la gaceta - febrero 2002 - veinticinco años sin carlos pellicer

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La Gaceta - Febrero 2002 - Veinticinco Años Sin Carlos Pellicer

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  • del Fondo de Cultura Econmica

    ISS

    N: 0

    185-

    3716

    Veinticinco aossin Carlos Pellicer

    Zaid, Pellicer Lpez y Ramrez Monroy

    Manuel Ulaciapor Adolfo

    Castan

    scarAltamirano

    Un profeta en Erewhon

    Poesa dePellicer, Kozer

    y Muiz Huberman

    De la barbariea la imaginacinpor R. H. MorenoDurn

    Aline PetterssonUna mirada aNervo

    Ana ClavelRomper los contratos

    Moreno Villapor James Valender

  • del Fondo de Cultura Econmica

    DIRECTORGonzalo Celorio

    SUBDIRECTORHernn Lara Zavala

    EDITORFrancisco Hinojosa

    CONSEJODE REDACCIN

    Ricardo Ancira, Adolfo Castan, Joaqun Dez-Canedo,

    Mara del Carmen Faras, Mario Enrique Figueroa,

    Daniel Goldin, Josu Landa, Philippe Oll-Laprune,

    Jorge Ruiz DueasARGENTINA: Alejandro Katz

    COLOMBIA: Juan Camilo SierraESPAA: Mara Luisa Capella,

    Hctor SubiratsPER: Germn Carnero

    REDACCINMarco Antonio Pulido

    DISEO, TIPOGRAFAY PRODUCCIN

    eloradoSnark Editores, S.A. de C.V.

    IMPRESINImpresora y Encuadernadora

    Progreso, S.A. de C.V.

    La Gaceta es una publicacin mensual, editada por el

    Fondo de Cultura Econmica, con domicilio en Carrete-

    ra Picacho-Ajusco 227, Colonia Bosques del Pedregal,

    Delegacin Tlalpan, Distrito Federal, Mxico. Editor respon-

    sable: Francisco Hinojosa. Nmero de Certificado de Licitud

    (en trmite); Nmero de Certificado de Licitud de Conteni-

    do (en trmite); Nmero de Reserva al Ttulo de Derechos

    de Autor (en trmite). Registro Postal, Publicacin Peridica:

    PP09-0206. Distribuida por el propio Fondo de Cultura Eco-

    nmica.

    Correo electrnico: [email protected]

    LA GACETA

    2

    SUMARIOFEBRERO, 2002

    CARLOS PELLICER: Dos poemas 3GABRIEL ZAID: Homenaje a la alegra 4CARLOS PELLICER: Dos cartas inditas 6

    CARLOS PELLICER LPEZ: Hora y 20 en Las Lomas 7GERARDO RAMREZ MONROY: Carlos Pellicer:

    a 25 aos de su muerte 11R. H. MORENO DURN: De la barbarie a la imaginacin 13

    ANGELINA MUIZ HUBERMAN: Pavesa 15JAMES VALENDER: Jacinta, otra vez 16

    ALINE PETTERSSON: Una mirada a Nervo 19SCAR ALTAMIRANO: Retrato de un profeta

    en Erewhon 21JOS KOZER: Plegaria 25

    ADOLFO CASTAN: Algo luminoso que se pierde. Manuel Ulacia (1953-2001) 26

    ANA CLAVEL: Romper los contratos 28

    ILUSTRACIONES: CARLOS PELLICER LPEZ

    FEBRERO, 2002SUMARIO

  • Dos poemas

    Carlos Pellicer

    RECUERDOS DE IZA(UN PUEBLECITO DE LOS ANDES)

    1 Creerase que la poblacin,despus de recorrer el valle,perdi la razny se traz una sola calle.

    2 Y as bajo la cordillerase apost febrilmente como la primavera.

    3 En sus ventas el alcoholest mezclado con sol.

    4 Sus mujeres y sus floreshablan el dialecto de los colores.

    5 Y el riachuelo que corre como un caballo,arrastra las gallinas en febrero y en mayo.

    6 Pasan por la aceralo mismo el cura, que la vaca y que la luz postrera.

    7 Aqu no suceden cosasde mayor trascendencia que las rosas.

    8 Como amenaza lluvia,se ha vuelto morena la tarde que era rubia.

    9 Parece que la brisaestrena un perfume y un nuevo giro.LA GACETA

    3

    Tomados de Antologa mnima, libro que nuestra casa editorial pondr en circulacin por

    10 Un cantar me despliega una sonrisay me hunde un suspiro.ESTUDIOS

    Relojes descompuestos,voluntarios caminossobre la msica del tiempo.Hora y veinte.Gracias a vuestropasolento,llego a las citas mucho despusy as me doy todo a las mquinasgigantescas y translcidas del silencio.

    II

    Diez kilmetros sobre la vade un tren retrasado.

    El paisaje crecedividido de telegramas.

    Las noticias van a tener tiempode cambiar de camisa.

    La juventud se prolonga diez minutos,el ojo caza tres sonrisas.

    Kilo de panoramaspagado con el tiempoque se ganaperdiendo.

    III

    Las horas se adelgazan;de una salen diez.Es el Trpico,prodigioso y funesto. estas fechas.

    Nadie sabe qu hora es.

  • El siguiente texto aparece como introduccin de la Antologa mnima de

    Carlos Pellicer (seleccin, notas y prlogo de Gabriel Zaid), libro que

    nuestra casa editorial publicar prximamente en la coleccin

    Letras Mexicanas.

    Cal Vtiemlucirra su pen lse cdesrato

    tranegoespva cy laafirnar

    bres del futuro, preguntndonos cul es elnombre de su pas no contesten con el nombre deBrasil, con el nombre de Chile, o con el nom-bre de Mxico, pero que contesten con elnombre de Amrica (Rod). En Mxico,Vasconcelos pasaba del pensamiento a la ac-cin e inspiraba a los jvenes no slo grandesvuelos continentales sino un espritu de inje-rencia directa en la creacin del Mxico porvenir. Pintores y poetas, novelistas y arque-logos, buscaban lo nacional en el pasado in-

    o colonial, en el presente revoluciona-

    poesacarcteque biecon la velistada unodefinicsonaje(1888-1los Pepoeta vblada (

    Homenaje a la alegra

    Gabriel Zaidarlos Pellicer naci en Tabasco, lu-gar de selva y ros, en un momen-to en que estaba muy vivo el sue-o de una patria perfecta. Lleg

    alle de Mxico en 1908 (a los once aos), apo de internarse en otra selva: la Revo-

    n, el cuartelazo, la guerra civil, la gue-europea. Desarticulacin de la familia:adre toma las armas. Acogida favorable

    a nueva familia que soaba con hacer-argo del pas: los estudiantes y los gran- maestros de la Escuela Nacional Prepa-ria.

    Estaba vivo entonces el sueo de unasformacin social que superara todos lossmos, hasta los nacionales. En las letrasaolas, Amrica haba tomado la iniciati-on Daro y Rod, y, en vez del repliegue autocrtica peninsular que sigui al 98, semaba una actitud emprendedora y visio-ia que llegaba a soar con que los hom-

    dgenario, enhispnpio enitarnos

    La ba en mento no quehora, vacaba complatristes,pero fincin, qualma. Jparas enLos autta es el hacersemelanc

    En bina, b el futuro socialista o comunitarioico. Bebiendo la atmsfera de su pro-gma, la nueva patria no cesa de solici- escriba Lpez Velarde.

    poesa consagrada por entonces anda-otras bsquedas. Los dioses del mo-son Nervo y Gonzlez Martnez. El to- domina es elegante y doliente. Laesperal. Hay un desasimiento que node ser desasimiento, hay una ciertacencia en la propia tristeza. Jardines

    plido hechizo del mundo que atrae,almente menos que la propia inclina-e ese dulce declive hacia el jardn del

    ardines interiores, Senderos ocultos, Lm- agona. Los ttulos hablan por s solos.ores son distintos, pero el protagonis-mismo. Un personaje del cual pudiera este epitafio: hizo una religin de suola y en su seno muri.1913, tanto Henrquez Urea como Ur-uscando una herencia especfica de la

    el papehubier

    Enmolosmollegtarnatmoquostlosvile

    Lpnovia icia, decin, bnuevaadentr

    Alfcin dvuelvepresiOro es

    Peltierra fMucholos puColomdo comCarranVascongundoLA GACETA

    4

    mericannueva tria al de hab

    Pelen la n mexicana, creyeron encontrarla en sur melanclico. Tres jvenes poetas,n pudieran llamarse de la Revolucin,

    misma latitud con que se habla de no-s de la Revolucin, iban a romper, ca- a su modo, el cerco de esa estrechain nacional, y a encarnar nuevos per-s poticos: Ramn Lpez Velarde921), Alfonso Reyes (1889-1959) y Car-llicer (1897-1977), precedidos por uneterano que rejuveneci: Jos Juan Ta-1871-1945). Ninguno de ellos quiso hacerl de poeta fino y melanclico. Ningunoa podido escribir como Amado Nervo:

    rique Gonzlez Martnez y yo padece-s de ese delicioso mal (o bien) de la fi-ofa: Una filosofa que se suea, co- dijera Novalis. Queremos los dosar en la entraa del misterio y auscul-

    el dulce y tembloroso corazn de lauraleza. Paseamos, pensativos y ena-rados, frente al zcalo de granito en

    e la esfinge, nuestra hermtica ciencia,enta su doncellez inmortal, y tenemos ojos cansados de mirar sus ojos inm-s y profundos...

    ez Velarde, yendo al encuentro de sumposible hasta el fondo de la concien-scendiendo al infierno de la contradic-usc y hall la realidad de su patria: la patria cuyo concepto era hoy haciao.onso Reyes, como Goethe en su situa-e alemn, para no sentirse en el aire, a las fuentes clsicas en busca de ex-n nacional, y as tambin al Siglo depaol.licer busca su patria hacia fuera y hallairme en la plataforma del continente. antes que Neruda, empieza a cantar

    ertos y las playas de Amrica. Vive enbia y Venezuela, de 1918 a 1920, envia-o lder estudiantil por el gobierno deza. En 1922, acompaa por Amrica acelos, quien prologa ms tarde su se-

    libro (Piedra de sacrificios. Poema iberoa-

    o, 1924): Pertenece Carlos Pellicer a la

    familia internacional que tiene por pa-continente y por estirpe la gente todala espaola.licer busca la nueva patria hacia fuera,ovedad primigenia de la Creacin que

  • empiecreadotimismneo, ldesenTiene creto, ser nalmiteni las la gracco, dealegr

    Laciliacipoesa

    1.aos: cios (1Caminson unhistorquier bra qEn el cchanddura qbordacreadolo, sinvital. Ira, agiel marca, o p

    2. LCamincuaren(1941)voz saos ede calnacinDesapre una

    b1

    3en

    5

    ptgm sapriey

    a qu lotasim prfxnE co

    jertemza a ser poblada. Tiene la confianzara de un fundador de ciudades, el op-o cristiano de la generacin del Ate-

    os grandes vuelos de Vasconcelos, lavoltura de un ciudadano del mundo.ojos para ver la hermosura de lo con-alegra de estar vivo y humildad paratural en la naturaleza, para aceptar loss como formas gozosas. Ni los fracasosdecepciones son capaces de cerrarlo aia. Su obra es ante todo homenaje; fres-sgarrado, reconciliado, homenaje a laa. frescura, el desgarramiento, la recon-n, pueden sealar tres etapas en su.

