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La empresa como sujeto de las relaciones internacionales La experiencia de Iberdrola en el contexto de la globalización de los mercados INSTITUTO EMPRESA Y HUMANISMO UNIVERSIDAD DE NAVARRA 76 CUADERNOS EMPRESA Y HUMANISMO Javier Herrero

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La empresa como sujeto delas relaciones

internacionalesLa experiencia de Iberdrola en el

contexto de la globalización de losmercados

INSTITUTO EMPRESA Y HUMANISMOU N I V E R S I D A D D E N A V A R R A

76CUADERNOS EMPRESA Y HUMANISMO

Javier Herrero

Javier Herrero

L

A

EMPRESA

COMO

SUJETO

DE

LAS

RELACIONES

INTERNACIONALES

L

A

EXPERIENCIA

DE

I

BERDROLA

EN

EL

CONTEXTO

DE

LA

GLOBALIZACIÓN

DE

LOS

MERCADOS

© Instituto Empresa y HumanismoUniversidad de Navarra

ISSN: 1139 - 8698Depósito Legal: NA 638/87

Edita: Servicio de Publicaciones de la Universidad de Navarra, S. A.Diseño y producción: ENLACE Comunicación Multimedia

CUADERNOS EMPRESA Y HUMANISMO

Índice

0. INTRODUCCIÓN .................................................................................................. 5

1. LAS EMPRESAS COMO AGENTES DE LA SOCIEDAD INTERNACIONAL ACTUAL .................................................................................................................. 6

De la empresa multinacional a la empresa «glocal» ................................ 7La globalización de los mercados. Fundamentos y consecuencias ..... 8El papel de la empresa en la sociedad internacional ............................ 10Los Estados y las empresas globales: España ......................................... 12

2. LA ESCASA DIMENSIÓN INTERNACIONAL DE LA EMPRESA ELÉCTRICA TRADICIONAL .............................................................................. 13

Un elemento de soberanía de los Estados .............................................. 14Desarrollos históricos y estructuras muy diferentes. Mecanismos de cooperación internacional .............................................. 16

3. LA NUEVA EMPRESA DE SERVICIOS Y SU PROYECCIÓN GLOBAL ...... 17Los procesos de privatización y de liberalización .................................. 18La empresa global de servicios ................................................................... 20

4. EL DESARROLLO INTERNACIONAL DE IBERDROLA .............................. 21La internacionalización de las actividades ............................................... 22Volumen y naturaleza de las inversiones internacionales .................... 24Principios rectores de nuestra presencia internacional ......................... 26Las relaciones institucionales ...................................................................... 29

5. CONCLUSIONES ................................................................................................ 30

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Nota Biográfica

Javier Herrero Sorriqueta (Sestao, Vizcaya, 1945) es Ingeniero Indus-trial Energético por la ETSII de Bilbao y Graduado en el Programa de AltaDirección de Empresas del IESE. Ha realizado, asimismo, distintos cursosy seminarios de la Universidad de Stanford y del Massachusetts Institute ofTechnology.

Toda su carrera profesional se ha desarrollado en el sector eléctrico. In-gresó en 1970 en la División de Planificación y Estudios de Iberduero, endonde, posteriormente, desempeñó los cargos de Jefe del Departamento deEstudios Generales (1982) y Director de Ingeniería y Construcción (1983).

En 1991 y tras la fusión de Iberduero e Hidroeléctrica Española, fuenombrado Director de Planificación, Regulación e Inversiones de la em-presa recién constituida, IBERDROLA.

En 1993 fue designado Director General de IBERDROLA y, en 1996,entró a formar parte de su Consejo de Administración.

Desde 1998, es Consejero Delegado de IBERDROLA. Es tambiénmiembro del Consejo de Administración de Electricidade de Portugal(EDP).

Está casado y tiene siete hijos.

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0. INTRODUCCIÓN

En cierta ocasión, en una con-ferencia de psicología, un po-nente caracterizó la mentalidaddel empresario como una formade pensar estrechamente ligadaal riesgo. Bill Gates, presente enla reunión, manifestó al instantesu desacuerdo. A su juicio, nadaestaba más lejos del empresarioque la orientación al riesgo por elriesgo: al margen de cualquier in-clinación temeraria o aventurera,el empresario dedica todos susesfuerzos, precisamente, a lagestión de los riesgos.

Con el liderazgo del empresa-rio, cuya actividad queda defi-nida por las palabras de quien esel paradigma del empresario deéxito global de este fin de siglo,se construye un proyecto a largoplazo, la empresa, de la que for-man parte inversores, recursoshumanos, clientes y tecnología. Através de la empresa, se persi-guen distintos objetivos —renta-bilidad del capital invertido, rea-lización personal, satisfacción denecesidades y desarrollo y pro-greso colectivo— que la sitúancomo un elemento comprome-tido con la salud de la sociedad

de su entorno, de la que necesa-riamente depende.

La evolución de las socieda-des modernas ha puesto encuestión un concepto de Estadoen el cual los políticos tenían unprotagonismo casi absoluto. Alhacerse evidente la necesidadde contar con otros responsablesde ocuparse de la propia socie-dad, la figura del empresario,que se encuentra por su propianaturaleza y vocación en el cen-tro de la misma, cobra una di-mensión política.

Es así como las barreras entreel Estado y la empresa se revelancomo artificiales, y la carencia defluidez en las relaciones entreambos y en las dos direccionesacaba resultando un grave pro-blema político y social.

En todo caso, los empresariosy los políticos tenemos algo encomún que, sin duda, puede ayu-dar a entendernos: ambos nosocupamos de proyectos a largoplazo y, al mismo tiempo, se nosexigen resultados concretos conuna inexorable periodicidad queno nos permite descuidar el

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corto plazo: a unos, las juntas ge-nerales de accionistas; a otros,las elecciones.

Pero la participación social ypolítica de las empresas ad-quiere, además, un perfil nuevo yextremadamente interesante sila situamos en el contexto de laglobalización de los mercados.

El fenómeno de la globaliza-ción económica, que constituyeuna de las principales variablesque orientan la actual estrategiade Iberdrola, junto con la libera-lización de los sectores energé-ticos, obliga a replantear el pa-pel de la empresa en las relacio-nes internacionales y, especial-mente, el de las compañíaspertenecientes a sectores bási-cos o hasta ahora llamados "pú-blicos": energía, telecomunica-ciones y agua.

Este artículo recoge el conte-nido de una conferencia pronun-ciada en la Universidad de Nava-rra y pretende contribuir al nece-sario debate sobre el tema a tra-vés de la presentación de laexperiencia concreta de Iber-drola en el desarrollo de activi-dades internacionales, un ele-mento fundamental para la reali-zación de nuestro objetivo deconvertirnos en un operador glo-bal multiservicio.

Con carácter previo a la expo-sición de nuestro caso, se hacenalgunas reflexiones sobre el pa-pel de la empresa como agentede la sociedad internacional, asícomo sobre la escasa dimensiónglobal de la empresa eléctrica taly como la conocíamos hastaahora, y se destaca, en fin, la pro-yección auténticamente globalde la nueva empresa de servi-cios.

1. LAS EMPRESAS COMO AGENTES DE LA SOCIE-DAD INTERNACIONAL ACTUAL

La sociedad internacional con-temporánea se caracteriza porsus constantes cambios y su cre-

ciente complejidad. Una socie-dad que, hace menos de un siglo,tenía a los Estados-nación como

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principales, y casi únicos, agen-tes, se encuentra hoy constituidapor una variada tipología de ac-tores: Estados, organizaciones in-tergubernamentales, organizacio-nes no gubernamentales, institu-ciones y administraciones trans-nacionales, entidades de coope-ración o empresas multinaciona-les.

La cada vez mayor importanciade estas últimas (según datos delas Naciones Unidas, de las cieneconomías más importantes delmundo en 1995, cincuenta y unaeran empresas y cuarenta ynueve eran Estados) viene deter-minada por uno de los vectoresde dinamización más influyentesde la sociedad internacional: laglobalización de los mercados.

