la historieta nacional argentina infografía

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Sábado 2 de junio de 2012 NOTA DE TAPA ridos del país. Con tal episodio, “El Negro” mostraba el arraigue de los personajes de sus historietas al acervo cultural, raíces traducidas en cotidia- neidades y nostalgias, en símbolos, costumbrismos y recuerdos, dejando marcas y huellas en el inconsciente colectivo, que si no daban cuenta de su eternidad, le pegaban en el palo. Sucede que la cultura argentina también está hecha de retazos de dibu- jos, de esos que, a lo largo de los años H ay una historieta de Roberto “El Negro” Fontanarrosa en la que éste se dibuja a sí mis- mo y donde aparecen sus personajes Inodoro Pereyra, Mendieta, Sperman y Boogie, el Aceitoso. Los cuatro se dirigen al dibujante para exigirle un aumento salarial, ya que consideran que su creador está haciendo mucho dinero a costa suya. La discordia es tal que se genera una trifulca entre “El Negro” y sus personajes, donde el primero -con goma de borrar en mano- amenaza con deshacerlos. La tensión se acrecienta en cada cuadro hasta que Boogie saca su pistola e increpa con dureza a su genio creador, expresándole entre gestos cómplices algo así como: “Está equivocado, us- ted no entiende. Los dibujantes pasan, pero los dibujos quedan”. Así de lúcidos eran los mensajes de uno de los historietistas más que- y las viñetas, fueron entreteniendo a un incontable número de lectores. De hecho, la repercusión y la influencia que tuvo la historieta nacional, no sólo en el país sino también en el mundo, la posicionan como protagonista vita- licia de nuestra identidad, sobre todo teniendo en cuenta que Argentina es la cuarta escuela en importancia en el mundo, después de la estadounidense, la japonesa y la franco-belga. Lo cierto es que, en la actualidad la historieta argentina es difícil de encasi- llar y las ambigüedades en su seno se hacen notar. Sobra talento, pero faltan editoriales. Está lejos la época de oro de los años ´50, pero sigue habiendo llanura de cosecha, donde suenan fuerte nombres como Max Aguirre, Tute, Liniers o Ariel Olivietti. Y la región no estuvo ni está exenta de estas tintas. Lomas de Zamora es albergue de figuras de la cuña de Alberto Heredia, el mismo que fuera guionista de algunas obras de Manuel García Ferré, creador de Anteojito y Antifaz. Tabaré, con sus queridísimos Diógenes y el Linyera, es vecino de Turdera. Felipe Miguel Dobal vive en Temperley. Y por supuesto Caloi, como no mencionarlo, desde José Már- mol dejó su impronta y su Clemente para la cultura nacional. Además de artistas y filocomics como Diego Gre- co y Lautaro Ortiz, ambos de Banfield, que desde las revistas Viva y Fierro, respectivamente, están dejando su El momento actual de la historieta es interesante. Lejos del techo pero también lejos del piso, que se tocó hace diez años, cuando en Argentina se redujo práctica- mente a una editorial de bajísima calidad. Hoy son muchos sus autores. Los más exitosos son los que publican en los diarios, como Nik, Liniers, Rep, Gustavo Sala, Tute... Pero hay otros importantes, tanto en Capital y Gran Buenos Aires, como en otras ciudades del país. No se sabe con exactitud quiénes son sus lectores. Hay un público fraccionado desde los diarios, muy hete- rogéneo. También otro que consume historietas a través de descargas online o en los blogs de los propios autores. El fenómeno del consumo en soportes digitales hace que sea más difícil “ver” al lector y, por ende, más difícil cuantificarlo y describirlo. En cuanto al mercado editorial, éste es el que decide qué historietas se publican y en qué circuito se comerciali- zan. Fuera del mismo están los lectores que leen en la web y los comerciantes y distribuidores que importan publica- ciones generadas en otros mercados con criterios que no tienen mucho que ver con la realidad del nuestro. En tanto, el mercado actual no tiene cabida para esos dibujantes a los que les sobra nivel para insertarse laboralmente