la expresión artística en la educación del deficiente …500...la expresión artística en la...

6
La expresión artística en la educación del deficiente mental * ISABEL DIAZ ARNAL Aunque pudiera parecer, a los profanos en la especialidad, una incongruencia el título de este trabajo, dada la dificultad de armonizar en su comprensión la posesión de una inteligencia defi- citaria con lo que parece una superabundancia de la actividad personal, las manifestaciones ar- tísticas, vamos a tratar de demostrar que no exis- te antagonismo alguno entre ambas facetas y, además, que ambas están estrechamente ligadas en el proceso evolutivo de la persona del niño. redundando en provecho de éste la ejercitación artística que ejecuta y a la que se entrega con gusto. Entendemos que la expresión artística, cual- quiera que sea su modalidad, dibujo, pintura. modelado, trabajos manuales, en general, no es sino un lenguaje comunicado o puesto de mani- fiesto a través de una actividad gráfica o plás- tica. El niño nos dice algo en estas formas de ex- presión y nosotros podemos comunicarle también cosas empleando ese lenguaje expresivo. Hacemos alusión al contenido expresado por el niño como niño y no como pintor o artista; a la personalidad infantil con sus resonancias aními- cas y corporales, espontáneamente manifestadas en la obra gráfica y consecuencia de una realidad existente. No nos referimos a la personalidad ar- tística o estética que hacen referencia, directa o Indirectamente, a formas de hacer que constitu- yen modelos exteriores al niño y, por lo mismo, carentes de esa espontaneidad radical de las realizaciones infantiles. Los niños no dicen de los dibujos de los demás ni de los suyos que perte- necen a un estilo o escuela artística; los alaban o desprecian porque están bien o mal hechos, sin más. Es el adulto el que les atribuye p arecido con formas de pintar o dibujar consagradas en el arte o tachadas de extremosas. Este va a ser el plano en que nos movamos para tratar, en nuestro caso, del deficiente men- tal en sus realizaciones gráficas peculiares y en Conferencia pronunciada por la autora en el Con- sejo Superior de Investigaciones Científicas, dentro del cursillo organizado por El Magisterio Español sobre «Nue- vas técnicas de la educación artística infantil» para cele- brar el centenario de su revista. concordancia con su persona, para deducir de ellas el valor y eficacia aprovechables en pro de su educación. En aras de la síntesis y para mayor claridad centraremos en tres puntos principales el desarrollo del artículo abarcando el contenido total del mismo. 1. ¿Es posible al deficiente mental la expre- sión artística? 2. ¿Cómo se expresa el deficiente mental des- de el punto de vista artístico? 3. ¿En qué sentido colabora la expresión ar- tística del deficiente mental a su mejora per- sonal? 1. ES POSIBLE EN EL DEFICIENTE MENTAL LA EXPRESION ARTISTICA Si la actividad gráfica, base de toda expresión artística, fuera el resultado de un ejercicio inte- lectual, un fruto de la inteligencia de modo ex- clusivo, desde este momento afirmaríamos la im- posibilidad de expresión por parte del deficiente. dada su limitación tajante en su potencial inte- lectual. Pero afortunadamente es accesible a la expresión artística porque toda función gráfica tiene un origen corporal y, en sus primeras ma- nifestaciones, refleja la actividad motriz todavía difusa del brazo y de la mano. En efecto, la expresión gráfica, lo mismo en sus realizaciones que en su condicionamiento, está estrechamente ligada con el desarrollo del niño. Esta expresión surge en el niño como respuesta a la necesidad que él siente de representarse las cosas de forma espacial y plástica y no solamente a la manera verbal, ideal y abstracta que le es habitual cuando empieza a hablar. La expresión gráfica se origina por el gesto o movimiento que el niño realiza y que deja huella cuando encuentra una superficie capaz de regis- trarlo. Por ello, si el niño del primer ario de vida, encontrase en su postura sedente o tumbado un soporte que resistiera a sus movimientos incon- trolados de manos y pies, un soporte que le hi-

Upload: others

Post on 07-Jan-2020

6 views

Category:

Documents


0 download

TRANSCRIPT

La expresión artísticaen la educacióndel deficiente mental *

ISABEL DIAZ ARNAL

Aunque pudiera parecer, a los profanos en laespecialidad, una incongruencia el título de estetrabajo, dada la dificultad de armonizar en sucomprensión la posesión de una inteligencia defi-citaria con lo que parece una superabundanciade la actividad personal, las manifestaciones ar-tísticas, vamos a tratar de demostrar que no exis-te antagonismo alguno entre ambas facetas y,además, que ambas están estrechamente ligadasen el proceso evolutivo de la persona del niño.redundando en provecho de éste la ejercitaciónartística que ejecuta y a la que se entrega congusto.