La globalización de los merca-dos no es un fenómeno nuevo.Los negocios internacionales sonuna realidad desde hace siglos,con períodos, incluso, de granauge. Sin embargo, en los últi-mos años, este fenómeno ha ad-quirido una intensidad sin prece-dentes, lo que ha acabado si-tuando a las empresas en unaposición de compartir con otrosagentes funciones de liderazgoen la sociedad internacional.

De la empresa multinacional a la empresa «glocal»

La primera empresa multina-cional, tal y como hoy la enten-demos, surgió en Estados Unidosa mediados del siglo pasado. Setrataba de la compañía Singer, fa-bricante de las máquinas de co-ser, a la que le resultó pequeñoel mercado doméstico.

Singer creó una red comercialy de fábricas por todo el mundo,desarrollando la primera estruc-tura empresarial global. El mo-delo organizativo que diseñóSinger se componía básicamentede una sede central en EstadosUnidos, desde donde partían to-das las directrices sobre la fabri-cación y comercialización de losproductos y desde la que seatendía una red mundial gestio-nada por zonas a través de cen-tros regionales.

En la actualidad, la estructurade las multinacionales sigue pau-tas parecidas, aunque ya no to-dos las directrices salen de lassedes centrales, sino que a loscentros regionales se les da la fa-cultad de establecer criterios. Laestrategia de la empresa multi-nacional de hoy día pasa por

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constituirse en empresa “glocal”,es decir, ser una compañía queresponde a los retos de la globa-lización pensando globalmentepero actuando localmente.

La globalización de los mercados. Fundamentos y consecuencias

A lo largo del siglo XX, la inte-gración mundial de la economíase ha enfrentado a un escenariolleno de dificultades. Ha sidouna época caracterizada por polí-ticas proteccionistas y por unlargo enfrentamiento entre dossistemas económicos antagóni-cos que ha impedido el estable-cimiento de un sistema interna-cional de mercado.

La globalización de la econo-mía es actualmente un hecho. Yano existen dos bloques económi-cos y la mayor competitividad hadesbordado la capacidad de re-sistencia de los Estados paraabrir sus mercados. La aviacióncomercial es un ejemplo muyevidente de esto último. Hastahace poco, todos los países con-taban con regulaciones restricti-vas que protegían a sus compa-ñías de bandera. La lucha por elabaratamiento de costes, con el

desplazamiento de la batalla delos márgenes desde el coste delaparato a la gestión comercial, haconducido al establecimiento detratados internacionales de libe-ralización del transporte aéreo ya procesos de asociación e inte-gración corporativas antes im-pensables.

La globalización es, a mi juicio,un concepto positivo. No obs-tante, entraña algunos riesgos:consolidar y aumentar las dife-rencias de riqueza entre países,propiciar una estandarizacióncultural o impulsar movimientosmigratorios incontrolados conefectos negativos son algunos deellos. En todo caso, el mayor delos riesgos está en el propio usoy abuso del término, lo quepuede llevar a un rechazo delconcepto.

La globalización de los merca-dos tiene fundamentos concretosde muy distinta índole, que po-dríamos clasificar como externose internos a uno de sus principa-les agentes, la empresa.

Los primeros son los relativosal ámbito político-normativo, ta-les como el derrumbe de las ba-rreras arancelarias o la constitu-

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ción de bloques de integracióneconómica regional; los concer-nientes al propio mercado, comola convergencia mundial de ne-cesidades y la uniformización in-ternacional de pautas de con-sumo; y, finalmente, los induci-dos por los avances tecnológicos,especialmente los producidos enel campo del transporte y de lascomunicaciones.

Los segundos se derivan de lapropia estrategia y competenciaempresarial y son fundamental-mente: la búsqueda de las eco-nomías de localización que apa-recen ligadas a los diferencialesde costes entre los países, espe-cialmente medioambientales ylaborales, con las consecuenciassociales que acarrean; el aprove-chamiento pleno de las econo-mías de escala, tanto en la pro-ducción como en la distribución;el acortamiento del ciclo de vidade los productos; y los cambiostecnológicos que afectan a la pro-ducción de un bien determinado.

Creo que uno de los principa-les conceptos a los que hay queasociar la globalización es el delibertad. En una de las múltiplesconferencias que se están cele-brando últimamente para debatir

esta cuestión, se concluía que laglobalización supone, fundamen-talmente, eliminar barreras polí-ticas, económicas y sociales parautilizar los potenciales disponi-bles y acercar las instituciones ylas personas en lo económico yen lo social.

Efectivamente, las economíascerradas se sustentan en institu-ciones que se interponen comointermediarios o como barrerasentre la sociedad, la economía, laempresa y el individuo. En sen-tido opuesto, la globalizaciónestá muy ligada a los procesos dedesregulación y de privatización,procesos que reducen el papeldel Estado y de cuantas institu-ciones impiden la evolución ha-cia una sociedad abierta.

Las limitaciones que cualquiergobierno de un país con una eco-nomía abierta tiene a la hora deelaborar la política económica entodos sus ámbitos —monetario,fiscal, tipo de cambio, laboral oindustrial— constituyen una ma-nifestación de los efectos de laglobalización en el marco institu-cional tradicional.

Sin embargo, la globalizaciónno implica un vacío institucional.

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La globalización demanda, preci-samente, una redefinición de lasinstituciones y de los distintosactores, cuyos objetivos son inte-grar sociedad, economía, em-presa e individuo y coordinar alos distintos agentes internacio-nales en un nuevo orden econó-mico mundial que genere mayordinamismo y eficacia.

No se trata de hacer dejaciónde responsabilidades políticas,lo que tendría consecuencias ne-gativas, sino de establecer unequilibrio entre los Estados y elresto de los agentes y, sobretodo, de evitar las institucionesque, en lugar de regular, preten-der sustituir a los agentes.

El papel de la empresa en la sociedad internacional

Este es el contexto en el quela empresa ha comenzado a jugarun papel más importante que elque ha tenido hasta fechas re-cientes en la sociedad interna-cional.

Por añadidura, las institucio-nes intergubernamentales crea-das en la postguerra parecen ero-sionadas en credibilidad e in-fluencia. Así, por ejemplo, la Or-

ganización Mundial del Comercioha sido incapaz de resolver gue-rras comerciales como la de Esta-dos Unidos y Japón, y el FondoMonetario Internacional ha sidopuesto en cuestión en cada unade las recientes crisis financierasinternacionales, la última la deBrasil.

Estas crisis evidencian, ade-más, un claro divorcio entre laeconomía real y la economía fi-nanciera, en la medida en que noresponden enteramente a pro-blemas estructurales, sino que seven contaminadas por movimien-tos especulativos o se acentúanpor contagio entre países.

Las empresas que operamosen la economía real y a largoplazo necesitamos una ciertapredictibilidad de las condicio-nes económicas, que nos permitatomar decisiones asumiendoriesgos gestionables o, cuandomenos, analizables. Por ello, re-clamamos unas reglas de juegonuevas que se apliquen con unrigor mayor que el actual y queeviten que los efectos de las cri-sis internacionales traspasen loslímites de los problemas econó-micos realmente existentes.

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En mi opinión, es ahoracuando la empresa ha pasado deser un sujeto pasivo a consti-tuirse en un auténtico sujeto ac-tivo de las relaciones internacio-nales. Entendiendo este nuevopapel, no como la sustitución deorganismos o la asunción de res-ponsabilidades sobre las que lasempresas no tienen ni tendránlegitimidad alguna, sino comoejercicio, desde posturas aleja-das de toda arrogancia, de unaincontestable capacidad de in-fluencia económica que se tra-duce en influencia política y cul-tural.