en los países donde sí hay una industria funcionando. Pero no está mal que a un país le sobre talento. Está todo dado para que la movida siga creciendo, lo cual no sig- nifica que alguna vez se repita lo que fue en los años ´40 y ´50, cuando la historieta era un me- dio de entretenimiento popular, incorporado a los hábitos de consumo de amplios sectores. Hoy estamos mejor en términos de calidad, aunque no hay forma de que la repercusión de las mismas se acerque a la de aquellas décadas. Entre la abundancia de talento y la falta de editoriales, la historieta nacional se mantiene viva entre circuitos abiertos de dibujantes y anónimos lectores. Atrás quedó su época dorada, pero también los años de vaciamiento. Hoy, de a poco, vuelve a ponerse en pie este arte que, desde siempre, aporta a la cultura nacional y popular. • El presente de la historieta nacional Lejos del techo y lejos del piso * Periodista especializado en historietas. Creador de los sitios www.comiqueando.com.ar y 365comicsxyear.blogspot.com. OPINIÓN por Andrés Accorsi* por Walter Sosa huella de una u otra manera en este camino de cuadros y globitos. “Debemos resignarnos y aceptar que la época dorada ya pasó”, sentencia el periodista, es- pecializado en el mundo del cómic, Andrés Valenzuela, oriundo de Monte Grande y creador de “Cuadritos”, un sitio web dedicado a este arte. Porque, aunque el universo de la historieta cambió, para él “eso no significa que no exista un circuito interno de reconocimiento”. Es que, lo que sucede con la his- torieta nacional también encuentra explicación en la realidad que hoy envuelve a la industria cultural en el país. “Cambiaron los ejes, apareció la televisión, las computadoras y los videos juegos, hay muchísimas op- Tute a Info Región La tapa del centenario impreso, la edición Nº 100 de Info Región en papel, contó con el honor de una ilustración de Tute, que felicitó al medio con una vistosa caricatura. La vida en cuadros y viñetas Rico Tipo Guillermo Divito El Eternauta Francisco S. López/ Hector G. Oesterheld Mafalda Quino Hijitus Manuel G. Ferré Inodoro Pereyra Roberto Fontanarrosa Clemente Caloi Patoruzito Dante Quinterno El Loco Chavez H. Altuna/C. Trillo Macanudo Liniers Batu Tute Las Puertitas del Sr. Lopez H. Altuna/C. Trillo Niño Azul Rep Mujeres Alteradas Maitena Patoruzú Dante Quinterno Diego Greco es vecino de la región. Vive en Banfield, donde tiene una escuela de arte, y comenzó a dibujar a los 18 años. Sale en la revista Viva todas las semanas con su obra “Tiburcio”. Hoy también en la tapa de Info Región. “Mi primer trabajo pago fue en 2003”, menciona Greco y recuerda las seis páginas mensuales que enviaba para una editorial española. Luego realizó trabajos para Billiken, la llamada Fuerza Mosca y algunos otros, que ahora salen en los manuales Kapelusz. En la actualidad, hace también los dibujos de Bad Dog, una tira norteamericana cuyo guionista es Joe Kelly, el mismo de Ben 10. Según apunta en diálogo con Info Región, su objetivo es que sus dibujos sean lo más realistas posibles, que tengan expresiones y movimientos naturales. “Trato de darles una personalidad”, explica. Su trabajo es íntegramente digital, utiliza una tableta táctil donde hace los trazos y colores con un lápiz especial. “La única diferencia es que no uso tinta”, resalta. Greco también es director de la escuela X-Arte, ubicada en avenida Alsina 420, de Banfield (http://x-arte.com.ar/). Su blog es http://diegogreco. blogspot.com.ar Gaturro Nik Tiburcio Alejo Valdearena Diego Greco

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Page 1: La historieta nacional argentina infografía

Sábado 2 de junio de 2012NOTA DE TAPA �

ridos del país. Con tal episodio, “El Negro” mostraba el arraigue de los personajes de sus historietas al acervo cultural, raíces traducidas en cotidia-neidades y nostalgias, en símbolos, costumbrismos y recuerdos, dejando marcas y huellas en el inconsciente colectivo, que si no daban cuenta de su eternidad, le pegaban en el palo.

