la homeopatía de méxico, no. 690 (mayo-junio de 2014)

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Número 690, Volumen 83, mayo-junio de 2014 / CONTENIDO: “Las Enfermedades Crónicas de Hahnemann. Qué son en Realidad (parte 1 de 3)”, Héctor Montfort Cabello / “Consideraciones Relevantes en un Modelo de Investigación Científica en Homeopatía”, Victorina Elizabeth Jiménez Sánchez / “Transmutación, Redención Biológica y Homeopatía”, Gloria Alcover Lillo / “Evaluación de la Satisfacción de los Pacientes en un Hospital Homeopático Gubernamental en Bengala Occidental, India”, Munmun Koley, Subhranil Saha, Shubhamoy Ghosh, Rajarshi Mukherjee, Bapi Kundu, Ramkumar Mondal, Rajib Purkait, Jogendra Singh Arya, Gurudev Choubey / “Efecto de Rhus toxicodendron y Causticum en la Artritis Adyuvante en Ratas”, Anirban Sukul, Nirmal Chandra Sukul / “Los aforismos médicos de Sir William Osler”, Guadalupe Enríquez Kanfachi / “El Mundo de la Homeopatía”, Juan Fernando González G., Rafael Mejía / DIRECCIÓN: http://similia.com.mx/index.php?sec=revista

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  • Fundada en 1933

    FUNDADOR DR. RAFAEL LPEZ HINOJOSA DIRECCIN MA. DE LOURDES LPEZ ANAYA ADMINISTRACIN LOLA M. LPEZ ANAYA

    EDITORIAL

    ARTCULO DE REVISINLas Enfermedades Crnicas de Hahnemann. Qu son en Realidad (parte 1 de 3).Hctor Montfort Cabello.

    ARTCULO DE REVISINConsideraciones Relevantes en un Modelo de Investigacin Cientfica en Homeopata.Victorina Elizabeth Jimnez Snchez.

    ENSAYOTransmutacin, Redencin Biolgica y Homeopata.Gloria Alcover Lillo.

    ARTCULO ORIGINALEvaluacin de la Satisfaccin de los Pacientes en un Hospital Homeoptico Gubernamental en Bengala Occidental, India.Munmun Koley, Subhranil Saha, Shubhamoy Ghosh, Rajarshi Mukherjee, Bapi Kundu, Ramkumar Mondal, Rajib Purkait, Jogendra Singh Arya, Gurudev Choubey.

    ARTCULO DE REVISINEfecto de Rhus toxicodendron y Causticum en la Artritis Adyuvante en Ratas. Anirban Sukul.Nirmal Chandra Sukul.

    ENSAYOLos aforismos mdicos de Sir William Osler. Guadalupe Enrquez Kanfachi.

    LIBROS

    EL MUNDO DE LA HOMEOPATAJuan Fernando Gonzlez G.Rafael Meja.

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    CONTENIDO

    ISSN 1870-3666

    La Homeopata de Mxico es una revista cientfica que publica trabajos nuevos y originales, artculos de opinin, temas de revisin, reportes de casos clnicos y notas de actualidad. Asimismo, se incluyen trabajos presentados en congresos y encuentros acadmicos, e investigaciones y controversias efectuadas en Mxico y el mundo, referentes al medio homeoptico.

    MAYO - JUNIO 2014VOLUMEN 83 NM. 690

  • Director General AdjuntoC.P. Hctor Torres Carbajal

    Director EditorialJuan Fernando Gonzlez G.

    Director de InvestigacinDr. Gustavo Aguilar Velzquez

    Asesor EditorialDra. Isis Mara Infante Regalado

    DIRECTORIODirectora de MercadotecniaL.D.G. Mara de Lourdes Hernndez Lpez

    Coordinador Editorial y de Comunicacin Digital Rafael Meja Rosas

    Coordinador de Arte y Diseo EditorialL.D.G. Fabiola Reyes La

    Circulacin y suscripcionesRogelio Garca Luna

    CONSEJO EDITORIALDra. Josefina Snchez Resndiz

    Coordinadora del Comit de Productos Homeopticos, de la Comisin Permanente de la Farmacopea de los Estados Unidos Mexicanos.

    Dr. Jorge A. Fernndez Prez

    Presidente del Consejo Consultivo Nacional Mdico Homeoptico, A.C.Profesor e investigador de la Benemrita Universidad Autnoma de Puebla.

    Miembro del Sistema Nacional de Investigadores.

    Dr. Fernando Domnguez Vello

    Miembro fundador del Crculo Mexicano de Homeopata, A.C.Coordinador Mdico del Proyecto de Atencin Mdico-Homeoptico del Desierto (Wadley S.L.P.).

    Dr. Hctor Montfort CabelloCoordinador del Programa de Educacin Mdica Continua, del Instituto Superior

    de Medicina Homeoptica de Enseanza e Investigacin (ISMHEI).

    Dr. scar Michel Barboza

    Miembro del Colegio de Mdicos Homepatas del Centro, A.C.

    C.P. Hctor Torres Carbajal

    Director General Adjunto de Propulsora de Homeopata, S.A. de C.V.Ex presidente de la Asociacin Nacional de la Industria Farmacetica Homeoptica (ANIFHOM).

    L.D.G. Mara de Lourdes Hernndez Lpez

    Directora de Mercadotecnia de Propulsora de Homeopata, S.A. de C.V.

    La Homeopata de Mxico es una revista bimestral, fundada en 1933 y editada desde 1941 por la Divisin Editorial de Propulsora de Homeopata, S.A. de C.V. Administracin: Ma. de Lourdes Lpez Anaya y Lola M. Lpez Anaya. Franqueo pagado. Autorizado por SEPOMEX Permiso No. 0040360, Caractersticas 22 8251116. Licitud de ttulo No. 2559. Licitud de contenido No. 1639. ISSN 1870-3666. Fotografa de portada: Elizabeth Vinck Monroy. Precio por ejemplar: $60.00. Suscripcin anual en la Repblica Mexicana: $250.00; extranjero: 30.00 USD., ms gastos de envo. Contacto: 5547 9483 / 5547 5735 ext. 176; [email protected]. Direccin electrnica: www.similia.com.mx. Impresin: Digital Orozco, S.A. de C.V. Mxico, D.F.

    La Homeopata de Mxico forma parte de la Asociacin Mexicana de Editores de Revistas Biomdicas, A.C. (AMERBAC).

    La Homeopata de Mxico es una publicacin indizada en Latindex, el Sistema Regional de Informacin en Lnea para Revistas Cientficas de Amrica Latina, el Caribe, Espaa y Portugal, as como en Peridica, el ndice de Revistas

    Latinoamericanas en Ciencias (Direccin General de Bibliotecas, UNAM).

  • 5LA HOMEOPATA DE MXICO. Volumen 83, nmero 690, mayo-junio 2014.

    Aunque poco se habla de la utilizacin de la Homeopata en el mbito odontolgico, resulta interesante comentar que se trata de un rea en la cual la indi-vidualidad morbosa permite considerar la exclusividad del paciente, puesto que all se hacen evidentes particularidades especficas a considerar con cuidado extremo.

    Al respecto, es pertinente sealar los estudios realizados por el doctor Gerardo Garca, en los que hace referencia al desarrollo craneofacial desde el periodo fetal y la infancia, y su relacin con la biotipologa desde el punto de vista homeoptico. Al mismo tiempo, se debe recordar que algunos mdicos homepa-tas europeos ligan la tipologa de las enfermedades crnicas descritas por Hahne-mann con la antropologa y la gentica.

    Es importante subrayar que para establecer la aplicacin de medicamen-tos homeopticos en cualquier especialidad, de acuerdo con los principios estable-cidos por la ciencia configurada por Samuel Hahnemann, no basta la prescripcin de un medicamento para una entidad nosolgica determinada. En realidad, resulta indispensable no slo conocer los resultados globalizados de curacin en la pato-loga del sistema estomatogntico, sino someter esas experiencias a un anlisis crtico y estadstico de acuerdo con el mtodo cientfico, reconociendo que los re-sultados clnicos hasta ahora reportados revelan porcentajes de actividad curativa positiva.

    En cualquier investigacin, incluyendo por supuesto a la Homeopata, se deben formular hiptesis de trabajo basadas en un sistema conceptual que le per-mita a los cientficos adentrarse en los fenmenos propuestos, y entonces, tal y como lo afirm Konrad Loreng, abrir caminos nuevos hacia otras hiptesis. De esta manera, la ciencia, que es fundamentalmente dinmica, se podr nutrir de conoci-mientos interpretados y evaluados por el razonamiento, el cual tiende a minimizar aspectos subjetivos y a dar cabida a aspectos objetivos que puedan ser reproduci-bles en diferentes lugares y pocas.

    Es pertinente mencionar que la investigacin en animales para definir as-pectos sintomatolgicos y bioqumicos de algunos medicamentos no debe des-cuidarse. Lo ideal: que se explique detalladamente la manera en que el mdico homepata los aplica en sus pacientes.

    Complejidad homeopticaIndudablemente que Hahnemann trat de considerar las caractersticas

    de las reacciones que generan la unin de los efectos farmacodinmicos del medi-camento con las reacciones fisiopatolgicas del sujeto, considerando que el orga-nismo humano es un todo indivisible, dotado de un dinamismo vital con aspectos genticos y antropolgicos particulares.

    Editorialwww.latindex.unam.mx www.periodica.unam.mx

  • 6 LA HOMEOPATA DE MXICO. Volumen 83, nmero 690, mayo-junio 2014.

    En la actualidad, en la medicina homeoptica encontramos respuestas particulares en las que se involucran manifestaciones mltiples del organismo en diferentes reas, como es el caso de las funciones endocrinas. Esto nos debe ha-cer pensar que, no obstante la complejidad de la Homeopata, ningn mal externo puede nacer, persistir y menos an empeorar sin una causa interna.

    Desde luego que la necesidad de la investigacin en Homeopata es una inquietud que prevalece entre los mdicos que conforman este medio. De all la importancia de buscar la estandarizacin de los medicamentos reportados en la Materia Mdica, de tal forma que puedan definirse el nombre del medicamento, sus sinnimos, sus principios activos y los controles de calidad electroforticos. As, se sabr con toda precisin cmo est constituida cada una de las preparaciones homeopticas.

    En esta edicin presentamos un trabajo muy interesante, de la autora de la prestigiada doctora Gloria Alcover Lillo, quien desmenuza algunos conceptos filosficos, religiosos y espirituales que ponen al descubierto la relevancia que tie-ne un cambio en la conducta del ser humano ante un sistema de aprendizaje que proviene del entono familiar y social. De nuevo, aparece ante nosotros la mxima homeoptica de que todo lo que se encuentra alrededor del ser humano interviene en pro o en contra de su salud.

