la formaciÓn de profesionales en drogodependenciasproyectohombre.es/archivos/33.pdf · sionales...

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23 DOSSIER PROYECTO Nº 67 Este dossier, dedicado al tema de la formación de profesionales en dro- godependencias, describe, en pri- mer lugar, la trayectoria en nuestro país de la formación, orígenes y eta- pas; para continuar fijando en el día de hoy los principios orientadores de la formación, los objetivos que debe perseguir, qué tipo de profesionales hace falta en el campo de las drogo- dependencias, cuál es la metodolo- gía más adecuada, qué característi- cas ha de tener la formación en estos momentos y en un futuro próximo. Todo ello, enfocado desde la pers- pectiva y la experiencia del Instituto de Drogodependencias de la Univer - sidad de Deusto, el cual lleva desde 1989 formando profesionales. PALABRAS CLAVE: Formación de profesionales en drogodependencias, trayectoria de la formación en drogodependencias, modelos formativos, cursos master, experto, oferta formadora, formación a la carta. LA FORMACIÓN DE PROFESIONALES EN DROGODEPENDENCIAS Una visión desde la experiencia formadora del Instituto Deusto de Drogodependencias de la Universidad de Deusto (IDD) LUIS PANTOJA VARGAS Doctor en Pedagogía por la Universidad Complutense de Madrid, catedrático de la Universidad de Deusto, ex director del Instituto Deusto de Drogodependencias y profesor de Pedagogía Social en la Universidad de Deusto. Ilustraciones: Francisco Solé

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    DOSSIER pROyEctO N 67

    Este dossier, dedicado al tema de la

    formacin de profesionales en dro-

    godependencias, describe, en pri-

    mer lugar, la trayectoria en nuestro

    pas de la formacin, orgenes y eta-

    pas; para continuar fijando en el da

    de hoy los principios orientadores de

    la formacin, los objetivos que debe

    perseguir, qu tipo de profesionales

    hace falta en el campo de las drogo-

    dependencias, cul es la metodolo-

    ga ms adecuada, qu caractersti-

    cas ha de tener la formacin en estos

    momentos y en un futuro prximo.

    todo ello, enfocado desde la pers-

    pectiva y la experiencia del Instituto

    de Drogodependencias de la Univer-

    sidad de Deusto, el cual lleva desde

    1989 formando profesionales.

    pALABRAS cLAVE:

    Formacin de profesionales en drogodependencias, trayectoria de la formacin en drogodependencias, modelos formativos, cursos master, experto, oferta formadora, formacin a la carta.

    LA FORMACIN DE PROFESIONALES EN DROGODEPENDENCIAS Una visin desde la experiencia formadora del Instituto Deusto de Drogodependencias de la Universidad de Deusto (IDD)

    LUIS PANTOJA VARGAS

    Doctor en Pedagoga por la Universidad Complutense deMadrid, catedrtico de la Universidad de Deusto, ex director del Instituto Deusto de Drogodependencias y profesor de Pedagoga Social en la Universidad de Deusto.

    Ilust

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    ol

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    DOSSIER pROyEctO N 67

    ImportancIa de la formacIn de profesIonales para IntervenIr en las drogodependencIasEl Instituto Deusto de Drogodepen-

    dencias (IDD) es una entidad univer-

    sitaria integrada en la Universidad

    de Deusto que naci entre 1990 y

    1991 con la misin de formar pro-

    fesionales para intervenir en el grave

    problema de las drogodependencias

    que ya desde la anterior dcada te-

    na alarmada a la sociedad vasca y,

    en general, a toda Espaa. Tambin

    adquiri los compromisos de hacer

    estudios sobre el tema de las drogas

    y las drogodependencias, difundir el

    conocimiento a travs de publica-

    ciones y prestar asesoramiento a las

    instituciones o a los particulares que

    lo solicitaran.

    cuando se cre el Instituto de Dro-

    godependencias, la formacin de

    profesionales era un problema muy

    serio porque el fenmeno de la dro-

    godependencia, sobre todo y princi-

    palmente debido al consumo abusivo

    de herona, haba sorprendido y cogi-

    do desprevenidas a las autoridades

    sanitarias que no se haban ocupado

    de proporcionar la formacin ade-

    cuada a los profesionales de la sa-

    lud (mdicos, sobre todo) para tratar

    este grave problema.

    La formacin de profesionales rela-

    cionados con la intervencin en el

    amplio campo de las toxicomanas

    se convirti en una preocupacin

    muy importante en todos los pases

    europeos a partir de la dcada de los

    ochenta, pero no fue slo en stos

    sino que se podra afirmar abar-

    c prcticamente a todo el mundo

    manifestndose esta preocupacin

    en los informes de las organizaciones

    internacionales, como la Organiza-

    cin Mundial de la Salud (OMS) y las

    Naciones Unidas (ONU), que en los

    ltimos aos del siglo XX hicieron un

    fuerte hincapi en recomendar y exi-

    gir a los pases que se preocuparan

    por formar a los profesionales de la

    salud para hacer frente al problema

    de las adicciones.

    Este inters en la formacin de profe-

    sionales se explica por la agudizacin

    del problema de las drogodependen-

    cias a partir de la dcada de los se-

    tenta, fenmeno cuyo crecimiento no

    slo no se detuvo con las medidas

    inmediatas que se tomaron sino que

    sigui y ha seguido creciendo

    hasta nuestros das abarcando a un

    nmero de poblacin cada vez ms

    elevado en todos los pases. Por todo

    ello, la formacin ha sido y contina

    siendo un tema de constante actuali-

    dad necesitado de revisin y readap-

    tacin a las circunstancias cambiantes

    del problema en todos los pases.