    Los libros escritos antes de los treintaColores en el mar (1921), Piedra de sacrifi-924), 6, 7 poemas (1924), Hora y 20 (1927),o (1929) y Exgonos (1941). Estos librosa explosin, un giro tan inusitado en la

    ia de la poesa mexicana, que bajo cual-previa definicin de nuestra poesa ha-ue excluirlos o cambiar de definicin.auce de una tradicin que se iba ensan-o o alisando por erosin, son una vola-ue abre nuevos cauces, la alegra des-

    nte y revolucionaria, la destruccin

    en formdesdibcuenta

    3. Elos cinPrcticEsquempercusijoven pya no alientoUsumares. Econ abgimientua ren

    Losido acuvista dbuena gevidaamericvasta ymentomer podobro.para lobuena,ra. Y esto, sin conspiracin y sin clcu- manifiestos y sin ismos: por expansinmgenes sorprendentes, ritmo, frescu-lidad, sentido del humor, ocurrencias,, el sol, Amrica, irrumpen como nun-or primera vez, en la poesa mexicana.a segunda etapa, que ya se anuncia en

    o, est en los libros publicados a losta aos: Hora de junio (1937) y Recinto

    . A la explosin sigue un repliegue. Lae vuelve ntima. Despus de algunosn silencio, habla la silenciosa msica

    lar un sentimiento. En vez de la imagi- y la inventiva, predomina el corazn.arecen los discursos. El soneto adquie- importancia especial: de recogimiento

    porventuralezvo. Coturalezpersonde juegpoesaSentido

    PorplanetaEntre eido haPellicea la alefianza reino das delimitadas. La naturaleza no seuja, pero el paisaje humano es el que.l ltimo Pellicer empieza a publicar acuenta aos: Subordinaciones (1949),a de vuelo (1956), Material potico (1962),as para una oda tropical (1976), Cuerdas,

    n y alientos (1976). Tiene la voz de unoeta que recobra su alegra, pero quepuede olvidar el silencio. El gran se vuelve magistral en el Canto delcinta, en el Discurso por las flo-l soneto se vuelve religioso y brota

    undancia. El repliegue se vuelve reco-to para cantar la Navidad: la perpe-ovacin. diversos estudios sobre Pellicer hanmulando observaciones y puntos deignos de reconocerse. A pesar de suprosa, concentracin en la poesa. Lon-d potica (perpetua juventud). El msano de nuestros poetas. El de obra ms variada. Poesa de grandes monu-

    s y delicadas miniaturas. Nuestro pri-eta realmente moderno. Nuestro Hui- Renueva la tradicin de los poetass que el mundo exterior existe (Bal- Othn). Pero su poesa pertenece al

    M

    Pu195

    baLibro (19enfanel nounel secluesel deOcel lisdepemedie

    lasticmonaCopoir, inicia un nuevo dilogo con la na-a. Franciscanismo, alegra de estar vi-

    nnaturalidad con las cosas: ve en la na-a expresiones de persona, y en sua el agua, ceibas, pjaros. Capacidado y entusiasmo, libre trato de t con la

    , gusto por lo sensual de la palabra. del humor, vuelo de imgenes. la poesa, el hombre va poblando el, ha dicho, ms o menos, Hlderlin.l puado de grandes poetas que han

    ciendo habitable el continente, Carlosr es el ms animoso. Le ha puesto casagra, y nos invita a avanzar, a la con-creadora sin la cual no se extiende elel hombre.

    LA GACETA

    5

    entrsinros plenlarcreabranson libertatasoleta eentrarcapasos

    licado hace 50 aos, en, cuando Octavio Paz conta-7 aos y ya haba publicadortad bajo palabra (1949) pe-o todava Piedra de sol

    7), el breve libro de poemasrosa, narraciones, fbulas yasas que lleva por ttulouila o sol? se encuentra enedioda creador del poeta ylo marca la intensidad de

    bsqueda personal Haciaoema como se titula la de aforismos con que con-

    e el libro sino que perfilareinvencin de la persona yehacer potico que es unos rasgos de la obra potica devio Paz. En guila o sol?gno ascendente del surrea-o cristaliza en un conjuntorosas de rara intensidad y

    eccin en los que el paisajeicano se transfigura en ar-te puerta visionaria.n guila o sol? alternanorrientes de el canto po-y la reflexin analtica, co-supo sealar en su Home- a una estrella de mar Juliozar. La marcha hacia ela emprendida por el autor

    aa no slo una transgre- y reinvencin de los gne-sino tambin la realizacina a la vez nocturna y so- de una gramtica de lacin donde los objetos co- vida y el tiempo y la historiapresa de una metamorfosisadora que parte de la cons-

    cin de la desnudez y de ladad del poeta que se levan-ntre el medioda y el llano,e el pramo y la plenitud.

  • LA

    Dos cartas inditas Carlos Pellicer

    litar.

    na de escuchar los estruendos de las trom-mente estn trabajando en el callejn pos-asco. Durante hora y media aproximada-nuestra tarea y sacar a la Plaza de Armases el sonido tremendo ha roto ms de 500

    ica msica encontrara otro lugar para sus

    fina y discreta de usted, tan grave proble-lguna, los destinos de Tabasco.umilde amigo,

    Carlos Pellicer Cmara.

    Mxic

    Sr. LicSecretario Particular delSr. Ministro de Hacienda.P r e s e n t e

    Muy estimado y recordado amigo:Mis ausencias tabasqueas me han impedido tener el gus

    darlo y ahora distraigo su atencin rogndole de la manera mse sirva usted decirme si el seor Clemente Peredo Ugalde pno exactamente el puesto de Secretario de Hacienda, pues mest ocupado ahora, pero s una plaza de guardin nocturnomillonaria Secretara. En caso de que esto fuera posible, lo cinvitacin para ver el Nacimiento de mi casa y que usted recuco aos no lo hago.

    De todos modos tenga usted la bondad de recibir mis antitaciones por Navidad y Ao Nuevo para usted y todos los sucular para el seor su padre a quien siempre recuerdo.

    Cualquier noticia, sobre el asunto que motiva este extrasrvase usted dirigirla a Sierra Nevada 779 Zona 10 (Lomas) dte su pobre y humilde amigo que tanto lo estima.

    Carlos Pellicer Cmato de ir a salu-s encarecidaodra ocupare parece que

    en esa super-onfirmara mierda hace cin-

    cipadas felici-yos, en parti-

    o documentoonde vive es-Villahermosa, Tab., a2 de abril de 1952.

    Sr. Gral.Julio Pardias BlancasComandante de la XXX Zona MiP r e s e n t e

    Respetado y fino amigo:Hoy en la tarde tuvimos la pe

    petas y cajas militares que nuevaterior del edicio del Museo Tabmente tenemos que abandonar todo el material arqueolgico, puobjetos.

    Sera posible que tan diablensayos?

    Dejo a la consideracin muy ma que puede afectar, sin duda a

    Un apretn de manos de su h

    o, D. F., a 16 de diciembre de 1956.

    . Don Enrique Sosa.GACETA

    6

    ra.

  • APelliceRamoscambiban elban vla segudad deSemindral. DBautisen el mel camdo, ennienteChapupresunque mimitarcanos.cer Cmerollamarprincipignorafamilibarrio

    Alpara edondey criarno puhay unrano della elMi mlluvia,

    Crcenciavir en Tal vedre y acampoiniciatladerasptima que se levant en ChapultepecHeights, segn me contaron haya sido pre-cisamente del poeta, que se reconoca en lospaisajes de Tabasco y Boyac, en los mares deCampeche y Ro de Janeiro, en las aguas delIguaz y el Tequendama. La ciudad que tan-

    mar (Trpico, para qu me diste las manosllenas de color) que la haca visible desdemuy lejos y que pronto le dio nombre entre elcreciente vecindario como la casa azul.

    En una sola planta se distribuan la sala,el comedor y la cocina, con dos baos y dos

    LA GACETA

    7

    Con motivo de este aniversa-rio el Fondo de Cultura Econ-

    caa emgdsA

    n gcio

    lic, a eiec er

    ltuu

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    lt re Gte

    sa

    pyola

    brtoalsa

    En nlacio

    Hora y 20 en Las Lomas

    ha lanzado dos ediciones:conmemorativa de lujo, cu-dicin es nica, limitada yerada; ms otra edicin bi-e, en espaol y portugus,

    ucida por el poeta y crticoileo Horcio Costa. mbas fueron presentadasran xito en la XV Feria Inter-nal del Libro de Guadalajara.

    idades a Enrique Floresca-utor y amigo de nuestra ca-

    ditorial, por haber obtenidontemente el Premio Fran-

    o Javier Clavijero, que otor-l gobierno del estado de Ve-uz, a travs de su institutoral, como reconocimiento

    ienes han hecho aportacio-importantes a la cultura y elen nuestro pas.

    iple es el nombre de la nue-vista que dirige, desde Pe-ermn Carnero, represen- de nuestra editorial en ese

    y miembro del Consejo deccin de La Gaceta. Abrerimera entrega con un en- de Ricardo Gonzlez Vigil,do Dos nsulas extraas,e dos de nuestros dilectosres: Emilio Adolfo West-en y Blanca Varela. Desea- desde estas pginas larga a la revista.

    uestra entrega anterior re-namos algunos aniversa-principios de 1925, la familia Pe-llicer Cmara emprendi unanueva mudanza. El matrimoniodel profesor en farmacia Carlos

    r Marchena y doa Deifilia Cmara, con sus dos hijos, Carlos y Juan Jos,

    aban por cuarta vez su domicilio. Deja- apartamento de Moneda 12, donde ha-ivido los ltimos 10 aos, muy cerca denda vivienda que ocuparon en la ciu- Mxico, en el nmero 1 de la calle del

    ario, prcticamente contigua a la Cate-esde 1908, cuando dejaron San Juan

    ta y su casa de Senz 35, haban vividoero centro de la ciudad. Pero esta vez,

    bio era a un barrio lejano y despobla- una nueva urbanizacin por el sur-po-, ms all del ya retirado Bosque deltepec. El nombre de la colonia eratuoso y anunciaba el nuevo rumboarcaba la moda. Ya no se trataba de a los europeos, sino a los norteameri- De seguro, para ninguno de los Pelli-mara fue fcil aceptar que aquellos lo-s vecinos al centenario bosque sean Chapultepec Heights y desde unio como el resto de los capitalinos

    ron esa denominacin y para abreviararmente se refirieron al presuntuoso como Las Lomas.guna vez escuch, como curiosa raznste cambio radical, la falta de un espacio sembrar un huerto de verduras y flores unas gallinas, gustos que doa Deifiliado darse en tantos aos. Sin embargo,a contradiccin entre este afn campi-e mi abuela en el retrato que hace de

    poeta en el Nocturno a mi madre:adre es alegre y adora el campo y la / y el complicado orden de la ciudad.eo que hay una idealizacin con li- potica en esta seora que quiere vi-el campo y en el bullicio de la ciudad.z el hijo quera verse reflejado en la ma-s quiso verla como otra ayudante de del sol. No dudo que gran parte de laiva para comprar un lote en aquellass inhspitas y construir una casita la

    to le hamirar ver sude proun balmvilecatedr

    Lasera cpaisajedio en1922, nproduro quecesidaaprendMara

    El des rieinstalava casacindareconmpor lasboratobin enproblede trabmo sucdo donhay quno y cocurtidle habms, cquien vivienA los con Joel dobrs, pa

    Cacuidarchoshaba srra Ney sencmiento

    Carlos Pellicer Lpezba ofrecido, donde haba aprendido ael Valle, paradjicamente le impeda paisaje. El apasionado excursionista,nto, se vea apresado tras las rejas decn, en un domingo gris, con slo auto-s ante su mirada que chocaba contra la

    al... hipotecada! nica solucin contina el poetaonvertirse en pintor, para recrear el ausente o, mejor an, instalar un estu- los llanos de Apam. En la Elega deos queda claro no slo el fastidio queca el entorno urbano en el joven viaje- peda los ojos en las manos, sino la ne-d de ejercer esa refinada sensualidad,ida en los cuadros magnficos de Jos

    Velasco, desde un mirador apropiado.cambio de domicilio implicaba gran-sgos, como el que corra don Carlos alr una botica en la trastienda de la nue-, esperando que pronto creciera el ve-

    io para subsistir. (Aunque no dependaicamente slo de ese trabajo, ya que

    maanas atenda su empleo en el la-rio de la Secretara de Guerra y tam- la botica de su hermano Toms.) Otro

    ma era el de la distancia a las fuentesajo para los dos Carlos y lo mis-eda con el colegio de Juan y el merca-de se surta doa Deifilia. A todo estoe aadir la necesaria hipoteca de terre-nstruccin. Pero la familia estaba bien

    a por las aventuras que la Revolucina generosamente deparado, y unaon promesa potica, fue aceptada. Apareca ms ilusionado con la nuevada, poco le dur el gusto del estreno.cuantos meses, en una conversacins Ingenieros, ste le dispar enle sentido del trmino un viaje a Pa-ra conocer la Victoria de Samotracia.