Con el desarrollo de sus activi-dades, las empresas transnacio-nales inciden grandemente enlas sociedades civiles de cadaEstado, a través de los efectosculturales que se derivan de ladisponibilidad de una mayor di-versidad de bienes y servicios,de una aceptación creciente delo foráneo y de las oportunida-des para aprender y mejorar loque hacen otros países.

El interés de la empresa nosólo se centra en la preservaciónde marcos regulatorios o fiscalesestables para sus actividades enlos distintos países. Las corpora-

ciones globales aparecen en unmundo progresivamente deses-tructurado e internacionalizadocomo un elemento de cohesión.Al tiempo que las multinaciona-les penetran en los mercados delos países emergentes o inmer-sos en profundos cambios estruc-turales como los de Europa Cen-tral y Oriental, juegan un papelde transmisión cultural y de co-nocimientos que favorece la co-operación internacional. A travésde las instituciones financierasmultilaterales —Banco Mundial,Banco Europeo de Reconstruc-ción y Desarrollo,…— o de lapropia Unión Europea —progra-mas PHARE, TACIS, ALURE,…—se impulsan proyectos de asis-tencia técnica con objetivos cuyaambición trasciende la mera co-operación entre las empresas.

Con frecuencia creciente, es-tas empresas son requeridas porsus gobiernos para realizar misio-nes que las administraciones pú-blicas ya no desean. Así, la admi-nistración Clinton ha solicitado alas grandes compañías estado-unidenses que asuman parte delpeso de la ayuda exterior a terce-ros países o que adopten un có-digo voluntario de derechos la-

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borales y medioambientales queno han sido capaces de introdu-cir en el GATT.

Por todo ello, en un mundomás globalizado ha cobrado unanueva importancia la ética em-presarial. El respeto internacio-nal a principios universales debeconstituir un compromiso funda-mental de la actividad de las em-presas en el exterior. Y este com-promiso ha de ser homogéneo ycoherente en todo su ámbitogeográfico de acción: el enormeprogreso tecnológico de la socie-dad de la información hace quelas actuaciones de una empresaen un país puedan tener reso-nancia en todos los mercados lo-cales.

Los Estados y las empresas globales: España

La importancia de la empresaen la sociedad internacional ac-tual hace que los Estados, unagente que pierde peso a sucosta, necesiten contar con em-presas transnacionales con sedey origen en su territorio que con-tribuyan a compensar su menorinfluencia.

Según el último ranking deempresas por capitalización bur-sátil que publica Financial Times,España tiene hoy diez compañíasentre las quinientas más impor-tantes del mundo, el doble quehace veinte años. Todas ellas seencuentran en la lista gracias, enbuena parte, a su estrategia decrecimiento internacional. Es-paña ostenta así la octava plazamundial por número de empre-sas incluidas en la lista, tras Esta-dos Unidos, el Reino Unido, Ja-pón, Francia, Alemania, Italia yHolanda.

El Grupo Iberdrola ocupa elpuesto 245, siendo la quinta em-presa española y, si excluimos lasinstituciones financieras, el tercergrupo industrial español.

Merece destacarse que de lasdiez empresas españolas de lalista, dos son compañías que rea-lizan la mayor parte de su activi-dad en el sector eléctrico, lo queconstituye una prueba de que, alo largo de su historia, la indus-tria eléctrica de nuestro país hacontribuido al desarrollo econó-mico español y a consolidar supeso internacional en una pro-porción, en relación a otros sec-tores, que no encontramos en la

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mayoría de los países de nuestroentorno.

En España, se ha realizado unimportante esfuerzo de interna-cionalización en los últimos tiem-pos, si bien en su mayor partedebido al trabajo y a la visión delas propias empresas, de sus em-pleados, gestores y accionistas,pues la colaboración de la Admi-nistración, a través de políticasque propicien o, al menos, no im-pidan la constitución de grandescorporaciones globales, no ha

sido tan intensa como la desarro-llada en otros países.

La sensibilidad de la Adminis-tración hacia este importante de-safío de Estado parece, sin em-bargo, haber cambiado reciente-mente. Confío en que se con-firme y consolide una línea deactuación que parte de la basede que la existencia de grandesgrupos empresariales con fuertepresencia internacional es laclave para definir a un país comocompetitivo a nivel global.

2. LA ESCASA DIMENSIÓN INTERNACIONAL DE LAEMPRESA ELÉCTRICA TRADICIONAL

El proceso de globalización hallegado en fechas bastante re-cientes a los sectores económi-cos hasta hace poco considera-dos como servicios públicos, ode las “utilities” en términos an-glosajones, y relativamente tardesi realizamos una comparacióncon otros sectores. Así, por ejem-plo, los servicios financieros ad-quirieron una dimensión globalmucho tiempo antes que las in-

dustrias de la electricidad, gas,telecomunicaciones o agua.

Creo interesante explicar bre-vemente este hecho. Me referiréal sector energético y, más espe-cíficamente, al eléctrico por cons-tituir uno de los ejemplos másclaros de resistencia a la globali-zación de entre los sectores cita-dos y por ser la base de la expe-riencia de Iberdrola y de la míapropia.

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Un elemento de soberanía de los Estados

El sector energético en su con-junto ha venido siendo conside-rado políticamente una de lasmás características áreas de so-beranía nacional, a la que ningúnEstado ha querido renunciar.Prueba de ello es que, en el ám-bito europeo, a pesar de que elcarbón tuvo un importante papelen la construcción europea con lafirma en 1951 del Tratado de laComunidad Europea el Carbón yel Acero, la energía es un sectoreconómico que no estuvo reco-gido expresamente en el Tratadode Roma de 1957, el texto funda-dor de la Comunidad EconómicaEuropea.

El carácter estratégico de laenergía para cualquier país y lanecesidad de controlarla y prote-gerla se ven reforzados, en elcaso de la electricidad, por algu-nas de sus particulares caracte-rísticas.

En primer lugar, la electricidades la fuente energética de mayorrelevancia económica y social de-bido a su gran capacidad deadaptabilidad para su uso. Ellohace que una buena parte de las

energías primarias tiendan a sutransformación en energía eléc-trica para su consumo final y quela electricidad constituya un ser-vicio utilizado por todos a todaslas horas del día, resultando bá-sico para el desarrollo de un grannúmero de actividades industria-les e insustituible para sectorescomo el de las telecomunicacio-nes.

En segundo lugar, y como con-secuencia de lo anterior, su pre-cio y su calidad son extraordina-riamente importantes para losconsumidores. Los grandes clien-tes industriales dependen deesos dos factores para su compe-titividad y los ciudadanos para sucalidad de vida, si bien en oca-siones no se calibra lo suficientela parte de responsabilidad de lademanda sobre la calidad del su-ministro.

En tercer lugar, es un sector enel que, hasta tiempos muy re-cientes, las inversiones eran muyintensivas en capital.

En cuarto lugar, es extremada-mente importante para la seguri-dad de suministro que los agen-tes responsables del mismo to-men decisiones correctas en el

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largo plazo, que son las relacio-nadas con la expansión delequipo de generación, y en elcorto plazo, que son las relativasa la operación del equipo exis-tente.

En quinto lugar, la electricidadno puede almacenarse, lo queexige un continuo ajuste entre laoferta y la demanda.

En sexto lugar, las tarifas eléc-tricas han sido y son un instru-mento fácilmente utilizable porlos gobiernos como mecanismopara la consecución de objetivosespecíficos de sus políticas ener-géticas, industriales, económicasy sociales.

Por último, la electricidad esun sector con una directa inci-dencia en la calidad del medioambiente.

En gran parte como conse-cuencia de estas particularidades—algunas de las cuales son esgri-midas con mucha frecuencia paraoponerse a la liberalización delos sectores eléctricos, mientrasson cuestionadas (uso político delas tarifas) o adquieren una di-mensión distinta o más amplia(seguridad de suministro) por los

partidarios de la desregulación—,los sistemas se han desarrolladohistóricamente sobre una basenacional, a través de políticas de-finidas por los gobiernos con lagarantía de suministro, el uso derecursos energéticos indígenas,el control de los precios y la cali-dad de servicio como principaleselementos de guía.