    Por otra parte, recuperamos para todos ustedes la primera parte de un sin-gular texto del doctor Hctor Montfort Cabello, en el cual se analiza a profundidad un concepto que hoy da est lleno de claroscuros. Nos referimos a las enfermeda-des crnicas de Hahnemann, es decir, los miasmas o modos reaccionales, de los cuales se sabe con certeza que se originan como consecuencia de la supresin de otras enfermedades previas, pero nada ms.

    As las cosas, parece una buena idea hacer uso del conocimiento moder-no de la fisiologa y patologa celular para comprender a cabalidad los mecanismos de reparacin bsicos de cada clula y tejido corporal. Ello, porque todo indica que la falla o la insuficiencia de la reparacin molecular, la apoptosis y la proliferacin celular podran sustentar el concepto de las enfermedades crnicas, dice en su trabajo el Coordinador del Programa de Educacin Mdica Continua, del Instituto Superior de Medicina Homeoptica de Enseanza e Investigacin.

  • 7LA HOMEOPATA DE MXICO. Volumen 83, nmero 690, mayo-junio 2014, p. 5-13.

    Las Enfermedades Crnicas de Hahnemann. Qu son en Realidad (parte 1 de 3)

    *Las Enfermedades Crnicas de Hahnemann. Qu son en

    Realidad (parte 1 de 3)

    Resumen

    Antecedentes: las enfermedades crnicas de Hahnemann (EC), miasmas o mo-dos reaccinales (MR), permanecen como uno de los conceptos ms oscuros de la Homeopata. Suponemos que son heredadas y que se originan como consecuen-cia de la supresin de otras enfermedades previas. Fuera de esto, poco o nada es conocido acerca de la manera en que las EC pueden provocar o engendrar el gran nmero de patologas o enfermedades consignadas en la literatura homeoptica.

    Las EC o MR han sido descritas en una gran variedad de trminos, desde las concepciones espirituales y metafsicas de Kent y Ghatak, pasando por el con-cepto psora-alergia de Paschero, hasta el punto de vista materialista o nutricional de Roberts. Flores-Bejar et al presentaron en 1987 un aproximacin terica de las EC desde un punto de vista bioqumico-celular y energtico, que aqu es resumido.

    Resultados: el conocimiento moderno de la fisiologa y la patologa celu-lar ha permitido la comprensin de los mecanismos de reparacin bsicos de cada clula y tejido corporal. Estos mecanismos la reparacin molecular, la apoptosis y la proliferacin celular existen en funcin de mantener la ho meostasis y evitar la muerte de dichas clulas y tejidos. En consecuencia, si existe alguna falla o insuficiencia en este proceso nos enfrentaremos a una reparacin inadecuada o dysrepair, y estaremos en riesgo de padecer algunas repercusiones muy semejan-tes a los MR o EC.

    Una nueva propuesta de concepto y denominacin alterna es presentada para las EC: la psora corresponde al MR dismolecular, la syphilis o sifilinismo hahnemaniano al MR disapopttico, y la sycosis al MR disproliferativo.

    **Hctor Montfort Cabello

    *Publicado originalmente en la revista Homeopathy (abril 2004; 93(2): 88-93), con el t-tulo Chronic diseases: what are they? How are they inherited? Reproducido con la autorizacin del autor y de la publicacin.

    **Coordinador del Programa de Educacin Mdica Continua del Instituto Superior de Medicina Homeoptica de Enseanza e Investigacin (ISMHEI).

    Artculo de revisin

    Recibido: marzo, 2014. Aceptado: abril, 2014

    www.latindex.unam.mx www.periodica.unam.mx

    PALABRAS CLAVE:Miasmas, Enfermedades crnicas, Modos reaccionales, Mecanismos de reparacin, Reparacin inadecuada, Clula, Homeopata.

  • 8 LA HOMEOPATA DE MXICO. Volumen 83, nmero 690, mayo-junio 2014, p. 5-13.

    Hctor Montfort Cabello

    IntroduccinLos miasmas hahnemannianos, conocidos como enfermedades crnicas (EC) o modos reaccionales (MR), permanecen como uno de los conceptos ms oscuros e incompresibles de la literatura homeop-tica, a ms de 175 aos de su enunciado en 1828. El diagnstico de los MR psrico, sifilnico y sycsi-co permite al mdico homepata tratarlos y preve-nir enfermedades futuras; no obstante, cuando este concepto es confrontado con la medicina moderna, permanece inexplicable.

    En este artculo se da preferencia al trmi-no modo reaccional (MR) sobre nombres clsicos como miasma (emanacin que se dispersa por el aire ejerciendo una influencia mrbida) o terreno, el cual incluye factores constitucionales y adquiridos, los cuales existen previamente a la enfermedad y condicionan su pronstico. Vocablos como ditesis o modo reaccional se encuentran mejor adaptados al lenguaje mdico y conocimientos actuales.

    Si creemos que los MR son entidades reales y no slo, digamos, peculiaridades del mundo ho-

    meoptico, debemos ser capaces de empatar este concepto con los conceptos actuales de patologa; este trabajo presenta y discute los mecanismos pato-lgicos envueltos en los MR. La hiptesis de trabajo de este escrito, terico y bibliogrfico, pretende esta-blecer un puente entre el trmino MR y los conceptos modernos de la biologa y las patologas celulares, as como de la herencia. Asimismo, no conlleva su-gerencia alguna de modificar o introducir alguna nue-va forma de prescribir el remedio homeoptico con base en su piedra angular: la Ley de Semejanza o de Similitud.

    Los puntos de vista clsicos

    Hahnemann describi dos diferentes categoras de enfermedades: las agudas, autolimitadas y bien co-nocidas por su evolucin, como la fiebre escarlatina o la viruela, y las enfermedades miasmticas crnicas, a saber, psora, syphilis y sycosis. Hahnemann las consideraba como entidades contagiosas, con una fase aguda, usualmente suprimidas por tratamien-tos locales o tpicos, o por drogas orales, as como

    Abstract

    Background: chronic diseases (CD), miasms or reactional modes, remain one of the darkest concepts of homeopathy. They are supposed to be heritable and originate after suppression of other diseases. Besides this nothing is known about how they might produce the large number of diseases mentioned in homeopathic books. They have been described in a variety of terms, ranging from Kent and Ghataks spiritual or metaphysic conception; the biological-allergic by Paschero, and, Roberts materialist-nutritional point of view. Flores-Bejar et al have outlined an approach to CD from a cellular and bioenergetic point of view.

    Results: cellular pathology has lead to an understanding of the basic repair mechanisms of every cell and tissue. These mechanisms exist in order to avoid necrosis or cell death. The main mechanisms are described, molecular repair, apoptosis and cell proliferation. Failure of these mechanisms leads to dysrepair. Consequences of these dysrepair mechanisms resemble the homeopathic reactional modes or miasms. These abnormal or dysrepair mechanisms are probably the basis of miasms or reactional modes.

    A new interpretation of miasms is proposed: psora corresponds to the dysmolecular reactional mode. syphilis corresponds to dysapoptotic reactional mode. sycosis corresponds to dysproliferative reactional mode.

    KEYWORDS:Miasms, Chronic diseases, Reactional modes, Repair mechanism, Dysrepair, Cell, Homeopathy.

  • 9LA HOMEOPATA DE MXICO. Volumen 83, nmero 690, mayo-junio 2014, p. 5-13.

    Las Enfermedades Crnicas de Hahnemann. Qu son en Realidad (parte 1 de 3)

    con una fase crnica, a la cual denomin (y cono-cemos) como miasma. En trminos globales, las EC han sido descritas como un obstculo a la capacidad curativa de la fuerza vital, y han sido conceptuadas y enseadas en una gran variedad de conceptos, des-de los espirituales y metafsicos hasta los materialis-tas y bioqumicos.

    Samuel Hahnemann describi a la psora como la ms comn de las EC; siete de cada ocho cuadros o enfermos la presentan. En su libro Doctri-na y tratamiento de las enfermedades crnicas1, el mdico alemn estableci y cit los aspectos ms importantes:

    Las enfermedades son consecuencia del desor-den de la fuerza vital, y la curacin se realiza a travs de la recuperacin de la misma.

    La psora es las ms antigua y ms diseminada de los miasmas crnicos. Implica un contagio con el agente patgeno, supresin de los signos ex-ternos y el posterior desarrollo de las modifica-ciones internas que afectan al cuerpo entero en un plazo usual de 10 a 15 das.

    La supresin de las manifestaciones externas ori-ginales o primitivas, produce el cambio por otros signos y sntomas, o afecciones secundarias.

    Las EC son recibidas o impresas en el cuerpo por infeccin o herencia, aunque otros factores pueden colaborar a la completa manifestacin de la enfermedad2. Las entidades clnicas considera-das por Samuel Hahnemann como manifestacio-nes de la psora, se enlistan en la tabla 13.

    DiabetesHidropesaCianosisReblandecimiento de huesos (raquitismo)AmaurosisCataratasSorderaHipertensinHidropesa generalAnuriaIctericiaMelancolaHisteriaDebilidad nerviosa (neurastenia)IctusEpilepsiaImbecilidad

    CegueraParlisisInsania mental (desrdenes mentales)Distintos tipos de doloreslceras varicosas cutneasEnfermedades de los sentidosCoreaMovimientos involuntariosEscoliosis y cifosisGotaHemorroidesAmenorreaEsterilidadHemorragia gstrica y pulmonarAsmaImpotencia sexualClculos renales

    Enfermedades psricas

    James Tyler Kent describe a la psora como el principio de todas las enfermedades fsicas, y como una consecuencia de la ruptura del orden primitivo perfecto del ser humano4, llevando su origen a un ni-vel religioso-espiritual, con el concepto del pecado primitivo. En una lnea semejante, N. Ghatak atribu-ye el origen de la psora al pensamiento equvoco del hombre, separado de la voluntad de Dios, lo cual es seguido por un desorden mental, y las repercusio-nes fsicas finales5.

    Toms Pablo Paschero define a la psora como un desorden mrbido del cuerpo entero, im-preso en el genoma del paciente, que le imprime un modo particular de reaccin ante los agentes patge-nos. La respuesta defensiva psrica es, de acuerdo con Paschero, una reaccin supernormal o hiperrgi-ca, misma que se limita slo a cuadros clnicos fun-cionales y sin patologa estructural. Asimismo, identi-fica al sistema neurovegetativo como el mediador de la respuesta psrica, y concluye: no hay diferencias

    Tabla 1. Listado de las enfermedades psricas de Hahnemann.

  • 10 LA HOMEOPATA DE MXICO. Volumen 83, nmero 690, mayo-junio 2014, p. 5-13.

    Hctor Montfort Cabello

    entre la psora y la alergia, aparte de las formas de expresin clnica6.

    Proceso Snchez Ortega localiza las EC en un nivel celular, describindolas en trminos de dis-funcin; la carencia para la psora, el exceso para la syphilis, y la perversin para la sycosis7. Roberts es-tablece que la carencia o falla para asimilar los nu-trientes por las clulas, es la principal caracterstica de las enfermedades catalogadas como psricas.

