la educacion social

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129 Hernando Hurtado Quintero* La educación social y su opción para la intervención social en Colombia Resumen Introducción: en este artículo de reflexión se realiza un recorrido por la concepción de la educación social como objeto de estudio de la pedagogía social. Se procede a dife- renciarlas y a aproximarlas en los aspectos más relevantes. Metodología: se analizan los tres campos de acción de la educación social: desde la titulación, como profesión, y la praxeología. Resultados: la educación social aporta a que las sociedades y sus integrantes avancen hacia un bienestar y mejor calidad de vida, y paralelamente le corresponde fortalecer y propiciar la participación de las comunidades en la construcción de unas que sean inclu- yentes. Conclusiones: la educación social aporta a la solu- ción de problemáticas de los diversos grupos sociales, por lo cual es una importante alternativa para nuestros países. Palabras clave: educación social, intervención, peda- gogía social, poblaciones. Abstract Introduction: this paper gives a reflection and a view of the social education conception as a study of social pedagogy. We proceed to differentiate and approach their most relevant aspects. Methodology: we analyzed three action fields of the Social Education as follows: the degree, the profession, and the prax- eology. Results: social Education gives communities and their members’ welfare and a better life quality, and also strengthens and encourages an appropriate community participation to build inclusive ones. Conclusion: social education gives alternatives to solve issues of various social groups, which is impor- tant to our countries. Keywords: communities, involvement, social education, social pedagogy. Recibido: 25 de octubre del 2010 Aprobado: 29 de noviembre del 2010 Social education and social involvement option in Colombia * Docente tiempo completo de la Facultad de Educación de la Universidad Cooperativa de Colombia, sede Medellín. Magíster en Educación y Desarrollo Humano de la Univer- sidad de Manizales. Candidato a Doctor en Ciencias de la Educación de la Universidad Tecnológica de Pereira (UTP). Correo electrónico: [email protected] Cómo citar este artículo: Hurtado Quintero, H. (2011), “La educación social y su opción para la intervención social en Colombia”, en Revista Memorias, vol. 9, núm. 15, pp. 129-140.

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educción social

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    Hernando Hurtado Quintero*

    La educacin social y su opcin para la intervencin social en Colombia

    Resumen

    Introduccin: en este artculo de reflexin se realiza un recorrido por la concepcin de la educacin social como objeto de estudio de la pedagoga social. Se procede a dife-renciarlas y a aproximarlas en los aspectos ms relevantes. Metodologa: se analizan los tres campos de accin de la educacin social: desde la titulacin, como profesin, y la praxeologa. Resultados: la educacin social aporta a que las sociedades y sus integrantes avancen hacia un bienestar y mejor calidad de vida, y paralelamente le corresponde fortalecer y propiciar la participacin de las comunidades en la construccin de unas que sean inclu-yentes. Conclusiones: la educacin social aporta a la solu-cin de problemticas de los diversos grupos sociales, por lo cual es una importante alternativa para nuestros pases.

    Palabras clave: educacin social, intervencin, peda-goga social, poblaciones.

    Abstract

    Introduction: this paper gives a reflection and a view of the social education conception as a study of social pedagogy. We proceed to differentiate and approach their most relevant aspects. Methodology: we analyzed three action fields of the Social Education as follows: the degree, the profession, and the prax-eology. Results: social Education gives communities and their members welfare and a better life quality, and also strengthens and encourages an appropriate community participation to build inclusive ones. Conclusion: social education gives alternatives to solve issues of various social groups, which is impor-tant to our countries.

    Keywords: communities, involvement, social education, social pedagogy.

    Recibido: 25 de octubre del 2010 Aprobado: 29 de noviembre del 2010

    Social education and social involvement option in Colombia

    * Docente tiempo completo de la Facultad de Educacin de la Universidad Cooperativa de Colombia, sede Medelln. Magster en Educacin y Desarrollo Humano de la Univer-sidad de Manizales. Candidato a Doctor en Ciencias de la Educacin de la Universidad Tecnolgica de Pereira (UTP). Correo electrnico: [email protected]

    Cmo citar este artculo: Hurtado Quintero, H. (2011), La educacin social y su opcin para la intervencin social en Colombia, en Revista Memorias, vol. 9, nm. 15, pp. 129-140.

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    Introduccin

    Defi nicin de la educacin social y su opcin para la intervencin social en Colombia

    De la educacin social (es) se puede decir sin temores que interviene en la cotidia-nidad de las personas, que se plantea en el modus vivendi de las comunidades y busca, entre otras posibilidades, brindar mecanismos de respuesta y solucin precisamente a esos diversos entramados problematizados del hombre.