Entendemos que la expresión artística, cual-quiera que sea su modalidad, dibujo, pintura.modelado, trabajos manuales, en general, no essino un lenguaje comunicado o puesto de mani-fiesto a través de una actividad gráfica o plás-tica. El niño nos dice algo en estas formas de ex-presión y nosotros podemos comunicarle tambiéncosas empleando ese lenguaje expresivo.

Hacemos alusión al contenido expresado por elniño como niño y no como pintor o artista; a lapersonalidad infantil con sus resonancias aními-cas y corporales, espontáneamente manifestadasen la obra gráfica y consecuencia de una realidadexistente. No nos referimos a la personalidad ar-tística o estética que hacen referencia, directa oIndirectamente, a formas de hacer que constitu-yen modelos exteriores al niño y, por lo mismo,carentes de esa espontaneidad radical de lasrealizaciones infantiles. Los niños no dicen de losdibujos de los demás ni de los suyos que perte-necen a un estilo o escuela artística; los alabano desprecian porque están bien o mal hechos, sinmás. Es el adulto el que les atribuye parecido conformas de pintar o dibujar consagradas en el arteo tachadas de extremosas.

Este va a ser el plano en que nos movamospara tratar, en nuestro caso, del deficiente men-tal en sus realizaciones gráficas peculiares y en

Conferencia pronunciada por la autora en el Con-sejo Superior de Investigaciones Científicas, dentro delcursillo organizado por El Magisterio Español sobre «Nue-vas técnicas de la educación artística infantil» para cele-brar el centenario de su revista.

concordancia con su persona, para deducir deellas el valor y eficacia aprovechables en pro desu educación. En aras de la síntesis y para mayorclaridad centraremos en tres puntos principalesel desarrollo del artículo abarcando el contenidototal del mismo.

1. ¿Es posible al deficiente mental la expre-sión artística?

2. ¿Cómo se expresa el deficiente mental des-de el punto de vista artístico?

3. ¿En qué sentido colabora la expresión ar-tística del deficiente mental a su mejora per-sonal?

1. ES POSIBLEEN EL DEFICIENTE MENTALLA EXPRESION ARTISTICA

Si la actividad gráfica, base de toda expresiónartística, fuera el resultado de un ejercicio inte-lectual, un fruto de la inteligencia de modo ex-clusivo, desde este momento afirmaríamos la im-posibilidad de expresión por parte del deficiente.dada su limitación tajante en su potencial inte-lectual. Pero afortunadamente es accesible a laexpresión artística porque toda función gráficatiene un origen corporal y, en sus primeras ma-nifestaciones, refleja la actividad motriz todavíadifusa del brazo y de la mano.

En efecto, la expresión gráfica, lo mismo en susrealizaciones que en su condicionamiento, estáestrechamente ligada con el desarrollo del niño.Esta expresión surge en el niño como respuestaa la necesidad que él siente de representarse lascosas de forma espacial y plástica y no solamentea la manera verbal, ideal y abstracta que le eshabitual cuando empieza a hablar.

La expresión gráfica se origina por el gesto omovimiento que el niño realiza y que deja huellacuando encuentra una superficie capaz de regis-trarlo. Por ello, si el niño del primer ario de vida,encontrase en su postura sedente o tumbado unsoporte que resistiera a sus movimientos incon-trolados de manos y pies, un soporte que le hi-

197 . LXVII

LA EXPRESION ARTISTICÁ EN LA EDUCACION DEL DEFICIENTE MENTAL 1-275] 143

ciera resistencia, sería capaz de expresarse grá-ficamente porque se da la condición materialexterna para producir rastro o huella del gestoo movimiento Infantil.

