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    La industria en crisis bajo la convertibilidad. Diagnstico y demandas de la Unin Industrial ArgentinaSebastin SalviaH-industri@, Ao 9, Nro. 17, Segundo semestre 2015. ISSN1851-703Xhttp://ojs.econ.uba.ar/ojs/index.php/H-ind/

    La industria en crisis bajo la convertibilidad.Diagnstico y demandas de la Unin Industrial Argentina

    Industry Crisis under the Convertibility.Diagnosis and Demands of the Unin Industrial Argentina

    Sebastin Salvia [email protected]

    Resumen

    Tras las crisis asiticas y rusa de 1997-1998, Argentina atraves el ms profundo deterioro econmico de suhistoria, que termin con la cada de la convertibilidad. El objetivo de este trabajo es analizar la accin polticade los empresarios industriales en 1998-2001, atendiendo a la situacin de la industria, uno de los sectoresms afectados. Buscamos reconstruir las respuestas de los empresarios industriales, a travs del diagnstico ylas propuestas realizadas por la UIA, organizacin corporativa de los empresarios industriales. En este dia-gnstico y propuestas tenan un lugar central las crticas al deterioro de la competitividad que afectaba a laproduccin de bienes y la defensa de las transformaciones de los aos noventa. En nuestro anlisis, utiliza-mos estadsticas oficiales, documentos de la UIA, discursos y declaraciones de los principales dirigentes dedicha asociacin empresaria.

    Palabras clave: EMPRESARIOS INDUSTRIALES,CRISIS ECONMICA,ACCIN.

    Abstract

    After the Asian and Russian crisis of 1997-1998, Argentina suffered the worst economic crisis in its history,which ended with the fall of the convertible currency system. The aim of this paper is to analyze the politicalaction of the industrial business owners in 1998-2001, according to the industry economic situation; witchwas one of the most critical. We want to rebuild industrial entrepreneurs answers, through diagnosis andproposals made by the UIA, their corporate organization. In this diagnosis and proposals were central thecritics to the deterioration of the competitiveness affecting the production of goods and the defense of thereforms of the 90s. We use official statistics, UIAdocuments, speeches and comments of the main leaders ofUIA.

    Keywords: INDUSTRIAL ENTREPRENEURS,ECONOMIC CRISIS,ACTION.

    Recibido:12 de noviembre de 2014.Aprobado: 15 de mayo de 2015.

    iConsejo Nacional de Investigaciones Cientficas y Tcnicas (CONICET) / Centro de Investigaciones sobre

    Economa y Sociedad en la Argentina Contempornea - Universidad Nacional de Quilmes (IESAC-UNQ). Elartculo reelabora parte del trabajo de investigacin de mi Tesis doctoral en Ciencias Sociales (UBA, 2012).Agradezco especialmente a Alberto Bonnet por su dedicacin en el proceso de investigacin.

    http://ojs.econ.uba.ar/ojs/index.php/H-ind/http://ojs.econ.uba.ar/ojs/index.php/H-ind/mailto:[email protected]:[email protected]:[email protected]://ojs.econ.uba.ar/ojs/index.php/H-ind/
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    Introduccin

    La accin poltica de los empresarios industriales y su asociacin corporativa, la Unin In-

    dustrial Argentina (UIA), ha sido objeto de diversos trabajos. Carlos Acua aborda la accin

    de la burguesa industrial como un actor colectivo a travs de la UIAen relacin a las polti-cas de los distintos gobiernos, desde su creacin en 1887 (uniendo al Club Industrial y al

    Centro Industrial) hasta mitad de los noventa.1Como parte de un trabajo colectivo sobre

    asociaciones empresarias, Jorge Schvarzer reconstruye el devenir de la UIAhasta su norma-

    lizacin en 1981, orientado por los problemas propios del retorno de la democracia en los

    ochenta.2El mismo proceso orienta el trabajo de Giorgio Alberti, Laura Golbert y Carlos

    Acua sobre los empresarios industriales y la democracia en Argentina.3La accin de la UIA

    es estudiada asimismo por Anbal Juregui en relacin a un sistema poltico en crisis en

    1955-1976, focalizando en los cambios en las posiciones pro-mercado y desarrollistas de la

    UIA.4James Brennan analiza tambin los cambios de posicin de la UIAen el apoyo y opo-

    sicin a la poltica econmica del peronismo en 1945-1955 y 1973-1976. 5 Por su parte,

    Anbal Viguera aborda las posiciones de la UIA sobre la apertura comercial en los aos

    ochenta y noventa atendiendo a la confrontacin y negociacin con el gobierno, con el

    resultado de la integracin de los empresarios industriales en la compleja coalicin de la

    convertibilidad.6

    La crisis de la convertibilidad en 1998-2001 ha renovado el inters por los empresa-

    rios industriales y su asociacin corporativa. Los trabajos pioneros de Eduardo Basualdo

    abordan la accin de los empresarios industriales como parte de la ruptura de una com u-

    nidad de negocios, que haba unificado a los capitales locales y extranjeros en las privatiza-

    ciones de empresas de servicios pblicos, tras la recesin de 1995. La hiptesis de Basualdo

    es que a partir de esta ruptura, originada en la venta de las acciones de las privatizadas por

    los grupos econmicos locales en la segunda mitad de los noventa, los grandes empresarios

    industriales pasan a liderar un bloque cuyo objetivo es lograr la devaluacin del peso enpugna con un bloque dolarizador.7Como veremos, estos trabajos han ejercido una nota-

    ble influencia en la bibliografa. El trabajo de Alejandro Gaggero y Andres Wainer parte de

    la ruptura de la comunidad de negocios y sostiene la hiptesis de la divisin del empresa-

    riado entre devaluadores y dolarizadores. Para ellos, la UIAcuestionaba el tipo de cambio

    1Acua (1995).2Schvarzer (1991).3Alberti, Golbert y Acua (1984).4Juregui (2013).5Brennan (1997).6Viguera (1998, 2000).7Basualdo (2001, 2002, 2010).

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    fijo, buscando salir de la convertibilidad. La victoria ideolgica y poltica que logr en di-

    ciembre de 2001 le permiti a la UIAimponer los lineamientos generales de la salida de la

    crisis.8Asimismo, Ana Castellani y Martn Schorr conciben la crisis del modelo neoliberal

    como un proceso de fractura de la gran burguesa, a partir de la citada ruptura de la comu-

    nidad de negocios y de la imposibilidad de las distintas fracciones de independizarse del

    ciclo econmico. Sobre esta base, desde 1999 se fueron delineando dos proyectos antag-

    nicos ante la crisis: por un lado, la salida devaluadora, impulsada por los grandes grupos

    econmicos locales y la UIA; y, por otro lado, la salida dolarizadora, en la que confluyeron

    las empresas privatizadas, las transnacionales que haban adquirido empresas en el pas y el

    sector financiero.9En un trabajo destinado a analizar el impacto de la devaluacin en la

    post-convertibilidad, Ricardo Ortiz y Martn Schorr postulan la existencia de una fraccin

    devaluacionista en la crisis, conformada por el empresariado productivo agrupado en tor-

    no a la UIA. Esta fraccin pugnaba con empresarios financieros y de las empresas privatiza-

    das, que buscaban profundizar la convertibilidad mediante una dolarizacin. 10Ana Caste-

    llani y Mariano Szkolnik sostienen tambin este inters devaluacionista de la UIA. Los auto-

    res buscan dar sustento emprico a la hiptesis de la divisin empresaria entre devaluacio-

    nistas y dolarizadores, para lo cual relevan declaraciones a favor de estas posiciones. Estas

    declaraciones se concentran en polticos y economistas, mientras las declaraciones de em-

    presarios resultan escasas. Ante ello, concluyen que la devaluacin era una propuesta en-criptada, imposible de defender por el consenso que an conservaba la convertibilidad,

    por lo que la demanda qued en manos de los sindicatos del sector privado. 11

    Existen trabajos con similitudes a estos autores, aunque asumen posiciones par-

    cialmente diferentes. Andrs Wainer retoma la hiptesis de Basualdo sobre la ruptura de la

    comunidad de negocios, enmarcndola en una tendencia a la extranjerizacin de la elite

    empresaria. Esta retirada del capital local gener la aparicin de intereses contradictorios en

    la cpula empresaria. En 1999-2000, la UIAdemandaba medidas sectorialesmayor protec-

    cionismo, baja de tasas de inters y tarifas de servicios pblicos, mayor flexibilizacin labo-

    ral. En 2001, el tipo de cambio fue el ordenador del conflicto empresario, asumiendo la

    UIAuna posicin devaluacionista.12Francisco Cantamutto busca abordar la alianza polti-

    co-econmica que impuls la devaluacin. Se trataba de una disputa al interior de la gran

    burguesa, en la que sus fracciones actuaban por medio de las asociaciones corporativas. La

    8Gaggero y Wainer (2004).9Castellani y Schorr (2004).10Ortiz y Schorr (2007).11Castellani y Szkolnik (2011).12Wainer (2010).

