la insurreccion de 1832 anastasio aquino

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LA INSURRECCION DE 1832 ANASTASIO AQUINO Anastasio Aquino era originario de Santiago Nonualco. Nació el 15 de abril de 1792, siendo hijo de los indios Tomás Aquino y María de San Carlos, originarios y residentes del lugar. En la página 117, del tomo 13 de los libros parroquiales de Santiago Nonualco, de los años 1784 a 1794, se encuentra una partida de nacimiento y fe de bautismo que literalmente dice: “En Santiago Nonualco, a diez y seis de abril de mil setecientos noventa y dos. Yo el cura propio hizo los exorcismos, puse óleo, bauticé

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Page 1: LA INSURRECCION DE 1832 ANASTASIO AQUINO

LA INSURRECCION DE 1832 ANASTASIO AQUINO

Anastasio Aquino era originario de Santiago Nonualco. Nació el 15 de

abril de 1792, siendo hijo de los indios Tomás Aquino y María de San

Carlos, originarios y residentes del lugar. En la página 117, del tomo 13 de

los libros parroquiales de Santiago Nonualco, de los años 1784 a 1794, se

encuentra una partida de nacimiento y fe de bautismo que literalmente

dice:

“En Santiago Nonualco, a diez y seis de abril de mil setecientos noventa y

dos. Yo el cura propio hizo los exorcismos, puse óleo, bauticé

solemnemente y puse chrisma a Anastasio Mártir que nació a quince de

dho hijo legmo de Thomas de Aquino y María de San Carlos, indios. Fue

padrino Julián Cisneros, a quien advertí el parentesco y obligación que

contrajo; y porque conste lo firmé. Anto. Roza de Aguado”

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No se encuentra ninguna otra referencia sobre Anastasio Aquino, por

ejemplo su fecha de matrimonio, notas que por regla general, eran

apuntadas por el párroco al margen de la fe de documentales sobre los

años anteriores a la insurrección; y la memoria oral, generalmente

transmitida de padres a hijos en el seno de las familias en donde vivió y

realizó sus hechos, pareciera sumida en un total olvido.

En la página 262, de la obra Recuerdos Salvadoreños, del doctor José

Antonio Cevallos, se dice que era un indio ignorante “cuya inteligencia no

se extendía más allá de saber ganar su subsistencia como jornalero,

trabajando como zacatero en las haciendas añileras o como pilero en la

elaboración del añil o índigo”. El zacatero era el cortador del xiquilite y el

pilero era el trabajador en las pilas de donde se extraía el añil.

Julio Alberto Domínguez Sosa enfatiza sus rasgos pipiles: “De estatura

alta; pómulos salientes; nariz achatada, pelo liso, que bien puede ser

negro; color de cutis, parduzco o cobrizo”.

No existe, una fotografía o representación pictórica que lo represente con

fidelidad. Todo lo contrario, las versiones sobre su aspecto físico son

contradictorias. Hay varias pinturas que intentan configurar su aspecto0

físico. Entre ellas están las siguientes: una pintura de Alberto Mendoza,

que se encuentra en la Rectoría de la Universidad Tecnológica, en San

Salvador; un cuadro de la coronación de Aquino como “Rey de los

Nonualcos”, en el Museo Nacional David J. Guzmán; la del pintor Adelio

Medrano, que lo representa en el cerro El Tacuazín orientado a sus tropas

y un busto frente a la Alcaldía de Santiago Nonualco.

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EL ENTORNO GEOGRÁFICO DE LOS NONUALCOS

La población de Santa Lucía de Zacatecoluca, hace 250 años estaba sujeta

a la jurisdicción de la Alcaldía Mayor de San Salvador, aunque el gobierno

local se encontraba en manos de un Teniente de Alcalde, dependiente de

dicha Alcaldía Mayor. La extensión de sus tierras y la fertilidad de las

mismas, permitieron el establecimiento de haciendas de añil de crianza de

ganado. Por su población y riqueza fue nominada Villa en 1823. El distrito

de Zacatecoluca comprendía los pueblos de Santiago Nonualco, San Pedro

Nonualco, San Rafael Obrajuelo, Santa María Ostuma y La Ceiba. Por su

parte, las haciendas más representativas del distrito eran San Juan

Buenavista, La Joya, San Marcos, San Antonio, La Chacra, El Socorro,

Paredes, San Francisco, San Faustino. Obrajuelo, Santa Rita, Trejo,

Velásquez y Escuinta.