Con la excepción del sectorpetrolífero, los sectores energéti-cos han puesto resistencia a losprocesos de globalización consus políticas de seguridad de su-ministro, medioambientales y fis-cales, el apoyo a sus empresas(especialmente a las de capitalpúblico propiciando situacionesdiscriminatorias con respecto alsector privado) y la defensa deregulaciones restrictivas.

Por añadidura, las propias em-presas nacionales de los paísesdesarrollados carecían de incen-tivos para iniciar la actividad in-ternacional mientras tenían aúnmucho que invertir en el desarro-llo de los sectores energéticosdomésticos. La madurez de estosmercados es un hecho relativa-mente reciente.

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Desarrollos históricos y estructuras muy diferentes. Mecanismos de cooperación internacional

Como consecuencia de ello,los sectores eléctricos nacionaleshan tenido desarrollos históricosextremadamente diferentes y,prácticamente, no existen mode-los idénticos. Así, la creciente ho-mogeneización de industrias ymercados que favorece la globa-lización no ha resultado ni tan in-tensa ni tan evidente en los sec-tores eléctricos.

En lo que se refiere a aspectosestructurales y de propiedad, ladiversidad viene determinadapor las múltiples combinacionesposibles que caben entre los ex-tremos que representan las es-tructuras monopolísticas vertica-les de titularidad pública y losesquemas con pluralidad deagentes y mayoritaria presenciaprivada. El nivel de regulacióntambién varía enormemente: haypaíses con sistemas controladosde forma casi absoluta por la Ad-ministración y otros completa-mente descentralizados y regi-dos por el mercado.

En lo que se refiere a las es-tructuras de producción, tambiénse perciben grandes diferencias,fruto de una determinada opciónde política energética o de laexistencia o no de determinadosrecursos energéticos primarios.Así, la producción nuclear tieneun papel muy relevante en de-terminados países, mientras queen otros no se ha desarrollado.Del mismo modo, hay países conun fuerte desarrollo hidráulico yotros muy basados en combusti-bles fósiles. Como resultado, haypaíses dependientes del exteriordesde el punto de vista energé-tico y otros que han logrado suindependencia o son grandes ex-portadores.

Hasta ahora esta diversidadde modelos ha funcionado satis-factoriamente ya que ha permi-tido resolver muchos objetivosdesde una base nacional, comolo exigía el contexto político yeconómico.

Si exceptuamos el sector pe-trolífero, el resto de sectoresenergéticos ha estado muy ce-rrado y sobreprotegido, pa-gando el alto coste del interven-cionismo. Eso sí, han existidomecanismos de cooperación in-

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ternacional, no homologables ala apertura de mercados, que, enel caso de la electricidad, se con-cretan en el impulso institucionalal desarrollo de interconexionesy en la constitución de organiza-ciones internacionales para lagestión y coordinación de inter-cambios, como la UCPTE y laNORDEL en Europa o la NERC enEstados Unidos.

La cooperación técnica gene-ral entre empresas eléctricastambién ha contribuido a la cons-titución de una amplia red de or-ganizaciones internacionales re-gionales o globales (UNIPEDE,Consejo Mundial de la Ener-gía,…). En el caso europeo, elproceso de integración del mer-cado eléctrico comunitario hizosurgir, desde el inicio del pro-yecto, una organización empresa-

rial con vocación de lobby polí-tico: Eurelectric.

Así, la empresa eléctrica tradi-cional ha tenido, hasta hace unosaños, una modesta dimensión in-ternacional que rara vez se mani-festaba fuera de lo que es sim-plemente cooperación entre em-presas nacionales y casi nuncallegaba a la actividad transnacio-nal en sentido estricto.

Por ello, las actuales empresaseléctricas deben realizar unenorme esfuerzo de adaptaciónde su estructura y sus recursoshumanos, puesto que se trata, ensu mayor parte, de compañíascon culturas corporativas y orga-nizaciones no enfocadas para laactividad exterior.

Sin embargo, la globalizaciónde la economía ha terminado porllegar también al sector eléctrico.¿Cuáles han sido las razones?

3. LA NUEVA EMPRESA DE SERVICIOS Y SU PRO-YECCIÓN GLOBAL

La globalización de los merca-dos ha terminado por llegar alsector eléctrico por distintos mo-

tivos, siendo los más importanteslos procesos de privatización yde liberalización, ambos íntima-

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mente ligados, si bien no han idonecesariamente juntos en todoslos casos.

Otros factores que han puestoen cuestión algunos de los moti-vos de resistencia que hemos re-señado en el anterior capítuloson las nuevas tecnologías (engeneración y en comunicacio-nes), la internacionalización delcapital y la globalización de losservicios financieros, las preocu-paciones medioambientales glo-bales, y las necesidades de creci-miento ante la creciente compe-tencia o la madurez de los merca-dos domésticos.

Los procesos de privatización y de liberalización

Por lo que se refiere a privati-zaciones, durante el período1988-1995, se privatizaron en elmundo empresas eléctricas porvalor de cuarenta millardos dedólares (unos seis billones depesetas) en veinte países distin-tos que van del Reino Unido aChile, pasando por Alemania delEste, Brasil o España. Aunque setrata de una cifra muy elevada, elproceso de enajenación de acti-vos públicos aún está comen-zando. Por otra parte, habría que

añadir los numerosos concursos yfórmulas BOT (Build-Own-Trans-fer) o BOO (Build-Own-Operate)para nuevas instalaciones.

En los países en desarrollo, elfenómeno de las privatizacioneses un recurso a la financiaciónprivada ante la imposibilidad dehacer frente a inversiones porparte del sector público. En sumayor parte, obedecen a recetasemanadas por organismos multi-laterales de financiación, quecondicionan sus ayudas a estosprocesos. En este caso, suelenacompañarse de procesos de li-beralización que implican nuevasreglas de juego que dan seguri-dad a los inversores extranjeros.

Merece destacarse que el pri-mer país del mundo que inicióun proceso de liberalización yprivatización del sector eléctricofue Chile en 1981.

En los países desarrollados,ha primado la desregulación an-tes que la privatización, aunqueésta también se ha dado por ra-zones propias, ligadas a la nece-sidad de sanear las cuentas pú-blicas o al convencimiento polí-tico de que la titularidad privada

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en este ámbito es más eficienteque la pública.

La liberalización en estos paí-ses se ha apoyado en razonespolítico-económicas, fundadasen la asunción de que la aplica-ción de las reglas de mercado alsector energético es la mejor ma-nera de incrementar su eficien-cia, o sustentadas por procesosde integración económica, comoes el caso de los Estados miem-bros de la Unión Europea y laobligada consecución del mer-cado interior de la energía.

El primer país desarrolladoque inició un ambicioso procesode privatización y liberalizacióndel sector eléctrico fue el ReinoUnido, en 1989. Luego han se-guido los países escandinavos,Nueva Zelanda, Australia, Ca-nadá o Estados Unidos.

En este grupo de países, sedan casos como el de Noruega,en el que la desregulación no hallevado necesariamente a la pri-vatización del sector, que conti-núa mayoritariamente en manospúblicas.

Casi todos los procesos de li-beralización se han caracteri-zado por desagregar actividades

que, en muchos casos veníanrealizándose de forma integrada,para abrir a la competencia lasactividades de producción y su-ministro y mantener reguladaslas actividades ligadas a las re-des, si bien garantizando que és-tas sean accesibles a los agentesdel mercado.

España goza, con la Ley deSector Eléctrico de 1997, de unode los marcos reguladores másabiertos del mundo. No sepuede decir lo mismo del sectordel gas que, con la Ley de Hidro-carburos de 1998, se ha abiertode forma ciertamente limitada.Desde el punto de vista estructu-ral, la Administración ha estable-cido la separación horizontal delsector eléctrico al mismo tiempoque ha propiciado la integraciónvertical del gas.

