacia el aforismo de Proudhon: L'Atelier fera disparaitre le gouvernement.

    No era la primera vez, naturalmente, que los trabajadores se esforzaban en buscar su unidad ms all de los trazados arbitrarios de las fronteras. Una sociedad universal haba sido ya propuesta por la enigmtica Flora Tristn en 1843, descendiente en lnea directa, segn ella, de Huayna Capac (3); Marx y Engels ya lanzan en 1847 el retumbante: Proletarios de todos los pases, Unos; Joseph Dejacque, del que ya hemos tenido ocasin de hablar anteriormente con motivo de las utopas sociales, suscriba, junto con Ernest Coeurderoy y otros, en 1855 el programa de otra Asociacin Internacional. Tres aos antes, en 1852 Dejacque escriba En pie proletarios, en pie todos y despleguemos la bandera de la guerra social!.

    El programa de esta Internacional desconocida, segn Max Nettlau: Lleva las firmas de socialistas que se encontraban entonces en Londres y en Nueva York, entre estos ltimos Dejacque y Pelletier. Haba tambin ingleses, franceses, alemanes y polacos. Sus publicaciones se han hecho inhallables. Publican el Manifiesto a los Republicanos, Demcratas y Socialistas de Europa, y la nueva declaracin de Principios de la Asociacin Internacional. El 4 de Enero de 1859 la sociedad haba comenzado por revolucionarse a s misma y su comit fue abolido, por lo cual los autoritarios se separaron de su seno. En esta Declaracin leemos: Negacin absoluta de todos los privIlegios, negacin absoluta de toda autoridad;

  • emancipacin del proletariado. El gobierno social no puede y no debe ser ms que una administracin nombrada por el pueblo, sometida a su control y siempre revocable por l cuando lo juzgue conveniente (4).

    Todos estos ensayos internacionalistas, empero, fracasaron. Las condiciones sociales y ambientales, la disparidad de criterios sin ms punto de coincidencia que el instrumento: una organizacin internacional; las dificultades de desplazamiento existentes hace ms de un siglo, eran obstculos difciles de vencer.

    Empero, la idea se fortaleca ms y ms en el seno de los trabajadores y su pujanza no escapaba a la visin inclusive de quienes no integraban las filas de las masas productoras. Charles de Rmusat escriba en la Revue des Deux Mondes del 1 de Abril de 1863: Es necesario considerarlo como dicho: lo que est creciendo en estos momentos son las clases obreras y ello sin que sea fcil sealar las causas ya que las instituciones han hecho muy poco para ello; un proceso intelectual y moral se manifiesta en su seno y asombra a los observadores, tanto a los ms clarividentes como a los menos suspectos ... Mucho me temo que, en lo moral, todo no sea estable en la sociedad francesa, excepto el espritu de esta muchedumbre desconocida de la que somos incapaces de hacernos escuchar. Lamentemos el que ella se halle sola en este camino de elevacin pero agradezcamos, al mismo tiempo, al cielo el que lo haga con el destino que la espera (5).

    Un ao antes, una delegacin de trabajadores franceses, compuesta de doscientos aproximadamente, visit la Exposicin Universal de Londres siendo los gastos sufragados por el gobierno de Napolen III. El 5 de Agosto fueron agasajados por las Trade Unions inglesas quienes dieron lectura a un documento que era un llamado a la entente proletaria internacional y punto de apoyo slido para la prxima Internacional. James Guillaume, quien de acuerdo con las propias palabras de G. D. H. Cole nos ha legado con mucho, la mejor historia de la Asociacin Internacional de Trabajadores lo inserta ntegro: Esperamos -dice en uno de sus apartados el documento- que encontraremos algn medio internacional de comunicacin y que en el porvenir veremos formarse un eslabn ms en la cadena de amistad que debe unir a los trabajadores de todos los pases (6).

    Un acto en favor de la independencia de Polonia, el cual debe tener lugar en el Saint James Hall de Londres el 22 de Julio de 1863, posibilita otro reencuentro de franceses, ingleses y varios emigrados de diferentes pases europeos. Esta vez se estima que el medio internacional de comunicacin deben ser los congresos internacionales y los organismos obreros interrelacionados entre s a travs de una asidua correspondencia.

  • Finalmente, en el mes de septiembre de 1864 la Asociacin Internacional de Trabajadores queda creada: Henri Tolain, Perrachon y Limousin, ya presentes el ao anterior, cargan en sus alforjas el proyecto de la organizacin y el 28 del mismo mes, en el Saint Martin's Hall, queda aprobada la iniciativa a grandes rasgos. Tal como dijo el maestro Bibal, la Primera Internacional fue un nio nacido en los talleres de Pars y amamantado en Londres.

    Tolain, en el mitin del Saint Martin's Hall dijo: Trabajadores de todos los pases que queris ser libres! Ha llegado la hora de que podis celebrar congresos ... es necesario que nos unamos para oponer una infranqueable barrera a un sistema funesto que divide a la humanidad en dos clases.

    La Asamblea adopt, por unanimidad, la resolucin de que Habiendo odo a nuestros hermanos franceses y como su programa tiende a mejorar la situacin de los trabajadores, lo aceptamos como base de una organizacin internacional. La Asamblea nombra un comit con poderes para aumentarse con mayor nmero de miembros, a fin de redactar los reglamentos para la asoclaclon.

    El comit fue nombrado de inmediato y lo integraron Odger, Cremer, Wheeler y Weston por las Trade Unions inglesas, unos pocos franceses radicados en Londres, entre ellos Le Lubez, fueron designados para representar a los galos, Fontana y Wolff eran los delegados italianos y, en representacin de Alemania fueron designados Eccarius y Carlos Marx.

    La disparidad de criterios que fuera obstculo para que un organismo internacional fuera creado anteriormente estaba presente, de todos modos, en el seno del Comit constitutivo. Las Trade Unions, por un lado, no se caracterizaban precisamente por aspiraciones de avanzada extrema, los dos delegados italianos, en particular el mayor Wolff quien redactara junto con Le Lubez el primer proyecto de estatutos, eran marcadamente mazzinianos, es decir, polticos, patriotas y creyentes: Marx, Eccarius result ser su portavoz la mayora de las veces, iba a lo suyo que no era, necesariamente, cnsono con los intereses de la Internacional. Si queremos hallar la mstica que hizo posible el nacimiento de la Internacional tenemos que fijarnos en los viajeros parisinos cuyo nombre, debido a las leyes bonapartistas, no aparece en la Inaugural Address pero cuyo espritu es determinante. Los visitantes franceses -dice Cole- eran completamente diferentes. Eran obreros que estaban al frente de verdaderos sindicatos obreros, que luchaban por su reconocimiento y por la mejora de salarios y las condiciones de trabaJo (7). Aun admitiendo que todos los congregados en el Saint Martin's Hall eran internacionalmente convencidos, los franceses eran, adems, portavoces del obrerismo revolucionario lo que les da una posicin de descolle frente al obrerismo reformista del cartismo ingls, frente a las sociedades patriticas que Mazzini influenciaba en Italia, frente al propio Marx que, un tiempo antes, le escriba a Engels: Me agrada este aislamiento pblico, esta soledad autntica en la cual nos

  • sumergimos los dos. Ello corresponde a nuestros principios y a nuestra situacin ... A lo que Engels respondia: Slo tenemos que rendir cuentas a nosotros mismos y cuando el momento llegar en el que esos seores tendrn necesidad de nosotros, entonces podremos dictarles nuestras propias condiciones ... (8).

    Por lgica, por la devocin puesta en el proyecto, porque Pars irradiaba la verdadera luz del sindicalismo revolucionario, el Consejo General de la Internacional hubiera tenido que situarse en Francia. No poda ser as porque las leyes bonapartistas prohiban las asociaciones de ms de veinte miembros. Oebido a ello, como dicen Sergent y Harmel La criatura internacionalista fue llevada a nodriza del otro lado de la Mancha, para sustraerla al ogro imperial. Pero era innegable que sus padres eran autnticamente franceses, y adems parisinos, y su temperamento y sus ideas anarquistas, o anarquizantes, le viene de ellos (9).

