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1 LA ESCLAVITUD EN EL REINO DE GRANADA EN EL ÚLTIMO TERCIO DEL SIGLO XVI: EL CASO DE GUADIX Y SU TIERRA Carlos Javier GARRIDO GARCÍA TESIS DOCTORAL DIRIGIDA POR EL PROFESOR DOCTOR DON MANUEL BARRIOS AGUILERA PROGRAMA DE DOCTORADO: PODER Y SOCIEDAD EN ESPAÑA Y AMÉRICA, SIGLOS XVI-XX (324 99 1) DEPARTAMENTO DE HISTORIA MODERNA Y DE AMÉRICA UNIVERSIDAD DE GRANADA 2011

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    LA ESCLAVITUD EN EL REINO DE GRANADA

    EN EL LTIMO TERCIO DEL SIGLO XVI:

    EL CASO DE GUADIX Y SU TIERRA

    Carlos Javier GARRIDO GARCA

    TESIS DOCTORAL DIRIGIDA POR EL PROFESOR

    DOCTOR DON MANUEL BARRIOS AGUILERA

    PROGRAMA DE DOCTORADO: PODER Y SOCIEDAD EN ESPAA Y AMRICA, SIGLOS XVI-XX (324 99 1)

    DEPARTAMENTO DE HISTORIA MODERNA Y DE AMRICA UNIVERSIDAD DE GRANADA

    2011

  • Editor: Editorial de la Universidad de GranadaAutor: Carlos Javier Garrido GarcaD.L.: GR 2142-2012ISBN: 978-84-9028-022-5

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    INTRODUCCIN La esclavitud, que vivi su poca dorada en el Imperio Romano hasta configurar una sociedad en la que la economa descansaba en buena parte en sus manos, sufri un retroceso generalizado en la Edad Media, manteniendo su importancia tan slo en las pennsulas Italiana e Ibrica gracias, principalmente, a que los enfrentamientos en su seno y en el norte de frica con el Islam supusieron una fuente constante de personas esclavizadas en razn de su diferencia religiosa. En el caso de la Pennsula Ibrica, a finales de la Edad Media y principios de la Edad Moderna, la esclavitud se vio reforzada, por una parte, por los descubrimientos portugueses en el litoral africano, que reportaron una nueva fuente de personas esclavizadas, la trata negroafricana, y, por otra, por el final de la Reconquista con la conquista del reino de Granada y la inmediata expansin castellana al norte de frica. Aunque sin llegar a configurar una sociedad esclavista como en la Antigedad, la esclavitud alcanz una importancia bastante destacada tanto en Portugal como en las zonas sur y mediterrnea de las coronas de Castilla y Aragn. En el caso castellano, el fenmeno alanzara su paroxismo en el ltimo tercio del siglo XVI gracias, por una parte, a la incorporacin a la Monarqua Hispnica del reino de Portugal, que favoreci el suministro de personas esclavizadas de origen negroafricano, y, por otra, a los enfrentamientos con el Islam en el Mediterrneo, tanto desde los presidios norteafricanos, principalmente Melilla y Orn, como en la misma Pennsula como consecuencia de la rebelin de los moriscos granadinos en 1568-1571. En la navidad de 1568 se inicia la rebelin de los moriscos del reino de Granada que, originada en las Alpujarras, se extender a lo largo de dos aos a la mayor parte del mismo. La rebelin, producto tanto de la explotacin econmica cada vez ms intensa de la minora por los cristianos viejos como de la agudizacin de su presin aculturadora, fue la constatacin palmaria del fracaso pleno de la poltica asimiladora puesta en marcha por la Corona desde las conversiones forzadas de 1500. Su consecuencia ms inmediata fue, por el bando morisco, el asesinato de cristianos viejos, sobre todo eclesisticos, y la profanacin de las iglesias, y, por el bando cristiano viejo, la esclavizacin de los moriscos, sobre todo su sector no beligerante, mujeres y nios. Estas esclavizaciones y su insercin casi inmediata en el mercado produjeron un fuerte debate en las altas instancias polticas y eclesisticas de la Corona. De hecho, la esclavitud por guerra era una medida reservada a los infieles y, de iure, los moriscos eran desde 1500 cristianos. Sin embargo, ya en febrero de 1569 el monarca decidi, tras consultar a telogos, que la poblacin morisca poda ser esclavizada al haber cometido un delito de lesa magestad divina y

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    humana, es decir, haberse sublevado contra la Corona y contra Dios, en este ltimo sentido habiendo apostatado de un cristianismo que siempre haba sido fingido. La nica limitacin fue la de establecer que los nios menores de 10 aos y medio y las nias menores de 9 aos y medio no seran considerados esclavos sino que pasaran a la administracin de cristianos viejos para que los educaran en la fe y cultura castellanas y quedaran libres de todo vnculo al cumplir los 20 aos. Se han cifrado en unas 25.000 las personas de origen morisco esclavizadas en la guerra. Quizs como herencia de la visin extica de Granada establecida por los viajeros romnticos del siglo XIX, se ha tendido a magnificar la continuidad cultural e incluso biolgica de estas personas esclavizadas. Sin embargo, estudios recientes han ido demostrando que la mayor parte de ellas fueron exportadas al exterior del reino. Este hecho, junto a las numerosas liberaciones y a una elevada tasa de mortalidad, explicaran que a finales del siglo XVI quedaran, tanto en el reino de Granada como en el resto de los reinos de la Corona, pocas personas esclavizadas de origen morisco. Ya libertos, estos individuos antes sometidos a la esclavitud, sufrirn las consecuencias de las expulsiones del reino de Granada entre 1570 y 1584 y de la general de 1609-1614. De hecho, si algunos moriscos permanecieron en el reino fueron objeto de lo que el profesor Phillips consideraba como objetivo principal de la esclavitud: la asimilacin de una poblacin en principio extraa y que entraba en ella a travs de una accin violenta. En el caso morisco, siguiendo esta tesis, se podra considerar la esclavizacin durante la rebelin como el ltimo intento de asimilacin en suelo granadino de una poblacin que se haba resistido durante casi 70 aos a ella, de modo que cuando estalla la guerra se asimila en la mentalidad castellana, como bien apunt la profesora Martn Casares, la idea de que el reino de Granada y su poblacin morisca perteneca an al Islam y era, por ende, un terreno a conquistar. Me gustara tambin hacer una ltima reflexin en este sentido, por qu atribuir las posibles o supuestas pervivencias culturales moriscas en la Granada actual a la permanencia de una mnima poblacin morisca y no a la convivencia durante poco menos de un siglo entre ambos grupos tnicos? Esta obsesin por la continuidad de la presencia morisca, a la que han contribuido tan pocos datos como enormes dosis de imaginacin, ha tenido como consecuencia el que se haya pasado por alto la principal pervivencia, de largo alcance, de la esclavitud en el reino. Como producto de las esclavizaciones de la guerra el reino de Granada se convirti en sede de un importante mercado de personas esclavizadas, que gener unos grandes beneficios. Esta fuente de capitales fue bsica para la reconstruccin posterior a la guerra y, sobre todo, para la consolidacin de las lites de la nueva sociedad repobladora ya que los beneficios del

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    mercado afectaron a slo un sector de la poblacin del reino, el asentado como consecuencia de la primera repoblacin de fines del siglo XV, y no a la inmensa mayora de los nuevos pobladores asentados tras la derrota morisca en 1571. La intencin de este trabajo es, precisamente, analizar uno de los centros de ese mercado, la ciudad de Guadix. Su estudio se justifica en el hecho de que, por un lado, Guadix fue una de las principales ciudades del reino de Granada, sede de un corregimiento cuya jurisdiccin se extenda por toda la parte oriental del reino y una de las cuatro sedes episcopales fundadas en el mismo tras su conquista por los castellanos, y, por otro lado, durante la guerra ocup un lugar central en la retaguardia de las operaciones militares castellanas, lo que unido a su cercana al teatro de los enfrentamientos, provoc que en la ciudad la incidencia de la esclavitud morisca fuera muy destacada. En su estudio he intentado huir, metodolgicamente hablando, de perspectivas u orientaciones preconcebidas que pudieran desvirtuar o predirigir las conclusiones del estudio. As, el trabajo se basa en una metodologa cientfica cuyos pilares fundamentales sern el anlisis crtico de unas fuentes variadas y la insercin del fenmeno en su marco histrico correspondiente. Producto de la metodologa adoptada ha sido el presente trabajo, que he dividido en siete captulos. En el primero de ellos analizo el estado de la cuestin. Para ello, y buscando ante todo la claridad, he optado por dividirlo en tres apartados dedicados a la bibliografa sobre la esclavitud en la Espaa del siglo XVI, a la rebelin de los moriscos y a la esclavitud de la poblacin morisca del reino de Granada. Para hacer este anlisis de una manera ms clara y huir de estados de la cuestin que se suelen convertir en simples listines de obras y autores, he optado por el regesto en orden cronolgico de los trabajos. Por ltimo, incluyo como conclusin del captulo, las propuestas de investigacin que considero prioritarias en funcin del estado de la cuestin. En el segundo captulo abordo la metodologa adoptada en el trabajo, a la que ya he aludido, y las fuentes utilizadas, marcadas por una amplia variedad que incluye fuentes notariales, parroquiales, judiciales, inquisitoriales, de la administracin civil y expedientes matrimoniales. Ya he comentado antes que uno de mis principios metodolgicos es la insercin de la esclavitud en su marco histrico. De ah que en el tercer captulo analice la evolucin histrica de Guadix y su tierra entre 1489, cuando se conquista la zona por los Reyes Catlicos, y 1630, cuando la historiografa da por concluida repoblacin del reino tras la expulsin de los moriscos. En el cuarto captulo analizo la esclavitud en Guadix y su tierra en el periodo comprendido entre la conquista por los Reyes Catlicos en 1489 y el inicio de la rebelin morisca en 1568, teniendo como puntos