La internacionalización de lasempresas eléctricas españolas seha visto impulsada por la liberali-zación del sector y el consi-guiente incremento de compe-tencia.

Además, se han añadido facto-res como la existencia de un mer-cado maduro, con un crecimientodel consumo en el período 1985-

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95 del 2,6% anual, así como la dis-ponibilidad de mayores recursosfinancieros debido a los impor-tantes esfuerzos realizados enlos últimos años en mejora de laeficiencia y a la solución de ladeuda de los activos nuclearesen moratoria.

La empresa global de servicios

La liberalización del mercadocambia drásticamente el entornoy la fisonomía de la empresaenergética. La mayor competen-cia se traduce en un escenariomás incierto para las inversiones,con distintos riesgos pero másoportunidades, y la responsabili-dad se traslada de forma cre-ciente de las AdministracionesPúblicas y reguladores a losagentes, que dependen cada vezmás de sí mismos y de su capaci-dad de gestionar su posición enel mercado.

Al mismo tiempo, se asiste auna “comoditización” de todoslos productos y servicios energé-ticos que, incluida la electrici-dad, son ya susceptibles de co-mercializarse en grandes merca-dos internacionales como si fue-ran una materia prima más. Así,los distintos sectores energéticos

dejan de estar compartimenta-dos y comienzan a ofertarse (ydemandarse) en los mercadosconjuntamente.

La lógica del mercado res-ponde, en última instancia, a lasatisfacción del cliente. En un en-torno regulado la decisión delcliente venía impuesta por los re-guladores y los suministradoresmonopolísticos. En un entornodesregulado, la decisión delcliente únicamente la toma él. Yla demanda comienza a lanzarseñales de que desea un soloproducto que integre servicioscomo electricidad, gas, agua y te-lecomunicaciones.

Así, las empresas de estossectores han comenzado proce-sos de integración que buscan lacomplementariedad en la ofertade un bloque que incluya todoslos servicios considerados hastaahora como “públicos”. Tenden-cia que se hace posible y se vefavorecida por el desarrollo tec-nológico.

Es en este contexto, al que sesuperpone la internacionaliza-ción de dichos sectores, en elque se puede prefigurar un esce-nario futuro de mercado en cuyo

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centro estarán los operadoresglobales de servicios o “multiuti-lities”.

Estas empresas constituyenun nuevo concepto en la tipolo-gía de empresas transnaciona-les, con unas especificidades ensus relaciones sociales y políticasque, en parte, vienen heredadasde las peculiaridades de las em-presas nacionales de servicios

hasta ahora considerados “públi-cos”.

Veamos a continuación elejemplo de Iberdrola, una com-pañía que tiene una manifiestavocación de consolidarse comoempresa global de servicios, paralo que ha diseñado una estrate-gia que se encuentra en plenodesarrollo.

4. EL DESARROLLO INTERNACIONAL DE IBER-DROLA

Con la entrada en vigor de laLey del Sector Eléctrico de No-viembre de 1997, que liberalizala actividad de suministro eléc-trico en nuestro país, el negociobásico doméstico de Iberdroladebe afrontar un escenario com-pletamente nuevo.

Este escenario implica nuevasoportunidades derivadas de lastradicionales ventajas competiti-vas de Iberdrola, pero también,indudablemente, nuevos riesgospor la mayor competencia. Si aello unimos la mencionada ma-

durez del mercado eléctrico es-pañol, nos encontramos con quela estrategia empresarial de Iber-drola de creación de valor a tra-vés del crecimiento rentable nopuede garantizarse solamente através de una mayor eficiencia enla actividad tradicional.

Así, esta estrategia debe diri-girse también hacia la internacio-nalización y la diversificación delas actividades, con el consi-guiente reto de transformar unacompañía eléctrica española enun operador global multiservicio.

LA EMPRESA COMO SUJETO DE LAS RELACIONES INTERNACIONALES

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La internacionalización de las actividades

La identificación de la interna-cionalización como un factor es-tratégico clave para Iberdrola seha visto favorecido tanto internacomo externamente. Interna-mente, porque los esfuerzos rea-lizados en el ahorro de costes yel incremento de eficiencia, y lasolución final a la deuda de lamoratoria nuclear con la tituliza-ción de la misma en 1996, incre-mentaron sustancialmente nues-tras capacidades.

Externamente, porque una re-gión del mundo en donde por ra-zones históricas y culturales cree-mos tener ventajas competitivas,América Latina, ha sido en los úl-timos años el escenario de un im-portante y profundo proceso deliberalización y privatización desectores como los de la energía,las telecomunicaciones y el agua.

La política que Iberdrola hadefinido en lo concerniente a ac-tividades internacionales estábasada en inversiones a largoplazo, con un compromiso depermanencia y no de especula-ción financiera.

Asimismo, la actividad inter-nacional de Iberdrola se enmarcadentro del objetivo de creaciónde valor de Iberdrola mediantela aplicación de la experiencia ydel “know-how” en las distintasoperaciones, tomando participa-ciones que permitan el control ynos den un papel activo comooperadores de los negocios.

Compartimos riesgos con so-cios estratégicos como Tractebely Electricidade de Portugal(EDP), así como con aquellos so-cios específicos que, proyecto aproyecto, aporten ventajas com-parativas (Preví, Banco do Brasil,TECO, etc.).

El tipo de negocio en el queinvertimos es el de “utilities”,distribución y generación deelectricidad, telecomunicacionesy distribución de agua y gas.

En una primera etapa, nos he-mos concentrado en la distribu-ción eléctrica pues es un sectorque ha presentado grandes opor-tunidades. Además, se trata deuna actividad en la que tenemosventajas competitivas con res-pecto a otros inversores, ofreceoportunidades de crear valor através de la racionalización de

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plantillas, la reducción de pérdi-das, la mejora de gestión comer-cial y técnica, etc., y, finalmente,permite desarrollar negocios re-lacionados: generación, servicios,etc.

Geográficamente, nuestras in-versiones están en la actualidadconcentradas en América Latina yen Portugal, en donde, como con-secuencia de un ambiciosoAcuerdo Estratégico, hemos rea-lizado un intercambio de partici-paciones con EDP. En un futuropróximo, pretendemos diversifi-car riesgos con la entrada enotros mercados comunitarios,nuevas áreas de fuerte potencial,y, tal vez, Estados Unidos.

Con objeto de gestionar efi-cazmente la internacionalizaciónde nuestras actividades, asícomo para cumplir requisitos re-gulatorios, Iberdrola ha estable-cido una compañía indepen-diente, participada en un 100%,Iberdrola Energía S.A. (Ibere-ner), que es responsable de lasinversiones internacionales.

La consultoría y los proyectosde asistencia técnica, que, ade-más de su interés intrínseco, son

un medio para evaluar inversio-nes futuras, se desarrollan a tra-vés de otra filial, Iberdrola Inge-niería y Consultoría S.A., partici-pada en un 100%. Sus trabajos sehan desarrollado en distintospaíses fuera de América Latinacomo la Federación Rusa o Arme-nia.

La filial de servicios informáti-cos de Iberdrola, Iberdrola Siste-mas S.A., también está iniciandoun proceso de internacionaliza-ción, realizando trabajos de con-sultoría en Brasil, aprovechandolas sinergias que ofrecen las in-versiones de Iberener.

En el marco de las actividadesde diversificación de Iberdrola,otras empresas directamenteparticipadas por el Grupo o a tra-vés de Corporación IBV, sociedadal 50% con BBV, desarrollan im-portantes actividades en el exte-rior. Entre ellas destaca el GrupoGamesa, con una gran implanta-ción en América Latina.

En aras de una mayor síntesis,paso a describir a continuaciónúnicamente las inversiones reali-zadas por Iberener.

