LA EUROPEIDADnuevo campo de

batalla?Philip Schlesingcr

Rcsu men

La nacion cstndo es. porcxcclcncia, un prodiicio dc la "niodeniidnd"en Europa. En los t'lUimos ticmpos sc ha proclaniado su dcccso

conio coiisccucticia casi inmcdiala dc la nioda dc la poslniodcniidad".Sill embargo. los conceptos dc idctitidad politic;) quc. sirvicndo a suspropios fines, prevalccieron hasta cl final de la guerra fria. ho)' iieccsi-tan ser descartados en vista de que tanio la etnia eomo la nacioii se estancotivirtiendo tiiii evidciUetnente en obsesiones doininantes de la dccadade 1990. En coiisecucncia. el eoncepto de "lo eiiropaiio" resulta ser tineanipo de batalla cultural en el que se cneuentnui puntos de vista furio-sameiite discrgenles.

lntrodticcion

la cuestion de In identidad iiaeional en Europn es eonio aptni-tarlc a un blnneo ni6\ il. Todo analisis de lo socinl se enfrenla en ultimaiiistancia al problema de como lidiar con el eanibio. Pero el \eitiginosoritnio del eainbio en los ultimos anos lia sido lal que la eritiea se \ uel\ enKis proN isional que de eoslunib/e- La liiie;i mas facil de scgtiir es In dela preseripcion: deeir como dcberia ser Europa. En ese easo. en tanio laideiitidad eiiropcn estc iinohicrada. >o propondria iin;i fomiuln que su-braye la iieccsidad dc que existan formas qiie pcniiitaii y gnranticen lacocxisteiKia de dislintas fcs. eulttiras v etnicidades en condiciones de

Tradiiccion de Javier Bravo, Uiiiversidad de C

121

Philip Schkslnger

mutuo rcspeto. Un ob\ io corolario seria la necesidad dc rcslarle impor-tancia a la dcfensa dc las fronteras asociadas con cl proyecto nacionalis-ta de la nacion estado, en el que la premisa basica es que existe un esta-do, una cultnra y un pueblo. Sin embargo, es urgente y necesario quedistingajiios eiUre lo deseabie y lo posiblc.

Esto nos lleva a oiro punto adicioiial. rclacionado. Les guste o no lesgustc, Ios europeos son obscr\'adores y participantcs en la actual trjnis-fomiacion de su conliiieiUc. Las cuestioiies de identidad colccti\ a —delas que la idenlidiid micional es una forma espeeifica— puedcn haccrque nos im olucrenios tanto eognoscili\ a como cmocionalnicnle. El tor-bcIliiK) que hoy en dia hay en Europa cs tan sigiiincati\o en cuanto asus iniplicaciones. quc la tcnlacion de iiuoUicrarse es dificil de resistiraun euaiido el aii;ilisis sociopolilico dcbcria condueirse a suficicnte dis-tancia de su objeti\o dc cstudio. La tan cargada naturalcza dc! topico esevidcntc al cxaniinar \ arias discusioiics prcdominantcs sobre "Europa"y sobrc lo quc cs scr "'curopco". Habliir dc Europa cs cntnir en una ba-lalla de diseursos. y lo maximo a quc piicde aspirarse es a que Ios parti-eipantcs scan honcstos acerca dc Ios vaiorcs en Ios quc crecn cuandopropOEien liil o cual proyecto,

Lo pcrifcrico

En Ios I'lllimos dias, mis propias opiniones han sufrido una fucrtc in-fluencia de la sensaeion de estar dislanciado del nieollo del asunto, Se-ria niuy facil afirmareslo solo porcl cfecto quc causa. Pcro la sensaeiones gemilivi ya que praclicaiiicnle la niitad de mi \ ida vivi en la nielropo-lis y adquiri Ios hibilos dc pcnsamiento quc sc dan por nnlunilez;! en unlugar asi. El hecho de vivir en Escocia hoy. en la periferia dc Enropa.segiiranienle dcbe afeelar mi inaneni dc pensar en la euestion de la iden-tidad nacional en Europa. Al none de la frontcra. las tendencias ya e.\is-tcntes liacia el sepanitismo —y las exigeneias ciertamente autonomis-tas— iian sido puestas en un mievo eontexto por causa de la re-enier-gcncia de naciones cstado en el Ballico, por la reuniricaeion alcmana.por el desplonie de Yugoslavia, y por la dcsintcgracibn general de lasrepi'iblieas de la Union Sovlclica y su rcempla/o iipor cuanto tienipo?)por la Coniunidad de Estados Indcpcndientes. En 1992. la euestion na-eionnl en Eseoeia se volvio cada mas importanle para el futuro polilicodel Reino Unido en Io global, y sc ha com ertldo en un tenia recurrente.y hasta iniportaiite, en la canipafia corrcspondientc a la eleeeion general.La euestion micional de Escocia ha sido objcto dc estudio en cncucstasde opinion, en reportes periodistieos y en debaies radiofonicos y televi-sivos. Por lo nienos en algunos lugares. en el climax de! debate se discu-

122

La europeidad...

te con jirgumcntos serios la posibilidad dc toner uivi libra escoccsa y unciicrpo diploiiiatico cscoccs. Tambicn la cucslioii dc si cl pueblo dc Ber-wick-on-Twccd rcalmcntc cstaba situado al nortc o al sur dc la fronterafue objeto dc discusion por divcrsos comcntiiristas. Al ticnipo dc cscri-bir este articiilo. cstos asuntos todn\ ia son bastantc cspcculativos. Sinembargo, hay un punto itiiponatiic que dcbc discutirsc, pucs en ottx)s hi-garcs esta costando dcrrainaniicnto dc sangrc. Aunquc todavia en un rc-lativo subdcsarTolio, los argunicntos que sc csgrinien accrca del statuscscoces sc han conjuntado con ia cucstion curopca, dc mayor amplitud,en la que sc discutc que pasa cuando los quo originalcmciitc era unaffontcra iiUenia se conviertc en una frontera intcniacionnl.

Habhu" dc Escocia es simplcincnlc una manera dc cnlrar a! Icina. Sise vive en uiui micion sin Estado. una nacion dotada de utia coiKicncianuiy claramcntc nacional y dc institucioncs hisloricamente distinlivas,se tcndra qtic rcpcnsar cl conccpto, hoy dominantc, de nacion estado. Sise vi\e en Escocia. la imagcn que sc ticnc dc la Gran Bretana es. ncce-sarianicnte, Ia inwgcn dc un cstiido multinacional con difcrcntcs cstralosdc alianzas c idcnticacion politica y cultural. En otras palabras. los con-ceplos de idcntidnd nacional. vcnidos de arriba. oficialincnle consagra-dos. y con la tcndcncia a cnfati/ar una ficticia unidad del pticblo. cstanncccsarianicntc en la linea dc fucgo. espccialincntc en ticmpos dc cnni-bio politico.