Anastasio Mártir Aquino era indígena nonualco.

De acuerdo con los escritos de don Santiago Barberena y de don Jorge

Lardé y Larín, los nonualcos eran indígenas de filiación pipil,

pertenecientes a la familia nahoa-maya. La tribu de los nonualcos se

estableció entre los ríos Jiboa, Lempa, el volcán de Chaparrastique y la

llanura del Pacífico. Se cree que su asentamiento data de los siglos XI A

XIII de la era cristiana. Para el siglo XVI, existían siete pueblos

nonualcos: Zacatecoluca, Analco, Santiago, San Juan, San Pedro, Santa

María Ostuma y Tecoluca. Ellos constituían una poderosa confederación

que confinaba hacia el oeste con los mazahuas y al este con los lencas, de

la región alta de El Salvador. Estos pueblos estaban dedicados a las

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actividades agrícolas y su economía era predominantemente agraria. Sus

creencias religiosas, sus costumbres, formas de vida y tradiciones, estaban

arraigadas en la cultura pipil, Encontrada por los españoles durante el

descubrimiento y conquista.

Se les define como sociedades tribales, con un gobierno aristocrático,

ejercido por sus caciques y señores principales. La propiedad era

comunitaria para los clanes y calpullis.

El término nonualco tiene varios significados, Pedro Geoffroy Rivas lo

define así: numutsa=hablar, cuali=bonito, y co=sufijo locativo; entonces

nonualco significaría “lugar donde hablan bonito”. Por su parte, Raúl

Bonilla afirma que la palabra se descompone en nonual=mudos y

co=sufijo locativo, viniendo a significar “lugar de mudos”.

SITUACIÓN SOCIOPOLITICA DE ESA EPOCA

Centroamérica, a partir de enero de 1822, estaba asolada por una multitud

de guerras, producto de los esfuerzos de los grupos que pretendían asumir

el poder bajo diversas circunstancias:

En primer lugar, la pugna que se da entre anexionistas y

adversarios al imperio mexicano

Luego, se transfiere entre promotores y enemigos de la

República Federal y finalmente, en el mismo marco de intereses,

aparecen los defensores de la autonomía de los gobiernos

provinciales.

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En estas contiendas, la participación de los indígenas era necesaria y

obligatoria, y el reclutamiento forzoso de grandes contingentes de la

población indígena y campesina era norma para constituir los ejércitos que

se llevaban a la guerra. Es necesario hacer énfasis en que la población

indígena estaba al margen de los proyectos políticos de ambos bandos, y

que sus reivindicaciones sociales no estaban consideradas por los líderes

que dirigirían los enfrentamientos armados.

La proclamación de la independencia de 1821 fue un enfrentamiento y

decisión entre criollos y españoles, acompañados en alguna medida, por

grupos del pueblo de las ciudades principales. Pero el indígena estuvo

totalmente al margen de los acontecimientos, jugando un papel de simple

espectador, aunque era forzado a ofrecer su vida por nada que a ellos les

interesase.

Además de las guerras, la tierra estaba abandonada y la situación

económica y tributaria de la provincia se encontraba por los suelos. La

situación fiscal del gobierno era igualmente caótica, y las contribuciones

onerosas para paliar el pago de las guerras y los gastos de la

administración pública, afectaban a los productores y comerciantes.

¿Cuándo, por qué y cómo sucede la rebelión de Anastasio Mártir Aquino?

La rebelión de Anastasio Mártir Aquino no constituye un hecho único y

aislado en una época caracterizada por la anarquía y la injusticia social.

Las sublevaciones y la desobediencia institucional eran frecuentes. Se

realizaron algunas rebeliones previas a la insurrección de Anastasio

Aquino:

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El 4 de enero de 1832, se aborta una rebelión en la ciudad de

San Miguel.

El 17 de diciembre de 1832 es atacado el gobernador de la

ciudad de San Miguel.