    A pesar de que Max Nettlau trata a los primeros internacionalistas franceses, y a Tolain en muy particular modo, de pequeos espritus (10), ms uno penetra en la documentacin que sobre la Internacional existe y ms uno se convence de que la verdadera inspiracin, el motor, la fortaleza necesaria para que la Asociacin alcanzara cimas que ni antes ni despus alcanz organizacin obrera alguna, se debe en muy principal modo a los franceses.

  • seno del Consejo General de Londres fue valiosa bien que, el momento llegado, tambin fuera l quien la matara y enterrara.

    Max Nettfau, con pequeas salvedades, no titubea en afirmar que Marx produjo trabajo til a la asociacin, y lo mismo dice Bakunn en La Poltica de la Internacional (12), ratificndolo dos meses ms tarde, el 28 de Octubre de 1869 exactamente, en carta que diriga a su gran amigo Herzen: Dejando de lado todas las villanas que ha vomitado (Mar ) contra nosotros, no podramos por nuestra parte desconocer, por lo menos yo, los grandes servicios que ha rendido a la causa socialista desde hace veinticinco aos aproximadamente. Indudablemente nos ha dejado a todos bien lejos detrs suyo. Es, adems, uno de los primeros organizadores, sino el iniciador, de la Sociedad Internacional. Bajo mi punto de vista es un mrito enorme que yo reconocer siempre, sea cual sea su actitud hacia nosotros (13). Naturalmente faltaban an tres aos para la celebracin del Congreso de la Haya en el que Marx acudi a todos los recursos de cloaca para lograr la expulsin de Bakunn del seno de la Internacional pero el testimonio del 1869, ratificado por la mayora de historiadores libertarios, quedar firme en la pgina de la historia.

    De la labor de Marx, en el comienzo de la Internacional, objetado el engreimiento que siempre ha demostrado, da cuenta el propio Marx en una extensa carta dirigida a Engels el 4 de Noviembre de 1864 de la que es necesario transcribir algunos prrafos ... Un cierto Le Lubez vino comisionado para pedirme si yo podra intervenir (en el acto de Saint Martin's Hall) en nombre de los trabajadores alemanes y especialmente, si poda proporcionar un trabajador alemn para que hablara en el mitin, etc. Les proporcion a Eccarius, quien se sali del paso esplndidamente e inclusive yo estaba presente como testigo mudo en la tribuna. Me di cuenta que verdaderos poderes estaban en juego, tanto de la parte de Londres como de Pars y decid rechazar mi regla establecida de declinar tales invitaciones ...

    En el mitin, lleno hasta sofocar (porque ahora existe, evidentemente, un resurgir de las clases trabajadoras), el Mayor Wolff (taxista y ayudante de Garibaldi) representaba la Sociedad de Trabajadores Italianos en Londres. Se decidi fundar una Asociacin Internacional de Trabajadores cuyo Consejo General debera estar en Londres y debera actuar como intermediario entre las sociedades de trabajadores de Alemania, Italia, Francia e Inglaterra. Tambin se acord la celebracin de un Congreso General de Trabajadores a tener lugar en Blgica en 1865, Un comit provisional fue nombrado en el mitin: Odger, Cremer y muchos otros, algunos de los mismos viejos cartistas, owenianos, etc., representando a Inglaterra; el Mayor Wolff, Fontana y otros italianos a Italia; Le Lubez etc., a Francia; Eccarius y yo a Alemania. El comit fue autorizado a buscar la

  • cooperacin necesaria que permitiera, si era preciso, ampliarlo a un mayor nmero de miembros.

    Todo iba bien hasta entonces. Asist a la primera reunin del comit. Un sub-comit en el que yo me hallaba fue designado para redactar una declaracin de principios y los estatutos provisionales. Hallndome enfermo no me fue posible asistir a la reunin del sub-comit y a la reunin de todo el comit que siguiera.

    En estas dos reuniones a las que no pude asistir -la del sub-comit y la de todo el comit que siguiera- ocurri lo siguiente:

    El Mayor Wolff ech mano al reglamento de las Sociedades de Trabajadores Italianos (las cuales poseen una organizacin central pero, como se vio ms tarde, son en realidad sociedades de beneficencia) para aplicarlo a la nueva Asociacin. Ms tarde vi el amasijo. Se trataba, evidentemente, de una compilacin de los conceptos de Mazzini, as que ya puedes darte cuenta del espritu y la fraseologa dentro de los cuales, el verdadero motivo: la cuestin de los trabajadores, era tratado. Al mismo tiempo, el nfasis que los nacionalismos gozaban.

    Por otra parte un viejo Oweniano, Weston -que actualmente es un fabricante l mismo, un hombre muy amable y valioso- redact un programa de una ampulosidad indescriptible y lleno de la confusin ms extrema.

    La subsiguiente reunin del comit general orden al sub-comit la remodelacin del programa de Weston conjuntamente con los reglamentos de Wolff. Este dej Londres para asistir al Congreso de las Asociaciones de Trabajadores Italianos que deba celebrarse en Npoles y lograr que stas se adherieran a la Asociacin Central de Londres.

    Tuvo lugar otra reunin del sub-comit -a la cual no pude asistir nuevamente porque fu convocado demasiado tarde. En esta reunin una declaracin de principios y una nueva versin de los estatutos de Wolff fueron presentados por Le Lubez y aceptados por el comit para ser sometidos al comit general. Este se reuni el 18 de Octubre. Como quiera que Eccarius me haba escrito de que mi ausencia podra ser peligrosa asist y me asust, sinceramente, cuando o al apreciable Le Lubez leer un prembulo espantoso, difuso, psimamente escrito y completamente indigesto, pretendiendo ser una declaracin de principios, en la cual Mazzini asomaba a cada rato, y el todo incrustado en los vagos marbetes del socialismo francs. Adase a ello que los estatutos italianos eran enfocados, en su principal objetivo, y ello aparte todas las dems faltas, hacia algo completamente imposible: una especie de gobierno central de las clases trabajadoras europeas (con Mazzini, naturalmente, entre bastidores). Present una suave oposicin y despus de una serie de intervenciones en avance y retroceso Eccarius propuso que el sub-comit debera someter el caso a una

  • edicin posterior. Por el otro lado, los sentimientos contenidos en la declaracin de Le Lubez, fueron votados.

    Dos das ms tarde, el 20 de Octubre, Cremer (por los ingleses), Fontana (Italia) y Le Lubez se repnieron en mi casa (Weston fue prevenido). Hasta entonces yo no haba tenido los documentos (los de Wolff y Le Lubez) en mis manos y no poda, en consecuencia, preparar nada, pero estaba decidido, dentro de lo posible, de que ni una sola lnea de aquel amasijo fuera permitida. A fin de ganar tiempo propuse que, antes de que se editara el prembulo nosotros deberamos discutir los artculos. As se hizo. Era la una de la madrugada cuando el primero de los cuarenta artculos fue aprobado. Cremer dijo (Y esto es lo que yo buscaba): No tenemos nada para presentar ante el comit el cual debe reunirse el 25 de octubre. Debemos posponer la reunin hasta el 1 de noviembre. El sub-comit puede, por otro lado reunirse el 27 de octubre y tratar de lograr una conclusin definitiva. As fue acordado y los papeles me fueron confiados para que yo opinara al respecto.