    En el momento de reflexionar sobre

    el tema de la formacin de los profe-

    sionales acude a la mente una serie

    de preguntas como: cules son las

    necesidades actuales de formacin

    para profesionales que intervienen

    en el mundo de las drogas; en dn-

    de se debe centrar tal formacin; en

    qu sentido se debe modificar lo que

    hasta ahora se ha venido haciendo

    a raz de los cambios que han teni-

    do lugar en la forma y contenido de

    los consumos o en la aparicin de

    nuevas drogas; cmo implementar

    los servicios necesarios para hacer

    frente a esas necesidades de forma-

    cin, etc.

    Ms en concreto se pueden formular

    varias preguntas entre las que cabe

    sealar las siguientes a manera de

    ejemplo: cul ha sido la trayectoria

    general de la formacin de profe-

    sionales que ha predominado en las

    ltimas dcadas, cmo debemos en-

    tender hoy la formacin de profesio-

    nales, cules deben ser los principios

    orientadores de la formacin hoy en

    da, qu objetivos debe perseguir la

    formacin en estos momentos y en

    los aos venideros, qu tipo de profe-

    sionales hace falta en el campo de las

    drogodependencias, en qu conteni-

    dos tericos y prcticos debe incidir

    la formacin, cul es la metodologa

    ms eficaz, qu caractersticas han

    de tener los formadores, dnde se

    debe impartir la formacin y de qu

    manera se debe comprobar la efica-

    cia de los esfuerzos formadores.

    Como se puede observar por este

    elenco de preguntas, el tema de la

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    DOSSIER pROyEctO N 66

    formacin es complejo y a partir de

    las respuestas de cada institucin o

    agencia formadora es posible dedu-

    cir el modelo formativo que se sigue

    aunque, a decir verdad, en muchas

    de las ocasiones no existe tal modelo

    sino que la oferta formadora se rige

    por la improvisacin o la oportunidad

    o, en todo caso, se hace una mezcla

    medio confusa de los tres ingre-

    dientes (idea de formacin, oportuni-

    dad e improvisacin).

    Este cmulo de preguntas servir de

    base para exponer de la mejor for-

    ma posible la trayectoria formado-

    ra de profesionales de las drogode-

    pendencias en el Instituto Deusto de

    Drogodependencias (IDD) de la Uni-

    versidad de Deusto (Bilbao) a lo largo

    de un extenso periodo de tiempo y

    en el contexto de la situacin general

    en Espaa acerca de esta cuestin.

    trayectorIa general en espaa de la formacIn de profesIonales de las drogodependencIasRefirindonos a Espaa, podramos

    distinguir grosso modo alrededor de tres etapas en la cuestin de la for-

    macin de profesionales. La primera

    abarcara todos los aos setenta y

    parte de los ochenta, la segunda ira

    desde los inicios de los ochenta hasta

    principios de los noventa y la tercera

    desde la segunda mitad de los noven-

    ta anunciando ya lo que podra ser la

    formacin de los profesionales en dro-

    gas en los aos venideros.

    Por lo que se refiere a la primera eta-

    pa, se puede asegurar que fue de

    incertidumbre en relacin con la for-

    macin de los profesionales que in-

    tervenan en el problema de la drogo-

    dependencia. parece como si en los

    aos que van desde el inicio de los

    setenta hasta los primeros aos de la

    dcada de los ochenta, el problema

    de las adicciones a las drogas en-

    tendiendo por stas principalmente

    la herona y la cocana hubiese sor-

    prendido a las autoridades sanitarias

    y sociales, como si no hubiesen pre-

    visto la aparicin del fenmeno.

    En esta etapa, la primera reaccin

    fue la de proponer lneas de forma-

    cin para los profesionales sanitarios

    (mdicos psiquiatras, mdicos de la

    asistencia primaria) destinadas a ca-

    pacitarlos para dar una respuesta in-

    La formacin ha sido y

    contina siendo un

    tema de constante actualidad

    necesitado de

    revisin y readaptacin a las

    circunstancias cambiantes

    del problema en todos

    los pases.

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    DOSSIER pROyEctO N 67

    mediata a la epidemia. No se trataba

    de una formacin a fondo sino para

    salir del trance y con un enfoque ne-

    tamente sanitario. La formacin se

    redujo a cursos de corta duracin,

    jornadas, seminarios, charlas o con-

    ferencias que con no poco acierto,

    utilizando una jerga muy conocida

    en el norte de Espaa, el psiquiatra

    Juan Antonio Abeijn la denomin

    la formacin de pica-pica1 en un

    documento de trabajo que prepar

    en 1992 para el plan Nacional de

    Drogas, no publicado, cuyo ttu-

    lo fue Balance de la formacin en

    drogodependencias en el Estado

    Espaol.

    El denominador comn de todas es-

    tas acciones formadoras fue el de ser

    respuestas momentneas sin criterio

    de continuidad y, por consiguiente,

    provisionales. En otras palabras, ca-

    rentes de una verdadera planificacin

    de la formacin de los profesionales.

