la educación media superior en uruguay: evidencias sobre el bachillerato secundario

79
ADMINISTRACIÓN NACIONAL DE EDUCACIÓN PÚBLICA CONSEJO DIRECTIVO CENTRAL Presidente: Lic. Javier Bonilla Saus Vice-Presidente: Dr. Roberto Mario Scarsi Consejero: Lic. Daniel Corbo Consejero: Mtro. Sirio Badi Nadruz Consejera: Profa. Carmen Tornaría

Upload: leomar-sapecutti

Post on 18-Dec-2015

221 views

Category:

Documents


2 download

DESCRIPTION

Informe sobre la Educación Media Superior en Uruguay llevado a cabo en el 2001.

TRANSCRIPT

La importancia de la enseanza media superior puede ser examinada desde dos puntos de vista complementarios: el primero, de tipo institucional y el segundo, individual

La Educacin Media Superior en Uruguay: evidencias sobre el Bachillerato Secundario _____________________________________________________________________________

ADMINISTRACIN NACIONAL

DE EDUCACIN PBLICA

CONSEJO DIRECTIVO CENTRAL

Presidente:

Lic. Javier Bonilla Saus

Vice-Presidente:Dr. Roberto Mario Scarsi

Consejero:

Lic. Daniel Corbo

Consejero:

Mtro. Sirio Badi Nadruz

Consejera:

Profa. Carmen Tornara

Administracin Nacional de Educacin Pblica

Consejo Directivo CentralUnidad Ejecutora de los

Programas de Educacin Media y Formacin Docente

(MESyFOD y UTU-BID)La Educacin Media Superior en Uruguay:

evidencias sobre el Bachillerato SecundarioCoordinacin General del Estudio

Mag. (Soc.) Renato Opertti

Coordinador General de la Unidad Ejecutora de los Programas de Educacin Media y Formacin Docente (MESyFOD y UTU-BID)

Responsable del equipo de estudio sobre Educacin Media SuperiorSoc. Carlos. H. FilgueiraEquipo de estudio

Soc. Santiago Cardozo

Ec. Cecilia Llamb

Soc. Federico Rodrguez

Edicin y correccin

Tc. Marcos Medina Vaio

Montevideo, Octubre de 2001 PRESENTACIN4a) Objetivos del Informe4b) A la bsqueda de su identidad: un ciclo complejo5c) Las seales del mercado de trabajo7d) El "efecto" familia10I. Situacin de la juventud uruguaya12a) Educacin y empleo12b) Trayectorias de emancipacin juvenil13c) La participacin de los jvenes en el mercado de trabajo16II. Las dos caras de la democratizacin de la Educacin Secundaria.17a) La democratizacin del acceso17b) Los lmites de la democratizacin20i) Las diferencias en las tasas de asistencia segn nivel socioeconmico del hogar20ii) La composicin de los asistentes segn edad y gnero24iii) Los diferentes logros educativos segn nivel de ingresos del hogar27iv) El abandono de los estudios desde una perspectiva comparada29III. Caractersticas de la oferta del bachillerato pblico.31a) Formacin general y formacin tcnico-profesional31b) Disponibilidad de recursos docentes y de infraestructura32TOTAL33IV. Sobre la eficiencia del sistema37a) Los costos del Bachillerato de la educacin secundaria pblica37i) Estructura de costos corrientes totales37ii) Costo por alumno39iii) Costo por egreso40b) Resultados educativos de los estudiantes de bachillerato de secundaria pblica42i) Resultados educativos de una cohorte de estudiantes42ii) El desempeo de los estudiantes de 5 y 6 en los exmenes44V. Sntesis48ANEXO METODOLGICO51

La Educacin Media Superior en Uruguay

Evidencias sobre el Bachillerato Secundario

PRESENTACIN

a) Objetivos del InformeEl presente informe tiene por objeto mejorar el conocimiento disponible sobre el desempeo de un ciclo de estudios fundamental del sistema educativo y estratgico como instancia desde la cual se definen las trayectorias y destinos divergentes de los jvenes uruguayos. Con ello, se aspira a contribuir al establecimiento de consensos mnimos sobre la problemtica del ciclo de estudios que sirvan de insumo a los debates y elaboraciones actualmente en curso. El informe que se presenta es breve y se limita a exponer, ordenar y comentar un conjunto de evidencias sobre el Bachillerato de la enseanza secundaria, principalmente vinculadas a los temas de accesibilidad, equidad y eficiencia.

La decisin de abordar este ciclo educativo en la enseanza secundaria obedece principalmente a las dificultades en la obtencin y sistematizacin de informacin acerca de la educacin tcnica de segundo nivel en los plazos fijados. Por un lado, las Encuestas Continuas de Hogares del Instituto Nacional de Estadstica insumo fundamental para la generacin de diagnsticos generales acerca de la juventud y de la educacin no registran los distintos niveles de estudio de la educacin tcnico-profesional, razn por la que generalmente no son utilizadas para el clculo de tasas especficas. Asimismo, si bien se cuenta con informacin relativa a dicho subsistema, la organizacin y presentacin de la misma no result posible en el marco del presente trabajo. A pesar de estas limitaciones, la mayor parte de los aspectos que trata el informe refieren a problemticas de carcter general que apuntan a conceptualizar el ciclo en su conjunto.