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    devaluacin era apoyada por la UIAen tensin con la lnea interna del Movimiento Indus-

    trial Argentino (MIA)y las restantes asociaciones del Grupo Productivo. En contraposi-

    cin, la cmara de las empresas privatizadas, la Sociedad Rural Argentina y la Cmara Ar-

    gentina de Comercio defendan la convertibilidad y la Asociacin de Bancos de la Argenti-

    na (ABA) apoyaba la dolarizacin.13Julin Kan afirma que la UIAcomienza a asumir un pro-

    grama devaluacionista tras la devaluacin del real en enero de 1999. Este programa fue

    construido por la conduccin de la UIAy canalizado tambin a travs del Grupo Producti-

    vo. Si bien Kan afirma que no existen documentos de la UIAo el Grupo Productivo que

    demanden la devaluacin hasta 2001, sostiene que ambos trabajan solapadamente por el

    abandono del tipo de cambio fijo, enfrentando a las dems asociaciones empresarias, que

    defendan la convertibilidad.14Por ltimo, Marina Dossi centra su atencin en la dinmica

    organizativa de la UIA, tomando en cuenta la construccin de consenso interno (lgica de

    los miembros) y la bsqueda de modificar las polticas estatales (lgica de la influencia). En

    esta ltima, el planteo de la autora superpone el anlisis documental que muestra la

    bsqueda de mejoras sectoriales dentro de la convertibilidad, con la atribucin de posicio-

    nes devaluacionistas a la UIAcomo orientacin ante la crisis.15

    Existen tambin artculos ms cercanos a nuestra lnea de argumentacin, contra-

    puesta a la hiptesis de la divisin entre dolarizadores y devaluadores. Gastn Beltrn parte

    de la pregunta de por qu se mantuvo el apoyo de los empresarios a la convertibilidad hastael final de la crisis, incluso por los empresarios que haban sido perjudicados por ella. La

    respuesta que brinda es que la fortaleza de los marcos interpretativos neoliberales y la falta

    de recursos del Estado operaban como un cierre a la posibilidad de formular alternativas al

    modelo existente. En consecuencia, la UIAintent obtener medidas del gobierno para me-

    jorar la situacin del sector industrial, al tiempo que defenda los aspectos que consideraba

    positivos de las transformaciones de los aos noventa.16Eduardo Glvez se aleja tambin

    de la hiptesis que asigna un carcter devaluacionista a la UIAen 1998-2001, analizando los

    posicionamientos de grandes empresarios de diferentes sectores de la economa, a travs de

    sus declaraciones pblicas. Para l, los grandes empresarios industriales formulan crticas

    moderadas de tipo keynesiano sobre el modelo de acumulacin de la dcada de 1990, bus-

    cando limitar los aspectos desfavorables para la industria, como el grado de apertura co-

    mercial, las altas tasas de inters y tarifas de servicios pblicos, la apreciacin del tipo de

    cambio real, etc. As, los empresarios industriales integraban un alineamiento moderado,

    13Cantamutto (2012).14Kan (2009).15Dossi (2009, 2011, 2014).16Beltrn (2007, 2014).

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    en pugna con otro radicalizado, conformado por los grandes empresarios del sector fi-

    nanciero y del agro, que buscaba profundizar dicho modelo.17Por ltimo, Alberto Bonnet

    parte de la unidad del capital en la explotacin del trabajo asalariado y la competencia capi-

    talista en el mercado. Segn el autor, la divisin de la gran burguesa a fines de los noventa

    se deba a la imposibilidad de abatir a la clase trabajadora e imponer la baja del salario, co-

    mo forma de relanzar la acumulacin capitalista. De manera que las disputas interburgue-

    sas, caracterizadas por la defensa de intereses sectoriales ante la crisis, no podan entenderse

    por fuera del conflicto de clase.18

    Este artculo toma como antecedentes los trabajos citados, centrndose en el pro-

    blema de la accin poltica de los empresarios industriales entre 1998-2001. Pero se dife-

    rencia de aquellos textos que atribuyen un carcter devaluacionista a la accin de los em-

    presarios industriales. Sostenemos que la estrategia de la UIAestaba centrada en lograr me-

    joras a la situacin de la industria dentro de la convertibilidad, en un contexto de fuerte

    impacto de la crisis en el sector. As, las demandas de la UIAno se orientaban a lograr una

    devaluacin, sino a implementar medidas que revirtieran el deterioro de la competitividad y

    aumentaran la demanda interna, manteniendo el tipo de cambio fijo. Entendemos estas

    demandas como una dimensin de la accin poltica de los empresarios industriales, en

    tanto se orientan a modificar las polticas econmicas estatales. Focalizamos en el dia-

    gnstico y propuestas de la UIAy el Grupo Productivo, en base a la relacin con el merca-do mundial, los costos de produccin y las rentabilidades relativas entre sectores de la eco-

    noma.

    Para este anlisis, combinamos una amplia serie de fuentes. En primer lugar, reca-

    bamos informacin estadstica sobre la situacin econmica, para precisar el origen de la

    crisis capitalista, su desenvolvimiento y el modo en que afecta a la industria. Utilizamos

    estadsticas oficiales sobre el conjunto de la economa, como el riesgo soberano, las tasas de

    inters, los precios de exportacin, el tipo de cambio real, la inversin, el producto interno

    bruto, etc.; y sobre la industria, como el valor agregado, la rentabilidad, la ocupacin y el

    salario, la productividad, etc. En segundo lugar, relevamos diversos documentos para re-

    construir el diagnstico y demandas de la UIA: dos documentos del Consejo Acadmico de

    la UIAen 1997-1998; seis documentos de la UIAsobre la coyuntura en 1998-2001; el discur-

    so de asuncin de Osvaldo Rial como presidente de la UIAen 1999; las actas de dos reu-

    niones de la UIA(la Jornada de reflexin de 1999 y la 7 Conferencia Industrial Argentina

    de 2001) y un documento presentado ante el gobierno de Estados Unidos y organismos

    17Glvez (2008, 2013).18Bonnet (2012).

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    multilaterales en octubre de 2001. Asimismo, analizamos dos documentos del Grupo Pro-

    ductivo (su documento fundacional de 1999 y la Declaracin de Tigre de 2000) y una decla-

    racin conjunta de la UIAy la asociacin de la banca pblica y cooperativa de 2001. As,

    seleccionamos expresiones institucionales de la UIAcon documentos de la entidad o decla-

    raciones de su mximo dirigente, en vez de declaraciones de empresarios individuales. La

    razn de ello es que los documentos son fruto de una elaboracin institucional o son apro-

    bados en alguna instancia decisoria colectiva, del mismo modo que un discurso del presi-

    dente de la UIAes una expresin institucional de la entidad. Este acervo documental con-

    tribuye a evitar la falta de sustento emprico de las atribuciones sobre la accin empresaria

    que hemos visto previamente.19

    Organizamos el artculo en tres apartados: en el primero, analizamos los procesos

    que condujeron a la crisis y cuantificamos su impacto en la industria; en el segundo, inda-

    19Este trabajo busca precisar el diagnstico y propuestas ante la crisis de la UIA. En funcin de este objetivo,buscamos realizar un anlisis sistemtico de las fuentes documentales y postergamos temas como la dinmicaorganizativa de la UIA, como las negociaciones para elegir una conduccin, la bsqueda de consenso interno olas trayectorias de los dirigentes, que son tratados en Dossi (2009, 2011). Sealamos la existencia de un fruct-fero acercamiento a la accin empresaria a partir de un exhaustivo relevamiento de declaraciones de grandesempresarios en Glvez (2008). All, encontramos diecinueve declaraciones de empresarios industriales quepiden compensaciones por la prdida de competitividad o critican la distorsin de precios relativos sin pro-poner una devaluacin, entre marzo de 1998 y noviembre de 2001; asimismo, hallamos siete declaraciones degrandes empresarios industriales que defendan la convertibilidad o criticaban una posible devaluacin, y slouna devaluacionista. Estas evidencias se suman a las que presentamos en este texto, en base al anlisis de lasfuentes documentales mencionadas. En contraste, encontramos varios textos que utilizan declaraciones aisla-das de empresarios industriales como base emprica de una posicin devaluacionista de la UIA. As, Basualdo(2001), Castellani y Schorr (2004), Gaggero y Wainer (2004), Ortiz y Schorr (2007), Wainer (2010) tomancomo evidencia emprica una declaracin de Roberto Rocca (Techint) de agosto de 1999: Todo el mundo seda cuenta que el tipo de cambio (fijo) es un problema. Este no es momento para tocar el tipo de cambio. Perocuando est consolidado el prximo gobierno, no tendra que haber inconvenientes en poder anunciar contranquilidad un rgimen de fluctuacin cambiaria, como flucta el yen contra el dlar, o el marco contra eldlar, o las monedas europeas entre s, y no pasa nada. Brasil pudo devaluar con xito porque nunca tuvo eseproblema psicolgico que existe en la Argentina, pero que en algn momento se va a superar, Basualdo(2001), p. 90. Los textos mencionados pasan por alto el rechazo de otros dirigentes industriales como Osval-do Rial (presidente UIA) que reafirmaba el apoyo de la entidad a la convertibilidad, Javier Tizado (Techint)que sostena que no era posible devaluar y Cristiano Ratazzi (FIAT) que sealaba que la devaluacin no resolv-a ninguno de los problemas de competitividad de la economa. Tampoco registran la declaracin posterior de

    Rocca en la que deca que una devaluacin no sera beneficiosa, que es registrada por Glvez (2008), pp. 143-144: No creo en que un pas devale su moneda para exportar ms. Exportar ms significa producir ms,hacer fbricas. Entre el da que se devala y el da en que se logra exportar ms, la distancia es muy grande[]. Pienso que si se devaluara el peso argentino todo el mundo quedara asustado y aumentaran los precios.Entonces no veo conveniente en un momento que psicolgicamente no es de estabilidad, encauzar volunta-riamente una devaluacin. Basualdo (2010) y Castellani y Schorr (2004) toman otra declaracin de Roccacomo evidencia devaluacionista: Debemos tener un modelo nacional, que tiene que ser productivo, fruto delas fuerzas productivas en simbiosis con las fuerzas polticas de toda la Nacin, Basualdo (2010), pp. 388 -389. Ms all de lo poco concluyente que resulta, nada conecta este modelo nacional que postula con la deva-luacin. Asimismo, Gaggero y Wainer (2004) y Kan (2009)toman como evidencia devaluacionista una decla-racin de Claudio Sebastiani de marzo de 1998: Hace siete aos que no se toca el tipo de cambio y mientrastanto en el mundo pasaron cosas. Hay que tomar medidas urgentes; por ejemplo, la suspensin de los aportespatronales: sera una devaluacin compensada, Kan (2009), p. 225. Como se ve, la propu esta de Sebastiani

    no es abandonar el tipo de cambio fijo, sino reducir la presin fiscal sobre la industria. Esta forma de abordarlas fuentes evita la contrastacin de la hiptesis del conflicto empresario entre devaluacionistas y dolarizado-res, que opera como un supuesto que no se pone a prueba.

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    gamos en las respuestas de la UIAante la crisis y sus alineamientos con otras asociaciones;

    en el tercero, presentamos las conclusiones del artculo.