Sucede que la cultura argentina también está hecha de retazos de dibu-jos, de esos que, a lo largo de los años

Hay una historieta de Roberto “El Negro” Fontanarrosa en la que éste se dibuja a sí mis-

mo y donde aparecen sus personajes Inodoro Pereyra, Mendieta, Sperman y Boogie, el Aceitoso. Los cuatro se dirigen al dibujante para exigirle un aumento salarial, ya que consideran que su creador está haciendo mucho dinero a costa suya. La discordia es tal que se genera una trifulca entre “El Negro” y sus personajes, donde el primero -con goma de borrar en mano- amenaza con deshacerlos. La tensión se acrecienta en cada cuadro hasta que Boogie saca su pistola e increpa con dureza a su genio creador, expresándole entre gestos cómplices algo así como: “Está equivocado, us-ted no entiende. Los dibujantes pasan, pero los dibujos quedan”.

Así de lúcidos eran los mensajes de uno de los historietistas más que-

y las viñetas, fueron entreteniendo a un incontable número de lectores. De hecho, la repercusión y la influencia que tuvo la historieta nacional, no sólo en el país sino también en el mundo, la posicionan como protagonista vita-licia de nuestra identidad, sobre todo teniendo en cuenta que Argentina es la cuarta escuela en importancia en el mundo, después de la estadounidense, la japonesa y la franco-belga.

Lo cierto es que, en la actualidad la historieta argentina es difícil de encasi-llar y las ambigüedades en su seno se hacen notar. Sobra talento, pero faltan editoriales. Está lejos la época de oro de los años ´50, pero sigue habiendo llanura de cosecha, donde suenan fuerte nombres como Max Aguirre, Tute, Liniers o Ariel Olivietti.

Y la región no estuvo ni está exenta de estas tintas. Lomas de Zamora

es albergue de figuras de la cuña de Alberto Heredia, el mismo que fuera guionista de algunas obras de Manuel García Ferré, creador de Anteojito y Antifaz. Tabaré, con sus queridísimos Diógenes y el Linyera, es vecino de Turdera. Felipe Miguel Dobal vive en Temperley. Y por supuesto Caloi, como no mencionarlo, desde José Már-mol dejó su impronta y su Clemente para la cultura nacional. Además de artistas y filocomics como Diego Gre-co y Lautaro Ortiz, ambos de Banfield, que desde las revistas Viva y Fierro, respectivamente, están dejando su

El momento actual de la historieta es interesante. Lejos del techo pero también lejos del piso, que se tocó hace diez años, cuando en Argentina se redujo práctica-mente a una editorial de bajísima calidad.

Hoy son muchos sus autores. Los más exitosos son los que publican en los diarios, como Nik, Liniers, Rep, Gustavo Sala, Tute... Pero hay otros importantes, tanto en Capital y Gran Buenos Aires, como en otras ciudades del país.

No se sabe con exactitud quiénes son sus lectores. Hay un público fraccionado desde los diarios, muy hete-rogéneo. También otro que consume historietas a través de descargas online o en los blogs de los propios autores. El fenómeno del consumo en soportes digitales hace que sea más difícil “ver” al lector y, por ende, más difícil cuantificarlo y describirlo.