    Hay que resaltar dos hechos que iban

    a ser muy importantes para la forma-

    cin de profesionales en los siguien-

    tes aos: por una parte, el hecho de

    que el inicial enfoque sanitario de las

    toxicomanas fue cediendo lugar a

    otros enfoques complementarios y

    muy especficamente al psicosocial

    que entenda que el problema de

    las drogodependencias no era una

    cuestin meramente sanitaria sino

    un problema complejo de orden so-

    cial en el que intervena un conjunto

    de factores tanto individuales como

    sociales que estaban en el origen del

    problema y que, por tanto, exigan

    que la solucin al problema no fue-

    se meramente sanitaria sino tambin

    psicolgica, social y educativa.

    por otra, la constatacin de la apari-

    cin del consumo de otras sustancias

    distintas a la herona y cocana, inclu-

    yendo en el elenco de nuevas drogas

    al alcohol y el tabaco que hasta ese

    momento no eran considerados como

    tales. Haca falta, por tanto, preparar a

    profesionales no slo para hacer fren-

    te a las consecuencias del consumo

    de la herona y cocana sino a la adic-

    cin a otras sustancias y al proceso

    de drogadiccin en general. por esto,

    a finales de los setenta y ya entrados

    los ochenta, se empez a hablar de

    la necesidad de que los tratamientos

    fueran psicolgicos y reeducativos y

    no slo mdicos y psiquitricos. De

    hecho fue entonces cuando la pre-

    vencin se convirti, en Espaa, y

    tambin en otros pases europeos y

    del mundo en la prioridad mxima

    rompindose, por consiguiente, el cr-

    culo de la formacin que estaba dirigi-

    da hasta entonces en exclusiva a

    sanitarios. A partir de ese momento

    se incorporaron a la formacin otros

    1 pica, pica en el Norte de Espaa, sobre todo en el Pas Vasco, se refiere a todos aquellos que salen por las tardes o noches y van de bar en bar comiendo algo de lo que est ex-puesto en el mostrador de los bares a la vez que se consume alguna bebida, pero lo que se come no llega a constituir una comida en toda forma. En otros lugares de Espaa reci-be tambin el nombre de pinchar algo.

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    DOSSIER pROyEctO N 66

    profesionales del mbito psicosocial

    como psiclogos, pedagogos, edu-

    cadores sociales, mediadores socia-

    les, socilogos, etc.

    No obstante estos hechos, la prc-

    tica general de la formacin en es-

    tos aos continu realizndose a

    travs de la oferta de cursos cor-

    tos, seminarios, conferencias, jor-

    nadas, etc. cuyo principal objetivo

    fue la transmisin de informaciones

    acerca de las drogas, sus nombres,

    efectos, tratamientos, trabajo en

    red, etc., siendo la falta de continui-

    dad y estructuracin cientfica una

    constante.

    La segunda etapa abarca a gran-

    des rasgos desde los inicios de los

    ochenta hasta bastante entrados los

    noventa y se caracteriz por la nece-

    sidad de estructurar y sistematizar la

    formacin de los profesionales. Los

    responsables polticos del Gobierno

    del Estado y los de las Autonomas,

    los Organismos Internacionales y

    otras importantes Organizaciones No

    Gubernamentales animaron a las Uni-

    versidades a organizar esa formacin

    de una forma coherente y continuada

    convencidos de la necesidad de con-

    tar con profesionales competentes,

    casi especialistas en la materia.

    En respuesta a esta insistencia al-

    gunas universidades comenzaron

    a ofrecer estudios reglados ge-

    neralmente de posgrado aun-

    que era un reto para ellas puesto

    que se encontraban con una fal-

    ta de experiencia en el campo de

    las toxicomanas, problema al que

    nunca le haban prestado atencin

    si exceptuamos las facultades de

    farmacologa, medicina, psiquiatra

    y psicologa.

    La oferta formadora universitaria fue

    concebida en dos sentidos: a) incor-

    porando contenidos referentes a las

    drogas en los currculos de diferentes

    estudios relacionados con el tema,

    como, por ejemplo, medicina, psi-

    cologa, magisterio, pedagoga, etc.

    b) intentando la formacin directa de

    profesionales en drogodependencias

    a travs de programas de posgrado

    denominados Master y Experto

    en drogodependencias.

    En resumen, esta etapa se caracteri-

    z por un intento de estructuracin de

    la formacin, cimentndola en bases

    cientficas, de manera que los profe-

    sionales fueran capaces de dar una

    respuesta global al problema de las

    toxicomanas en todos sus aspectos.

    No obstante, hay que afirmar que esta

    respuesta formadora no anul a la

    anterior sino que ambas coexistieron.

    Los profesionales que se beneficia-

    ron de esta formacin universitaria de

    posgrado fueron mdicos, psiclo-

    gos, pedagogos, socilogos, juristas,

    farmacuticos, periodistas, asistentes

    tcnicos sanitarios, trabajadores socia-

    les, profesores, maestros, educadores

    sociales, policas, etc., de donde se

    deduce que el supuesto filosfico bsi-

    co de esta formacin fue el considerar

    a las toxicomanas como un fenmeno

    psicosocial de corte global antes que

    exclusivamente sanitario.