    Crisis econmica y crisis de la industria

    La economa argentina inici una crisis profunda en la segunda mitad de 1998. Esta crisis

    llev al derrumbe del rgimen de convertibilidad, en medio de la abrupta prdida de reser-

    vas de divisas, la incautacin de los ahorros bancarios y la rebelin popular contra el go-

    bierno, en diciembre de 2001. En este apartado, analizamos la crisis econmica y la situa-

    cin de la industria, lo que nos permitir contextualizar y comprender las posiciones asu-

    midas por los empresarios industriales.

    Los orgenes y manifestaciones de la crisis

    La crisis argentina iniciada en 1998 revirti el ciclo expansivo que haba logrado la conver-

    tibilidad (con excepcin de 1995). Tuvo origen en las crisis del Sudeste Asitico y Rusia de

    1997-1998, y sus efectos se agravaron por tendencias especficas del rgimen de convertibi-

    lidad, que impidi la devaluacin de la moneda, como hizo Brasil en 1999. 20Estas crisis

    externas encarecieron el crdito, deprimieron la demanda y los precios de las exportacionesargentinas y apreciaron el tipo de cambio real, restando competitividad a la economa ar-

    gentina.

    Tras la devaluacin tailandesa en julio de 1997 y la devaluacin y defaultde Rusia en

    agosto de 1998, se incrementaron sensiblemente los niveles de riesgo soberano de los pa-

    ses emergentes y se revirtieron los flujos de capital orientados a los pases latinoamerica-

    nos.21As, el riesgo soberano argentino creci significativamente en el segundo semestre de

    1998, pasando de 425 puntos bsicos (p.b.) a fin de julio, a 689 p.b a fin de diciembre, con

    un overshootingde 1.600 p.b. en septiembre.22En enero de 1999, se produjo la liberacin del

    tipo de cambio en Brasil, como resultado de una fuerte fuga de divisas que dilapid la mi-

    tad de las reservas del Banco Central en el segundo semestre de 1998. 23Inmediatamente, el

    riesgo soberano argentino escal a 1.200 p.b., cayendo luego hasta 933 p.b. al finalizar el

    mes de enero. Con altibajos, este elevado nivel de riesgo soberano se mantuvo hasta julio

    20La Ley de Convertibilidad de 1991 haba fijado el tipo de cambio nominal en la paridad US$1 = $1, y limita-do la emisin monetaria al nivel de las reservas de divisas a esta paridad. Gerchunoff y Torre (1996).21Perry y Servn (2002).22Archivo del Banco Central de la Repblica Argentina (BCRA), Fondo documental delBCRA, 1999.23Filgueiras (2012).

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    de 1999, cerrando el mes en 928 p.b. La consecuencia de todo ello fue que el crdito al

    sector privado argentino se encareci desde mediados de 1998: la tasa para grandes empre-

    sas (prime) creci desde 9,2% en pesos y 7,8% en dlares en enero 1997-junio 1998, hasta

    11,4% en pesos y 9,2% en dlares en julio 1998-diciembre 1999. De esta manera, de acuer-

    do a datos del BCRA, el costo del crdito para grandes empresas creci 23,2% en pesos y

    19,8% en dlares, entre ambos perodos.

    En paralelo al deterioro de la situacin financiera, la economa real segua una pen-

    diente descendente. Los precios de las mercancas de exportacin argentinas, con fuerte

    peso de productos primarios, combustibles y agroindustriales, se redujeron ante la caa de la

    demanda mundial. Tomando como base el ndice de precios de las materias primas prome-

    dio de 1996-1997 del BCRA, los precios de los commoditiesse redujeron un 26,1% en 1998, y

    un 32,7% en 1999. Los precios de los granos acompaaron esta tendencia: respecto al

    promedio de 1996-1997, segn datos del Instituto Nacional de Estadsticas y Censos

    (INDEC), los cereales cayeron un 25,4% en 1998 y un 32,5% en 1999, mientras que las olea-

    ginosas cayeron un 16,7% en 1998 y un 37,9% en 1999. A ello se sumaba la apreciacin del

    peso, por las devaluaciones competitivas de diversos pases. Tomando como base el tipo de

    cambio real multilateral promedio de 1996-1997, el peso se apreci un 5,3% en 1998 y un

    13,9% en 1999.

    As, la rentabilidad y la inversin tuvieron una fuerte contraccin. Entre 1998 y2001, el excedente de la economa (que incluye ganancias, intereses y rentas) se redujo un

    14,4% y la inversin un 30,8%. En igual perodo, el PIBcay un 8,4% llegando al 13,1%

    entre los cuartos trimestres de dicho aos. En la prxima seccin, veremos el desenvol-

    vimiento de la industria.

    El impacto de la crisis en la industria

    La crisis afect profundamente a la industria, cuyo deterioro fue significativamente mayor

    al de la economa en su conjunto. Entre 1998 y 2001, la cada del valor agregado industrial

    fue del 18%, elevndose al 22,8% entre los cuartos trimestres de dichos aos. As, la activi-

    dad industrial se redujo durante 13 trimestres consecutivos, afectando la ocupacin indus-

    trial, con una cada de los puestos de trabajo asalariado registrados del 20,9% y no registra-

    dos del 13,6%. An con la fuerte cada de la ocupacin, la capacidad de las empresas indus-

    triales de bajar costos salariales era limitada, ante los obstculos legales que haban subsisti-

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    do a la flexibilizacin laboral.24Entre 1998 y 2001, segn informacin del INDEC, el costo

    salarial real de los trabajadores registrados cay 0,4% y el salario real de los trabajadores no

    registrados cay 3,7%, una cifra menor a la cada de la rentabilidad.

    En tanto no existen estadsticas oficiales sobre rentabilidad de la industria, cons-

    truimos un proxytomando el valor agregado industrial, neto del costo laboral. Este indica-

    dor tuvo una baja de 24,5% entre 1998 y 2001. Para una estimacin ms ajustada de la ren-

    tabilidad industrial, tomamos las utilidades de las grandes empresas industriales en relacin

    al patrimonio neto. Las utilidades (antes del pago de impuesto a las ganancias) de ms de

    300 grandes empresas industriales cayeron un 62,7% entre 1996-1998 y 1999-2001. Entre

    iguales perodos, la rentabilidad sobre patrimonio neto de las grandes empresas industriales

    pas de 11,2% a 3,3%una baja de 70,7%. Este desplome condujo a la desinversin, que

    se aprecia en la fuerte cada en las importaciones de bienes de capital de 33,9% entre 1996-

    1998 y 1999-2001. Esto llev al estancamiento de la productividad por obrero, que se redu-

    jo 1,4% entre 1998 y 2001 segn datos del INDEC. En ese lapso, este indicador se incre-

    ment un 10,4% en los Estados Unidos, indicando un aumento de la brecha internacional

    de productividad.25

    As, la situacin de la industria se caracterizaba por una reduccin del valor agregado, la

    rentabilidad y los puestos de trabajo, as como por un estancamiento de la productividad y

    dificultades empresarias para abatir el salario real. En este deterioro sectorial se inscribe eldescontento de los empresarios industriales, que fue canalizado institucionalmente por la

    UIA.

    Respuestas de la UIAante la crisis industrial

    Hemos visto la crisis econmica y la forma particularmente aguda en la que afectaba a la

    industria. En este apartado, veremos las posiciones de la UIAante la crisis, previamente a la

    devaluacin del real brasilero, despus de ella y con la extensin de la recesin.

    Las posiciones del Consejo Acadmico de la UIA

    Con la recuperacin de la acumulacin posterior al efecto tequila, los economistas de la

    UIAalertaron sobre la restriccin externa de la economa argentina; es decir, su incapacidad

    de generar las divisas necesarias para sostener el crecimiento.La restriccin externa conduc-

    a a la existencia de ciclos de arranque y parada (stop and go) de la economa, que al expandir-

    24Piva (2013).25Iigo Carrera (2007).

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    se chocaba con un lmite al crecimiento.26En el documento Expansin, sector externo y

    Brasil-dependencia de septiembre de 1997, afirmaban que el pas haba logrado alejar la

    restriccin externa gracias al endeudamiento en divisas y al supervit comercial con Brasil

    desde el inicio del Plan Real.27Pero esta situacin favorable no haba sido aprovechada para

    lograr la mejora de la balanza comercial:

    Hasta ahora la abundancia de liquidez internacional permiti que esos problemas se fueran compen-sando con un endeudamiento externo creciente. [...] Como el endeudamiento externo es en divisas,para que sus efectos sean positivos es necesario es necesario que tanto el destino principal del endeu-damiento como el de la inversin sea hacia el aumento de la capacidad instalada, dedicada a elevar laproduccin de exportables y a sustituir importaciones. Vale decir, a generar y a ahorrar divisas en unamagnitud suficiente como para mejorar la situacin de la cuenta corriente, de modo que los acreedo-res externos confen en nuestra capacidad de repago de ese endeudamiento.28

    La mejora de la balanza comercial requera de una poltica fiscal que compense la fi-

    jacin del tipo de cambio y una poltica de promocin de exportaciones y sustitucin deimportaciones. Por ello, rechazaban las polticas keynesianas de aumento del gasto pblico

    y la inversin estatal:

    Frente a todo ello, la opcin es inclinarse por las posturas keynesianas expansivas. O sea, incremen-tar el gasto pblico en general o buscar formas de financiar fuertes inversiones estatales. As, aumen-tara la demanda y se acelerara la recuperacin, difundindose al resto de la economa y creandoempleos. Ello es cierto en teora pero, desafortunadamente, con las polticas tributarias y de sectorexterno que se estn aplicando una reactivacin adicional de tipo keynesiano tropezara rpidamentecon restricciones fiscales y externas. Es ms, con dichas polticas no slo esa expansin adicionalsera muy limitada, sino que incluso es muy probable que la actual tasa de crecimiento no sea soste-nible y desemboque ms tarde o ms temprano en una crisis externa.29

    Con el inicio de la crisis, los economistas desarrollaron sus crticas a la poltica

    econmica. En noviembre de 1998, el documento Industrializacin y exportaciones pos-

    tulaba la necesidad de una estrategia de exportacin de valor agregado nacional y la preser-

    vacin del mercado interno de las fluctuaciones propias de las crisis externas. Identificaba

    como problema la distorsin de costos y precios relativos, que afectaba negativamente a los

    productos de mayor valor agregado. Y solicitaba cambios en polticas financieras, arancela-

    rias, de subsidios, impositivas y comerciales:El problema ms importante que afronta la industrializacin exportadora en la Argentina es el de losprecios y costos relativos, que estn distorsionados en dos sentidos. Por una parte, a favor de los notransables. [] Por otra parte, dentro de los transables, los costos relativos de los bienes diferencia-dos y de mayor valor agregado son mayores que los de aquellos cuya productividad depende ms delos recursos naturales que de la tecnologa, la eficiencia organizativa, los recursos humanos, etc.[]Entre los estmulos que deben combinarse cabe destacar los siguientes: a) una poltica financiera quehaga que las exportaciones de la Argentina tengan un financiamiento por lo menos similar al que ob-

    26As, seguan a Diamand (1973)uno de los miembros del Consejoen el anlisis de la economa argentinacomo una estructura productiva desequilibrada.27El Plan Real apreci la moneda de Brasil e impuls su economa. Schvarzer y Heyn (2002) sostienen que el

    comercio con Brasil explicaba la tercera parte del crecimiento de las exportaciones argentinas en 1994-1998.28Archivo del Ministerio de Economa de la Nacin, Fondo documental de la UIA, 1997, p. 7.29Ibdem, p. 6.