    rlos apenas haba tenido tiempo para los detalles de la casa que eran mu-. Naturalmente el presupuesto inicialido rebasado. El 724 de la calle de Sie-vada era una construccin econmicailla; se destacaba no slo por su aisla- sino por un sorprendente color ultra-

    miunyanulintrabra

    cona

    Fenosareccisgaraccua qneart

    Mvar,tanparedsusatitusoauphmovid

  • recmaras. Como ya dije, por un costado setena acceso a la botica que formaba parte dela misma construccin. El estudio del poetaera el solo entes conante y de figusarapepinturbras enplo y eestudipequeentre sco pargran V

    A pdi decasa azde, pemundotulo dcuatrocia, EgInglate

    Dedel poJuan ycin pmientotoncescon esguardaquemepistollos bada la cDeifili

    Jualos hijque naguienttos pehasta lmedadera unde su sescuelalas fotosa: unomenteondulaero nquien nitideztes de sobrevcil y amra el pen 1908la ciudy por As nabio, a

    bre de Juan, en memoria del abuelo maternodon Juan Cmara, aadiendo el de Jos,santo muy venerado por doa Deifilia y en

    para descubrir sesgos poticos en las descrip-ciones. A sus 15 aos es, indudablemente, undiscpulo aventajado.nico lujo de la casa, ya que estaba el segundo piso y ah lucan los estan- libros y toda clase de objetos junto,

    sobre ellos; las reproducciones en yesoras de Chichen-Itz y los autnticos

    s de Saltillo, la incipiente coleccin dea y las artesanas en madera, barro y fi- las que mucho habr influido el ejem-l consejo de Roberto Montenegro. El

    o desembocaba por un extremo a uno mirador que ofreca bajo sus tejas yus arcos de juguete un lugar estratgi-a divisar los horizontes perfectos delalle.rincipios de octubre el poeta se despi-

    sus padres y de su hermano y de suul de Las Lomas. La tristeza era gran-

    ro ms la ilusin por ver de tocar el europeo. Pellicer abra el ltimo cap-

    e su juventud que se prolongara por aos, recorriendo Francia, Italia, Gre-ipto, Turqua y Tierra Santa, Espaa,rra y los Pases Bajos. estos aos no existe correspondenciaeta con su familia, salvo dos cartas a algunas tarjetas postales. La explica-arece ser la persecucin y encarcela- a los vasconcelistas en 1929-1930. En-

    mis abuelos entregaron un paquetea correspondencia a un vecino pararla, pero ste no quiso arriesgarse y la. As se habra perdido una parte delario, pero en cambio se conserv, entreles que Pellicer regres de Europa, to-orrespondencia de don Carlos, doa

    a y Juan.n Jos Pellicer Cmara fue el ltimo deos del matrimonio. Luego de Carlos,ci en 1897, naci Ernesto al ao si-

    e. Ernesto, de quien se conservan obje-rsonales y algunas fotografas, vivios siete aos y muri por alguna enfer- infecciosa. Mi to contaba que Ernesto

    nio de un talento excepcional y el daepelio suspendieron labores todas lass de San Juan Bautista. En ninguna degrafas deja ver ni un asomo de sonri-s ojos melanclicos en un rostro fina-

    dibujado y una larga cabellera de oro,da, hasta los hombros. Fue el compa-atural e ntimo de juegos de Carlos,hasta su muerte lo recordaba con rara. Los tres o cuatro embarazos siguien-

    doa Deifilia terminaron mal, ningunoivi. Debe haber sido un tiempo dif-argo para el joven matrimonio, y pa-

    rimognito, solo. Luego de abandonarla futura Villahermosa, ya instalados enad de Mxico, probaran nuevamenteltima vez, fortuna para lograr otro hijo.ci el 2 de junio de 1910 un nio ru-quien bautizaron con el primer nom-

    cuya fCu

    ra Eur15, de sostenplatosms cmuchalo queabriengran aln, enmina stoda hna vezde colla casidores,getacien fin,ha desmismo

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    Si tprivilede todprimerprimaexplicacon el tad congrafosmodo dea y giosa mra con

    Deotros pHora yaqu ede su hay un1925, yellos usu entlas deformado se l

    Loinicio tambimuriy el vCarlospara dtra meiesta haba sido bautizado Carlos.ando Carlos, 13 aos mayor, parti pa-opa, dejaba a un hermano de apenastemperamento fuerte, delgado (podaer el libro de geografa entre los om-), con una mente clara y un coraznlaro todava. Sorprende la prosa delcho que es capaz de poner en el papel siente y describir la vida que se vado en la familia, en la escuela, en suficin taurina, en sus estudios de vio- sus balbuceos poticos. Por donde ca-u paso es franco, seguro. Se atreve, conumildad, a dialogar con el poeta. Algu- hasta lo intenta ejercitando su francsegio. En repetidas ocasiones, describeta azul de Las Lomas, con sus alrede- sus maanas y sus atardeceres, su ve-n, los grupos de palomas y de ranas,

    se refiere a muchas cosas que el poetacrito en sus poemas y ms an, que el poeta ha procurado y construido.u quiero hablar en especial de las car-Juan porque creo que iluminan el en-que rode al poeta en Las Lomas y deste se reflej en buena parte del poe-que publicara en Pars dos aos ms

    1927 bajo el atractivo, desenfadado cubista ttulo de Hora y 20.odos los sentidos eran transmisores degio para el poeta, los ojos por don-o bien y mal nos llega ocupaban laa lnea. La imagen visual es la materia

    fundamental de toda su poesa, y esto en buena medida su estrecha relacin

    mundo de las artes plsticas y su amis- pintores, escultores, grabadores, fot-

    y arquitectos. Pellicer reacciona casi deautomtico al medio visual que lo ro-hasta en su poesa introspectiva o reli-

    ira, descubre elementos plsticos pa-struir el poema.sde su primer libro Colores en el mar yoemas el poeta nos cuenta lo que ve. En 20, el recuento nos muestra lo que vion Las Lomas y lo que vio al principioestancia europea. Entre los primeros grupo de seis poemas, fechados en

    es curioso encontrar en cada uno dena o ms referencias a la nueva casa yorno. Esto queda bien claro gracias ascripciones de las cartas de Juan, quen un verdadero dilogo fraterno cuan-een en contrapunto con dichos poemas.s grupos de palomas aparecen casi alde la correspondencia. Juan cuentan de su queridsimo perro Duque, que

    al poco tiempo causndole gran dolor,iejito es naturalmente su padre, don, del que toma una cariosa distanciaescribirlo. El hermano menor encuen-tforas afortunadas y afila su mirada

    choEl qufuelor

    glaagrfrelos

    Unvuelvero alerDeifili

    Yoatrsegdialimlo, en estpargravis

    Otragosto

    La portrede segpo.estquclaverdesunproblaDaunocastro

    qublasesruide

    gam

    LA GACETA

    8Ahora el Duque est atrs de m, he- un garabato. La tarde es muy linda.

    sol gasta mucho en iluminar las nubese, como son de vapor, aprovechan surza elstica, moviendo la luz y los co-es.Un viejito muy simptico est arre-ndo el jardn (?). El tiempo est muyadable. Los das son bonitos, maanasscas y claras, tardes azules y crepscu- en sol mayor.

    [Fragmentos de la carta del 3 de noviembre de 1925].

    mes ms tarde, el 7 de diciembre, Juan a ponderar el campo que lo rodea, pe-ta de la soledad que pesa sobre doaa.

    no quisiera irme pues el campo meae y tu estudio me hace pasar horas so-adas, arreglndolo y leyendo y estu-ndo. Si vieras qu arreglado est y qupiecito. Me gusta mucho estar all, so-oyendo el viento que silba encajonadola barranca. Pero mamacita ya no debear aqu, tan lejos, tan sola. Yo por mite vivira aqu, viendo los cerros tanndes y llenos de color y la ciudad a lata, lo mismo de da que de noche.

    o fragmento de la carta, escrita el 7 de de 1929, dice as:

    colonia est poblndose mucho, pero nuestro rumbo no hay ms que dos o

    s construcciones que estn algo cercala casa. Mejor que sea as, pues nosotrosuimos viviendo enteramente en el cam- Hoy es domingo en la maana, el da maravilloso y aquellas montaase estn atrs del Country Club se venrsimas, dejando ver sus bosques dede obscuro, sus lomas de pastos muy ver- y aquellas barrancas y empedrados de

    color rojizo tan hermoso. El cielo estfundamente azul y hay muchas nubesnqusimas. Todo lo veo limpio y nuevo. gusto respirar el aire tan puro y siente deseos de vivir siempre aqu, en esta

    ita tan limpia, tan arregladita, con nues-s dos viejos que nos quieren tanto.Las palomas estn all en el caminito

    e va para la calzada. Son unas treinta,ncas, negras (aquellas que trajiste), gri- y que ahora de repente vuelan todasdosamente y van a ponerse en el pretilla azotea.Hay muchas flores: mirasoles, bu-bilias, rosas (aquellos dos rosales que

  • compraste, estn preciosos), geranios queestn alrededor de la casa y que en el fon-do azul de las paredes ponen su color ro-jo, rt a granestupuey elnoscasabinde ltamde lt sdo tlas jugutus g

    Ahomas npoeta, sra. La dmas termvil qhacindel alero.no hablde un g

    Te dcasihe darrefebr

    Te mvierto d

    GRU

    1LosnotamodLa qlas rconLe dy esplan

    2La gcuydansin c

    3Hayque

    Despus se pule el pico,mira sus uas, ve las de las otras,abre un ala y la cierra, tira un brinco rios de autores que se celebra-

    rn este ao. Jos Anbal Cam-s,tancir n malnatre

    roim

    dogi: Nelosass a

    is Ize

    elg

    cce 9enl, bltrans quien ya ha colaborado ens pginas con una traduc-, nos manda un correo pararnos que habr que recor-tambin al austriaco Her- Broch, a cincuenta aos deuerte. Esperamos dedicar-

    autor de Los inocentes al-s pginas en una prximaga.

    s aniversarios que no in-os en la lista del mes pa-

    los encontramos en lasnas de cultura de La Jorna-seis siglos del nacimientoezahualcyotl, 400 aos delo de Shakespeare y 150 del nacimiento de Jos

    dalupe Posada y Leopoldo Clarn. Y varios centena-ms: el fotgrafo Manuelrez Bravo, el arquitecto Barragn, los pintores Ma-quierdo y Wifredo Lam, el

    asta italiano Vittorio de Sica norteamericano Langstonhes.

    ierre de este nmero de Laeta nos enteramos de larte de Guadalupe Dueas a3 aos de edad. Su libro detos Tiene la noche un r-

    premio Jos Mara Vigil, fueicado en nuestra coleccins Mexicanas en 1958. Des-e en paz.

    osa y solferino. La madreselva que es-la entrada de nuestro cuarto est muyde y ya va cerca de la ventana de tudio. En las noches de luna abro larta del cuarto para que entren la luna santo olor de la madreselva. Los pi- que estn frente y a la derecha de la, estn crecidsimos, los otros tam- pero no tanto. Ya hay banqueta des-a casa hasta el Paseo de la Reforma ybin hay ya rboles en toda la orillaa banqueta. En fin hermanito querido,iempre ests aqu en la casa, todo, to-rae tu recuerdo. All en el comedor,bellsimas bandejas de Uruapan, losetes, los cuadros, me hacen acordar deustos por los colores fuertes y bellos.

    ra sabemos que los Grupos de palo-o slo fueron cazados por el ojo delino criados a propsito para esta cace-escripcin que hace Juan de las palo-

    mina con un giro paralelo al del auto-ue irrumpe de improviso en el grupoolas volar hasta regresar a posarse en Y el recurso del fotgrafo en el poemaa slo del ojo cazador del poeta, sinousto compartido entre hermanos.

    ars cuenta por las fotografas, que lata sigue igual que antes, que yo nadaescuidado y procuro que todo est

    glado. [Fragmento de la carta de 26 deero de 1927].

    ando otra fotografa de la casa. Si tu-a tejas se vera encantadora. [Fragmen-e la carta del 31 de octubre de 1926].