En cuanto al mercado editorial, éste es el que decide qué historietas se publican y en qué circuito se comerciali-zan. Fuera del mismo están los lectores que leen en la web y los comerciantes y distribuidores que importan publica-ciones generadas en otros mercados con criterios que no

tienen mucho que ver con la realidad del nuestro. En tanto, el mercado actual no tiene cabida para

esos dibujantes a los que les sobra nivel para insertarse laboralmente en los países donde sí hay una industria funcionando.

Pero no está mal que a un país le sobre talento. Está todo dado para que la movida siga creciendo, lo cual no sig-nifica que alguna vez se repita lo que fue en los años ́ 40 y ́ 50, cuando la historieta era un me-dio de entretenimiento popular, incorporado a los hábitos de consumo de amplios sectores. Hoy estamos mejor en términos de calidad, aunque no hay forma de que la repercusión de las mismas se acerque a la de aquellas décadas.

Entre la abundancia de talento y la falta de editoriales, la historieta nacional se mantiene viva entre circuitos abiertos de dibujantes y anónimos lectores. Atrás quedó su época dorada, pero también los años de vaciamiento. Hoy, de a poco, vuelve a ponerse en pie este arte que, desde siempre, aporta a la cultura nacional y popular.

• El presente de la historieta nacional

Lejos del techo y lejos del piso

* Periodista especializado en historietas. Creador de los sitios www.comiqueando.com.ar y 365comicsxyear.blogspot.com.

OPINIÓN por Andrés Accorsi*

por Walter Sosa

huella de una u otra manera en este camino de cuadros y globitos.

“Debemos resignarnos y aceptar que la época dorada ya pasó”, sentencia el periodista, es-pecializado en el mundo del cómic, Andrés Valenzuela, oriundo de Monte Grande y creador de “Cuadritos”, un sitio web dedicado a este arte. Porque, aunque el universo de la historieta cambió, para él “eso no significa que no exista un circuito interno de reconocimiento”.

Es que, lo que sucede con la his-torieta nacional también encuentra explicación en la realidad que hoy envuelve a la industria cultural en el país. “Cambiaron los ejes, apareció la televisión, las computadoras y los videos juegos, hay muchísimas op-

Tute a Info RegiónLa tapa del centenario impreso, la edición Nº 100 de Info Región en papel, contó con el honor de una ilustración de Tute, que felicitó al medio con una vistosa caricatura.

La vida en cuadros y viñetas

Rico TipoGuillermo Divito

El EternautaFrancisco S. López/Hector G. Oesterheld

MafaldaQuino

HijitusManuel G. Ferré

Inodoro PereyraRoberto Fontanarrosa

ClementeCaloi

PatoruzitoDante Quinterno

El Loco ChavezH. Altuna/C. Trillo

MacanudoLiniers Batu

Tute

Las Puertitas del Sr. LopezH. Altuna/C. Trillo

Niño AzulRep

Mujeres AlteradasMaitena

PatoruzúDante Quinterno

Diego Greco es vecino de la región. Vive en Banfield, donde tiene una escuela de arte, y comenzó a dibujar a los 18 años. Sale en la revista Viva todas las semanas con su obra “Tiburcio”. Hoy también en la tapa de Info Región.

“Mi primer trabajo pago fue en 2003”, menciona Greco y recuerda las seis páginas mensuales que enviaba para una editorial española. Luego realizó trabajos para Billiken, la llamada Fuerza Mosca y algunos otros, que ahora salen en los manuales Kapelusz. En la actualidad, hace también los dibujos de Bad Dog, una tira norteamericana cuyo guionista es Joe Kelly, el mismo de Ben 10. Según apunta en diálogo con Info Región, su objetivo es que sus dibujos sean lo más realistas posibles, que tengan expresiones y movimientos naturales. “Trato de darles una personalidad”, explica. Su trabajo es íntegramente digital, utiliza una tableta táctil donde hace los trazos y colores con un lápiz especial. “La única diferencia es que no uso tinta”, resalta.Greco también es director de la escuela X-Arte, ubicada en avenida Alsina 420, de Banfield (http://x-arte.com.ar/). Su blog es http://diegogreco.blogspot.com.ar

GaturroNik

TiburcioAlejo ValdearenaDiego Greco

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Sábado 2 de junio de 2012� NOTA DE TAPA

que tiene alrededor de 40 mil visitas mensuales, contiene reseñas, críticas e información de muchísimas publi-caciones que no se limitan al ámbito nacional. “Por semana, subo entre tres y cuatro notas”, detalla y señala que “hay mucho de que escribir”.