    La tercera etapa, que se inicia a fi-

    nales de los noventa y llega hasta

    nuestros das, se ha caracterizado

    por un declive en el mpetu de la

    oferta formadora de las universida-

    des o por un cambio significativo

    en la misma. En cuanto a lo prime-

    ro, varias universidades que haban

    venido ofreciendo los programas de

    posgrado Master o Experto en Dro-

    godependencias han ido dejndolos

    de impartir por varias razones, entre

    las cuales cabe sealar la saturacin

    de profesionales de las drogodepen-

    dencias en pocos aos con la con-

    Se constata en estos

    ltimos aos una tendencia

    a la reconversin de los

    postgrados presenciales

    de Master y Experto en una

    oferta formadora virtual,

    una especie de formacin a

    larga distancia motivada por

    la bsqueda de alumnos,

    sobre todo entre los

    pases latinoamericanos,

    aprovechando la fuerza y el

    poder de nternet.

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    DOSSIER pROyEctO N 67

    siguiente falta de trabajo para estos

    especialistas y, por ende, la baja de-

    manda de estos estudios. Sin em-

    bargo aunque son pocas an

    quedan universidades que ofrecen

    este Master a pesar de que cada

    vez es mayor la dificultad para llenar

    las plazas ofertadas.

    En cuanto al segundo aspecto, los

    cambios que se han producido en

    la oferta formadora, se constata en

    estos ltimos aos una tendencia a

    la reconversin de los postgrados

    presenciales de Master y Experto

    en una oferta formadora virtual, una

    especie de formacin a larga dis-

    tancia motivada por la bsqueda de

    alumnos, sobre todo entre los pases

    latinoamericanos, aprovechando la

    fuerza y el poder de Internet. Este ha

    sido un cambio importante al que se

    han adherido algunas universidades

    espaolas y latinoamericanas, lo cual

    ha provocado la aparicin de redes

    interuniversitarias de formacin. Este

    hecho ha acarreado el beneficio de

    contemplar la formacin en una di-

    mensin global, entre continentes,

    abandonando los planteamientos de

    formacin de profesionales dirigidos

    a crculos geogrficos reducidos al-

    rededor del lugar en donde estaba

    enclavada la universidad que ofreca

    tales estudios, lo cual lgicamen-

    te terminaba por empobrecer la

    misma formacin. El hecho de par-

    ticipar nuevas y distantes universida-

    des, no slo aporta riqueza ideolgi-

    ca sino tambin nuevos problemas y

    situaciones que suscitan nuevas ne-

    cesidades de formacin con la reper-

    cusin de un aprendizaje constante

    en la labor formadora.

    Sin embargo, parece que ya hemos

    comenzado a ver el declive de este

    tipo de formacin al no conseguir tan

    fcilmente como se crea los fru-

    tos esperados. Hay muchos factores

    causales que explicarn su fracaso,

    si llega a darse. No obstante, hemos

    aprendido y estamos aprendiendo

    muy buenas lecciones.

    Otro cambio muy importante en la

    oferta formadora que se ha dado

    en estos ltimos diez aos en algu-

    nas universidades, y al que se han

    unido otras agencias no universita-

    rias es lo que en la Universidad de

    Deusto ha sido designado como for-

    macin a la carta2 destinada a los

    profesionales, que habiendo recibido

    o no formacin de Master o Experto

    en la universidad, necesitan ponerse

    al da o adquirir conocimientos o ha-

    bilidades para enfrentarse con xito

    al cambiante mundo de los drogo-

    dependientes. Es una modalidad

    de formacin permanente y que, en

    cierto sentido, significa en nuestro

    campo un regreso al pasado porque

    los que participan en estos cursos

    son tal como sucedi al inicio de

    procedencia heterognea encontrn-

    dose entre ellos profesionales es-

    pecialistas, pero tambin otros que

    nicamente tienen prctica o que

    estn inicindose en el tratamiento

    de los drogodependientes sin ha-

    ber recibido una formacin especfica

    previa y que trabajan en comuni-

    dades teraputicas, ambulatorios u

    otros centros educativos donde hay

    adolescentes que realizan consumos

    espordicos o abusivos de drogas.

    Esta oferta formadora de cursos

    cortos se ha multiplicado aqu y all

    y se hace no tanto por parte de uni-

    versidades sino ms bien por otras

    agencias entre las cuales abundan

    las procedentes de los mismos

    centros de atencin a los drogode-

    pendientes. por otra parte, la oferta

    de congresos sobre el tema de las

    drogas y drogodependencias se ha

    visto aumentada en la ltima dcada

    como se puede comprobar visitan-

    do ciertas pginas claves de drogo-

    dependencias en Internet.

    Regresando sobre la idea de la ofer-

    ta formadora a la carta, nuestro

    Instituto de Drogodependencias ha

    ofrecido este tipo de formacin de

    reciclaje, puesta al da e, incluso,

    de iniciacin para algunos profesio-

    nales en activo, desde 1995 y con-

    tina mantenindose hoy en da. En

    este intervalo de tiempo el nmero

    de cursos que se han ofertado ha

    sido aproximadamente de 179, in-

    cluyendo en ellos alrededor de 20

    simposios, serie destinada a analizar

    anualmente los avances en el cam-

    po de las drogodependencias que el

    Instituto ha venido ofreciendo desde

    sus inicios. En estos simposios ha

    tenido una presencia muy destacada

    la colaboracin de la Universidad del

    Pas Vasco (UPV) a travs del Depar-

    tamento de Farmacologa bajo la res-

    ponsabilidad del profesor catedrtico

    Javier Meana.