    Me di cuenta que nada poda sacar de aquel bodrio. A fin de poder justificar la manera particular en la cual yo me propona presentar los sentimientos ya aprobados escrib un Mensaje a las clases trabajadoras (lo cual no figuraba en el plan original: una especie de revista de las vicisitudes de la Clase Trabajadora desde 1845); luego, con el pretexto de que lo ms importante est includo en el Mensaje y que no deberamos repetir las mismas cosas tres veces alter totalmente el prembulo, desplac la declaracin de principios y, finalmente, reduje los cuarenta artculos en diez. Dentro de lo posible y en lo que respecta a la poltica internacional contenida en el Mensaje, yo habl de pases y no de nacionalidades, denunciando a Rusia y no a los Estados pequeos. Mis proposiciones fueron todas aceptadas por el sub-comit. La sola cosa que me vi obligado a aadir fueron dos frases acerca de deberes y derechos en el prembulo de los estatutos, adems de verdad, moral y justicia pero ello est colocado en forma tal que no podrn hacer ningn dao.

    En la reunin del comit general mi mensaje etc., fueron acordados con gran entusiasmo (por unanimidad). La discusin sobre la manera de imprimir, etc. tuvo lugar el siguiente martes. Le Lubez tiene copia del Mensaje para traducirlo al francs y Fontana otra para traducirlo al italiano. (Para empezar hay un semanario llamado Beehive, editado por Potter, el tradeunionista, una especie de Monitor.) A mi me toca traducir todo el material al alemn.

    Era muy difcil enmarcar la cosa en forma que nuestro punto de vista apareciera en una forma aceptable para el punto de vista actual del movimiento obrero. Dentro de pocas semanas la misma gente realizar mitines para la franquicia y los derechos polticos con Bright y Cobden. Tomar su tiempo antes de que el movimiento, en este despertar, logre la audacia de antao. Ser necesario ser

  • fortiter in re, suaviter in modo. Tan pronto como el material est impreso te lo mandar. (14).

    La virtud de Marx -y a travs de su carta queda de manifiesto- fue el haber sabido homogeneizar, superficialmente claro est, la heterogeneidad de los fundadores de la Internacional al tiempo que evitaba el peligro de la visin mazziniana, marcadamente patritica y desta.

    La tarea le fue grandemente facilitada por las circunstancias de la ausencia de Wolff que se hallaba en Npoles asistiendo al Congreso de las Asociaciones de Trabajadores Italianos y al hecho de que la resistencia ms organizada, la francesa, a sus intenciones disimuladas, se hallaba del otro lado del Canal de la Mancha ya que Le Lubez era un entusiasta del proyecto pero estaba lejos de ser un proudhoniano como la delegacin parisina que present la mocin en el Saint Martin's Hall.

    El Mensaje inaugural de la Internacional que Marx elaborara en los ltimos das de octubre de 1864, no tuvo mayor arrastre. Sus 4.000 palabras aproximadas giran todas, salvo una leve mencin al final en la que se acusa a Rusia por asesinar a la heroica Polonia, alrededor de Inglaterra y sus eventos econmicos. No se trata, en realidad, de un mensaje revolucionario lo que no poda exigirse de quien, segn G. D. H. Cole, desde 1850 haba dejado de pertenecer a la extrema izquierda del movimiento revolucionario (15). Nada aparece en el Mensaje que haga alusin a la socializacin de los medios de produccin, lo que puede atribuirse, en parte, al temor que los proudhonianos franceses no vieran la expresin con buenos ojos. Hay tan slo una breve alusin a las cooperativas: >Es imposible exagerar la importancia de estos grandes experimentos sociales que han mostrado con hechos, no con simples argumentos, que la produccin en gran escala y al nivel de las exigencias de la ciencia moderna, poda prescindir de la clase de los patrones; que utiliza el trabajo de la clase de los asalariados; han demostrado tambin que no era necesario a la produccin que los instrumentos de trabajo estuviesen monopolizados y sirviesen as de instrumentos de dominacin y de explotacin contra el trabajador mismo; y han demostrado, por fin, que lo mismo que el trabajo esclavo, lo mismo que el trabajo siervo, el trabajo asalariado no es sino una forma transitoria inferior, destinada a desaparecer ante el trabajo asociado que cumple su tarea con gusto, entusiasmo y alegra. Este prrafo, el nico programtico, pasa casi desapercibido en el pilago del Mensaje que es una crtica acerva y demoledora, es cierto, del sistema econmico ingls. Leyendo el Mensaje, tmido por dems en cuanto a aspiraciones, pocos podan barruntar que la Internacional iba a debatir, en su seno, los ms lgidos problemas sociales y econmicos de la sociedad del siglo XIX.

    Por eso, la mayora de los revolucionarios que se afincan a la Internacional inclusive en la actualidad, prefieren apoyarse en los considerandos que preceden

  • a los estatutos que guardan, en el espritu, el mensaje que Tolain pronunciara en el acto del 28 de septiembre en el Saint Martin's Hall de Long Acre y que fueran ratificados en el Primer Congreso de la Internacional celebrado en Ginebra:

    Considerando:

    Que la emancipacin de los trabajadores debe ser obra de los trabajadores mismos;

    Que los esfuerzos de los trabajadores para conquistar su emancipacin no ha de tender a constituir nuevos privilegios, sino a establecer para todos los mismos derechos y los mismos deberes;

    Que la sujecin del trabajador al Capital es la fuente de toda esclavitud poltica, material y moral;

    Que por lo mismo la emancipacin econmica de los trabajadores es el gran objetivo a que debe subordinarse todo movimiento poltico;

    Que los esfuerzos hechos hasta ahora han fracasado por falta de solidaridad entre los obreros de las diferentes profesiones en cada pas, y de unin fraternal entre los trabajadores de diversas regiones;

    Que la emancipacin de los trabajadores no es un problema nicamente local o nacional, sino que, al contrario, este problema interesa a todas las naciones civilizadas; estando necesariamente subordinada su solucin al concurso terico y prctico de las mismas;

    Que el movimiento que se est efectuando entre los obreros de los pases ms industriales del mundo entero, al engendrar nuevas esperanzas da un solemne aviso para no incurrir de nuevo en antiguos errores, y aconseja combinar todos los esfuerzos hasta ahora aislados;

    Por estas razones, los abajo firmantes, miembros del Consejo elegido por la asamblea realizada el 28 de septiembre de 1864 en el Saint Martin's Hall de Londres, han tomado las medidas necesarias para fundar la Asociacin Internacional de Trabajadores. Declaran que esta Asociacin Internacional as como todas las sociedades e individuos que a la misma adhieran, reconocern como base de su conducta para con todos los hombres, la Verdad, la Justicia y la Moral, sin distincin de color, de creencia o de nacionalidad.

    Consideran como un deber reclamar no solamente para ellos los derechos del hombre y del ciudadano, sino para todos los que cumplan sus deberes. No ms deberes sin derechos, no ms derechos sin deberes.

  • Aunque parezca una contradiccin y a pesar de la gran influencia que Marx ejerciera en la Asociacin Internacional de Trabajadores, el autor de El Capital nunca vio con mstica, ni siquiera entusiasmo, este gran instrumento manumisor del proletariado internacional.

    Marx interviene en la creacin de la Internacional, es cierto, pero tambin, fue el enterrador de esta organizacin que, al escaprsele su control de las manos prefiri desplantarla de su suelo en el Congreso de La Haya de 1872 y desterrarla para que agonizara lejos, en los Estados Unidos.

    Repasando su correspondencia se confirma el esceptismo de Marx. Ya hemos visto cmo tanto l como Engels se alegran del acaparazonamiento en sus respectivas torres de marfil de la que sale Marx porque cree que la asamblea del Saint Martins Hall tendr trascendencia (Es bueno que entremos de nuevo en el contacto que representa, por lo menos, su clase, lo que es esencial le dir a Engels en otra ocasin).