    Despus de la lectura breve de estos con-ceptos clsicos de las EC, algunas pocas conclusio-nes lgicas en trminos mdicos pueden ser extra-das de ellos, a pesar de que los modos reaccionales son realidades clnicas que el mdico observador encuentra en su prctica diaria.

    Los puntos de vista contemporneos

    En 1984, en la obra Homopathie et terrain (Homeo-pata y terreno), Othon Andr Julian y Marc Haffen nos brindan una definicin de los miasmas basada en conceptos modernos de gentica, bioqumica, biolo-ga molecular, toxicologa, inmunologa y ecologa8. Brevemente sealamos sus aspectos principales:

    a) La psora es denominada como disinmunosis, y se basa en una respuesta inmunolgica alte-rada. Sus agentes causales incluyen agresiones y agentes de origen mineral, qumico, vegetal y animal, y se manifiesta de mltiples formas, inclu-yendo metstasis y estados mrbidos alternos.

    b) La syphilis o modo reaccional sifilnico es re-nombrado dismorfognesis, y establece que la informacin heredada y daada es transmitida de un modo autosmico dominante.

    c) La sycosis es llamada dismetabolosis, y se encuentra basada en defectos en dos reas: de-fectos enzimticos de las vas catablicas, y de transporte a travs de las membranas celulares. Ambas condiciones tienen su base en la cadena de ADN daada y mutada.

    En un abordaje terico sobre este mismo tema, realizado en 1987, Flores-Bejar y colaborado-res describieron los tres miasmas desde un punto de

    vista biolgico y bioquimico9, mismos que resumimos a continuacin:

    a) La psora se caracteriza por signos, sntomas y reacciones transitorias y recurrentes, de tipo funcional (SNV), inflamatorias y alrgicas. Es una predisposicin heredada y su substrato es un defecto o mal funcin en la generacin del ATP. Presenta dos fases; la primera, llamada psora la-tente, se caracteriza por la inhibicin de mltiples funciones celulares debido a la falla en la produc-cin de energa (ATP), as como a la inactivacin, carencia o disponibilidad de azufre y compuestos azufrados en las clulas, lo que provoca la inacti-vacin de mltiples complejos enzimticos. Esto lleva a las clulas a una disfuncin que produce los signos y sntomas de las enfermedades. La segunda fase, llamada psora activa, se caracte-riza por una reaccin hiperreactiva o hiperrgica de tipo curativa. La razn por la que Sulphur es el ms importante remedio en las enfermedades psricas, es su papel en mltiples biomolculas, de las cuales slo mencionaremos insulina, cido lipico, acetil-CoA, glutatin y las ms importantes y bsicas: los tres aminocidos azufrados: cistina, cistena y metionina, que forman y mantienen las estructuras terciaria y cuaternaria que determinan el sitio activo de todas las enzimas corporales.

    b) La syphilis hahenmanniana se caracteriza por sntomas funcionales, pero de manera ms im-portante por cambios destructivos, anatmicos-estructurales, crnicos y permanentes. Es un modo defectuoso de respuesta a la agresin y agentes etiolgicos. Es una enfermedad heredi-taria, ms profunda que la psora, y es transmitida de forma autosmica dominante de penetrancia variable, ya que no todos los descendientes pre-sentan sus rasgos, ni en la misma intensidad. La mutacin heredada se localiza en el ADN que codifica para la produccin de enzimas encarga-das de la produccin de ATP en la mitocondria, llevando a las clulas a la disfuncin y muerte por necrosis. El MR sifilnico es probable que haya evolucionado a partir de clulas y organismos psricos, los cuales ha sido suprimidos en sus esfuerzos curativos por medidas locales; si este modelo de supresin es repetido mltiples veces e impedido, la acumulacin de toxinas llevar a la muerte de las clulas. En esta encrucijada, la fuerza vital inicia mecanismos para localizar y confinar estas toxinas, destruyendo una parte del organismo o clula, a cambio de permanecer con vida. Si en un organismo sifilnico se repite el pro-ceso de supresin de manera continua, un meca-

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    Las Enfermedades Crnicas de Hahnemann. Qu son en Realidad (parte 1 de 3)

    nismo ms radical se podr generar, llevando las toxinas celulares a niveles ms profundos, alte-rando el genoma que controla la divisin celular y logrando engendrar el MR sycsico. El Mercurius es el principal remedio de la syphilis debido a su capacidad de reaccionar con el azufre, inactivn-dole e inactivando a todas las enzimas celulares, iniciando desde la disfuncin pero progresando a la muerte celular.

    c) La sycosis hahnemanniana tiene como princi-pal caracterstica a la proliferacin celular. Es una predisposicin hereditaria que se incrementa con las vacunaciones repetidas. Sus principales ma-nifestaciones son: 1) descargas muco-purulentas crnicas de las mucosas genitourinarias y de los odos, la nariz y la faringe; 2) disposicin al ede-ma y sensibilidad a la humedad, y 3) patrones celulares de sobreproliferacin que conducen a la formacin de tumores. El defecto bsico es la permeabilidad aumentada de las capas lipdicas de las membranas celulares y nucleares. Este defecto permite el ingreso o egreso anormal de iones, produciendo edema, as como el ingreso de virus y agentes qumicos que afectan al ADN, desencadenando mutaciones que conducen a la formacin tumoral. La sycosis tiene su base de igual manera en el ADN, el cual puede o no ser heredado. El principal remedio de la sycosis, la Thuja occidentalis, produce y remeda el defecto bsico del MR debido a su capacidad de daar la capa lipdica de las membranas celular y nu-clear, incrementando su permeabilidad y el dao al material gentico. El principal componente de la Thuja, la thuyona, y todos los compuesto ce-tnicos como ella, son capaces de disolver los lpidos de las membranas celulares.

    Este abordaje a los miasmas desde la bio-qumica tiene algunos aciertos y muchas carencias, pero fue un punto de partida para construir explica-ciones o interpretaciones realistas de las EC, basa-da en conceptos biomdicos. Como vemos en los conceptos previos de tan variados autores, no existe consenso acerca de la naturaleza de las EC, y an en nuestros das existen malinterpretaciones graves en el terreno de los miasmas, confundiendo a la ble-norragia con la sycosis10.

    En 1988, Jouanny, Crapane, Dancer y Mas-son, de Francia, describieron a los MR de la siguiente manera:

    Las EC son patologas de los mecanismos adap-tativos de clulas y organismos.

    La psora es un modo reaccional global gentico. In-cluye manifestaciones peridicas, alternantes, y una falla para recuperarse de enfermedades simples.

    La syphilis hahnemaniana no es una EC. Existe slo como una enfermedad infecciosa causada por el Treponema pallido.

    La sycosis se manifiesta por tumores benignos, edema de los tejidos, secreciones mucosas crni-cas, evolucin lenta y progresiva, y una tendencia depresiva. Es adquirida principalmente despus de nacer.

    Una vez revisados los conceptos ms cono-cidos acerca de los miasmas es posible tomar lo me-jor y ms comprensible de cada uno de ellos, a fin de elaborar y establecer una nueva propuesta o explica-cin en trminos mdicos y biolgicos, basada en los tres estadios de toda clula: funcionamiento normal u homeostasis, reproduccin celular y muerte celular.

    El camino de la salud a la enfermedad

    El estado de salud es mantenido por un balance din-mico multifactorial en tres rubros: energa, funciones y estructuras. La energa es necesaria para realizar todas las funciones (ya sean involuntarias o las supe-riores-voluntarias) que mantienen la homeostasis y restauran la salud desde la enfermedad; tambin se requiere para construir las estructuras que formas el cuerpo fsico. Todos estos elementos colaboran para mantener la vida dentro de un rango amplio de fluctuaciones y variables que llamamos homeostasis. Todas estas funciones, ya sean de naturaleza fsica como la contraccin muscular, o de tipo bioqumico como la destoxificacin, la produccin de anticuer-pos y la misma reproduccin celular, ocurren de una forma precisa debido a las instrucciones codifi-cadas en el ADN nuclear y mitocondrial de todas las clulas. Si la informacin y las instrucciones son errneas, las funciones y las estructuras sern defec-tuosas o anormales.

    Desde este punto de vista podemos conside-rar a las enfermedades como desrdenes de las fun-ciones y las estructuras, as como de la informacin de la cual se derivan; se ha sugerido por diversos au-tores que las enfermedades son desordenes de la informacin11. Las formas ms obvias de este con-

  • 12 LA HOMEOPATA DE MXICO. Volumen 83, nmero 690, mayo-junio 2014, p. 5-13.

    Hctor Montfort Cabello

    cepto son las enfermedades genticas en las cuales informacin cromosmica defectuosa es heredada; sin embargo modificaciones adicionales a los genes normales pueden adicionarse a lo largo de la vida, conduciendo a enfermedades degenerativas y/o neoplsicas. En lugar de considerar a las EC como obstculos a la curacin debido a una fuerza vital debilitada, podran ser conceptuadas como defectos de la informacin.

    Restaurando la salud desde la enfermedad

    Una vez que las clulas u organismos enteros han sido afectados por agentes externos, ya sean qu-micos, fsicos o biolgicos, o aun txicos endgenos como los radicales libres (ROS, reactive oxygen spe-cies o especies reactivas derivadas del oxgeno, y RNS, reactive nitrogen species o especies reactivas derivadas del nitrgeno), existen cuatro mecanismos biolgicos progresivos para restaurar clulas y teji-dos a un estado de salud. Son producto de la evolu-cin y existen para evitar el punto final de la necrosis, la muerte celular y la del organismo entero12:

    El primero mecanismo, llamado reparacin mo-lecular, est destinado a reparar molculas de tipo proteico, lipdico y al mismo ADN, y se realiza a travs de mltiples reacciones qumicas en las que las principales herramientas son las enzimas

    reductoras, el glutatin y los tocoferoles. Los pri-meros dos componentes mencionados son ricos en molculas de azufre, y su accin depende de la disponibilidad corporal de dicho elemento.

    Si este primer mecanismo es inadecuado, se rea-liza un segundo: la reparacin de clulas comple-tas; sin embargo es un mecanismo poco utilizado por los organismos vivos, ya que las clulas da-adas usualmente mueren para ser remplazadas por clulas nuevas.

    El tercer mecanismo, la muerte celular progra-mada o apoptosis fisiolgica, es dirigida desde el ADN nuclear y elimina clulas daadas o in-viables, sin la respuesta inflamatoria amplificada que caracteriza a la necrosis (tabla 2). Las ins-trucciones principales para la apoptosis se loca-lizan en los genes p53 y c-myc, mientras que el principal gen supresor de la apoptosis es el bcl-2. El conjunto de caspasas, citoquinas y otras enzi-mas realiza la apoptosis. Si esta muerte celular programada no es suficiente para restablecer la homeostasis, un cuarto mecanismo es desenca-denado por el organismo: la proliferacin celular de los tejidos adyacentes.