    El nmero aproximado de formado-

    res que ha participado en esta ofer-

    ta formadora, durante este periodo,

    es de unos 250 procedentes no

    slo del pas Vasco sino de prc-

    ticamente toda Espaa y de bas-

    tantes pases europeos y latinoa-

    mericanos. Los temas abordados

    han sido muy variados y siempre

    2 Al estilo de los platos ofertados en un restau-rante.

    Otro cambio muy importante

    en la oferta formadora

    que se ha dado en estos

    ltimos diez aos en algunas

    universidades, y al que se

    han unido otras agencias

    no universitarias es lo que

    en la Universidad de Deusto

    ha sido designado como

    formacin a la carta

  • 29

    DOSSIER pROyEctO N 66

    han sido los de mayor inters por

    su actualidad alrededor de ncleos

    generales como la terapia y la edu-

    cacin familiar, el mundo de los

    adolescentes y su relacin con las

    drogas, los menores vulnerables,

    adicciones a determinadas sustan-

    cias haciendo hincapi en las de

    mayor consumo, el mundo de lo

    escolar, de lo laboral, la problemti-

    ca de los propios profesionales, los

    recursos instrumentales al servicio

    de los terapeutas, el problema del

    gnero en relacin con la drogode-

    pendencia, los diagnsticos duales,

    la reduccin del dao, los efectos

    farmacocinticos y farmacodinmi-

    cos de las drogas en el cerebro, la

    insercin social, etc.

    En definitiva, la modalidad de la ofer-

    ta a la carta ha permitido, a lo largo

    de todos estos aos, reunir como

    en una mesa a profesionales y per-

    sonas interesadas en esta formacin

    ponindoles delante una variedad de

    platos para elegir segn el gusto y

    la necesidad. Los demandantes de

    estos cursos han sido profesionales

    provenientes de prcticamente toda

    Espaa, incluyendo las Islas, hecho

    que ha sorprendido muy favorable-

    mente ya que en un principio la ofer-

    ta iba destinada a los profesionales y

    personas interesadas del pas Vasco.

    El nmero de personas que han par-

    ticipado en esta oferta en cada curso

    acadmico se estima aproximada-

    mente en una media de 500 lo cual

    hace un total de 6.000, aproximada-

    mente, despus de 12 aos de venir

    ofreciendo estos cursos.

    Una vez vista la trayectoria predomi-

    nante de la formacin de profesio-

    nales de intervencin en drogas en

    Espaa, expongamos cmo se ha

    concebido esta formacin en nuestra

    universidad de Deusto, es decir, cul

    ha sido el modelo, si es que se puede

    utilizar esta expresin. Lo haremos

    en el contexto de las preguntas plan-

    teadas al inicio.

  • 30

    DOSSIER pROyEctO N 67

    manera de entender la formacIn

    cmo se ha entendido la formacin

    de profesionales en drogodependen-

    cias en nuestro Instituto? Hablando

    en trminos generales, en el mo-

    mento en que se plante la necesi-

    dad de organizar la formacin para

    los profesionales, se hizo con la idea

    de ceirse y partir de la realidad cir-

    cundante: a problemas concretos de

    aqu y ahora, soluciones concretas

    para aqu y ahora.

    El problema del consumo de drogas

    haba surgido de repente y, como ya

    se ha afirmado, con cierta sorpresa

    para el mundo de los profesionales

    de la salud, principalmente para los

    mdicos de atencin primaria. Por

    tanto, se trataba de profesionales

    incluidos mdicos psiquiatras

    titulados superiores de la medicina,

    pero sin los recursos necesarios para

    el tratamiento de nuevas sintomato-

    logas: sobredosis, urgencias, hospi-

    talizaciones, tratamientos ambulato-

    rios, tratamientos ms prolongados,

    etc. En sntesis, la necesidad concre-

    ta que tenan era la adquisicin de

    competencias tericas y prcticas

    para hacer frente al problema.

    por otra parte, al analizar el proble-

    ma de las drogodependencias sobre

    la base de los estudios epidemiol-

    gicos realizados en el pas Vasco en

    aquellos momentos, se comprob

    la complejidad del fenmeno o, di-

    cho de otro modo, la existencia de

    mltiples caras del mismo. Induda-

    blemente era un problema de salud,

    pero ste dependa de otros varios

    factores que actuaban sistmica-

    mente, es decir, influyndose y re-

    troalimentndose mutuamente yendo

    desde situaciones familiares anma-

    las, fracasos escolares, problemas

    psicolgicos personales y un largo

    etctera. Se pudo comprobar cmo

    este nuevo problema tena una faceta

    claramente ligada a la educacin y a

    los valores, tanto en el mbito de la

    escuela como en el de la familia y la

    comunidad.

    A partir de estas constataciones ge-

    nerales era necesario preguntarse

    acerca de qu tipo de profesional

  • 31

    DOSSIER pROyEctO N 66

    haca falta para abordar un problema

    de semejante complejidad. Habra

    que preparar especialistas en trata-

    mientos clnicos mdicos? En pre-

    vencin? Terapia familiar? Qu era

    lo que interesaba realmente en aque-

    llos momentos? De qu especiali-

    dad deberan ser los candidatos a la

    formacin? nicamente mdicos?

    A cuntos profesionales habra que

    formar, es decir, cuntos haran falta

    para el Pas Vasco, segn las previ-

    siones de evolucin del problema he-

    chas por los estudios?