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    fundamentales, por una parte, el estudio de la actitud de la comunidad morisca frente a la esclavitud, caracterizada por las liberaciones solidarias de sus correligionarios esclavizados en las rebeliones mudjares de finales del siglo XV y principios del siglo XVI y por las limitaciones impuestas por las autoridades castellanas frente a la posesin por parte de ella de personas esclavizadas de origen negroafricano y berberisco; y, por otra parte, la constatacin de la presencia esclava en la ciudad a travs de las fuentes parroquiales. Ambos puntos son un anclaje previo fundamental para entender la incidencia en la esclavitud accitana de la rebelin de los moriscos de 1568-1571. Precisamente, en el quinto captulo analizo el desarrollo de la rebelin morisca en Guadix y su tierra como un punto muy necesario para entender las esclavizaciones masivas a que dio lugar y cmo la sociedad cristiano vieja, muy afectada por el conflicto y la posterior expulsin de la poblacin morisca, ampliamente mayoritaria en la zona, afront el fenmeno. En el captulo sexto, que sin duda constituye la parte esencial de este trabajo, analizo la esclavitud en Guadix y su tierra tras la rebelin de los moriscos. Empiezo estudiando el debate sobre la esclavitud de los moriscos capturados en la guerra hasta llegar a la decisin real de febrero de 1569 que sancion la esclavizacin de los mayores de edad y cmo el incumplimiento de los bandos reales de expulsin fue otra de las causas de entrada en la esclavitud, aunque menos extendida que la ms general de haberse sublevado contra la Corona y haber apostatado de la religin cristiana. Tras ello, intento aproximarme al volumen de personas esclavizadas en Guadix durante la rebelin morisca, utilizando para ello tanto la crnica de Mrmol Carvajal como los registros que el corregimiento accitano lleva a cabo para su control y reparto. De hecho, la captura de poblacin morisca en el conflicto era el inicio de un proceso controlado por las autoridades civiles y militares que pasaba por el registro de las capturas, su depsito en terceras personas y, por ltimo, su reparto. Las capturas fueron muy numerosas en la zona, a lo que habra que unir el carcter redistribuidor de Guadix durante la guerra al funcionar la ciudad como centro de la retaguardia de las tropas cristianas. Sin embargo, como en el resto de Espaa, el volumen de personas esclavizadas de origen morisco fue descendiendo de manera constante. En el caso de Guadix y su tierra constato cmo este descenso se debi al proceso de exportacin al exterior, a los decretos de expulsin de esclavos moriscos de sexo masculino, a los problemas que las autoridades eclesisticas pusieron a la posesin de esclavas moriscas en edad frtil a eclesisticos y legos solteros, a las numerosas liberaciones y a una dinmica natural claramente regresiva. As, los datos del censo de 1580 son muy esclarecedores de este descenso, que contina hasta el final de la centuria. En el siguiente apartado de este

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    captulo estudio la evolucin y distribucin de la poblacin esclavizada en Guadix y su tierra entre 1569 y 1599 a travs del anlisis de las fuentes parroquiales, constatando cmo el fenmeno se concentra predominantemente en la parroquia del Sagrario, en la que se asentaba la lite civil y religiosa de la ciudad, mientras que en las parroquias en las que predominaban las clases medias (Santiago y San Miguel), las clases bajas asentadas en el naciente barrio de las cuevas (Santa Mara Magdalena) y los repobladores que sustituyen a la poblacin morisca (Santa Ana) los valores son mucho ms bajos, lo mismo que en el medio rural, analizado gracias a los casos de las localidades de Gor, Huneja y Alquife, las nicas de la zona que conservan registros parroquiales del periodo. Tras ello, entro en el anlisis del funcionamiento del mercado esclavista accitano entre 1569 y 1578 a travs del estudio de las compraventas. Tras analizar su evolucin, estudio tanto los objetos del mercado, las personas esclavizadas, en funcin de su volumen, etnia, sexo, edad, procedencia, nombres y apellidos, como los actores del mercado, vendedores, compradores y propietarios. A ello uno el anlisis de los precios, tanto de su volumen y evolucin como de su variacin en funcin del sexo, la edad y la etnia de las personas esclavizadas, y de la fiscalidad. En el siguiente apartado analizo la vida en esclavitud, estudiando las condiciones de vida de las personas esclavizadas, que venan determinadas por su situacin de colectivo social marginado y por el tratamiento de los amos; su vida afectiva y capacidad reproductiva, determinada por la explotacin sexual que sufran las esclavas y por el predominio del amancebamiento frente al matrimonio; su religiosidad, muy relacionada con los fenmenos de sincretismo, hechicera, magia y, en el caso de los moriscos, criptoislamismo; y, por ltimo, su explotacin laboral, entendiendo en este ltimo aspecto la esclavitud como un medio de ostentacin, un factor productivo con rentabilidad econmica y un instrumento de cambio. En el ltimo apartado del captulo abordo el acceso a la libertad y la poblacin liberta. Empiezo analizando las vas de acceso a la libertad de las personas esclavizadas para pasar al estudio de las cartas de ahorra otorgadas en Guadix entre 1569 y 1578 y el acceso judicial a la libertad de la poblacin morisca ilegalmente esclavizada por ser menores de edad o moriscos que no se haban sublevado. Por ltimo analizo el destino de la poblacin liberta, muy marcado por su pasado esclavo y por los prejuicios raciales y religiosos de la limpieza de sangre predominantes en la poca. En el sptimo y ltimo captulo, a modo de conclusin, planteo algunas hiptesis acerca de las consecuencias de la esclavitud morisca en Guadix y su tierra, tanto demogrficas como econmicas y sociales, incidiendo en el hecho de destacar la importancia del fenmeno para entender el reforzamiento de la lites urbanas del reino de Granada y el surgimiento de la lites rurales de las zonas de repoblacin. Como su puede

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    apreciar, he prescindido de un apartado conclusivo al uso en el que recopilar todas y cada una de las conclusiones aportadas por el trabajo, y ello por dos motivos: el primero, porque considero que las mismas ya han quedado claras en el discurrir del texto, por lo que sera redundante, y el segundo, porque consideraba de mucho ms inters un apartado que incidiera en las consecuencias del fenmeno esclavista en la zona estudiada y en las posibles vas de estudio que, a mi entender, abre este trabajo. ste se completa con la bibliografa, que contiene todas las obras citadas en el texto. Tras ello, las tablas estadsticas en las que reflejo los datos con los que he trabajado. En este sentido he de aclarar que he preferido las tablas a las grficas por aportar las primeras una mayor concrecin. En cualquier caso, incluyo tambin varias grficas y mapas, terminando con los apndices documentales, en los que aparte de algunos documentos incluidos por su importancia o carcter inusual, presento el regesto de las escrituras de compraventa y ahorra otorgadas en Guadix entre 1569 y 1578. Para concluir, me gustara hacer constar aqu mi agradecimiento a las personas que han posibilitado la realizacin de este trabajo: a mi director, don Manuel Barrios Aguilera, por su amistad y ayuda constante; al personal de los archivos y bibliotecas en que he trabajado, por su profesionalidad y buen trato; a mi hermano Jos Antonio Garrido Garca, por haber elaborado la base de datos que tanto ha facilitado mi trabajo; y a mis amigos y familiares, especialmente a mi mujer, Lola, por su comprensin ante tantos ratos de lectura, investigacin y escritura.

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    CAPTULO PRIMERO: ESTADO DE LA CUESTIN

    1.1. La esclavitud en Espaa en el siglo XVI El primero en llamar la atencin sobre el fenmeno de la esclavitud en la Espaa moderna fue el profesor Domnguez Ortiz en un artculo publicado en 1952, centrado en el caso de la corona de Castilla y basado fundamentalmente en fuentes literarias1

    1Antonio DOMNGUEZ ORTIZ: La esclavitud en Castilla durante la Edad

    Moderna. Estudios de Historia Social de Espaa, 2 (1952), pp. 367-428.

    . En este artculo realiza lo que l mismo llama una sntesis provisional que habra de servir de punto de partida para nuevas investigaciones. Afirma que, tras entrar en decadencia a finales de la Edad Media, la esclavitud recibe en Espaa un nuevo impulso en los siglos XV-XVI debido a la creciente demanda de mano de obra del naciente capitalismo y a la explotacin del frica negra, que en parte cubri tal demanda. Adems, a ello se una el proceso de reconquista peninsular, prolongado en el norte de frica, y la conquista de las Canarias. Basndose en la extrapolacin al conjunto peninsular de un censo de 1565 del Arzobispado de Sevilla, llega a la conclusin de que habra unos 100.000 esclavos en esa fecha en Espaa, especialmente concentrados en el sur peninsular, favorecida por su cercana a las principales fuentes de abastecimiento de mano de obra esclava: Portugal, Berbera y frica negra. Segn el autor, esta masa de esclavos eran ante todo un artculo suntuario que servira para el ornato de casas nobles y ricas, aunque admite tambin una explotacin de su trabajo ms productiva en el caso de los esclavos cortados, es decir, arrendados por los dueos a terceros, siendo sta una situacin que permita a la persona esclavizada ahorrar dinero para su liberacin. En cualquier caso, califica a la esclavitud de la poca como domstica, negando su uso en las labores agrcolas, ya que para ellas se dispona ya de una mano de obra abundante, barata y ms competente. En cuanto a su composicin sexual, eran ms valorados los hombres que las mujeres, aunque sin indicar qu sexo predominaba numricamente. Por lo que se refiere a las condiciones de vida del esclavo, el autor afirma que eran bastante buenas, llegando a convertirse la persona esclavizada en uno ms de la familia, como dejan entrever las numerosas liberaciones. Por ltimo, afirma que tras su apogeo en el siglo XVI, en los siglos XVII y XVIII la institucin decay notablemente en su importancia numrica debido a los bajos ndices de reproduccin biolgica, a la facilidad con que se conceda el rescate, a las dificultades de suministro a partir de la secesin de Portugal en 1640 y a que el aumento del precio de las personas

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    esclavizadas hizo que se convirtieran cada vez ms en un artculo suntuario poco rentable frente al trabajo asalariado libre. La senda abierta por Domnguez Ortiz fue poco seguida en los aos posteriores por los modernistas. No sucedi as para los medievalistas, entre los que destacan los estudios llevados a cabo por el profesor Verlinden sobre la esclavitud en la Espaa medieval2, por la profesora Corts Alonso sobre la esclavitud en Valencia durante el reinado de los reyes Catlicos3, por el profesor Sanchs sobre la esclavitud en Alcoy en los siglos XIV-XV y principios del XVI4 y por el profesor Franco Silva sobre la esclavitud en Sevilla a finales del siglo XV y principios del XVI5 Dentro de esta tendencia se puede incluir un interesante artculo sobre la esclavitud durante la conquista del reino de Granada por los Reyes Catlicos publicado por el profesor Ladero Quesada en 1967

    .

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    2Charles VERLINDEN: Lesclavage dans lEurope mdievale: vol. 1, Peninsule

    Iberique-France. Brujas, 1955.

    y en el que me detendr un poco ms por su mayor relacin con nuestro tema de estudio. Centrndose en el anlisis del caso de Mlaga, ciudad cuya resistencia a las tropas castellanas fue castigada en 1487 con la esclavizacin de la mayor parte de sus habitantes, el autor analiza las bases tericas y legales que justificaban la entrada en esclavitud por guerra de los vencidos, fueran combatientes o no, con la nica limitacin de la imposibilidad de aplicarla a cristianos. Como novedad de la poca, al esclavo se le reconocan una serie de derechos (integridad corporal, matrimonio, cierta capacidad jurdica, etc.) que suponan, para el autor, dar una consideracin humana a las personas esclavizadas. Tras ello, se centra en el estudio del reparto de las personas esclavizadas, que cifra en unas 10.000, para lo cual se realiz previamente un inventario de las mismas. En el reparto se hicieron tres partes, correspondiendo una a los nobles, otra destinada al trueque con cautivos cristianos y la ltima para la Corona. Esta ltima fij un precio para el rescate cuyo pago deba hacerse de manera mancomunada por los interesados, coordinados por el colaboracionista Al Dordux. En el nterin del pago, las personas esclavizadas fueron depositadas en casas de cristianos viejos vecinos de ciudades de la Baja Andaluca, que dispondran de su fuerza de trabajo hasta que fueran

    3Vicenta CORTS ALONSO: La esclavitud en Valencia durante el reinado de los Reyes Catlicos. Ayuntamiento, Valencia, 1964.