    Por eso, por ausencia de entusiasmo, teme que el Congreso de Ginebra sea un fracaso: Debo decirte con franqueza -le dice a Engels en carta del 6 de Abril de 1866- que la Internacional no va bien, aumentando el malestar la impaciencia de los franceses que quieren celebrar el Congreso para fines de mayo. Adems los dirigentes ingleses aparecen algo fros y me imagino que el fracaso del congreso no les importa mucho Quedaremos en ridculo ante Europa? Qu haremos?, diecisiete das ms tarde le volva a escribir a Engels: Desde aqu har todo lo posible porque el Congreso de Ginebra tenga xito, pero no asistir a l. De esta manera evito toda responsabilidad personal.

    De hecho, su estado de nimo, escptico hacia las masas obreras, fue inamovible desde siempre. Unos aos ms tarde, el 22 de Febrero de 1881, le escriba a Domela Nieuwenhuis: Es conviccin mia el que la coyuntura crtica para una nueva Asociacin Internacional de Trabajadores no ha llegado an y por tal razn considero todos los congresos obreros, en todo aquello que no est relacionado en dadas condiciones de una determinada nacin, como, no solamente algo intil sino inclusive daino. Ellos se marchitarn siempre en viejas banalidades generalizadas.

    De igual modo piensa Engels. En la carta que le dirige a Federico Alberto Sorge el 12 de septiembre de 1874, se lee: Con su dimisin la vieja Internacional queda herida de muerte y llega a su fin. Y esto est bien. Aquello perteneca al perodo del Segundo Imperio ... y para justificar su transferencia a los Estados Unidus dice ms adelante: El nico pas en el que an pueda hacerse algo en nombre de la vieja Internacional son los Estados Unidos y por instinto feliz el ejecutivo fue transferido all.

  • Hasta Lenn remachar el clavo en un artculo que titula Carlos Marx: Despus del Congreso de la Internacional celebrado en La Haya en 1872 Marx procedi a transferir el Consejo General a Nueva York. La primera Internacional haba cumplido su papel histrico (16).

    Marx se lamenta de la impaciencia de los franceses y por ello no levanta el pie del freno. En tal forma y para el Consejo de Pars, Marx y el Consejo General de Londres resultarn un peso muerto como lo resultarn ms tarde para los suizos, los belgas, los espaoles y los italianos.

    Para demostrar el aspecto sano que encerraba la impaciencia de los franceses bastar sealar que el Mensaje inaugural y los estatutos provisionales aprobados por el Consejo General de Londres el 1 de Noviembre de 1864 estaban traducidos, impresos y distribuidos en Pars el 8 de Enero de 1865.

    La traduccin al francs del prembulo a los estatutos, por omisin del trmino as a means (como un medio) en el cuarto considerando, provoc largos debates entre autoritarios y libertarios al extremo que Bakunn calificar, el as a means, como la frase decisiva de todo el programa de la Internacional (17).

    El considerando, ya transcrito ms arriba: Que por lo mismo la emancipacin econmica de los trabajadores es el gran objetivo a que debe subordinarse todo movimiento poltico que es la traduccin literal y literaria de la versin francesa que inserta Palmiro Marb (18), se convertira, de ajustarse al original ingls, en Que por lo mismo la emancipacin econmica de los trabajadores es el gran objetivo al que debe subordinarse, como un medio, todo movimiento poltico.

    Hay una diferencia, sin duda alguna. La versin francesa subordina completamente la accin poltica mientras que la inglesa considera la accin poltica como el medio de la emancipacin econmica.

    La omisin, conocida la manera de pensar de los franceses, fue voluntaria, premeditada y afrontaba, su responsabilidad, con todas las consecuencias y ello a pesar de lo que dice la comunicacin privada dirigida por Marx, en nombre del Consejo General, al Comit federal de la Suiza romanda el 1 de septiembre de 1870: Interpelado por el Consejo General, el Comit de Pars se excus por las miserias de su situacin poltica. Las excusas son pura invencin de Marx. El comit de Pars estaba muy orgulloso de su federalismo para admitir que consideraba necesario excusarse.

    En la euforia de los primeros momentos el detalle no tena trascendencia: Nadie pareca haber dado importancia, en aquel momento, seala Guillaume, a las ligeras diferencias que presentaban los dos textos. Los estatutos, presentados a votacin en el Congreso de Ginebra, fueron aprobados, el texto ingls, con el as a

  • means por los delegados ingleses y los que se valan de este idioma para entenderse en las sesiones, el texto francs sin el comme un moyen, por parte de los delegados franceses y los de la Suiza de habla francesa.

    Sera necesario el acrecentamiento de las rencillas, las disputas entre libertarios y autoritarios, entre marxistas y bakuninistas, para que los internacionalistas decidieran hurgar con lupa y pinzas el espritu y la letra de los estatutos.

    El impacto de la Internacional era muy diferente segn se enfocara bajo el punto de vista ingls o el punto de vista francs, los dos ncleos efectivos sobre los cuales radicaba la verdadera fuerza de la novel organizacin. En Inglaterra, y desde el primer momento, no se registr el mismo entusiasmo que en Francia. Los ingleses consideraban a la Internacional como algo secundario: No parece que la marcha de los acontecimientos en la Gran Bretaa hubiese sido diferente, en ningn aspecto importante, si no hubiese existido la Internacional. Es indudable que Marx convenci a los dirigentes de los sindicatos obreros de Londres para que pusieran sus nombres en varios documentos que, sin l, nunca habran pensado redactar, y tampoco hay duda de que el prestigio del movimiento britnico hizo que las muestras de apoyo dadas por sus dirigentes constituyesen un factor que aument el influjo de la Internacional en otros pases. Pero estos dirigentes en modo alguno estaban dispuestos a permitir que Marx u otro extranjero condujera el movimiento en lugar de ellos. Siguieron construyendo su propia organizacin para dirigir sus asuntos nacionales, considerando la Internacional como algo secundario; y la misma magnitud de los xitos que consiguieron en 1867, tanto en la extensin de derechos polticos a los trabajadores urbanos como en la enmienda de las leyes sobre patronos y obreros (Master and Servant Laws) los hizo menos revolucionarios y no ms. Adems, las violencias de Sheffield en 1866 y el juicio legal en el pleito de Hornby contra Close el ao siguiente, colocaron a los sindicatos obreros en la defensiva e hicieron que los dirigentes se sintieran menos inclinados a una actuacin dirigida a atemorizar a la burguesa britnica, inclusive antes del susto que experimentaron al estallar la Comuna de Pars (19).

    En cambio los franceses se daban por entero a la nueva obra. Los internacionalistas actuaron por s mismos. gobernados mucho ms por la marcha de los acontecimientos en su pas que por instrucciones recibidas de Londres. La tolerancia limitada concedida por Napolen III a los sindicatos obreros desde 1864 en adelante, en modo alguno produjo el efecto deseado de convertir a la clase obrera en un apoyo del Imperio. Por el contrario el influjo sobre el movimiento francs pas por etapas de Tolain y de sus partidarios moderados a un grupo ms militante, dirigido por Eugene Varlin (20).

    Una de las imposiciones del Consejo General, la designacin de Henri Lefort como corresponsal del Consejo en Francia, motiv el primer careo entre Londres y Pars. A pesar de disponer solamente de 120 francos, Tolain y su compaero Fribourg se

  • fueron a Londres a reivindicar el federalismo proudhoniano y a negar al Consejo General el derecho de >inmiscuirse en los asuntos internos suyos. Padres de la Asociacin no toleraban el que se atentara contra el pacto federativo libremente consentido por todos sus miembros. E invitaron a los londinenses a compenetrarse bien a la idea de que el Consejo es solamente el corazn de la Asociacin: solamente el Congreso podr ser la cabeza. (21).

    Mientras los franceses, aun los ms moderados como Tolain, hacan obrerismo intrnseco en el seno de la Asociacin, los ingleses, debido a lo secundario que la Internacional era para ellos, permitan, en parte porque coincidan, que Marx manipulara el Consejo General y tratara de politizarlo y politizar la asociacin.