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    tienen las exportaciones de los pases competidores; b) los apoyos directos a las empresas exporta-doras []; c) una estructura tributaria que fomente a los transables en general y a los de mayor con-tenido tecnolgico y organizativo en particular. [] Las compras del Estado y de los grandes presta-dores de servicios pblicos estatales o privadosdeberan orientarse hacia la industria local. []Los reintegros, los aranceles y los dems incentivos a la exportacin y a la sustitucin de exportacio-nes tienen las siguientes funciones. Compensar los mayores costos relativos de las actividades cuya

    productividad depende ms de la capitalizacin, de la incorporacin de tecnologa, de la formacinde recursos humanos y del desarrollo sistmico y menos de la disponibilidad de recursos naturales[] Compensar las polticas de proteccin y de promocin de exportaciones que aplican los pasescon los cuales se realiza el comercio exterior argentino.30

    Junto a la identificacin de este problema y la formulacin de tales demandas, aso-

    ma en este documento una crtica al tipo de cambio, al sealar la necesidad de partir de un

    tipo de cambio real alto para no esterilizar el efecto de las medidas anteriormente sealadas:

    Para que las diversas polticas proexportadoras sean exitosas se necesita un gran esfuerzo de coordi-nacin. Por ejemplo, el efecto deseado de estmulo de los aranceles y reintegros sobre los precios re-

    lativos, puede ser anulado por un tipo de cambio inadecuado, o por tasas de inters muy elevadas, opor la insuficiencia del crdito a mediano y largo plazo. [] El tipo de cambio real alto eleva lacompetitividad de la produccin nacional y alienta tanto las exportaciones como la sustitucin deimportaciones, tendiendo as a mejorar la balanza de pagos en cuenta corriente. Por supuesto la fija-cin de un tipo de cambio alto tiene, a corto plazo, dificultades y costos en materia de salario real,aumento de precios y transferencias de ingresos no deseadas. [...] Por ello, para avanzar en una pol-tica comercial que apoye el desarrollo industrial y las exportaciones habra que partir de un tipo decambio de base relativamente alto.31

    En sntesis, el Consejo Acadmico sealaba la restriccin externa y la dependencia

    del crdito como lmites al crecimiento sostenido. Descartaba soluciones keynesianas basa-

    das en un mayor gasto e inversin estatal y criticaba la falta de medidas comerciales, crediti-cias, de apoyo a la inversin y tributarias, que mejorasen la situacin de la industria y pro-

    movieran la exportacin. En el inicio de la crisis, los economistas sostenan la necesidad de

    una estrategia de aumento de las exportaciones y sustitucin de importaciones, para lo que

    se deba resolver la distorsin de precios relativos. En base a ello, continuaban con el tipo

    de demandas realizadas previamenteestablecer aranceles a la importacin y reintegros a la

    exportacin, reducir los costos impositivos y financieros de la industria, subsidios para las

    PYMES, elevar la rentabilidad industrial por encima de los commoditiesaunque incorporando

    la necesidad de un tipo de cambio real ms alto y de orientar las compras estatales y de

    empresas de servicios pblicos a la industria local.

    30Archivo del Ministerio de Economa de la Nacin, Fondo documental de la UIA, 1998a, pp. 3-4.31Ibdem, p. 4.

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    La defensa de la UIAde las transformaciones de los noventa y las demandas por el deterioro de la competi-

    tividad

    A diferencia de sus economistas, la UIAmantena una posicin muy favorable a las refor-

    mas neoliberales y el tipo de cambio fijo, que consideraban una fortaleza en relacin a otros

    pases emergentes. Esto puede verse en el documento Medidas para enfrentar la crisis,

    aumentar la competitividad y preservar los mercados de septiembre de 1998:

    La economa argentina se enfrenta a una crisis internacional originada en Asia, pero que se ha exten-dido a nivel mundial y cuyos efectos afectan principalmente a las economas emergentes. Nuestropas enfrenta esta situacin con mayor solidez que el resto de los pases emergentes debido funda-mentalmente a las transformaciones estructurales realizadas por el Gobierno Nacional. Por ello es-tamos confiados en la diferenciacin de Argentina en el contexto mundial. La solidez del sistema fi-nanciero y la vigencia de la convertibilidad del tipo de cambio son los pilares para enfrentar la incer-tidumbre que genera esta crisis.32

    Podra sostenerse que esta defensa de las polticas neoliberales se explica por la ne-

    cesidad de la UIAde adaptarse a la opinin pblica, que valoraba la convertibilidad y la es-

    tabilidad de precios. Esto supone un carcter anti-industrial en las polticas neoliberales y

    un rechazo in pctorede la UIA. Sin embargo, las reformas neoliberales no fueron contrarias a

    los intereses de los empresarios industriales, en tanto facilitaron la reconversin de las em-

    presas.33As lo vea la UIA: Los industriales llevamos adelante un gran esfuerzo en estos

    aos, llevando a cabo una reconversin que determin aumentos de la productividad del50% en el perodo 90-96, y cuantiosas inversiones efectuadas en todos los sectores.34

    Para la UIA, los problemas de la industria eran resultado una crisis externa. La de-

    manda mundial y el precio de los commodities caan, el uso de subsidios creca y el dlar se

    apreciaba. La presin de las importaciones era mayor, mientras el crdito se encareca y se

    reduca su volumen. La UIApropona defender el tipo de cambio fijo, mejorar la adminis-

    tracin del comercio exterior con un arancel externo comn del MERCOSURms alto, me-

    didas de proteccin para-arancelaria y subsidios a las exportaciones. Asimismo, buscaba

    32Archivo del Ministerio de Economa de la Nacin, Fondo documental de la UIA, 1998b, p. 1.33Existe cierto consenso en la bibliografa sobre el sesgo anti-industrial de la convertibilidad, por el cual laindustria habra sido uno de los perdedores del modelo. Sin embargo, la industria tuvo una participacindestacada en la reestructuracin capitalista de los noventa, ms all que algunos sectores como bienes decapitalfueron duramente golpeados por las reformas neoliberales. El abaratamiento de los bienes de capitalimportados, la reorganizacin de los procesos productivos y la flexibilizacin laboral facilitaron el dinamismoindustrial. En 1991-1998, la industria fue el principal sector en inversin en bienes de capital importados conun 35,4% del total, hubo un importante aumento del producto industrial del 31,8% y se increment fuerte-mente la productividad industrial por obrero en un 58,5%. Al mismo tiempo, el costo salarial real industrialcay un 8,3% en 1993-1998. En este perodo, el costo salarial ajustado por productividad se redujo un 21,1%,indicando una expansin de la ganancia de las empresas industriales (Salvia, 2015a). As, la industria se mo-derniz, increment su productividad y elev sus ganancias, mientras se desgrasaba de pequeos capitales

    como muestran los datos de Schorr (2004). Para un anlisis ms detallado, remitimos a Grigera (2011) ySalvia (2012).34Archivo del Ministerio de Economa de la Nacin, Fondo documental de la UIA, 1998b, p. 3.

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    bajar costos internos, como el costo laboral, la presin tributaria y la puncin de los bancos

    a la industria por las altas tasas de inters.35

    En sntesis, la UIAvaloraba la convertibilidad por su impulso a la inversin privada,

    la modernizacin productiva y el desarrollo industrial. Con la devaluacin del real en enero

    de 1999, afloraron mayores crticas a la poltica econmica estatal, como veremos en la

    prxima seccin.

    El descontento de los empresarios industriales tras la devaluacin de Brasil

    La devaluacin del real afect fuertemente a la industria argentina, modificando el tipo de

    cambio bilateral. Las exportaciones a Brasil cayeron y la presin de las importaciones brasi-

    leras aument. En el primer trimestre de 1999, la produccin industrial cay un 12,4%,

    respecto a igual trimestre de 1998. Como -de acuerdo a datos del INDEC- la cantidad de

    puestos de trabajo registrado industriales se reduca en menor medida (-7,8%) y el salario

    real se mantena casi estancando (-0,7%), la rentabilidad empresaria se vea deteriorada por

    la cada del volumen de produccin y el aumento de los costos unitarios.

    Ante el malestar empresario por la situacin del sector, la UIAorganiz una asam-

    blea industrial nacional, la Jornada de Anlisis y Diagnstico Industrial Regional y Sect o-

    rial, el 23 de marzo de 1999.36

    Resumimos las exposiciones ms relevantes por su conteni-do y peso del sector:

    La Cmara de la Industria Elctrica y Electrnica denunciaba trabas de Brasil a las

    exportaciones argentinas y reclamaba compensaciones por la devaluacin del real.37

    La Asociacin de Fbricas de Automotores (ADEFA), con el 13,5% del PIBindustrial

    y 3.000 millones de dlares en exportaciones (85% a Brasil), padeca la crisis brasile-

    ra, prevea una cada de la produccin del 30% y peda acelerar la devolucin del

    IVAa las exportaciones.38

    El Centro de Industriales Siderrgicos (CIS), que exportaba a 80 pases, prevea ma-

    yores importaciones (20%) y menores exportaciones por la baja del petrleo y de la

    demanda asitica. Reclamaba salvaguardias en el MERCOSURy acelerar mecanismos

    antidumping.39.