    4Rogelio SANCHS LLORENS: Aportacin de Alcoy al estudio de la esclavitud en el reino de Valencia. Alcoy, 1971 [reed. Instituto Alicantino de Cultura. Alicante, 2003].

    5Alfonso FRANCO SILVA: La esclavitud en Sevilla y su tierra a fines de la Edad Media. Diputacin Provincial, Sevilla, 1979, y del mismo autor: Regesto documental sobre la esclavitud sevillana (1453-1513). Universidad, Sevilla, 1979.

    6Miguel ngel LADERO QUESADA: La esclavitud por guerra a fines del siglo XV: el caso de Mlaga, Hispania, 105 (1967), pp. 63-88.

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    reclamados por la Corona, estando obligados a cambio a su sustento. Tras un plazo de 8 meses, las personas esclavizadas no rescatadas fueron vendidas. En la venta, realizada principalmente en Sevilla y Jerez de la Frontera, la Corona recaud la nada despreciable cantidad de 285 millones de maravedes. En cuanto al precio segn la edad, sexo y posicin social de las personas esclavizadas, el autor constata que los ms caros fueron los sectores acomodados, ya que su posterior rescate poda proporcionar grandes beneficios, seguidos de las mujeres jvenes ya que se esperaba de ellas un servicio prolongado y eran menos propensas a la fuga o la rebelda. En 1976 el profesor Enrique del Pino publica un ambicioso estudio sobre la esclavitud en Mlaga7

    7Enrique DEL PINO: La esclavitud en Mlaga, Jbega, 14 (1976), pp. 3-68.

    , abarcando desde los primeros habitantes de la zona hasta la desaparicin de la institucin en el siglo XIX. Sin embargo, la obra se basa sobre todo en fuentes indirectas, notndose mucho el carcter fragmentario de la documentacin primaria. Al estudiar la esclavizacin de los habitantes de Mlaga al ser conquistada por los Reyes Catlicos en 1487 ofrece una interesante reflexin sobre la diferencia entre cautividad y esclavitud, indicando que la primera, fruto de la guerra, era una situacin en principio transitoria al existir la expectativa de un rescate ms o menos inmediato, mientras que a la esclavitud se le daba una perspectiva de permanencia a ms largo plazo, cuando no perpetua. En este sentido, muchos cautivos, al frustrarse sus rescates, acababan convertidos en esclavos. Sin embargo, esta distincin entre cautividad y esclavitud se fue haciendo cada vez menos clara hasta desaparecer en el siglo XVI la primera a favor de la segunda, al conseguir con sta una mayor sumisin de la persona privada de libertad y permitir una explotacin laboral ms intensa y, por tanto, rentable. En cuanto a la composicin tnica de la poblacin esclavizada en Mlaga en el siglo XVI, el autor afirma que los esclavos de origen musulmn, fruto de las guerras de la reconquista, fueron sustituidos desde mediados de siglo por los negroafricanos. Destaca el autor el elevado nmero de liberaciones, que en su opinin se debera a los sentimientos de culpabilidad de los dueos, y la presencia de esclavos mulatos o loros, nacidos del mestizaje. Por lo que se refiere al trabajo de los esclavos, el autor afirma que cumplieron una doble funcin para los dueos: mano de obra empleada sobre todo en el servicio domstico y en menor medida en la artesana, y elemento de prestigio para una burguesa ciudadana en crecimiento, aunque ste sera un factor de importancia decreciente segn el autor. Por ltimo, en lo referente a las condiciones de vida de las personas esclavizadas, afirma que la convivencia en la familia de los amos hizo que las relaciones fueran cada vez ms familiares, aunque ello no impeda que el acceso a la libertad de las personas esclavizadas fuera bastante difcil. En definitiva, aunque el mismo autor reconoce el

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    carcter fragmentario de la documentacin utilizada, lo que le haca plantear ms hiptesis que conclusiones, la obra tuvo al menos la virtud de publicitar un tema hasta el momento casi ignorado por la historiografa.

    De hecho, el gran avance registrado en el estudio de la esclavitud medieval no empez a extenderse a la moderna hasta finales de la dcada de los 70. As, hay que esperar a 1978 para encontrar otra obra destacada dedicada al tema, debida al profesor Graullera y centrada en el caso de la Valencia de los siglos XVI y XVII8

    En 1981 se conoce un avance importante en cuanto al estudio de la esclavitud en Andaluca gracias a los estudios de Aranda Doncel sobre el fenmeno en Lucena

    . Se basa en el estudio de los registros efectuados ante la Baila de las personas esclavizadas nacidas, fugadas o adquiridas en territorio valenciano entre 1419 y 1689. Estos registros se efectuaban con el objetivo principal de cobrar el quinto. Los esclavos valencianos caan en la esclavitud por dos razones bsicas: el nacimiento de padres cautivos y la guerra contra el infiel, destacando en este punto como fuentes primordiales de personas esclavizadas la reconquista, las rebeliones moriscas y las operaciones contra los musulmanes de Berbera. A diferencia del profesor Domnguez, el autor pone el acento en las duras condiciones de vida de las personas esclavizadas, llamando la atencin sobre las marcas a fuego, los herrajes y los intentos de fuga. En cuanto a la procedencia tnica, predominaba en Valencia la poblacin negra. Por lo que se refiere al sexo, era predominantemente masculina, alcanzando los varones tambin un mayor precio que las mujeres. En cuanto a los propietarios, diferencia entre unos primeros compradores y vendedores, que seran sobre todo mercaderes y artesanos, frente a los dueos definitivos, que seran ante todo labradores, horneros, sacerdotes y mercaderes. Estos propietarios dedicaban la mano de obra esclava fundamentalmente al servicio domstico, que entiende en un sentido amplio y productivo (ya que inclua la ayuda a sus amos tambin en sus propiedades rsticas y negocios), y a actividades especialmente duras como el trabajo en hornos y panaderas, destacando en el caso femenino el empleo en la prostitucin. En cuanto al alquiler de esclavos, afirma el autor que no fue muy empleado, dado que la responsabilidad por un esclavo ajeno era mayor que por un empleado libre. De hecho, la importancia de la esclavitud en Valencia se explica por la creciente necesidad de mano de obra derivada del auge agrcola y comercial de la ciudad en la poca.

    9, Jan10 y Crdoba11

    8Vicente GRAULLERA SANZ: La esclavitud en Valencia en los siglos XVI y XVII.

    CSIC, Diputacin Provincial, Institucin Alfonso el Magnnimo e Instituto Valenciano de Estudios Histricos. Valencia, 1978.

    publicadas ese ao, aunque por

    9Juan ARANDA DONCEL: La esclavitud en Lucena durante el ltimo tercio del siglo XVI, en Jos CALVO POYATO (coord.): Lucena: apuntes para su historia (I Jornadas de historia de Lucena). Ayuntamiento. Lucena, 1981, pp. 31-59.

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    centrarse en un periodo, el ltimo tercio del siglo XVI, muy marcado por las consecuencias de la rebelin de los moriscos del reino de Granada, abordar su anlisis ms adelante. En cualquier caso, para el caso de Crdoba constata el autor un predominio de los varones sobre las mujeres en el caso de las personas esclavizadas negras, mulatas y blancas, estas ltimas de origen sobre todo berberisco. En los precios tienen una mayor cotizacin las mujeres, hecho que explica por su mayor esperanza de vida, su capacidad reproductiva, su mayor docilidad y, sobre todo, por dedicarse la poblacin esclavizada sobre todo al servicio domstico, actividad esencialmente femenina en la poca. En cuanto a los propietarios, afirma que no eran slo privilegiados sino que pertenecan a todos los estratos sociales, que los emplearan como servicio domstico y elemento de ostentacin, por lo que su incidencia econmica la considera nula y slo achacable a los que eran propiedad de artesanos. Por ltimo destaca la poca importancia de las liberaciones en el caso de negros y mulatos al carecer de la solidaridad con que contaban los moriscos gracias a sus correligionarios libres asentados en la ciudad. Un ao despus, en 1982, el profesor Lobo Cabrera publica dos importantes obras para el conocimiento de la esclavitud en las islas Canarias. La primera de ellas tuvo la virtud de mostrar en toda su amplitud la importancia de las fuentes parroquiales para el estudio del fenmeno, centrndose en el caso de la localidad de Telde12

    El mismo ao, el profesor Lobo Cabrera public su tesis doctoral sobre la esclavitud en las Canarias orientales

    . En este caso, entre 1503 y 1600 las personas esclavizadas suponen el 63 % de los bautizados, sobre todo nacimientos ilegtimos de madre esclava productos tanto de relaciones extramatrimoniales entre esclavos como del abuso de sus dueos. Esta importancia de la esclavitud se constata tambin en las series de matrimonios (entre 1568 y 1700 el 97 % son de personas esclavizadas) y de confirmacin (58 % en 1582 y 95 % en 1591).

    13

    10Juan ARANDA DONCEL: Los esclavos en Jan durante el ltimo tercio del

    siglo XVI, Homenaje a Antonio Domnguez Ortiz. Ministerio de Educacin y Ciencia. Madrid, 1981, pp. 233-251.

    , en lo que constituye una de las principales obras para el conocimiento de la institucin en la Espaa moderna. No en vano, las islas pasaron de ser una fuente de mano de obra esclava durante su conquista a convertirse en sede de un floreciente

    11Juan ARANDA DONCEL: La esclavitud en Crdoba durante los siglos XVI y XVII, en AA.VV.: Crdoba, apuntes para su historia. Monte de Piedad y Caja de Ahorros de Crdoba. Crdoba, 1981, pp. 149-170.

    12Manuel LOBO CABRERA: La poblacin esclava de Telde en el siglo XVI, Hispania, 150 (42, 1982), pp. 47-89.

    13Manuel LOBO CABRERA, Manuel: La esclavitud en las Canarias Orientales en el siglo XVI (negros, moros y moriscos). Cabildo Insular de Gran Canaria. Santa Cruz de Tenerife, 1982.