De todos modos, en trminos generales se cuenta con un considerable avance de la informacin sobre el sistema educativo uruguayo sobre todo a nivel de la enseanza primaria y media producto de una persistente poltica de generacin de datos materializada durante los ltimos aos mediante la realizacin de censos, encuestas y seguimientos de cohortes, evaluaciones sobre el aprendizaje, relevamientos aplicados a los principales actores del sistema (estudiantes, padres, profesores y directores), caracterizacin de los establecimientos escolares, evaluacin de resultados de innovaciones, y ordenamiento y sistematizacin de los registros estadsticos del sistema.

La mayor parte de los resultados que se presentan en este informe no se podra haber alcanzado con la informacin disponible hace diez aos. No obstante, en el marco de un sistema de informacin para la gestin tcnico-administrativa, an quedan por satisfacer la necesidad de mejorar la informacin estadstica en algunas reas particulares que todava obligan a operar con estimaciones y supuestos.

b) A la bsqueda de su identidad: un ciclo complejoEl ciclo de Enseanza Media Superior en Uruguay es actualmente y ha sido en el pasado un permanente problema a resolver. Ilustra este hecho la reiterada atencin que histricamente se la ha otorgado al Bachillerato como objeto de reforma a lo largo del siglo pasado. Tal proceso reformista se extendi a partir de la matriz fundacional de inicios de siglo, desde la primera reforma de 1941 hasta la ms reciente experiencia del ao 1993 (conocida como microexperiencia) pasando por las transformaciones introducidas por los planes de los aos 1963 y 1976. Esta larga historia de transformaciones seculares est expuesta con detalle en uno de los documentos de la Unidad Ejecutora en elaboracin y no corresponde reiterarla en esta breve sntesis.

No obstante, hay un denominador comn que conviene sealar para caracterizar la naturaleza de los cambios. Como regla general, las experiencias reformistas del Bachillerato no se apartaron del paradigma dominante de principios de siglo pasado. Por lo menos en dos sentidos bien precisos: en cuanto a la ubicacin del ciclo de Bachillerato en el sistema educativo general en relacin a otros ciclos y niveles, y en cuanto a la funcin predominantemente propedutica que se le atribuy como trnsito hacia estudios superiores. Algunas reformas, como la de 1963 y 1993, comenzaron a reconsiderar este carcter propedutico aunque en su implementacin las medidas adoptadas no llevaron a cabo una reformulacin de las orientaciones tradicionales. Contrariamente, es notorio, que a partir de sucesivos cambios adoptados por la poltica educativa, se tendi a aproximar la enseanza tcnico-profesional a la secundaria en el sentido de habilitar ciertos cursos de la primera para el acceso a la Universidad.

A pesar de estos mltiples intentos de renovacin, las respuestas no lograron dar cuenta satisfactoriamente de los nuevos desafos que traa recurrentemente la transformacin de la composicin del alumnado del Bachillerato. De igual forma, no fueron satisfactorias las respuestas de poltica educativa para absorber las nuevas demandas que trajeron consigo los cambios operados en la sociedad y en las relaciones entre desarrollo, educacin y conocimiento.

Algunos estudios sobre opiniones y juicios de los estudiantes sobre el Bachillerato sugieren la presencia de un gran descontento y una elevada dosis de incertidumbre y desconcierto acerca de la utilidad eventual que representa apostar a una inversin educativa mayor. Los fundamentos y las evaluaciones que surgen de la experiencia innovadora puesta en prctica a partir de 1993 ponen en evidencia tambin que esta percepcin sobre el Bachillerato, con los matices del caso, es extensiva a los docentes y a los cuerpos del personal directivo.

No obstante, hay una diferencia significativa entre esa situacin y los desafos actuales con respecto a otras situaciones antecedentes. Precisamente, como resultado de la aceleracin del proceso de globalizacin a escala mundial, en un perodo que no alcanza a las ltimas dos dcadas, se ha venido transformando el mundo del trabajo, del conocimiento y de la educacin.

La economa global en su nueva forma es posible, entre otros factores, gracias al avance de los sistemas de comunicacin e informacin, asociados tambin al desarrollo de una nueva estructura tecnolgica basada en la microelectrnica (cuya caracterstica ms saliente est dada por los procesos permanentes de innovacin). En la actualidad, y en contraste con el pasado, se han globalizado tanto el capital, como la tecnologa, la informacin, los mercados, y el gerenciamiento, los que funcionan a escala planetaria y en tiempo real.