    PO DE PALOMAS

    grupos de palomas,s, claves, silenciosas, alteraciones,ifican el ritmo de la loma.ue sabe tornasol afinauedas luminosas de su cuello

    mirar hacia atrs a su vecina.a al sol la miradacurre en una sola pincelada de vuelos a nubes campesinas.

    ris es una joven extranjeraas ropas de viaje aire de sorpresas al paisajeompradoras y sin primaveras.

    una casi negra bebe astillas de agua en una piedra.

    y sEl parUn

    y een Lonmo

    4Lasaby scuaquEs cerconquen

    5CoEnlosy lay laUnReNoEl ly p

    Al hay undecoramos imlores fte y gventan

    EST

    Laconlosde la aLaY lse Lade y ecreEsDijLacuaLoe para debajo de las rosas.fotgrafo dice:a el jueves, seora. palomo amontona sus erres

    cabeceadas,lla busca alfileresel suelo que brilla por nada.s grupos de palomasotas, claves, silencios, alteraciones,difican lugares de la loma.

    inevitablemente blanca,e su perfeccin. Bebe en la fuente

    e bebe a s misma y se adelgazal un poco de brisa en una lente

    e recoge el paisaje.una simplezaca del agua. Inclina la cabeza tal dulzura,

    e la escritura desfalleceuna serie de slabas maduras.

    rre un automvil y las palomas vuelan. la aritmtica del vuelo, ochos rabes desdoblndose suma es impar. Se mueve el cielo casa se vuelve redonda. viraje profundo.gresan las palomas.tas. Claves. Silencios. Alteraciones.piz se descubre, se inclinan las lomas,or 20 centavos se cantan las canciones.

    final del fragmento de la carta anterior,a rpida mencin del comedor y susdos. Es importante porque ah pode-aginar la naturaleza muerta con co-

    uertes y bellos que inspir el sonrien-ozoso estudio, visto a travs de unaa:

    UDIO

    sanda pintada de prisataba siempre

    escandalosos amaneceresmi seoraurora.

    s pias saludaban el medio da.a sed de grito amarilloendulzaba en doradas melodas.s uvas eran gotas enormesuna tinta esencial,n la penumbra de los vinos bblicosca suavemente su tacto de cristal.tamos tan contentas de ser as!eron las peras fras y cinceladas.s manzanas oyeron estrofas persasndo vieron llegar a las granadas.

    s que usamos ropa interior de seda...

    LA GACETA

    9

    poescidedamasule guen

    OtclusapdadeOtaGuAlariolvLuraciny Hu

    Al GamuloscubopuLeca

  • dijo una soberbia guanbana.Pareci de repente que los muebles

    crujan...Pero si es ms el ruido que las nueces!DijerllenoSalade suDesdrea eY la

    con l

    De igmento da los papor la mun solo t

    LAS C

    Dibude uaquidebaponeentrede lao comen laen finsencidibuSus vSon va florpor dsin ppor ejuegaY hadesdConvNoNunEstamdel ICuantambPeson lde mmismlas pLa opclaroPeroLes ede reque qS;

    Dice

    Dibujar las colinas!Repartirles los ojosy llevarles palabras finas.Mojar largo el pincel; apartar la neblina

    mejores frutos.) En la tarde hmeda del vera-no, frente a aquel maravilloso panorama, eladolescente solo, desborda melancola.on los silenciosos chicozapotess de cosas de mujeres.ns eses redondas las naranjas.e un cuchillo de obsidianal sol la escena de las frutas.

    ventana abierta haca entrar la montaa

    os pequeos viajes de sus rutas.

    ual modo, encontramos en el frag-e la carta anterior muchas referenciasisajes de Las colinas, capturadasirada del poeta para dibujarlas derazo, mojando largo el pincel ...

    OLINAS

    jar las colinas n solo trazo,etar las palabras y unirlasjo de los rboles;rlas a pacer o esparcirlas las huellas de todos los caminantes dulce vereda que declina,

    prar palabras nuevass tiendas de colores con brisa,, salir a la puerta y en el aire,

    llamente,jar las colinas.iajes son tranquilos y pequeos.iajes a tres tintas y fruto de senderosonde pasa el arco iris

    araguas. El azul que da el cielose lado, algunas veces a ser verde.

    y un don de amistad en las colinase mi casa, en los atardeceres.ersacin.sotras estamos aqu siempre.

    ca vamos a la ciudad.os convencidas de la belleza

    ztacchuatl y el Popocatpetl.do seamos grandes aprenderemosin a patinar sobre la nieve.ro si ustedes son ms hermosas;a sonrisai caja de lpices. Ahorao me lo decan

    alomas.inin de las guilas

    est que es muy otra. esos zopilotes estandartes...nvidio a ustedes la tareacoger las estrellasuedan tiradas en la maana.

    tenemos ya una coleccin bastante completa.

    n que las pagan muy bien en Groenlandia.

    depase

    (Essiguierjunio y

    Hajunio dte, puems deflores,una fufeliz dtropica

    Ladespuce

    Ahnanciaro a

    EST

    EstdequEst

    llenEsten EsaquEsadisElconEstesaNani las

    El corrersus paarriesgtado eatreveal hermnaturatos ejedespuJuan dpoticprefiripecial las nueve de la maana,ra que el vaso de agua campesinaconvierta en alegre limonada.

    tos mismos elementos de su entornoon apareciendo en poemas de Hora de Subordinaciones).y un comentario en la carta del 25 dee 1926 que nos hace sonrer doblemen-s no slo nos descubre que Carlos ade- las palomas y el loro, los rboles y las

    el mirador y los paisajes, haba ideadoente con ranas de verdad! Juan usa unaescripcin de doa Deifilia, llena de soll:

    s ranas que pusiste en la fuente, o suscendientes, nos dan unos ratos terribles

    es con su ruido de hamaquero, como di-mamacita, meten una bulla horrorosa.

    ora sabemos por qu llegaron las aso-s y los versos sin ruido de hamaque-l poema Estudio:

    UDIO

    a fuente no es ms que el varillaje la sombrillae hizo andrajos el viento.as flores no son ms que un poco de

    aguaa de confeti.

    as palomas son pedazos de papelel que no escrib hace poco tiempo. nube es mi camisa

    e se llev el viento. ventana es un agujerocreto o indiscreto. viento? Acaba de pasar un tren demasiados pasajeros...e cielo ya no le importa a nadie; piedra es su equipaje. Llveselo.die sabe dnde estoypor qu han llegado as asonancias y los versos.

    primer da de agosto de 1927, Juan deja largo la escritura y habla tambin deisajes interiores. Sus metforas sonadas y sorpresivas. Es claro que ha es-jercitando la poesa y muy pronto ser a someter algunos ejercicios poticos

    ano y poeta mayor. Sus modelos son,lmente, Lugones y Lpez Velarde. (Es-rcicios los abandonar poco tiempo

    s, probablemente al regreso de Carlos.ebe haber comprendido que su talentoo estaba a la sombra de su hermano y transplantarlo al periodismo, en es-a la crnica taurina donde cosech los

    vilos fresvadrasenfde asles Haotrapeddosazu

    Es negaquoyey my dinecemsossobhumdes

    macansenbalde La sobtosdanvia

    Apdecidora su mo amvio vaclas nubmelanc

    EL

    En en tlos las En cieg

    par

    LA GACETA

    10La tarde est magnfica, bellsima; llo- y luego sali el sol. Hay en la tierra, enrboles, en el cielo, una sensacin decura que refresca todo y lo aparece la-o, limpio, casi nuevo. El sol poniente

    a los campos verdes de las lomas derente, haciendo los prados de un ver-transparente y luminoso. Las monta- estn fuertemente azules y sus perfi-limitan el cielo con gran precisin.

    y muchas nubes blancas, luminosas,s casi negras color pizarra y muchosacitos de nube muy blancos, alinea-, que hacen una marimba en el cielol plido.El sol ya se oculta tras de los montes.un gran foco que resalta entre nubesras que lo aprisionan. Ya anochece y sentado en la escalerita de la puertando el fresco chasquido de la fuenteirando este magnfico paisaje de cielo

    e montaas, siento una tristeza juvenilxplicable. La tarde se acaba y dora dul-ente redondas nubes de suaves cur-

    . La neblina est transparente y grisre la ciudad. La perforan columnas de

    o que se inclinan perezosamente y sebaratan luego.Hay fresco olor de tierra mojada ydreselva y algunos mosquitos me pi- y siguen rondando como si estuvie- colgados de un hilo invisible y seancearan. Una lucirnaga no respon-por las interferencias o fallas de luz.mancha de un mosquito la distingore el cielo cada vez menos. Los silba- negros y tristes del ferrocarril me nuevas y fuertes ansias de vida, de

    jes.

    1 de agosto 1927

    enas dos aos antes, Carlos haba pa-, ah mismo, la ausencia de quien fue-nica novia. Al anochecer, frente al mis-biente que nos describe Juan, Carloso el paisaje por culpa del saqueo dees. La causa es bien distinta, pero laola es familiar.

    RECUERDO

    las horasque el paisaje se vacaodo se lo han llevado las nubes,objetos de familia,palabras ntimas.una soledad de todas las cosas,o, mudo, slo me quedan unos

    cuantos dedosa tocar las piedras y las rosas

  • on la poesa de Carlos Pellicer1

    vuelven a nacer las cosas, todo loque nos rodea y existe vuelve anacer: las nubes, las palomas, las

    las rocas, los luceros adquieren unaalidad distinta a la propia. El efecto den artstica hace que concibamos las co-o si las viramos por vez primera. Su

    es una constante transgresin a la rea-a que al ser poetizada se vuelve ms

    a y con vida propia. Para Carlos Pelli-

    t fechado en junio de 1967. He querido citareste poema2 porque creo que no marca, comoes el caso de muchos otros poetas, una culmi-nacin coronada en comparacin a sus pri-meras poesas.

    Carlos Pellicer public en vida ms dequince libros. Sus primeros poemas coleccio-nados, escritos entre 1915 y 1920, aparecen ensu libro Colores en el mar. De este libro el poe-ma Estudio, dedicado a Pedro EnrquezUrea, llama la atencin por la magia evoca-

    LA GACETA

    11

    que t tocasteo que solamente roz el vientode suave gloria que te trajo.En l

    en laque en la(acame rsin tparael taque tocao qude sTu auna Y ende lamis que En len qde tu

    Carltiembrepara jugde Vascturas. Ffue liberdedicnaos fugustabaconversaquellascuatro asu hermsino comlibro debra en ade junio(A mi fe s calleza sin

    Los casa azu10 aos los, el blia, en 1imposibsolo en truir, a las dospuerta muerte,ra (1977

    Carlos Pellicer: a 25 aos de

    muerte

    Gerardo Ramrez MonroyCflores,personcreacisas compoesalidad yplsticcer la vuna mdialct

    El ParPu

    CaEq

    [...]