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    mercado abastecido por el frica negra (con intermediacin portuguesa o realizando viajes ilegales de manera directa) y Berbera (donde a travs de expediciones de saqueo se conseguan esclavos blancos musulmanes, muchos de ellos con el tiempo conversos que pasaban al estatus morisco), siendo en muchas ocasiones exportados a Europa y, en el caso de los negroafricanos, a las Indias. Esta poblacin esclava, que el autor valora en unos 324 en 1525 segn un padrn inquisitorial (entre el 10-12 % de la poblacin total), en el caso de los varones no era slo empleada en las islas en las plantaciones de caa de azcar, sino tambin en otros sectores productivos como el pastoreo y la agricultura tradicional, donde sustituyeron a la poblacin guanche, los talleres artesanales y el comercio. Por lo que respecta a las mujeres eran empleadas en las tareas domsticas, en ciertos trabajos artesanales (hilado, marroquinera) y en la prostitucin. Junto a todas estas labores productivas, la poblacin esclava era tambin un elemento de boato y prestigio social. En cuanto a su distribucin por sexos, en las compraventas predominan los varones (61 %), mientras que en la poblacin esclava realmente asentada en la isla la tendencia se invierte a favor de la mujer, que representa el 58 % de la poblacin esclava segn el citado padrn de 1525. La razn para esta inversin de valores sera la explotacin en trabajos ms extenuantes de los varones, lo que provocaba su muerte ms temprana, la exportacin a Indias de buena parte de los varones y las ventajas femeninas en cuanto a su mejor comportamiento y sumisin, su capacidad procreadora, su mayor longevidad y su versatilidad para el trabajo domstico. En cuanto a los precios, constata una tendencia alcista a lo largo del siglo XVI, coincidente con el proceso general de depreciacin de la moneda de la poca, aunque se observan unas oscilaciones debidas al juego de oferta y demanda. Otras variables que inciden en los precios seran la raza (por lo general se valoran ms los negroafricanos que los berberiscos, debido a su mayor resistencia fsica y sumisin), el sexo (los varones se cotizan ms que las mujeres ya que mientras los primeros se dedicaban a tareas productivas, las segundas lo hacan en el servicio domstico), la edad (el grupo de edad ms valorado sera el situado entre 16 y 30 aos) y caractersticas particulares como cualificacin, conocimiento de la lengua, vicios, enfermedades, etc. En cuanto a los dueos, afirma el autor que la esclavitud era ejercida por todas las capas sociales de la poca, siempre y cuando se tuviera el suficiente dinero para su adquisicin. Como vendedores destacan tanto mercaderes como marineros, que son los que introducen la mercanca en las islas, mientras que como compradores destacan la jerarqua eclesistica y civil, seguidos por campesinos y artesanos. Para valorar la importancia de la poblacin esclava, el autor destaca como fuente los registros parroquiales, que arrojan porcentajes similares a los citados en la obra anterior de este mismo autor (entre el 5 y el 12 % de la poblacin total, segn el periodo),

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    aunque constatando un descenso progresivo de la natalidad esclava que no concuerda con la evolucin de las compraventas, lo que lleva al autor a afirmar que para este tipo de estudios no se pueden mantener de manera absoluta los datos de una sola fuente. La dureza de las condiciones de vida de la esclavitud (trabajo duro, marcas a hierro, prisiones, malos tratos) hizo, por un lado, que la solidaridad entre esclavos y libertos fuese bastante importante y, por otro, que fuesen frecuentes los intentos de huida. En todo caso, el autor afirma que las condiciones de vida fueron mucho ms benignas que en Norteamrica, como indican los testamentos, en los que los dueos suelen mostrar una buena consideracin a sus esclavos. A travs de ellos y de escrituras especficas, muchos esclavos eran liberados, ya fuera a cambio del pago de un rescate, en dinero o en servicios laborales temporales, o por simple gracia, primando en todo caso los intereses econmicos, tal y como indica tambin el hecho de que fueran liberados sobre todo mujeres y nios, siendo pocos los esclavos varones en edad de trabajar. Para acabar con el ao 1982, el profesor Lobo Cabrera public tambin otro artculo en el que analizaba el papel de los mercaderes en el mercado de esclavos de Gran Canaria en el siglo XVI14

    Aunque las zonas esclavistas ms destacadas en la Pennsula fueron Andaluca, Valencia y Canarias, la institucin tuvo tambin cierta importancia en las ciudades castellanas, dentro de las cuales destaca Valladolid. En este caso, el profesor Bennassar prest atencin al fenmeno esclavista dentro de su estudio sobre la ciudad en el siglo XVI publicado en 1983

    . El artculo se basa en el anlisis de 355 compraventas en las que participaron 161 mercaderes, sobre todo castellanos (701 %), pero tambin catalanes, portugueses, italianos, flamencos y franceses. Estos datos le sirven al autor para afirmar la importancia del mercado esclavista grancanario, gracias a las necesidades de mano de obra de las islas y a los intereses especulativos de los mercaderes, que buscaban rpidos y cuantiosos beneficios. Destaca el hecho de que si en principio los mercaderes se acercaron a la isla atrados por el negocio azucarero, una vez en ella se fueron interesando cada vez ms por la trata de esclavos, actuando la isla como intermediaria del trfico entre Cabo Verde-Guinea y la Pennsula. Por ltimo, indica la participacin de los mercaderes en la trata a travs de compaas mercantiles.

    15

    14Manuel LOBO CABRERA. Los mercaderes y la trata de esclavos. Gran Canaria.

    Siglo XVI, Homenaje a Alfonso Trujillo. Aula de Cultura de Tenerife. Santa Cruz de Tenerife, 1982, pp. 48-86.

    . Segn este autor, los esclavos no eran dedicados a labores productivas, sino que eran un simple lujo. En tal sentido, los principales dueos eran nobles, mientras que otras capas sociales como

    15Bartolom BENNASSAR: Valladolid en el Siglo de Oro. Una ciudad de Castilla y su entorno agrario en el siglo XVI. Ayuntamiento. Valladolid, 1983.

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    letrados, regidores, clrigos, artesanos y mercaderes al adquirir esclavos simplemente seguan la moda de poseerlos en un intento de emulacin de la nobleza. Por tanto, para este autor, los esclavos varones eran ante todo hombres de confianza de sus amos mientras que las mujeres actuaban de confidentes de sus amas y de instrumento de placer de sus amos. En cuanto a sus condiciones de vida afirma, siguiendo a Domnguez Ortiz, que eran bien tratados por sus propietarios. Por ltimo, por lo que se refiere al nmero de esclavos presentes en Valladolid, afirma que su nmero aumenta a lo largo del siglo XVI, sobre todo a partir de 1570 (guerra de Granada) y 1580 (anexin de Portugal). De este mismo ao es un interesante libro del profesor Lobo Cabrera sobre los libertos en las Canarias del siglo XVI16

    16Manuel LOBO CABRERA: Los libertos en la sociedad canaria del siglo XVI.

    Instituto de Estudios Canarios-CSIC. Santa Cruz de Tenerife, 1983.

    , suponiendo el primer acercamiento en profundidad a este grupo social por parte de la historiografa, hasta ese momento centrada en las personas esclavizadas y en cmo accedan a la libertad, pero omitiendo el estudio de su vida posterior. Destaca el autor el proceso intenso de aculturacin que sufra la poblacin esclavizada, ya fuera de origen berberisco o negroafricano, lo que no evitaba pervivencias de su antigua idiosincrasia en prcticas como la brujera, curanderismo, paganismo y folklore. En cualquier caso, s constata una mayor facilidad de integracin en los negroafricanos que en los berberiscos, debido sobre todo a motivos religiosos. Una integracin que fue posibilitada por la legislacin, que prevea y permita la manumisin. En cualquier caso, los libertos ocuparon un nivel social intermedio entre los esclavos y los sectores ms humildes de los libres, y por lo general siguieron ocupndose en las mismas labores que desempearon en su periodo de esclavitud: para los hombres los ingenios de azcar en el caso de los negroafricanos y el transporte-ganadera en el caso de los moriscos, es decir, berberiscos conversos al cristianismo; para las mujeres de ambas etnias el servicio domstico, muchas veces permaneciendo en las casas de sus antiguos amos. Destaca el autor que la mayora de los libertos eran mujeres y menores de edad, ya que su relacin era mejor con los amos, razn que explica tambin que tnicamente fueran mayoritariamente negros y mulatos, ms sumisos y serviciales que los huidizos y revoltosos moriscos. En cuanto a las vas de acceso a la libertad, stas fueron el pago de un rescate (47 % de los casos), por servicios (195 %), por otras obligaciones (32 %), por ser cristianos (12 %) y de manera incondicional (29 %). Una vez en libertad, los libertos deban hacer frente al menosprecio de la sociedad debido a los prejuicios raciales y, en los mulatos, a los derivados de su ilegitimidad. En todo caso, eso no impidi que en la sociedad canaria, nueva y ms abierta que la peninsular, algunos

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    libertos pudieran unirse en matrimonio con poblacin blanca, aunque siempre de sus niveles ms bajos. Por lo que se refiere a su nmero, los libertos moriscos suponan en 1595 alrededor del 2 % de la poblacin de Tenerife y el 5 % de la de Telde. Constata el autor cmo los libertos forman una comunidad coherente y estrechamente ligada, con unas prcticas matrimoniales y de relaciones sociales bastante endogmicas. En el aspecto espiritual, como ya he indicado, los moriscos fueron los que resistieron ms los esfuerzos cristianizantes de la Corona y la Iglesia, lo que explica el duro control al que fueron sometidos por parte de la Inquisicin, que acusaba a los moriscos sobre todo de hereja e intentos de huida a Berbera y a los negroafricanos por blasfemias, cayendo ambos grupos tnicos por igual en prcticas de hechicera y brujera. En cualquier caso, la integracin fue haciendo mella, como atestiguan los testamentos y la pertenencia a cofradas. En 1986 la profesora Pereiro Barbero publica un interesante artculo sobre la esclavitud en Mlaga en el siglo XVI17

    17Mara Presentacin PEREIRO BARBERO: Esclavos en Mlaga en el siglo XVI.

    Arcaismo productivo/cohesin ideolgica, Baetica, 9 (1986), pp. 321-329.