    35Ibdem, pp. 2-3.36Archivo del Ministerio de Economa de la Nacin, Fondo documental de la UIA, 1999a.37Ibdem, p. 48.38Ibdem, p. 40.39Ibdem, p. 40.

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    La Asociacin Argentina de Fabricantes de Mquinas, Herramientas y Afines tena

    cadas de produccin (26%) y exportacin (24%). Reclamaba desgravar el impuesto

    a las ganancias para inversiones en bienes de capital, bajar tarifas de servicios pbli-

    cos, atacar la competencia desleal externa y pedir a Brasil que reconozca los bienes

    de capital argentinos en igualdad a los locales.40

    La Coordinadora de las Industrias de Productos Alimenticios (COPAL), con produc-

    cin por 30.000 millones de pesos y exportaciones por 8.000 millones de dlares,

    acusaba cada de la demanda interna, competencia desleal y altas tasas de inters.

    Peda flexibilizacin laboral y baja de impuestos a la produccin.41

    La Federacin Argentina de Cmaras de la Industria Petroqumica criticaba la de-

    mora del reintegro a las exportaciones y la lentitud de las medidas contra la compe-

    tencia desleal externa; adems, denunciaba los subsidios de Brasil a la materia prima

    petroqumica.42

    La Asociacin de Industriales de la Provincia de Buenos Aires acusaba una cada de

    la actividad de 8% en enero-febrero. Criticaba la ineficiencia de la Aduana y el

    componente importado de la produccin automotriz. Demandaba eliminar el im-

    puesto a los intereses.43

    La Cmara Argentina de Empresarios Mineros, con un crecimiento de 1.150% en 4

    aos, sufra una baja de precios de los minerales metalferos por la crisis asitica yuna cada de las exportaciones del 50%. Peda acelerar la devolucin de reintegros a

    las exportaciones, compensar el crdito fiscal de las empresas y eliminar el impuesto

    a los intereses.44

    La Asociacin de Fabricantes de Componentes, blanda un aumento de productivi-

    dad de 93% en 1992-1998 y exportaciones por 1.100 millones de dlares. Sealaba

    el riesgo del traslado de empresas u operaciones a Brasil (el 50% de las empresas

    analizaba la posibilidad).45

    La Cmara de la Industria Curtidora Argentina (exportaba 900 millones de dlares,

    80% del producto) sufra la escasez de financiamiento, el aumento de costos labora-

    les y fiscales, y la baja de exportaciones. Demandaba reintegros a las exportaciones

    40Ibdem, p. 42.41Ibdem, p. 44.42Ibdem, p. 41.43Ibdem, p. 38.44Ibdem, p. 45.45Ibdem, p. 47.

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    al MERCOSUR, agilizar la devolucin del IVAa exportaciones y derogar las reformas

    laboral y fiscal de 1998.46

    La Asociacin de Fabricantes de Celulosa y Papel, sealaba el temor a una avalan-

    cha de importaciones de Brasil, que haban reducido 50% sus costos en dlares

    desde enero.47

    La Federacin Argentina de la Industria Grfica y Afines, sufra la reduccin del

    44% del costo en dlares de las importaciones brasileras. Propona reintegros a las

    exportaciones al MERCOSUR y restablecer los contratos laborales promovidos (eli-

    minados en 1998).48

    La Cmara de la Industria del Tabaco sealaba como problemas la presin fiscal

    (70% del producto final) y la competencia brasilera, con bajas de precios en dlares

    de 40%. Peda aumentar los reintegros a las exportaciones y bajar 5 puntos de apor-

    tes patronales.49

    La Cmara Argentina de la Industria de la Indumentaria (72.200 empleos y produc-

    cin por 3.900 millones de dlares en 4.400 empresas) vea como problemas la

    competencia desleal externa, el exceso mundial de stocksy las dificultades de acceso

    al crdito para PYMES.50

    La Unin de la Industria Crnica padeca la competencia desleal, la prdida de mer-

    cados externos ante Brasil y el costo del crdito. Peda medidas contra la evasin ybeneficios fiscales.51

    El Centro Azucarero Argentino haba logrado aumentar la productividad en un

    70% en 1990-1998, tena una cada de precios del 20% y exiga apoyo estatal para

    las exportaciones.52

    En sntesis, tras la devaluacin del real se expres el descontento de los empresa-

    rios. Pese a las inversiones y los aumentos de productividad, las cmaras industriales se

    vean afectadas por la cada de la demanda por las crisis asiticas, la competencia desleal y el

    abaratamiento en dlares de las mercancas brasileras. Pedan la baja de los costos salarial y

    financiero. Criticaban la existencia de crditos fiscales de las empresas (dinero que el Esta-

    do toma por adelantado o demora en reintegrar) y los impuestos contrarios a la inversin.

    46Ibdem, p. 41.47Ibdem, p. 37.48Ibdem, p. 43.49Ibdem, p. 40.50Ibdem, p. 41.51Ibdem, p. 41.52Ibdem, p. 46.

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    Pedan implantar reintegros al MERCOSUR, aumentar los reintegros extrazona y otras medi-

    das proteccionistas.53Estas crticas tenan que ser sintetizadas para construir una posicin

    del sector y lograr que sus demandas pasaran de expresar un inters privado a ser objeto de

    la poltica pblica.54Esta tarea fue encarada por la nueva conduccin de la UIA.

    La organizacin del descontento de los empresarios industriales por la nueva conduccin de la UIA

    A fin de abril de 1999, Osvaldo Rial (MIA) asumi la presidencia de la UIA, con Jos Ignacio

    de Mendiguren (MIN) como secretario.55El discurso de asuncin del nuevo presidente de-

    fenda las transformaciones de los noventa, por su impulso a la inversin capitalista. Esto

    contradice la idea deun giro a la crtica de las reformas neoliberales y la demanda de aban-

    donar la convertibilidad:56No podemos desaprovechar el potencial de nuestras industrias. Entramos al nuevo milenio con im-portantes inversiones realizadas en equipamiento y capacitacin, logrando as competir con nuestrosproductos en los exigentes mercados internacionales. Para no perder el esfuerzo realizado, la polticaeconmica debe generar condiciones para que nuestras empresas recuperen mercados y rentabilidad.[] Es claro que la economa argentina ha cambiado significativamente. Las reformas estructuralesrealizadas en la dcada del 90 sentaron las bases de la estabilidad y el mayor protagonismo del sectorprivado de la economa. Las privatizaciones, la estabilidad, la mayor integracin con el mundo y elcumplimiento de los compromisos financieros internacionales crearon condiciones propicias para la

    53Kan (2009) y Wainer (2010) sostienen que en la UIAse discuta la conveniencia de devaluar el peso, porimpulso del Movimiento Industrial Nacional (MIN); y sealan que en la Jornada hay dos empresarios, FedericoKindgard (UIAde Jujuy) y Leopoldo Orsay (cmara de colorantes) que propusieron una devaluar el peso.Aqu citamos las desgrabaciones de la Jornada, donde constan todas las intervenciones. Kingard deca: Mepermito un pensamiento personal, donde para nada incluyo la opinin de mis colegas del Comit. No s porqu todos eludimos el tema ms complicado de esto, que hoy est siendo tratado por gente tan extraa comoCavallo o Sturzenegger, que han empezado a preguntarse si el tema de fondo no est en el tipo de cambio.[] Empecemos a hablar de eso, si no es ese el fondo de nuestra prdida general de competitividad, Archi-vo del Ministerio de Economa de la Nacin, Fondo documental de la UIA, 1999b, p. 60. Y Orsay sea laba: Elproblema de fondo es la macroeconoma, el modelo que tenemos y esta insistencia en tener una monedasobrevaluada. [] En una palabra, si queremos no devaluar, tenemos que bajar el costo argentino, pero resul-ta que estamos hace aos hablando de bajar el costo argentino y no lo logramos, Ibdem, pp. 93-94. Ahorabien, Kindgard y Orsay fueron los nicos entre los cuarenta y dos expositores que se manifestaron en ese

    sentido. Asimismo, la exclusin de estos dos empresarios del Cuadro de sntesis elaborado por la UIA, dondeconstan las cuarenta exposiciones restantes, indica que la conduccin de la entidad no convalidaba sus decla-raciones. Cabe destacar que la lnea general de la accin de la UIA fue la bsqueda de una mejora sectorialdentro de la convertibilidad y la defensa de las reformas neoliberales, lo cual no excluye que existan empresa-rios individuales ms favorables a una devaluacin.54Glvez (2013).55Como afirman Gaggero y Wainer (2004) y Dossi (2011) la conduccin respetaba el acuerdo de alternanciaalcanzado en 1993 entre las dos grandes corrientes internas de la entidad: el MIA, de carcter pro-exportador ycon gran peso de la agroindustria, y el MIN, ms ligado al mercado interno, aunque con un significativo pesode capitales exportadores como Techint.56Dossi (2011, 2014) afirma que la conduccin de Osvaldo Rial marc un cambio de estrategia, abandonandoel respaldo a las reformas neoliberales, en un giro apoyado por las grandes empresas nacionales. Sin embargo,las fuentes que presentamos muestran la continuidad del apoyo a las privatizaciones, la reforma del Estado, la

    convertibilidad, el pago de la deuda, etc. Adems, no se aprecian grandes cambios en el tipo de demandasrespecto a la conduccin anterior (centradas en la presin fiscal, la flexibilizacin laboral, los aranceles deimportacin y las asimetras comerciales con Brasil). Para un anlisis detallado, remitimos a Salvia (2012).