Ahora bien, junto a la materialidad de la exis-tencia de una superficie registradora de esashuellas trazadas en el aire, son necesarias otrasdos condiciones imprescindibles para que el niñose exprese gráficamente: la aptitud motriz, poruna parte, y el equilibrio corporal del niño, porla otra. Del mismo modo que sin soporte dondetrazar huellas no hay expresión, tampoco seráposible, si el niño carece de la aptitud motriz ode movimiento necesaria y del equilibrio corpo-ral suficiente que le permite mantenerse firmeal trazar esos movimientos.

Y justamente por esta triple condición, sopor-te, aptitud y equilibrio de origen es por lo que laexpresión gráfica más elemental o primaria ensu comienzo refleja los ritmos motrices habitua-les del niño, puestos de manifiesto por trazossueltos o continuos, radiales o concéntricos, an-gulosos u ondulados; característica importantepor cuanto ya dan una idea del ritmo personalintermitente o continuado, desigual o constante,como lo dará más tarde la forma de trazar laescritura.

La actividad artística es, al principio, una fun-ción de origen corporal sin valor social, puestoQue refleja solamente un deseo de movimiento, ellibre juego de la actividad muscular en el cualel niño no comunica nada a los demás, pero seadiestra en el aspecto motriz. Si cabe, es expre-sión de sí mismo en lo que el ser tiene de activo.Es significativo, sin embargo, que los primerosgarabatos, sin sentido intencional, expresión dela actividad motriz, todavía difusa del brazo y dela mano, coinciden y se simultanean con los pri-meros balbuceos, que no son aún lenguaje sinoun adiestramiento inconsciente del niño en losmovimientos de articulación y fonación que mástarde cuajarán en lenguaje comprensible pro-piamente dicho.

Esta simultaneidad de la actividad gráfica ylingüística, con base corporal común, se mantienedespués en la evolución progresiva del desarrollopsíquico y ambas se convierten en función so-cial cuando esa actividad motriz difusa se enri-quece con las experiencias de la vida afectiva másrica y la ampliación del mundo, consecuencia dela vida de relación. El niño se desplaza él solo ypuede entrar en contacto con muchos más ob-jetos y espacios y. al mismo tiempo, se relacionacon más personas por el lenguaje; ahora, su ex-presión quiere decir algo, su actividad gráficacomunica intencionalmente una idea o una cosa.

Sus gestos gráficos no son una huella vacíasino que simbolizan la manifestación de sus vi-vencias corporales y anímicas para que los demáslas conozcan; es ya una función social.

El niño produce las dos huellas: la sonora obalbuceo y la gráfica o garabato; y aunque laprimera le es más útil porque le sirve para alean-

zar de los que le rodean la satisfacción de sus ne-cesidades primarias de alimentación, de aseo ycompañia, es una huella pasajera porque el so-nido emitido desaparece, después de haber ser-vido de llamada de ayuda. Por el contrario, lahuella gráfica está muerta y no le proporcionautilidad alguna a su persona, pero permanececomo una realidad frente al niño que se destacade él y se siente atraído por ella. Entonces, paradarle una vitalidad que no tiene, el chico pro-nuncia sonidos inteligibles o no, al mismo tiempoque garabatea, como queriendo dotar a esa reali-dad muerta, pero permanente, con la vida de lahuella sonora que pasa inmediatamente o que sepronuncia, si no halla un eco que la prolonguedurante algunos segundos.

Manifestaciones de la expresióngráfica o artística

El niño gusta de expresarse con las materias oinstrumentos que están a su alcance y se sienteInteresado por diferentes motivos según su edady la convivencia asidua con las personas que lerodean. Así pues, antes de los tres o cuatro arios,siente placer por la manipulación de materiasliquidas y viscosas, con las que mancha cualquiersuperficie directamente mediante su mano. Paraél son buenas lo mismo el agua que chapotea enun recipiente o lavabo como el caldo o papilla delplato de sopa, la leche que vierte o hasta el pro-pio orín que evacua, cuando aún no controla susesfinteres ni regula automáticamente la satisfac-ción de sus necesidades naturales.

No utiliza ningún instrumento intermedio, essu mano la que produce directamente la mancha,que el niño considera como algo vivo; la cuartillao espacio, en donde embadurna con sus manosmojadas, no es para él un soporte vacío a rellenarcon dibujo sino un objeto móvil que se le da vidamanchándolo. Incluso cuando se toma un pe-dazo de pan mojado o un bizcocho humedecidoen leche o espolvoreado con azúcar los gestos omovimientos que ejecuta con las manos, man-chando su cara, vestidos y objetos o muebles pró-ximos a él, son similares a los que más tardetrazará cuando dibuja o pinta con pinturas olapiceros en el cuaderno o cuartilla; por todo ellose consideran como las primeras huellas de ex-presión las derivadas del ciclo alimentario en lasque el niño mancha sus manos, cara y cuerpo.