El conocimiento se ha vuelto un componente estratgico en la medida en que la informacin y la innovacin son los ejes principales del nuevo sistema globalizado. Cualquiera de ellos es intensivo en conocimiento y demanda en consecuencia, recursos humanos de diferente naturaleza, capaces de adaptarse a las innovaciones, a la obsolescencia rpida de "saberes" y especialidades, y a las consecuencias derivadas del masivo movimiento de capitales y de otros factores de produccin. Esto es as porque, si el conocimiento es un factor clave para la globalizacin, la globalizacin per se tiene un profundo impacto sobre la transmisin de conocimientos.

La informacin, la comunicacin y el conocimiento son tres de los pilares principales que demandan cambios en las tradicionales estructuras educativas, hecho que viene ocurriendo en cualquier lugar del mundo. En este sentido, si el Bachillerato es problemtico en el Uruguay, ello no constituye un caso que se desve de la norma. En realidad, prcticamente no hay ningn pas del mundo que no est enfrentando las consecuencias del nuevo orden internacional o bien que, desde hace algunos aos, no tenga incorporada a su agenda poltica el estudio e implementacin de reformas en sus estructuras educativas.

Estos procesos tienen importantes consecuencias para las generaciones jvenes dado que modifican la estructura del empleo y el funcionamiento del mercado de trabajo. En la medida en que estos cambios pueden ser observados como seales que emite el mercado de trabajo cuyo efecto es modificar las expectativas de los jvenes, el sistema educativo y sobre todo la capacidad de retencin del mismo puede ser afectado de forma negativa, acentuando las diferencias de acceso a las oportunidades de desarrollo y crecimiento. En el correr de las ltimas dcadas, un rasgo que ha sido dominante en Amrica Latina, y por lo tanto extensivo al Uruguay, ha sido la generacin del empleo que se ha comportado en forma ms bien contradictoria agregando nuevos problemas a la retencin escolar.

c) Las seales del mercado de trabajo

Si se quieren resumir los principales rasgos de la estructura y generacin del empleo en la regin a lo largo de la dcada de los noventa, las caractersticas ms sealables fueron las siguientes:

a. Insuficiencia de la demanda de trabajo o la persistencia de una "insuficiencia dinmica". La regin globalmente considerada ha sido incapaz de generar suficientes empleos en relacin a la estructura y tendencias registradas por el incremento de la poblacin. Los ndices crecientes de desempleo abierto y subempleo se hicieron sentir diferencialmente de acuerdo a la dimensin de las economas y como consecuencia de su mayor vulnerabilidad externa. Por su parte, en los pases relativamente ms avanzados la variable de ajuste del mercado de trabajo ha sido el desempleo en tanto el mismo rol corresponde al subempleo en las economas menos avanzadas. Sobre fines de la dcada de los noventa el desempleo en Amrica Latina no haba logrado abatir los ndices por debajo de los valores de mediados de la dcada de los ochenta. En cuanto a la incidencia del desempleo segn sectores de poblacin, la pauta general ya registrada en dcadas anteriores se repite; los ndices ms altos se verifican en la "fuerza de trabajo secundaria", entre las mujeres y los jvenes. Entre estos ltimos, en Uruguay el proceso afecta ms a las jvenes mujeres que a los varones.

b. Cambios en la estructura del empleo. Cuatro procesos asociados entre s dieron lugar a cambios profundos en la estructura del empleo: privatizacin, terciarizacin, informalizacin y precarizacin.

El primer proceso comprende el debilitamiento o la cada de uno de los pilares de la generacin del empleo en la regin y particularmente en Uruguay, constituido histricamente por el Estado. Durante la dcada de los noventa el sector pblico estuvo a la zaga en la generacin directa del empleo y esta es una pauta comn a todos los pases de la regin como resultado de las orientaciones de las reformas. En trminos relativos, el empleo privatizado, sin embargo, no se traslad a las empresas de gran tamao sino que se localiz en las empresas pequeas y en la microempresa. Como consecuencia de una mayor competencia en economas abiertas, y dentro de un proceso de desindustrializacin de la regin, el avance de la terciarizacin estuvo dado por la transferencia de empleos desde el sector de produccin de bienes al sector de servicios. La estructura interna del sector terciario mostr a su vez un marcado desbalance entre la proporcin de los empleos de calidad generados y la predominancia de empleos de baja productividad. Es posible distinguir un incremento significativo tanto del empleo productivo moderno asociado a los puestos de trabajo creados como consecuencia del cambio tecnolgico, sobre todo en los sectores de comunicaciones, finanzas e informatizacin de la empresa industrial pero siempre inferior a los empleos de baja productividad generados por la expansin de los servicios personales y sociales. El empleo informal en trabajos por cuenta propia, trabajadores sin remuneracin en empresas familiares, en la microempresa y en el servicio domstico se expandi en la totalidad de los pases latinoamericanos. Casi las dos terceras partes del empleo total generado a lo largo de los noventa tuvieron lugar en el sector informal. Dos de las principales fuentes de generacin de empleo que tuvieron vigencia en el pasado tendieron a suprimirse restando peso relativo al empleo estable, formal y protegido: una es la retraccin del Estado como fuente generadora de puestos ocupacionales; la segunda, la insuficiencia dinmica de la demanda de trabajo de la empresa privada de gran tamao. La CEPAL, registra este ascenso de la informalidad en Uruguay para el perodo 1990-1998 y estudios nacionales lo hacen para el perodo 1991-1997. Como resultado, el dinamismo de la demanda por puestos de trabajo se realiza actualmente al interior de diferentes modalidades de informalidad.