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    inversin privada. As pudimos alejarnos del fantasma de la hiperinflacin, que tanto nos daara alos empresarios y a todos en general.57

    La conduccin se orientaba a lograr polticas estatales que revertieran el deterioro

    de la competitividad que padeca el sector industrial. De esta manera, Rial desarrollaba los

    problemas de la industria: la falta de eficiencia de la aduana, la falta de polticas para reducir

    el costo laboral, la presin fiscal y las tasas de inters, y la distorsin de precios relativos

    (por el aumento de las tarifas de servicios pblicos por encima de los precios industriales):

    Sin embargo este proceso de transformacin se llev adelante sin resolver dificultades de competiti-vidad de nuestro sector productivo, en particular de aquellos sectores de mayor valor agregado o ca-racterizados por una fuerte presencia de Pequeas y medianas industrias. El sector industrial se en-frent a una apertura comercial sin gradualismo y con tipo de cambio fijo. Apertura y tipo de cam-bio fijo exigen fuertes aumentos de la productividad y reduccin de costos de produccin. La pro-ductividad se increment a tasas extraordinarias. Era nuestra responsabilidad y cumplimos. Pero es-tas decisiones de poltica econmica requeran, necesariamente, eficiencia en la administracin del

    comercio exterior, financiamiento a tasas similares al resto del mundo y polticas tributarias y labora-les que redujeran el costo de producir en la Argentina [...] Qu se hizo en estos aos en materia deadministracin del comercio exterior? Sabemos todos que el contrabando y la subfacturacin existie-ron como prcticas usuales [...] A su vez, las presentaciones de dumping demoran meses y son dedifcil obtencin para las pymis, de la misma manera que la tramitacin de salvaguardias es carsima[...] Las elevadas tasas de inters y las restricciones al crdito caracterizaron la situacin de las Pymesdurante todo el Plan de convertibilidad. [...] Mientras los industriales queremos seguir invirtiendo yproduciendo an en difciles momentos, porque creemos en el pas, la banca privada no asume ries-gos y prefiere financiar desequilibrios fiscales [...] Tambin en el anlisis de nuestra competitividaddebemos considerar que la industria debi pagar en estos aos tarifas de servicios que se incremen-taron claramente por sobre los precios manufactureros. [...] A estos factores que afectan el costo in-dustrial, debemos sumar la negativa aprobacin de las reformas laboral y tributaria. En particular, elimpuesto al costo financiero y a la renta mnima presunta fueron totalmente inapropiados y contra-

    rios a la inversin. [] Creo, sin dudas, que la falencia de nuestra poltica econmica se origina en lafalta de complementacin del proceso de privatizaciones, la integracin regional y la convertibilidad,con polticas que priorizaran la competitividad de los sectores transables [...] Por todos estos moti-vos, creo evidente la necesidad de encarar una etapa superadora de l plan econmico que, consoli-dando transformaciones realizadas, priorice el desarrollo productivo.58

    En mayo de 1999, la UIApresent el documento La Unin Industrial Argentina

    ante la crisis actual, que explicaba el carcter exgeno de la crisis y las consecuencias para

    la industria. En lnea con el diagnstico que vena desarrollando desde el inicio de la crisis,

    la UIAafirmaba que la cada de la demanda interna por el efecto tequila haba sido co m-

    pensada por el aumento de las exportaciones, pero en la crisis iniciada en 1998 esto no era

    posible, por las devaluaciones asiticas y latinoamericanas, la baja de precios de los commodi-

    tiesy la mayor presin de las importaciones. Ante esta imposibilidad, el documento realiza

    una sntesis de las exposiciones de la Jornada del 23 de marzo, enumerando los problemas

    que afectaban a la produccin industrial:

    Elevada presin fiscal sobre la produccin, intensificada por la reciente reforma fiscal. [] Cadadrstica del financiamiento con fuerte encarecimiento de su costo (en especial para las pimys). Crdi-tos fiscales por IVAque mantiene el Estado Nacional con las empresas -en especial pimes- y lentitud

    57Archivo del Ministerio de Economa de la Nacin, Fondo documental de la UIA, 1999c, p. 8.58Ibdem, pp. 8-10.

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    del reintegro a exportadores, determinando el incremento de la necesidad de capital de trabajo de lasmismas. Rigidez del mercado laboral que encarece los costos por la mala reforma implementada. In-adecuada poltica de administracin del comercio exterior para la actual coyuntura internacional []Falta de coordinacin de polticas macroeconmicas en el contexto del Mercosur [] Inadecuadaadministracin de tarifas de servicios pblicos regulados por el Estado, que ha implicado una fort-sima transferencia de ingresos riquezas de los sectores productivos a estos. Por ende, en la actual

    coyuntura la Unin Industrial Argentina considera que para defender los valores que trae la conver-tibilidad se hace imprescindible reconocer los factores que afectan negativamente la competitividadde nuestro sector productivo e iniciar las acciones concretas detalladas.59

    Con este diagnstico, en mayo de 1999 la UIAdifunda sus Propuestas para el cre-

    cimiento y el aumento de la competitividad. All, reclamaba al gobierno que hiciera cu m-

    plir a Brasil la normativa ntegra del MERCOSURy protegiera la produccin local con todos

    los instrumentos que no estuvieran prohibidos en ella. 60Adems, demandaba un bono del

    Estado en garanta de los pasivos en mora del sector privado, la reduccin de tres puntos

    de los encajes bancarios para afectarlos a prstamos al sector privado y una menor presin

    fiscal sobre la industria.61En esta lnea, la UIApresentaba un proyecto de ley para dar prefe-

    rencias a las empresas radicadas en el pas en las compras del Estado y las empresas privati-

    zadas, y realizaba una campaa por la defensa de la produccin nacional y el empleo, de-

    nominada Compre Trabajo Argentino (o compre nacional).62

    En sntesis, el diagnstico de la UIAestaba centrado en la prdida de competitividad

    industrial y sus demandas se orientaban a recuperarla dentro de la convertibilidad, en el

    marco de las reformas neoliberales. Para lograr sus demandas, la entidad a busc ampliar sualcance ms all de la industria, como lo afirmaba Osvaldo Rial: La UIAdebe actuar en

    forma independiente y aunar fuerzas con aquellas entidades gremiales empresarias que ten-

    gan un mismo fin, y que sufran los mismos problemas. 63As, la UIAconform el llamado

    Grupo Productivo, con asociaciones empresarias del agro y la construccin, como veremos

    en la prxima seccin.

    59Archivo del Ministerio de Economa de la Nacin, Fondo documental de la UIA, 1999d, pp. 13-15.60Archivo del Ministerio de Economa de la Nacin, Fondo documental de la UIA, 1999e, pp. 24-27.61Ibdem, pp. 29-31.62Archivo del Ministerio de Economa de la Nacin, Fondo documental de la UIA, 1999f, p. 10. Beltrn (2014)afirma que esta campaa buscaba enlazar la defensa de la produccin industrial con la generacin de empleo,buscando presentar los intereses industriales como intereses generales, aunque Glvez (2008) relativiza elimpacto hegemnico de estas acciones. En este sentido, en 2000 la UIAdefendera una ley de reforma laboral

    que profundizaba la flexibilizacin laboral en conflicto con las centrales obreras. Para las posiciones sindicalesy empresarias ante esta ley, remitimos a Merino (2012) y Salvia (2015b).63Rial (2001), p. 76.

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    El liderazgo de la UIAen el Grupo Productivo

    El Grupo Productivo naci en agosto de 1999 por la iniciativa de la UIA. Aglutinaba a la

    UIA, la Cmara Argentina de la Construccin (CAC) y las Confederaciones Rurales Argenti-

    nas (CRA), asociaciones empresarias de sectores fuertemente afectados por la crisis.64 Su

    primera aparicin pblica se dio en septiembre, antes de las elecciones presidenciales en las

    que triunf la frmula De la Ra-lvarez de la Alianza una coalicin opositora al gober-

    nante Partido Justicialista (PJ).

    El Grupo Productivo buscaba mejorar la situacin de la industria, la construccin y

    el agro dentro de la convertibilidad, a travs de medidas que subsidiaran la produccin de

    bienes, redujeran sus costos de produccin e incrementaran la demanda interna. En sep-

    tiembre de 1999, el Grupo Productivo emita su Documento Fundamental en el que de-

    fenda las reformas neoliberales, mientras criticaba el deterioro de los precios relativos de

    las mercancas industriales:

    Las trasformaciones estructurales realizadas en los 90 fueron aciertos de poltica econmica. Las pri-vatizaciones, el cumplimiento de los compromisos financieros internacionales, la revalorizacin de lanecesidad de ordenar nuestras cuentas pblicas, la recuperacin de la estabilidad permitieron al pascontar con bases ms slidas para lograr el crecimiento. Pero estas decisiones de poltica econmicano constituyen por s solas un modelo de desarrollo econmico de largo plazo [...] As, con el pasode los aos, el Plan de Convertibilidad fue generando una distorsin de precios relativos de los sec-tores transables que se tradujo en prdida de competitividad y deterioro del poder adquisitivo delmercado interno. El motivo que origin esta acelerada prdida de competitividad fue la coexistenciade tipo de cambio fijo e incremento de los costos para los sectores productivos. Un tipo de cambiofijo requera ineludiblemente que los aumentos de productividad logrados fueran acompaados deuna reduccin en el costo de producir en la Argentina.65

    Finalmente, el documento sostena que toda medida deba evaluarse teniendo en

    cuenta su contribucin a la mejora de la produccin de bienes. Al mismo tiempo, rechaza-

    ba los ajustes fiscales, que tendan a deprimir la demanda interna.

    En este sentido, consideramos que toda medida econmica debe ser analizada priorizando los si-guientes aspectos: mejore la relacin de precios relativos a favor de los sectores transables, y por lotanto favorezca la competitividad de la economa real; aumente la demanda interna. Por ende, las

    medidas reactivarn la economa y tendern a restablecer los equilibrios macroeconmicos bsicos.Producir es recaudar y generar empleo () No existe margen para ajustes fiscales que afecten al sec-tor productivo o al poder adquisitivo de la gente.66

    Sin embargo, la poltica de la Alianza segua otro camino: en diciembre de 1999 y

    mayo de 2000, el gobierno implement dos planes de ajuste con el objetivo de contener el

    64Dossi (2011), Gaggero y Wainer (2004) y Wainer (2010) sealan que la creacin del Grupo Productivoquebr el Grupo de los 8, un agrupamiento de asociaciones empresarias de la industria, la banca, el comercio,el agro y la construccin, que fue un vehculo de expresin unificada de intereses empresarios en los aos

    noventa.65Grupo Productivo, Documento Fundamental, citado en Rial (2001), p. 81.66Ibdem, p. 82.