    Poel tNoLaVuagunusom

    Estperten

    a desaparicin del panorama quefueron mis ojos;

    interrupcin del viaje de msicafueron mis odos; prdida de todo idioma

    so por una bagatela de ortografa),odean las horasiempo y sin clima entregarmecto de las piedras y de las rosastus pies y tus manos rone apenas roz el vientouave gloria que te trajo.usencia ha dejado sobre las piedrasflorecita que tal vez sea negra. la vida piedra y la flor tras de tu sombra,

    manos ven y oyen y graban un signocompendia todas las cosas.as horas,ue se perpetan los instantes ausencia presente de paloma.

    os y Juan se reencontraron en sep- de 1929. Carlos regres de Europaar su destino en la campaa polticaoncelos. Por esto sufri crcel y tor-inalmente, en el mes de mayo de 1930ado y empez a reconstruir su vida,dose a la enseanza. Por muchose maistrito de secundaria, como recordar. Los hermanos pudieronar y compartir al menos parte de ilusiones que soaron durante losos de separacin. Carlos encontr aano Juan, ni mayor ni menor que l,o a un amigo singular. Por esto, el

    madurez plena, que Carlos vislum-quella carta de 1928, result ser Horay la dedicatoria, sencilla y rotunda

    hermano), cifra en un breve epgra-rio nico en la bsqueda de la be- nombre, oh infinito.hermanos convivieron 12 aos en lal, hasta que Juan se cas y dej por

    la calle de Sierra Nevada. Don Car-oticario, muri en 1935 y doa Deifi-949. Entonces los recuerdos hicieronle para el poeta continuar viviendoel 724. La casa se vendi, para cons-pocos metros, en la acera del frente,casas donde viviran, puerta cony corazn con corazn, hasta la Juan (1970) y Carlos Pellicer Cma-).

    Lomas de Chapultepec, 1997.

    su

    ida fue una contingencia de sorpresas,etamorfosis, un acontecer difano yico.

    campo y yo estbamos ya listosa que t y yo

    siramos la mano en una flor cualquiera.

    da cosa en su sitio, sin nosotrosuivale al desorden.

    r las paredesacto de la noche va pasando tengo nada que decir. Regresan

    s plidas palabras:elvo a ti, soledad, agua vaca,a de mis imgenes, tan muertas;

    be de mis palabras, tan desierta,bra de la implacable poesa.

    e poema, indito en la vida del poeta,ece a la ltima etapa de su poesa y es-

    dora dfuerzatorrenmientocias enpoesasu pro

    Jugpoy hLoesty econy vCoy lhaquLa

    paPoe sus imgenes, imgenes en donde laemotiva del poeta se presenta como

    te de sensaciones que dan vida y movi- a sus palabras. Si buscamos diferen-tre los dos poemas veremos cmo la

    de Pellicer muestra una constancia enduccin. El poema Estudio dice as:

    ar con las casas de Curazao,ndr el mar a la izquierdaar ms puentes movedizos. que diga el poeta!amos en Holanda y Amricas una isla de juguetera, decretos de Reinaentanas y puertas de alegra.n las cuerdas de la liraos pauelos del viaje,remos velas para los botese no van a ninguna parte. casa de Gobierno es demasiado

    pequeara una familia holandesa.r la tarde vendr Claude Monet

  • a cY ha..islcoy

    Seentre tudio

    Eny 6, 7sobrecelos.y la mlas conos vrada a

    Rlacocr

    O

    Polarepo

    Asas, Cdes mmotivPellicno, pbles, evocanos d

    No tengo tiempo de mirar las cosascomo yo lo deseo.Se me escurren sobre la mirada

    potico, trabaja cada elemento moldendolo,dndole sus contornos ms ntimos. El Poe-ma elemental sobre los cinco elementos la

    es el quinto es un poema que reco-os los estadios de la naturaleza, pasan-l fino y minsculo componente a laosidad de la naturaleza. Potico en el en que transgrede la realidad para re-

    la transparente e, insisto, como si lariramos por vez primera. La muertelemento de la gran naturaleza se pre-omer cosas azules y elctricas.por esa callejuela sospechosaremos pasar la Ronda de Rembrandt

    .psame el puerto de Curazao!a de jugueteran decretos de Reinaventanas y puertas de alegra.

    senta y dos aos de distancia existenel poema Uno (1967) y el poema Es- (1915-1920). 1924, Pellicer publica Piedra de sacrificio

    poemas; en el primero incluye un poema Iberoamrica que prologa Jos Vascon- En los dos libros nuevamente el talentoagia desbordante del poeta se detiene ensas, en esas minsculas impresiones quea dando la vida a cada instante, una mi- la luna o el detalle del andar silencioso.

    ecordis a la luna que en las manos de la amada

    y tson

    do

    Estqu

    Espa

    NocasUnme

    Viv

    de

    y a

    rep

    Enpor laamor, radas las coscontratodo Preflexiquinaroundde misbra repoeta.del Nberamda a lporqupre estmo una cosa matutinaeca y se alejaba?

    bien:

    r ese instante he de ceirmeurel, espina, manos, florsucitando y sucumbiendor la victoria del amor.

    la preocupacin de dar alma a las co-arlos Pellicer se suma a las sensibilida-s delicadas de nuestra poca. Comoo y figura retrica en toda la obra deer aparece la prosopopeya. En Noctur-oema de contornos plsticos y sensi-

    Pellicer detiene la mirada, reflexiona y al tiempo que se nos escurre cual gra-e arena en la playa.

    Enca Hores mensus rim

    Asy tAsbaj

    [...]

    Enen

    Asno; en agua, abordaodo lo que veo esquinas profundas rotuladas con

    radionde leo la ciudad para no perder

    el tiempo.a obligada prisa que inexorablementeiere entregarme al mundo con un dato

    pequeo.te mirar urgente y esta voz en sonrisara un joven que sabe morir por cada

    sueo! tengo tiempo de mirar las cosasi las adivino.a sabidura ingnita y celosa da miradas previas y repentinos

    trinos.o en doradas mrgenes; ignoro el

    central gozo las cosas. Desdoblo siglos de oro en

    mi ser.celerando rachas quilla o ala

    de oro,ongo el dulce tiempo que nunca he

    de tener.

    toda su poesa est presente el detalles minsculas y las grandes cosas ella vida, la muerte. Ese Vivo en do-mrgenes; ignoro el central gozo / deas es la irona ms grande que he en-do en toda su poesa, ya que Pellicer,ellicer, toda la obra de Pellicer es unan al instante, y citando a Neruda no recuerda el poema Walking?, en donde el Sucede que me canso pies y mis uas / y mi pelo y mi som-sulta la modestia menos creble en un

    En esa avasallante y constante actitudo tengo tiempo de mirar las cosas, de-os decir que Pellicer dedic toda su vi-

    a observacin de la magia de la vidae todo siempre est sucediendo, siem-n pasando cosas a todo. 1927, la editorial Pars-Amrica publi-a y 20, texto en el que, pienso, Pelliceros filsofo y ms terrenal, ms fino enas, ms alegrico, ms amoroso:

    , toda la luna y todo el campoodo el corazn la tristeza de no estar contigoo el sutil imperio de los dos.

    el caos eras la siembra en orden,el dolor, una nube de instantes.

    imismo, en 1929 aparece su libro Cami-l, el poema elemental, sobre el aire, elel fuego, la tierra y la muerte, Pellicer estos elementos con singular cario

    muerterre toddo degrandisentidogresardescubcomo esenta muerte

    SemCir

    Noprofunequilibtimiencer mobin cnativid

    Estpara elvida, cdel nainvent

    Uncinto pobolo etza / m

    [todde vigy eYaporponsy erec

    NOTAS

    1. Este 1986 hcin.

    2. PEl poe

    LA GACETA

    12como sombra de Dios. Al hablar de la, dice:

    ejante a la sombra de Dioscula entre nosotros imponderable

    y fecunda.

    olvidemos que Carlos Pellicer fuedamente catlico, no obstante, suporar la concepcin del mundo y el sen-to ntimo hacia Dios. Cada ao, Pelli-ntaba un Nacimiento en su casa, tam-ada ao escriba un poema sobre laad.e material est coleccionado en Cosillas nacimiento, poemas en donde cobranon inigualable belleza, las partes todascimiento: imitacin y a la vez creaciniva del autor. fragmento del poema nmero XII de Re-dra demostrarnos el binomio de sm-

    erno por la vida: el amor y la naturale-ovimiento y gracia.

    ]o a puertas cerradas, la quietudesperarte es vanguardia de herosmo,ilando el ejrcito de abrazosl gran plan de la dicha. no s caminar sino hacia ti, el camino suave de mirarteer los labios junto a mis preguntas

    encilla, eterna flor de preguntartescucharte as en m y a sangre y fuegohazar, luminoso, las penumbras!

    artculo sobre Carlos Pellicer escrito ena sido modificado para esta publica-

    ublicado en el libro Reincidencias, 1978.ma slo lleva el nombre de Uno.

  • Teima

    VprontoirrechaStal rprfugespaoque, achesca[XIX], nms intra lo lius voda usueurocequeabSaln cin nosancioBuen S

    Atrtismo msticsionesaccedey sisteda. Y semancca se ebilidadlidacilas demrales, pnocimila nuevsin dtal vezLa con

    bito de la literatura castellana de lama parte esencial, no fue, empero, re- de la espontaneidad ni acierto felizs cuantos talentos inspirados, sino laecantacin de un concurso de circuns- histricas y sociales bajo cuyo patrnsario inscribir sus ms vlidos y su-s logros. Ponga aqu el dedo el lectoreme adelantece aproximadamente quince aos, elreliminar de este ensayo invocaba a

    a de prtico una frase de Jorge Luis y recordaba cmo la escritura aluci-e Tln estableca una sola e incontro-

    e pretensin: la de que El libro que

    Durante los aos transcurridos en ritmoparalelo a la gestacin de mis obras de fic-cin, el ensayo creci gracias a la reflexinconstante que mantuve sobre su asunto cen-tral. Cursos y conferencias en diversas uni-versidades europeas, monografas y artculosescritos para enciclopedias y revistas especia-lizadas, prlogos y reseas, entrevistas y no-tas de diverso cariz me permitieron profun-dizar an ms en el debate que preside laedicin original. El resultado es probable-mente ms ambicioso y polmico pero al mis-mo tiempo ms selectivo y certero, y el lectorpuede advertir la diferencia al confrontar laslneas presentes con el prlogo inicial, donde

    De la barbarie a la imaginacin

    xto Liminar de De la barbarie a laginacin, libro que el FCE pondr en

    circulacin por estas fechas en la coleccin Tierra Firme.

    A mis padres. A Mara Viveros. Por su irrevocable confianza

    y su constante solidaridad

    iene usted de un mundo que pron-to existir: con estas palabras nodesprovistas de un sutil pater-nalismo que, como era de rigor,

    se habra de transmutar en una casizable invitacin ertica, madame de

    ecibi a fray Servando Teresa de Mier,o venerable de todas las mazmorraslas y emisario de la nueva conciencia

    caballo entre las postrimeras diecio-s y el advenimiento del pasado sigloo vacilaba en enjuiciar la cada vez

    soportable realidad ultramarina. Con-que hubieran podido admitir Corne-n Pauw, el abate Raynal y toda la hor-fructuaria del ms acendrado y tercontrismo, la ilustre Mandarina fran-

    a por fin las puertas de su prestigiosoque las damas mentales de la oposi-

    vacilaban en denominar Establo ynaba con su accolade la rebelin delalvaje americano.s quedaba la Colonia con su oscuran-regulado por decreto, sus boatos do-os, sus miserias, sus osadas transgre- y la ingenua pero firme voluntad der algn da a esa madurez que secularmticamente le haba sido escamotea-i con la llegada de una controvertidaipacin poltica los pueblos de Amri-nfrentaron a la poco amena responsa- de establecer para siempre su conso-n republicana, la literatura, al frente de

    del mque forsultadode unolenta dtanciases necegestivoy espr

    Hatexto pmanerBorgesnante dvertiblno enccomple

    Esta lo larlas reacpre mevera cfuera s

    Rpla nuevcuestioformulsivos esenciaslas ideque a

    R. H. Moreno Durns manifestaciones artsticas y cultu-ostul tambin su aspiracin al reco-ento de una identidad propia, fruto dea situacin social y temprana preten-

    e eso que ahora ha dado en llamarse, pomposamente, escritura en libertad.figuracin de una especificidad dentroierra su contralibro es considerado in-to

    e libro ha conocido una suerte diversago de todos estos aos y, al amparo deciones que su lectura engendr, siem- acompa la certeza de que un damo surgira su contralibro, bienu rplica, bien su complemento.lica y al mismo tiempo complemento,a edicin de este ensayo me permitenar algunas de las ideas inicialmenteadas, rebajar tempranos aunque exce-ntusiasmos, enmendar deliberadas au- y, sobre todo, explayar gran parte deas, entonces apenas sugeridas peron as mantienen hoy toda su vigencia.