    La reproduccin celular remplaza a las clulas da-adas y perdidas, e implica la activacin del ciclo de divisin celular. Estos ltimos dos mecanis-mos, la apoptosis y la proliferacin celular, traba-jan simultneamente para reconstruir y remodelar tejidos y rganos.

    Tabla 2. Diferencias entre la apoptosis y necrosis.

  • 13LA HOMEOPATA DE MXICO. Volumen 83, nmero 690, mayo-junio 2014, p. 5-13.

    Las Enfermedades Crnicas de Hahnemann. Qu son en Realidad (parte 1 de 3)

    En estos procesos, las clulas producen mo-lculas de sealamiento que activan macrfagos y monocitos sanguneos para producir los elementos de la matriz extracelular (MEC), adems de las pro-tenas trans-membrana, las cuales unen a las clulas contiguas (cadherinas) y a stas con la matriz extra-celular (integrinas).

    Todos estos mecanismos de reparacin son dispositivos o maniobras de las clulas daadas para evitar la muerte prematura y/o la necrosis. Esta muerte celular y de tejidos ocurre debido a que los mencionados mecanismos (reparacin molecular, apoptosis y divisin celular) son sobrepasados en sus capacidades. Las causas ms frecuentes que provocan dicha falla son: a) el agotamiento de los recursos requeridos para la reparacin molecular de protenas, lpidos y ADN, como son los mencionados glutatin, molculas antioxidantes, tocoferoles, acido ascrbico y cientos de enzimas y co-factores; b) la incapacidad para reparar el ADN debido al dao intrnseco de la doble hlice, en las instrucciones (mutacin) para el desarrollo de su auto-reparacin13, o c) la causa o agente sobrepasa la capacidad del meca-nismo de reparacin (por ejemplo, la muerte por quema-duras o congelamiento).

    Las consecuencias de la disfuncin de los mecanismos de reparacin son mltiples, como ve-remos a continuacin (se resumen en la tabla 3):

    I. Para el mecanismo de reparacin molecular: si las protenas no son reparadas, el resultado son hor-monas, anticuerpos, enzimas y neurotransmisores defectuosos, con innumerables consecuencias, de-pendiendo del tejido u rgano afectado. Si los lpidos no son reparados correctamente, el dao principal se localiza en la estructura y la funcin de las membra-nas14 celular y nuclear, provocando el grupo de enfer-medades que comparten defectos del/los receptores de membrana como su principal caracterstica. Si el dao y la falta de reparacin se localizan en el ADN, la progresin del dao y las enfermedades avanzan hacia los siguientes niveles: prdida del control de la apoptosis y de la divisin celular.

    II. Para el mecanismo de la apoptosis: si la se-cuencia de cascada de la muerte celular programada no funciona correctamente, existen tres diferentes consecuencias dependiendo del sitio de la falla:

    Una apoptosis aberrante producir destruccin de clulas y tejidos por un mecanismo rudo o agresivo llamado necrosis, el cual siempre es un proceso patolgico que causa lesiones ulcerosas de mucosas, venas o piel.

    Una apoptosis prematura, llamada apoptosis aberrante, conduce a las clulas/neuronas a la muerte temprana que caracteriza a las enfermeda-des neurodegenerativas como la esclerosis lateral amiotrfica, enfermedad demencial de Alzheimer, la corea de Huntington y la enfermedad de Parkin-son15. Estas dos forma anormales de la apoptosis (prematura y necrosis) son las principales caracte-rsticas patolgicas del miasma sifilnico.

    Una apoptosis retardada permitir la sobrevivencia o persistencia de clulas que debieron morir, pero continan funcionando anormalmente, por ejemplo, linfocitos T produciendo enfermedades autoinmu-nes16, o persistencia de clulas que continan re-producindose sin fin, generando tumores.

    III. Para el mecanismo de divisin celular: si el ciclo de reproduccin celular es daado, las clulas entran en un patrn de divisin incontrolado que resulta en la formacin de neoplasias. La produccin excesiva de elementos de la matriz extra celular contribuye al fenmeno de fibrosis. Estas dos condiciones son las principales caractersticas del miasma sycsico.

    Para describir estas fallas en los mecanismos de reparacin, he adoptado17 el trmino dysrepair o reparacin inadecuada, que si bien no es un trmi-no mdico o cientfico, sirve como una herramienta til para describir y comprender las consecuencias de la defectuosa reparacin de clulas y tejidos.

    Entonces, qu son las enfermedades crnicas o

    modos reaccionales?Si revisamos los mecanismos normales y anorma-les de reparacin de las clulas y los tejidos, y los confrontamos con el concepto clsico de las EC, el cual las define como obstculos a la fuerza vital que trata de curar las enfermedades y restablecer la sa-lud, parecera que este ltimo no es el ms adecua-do en trminos biolgicos o biomdicos. En lugar de ser conceptuados como tales (obstculos en la cura-cin), pudisemos actualizarlos y entenderlos como errores en los procesos curativos debidos a trastor-nos, falla o insuficiencia en los mecanismos de repa-racin biolgica que toda clula y tejido vivo posee, y que pueden ser adquiridos o heredados. De manera simple o coloquial, insisto, podramos llamarles re-paracin inadecuada o dysrepair.

  • 14 LA HOMEOPATA DE MXICO. Volumen 83, nmero 690, mayo-junio 2014, p. 5-13.

    Hctor Montfort Cabello

    Relacionando este concepto de reparacin inadecuada con los de los modos reaccionales o EC homeopticas, tendramos las siguientes considera-ciones (consltese de nuevo la tabla 3):

    a) El MR psrico puede ser actualizado y com-prendido mejor como un defecto en el mecanis-mo de reparacin molecular y sus consecuentes enfermedades, en las cuales el defecto es de tipo funcional, molecular, de comunicacin, de sea-lamiento, etctera (por ejemplo, asma, epilepsia, HTA).

    b) El modo reaccional sifilnico puede conceptuar-se como el defecto en el mecanismo de muerte celular programada o apoptosis, lo cual condu-ce a muerte celular prematura o anticipada (por ejemplo, mal de Parkinson o enfermedad de Al-zheimer), o en otro caso, muerte por necrosis y sus consecuentes lesiones destructivas (verbi-gracia, colitis ulcerativa crnica inespecfica).

    c) El tercer MR, la sycosis hahnemanniana, pue-de entenderse de mejor y ms amplia manera como el defecto en el control de la divisin celular y de la produccin de la matriz extra celular, de-bido a mutaciones en el ADN que codifican tanto para su misma reparacin como para la reproduc-cin celular. Las consecuencias son la excesiva y descontrolada proliferacin celular que conduce a la tumorognesis, y la produccin exaltada de

    elementos de la MEC que desencadenan la for-macin de tejido fibroso.

    Podemos ilustrar este concepto de disfun-cin biolgica en una patologa como el sndrome de inmunodeficiencia adquirida (VIH/sida), en el cual observamos cuatro diferentes evoluciones posibles. Algunos pacientes infectados pueden permanecer por largos perodos asintomticos sin manifestacin alguna (reparacin molecular funcionando correcta-mente). Otros pacientes desarrollarn infecciones mltiples y recurrentes debido a un sistema inmu-nolgico defectuoso (falla de reparacin molecular). Algunos otros enfermos con VIH/sida presentarn lesiones destructivas y necrticas, como la mielopa-ta vacuolar o lesiones aftosas de todas las mucosas (apoptosis defectuosa produciendo necrosis). Final-mente, un grupo ms de pacientes desarrollar mani-festaciones neoplsicas como el sarcoma de Kaposi (falla del mecanismo de divisin celular).

    Son las EC, MR o miasmas, heredables?

    Pueden las EC transmitirse genticamente? Es un hecho que el patrn miasmtico se observa en la historia y descendencia familiar. Si analizamos las entidades clnicas que llamamos miasmas o MR

    Tabla 3. Disfuncin de los mecanismos de reparacin o dysrepair, y el correspondiente modo.

  • 15LA HOMEOPATA DE MXICO. Volumen 83, nmero 690, mayo-junio 2014, p. 5-13.

    Las Enfermedades Crnicas de Hahnemann. Qu son en Realidad (parte 1 de 3)

    (vase nuevamente la tabla 1), encontraremos una muy amplia variedad de patologas, ya sean alrgi-cas, mentales, neoplsicas, destructivas-necrticas, etctera. Es imposible plantear un solo mecanismo de herencia para todas ellas, ya que son condicio-nes multignicas donde factores genticos y epige-nticos (alcohol, dieta, drogas, agentes biolgicos o txicos) intervienen.

    Por lo tanto creo que no podemos limitar la transmisin de los MR a un solo mecanismo de he-rencia (autosmica o ligada al sexo, dominante o re-cesiva). Cada una de ellas, como entidades clnicas y fisiopatolgicas diferentes, tiene su propio patrn de herencia, y creo que es mejor describir cada cua-dro clnico de manera individual, tanto desde el punto de vista miasmtico como desde la perspectiva del mecanismo de reparacin afectado o defectuoso

    Conclusiones1. Los MR o miasmas se basan en la biologa ce-lular (funcionamiento-homeostasis, reproduccin, muerte) y en la patologa de estas tres funciones comunes a todas las clulas y organismos.

    2. Los MR son mecanismos de reparacin defec-tuosos de las clulas y los tejidos ante los agen-tes etiolgicos. Estos mecanismos pueden fallar por: a) la magnitud del reto o agente etiolgico; b) el agotamiento de los recursos utilizados para la adecuada reparacin, incluyendo enzimas, antioxidantes, vitaminas y cofactores, y c) por fa-lla para la adecuada reparacin del ADN donde estn contenidas todas las instrucciones para la reparacin-curacin.

    3. Cada MR posee una gnesis y un mecanismo de produccin o fisiopatolgico.

    4. Se propone una reinterpretacin, concepcin y denominacin actualizada para los MR, por su-puesto, sin perder su nomenclatura original. Los trminos propuestos son: para la psora, modo reaccional dis-molecular; para el sifilinismo, modo reaccional dis-apoptsico, y para la sycosis, modo reaccional dis-proliferativo.

    5. Los retos que se avecinan son descubrir la manera en que se generan los MR, y cmo los medicamentos homeopticos son capaces de co-rregir dichos defectos.

    REFERENCIAS

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    3. Ibid, p. 84-85, 80.

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    12. Klaassen D. Curtis: Cassarett & Doulls toxicology. The basic science of poisons, 5a ed. Nueva York: McGraw-Hill; 1996. p. 58, 59, 66, 67.

    13. Idem.

    14. Schesconka A, Murphy ME, Sies H. Temporal relationship bet-ween the loss of vitamin E, protein sulfydryls and lipid peroxidation in microsomes challenged with different prooxidants. Chem Biol Interact. 1990; 74: 233-252.

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    16. Klaassen D. Op cit, p. 394.