En cuanto a la precarizacin se seala que el empleo generado durante el perodo expandi ms la figura del trabajador asalariado en relacin al empleo total a expensas de una creciente inseguridad e inestabilidad del trabajo. Presiones derivadas de una creciente competitividad en un contexto de desregulacin y flexibilizacin del trabajo incidieron en el ascenso y diversificacin de los contratos laborales.

Desde el punto de vista de las consecuencias de los cambios en el empleo sobre la estructura de oportunidades cabe sealar que tan importante como los tipos de empleo que se generan y desde qu sectores lo hacen es observar el cambio en la naturaleza de las relaciones de trabajo y sus formas contractuales. En los aos noventa el empleo generado se transform crecientemente en una relacin ms de tipo mercantil que laboral. Lo que parece haber cambiado a la luz de todos los indicadores conocidos es que el empleo se ha vuelto ms precario, incierto y heterogneo a raz de las formas contractuales (subcontratacin, terciarizacin, prestacin de servicios y nuevas formas de gestin) que se han venido imponiendo no necesariamente como una consecuencia inmediata o mecnica de la globalizacin o del cambio tecnolgico.

"El mundo del trabajo aparece como cada vez ms heterogneo internamente, por efecto de procesos tales como la expansin de la precariedad salarial y la emergencia de nuevas modalidades de insercin laboral, la ruptura de las antiguas regulaciones que presidan las relaciones entre generaciones y gneros en el lugar del trabajo, o el retroceso de las actividades productivas industriales y el crecimiento de las actividades de servicios" .

En Uruguay, sin embargo, la tendencia ms pronunciada que incide sobre la poblacin juvenil est dada por la desocupacin ms que por la precarizacin. El incremento de esta ltima ha afectado ms a los Jefes de Hogar que a los jvenes.d) El "efecto" familia

La segunda transformacin de importancia, adems del empleo, est referida a los cambios que ocurrieron en la organizacin familiar. Si bien se trata de un proceso secular, Uruguay profundiz y aceler en las ltimas dos dcadas la segunda transicin demogrfica que tiene como consecuencia modificar las pautas de organizacin de la familia a partir de procesos relativos al matrimonio y el divorcio as como a los cambios ocurridos en la divisin de roles familiares de los cnyuges. Cada vez ms la duracin promedio en aos de los matrimonios se ha reducido, han crecido los hogares disueltos y recompuestos y, con ello, las familias monoparentales y los hogares con ciertas pautas de inestabilidad.

Mientras la institucin matrimonial pierde peso relativo, las uniones consensuales y la tasa de ilegitimidad de los nacimientos crecen. Progresivamente, durante las ltimas dcadas, se hace evidente que los individuos y en particular los jvenes, transitan a lo largo de su ciclo de vida por un nmero mayor de unidades familiares, indicando una marcada tendencia hacia una alta movilidad entre los contextos institucionales de pertenencia.

A su vez, como consecuencia de la incorporacin de las mujeres y sobre todo de las cnyuges al mercado de trabajo, la organizacin familiar tradicional asentada en la divisin de roles de gnero, domsticos y pblicos se viene modificando. De acuerdo a la CEPAL, Uruguay es el pas de Amrica Latina con mayor tasa de participacin econmica de las cnyuges en ocupaciones de carcter urbano.

Existen indicios de que este conjunto de transformaciones viene afectando las funciones clsicas de socializacin e integracin que cumple la familia, con consecuencias potencialmente negativas sobre el desempeo y los rendimientos educativos de las jvenes generaciones. Esta situacin afecta en particular a los sectores populares urbanos que constituyen el grueso de la poblacin estudiantil recientemente incorporada al ciclo escolar de enseanza media y, en particular, al Bachillerato.

d) La incidencia de la pobreza en el sistema educativo

Entre mediados de la dcada de los 80 y de los 90, el Uruguay logra avances significativos en la reduccin de la pobreza. La propia CEPAL (1996) indica que Uruguay (...) es el nico pas de la regin que en los noventa logr reducir la pobreza apreciablemente por la combinacin del efecto positivo del crecimiento y de una distribucin progresiva del ingreso, que se tradujo en una mejora ms rpida para los hogares de los estratos bajos respecto de los del estrato alto. No obstante, un rasgo caracterstico de la pobreza en el Uruguay ha sido su aguda concentracin en los sectores de infancia y adolescencia aproximadamente cuatro de cada diez pobres tienen 14 aos o menos edad, hecho conocido como infantilizacin de la pobreza.