Esta manipulación directa de sustancias laabandona, a pesar suyo, porque la habituación ala limpieza y corrección progresiva a que le so-meten los adultos que lo educan le privan de ellasy entonces sustituye aquéllas por el empleo deestilos que dejan una huella lineal —trazo— quees abstracción de la mancha; lapiceros, pinturas,carboncillos, ceras, etc., son los instrumentos ma-nipulados para dar salida a la expresión gráficadel niño.

144 [2761

REVISTA DE EDUCACION - ESTUDIOS LXVII . 197

El trazo, huella gráfica que deja el instrumentomanejado por el pequeño, resulta de tres f acto-res principales que lo condicionan:

— Del aprisionamiento firme del instrumentopor parte del niño.

— De la estabilidad del soporte que registra lahuella.

— De la flexibilidad del cuerpo, especialmentedel brazo, mano y espalda.

Mediante el trazo el niño delimita las figurascomo un cerco que las engloba o como acumula-ción de trazos que las rellena. Pero lo mismo enun caso que en otro los movimientos son idén-ticos y solamente las huellas diferentes produ-cidas se deben al diferente instrumento empleado.

Por otra parte, independientemente de las fi-guras que se trazan, el empleo de instrumentoscomo medio de expresión deja ver en su trazadolos ritmos corporales característicos de la personaque los ejecuta, pudiéndose observar la tendenciaa trazos sueltos o continuos, radiales o concén-tricos, angulosos u ondulados, extremo de granimportancia para el conocimiento de la perso-nalidad de que se trate.

En cuanto a la manera de agarrar el instru-

mento, es decir, a la forma de tomar el lápiz,pinturas, etc., para expresarse artísticamente, elniño pasa también por tres modos característicoshasta hacerlo normalmente a la edad de cincoaños aproximadamente. Estas son:

1. 0 A pleno puño, que es simple reflejo (sue-le presentarse hasta cerca de tres arios).

2.° Predominio de la palma, dejando sólo fuerade la mano la punta que traza la huella gráfica,con presión desproporcionada (de cuatro a cincoarios).

3.0 Toma normal. Utilización de los dedos pul-gar, índice y medio, como el adulto. Por el ma-nejo del instrumento sobre una hoja de papelcomo elementos más simples el niño produce lasfiguras mediante trazos, siendo éstos los mate-riales-tipo, o sea, los elementos fundamentalesdel grafismo posteriores a la mancha; ésta es lacosa viva, aquéllos no son elementos vivos sinorepresentación de la realidad.

Resumiendo, el proceso de la actividad gráficadesde sus comienzos hasta el momento en queverdaderamente el dibujo tiene su significaciónpropia como función social pueden destacarselos tres hitos siguientes: trazos corporales, ante-riores a la mancha, en relación directa con elciclo alimentario del niño; antes de andar a ga-tas o sentado en silla adecuada el niño es capazde manchar y mancharse con la comida, ejecu-tando los mismos movimientos que más tardeempleará al manejar lápices o pinturas; la man-cha, precedente del garabato, producida por lamanipulación de sustancias líquidas o viscosas ycon los mismos gestos motrices que los anterio-res; después, el garabato, realizado con estilossobre superficies, que es una manifestación dela actividad muscular, con lo que se completa la

base orgánica característica del dibujo o expre-sión artística que es, originariamente, una fun-ción corporal.

El espacio donde tiene origen la expresión grá-fica es la esfera de extensión de los órganos cor-porales en movimiento, cuyos radios son los bra-zos y piernas; el núcleo interno de esa esfera loconstituye la musculatura, que es un espacio ac-tivo antes de ser espacio óptico; la superficie delcuerpo es el primer plano de experiencia activay las áreas socializadas del desarrollo del grafis-mo están constituidas por los planos tangentes ala esfera de origen, que son verticales u horizon-tales según los diversos planos de elevación dondese apoya el cuerpo: pared, muros, rejas o asien-tos, techos de cuna, suelos, etc.