    Los Estatutos, en su artculo 3, fijaban la celebracin de un primer congreso general a celebrarse en Blgica en 1865. No hubo congreso aquel ao y el Consejo convoc a una conferencia al ao exacto del acto de Saint Martin's Hall en Londres. Las sesiones tuvieron lugar en los das 25 al 29 de septiembre y en las mismas asisteron militantes internacionalistas cuyas intervenciones en los futuros comicios tendran resonancia. Eugenio Varln apareca por primera vez en un comicio internacional acompaando a los veteranos Tolain, Fribourg y Limousin, todos ellos representando a Francia; por Ginebra acudieron dos delegados: estaban el alemn J. P. Becker y el francs Duplaix, por Blgica Csar de Paepe; los ingleses Odger, Cremer, Wheeler. Howell y Weston y otros miembros del Congreso, extranjeros domiciliados en Londres: Marx, Hermann Jung, Eccarius. Wolff, Bobczynski.

    Este comps de espera no satisfizo a los franceses que deseaban fervientemente el Congreso, la cabeza de la organizacin como sealaba Fribourg, pero los argumentos de Marx eran de que la cuestin no estaba an bien madura segn le seala a Engels el 24 de junio. La Conferencia fij la primavera del ao prximo para la celebracin del Congreso que debera tener lugar en Ginebra.

    Los franceses desarrollaron, durante todo el ao de 1865, una gran actividad y haban logrado concretar en puntos un temario que publicaron en L'Avenir National el 18 de julio, para que los obreros franceses lo discutieran:

    1. Cul debe ser la finalidad de la Asociacin? Cules sus medios de accin?

    2. EI trabajo, sus consecuencias higinicas y morales.

    3. EI trabajo de las mujeres y de los nios en las fbricas bajo el punto de vista moral y de salud.

    4. EI paro forzoso y loS medios para remediarlo.

  • 5. Las huelgas y sus efectos.

    6. La asociacin, sus principios, sus aplicaciones.

    7. La enseanza primaria y profesional.

    8. Las relaciones entre el trabajo y el Capital.

    9. La competencia extranjera y los tratados de comercio.

    IO. Los ejrcitos permanentes bajo el punto de vista de la produccin.

    11. Es la moral distinta de la religin?.

    Sergent y Harmel, que se sienten impresionados por el contenido del temario ponen de relieve un detalle muy interesante: la ausencia del tema poltico: El programa no solamente es sorprendente por su precisin, su amplitud y su seriedad, Lo es tambin por su desdn hacia las preocupaciones poltcas. No es quw fuera unicamente econmico puesto que sealaba una preocupacin en temas sociales. En el amplio sentido del trmino era ms bien social. Pero, econmico o social, el programa reflejaba una voluntad casi agresiva de desinters e indiferencia hacia el Estado (22).

    De regreso de Londres redactaron un manifiesto en el que la influencia de Proudhon, en particular modo en la ltima de sus obras De la Capacit politique des Classes Ouvrieres, es evidente: El trabajo -comienza el manifiesto- confirma su igualdad frente a las dems fuerzas y quiere conquistar su puesto en el mundo moral y material y ello en base a su propia iniciativa y al margen de todas las influencias que durante estos ltimos tiempos ha sufrido e, inclusive, solicitado. El manifiesto habla despus de que el estudio ha reemplazado la agitacin y que los obreros desean alcanzar por la va cientfica, y pacficamente si es posible, la emancipacin, la igualdad de derechos y que por ello han organizado la Asociacin Internacional. La familia, institucin tan querida a Proudhon, es sealada como factor esencial para la enseanza: La instruccin familiar es la nica normal. Sin la familia, la especie humana es un amasijo de seres, sin funciones determinadas, sin razn, sin ley y sin finalidad. Sin la familia, el hombre, confundido en una inmensa comunidad pasa a ser un enemigo del hombre.

    Varln se opone. Corresponde a la sociedad la educacin. La Memoria se ve alargada del anexo de Varln y la minora que le secunda: Cuando decimos que la enseanza debe estar a cargo de la Sociedad, entendemos por ello una sociedad verdaderamente democrtica en la cual la direccin de la enseanza sera la voluntad de todos.

  • Con la mujer surge otra discrepancia. La corriente mayoritaria, con Tolain al frente, quiere ver a la mujer al margen de la fbrica, del trabajo, para radicarse en el hogar: En nombre de la libertad, dejadnos arrancarla del taller que la desmoraliza y la mata a esta mujer que queris libre, que slo la emancipis haciendo de ella un ser bastardo, fatalmente condenado por el abuso de un trabajo para el cual no estaba constituida.

    Varln y los minoritarios estimaban que el acontecer social situaba a la mujer en el campo de la produccin al igual que el hombre. Que la mujer en el hogar era la criada del hombre y no su semejante.

    La educacin y la mujer son los dos puntos en los que los franceses discrepan. Son tambin, posiblemente, los que hacen desmerecer a Tolain y a los mayoritarios frente a Ios ojos de Max Nettlau.

    En religin, en cambio, la unanimidad se logra nuevamente: La religin es una de las manifestaciones de la conciencia humana, respetable como todas las otras, en tanto que ella permanezca un asunto interior, individual, ntimo. Nosotros consideramos las ideas religiosas, y todas las ideas a priori como algo que no puede llevarnos a ninguna discusin til. Cada uno pensar a este respeto lo que juzgue ms conveniente a condlcin de no hacer intervenir su Dios en las relaciones sociales y de practicar la justicia y la moral.

    El mutuahsmo proudhonlano, alerglco a la socializacin a la que teme por su tendencia a la uniformidad, tambin logr aunar los criterios de los franceses en base a los preceptos del autor del Sistema de las Contradicciones econmicas, en lo que a estructura social respecta.

    La delegacin francesa, pues, se present a Ginebra el 3 de septiembre de 1866 -el congreso tampoco pudo celebrarse en la primavera como haba sido acordado- con una cohesin muy superior y un temario ms meditado que el resto de las delegaciones.

    Notas

    (1) Este ensayo se ha escrito apoyndose en forma predominante en la obra de James Guillaume, L'Intemationale, Documents et Souvenirs (1864-1878). Tomos I, II, III y IV. 1,322 pginas. Paris 1905-1910. A fin de evitar una redundancia desmedida de llamadas, aquellas entresacadas textualmente de la obra de Guillaume no tendrn referencia de pie de pgina. EI lector deber, pues, frente a toda cita entrecomillada sin referencia, considerar esta observacin.

  • (2) Max Nettlau, Bakunin e L'lnternazionale in Italia, pg. 27. Ginebra 1928.

    (3) Poco se conoce sobre la vida atormentada de la peruana Flora Tristn. Luis Alberto Snchez, rector hasta hace poco de la Universidad de San Marcos en Lima, ha escrito una biografia novelada de esta precursora que fuera, tambin, la abuela del clebre pintor Gauguin: Una Mujer sola contra el mundo, Mxico. Cuando llega el momento de citar la fundacin de la A. I. T., Luis Alberto Snchez dice: >Nadie record a la Mujer Mesas, la precursora, en la clebre asamblea de Albert Hall. Pero ella, con su pensamiento y su ejemplo, estuvo presidindola, desde lejos, desde la eternidad o la nada. Tal vez si con alguien se identificaba ms su espiritu era con el de cierto hombrecillo, de barbas confusas y verbo ardiente, que sola discrepar rudamente de Marx: Miguel Bakunin (pg. 211).

    (4) Citado por Horaclo E. Roqu en Origen del Socialismo Moderno pg. 51, Buenos Aires 1954.

    (5) Edouard Dollans, Histoire du Mouvement Ouvrier (3 tomos), Tomo I, pg. 277, Paris 1957-1960.

    (6) Ver nota 1.

    (7) D. G. H. Cole. Historla del Pensamiento Socialista (7 tomos). Tomo II, pg. 91 Mxico, 1957-1963.

    (8) Correspondence de Marx y Engels. Citado por Alain Sergent y Claude Harmel en Histoire de l'Anarchie pg, 309.-1949.