    . Segn la autora el valor de la inversin realizada en la adquisicin de personas esclavizadas no era amortizable a corto plazo, ya que a su alto precio se unan los gastos de mantenimiento, por lo que eran menos rentables econmicamente que los trabajadores libres. As mismo, niega el empleo de los esclavos en las tareas productivas ms duras, ya que fueron empleados ante todo en el servicio domstico, y considera que prcticas como el alquiler de esclavos a terceros fueron muy limitadas. Por tanto, la persona esclavizada era valorada ante todo como valor de cambio en el mercado, como una mercanca cuyo comercio era rentable, y como instrumento de consecucin de estima social. Critica as mismo la autora la teora de que las personas esclavizadas eran tratadas como miembros de la familia, destacando los ejemplos de marcas a fuego y encadenamientos y que la mayora de las liberaciones eran concedidas a cambio de pagos en metlico o prestacin de servicios. Constata a travs de documentacin notarial que las mujeres eran ms valoradas econmicamente que los hombres en el mercado, debido a su mejor adaptacin al servicio domstico, su capacidad procreadora y su explotacin sexual. En este ltimo aspecto destaca el elevado nmero de nacimientos ilegtimos de madre esclava registrados en Mlaga y que la explotacin sexual de las esclavas permiti el mantenimiento en el mbito domstico de prcticas tan arraigadas como el concubinato y el amancebamiento que haban sido proscritas de la calle por la presin contrarreformista. Finalmente, afirma que la esclavitud se mantuvo en las zonas mediterrneas como un elemento de cohesin social, de

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    estabilizacin social, al elevar en sentido negativo el estatus de la poblacin libre desposea y marginada. Una valoracin distinta sobre el fenmeno esclavista en Valladolid se encuentra en la obra del profesor Fernndez Martn, referida a los siglos XVI y XVII18

    La ltima aportacin que se registra en 1988 se la debemos al profesor Bennassar, en un breve pero muy interesante artculo sobre los parentescos atribuidos a los nios expsitos y esclavos

    . Basada en los protocolos notariales, demuestra que, lejos de constituir un simple lujo de los ms acomodados, la poblacin esclava era poseda por amplios grupos sociales que los adquiran para el servicio de sus casas. S coincide con Bennassar en afirmar que las condiciones de vida de los esclavos eran en general buenas, como indica la frecuente y generosa concesin de libertad, aunque el mismo autor demuestra que sta era a menudo otorgada a cambio de dinero o de la prestacin de un servicio. En cuanto a la distribucin por sexos de los esclavos objeto de compraventa en Valladolid en el siglo XVI, constata el autor un predominio masculino (154 varones y 126 mujeres). Por ltimo, en lo referente a los precios indica que las mujeres eran ms valoradas que los hombres (69 ducados frente a 665 de precio medio), aunque no aduce ninguna razn para ello.

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    Con el objetivo de elaborar una visin de conjunto sobre la esclavitud negra en Espaa, el profesor Corts Lpez elabora su tesis doctoral, que publica en 1989

    . A travs del anlisis de los registros parroquiales cordobeses de principios del siglo XVII el autor constata cmo en el caso de los nacidos de madre esclava los prrocos no ven necesario indicar la paternidad. As, la gran mayora de las partidas (284 de 326 registradas entre 1600 y 1621) indican que el padre es desconocido, lo que no evita que los decretos del Concilio de Trento sean respetados a la hora de indicar padrinos y madrinas (pertenecientes por lo general a un nivel social elevado), a los que el sacerdote que oficia la ceremonia recuerda el parentesco espiritual que contraan con el ahijado. En cualquier caso, no deja de recordar que el artculo es una primera aproximacin a un tema sobre el que animaba a realizar una investigacin sistemtica.

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    18Luis FERNNDEZ MARTN: Comediantes, esclavos y moriscos en Valladolid.

    Siglos XVI y XVII. Universidad. Valladolid, 1988.

    . Aunque poco despus fue acusado de plagio por el profesor Franco Silva por utilizar su regesto documental de la esclavitud en Sevilla publicado en 1978 y presenta a veces algunos errores

    19Bartolom BENNASSAR: Les parents de linvention: enfants abandonns et esclaves, en Agustn ARREDONDO (comp.): Les parents fictives en Espagne (XVIe-XVIIe sicles. Publications de la Sorbonne. Pars, 1988, pp. 95-100.

    20Jos Lus CORTS LPEZ: La esclavitud negra en la Espaa peninsular del siglo XVI. Universidad. Salamanca, 1989.

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    y confusiones, la obra debe ser valorada como el primer intento de llevar a cabo un estudio de conjunto sobre la presencia negroafricana en Espaa, tanto de personas sujetas a esclavitud como libertas. Las principales vas de entrada de esclavos negroafricanos en la Pennsula fueron el comercio con Berbera y Portugal, adems del trfico clandestino llevado a cabo por los mismos castellanos. Su destino fue sobre todo las Indias, adonde se exportan por las necesidades de mano de obra de las colonias, aunque una parte no despreciable queda en Espaa. En ella, el esclavo ser objeto tanto de trfico comercial como de explotacin laboral, participando en el mercado esclavista prcticamente la totalidad de las capas sociales, que los poseen tanto por motivos econmicos como por ostentacin. En cualquier caso, pese a su explotacin laboral, el autor afirma que las personas esclavizadas fueron una ayuda y nunca una condicin esencial de la produccin, constituyendo su ocupacin principal el servicio domstico, que entiende en un sentido amplio al abarcar tambin actividades relacionadas con la explotacin de las propiedades de los amos y con la ayuda en sus profesiones y negocios. En cuanto a las condiciones de vida de las personas esclavizadas, afirma que el hecho fundamental era la armona entre amo y cautivo, pese a constatar la existencia de prcticas como encadenamientos, herrajes, castigos fsicos y dureza laboral que llevaban en numerosas ocasiones a las personas esclavizadas a la fuga, sobre todo a los varones. En el anlisis de los precios, constata un aumento constante de los mismos a lo largo del siglo XVI debido al proceso de inflacin de la centuria y al aumento de las necesidades de mano de obra esclava en las Indias, destacando el hecho de que las mujeres estaban ms cotizadas que los varones debido al carcter esencialmente domstico de la esclavitud peninsular. Por ltimo, en cuanto a las liberaciones, constata que la mayor parte fueron concedidas a cambio del pago de rescates o de la prestacin de un servicio temporal, aunque en las cartas se den como motivos principales para ello el bautismo, el matrimonio, los servicios ya prestados, etc. Como se puede apreciar, aunque de manera un tanto ralentizada, los estudios sobre la esclavitud iban avanzando, lo que permite que ya en 1990 se publiquen los primeros estados de la cuestin y obras de sntesis. En cuanto a los primeros, hay que destacar el elaborado por el profesor Lobo Cabrera21, mientras que en las segundas hay que referirse a la publicada por el profesor Phillips22

    21Manuel LOBO CABRERA: La esclavitud en la Edad Moderna: su investigacin

    en los ltimos cincuenta aos, Hispania, 176 (3, 1990), pp. 1091-1104.

    , aunque se debe indicar que este ltimo dedica pocas pginas a la Espaa del siglo XVI, una nueva muestra de que an era ms conocida la esclavitud antigua, medieval y Americana que la moderna peninsular. El autor considera que tanto la esclavitud como la liberacin de

    22William D. PHILLIPS: Historia de la esclavitud en Espaa. Playor, Madrid, 1990.

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    esclavos no eran sino parte de un proceso de asimilacin por el que la sociedad importadora integraba lenta y gradualmente a una poblacin en principio extraa y que entraba en ella a travs de una accin violenta. En la Edad Moderna, en Espaa est presente la esclavitud, cuyo modelo haba quedado establecido tanto por la tradicin romana, cristianizada, como por la islmica. En cuanto a su importancia econmica, distingue entre una esclavitud productiva y otra domstica, mientras que las liberaciones de esclavos no eran sino un instrumento de control social, ya que era una medida reservada a los esclavos ms dciles y acomodaticios a su condicin. En Espaa, que califica como sociedad con esclavos, es decir, en la que la existencia de personas esclavizadas era slo incidental, en contraposicin a las sociedades esclavistas, en las que la economa se basada en la mano de obra esclava, la institucin tuvo singular importancia debido al fcil suministro que supuso el proceso de reconquista y la cercana a Berbera y al frica negra. En la Espaa del siglo XVI la esclavitud era esencialmente urbana y domstica, incidiendo esta ltima caracterstica en que fueran ms valoradas las mujeres que los hombres. Por tanto, segn el autor su incidencia econmica fue bastante escasa en la poca y las personas esclavizadas eran usadas por lo general como signo de riqueza y ostentacin de sus propietarios. En 1991 el profesor Ladero se vuelve a ocupar de la esclavitud, en este caso en el marco de la casa ducal de Medina Sidonia a finales del siglo XV y primera dcada del XVI23

    23Miguel ngel LADERO QUESADA: Los esclavos de la casa ducal de Medina

    Sidonia (1492-1511), Homenaje al profesor Jacinto Bosch Vil. Volumen I. Universidad. Granada, 1991, pp. 225-232.

    . Destaca el autor la importancia que alcanz la esclavitud en Andaluca desde finales del siglo XV gracias a la existencia de fuentes de abastecimiento regulares (reino de Granada, Berbera, Canarias) y a la llegada de los esclavos negroafricanos. En el artculo analiza las personas esclavizadas propiedad de la casa ducal de Medina Sidonia, cuyo nmero se elevaba a ms de 200 en 1507. Destaca el autor que los esclavos se incorporaron al mundo cultural de los dueos, ya que en ello radicaba su nica forma de promocin frente a un rescate o una huida que, en su opinin, pocas veces eran posibles. Entre la poblacin esclavizada dependiente de esta casa seorial destacaban los varones de origen musulmn, tanto granadinos (sobre todo de la ocupacin de Mlaga en 1487) como berberiscos, ya que contaban con una mayor cualificacin profesional, trabajando como maestros u oficiales de actividades artesanales como la albailera, carpintera, pintura, yesera, dorado, azulejera, etc. Sin embargo, las mujeres, mucho menos numerosas, se dedicaban al servicio domstico. Muchas de estas personas esclavizadas, tras el bautismo, alcanzaron la libertad y formaron familias que se

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    asentaron sobre todo en Niebla, dependiendo por tanto de la misma casa ducal. Ya me he referido antes a las obras de Franco Silva dedicadas a la esclavitud en Sevilla durante finales del siglo XV y principios del XVI. Pues bien, es en 1992 cuando publica una nueva obra sobre el tema, que se puede considerar como sntesis de su aportacin historiogrfica24

    El mismo ao que Franco Silva publicaba su sntesis sobre la esclavitud sevillana, ve la luz un artculo del profesor Stella sobre la esclavitud en Andaluca, centrndose en el estudio concreto de la institucin en las minas de Guadalcanal y en la capital hispalense

    . Dentro de sus aportaciones principales el autor considera que las personas esclavizadas fueron empleadas bsicamente en el servicio domstico o en todo caso en actividades subsidiarias o marginales, por lo que su importancia econmica fue bastante escasa, disfrutando de unas condiciones de vida que fueron en gran medida dulcificadas por la labor de la Iglesia. En cuanto a los propietarios, la esclavitud estaba bastante difundida socialmente, con la nica limitacin de tener el dinero suficiente para su adquisicin y mantenimiento, de ah que fueran nobles y eclesisticos los mayores poseedores de personas esclavizadas, buscando con ello mantener una apariencia social lujosa.

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    24Alfonso FRANCO SILVA: Esclavitud en Andaluca, 1450-1550. Universidad.

    Granada, 1992.