Las "nacioiics sin Estado" que hay en Europa, son forniacioncs cs-peciaics. En las ciencias politicas sc Ics conccptua como variantcs regio-italcs distintivas. Pcro no todas las rcgioncs son igiialcs. Las rcgioncs ct-nicas son aqucllas en las que la cultura cs dc iniportancia especial paraIa dctemiitiaciondc si un gnipodado cs difcrentcdc la nacion domiiian-tc en cl csiado; en csic tipo dc region, por lo tanto. en potencia, la cultu-ra esta dolada dc filo politico \cO\ Hebbcrt. 1900: Kcllas. 1991]. En nio-mcntos dc crisis incipicntc. el obvio acoplamicnto cntrc "a-icion" y"Estado" como parte dc una fonnacion polilica mas aniplia sc vuclverclativo. En rcgioncs en gran parte adyacentcs con liacioncs. este Iiccholonia uu significado propio. Esto sticcdc asi porque dondc hay una cul-Uira distinliva disponible como fuciitc de difcrcnciacion es posiblc acti-var scntiiiiienlos dc leallad y de idcntiHcacion que no se encucntran dis-ponibles en regiones que se dctcnninan por crilcrios economicos o porcom cniencia adniinistraliva del Estado central. El dcsarrollo dc csla si-luacion dcpcndc del balance de fucrzas enlrc ' regionaiisias" y "seec-sionislas", Sobre todo, depende tambicn dc la voluntad o falta de \olt)n-tad qiie cl cciitro denuieslre para pcmiitirlo y de su capacidad pani in-fluir para que cl resuUado sea la pcrdida dc una parte del Estado, o masbien, su modificacion eonstitucional.

123

Pbilip Schlesingcr

;;Nco-tribaIismo?

La nacion estado es una coiiTiguracion politica de la modemidad. Sinembargo. la modemidnd cs una condicion curiosa. pues en algunos as-pcctos so caractcriza por flujo y pemianencia. lo que Baudelaire, en suclasica dcfinlcion identifico como "lo transitorio. lo fugitivo. lo contin-gcntc'^[cfr. Frisby. 1^85]. Es cste el aspccto dc la modcniidjid quc hasido enfatizado en la rccicntc moda dc la "postniodcrnidad". cu-yos propoticntes lian tenido a bien pensar quc las antiguas colcctivida-des no pueden ya conferir identidades que son dignas de atencion espe-cial.

Por ejcmplo. David Harvey [1989:302-3] ha dicho que la actual fasede acuniulacion dc capital produce una "rc-tcrritorializacion" del podcrsocial quc es partc del rompimicnto espiicio-teniporal dc un ordcn socialanterior. Estas tcndcncias del capitalismo contcntporanco liacia la glo-bali/xicion o universali/.aci6n y cl crccimiento dc la "acuniulacion fle-xible"' postfordinna. lum puesto un "gran cnfasis en la posible conc.xioncntrc lugar c idcntidnd social". Para los gnipos socialistas. dc obreros,dc raza o dc otra indolc que so oponcn a una nucva fomiacion cnpilalistadel niundo. cs mas faci! organi/iirse en cicrtos lugarcs. pero no en dondees mas importante Iiaccrlo por encima del cspacio (cs dccir. globalmen-te). Estas "rcsistencias rcgionalcs" son inadccuadas para la tarca dccrear altcniativas a las estnicturas prescntcs. aunquc por mcdio dc unnintcrpretacion de un pasado parcialmcntc ilusorio cs posible rcprcscntaralgo dc una idcntidad local y quizas hacerlo con "ganancia" (por cjein-plo, mediante el ncgocio de la herencia cultural). Esta cs una base muycndcble para la constniccion de identidades colectivas y. scgi'in cste nna-lisis, la nacion estado ni siquicra figura como marco rclcvantc. Otrasteorias dc postmodcniidad han argiiido explicitanicnte en el scnLido dequc la nacion eslado ya caduco. y basadas en csto han anunciado lanpcrtura dc nue%os cspacios posiblcs dc tolcrancia dc lo "extraiijcro"[cfr. Baunian. 19901. Sin embargo, aun como partc dc cste analisis. labusqucda dc la conumidad coniinua. Sc ha dicho quc la busqucda con-tcmporanca de un sitio para rcfugiarse dc los Iiclados \ ictitos dc la insc-guridad ontologica. de lo contingcnic. produce lo que Michel Maffcsoli|I988| ha llamado "nco-tribalismo". Las nucvas tribus, iios diccn. sefomian "como conceptos —por la multitud dc actos indi\ idualcs dc au-toidcntificacion— mas bien quc como cucrpos socialcs iniegrndos.Cicrtos agcntes que pudicnm surgir de vc/. en cuando para manlcncr laortodoxia lienen muy limitado su poder ejecuti\o. y adcnias. ticncnpoco control sobrc cucstioncs dc accptacion y rcchazo" IBauman.1991:2491.

124

Lacuropeidad,,.

Estii mancra dc ver las cosas conduce a la tciilacion dc coiisiderarquc la idcniidad nacional csla en plaiio de igiialdad con otras fomias deidciuidad gnipal. Esto es precisamcntc lo que en los ultimos liempos scha ciicapsulado en cl lennino "neo-tribalisnio". En sns variantes maspopulates y en algunos aspeetos, esla aguda pcrcejxjion de nucvas for-inas de afiliacion iia degencrado en iin;i perspectiva que ve en todas laseolcelividades estilos de vida o subculturas seleeeiomibles.

En el mundo neo-tribal. en este respecto. si no nos gusta la compaftiapodemos abandonarla. No hay iiada eonio la iribu cohesiva de ayer.Micniras que, por un lado. esto podria explicar niuy bien las extra\agan-cias de la vidii colidiana en el avanzado mundo capilalisla. por el olro,no nos da nnicha ayuda con lo que ya eslanios de liecho presenciando, asaber, "el renacimienlo de la liisioria" en cl ex-bloque soviclico y lain-bien en partes del occidente (o, quiza. aliora en el ceniro) conio ejempiomas dramatico tenemos la reunifieaeion de Alemania [cfr. Gleimy,1990].

De heeho, algunas fomias de identidad coleetiva son nnieljo mas po-tcnlcs (y en polencia estables) que otras. eonio Alberto Melucci[19yO:3!151 lo hi\ hecho nolar McIucci alegaque "la movitizacionetno-nacioralista"'. entendida como "la formacion, conservaciony alteraeional paso del lieinpo de una idenlidad que reflexiona sobre si niisma",surge de las conlradiciorias realidades de las " deniocracias post-indus-triales" en las que exislen presiones hicia la iniegracion y una necesi-dad de construir idcmidades. Como Bauman, Melucci propone que elsisiema de la nacion estado se lia agoiado. y la loma de decisiones se hairansladado a los niveles locales y globalcs [1990:350]. Sin embargo.Melucci considera que las identidades ctnicas son expresiones especial-mente poderosas de auloafinnacion simbolica. aunque de ninguna ma-nera son reducibles a una unica manem; por ejempio. puedcn expresar eldeseo de una coniunid;id dada de ser reconocida como legitimanienledislinta. o bien. pueden lener una base terrilorial y manifestar el descode conlrolar un espacio particular dado. El primer caso sugiere la exisl-eneia de una comunidad cuiica quc busca derechos deniro de un ordensocial mas aniplio; el scgundo. se acerca mas a la base cinica de la iden-tidad nacioii.il. en la que la autonomia o el separalismo podrian ser elorden de! dia. segi'in las eircutislaneias.

Por lo contrario. loniando en cueiiia quc la multiplicaeion de identi-dades puede proporcioiur la oportunidad de ponerle fin a la xenofobia,Melueei diee. con ra/xm, que estas manifestaciones de diversidad en\crdad Uevan riesgos inherenles, pues la intencion dc serdistinlo. y losiritereses asociados con esa actitud pueden com ertirse en fuentc de con-nicto. Entonces. el problema es descubrir la manera en que !as nuevas

125

Philip Schlesinger

reglas del juego se cstabicccn, Eso dcpende claramcnte del grado enque se cumplan !as condicioiics dc la dcmocracia genuina y de una cul-tura civica —sea dentro de un estado dado o cntre estados, cs dccir, in-temacionalmcnte,

i El Estado dcEuropa?

