la explosión demográfica
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LA EXPLOSIÓN DEMOGRÁFICA
Explosión: Reacción violenta, con gran desprendimiento, en un breve lapso de tiempo.
Demografía: Viene del griego Demos que significa pueblo, y Grafía que significa escritura o descripción. La Demografía es la ciencia social que estudia la población y las pautas de su desarrollo.
Se divide en dos grandes disciplinas: Demografía Cuantitativa o Analítica, y Demografía Cualitativa o Social. La primera basada en censos, registros, encuestas, o sea la cantidad de habitantes mediante métodos estadísticos (índice de natalidad, mortalidad, fertilidad, población activa, etc.). La segunda se orienta al conocimiento de las características o cualidades biológicas, sociales, economías y culturales de los individuos.
A partir del año 1930, la explosión demográfica en plena evolución, en lo que se refiere a cuantificación o sea el gran aumento de la población. Si miramos al pasado, la Tierra, ya dividida en imperios o países territoriales, era poco poblada. Como ejemplo, el imperio incaico tuvo una extensión geográfica doble del Perú actual y su población se aproximó a los doce millones de habitantes. En la época colonial o virreinal, el Perú fue casi toda América del Sur, y su población llegó a un millón y medio de habitantes. En cambio, el Perú actual, con menos extensión territorial, cuenta ya con 30 millones de habitantes.
En nuestro distrito de Huancaspata, como en los demás pueblos vecinos, la población sí va en aumento, la cantidad de habitantes no se mantiene fija con una determinada cantidad. ¿A qué se debe esto? Es que la gente de dicha zona emigra mucho a las grandes ciudades de la región de la costa, como son a Lima, Chimbote, Trujillo, etc., por motivos de trabajo y educación.
En conclusión, vemos que el aumento de población es tan enorme en cantidad, pero bajo en calidad, tanto en el aspecto moral, social y económico con un grado de ética muy bajo. Ante tal situación debemos unir esfuerzos para un mejoramiento espiritual y moral de la población. Como muchos filósofos del pasado lo han dicho: “Hay mucho que hacer”.