    Una concepcin tradicional de la educacin social, que se incluye dentro de la ciencia peda-ggica, es la educacin de la personalidad en sus aspectos sociales, la cual se encamina a que el sujeto aprenda a respetar las normatividades

    y que fortalezca desde su personalidad una adaptabilidad a la vida social. Es decir, a los seres humanos se les va sumando una serie de valores, reglas y actitudes que promueven el deseo de estar en paz, con respeto al medio ambiente, a la diversidad y al interculturalismo (Quintana, 1997, p. 71).

    La educacin social irradia su campo de accin en tres sentidos: uno que se relaciona con la consumacin de una profesin (muy linda por cierto); el otro que se asocia a la expedicin y entrega de esa titulacin (formacin del profe-sional); y el tercero (el ms amplio y la esencia) que se encamina a la praxeologa y aplicabi-lidad en mltiples escenarios de la vida, en una intervencin y acompaamiento a los diversos grupos poblacionales, aportando soluciones a las diferentes problemticas de los humanos.

    Una carrera yprofesin

    Un ttulouniversitario

    Educacin social

    La praxeologa de lapedagoga social

    Figura 1. Diseo propio a partir de los campos de accin de la educacin social

    Fuente: el autor

    Distincin entre pedagoga social y educacin social

    La educacin social es esa prctica social y educativa que se desarrolla desde la pedagoga social, y el objeto de estudio de la pedagoga social es la primera, por tanto se entrecruzan (se nutren, pero no son lo mismo, la primera depende de la segunda) al procurar atender las diversas problemticas, acudiendo a la combi-nacin de soportes tericos, llevados luego a las

    intervenciones prcticas en las realidades diag-nosticadas y a las particularidades de todos los grupos poblacionales existentes.

    La pedagoga social tiene un campo de accin muy extenso, lo que la potencia y le da diversas posibilidades desde el accionar social y los espacios de interrelaciones comunitarias, dos caractersticas que van de la mano y son indispensables a la hora de realizar, diagnos-ticar, disear y ejecutar intervenciones hacia

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    diversos pblicos y espacios objeto de estudio. Al respecto, Rodrguez (2009, p. 16) aporta:

    [] el campo de accin de la Pedagoga Social y la Educacin Social es bien amplio: abarca todo lo social y, por tanto, se enmarca dentro del mbito de la educacin no formal. Dos caractersticas son las que defi nen a esta ciencia eminente-mente prctica: es educacin y es social. [] la Pedagoga Social no hace slo referencia a la accin social, sino que tiene tambin en cuenta la dimensin social de quien acta. De este modo, la Pedagoga Social se vertebra sobre dos conceptos que incidirn en cada uno de los temas que se abordan: sociabilidad y socializacin.

    La educacin social en construccin de su conocimiento holstico: camino a la titulacin

    Por su parte, la educacin social viene cons-truyndose como ciencia, y est en constante creacin y resignifi cacin de los saberes y destrezas que le corresponde brindar al profe-sional. Estas habilidades pasan por acciones adecuadas y adaptativas segn los contextos, los sujetos y las problemticas por seguir, consoli-dando unas capacidades tcnicas y operativas: las maneras de ir entregndole al profesional un conocimiento amplio, autnomo y dialo-gante, que le permita atinar a la hora de realizar las intervenciones. En relacin con lo acotado, Garca Mnguez (2001, p. 175) recuerda:

    Las funciones educativas del profesional de la Educacin Social tienen como punto de mira: unas habilidades cognitivas en proceso de creci-miento, esto es, inconclusas; unas habilidades tcnico-profesionales y un desarrollo de habili-dades conductuales.

    El Educador social es un agente que cumple con la condicin de una personalidad, unos conocimientos cientfi cos-tcnicos y una accin operativa y estratgica. En suma advirtase que la cultura de la profesionalizacin social se halla

    en un periodo de construccin, uno porque estamos perfi lando su identidad y dos porque los planteamientos educativos no pueden estar sellados con objetivos fi nalistas y defi nitivos, nuestro sino natural es el fi eri, no el factum, o sea una condena a planteamientos evolutivos,

    eternos constructores de la especializacin.

    Del mismo modo, otros autores han ido apor-tando a la construccin del objeto de estudio y la amplitud de intervencin de la educacin social, como Garca Garrido (1971, p. 75), quien destac la importancia de sta educacin para la potencia-cin de la cultura y el mejoramiento de la vida en sociedad; una profesin muy dedicada a indagar en las particularidades de los grupos sociales.