Expresión artística

a) Originariamente es una función corporalque atraviesa los siguientes momentos, estrecha-mente ligados a la evolución personal del niño:

— Trazo corporal, mancha con comida su pro-pio cuerpo y objetos próximos.

— Producción de manchas con materias liqui-das manipuladas directamente, sin instru-mento intermedio.

— Garabato, realizado con instrumento y quemanifiestan actividad muscular difusa, perosirven de adiestramiento motriz de brazoy mano.

La primera superficie registradora de huellases el cuerpo del niño.

El espacio donde se origina la actividad expre-siva es la esfera de extensión descrita por los bra-zos y piernas en movimiento.

El espacio antes de ser óptico es activo; es de-cir, el niño se expresa corporalmente, con la ac-tividad en movimiento de sus músculos, hastaque adquiere un dominio visual del espacio pararepresentar en él objetos.

b) Posteriormente es una función social, decomunicación; a esa función corporal originariae imprescindible se añaden elementos intelectua-les y afectivos que la enriquecen y convierten enfunción significativa de valor social por estar in-tencionalmente realizada como lenguaje expre-sivo para los demás.

Precisamente por esta dualidad de aspectosencerrados en la expresión artística es por lo quese puede hablar de ella en el deficiente mental.Si solamente consistiese en actividad de ordensuperior que implicase una dosis intelectual claray determinante de sus posibilidades de manifes-tación sería una actividad vedada al retrasadomental por su incapacidad radical desde el pun-to de vista de la inteligencia. Pero, afortunada-mente, por tener una base orgánica enraizadaen los planos profundos de la personalidad somá-tica, no sólo es posible al menos dotado mental-mente sino que su expresión artística presenta

197 .LXVII LA EXPRESION ARTISTICA EN LA EDUCACION DEL DEFICIENTE MENTAL

[277] 145

características peculiares dignas de atención por-que revelan no pocos detalles de la personalidadde estos niños.

El deficiente mental tiene posibilidad de ex-presarse artísticamente por ser esta actividzuluna función de origen corporal con base orgáni-ca y en. la que desempeña un papel predominan-te la actividad motriz. Ahora bien, el hecho deque sea accesible a la expresión no significa quese exprese como el niño normal, ni en el tiemponi con la propiedad que lo hace el chico dotadode un nivel intelectual medianamente normal.

2. ¿COMO SE EXPRESA EL DEFICIENTEMENTAL DESDE EL PUNTODE VISTA ARTISTICO?

El niño deficiente, al representar gráficamentesu mundo, pone de manifiesto el retraso que leafecta o el desequilibrio afectivo que le perturba,la inestabilidad psicomotriz que no le deja sose-gar; deja ver en sus realizaciones las preferen-cias de los dos sexos y las distintas característicasque imprimen las afecciones de epilepsia, los tras-tornos nerviosos de todo tipo y las perturbacio-nes de carácter. Vayamos por partes.

El deficiente mental en su expresión muestrasu retraso en el desarrollo gráfico; en efecto, laexpresión gráfica, como función de origen cor-poral, aparece más tardíamente en esta catego-ría de niños, de la misma manera que presen-tan un retraso en el desarrollo motriz y en eldel lenguaje, funciones las tres que se desen-vuelven paralelamente en la vida del niño nor-malmente desarrollado.

El deficiente mental no anda ni habla ni seexpresa gráficamente a la misma edad que lohace un niño que no sufre retraso intelectualalguno, sino que pasan uno o más arios de laedad característica en que la aparición de dichasactividades tiene lugar. El retraso en la expre-sión se observa porque sus etapas gráficas sehallan desfasadas en el tiempo de manifestacióny son diferentes en el contenido de su represen-tación.

Existen tres etapas o fases del desarrollo grá-fico comprendidas entre los tres y doce añoscomo límites inferior y superior de la evoluciónexpresiva. Cada una de ellas tiene una signifi-cación especial y las tres están muy relaciona-das entre sí; el nervio de la evolución gráficaestá en que, a lo largo de toda ella va cambian-do el centro de significación que mueve al niñoa expresarse; y mientras al principio represen-ta objetos externos vistos por él, en el últimomomento la expresión representa objetos o con-ceptos que el niño crea en su interior y no comomero reflejo o copia de lo real.