Los estudios sobre el tema han sealado que este fenmeno ha adquirido especial relevancia al momento de identificar grupos en situacin de riesgo social. En la ltima dcada se ha asistido a una disminucin del nmero de adultos mayores que viven en hogares pobres, al tiempo que la proporcin de menores de edad en esta situacin se ha mantenido en valores cercanos al 40%. Las brechas entre diferentes grupos etarios se han ensanchado, situacin que debe ser tenida en cuenta por las polticas pblicas en la asignacin del gasto social.

El sistema educativo sufre las ms severas consecuencias de la concentracin de la pobreza en las edades ms jvenes, fenmeno que alerta acerca de las necesidades de profundizar en su desarrollo como poltica social.

En suma, de la discusin presentada en el captulo surgen razones para pensar que ciertos factores de naturaleza extra-escolar estn haciendo ms dbiles las estructuras de apoyo necesarias para estimular y promover una fuerte apuesta a la educacin por parte de los jvenes. Mientras se resiente la funcin de instituciones primordiales como la familia en el mbito domstico o privado, en el mbito pblico el empleo pierde gradualmente su capacidad estructuradora tanto con relacin a las expectativas y aspiraciones de los estudiantes como de las opciones que hacen.

I. Situacin de la juventud uruguaya

Un tercio de los jvenes uruguayos entre 14 y 19 aos no estudia. De los que estudian, uno de cada cinco trabaja, comprometiendo fuertemente sus chances de permanecer en el sistema educativo.

Abordar el estudio de la situacin educativa de la juventud necesariamente implica el anlisis de las interrelaciones entre diversas esferas pblicas y privadas, tales como el empleo y la familia. Este hecho adquiere especial importancia en la medida que se consideran las edades de la adolescencia, considerada como una etapa de trnsito hacia la adultez.

a) Educacin y empleo

Entre las edades de 14 y 19 aos, el diagrama nro. 1 muestra que un tercio de los jvenes ya se ha incorporado al mercado de trabajo y una proporcin similar no asiste al sistema educativo.

Este resultado es consistente con el proceso de asuncin de roles en las edades ms jvenes en las que predominan los roles juveniles sobre los adultos: las dos terceras partes de los jvenes continan en el sistema educativo y una proporcin equivalente no trabaja todava. Sin embargo, cuando se observa el diagrama, slo una proporcin ligeramente superior a la mitad tiene una configuracin puramente juvenil. Este porcentaje pertenece a la categora estudia y no trabaja (54,4%). Ello significa que casi la otra mitad de los jvenes ya ha transitado total o parcialmente hacia otras configuraciones. Precisamente, esta mitad corresponde en una quinta parte a configuraciones ms plenamente adultas, representadas en la categora no estudia y trabaja (21,5%), a las que se agregan proporciones cercanas al 10% tanto al nivel de jvenes que trabajan y estudian (12,7%) como de aquellos que no hacen ni una cosa ni la otra (11,4%).

El resultado es revelador de una particularidad de la juventud uruguaya en relacin a otros pases de la regin con niveles educativos altos, la cual est dada por:

a) la temprana tasa de abandono del sistema escolar asociada al trabajo;

b) la prolongacin de situaciones en las que se compatibiliza trabajo y educacin; y,

c) la elevada desafiliacin institucional de un grupo de jvenes que se retraen de las esferas institucionales pblicas, educacin y mercado de trabajo.

Diagrama 1. Distribucin de jvenes de 14 a 19 aos por asistencia al sistema educativo segn situacin ocupacional. En localidades de 5.000 y ms habitantes. Ao 1999. En cantidades absolutas y porcentajes.

No trabaja ni busca trabajo Trabaja o busca trabajoTOTAL

Estudia130.67330.448161.121

54,412,767,0

No estudia27.46251.79179.253

11,421,533,0

TOTAL158.13582.239240.374

65,834,2100,0

Fuente: Unidad Ejecutora de los Programas de Educacin Media y Formacin Docente en base a Encuesta de Hogares del INE.

b) Trayectorias de emancipacin juvenilSi bien entre los 15 y los 17 aos la mayor parte de los estudiantes todava no ha comenzado a transitar por los procesos de incorporacin al mercado de trabajo, formacin de familia o procreacin, cuando se observa el comportamiento seguido tanto por los jvenes que asisten al Bachillerato en las edades correspondientes como de los jvenes que lo hacen con extraedad se observa que el trabajo y la formacin de pareja afectan su desempeo en el sistema educativo.

El ingreso o no al mercado laboral, la continuacin o el abandono de los estudios, la eventual formacin de familia y la concepcin de hijos forman parte de las principales decisiones que adoptan los jvenes en la etapa del ciclo vital que corresponde aproximadamente al nivel de estudios en cuestin. Tales decisiones no son inseparables entre s, y esta es la razn por la que el comportamiento del joven con respecto al sistema escolar no puede disociarse de otras decisiones que adopta en otras esferas (pblicas y privadas). Esta nocin es fundamental para la poltica educativa en la media en que pone en evidencia las dificultades de cambiar actitudes y comportamientos con relacin a la educacin.

