la inauguración del ateneoamericano de washington · poeta italiano--es breve como una gota de...
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La Inauguración del Ateneo Americano de Washington
ASOCIACION MEXICANA DE CULTURA, A. C.
Escuela Preparatoria49 y S9 años
Escuela de Economía19, 29, 39 Y 49 años
Escueia de Administración de Negocios19,29 Y 39 años
Palma Norte, 518, 69 piso. Tels.: 18-68-43 y 36-35-74MEXICO, D; F.
Director General:LIC. EDUARDO GARCIA MAYNEZ
William Prescott, George Ephrain Squier.Ante estos americanos del hemisferio,¡qué júbilo en el que nos invade aclamando s\tl hombres en este día! Fueron descubridores de la grande América, qua estáafanada en busca de la unidad de su pensamiento científico y de su pensar jurídico, deseosa de penetrar más en los misterios del Perú mágico y del México deQuetzalcoatl.
Desde Colón hasta Humboldt y desdeMutis hasta Raimondi, han sido viajeroslos que han trabajado más por la amistadde nuestros pueblos, pese a todos los ene-
. migos del progreso; pese a los idiomas, laseconomías, los enredos burocráticos, losantecedentes históricos.
Viajeros a lo largo del mundo seductorde América, en el que cada patria tieneuna tradición y un estilo de vida, peroen el que hay un perfil y una voz queprocuran definirse en la sinfonía humana. Viajeros que ansían recorrer horizontes de ideas, tierras interiores en las quetodavía se yerguen los mitos de El Dorado y de Canaima, sueños y realidadestremendas; pero siempre con la figura deAmérica en el alma: eso queremos ser, tansólo, quienes hemos fundado este Ateneo.Y anhelamos también trasmitir a nuestrosterritorios amados, lo que nos haya sidoposible aprender en nuestra conversacióncon quienes, en la patria de }e.fferson yLincoln, de Poe yWhítman, de Irving yde Ticknor, desean ver en la América mestiza de A1tamirano y de Napuco, de Rodóy de Sierra, algo más que paisajes, almas;algo !pás que sangre doliente, heroísmocreador.
¿Hay una poesía hispanoamericana?¿Una poesía que sea común denominadorde América? ¿Hay una novela, una filosofía, una historia, un arte americanos?Estas preguntas exaltan nuestra inquietud y nos presentan UI1 panorama confuso de ideas y de posibilidades. Vamos, indudablemente, hacia la estructuración deun Derecho Americano; contamos ya conbases sólidas para una ciencia americana,que no pretenda emanciparse de lo universal. Cada uno de nuestros países tiene
. El Insigne i-Iemisferio
POR EL DR. RAFAEL HELIODORO VALLE
un pasado que en ciertos momentos fuéel miJmo y que comenzó a bifurcarsecuando aparecieron los caballeros andantes del siglo xv, que procedían de diversas Españas, la andaluza y la castellana,la vasca y la gallega. Pero en el albor denuestras nacionalidades volvieron a id~n
tificarse los pueblos y se tendieron la mano para pelear por la emancipación política: el guatemalteco Irisarri fué dictadoren Chile, el ecuatoriano Rocafuerte político y diplomático en México, el cubanoHeredia magistrado y maestro en Méxi·co, el venezolano Bello uno de l~ constructores del Chile moderno. Y cuandoreaparecieron signos nefastos e~ el. cielo,el colombiano San~er y el c.entr~e
ricano Morazán ofrecieron su. espa<4 aMéxico, y qué de extraño que más tarde,en las postrimerías de ese siglo convulso.el argentino Sarmiento civilizara eptre10s chilenos, el puertorriquepo Hos~~
alzara dtedra· en Sudamérica y el cubanoMartí hiciera oír su voz bíblica en losmejores diarios de nuestras metrópolis .quele vieron pasar, magnolia heridaI
Una escocesa de alma inefable, FrancisInglis, a quien conocemos más por laMarquesa Calderón de la Barca, escrib~ó.
sin quererlo, al cartearse con una amigasuya en ~ston, uno de los libros másdeliciosos, que seguimos leyendo: "La .vi~
da en México"; un libro de encanto in~
mortal, sólo comparable a ~·Peregrinac,io.