    . Afirma el autor que durante el siglo XVI se opera en la Pennsula un cambio en la esclavitud que, de ser fundamentalmente femenina y empleada en labores domsticas y explotada sexualmente, pasa a ser masculina y empleada en sectores productivos por sus ventajas frente a un trabajo asalariado cada vez ms caro por la demanda de mano de obra. Por tanto, las personas esclavizadas, lejos de constituir un lujo de las clases adineradas, eran valoradas ante todo como fuerza de trabajo. En este sentido, critica el autor que se haya intentado deducir el trabajo de las personas esclavizadas del oficio de sus dueos. En general se admite que las personas esclavizadas eran empleadas sobre todo en el trabajo domstico, pero el autor no considera que esta actividad no sea productiva al incluir muy variadas actividades y ser la economa de la poca esencialmente domstica. Critica as mismo que se haya establecido la extensin de la institucin a todas las capas sociales, cuando en realidad el precio de la mercanca humana hizo que la mayor parte de la poblacin se viera imposibilitada para adquirirla. As, en cuanto a los dueos, llama la atencin el autor sobre la diferencia entre un comprador, que poda simplemente especular con la persona esclavizada, y el propietario fijo, que tambin especulaba con ella a travs del alquiler o prstamo.

    25Alessandro STELLA: Lesclavage en Andalousie a lpoque moderne, Annales ESC, 47 (1, 1992), pp. 35-63.

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    Un ao despus, en 1993, el profesor Lobo Cabrera publica un artculo en el que analiza la pervivencia durante la Edad Moderna de la legislacin medieval recopilada en las Partidas de Alfonso X el Sabio comparndola con las prcticas esclavistas constatadas por el autor en el siglo XVI en las Islas Canarias26

    26Manuel LOBO CABRERA: Las Partidas y la esclavitud: reminiscencias en el

    sistema esclavista canario, en Gense de ltat Moderne en Mditerrane. Approches historique et anthropologique des pratiques et des reprsentations. cole Franaise. Roma, 1993, pp. 121-130.

    . En cuanto a las causas de entrada en esclavitud, las Partidas fijaban la guerra en el caso de los infieles, ser hijo de esclava y la venta voluntaria, teniendo vigencia en la Canarias del XVI slo las dos primeras. En cuanto a la esclavitud por guerra, resalta el autor cmo desde la Edad Media prevalecieron las ideas del cardenal Ostiense que identificaba el derecho natural con la ley cristiana, por lo que el incumplimiento de sta ltima conllevaba la prdida de libertad. Se unen as los conceptos de guerra justa y guerra santa contra el infiel, sobre todo judos y mahometanos. Por otra parte, en las Partidas se establece tambin la existencia de tres tipos de hombres: libres, esclavos o siervos y libertos. La relacin entre libres y esclavos era de dependencia de los segundos con respecto a los primeros, entrando en ella por captura directa o por compraventa, establecindose tambin en ste ltimo caso que el vendedor deba notificar cualquier tacha de la persona esclavizada, pues de lo contrario el contrato sera nulo. Segn las Partidas todos, excepto judos y moros, podan ser propietarios de personas esclavizadas, lo que supona la total disposicin sobre ellas y sus posesiones, con el nico lmite de respetar su integridad fsica y su vida. Como contrapartida, la persona esclavizada deba lealtad al amo y a su familia, debiendo evitar causarles ningn dao ni deshonra. Tanto las Partidas como la Iglesia defendan el derecho de las personas esclavizadas al matrimonio, incluso contra la opinin de sus amos, pero en el caso de los matrimonios con personas libres stas deban ser informadas del sometimiento a la esclavitud del futuro cnyuge. Otra de las reminiscencias en la esclavitud canaria derivada de las partidas era la posibilidad de que el amo legitimara a los hijos producto del concubinato con sus esclavas, pese a que por otra parte condenaran ese tipo de relaciones entre amo y esclava estableciendo que sus frutos fueran considerados espurios o fornecinos y no naturales. Para el autor esto explica que los casos de legitimacin fueran muy escasos. Por ltimo, en el siglo XVI se seguan manteniendo tambin las Partidas en cuanto a las vas por las cuales la persona esclavizada poda acceder a la libertad: por carta de ahorramiento y libertad y por testamento, habiendo cado en desuso las de realizarla en una Iglesia o delante de un juez. Una vez libre, el liberto deba lealtad a su antiguo amo por el derecho de patronazgo, aunque en las Canarias del XVI se sola liberar a la persona

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    esclavizada tambin de ello, y en caso de morir sin descendencia su heredero sera el antiguo amo. En definitiva, en general y salvo excepciones, el estudio de Lobo Cabrera demuestra cmo la esclavitud del siglo XVI segua siendo regulada por lo establecido en las Partidas. Como se puede apreciar, buena parte de las obras hasta ahora comentadas pusieron de relieve el mayor precio con que se cotizaban las esclavas con respecto a los esclavos, pese a que en muchas ocasiones aqullas eran ms numerosas que stos. Precisamente, el estudio de la esclavitud femenina va a ser cada vez ms objeto de estudio, contribuyendo enormemente al conocimiento general de la institucin. La primera obra dedicada exclusivamente a la mujer esclava en el siglo XVI se debe tambin al profesor Lobo Cabrera27

    Pese a los ya citados estudios de los profesores Lobo Cabrera y Stella, el profesor Franco Silva no dudaba en afirmar en un nuevo estado de

    . Constata el autor que, pese a que las leyes cannicas y civiles concedan el derecho al matrimonio a las personas esclavizadas, de hecho el egosmo de los amos lo dificultaba en extremo, por lo que en los registros parroquiales de bautismo predominan los nacimientos de madre esclava producto de relaciones extramatrimoniales. Aunque, segn el autor, en los mercados esclavistas de Sevilla, Valencia y Canarias se adquiran sobre todo varones, sin embargo en la poblacin esclava que finalmente acababa formando parte de la sociedad espaola predominaban las mujeres, en una inversin de valores que el autor achaca a su mayor valor suntuario y de prestigio social, a su capacidad de procreacin, a su calidad en el trabajo domstico y a tener una mayor esperanza de vida que los varones por dedicarse a trabajos menos duros. Todo ello explica tambin el mayor valor alcanzado por las mujeres en el mercado y demuestra que la esclavitud espaola del XVI era esencialmente domstica. Las esclavas se dedicaban a las tareas domsticas y se convertan en objetos sexuales sometidos al abuso de los amos y elementos de distincin social. En cualquier caso, estas labores domsticas incluan tambin trabajos productivos en las haciendas rurales y talleres artesanales de los dueos, dedicndose tambin en ocasiones a la prostitucin. En cuanto a sus condiciones de vida, la esclava formaba parte de la familia del amo, aunque ocupando su escala ms inferior, lo cual no evitaba la existencia de relaciones familiares. En cuanto a la familia propia de la esclava, es decir, a sus hijos, su existencia estaba constantemente en peligro por la alta mortalidad infantil, la separacin de sus miembros por la venta separada de sus integrantes y prcticas como el infanticidio, lo que no evitaba que muchas familias esclavas fueran reconstruidas al conseguir la libertad.

    27Manuel LOBO CABRERA: La mujer esclava en los comienzos de la Edad

    Moderna, Baetica, 15 (1993), pp. 295-315.

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    la cuestin28

    Poco despus de la aparicin de la obra de Lobo Cabrera sobre la esclavitud femenina, la profesora Martn Casares publica una de sus primeras obras sobre el tema

    que entre 1992 y 1995 haba habido pocas aportaciones nuevas sobre la esclavitud en la Pennsula Ibrica. Adems, afirmaba que el tema ya estaba suficientemente conocido, aunque faltaban monografas sobre el fenmeno en muchas ciudades.

    29

    Este mismo ao 1995 el profesor Gallego publica un artculo sobre la esclavitud en Rota entre 1520 y 1550

    . La autora, en su trayectoria historiogrfica, se centrar en el anlisis de la esclavitud en una perspectiva de gnero, con la intencin de sacar a la mujer esclava del olvido historiogrfico en que la tenan tanto el lenguaje como las perspectivas interpretativas de carcter sexista. En esta primera obra indica que la mujer esclava se vea doblemente dominada por su condicin esclava y femenina. A travs del anlisis concreto de la esclavitud en Granada rebate algunas de las tesis mantenidas hasta la poca, defendiendo que hay casos, como el granadino, en el que la mayor parte de las personas esclavizadas eran mujeres, que el trabajo de las personas esclavizadas era diversificado y dependa del dueo, que el trabajo domstico de las esclavas inclua actividades tanto en la casa como fuera de ella siendo ambas de carcter productivo, que las personas esclavizadas ms que un lujo constituan una inversin de la que se esperaba una rentabilidad a travs de la explotacin de su trabajo, que el mayor precio de las esclavas derivaba de su mayor polivalencia laboral y de su explotacin sexual ms que de una capacidad de reproduccin que la autora juzga como muy limitada, y que la visin de un trato paternalista y familiar por parte de los dueos a las personas esclavizadas no es real, lo mismo que la visin contraria de los malos tratos excesivos, estando la situacin ms normal en un trmino medio.

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    28Alfonso FRANCO SILVA: La esclavitud en la Pennsula Ibrica a fines del

    Medievo. Estado de la cuestin y orientaciones bibliogrficas, Medievalismo, 5 (1995), pp. 201-209.

    , basndose para ello en los registros de bautismo. Constata el autor diferencias estacionales entre los bautismos de esclavos y libres, ya que los de los primeros dependan ms de factores sociales que biolgicos, sobre todo en el caso de los bautismos de personas adultas. As, la mayor parte se llevaban a cabo en invierno, lo que el autor relaciona con la celebracin de los mercados y ferias y con las expediciones de saqueo en frica del verano. Constata el autor que la

    29Aurelia MARTN CASARES: Imaginario y realidad de la esclavitud femenina, en Pilar BALLARN y Cndida MARTNEZ (eds.): Del patio a la plaza: las mujeres en las sociedades mediterrneas. Universidad. Granada, 1995, pp. 155-163.

    30Javier GALLEGO DUEAS: Algunos aspectos sobre la esclavitud bajomedieval y altomoderna (Rota, 1520-1550), en Actas del II Congreso de Historia de Andaluca. Consejera de Cultura de la Junta de Andaluca y Cajasur. Crdoba, 1995, pp. 423-429.

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    esclavitud vive su auge a principios de siglo, para sufrir un brusco descenso a partir de 1544. Por otra parte, indica la parquedad de las fuentes en cuanto a la etnia y edad de las personas esclavizadas, indicando que slo el 44 % de ellos eran hijos de esclava. Una de las principales aportaciones del artculo es indicar la frecuente confusin entre los trminos esclavo y criado, lo que achaca el autor al pudor del cura a la hora de indicar la esclavitud (cosa que en mi opinin no concuerda con la plena aceptacin de la institucin en la poca) y a que la principal labor de la mano de obra esclava era el servicio domstico. En cuanto a los propietarios, pese a la parquedad de la fuente en este sentido, afirma que clases no privilegiadas los poseyeron, pero que los que tienen ms de dos esclavos suelen pertenecer a la oligarqua municipal, a la Iglesia y a los dependientes de la autoridad nobiliaria. Unido a lo anterior, el hecho de que dos tercios de los esclavos producto de la compra o captura sean hombres, frente a una mayora femenina en los nacidos de esclava, indicara que la esclavitud en Rota estaba ms dirigida tambin al trabajo en sectores productivos, tarea que compatibilizaban con el servicio domstico. Para acabar con el ao 1995, el profesor Stella publica un interesante artculo sobre los esclavos de la Corona empleados en la explotacin de las minas de Guadalcanal en el siglo XVI31

    31Alessandro STELLA: Negre de Sa Mjeste. A propos du rle de lesclavage en

    Andalousie au sicle dor, en Actas del II Congreso de Historia de Andaluca. Andaluca Moderna (I). Junta de Andaluca y Cajasur. Crdoba, 1995, pp. 617-635.