    La opcin elegida fue formar profe-

    sionales con una visin amplia y glo-

    bal sobre el problema, capacitados

    desde la teora y la prctica para

    hacer intervenciones sobre las prin-

    cipales facetas del problema no limi-

    tadas exclusivamente a su especia-

    lidad y que, adems, les permitiese

    contemplar no slo acciones para

    el presente, el aqu y el ahora, sino

    tambin para el futuro porque haba

    la conciencia de estar ante un pro-

    blema de fcil y variada evolucin,

    incluso capaz de sorprender. Se

    tratara de un profesional preparado

    para trabajar en diversos mbitos y

    facetas del problema y, sobre todo,

    capacitado para trabajar en equipos

    y en red, algo esencial para enfren-

    tar un problema tan complejo. Para

    poner un ejemplo, no se preparara a

    los mdicos nicamente para traba-

    jar como mdicos, sino para que fue-

    ran capaces de trabajar tambin en

    el mbito de la prevencin, de lo fa-

    miliar y de lo comunitario en equipos

    y en la red, con educadores sociales

    de calle, psiclogos, terapeutas fami-

    liares, profesores, etc.

    por otra parte, al analizar el problema

    del consumo de drogas, tal y como

    se ha comentado anteriormente, y

    constatar sus diversas facetas, en-

    tre las que destacan las dimensio-

    nes sociales y personales se hizo

    evidente la necesidad de dirigir la

    formacin no slo a un tipo de pro-

    fesionales, por ejemplo, los mdicos,

    sino a distintos provenientes de di-

    ferentes especialidades. A cules

    habra de incluirse en la formacin?

    Indudablemente mdicos, pero tam-

    bin psiclogos, pedagogos, juristas,

    socilogos, periodistas, educadores

    sociales, AtS, maestros, policas,

    etc., pero habra de ser el mismo

    currculo para todos?

    Esta pregunta condujo al plantea-

    miento de una doble oferta de forma-

    cin de acuerdo a la demanda de los

    mismos profesionales y a la capaci-

    dad que les otorgaba su ttulo pro-

    fesional. Algunos eran licenciados,

    otros slo posean el ttulo de diplo-

    mado. Las normas de la universidad

    en aquellos momentos eran tajantes:

    a los estudios superiores de pos-

    grado, como el Master, slo podan

    acceder quienes estuvieran en pose-

    sin del ttulo de licenciado, dejando

    fuera, por tanto, a quienes tenan ni-

    camente el ttulo de diplomado como

    era el caso de los educadores socia-

    les, los AtS, los maestros, etc. Esta

    circunstancia motiv que el Instituto

    ofreciera en primer lugar una forma-

    cin de Master en Drogodependen-

    cias, dirigida a licenciados, con dos

    aos de duracin, y posteriormente,

    otra modalidad que recibi el nombre

    de Experto en Drogodependencias

    destinada a los diplomados y que

    tuvo un ao de duracin. Los con-

    tenidos y las exigencias acadmicas

    eran, lgicamente, diferentes para

    cada modalidad.

    Al plantear y organizar los estudios

    de Master en Drogodependencias se

    tuvo que hacer frente a otro proble-

    ma, el de la posibilidad de saturar r-

    pidamente el campo de la demanda

    de profesionales formados en dro-

    godependencias (con titulacin de

    Master o de Experto). Las preguntas

    a contestar fueron: Qu nmero de

    estudiantes se deberan admitir? Se

    ofreceran estos estudios cada curso

    o cada dos? cul deba ser la pro-

    porcin adecuada de profesionales

    de cada rama?

    En consideracin a las circunstancias

    geogrficas y sociales del Pas Vasco

    y teniendo en cuenta los resultados

    de los estudios epidemiolgicos cita-

    dos, en el caso del Master se opt

    por poner el lmite en 20 alumnos

    cada curso estableciendo la propor-

    cin de 8 mdicos, como mximo, 4

    psiclogos y 4 pedagogos, dejando

    otras 4 plazas para repartirlas entre

    socilogos, juristas, periodistas, etc.

    de acuerdo a la demanda que se

    pudiera dar. En la modalidad del Ex-

    perto nunca se lleg a establecer una

    proporcin tan frrea ni el nmero de

    plazas fue tan cerrado.

    y respecto a los contenidos curricu-

    lares del Master, cmo se concibie-

    ron? De acuerdo al criterio ya se-

    alado de capacitar para obtener

    una visin global del problema y de

    la intervencin en el mismo, los con-

    tenidos curriculares se distribuyeron

    por reas abarcando cada una de

    ellas varios ncleos de contenidos.

    Conviene recordar que se pretenda

    formar a profesionales no excesiva-

    mente especializados en un rea sino

    con una visin global del problema,

    No se preparara a los

    mdicos nicamente para

    trabajar como mdicos, sino

    para que fueran capaces

    de trabajar tambin en el

    mbito de la prevencin, de

    lo familiar y de lo comunitario

    en equipos y en la red, con

    educadores sociales de

    calle, psiclogos, terapeutas

    familiares, profesores, etc.

  • 32

    DOSSIER pROyEctO N 67

    capacitados terica y prcticamen-

    te para trabajar en equipo y en red

    y para enfrentar el problema en el

    presente pero, al mismo tiempo, con

    una visin de futuro. En su momento

    esto se expres con las siguientes

    palabras: El Master est orientado

    a la formacin de profesionales ca-

    paces de afrontar las toxicomanas

    en todas sus vertientes: prevencin,

    educacin sanitaria, teraputica, re-

    habilitacin, reinsercin, organizacin

    y planificacin de recursos, teniendo

    en cuenta los patrones sociocultura-

    les y las necesidades de la comuni-

    dad Autnoma del pas Vasco con-

    forme a la legislacin vigente en este

    mbito.