nes de una paria" de Flora Tristán,. queno .podrán escribir todos los. agrega~osculturales del mundo si.se prop~ran h~~
cer una obra que fuese una piedra blanl=.amás en la historia de 'a cooperación ,intelectual. Eran los tiempos .en que .W,i.lIiam Prescott se f¡¡scinaba. ~ribiendo
sobre la conquista de Méxic~ y del ~rúy cartas eruditas a L1,Jcas Alamán y Joa~
quín García Ieazbalceta. Er.an.los ~os
en que Longfellow atisbaba hac~ las. nie':bIas y las campanas del Golfo de Califo~,.
nia, y el venezolano Pérez Bonalde y elguatemalteco Domin~ Estrada se ~
maban al alma extraordinariamente ~nsi
tiva del poeta de "El Cuervo" y "Lascampanas". De aquella época nos quedantres libros de viajeros iluminados: los deLorenzo de Zavala, Domingo EaustinoSarmiento y Justo Sierra, en que c::ap.taronmucho del paisaje y la silueta. del habitante norteamericano. Sin haberlos leído,John Lloyd Stephens. que h~ía viajadopor Grecia, escribió "Incidentes .de unviaje. a. través de Yucatán, Chiapas yCentro-América", -y George E•. Squier lJ,l
"Waikna". y su libro. sobre. el Perú, .ímpregnadosde sabiduría am0tDSa, de,~omprensión exquisita. '. :: ..
El camino que;dó. abierto- para que .ellel sur y en el centro de América buscaranpoemas, historia, leyenda y erudici6a, Archibald .McLeish, HartGrane y el nov~
lista Steinheck;: el :j)CeaDógrafo-.·WiU;'a,Beehe, cuya ·.·N~~e..en- Haití'.',.~ ~:,PM
gina de antolq~a;, ,y los.:hi~~~"~Jfu
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MEXICODEDE LA
TECNOLOGICOINSTITUTO
trocinio de la mujer más luminosa de laantigüedad clásica, bajo cuya sonrisa lainteligencia perpetúa su excelsitud. Estegrupo no busca renombre colectivo ni individual, ni estéril pompa, ni ruido falaz,porque le bastaría con defender un programa de trabajo que -según aseguró elpoeta italiano-- es breve como una gotade rocío y grande como un destino. Enel Ateneo están algunos representativosde la tierra de uno de los grandes humanistas civilizadores, Tomás Jefferson, queamó y sirvió a Atenea con toda su voluntad y su ardimiento sosegado; y hombresde México y de Argentina, hombres delas tierras andinas y de las islas y loslitorales que "el sol enamorado circunscribe". Y, no podrían faltar algunos delos altos ingenios del' solar hispánico, quesigue siendo nuestra alma máter, nuestrapatria nutricia. Todos los habitantes de
. una gran patria espiritual en la que brillan, con fulgor perfecto, 'muchos de losgrandes de la América que en esta partedel mapamundi recogieron experienciasinsignes: Miranda y Heredia, Sarmiento y
MartÍ. Por los caminos de la simpatía lesvemos pasar aún, en busca de nobles .lucespara encender antorchas de amistad. Elsiglo XIX les saturó de inquietudes revolucionarias y encontraron en la Américade habla 'inglesa muchos de los generosospensamientos que desbordaron sobre páginas que son el orgullo de nuestro te
soro intelectual, y nos permitieron asomarnos a éste cuando ya Livingston habi;¿ entusiasmado a José Francisco Barrundia con s~ Código de Louisianá y Horacio Mann a_Sarmiento con la ejemplaridad de, su conducta.. Si el Ateneo Americano de Washington fuera a buscar sus precursores, ellosserían los hombres de aquella generaciónincomparable que abrieron a los EstadosUnidos la ruta de la curiosidad constructiva hacia el mundo. que dice el PadreNuestro en español: Johri L10yd Stephens,
Ha sido una coincidencia venturosala inauguración del Ateneo Americanode Washington en el día más americano,uno <k los más ilustres de la historia. Hemos escogido la fiesta de cumpleaños deuna gran familia, para asumir públicamente las responsabjlidades del hombre deletras que con éstas sabe construir nuevosvíncu.los de solidaridad humana. El Nuevo Mundo tiene, ahora más que nunca,una significación que está más allá de laspalabras; es un compromiso para trabajar religiosamente al servicio qe la civilización y la cultura; es un santo y seña para millares de gentes que creen, con pasióndecidida, que sólo el espíritu hace conquistas permanentes y sólo el amor hacemilagros.