    no en vcicio dlibro.psitoRayuelbros, pmentoconsulda unijustificsayo ppunto un recque el una onaunquLA GACETA

    13ano se consignaban ya, en pleno ejer-e la prolepsis, las razones del contra- Como afirmaba Julio Cortzar a pro- de la multiplicidad de lecturas dea: a su manera este libro es muchos li-ero sobre todo dos libros: comple-

    esencial del primero, el lector puedetar por fin esta versin que no slo ledad al original sino que busca tambinarlo. Porque los prospectos de este en-retendieron siempre confluir en un

    al que slo es viable llegar en virtud deorrido preciso, y ese punto no es otrode la formulacin de una identidad, detologa cultural, de una antropologa,e el esfuerzo culmina en el momento

  • en el qanunci

    Amticularmente de otralores cosinguladel protual idetapas cios mel plangen, pusentidoAs, al s LezDragnbibliotman Liesa dimn La

    Delumbrade nuefundirsmos encin. actuar la menculturaaquellanos ender. Laconfunma commo suhistorimetfola que,acuerdno slo

    historiografa local o a una diferente perspec-tiva crtica. Igual cosa cabe decir acerca de lasreferencias a Espaa, pas al que Domingoue la cultura, revertida en imagen,a su advenimiento.rica Latina accedi a una forma par-

    de cultura hbrida, mestiza o falaz-brbara, segn se piense a partir que, a su vez, estaba henchida de va-mpletamente originales y propios. Laridad del caso radica en que, a travsceso de configuracin de nuestra ac-

    entidad cultural, superamos aquellasque nos permitieron conquistar espa-s homogneos y sugestivos ya no eno de la realidad sino en el de la ima-es la cultura, una vez despojada de su antropolgico, deviene metfora.

    penetrar en esa era imaginaria que Jo-ama Lima llam La biblioteca como

    , penetramos tambin en la infinitaeca que esconde el palndromo de Os-ns y, por supuesto, en ese laberinto, enensin ab aeterno que Borges denomi-

    biblioteca de Babel. esta forma, la imaginacin que vis-mos al final de la discutible historia

    tambia la ob

    A lyen el tinenteva un ilustrada pardia a lacho. Lolo univigual aapuntanismo rango cin olitismocontemnes trasis ambideas, la medideolog

    Co

    stra barbarie corre el riesgo de con-e con la imaginacin que encontra- los ambiguos predios de la civiliza-

    El punto comn es la metfora que, alcomo instancia, nos revela la verdad ytira de cada una de las fases de nuestra. Pero a nosotros slo nos importa que intenta precisar el recorrido que

    se a soar y, soando, a compren- frase final de La esfera de Pascalde las identidades y tanto Lezama Li-o Lins y Borges la reivindicaran co-

    ya: Quiz la historia universal es laa de la diversa entonacin de algunasras. Y es paradjicamente la metfora al determinar las diferencias, rompe elo: Luis de Gngora y Snorri Sturluson reconocen sus afinidades, sino que

    cin esdos encual mrenciastivos rUno dhaustivrrativacha exinexcuDe todnovelalos aspblemtcin brAssis yRosa ytos quen asumen bandos irreconciliables peseligada filiacin y deuda.o largo de las secuencias que constitu-discurso central de este ensayo es per- advertir cmo en la primera parte pri-aparato terico cuya funcin es la der el corpus crtico que integra la segun-te, en un proceso en el que la idea irra- imagen y el juicio corresponde al he-s presupuestos formulados en torno aersal, valga el ejemplo, afectan por

    todas aquellas obras cuyos elementosn hacia un mbito preciso de ecume-y las inscriben, en consecuencia, en elde validez correspondiente. Civiliza- barbarie, regionalismo o cosmopo-, recreacin arcdica o prospeccinpornea, son algunas de las cuestio-

    tadas en un libro centrado en un anli-ivalente: la genealoga de dos grandes

    la viviseccin de dos tipos de novela yitacin sobre las dos variantes de unaa sospechosa.

    mprometido, pues, con esta preocupa-

    Faustinculturalargo dciana, sumidse advbundodesconcuestiorar pafalsos ctraba ide queen prinlas cueparte d

    Finpacinllas se una boaquel aflagracde el Apays nacin dlo imareal. PLos goby La pVasto mglo de lmo ocunados autoretes nbreviams geste mre, biensionesracionComo tralibren cadpecfica, algunos temas han sido trata- forma ancilar y a veces panormica, loe obliga a reconocer una serie de prefe-, cuestionamientos parciales y defini-echazos en la totalidad del informe.e estos inevitables y no del todo ex-os enfoques ha sido el tema de la na-

    en expresin portuguesa, aunque di-presin constituye ya un elementosable de la identidad latinoamericana.as formas, el nfasis dado respecto a la brasilea se orienta siempre a tratarectos que afectan directamente la pro-ica central del ensayo de ah la aten-indada a Joaquim Maria Machado de Euclides da Cunha, a Joo Guimares Osman Lins, en detrimento de asun- corresponden ms al anlisis de una

    y a mzado a

    Mmienteste enen divacadestrucque crafianzsiemples o del mgenerden drato dque pplicad

    LA GACETA

    14o Sarmiento aline por razones de en la zona de la barbarie y que, a loe casi medio siglo de narrativa provin-

    ha permanecido carpetovetnicamenteo en una escritura en la que fcilmenteierten ecos de un naturalismo pudi- y torpe, situacin de la que hay quetar, obviamente, varias novelas de in-nable valor contemporneo. Recupe-

    rte de nuestra expresin, desmitificaromplejos de superioridad y romper la

    deolgica que, paradjicamente, impi- nos entendamos hablando al menoscipio el mismo idioma, son algunas destiones de ms urgente atencin pore los escritores de habla castellana.almente, y sobre esta misma preocu-, la aproximacin al crisol de las Anti-torna perentoria, ya que no constituyeutade afirmar que si hemos descubiertorchipilago ha sido gracias a una con-in surrealista, conflagracin que des-im Csaire de Cahier dun retour au

    tal ha intentado reconciliar la concep-el mundo de su pueblo con el fasto deginario y la cotidianidad de un trpicorueba de tales intentos son, por igual,ernantes del roco, de Jacques Roumain,rdida de El Dorado, de V. S. Naipaul;

    ar de los sargazos, de Jean Rhys, y El si-as luces, de Alejo Carpentier. Y as co-rri con algunos de los temas mencio-pudo ocurrir tambin con ciertos

    s, aunque en este caso la lista de ausen-ada es tan ingrato como el catlogo, elrio o el manual es deliberadamenterande que la de los convocados. Conemorial de aclaraciones que, si se quie- pueden ser consideradas como confe-

    de parte, este ensayo postula sus aspi-es pero admite tambin sus extravos.deca Julien Gracq, en la lnea del con-o sugerido por la escritura de Tln,

    a rincn del libro, otro libro posibleenudo incluso probable ha sido lan- la nada

    e restan una aclaracin y un reconoci-o. Contra mis previsiones y proyectos,sayo se convirti en texto de consultaersas universidades. Reacio a todo lo

    mico, he modificado en esta edicin latura del libro la atipicidad del enfo-onolgico en parte lo demuestra; heado al mximo la opinin personal, nore compatible con las verdades genera-tpicas; he eliminado los tics propiosal didctico (nacionalidades, fechas,

    aciones, escuelas) y para facilitar el or-e la lectura he suprimido el denso apa-e notas y referencias bibliogrficas,

    ara la presente edicin se haban multi-o de forma comprensible aunque alar-

  • mante. En cualquier caso, el lector interesadopuede consultar el amplio repertorio que fi-gura a pie de pgina en la primera edicin deeste li

    Asespecitores Jsa y Joriginron vada, fumismMa. VJordi nocimy estmde Bagran po conambiccana. Pbin ay Quimna par

    Grha vueditorbre qutanto pautaembelgn exaforpa enquienLetrHoy, esencicaza dha encese mfolclorcrar alatinode trago susSalvajma depada, fantasen el crticola fecuy divetimos en el p

    Seobligavez mquienCon dondemonia

    LA GACETA

    15

    pavesa incendiada que acabar en ceniza

    alta chispa inalcanzable, magnificada,

    breve esperanza que se astilla sin remedio:

    de la materia inflamable surgir la ruina

    tanta pavesa desperdiciada en un tris

    como el rictus sobre la madera de otros tiempos

    por dondequiera que miro es la destruccin

    caye

    la en

    todo

    entr

    y nin

    qu

    si to

    y el

    para

    y el

    entr

    aho

    Pavesa

    Angelina Muiz Hubermanbro.imismo, debo agradecer de forma muyal la generosa colaboracin de los escri-os Miguel Oviedo, Mario Vargas Llo-os Ma. Carandell, quienes leyeron elal en sus diferentes versiones y aporta-liosas sugerencias que, en cierta medi-

    eron acogidas en la redaccin final. Loo debo decir de las opiniones de Josalverde, Rafael Gutirrez Girardot y

    Estrada. Igualmente extiendo mi reco-iento a Montse Genovs, por su ayuda

    ulo constantes, y a la editorial RBA,rcelona, por permitirme utilizar aquarte del material que, bajo mi nombre

    seudnimo, escrib para su extensa yiosa Historia de la literatura latinoameri-or supuesto, mi gratitud se dirige tam-

    las revistas Camp de lArpa, El viejo topoera, entre otras, en cuyas pginas bue-

    te de esta nueva edicin cobr forma.acias a su imaginacin, el Buen Salvajeelto a Europa, esta vez bajo el pretextoial, aunque, por mal que le pese, descu-e el paternalismo con el que durante

    tiempo fue obsequiado marca an la de los hiperbreos. Madame de Stal,esada tal vez ante los atributos de al-tico varn americano, deca algo queismo elocuente y feliz alguien antici- boca de Chamfort aunque no falta se lo endilgue a un tal mile Faguet:anger cest notre postrit anticipeso pena de dejar de lado lo realmenteal, cierta crtica europea contina a lae un exotismo que le sirva de relax y noontrado coto mejor que el que le ofrecenimo predio atiborrado de magia yismo y con el cual se pretende involu-

    l resto de la vasta produccin literariaamericana. Siempre considerado objetonsaccin en el pasado el hombre, lue- materias primas y su obra, el Buene, ese extranjero que para la Gran Da-l ayer encarnaba la posteridad antici-corre el riesgo, merced a sus delirantesas, de convertirse en poco menos queancestro tardamente recuperado del europeo de hoy. Queda, por supuesto,nda perspectiva de una obra, complejarsa, cuyos resultados y valoraciones l-tendrn que inscribirse necesariamenteorvenir.

    a como sea y para efectos de calibrar lada reflexin sobre una literatura cadas dinmica y autntica, es el lector

    , ahora como siempre, tiene la palabra.lo cual podr usted quitar el dedo de lo puso, pues est entendida la cere-

    Barcelona, noviembre, 1986ron al pie las columnas de alabastro

    redadera ya no hall pared alguna

    punto de apoyo se desvaneci

    e los resquicios se perdi el tutelaje

    gn mensaje poda ser interceptado

    hacer con el arrancado tiempo de los tiempos?

    do era un debatir de remos sin barca

    posible rumbo desconoca el imn

    que el dolor fuera la corrupcin del da

    arco sin flecha, la corrupcin de noche

    etelas del corazn sin piel que embeber:

    ra comprendo el vuelo de la pavesa.