    (9) Sergent y Harmel. Op. Cit. pg. 315.

    (10) Max Nettlau en La Anarquia a travs de los tiempos seala: Los trabajadores llamados proudhonianos franceses, Tolain y sus camaradas, fueron sindicados ellos mismos, republicanos que buscaban una entrada en la poltica, enemigos de los republicanos burgueses tanto como de los socialistas blanquistas y otros autoritarios, aceptando econmicamente las partes ms dbles y anodinas de la obra de Proudhon, que salud su Advenimiento en su libro de 1864 De la capacit des Classes Ouvreres, publicado como trabajo pstumo en 1865 por Gustav Chaudey. Proudhon fue feliz de ver a 1os trabajadores comenzar a despertarse, despus de 1848, pero s hubera vivdo les habria dado impulsos muy diferentes. Tolain y los suyos dorman sobre los laureles de ese libro, y Marx, que tan vergonzosamente insult a Proudhon, muerto, en su necrologia, se puso contento de ver encarnarse el proudhonismo parisin, aparentemente, en esos pequeos espritus. Pg. 122. Barcelona 1935.

  • (11) Es en esta pequea habitacn -dice E. Fribourg- de 4 metros de largo por 3 de ancho, que fueron debatidos, nos atrevemos a decrlo, los ms grandes problemas sociales de la poca. L'Association Internationale des Travailleurs, pg. 23. Paris 1871. Citado por Dollans y Sergent & Harmel.

    (12) Los fundadores de la Asocacn Internacional de los Trabajadores han obrado con tanta mayor prudencia al evitar el planteamiento de los principios polticos y fisiolgicos como base de esa asociacin, y al no dar primeramente por nico fundamento ms que la lucha exclusivamente econmica del trabajo contra el Capital (M. Bakunn - Oeuvres Tomo V. Articulo de "L'Egalit del 7 de Agosto de 1869).

    (13) Correspondence de Michel Bakounine, recopilada por Michel Dragomanov. Pg. 288. Pars 1896.

    (14) Correspondence of Marx and Engels, pg. 159 a 163. Londres 1949. Esta extensa carta remata con unos prrafos muy elogiosos sobre Bakunn: Bakunn te manda sus saludos. Se ha ido hoy para Italia donde vive (Florencia). Ayer lo vi de nuevo por primera vez despus de diecisis aos. Debo decir que me agrad mucho y mejor que antao (...) En el conjunto es uno de estos pocos individuos que, despus de diecisis aos, encuentro que ha progresado hacia adelante en lugar de retroceder ...

    (15) G. D. H. Cole. Op. Cit. pg. 93 (Tomo II).

    (16) Lenn, Collected Works, Tomo XVIII pg. 19. Londres sid.

    (17) Bakunn, Oeuvres, Tome IV, pg. 402.

    (18) Palmiro Marb (Federico Fructidor), Origen, desarrollo y trascendencia del movimiento sindicalista obrero, pg. 464. Mxico. (Esta obra est incluida, en un mismo volumen, con El Proletariado Militante de Anselmo Lorenzo. Es una excelente edicin de la Editorial Vrtice que animara Hermoso Plaja en la ciudad azteca). Amaro del Rosal furibundo defensor de Marx, en Los Congresos Obreros Internacionales en el Siglo XIX, en la pg. 142, por basarse posiblemente en la fuente de Marb acude a la versin francesa, supeditando, en consecuencia tambin, lo poltico a lo econmico. (Mxico 1958.)

    (19 G, D. H. Cole. Op. cit. tomo II. pg. 105.

    (20) Ibid.

    (21) C. Fribourg. op cit. pgs. 27 y 28.

  • (22) Alain Sergent & Claude Harmel. Histoire de I'Anarchie, pg. 327 - 328. 1949.

    Ginebra, 1866: Primer CongresoEl Primer Congreso de la Internacional estuvo reunido desde el 3 hasta el 6 de septiembre. Su orden del da tena bastante similitud con el temario que los franceses haban publicado el 18 de julio en L' Avenir National y constaba tambin de once puntos:

    1. Combinacin de los esfuerzos, por medio de la Asociacin, para la lucha entre el Capital y el trabajo.

    2. Reduccin de las horas de trabajo.

    3. Trabajo de las mujeres y de los nios.

    4. Sociedades Obreras, su pasado, su presente y su porvenir.

    5. Trabajo cooperativo.

    6. lmpuestos directos e indirectos.

    7. Institucional internacional del Crdito.

    8. De la necesidad de extirpar la influencia rusa en Europa, por la aplicacin del derecho de los pueblos a disponer de ellos mismos y la reconstruccin de una Polonia sobre bases democrticas y sociales.

    9. De los ejrcitos permanentes en sus relaciones con la produccin.

    10. De las ideas religiosas, su influencia sobre el movimiento social, poltico e intelectual.

    11. Establecimiento de sociedades de socorros mutuos; apoyo moral y material a los hurfanos de la Asociacin.

    Asistieron unos 60 delegados de los cuales 33 eran suizos. El otro ncleo numeroso fue el francs con 17 delegados, once de los cuales representaban el Bureau de Pars. Por parte del Consejo General se hallaban presentes seis

  • miembros; Alemania estaba representada por tres. Entre la numerosa representacin suiza haba que contar algunas delegaciones afiliadas al Congreso pero no a la Asociacin.

    Estos guarismos hacen decir a G. D. H. Cole que el Congreso de Ginebra -y el del ao siguiente en Lausana- fue una reunin franco-suiza. Inglaterra, ya lo hemos dicho, estimaba la Internacional como algo secundario y su papel, a lo largo de la efmera historia de la Asociacin, fue el del freno que detena los impulsos entusiastas de las dems secciones del Continente. Marx, por su parte, prefera trabajar en el laboratorio y no en el gora y tampoco se personaba en los congresos: Yo no he podido ir, ni he querido tampoco pero he sido el que ha redactado el programa de los delegados de Londres, le escribir a Kugelmann el 9 de Octubre.

    Los franceses, que queran una asociacin genuinamente obrera plantearon de nuevo lo que ya fuera motivo de debate en la conferencia de Londres en septiembre de 1865: que slo los obreros manuales formaran parte de la Internacional. En plan de concesiones admitan que los intelectuales podan adherir a la Asociacin pero que Ios delegados, en todo caso, deberan ser obreros manuales: Si nosotros admitimos aqu a hombres pertenecientes a otras clases sociales -argumentaba Tolain- no faltar quien diga que el Congreso no representa las aspiraciones de las clases trabajadoras, que no est hecho por los trabajadores; y creo que es til demostrar al mundo que nosotros estamos lo suficientemente avanzados para poder obrar por cuenta propia. Este razonamiento, presentado en forma de proposicin, fue rechazado por 25 votos contra 20. Los suizos, cuyas condiciones eran diferentes a las francesas ya que el deslinde entre obreros y no obreros se perda en la nebulosa por las caractersticas del artesanado helvtico, se dividieron cuando se trat de limitar la Asociacin a la manualidad pura. Empero, y de acuerdo con la letra de los Estatutos, cada seccin poda interpretar a su modo el escollo planteado por los franceses. El Artculo 8 deca: Cualquiera que adopte y defienda los principios de la Asociacin puede ser recibido como miembro; pero ser, en todo caso, bajo la responsabilidad de la seccin que lo admita. Ahora bien, el reglamento que secundaba a los Estatutos y que fuera distribuido a las secciones de habla francesa, deca en su Artculo ll: Cada miembro de la Asociacin Internacional es elector, todo elector es elegible si llena las condiciones determinadas por el reglamento particular de la seccin a la cual pertenece. Lo que equivala a decir que, al fin de cuentas, el reglamento particular prevaleca por encima del general.