Me giistaria sugerir que la actual predominancia dc la ideiitidad nacio-nal en la politica europea contradice el punto de vista de quo las gran-dcs narrativas son cosa del pasado y que no hay ya ninguai historia ca-paz de movemos a la solidaridad que se pucda contar. Tanto las nucvasnacioncs estado del antiguo oriente como la subordinantc ComunidadEuropea dcpendcn en grandisima mcdida dc su capacidad dc convcnccr-nos dc qtic csas historias de solidaridad que succdcn en las comuiiidadcsson admisibies y deseablcs.

Claro esta que ei antiguo niodclo dc sobcmnia nacional no ccsjm'i,dada la rcalidad dc la intcrdcpcndcncia global. Como William Wallacelo ha scilalado, 'Tnvcrsiones hacia adentro y hicia afucra, produccionmtiltinacional, migracion, viajcs masivos, comunicacioncs masivas: to-dos cstos desgastan las frontcras que los gobicnios del siglo XIX cons-tmycron entre lo nacional y lo cxtninjero" [1991:66-7], Dc la mismamancra, Alain Bihr [ 1992:71 lia idcntificado una crisis dc la nacion esta-do europea occidental en lo que se refiere a su capacidad dc manejar sucspacio politico-cconomico: esta crisis se debe al impacto conjunto dela intcniacioiuilizacion economica y las cxigencias descentnilizadorasque empujan desdc abajo, Bilir propone qtie hay un surgimiento de nue-'os "sistemas de estado" dc los que la Comunidad Europea es una

alianza de capitalismos ctiyos bloqties rivales se centran en los EstadosUnidos y Japon. Sin embargo, es precisamenle ia decreeiente cap;icidaddel Estado para manejar politicas nacionales y garnntizar cl orden so-cial intenio lo que ha dado surgimiento a la bt'isqueda de nuevas identi-dadcs basadas en pcrspcctivas ctnicas. regionales, religiosas y de nacio-nalisnio extrcmo. Desdc una perspecti\a leorica difercnte, Etienne Bali-bar ha llegado a eonclusiones similares. Balibar sostiene que el estadoen la Europa actual ni es nacional ni supranacional y que el ejercicioelasico de poder centralizado ha desaparecido: ' Por lo tanto, se dan to-das las condiciones para que se produzca y se cotiseive una sensacionde panico de identidad*". Pues el individuo teme al estado especialmentelos menos privilegiados y los que estan mas alejados del poder. sin em-bargo, teme todavia mas su desaparicion y dcsinlcgracion [1991:17]."Estos cambios macro y microestmeturales se articulan y modifican ciu'il-quicr identidad nacioiwl. Aunque la situacion predomiivinte en Europa

126

Laeuropeidad,..

cs extrcinadamente confusa, es. sin embargo, dcmasiado pronto para de-clarar la mtiertc de la nacion estado y su rclacion con cuestiones deidentidad colcctiva, A pesar de que (como niuchos con razoti han sefia-lado) rccibc presion tanto global como localmcntc, todavia funge comoputito cmcial dc referenda. Para los europeos, durantc aproxitiiadanicti-tc dos siglos, esfa fomia politica ha ofrccido un ideal normativo dc ideti-tiTicacion colccti\a que todo lo cubre, y su fin todavia no ha llcgado,como pticde claraincntc verse por la emergencia de nuevas naciones es-tado en la Europa orietital y central y por las icnsiones intenias en variosestados occ identities.

En Europa, como es bien sabido, la nacion estado ha ganadoexistetKia durante un largo periodo de tiempo y por sendcros de desa-rrollo tiiu> distintos. Siguiendo tina tradicion ya establecida, AnthonySmith ha hecho una tilil distincion entre ei modelo occidental y el orien-tal. El priniero tiene estas caractcristicas:

•'El territorio historico, la comunidad juridico-politica. la igtialdadjuridico-politica de sus mietiibros y la cultura civica e ideologia coniu-nes son, precisamente. los componetitcs del modelo occidental de na-cion" [Smith, 1991:111"

Esto se diferencia de lo que sigue:"Los lazos genealogicos y de descendencia pulativa. la movilizacion

popular, las lenguas vemaculas, las tradiciones y costunibres, son, preci-samctuc. los elementos de otra concepcion ctnica de nacion en la que sereflcja la difcrente nila dc fonnacion de la luicion, una mla que lian to-mado tnuchos paises de Europa oriental y Asia, y una coneepeidn quesignifico un reto politico dinatnico" [Smith, 1991:13]."

Si se \e dcsde esle punto dc vista. la constniccion de la ComunidadEuropea tiene algo dc la manera ser administrativo-burocratica en lo quese refierc al modo de fonnacion del estado nias bien que el intenio de ungnipo ctnico dc foniiar un estado para si mistno, Las clases politicas deun grupo de naciones estado (con difercntcs grados de apoyo popular endiferctites lugares) estiin en el proceso de intentiir darie forma a una es-tructura politica que todo lo ctibra —es decir, cslan en cl proceso decrcacioii del estiido. Unidad politica, tm espacio economico conu'in yluia conitin identidad para la defetisa. todos estos. indican los accesoriosclave del Estado, El caractcr plurietnico de la nacienle fomiacion politi-ca. y ia herencia mixta de las naciones estado (sedimentadas de difercn-te manera en sus rcspcctivas culturas nacionales) significan un probleinasingular de formacion de ideiitidades colectivas, ^Cual puede ser el sig-nificado de esta Europa? ^Quc puntos de identifieaeion puede llegar aofrccerle a stis pueblos?

127

Philip Schlcsinger

Dcspucs de Maastricht, para algunos politicos briuiiiicos cl cufcniis-mo "una unidad aun mas cercana" pucdc ser una frase mas aceptablequc "fcdcralismo". Pero sin importar la finura con la que se le trate, laultima ratio del proceso actual de integracion fiiialnienfe apunia a unafuentc central de Icgiliiiiidad politica en la Comunidad Europea, quc enultima instancia acaba con el monopolio de los mcdios legales de hacerviolencia. Si la integracion contini'ia. cslamos hablando de lo que final-mente sera la emergcncia de un nucvo regimen y fuentc dc autoridad so-bcrana. Esto cs partc de miestro entendimiento modemo de los prcnre-quisilos del estado; y los niuy vacilantcs pasos que sc han dado hacia laasi llamada identidad europea para la dcfcnsa proclanian cstc rcconoci-niicnto. de la misma mancra quc lo hace el frccucntc tropo de quc ahoraEuropa dcbc reconoccr su condicion dc ser uno dc los supcrpodcrcs delmundo [cfr. vonHabsburg, 1991].

Sin embargo, las fronteras finales del curocstado pcmianccen indcfi-nidas —la Ilegada con cl tiempo dc los paiscs dci Tnitado Europco dcLibre Comercio—y la mas cercana asociacion de otros estados del c\-bloque comunista garantizara que la situacion pennanezca sin solucionhasta dondc pucdc prcvcrsc en cl futuro- Vale la pena decir que no hayninguna buena razon para suponer que la nita dc dcsarrollo politico-eco-nomico de la Comunidad Europea (quc en lo fundamental fue nioldcadopor las realidades dc la gucrra fria) rcprcscnta un ideal para toda Euro-pa. Ni tampoco, como Helen Wallace [1991: 661-664] sciiala, dcbcmossuponer que todas las partes del contincntc ncccsiuin ser —o podrianser— intcgradas exact:miente de la misma mancra, dadas las nuiy difc-rentes necesidades y pimtos de partida quc van a cncontrarsc.