El recurso del blog es también utilizado por varios historietistas. De hecho, el mismo Valenzuela señala que “alrededor de un 12 por ciento de lo que

se publica corresponde a canales digita-les”. El resto, según asegura, se disputa entre reediciones de clásicos y nuevas publicaciones. Al mismo tiempo, si bien admite que no hay datos estadísticos que puedan mostrar un panorama ex-

haustivo de lo que se publica en materia de títulos nuevos, afirma que hay “entre 200 y 250 por año”.

La cifra es ínfima si se la compara con todo aquello que sale del mercado editorial argentino. “Sucede que es más caro publicar un libro de histo-rietas que un libro común y corriente”, explica. De todas formas, resaltó que desde 2003 las ediciones de libros de humor gráfico e historietas comenza-ron a tomar más peso.

“Están empezando a surgir varias editoriales y, por ende, más publicaciones”, resalta a Info Región Camila Dotta Vidal, desde el local “Eternia Comics” de la avenida Meeks al 200, en Lomas de Zamora. “No son muchas, pero son importante teniendo en cuenta que antes, hace quince años, no había nada”, indica.

Es que, como muchas otras ex-presiones culturales, la historieta fue y es vulnerable a las coyunturas económicas, políticas y sociales. En la década de 1990 comenzaron a

conquistar el terreno con mucho más ímpetu las publicaciones importadas, que destrozaron al mercado local, he-cho que hizo que la mayoría todavía hoy opte por leer algo de afuera. “La mayoría elige El Manga, Marvel o DC”, apunta Camila, quien admite: “no se vende tanto nacional”.

“Los que la leen son la minoría ya que todavía no atrapó al gran público”, explica. A su vez, entre las editoriales que hacen más ruido, destaca a “La Duende”, “Llanto de Mudo” y la histórica “De la Flor”.

“Un arte maravilloso.” Con es-tas palabras, Víctor Leali describe lo que para él es todo un universo. Leali

es productor de dibujados animados, co-creador de “Dibu”, el simpático personaje de la serie televisiva que hace 15 años llegó a tener 40 puntos de rating. Lo cierto es que, quien tam-bién fuera director de pre-producción de la película Patoruzito 2 dice que la historieta es para él “una causa pendiente”. “Uno de mis traumas personales es que nunca pude hacer historietas”, aclara y destaca entre sus preferidos a Dante Quinterno, creador de Patoruzú.

Leali se considera “un gran lector de historietas” y posee en su haber un sinnú-mero de revis-tas y libros de tiras cómicas y del estilo “conti-nuará”, entre los que destaca un millar de origi-nales. “La histo-rieta hoy no tiene la repercusión que debería tener si se la compara con el talento que hay de los artistas. Los grandes dibujantes argen-tinos están publicando en el exterior”, manifiesta. La lógica de publicar en el exterior “se da porque acá no hay medios donde un historietista pueda desarrollarse, salvo si tiene la suerte de trabajar en un diario” afirma y con-cluye: “Talento, hay de sobra”.

La región, cuna de talentos.Entre ellos se destacan Felipe Miguel Dobal, Pedro Seguí, Tabaré, Horacio Cardo y los hermanos Heredia, además de uno de los más emblemáticos: Carlos Loiseau, conocido como “Caloi” y pa-dre del querido y popular Clemente.