El teniente coronel Narciso Benítez, por el licenciado Juan José Guzmán,

y es derrotado el jefe militar, quien escapa a San Salvador, para buscar

tropas de refuerzo y regresar a San Miguel, saliendo de la ciudad de San

Salvador, el 15 de enero de 1833.

Para 1832, Anastasio Mártir Aquino contaba con 40 años y por tal razón,

cabe decir que sus acciones son el resultado de las decisiones de un

hombre maduro, producto de un entorno duro y despiadado.

Se dice que un dia de enero de 1833, trabajando Anastasio Aquino en la

hacienda “Jalponguita”, alguien le avisa que su hermano Blas, se

encontraba castigado en el cepo colonial, Aquino, caporal de la hacienda,

fue al rescate de su hermano, incurriendo en el disgusto del propietario.

Anastasio, después de oír en silencio las razones de su hermano,

rechinando los dientes fue a un rincón del cuarto y tomando y chuzo de

acero, rompió el candado, el iracundo Anastasio se rebeló por la agresión

y los mozos se interpusieron entre ellos, para evitar que el indio pudiera

dañarlo. El propietario de la hacienda visiblemente encolerizado, se dirigió

hacia la ciudad de Zacatecoluca, en busca de ayuda de las autoridades y

del ejército.

¿Cual era el motivo que el propietario español tenia para castigar a Blas

Aquino? Según las referencias proporcionadas por el doctor José Antonio

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Cevallos, Blas Aquino se había negado a trabajar en la tarde de un día

sábado, alegando que él y los demás trabajadores habían sacado su tarea

de la tarde, Juntamente con la de la mañana, que el corte de jiquilite se

había hecho y todas las piletas estaban cegadas y en fermento. Esta

hipótesis es creíble, teniendo en cuenta las condiciones prácticamente

feudales que normaban los vínculos entre patrones y trabajadores. El

castigo mismo, utilizando un cepo, es una modalidad colonial utilizada por

los españoles, lo mismo que la picota.

Ahora bien según los vestigios históricos que nos da una, hipótesis más

valedera es que la rebelión de Aquino se encuentra en relación directa con

la situación económica y social de la sociedad salvadoreña de esa época.

No es posible aceptar los motivos oficiales y el criterio de las clases

acomodadas de la época, que negaban al indio sus derechos humanos,

basados en su analfabetismo, su ignorancia, su posición marginada en una

sociedad que solamente les reconocía el papel de esclavos sometidos o en

la carne de cañón para los ejércitos.

El Estado salvadoreño se encontraba en una crisis económica que afectaba

fuertemente las economías familiares de los grupos de más bajos ingresos

especialmente los indios, cuya suerte dependía de los obrajes del añil.

Por otro lado, la rebelión de los nonualcos fue una consecuencia directa

de la anarquía político militar, en donde la abierta pugna de intereses

obligaba a la conformación de ejércitos, en los que se reclutaba a los

indígenas a la fuerza. Estas prácticas mantenían un malestar generalizado,

que se hizo evidente en una zona apetecida para los reclutamientos.

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La gesta de Aquino es una lucha de etnias, el indio y el mestizo frente a la

privilegiada clase criolla. De hecho, Aquino es el abanderado de un

movimiento social destinado a modificar sensiblemente la estructura social

de su entorno y época. Es simplemente un movimiento de reivindicación

de derechos, de condiciones de vida deplorables en su región y sus

compañeros de lucha. Desde los primeros movimientos de independencia

hasta la actuación de Aquino, la dirección de los mismos había estado en

manos de los criollos; en este sentido el peligro de una rebelión indígena,

no manejada y dirigida por ellos, atentaba contra la estabilidad social y

economía existentes. Aquino no operó transformaciones sociales y

económicas en el estricto sentido del término, pero amenazaba las

relaciones prácticamente feudales entre propietarios de vasallaje sin

límites. Pareciera ser que el objetivo de los indios nonualcos era volver a

fortalecer su comunidad tribal, que por más de trescientos años, había

coexistido con la sociedad provincial. Tampoco se da una coordinación

Con otros grupos indígenas existentes, a pesar de que la situación

socioeconómica era semejante.