    . Utilizando la informacin proporcionada por las nminas de compra de personas esclavizadas y por las notas al margen de la contabilidad de las minas, constata la presencia a mediados de siglo de ms de un centenar de personas esclavizadas de origen negroafricano importadas a travs de Lisboa y mayoritariamente de sexo masculino. Su empleo se inici en 1559 con la intencin de emplear a los varones en las tareas extractivas y a las mujeres en el traslado y lavado del material, en cocinar y en otros servicios, destacndose que el gasto anual en una persona esclavizada era mucho menor (margen de ahorro de 2.588 maravedes anuales) que en contratar a trabajadores libres, y todo ello pese a tener en cuenta las posibles enfermedades y muertes de personas esclavizadas o la imposibilidad de trabajar cuando la meteorologa era adversa, ocasiones todas ellas en que el trabajador libre no cobraba salario alguno. En cuanto al trato dispensado a las personas esclavizadas, aunque ser esclavo del rey tena tericos privilegios, lo cierto es que el autor constata una deficiente alimentacin, lo que se traduca en enfermedades, y frecuentes maltratos. As, se produce un descenso importante en el nmero de personas esclavizadas en las minas de Guadalcanal, ya que de las 125 compradas en 1559 slo quedaban 5 en 1576, dos aos antes del cierre de la explotacin, lo que indica la alta mortalidad y que los nios nacidos en la mina eran vendidos para deshacerse de bocas intiles.

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    En el tema de las condiciones de vida de las personas esclavizadas se centr un nuevo artculo del profesor Stella en 199632

    Poco a poco los estudios sobre esclavitud se van extendiendo hacia otras regiones en las que tradicionalmente se haba venido sosteniendo su poca importancia o incluso prctica inexistencia, como el caso del Pas Vasco. As, tambin en 1996 se publica un artculo sobre la exclusin social en Guipzcoa en los siglos XVI y XVII

    . En el mismo, se analiza la animalizacin de la persona esclavizada a travs de las marcas a fuego, que actan como un elemento justificador de la esclavitud (al excluir a la persona esclavizada de la condicin humana y de la sociedad) y de domesticacin de la persona esclavizada. As, las marcas a hierro o herrajes no se impusieron tan slo a los fugados, sino que fue una prctica muy extendida en la Espaa moderna independientemente de las caractersticas sexuales, raciales o de edad de las personas esclavizadas. Otros elementos animalizadores de la persona esclavizada fueron su descripcin en las escrituras notariales en base al color y el empleo de trminos como pieza, cabeza o bozal. En cuanto al trato dispensado por los amos a las personas esclavizadas, critica las teoras del buen trato dispensado a las mismas basadas en los trminos que aparecen en algunos testamentos. Segn constata el autor, muchas de las liberaciones concedidas en los mismos se efectuaban a cambio de dinero. Adems, afirma que intentar pedir que en un testamento el dueo hablara de las condiciones reales de vida del esclavo es metodolgicamente inadmisible al carecer de la mnima crtica de las fuentes. La animalizacin de las personas esclavizadas presente en las escrituras notariales, los malos tratos que recogen las fuentes judiciales y las prcticas del herraje y encadenamiento indican claramente lo contrario.

    33

    32Alessandro STELLA: Herrado en el rostro con una S y un clavo: lhomme-

    animal dans lEspagne des XVe-XVIIIe sicles, en Henri BRESC (dir.): Figures de lesclave au Moyen-Age et dans le monde moderne. LHarmattan. Pars, 1996, pp. 147-163.

    que pretenda demostrar cmo determinados comportamientos xenfobos (entre ellos la esclavitud y las limitaciones que le fueron impuestas) fueron utilizados para el afianzamiento del poder de la lite de la provincia, basado entre otras cosas en un concepto de hidalgua universal asentado en la idea de pureza de sangre. A partir de principios del siglo XVI, a peticin de la Junta General y de las juntas locales se prohibi que residieran en la provincia conversos de moros y judos, endurecindose las disposiciones en la segunda mitad del siglo hasta prohibirse en 1561 que los vecinos poseyeran personas esclavizadas, por lo que fueron obligados a venderlas fuera o sacarlas de la provincia, todo ello no sin la oposicin de los dueos, sobre todo indianos

    33Juan Carlos MORA AFN y David ZAPIRAIN KARRIKA: Exclusin social en los siglos XVI y XVII, Vasconia, 24 (1996), pp. 157-192.

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    retornados y personal militar. Por tanto, la presencia de personas esclavizadas no era producto de la trata, sino de la captura en las guerras exteriores por soldados que retornaban a su tierra con el botn humano conseguido. La cantidad de personas esclavizadas era muy limitada, 59 en toda la provincia a mediados del siglo XVII, siendo constantes las rdenes de expulsin, muestra de su incumplimiento. En 1998 la profesora Martn Casares publica un artculo34

    Este mismo ao, los profesores Stella y Vincent publican un interesante artculo de sntesis sobre la esclavitud europea en la Edad Moderna

    en el que adelanta varias de las conclusiones de su tesis doctoral sobre la esclavitud en Granada en el siglo XVI, que publicara dos aos ms tarde. Ya que analizar este libro en profundidad ms adelante, por ahora slo indicar que el artculo pretende ante todo analizar las formas de entrada en la esclavitud en el siglo XVI, que seran la guerra justa, la naturaleza (en el sentido aristotlico) y el nacimiento, destacando en todo caso que en muchas ocasiones las personas esclavizadas en la Granada del XVI no lo haban sido de una manera legtima.

    35

    34Aurelia MARTN CASARES: Esclavitud y mentalidad: la poblacin esclava de

    Granada a lo largo del siglo XVI, Chronica Nova, 25 (1998), pp. 337-348.

    . Destacan cmo la esclavitud pervivi en Europa en la Edad Moderna, sobre todo en la parte meridional del continente, aunque con un carcter disperso y domstico. Tras destacar las tres principales fuentes para el estudio de la esclavitud moderna (fuentes parroquiales, protocolos notariales y archivos judiciales), indican las principales fuentes de abastecimiento: los esclavos negroafricanos producto del comercio atlntico y la trata subsahariana, la esclavizacin por guerra de musulmanes (berberiscos, turcos, moriscos), de guanches canarios, de amerindios y de indios, y los hijos de madre esclava. As, calculan que fueron importados a Europa al menos un milln de personas esclavizadas entre los siglos XV y XVIII, a las que habra que sumar otro milln producto de su reproduccin biolgica, concentrados especialmente en Italia y la Pennsula Ibrica. Los dueos pertenecan principalmente a los estratos acomodados (nobleza, clero, burguesa urbana, en menor medida artesanos y comerciantes), quedando fuera las clases medias y bajas por los altos precios. En cuanto al trabajo, las personas esclavizadas no eran un objeto de lujo, sino que fueron explotados econmicamente como una mano de obra sin personalidad jurdica y, por lo tanto, sin capacidad de negociacin, sustituyendo en parte a los trabajadores asalariados en los trabajos ms duros. Mientras que las mujeres esclavizadas se dedicaban a tareas domsticas, los hombres lo hacan a tareas duras tanto dentro como fuera del hogar, en este ltimo caso incluso eran alquilados a jornada por los amos. Todo lo anterior en el

    35Alessandro STELLA y Bernard VINCENT: Europa, mercado de esclavos, Prohistoria, 2 (1998), pp. 53-62. [publicado originalmente en LHistoire, 202 (1996)].

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    mbito urbano, donde se concentraba la mayor parte de la poblacin esclava, mientras que en el rural ambos sexos se dedicaban a las tareas agrcolas y artesanales complementarias. Destacan tambin la explotacin sexual a que eran sometidas las esclavas jvenes, producto de lo cual eran unos nacimientos ilegtimos que agriaban las relaciones entre ama y esclava. En cuanto a las liberaciones, critican los estudios que afirman que eran muy frecuentes, indicando que en Sevilla entre 1579 y 1690 slo entre el 5 y el 18 % de las actas notariales referentes a personas esclavizadas son cartas de libertad, y que adems el acceso a la libertad, entendido por los dueos como un negocio en el que conseguir precios superiores a los del mercado, aunque supona el paso del status de cosa o animal al de persona segua manteniendo en alguna medida su inferioridad. Del mismo modo, las liberaciones por testamento se deberan, ms que al buen trato de los amos a sus intereses en la salvacin eterna y en descargar a sus herederos de una carga, lo que explica que la mayor parte de los liberados por esta va fueran nios y ancianos. En cuanto al destino de la numerosa poblacin esclavizada, destacan los autores que no formaron familias troncales, predominando el celibato debido a la oposicin de los dueos a que contrajeran matrimonio. Pese a esto ltimo, gracias al apoyo de la Iglesia desde el Concilio de Trento, muchos accedieron al matrimonio, lo que supuso abrir una brecha en el edificio de su opresin. Sin embargo, la mayora de los matrimonios fueron endogmicos, es decir, entre esclavos, y dentro de ellos entre la misma etnia o religin, lo que fue reduciendo enormemente su nmero. Adems, los mulatos, fruto de la relacin entre amo y esclava, se fueron blanqueando progresivamente hasta hacer desaparecer la mcula originaria que asociaba el color oscuro a la condicin servil. Abundando an ms en el tema de las condiciones de vida de los esclavos, en 1999 el profesor Andjar Castillo publica un interesante artculo36

    36Francisco ANDJAR CASTILLO: Sobre las condiciones de vida de los esclavos

    en la Espaa moderna. Una revisin crtica, Chronica Nova, 26 (1999), pp. 7-36.