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Volumen y naturaleza de las inversiones internacionales

Al cierre de 1998, las inversio-nes de Iberener han alcanzadolos 330 millardos de pesetas y re-presentan un 11% de los activostotales de Iberdrola. Las distin-

tas actividades acumulan una ci-fra de negocio total de cerca de1,2 billoes de pesetas y sumanunos quince millones de clien-tes.

Para el período 1998-2001,prevemos invertir unos cien mi-llardos de pesetas anuales.Nuestra intención es que en elaño 2003 las actividades de inter-nacionalización y diversificación,que hoy representan el diez porciento de nuestros resultados, al-

cancen cerca del treinta porciento de los resultados totalesdel Grupo.

Como se puede ver en elmapa, estamos presentes en seispaíses que por orden del volu-

ARGE NT INALitoral GasDistribucin de Gas (15,3%, participacin vendida en 1998)C.T. G emes Generacin Elctrica (12% , participacin vendida en 1999)

BO LIVIAElectropaz (57,1%), Elfeo (95,0%)Distribucin El ctrica La Paz / Oruro

BRASILCoelba (28,11% ) y Cosern (25,59%)Distrib. El ctrica en Baha / Rio Grande NorteCE G (9,9% ) y Riog s (13,1% )Distribucin de Gas en Rio de Janeiro

GUAT EM AL AEEG SA (39,2% )Distribucin El ctrica

COL OM BIAG as Bogot (14,5%) yG as O riente (6,3%)D istribucin de Gas en Bogot

CH ILEElectroandina (8,3%) y Colb n (5,2%)Generaci n de EnergaIbener (26,3%)Central Hidroelctrica (en construccin)

Tele Leste, Tele Sudeste, Tele SP, CRTTelecom Baha y R o, Sao Paulo, R o Grande SItapeb (21,75%) Central Hidroelctrica (en construccin)

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men de la inversión, son los si-guientes: Brasil, Guatemala,Chile, Bolivia, Colombia y Argen-tina. Ya que la imagen muestra ladistribución geográfica de las in-versiones, voy a realizar una revi-sión cronológica de las mismas.

Las primeras inversiones in-ternacionales de Iberdrola serealizaron en Argentina en 1992.Este país era, por aquel entoncesy junto con Chile, pionero en losprocesos de liberalización y pri-vatización del sector energético.Se adquirió una participación del12% en la central térmica de Güe-mes y un 15,3% en la distribui-dora de gas Litoral Gas, que hansido vendidas recientemente.

Tras un período de evaluaciónde oportunidades y dedicados aa resolución de problemas finan-cieros domésticos como la deudade la moratoria nuclear, en 1996continuamos con nuestro pro-ceso de inversiones extranjeras,entrando en los mercados chi-leno y boliviano.

En el primero, con la adquisi-ción de una participación del8,3% en Electroandina, compañíapropietaria de la central térmicade Tocopilla; de un 5,2% de la ge-

neradora Colbún y, finalmente,de un 26,3% de Ibener, empresaadjudicataria de la concesiónpara la construcción de una cen-tral hidroeléctrica de 125MW.

En el segundo, con la adquisi-ción de un 57,1% de Electropaz yde un 95% de Elfeo, compañíasdistribuidoras de electricidad enlas áreas de La Paz Oruro respec-tivamente.

1997 marcó el inicio de nuestraentrada en el que, hoy por hoy,es nuestro principal mercado enel exterior, Brasil. Así, en 1997,adquirimos el 28,11% de Coelbay el 25,59% de Cosern, compañíasdistribuidoras de electricidad enlas regiones de Bahía y RíoGrande Norte, respectivamente.Ese mismo año, entramos en lasdistribuidoras de gas de Río deJaneiro, CEG y Riogás, con un9,9% y un 13,1% respectivamente.

El año pasado continuamoscon nuestras inversiones en Bra-sil, acompañando a nuestro socioestratégico Telefónica en su en-trada en el sector brasileño detelecomunicaciones. Actualmen-te, tenemos participaciones enlas compañías CRT, Tele SudesteCelular, Telesp y Tele Leste. En

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esta última, nuestra participaciónen el consorcio adjudicatario esmayoritaria pues cubre las activi-dades de telefonía móvil en lasregiones de Sergipe y Bahía,donde Iberdrola puede aprove-char las sinergias que indudable-mente existen con el negocio dedistribución de electricidad.

En el campo energético, unconsorcio en el que Iberdrolacuenta con un 21,75% de partici-pación resultó adjudicatario de laconcesión para la construcciónde una central hidráulica de 450MW en el Estado de Bahía.

En 1998, Iberener realizó asi-mismo inversiones en el sectorenergético en Colombia, con laadquisición de participacionesdel 14,5% y 6,3% en las compa-ñías de distribución de gas deBogotá, Gas Natural ESP y GasOriente, respectivamente.

Por último, el año pasado Iber-drola entró en Guatemala con laadquisición, junto con nuestrosocio estratégico EDP y la com-pañía americana TECO, del 80%de Empresa Eléctrica, la mayorcompañía distribuidora de elec-tricidad del país, con más de me-dio millón de clientes. Esta in-

versión otorga a Iberener unapresencia importante y activa enCentroamérica, una región quecuenta con una creciente estabi-lidad social y política y grandesperspectivas de crecimiento ydesarrollo económico.

Principios rectores de nuestra presencia internacional

Nuestra presencia en los mer-cados y en las sociedades deotros países se orienta por unaserie de principios, fundados ennuestra cultura corporativa y es-trategia empresarial, que condi-cionan nuestras relaciones con elentorno y con las instuciones dedichos países.

En primer lugar, nuestras in-versiones tienen un horizonte delargo plazo. Invertimos con el com-promiso de permanecer por mu-cho tiempo, asumiendo las res-ponsabilidades propias de accio-nistas estables y gestionandocon eficacia empresas de futuroque acompañen al desarrollo delos países en cuestión.

Esta primera característica denuestra presencia internacionalhace que veamos con una inquie-tud razonablemente moderada la

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grave crisis financiera por la queatraviesa Brasil desde hace unosmeses. Al no buscar una rentabi-lidad inmediata, nuestros resul-tados como Grupo no dependena corto plazo de los ingresos pornuestra actividad internacional.Por otro lado, nuestras inversio-nes tienen carácter industrial, seencuentran respaldadas por acti-vos materiales y mercados, y enla mayor parte de los casos, ha-cemos de operadores por lo quecontamos con ingresos invaria-bles como gestores.

En todo caso, creemos que lacapacidad de respuesta de lasinstituciones brasileñas y regio-nales es suficientemente sólida.Tras la crisis mejicana, el con-junto del sistema económico lati-noamericano emprendió un pro-grama de reformas estructuralesque ha hecho que la región sea,ciertamente, un destino más se-guro para las inversiones de loque era hace cuatro años.

En segundo lugar, nuestro pa-pel no es el de simples inverso-res, sino que trabajamos en laaportación de conocimientos y en latransmisión de las experiencias quevamos acumulando en numero-sas actividades en distintos paí-

ses. Esta transmisión se realizamediante la fusión de los equi-pos de Iberdrola y de los equi-pos locales.

En realidad, la transmisión ycapitalización de conocimientosse hace en las dos direcciones,es decir, también desde la em-presa local al Grupo, enrique-ciendo y desarrollando, de estemodo, una cultura común. El ob-jetivo es la consolidación de unaidentidad corporativa en los re-cursos humanos de los negociosinternacionales que haga posi-ble, en el medio plazo, tanto queéstos puedan ser gestionadosenteramente por directivos loca-les como que el conjunto de di-rectivos del Grupo pueda fluir sinbarreras por los distintos merca-dos y empresas.

En tercer lugar, pretendemosintegrarnos en las sociedades locales,asumiendo desde el primer mo-mento el papel que, como perso-nas y como agentes económicos,debemos representar. El hechode que nuestras actividades es-tén enmarcadas en el sector deservicios básicos o esencialeshace que nuestro compromisocon las sociedades que nos aco-gen sea muy profundo.