En el grfico nro. 1 es posible apreciar las relaciones existentes entre el abandono escolar y el ingreso al mercado de trabajo por una parte y, por otra, la constitucin de un hogar propio. Para expresarlo de otra forma, el ingreso al mercado de trabajo y el hecho de dejar de asistir al sistema educativo son procesos que tienden a ir juntos: ambos crecen en forma importante precisamente entre las edades de 15 y 20 aos.

En los niveles sociales ms bajos, la conformacin de un hogar propio sigue una secuencia similar. A los 20 aos, aproximadamente un 70% de los jvenes ya est en el mercado laboral y casi un 20% ha formado pareja.

Fuente: Unidad Ejecutora de los Programas de Educacin Media y Formacin Docente, en base a Encuesta de Hogares del INE.

Los grficos nros. 2 y 3 especifican estas relaciones de acuerdo a gnero y nivel socioeconmico, pudiendo apreciarse que el adelanto relativo en la adopcin de roles adultos corresponde a las mujeres de nivel socioeconmico ms bajo con respecto a la formacin de hogares, y a los varones del mismo nivel en cuanto al empleo. Son estos grupos los que ms se ven afectados por el abandono prematuro de los estudios. Con ello queda claro que existen trayectorias y destinos diferentes entre los jvenes, y que determinadas decisiones adoptadas en estas edades los afectarn positiva o negativamente a lo largo de todo su ciclo de vida. Mientras algunos jvenes estn en condiciones de posponer las responsabilidades y cargas propias de la vida adulta para efectuar una inversin educativa mayor, otros hipotecan tempranamente sus chances de futuro.

Adicionalmente, es posible afirmar que mientras el abandono escolar est ms asociado al trabajo en los varones, en las mujeres se asocia adems a la formacin temprana de la pareja.

Fuente: Unidad Ejecutora de los Programas de Educacin Media y Formacin Docente, en base a Encuesta de Hogares del INE.

Fuente: Unidad Ejecutora de los Programas de Educacin Media y Formacin Docente, en base a Encuesta de Hogares del INE.

c) La participacin de los jvenes en el mercado de trabajoComparativamente con Amrica Latina, los jvenes en Uruguay registran las tasas de actividad econmica en ocupaciones urbanas ms elevadas de la regin. A pesar de que el pas se encuentra en el grupo que est a la cabeza de la regin en cuanto a cobertura educativa y niveles de escolarizacin junto con Chile y Argentina su participacin econmica es extraordinariamente superior a la de estos pases y slo se compara con la de otros dos pases de la regin con un alto rezago relativo en materia educacional.

En el grfico nro. 4, se presentan algunos resultados indicativos de esta pauta de acuerdo a los estudios de la CEPAL.

Fuente: CEPAL, Panorama Social de Amrica Latina y El Caribe, 2000-2001.

La incidencia de la ocupacin juvenil es considerablemente ms elevada en los varones que en las mujeres, aunque del mismo grfico se desprende que la tasa de actividad de estas ltimas es la que ms se aparta del perfil encontrado en la regin.

Sin embargo, como se analiz anteriormente, los jvenes no slo abandonan el sistema educativo por razones de asumir roles adultos. Una proporcin considerable deja de estudiar sin asumir roles ocupacionales. II. Las dos caras de la democratizacin de la Educacin Secundaria.Al tiempo que se ha avanzado significativamente en la equidad del acceso al Bachillerato, se observan importantes problemas en la capacidad de retencin y en los niveles de egreso, especialmente en la poblacin de menores recursos. Mientras que apenas el 7% de los jvenes de estos sectores logra culminar el ciclo, entre los de mayores recursos lo hace casi el 65%.

a) La democratizacin del acceso

Fuente: Tomado de Gerencia de Planeamiento y Evaluacin de la Gestin Educativa de ANEP en base a datos proporcionados por el Despacho del Director General del Consejo de Educacin Secundaria Prof. Jorge Carbonell y el Departamento de Estadsticas del Consejo de Educacin Secundaria.

Entre los aos 1985 y 2000 se asiste a una importante expansin de la matrcula de educacin secundaria pblica, tanto a nivel del ciclo bsico como del segundo ciclo. En trminos absolutos, la matrcula total asciende de 132.184 estudiantes a 205.294, lo que indica un crecimiento del orden del 55,3% (46,8% en el Ciclo Bsico y 67,7% en el Segundo Ciclo). Esto es, en los ltimos 15 aos la educacin secundaria creci a una tasa anual del 4,5% (en el 2000 hay 36.500 alumnos ms que en 1985), valor significativamente superior al registrado en el crecimiento de la poblacin de 15 a 17 aos en el mismo perodo: la matrcula crece cinco veces ms que la poblacin, lo cual indica el fuerte proceso expansivo de la cobertura.

Este proceso expansionario no se dio en forma sostenida durante los 15 aos analizados. En el grfico nro. 5 se observa que tras un fuerte impulso en la segunda mitad de la dcada pasada sigui un quinquenio entero de fuerte estancamiento e incluso de leve retraccin, retomndose el ritmo de crecimiento a partir del ao 1996. Casi la mitad del aumento total de la matrcula en el perodo analizado corresponde a los primeros cinco aos de la serie.