    17. Idem, p. 58, 59, 66, 67.

  • 16 LA HOMEOPATA DE MXICO. Volumen 83, nmero 690, mayo-junio 2014, p. 14-18.

    Victorina Elizabeth Jimnez Snchez

    *Consideraciones Relevantes en un Modelo de Investigacin

    Cientfica en Homeopata

    Resumen

    Abstract

    El trabajo que se presenta tiene el objetivo de mostrar la complejidad existente al disear un modelo de investigacin en Homeopata, en virtud de que debe seguir el camino del mtodo cientfico, para luego cimentarse en los principios tericos y metodolgicos del propio conocimiento homeoptico. No se trata de poner en duda el mtodo ni el conocimiento homeoptico, sino hacer una reflexin sobre el modo de hacer ciencia en Homeopata, debido a que el conocimiento es dinmico y toda investigacin que busque ser reconocida cientficamente tiene que ser verificable y reproducible por los hombres que hacen ciencia en cualquier lugar del mundo. Asimismo, se aportan algunas consideraciones relevantes para una estructura pla-nificada de futuras investigaciones homeopticas.

    The work presented aims to show the existing complexity to design a model for research in homeopathy, under the path you must follow the scientific method, then, grounded in the theoretical and methodological knowledge Homeopathic own principles. No doubt about homeopathic method or homeopathic knowledge, but to reflect on how to do science in homeopathy, because knowledge is dynamic and all research to be scientifically recognized must be verifiable and reproducible by men who do science and anywhere in the world. Also, some relevant considerations for a planned structure Homeopathic future research are provided.

    **Victorina Elizabeth Jimnez Snchez.

    *Trabajo presentado en las Jorna-das Mdicas de la Asociacin Na-cional de Mdicos y Homepatas Cirujanos y Parteros en el D.F., Dr. Mateo Rubio Septin. 26 de enero del 2013.

    **Mdico Cirujano y Homepata, Escuela Nacional de Medicina y Homeopata del IPN. Maestra en Ciencias en Biotica, Escuela Su-perior de Medicina del IPN. Profe-sora investigadora de la Seccin de Estudios de Posgrado e Investi-gacin de la ENMH-IPN

    Artculo de revisin

    Recibido: febrero, 2014. Aceptado: marzo, 2014

    www.latindex.unam.mx www.periodica.unam.mx

    PALABRAS CLAVE:Mtodo cientfico, Modelo de investigacin cientfica en Homeopata.

    KEYWORDS:Scientific method, Model for scientific research in homeopathy.

  • 17LA HOMEOPATA DE MXICO. Volumen 83, nmero 690, mayo-junio 2014, p. 14-18.

    Consideraciones Relevantes en un Modelo de Investigacin Cientfica en Homeopata

    IntroduccinLa ciencia en la actualidad se entiende, segn el filsofo de la ciencia argentino Mario Bunge, como el conjunto de conocimientos obtenidos mediante la observacin y el razonamiento, que, siguiendo paso a paso un modelo racional (el mtodo cientfico) con-duce a los hombres de ciencia a la obtencin de un conocimiento exacto, verificable y falible. Desde esta perspectiva, todo conocimiento respondera a un m-todo, y por lo tanto el conocimiento homeoptico no sera la excepcin. Para que haya una mayor com-prensin del trabajo en virtud de la complejidad del modelo teraputico homeoptico, primeramente se definirn algunos de los conceptos utilizados: cien-cia, racionalidad, mtodo cientfico, y posteriormen-te se harn algunas consideraciones relevantes que debern estructurar un modelo cientfico de investi-gacin en Homeopata.

    El mtodo cientfico y el enfoque conceptual

    hahnemannianoEl mtodo cientfico es un procedimiento intelectual o material que utiliza un sujeto para comprender, analizar, transformar o construir un objeto de conocimiento1. La relacin sujeto-objeto, que inici con Ren Descartes (1596-1650), puede ser consecuencia de una simple relacin sensible (conocimiento primario), o bien, puede explicarse, describirse, interpretarse y evaluarse a tra-vs del razonamiento humano (conocimiento racional o crtico)2, 3; de este ltimo conocimiento se nutren la filo-sofa y la ciencia.

    Segn el ya citado Mario Bunge, se entiende por ciencia al conjunto de conocimientos obtenidos mediante la observacin y el razonamiento, de los que se deducen principios y leyes generales. En su sentido ms amplio, Bunge la define como el cono-cimiento racional, sistemtico, exacto, verificable y falible, tal y como es entendida en la actualidad4. La ciencia se emplea en cualquier campo, pero suele aplicarse sobre todo a la organizacin del proceso experimental verificable5.

    La ciencia tambin puede ser conceptualiza-da como un conjunto de conocimientos e investiga-ciones que tienen un grado suficiente de unidad, ya que son capaces de conducir a los hombres de cien-cia a conclusiones concordantes, que no resultan de pactos arbitrarios, gustos o intereses individuales, sino de relaciones objetivas que son descubiertas gradualmente por mtodos definidos de verificacin, y que confirman o derrumban un conocimiento. De aqu se desprende que en el mtodo cientfico ope-ran tres premisas dialcticamente unidas: la raciona-lidad, la ciencia y el mtodo6.

    La racionalidad es aquella capacidad pro-piamente humana que permite que los individuos piensen, evalen y acten de acuerdo con ciertos principios coherentes, consistentes en orden, para satisfacer algn objetivo o finalidad7; el mtodo es simplemente un camino, un procedimiento intelec-tual o material, esto es, el mtodo es un modelo racional en donde se sigue un conjunto de operacio-nes (paso a paso), las cuales conducen a una meta preestablecida o fin.

    La racionalidad cientfica se caracteriza por la condicin de tomar el camino del mtodo cient-fico; luego entonces, la racionalidad y el mtodo son premisas emparentadas. Se podra afirmar que todo conocimiento es racional, y en consecuencia que todo conocimiento responde a un mtodo. Sin

    La verdad, en ciencia, puede definirse como la hiptesis de trabajo que ms sirve para abrir

    el camino a una nueva hiptesis.

    Konrad Lorenz,Premio Nobel de Medicina, 1973.

  • 18 LA HOMEOPATA DE MXICO. Volumen 83, nmero 690, mayo-junio 2014, p. 14-18.

    Victorina Elizabeth Jimnez Snchez

    embargo, cuando se quiere investigar en el rea mdica el efecto de las teraputicas holsticas, como la Homeopata, el modelo se hace ms com-plejo. Por lo tanto, la investigacin en Homeopata tiene que ser planificada8, ya que debe contener los siguientes aspectos:

    Los pasos del mtodo cientfico que describan aceptablemente los fenmenos a explicar para los hombres que hacen ciencia.

    Un sistema conceptual capaz de explicar de ma-nera coherente dichos fenmenos (hiptesis ex-plicativa).

    La deduccin a partir de la hiptesis de otros fen-menos no considerados en la proposicin (parte subjetiva de la hiptesis).

    La observacin y eventual control de los fenme-nos deducidos de la propia hiptesis9.

    El modelo debe estar cimentado en los principios tericos y metodolgicos del propio conocimiento homeoptico y en los antecedentes de investiga-ciones homeopticas previas que se hayan reali-zado sobre el mismo fenmeno a explicar.

    Los dos ltimos aspectos dificultan la explicacin mediante el modelo cientfico tradicional, por varias razones:

    a) El enfoque conceptual de la enfermedad. Mientras que las investigaciones de las enfermeda-des en el campo mdico convencional parten de los sntomas generales, la Homeopata establece que la enfermedad slo puede estudiarse en la totalidad de sus sntomas, y que esta circunstancia hace po-sible conocer la imagen de la enfermedad, la cual puede conocerse solamente por las manifestacio-nes perceptibles a los sentidos10. En este orden de ideas, Hahnemann considera al organismo: Como un todo integrado, por lo que ninguna de sus partes puede disociarse.

    Como un todo indisociable de su medio.

    Hahnemann concibe al organismo sano como una totalidad en equilibrio biolgico, y concluye: basta la menor reflexin para comprender que ningn mal externo[] puede nacer, persistir, y menos aun empeorar, sin una causa interna, sin la contribucin de todo el organismo (por conse-cuencia enfermo)[]. No es siquiera concebible que las causas de cualquier enfermedad estn desvinculadas de las alteraciones de la vida ente-ra (disarmona); tan ntimamente estn enlazadas las partes del cuerpo, que forman un todo indivisi-ble, tanto en el sentimiento como en la funcin[] (Organon, pargrafo 189)11.

    b) La integracin en la personalizacin del en-fermo. Esto es, la nocin de una especificidad reaccional del enfermo; de ah el carcter indivi-dualizado de la teraputica homeoptica y la base de los estudios tipolgicos, as como la introduc-cin de trminos como ditesis (en el sentido de predisposicin o modos reaccionales dependien-tes de factores propios del individuo), dando as al terreno un papel primordial en las enfermedades crnicas.

    c) Una nueva concepcin de medicamento (pe-queas dosis), que toma en cuenta no slo la es-pecificidad de sus efectos farmacodinmicos, sino tambin la especificidad de las reacciones del en-fermo (reacciones fisiopatolgicas) y la administra-cin del medicamento en pequeas dosis. De esta manera, el verdadero tratamiento mdico de un mal, menciona Hahnemann, []debe ser dirigido sobre el conjunto de sntomas del organismo[] a fin de llegar al aniquilamiento y la curacin de la enfermedad[], efectuando un tratamiento eficaz, seguro, racional y radical (pargrafo 190)12.

    d) La concepcin dinmica de la enferme-dad, de la salud y de la curacin, considerada como una modificacin de la fuerza vital que debe ser interpretada, necesariamente, con base en el contexto sociocultural de su poca.

    e) Un nuevo mtodo para construir la materia mdica homeoptica. Construido por las siguien-tes partes:

    1. Nombre completo del medicamento.2. Sinnimos.3. Generalidades: origen, principios activos, pre-paracin homeoptica, antecedentes de empleo, entre otros.4. Esfera de accin.5. Accin fisiopatolgica.6. Tipo morfolgico.7. Sntomas mentales.8. Sntomas generales.9. Lateralidad.10. Modalidades: agravacin/mejora (de tiempo, de sitio y clima; de posicin, sensoriales y fisio-lgicas).11. Deseos y aversiones.12. Sntomas particulares.13. Sntomas caractersticos (keynotes).14. Relaciones.

    Qu hacer, entonces, para unificar stos modelos? Por qu la importancia de seguir una me-

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    Consideraciones Relevantes en un Modelo de Investigacin Cientfica en Homeopata

    todologa cientfica en Homeopata? La decisin de seguir una metodologa cientfica es una decisin en-caminada a reducir al mximo el componente subje-tivo, as como a incrementar el componente objetivo que conlleve a darle calidad o validez cientfica a la teraputica. Se debe aclarar que no se trata de poner en duda el mtodo o el conocimiento homeoptico, sino de hacer una reflexin sobre el modo de hacer ciencia en Homeopata; ello, porque el conocimiento es dinmico y, para que sea reconocido, tiene que ser verificable y reproducible por todos los hombres que hacen ciencia.