La profecía de Colón,.e1 más grande delos poetas de América, está en marcha,investida de luz. Colón es nuestro profetay el mar y la aurora son sus heraldos.Con sólo evocarle hacen un pacto de tácito entendimiento los hombres de todoslos pueblos, y hasta las lenguas diversas ylas culturas que en este hemisferio hanencontrado su ámbito de expresión se estremecen de alegría en esta fecha. En unade nuestras islas maravillosas Colón escuchó, entre el alba, una voz hechicera que-según puntualiz~ era la misma vozdel ruiseñor de Andálucía. Y aquella alucinación no fué más que el presentimiento de que se encontraba en una tierra nueva en la que el aire y la sensibilidad delOccidente se rejuvenecerían en 'una primavera eterna.
Saludemos al más prócer de nuestrospadres, con rendi¡niento y emoción, porque en el amanece!, de nuestra concienciahistórica él es el verbo y la acéión. Bajosu auspicio seguimos trabajando por unaAmérica mejor, todos los días. Una AII1é~
rica en la que, engrandeCiendo las orgullosas herencias, podamos utilizar lo quehicieron las manos y la mente del hombremediterráneo. Fieles a nuestro Pisadocreador, sabremos honrar a nuestros fundadores, a los que construyeron pirámides,inventaron un calendario y descubrieronla América del maíz; a los que· en elbasalto esculpiero~ muchedumbre deimágenes y de sueños.
Nos hemos reunido en este recinto enque se unifican las banderas de nuestras patrias, apretándose en un solo haz,para rendir otro ho¡:nenaje a Palas, Atenea,la diosa de oro y marfil en quien los griegQS depositaron la ple~tud de s~ ~speran
za., Cuando este ir~po de h~mbres 4e estudio resolvió ten~r personalidad propia,buscó nombre modesto, pero significativo,y n~ le fué difícil encontrax:lo con sóloinv9Car a la que fué animadora .de num~roso~ pueblos. El Ateneo Americanode ~~shington I!F ha puma bajo el pa-
UNIVERSIDAD DE MEXl6Q
terarios, los exploradores de lo inédito,que en sus vacaciones han encontrado enla América Hispánica la fuente que nopudo encontrar Ponce de León. No "repitosus nombres, porque se hallan latentes enlos labios de todos los hombres de estudio; pero sí debemos ofrecer una orquídea a quien ha encontrado en el fondo denuestro bosque lírico fragancias y brillos que lucen airosamente en los jardines del inglés; a Muna Lee, madrina denuestro Ateneo.
Nos proponernos, en relación con lospaíses americanos, fomentar la coordinación de las raíces -indígenas y occidentales, de la literatura que sigue produciendo,estudiándola y divulgándola; anudarvínculos entre los escritores y las instituciones con quienes se relacionan. Queremos ofrecer desde Washington una tribuna propicia para que se exprese y seaescuchado el pensamiento de los que ensanchan nuestro patrimonio literario, ya la vez' deseamos estimular las tareas deacercamiento espiritual que son una delas razones· de vida de la Organización deles Estados Americanos y de la UNESCO.No pretendemos más ni menos; no ambicionamos más premio que el del júbilo deservir; convocamos desde hoy a quienes,como nosotros, deseen reclamar ese derecho. Nos interesan, nos apasionan todos los problemas de nuestro tiempo. Nonos conformamos .con ser los depositariosde la obra buena y bella de nuestros fun4adores, sino que deseamos superarla. Enel.alma sentimos el impacto de la preocupación atormentada; y en los oídos nosresuena la urgente invitación a la aventura que en la parábola "Excelsior" noshace el héroe longfelíano y el "Adelante,siempre adelante" de Darío. Lo americano ha dejado de ser .un mito; es una calidad.
No temamos que sean aniquiladas la
civilización y la cultura que a los del nor
te y el sur nos confirió el rango de custodios 'del poderío de pueblos que hanpericlitado. .ya Paul Valéry afirmó en unmomento crucial, que· los valores eternosde Europa .estaban a salvo en América yque..el Occidente se había tácitamenterescatado. Del Norte de la Estrella Polara los confines de l¡¡. tierra que ampara laCruz del Sur, presentida por Dant~, hayun hervor de levaduras antiguas que tie.~ el encanto de la modernidad. Porquede este lado del Atlántico de las carabelasy los leviatanes,. se hallan los descendientes de Cortés y de Hudson, de los vikingosy. los hispanoafricanos, los centauros ylas nereidas. Con los pensamientos de Tomá~ de Aquino y Tomás Moro, los sueños de los tecnólogos --desde Tales hasta .Tocri!=elli-, los esquemas de Leonardo yde Durero, todo lo presentido y lo inventado, hemos sabido encontrar paraventura de nuestro mundo americano elclima para que esos pensamientos, esosJueños, esas realidades disfruten a cabalídad su triunfo. Si el no~te ha dado varios de los ..inventores impares en la historia, la otca América se .ufana de haberpodido demostrar con Andrés del Río enMéxico, Santos Dumont en el Brasil y
Carlos Finlay en .Cuba, que también po-
s:e clav;;s para sobresalir en la investigación científica. Y si la América hispánica se ha distinguido por las excelenciasde sus pintores y tiene la dado un pasoen firme hacia la novelística, la que seexpresa en inglés ha logrado madurar tanto como en el ensayo y la novela, en laarquitectura y la filosofía.