    Unos diez aos despus aparece Colom (1983, p. 172), quien consider a la educacin social importante para satisfacer las necesi-dades de interrelacin social de los individuos y comunidades, de tal manera que les aporte a una mejor calidad de vida, llevada a la prctica desde distintas intervenciones educativas y que no excluya a ningn grupo poblacional.

    Quintana (1986, p. 39) agrupa en dos frentes la educacin social y sus mbitos de inter-vencin: en el primero, la encuadra hacia la amplitud en la que no queda por fuera ningn grupo o subgrupo de etnias ni habitantes; en el segundo, afi rma que a la es le corresponde acompaar a los individuos de necesidades especiales, como: los infantes, los adoles-centes, los jvenes, la familia en plenitud, los mayores, las personas en situacin de disca-pacidad psquica o fsica, los pacientes de requerimientos en hospitales, los drogadictos, las delincuencias, los grupos marginados, las mujeres, entre otros.

    Luego, los autores Franch y Martinell (1986, p. 176) recomiendan que a travs de la es los individuos lleguen a la madurez social por medio de intervenciones y acciones asociadas,

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    especfi camente, a los requerimientos educa-tivos, en las que cada persona segn su nivel de estudios e intelectualidad aporte a los dems.

    Por su parte, Nez (1990, p. 135) relaciona la educacin social con la accin socioeducativa, que se lleva a cabo en escenarios extraescolares buscando facilitar la movilidad social tanto de los necesitados, por difi cultades econmicas y sociales, como de otros grupos que se consi-deran normales en estas dos carencias, pero con otros requerimientos.

    Petrus (1993, p. 182) se refi ere a la educacin social desde varios frentes de intervencin, entre los que recuerda el abordaje de tem-ticas y problemticas como: la inadaptacin, la resocializacin, la consecucin de compe-tencias sociales, el despliegue de la didctica social, las acciones cualifi cadas de los profesio-nales, la formacin poltica del ciudadano, los mbitos de prevencin y control comunitarios, el trabajo social educativo, y lo que denomina paidocenosis, que es todo lo relacionado con la educacin extraescolar y sus entramados. Adems propone una educacin social que desarrolle acciones concretas que mejoren las condiciones personales y sociales de todas las comunidades posibles, y clama por la pronta formulacin de polticas pblicas y una legisla-cin pertinente para sta.

    Hay un mbito de la educacin social, en la cual participan todas las ciudadanas, que cobra un especial signifi cado: propicia transforma-ciones en contextos y poblaciones que hayan sido excluidas o marginadas, que aparezcan en riesgo social, desadaptadas, en situacin de confl icto y en constante vulnerabilidad. sta aporta a los procesos de socializacin, que se traducen en un conjunto de habilidades que conllevan diversos aprendizajes y destrezas que capacitan al hombre para convivir con los dems, para respe-tarlos y as adaptarse a los diversos tipos de vida

    y culturas. La educacin social ayuda a no perder la identidad personal, aceptando y cumpliendo las exigencias mnimas de la cultura y las socie-dades (Fermoso, 1994, p. 259).

    Luego aparece el informe que genera Delors (1996, p. 142-ss), en el cual separa los dos componentes del nombre de la educacin social: sobre la educacin, dice que es el desple-garse del hombre a lo largo de la vida en una construccin de los cuatro pilares bsicos: el ser, conocer, hacer y el saber vivir; al referiste al trmino social le delimita y direcciona hacia la interpretacin de hechos y situaciones en los dems mbitos: polticos, culturales, religiosos, econmicos, entre otros.

    La educacin social avanza en un espiral ascendente

    La educacin social, en su proceso de eman-cipacin, va extendindose hacia la conquista, intervencin y transformacin de las esferas sociales y de las dems reas con las que inte-racten las comunidades, abarcando a todos los actores posibles. Ese crecimiento esperado ocurre en un espiral ascendente continuo y fi rme, que en cada nueva conquista deja embriones para que nazcan nuevas ciudada-nas, que en ltima instancia es el objeto no slo de la es, sino de la educacin.

    Todas las personas tenemos derecho al acervo de la educacin social, el cual contribuye a construir el desarrollo humano, el social y el sostenible, y cuando se dan en combinacin armnica con la calidad de vida, el bienestar, la paz y otras posibilidades permiten la dignidad humana. Otro papel de la es es estar alerta ante la expansin de las Tecnologas de Informacin y Comunicacin (tic) y la publicidad, para hacer lecturas adaptativas desde la pedagoga social y proponer intervenciones. La educacin social respeta las tradiciones culturales, fortalece

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    las identidades personales y colectivas, con unos aprendizajes pertinentes a los contextos y formacin en valores.