En lo que a la cucstion de ia identidad coleetiva se refiere, una prc-gunta que puedc hacersc en rclacion con esc fuluro cngrandccimicnto:^.podemos plausiblemente pcnsar en hablar dc una futura nacion csladocuropana? Ser "europco" cs distinto de ser "curopano" cs decir, niicm-bro dc una "naci6n llaniada Europa". La segunda condicion, de maneramucho mas punzantc quc la primcra. Icvanta una incA itablc duda cultu-ral sobre cu.il podria ser ia base comun dc una curoidcntidad. La vagamancra en que conuinmente se diseule esta cucstion es muy rcveladora.Como Helen Wallace niuy recientemcnte ha hecho notar, lo "europano"es dificil de caractcrizar. Wallace sugicrc quc hay algunos valorcs lue-dularcs como ia democracia, cl imperio de la ley. la voluntad mililar dcdefender cl pluralismo, un sentido de comunidad politica, la practica dcconstruir consenso |I991: 654]. En la misma vena, Pierre Hassncr11990: 4691 h<i eserito para reelamar la identidad europea de los paisesdel ex-bloquc eomunista a los quc describe como paises quc cstan adop-tando instituciones dcmoeraticas y parl amenta Has, la propicdad pri\ ada

128

La europeidad...

y cl mcrcado espcnin que a la vez. su nivcl de vida alcancc los nivelesoccidcntales. La lista podda cxtcndcrsc o cambiarse de alguna otra nia-nera, pcro sin un lugar adecuado para ia cultura, la lista no equivale auna reccta com incente para lograr uiiii identidad colectiva.

Esc es prccisamcnte el argumcnto de Anlhony Smith, que las condi-ciones para la existencia dc iin supcrcstado o una supemacion todaviano sc han cuniplido. Si hay alguna base para trascendcr la nacion cstadoen Europa, dice, csta se cncucnlra en lo que el niismo define coino lospatroncs dc la cultiira europca: "la hercncia de la ley romaniu la etica ju-dco-cristlana. el hunianismo c individualismo del rcnacimiento, !a cien-cia y el racionalismo ilustrado. cl arte clasico y cl romantico, y sobrctodo, las tradicioncs dc dcrcchos civiles y democracia que han surgidoen varios paiscs y lugarcs del contincnte; han crcado una hercncia cultu-ral coniun curopea y han foniiado un area cultural unica que sc extiendesobrc las frontcras nacionalcs y que interrclaciona sus difcrentcs cultu-ras nacionnlcs por nicdio dc motivos y tradiciones comunes" [Smith,1991:174].

Se dice que es a "csta hcrencia cultural que crea scntimientos de afi-nidad cntrc los pueblos dc Europa" a dondc debemos acudircn biisque-da de la base de un "nacioiuilisino cultural pan-europco" que pucda su-bordiiwrpcro "noabolirlas nacioncs individuals" [Smith. 1991: 174-175]. No se cspccifica dc que precisa mancni estos rasgos culturalcs po-drian articularse para foniiar una identidad: por cso. lo unico quo sepucdc haccr cs suponcr que las pracUcas antiguas de las di%crsas nacio-nes y la claboracion dc marcos instilucionales comunes producira afini-dad Pcro Smith ad\ icrie que no dcbe habcr deniasiada manipulacionsocial ya que probablcnientc rcsuluiria contraproducente. Adcnias. csdificil producir csa lista dado que algunos de sus componentcs sen'antmiy dcbatiblcs (por ejcniplo: (,Cual es el coslo dc la rclacion judeo-cHs-tiana en vista del holocauslo y del actual antiseniitisnio? ^Y que hay dela falta dc vigor dc las tradiciones ci\icas y dcniocraticas en muchospaises'.') Adcnias, la distribucion de cstas difcrentcs caractcristicas en elespacio cunjpco es altamente variable. Gran partc de estc complcjo deidentificadorcs tambicn cs altamente cultural y rcfleja las aspiraclones yperspectivas dc la elite Intelcctual. Auu si dejaramos dc lado estas obje-ciones. las tendencias pre\alcntes en Europa no sugiercn que cl poderdc esta eonccpcion de la eultuni europea se dcba tomar demasiodo enserio. por lo menos a mediano o eorto pla/o. De cualquier mode, Sniilhmismo [1991: 176] admite que cl pan naeioiinlisnio pucdc produeir rc-aecioncs clnicas y naeionalistas. De las buenas intenciones no hay esca-pe.

129

Philip Sclilesinger

Jdentidades colcctivas

Con el objeto de tomarle la medida al problema, vale la pena eonsiderarlo que esta involucrado euando hablamos de identidades colectivas, osea, los medios por los que las colectividades conslruyen y reeonstruycnun sentido de si mismas por refercncia a las seflales que las eulturas lesproporeionan.

En poeas palabras, mi posieion es la siguiente [cfh. Sehlcsinger.1991a; 199lbl: Primero, la eonstrueeion de identidades es un proeesoactivo que involucra la inclusion y la exciusion. Para ser "nosotros" nc-cesitamos que existan los que "no son nosotros". Scgundo, el proeesoimaginario de crear tradieiones y de activar las memorias colecti\as seextiende a Iravcs del tiempo. El lado oseuro dc la memoria es la amne-sia; derraniar luz tambicn es disipar sombras. Tcrcero, las idcnlidadeseoleetivas Uenen un rcferente espaeial, aunque este no siempre se ticneque confomiar a un modelo de concenlracion territorial y dc intcgridadjuridico-politica: se puede pertenecer a una diaspora polcmica o a unaeoniunidad ideoeratica (segun la frase de Raymond Aron). por ejcniplo,ei nuindo coniunista, y aim ideiUificarsc con una colccti\ idad dada. Sinembargo, en Europa, el apeganiiento primordial de la coleetividad nopareee scr a una tierra o a un tcrritorio de fronteras definidas.

En nuestros dias, la busqucda supranacionalista de la Comunidad Eu-ropca nos esta hacicndo rcpensar la naturaleza de la nacion estado, quees una entidad politica, eeonomica y cultural que conficre identidad. Eu-ropa conio estado —cualesquiera que sean las conccsloncs que se hjigana lo "subsidiario"— finalmcntc cambiara el alcancc dc las concepcio-nes contemporaneas de ciudadania: los dcrechosy debercs dc los eiuda-danos seran rcdefinidos, y el alcancc de las Icaltades cambiara. Todotcndra que ser acti\ o y multiple.

Las concepciones clasicas de sobcrania politica —en cl que el actorpolitieo elave es la nacion estado en un niundo formado por nacionesestado— como ya se ha diclio, estan eada vez mas sujetas a rc\ ision ytodavia no nos henios enfrentndo adeeuadamcntc a las implicaciones enlo que concieme a la articulaeion de la identidad politica eoleetiva.

En cl contexto de la Comunidad Europea, el punlo de partida es el deque existe una considerable di\ersidad. No Iiay ninguna nacion cullunilpredominante que pueda comertirse en el meollo de la nacion de un po-sible estado y ser hegcnionica en lo eurocultunil. Es dificil pensar enprodueir una identidad colectiva- aunque se ha considcrado, cspecial-incnte en lo que se refiere a una idea equi\ ocada dc lo que la televisioneuropea podda producir. La produccion de una identidad colccli\a por

130

Laeuropeidad...

cncima de lodo solo puede conccbirse scriamcntc como resultado deuna practica social y polilica de larga tradicion.

En cstc sentido, las rcfle.xiones dc Jiirgcn Habcnnas sobrc la identi-dad alcmana son espccialmcnlc pcrtincntcs y tienen una rclcvancia masaniplia. El enfoque ideal dc Habcmias a la idcniidad nacional para losalcmancs sc dcsprcndc de la anlcccdcntc Kuliumation y se cncama en laStjuitsnation. Habcnnas ha mcncionado en sus cscriios una identidad"post-comcncionar'. por la que se rcficrc a una identidad que cnfatizalos priiKipios uni\crsalistas dc estado y ciudadania. La actitud corres-pondieiilc. dc compromiso con la colecti\ idad. es lo que se llama "unpatriotisnio conslituciomil". que ofrcce un "enlcndimicnlo no naciona-lista de si nHsnio"[iy91: 87.94]. Sin embargo, para la Europa de la de-cada de 1990, una crecncia colectiva en la virtud del ordcn civico no pa-rcce ser el estiinulo mas poderoso para la niobilizacion.