La tasa bruta de escolarizacin constituye un indicador complementario para analizar la evolucin a largo plazo del crecimiento matricular. El grfico nro. 6 presenta el comportamiento de dicho indicador para el segundo ciclo de educacin secundaria en el perodo 1963-2000.

Fuente: Unidad Ejecutora de los Programas de Educacin Media y Formacin Docente.

Como se observa a partir de la informacin presentada, en las ltimas cuatro dcadas se ha logrado un significativo aumento de la tasa bruta de escolarizacin en el nivel, pasando de valores cercanos al 20% a casi un 70%. Si bien es cierto que se parte de niveles muy bajos, lo cual podra estar explicando buena parte del crecimiento registrado, no es menos cierto que en los ltimos 15 aos, a partir de la restauracin democrtica, el pas ha logrado un incremento de casi un 25%. Este crecimiento pauta la progresiva aunque inconclusa transicin desde una educacin de elite a otra democratizada, facilitando el acceso de los sectores de clase media baja.

A pesar de la expansin matricular discutida en los prrafos anteriores, el grfico nro. 7 demuestra que no ha habido mayores variaciones en el peso relativo del sistema pblico en relacin al privado.

De acuerdo a lo que ha sido una matriz histrica de la educacin en el Uruguay, la participacin del sector pblico en este nivel se mantiene en valores superiores al 85% . Esto permite sealar que, en un contexto de crecimiento matricular, ambos sectores, pblico y privado, aumentan el alumnado manteniendo su participacin relativa.

Fuente: Unidad Ejecutora de los Programas de Educacin Media y Formacin Docente.

Finalmente, la expansin del nivel puede tambin ser observada a partir del crecimiento matricular por regin. Mientras que al comienzo de la serie Montevideo representaba aproximadamente el 65% de la poblacin estudiantil (y el interior agrupaba el restante 35%), sobre el final de la serie dichas proporciones tienden a igualarse e incluso se invierten para el ltimo ao: 47,6% y 52,4%, respectivamente (grfico nro. 8).

Fuente: Unidad Ejecutora de los Programas de Educacin Media y Formacin Docente.

En sntesis, el anlisis de la evolucin de la matrcula de Bachillerato, de las tasas brutas de cobertura, del sostenimiento del peso de la enseanza pblica y del crecimiento de la participacin del interior del pas con respecto a Montevideo ilustra una tendencia de la educacin en ese nivel con un claro potencial democratizador. Sin embargo, tambin plantea una serie de desafos que el sistema an no ha logrado superar.

b) Los lmites de la democratizacini) Las diferencias en las tasas de asistencia segn nivel socioeconmico del hogarLas oportunidades de acceso al bienestar cultural y material y, ms especficamente, a niveles adicionales de educacin de una generacin determinada se encuentran pautadas, en buena medida, por la estructura de acceso correspondiente de las generaciones anteriores, si bien esta relacin no opera en el sentido de una determinacin mecnica o absoluta.

Constituye un objetivo central de todo sistema educativo compensar, o al menos atenuar, las desigualdades culturales y econmicas adscriptas en funcin del origen familiar, social y econmico de los jvenes de acuerdo a una lgica bsica de igualacin de oportunidades, tanto formales como sustantivas, que posibilite opciones de movilidad cultural ascendente respecto a las generaciones precedentes.

De acuerdo a la informacin analizada en los prrafos siguientes, existen y persisten importantes inequidades en el acceso a la educacin y en las probabilidades reales de permanecer y avanzar en el sistema. No obstante, en las ltimas dcadas se ha avanzado sustantivamente hacia una democratizacin del sistema educativo, especialmente en lo referente al acceso.

El clima educativo y los niveles de ingresos del hogar constituyen indicadores frecuentemente utilizados para caracterizar los hogares en funcin de su ubicacin en la estructura social de oportunidades.

El primero de ellos, el clima educativo, en tanto aproximacin al nivel sociocultural de las familias, resulta un indicador de relevancia del background cultural general con que han contado los estudiantes a lo largo de su carrera escolar, independientemente de lo aportado por las propias instituciones educativas.

Como se observa en el grfico nro. 9, los niveles de asistencia al Bachillerato varan significativamente en funcin del clima educativo de la familia de procedencia. La tasa neta de asistencia a dicho nivel es tres veces mayor entre los jvenes provenientes de hogares con un alto clima educativo (13 aos de educacin formal y ms) que entre los pertenecientes a hogares con clima educativo bajo (6 aos o menos): 75,7% frente a 25,8%.

Adicionalmente, si se compara la situacin de los jvenes que se encuentran fuera del sistema educativo las diferencias se vuelven an ms pronunciadas.