    En el siglo pasado, Karl Popper (1902-1994) demostr que la verdad en la ciencia es algo pro-visional, dado que el mtodo cientfico se basa en la refutacin. La publicacin electrnica de acceso abierto PLoS Medicine13 divulg en 2005 un artcu-lo de John P. A. Ioannidis en el que se dice que la publicacin de hallazgos preliminares, estudios ne-gativos, confirmaciones y refutaciones constituyen un mecanismo esencial en el esfuerzo por acercarse a la verdad cientfica. Las verdades cientficas se consolidan como tales cuando diversos grupos de in-vestigacin, independientes entre s, llegan a las mis-mas conclusiones respecto de una misma cuestin, mediante estudios realizados en lugares diferentes y con muestras de individuos distintos.

    Por ello, propongo que las nuevas investi-gaciones sobre Homeopata en particular las clni-cas consideren los siguientes puntos:

    1. El diseo de un modelo propio de investiga-cin cientfica en Homeopata. Que implica la definicin del tipo de investigacin que se va hacer (bsica o clnica), lo que depender del modelo de investigacin que ofrezca mayores ventajas para responder la pregunta que se quiere contestar. El modelo de investigacin en Homeopata deber integrar los aspectos mencionados anteriormente.

    2. La muestra debe ser representativa y cubrir reas con grandes efectos, preferentemente14, para que de esta forma los grupos de tratamiento se conformen con un mayor nmero de pacien-tes y se pueda evaluar con mayor certidumbre el efecto de la teraputica sobre los biomarcadores elegidos.

    3. Debe ser un estudio controlado, aleatori-zado y ciego15. Es controlado porque involucra la comparacin de efectos de tratamientos entre un grupo intervenido y un grupo que acta como control, tratado con un procedimiento que haya

    demostrado no tener un efecto especfico (gene-ralmente, un placebo), para no distorsionar la efi-cacia y la efectividad del tratamiento; aleatorizado (randomizado) porque hace referencia al hecho de que los tratamientos fueron asignados al azar, lo que significa que cada sujeto que entra a un estudio tiene la misma probabilidad de pertenecer a un grupo o a otro, generando adems que los grupos de estudio sean comparables respecto a los factores de riesgo conocidos y desconocidos; y ciego, toda vez que los participantes (pacientes, tratantes, los evaluadores u otros) desconozcan la intervencin a la que est sometido el paciente, lo cual disminuye los sesgos en el estudio.

    4. Debe contener la descripcin del mtodo, para que se pueda generar la secuencia de aleatorizacin y el mtodo de cegamiento.

    5. Debe contener criterios de seleccin (in-clusin, exclusin y eliminacin). Es vital ho-mogeneizar las poblaciones de los grupos de tratamiento para lograr un mayor control en las variables asociadas a las modificaciones de los biomarcadores seleccionados, como son: el esta-do nutricional (desnutricin, normopeso, sobrepe-so u obesidad), el tiempo de evolucin de la enfer-medad, el tratamiento farmacolgico (tipo, dosis y frecuencia) y las patologas concomitantes (HTA; dislipidemias, entre otras).

    6. Descripcin del mtodo para evaluar los efectos adversos.

    7. Descripcin de los mtodos de anlisis es-tadstico.

    8. Descripcin de las prdidas y los abandonos.

    9. Es importante, adems, estandarizar los tr-minos que se utilicen en la redaccin de traba-jos que informen sobre las futuras investiga-ciones en Homeopata16, 17. Esto ayudar a los investigadores no homepatas, y a los lectores, al momento de evaluar la eficacia y/o validez clnica de los estudios publicados.

    10. Resulta relevante, asimismo, elaborar instru-mentos de obtencin de informacin para una adecuada integracin sindromtica, nosolgica, teraputica, etctera, en funcin de los objetivos propuestos por la investigacin.

    11. Otros elementos que se deben tener presen-tes, se relacionan a la temporalidad de las medi-

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    Victorina Elizabeth Jimnez Snchez

    ciones18; de esta manera, cuando la medicin es nica se habla de un estudio transversal, y si las mediciones se realizan a lo largo de un perodo de tiempo se habla de un estudio longitudinal. Por otra parte, cuando el estudio se centra en hechos pasados estamos ante un estudio retrospectivo, y si se siguen los individuos en estudio hacia el futu-ro con la finalidad de detectar hechos que an no ocurren al momento del inicio de la investigacin, hablamos de un estudio prospectivo.

    12. Hacer el seguimiento de la investigacin por ms de un ao, lo que enriquecer el trabajo y dar la pauta para nuevas lneas de investigacin.

    13. Es importante que se estudie, en principio, un solo medicamento homeoptico.

    ConclusinAnte la complejidad teraputica y con el propsito de lograr una calidad cientfica en investigaciones futu-ras sobre Homeopata, es de suma importancia que la muestra estudiada sea representativa y homog-nea. Por eso es fundamental delimitar los criterios de seleccin de la muestra y manejar los sntomas con un valor (camino que inici el doctor Proceso Sn-chez Ortega).

    Asimismo, es necesario estandarizar los tr-minos empleados y manejar el mismo lenguaje, con lo cual se lograr un mayor entendimiento entre los homepatas que hagan investigacin, pero tambin con los hombres que no lo sean y que estn interesa-dos en conocer sus alcances teraputicos desde una visin cientfica. El resultado ser la creacin de un modelo de investigacin en Homeopata que valide su calidad y eficacia teraputica, comn a todos los hombres de ciencia.

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    Transmutacin, Redencin Biolgica y Homeopata

    Transmutacin, Redencin Biolgica y Homeopata

    Resumen

    Abstract

    En apariencia alejados de la clnica, del enfermo y de la Homeopata como mtodo cientfico, los conceptos filosficos, religiosos y espirituales que se vierten en este texto destacan la importancia que tiene el cambio de actitud del ser humano ante comportamientos aprendidos o heredados del entorno familiar y social. La enfer-medad, sea cual sea, es detestable ya que limita o impide el funcionamiento pleno del ser humano; sin embargo, es un hecho que la entidad patolgica acta como un detonante que pone al descubierto una serie de sntomas que son el faro que necesita el mdico homepata para generar un diagnostico de certidumbre.

    Este artculo se complementa con un caso clnico que ejemplifica la utili-dad de los medicamentos homeopticos para curar no slo la afeccin primaria o visible de un paciente, sino para sintonizar integralmente su vida y eliminar por completo el dolor que lo ha aquejado, a veces por largusimos periodos. En este momento, la transmutacin orgnica, psquica y espiritual tomar forma y as, sea-la la autora, con la ayuda del mdico homepata, el doliente lograr su salvacin, su libertad, y realizar a nivel individual una redencin biolgica que despus se expandir y transmitir.

    Apparently away from the clinic, the patient and Homeopathy as a scientific method, philosophical, religious and spiritual concepts that are poured into this text highlights the importance of changing attitudes to human behavior learned or legacy of family and social environment. The disease, whatever, is abhorrent and that limits or prevents the full functioning of the human being; however, it is a fact that the

    *Gloria Alcover Lillo

    *Mdico Cirujano por la Univer-sidad Complutense de Madrid, Espaa, con especialidad en Gi-necologa y Obstetricia.

    Especialidad en Homeopata por la Escuela de Posgrado de Ho-meopata de Mxico, A.C.

    Miembro de honor de la Universi-dad de Sevilla, la Academia M-dico Homeoptica de Barcelona, la Escuela Mdico Homeoptica Rumana, la Escuela Mdico Ho-meoptica Ecuatoriana, la Es-cuela Mdico Homeoptica de Bogot y el Instituto G. Pez de Bogot.

    Ensayo

    Recibido: noviembre, 2013. Aceptado: enero, 2014

    www.latindex.unam.mx www.periodica.unam.mx

    PALABRAS CLAVE:Cambio, Transmutacin, Transformacin, Plenitud vital, Redencin biolgica, Pensamiento oriental, Pensamiento occidental.

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    Gloria Alcover Lillo

    KEYWORDS:Change, Transmutation, Transformation, Whole-ness vital , Biological re-demption, Eastern thought, Western thought.

    Uno de los conceptos que el pensamiento filo-sfico natural del hombre ha abordado profun-damente ha sido el concepto de cambio. En un primer momento, como una evidencia del proceso de la vida; despus, partiendo de esta evidencia, como motivo de reflexin, en cuanto a que se opone al an-helo de eternidad que los seres humanos de todos los tiempos hemos sentido como una dimensin que nos pertenece sin saber cmo. Ha sido, tambin, la contraparte del instinto de conservacin, porque el cambio significa, al mismo tiempo, temporalidad para algunos, apariencia para otros, e ilusin para unos ms. El cambio era y es, en definitiva, la paradoja de dejar de ser mientras se es, para seguir siendo cada vez ms.

    Pareciera que es el cambio, irrefrenable, in-contenible, intrnseco al proceso de la vida, el que nos llevar indefectiblemente a la temida y recha-zada muerte, cumpliendo as su ms ntima para-doja esencial. Se nos presenta como autor eficaz de nuestro crecimiento, de nuestra madurez y de nuestra vejez. En este cambio nos vemos vivir sin poder evitarlo. Es el potente autor de nuestras trans-formaciones conscientes e inconscientes, de nues-tras conquistas, tanto de las nuevas formas como de nuestras deformaciones; de todo lo que vemos que constituye tanto nuestro ser en enfermedad como en salud. De todo lo que tantas veces parece alejarnos de nosotros mismos y, sin embargo, paradjicamen-te, nos acerca.

    En el pensamiento oriental, fundamental-mente espiritualista o naturalista, se revela la posi-cin del hombre frente a lo que no es aparentemente

    divino y eterno. En este momento del pensamiento perceptivo el hombre vive y realiza una rebelin, por-que reconoce, en el vivir dentro de esta eternidad an-helada, la fuente de la felicidad, y en el vivir dentro del cambio-apariencia, el motivo primordial del do-lor humano. En este momento del conocimiento del hombre, el sufrimiento es una realidad ligada al cam-bio y a una dimensin corprea. Por eso mismo se siente sin sentido, se debe exorcizar o superar hasta anularlo, y se emprende toda una serie de caminos de des-encarnacin para poder cambiar de dimen-sin. Sin embargo, dada la unidad sustancial de este cambio con la vida misma, no se pueden separar lo corpreo o lo mortal de lo espiritual y con carcter de eternidad. Slo se puede trascender.