    La educacin social como profesin

    Est claro que la educacin social es una de las carreras recientes en su ejercicio, y que es creada para amalgamar a otra serie de profesiones, que de manera segmentada realizaban aportes a la sociedad, pero era necesaria su institucionaliza-cin, para que, adems de adquirir su estatus, se le reconociera todo el campo de intervencin en los diversos nichos poblacionales. Igualmente, la profesin tiene los soportes epistmicos y praxeolgicos para acometer cualquier proble-mtica social, ayudando a construir soluciones y a formar mejores ciudadanos en el ideal de que se respeten en un pluralismo razonado 1 sin fundamentalismos.

    En efecto, la educacin social le entrega elementos al profesional para que conozca a las dems personas o por lo menos se aproxime a una comprensin de todas las posibilidades del complejo entramado humano, desde diversos escenarios, ambientes, facetas, roles, labores, dinmicas, encuentros, grupos y subgrupos, microsistemas, diagnsticos y acercamientos. Se espera formar un profesional bien preparado, que vaya en procura de la objetividad (difcil, por su misma condicin de persona), y que le ane una dosis de legalidad desde los estados sociales de derecho, para ser un efectivo y efi caz educador, diligente y estoico ante cualquier situacin. En este orden de ideas, Pantoja y Rodrguez (2001, p. 94) exhortan:

    [] el educador social es ante todo y esencialmente educador. Por esto sus intervenciones educativas

    1 Del que habla Habermas (2003) en un libro editado por Evaristo Prieto Navarro, con el apoyo del Centro de Estu-dios Polticos y Constitucionales de Madrid, titulado Accin comunicativa e identidad poltica.

    deben procurar siempre la aproximacin directa y humana hacia las personas con las que trabaja, aceptndolas, comprendindolas y favoreciendo en ellas aquellos procesos educativos que les permitan un crecimiento personal positivo y una insercin crtica en la comunidad a la que perte-necen. Adems, toda intervencin socioeducativa en la sociedad en general debe ser global abar-cando todas las facetas de la persona y sin olvidar la educacin en valores como la tolerancia, respeto, justicia, paz, solidaridad, responsabilidad, etc. []

    El perfi l profesional del educador social est reglado por sus evoluciones histricas, y por la necesidad de responder y aportar a solucionar problemticas sociales. En este aspecto, las universidades y centros educativos especiali-zados debern erigir unos currculos fl exibles y adaptables a los requerimientos de las comuni-dades, para que desde esa correlacin haya una verdadera transformacin (como situacin ideal humana). Esta profesin realiza sus bsquedas y desde sus planes de estudio combina lo concep-tual con la praxis, y producto de esa interrela-cin y de los resultados en la sociedad, debe seguir autoevalundose y cuestionndose su hacer. Lograr cambios en las realidades sociales es un reto de la es, que slo se ir alcanzado en la medida que haya evolucin en su profesiona-lizacin, que adems pasa por variables como:

    1. Universidades y centros educativos ms comprometidos con su progreso, y que miren el asunto del mejoramiento como inversin y no como gasto.

    2. Pedagogos cada vez ms capacitados en una amalgama de fundamentacin conceptual y experiencia, que les permita ensear desde un ejemplo transformativo, que sirve de espejo.

    3. Alumnos que ingresen a estudiar la profesin desde la vocacin, y convencidos que desde ella podrn realizar labores humansticas muy satisfactorias, redundantes en calidad de vida comunitaria.

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    4. Unas sociedades y comunidades prestas a escuchar, aceptar, y dejarse seducir para que con un adecuado acople entre sus integran-tes, los educadores sociales y la instituciona-lidad logren avanzar en los cambios soados.

    La educacin social va en procura de tras-cender los escenarios y jerarquas en educacin formal e informal, va ms all de la educa-cin en competencias laborales, avanza y se despliega por encima de la educacin superior. En esencia, sin descuidar los anteriores mbitos, sta permite aportar a esa bsqueda de solu-ciones y al mejoramiento de las condiciones de hbitat, de bienestar, de calidad de vida, de propiciar insumos que les permitan a los indivi-duos llegar a una madurez social, de aportar con sentido humano y as ser la base de la formacin de nuevas sociedades.