Primera etapa, de dos a cuatro arios, en que laexpresión obedece exclusivamente a un interésmuscular, sin representación alguna; segunda

etapa, de cinco a ocho arios, con esquematismode figuras y objetos, es decir, con el mínimo deelementos para ser reconocidos en lo esencial,representación simbólica de la realidad y convisión analítica predominante. El niño dibujalo que sabe de los objetos, no lo que ve. Terceraetapa, de nueve a trece arios, en la que se per-fecciona el trazado, se reproduce la realidadcomo se ve, predomina la síntesis y aparece larepresentación perspectiva.

En deficientes, la primera fase funcional nose da hasta los cinco a ocho arios como términomedio; la segunda entre los nueve y catorce, yse observan muchas más imperfecciones que nose abandonan, con perseveración o estereotipiade modelos. La tercera de las etapas comienzade once arios para arriba, de forma vaga e in-determinada, sin que lleguen al límite nunca,con progreso lento en la representación real delos objetos pero sin dominar ni comprender laperspectiva y con errores de orientación y situa-ción espacial de figuras y objetos.

La representación del espacio que en el nor-mal comienza siendo nula, pasando después asituar todo en una línea de base y culminandoen la distinción de planos proporcionando elcontenido de lo expresado a las situaciones decerca, lejos, primer plano o plano de fondo, enel deficiente no se da más que la linea de base,sin distinguir racionalmente tamaño de figurasen relación con edificios, árboles, etc., que en-tren en la composición representada.

Características de la expresión artística en losdeficientes es la transparencia de interiores, de-jando ver a través de muros, escenas familia-res, los miembros del cuerpo se traslucen bajolos vestidos, las vísceras en el interior del cuer-po de animales y los mecanismos de motores envehículos y medios de comunicación; la disposi-ción plana con personajes tumbados, porque noson capaces de escorzos ni posturas en perspec-tiva. Recubrimiento de espacios, cuando quiereocultar algo evitando un daño o perjuicio; esexpresión sentida, vivencial y finalista, sin su-posición lógica alguna, sino con explicitación de-tallada e intuitiva de todos los elementos quecomponen la representación y con una gran ri-queza afectiva que la potencia en su efecto deexpresión viva y aguda.

El normal evoluciona hacia una expresión máselaborada intelectualmente y por lo mismo máslógica, abstracta y fría, a pesar de su perfec-ción. En el deficiente se detiene en la fase sub-jetiva, egocéntrica y de sentidos, más cálida yconcreta y con una fuerte dosis de manifesta-ción del instinto de conservación en todos losmotivos que se representan.

Por lo que se refiere a los elementos de quese sirven para hacerse entender en sus reali-zaciones artísticas echan mano de la línea comoelemento material o marco fundamental de todolo que construyen: con rayas indican los ele-mentos naturales agua, fuego, aire, luz del sol

146 [2781 REVISTA DE EDUCACION - ESTUDIOS LXVII .197

o de faros y con una pareja de rayas represen-tan los caminos, las escaleras o los cercados. Elelemento activo son los rasgos del rostro de per-sonas o animales que desempeñan un papelprincipal y también los miembros activos queejecutan una acción primaria se destacan entamaño y modalidad, sin diseñar los de papelsecundario o reducidos a la mínima expresióndentro del conjunto. Elemento complementarioson los letreros que acompañan, a veces, las re-presentaciones gráficas, para dar expresión a losruidos que no tienen corporeidad tangible (true-nos, sonido del reloj, etc.).

En cuanto a la materialidad del trazado. eldeficiente presenta en sus realizaciones una granfalta de coordinación motriz o de movimientos,bastante asimetría en la integración de elemen-tos en figuras y objetos; también es frecuenteobservar inversión en la localización de partesen el ensamblaje de miembros en la figura hu-mana, cambios de orientación y sentido de tra-zos a causa de sinistralidad o zurdería de lossujetos, que tienen dificultad para orientarlescorrectamente en el espacio y también se dejanver en sus expresiones trazados angulosos, este-reotipados o recargados que acusan el ritmopersonal trasplantado materialmente en su ac-tividad gráfica.