    . Frente a la utilizacin en los estudios comentados hasta ahora de los protocolos notariales y los registros parroquiales como fuentes primordiales, el autor defiende la utilizacin de las fuentes judiciales, que presentan como ventaja frente a las anteriores que en ellas aparecen las personas esclavizadas como sujetos y no meramente como objeto. As, en el tema de las relaciones entre amos y personas esclavizadas el anlisis acrtico de las frmulas recogidas en testamentos y cartas de libertad ha llevado a muchos historiadores a deducir un mundo feliz de relaciones entre ambos. En realidad tras las frmulas estereotipadas de las escrituras se escondan intereses materiales, fijndose como condiciones para la libertad el pago de dinero o prestaciones ulteriores de servicio. Por otra parte, las

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    fuentes judiciales demuestran los malos tratos fsicos y castigos que sufran las personas esclavizadas, debiendo tener en cuenta que por su situacin extrema de sumisin slo en situaciones lmite se atrevan a denunciar a sus amos. De hecho, la frecuencia de las huidas y de la realizacin de herrajes es para el autor otra prueba de lo extendidos que estaban los malos tratos y castigos. En el artculo, adems de ocuparse de las condiciones de vida de las personas esclavizadas, lo hace tambin del tema de su funcin y actividad laboral. En este sentido, afirma que adems de trabajar en el servicio domstico, llevaron a cabo una funcin productiva destacada en la Espaa moderna, ejerciendo una amplia gama de trabajos tanto en las ciudades como en el campo, sobre todo en actividades que aunaban extrema dureza y rechazo por parte de la poblacin libre. Adems, constata una divisin sexual del trabajo, segn la cual los varones se dedicaban ante todo a trabajos duros y las mujeres al servicio domstico, que llevaba aparejado actividades como la explotacin sexual, la reproduccin y la realizacin de algunos trabajos productivos, sobre todo en el medio rural. En este ltimo sentido, constata el autor que an estaba por estudiar la presencia esclava en el medio rural, abordando el artculo el caso de la localidad almeriense de Vera durante los siglos XVII-XVIII a travs del anlisis de fuentes judiciales de la localidad. En el ao 2000 se publican dos obras bsicas en la historiografa sobre la esclavitud en la Espaa del siglo XVI. La primera se debe a la profesora Martn Casares, que publica su tesis doctoral, antes aludida37

    37Aurelia MARTN CASARES: La esclavitud en la Granada del siglo XVI. Gnero,

    raza y religin. Universidad. Granada, 2000.

    . Aunque la abordar de nuevo al tratar sobre la historiografa dedicada a los moriscos del reino de Granada, expondr aqu sus principales aportaciones al estudio de la esclavitud en la Espaa del siglo XVI. La obra estudia la esclavitud en Granada durante el siglo XVI en base al anlisis de los protocolos notariales y los expedientes matrimoniales, utilizando para ello la ya aludida perspectiva de gnero. Considera la autora a Granada como un lugar privilegiado para el estudio de la esclavitud en un medio urbano debido a la presencia de las culturas cristiana y musulmana y de los tres tipos de esclavitud propios del mundo moderno: cabalgadas, guerra y comercio, omitiendo el nacimiento. Segn ella misma, las principales conclusiones del trabajo seran constatar la importancia de la esclavitud en la ciudad durante el siglo XVI (representa entre el 2 y el 14 % de la poblacin segn la poca), que la institucin era totalmente aceptada tanto por los tericos como por los eclesisticos y el conjunto de la sociedad, que la mayora de las esclavas eran de sexo femenino, que pese a ello su precio era mayor que los hombres (como causas para ello niega la capacidad de reproduccin al considerar que la natalidad de las esclavas era bastante baja

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    y la crianza de nios esclavos poco rentable econmicamente, poniendo el acento en su mayor precio en los mercados de origen africanos y en la mayor productividad de las esclavas en un trabajo domstico que lejos de ser improductivo inclua actividades relacionadas con los sectores primario y secundario, a lo que se unan su mayor docilidad al haber sido educadas en las reglas del patriarcado y las posibilidades de abuso y explotacin sexual), que su principal funcin no era suntuaria sino productiva (criticando por tanto la supuesta improductividad del trabajo domstico que achaca a planteamientos sexistas), que por ello los principales propietarios pertenecan a profesionales del sector secundario y terciario mientras que tanto eclesisticos como nobles tienen poca importancia, y que el nmero de liberaciones era mnimo y afectaba sobre todo a la poblacin esclava menos productiva (ancianos y nios). La otra gran obra publicada en el 2000 se debe al profesor Stella38

    En 2001 la profesora Periez Gmez publica un interesante artculo sobre las relaciones entre las personas esclavizadas y la poblacin libre en la Extremadura moderna

    . En la misma el autor utiliza como fuentes principales los expedientes matrimoniales, los pleitos y los testamentos de libertos, fuentes en las que aparecen las personas esclavizadas y libertas como sujetos, permitiendo analizar sus micro-historias y trayectorias vitales, todo ello frente a unas fuentes notariales y parroquiales que, aunque valiosas, considera que informaban ms sobre los esclavistas que sobre las personas esclavizadas, lo que ha generado el problema de intentar comprender a las segundas cuando en realidad las fuentes nos informaban de los primeros. As, se ha intentado deducir el trabajo de los esclavos del oficio de los amos y estimar el buen trato a los primeros en base a frmulas notariales estereotipadas. Frente a la consideracin de la persona esclavizada como un objeto de lujo de la aristocracia el autor defiende su uso como fuerza de trabajo productivo, incluyendo en tal categora al trabajo domstico. El esclavo era situado fuera de la sociedad a travs de los lmites jurdicos de su condicin y de su impureza de sangre, por lo que era considerado un extranjero. En la situacin del esclavo se mezcla por tanto la xenofobia, la pureza de sangre, el racismo y la marginacin, por lo que era excluido de la familia del propietario y deshumanizado. De hecho, segn el autor, las personas esclavizadas eran mantenidas en su condicin ms que con cadenas materiales con otras jurdicas y psicolgicas, entre las que destaca la negacin de su dignidad humana a travs de su consideracin como factores de produccin, objetos sexuales, animales y mercancas.

    39

    38Alessandro STELLA: Histoires desclaves dans la Pninsule Ibrique. ditions de

    lcole des Hautes tudes en Sciences Sociales. Pars, 2000.

    . Una de sus principales novedades es la de

    39Roco PERRIEZ GMEZ: Los esclavos, una minora marginada en la sociedad extremea de los tiempos modernos, en Actas de los XXX Coloquios

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    demostrar las posibilidades que en el estudio de la esclavitud abra el anlisis de las fuentes judiciales diocesanas, en este caso de Badajoz, completadas con fuentes municipales y notariales. Constata la autora que la situacin de las personas esclavizadas estaba marcada por su inferioridad social, derivada de su falta de libertad, dependiendo su relacin con el resto de la sociedad de su capacidad y nivel de adaptacin. Aparte de con sus amos y familias, las personas esclavizadas se relacionaban principalmente con otras personas esclavizadas o pertenecientes a los estratos ms bajos de la sociedad. Por otra parte, las normativas municipales completaban la marginacin a que eran sometidas por parte de la legislacin de la Corona, prohibiendo su acceso a determinados oficios, limitando su libertad de movimientos y cualquier manifestacin de sus rasgos culturales, fijndose incluso para ciertos delitos penas distintas para las personas libres y esclavizadas. A esta discriminacin social se una otra racial, aplicada especialmente a las personas esclavizadas de color negro o mulato, llegando el primer color a hacerse sinnimo de esclavitud, todo ello en una sociedad defensora de la limpieza de sangre y de la honra. El desprecio hacia las personas de color se plasmaba en insultos y manifestaciones peyorativas, no slo en cuanto al color sino tambin a una serie de prejuicios generalmente asumidos como su carcter de borrachos, ladrones y pendencieros. Frente a toda esa marginacin, especialmente dura para con las mujeres, en cuyo caso a la marginacin social-racial se una la de gnero, las personas esclavizadas respondan con el alcoholismo, la violencia, la fuga y, para preparar esta ltima, el robo. Las peleas entre esclavos y libres, provocadas generalmente por los insultos de estos ltimos, eran frecuentes y suponan la unin de las personas esclavizadas en ellas, aunque en opinin de la autora esto era ms una muestra de los vnculos de amistad o vecindad que de solidaridad grupal. Pese al notable avance que van registrando los estudios sobre esclavitud, todava en 2003 encontramos trabajos como el de Lpez Medina, centrado en el caso de Jan entre 1550 y 158040

    Mayor entidad presenta la nueva aportacin de uno de los principales especialistas en la materia, el profesor Vincent, que dedica un nuevo

    , en el que con un aparato bibliogrfico y crtico raquticos se limita a parafrasear 21 escrituras de compraventa en las que participaron mercaderes tratantes de esclavos, sin citar siguiera el magnfico estudio de Aranda Doncel sobre la misma zona y poca publicado ms de veinte aos antes.

    Histricos de Extremadura. Asociacin CHDE. Trujillo, 2001 [en lnea en www.chde.org].

    40Manuel LPEZ MEDINA: Documentos sobre la esclavitud en Jan en las dcadas de 1550 a 1580, Boletn del Instituto de Estudios Giennenses, 183 (2003), pp. 409-434.

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    artculo a la esclavitud en la Pennsula Ibrica durante la Edad Moderna41

    41Bernard VINCENT: Lesclavage moderne en Peninsule Ibrique, en Domingo

    L. GONZLEZ LOPO y Roberto Javier LPEZ LPEZ (coord.): Balance de la historiografa modernista, 1973-2001: Actas del VI Coloquio de Metodologa. Historia Aplicada (Homenaje al profesor Antonio Eiras Roel). Universidad. Santiago de Compostela, 2003, pp. 445-452.

    . Empieza destacando la multiplicacin de estudios sobre esclavitud en los ltimos 15 aos, que haban permitido eliminar conceptos errneos como la consideracin de las personas esclavizadas como meros objetos de lujo y prestigio y del buen trato recibido por los amos que los consideran prcticamente como miembros de la familia. Por el contrario, la inmensa mayora de los 2 millones de esclavos que entre mediados de los siglos XV y XIX permanecieron en Espaa y Portugal hubieron de llevar a cabo duros trabajos en una soledad moral absoluta. Destaca el autor que, ms all de su valor cuantitativo, la esclavitud mediterrnea de la Edad Moderna supuso el eslabn que relacion la esclavitud europea antigua y medieval con la moderna trata atlntica. En esta ltima, la pennsula actuara como paso intermedio de las personas esclavizadas en su ruta frica-Amrica, lo que no evita que en su suelo se den las caractersticas a la vez de la esclavitud atlntica y la esclavitud mediterrnea. Esta ltima se debera a la poltica de expansin espaola y portuguesa en frica, centrada en los presidios, y a las acciones de corso. Destaca en este sentido la importancia de mercados como Orn y Melilla, en los que los cautivos en las acciones militares y de corso permanecan para la negociacin del rescate con familiares y allegados. Si el rescate no se completaba, los cautivos o los rehenes que haban dejado en su lugar, eran enviados a la pennsula para su venta. Los varones, poco valorados en los mercados peninsulares, eran los ms dedicados al rescate, mientras que el alto precio de las mujeres en los mercados peninsulares explicara por qu ellas se beneficiaron menos de los rescates y fueron destinadas a la venta. Por lo que se refiere a la esclavitud atlntica, la aportacin de personas esclavizadas de