    De hecho, los educadores sociales, como unos profesionales idneos, tendrn que ser muy objetivos y de actitud crtica ante las realidades, polticas e intereses. Desde su conciencia 2 sern los encargados de leer con transparencia y, en lo posible, sin apasiona-mientos (lo que no implica la insensibilidad) los requerimientos de las personas, sus comu-nidades y contextos, ya que esa criticidad, como lo recuerda Colom (2003, pp. 23-24), no viene en cpsulas, ni brota por s sola del acto educativo y del aprendizaje pedaggico; al respecto el citado autor enfatiza:

    [] los educadores sociales no podrn olvidar el sentido crtico de sus acciones. La Educa-cin Social requiere de educadores crticos, es decir, con capacidad de poner en tela de juicio

    2 Los educadores tienen un gran reto desde su tica, para conservar en casos complejos la objetividad, ya que por la misma esencia humana hay diversas problemticas que hacen al hombre adorar, soar, rer, llorar, aborrecer, en fin, le llenan de sentimientos a favor o en contra, y el asu-mir la actitud crtica que plantea Colom es indispensable para que se lean las realidades como son.

    la realidad en cualquiera de sus dimensiones econmica, cultural poltica, etctera. Esto significa que nosotros no entendemos lo crtico como un calificativo de la pedagoga o de la teora educativa pues, en buena lid, en ningn anlisis epistemolgico o conceptual de cual-quier ciencia de la educacin, se encuentra lo crtico en su constitucin.

    No existe pues una pedagoga crtica por s misma, sino que son los educadores los que siendo crticos convierten la accin educativa en accin crtica. De hecho y en sentido estricto, lo crtico no forma parte del conocimiento pedag-gico; es en todo caso una forma de encarar y de asimilar el conocimiento pedaggico.

    La pedagoga social y su campo de conocimiento

    Cuando hay referencia a las intervenciones socioeducativas de la pedagoga social se ampla el radio de accin, segn desde donde se parta, y se despliega hacia mltiples tareas que trasiegan desde la denominada educacin especializada, pasando por atenciones perso-nalizadas y colectivas, incluyndose la educa-cin para la salud, la atencin en personas mayores, la educacin ambiental, la anima-cin sociocultural, entre otras; stas no son otra cosa que la puesta en escena transforma-tiva que logra la educacin social (Mnguez, 2004, pp. 31-32).

    Ahora bien, los docentes de pedagoga social, en la preparacin profesional de sus educandos, debern potenciar y despertar sensibilidades tras-acadmicas, de manera que desde dicha enseanza se contribuya a la autorrenovacin de la sociedad (Sez, 1997, p. 64).

    El perfi l profesional de los educadores sociales, adems de estar encasillado en sus soportes y competencias tradicionales, busca responder a las demandas sociales que van construyndose

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    desde el hacer. Por tanto, la universidad 3 tiene una inmensa responsabilidad en este sentido y, sin descuidar la base conceptual, estar atenta a los aportes de la investigacin educativa y las intervenciones (desde la praxeologa); una manera de corresponder a las demandas, es adaptar los currculos, diversifi car y fl exibilizar sus planes de estudio de manera que estn acordes con esas pertinencias contextuales, y as se estar contribuyendo a la construccin y de-construccin en el da a da de la identidad de la profesin. Redondeando, no se puede dar menor importancia a la prctica y dejarse llevar por articulaciones abstractas, enmarcadas en conceptualizaciones que se alejen de las reali-dades; al contrario, es desde el intercambio emp-rico y del trabajo de campo, que se potencia y confi gura la formacin de los educadores sociales (Mnguez lvarez, 2004, pp. 38-39).

    La praxeologa de la educacin social: mbito y escenarios de intervencin

    La educacin social y sus espacios

    La educacin social despliega diversas formas de aprendizaje, que dimanan desde las necesi-dades de los grupos poblacionales. Contribuye a erigir caminos que redunden en bienestar y mejor calidad de vida de los individuos y sus comunidades en armona con sus contextos. Para la educacin social es importante la teora, pero es desde los contextos sociales, culturales, econmicos, religiosos, ideolgicos, entre otros, que debera centrar sus investigaciones; en este orden de ideas, Gmez Serra (2003, p. 245) acota:

    [] como expertos tericos y estudiosos de la Educacin Social, debemos estar atentos a la evolucin de las caractersticas y de las

    3 Adems debe ser una universidad sin condicin de la que habl Jaques Derrid, en la que no haya tema vetado.

    necesidades del contexto sociocultural y econ-mico, ya que es ste el que determina cules son los mbitos actuales y reales de desarrollo, al mismo tiempo que indica qu espacios socio-educativos emergentes pueden explorarse como posibles nuevos mbitos de intervencin de la Educacin Social. En este sentido, pensamos que es importante no confundir el universo de la Educacin Social (con su diversidad y comple-jidad de prcticas educativas que tienen lugar en cualquier tiempo y en cualquier espacio social) con la galaxia de sus prcticas especficas []