Porotra parte. si esta conccpcion —demos antes que elhnos—pudie-ra teneralguna oportumdid de cxito. parece claro que una idcntificacidnnias ainplia y activa con la conslnieeion polilica de la comunidad euro-pea solo se \a a producir si el llainado ''deficit de dettioerala". El imcoes dificil de hacer. pues involucra la produccion subordinante de unaidentidad "europea" que pueda anicularse eon las identidades ofielalesde las luieiones estado ya e.xistentes asi como con las eniergcntes identi-dades regionales. Pero no es suficienle definir una identidad "desdecia" se eliiniiia. Las cuesliones instiUicionales que esto acarrea van masalia del alcanee de este documento.

Sin embargo, en vista dc mi introduccion al tenia. me parece elaroque creo que se presenta un reto espeeial con rcspecto a las rcIaeioEieseeniro-periferia y a los Icgabics niodos de represcntacion que toman encuenta la lictcrogeneidad dc Europa, Enlrc olras eosas. esto iruoluera elreconocimienlo de la di\ersidad inienia. tanto en potencia eomo eridoque tambicu se define desdc fuera, interacti\aniente. Cuando esto no sereconoce. hay una falla que se comierte en una de las dcbilidades clavede la enconiiable concepcion mcioiialista de Habeniias. Pero mas ade-laiite volveremos a esie punio.

/.Confradiccinncs dc la identidad colectiva?

El euroinicgraeionlsnio. entonees, es una busqueda dc la constilueiondefinitiva del Estado. aunque en estos niomentos, solo cs posible espc-ciilar eii cuanto a los resullados. Las posibilidades dc conslniir una iden-tidad europea dentro dc la Conuiiiidad son bastanie escasas si se toniacomo niodelo de identidad supra-nneional el contiiuio y poderoso atrac-tivo de la identidad naeional eomo la artieulan los estados oficiales de la

131

Philip Schlesinger

Comunidad Europea. Este modelo no funciona, en la rcalidad. de las na-cioncs estado ya existentes que operan dentro dc una eonfiguracion su-pranacional mayor.

Conio quien dice ya que suponganios que hay una tfansfercncia im-ponante de afecto e identifieaeion con cl nivel supranacional. De liecho.las identidades nacionales oficiales permancccn, y son fuentes persist-entes dc posible contradiceion con una putativa identidad de la Comuni-dad Europea. Aunque en su infame discurso de Bnijas en 1988. la exprimera ministra britanica, la sefiora Margaret Tliatcher. hi/o una ad\er-tencia contra la creacion de un Jucgo para armar una personalidad eu-ropea", esa cuestion no ha rccibido atenclon politica adecuada porque,eonio se lia hecho notar, "la europeidad" todavia es dcmasiado vagaconio para comertirse en una amenaza cultural direeta a perdurablesdiseursos nacionales eonio lo britanico y lo francos,

Pero hay otro nivel de posible contradiceion. Dentro de las fronterasdc la Comunidad Europca. como sc ha indicado. liay inquietudes regio-nalistas con potencial nacionalista: de mancra muy notable, los hay enEscoeia. Catalunay el Pais Vasco [Ascherson, 1991: Malinski, 1991:3].En estos lugarcs. liay cspcranz;is. por ejempio de que el eamino a Bmse-las pueda rodcar Londrcs y Madrid. (Es mas que un intercs pasajero clde prcguntarse que sera "•Bmselas" y en donde quedara, si el desliza-niicnto hneia el rcsquebrajaniicnto del estado bclga en sus dos principa-Ics comunidades linguisticas continua.)

En un sentido, entonces, podria decirse que los procesos de integra-cion a nivel de la Comunidad Europea producen dcsintegracion a nivelde la nacion estado. por cl variable impacto de! dcsigual dcsarrollo delcapitalisnio a ni\el de la region. No se \e claro como. estas presiones asu vez transfomiaran el earacter preseiUe de las naciones estado. que sondespucs de todo. los ladrillos eon los que hoy en dia se conslruye la Co-munidad Europea. Queda por verse si esos llaniados nco-nacionalismosse eonvierten en una busqueda separada para lograr la condicion de na-eiones estado. la que seria alimentada por un scnlido politico-cultural dedifcrencia. Los gobicrnos dc los cstxidos cenirales y de los regionalistaspor igual. ticncn hoy en dia intereses crcados que los lle\an a causarconfusion. Sin embargo, cs razorable preguntarnos si la Europa de Rc-gioncs no se encontrani fmaimente en contradiceion con la Europa delasNaeiones Estado [rc/Kellas, 1991].

No hay ninguna duda de que es esta percepcion. cntrc otras, la que fi-nalmente inclina a los regionalistas a comertirse en separatistas. Llegara ser naeion estado, por causa de su poder institucional, ofrcce dos scAa-ladas veiuajas dentro dc la prcscnte dispcnsacion; primera. transforma clstatus regional (es deeir, imisibilidad virtual) en reeonoeimiento inter-

132

Ui europeidad...

nacional; segunda. ofreee una mayor medida de proteeeion eonlra la exnaeion estado a la que los separatistas solian pertenecer, asi como contralo quo podria Ilegar a \erse como rasgos indcseables de europei/aeion.Llegar a estado, bajo las reglas predominates, es un \ ehiculo mas efecti-vo para la artienlacion de intereses que lo es el regionalismo. Por !o tan-lo. sigue sicndo atractivo. y ptidiera serlo ai'in mas en la medida en quelos nuevos estados (a \eees con una poblacion muy rcdueida) clainanpor integrarse a la Comunidad Europea.

Una nueva identidad naeional que se haga valer y que este basada enuna antigua region esta tanibicn en contradieeion poleneia! con el pro-yecto de eonstniir una euroidciitidad. Si reeibimos el argiunento de Er-nest Gellner [1983] en el sentido de que el proyecto nacionalista requie-rc que la eulUira se alinec con la foriiiii dc gobienio, el noreeimiento denuc\ as eulturas naeionales. la defensa de sus diferencias. podria ser uniinpedimeiito para la necesidad de crear una relativa honiogcncidad a ni-vel europeo.