    La presencia de los intelectuales en el seno de la Internacional, posicin defendida por los ingleses particularmente o su marginamiento como deseaban los franceses era de capital importancia -dice G. D. H. Cole-, pero tena significacin algo diferente para las delegaciones de los distintos pases. Para los ingleses se trataba

  • sencillamente de aceptar la ayuda de algunos pocos miembros de otra clase social, como Marx y un reducido nmero de simpatizantes pertenecientes a la clase media, con quienes los sindicatos obreros colaboraban en la Liga Nacional de Reforma ... Para los franceses, por otra parte, el problema estaba en si la masa grande y activa de los revolucionarios republicanos dirigida sobre todo por los miembros de la clase media, debera ser admitida en la Internacional que, de ser admitidos, quedara casi seguramente dominada por ellos de inmediato, al menos en Pars. El grupo francs, que tom parte en la fundacin de la InternacionaI, trataba sobre todo, de construir un movimiento caractersticamente obrero, basado en la federacin dentro de sindicatos locales de socits de rsistence que se estaban organizando en los diferentes oficios. Este grupo quera que estas asociaciones puramente obreras sirviesen de contrapeso al movimiento republicano revolucinaro de los intelectuales de la clase media y al mero meutisme de los blanquistas y otros clubes revolucionarios; y stos respondieron acusando a los sindicalistas de estar en alianza secreta con Napolen III, en contra de la revolucin. La Internacional misma tuvo que hacer averiguaciones de esta acusacin, y la rechaz por no tener fundamento, lo que era cierto. Pero es verdad que los dirigentes franceses de la Internacional estaban mucho ms interesados en las huelgas y en los movimientos econmicos que en la poltica, y estaban decididos a evitar que los polticos radicales se apoderaran de su movimiento ... (23). Lejos, empero, lo sealado hasta aqu, de significar un acuerdo unnime entre los franceses que estaban divididos entre s en dos grupos, los moderados, dirigidos por Tolain, que deseaba organizar un movimiento poltico obrero a base de los sindicatos y luchar en las elecciones (24) con independencia completa de los radicales de la clase media, y el ala izquierda de los sindicatos, dirigida por Eugene Varln, que no tena fe en la accin parlamentaria y esperaba convertir a los sindicatos, a travs de federaciones locales y regionales, en una fuerza revolucionaria independiente, lo bastante fuerte para arrebatar la direccin de la revolucin a los radicales de la clase media (25). Instintivamente, pues, tanto la fraccin mayoritaria de Tolain como la minoritaria y ya abiertamente anarquista de Varln, se oponan a la presencia del intelectual, la mayora de los cuales integraba la clase media. Esta oposicin fue justificada, en un momento de sinceridad, por Marx en una carta que le dirigiera a Engels el 25 de Febrero de 1865: ... Ios obreros parece que buscan a excluir a todo hombre de letras, lo que es, sin embargo, absurdo ya que los necesitan en la prensa; pero es excusable, vistas las traiciones continuas de los intelectuales.

    Las dos corrientes que perennemente se disputaran la hegemona de la Internacional, la autoritaria y la libertaria, se esbozan inicialmente en los aspectos apuntados ms arriba. La corriente sajona es partidaria de la integracin de los elementos heterogneos, la corriente gala desea mantener la homogeneidad en base a integrar la Internacional con trabajadores exclusivamente. Por algo el secretariado parisino se ve compuesto de trabajadores solamente; Tolain es

  • cincelador, Varln encuadernador, Fribourg grabador, Limousin marcador, Oelorme zapatero, Debock tipgrafo, Delahaye cerrajero, Heligon trabaja en papeles pintados, Bourdon grabador de armas, Bellamy fontanero, Mollin dorador, Laplanche carrocero, Fournain ptico, Culetin zurrador, Perrachon, Carmelinat y Guyard montadores.

    Las luchas que posteriormente se trabaron en el seno de la Asociacin entre Marx y Bakunn han mermado para los historiadores la importancia de esta primera disconformidad suscitada en la conferencia de Londres en 1865 y posteriormente en Ginebra con motivo de la discusin de los Estatutos de la Internacional.

    Pocos se han parado a meditar la evolucin que habria tomado la Internacional de Trabajadores si la misma hubiera acordado marginar a los que no lo eran. Por lo pronto las disputas personalistas entre Marx y Bakunn que tan mala impresin causaran a Anselmo Lorenzo (26) y a cuantos lograban mantenerse equidistantes del pugilato, no habrian tenido lugar. Si aadimos a ello que Marx enterr a la Primera Internacional en La Haya para que Bakunn no se la arrebatara, tendremos que deducir que en 1872 no habria ocurrido su muerte prematura. Las objeciones a este razonamiento podrian ser las que ponen de realce la contribucin que aquellos dos gigantes de la sociologa aportaron a la Asociacin. Son objeciones muy discutibles porque la Internacional contaba con ncleos inquietos a la vez que inteligentes, como quedara probado a lo largo de sus congresos y actividades regionales, que habrian sabido vigorizarla, no gracias al artificialismo de la intelligentzia del Consejo General, el vrtice de la organizacin, sino por la fortaleza y la actividad de las seccionaies, su base.

    En Ginebra, acuerdos concretos sobre todos los puntos del temario no fueron tomados. Los primeros congresos de la Internacional, ms que comicios legislativos eran reuniones en las que se cambiaban impresiones y se esbozaban tcticas a ser discutidas posteriormente. El octavo punto, por ejemplo, que trataba sobre la opresin que Rusia ejerca contra Polonia haba sido insertado en contra de la voluntad de los franceses que lo consideraban un tema poltico y no econmico. En realidad, si se miran los dems puntos del Orden del Da, el octavo aparece como nota heterognea. La conferencia de Londres acord su insercin, pero en Ginebra, a pesar de que se conden el despotismo ruso, los franceses lograron un colofn en el que la Internacional declaraba: Siendo los asistentes delegados a un congreso econmico nada tiene que decir sobre la reconstitucin poltica de Polonia.

    Sobre los impuestos directos e indirectos el congreso declar que en definitiva siempre era el productor quien pagaba por lo que aquellos no podran ser justos hasta que todo el mundo fuera productor.

  • Sobre el Segundo punto el acuerdo se resuma as: El hombre slo es libre con la condicin de desarrollar todas sus facultades; en consecuencia, toda prolongacin de trabajo que le incapacite para desenvolver y gozar de todas sus aptitudes, debe ser condenada como antifisiolgica y antisocial.

    Desde ahora, consideramos bastante el trabajo de 8 horas diarias, para la produccin de los servicios necesarios a la vida.

    Es decir, la Internacional, desde el mismo momento en que se consolida meqiante su primer congreso, fija dos preceptos econmicos que, en 1866 sobre todo, eran de verdadera avanzada social: todos deben ser productores y la jornada de labor no debe exceder a 8 horas.

    Empero, lo que demuestra el largo alcance visual de los congresistas es la declaracin segn la cual los obreros deben ir ms all de la defensa y aumento de sus salarios: deben ir a su abolicin:

    El Congreso declara que en el estado actual de la industria, que es la guerra, debemos todos prestarnos mutua ayuda para la defensa de los salarios. Pero es su deber declarar tambin que existe un fin ms elevado que debemos alcanzar; la supresin del salariado. El congreso recomienda el estudio de los medios econmicos basados en la justicia y la reciprocidad.

    Notas

    (23) G. D. H. Cole. Op. Cit. Tomo II. pg. 106 y 107.