  • continJo(e

    N

    Cllesteroimporthacer dtudiosoclsicoes cierTurnersimilarpo quecin comomenno slosino tasu atra

    En cronoloBallestdetallado, delpira. Pael propsu autolas herYork, lirelacioamenobra dblicacipromoAyala.datos ila pocmexicadencia,Estudima la ados carcinta lala dca

    o elocuente de la huella honda y dura-ue la relacin con esta joven yanqui, admirablemente formada y vestida,en el espritu del poeta espaol. Hue- queda reflejada asimismo, claro est,oesa de Moreno Villa, en la que el re- de Jacinta sigue a flor de piel durante

    simo tiempo, dejndose percibir en lasas de 1931, en Puentes que no acaban de

    o mismo que en Saln sin muros, decluso en 1952 el poeta sigue pensando, sigue reflexionando sobre la equi-n favorable que la relacin haba si-

    que el poeta asume y dramatiza su dolorosofracaso amoroso. Pero como los editores seapresuran a sealar, la compleja estructura ytextura del libro no se agota, ni muchsimomenos, con este tipo de acercamiento. Si bienalgunos de los poemas parecen evocar mo-mentos clave en la historia de la relacin, haytambin numerosos poemas, sobre todo en lasegunda seccin (Jacinta es iniciada en lapoesa), cuyo desarrollo no parece estar vin-culado en absoluto con dicha historia. Loseditores hasta sealan la posibilidad de quealgunos de estos versos ltimos hayan sido

    Jacinta, otra vez

    Las pginas que ofrecemos a uacin son una resea del libro des Moreno Villa Jacinta la pelirroja

    dicin de Rafael Ballesteros y Julioeira), publicado recientemente por

    Clsicos Castalia en Madrid.

    on esta nueva edicin de Jacintala pelirroja, libro de Jos MorenoVilla publicado por primera vezen 1929, sus editores, Rafael Ba-

    s y Julio Neira, han hecho un servicioante a la poesa de lengua espaola alisponible al lector, y sobre todo al es- universitario, uno de los textos ya

    s de la vanguardia peninsular. Si biento que en los aos setenta la editorial ya haba realizado una reedicin fac- de la publicacin original, haca tiem- se resenta la necesidad de una edi-mentada que ubicara el texto en suto histrico y que explicara al lector su curiosa genealoga vanguardista,

    mbin las causas ms permanentes dectivo para el lector.su introduccin, una vez establecida laga de la vida de Jos Moreno Villa,

    eros y Neira ofrecen una descripcinda de la historia del texto y, sobre to- asunto amoroso en que el libro se ins-ra ello acuden no slo a la crnica queio Moreno Villa incluyera, en 1944, enbiografa Vida en claro, sino tambin amosas pginas de Pruebas de Nuevabrito publicado en 1927, ntimamentenado con Jacinta la pelirroja, pero extra-te postergado por los estudiosos de lael malagueo, y eso a pesar de la pu-n en 1989 de una reedicin del texto

    vida y prologada por Juan Prez de A todo ello agregan, por otra parte,nteresantes rescatados de la prensa de

    timonidera qrubia ydejara lla queen la pcuerdomuchCaramb1933, l1936; inen ellavocacido parNeira vedosapoeta sin mu

    AqarrDeviv

    O ctes que que yo

    Al rroja, yVilla, Bguir uaspectactitud

    James Valendera (de La Gaceta Literaria, de la revistana Contemporneos e incluso de Resi-la revista cultural de la Residencia deantes de Madrid). Pero lo que ms lla-tencin tal vez sea la publicacin detas de la seora Florence Stoll, alias Ja- pelirroja, enviadas a Moreno Villa enda de los cuarenta, cartas que dan tes-a l, tal y como sealan Ballesteros yen otra seccin muy interesante y no- de su introduccin. Como afirma el

    en el ltimo libro mencionado, Salnros:

    uella mujer ltima que quiseebat mi cuerpo.spus de aquel combateo en las cosas sin notarme figura.

    omo dice, ms escuetamente, en Puen-no acaban: Despus de todo eras t lo buscaba.hablar de los poemas de Jacinta la peli- siguiendo en esto al propio Morenoallesteros y Neira empiezan por se-

    na lectura biogrfica, identificando elo vanguardista de estos versos con la antisentimental y de good-sport con

    escritoconocesis, la ms diferencijazz, Prusos, los pohistoricin, dy ms Dira mrepresenacinconfliccanto cexpresficial yvida derrimienLA GACETA

    16s antes de que Moreno Villa llegara ar a Jacinta. Sea cierta o no esta hipte-verdad es que si bien en los poemasrectamente biogrficos abundan las re-as a la mitologa de lo moderno (elicasso y el cubismo, el cine, los balletslos automviles, el deporte, etc.), es enemas menos apegados a la pequeaa, y por lo tanto de ms libre inspira-onde encontramos la parte ms hondaduradera de la lrica de Moreno Villa.

    s: que en la medida en que Jacintanta para el poeta la repentina encar-

    de dicha mitologa de lo moderno, elto amoroso lleva tambin a un desen-on estos mismos motivos, en cuanto

    in, muchas veces, de una vida super- deshumanizada, sostenida no por lal espritu, sino por la vanidad, el abu-to y el dinero.

  • En una nota escrita en el exilio mexicano,Moreno Villa habra de reflexionar sobre elhecho curioso de que, entre sus conocidos,nada mtas espjeras. destinKatheva a dide desgunttar: Csos, s.la ndode la emujerbles, ples, artual o ser coamas paoladas y ase lesseas botros mtos y Fondo

    El lla conmo coy artspor suentoncberalesi he ctualizaseguraneoyoatractimentela poeja es laintentota vivdineroturaleuna visi tan smujer en un rroja eflapperga restriste ceste ppersonnes deLeamoque MXVII dToledotivo yapoda ticame

    nto en quien crea como en quien revi-reado mediante una recreacin poste-l poeta, lo mismo que su lector,

    pie en el momento de iniciarse en laencia potica. Es esto? Es aquello?do vivimos? En dnde? El iniciado su mundo cotidiano de identidadess y se encuentra de sbito, comooreno Villa, en la tirantez de la na-a (un concepto, por cierto, que sir-cientemente como punto de partida brillante exgesis del libro por par-Humberto Huergo: NRFH, LXVI,p. 489-540).

    erar que Jacinta le acompaara en es-oncertante aventura en la nada viva,mente era injusto por parte de MorenoPorque, en el fondo, l saba que unain sine qua non para esta insercin encin potica o artstica, era la soledad.ir, la contemplacin desinteresada de. Y todo parece indicar que Jacinta no

    LA GACETA

    17enos que diecisiete escritores y artis-aoles se hubieran casado con extran-

    (Si incluimos tambin a la musa clan-a de Pedro Salinas, la norteamericanarine Whitmore, entonces la lista se ele-eciocho.) Hay en este fenmeno algodn para la mujer espaola?, se pre-

    , algo sorprendido. Para luego contes-reo que, en el fondo, y en muchos ca- Es doloroso decirlo. La culpa no es dele femenina de la mujer espaola, sinoducacin que se le daba entonces. La

    espaola tiene condiciones inmejora-ero no para compaera de intelectua-tistas y escritores. En el orden intelec-artstico estaban sin lastre, no podanmpaeras, no pasaban de aburridasde casa. [] Las nias burguesas es-s de nuestro tiempo eran muy aburri- cualquier cosa de orden espiritual que

    comunicaba respondan con un noobo. Era imposible hablar con ellas de

    otivos que los sociales ms inmedia-corrientes (Los autores como actores, de Cultura Econmica, Mxico, 1976).hecho de que en este texto Moreno Vi-cibiera a la mujer, cuando mucho, co-mpaera de los intereses intelectualesticos de su marido y no como creadora propia cuenta refleja los prejuicios quees existan hasta en los mbitos ms li-

    s de la sociedad espaola. Pero, en fin,itado este prrafo es slo para contex-r el entusiasmo con que Moreno Villamente se habra acercado a su musa

    rkina: una mujer fsicamente muyva, sin duda, pero con quien evidente- quiso compartir su intensa pasin porsa y las artes plsticas. Jacinta la pelirro- historia de este intento de dilogo: un que se frustra porque la propia Jacin-

    e atrapada y sofocada por ese mismo que le permite aparentar intereses cul-

    s de todo tipo. Aunque hace alarde deda independiente, en realidad vive ca-ometida a los valores paternos como laespaola de la misma poca. Y si bien,principio, los poemas de Jacinta la peli-ncarnan una celebracin de la tpicanorteamericana de los aos 20, a la lar-ultan ser tambin, y sobre todo, unaomprobacin de la superficialidad de

    rototipo de mujer, de la precaria baseal en que se sostienen sus aspiracio- independencia intelectual y moral.s, como ejemplo de la iniciacin artsticaoreno Villa propone a Jacinta, el poemae la primera parte, titulado Jacinta en (el lugar no deja de ser muy significa- que la ciudad medieval de Toledo no

    ofrecer un escenario ms distante, arts-nte, de los rascacielos de Nueva York):

    El Ten

    No

    Ba

    Gr

    Fal

    La

    Devo

    Vesen

    Ve

    Es

    Po

    El compote y esque catica, tave lo crior. EpierdeexperiCunsale deseguradice Mda vivvi rede unate de 1996, pinstinto le anuncia lo inslito.samente, Jacinta, espera lo

    insospechado. sabemos a dnde van las calles, qu

    honduras tienen.

    te un esquiln. Se arrastran y rozancordeles secos.

    uen todos los ejes y bisagras de Toledo.

    to de secrecin el Tiempo est oxidado.

    buja de un farolillo marca dos columnas y un alero.

    sbito, en la tirantez de la nada viva,ces tapiadas, vocecitas de mujeres

    nias.mos el color de sus tocas,timos la esperanza y el olor de sus

    hbitos.

    mos sus penitentes lechos durante laspausas del cntico.

    esto? Es aquello? Cundo vivimos? En dnde?

    r qu? Para qu? Bizancio? Roma?

    poema hace explcito lo que en otrassiciones permanece implcito o laten- la inseguridad e incluso el conflictoracterizan la intuicin potica y arts-

    Espta descseguraVilla. condicla creaEs decla vidaestabade conpoemaculpa nuncianetariaque, coner ac

    QuHael qel q

    el qel q en condiciones para aspirar a este tipotemplacin. De ah, por ejemplo, el XIX de la segunda parte, Jacinta mede dispendioso, donde el poeta de- la forma en que la preocupacin mo- la enajena de ese mundo artstico aln el dinero, pretende afanosamente te-

    ceso:

    e se caigan y se pierdan los dlares.y un dlar de ms alta vala,ue no resbala de la bolsa de cuero;ue se acua y sale nuevo cada

    maana;ue viaja sin la rosa de los vientos;ue pone su voluntad en la Indias

  • ocultas;el qel qel qel qel q

    Aunpoetas ado cun ser dad mla absodena. Evez notanto a

    O gueo

    nico

    tentan expresar, por otros medios, la mismaintuicin claroscura del mundo que los poe-mas. Creo que incluso, dentro de su propioue concuerda lo lejano;ue esclarece lo confuso;ue no miente;ue no baja;ue sigue tirante una raya en la

    soledad.

    que Moreno Villa (como tantos otrosromnticos y posromnticos) haya so-on una comunin de almas entre l yamado, finalmente se impuso la ver-s profunda de todo autntico creador:

    luta soledad a la que su trabajo lo con-n este sentido, repito, Moreno Villa tal haya sido del todo justo en reclamar Jacinta sus muchas diferencias.es que, en el fondo (y tal como el mala-confesara muchos aos despus), lo

    era su turalestexto ppasinen claro1944)sensatapagu.eras enamolo dijeMe gume gustrazadamor?sensua

    Finjos. Enidentifjos, sudescui

    Castalcabe semao vez incilla cevidende estola proellos ezaje depoemaAmbomodosdad. de loscomunquien,mientocabe dque realmente le interesaba en Jacintacuerpo y todas las elucubraciones cul- no resultaban ms que un mero pre-ara justificar ante sus propios ojos esta sexual? A mi edad escribi en Vida(El Colegio de Mxico, Mxico, D. F.,

    debera haber escogido una mujer y un tanto madura. No lo hice y lo

    No lo har nunca. No quiero compa-pasadas, ni sensatas. Siempre me herado de locas, tontas y brutas. Esto se a ella en cierta ocasin. Y es verdad.sta la lozana, me gusta la piel tersa,ta la ropa bien cortada y la figura bien

    a. Ha sido pura sensualidad este Creo que s. Pero qu es un amor sinlidad? Conveniencia, clculo fro.almente, unas palabras sobre los dibu- la edicin primera de 1929 el libro seica como poema de poemas y dibu-bttulo importante y que, por algn

    do, en esta nueva edicin de Clsicos

    mbitoesfuerzbo pornada versos.