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Como personas, tratamos derealizar el trabajo como lo hace-mos en España, promoviendo ac-titudes —integridad, honra-dez— y aptitudes —competen-cia, capacidad— que nos resul-tan necesarias para garantizar eléxito de nuestras actividades,respetando la dignidad de laspersonas y facilitando la convi-vencia e integración.

Como agentes económicos,nos consideramos una parte másde la estrategia de desarrollo ycrecimiento que el país decidallevar a término y a ella servimosleal y responsablemente.

En la realización de la activi-dad de que se trate, buscamos lamayor creación de valor paranuestros clientes. La consecuciónóptima de este objetivo noslleva, en nuestra relación con lospoderes públicos locales, a soli-citar de los mismos, dentro de unescrupuloso respeto a las institu-ciones, garantías de estabilidaden los marcos reguladores o, ensu caso, coherencia en el futurodesarrollo de los mismos con res-pecto a los principios normativosque hicieron tomar la decisión deinvertir en el país.

Además, nuestro compromisocon el desarrollo del país destinode nuestra inversión se materia-liza en otros ámbitos de acción,mediante la promoción del desa-rrollo económico-social por cau-ces no empresariales, siendosensibles a la evolución de lasnecesidades de la sociedad,ofreciendo nuestras capacidadespara contribuir a la solución deproblemas y colaborando con lasinstituciones.

Un ejemplo reciente lo consti-tuye el Convenio de Coperaciónfirmado hace unas semanas porla Compañía Empresa Eléctricade Guatemala y el Ministerio deEducación de aquel país, por elque se ha donado una impor-tante cantidad de material didác-tico y se ha puesto a disposiciónde las autoridades recursos fi-nancieros para invertir en infraes-tructura educativa que permita lareconstrucción de escuelas daña-das por el huracán Mitch.

Finalmente, y en cuarto lugar,pretendemos servir de puentepara el establecimiento de unasmayores relaciones comerciales entreagentes locales y empresas espa-ñolas de otros sectores, contribu-yendo al desarrollo económico

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de países que reclaman fuertesinversiones extranjeras.

Las relaciones institucionales

El desarrollo concreto de lapresencia de Iberdrola en cadapaís, sobre la base de los princi-pios que acabamos de revisar, nopuede seguir un esquema homo-géneo puesto que cada paístiene su propia realidad socio-política. No es lo mismo gestio-nar las relaciones institucionalesde un país pequeño, con institu-ciones democráticas recién estre-nadas y un cuerpo dirigente ex-traordinariamente eficaz pero re-ducido como Guatemala, que lade un gran país con una estruc-tura marcadamente federal y dis-tintos niveles administrativos enconstante tensión como Brasil.

Por ello, las relaciones con lasinstituciones locales, con los me-dios de comunicación y con la so-ciedad en su conjunto son activi-dades muy directamente gestio-nadas por las propias empresaslocales. En una proyección denuestra estructura organizativa,se han identificado dos funcionesen el organigrama de las empre-sas locales participadas, la de re-laciones institucionales y la de

comunicación, que se procuranasignar a un directivo autóctonode la empresa local.

Su objetivo es, por un lado,asegurar que la presencia deIberdrola ante las institucionessociales y políticas del país, o enel seno de las organizacionessectoriales y empresariales loca-les, se mantienen en un niveladecuado; y, por otro lado, garan-tizar que la presencia e imagende Iberdrola es percibida correc-tamente por los medios de co-municación y los distintos agen-tes sociales.

En una labor que tiene otra di-mensión, pues se halla separadade la gestión de los negocios es-pecíficos, hemos establecido lafigura del Delegado de Iberdrola.Se trata de un directivo de la ma-triz que desarrolla funciones deprospección e identificación denuevas oportunidades, ademásde coordinación estratégica delos distintos negocios, para locual se responsabiliza de las re-laciones institucionales que leafecten en el conjunto de Amé-rica Latina. Hemos establecidoen Río de Janeiro la sede de laDelegación de Iberdrola en Amé-rica Latina.

LA EMPRESA COMO SUJETO DE LAS RELACIONES INTERNACIONALES

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CUADERNOS EMPRESA Y HUMANISMO

Por último, la presencia deIberdrola en organizaciones re-gionales sectoriales resulta unvehículo importante de relaciónempresarial e institucional. Sianteriormente hemos citado al-gunas organizaciones de ámbitoeuropeo como UNIPEDE o Eure-lectric, en América Latina forma-mos parte de la Comisión de In-tegración Eléctrica Regional(CIER).

La CIER es una asociación deempresas eléctricas cuyo obje-tivo es la promoción de la inte-gración del sector eléctrico deAmérica del Sur, a través, básica-mente, de la difusión de informa-ción, promoción del intercambiode experiencias, acciones de co-

operación y organización deeventos y reuniones sectoriales.Son miembros de la CIER diezpaíses latinoamericanos —Ar-gentina, Bolivia, Brasil, Chile,Colombia, Ecuador, Paraguay,Perú, Uruguay y Venezuela—cuatro empresas —EDF, EDP,ENEL y CFE— y una asociación—UNESA—.

Como miembro de UNESA, or-ganización que agrupa a las com-pañías eléctricas españolas, Iber-drola participa en el Area deTransporte y en los Subcomitésde Ingeniería de la Distribución,Comercialización, Finanzas, Ad-ministración y Negocios y Asun-tos Legales y Reglamentarios dela CIER.

5. CONCLUSIONES

La globalización condiciona lanaturaleza y el grado de influenciade cada uno de los distintos agen-tes de una sociedad internacionalcrecientemente compleja, altiempo que replantea el equili-brio entre todos ellos.

Así, mientras los Estados vanperdiendo peso, las empresas

han pasado de ser un sujeto pa-sivo a constituirse en un auténticosujeto activo de las relaciones in-ternacionales.

Las empresas de los sectoreshasta ahora llamados “públicos”—energía, telecomunicaciones,agua— han tardado más queotros sectores económicos en al-

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CUADERNOS EMPRESA Y HUMANISMO

canzar una dimensión global.Fundamentalmente por su condi-ción de estratégicos, han sidoconsiderados un elemento bá-sico de la soberanía de los Esta-dos y se han desarrollado sobreuna base nacional.

La financiación del desarrollode las economías emergentes, lacompetitividad internacional y laapertura de los mercados en to-dos los ordenes, junto con la pro-gresiva consideración de dichossectores como susceptibles deser regulados en libre competen-cia, han propiciado procesos deliberalización y privatización. Es-tos procesos, unidos a otros fac-tores, han conducido finalmentea la globalización de los sectoresde energía, telecomunicaciones yagua.

En este contexto, Iberdrola esuna compañía que tiene vocaciónde consolidarse como una em-presa global de servicios y, paraello, ha diseñado una estrategiade internacionalización que seencuentra en plena ejecución.

Nuestra presencia internacio-nal se orienta por una serie deprincipios, fundados en nuestracultura corporativa y estrategia

empresarial, que condicionannuestras relaciones con el en-torno y con las instituciones dedichos países. Estos principios—estabilidad de las inversiones,aportación de conocimientos ytransmisión de experiencias, in-tegración humana e institucionalen las sociedades y puente derelaciones comerciales— confi-guran el papel como agente de lasociedad internacional que,conscientes de nuestras limita-ciones y sin estridencias de nin-gún tipo, entendemos nos co-rresponde.

Hoy, nuestra mayor satisfac-ción es ser valorados y aprecia-dos en los distintos países queson destino de nuestras inversio-nes gracias a la forma en queoperamos nuestras empresas y alconjunto de nuestra aportación alas sociedades locales. Asi-mismo, estamos satisfechos porno tener hasta el presente nin-gún conflicto con las empresas,con las instituciones o con otrosagentes de los Estados en dondedesarrollamos nuestras activida-des internacionales.