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    dficit fiscal en los niveles aceptados por el FMI. El ministro de Economa Jos Luis Ma-

    chineaun hombre ligado a la UIAera el impulsor de esta poltica, lo que mostraba el es-

    trecho margen que tena la Alianza para apartarse de las polticas ortodoxas de gestin de la

    crisis.67En junio de 2000, la UIAemiti el documento Medidas de coyuntura para reactivar

    la economa, con estas demandas:

    Restituir la alcuota de aportes patronales rebajada en 1993 a los no transables (sal-

    vo a la construccin y las PYMES) para otorgar un subsidio para desocupados y au-

    mentar el consumo.

    Reducir impuestos al trabajo y suspender los impuestos a los intereses de los crdi-

    tos de empresas y a la renta mnima presunta para la produccin transable y la cons-

    truccin.

    Extender a 120 das el plazo de las PYMES para pagar sus facturas de servicios

    pblicos.

    Emitir un bono del Estado a 20 aos para cubrir los crditos en situacin irregular,

    cuyo capital sera cancelado al Estado por las empresas.

    Aumentar la proporcin de la cartera de las AFJPdestinada a financiar la produc-

    cin.

    Compensar crditos fiscales de empresas con obligaciones tributarias y previsiona-

    les. Bajar costos de servicios pblicos mediante acuerdos con las empresas privatizadas,

    medidas administrativas o desregulacin de mercados.

    Establecer preferencias para el trabajo argentino en las compras del Estado y de las

    empresas privatizadas.68

    Estas medidas fueron replicadas en el documento del Grupo Productivo Estamos

    en el mundo y debemos cuidar la Nacin (Declaracin de Tigre)de junio de 2000, mos-

    trando el liderazgo de la UIAen este agrupamiento, por su influencia en la formulacin de

    demandas.69

    67Para un anlisis detallado de las polticas neoliberales del gobierno de la Alianza, remitimos a Salvia (2011).68Archivo del Ministerio de Economa de la Nacin, Fondo documental de la UIA, 2000a, pp. 4-9. Dossi (2011,2014) sugiere que la UIApone abiertamente en cuestin el tipo de cambio en 2000, tras los primeros ajustesrealizados por la Alianza. Sin embargo, las demandas de la entidad estaban lejos de tal cuestionamiento, comopuede verse en este documento de junio de 2000.69Archivo del Ministerio de Economa de la Nacin, Fondo documental de la UIA, 2000b. Sealamos que Basual-do (2010) y Castellani y Schorr (2004) han visto este documento como fundamento de una posicin devalua-

    cionista de la UIA, a partir de la siguiente cita: Los argentinos nos encontramos frente a una oportunidadhistrica. Se impone una alianza estratgica entre los sectores de la produccin, el trabajo y la dirigencia pol-tica que revalorice la identidad nacional, Basualdo (2010), p. 389. Sin embargo, esta cita se refiere a la necesi-

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    En octubre de 2000, la situacin financiera escap de todo control tras la renuncia

    del Vicepresidente lvarez, hasta que el otorgamiento del Blindaje en diciembre hizo retor-

    nar la calma.70Pero la falta de reactivacin y el aumento del dficit fiscal llevaron a la re-

    nuncia de Machinea. Desde all, la Alianza oscil entre polticas econmicas ortodoxas y

    heterodoxas. En marzo de 2001, el ministro de Economa, Ricardo Lpez Murphy, im-

    puls un fuerte plan de ajuste, que fue rechazado por laUIA. El ajuste fracas por el rechazo

    de la Alianza y la escalada de la protesta social. En consecuencia, Domingo Cavallo (el

    creador de la convertibilidad) volvi al Ministerio con un programa de subsidio a la pro-

    duccin, basado en los planes de competitividad y el factor de convergencia.71El Gru-

    po Productivo fue el principal apoyo empresario de Cavallo.

    A principios de mayo de 2001, De Mendiguren asumi la presidencia de la UIA, con

    Diego Videla (MIA) como secretario.72La conduccin continu la lnea de demandas que

    vea realizando la entidad, y busc alinear tras del Grupo Productivo a asociaciones empre-

    sarias y sindicales, para presentar sus demandas como expresin de un amplio conjunto

    social. En el mismo mes, la entidad public el documento Bases para refundar la Nacin,

    que haca hincapi en el hambre como problema del pas, buscando acercar posiciones con

    los sindicatos.73En junio de 2001, la UIAfirm una declaracin con la Asociacin de Ban-

    cos Pblicos y Privados de la Repblica Argentina (ABAPPRA), que representaba a la banca

    pblica y cooperativa, demandando medidas estatales que permitieran a los bancos reducirel costo del crdito a la produccin y ampliar su volumen. 74

    En julio de 2001, la poltica del gobierno gir a un programa de ajuste de una mag-

    nitud indita con la Ley de dficit cero,tras el cierre de los mercados voluntarios de deu-

    da. Ante la inminencia del default, la UIAno mostr el rechazo expresado en marzo contra el

    dad de una alianza en pos de un modelo nacional y productivo, no al abandono de la convertibilidad. Ladevaluacin est ausente en todo el documento, que se concentra en una serie de medidas que generan trans-ferencias de los bancos, las empresas privatizadas y el Estado, hacia la industria, el agro y la construccin.

    Para una crtica de la atribucin de posiciones devaluacionistas, remitimos a Salvia (2012, 2014).70El Blindaje era un paquete de crditos por 39.700 millones de dlares otorgado por el Fondo MonetarioInternacional el 20 de diciembre de 2000, con participacin del Banco Mundial, el Banco Interamericano deDesarrollo, el gobierno de Espaa, los bancos privados instalados en el pas y las AFJP. Archivo del BCRA,Fondo documental del BCRA, 2001.71Los planes de competitividad disponan exenciones impositivas y subsidios a los sectores ms afectados porla crisis. Segn el Ministerio de Economa, mejoraban la rentabilidad industrial en un 20%, y en un 26,7% enlas actividades trabajo-intensivas. El factor de convergencia (o factor de empalme) dispona el pago de reinte-gros a la exportacin y el cobro de derechos de importacin, en base a una canasta de monedas dlar-euro; ensu primer da de vigencia, gener una mejora del tipo de cambio real del 7,5%. Salvia (2011).72Gaggero y Wainer (2004) sostienen que el pasaje de Jos Ignacio de Mendiguren de secretario a presidentede la UIA marc un avance estratgico de los sectores devaluacionistas de la entidad. Sin embargo y pese a laacelerada cada de la produccin industrial, no se observan grandes modificaciones en la lnea argumentativa

    de la UIA, con excepcin de una posicin ms crtica respecto al MERCOSUR.73Archivo del Ministerio de Economa de la Nacin, Fondo documental de la UIA, 2001a, pp.70-71.74Revista LEOPYME, nro. 18, junio-julio 2001, p. 4.

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    fallido ajuste de Lpez Murphy. Tras la aprobacin del dficit cero, el Grupo Productivo

    mantuvo reuniones con la Confederacin General del Trabajo (CGT) y el Movimiento de

    Trabajadores Argentinos (MTA), buscando incorporar algunas de sus demandas.75As, em-

    presarios y sindicalistas reclamaban planes de apoyo a la produccin y un subsidio para

    jefes de hogar desocupados.76

    En septiembre de 2001, en medio de una fuerte cada interanual de la actividad in-

    dustrial del 12% por efecto del dficit cero, la UIAsostena la necesidad de medidas com-

    pensatorias por la prdida de competitividad, pero planteando medidas ms profundas co-

    mo la suspensin del arancel externo comn, el comunicado Suspender el MERCOSURpara

    asegurar su futuro:

    Por ello, creemos necesario que se pacte una suspensin en el Mercosur que le permita a la Argenti-na recuperar los instrumentos de comercio exterior, durante esta transicin. Nos referimos a las me-didas de proteccin de mercados previstas por la OMC para situaciones extraordinarias como lasque vive nuestro pas. En esta circunstancia donde se combinan la cada de demanda interna con unafuerte competencia de la importacin, exacerbada por las diferencias [de] polticas cambiarias, el da-o al empleo nacional y a nuestras fbricas est siendo irreparable.77

    En octubre de 2001, De Mendiguren expona el diagnstico de la UIAsobre la crisis,

    presentado el documento La visin de la Unin Industrial Argentina sobre la depresin

    econmica. Propuestas para superarla ante representantes del gobierno de Estados Un i-

    dos, el Fondo Monetario Internacional (FMI), el Banco Interamericano de Desarrollo (BID)

    y el Banco Mundial (BM). En este documento, la UIAdesarrollaba las causas de la recesin:la distorsin de precios relativos (mayor aumento de las tarifas de servicios pblicos, del

    103%, respecto a los precios industriales, del 14%), la apreciacin del peso (27%), las altas

    tasas de inters (en particular para las PYMES) y la cada de la demanda interna.78Esta pre-

    sentacin era replicada en la 7 Conferencia Industrial Argentina, realizada del 20 al 22 de

    noviembre de 2001.79Las propuestas de la UIAeran la incorporacin del real al factor de

    convergencia, la reduccin de tarifas de servicios pblicos y tasas de inters, la implementa-

    cin del compre nacional, una mayor reduccin de la presin impositiva y un subsidio para

    jefes de hogar desocupados.80 De Mendiguren dejaba en claro que la UIA no buscaba la

    devaluacin:

    75Salvia (2012).76Wainer (2010).77Pgina 12, 27 de septiembre de 2001.78Archivo del Ministerio de Economa de la Nacin, Fondo documental de la UIA, 2001b, pp. 72-79.79Archivo del Ministerio de Economa de la Nacin, Fondo documental de la UIA, 2001c.80Como vimos, an en noviembre de 2001, la UIAmantiene el diagnstico y las propuestas que construadesde el inicio de la crisis. Esta evidencia es contraria a la posicin de Wainer (2010) quien sostiene que el tipo

    de cambio se convirti en el ordenador del conflicto empresario en el ao 2001. Cabe preguntarse: en qumomento la UIApasa a defender la devaluacin. La respuesta puede encontrarse en las fuentes presentadaspor el autor: el nico documento en el que la UIApidi la devaluacin fue presentado tras la rebelin popular

