LA HISTORIA DE COLGATEHace tiempo, un joven de dieciséis años de edad salió de su hogar para buscar fortuna. Todo lo que poseía lo tenía envuelto en un pañuelo que llevaba en la mano. Se encontró con un hombre de Dios que le recomendó dar para el Señor la décima parte de lo que ganara y le narró la historia de Jacob. Cómo siendo éste muy joven, y huyendo de su hermano Esaú se hallaba tan pobre que tenía que dormir debajo de un árbol. Y nuestro Señor se le apareció para prometerle que lo ayudaría toda la vida.

que gane” (Génesis 28,22). Y Dios ayudó tanto a Jacob que éste llegó a ser el más grande millonario del país.

Jacob al despertar se arrodilló y juró: “Oh Dios mío, si cumples lo que me has prometido y me sacas de esta pobreza, te prometo que durante toda mi vida te daré la décima parte de todo lo

En acción de gracias Jacob (que también se llamaba Israel) antes de morir les enseñó a sus hijos que siempre dieran para Dios la décima parte de sus ganancias, y así lo han hecho siempre los israelitas, y Dios los ha ayudado de tal manera, que siendo solamente 20 millones poseen la cuarta parte del oro del mundo.

Colgate al oír la historia de Jacob se hizo el propósito de dar para nuestro Señor, especialmente para difundir la Biblia, la décima parte de lo que ganara en adelante. El hombre de Dios le dijo: “fabrique jabones, pero fabríquelos bien”. Se empleó en una fábrica de jabones y por su buena conducta fue ascendiendo. Y aprendió a fabricar buenos jabones. Y descubrió la fórmula de un jabón muy especial y de una crema dental que se volvió famosa.

Cuando Colgate ganó el primer dólar apartó diez centavos para el Señor.Pocos años después sus patrones murieron y le dejaron dueño de la fábrica. Una vez más Guillermo pensó en su propósito de trabajar en compañía con Dios e instruyó a su contabilista para que abriera una cuenta para el Señor y depositara allí la décima parte de todas las entradas.

El negocio prosperaba y Colgate llegó a poseer una gran fortuna. Decidió dar al Señor el 20 % y hasta el 50%. Entonces viendo cómo lo bendecía el buen Dios decidió apartar una buena suma para sus hijos y para su vejez y dar todo el resto para el Señor.Sus negocios prosperaron como nunca lo había imaginado.

Sus descendientes se hicieron archimillonarios

fabricando detergentes, jabones y cremas.

Y en 90 años la familia Colgate con sus donaciones ha

hecho repartir millones y millones de Biblias en todo el

mundo.

Una vez más se cumple la promesa de Cristo: “El que deje algo por mí recibirá cien veces más”.Amigo: ¿quiere hacer la prueba de emplear parte de sus ganancias en difundir la Sagrada Biblia? Vera admirado que lo que se emplea en propagar la Palabra de Dios no es un gasto sino una inversión; no es un dinero que se pierde sino un dinero que se multiplica por mil.

No le pedimos que nos crea. Solamente le pedimos que haga la prueba. Muchos lo han hecho y se han quedado admirados, y ya nadie los detiene en difundir incansablemente y a cualquier costo la Biblia y otros libros religiosos. Dios es muchísimo más generoso de lo que nosotros podemos imaginar.

Cuando a la hora del juicio sepamos lo bien que paga Dios lo que se hizo por difundir su Libro Santo, nos lamenta-remos de no haber gastado más tiempo y dinero en propagar la Sagrada Biblia, que es la Palabra del Señor.

“DAD Y SE OS DARÁ, OS DARÁN UNA MEDIDA LLENA REBOSANTE. LA MEDIDA QUE USÉIS PARA DAR, ESA MEDIDA SE USARÁ PARA DAROS A VOSOTROS” (Jesucristo Lc. 6)