Por último, y dentro de la categoria generalde deficiencia mental, se deja entrever para de-terminados sectores de la misma unas peculia-ridades que individualizan formas bien marca-das; los oligofrénicos o deficientes mentales pu-ros se expresan de forma parecida al normal,aunque más débilmente pero en general sus fi-guras y objetos no son chocantes en su trazado.Los que además de retraso mental están afec-tados de perturbaciones caracteriales, muestranuna fantasía abundante y un recargamiento demotivos al tratar cualquier tema, que les hacedisparatados en ocasiones y dan una visión to-talmente alejada de la realidad que se les mues-tra. Los niños que sufren de inestabilidad psico-motriz o de trastornos nerviosos, como tics, ata-ques o crisis, rodean a sus figuras de un zigzagrepresentativo que jamás aparece en manifes-taciones artísticas de niños deficientes carentesde esta afección nerviosa.

Es característico de los epilépticos la expre-sión de figuras y objetos naturales y artificia-les en el sentido de la vertical y una rigidez yperseveración del modelo hasta la saciedad, ade-más de la tendencia al amontonamiento o acu-mulación, reuniendo en poco espacio, un montónde cosas iguales y muy juntas en masa, deta-lle que también se observa en su escritura es-pontánea o copiada con exceso de ligaduras en-tre palabras y renglones. Los sexos se expresantambién de forma radicalmente distinta, pre-sentando las niñas una clara subjetividad emo-cional frente a la fría objetividad de los niños,enfrentados ambos con el mismo tema; las pri-meras expresan con frecuencia repercusiones de

afectividad interna, de sentimientos, mientraslos segundos se afanan por manifestar activi-dades exteriorizadas, sin reflejar apenas el as-pecto afectivo emotivo que las mismas pudieranacarrear.

En definitiva, el deficiente sabe expresarse se-gún su psicología y a través de los medios y for-mas que su mentalidad concreta le presta. Nosqueda, en último término, por destacar si esaexpresión que le es accesible le reporta algúnprovecho para su mejora personal.

3. ¿EN QUE SENTIDO COLABORALA EXPRESION ARTISTICADEL DEFICIENTE MENTALA SU MEJORA PERSONAL?

Son tres los motivos principales por los quela entrega del deficiente mental a las activida-des artísticas repercute paulatinamente en surehabilitación personal: en primer término, por-que se habitúa al control de sus movimientos ya verificar sistemáticamente la coordinaciónviso-manual. En segundo lugar, porque con eldesarrollo de su expresión artística y de su ac-tividad gráfica en general se le orienta espacialy temporalmente, lo que le proporciona una ma-yor seguridad personal y un conocimiento másconsciente del mundo y de las personas. Final-mente, porque la ejecución de realizaciones ar-tísticas es, para el deficiente, como para el nor-mal, un medio de evasión de situaciones angus-tiosas y le ayuda a la estabilización progresivade su inquietud motora.

En efecto, para que el niño se exprese de laforma más elemental ha de dominar las condi-ciones mínimas sin las cuales no puede darsehuella gráfica; y justamente los ejercicios par-ciales de agilidad manual, de flexibilidad de subrazo, mano y muñeca, le están adiestrando si-multáneamente junto con el placer que va ex-perimentando al poder pintar monigotes, casas,árboles, etc. Y además de esta habituación enel control de movimientos imprescindibles en di-versas direcciones, con superficies acotadas a re-llenar, con plantillas variadas a repasar o per-filar, a las que luego colorea o pinta directamen-te con pinturas, se opera una recuperación delpsiquismo progresivamente creciente: se acos-tumbra a inhibir movimientos espontáneos quele estropearían sus realizaciones y a los que llegaa dominar con gusto; se hace menos frecuentela fatiga por el interés que le despierta la acti-vidad y llega a vencerla; se concentra y estabi-liza la atención que antes fluctuaba sin fijarseen nada o haciéndolo solamente de forma ins-tantánea; adquiere la responsabilidad pequeña,pero cierta, del proceso de un trabajo con apli-cación consciente de su potencial manual yafectivo.

197 . LXVII LA EXPRESION ARTISTICA EN LA EDUCACION DEL DEFICIENTE MENTAL 11 2791 147

Esto seria bastante de por sí para mostrar laeficacia de la expresión artística en favor de larecuperación personal del deficiente. Pero aúnhay algo más importante. El juego de sus ma-nos en la ejecución habitual de movimientos notiene sólo el valor externo de destreza manual,sino que entraña un valor psicológico interno deseguridad personal para el que lo realiza.

