la iglesia high street

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LOVECRAFT: LOS MITOS DE CTHULHU La iglesia de High Street, de J. Ramsey Campbell ...La Horda que vigila el portal secreto de cada tumba, y medra con lo que se forma en los moradores de ésta... Abdul Alhazred, Necronomicon. De no haberme empujado las circunstancias, jamás habría visitado Temphill. Pero andaba mal de dinero y, al recordar que un amigo mío que vivía allí me había ofrecido trabajo como secretario suyo, empecé a desear que dicho puesto siguiera vacante. Desde luego, no me parecía fácil que mi amigo hubiera encontrado un secretario permanente o, cuando menos, duradero. Temphill es un pueblo de muy mala fama y a poca gente le agradaría vivir en él. Alentado por esta esperanza, un día metí en un baúl mis pocos bártulos, los cargué en un cochecito deportivo que me había prestado un buen amigo mío que ahora andaba de viaje, y salí muy temprano de Londres, antes de que empezara el ruidoso tráfico de la ciudad. Y así abandoné el edificio carcelario y el siniestro callejón trasero donde había estado hospedado. Mi amigo -que se llamaba Albert Young- me había contado muchas cosas de Temphill y de las costumbres de sus habitantes. Era un pueblo muy antiguo y en plena decadencia, situado en la región de Cotswold. El llevaba allí varios meses. Había ido para documentarse sobre ciertas creencias y supersticiones que perduraban en la localidad. Con el material que obtuviese pensaba redactar un capítulo entero del libro sobre brujería que tenía entre manos. Como no soy supersticioso, me chocó que gentes aparentemente normales procurasen evitar Temphill siempre que podían; no porque fuese mal lugar -según Young-, sino más bien por un temor nacido de los extraños rumores que corrían por esa región. Quizá yo también me hubiese dejado impresionar por tales habladurías, pues es el caso que, a medida que me adentraba en esa zona, el paisaje me iba pareciendo más inquietante. Las suaves colinas de Cotswold y las aldeas de casas de madera y techo de paja, se sustituyeron por llanuras áridas y tristes, casi desiertas, cuya única vegetación la constituían unos yerbajos grises y enfermizos y algún que otro roble hinchado y nudoso. Algunos parajes me llenaron de viva intranquilidad. Por ejemplo, hubo un momento en que la carretera se ciñó a un riachuelo de aguas estancadas, cubiertas de espuma y verdín, que distorsionaban grotescamente el reflejo del paisaje. Luego tuve que tomar una desviación que atravesaba una ciénaga cubierta de árboles inmensos y, más adelante, llegué a un punto en que el camino se hundía bajo una ladera casi vertical donde crecía un bosque de aspecto primitivo. Las ramas de los árboles se extendían sobre el camino como millares de manos nudosas y torcidas. Young me había escrito varias cartas hablándome de ciertas cosas que había leído en viejos volúmenes. Una vez, recuerdo que mencionó «un olvidado ciclo mitológico que habría sido preferible desconocer»; también citaba de cuando en cuando nombres extraños y sonoros, y en sus últimas cartas -fechadas varias semanas antes- daba a entender que en Camside, Brichester, Severnford, Goatswood y Temphill -y quizá en otros pueblos de la región-, aún se rendía culto a ciertos seres transespaciales. En su última carta me hablaba de un templo consagrado a «Yog-Sothoth», que se hallaba

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De: Los mitos de Cthulhu, de Lovecraft