Es indudable que los pasos impulsivamente dados por Aquino no tenían

retroceso. Las consecuencias no se harían esperar. La rebelión había

comenzado. Se incorporan a ella, el pueblo de Analco y los habitantes del

barrio de la Vega, la villa de Zacatecoluca. Luego, se suman los pueblos

de Cojutepeque, Apastepeque, Santiago y Santo Tomás Texacuangos. El

ejército de Aquino se organiza en enero de 1833, llegando a mas de 3,000

hombres, cuya infantería estaba formada solamente por indios.

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Las tropas de caballería la formaban ladinos y morenos. No hay evidencias

acerca de los acontecimientos militares de Aquino. Difícilmente podría

saberse, pues no quedan registros de ningún suceso previo a su aparición

en escena nacional. Sin embargo, son indiscutibles sus dotes de estratega.

Aquino es fusilado el 24 de julio de 1833. Su cabeza es separada de su

cuerpo y colocada en una jaula de hierro de la Cuesta de Monteros, en la

ciudad de San Vicente. El Cementerio General de la ciudad de San

Vicente, en un extremo y conocida por un antiguo empleado del mismo, se

encuentra la tumba de Anastasio Mártir Aquino. Cuando fue descubierta

accidentalmente, tenía una placa que decía: “Aquí yace el indio Anastasio

Aquino 1833. Como un tributo del pueblo. San Pedro Nonualco,

Q.E.P.D.” Posteriormente, el señor alcalde Felipe Estanislao Quintanilla,

en 1975, procedió a hacer unos modestos trabajos de rehabilitación, que

han quedado inconclusos. Se requiere de una nueva placa para que las

generaciones presentes y futuras identifiquen esta sepultura, tan

representativa de nuestra tradición e identidad nacional.

En nuestra sociedad salvadoreña en el oriente del país, de todos los

grupos lingüísticos que existieron los lencas son los que más se destacaron

debido a sus diferentes vestigios culturales, y en los últimos cien años, los

pueblos indígenas han sido perturbados por la explotación de fincas de

café, principalmente en el occidente del país y en el caso del oriente, por el

cultivo de algodón (varias décadas) la caña de azúcar y ganadería.

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Dada la carencia de tierras y otros medios de producción, estas personas

enfrentan un alarmante estado de pobreza y abandono sociocultural y

económico que, en concreto, es el resultado de la pérdida de sus recursos y

el despojo de las tierras que en otros tiempos sirvieron para su

sobrevivencia. En algunas de comunidades se elaboran artesanías, tales

como: canastos, jarcia, ebanistería, alfarería y otros. En términos generales,

la población productiva se ubica en edades de 8 a 59 años y en su mayoría,

la tecnología que emplean es tradicional.

Las culturas de los pueblos indígenas constituyen el sustento original de la

identidad Salvadoreña, siendo un factor activo y dinámico en el desarrollo y

progreso de nuestra Sociedad.

Por lo tanto es inconcebible el desarrollo de la cultura nacional, sin el

reconocimiento y fortalecimiento de la cultura y derechos de los pueblos

indígenas. En este sentido y a diferencia del pasado, la política educativa,

cultural y económica debe estar orientada hacia un enfoque de

reconocimiento, respeto y fortalecimiento de los valores culturales

ancestrales.

Es importante mencionar que las difíciles condiciones de vida de los

pueblos indígenas, se vieron acentuadas por los acontecimientos

sociopolíticos de 1932, las sucesivas migraciones de población indígena a

otros países, la guerra civil que le siguió en 1980, la influencia de

religiones importadas y tradicionalistas, el desamparo y la explotación, así

como el despojo de las tierras que no les permite mantener su nivel de vida

y especialmente su identidad cultural., todo esto ha contribuido al proceso

de invisibilidad de la identidad nacional como pueblos originarios.

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Anastasio Mártir Aquino es vencido y sacrificado, pero su espirito

permanece sin doblegarse. Da una lección a los hombres de su raza, y nos

guste o no, estremece los cimientos de una sociedad de criollos y ladinos,

carente de valores, decadente en su espíritu e identidad nacional. Esa

misma sociedad que hoy en día se jacta de vivir en democracia y

desarrollo pero que dejan de lado la verdadera cultura y orígenes y que aun

pretenden dominar a las clases marginadas e inferiores El es el paradigma

de la lucha por la justicia, es la respuesta natural frente a una marginación

total.