“Mi viejo fue uno de los grandes humoristas gráficos de Argentina. Fue un artista popular, difícil de encontrar ya que no son muchos los humoristas gráficos realmente popu-lares. Algo reservado a unos pocos y mi papá fue uno de ellos”, destaca Tute a Info Región.

Heredero del oficio de su padre, se crió en las veredas y calles de José Mármol, donde vivía su familia, y el taller que Caloi tenía en San Telmo, el mismo donde edificaba aquel personaje sin brazos afable a las aceitunas.

En los vaivenes de aquellos cruces y en los azares de otras páginas, Juan Matías (así es como figura Tute en su DNI) hizo siembra de su talento desde muy pequeño. Nacido en el 74, un año después que Clemente, pronto comenzó a sentir interés por eso que lo apasiona-ba a su viejo. Promediando los veinte empezó a publicar en La Nación.

ciones de entretenimiento que antes no existían”, señala a este medio y explica, a su vez, que esta tendencia se da en varios puntos del planeta, “excepto en Francia y Japón”.

Sin embargo, en el país todavía existe un núcleo de amantes de las his-torietas. Además hay varios dibujantes que se destacan en la escena y otros que ya consolidaron un estilo, entre ellos Miguel Repiso. “Rep hizo de la tira

toda una búsqueda que excede al chiste con remate”, destaca Valenzuela.

Desde hace más de cuatro años que él tiene un sitio web dedicado exclusivamente a historietas. La página (avcomics.wordpress.com),

Antes de tener que lamentar la muer-te de su padre, este año publicó la tercera parte de Batu y Tuterapia. Según apunta, “es una selección de material que venía realizando desde hace muchos años sobre el psicoanálisis”. “Le sumé partes que tienen más que ver con lo que uno lleva a terapia que con el laburo dentro del consultorio”, detalló.

Actualemente vive en la ciudad de Buenos Aires y considera que “la historieta nacional está pasando un buen momento”. “El humor gráfico, que es un subgénero dentro de la his-torieta, también”, señala y concluye: “Hay gran cantidad de dibujantes y guionistas jóvenes muy talentosos”.

Entre ellos, en la región se desta-ca Diego Greco. “Empecé a dibujar a los 18 para ver que onda”, señala hoy con 31 años y cierta nostalgia de las lecturas de las revistas Cuatro segundos y Cazador.

Si bien aquellos comienzos fue-ron más cercanos a la ilustración, el autor de Tiburcio, el personaje que sale todos los domingos en la revista Viva, optó luego por hacer historieta. “Vi que en el mercado las posibilida-des estaban para publicar historietas, entonces me fui adaptando”, indicó.

En cuanto al fenómeno en Ar-gentina, si bien considera que “está creciendo”, admite que no hay muchos espacios para los historietistas. “Los pocos que hay pagan poco y sería difi-cil vivir sólo de eso”, explica Greco.

Un espejo donde todos se identifican. “La historieta es parte de la cultura por lo que le da y por lo que toma de ella, por lo que aporta y lo que refleja, es una

suerte de espe-jo”, compara Tute, mientras Greco afirma que es un lugar “don-de todos se identifican”.

De ahí que muchísimos persona-jes queden arraigados en el imagina-rio social, al lado de Mafalda y Mort Cinder, de Clemente y Patoruzú, de Larguirucho y el Loco Chávez, entre otros tantos que no fueron olvidados y que se encuentran en la nostalgia con olor a Tía Vicenta recién comprada, en la sublimada risa que la Humor provocaba en tiempos de censura, en la Hora Cero donde Oesterheld publicó El Eternauta y en alguna que otra página atesorada en los rincones de nuestra cultura.

Leali es contundente: “Mi primer dibujo lo publicó Héctor Torino y cuando lo hizo, me dijo: ya sos inmortal”

La historieta y el humor gráfico La historieta es un lenguaje

caracterizado por la articu-lación entre relato verbal

escrito y una sucesión de represen-taciones visuales. El humor grafico, en cambio, es una producción en la que, sin el recurso de la narración, se trabaja en términos de la articu-lación de un componente verbal y un componente de representación, dibujado. No obstante, puede haber productos intermedios.