El deficiente mental es inseguro a causa de latorpeza personal que le distingue. Su inseguridadnace del temor a lo que desconoce, a lo que nosabe hacer y a la actitud negativa de las perso-nas que le rodean sin comprenderle. En tal si-tuación está perplejo, teme no salir con éxitode cualquier tarea y entonces se niega e inhibe,no hace nada y se sumerge en una pasividad quele empeora y está disgustado. Cuando se le ejer-cita en las actividades gráficas, para las quecuenta con su potencial manual está aprendien-do a orientarse en el espacio y en el tiempo, alseguir un orden y un ritmo a lo largo de lajornada.

La seguridad personal tiene dos puntos deapoyo básicos; o bien se está seguro porque seencuentra uno cerca de la persona que en unmomento determinado puede ayudarnos a salirdel apuro, llámese trabajo, estado de ánimo, si-tuación problemática, peligro o temor y con suconsejo nos ayuda y nos estimula a proseguir oemprender la actividad; o se siente uno seguroporque la actividad que ejecuta le proporcionaesa atmósfera de seguridad que va acompañadade satisfacción interior y de afirmación de lapersona.

Pues bien, al deficiente le tenemos que acos-tumbrar poco a poco a sentirse seguro, porquesolamente cuando se disfruta de un ambientede seguridad irradiado por la persona que leeduca o por el trabajo que realiza, es cuando elaprendizaje tiene efectividad; para crear la si-tuación automática de repetición con adelanta-miento o avance progresivo es necesario que esaactividad que se ejecuta esté rodeada de una at-mósfera securizante. Y podemos someterle aejercicios todavía desconocidos y en fase de ad-quisición asegurándole en el trabajo con nues-tra compañia alentadora, o podemos ausentar-nos temporalmente de su lado, si le hacemostrabajar en actividades que ya aprendió, que legustan y le suministran esa seguridad personalde la que tiene necesidad todo ser humano.

Y la forma de comportarse según este domi-nado o no por la inseguridad es tan antagónica

que, a mayor inseguridad se da una menor au-tonomía y autodominio de su persona, mientrasque la seguridad permanente lograda en el sen-tido apuntado le hacen cada vez más indepen-diente en el ejercicio de sus actividades de vidadiaria y capaz de rendir un servicio, aunque seasencillo, a los demás.

También el hábito de expresarse artísticamen-te le permite dar salida a no pocas situacionesde tensión emotiva que descarga pintando esce-nas violentas o poco factibles de manifestar porla coacción social que obliga a dominar actitudesque inquietan y disgustan por ser vividas; laagresividad, desfogada en escenas truculentas;la precocidad sexual dibujada en animales o fi-guras resuelven estados dolorosos de perturba-ción, sin otra complicación que la puesta al ex-terior de algo que atormenta o preocupa pordentro.

Finalmente, cuando el deficiente mental se ex-presa artísticamente, con su simplismo pero consu realidad, está experimentando la satisfaccióninestimable de que crea cosas y personas de esemundo que le quedaría muy lejano o inaccesi-ble si sólo pudiera captarse y vivirse con la in-teligencia en su más alta evolución. El deficien-te tiene la consciencia en sus manos y por ellascomprueba, como por sus sentidos, la vida todaque se le brinda. Y corrientemente está acos-tumbrado a escuchar de los que le rodean que«no sirve para hacer nada», que «no puede ha-cer nada»; y cuando comprueba que el entre-namiento paciente le ha permitido aflorar sucapacidad manual y de hacer con perfección,en muchos casos, y en todos con caudal afec-tivo incomparable, el sentimiento personal desí mismo sufre una evolución positiva de afir-mación que le pone en disposición permanentede seguir intentando actividades sin desfalleceren el empeño, porque la creación anterior lealienta en el camino.

Termino con las palabras de Flattich: «Nodebe suponerse que el hecho de no poseer unagran inteligencia y el aprender dificultosamenteequivalga a tener cerrado el acceso para con-quistar grandes posibilidades en la vida. Existensujetos que precisan una considerable pacienciay que pueden ser "animados" por virtud del amory de la atención.» Y esto y no otra cosa es loque hace el educador especializado cuando sabeaprovechar la expresión artística del deficienteen favor de la rehabilitación personal del mismo.