    Varios autores han ido (desde sus refl exiones e investigaciones) aadiendo y aportando a concretar los mbitos de intervencin de la educacin social, desde los aos ochenta como car, Bamer, Quintana, Petrus, March y Arroyo; en los noventa como Sez, Prez Serrano y Yubero; despus del ao dos mil como Caride, Nez y Senent, entre otros. Del aporte de los citados autores se han construido los mbitos de accionar de la educacin social como: en las etapas de la educacin no formal; en el desarrollo comunitario; 4 hacia la educacin de personas en situacin de discapacidad; con la educacin de adultos y mayores; encaminada a la asistencia y acompaamiento familiar; se desarrollan propuestas de intervencin desde acciones en grupos de drogadictos, delincuentes y reos; potenciando elementos para intervenir, desde una educacin intercultural, con inmi-grantes, refugiados, desplazados y minoras tnicas; se abordan soluciones con la pedagoga del ocio, para volver el tiempo productivo (no en trminos comerciales sino de agradable y fruc-tfera destinacin); se desarrolla la animacin

    4 Las cursivas son para enfatizar y recordar que a cada persona, comunidad y sociedad le vienen diversas nece-sidades desde sus propias particularidades, y que preci-samente por medio de un diagnstico bien estructurado, real, serio, que hace la educacin social, se disean, con-sensan y proponen las soluciones, con acciones concretas, y sin descuidar el acompaamiento en esa praxis.

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    socioeconmica, la formacin ocupacional, y la insercin laboral; se contribuye a mejorar los mbitos social y ambiental; se gestionan activi-dades culturales; para resolver necesidades en campos deportivos, en medios audiovisuales y tecnologas de informacin y comunica-cin (tic); se regulan los estados emocionales; dndole una especie de sentido educativo al turismo; sirviendo de mediadora y conciliadora en confl ictos; aporta a las mujeres vctimas de maltrato y vulnerables; interviniendo en el mbito del espacio y entramado escolar asuntos de las violencias extra e intraeducativas.

    Otros frentes de accin de la educacin social (tambin muy importantes), de los cuales habla Caride (2005, pp. 111-ss), se encuentran en: la denominada educacin permanente, que se conduce de manera especial en las poblaciones de adultos y de adultos mayores, a partir de las necesidades de sus contextos y personalidades; la educacin en y para el tiempo libre, por que las personas mayores poseen ms tiempo para sus menesteres y hay que proponerles formas de utilizarlo desde una perspectiva del ocio produc-tivo y planeado; la que se denomina educacin en y hacia lo cvico y social, que es transversal a lo largo de toda la vida, ya que la esencia de la educacin se direcciona a la formacin de ciudadanas; una educacin que fortalece lo axiolgico, y coadyuva a generar criticidad, en un pluralismo razonado, que permita la convi-vencia en los estados de derecho.

    La educacin social aporta a que las socie-dades y sus integrantes avancen hacia un bienestar y mejor calidad de vida, y paralela-mente le corresponde fortalecer y propiciar la participacin de las comunidades en la cons-truccin de unas comunidades incluyentes. Un objetivo importante que persigue es trans-formar a la sociedad misma, intervenirla, darle herramientas para que se auto-modifi que, se

    redireccione y se mejoren problemticas de diversa ndole, acciones que deben redundar en unas interrelaciones de armona entre las diferentes culturas. Se podra aadir incluso que al realizar estas transformaciones en los sujetos, contextos y culturas se le est aportando a la construccin de otras formas de convivir en paz; en relacin con el objeto de la pedagoga y educacin social Rodrguez (2009, p. 17) expresa:

    [] Es imposible educar para esa adecuada inser-cin fuera de la sociedad, aislando al individuo, es decir, si no se hace en la sociedad. A travs de la Educacin Social de cada ser humano en concreto, llegaremos tambin de hecho a la educacin de la sociedad en su conjunto, es decir, a mejorar la salud social [] el agente fundamental de la Pedagoga y Educacin Social, resulta ser la sociedad misma [] lo que nos lleva a la conclusin que su objeto es educar para la

    sociedad y para la adecuada convivencia social.

