la guerra civil en lebrija

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Anabel Muñoz Cordero 2º BTO C. HISTORIA DE ESPAÑA. IES Virgen del Castillo (Lebrija).

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Trabajo sobre la G. Civil en Lebrija y con algunos testimonios personales.

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Anabel Muñoz Cordero

2º BTO C. HISTORIA DE ESPAÑA.

IES Virgen del Castillo (Lebrija).

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Índice

Antes de la guerra……………………………………………………………………………………………3

La Guerra Civil llega a Lebrija…………………………………………………………………………..5

Historias reales………………………………………………………………………………………………. 12

Conclusión……………………………………………………………………………………………………….13

Bibliografía utilizada……………………………………………………………………………............14

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Antes de la guerra…

La situación empeoró el 23 de abril, tras el asesinato del Teniente de la Guardia Civil

Francisco López Cepero. El origen de esto se encontraba en la negativa por parte del

propietario Enrique Cortines a pagar a algunos de los campesinos que estaban

explotando sus tierras. La situación llegó a tal extremo que muchos de esos

campesinos intentaron incendiar iglesias y domicilios particulares de varios

propietarios. Tras esto, fue cuando la Guardia Civil intervino en el asunto bajo las

órdenes de Francisco López Cepero, lo que motivó que se dispensaran los campesinos

y todo volviese a la calma.

Cuando éste se dirigía a su casa, un grupo de campesinos se abalanzaron contra él y

consiguieron acabar con su vida. El acta de defunción de López Cepero establece la

causa de su muerte como consecuencia de la fractura de la base y bóveda craneana.

La situación era tan tensa, que el Gobernador José María Varela Rendueles envió esa

noche dos camiones con guardias de asalto. El miedo se apoderó de toda Lebrija.

Muchos campesinos tuvieron que huir del pueblo y el miedo y odio entre las diferentes

clases sociales se acentuó aún más. El Alcalde Antonio Calvo y los dos primeros

Tenientes de Alcalde fueron destituidos de sus cargos por el Gobernador Civil, José

María Varela. Es nombrado como nuevo alcalde Francisco Bernal Fernández.

Los rumores sobre la preparación de un golpe de Estado contra la República por parte

de generales de ideas conservadoras, con apoyo de la Iglesia, hace que se realicen

cacheos y registros en los domicilios de las personas más significativas de la derecha

lebrijana y en el convento de los franciscanos, en busca de armas y explosivos.

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La Guerra Civil llega a Lebrija

El 17 de julio de 1936, la sublevación militar empieza en Melilla. El Consejo de

Ministros del Gobierno español se reunió ese mismo día por la tarde. Casares Quirogas

informó de que Melilla estaba sublevaba, aún así no se tomó ninguna medida. A la

mañana del día siguiente, Unión Radio de Madrid anunciaba que se había producido

una sublevación militar en Marruecos, pero que nadie la seguiría en la península.

Cuando los republicanos toman Albacete y Guadalajara y pierden Huelva, el Gobierno

controla 21 capitales de provincia, y los sublevados 29 más la zona del Protectorado

marroquí, sin embargo, el Gobierno controla 270000 km2 frente a los 230000 de los

sublevados. Los republicanos tienen la costa mediterránea y parte de la atlántica, y la

parte mejor comunicada de la frontera con Francia; los sublevados tienen la mayor

parte de la frontera con Portugal.

Con el triunfo de la sublevación militar en Sevilla, solo era cuestión de horas la

ocupación de Lebrija por los sublevados. Entre el domingo 19 y martes 21, diversos

grupos de anarquistas entraron en casas particulares con la intención de desarmar y

recoger todas las armas que encontraran.

A iniciativa de Antonio Calvo y Manuel Reyna, se realiza una reunión de los dirigentes

más destacados del republicanismo y del movimiento obrero lebrijano, para hablar de

la situación. Tras la reunión, conscientes de que tenían todas las de perder, llegaron a

la conclusión de que toda resistencia sería inútil.