Mas alia de la Comunidad Europea

Nadie sabe todiivia si la Comunidad Econoniiea llegara a ser una som-brilla para eobijar a todos los estados europeos. Hii la nietafora conteni-pon'uica. la nuc\a arquitectura todavia esta en la etapa de planeacioii.auiique ciertos coniponentes del Parlamento Europeo por el debate quese da enttx: si "profundiziir" o "ensanchar" la Conuinidad Europea es,por supuesto, un debate sobre ccononiia politiea y geoccoiioiiiia. Peroen un sentido que gencralnieiite pasa sin reconoeimiento. tambicn es undebate sobre eultura, Siendo el centro de atraccion de Eur ejeniplo, laComunidad Europea. la WEU, el Tratado Europeo de Libre Comercio.la CSCE, el Concejo Europeo: > a todos estan a la espcra y en sus higa-res. i.Como se integraran esios, \ otros. elementos {e.g. el pueiite atlanti-co en e! corazon de la 0TAN)7 De hecho. (,sera posible que se imegrcn?Estas preguntas estan lejos dc tener una respuesta clara pani la Comuni-dad Europea representa el futuro deseable de la "europeidad". sin im-portar cuan difiei! sea este tcnnino de defmir Sin embargo, como pjirtemedular de csla representacion. estan la economia (social) de mercadoacoplada con varias fornias dc demoeracia phiralista y sociedad ei\ il.Cualesquiera qiie scan las realidades institucionales, las vemos comouna seilal de un nivel de civili/acion o eultura que representa taiito unaaspiracion para aquellos que no la tienen. como un crilerio normati\ o delos que las tienen. para poder usarlas eomo criterio para juzgar a los qne

133

Philip Schlcsinger

quisieran tcncrias. Lo quo Emest Gcllncr [1991:1311 ha llamndo c! mo-dclo "federal por cantones" para la intcgracion de la Europa occidental[si cs que cso rcsulta ser). ofrccc una mancra potcncial dc cvitar las hos-tilidades ctnicas que en nucstros dias atosigan gran partc del bloqueoriental. El caso Ur de la politica federal cantonal, cl dc Suizii. sc cstavolvicndo mas federal, y los lazos intcrcantonales sc estan dcsarrollandoa lo largo dc lincas lingliisticas que en potencia pucdcn rcsultar di\ iso-Has y en las que la Icngiiajcs cada vez nuis importantc como foco dclealtad let/Coencr-Huther, 1991:311-312].

Al obscnar a la Comunidad Europca dcsde un punto de vista orien-tal-central curopeo, Ferenc Miszlivetz [i99I:801| ha dicho que "cstiempo dc qnc Europa regrcsc al ordcn supnniacional. a las cstmclurasdc multiples cstados. dc multiples ctnias. dc multiples culturas. Paracsto, sc neccsitan nuevos conceptos dc cstado y de ciudadania". PierreHassncr [199():472| concucrda. pucs vc en Europa occidental una rcprc-scntacion dc un niodclo posible —y dcscablc— dc lo que con basUiiitelorpc/ii llaiiKuiios los rcgiincncs tnuisicionalcs dc! aniigiio bloqtic orien-tal. Tambicn para cl. la disyuiitiva sc cncucnlra cntrc cl camino del po-pulisnio nacional o nco-rcligioso y cl camino del libcralisnio mciouaiis-ta y pro-occidental. (La luiclla dc cslos niarcos analilicos dc ios modclosoriental y occidental dc fonnacion dc nacioncs cstndo cs inconfundibtc.)Pcro. (,quc txui abicrta \a a cstar la pucrta para las nacioiKs dc la Europacentral y oriental, y del c.\ impcrio so\ iclico?

Cuando toda\ ia habia una Union Sovietica. algunos proponian su ex-clusion aiegando su tamaiio. o sus antcccdcnics culturalcs —que no eracuropca—. sino cuando nuicho curoasiatica \cfr. SchlcsingerI99la: 188-189]. Y ahora. .cual dc las nucvas rcpublicas va a pasar lapnicba y por que? Esta cs una prcgunta quo dcbc haccrse, porque elmote dc "una partc scciicslrada del Occidcnlc" quo Milan Kundera ledio a Europa central liace casi dicz anos, todavia licnc ccos en cl pcnsa-micnto cstrategico contcniporaneo. Con la calda del coniunismo. la for-mula ha sido rccodincada a! prcguntar en dondc pani cl catolicismo ro-niano y en dondc coniicn/;! la ortodoxia, Asi, la dcsignaclon rcligiosacumpic h) funcion que lc corrcspondc a las distincioncs polilico-cullura-Ics, No parcce dcmasiado dcscabellado proponcr, como Michel Fouchcr11991:519-5211. que las micvas lincas gcopoHticas de Europa podrian af^rosso modo scguir las del gran cisnia dc 1054 cntrc Roma \ Constanti-nopla. en cl que cl oricntc ortodoxo ocupa el scgundo mcjor higar antecl rcconquistado occidcntc catolico. La politica exterior nsumida por laComunidad Europca hacia la scccsion dc Eslo\cnia y Croacin en cl con-flicto yugosia\ o. y el tralamicnto dc mas favorecida quo sc lc dio a Po-lonia, Hungria y Chccoslovaquia parccen apoyar esa propucsta,

134

I^ ciiropcjdad...

Si lo anterior cs corrccto en lo general, dc alguna manera sc coniplicael argumcnto dc que la lierciKia crisliaiu de Europa (paralclanicnlc condcsignacioiies politicas y cconomicas) ofrece una base cohercnte para laconstniccion de sentinienlos comuncs. Si c.\aniinainos l:i siiiiaeion dcs-de adentro. vemos que las divisiones confcsionales deniro de! niundocristiano peniianeeeii. y que en niuehos casos, se articulan con cuestio-nes naeionales. Pero si examimmos la situaeion desdc fucra, sin toinaren euenla cualquier distorsion rcsultanle. el tcmiino cristianisnio. usadocomo desigiiaeion general, podria senir para liaeer la dislinelon entreEuropa y sus vecinos. Ahora que el ateo otro yo del eonuiiiisnio ya noliene funeioues de encniigo, hay una especie de vacio. Como dijc ante-rionnente. las identidrides colectivas involueran prineipios de inclusiony de exclusion: la earcncia de diniensioiKs cxlenms es la debilldad defi-nitiva de csa concepcion Iinpulsada desde adentro que es la nacionali-dad ei\'iea de Habennas. Una ctiquela religiosa cuakjuieni Ie da estmc-lura a mieslras identidades colectivas. independicnicmenle de que las re-laciones que lenganios eon una fe dada seaii gran eoinproiniso o no. Porlo tanlo, no es ni ha sido nuiica un proyeeto iiioeenle. pues en su propianalurale/a implica di\isioncs entre los inaceptables. los que no "perte-necen". y los que si \cfr. Beit-Hnllahnn. 19911.

El Islam, en algunos aspectos, ha eomenzado a lleiiar el hueeo que elhundimiento del imperio sovictieo causo. En tdnninos dc relaciones in-tcniacionales. csto se ha \islo eomo una nnienaAi exterior \ a la vczeonio una anicn;ixii interior por problemali/iir la asiniilabilid;id de los is-laniiuis y por el temor deuiografieo de la eniigracion \euid;i de Africadel norte y oeeidental \cfr. Mortimer. 1991; Pieterse. 1991]. En este res-pecto, la inaceptabilidad de Turquia como niieinbro de hi ComunidadEuropea por causa de su eanieler islauiita resiirge periodieaineiUC. Esteasunto se enla/.<i con uno mas amplio que aiaHe a la siluacion de las ini-norias islamitas en Europa y que. ob\ iameiile, haee surgir el problemade las relaeiones que existen eulre ser islaniita \ ser europeo. Cuandolas repi'iblieas e.x sovictieas del Asia eentral fueron recibidas en laCSCE. se dijo muy explicitamente que este cuerpo "europeo" por nie-dio de este aeto y a sabiendas se eslaba volvieudo "euroasiatieo". (,Porque se dijo esto? Para antieiparse al alnictixo poder del fundameutalis-mo islamico en Iran que se pereibe, evidente por si mismo, eomo ame-naza.