    Vale la pena destacar, en relacin con la educa-cin social, lo que se avanz en unas refl exiones dadas en 1998, 5 en unas jornadas sobre la Forma-cin de Educadores y Agentes Socioculturales, realizadas en Barcelona, en las que se consolidan los cuatro mbitos de su accionar: 1) la animacin sociocultural y la pedagoga del ocio; 2) la educa-cin especializada; 3) la educacin de adultos; 4) la animacin socioeconmica y formacin ocupacional. Se describe gilmente cada una:

    La animacin sociocultural

    La que se vale de estrategias y acciones sociales y educativas que aporten a mejorar diversos procesos de socializacin necesarios en sujetos, contextos, colectividades, culturas, independientemente

    5 Jornadas sobre la Formacin de Educadores y Agentes socio-culturales, efectuadas en Barcelona en 1988. Bajo un comit organizador compuesto por integrantes del Ministerio de Cultura Espaol, la Generalitat de Catalunya, el Ayunta-miento de Barcelona, la Universidad de Barcelona y la Uni-versidad Autnoma de Barcelona.

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    del requerimiento de necesidades especficas; tambin potencia el denominado desarrollo comunitario, y coadyuva a consolidar todo tipo de formas asociativas humanas.

    La educacin social especializada

    Enfatiza su intervencin en unas necesi-dades educativas especiales con personas que de manera temporal o permanente requieren de asistencia y apoyo pedaggico para sus aprendi-zajes particulares, a sus ritmos y dems procesos de construccin ciudadana, las cuales pueden referirse a personas en situacin de discapacidad fsica o psquica; tambin hace alusin a deter-minados confl ictos de afectividades o a situa-ciones de problemticas familiares, escolares u otros casos de posibles inadaptaciones por los que atraviese un sujeto o una colectividad.

    La educacin de personas adultas

    Se afronta desde una mirada al desarrollo integral de la persona, y se ha entendido, por tradicin, que ese tipo de educacin para y con las personas adultas se divide en cuatro reas, que no necesariamente se dan en este orden, ya que depende de cada requerimiento de textos, contextos e individuos: la formacin bsica, la cvica, la del desarrollo personal y la social.

    La animacin socioeconmica y formacin ocupacional

    La primera, la animacin socioeconmica, va orientada hacia una poblacin de gente joven que est desocupada, los cuales requieren de colaboracin de gentes o entes externos para potenciar sus capacidades en relacin con sus contextos; y la formacin ocupacional es una alternativa diferente a las profesionales regla-mentadas, y se ha ejecutado, por ejemplo, en poblaciones vulnerables y necesitadas, en las que se encuentran adems diversas compleji-dades sociales, por medio de las Escuelas taller.

    Ms mbitos de accionar de la ES

    Autores como Sarramona y car (1988, p. 55), refi rindose al campo de accin de la es, afi rman que ninguna intervencin socioeducativa es posible por fuera de los contextos fsico y social, y que el centro de discusin sera con los asuntos georeferenciales, los cuales hay que analizar con mucho detenimiento. De all que la educacin social direccione y se encamine hacia cuatro reas de intervencin desde la pedagoga social: 1) educacin permanente de adultos; 2) la forma-cin laboral; 3) la animacin sociocultural; 4) la educacin especializada, y de alguna manera se coinciden con lo que se decidi en las jornadas citadas de Barcelona en 1998.

    Finalizando ese milenio, Ortega (1999, pp. 24-ss) anuncia que la educacin social requiere que todos los grupos poblacionales participen activamente en su radio de accin, para que se potencie el desarrollo, la cultura y se formen ciudadanos en los diversos contextos sociales.

    Ahora bien, sobre las contribuciones que la es le hace al sistema educativo, Gmez Serra (2003, p. 247) destaca tres planos de interven-cin: al primero lo asocia a los currculos trans-versales, al segundo lo enmarca con las acciones concretas de intervencin en la diversidad y un tercero lo asocia con los espacios extraescolares.

    La educacin social y sus nuevas concep-ciones se distancian de la educacin tradicional, yendo ms all de los escenarios del pasado, encaminndose a la adquisicin de competen-cias sociales y fortaleciendo la didctica de lo social; adems, se convierta en accin profe-sional socioeducativa y cualifi cada, que aporte a transformar las inadaptaciones sociales, y sea un factor de potenciacin del cambio social (Petrus, 2003, p. 22). De la misma forma, es importante no reducir la educacin social a simples labores que desarrollen los mismos educadores sociales;

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    ms bien sta necesita abrirse a nuevos caminos que vengan delimitados por los requerimientos de las sociedades.