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    De ninguna manera planteamos dejar la convertibilidad ni devaluar, pero s mejorar el tipo de cam-bio real a travs de reintegros, aranceles y un factor de empalme en el que se incluya la moneda bra-silea.81Llevamos propuestas muy concretas sobre cmo mejorar el tipo de cambio real de la economa sintocar el cambio nominal y darle tranquilidad a la gente de que ninguno de estos grupo[s] est pidien-do la devaluacin, ni salir de la Convertibilidad.82

    Este evento se realizaba en medio de una corrida terminal contra el peso, tras el

    corte del crdito al pas del FMIa principios de noviembre.83Tras una convocatoria del go-

    bierno, el Grupo Productivo particip de una concertacin con ABA, ABAPPRA y la CGT, a

    fin de noviembre.84Este diverso conjunto de asociaciones tuvo dificultades para emitir un

    documento, logrando hacerlo cuando su accin era superflua en trminos polticos: tras el

    anuncio del corralito bancario, que buscaba cerrar la fuga de divisas restringiendo el reti-

    ro de depsitos. Esta medida gener una cada interanual de la actividad econmica del

    15% en diciembre.85 Ante el desmadre econmico, el gobierno anunci la eliminacin de

    los planes de competitividad y dispuso un nuevo ajuste en el Presupuesto 2002. La delicada

    situacin econmica potenci la lucha social, que involucr una diversidad de formas de

    protesta y participantes. Para contener la movilizacin popular, el gobierno instaur el es-

    tado de sitio. El fracaso en tal contencin llev a las renuncias de Cavallo y De la Ra, el 20

    de diciembre. Tras un breve interinato de Adolfo Rodrguez Sa (PJ), asumi como presi-

    dente Eduardo Duhalde (PJ), elegido por la Asamblea Legislativa el 1 de enero de 2002.

    Con el nuevo gobierno, la UIAtuvo una destacada influencia en la definicin de las polticaseconmicas estatales.86Para ello, tuvieron que transcurrir trece trimestres de crisis y des-

    atarse una rebelin popular incontrolable.87

    de diciembre de 2001. Es decir, despus de 3 aos de crisis, en una situacin de depresin productiva, banca-rrota financiera y cada del gobierno. Y aun as, como mostramos en Salvia (2012), tras la eleccin de Rodr-guez Sa como Presidente, De Mendiguren negaba que la UIA hubiera pedido la devaluacin y apoyaba lasmedidas tendientes a evitarla. En lnea con nuestro planteo, Beltrn (2014) sostiene que la UIAsegua afir-mando la necesidad de la convertibilidad pese al considerable avance de la crisis y concluye que la salida delmodelo se produjo como resultado de su propio desmoronamiento antes que como la respuesta a un proyec-

    to planificado por ciertos sectores del empresariado, Beltrn (2007), p. 237. Asimismo, Bonnet (2012) so s-tiene que esta salida no fue resultado del triunfo de una fraccin devaluacionista sobre otra dolarizadora, sinodel bloqueo al ajuste deflacionario del salario, nica forma de superar la crisis bajo la convertibilidad. 81Salvia (2014), p. 188.82Pgina 12, 27 de noviembre de 2001, p. 4.83Este corte se dio dos meses despus del desembolso de un crdito de 5.000 millones de dlares; Nemia(2012). A fin de noviembre se haban perdido 24.000 millones de dlares en once meses, incluyendo el crditodel FMI, y quedaba el 44% de las reservas iniciales de 2001 (datos del BCRA).84 Como afirma Wainer (2010), este grupo de asociaciones empresarias y sindicales asumi el nombre deNcleo Nacional.85Datos de INDEC.86Glvez (2011).87Gaggero y Wainer (2004) afirman que tras la instauracin del corralito la polarizacin al interior de la bur-

    guesa entre la dolarizacin y la devaluacin era total. El que esta polarizacin haya esperado hasta que laconvertibilidad dejara de existir de hecho por el corralito, reduce considerablemente las posibilidades de sos-tener que la accin de la UIAestaba orientada por una estrategia devaluacionista.

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    Conclusiones

    En las pginas anteriores, describimos la crisis econmica iniciada en 1998 y analizamos las

    respuestas de los empresarios industriales mediante la UIA. Sostuvimos que la crisis fue

    resultado de un shockexterno derivado de las crisis asiticas, rusa y brasilera, cuyos efectos

    se potenciaron por las caractersticas de la convertibilidad. As, se gener el encarecimiento

    del crdito, la apreciacin del peso, la baja de precios de los commoditiesy una menor de-

    manda de las mercancas de exportacin argentinas. El impacto en la industria fue mayor al

    del conjunto de la economa, contrayendo el volumen de la produccin, los puestos de

    trabajo, la inversin y la rentabilidad.

    Nuestro relevamiento logr demostrar que las demandas de los empresarios indus-

    triales distaron mucho de reclamar el fin de la convertibilidad y la devaluacin del peso. As,

    la UIAno form parte de una fraccin devaluacionista, que hubiera vencido a una fraccin

    dolarizadora. Ciertamente, a fines de 1998 el Consejo Acadmico de la UIAasuma una po-

    sicin crtica de los desequilibrios macroeconmicos de los noventa y propona un tipo de

    cambio real alto as como descartaba salidas keynesianas de aumento del gasto pblico.

    Sin embargo, la conduccin de la UIAdefenda explcitamente la convertibilidad y las re-

    formas neoliberales, en tanto haban facilitado el crecimiento de la inversin y el despegue

    de la productividad industrial. En marzo de 1999, tras la devaluacin de Brasil, la UIAorga-niz una jornada de reflexin que reuni a empresarios de todos los sectores y regiones

    industriales. Tras sealar las inversiones realizadas y los aumentos de productividad logra-

    dos, los empresarios enumeraron sus problemas y plantearon medidas para mejorar su si-

    tuacin bajo la convertibilidad. Entre estas propuestas se destacaban un mayor proteccio-

    nismo con Brasil, la devolucin a las empresas de los crditos fiscales, la eliminacin de

    impuestos desfavorables para la inversin y la reduccin del costo del crdito. Y se incluan

    medidas tpicamente neoliberales como la reduccin de los aranceles a la importacin de

    bienes de capital y una mayor flexibilizacin laboral. Esta batera de propuestas tena que

    ser sintetizada para constituir una demanda de poltica econmica a asumir por el Estado.

    Esta tarea fue encarada por la nueva conduccin de la UIA, que integraba al MINy al

    MIA, los movimientos internos de la entidad. La accin de la UIAse orientaba a lograr me-

    didas que revirtieran el deterioro de la competitividad y aumentaran la demanda interna, sin

    tocar el tipo de cambio fijo. As, la UIAdefenda las reformas neoliberales, criticando los

    factores que afectaban el desempeo industrial. Las crticas apuntaban al volumen y costo

    del crdito, el aumento de los precios de servicios por sobre los industriales, la ineficiente

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    Sebastin Salvia

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    administracin del comercio exterior, la presin fiscal y el costo laboral. Para formular sus

    demandas al Estado como un amplio espectro empresario de la produccin de bienes, la

    UIAform el Grupo Productivo con asociaciones del agro (CRA) y la construccin (CAC),

    dos sectores muy afectados por la crisis. Desde su creacin a mediados de 1999, El Grupo

    Productivo defendi las reformas neoliberales y el tipo de cambio fijo, y breg por medidas

    de subsidio estatal a la produccin de bienes y reduccin de costos de produccin. En

    2000, el Grupo Productivo emiti la Declaracin de Tigre, donde demandaba reducir la

    presin fiscal sobre el agro, la industria y la construccin, y aumentarla sobre los bancos,

    servicios pblicos y grandes cadenas comerciales, reducir las tarifas de servicios pblicos,

    establecer el compre nacional en el Estado y las empresas privatizadas, y crear un subsidio

    para desocupados. Como vimos, la UIAtuvo una influencia decisiva sobre el diagnstico y

    las propuestas del Grupo Productivo.

    En 2001, en el marco de una oscilante poltica econmica, la UIArechaz abierta-

    mente el fallido ajuste de marzo. Desde el Grupo Productivo, apoy fuertemente las medi-

    das heterodoxas implementadas en abril-junio, como los planes de competitividad y el fac-

    tor de convergencia. Asimismo, logr alinear tras su demanda de polticas heterodoxas a

    organizaciones de la banca pblica y cooperativa y del movimiento obrero (ABAPPRA,CGT,

    MTA). En julio-septiembre, la UIA no confront con el gobierno ante el dficit cero, y

    centr sus crticas en el Mercosur, buscando mayor proteccin mediante la suspensin delarancel externo comn. En octubre-noviembre la UIAsigui proponiendo la reduccin de

    las tarifas de servicios pblicos, las tasas de inters y la presin fiscal, junto a un subsidio

    para desocupados. Al mismo tiempo, sigui defendiendo los planes de competitividad y

    pidi sumar al real al factor de convergencia. As, la UIAsegua orientando su accin hacia

    polticas de subsidio a la produccin de bienes y a la demanda interna, para mejorar la si-

    tuacin industrial bajo la convertibilidad. A fin de noviembre, la UIAbusc acercar posicio-

    nes con la banca privada en el Ncleo Nacional, un esfuerzo que result estril ante la ins-

    tauracin del corralito. As, la resolucin de la crisis no dependi de la accin empresaria,

    sino de la rebelin popular que derrib al gobierno de la Alianza.

    En todo momento, los empresarios industriales buscaron mejorar su situacin de-

    ntro de la convertibilidad, hasta que sta fue sepultada en diciembre de 2001. De esta ma-

    nera, la salida de la crisis no constituye un triunfo de una fraccin devaluacionista en el

    conflicto empresario, sino un resultado del derrumbe de la convertibilidad. En esta salida

    fueron fundamentales la rebelin popular de diciembre y la asuncin de un nuevo gobierno

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    en los primeros das de 2002. El rol de la UIAen este gobierno merece un anlisis especfico

    y excede los lmites de este artculo.

    Bibliografa

    Fuentes

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