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LOVECRAFT: LOS MITOS DE CTHULHULa iglesia de High Street, de J. RamseCam!"ell...La Horda que vigila el portal secreto de cada tumba,y medra con lo que se forma en los moradores de sta...Abdul Alhazred, Necronomicon.De no haberme empuado las circunstancias, am!s habr"a visitado #emphill. $eroandaba mal de dinero y, al recordar que un amigo m"o que viv"a all" me hab"a ofrecidotrabao como secretario suyo, empec a desear que dicho puesto siguiera vacante.Desde luego, no me parec"a f!cil que mi amigo hubiera encontrado un secretariopermanente o, cuando menos, duradero. #emphill es un pueblo de muy mala fama y apoca gente le agradar"a vivir en l.Alentado por esta esperanza, un d"a met" en un ba%l mis pocos b!rtulos, los cargu enun cochecito deportivo que me hab"a prestado un buen amigo m"o que ahora andaba deviae, y sal" muy temprano de Londres, antes de que empezara el ruidoso tr!fico de laciudad. & as" abandon el edificio carcelario y el siniestro calle'n trasero donde hab"aestado hospedado.(i amigo )que se llamaba Albert &oung) me hab"a contado muchas cosas de #emphilly de las costumbres de sus habitantes. *ra un pueblo muy antiguo y en plenadecadencia, situado en la regi'n de +ots,old. *l llevaba all" varios meses. Hab"a idopara documentarse sobre ciertas creencias y supersticiones que perduraban en lalocalidad. +on el material que obtuviese pensaba redactar un cap"tulo entero del librosobre bruer"a que ten"a entre manos. +omo no soy supersticioso, me choc' que gentesaparentemente normales procurasen evitar #emphill siempre que pod"an- no porquefuese mal lugar )seg%n &oung), sino m!s bien por un temor nacido de los e.tra/osrumores que corr"an por esa regi'n.0uiz! yo tambin me hubiese deado impresionar por tales habladur"as, pues es el casoque, a medida que me adentraba en esa zona, el paisae me iba pareciendo m!sinquietante. Las suaves colinas de +ots,old y las aldeas de casas de madera y techo depaa, se sustituyeron por llanuras !ridas y tristes, casi desiertas, cuya %nica vegetaci'nla constitu"an unos yerbaos grises y enfermizos y alg%n que otro roble hinchado ynudoso. Algunos paraes me llenaron de viva intranquilidad. $or eemplo, hubo unmomento en que la carretera se ci/' a un riachuelo de aguas estancadas, cubiertas deespuma y verd"n, que distorsionaban grotescamente el refleo del paisae. Luego tuveque tomar una desviaci'n que atravesaba una cinaga cubierta de !rboles inmensos y,m!s adelante, llegu a un punto en que el camino se hund"a bao una ladera casi verticaldonde crec"a un bosque de aspecto primitivo. Las ramas de los !rboles se e.tend"ansobre el camino como millares de manos nudosas y torcidas.&oung me hab"a escrito varias cartas habl!ndome de ciertas cosas que hab"a le"do envieos vol%menes. 1na vez, recuerdo que mencion' 2un olvidado ciclo mitol'gico quehabr"a sido preferible desconocer3- tambin citaba de cuando en cuando nombrese.tra/os y sonoros, y en sus %ltimas cartas )fechadas varias semanas antes) daba aentender que en +amside, 4richester, 5evernford, 6oats,ood y #emphill )y quiz! enotros pueblos de la regi'n), a%n se rend"a culto a ciertos seres transespaciales. *n su%ltima carta me hablaba de un templo consagrado a 2&og)5othoth3, que se hallabaemplazado en el mismo lugar que una iglesia de #emphill donde antiguamente sehab"an practicado monstruosos rituales. 5e dec"a que este templo hab"a dado origen, nos'lo al nombre de la aldea )que ser"a entonces una corrupci'n de 2#emple Hill3 o2+olina del #emplo3) sino a la aldea misma que, al parecer, fue creciendo en torno a lacolina donde se alzaba la iglesia. #ambin se dec"a que en ella hab"a ciertas 2puertas3que, una vez abiertas mediante conuros ya olvidados, dar"an paso a antiqu"simosdaimones procedentes de otras esferas. 5eg%n me escribi' mi amigo, e.ist"a un leyendaespantosa relativa a la misi'n de tales demonios- pero no quiso refer"rmela, por lomenos hasta no haber visitado el supuesto emplazamiento terrenal de aquel templo deotra dimensi'n.Nada m!s entrar en las vie"simas calles de #emphill, empec a lamentar mi repentinadecisi'n. 5i entretanto &oung hab"a encontrado secretario, me iba a resultar dif"cilvolver a Londres. Apenas ten"a dinero para pagarme el hotel, el cual )dicho sea de paso), ofrec"a un aspecto muy poco seductor, seg%n comprob al cruzar por delante. #en"a unporche torcido y la fachada estaba llena de desconchados. A la puerta hab"a variosvieos de pie, con la mirada perdida y el aire ausente. Los otros sectores del pueblo noeran m!s tranquilizadores. (uy en particular me impresion' esa escalinata que sub"a,por entre ruinas verdosas y muros de ladrillo, hacia el negro campanario de una iglesiaque se alzaba en medio de un campo de l!pidas descoloridas.De todo #emphill, sin embargo, lo m!s impresionante era el barrio sur. *n 7ood5treet, que entraba en el pueblo por el noroeste, y en (anor 5treet, donde terminaba lapendiente boscosa, las casas eran de piedra y se hallaban bastante bien conservadas.$ero alrededor del ttrico hotel, o sea en el centro de #emphill, hab"a muchas viviendasmedio en ruinas, e incluso un edificio de tres pisos )en cuya planta baa estabaninstalados los Almacenes 6enerales $oole) que ten"a la techumbre hundida. Al otrolado del puente, m!s all! de la cntrica $laza del (ercado, se e.tend"a +loth 5treet y, alfinal de sta, pasados los caserones deshabitados de 7ool $lace, se encontraba 5outh5treet. All" viv"a &oung, en una casa de tres pisos que hab"a comprado a bao precio,reform!ndola despus a su gusto.Los edificios del otro lado del puente me resultaron a%n menos tranquilizadores que losde la parte norte. Despus de los grises almacenes de 4ridge Lane ven"a una serie deviviendas de ventanas rotas y fachadas remendadas, pero habitadas todav"a. 1nos ni/osdesgre/ados y sucios miraban con resignaci'n desde los miserables umbrales de suscasas o ugaban en el cieno amarillento de un descampado. 8magin los s'rdidoscuchitriles donde vivir"an sus familias. La atm'sfera del lugar me deprim"a. *ra comouna ciudad muerta, habitada por espectros.(e met" por 5outh 5treet, entre dos edificios de tres plantas y buhardilla. &oung viv"aen el n%mero 99, al otro e.tremo de la calle. *l aspecto de su vivienda me llen demalos presentimientos: ten"a cerradas las contraventanas y del dintel de la puertacolgaban abundantes telara/as. *stacion el coche unto a la acera, cruc el cspedsalpicado de hongos, y sub" en dos saltos los cuatro escalones del porche. La puerta seabri' nada m!s tocarla, deando a la vista un l'brego recibimiento. Llam en voz alta ytoqu a la puerta, pero nadie contest'. No me atrev" a entrar. No hab"a huella alguna enel polvo del umbral. ;ecordando que &oung me hab"a hablado, en algunas de suscartas, de las conversaciones que hab"a sostenido con su vecino del n%mero