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El viernes, día 24, ocuparon el Ayuntamiento sin resistencias un equipo compuesto de

unos doce miembros de la guardia civil. Horas más tardes, ese mismo día se formó una

Comisión Gestora Municipal, partidarios de la sublevación militar, presidida por José

María Moreno Sánchez-Pavón. El día 27, llegaron a Lebrija unas tropas sublevadas

pertenecientes a la 5º Bandera de la Legión. El Capitán que mandaba a las tropas le

pidió a José María Moreno que le entregara una lista con todos los nombres de las

personas más destacadas del Frente Popular. Él sabía de las duras represiones que se

estaban tomando en otros pueblos, por lo que le pidió al Capitán de las tropas que no

se tomara ninguna represalia contra ellos ya que Lebrija había sido ocupada sin

ninguna resistencia. Ante los ruegos de José María Moreno, el Capitán aceptó.

Pero el día 28, el propio Queipo de Llano, amenazó por teléfono a José María Moreno

y le ordenó la detención inmediata de todos los miembros del Frente Popular. El

hombre, al verse en esa situación y como no quería tomar parte de esa represión,

dimitió de su cargo alegando motivos de salud. El día 30, es nombrado como nuevo

Presidente a Francisco Andrades Torres.

Se formó una nueva Comisión Gestora, presidida por Francisco Laborde. Este nueva

Comisión tenía como objetivo realizar una sistemática y dura represión contra los

miembros de las organizaciones obreras y republicanas que integraban el Frente

Popular. A partir de entonces comienzan los asesinatos en Lebrija. En la noche del 29

de agosto de 1936 Queipo de Llano afirmó esto: “Nosotros podemos fusilar a alguno

que cometiera esos crímenes; pero no puede nadie en absoluto probar que se ha

cometido en ningún pueblo, en ninguna parte, la villanía de asesinar a una sola

persona. Pero cuando han cometido esos crímenes en los pueblos que hemos ido a

conquistar, y después se han reintegrado a sus casas para hacernos creer que eran

buenos chicos, al comprobar nosotros que eran los autores materiales de los hechos,

entonces se les ha fusilado inexorablemente. Es decir, que nosotros lo hemos hechos

siguiendo las indicaciones del Bando, y no por el capricho de matar como ellos, que lo

hacen con la mayor crueldad, quemando seres vivos, arrojándolos en los pozos que

luego dinamitan, sacándoles los ojos, cortándoles los pechos a las mujeres”

ABC-30-8-1936.

Lebrija se convierte en el segundo pueblo con mayor número de asesinatos, detrás de

Constantina. Fueron asesinadas 484, de las cuales 4 son mujeres y un niño.

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A principios de agosto de 1936, los lebrijanos de izquierda son detenidos y

encarcelados en una casino llamado El Cero, que tomaron como cárcel improvisada.

En Lebrija se crearon diferentes cuadrillas que se encargaron de hacer el trabajo sucio

y que popularmente recibieron los nombres de “los caliches”, “los pelandrines”, “la

albinilla” y el grupo de los falangistas. Todas ellas estaban controladas por Rafael

Guzmán Calderón y el Presidente de la Comisión Gestora Francisco Laborde. Estas

cuadrillas se encargaban de los fusilamientos de los detenidos. A estos se les

entregaban una lista con los nombres de los que debían ser fusilados ese día. Ellos iban

al El Cero y los montaban en el camión. Finalmente, los terminaban asesinando en las

tapias de los cementerios de Trebujena, Las Cabezas de San Juan o Los Palacios.

Aproximadamente unas 70 mujeres lebrijanas son obligadas a tomar aceite de ricino y

a la pena de la decalvación, paseándolas por las calles y plazas del pueblo. En diversas

ocasiones los efectos laxantes del aceite de ricino provocaban la hilaridad de algunos y

la humillación de las víctimas y de sus familiares.