    Las reas curriculares ms significati-

    vas en el programa del Master fueron

    las siguientes:

    Farmacologa.

    Sociologa.

    Psicopatologa.

    Medicina.

    Tratamiento.

    Legal.

    Prevencin, educacin y reinsercin.

    Investigacin.

    Prcticas.

    Trabajo de investigacin.

    cada rea encerraba una serie de

    contenidos tericos que no viene al

    caso detallar, pero es importante de-

    tenernos en las dos ltimas, aunque

    sea de forma breve.

    el aprendIzaje prctIco

    Por lo que se refiere a las prcti-

    cas, se dise esta rea con mimo

    y cuidado porque siempre se ha

    considerado que el profesional de

    las drogodependencias slo puede

    adquirir una formacin adecuada si

    las enseanzas y los aprendizajes

    no se quedan reducidos al interior

    de la universidad, lo cual supone el

    riesgo de una teorizacin escueta. El

    modelo de aprendizaje que se per-

    segua exiga que gran parte de ste

    se realizara fuera del aula, concre-

    tamente en centros de tratamiento

    o en lugares de intervencin directa

    con drogodependientes o en mbi-

    tos en donde estuvieran aplicndose

    programas de intervencin escolar,

    familiar o comunitaria. Esto oblig

    al Instituto a pactar colaboraciones

    y firmar convenios con toda la red

    que acababa de crearse en la que

    estaban integrados centros pblicos

    como hospitales, ambulatorios, co-

    munidades teraputicas, crceles,

    etc. y centros privados dependientes

    de ONGs u otro tipo de instituciones

    llegando a contar hasta con 32 cen-

    tros del pas Vasco dispuestos a co-

    laborar en la formacin de profesio-

    nales de las drogodependencias.

    En cuanto a la organizacin del

    aprendizaje prctico, ste comen-

    zaba desde el primer curso y se

    extenda al segundo con objetivos

    diferentes en ambos. Durante el pri-

    mero, los alumnos tenan que acudir

    por lo menos a dos centros de inter-

    vencin, distintos a los de su propia

    especialidad profesional, con el obje-

    tivo de observar y conocer diferentes

    tipos de intervencin en el mbito de

    las drogodependencias. En el pri-

    mer curso este aprendizaje prctico

    exiga 250 horas y comenzaba en el

    mes de enero para finalizar en junio,

  • 33

    DOSSIER pROyEctO N 66

    mientras que en el del segundo cur-

    so, los estudiantes deban elegir dos

    centros de su especialidad y tenan

    que permanecer en ellos 250 horas

    participando directamente en las

    intervenciones teraputicas, educa-

    tivas, etc. de cada centro. En cada

    centro se eligi a uno de sus profe-

    sionales para desempear las funcio-

    nes de tutor de prcticas, es decir,

    orientar y ayudar a los estudiantes en

    su aprendizaje. Los tipos generales

    de prcticas fueron:

    Trabajo ambulatorio: general, tera-

    pia grupal, terapia familiar.

    Trabajo hospitalario: unidad de

    desintoxicacin, urgencias y psi-

    quiatra e infecciosos.

    Trabajo residencial: comunidad

    teraputica.

    Reinsercin.

    Prevencin.

    Investigacin.

    aprender a InvestIgar sobre el problema

    La adquisicin de esta competencia

    fue considerada indispensable por-

    que tal como hemos comentado

    anteriormente el problema de las

    adicciones es cambiante y sorpren-

    dente. El objetivo que se pretenda

    era que los profesionales en contac-

    to con los drogodependientes y, en

    general, con el mundo de las toxico-

    manas, adquiriesen las competen-

    cias adecuadas para hacer frente a

    la evolucin del problema del con-

    sumo de drogas y la capacidad para

    hacerse preguntas sobre el mismo

    y buscar las respuestas adecuadas

    mediante la utilizacin de las herra-

    mientas cientficas al uso. El apren-

    dizaje investigador lgicamente no

    poda ser autnomo sino que deba

    estar orientado constantemente por

    un profesor tutor de la universidad. El

    producto final haba de ser evaluado

    por un tribunal que decidira si el tra-

    bajo realizado tena el suficiente valor

    para merecer la calificacin de apto.

    conclusIones

    A lo largo de esta exposicin se ha

    tratado de poner de manifiesto la im-

    portancia que ocupa en el mundo de

    las drogodependencias la formacin

    de los profesionales, se ha analiza-

    do la trayectoria espaola de esta

    formacin en medio de la cual se ha

    retratado tambin la accin formado-

    ra que tuvo lugar en la Universidad

    de Deusto a travs de su Instituto de

    Drogodependencias explicando en

    este marco el modelo que se ha se-

    guido desde el inicio, en el curso aca-

    dmico 1989-1990 hasta hoy, hace

    aproximadamente unos 19 aos.

    Los programas de formacin Master

    y Experto, en su dimensin presen-

    cial, se impartieron hasta el curso

    1996-1997 y comprendieron 7 pro-

    mociones de profesionales por parte

    del Master y 6 por la del Experto. A

    partir de la supresin de estos pro-

    gramas, el Instituto pas a potenciar

    la formacin de reciclaje con una

    oferta multitemtica que se denomi-

    n formacin a la carta compuesta

    de cursos cortos de una duracin de

    10 horas. Andando el tiempo se ha

    visto la necesidad de alargar la du-

    racin de algunos de estos cursos y

    se ha utilizado la modalidad de se-

  • 34

    DOSSIER pROyEctO N 67

    minario con una duracin de varias

    semanas, incluso meses en el caso

    de conocimientos prcticos a apren-

    der en los lugares de intervencin en

    drogodependencias.