    Por su parte, Matas Bdmar y Fanny Aaos (2006, p. 66) hacen un recuento de la clasifi ca-cin sobre los campos, instancias y mbitos de aplicacin de la educacin social:

    Educacin no formalLa animacin sociocultural y desarrollo

    comunitario

    La educacin especializada (inadaptados y minusvlidos)

    Educacin de nios y jvenes disocializados: acogida y adopcin

    Educacin de adultos y mayoresAyuda y asistencia a la familiaAccin socioeducativa: drogadiccin, delin-

    cuencia, exclusin, entre otros

    Educacin intercultural: inmigrantes, refu-giados y minoras tnicas, entre otros

    Pedagoga del ocioAnimacin socioeconmica y formacin

    ocupacional, para la insercin socio-laboral

    Educacin socio-ambientalGestin y difusin cultural

    Nuevos mbitos:

    DeporteMedios audiovisuales de comunicacinEducacin de la inteligencia emocionalTurismo social y ecolgicoMediacin (social, familiar)Mujeres (promocin, maltrato)Intervencin social escolar:

    Temas transversales Violencia escolar Transicin a la vida activa

    Analizando los anteriores campos y mbitos de accionar de la educacin social, se destaca la identifi cacin en muchas instancias con la denominada educacin especializada, puesto que el abanico de la es es cada vez ms amplio y en este orden abarca a las personas en situacin de vulnerabilidad y marginalidad, procurando intervenir en zonas en las que hay ausencia estatal o las situaciones de hbitat no son dignas an con la presencia de los gobiernos. Por eso, el reto integrador es fomentar el espritu crtico y de autogestin en unas comunidades que no se han liberado de yugos y paradigmas que las mismas sociedades, culturas y gobiernos les ponen.

    La pedagoga social seguir aportando a quitar las malezas, coadyuvando a limpiar los obstculos y contribuyendo a la construccin y reconstruccin de personalidades y comuni-dades situadas en diversos contextos y rodeadas de distintas problemticas.

    Una pedagoga social que posibilite transformaciones a los microsistemas comunitarios

    La pedagoga social acude a una metodologa dinmica, fl exible, apropiada para cada contexto y microsistema social; adems, requiere apoyarse en pedagogas activas y valerse de la investigacin como herramientas para trans-formar no slo la calidad de la misma educa-cin que recibe el profesional, sino tambin las problemticas de esas heterogneas comuni-dades. Sobre esta evolucin Prez Serrano (1988, pp. 113-114) aporta:

    Si queremos adecuar la Pedagoga Social a las demandas de la sociedad, hemos de buscar, en gran medida, la respuesta en la transformacin de la metodologa que utilicemos en la enseanza, en las estrategias, en la tecnologa educativa y tambin en la investigacin en este campo. Pues todos somos conscientes de que han surgido,

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    en los ltimos aos una serie de mtodos como producto de la investigacin educativa que pueden contribuir a mejorar la calidad de la ense-

    anza y a ampliar tambin su acceso a ella.

    La pedagoga social en tiempos de globaliza-cin y ante la complejidad se seguir valiendo de su mejor herramienta, desde su objeto de estudio, conducido en la educacin social, para leer realidades necesitadas e intentar recons-truirlas y enderezarlas donde fuere necesario.

    Mnguez lvarez (2004, p. 26) advierte que en su proceso de consolidacin y confi guracin se ha venido centrando en las competencias sociales, en direccin hacia la educacin para la ciuda-dana. En esa deconstruccin, la pedagoga social recibe aportes de pedagogos, docentes e inves-tigadores desde un plano acadmico y se nutre de los educadores sociales, los cuales, desde sus prcticas e intervenciones, van dejando memo-rias. Tambin propone que desde ese aporte de las dos instancias (acadmicos-educadores sociales) se vayan clarifi cando los contenidos y alcances de la pedagoga social, pero que el asunto que deparara el futuro es superar esa posible dico-toma, entre ambos colectivos, los cuales son los encargados de construir conocimiento y mejorar las praxis socioeducativas.

    Conclusiones

    La pedagoga social es una ciencia relativa-mente joven, que se autoevala y reorganiza sistmicamente en su identidad cientfi ca, y tanto los hombres y las mujeres que la han estu-diado creen en sus potencialidades. De esta manera, el campo del conocimiento de la peda-goga social (ciencia), la enseanza de dicha ciencia (disciplina), y la manera como cambia y es maleable a lo endgeno y exgeno (innova-cin), constituyen una triada importante para su teorizacin (Sez, 1997, p. 64).

    En nuestras manos est crear lneas de inves-tigacin en Colombia con la educacin social, jalonada desde la pedagoga social o aportar a que se creen licenciaturas, diplomados o educa-cin para el trabajo y desarrollo humano, vincu-lndola desde polticas pblicas que la erigieren y nos permitieran trabajar con su vasto enfoque, en nuestro pas, que posee tantas poblaciones vulnerables vidas de intervencin.

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