En los primeros días de la sublevación militar, el Alcalde Antonio Calvo intentó huir a

Gibraltar pero no pudo, por lo que permaneció oculto en Lebrija, pero finalmente fue

detenido, y fusilado varios días después en la carretera comarcal de Lebrija a Sanlúcar

de Barrameda. Manuel Reyna Méndez, fue fusilado también después de permanecer

oculto varias semanas en Jerez. (En la foto el maestro Rafael Reyna a la izquierda)

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La nueva Comisión Gestora, presidida por Francisco Laborde, llevó a cabo la

destitución de los funcionarios y empleados municipales de izquierda. También se hace

una depuración del profesorado lebrijano, de los seis maestros, cuatro son

sancionados y destituidos.

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El número de soldados lebrijanos que actuaron del lado de Franco para luchar en los

diferentes frentes es aproximadamente de 1350 personas. Los soldados lebrijanos que

murieron en los frentes de guerra fueron 84. Si a estos se le añaden los lebrijanos que

murieron al otro lado del frente, la guerra supuso la pérdida de 87 personas.

Por otra parte, también cabe hablar de los lebrijanos falangistas. Estos fueron en total

197 personas.

Desde que comenzó la guerra, la economía lebrijana se puso manos a la obra para

cubrir las necesidades del ejército y de la población civil de la España de Franco. La

primera tarea que tuvo que hacer frente Francisco Laborde fue la recolección del trigo

que aún permanecía en el campo. Un Bando de Queipo de Llano restablecía la vigencia

de las Bases de trabajo existentes para las faenas agrícolas en el campo sevillano el 15

de febrero de 1936, con jornales de 5 a 7,5 pesetas. Pero uno de los mayores

problemas que tenía la agricultura sevillana era la falta de fondos y recursos

económicos, lo que motivó a la Junta de Defensa Nacional la concesión de unos

prestamos a los labradores y agricultores, con la garantía del trigo cultivado y con un

interés del 5% anual. Los lebrijanos que se beneficiaron de dicho préstamo fueron

unos 225, por una cantidad de 239.085 pesetas.

La producción agrícola y ganadera en Lebrija en el periodo de la Guerra Civil fue

abundante. Anualmente salieron de los campos lebrijanos 500.000 kilos de trigo,

350.000 litros de aceite y 150.000 kilos de garbanzos destinados para alimentar al

ejército y la población civil de la España de Franco. También salieron de los campos

lebrijanos cantidades indeterminadas de alpiste, cebada, avena, escaña, habas, maíz,

patatas y alimentos de origen animal.

Otra de las contribuciones lebrijanas al ejército de Franco fueron sus famosos

cántaros,botijos y lebrillos.

Como consecuencia de la dura

represión, muchos pequeños quedaron

huérfanos y eran conocidos como “los

niños hijos de rojos”. Estos, al igual que

pobres y parados lebrijanos, iban a

comedores de la Falange, los llamados

“Auxilio de invierno”.

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En noviembre de 1938, se crea la Junta Local Agraria de Lebrija, cuya presidencia

corresponde al Alcalde, Antonio Alvarez, y la vicepresidencia al Jefe Local de Falange,

José Rodriguez Mena.

El 30 de marzo de 1939, las autoridades lebrijanas con la participación activa de la

Falange Española y de las JONS, organiza una manifestación por la inminente victoria

de Franco en la guerra y para expresar su apoyo incondicional a este. A las 11 y cuarto

en punto de la noche la voz del locutor de Radio Nacional Fernando Fernández de

Córdoba dijo: “¡Vuelven las banderas victoriosas!”. A continuación fue leido el Parte

Oficial en el que se declaraba el fin de la guerra y la victoria sobre los republicanos.

Después sonó el Himno Nacional y se lanzaron frases como: “¡Viva Portugal!, ¡Viva

Italia!, ¡Viva Alemania!, ¡Viva Franco!”. El alcalde de Lebrija ordenó el toque de

campanas de la Iglesia de Santa María de la Oliva.

Hasta finales de julio se organizaron en Lebrija diversos actos, civiles y religiosos,

celebrando el fin de la guerra civil y el triunfo de las tropas franquistas.