    A partir del curso 2002-2003, la

    Universidad de Deusto, a travs del

    Instituto de Drogodependencias co-

    menz a ofrecer un Master on line en

    Drogodependencias realizado con-

    juntamente con otras ocho univer-

    sidades de Espaa y Latinoamrica

    (Universidad de Deusto, Universidad

    Miguel Hernndez y Universidad

    Nacional de Educacin a Distancia

    (UNED) de Espaa; Universidad Na-

    cional Experimental Simn Rodrguez

    de Venezuela, Universidad Peruana

    Cayetano Heredia y Universidad Na-

    cional Federico Villarreal de per, Uni-

    versidad Estatal a Distancia de Costa

    Rica y la Fundacin Universitaria Luis

    Amig de colombia. Esta formacin

    se pudo realizar gracias a un Conve-

    nio de colaboracin nter universitaria

    bajo el apoyo econmico y poltico

    de la OEA/cIcAD (Organizacin de

    Estados Americanos/comisin Inte-

    ramericana para el control del Abuso

    de Drogas) y el pND (plan Nacional

    sobre Drogas del Gobierno Espaol).

    cmo se podra resumir lo funda-

    mental respecto a la formacin de

    profesionales en drogodependencias

    a lo largo de las dos ltimas dca-

    das del siglo XX y la primera del XXI?

    Sirva la siguiente enumeracin como

    una especie de resumen conclusivo:

    1. La formacin de profesionales

    para el tratamiento de las drogode-

    pendencias naci espontneamente

    y ha ido dando bandazos desde los

    aos ochenta hasta nuestros das.

    2. Sin embargo, todo el mundo la

    considera clave e importante.

    3. A pesar de ello, el Estado no ha

    apostado seriamente por ella y la

    ha dejado en manos de la inicia-

    tiva social. Sin embargo, hay que

    exceptuar la actuacin de Adminis-

    traciones de algunas Autonomas o

    Ayuntamientos.

    4. Los modelos de formacin, si es

    que han existido, han dado tambin

    bandazos yendo desde una forma-

    cin generalista hasta una especiali-

    zada en algn mbito de intervencin

    de las drogodependencias.

    5. Dependiendo de lugares, pode-

    mos asegurar que en Espaa y en el

    momento actual, el mercado cuenta

    ya con profesionales suficientemente

    preparados.

    6. Esta preparacin se da en ca-

    rreras como medicina, psicologa,

    educacin social, de manera que los

    posgrados como Masters y Expertos

    han quedado desfasados o sirven

    para muy pocos y no son rentables.

    7. Los principios formativos actual-

    mente deberan tender a capacitar

    profesionales generalistas en y du-

    rante su propia carrera y despus

    complementar esa formacin con

    una formacin continua segn las

    necesidades laborales.

    8. El tipo de profesionales que se ne-

    cesita es el de aquellos que desde

    su propia profesin estn alertas a

    la evolucin del perfil del consumidor

    de drogas, a la aparicin de nuevas

    sustancias y al cambio de percep-

    cin social del problema.

    9. Hablamos de profesionales din-

    micos y dispuestos al cambio desde

    su propia profesin.

    10. Los contenidos curriculares so-

    bre los que debera incidir la forma-

    cin los deben marcar la evolucin

    de las sustancias y del perfil del con-

    sumidor.

    11. Sin embargo, se debe hacer

    mucho hincapi en tcnicas instru-

    mentales sobre todo para los que

    se dedican al campo de la preven-

    cin en sus categoras de universal y

    selectiva.

    12. La metodologa ms eficaz no es

    ya la de la clase magistral sino la que

    favorece un intercambio de experien-

    cias en equipo y en red.

    13. Aunque el currculo debe incluir

    contenidos tericos, la formacin

    debe hacer hincapi en la discusin

    de casos prcticos.

    14. La metodologa de seminario

    y de supervisin es la indicada

    actualmente.

    15. Los formadores han de ser pro-

    fesionales de los distintos mbitos de

    intervencin que tengan conocimien-

    to terico y prctico y habilidad para

    la transmisin o enseanza.

    16. Por ello cobra sentido que la

    formacin se d en los mismos

    centros de intervencin o en las

    universidades por profesionales de

    estos centros.

    17. No obstante la visin se debe

    alargar mediante congresos espe-

    cializados o jornadas intensivas que

    pongan de manifiesto los avances en

    la materia.

    18. La formacin estructurada a tra-

    vs de un Master puede tener muy

    poca demanda sobre todo si se exi-

    ge la presencialidad.

    19. En todo caso debera ser mixto

    (presencial y virtual) y sera mejor que

    participaran varias universidades o

    centros formadores.

    20. La modalidad de posgrado (Mas-

    ter) tambin podra ser parte de una

    oferta ms amplia de formacin de

    posgrado (por ejemplo de la interven-

    cin social).

    El tipo de profesionales que

    se necesita es el de aquellos

    que desde su propia profesin

    estn alertas a la evolucin

    del perfil del consumidor de

    drogas, a la aparicin de

    nuevas sustancias y al cambio

    de percepcin social del

    problema.