Pareee ser que el easo de Turquia es anibi\alente. Por una parte.como estado islainico "seeular". ofrece una ruta de desarrollo contniriaa la del "fundanientnlismo". y asi, su inflnencia regional denlro delmundo de habla turca puede ser eonsiderada benigna. Por otra parte.como se lia indieado, Turquia no es europea en suficiente eantidad. En

135

i'hilip Schlesinger

estc respccto, cs posibic apncndcr algo si liotanios quc un motivo cvi-dcnle por el quc Turquia Ic dio su rcconociiuicnlo, cs quc Bosnia-Her-zegovina lc ha dado dcsigiiaclon oficial de islamica a uiia poblacioncuya condicion curopca no pucdc scr facilmcntc ncgada ya quc Yugos-lavia ha sido considcrada cstado curopeo durantc niucho ticinpo. Novicnc al caso alegar quc "islaniila" cs hoy en dia una designacion tantoctnica como culHu-al [cfr. Gellrier. 1991: Lutard, 1992]. El Icgado olo-man puede scguir persiguiendo a Europa lanlo conio Bizancio.

Del oricntc al occidentc

En micstros dias, a pcsar del inipulso hacia la unidad europca en la Eii-ropii occidciiLiI, liny tcndciicias cojitnirias quo son dcnwsidado c\idcn-tcs en olros lugarcs. La crisis dc nacioniilidiidcs y dc estmcturas cslala-Ics en la (easi) ex Yugosla\ ia y en la e\ Umon So\ ielica (precarinmentellaniada la Coinunidad dc Eslados Indepcndicnlcs) csta proxocando unadifusa scnsaciondc difcrcncia en Europa, El rcnacimiento de la hisloria.bajo la fomia dc un dcspcitar cliiico-naeioiuil del aniiguo Este, junlocon el deccso dc Yugosla\ia y la Union dc Rcpiiblieas Socialisms So-victicas. csta llcvando a nuc\as conngumcioncs entre naeiones y esUi-dos, pcro dc maneras que lodavia no estan niuy claras. Los problcniasdc liniiles enlre otros estados, todavia sin resolver, que involucran gru-pos naelonalos en anibos Indos dc la frorilcra —por ejeniplo. cntre Hun-griji y Rumania—o cntrc nacioiialidades eonsliluyentes en un esUido yaexistente —eonio en Cheeosiovaquia— nos haeen dudar del fuiuro dclas solueioncs pacificas a conflictos en Europa. Esto cs \crdnd, especial-niente porquc cl nacionalisiuo. cl racisnio > el antisemitisnio parcccii es-lar funcioEiJindo conio recnipla/.os ideologieos del niarsisnio-lcninisniooficial en niuchos paises e\ coniunislas lUrban, 1991]. Se ha dieho qucen la Europa posl-coniuiiisla. cl nacionalismo so ha comerlido en lamicva religion estalal" [Mislivctz, 1991:800|.

Esto hace que olra \e/. surja la rclacion cnlre la crisis de la forma delcstado y las crisis dc idenlidad naeioiuil. Si la valori/acion de la naeioncstodo y del naeionalismo que se li;iec \aler a si niisnio se profundi/autoda\ia mas en la Europa posl-coniunista, cs claro quc se con\eniran enun obstaculo fundamenlal pani un niodelo dc dcsarrollo al estilo dc laConiunidad Europea para cl aniiguo cslc. porquc un europcisnio culturalsubordniiune. un curopeismo que en cicrtos aspectos rccmplace el nivcl

136

LA europcidiid...

micional. con el ticnipo sera indispenstiblc (aunque sospecho que en re-alidad eso cs imposible).

Por lo lanio. dcbemos loniar con exlrema scricdad las incipictUcs dis-piitas por ctiestiotics Iimilrofes entre paises y la pcrsccucioii dc niino-rias. pucs pucdcii lencr consccuencias c\plosi\<is. Basle reflc.Kionar so-bre e! ltccho de quc dos iiaciones cslado —el Rcino Unido y la Repiibli-ca de Irlanda— tio lian podido rcsolver el conflicto de los nacionalis-nios dc lrlandi del Norlc. El hecho de quc anibos sean micnibros de laComunidad Europea pnrcceria tio letier ningiina iniportancia: la aniablcoferta de daric identidad europea a los irlandcscs de cualquicr cultuni oIradicion no proporciona nitiguna solucion accplable. Y en este caso nocslarnos liablando dc utia dispula frontcri/a que rcprcsctuc un casus he-Hi potcncial eonio cs el caso de algunas panes del atitiguo Este. El eon-fliclo de Irlanda del Node se ha podido conteiier durante largo Uenipo.pero tK) se lui podido resolver. Auii a este nivcl, cstos eonflietos soticoslosos. y ticncn consecuciKias negati\as a largo plazo pnra cl ordcndcmoeratico - conio los britaiiicos sabcn por dcsgmcia denmsiado bien.Llcvctisc dc la perifcria al cenlro dc Europa los nacionalismos irrcconci-Uablcs quc ticncn una sola frontcm. agrcguenscic algunos trashipadosreelauios potencialnicnte irrcderitistas; stimcsc a csto, el fracaso en labusqueda dc modos adccuados de rcsolucion de confliclos; finaliiiente.coiisidctcse el caos resultanic.

Si ntievamente canibiatnos cl foco de miestro anali.sis hacia la Comu-nidad Etiropea, los teniorcs dc un incipictilc fticrte europco parccen serbicn confimiados por un dcsarrollo cotiteniponitico en tcmiinos dc lapreocupacion giibcnianiental por la dcfcnsa y cl resguardo polieiaco delas frontcras cxtcriorcs a niedida qtic las inieriorcs picrdcn iniportancia.La extreniista, y con frccucneia violcnta. reaccion racisia contra la innii-gracion qtic actualnicnic es tan c\idctitc en Bclgica, FraiKia. Italia yAlemania, nos obliga a proponer algtinas otras etieslioncs acercn dc lanmticni en quc podriamos llegar a uti "europcisnio" trasccndcnie qtieneeesite accptur la vasta divcrsidad y complejidad dc este continente.Pucs es este cl suptiesto y pacifico tcrritorio central del nacicntc cstJidodc Etiropa. Este dcsarrollo nos fucrAT tatnbicn a considcrar los lazos queexisteti entre eienas foniias dc racismo y nacionalismo ctiando son "cx-cesivos". Es posibic razoiuir, eomo liacc Balibar [199I|. que esc racis-mo ticnc profutidas raiees en Europa. marcadas por las expcricncias his-loricas del colonialistno en cl exterior, lanto como por las del aiuisetni-tismo en cl interior, y que la subyoccntc propcnsidad a dise^ilnilv^r, na-cida en socicdad. se [uanidesta en la stiperficie eti formas dctcniiinadaspor la coyuntum politica dadii. Scguro cs quc d nieisiuo c.xplicito qucahora se prcscnta en ci diseurso politicos de niuchos paises europeos

137

Philip Schlesinger

alarma al mismo tiempo que causa sobriedad. En la Gran Brctafui, estenivel de reaccion abierta todavia no se ha dado [cfr. Young, 1992]. pcrose estan foijando lazos entrc las e.' tremas derechas continentalcs y lasbritanicas correspondientes, y la inmincnte restriccion del dercclio dcasilo en Gran Bretana es un bucn indicador de la xenofobia que yacebajo la supcrficie [Statewatch. 1992].