. Por encima de nuestras difet'encias,que son las que mejor acusan el sello propio, está la aspiración de entendernos sinsuspicacias. Unos y otros podemos aprender mucho, interamericanamente. Los delnone deben gozar la.s experiencias adquiridas por el sur en lo estético y los delsur adelantar en la tecnología y en la disciplina para la acción. Mires de estudiososde nuestra América vienen a estas universidades y museos, a estas bibliotecasy estos campos agrícolas en busca de conocimientos sedimentados; y muchos nor- .teamericanos, al visitar nuestras zonas arqueológicas, nuestras escuelas de verano,nuestras casas y nuestros sagrarios de arte, no solamente nos descubren sino queregresan con motivos y preseas para susconversaciones y sus libros. He aquí unasucesión de hechos felices que nos comprueban que Ulises Grant tuvo razón aldecir: "Si la naturaleza nos hizo vecinos,que Dios nos haga amigos."
Sabemos que se interponen las barreras alzadas por la ignorancia y el prejuicio; pero la gota de agua de la parábola de Víctor Hugo puede ahora horadarla montaña de granito. La civilizacióntiene esencias y valores que deben estara las órdenes de la cultura. Pero no de lacultura que edifica felicidad para la minoría, sino la que puede acerca·rse a losque sufren, para elevarles a cimas de dignidad. Ya es hora de que surja una confederación de espíritus americanos, unaalianza de quienes aspiran a configuraresa América total que nació en el cerebro'de José del Valle, Melchor de Talamantes y Simón Bolívar, y que algún díacondensará la aspiración de quienes hantrabajado por ella desinteresadamente.
Nuestro Ateneo quiere continuar esagran tarea. Su programa es mínimo; suentusiasmo es capaz de hacer que se alceun esbelto edificio, en el devenir del·tiempo, sobre esta piedra inicial. Almas abiertas al esplendor de la esperanza, comolas que se han congregado en su advenimiento, acaso no veremos el fruto de lacosecha codiciada; pero si ningún esfuerzo se pierde, si hasta el fracaso puede servir de lección, estamos seguros de que después de nosotros llegarán quienes recojanlos fragmentos de la rosa y la hagan recobrar su instante de eternidad.
Lo que prometemos es la humildad dela intención que se brinda a quienes mástarde sean capaces de engrandecerla conímpetus renovados. Ha sonado la convocatoria y la puerta está de par en parabriéndose a las mentes que no puedenestar inactivas. Hemos querido señalar enel mapa de América a la que es una delas grandes capitales, un punto de referencia para ubicar la doble ambición dedar a la palabra su justo valor, el de trabajar por el entendimiento de los hombreshacia un futuro que supere al que desea-
ban los que nos precedieron. Prisa en laacción amor a la tarea: eso es todo loque n:cesitamos. En el Brasil de los diamantes y de los pensadores diamantinos;en la Argentina que lleva en su nombrela heráldica hermosura de un metal; encada una de nuestras patria~, hay un material humano que es la más rica de nuestras materias primas, que necesita definirla vocación y acelerar el paso. lo tenemos, a pesar de los genios del mal, de losque se solazan sembrando la discordia;frente a ellos estamos en pie los que creemos en la grandeza de un mundo quesigue siendo el Nuevo Mundo.
Nu~stra América, la que advino aeste continente antes que los peregrinosdel "Mayflower", tiene derecho a la convivialidad, a que cada día se le cristalice;y puede reclamar para sí 10 que para México dijo Justo Sierra, unO de nuestrosgrandes maestros: "Mucho merece, porque mucho ha sufrido~" Pero el deber delhombre de letr,as, del humanista vital,no es ya el que creyeron tener algunos delos poetas del romanticismo: lanzar elcanto sin fijarse en la terrible realidadambiental. Por eso la novelística está impaciente y hasta los antropólogos se sienten humanistas. América es nuestro numen, nuestra razón de _ser. Con ella hemos hecho, desde el padecer de nuestrospróceres, un sagrado compromiso: el detrabajar con la materia impura de la realidad, la magnificencia de los días que laesperan. Hasta hoy hemos producido Poesía -desde los artesanos y los orfebresde la' América del maya y del inca-; es
Mensaje de Juan
Me alegra mucho la fundación de esteAteneo Americano de Washington, y mecomplace tener esta ocasión, tan agradecida (que un afectuoso nombramiento dePresidente honorario me da) de expresarpor qué me alegra. Seré breve, 10 minutos.