En su excelente artículo “So-bre el estatuto sociopolítico dela clase empresarial”, el Profe-

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CUADERNOS EMPRESA Y HUMANISMO

sor Alvira destaca la dificultadque tienen los directivos deempresa para tomar concienciade sus responsabilidades socia-les en un entorno tan fuerte-mente competitivo como el delos mercados globales. Ignoro sila experiencia de Iberdrolapuede contribuir a matizar supesimismo. En todo caso, de-searía poner de manifiestonuestro interés y nuestra dispo-sición a colaborar en las re-flexiones que, desde organiza-ciones como el Instituto Em-presa y Humanismo, se estánhaciendo sobre el papel socialy político de la empresa en uncontexto de apertura y globali-zación de mercados que no ve-mos como un fin en sí mismo.

La formación pluridisciplinares, sin duda, una de las caracte-rísticas principales del directivodel futuro, ya que, con toda se-guridad, va a desarrollar su acti-vidad en este nuevo entorno.La excelencia en el ejercicio desus responsabilidades le va aexigir una preparación integralque trascienda los conocimien-tos y aptitudes técnicas para in-cluir, además, el ámbito de lasactitudes y de los principiosmorales, en un ejercicio deaprendizaje continuo que le ca-pacite para dirigir equipos, au-nar esfuerzos, responder conflexibilidad y rapidez a los cam-bios y “vivir” la empresa conuna visión amplia en el tiempoy en el espacio.

LA EMPRESA COMO SUJETO DE LASRELACIONES INTERNACIONALES

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CUADERNOS EMPRESA Y HUMANISMO

Nº 1 Aspecto financiero y aspecto humano de la EmpresaVittorio Mathieu

Nº 2 La interpretación socialista del trabajo y el futuro de la EmpresaLeonardo Polo

Nº 3 La responsabilidad social del empresarioEnrique de Sendagorta

Nº 4 El sentido de los conflictos éticos originados por el entorno en el que opera la EmpresaJuan Antonio Pérez López

Nº 5 Empresa y CulturaFernando Fernández

Nº 6 Humanismo y EmpresaCruz Martínez Esteruelas

Nº 7 Moralidad y eficiencia: líneas fundamentales de la ética económicaPeter Koslowski

Nº 8 La estrategia social de la empresaManuel Herrán Romero-Girón

Nº 9 El trabajo directivo y el trabajo operativo en la empresaCarlos Llano

Nº 10 El altruísmo en la empresaGeorge Gilder

Nº 11 Ricos y pobres. Igualdad y desigualdadLeonardo Polo

Nº 12 El utilitarismo en la ética empresarialJoan Fontrodona

Nº 13 La empresa en la historiaAgustín González Enciso

Nº 14 La empresa entre la Economía y el DerechoJosé Antonio Doral

Nº 15 La empresa ante la nueva complejidadAlejandro Llano

Nº 16 Empresa y libertadJesús Arellano

Nº 17 ¿Qué es el humanismo empresarial?Rafael Alvira

Nº 18 El rendimiento social de la EmpresaJose M. Basagoiti

Nº 19 Elementos configuradores de la actual valoración del trabajoTomás Melendo

Nº 20 Dirección y sistemas de mandoManuel López Merino

Nº 21 La índole personal del trabajo humanoTomás Melendo

Nº 22 La revolución social del managementTomás Calleja

Nº 23 Indicadores de la madurez de la personalidadEnrique Rojas

Nº 24 Empresa y sistemas de cooperación socialIgnacio Miralbell

Nº 25 Humanismo para la direcciónMiguel Bastons

Nº 26 Actualidad del humanismo empresarialAlejandro Llano

Nº 27 Notas sobre la cultura empresarialRafael Gómez Pérez

Nº 28 La importancia de la dinámica política para el directivoManuel Alcaide Castro

Nº 29 El poder...¿Para qué?Juan Antonio Pérez López

Nº 30 La empresa y el ambiente socio -político en el umbral del nuevo sigloDaniel Bell

Nº 31 La gestión del cambio en la empresaJuan A. Díaz Alvarez

Nº 32 Hacia un mundo más humanoLeonardo Polo

Nº 33 Estudio histórico sistemático del humanismoHiginio Marín

Nº 34 Humanismo estamental Higinio Marín

Nº 35 Consideraciones sobre el activo humano de la empresaTomás Calleja

Nº 36 Ser el mejor. Hacer que otros también lo sean (Sólo para empresarios)José María Ortiz

Nº 37 La Etica de la Sociedad de ConsumoAntonio Argandoña

Nº 38 Hacia una Economía Política HumanistaLudwig Erhard

Nº 39 Las referencias sociales de la empresaTomás Calleja

Nº 40 Máximo Beneficio y Máxima RacionalidadJosé María Ortiz

Nº 41 La inserción de la Persona en la EmpresaArmando Segura

Nº 42 Humanismo pericialHiginio Marín

Nº 43 Dimensión humanista de la energíaTomás Calleja

Nº 44 La empresa entre lo privado y lo públicoMiguel Alfonso Martínez-Echevarría

Nº 45 Competitividad y cooperación como valores institucionales de la empresaSantiago García Echevarría

Nº 46 Filosofía de la economía I- Metodología de la ciencia económicaAlejo J. Sison

Nº 47 La lógica del directivo: el control necesario y la confianza imposiblePablo García Ruiz

Nº 48 La 'revolución' institucional de la empresa. El reto al directivo y a los recursos humanosSantiago García Echevarría

Nº 49 Filosofía de la economía II- El ámbito austrogermánicoAlejo J. Sison

Nº 50 Valores éticos de la empresaJuan Cruz

Nº 51 La empresa virtuosaJosé María Ortiz

Nº 52 Las decisiones en la empresa: cálculo y creatividad Miguel Bastons

Nº 53 Filosofía de la Economía III. Los fundamentos antropológicos de la actividad económicaAlejo J. Sison

Nº 54 La familia: un imperativo para la empresaRamón Ibarra

Nº 55 Variaciones sobre una crisisTomás Calleja

Nº 56 Pobreza, productividad y preciosPaolo Savona

Nº 57 Lo común y lo específico de la crisis moral actualRafael Alvira

Nº 58 La ética empresarial: una aproximación al fenómenoManuel Guillén

Nº 59 La dimensión política de la economíaMiguel Alfonso Martínez-Echevarría

Nº 60 Sobre la cooperación competitivaAna Fernández y Carmelo Lacaci

Nº 61 Organizaciones inteligentes en la sociedad del conocimientoAlejandro Llano

Nº 62 La economía social de mercado de Ludwig Edhard y el futuro del estado de bienestarAna Fernández y Carmelo Lacaci

Nº 63 La persona humana en la empresa de fin de sigloCarlos Llano

Nº 64 Estado, sociedad civil y empresaTomás Calleja

Nº 65 Sobre la confianzaRichard Brisebois

Nº 66 El protagonismo social de la empresaTomás Calleja

Nº 67 Dimensiones estéticas de la empresaRafael Alvira

Nº 68 La empresa como realidad estéticaAna Fernández

Nº 69 De la estética a la ética de la comunicación internaIñaki Vélaz

Nº 70 La respuesta empresarial a una nueva dinámica del empleo: ¿Eficiencia económica versus eficiencia social en clave ética? Santiago García Echevarría

Nº 71 La profesión: enclave ético de la moderna sociedad diferenciadaFernando Múgica

Nº 72 El empresario servidor-líderEnrique de Sendagorta

Nº 73 Peter Drucker (I): Hacia una biografía intelectualGuido Stein

Nº 74 Peter Drucker (II): Sobre empresa y sociedadGuido Stein

Nº 75 La narrativa anglo-americana de la propiedadAlejo Sison

Serie en inglés:

Nº9 Managerial work and operative work within enterpriseCarlos Llano

Nº10 The altruism of enterpriseGeorge Gilder

Nº15 Business and the new complexityAlejandro Llano

Nº17 Enterprise and HumanismRafael Alvira

Nº22 The social revolution of managementTomás Calleja

Nº30 The socio-political environment that enterprise may faceDaniel Bell