    En el pensamiento occidental, desde Cristo, fundamentalmente encarnacionista, se revela la po-sicin del ser humano ante lo que es una experiencia inevitable: el hombre como una entidad espiritual y corprea. Todo l identidad y misterio. Todo l ama-ble; su cuerpo es escenario del cumplimiento del espritu, portador y vehculo de esta espiritualidad; intermediario sagrado y trascendente por s mismo, y actor de la vida misma del espritu, donde todo tiene sentido, incluso el dolor, incluso el sufrimiento que ha pasado a ser don voluntario de s mismo que se comparte con otro para alcanzar el cumplimiento de una dimensin suprema: el acto de amor.

    As, este conocer la dimensin sacrifical (sacrum-facere) del dolor como don y como partici-pacin voluntaria de cumplimiento por amor de noso-tros en el otro y a travs del otro en nosotros mismos, es lo que en la historia ha forjado la tradicin del sen-

    disease entity acts as a catalyst that exposes a number of symptoms that are the lighthouse that needs to generate a homeopathic physician diagnostic certainty .

    This article is supplemented by a case that exemplifies the usefulness of homeopathic medicines to treat not only primary or condition visible to a patient, but to fully tune your life and completely eliminate the pain that has plagued, sometimes for lengthy periods. At this time, the organic, psychic and spiritual transmutation take shape and so, says the author, with the help of homeopathic doctor, the mourner will achieve salvation, freedom, individually and perform a biological redemption that will expand and then transmit.

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    tido del dolor como necesario de nuestra dimensin terrenal. El dolor pasar a ser incluso deseado como ofrenda de sacrificio voluntaria de unos a otros, como ofrenda de reconciliacin, como oro, incienso y mi-rra de un alma que, atravesando las necesidades de cumplimiento de la tierra y de todos los hombres que en la vida nos rodean, mira y busca a Dios fuera y dentro de s, a travs de los dems y con los dems, y a travs de su corporeidad misma.

    El hombre que lograr esa especie de resu-rreccin ser aquel que retorne a la vida verdadera a travs de la vida misma, es decir, mediante un proce-so excepcional y misterioso que se cumplir cuando sea capaz de vivir el dolor y la felicidad conjuntas de darse, entregarse, saber y querer ofrecerse como don de s mismo. Un hombre que renace en el cumplimiento implcito de su generosidad, del saber abrazar el dolor y la felicidad conjuntos integrados y trascendidos a travs de vivir amando. Al vivir plenamente el hombre encuentra la completa reencarnacin de s mismo, ese renaci-miento deseado y progresivo que le descubre a s mismo el hombre superior. Ese hombre que a veces llamamos anglico para entender su altura. Ese hombre que est, an a travs de los gestos ms sencillos, divinizado por el amor cumplido. Es as, amando, como s que toma cuerpo esa realidad reci-bida del Dios encarnado hecho Hombre en la propia intimidad de cada uno de nosotros. Una transforma-cin realizada a travs de la correccin de las infi-nitas formas enlazadas, ascendidas hacia la verdad ms esencial y original de nuestra realidad radical, donde sentimos que nuestro ser descansa.

    A travs de esta trayectoria, podemos afir-mar que tanto en un momento del tiempo como en otro, y en una latitud de la tierra como en otra del espacio terrenal, la palabra clave es: trascendencia (la secularizacin ha anulado este lenguaje que to-dos hemos odo aunque lejanamente y ha dado como consecuencia la desorientacin en una baja y horizontal lectura de la vida que no pudiendo por s misma trascender la muerte, lleva al hombre a ins-taurar como sentimiento primordial el temor y la fuga, la soledad y el desarraigo).

    El cambio del hombre tendr su mxima ex-presin en la transformacin, es decir, en el ser a tra-vs de su forma, esa forma que se presenta como espejo donde el hombre refleja no slo su ser en el tiempo, su ser en el espacio, su ser en movimiento, su ser en descubrimiento de la verdad esencial que le pertenece y se halla en su intimidad, en su s mis-

    mo. Una forma que se revela como elemento funda-mental de la consciencia como nica va del hombre para saber su ser (no acaso Samuel Hahnemann habla de la enfermedad como una forma de ser?).

    Cambio-transformacin-conciencia hacia su propia trascendencia, sern los elementos funda-mentales de la denominada transformacin, o trans-mutacin. El cambio de la forma debido a un proceso de mutacin del interior y, an en mayor profundidad, a la experiencia del amor-voluntad que libremente acta cada ser humano en su vida, dando una for-ma de conocimiento y de conciencia verdaderamente anhelado y superior.

    El ser humano desea la paz y augura la paz a los que quiere. Pero la paz slo se alcanza cuando se alcanza el objeto de amor. Y esta es la temtica fundamental de la vida, de la felicidad, y de la enfer-medad y la infelicidad del ser humano y de todo ser en el universo.

    En este contexto, la enfermedad es deforma-cin del hombre-verdad, del hombre-ntimo, del hom-bre-espritu, del hombre-celeste que cada hombre es y siente ser, y al que cada ser humano, en su parti-cular profundidad e individualidad, quiere dar cumpli-miento. Es, al mismo tiempo que un proceso vital, es decir, que se dirige indefectiblemente hacia la vida, una forma de ese hombre total en ese momento de su existencia. Y es forma plena en un conflicto como en los momentos de salud, es decir, durante los mo-mentos felices que se presentan en medio de la en-fermedad. Es una forma tan plena que dar lugar a la paradjica expresin doctrinaria que nos transmiti el maestro Higinio G. Prez a principios del siglo XX, diciendo: ...la enfermedad y la salud son estados de existencia, tan perfectos el uno como el otro... Esta afirmacin slo es explicable al interior de la com-prensin del significado de la forma.

    La forma es una dimensin de la conciencia. Pero es, sobre todo, experiencia inconsciente del gra-do de amor-voluntad que cada hombre tiene en ese momento de su vida hacia s mismo, hacia los dems y hacia lo dems, donde los otros son, a su vez, in-finitas formas de s mismo en movimiento, dentro de un mundo de cambio, en evolucin ascendente y tras-cendente, inmersos ya en un cumplimiento de reden-cin a travs de procesos extraordinarios que puedan restituir progresivamente la libertad fsica, moral y so-cial perdidas, pero anheladas sin descanso.

    Una libertad que no podemos comprender tan slo como un proceso del individuo hacia l mis-

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    Gloria Alcover Lillo

    mo, sino tambin como un proceso del individuo que sale de s hacia sus hijos, su descendencia; en su trabajo, en sus proyectos, en sus sueos, en sus an-helos, en la realizacin universalizante de su propio misterio. No acaso Platn afirmaba que cada uno toma la forma de lo que ama? Y por esa misma ra-zn los mdicos damos tanta importancia a la semi-tica, a la tipologa, al lenguaje del soma, porque la forma de ser y estar de nuestro paciente nos hablar de lo que realmente conforma el nudo central de su sufrimiento.

    Sin duda, estos temas parecen de un orden un tanto abstracto, con cierta inclinacin filosfico-re-ligiosa, y por ende un tanto alejados de la clnica con el enfermo y de la Homeopata como mtodo cien-tfico. Sin embargo, nada sera tan engaoso. En el Organon, Hahnemann hizo hincapi en la necesidad de ver con sagacidad y penetracin, mientras que el clebre psicoanalista y psiquiatra suizo Carl Gus-tav Jung concluy al final de su vida con la observa-cin, aparentemente desconcertante para el mundo cientfico mecanicista, de que en un ltimo anlisis, la causa fundamental de la patologa de todo hombre es un conflicto de orden religioso.

    Y esto, pienso, se debe a un hecho: en la intimidad de toda transformacin, como hemos vis-to, est la tendencia a la transcendencia, es decir, la tendencia a traspasar la realidad sensible hacia el Alto para alcanzar el ser plenamente. En toda in-timidad est la bsqueda de la verdad de s mismo, con quien no slo cada hombre, sino incluso cada proceso biolgico, se compara a cada instante de realizacin, buscando su plenitud y ese espacio de bienestar donde siente que descansa su ser. Esto tambin ocurre en los seres ms simples y elementa-les en forma intuitiva o automtica, de modo tal que, descubrindose a la vida, puedan decidir el estable-cerse o esfumarse. En unos, simplemente siguiendo las leyes bsicas como la ley de seleccin natural; en otros, los ms complejos, segn el grado de su voluntad-libertad.

    Quiero ilustrar todo esto con un caso clnico para que tomen cuerpo estas reflexiones y se pueda constatar su utilidad y aplicacin directa en la com-prensin profunda de la vida de las personas comu-nes que padecen su existir y sufren en modo evi-dente, es decir, a quienes llamamos pacientes (no clientes!).

    Cabe sealar que los sntomas predominan-tes, extraordinarios, peculiares y singulares (carac-tersticos, segn el pargrafo 153 del Organon) se

    presentarn con letras resaltadas (bold o negritas) seguidos de los nmeros 1 para la psora, 2 para la sycosis y 3 para la syphilis, de acuerdo con las en-seanzas del maestro Proceso Snchez Ortega, a fin de que puedan identificarse la homogeneidad o la heterogeneidad, extensin e intensidad del conjunto de sntomas que conformarn el dinamismo morboso actuante que pone en crisis la vida del paciente, que es en definitiva lo que un homepata clsico busca para poder elegir con verdadera similitud dinmica, claridad, exactitud y precisin, el simillimum. No para hacer una quiniela, como algunos piensan, afirman-do que no encuentran sentido a esa valoracin.

    Vino a consulta una jovencita rubia, delga-da, muy bonita. Estticamente pareca una princesa de los cuentos de hadas de la Alta Edad Media, en un tiempo moderno. Sus ojos grandes y azules se mostraban vivos, pero estaban apagados, como des-encantados. Ella acudi a la consulta fundamental-mente porque desde hace algn tiempo se le haba llenado la cara de verrugas pequeas (2, 1), duras (1), que a veces le ardan (3). No eran muy visibles, pero eran muchas (2) y le preocupaban bastante (1, 2). A este cuadro, visible en los ltimos meses, le acompa leucorrea abundante (2) aunque sta la haba tenido siempre, incluso desde nia. Por pocas era verdosa y excoriante (2, 3). La menstruacin era irregular (2) con largos periodos de amenorrea (3) desde hace 2 aos. La joven tena en ese mo-mento 18 aos; la menarca fue a los 14 aos, como le sucedi tambin a su madre.

    Cuando se le pregunt por su temperamento dijo medio sonriendo, con un gesto de desconfianza y de reserva, que estaba bien. Cuando se le pregunt por su vida afectiva familiar, alz los ojos al cielo y suspir, en seal de sufrimiento. Explic que tiene dos hermanos varones con los cuales se peleaba continuamente. Con el primero, 3 aos mayor, se pa-saba la vida intentando desquitarse de las maldades que le haca, del desprecio y el maltrato continuos; aunque ella quisiera estar con l y que la tratara bien; eso era imposible y lo detestaba (3). Acerca del her-mano pequeo, 6 aos menor, deca con una sonrisa perversa que cuando se le acercaba le causaba fas-tidio, por lo que ella le daba unas caricias estrujan-tes, tan fuertes que el pequeo sala llorando, pero no le importaba. Su madre contaba que cuando eran ms pequeos, si se lo encargaba a ella para que lo cuidara, lo dejaba caer framente, incluso en situa-ciones muy peligrosas. De hecho, al hablar de sus hermanos varones, deca que le producan asco. Bromeando, aada que si hubiera nacido otro her-mano varn, me habra ido a la cocina a suicidarme.