Este Ateneo, que se propone ventilar lacultura general latina en y' desde estagran ciudad de este país extranjero paralo latino, que es Washington, puede sersumamente beneficioso para todoS" los americanos de diversa lengua y patria que seagrupen en él. Estar fuera de nuestro país,y en contacto con otros paisanos internacionados, es un medio excelente de objetivar la visión' nuestra de nuestro paísy de los países que se le parecen por causas históricas o simplemente continentales. Nada más útil que vernos y criticarnos desde lejos y fuera, teniendo a nuestropaís libre de nosotros y teniéndonos nosotros libres de él; y comparando la crítica de cada uno de nosotros, extrañadospor más o menos tiempo, contrastadahonradamente con la de otros extrañadosde igual raza y lengua, nos traerá unaventaja unánime y acaso insospechada. Yen cuanto a los norteamericanos latinistasde lengua inglesa, tendrán también unaocasiÓn extraordinaria, en este Ateneo, decomprobar sus opíniones sobre las genteso los países que estudian y en cuyo am-
10 que hemos podido ofrecer en la canción, en el presentimiento, en la fiestade los colores murales. Lo seguimos ofreciendo;' mas necesitamos que levanten lafrente bajo el sol las almas libres y que lalibertad sea conquista cotidiana. Para ellono bastaría la dinámica de las palabras,sino que hay que afianzarnos, Con piesfirmes, sobre la tierra en que vivimos yaprender a respirar el aire que nos envuelve. Esta es la América que nos saleal encuentro con su fascinación. Es lasoñada por los utopistas, la cincelada pormanos devotas que han hecho sufrir en elfuego de la verdad los metales espurios.
Este_día es de gala para el Ateneo Americano de WashingtOQ. En él se derramanuestra emoción y así b entregamos a,la intemperie del tiempo, engalanándolacon augurios resplandecientes. En lashondas raíces ancestrales de los idiomasmediterráneos que habla el hombre americano, late el fermento del origen común.y no haya más temor al reiterarse la pregunta sombría del poeta sobre la posibilidad de que un solo idioma prepondere.Nos bastará que sigamos dialogando enel idioma que hablan los habitantes delvasto territorio de la cultura. No se pondrá el sol en los dominios de Cervantesy de Camoens, de Bernal Díaz del Castillo y del Inca Garcilaso, de Rubén y deJuan Ramón. Hay un idioma que sólo eshablado por "inmensas minorías" y esun idioma eterno; y los pueblos que hanprevalecido en la historia, son aquellosque han ,trabajado por la grandeza creciente del hombre.
Ramón Jiménez
biente supuesto se mueven en Universidades o en puestos de afinidad, con múltiplesposibilidades de cotejo personal directo.Este Ateneo ha de ser un vasto foro de
trato.
Es cosa sabida de todo el mundo la
dureza ibérica, gemela d la espartana,
con que España y los espaiíoles de todos
los país~s, hijos, hermanos o como se quie
ra 'decir, han tratado siempre 10 suyo:
"Castiella que faz los hOl1les e los des
faz." Nada mejor que esta exigencia para
con lo propio contemporáneo, cuando es
tá vivo el hombre hecho y es dueño de sí
mismo. Pero ¿no sería conveniente para
todos, españoles y no españoles, que io
histórico propio se tratase alguna vez demanera más amorosa por los que están vi
viendo de esa' historia, conviviéndola? Si
estuviéramos más enamorados de lo nuestro, como lo están, por ejemplo, los fran- .ceses de 10 suyo, los extraños podríancomprender, sin duda alguna, que la creación hispánica literaria y artística (si nola científica, porque España ha sido siempre individualista y la ciencia es colaboración) representa, desde la Edad Mediahasta este .siglo en que vivimos, un tesoro al que únicamente podría comparár~
le el de un par de países del mundo,Francia e Inglaterra, y esto con menguaabsoluta en algunos aspectos del arte, ya
8 * UNIVERSIDAD DE MEXICO