    (24) Efectivamente, antes de que se fundara la Internacional y con motivo de las elecciones francesas complementarias que tenan que celebrarse el mes de marzo de 1864, sesenta obreros parisinos redactaron y publicaron un manifesto que aparec en la edcn de L 'Opnon Nationale del 17 de febrero en el que se trata de justificar la participacn de candidaturas obreras en las eleccones. El Manifiesto de los Sesenta, como ha quedado calificado despus, era una extensa exposicin en donde habia puntos de coincidencia con el proudhonismo, pero donde tambin haba discrepancias. El primer impulso de Proudhon fue ms bien condenatorio: En el fondo qu hay debajo de esto? bastante presuncin, ambicin, ignorancia, hasta espritu intrigante y poca moral. Todos estos miembros de sociedad de crdito mutual y de delegados a la Exposicin de Londres me parece que estn solictando suscripcones y delegacones del gobierno ... Se le ha mmado mediante elogios insulsos; se lo toman en serio, se codean con la burguesa y le dicen: Queremos un puesto! (Carta a Larramat del 29 de febrero de

  • 1864). Sin embargo, 8 dias despus, Proudhon escriba en el msmo peridico LOpinon Nationale (8 de marzo de 1864): Seguramente que me regocjo del despertar de la idea socialista ... Ciertamente que soy de vuestra opinn (a los obreros) y de la de los 60, de que la clase obrera no est representada y debe estarlo. Cmo podria profesar otra opnin? La representacin obrera no es acaso hoy como en 1848 ... la afrmacn del socialismo?

    La originaldad del Manfiesto de los Sesenta frente al de de Los Iguales y al Manifiesto Comunista estriba, segn Maxime Leroy, prologusta de La Capact politique des Classes Ouvreres (Paris 1927) en que: Mientras los autores de los otros manifiestos pertenecan a las clases dchas privilegiadas, los autores del de los 60 eran trabajadores.

    (25) G. D. H. Cole Op. Ct. Tomo II, pg. 107.

    (26) Puede asegurarse que toda la substanca de aquella Conferencia (Londres 1871) se redujo a afrmar el predomno de un hombre all presente, Carlos Marx contra el que se supuso pretenda ejercer otro, Miguel Bakuonine, ausente. Anselmo Lorenzo. EI Proletariado Militante, pg. 165. Mxco s/d.

    Lausana 1867. Segundo Congreso

  • Despus de la celebracin del primer Congreso se registraron algunos hechos, en Francia, que vigorizaron a la Internacional y que pusieron de relieve la importancia de la solidaridad entre los trabajadores. Uno de ellos fue el lock out contra los obreros del bronce en Pars para forzarlos a abandonar su Mutual. Se cre la Asociacin de Fabricantes del Bronce para asegurar la independencta y la libertad del trabajo y se comprometa a una indemnizacin diaria para aquellos obreros que desearan ser independientes. Dicha Asociacin niega a la vez el derecho de representacin a los obreros a los que quiere forzar a presentarse individualmente para discutir los precios. Los obreros se niegan y los patrones cierran las fbricas el 25 de febrero de 1867 exigindoles la renuncia a la mutual si quieren obtener trabajo.

    La rplica de los trabajadores fue categrica. Los mutualistas firmaron una declaracin redactada en estos trminos: Nosotros, los abajo firmantes, declaramos tener el honor de formar parte de la Sociedad de crdito mutuo de los obreros del Bronce que tiene como finalidad, garantizar a cada trabajador una retribucin ms en consonancia con las necesidades de la vida, y protestamos anticipadamente contra toda sociedad tendiente a rebajar la conciencia y la dignidad del hombre. (27).

    El conflicto adquiere dimensiones mayores. Dieciocho delegados representando a otras corporaciones hacen un llamado a la solidaridad: La huelga de los obreros del bronce pone sobre el tapete la cuestin de la solidaridad que debe asegurar nuestra independencia y nuestra dignidad. Obreros, todos nosotros somos atacados, levantmonos unnimemente! (28).

    Fluyen las economas de las cajas de las corporaciones. La Internacional apoya el mensaje en favor de los obreros del bronce y logra que las Tracie Unions inglesas aporten tambin su ayuda econmica. Finalmente la Asociaci6n de Fabricantes se ve forzada a ceder. Los obreros del bronce, gracias a la solidaridad de sus hermanos de clase, logran una gran vitoria. El nmero de miembros de la mutual sube vertiginosamente hasta rebasar los 6000 adherentes. El propio prefecto de la polica se ve obligado a felicitar a los trabajadores por la dignidad y la firmeza observada en su conducta.

    Otro hecho de relieve fue la huelga de los hilanderos y los tejedores de Roubaix motivada por la imposicin de los patronos a fin de que los obreros ejercieran, de inmediato, dos oficios diferentes. Esto fue inclusive reglamentado y fijado en las paredes el 15 de marzo de 1867. Algunos de los artculos, como el 12 y el 13, que establecen la obligacin para el obrero de pagar toda herramienta o pieza del trabajo, en caso de rotura, y que, el propio trabajo, sufrir una merma de salario proporcional a los defectos que presente, provocan disturbios al da siguiente en los que se rompen mquinas, telares y se levantan barricadas frente a la presencia de las tropas.

  • En las negociaciones que siguen se logra el siguiente acuerdo:

    Artculo Primero. EI reglamepto relativo a las multas ser discutido y decidido por un consejo integrado en partes iguales por patronos y obreros.

    Artculo Segundo. Todo obrero tendr libertad de aceptar trabajar en uno o en dos oficios ...

    La parte ms interesante, empero, del conflicto de Roubaix, la hallaremos en el estudio que realizan los internacionalistas de las causas del conflicto y las soluciones.

    Tolain, Fribourg y Varln publican una declaracin al efecto en la que se lee, entre otras cosas:

    El empleo de las mquinas en la industria plantea un problema econmico cuya solucin inmediata se impone imperiosamente. Nosotros, los trabajadores, reconocemos en principio el derecho de los obreros a un aumento proporcional cuando, debido a la introduccin de nuevas herramientas, una produccin ms considerable es impuesta.

    Obreros de Roubaix:

    Sean las que fueren vuestras justas quejas, nada puede justificar los actos de destruccin de los que habis sido culpables. Pensad que la mquina, instrumento de trabajo, debe ser sagrada para vosotros; pensad que esta clase de violencias compromete vuestra causa y la de los trabajadores todos. Pensad que estis dando armas a los adversarios de la libertad y a los calumniadores del pueblo.

    La mquina, pues, aparece para los trabajadores conscientes, no como un enemigo sino como un aliado. Es sagrada dicen los firmantes de la declaracin. Desde el primer momento se ve clara y profundamente el problema que, para tantos, no ofreca ms que dos salidas: la destruccin de la intrusa o el paro forzoso para los que la mquina desplazaba. Para los que tenan la confianza de los internacionalistas de Pars, Tolain, Fribourg y Varln, ninguna de las dos soluciones era la correcta. Haba que luchar, no contra la mquina sino contra el sistema que permita que los beneficios que aportaba la mquina fueran, en su totalidad, a las arcas de los explotadores. Haba que luchar para lograr que la mquina fuera una aliada del obrero, primero, en base a permitirle un mejor standard de vida logrado mediante la distribucin proporcional permitida por el aumento de la produccin y, segundo, por una disminucin en las horas de trabajo.

    En un artculo publicado en Sicle de fecha 4 de febrero de 1865, Anthime Corbon, que a la edad de 7 aos ya lo encontramos trabajando de aprendiz de tejedor,

  • seala la situacin ambiental frente a la Internacional: En aquellos tiempos (unos veinte aos antes), aparte un nmero reducido, la tendencia general de los obreros socialistas era considerar al Estado como su providencia visible y esperar de l la redencin de las clases inferiorizadas. He aqu que una nueva generacin declara que la emancipacin de los trabajadores debe ser obra de los trabajadores mismos. Y aada: De lo que s estoy seguro es que todas las personas cIarividentes y generosas aplaudirn esta reunin en congreso de tantos centenares de hombres representando la lite de los trabajadores de todos los pases de Europa. (29).

    En el Segundo Congreso, que iniciaba sus sesiones en Lausana el 2 de septiembre de 1867, se podan volcar sobre la mesa experiencias substanciales al tiempo que se podan abrigar mayores esperanzas, si cabe, que las que estaban presentes en Ginebra el ao anterior sobre todo