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    Al preguntarle por su pap se sonrojaba, y a la vez levantaba el labio superior en seal de disgusto (la predominancia syphiltica jerrquica era evidente).

    Tres dosis de Sepia 200C, distantes entre s 15 das, fueron suficientes para cambiar la forma de ser y de estar de la pacientita, pero no para mo-dificar su conflicto existencial. Desaparecieron la mayora de las verrugas de la cara, y desapareci la leucorrea. La menstruacin se hizo ms regular y la paciente se volvi menos indispuesta con sus her-manos, aunque no demasiado porque el obstculo continuo de la agresin y el maltrato segua siendo una causa suficiente para mantener y desencadenar la patologa. La joven viva sometida a la dinmica familiar como un gran obstculo desencadenante y determinante continuo.

    Tuve ocasin de hablar mucho con la madre, la cual, lgicamente, revelaba la situacin anteceden-te a la reaccin actual de la hija ante los hermanos, el pap y la vida. La madre de la joven haba vivido una gran castracin familiar por parte de su padre, hom-bre potente y riguroso, un tanto desptico (propio de su poca, podramos decir). Esto la llev a alejarse de la casa muy joven, poniendo como excusa los es-tudios y sintiendo repudio, sin enfrentarse a la fami-lia de origen por su forma prepotente e hipcrita de comportarse. Incluso, renunci a su herencia.

    Esto, a su vez, le signific el rechazo de su familia, teniendo como consecuencia lgica la nece-sidad de reafirmar sus propias decisiones y su po-sicin ante la vida, ms que independiente, sola. Y como es natural, a habituarse a reafirmar sus ideas para poder sobrevivir. En esta situacin de disgus-to y rechazo, encontr a quien fue el padre de sus hijos. Inevitablemente la experiencia anterior le dej una marca, consciente o inconsciente, de disgusto familiar y de conflicto con el mundo masculino repre-sentado por su padre. No por casualidad, el padre de sus hijos era un hombre joven fundamentalmente li-bertino, provocador, impdico y transgresivo, con fal-ta de sentimientos morales y envuelto en una forma de msico artista genialoide.

    En otras palabras, fue el arquetipo de Dioniso que vino a compensar la forma extremamente apol-nea y patriarcal del pap de la madre de mi pacienti-ta. La consecuencia natural fue el rechazo a todo lo que pudiera tener un aroma a familia conservadora, victoriana y decimonnica. Esto se complic porque la mujer, ante la carencia de una fuerte feminidad, no pudo desarrollar una nueva forma de familia en su interior. Por desdicha, la madre de la madre de

    mi paciente (es decir, la abuela) ha sido una mujer caracterizada por el servilismo, la clandestinidad y la hipocresa para mantener la paz y obedecer al mari-do. Con esta imagen dentro de s como referencia de su mundo femenino, la madre de mi paciente no ha podido transmitir consciente, inconsciente ni genti-camente el gusto, la seguridad y el aprecio a s mis-ma que se necesitan para que una nia pueda tener buenos instrumentos que le permitan enfrentarse a las dificultades de la vida. En fin, lo que se entiende por una feminidad potente o al menos segura. Obvia-mente, ha transmitido la feminidad tal como la tiene interiorizada y la ha vivido.

    El genio musical de su marido la ha trata-do mal; la humilla y la desprecia. Se revela un gran egosta, hipcrita y cruel, que quiso obligarla a abor-tar varias veces en forma violenta, y al cual ella, des-orientada en la vida y con la imagen de servilismo que su madre le dej, no supo oponerse. La mujer ha vivi-do, casi puedo decir que por siempre, llena de miedo, de esclavitud y de imposibilidad, a tal punto que sufri varios abortos espontneamente, como si obedeciera un mensaje perverso del que no se poda liberar.

    Despus del tercer aborto ella se cerr com-pletamente en su intimidad, efectuando una gran transformacin fsica y psicolgica. Se volvi delgada y seca; siempre triste, spera, acida. Desarroll una micosis en todo el trax, los brazos y la espalda supe-rior, es decir, en toda la extensin que normalmente se ocupa para dar un abrazo. Sinti rechazo sexual hacia el marido y hacia todos los hombres en general. Se convirti verdaderamente en el antdoto de la luju-ria. Se lig al amor a travs de su sentimiento mater-nal profundo, que se volvi el nico punto de anclaje donde encontr algo de comprensin y donde ha po-dido expresarse sin ser sistemticamente agredida.

    A travs de los aos qued embarazada va-rias veces. Algunos hijos los perdi al sexto mes, otros al segundo y unos ms nacieron prematuros, pero consiguieron vivir con grandes esfuerzos por parte de ella, convirtindose, naturalmente, en el centro abso-luto de su vida afectiva. El padre se ocup poco de los nios en toda la fase inicial de la vida. En el ltimo em-barazo los sntomas predominantes fueron: leucorrea verde, pruritosa y excoriante (2, 1, 3); tendencia al aborto (3, 1) con amenaza inminente despus del coi-to (3) y de enfrentamientos con el marido; agotamien-to por el mnimo esfuerzo (3, 1); sueo y deseo de estar sola (1, 3) y acostada (3). Asimismo, aversin al coito y al marido (3), al punto de vomitar al verlo (3), y palpitaciones durante el embarazo (2, 1). La predominancia syphiltica es evidente.

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    Gloria Alcover Lillo

    Su condicin de Sepia salt a la vista, a pesar de que tuvo que tomar diversos remedios en distintos momentos existenciales. Sin embargo, la reflexin que me interesa es la que se refiere a la funcin de la enfermedad como proceso morboso salvfico (per-teneciente o relativo a la salvacin) de la luz y de la conciencia trascendente que se manifiesta incluso a travs del dolor y el sufrimiento. Tambin la relacin entra la forma, la esttica y la dinmica de la vida de un paciente.

    En un primer momento parecera natural que la funcin del tratamiento fuese ayudar a que la mujer hiciera las paces con el marido. Sin embargo, es po-sible que esto no se pueda ni se deba realizar nunca en concreto, puesto que el marido no ha tenido nin-guna disposicin a la curacin ni a hacer un trabajo de correccin de su vida. No obstante, si hacemos una lectura ms profunda nos daremos cuenta de que el marido es un espejo de una parte de s misma y, por lo tanto, su realidad interior es que ella ha re-chazado una parte de su totalidad y la consecuencia ha sido esa nueva forma en donde se muestra seca. Al mismo tiempo ha quedado esclavizada y subordi-nada de esa sequedad, con la que se ha identificado y que es un smbolo triste de su condicin heredada, alimentada y reformada.

    Se manifiesta victima de ese crculo vicioso que se crea entre la patologa y la conducta. Vive una deformacin exterior que refleja claramente su defor-macin interior inconsciente y que va modelando, tambin inconscientemente, su interior y su exterior desde hace muchos aos. Deformacin de la cual no se ha podido separar, sin saber por qu, como si fue-ra para ella una fatalidad que la posee, nefastamente necesaria hasta el extremo de que, una vez revela-do todo el contenido de su forma patolgica, sta le ha llevado a rechazar su propia imagen al grado de desear vehementemente un nueva forma, una reno-vacin y un renacimiento. Eso que en el lenguaje psi-coteraputico popular de hoy se llama tocar fondo. Y lograr la correccin de esto es el gran trabajo del simillimum!

    La plenitud de vida que est inscrita en nues-tro interior obliga al enfriamiento en cuanto el umbral del dolor es sobrepasado. La presencia de Eros en la vida matrimonial es modelo y arcano. Por naturaleza, el matrimonio debe ser fusin (sin confusin) y fruto. Integracin a travs del otro en uno mismo. Espe-jearse en los ojos del otro para verse, reconocerse y saberse interpretado en el amor y a travs del amor que se completa, se complementa.

    Descubrir a travs de la masculinidad la pro-pia feminidad, y a travs de la feminidad la propia masculinidad. Estas cosas ocurren espontneamen-te cuando se ama. No es necesario hacer discursos. Esto es lo que ocurre y por eso los seres humanos deseamos profundamente encontrar al otro, al amor del otro que nos completa. No por casualidad viene siempre representado el momento del amor ertico como un raptus donde el nima es sorprendida y desnuda, es elevada en el aire, de la tierra al cielo, por el amor amante y amado. Eso es en sustancia el Eros-amor-matrimonio: fusin, creacin, fruto. Tal es el arcano rector de la experiencia ertica total en todo ser humano, por sencillo que sea, cuando real-mente se enamora, es decir, cuando es posedo por el amor. Se traducir en su interior a travs de sus sueos, sus deseos, sus anhelos y, en contrapartida, sus desencantos, sus desilusiones, sus temores, sus frustraciones o su anulacin en el amor, con todas sus consecuencias.

    A la madre de la paciente (y a la paciente tambin), como a todos, le lleg el momento, sin duda estimulada por los medicamentos homeopti-cos. Qu descubri? Que su sequedad ofenda su sensibilidad de mujer. Que su anulacin profanaba su dignidad humana. Que su esclavitud envileca sus ensueos. Que al que llamaba marido no era tal; era su verdugo, y ya ni siquiera era importante en su vida. Que la existencia de l, como individuo en su vida, era intrascendente para su realizacin. Ms bien, todo lo contrario.

    Que precisamente porque no era nada de lo que debera ser, ella nada le deba y, fundamental-mente, todo era una confusin. Ella comprenda que tena mucho que descubrir y recuperar, incluso cosas que no tenan que ver con l. l no representaba la masculinidad que ella amaba y necesitaba. Era im-prescindible mirar hacia otro lado, hacia s misma, antes de pretender una nueva unin. Necesitaba mi-rar hacia dentro para cambiar la vida que senta per-dida y no realizada. Necesitaba hacer la paz con la vida, recuperar su vida hasta donde fuera posible.

    La paciente reaccion de manera aparente-mente sencilla: se fue a la peluquera y se cort el cabello, por primera vez en 15 aos. Se compr ropa jovial, cosa que nunca haba hecho (frecuentemente llevaba vestidos de las tas maternas). Podemos de-cir que se invisti exteriormente para tomar una nue-va forma y estimular as el cumplimiento del misterio.

    Recuperarse despus de 40 aos de anula-cin es un proceso limitado, aunque puede ser sufi-

  • 27LA HOMEOPATA DE MXICO. Volumen 83, nmero 690, mayo-junio 2014, p. 19-25.

    Transmutacin, Redencin Biolgica y Homeopata

    cientemente satisfactorio. La paciente llegar adon-de le sea posible llegar, pero ha podido insertar su vida