Un término impreciso. En el uso se terminó llamando humor grafico a productos que están mas bien dentro del campo de la carica-tura, publicados en medios gráficos. La palabra humor es usada de una manera genérica, no de una manera precisa. Lo que se llama humor grafico debería llamarse comicidad grafica. Son dibujos que tienen algún componente cómico, aunque no sea específicamente el del humor.

Un “arte menor”. La historieta nació a fines del siglo XIX en los

diarios, es una historieta armada para producir un efecto de comicidad y en-tretenimiento previsible, compartible con todos los públicos. Era difícil que algo que se presentaba de esa manera sea entendido como arte, sino como parte de una operatoria periodística destinada a triunfar sobre la com-petencia. A pesar de esto, incluye esfuerzos en términos de producción artística y por eso el término “arte

menor” lo pongo entre comillas.

El avance de las nuevas tecnologías. Lo que pasó con la historieta ha pasado con otros modos textuales. En la contempo-raneidad, en parte por los efectos de la digitalización y las posibilidades que éste fenómeno abre, esto con-tribuye a trabajarla a veces desde la recepción y también desde la reproducción.

La historieta argentina hoy:En este momento, me parece que tiene por un lado la presentación del juego, con el dibujo, la narra-ción y, por el otro, el juego con la definición psicosociológica de los personajes. Es como que siempre existiese esa especie de apertura a la posibilidad de la complicación del crecimiento en la complicidad de los personajes. Es una presentación del carácter inestable de toda defi-nición psicológica y social. Es ese sentido el que tienen los personajes argentinos.

• Por Oscar Steimberg*

*Semiólogo, docente de la UBAy del IUNA, miembro fundador y Presidente de la Asociación Argentina de Semiótica.

Desde hace meses que el Centro Cultural Padre Múgica trabaja en un proyecto: crear un Museo de la Historieta Nacional. Según los organizadores, la iniciativa consiste en “generar un espacio para que la historieta se pueda ver”. Aseguran que poseen más de 1.500 originales e incontables revistas y libros de todas las épocas. En el museo, se tendrá la posibilidad de “ver en los originales la magia que no transmite el libro, un aura que no se reproduce en las copias”, manifiestan. “Nos hemos propuesto realizar un libro, exposiciones de dibujos animados y encuentros”, expresaron y destacaron la proyección de “Upa en Apuros”, una exposición gráfica de boxeo relatada por Osvaldo Príncipi y “Jazz en tinta”, del artista Maska. En junio, en tanto, habrá una muestra interactiva: “Cuadros para enmarcar”. Los visitará, además, Julio Divinsky de Ediciones De La Flor y en julio también recordarán a Fontanarrosa.

Un proyecto de museo en la región

“La historieta nacional en estos días no tiene la repercusión que debería tener si se la compara con el talento que hay entre los artistas”, apunta el dibujante Víctor Leali.

Caloi descosía el arte del dibujo como aquellos jugadores de toda la cancha, grande como esos enganches acostumbrados a dar el pase-gol a sus compañeros. Nació en Salta en 1948 con el nombre de Carlos Loiseau, pero curtió su talento en los arrabales del Conurbano sur, en esos potreros de viñetas y personajes ilustrados del allí y acá. Y nunca dejó de ser popular. El 8 de mayo nos dejó. Tenía 63 años y más de 10 mil tiras cómicas en su haber. Pero sin dudas, su creación más conocida, su gol más maravilloso, fue un extraño personaje al que le faltaban los brazos y un ojo para el par. De vez en cuando, en algún mundial, el amante de las aceitunas aparecía para alentar a esa Argentina que su creador tanto quería y que nunca dejará.

Un genio de la historieta que se fue, pero nos dejó su herencia

Caloi en su vida