El racismo y antiscmitismo prcvalentes en Europa occidental, son encicrto grado los correspondientes del etnomicionalismo rc-onicrgcnle delantiguo este. y conio ya se ha dicho antes, mtiy bicn pucdcn ser el rcflc-jo dc la crisis dc la naeion estado como instancia politica. H.ny un tcmorjustificabic dc qtic los nacionalismos oricntalcs pucdan alinientar los oc-cidcntales y vice\ersa. Es caractcristico dc gran pane dc esla nuevaondn dc mcismo nacionalista en ambos bdos de la antigua cortina dehierro rcfugiarse en una concepeion csencialista de naeion; si tu r<\7a. tucultura o tu religion no se njustan a los parametros, no ercs dc los nucs-tros. no pucdes "pcrtcncccr". Esto cs cspccialmcntc pcligroso para elproyecto de la Comunidad Europea. pues ,c6ino pucdc este nco-nacio-nalisnio occidental con sus fuerles tintcs dc iia/ismo acoplarse con lac.xplicita y cxpansiva concepeion dc curopimismo? Esta actitud cs unrechazo del piuriculturalismo y si se conviertc en un proyecto politicorcspctnbic —y hay todas las sciialcs que se quiera tener dc quc asi cstasucediendo, en Fnmcia como niodclo. pero tambicn en cualquicr otrolugar— cntonccs. la prospcctiva para la conslniccion dc idcntidadcs ci-vicas nacionalcs sera scriamcnte dcbilitada. Ethnos amenaza a demos.Cualesquicra que scan las distintas nioti\ acioncs y causas dentro decad;i contcxto nacional. la cxigcneia dc ideniidadcs puras dentro de lasnaeiones estado mas inipoiiantes pareceria nutnifestar un dcseo dc unnumdo mas scncillo > ordenado. un niundo purificado de ambigiicdad ypor !o tanto. purificado dc gente indeseable. El panico dcinogn'ifico pre-\ aleciente en Europa, en el quc ojos nen iosos se dirigen al Mcditerra-neo del Sur y al este dc las fronteras gemianas es tambicn partc de csatendcncia.

Una ultima piilahra

Mi propia perspcctiva de las lensiones que acttialnientc acosan a ta na-eion estado en Europa me constriilc a haccr notar cl canicter panidojicodc la nianera en que las cosas se dcsarrollan hoy en dia. Por una parte,la dificil biisqucda dc una unidad transcendcute en la Comunidad Euro-pca —una unidad quc dcbe reconocer las difcrencias que hay entrc susintegrantcs— pone a la naeion cstado bajo cucstionamicnto dc arriba.contribuyendo, se puedc dccir, a las crisis de identidad nacional. Sin

138

La europeidad...

embargo, los aconteciniientos politicos \ ccononiicos en ei proceso deintcgmcion csUin dcsfasados dc lo cultural: todavia csta a discusion ladefinicion dc lo que podria ser la identidad europea. Por otra parte, eldespertar ctnonacionalista en cl ex bloquc comunista y los aconteci-micntos prcvalccientcs dentro de la Europa occidental —sea scpanitis-nios iKO-nacionalistas o nacionalisnios racistas— tiendcn a rciifirmar clprincipio de la nacion estado como sede de identidad y de control politi-co. Dc esa manera. Europa esta al mismo ticmpo p;isando por procesosde centnili7;ici6n y dc fnigmcntacion. Estos procesos pasan a tra\es dela nacioti estado y cada vez mas poncn dc rclie\e las cucstloucs de ideti-tidad colectiva. Por !o lanto. la cultura va a ser uno dc los canipos de ba-talia clave en la decada de 1990.

139

Nolas V refcrcncias bibliograficas! ** , J

Ascherson, Neal (1991) "The Scottish road to statehood". New and Society, vo-liinicn 4, nt'miero 182,20 y 27 Dicieinbre 1991, \-^->. 22,24.

Balibar, Etieime (1991) "Hs gibt keiticn Staat in Europa: Racism and politics inEurope today", A'ew Left Review, niunero 186, Mar/.o-Abril, pp.5,19,

Baumaii, Zygmunt (1990) "Modern and Ambivalence, Tlieorj', Culture and So-ciety, voliimen 7, nos-3, pp. 239-260,

Baunian, Zygmunt (1991) fvictdenuty and Ambivalence, Cambridge, Polit\Press.

Birh, Alain (1992) "Malaise dans I'^tat-nation", Le mottde Diplomatique, niunc-ro445, fevrier, p.7.

Beit-Hallalinii, Benjiuniii (I99I) "Religion and identity: concepts, data, qtics-Imia", Social Science !n/ofniation, voltinien 30, niiincro 1,pp.81-95.

Coencr-Ilutlier, Jacqties (1991) "lowiird.s One luirojx:: Can tlie Swiss modelwork'?", Innovation, voh'iinen 4, luimero 2,pp-3O3-314

louehcr, Michel (1991) Fonts et Ft-ontictvs: Un Tour lUi Monde GeopoUtique,Paris, Fayyrd

Gelhicr. lamest (1983) Nations and Nationalism, Oxford, BlackwellGelbier, Ernest (1991) "Nationalism and politics in Hasteni F.ufope", New Left

Review, nimicro 189, September-October, pp. 127,! 34Habcmias, Jilrgen (1991) "Yet again: Gennan identity- a unified nation of

angr>' DM burghers?. New Gcmian Cntique, m'lmero 52. Winter 1991,pp,84-]01.

Harvey, David (1989) The Condition ofPostnuxicmity, Oxford, BlackwellHassner, Pierre (1990) "Euroj e beyond partition and ir.ity: di.sintegration or rc-

constitiition?". International Affairs, voUmien 66. lu'uiiero 3, July,pp.461-475.

Hebbert, Michael (1990) "Rcgionalist aspirations in conteniix)rary Europe",PluralSocietis, vohimen xxi, pp.5-I6,

Kellas, .laniesG. (1991) "Eiiroix:aii integration and ve.%\o\\%",Parlamien{aiy Af-fairs, volimien 44, niuiicro 2, abril 1991.

Lutard, Catherine (1992) "Hquilibre prccaire en Bosnie-Herzcgovine", Le Aton-de Diplomatique, ni'imcro 455, F'cvrier 1992, p.6.

Maflesoli, Michel (1988) L^ Temps des Tribus: le Diclin de t'Individuaisnie,Paris, Meridicns Klincksink

Maliniak, Thierry (1991) "L'espagne face a Texplosion des nationalisnies", Lemotide Diplomatique, m'uncro453, decembcr 1991, p.3

Mehicci, Alberto (1990) "I he voice of tlie roots: elluio-national mobilization ina globiil world". Innovation, volumen 3,nuniero 3, pp. 351-363.

Mi-slievetz, Eerenc "Tlie niifmished revolutions of 1989: The decline of the na-tion-state?" Social Research, volumen 58, iiuniero 4, Winter, pp,782-8()4.

Mortimer, Edward (1991) "Cliristianity and Islam", Intenuitional Affairs, voli'i-men 67, niimero 1, pp.7-l 3.

Pieterse. Jjtn Nederveen (1991) "Fictions of Europe", Race ;uid Class, volumen67,mimero 3. pp.3-10.

140

Laeuropeidad...

Shlesinger, Philip (1991a) Media. State and Nation: Political Violence and Co-llective Identities, London, Newburry Paric, New Delhi, Sage.

Shlesonger, Philip (1991b) "Media, tite political order and national identity".Media, Culture and Societ>', voliimen 13, munero 3 , July, pp. 297-308.

Smith, Anthony, D. (1991) National Identity, Hannondsworht, PenguinStatewatch (1992) "Imnigration", Statewatch, volumen 2, niimero 1, January-

February, pp. 4-6.Urban, Jan (1991) "Nationalism as a totalitarian ideology", Social Research, vo-

lumen 58, m'lmero 4, pp.757-759.Von ilabsburg. Otto (1991) "New admissions". New European, volumen 4, nii-

mcro 6, pp.14-15.Wallace, Helen (1991) "Tlie Europe tliat came in from the cold", Inteniaticmal

Ajfairs, volumen 67, ni'imero 4, Octubre, pp.647-663,Wallace, William (1991) "Foremg policy and national identity in the United

Y^ndom", International Affairs voliimen 67, mimero 1, pp.65-80.Young, Hugo (1992) "Why the unsayable is not said here". The Guardian, 20

Febrero, p,20.

141