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Historias reales

Le pregunté a mi abuela sobre si ella había conocido la guerra civil. Me contestó que

ella había nacido en 1944 y por lo tanto no tenía conciencia de ello, pero si recordaba

lo que su padre le había contado. Él se llamaba Manuel Vidal y a él la guerra también le

llegó joven. Estaba haciendo la mili, con 18 años, cuando estalló la guerra. Sin comerlo

ni beberlo se vio trabajando en Asturias en pleno campo de batalla. Su misión era

colocar los micrófonos en las trincheras y frentes para retransmitir las batallas. Mi

abuela me contó que tenían que esconderse debajo de puentes cuando comenzaban

los tiroteos. Estuvo a punto de morir porque enfermó y se puso muy grave, pero

consiguió sobrevivir. Cuando terminó la guerra pudo venirse hacia Lebrija, se casó con

la madre de mi abuela y se fueron a vivir a una casa de la calle Nueva.

Aunque mi abuela no vivió la guerra, pudo vivir sus consecuencias. Ella recuerda que

tenían la comida racionada, y tenían que apañárselas con un cuarto de litro de aceite y

una barra de pan. Eran 8 hermanos y no tenían para comer, entonces su madre hacía

el pan ella misma y mandaba a mi abuela a que lo llevara a un horno que se

encontraba a varias calles de su casa.

Mi abuelo me habló de un tío suyo que como el dijo, era rojo. Tuvo que esconderse

por la sierra norte de Sevilla. Estuvo a punto de morir en varias ocasiones, hasta que

una mujer lo encontró escondido en una cueva y se lo llevó a su casa. Allí estuvo

viviendo durante unos años, hasta que todo terminó. Con esa mujer tuvo un hijo, pero

él no sabía nada en aquel momento y regresó de nuevo a Lebrija. Una vez que llegó

aquí, se casó con la que fue su mujer.

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Conclusión

Pienso que se sufrió mucho para acabar viviendo posteriormente 40 años de rígida

dictadura.

No se si al final de la guerra se celebró una victoria o se celebró el fin de tanta muerte.

Será que soy joven y tengo un pensamiento actual, pero por más vueltas que le doy no

encuentro sentido alguno a que murieran tantas personas por tener una ideología

diferente. Es inhumano que centenares de personas acabaran fusiladas y enterradas

en fosas comunes por permanecer a un partido que no fue el vencedor, o por decir

comentarios que no eran del agrado de los victoriosos.

Hay personas que dicen que la guerra no fue tan mala, que sirvió para algo útil. Si con

algo útil se refieren a hundir a la población española en un ambiente insólito y vacío,

creo que no tenemos el mismo concepto de utilidad.

Y ya no es solo el daño que en si misma hizo la guerra, también hay que hablar de las

consecuencias que ésta dejó cuando se fue. Dejó un país sin arte ni cultura,

completamente vacío de escritores y artistas. Supuso una catástrofe económica, social

y moral. Supuso en hundimiento del país en una situación triste que costó mucho

esfuerzo de levantar.

En cuanto al trabajo realizado, elegí este tema porque en las clases se enseña lo que

pasó en España en esos tres años, pero yo quería conocer lo que pasó en Lebrija. Lo

que se vivió en las mismas calles que actualmente yo piso. Quería conocer historias de

lebrijanos que, por suerte no fueron mis abuelos o los padres de estos, pero podrían

haberlo sido.

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Bibliografía utilizada

-Listados de libros utilizados:

●Historia de un pueblo andaluz: Lebrija, de la Revolución Gloriosa a la Democracia.

Autor Manuel Pulido Matos.

De este libro he recogido toda la información sobre el desarrollo de la guerra en

Lebrija, así como las dos tablas de datos y la foto en la que aparece Rafael Reyna.

●Sevilla 1936 del golpe militar a la guerra civil. Autor Juan Ortiz Villalba.

●Trebujena 1936, historias de la represión. Autor Luis Caro Romero.

Este libro lo escogí por interés personal, aunque no me ha servido para la realización

del trabajo, si lo he utilizado para saber más.

-Listado de Páginas webs utilizadas:

●http://hemeroteca.abc.es

Lugar donde he encontrado el artículo sobre la muerte de Francisco López Cepero.

●http://www.caritolebrija.es

Lugar donde encontré las fotos antiguas de Lebrija.