    En raria enen queVilla hrrelacisu prop

    Mis

    el qEn cuacony aYa la qy elque

    en queUn

    que

    Es epresinrecursola gractelectuMorenlas artmente tidianaesa fuspropiomo enejemplia, desaparece. En este mismo sentidoalar (y lamentar) la reduccin del ta-

    de varios de los dibujos; reduccin talevitable en una edicin rstica y sen-omo sta. Sea como sea, los editorestemente s reconocen la importancia

    s dibujos como elemento fundamental depuesta creativa del autor. Tal y comoxplican en su introduccin: el aprendi- Jacinta no podra ser slo a travs des, sino tambin a travs de cuadros.

    s eran para Moreno Villa slo distintos de una misma expresin de la reali-

    Yo dira ms: que fue sobre todo a travs dibujos que el malagueo pretendiicarse con su novia norteamericana,

    segn parece, slo tena un conoci- muy rudimentario del espaol. Nouda de que, en efecto, los dibujos in-

    laciontoy dehabrapendo

    Esmuy brazonepoeta Ayala sidencco, esty dibusustanMorenes decla comguardms sisu opo

    LA GACETA

    18 expresivo, los dibujos representan uno an ms radical que el llevado a ca- el poeta por captar y comunicar esaviva de que nos habla en uno de sus

    un poema publicado en La Gaceta Lite- enero de 1927, es decir, por las fechas

    acababa de conocer a Jacinta, Morenoizo la siguiente reflexin sobre la inte-n que exista entre las dos artes segnia experiencia como creador:

    dibujos cantan la quiebra del corazn,

    uiebro y la salvacin.ellos creo no llevarrenta aos de soltern canas votivas

    rrugas de devocin.que en el otro campo es la bella fonaue rige, y el gozo es gozo silabario, anaglifo es una poesa dice: Jazz-la gallina-y el

    dromedario;este dibujo ser la novia la lnea campea subyuga planicie y vericueto.

    dibujo es un orden de barbas de gramnea

    la gracia dispara y frena el intelecto.

    vidente que en los dos campos de ex- artstica, Moreno Villa se apoya ens rtmicos paralelos, vacilando entre

    ia del impulso inicial y la reflexin in-al que lo frena y lo quiebra. Pero comoo Villa insina en estos versos, es enes plsticas donde logra ms plena-esa disolucin de su personalidad co- que lo convierte en creador; es decir:in de su conciencia con lo que son suss medios de expresin. En fin, as co- los casos de Lorca y de Alberti (poro) se han tomado muy en serio las re-

    es que se dan entre poesa y pintura, es- acuerdo con Ballesteros y Neira en que que hacerle la misma justicia al estu- poeta y pintor que fue Moreno Villa.ta edicin de Jacinta la pelirroja resultaienvenida por estas y por muchas otrass. Al igual que las Poesas completas delreunidas en 1998 por Juan Prez deen una publicacin auspiciada por la Re-ia de Estudiantes y El Colegio de Mxi-a nueva edicin del poema de poemasjos de 1929 ayudar de manera muycial, estoy seguro, a colocar la obra deo Villa en el lugar que le corresponde:

    ir, en el centro mismo del debate sobrepleja trayectoria seguida por la van-

    ia artstica y potica espaola. Nuestroncero reconocimiento a los editores porrtuna labor.

  • El deseo de poseer un alma y de no ser frente a lainmortalidad ms que alma es un deseo que por

    fuerza debe palidecer ante el deseo de sta por poseer un cuerpo y una duracin. Ella

    cedera incluso su reino por un caballo. O tal vez hasta por un asno.

    PAUL VALERY

    Hbuscancas parteoras,tor, y pan, cutos dondencia,con su sa del tsu capagunos icerlo, pdentro

    Es os mism

    racin; pero esto es de tal manera inevitableque no estaramos aqu reunidos de no serporque la obra de Amado Nervo a un siglode distancia justifique el asomarse a ella. Contodo, Nervo fue durante mucho tiempo refe-rencia obligada, pero asimismo descalificadapor estudiosos que le negaron ms importan-cia que la de la moda de tintes cursilones quelo ha marcado.

    En realidad, en mis pocas escolares yoaprend aquello de ser arquitecto del propiodestino y posteriormente no pude olvidar alautor, ya que su nombre se asom a las char-

    inquietes de cienciaexplicatos echde hoyno pueevidencondicticios qacaso d

    Enlas her

    Una mirada a Nervo

    Aline Petterssonace ya rato que pas el furor porla mirada estructuralista, quedescree de la palabra prove-niente de un ser determinado,

    do hallar otras maneras ms cientfi-a abordar el texto. No soy experta en sin embargo me parece que el escri-ara el caso cualquier artista, y ms

    alquier persona en la comisin de ac-de va en pos de un asomo de trascen- lo hace con su humanidad a cuestas,tiempo y con su estar en su propia ca-iempo a cuestas, como el caracol conrazn. ste puede distanciarse por al-nstantes, el otro suea con poder ha-ero el molusco slo estar completode su casa y el escritor tambin.bvio que un texto debe sostenerse poro ms all de cualquier otra conside-

    las en go juvmrbiddebo dyas, asllos anlongevuna cecir queel tonora mi pto de s

    Latsticodo paMe haque enor decargabalguiefamilia, porque Nervo haba sido ami-enil de mi abuelo. Y aqu, apoyada en el

    o palidecimiento del estructuralismo,ecir que conservo algunas cartas su- como el eco de las palabras de aque-tepasados mos extraordinariamenteos que lo trataron hace ya ms denturia. Sin embargo, tambin debo de- no he frecuentado sus pginas porque de su poesa, demasiado artificial pa-ropio tiempo, y mi ignorancia del res-

    u obra, no me invitaban a hacerlo. lectura de la antologa de relatos fan-s a cargo de Jos Ricardo Chaves ha si-ra m un muy grato descubrimiento. puesto a la vista otras facetas de Nervocuentro ms que interesantes. Y ese se- aspecto circunspecto y envarado quea yo en mi ignorancia cedi su sitio a

    n con un grato sentido del humor y con

    ellas. YEl castipor lostos quera. Y lacommas, lastrescon frcmpliporne

    Enrebusccurso qra narraqu eshabla dcienciavo echcientfitores fque bucomplecha mpara atas sondo, condernisentre uel cienson, asel admdentro

    Es

    Amneyado eal mende entpor esaplicaciNo est

    LA GACETA

    19tudes frente al mundo no muy diferen-las de ahora. La fuerza positiva de la decimonnica que pretenda hallarciones racionales para todos los even-a su sombra sobre la mirada cientfica. Lo hace tambin sobre quienes, si bienden negar ciertas verdades ms quetes, saban entonces y saben hoy que lain humana sigue huyendo por inters-ue piden ser vistos y comprendidose otra forma que ample ese registro.

    estas narraciones Amado Nervo tomaramientas de su tiempo y juega con sa, para m, es una de las virtudes dello de lo inconsciente, conducir al lector vericuetos donde se tocan los dos ac- completan el texto: escritura y lectu- irona que se cuela en muchos de elloso por ejemplo en El donador de al-donde los recursos extradiegticos, sin pedaggicos o moralizantes, afloranecuencia para provocar una sonrisace me parece tan viva como contem-a.

    cuentro que el artificio est no en unamiento del lenguaje, sino en un dis-ue no se toma demasiado en serio pa-ar una historia donde la verosimilitud lo de menos. Finalmente la literaturae otras verdades mal que le pese a la

    . Aunque habra que sealar que Ner-a mano de la vulgarizacin de tintescos del conocimiento, as como de au-amosos entonces en ciencias ocultasscaban esas otras explicaciones que

    ementaran lo que se saba. Tambinano de escritores que le puedan servir

    mpliar el rango a sus historias y las ci- intercaladas con acierto. En ese senti- la salvedad del caso, adems de mo-

    ta, Nervo resulta posmoderno. Estn,na constelacin de nombres, presentestfico Ramn y Cajal, el filsofo Berg- como Baudelaire y los simbolistas, yirado precursor de stos, Poe, metidos de la ficcin.interesante reconocer, por ejemplo, en

    sia la descripcin del narrador, apo-

    n discursos mdicos no s si reales, peroos cercanos a los criterios cientificistasonces. Y verlo hurgando, asimismo,s otras razones a la caza de alguna ex-

    n a las mltiples almas de un sujeto. de ms sealar que se trata de un su-

  • jeto mula locuuna muyo; y qde postendrafrenia.espiritiella erala comsesioneel poetlos tiemmi bisatuvieraeste en

    Algcin dmnticde ensodos quTal serera luma rescala infasiente. da se v

    Porcuentesino taDaro, fluencirada hde aqungelepornevez, ajela figumigra yjo cond

    En te, JosligiosoEn este

    Mas el escritor persever en el oficio.Un ltimo punto, de los muchos posibles

    de tocar, es la mirada hacia las mujeres en laque Jojer, a cuyo gnero se le suele adjudicarra con harta facilidad. Aqu se habla de

    ltiplicidad de almas que conforman eluiz en tiempos anteriores se hablaraesin demoniaca y, despus, el caso un nombre menos atractivo: esquizo-

    Yo escuch palabras de mi bisabuelasta dando explicaciones semejantes, y pocos aos mayor que Nervo. Entreunicacin con el ms all a travs des propiciatorias y la doble vista, quea pone en boca del doctor E. Wilde,

    pos del mundo se empalmaban parabuela y para quienes al igual que ellan esa clase de fe. Y desde sus labios,

    trecruzamiento temporal lleg hasta m.o ms que me conmueve es la crea-

    e atmsferas enrarecidas de tono ro-o que ponen al lector en condicionesacin y lo llevan a disfrutar de mun-

    e florecen a partir de la palabra escrita.a el caso de El pas en que la lluviainosa o El ngel cado que invitan

    tar esa mirada fantasiosa que nace enncia al interpretar lo que se ve y seY me parece que en esa etapa de la vi-e ms, se siente ms.

    to de urrel, fe1894. D

    Esanvula qufatPoal ranpirexigoserunvar

    Lasiglo Xms ditas lleahora,un maAs, er otra parte, Nervo es ms que conse- con su poca, no slo con la mexicanambin con la latinoamericana conpor supuesto o la europea (cuya in-a en l es fuerte). As se explica su mi-acia un Oriente reinventado, en buscaellas formas del supramundo como loss y aqu pienso en Rilke, su contem-o. Sus ngeles son cristianos y, a lanos a dicha tradicin. Son, ms bien,

    racin decantada del alma que trans- que, a veces, puede ser entrevista ba-iciones de excepcin.el prlogo de El castillo de lo inconscien- Ricardo Chaves habla del sustrato re-, particularmente cristiano de Nervo. sentido, me gustara citar el fragmen-

    tima ylo litercierta ilustrallegar letras.muy macercacomente cominstala

    Y Nque sede papsus inite afirmy an na carta dirigida a mi abuelo, Jos Fe-chada en Mazatln el 19 de enero deice Nervo:

    horrible sentir el alma henchida dehelos y encontrar, al tender aqulla elelo para realizarlos, el eterno muro depobreza, la implacable, la negra, lae tiene continuamente en los labios eldico never del Cuervo de Edgare! Si Dios no tena dispuesto concederhombre la cristalizacin de sus espe-zas para qu darle tan inmensas as-aciones? Ser Tntalo obligado de lastencia es dura suerte. Y sin embar-, sin aspiraciones, sin ensueos, la vidaa una vulgar carrera hacia la nada,a va dolorosa sin sublimidad, sin cal-io, sin Jess!

    lectura de textos y cartas de finales delIX me hace pensar que, pese al tiempolatado para el viajar de las noticias, s-gaban pronto, acaso ms pronto que cuando tienen peligro de naufragio enr saturado de informacin irrelevante.an ms eficaces la transportacin mar-

    opinicia parpaces dmonio