Efectivamente, la proporcin de jvenes en el tramo etario analizado que ha abandonado sus estudios formales alcanza al 40,6% en el grupo de bajo clima educativo, valor diez veces mayor que el encontrado para los jvenes que provienen de los hogares con mayores niveles de educacin formal (4,5%) y casi dos veces mayor al promedio del grupo (26,1%).

Fuente: Unidad Ejecutora de los Programas de Educacin Media y Formacin Docente en base a Encuesta de Hogares del INE. Ao 1999.

(*) Nota: Corresponde al promedio de aos de educacin del jefe de hogar y del cnyuge (Bajo=hasta 6 aos; Medio=entre 7 y 12 aos; Alto=13 aos y ms).Por otra parte, las diferencias de ingreso per cpita de los hogares constituyen otro buen predictor de los logros educativos alcanzados por los jvenes, como se observa en el grfico siguiente. Si se toman los dos casos extremos, es decir, los jvenes pertenecientes al 20% de los hogares de mayores ingresos (quintil 5) y los del 20% de los hogares de menores ingresos (quintil 1), la tasa neta de asistencia al Bachillerato desciende desde un 77,3%, entre los primeros, hasta un 24,4%, entre los ltimos.

Adicionalmente, casi la mitad de los jvenes del quintil 1 ha abandonado el sistema educativo, proporcin que alcanza al 6,3% entre los jvenes pertenecientes a los hogares de mayores ingresos (grfico nro. 10). Es necesario tomar en consideracin, adems, que el primer quintil de hogares agrupa al 38,3% del total de jvenes en el grupo de referencia, mientras que los hogares del quintil 5 nicamente al 9,2%. Esto es as debido a que los hogares de menores ingresos son los que tienen mayor cantidad de menores, concentrndose asimismo en este grupo los mayores niveles de pobreza.

Fuente: Unidad Ejecutora de los Programas de Educacin Media y Formacin Docente en base a Encuesta de Hogares del INE, ao 1999.En suma, las evidencias presentadas en este punto confirman la existencia de dos procesos ntimamente asociados:

por una parte, la incidencia de las variables de estratificacin social sobre los diferenciales de permanencia y logros en el sistema educativo; por otra parte, el avance que se ha logrado en trminos de cobertura y expansin de la matrcula en el Bachillerato. Los dos procesos pueden ser observados como las dos caras de una misma transformacin. Los logros, por cierto significativos, se expresan en la expansin de la matrcula de la enseanza media superior que incorpora en forma creciente a los jvenes de los niveles sociales ms bajos.

Que el Bachillerato incorpore una cuarta parte de los sectores pobres (primer quintil) o una proporcin similar de jvenes de hogares con clima educativo bajo es una manifestacin de los logros de la democratizacin del sistema educativo; pero, a su vez, los problemas para retener a la poblacin incorporada se han agudizado con la misma recomposicin social del Bachillerato.

ii) La composicin de los asistentes segn edad y gnero

La importancia de la enseanza media superior puede ser examinada desde dos puntos de vista complementarios: el primero, de tipo institucional y el segundo, individual.

En el primer caso se trata del anlisis del rol y de las funciones que cumple la enseanza media superior en el sistema educativo. En el segundo caso se alude a las situaciones individuales correspondientes a determinado grupo de adolescentes y jvenes que, de acuerdo a sus edades, son los que forman parte o deberan formar parte del ciclo de la enseanza media superior.

A continuacin se analiza una serie de caractersticas de los jvenes que tipifican la poblacin asistente al Bachillerato de acuerdo a las edades.

Desde un punto de vista formal, de acuerdo a los criterios definidos para el ingreso al ciclo de estudio inicial (seis aos) la edad de los jvenes que asisten al Bachillerato debera corresponder al tramo comprendido entre los 15 y 17 aos. Se sabe, sin embargo, que el sistema educativo no se comporta en forma ideal sino que parte de los estudiantes acumulan a lo largo de su trayectoria educativa diferentes tipos de rezago. Algunos lo hacen debido a la repeticin y otros por abandono transitorio de los estudios en algn momento de su trayectoria.

En el grfico nro. 11 se presentan los resultados de los individuos mayores de 14 aos que estn asistiendo al sistema educativo y cursando algunos de los aos del Bachillerato, segn sus edades. La composicin etaria de esta poblacin estudiantil pone en evidencia que solamente poco ms de un 60% de los jvenes est cursando el Bachillerato dentro de las edades esperadas. Con edades entre 18 y 20 aos lo hace un 27%, mientras que un porcentaje elevado de casi un 11% tiene 21 aos o ms. Entre estos ltimos un 6,6% se ubica en el tramo de 21 a 23 aos, mientras que un 5% tiene 24 aos o ms. En total, un 40% de los asistentes a Bachillerato lo hace en edades avanzadas, la gran mayora de ellos presentando altos ndices de extraedad.

Dado que los resultados del grfico son calculados a partir de la Encuesta de Hogares del INE y, por lo tanto, estn referidos a la poblacin estudiantil que asiste a enseanza pblica y privada, sumado al hecho de que los niveles de repeticin y extraedad son muy inferiores en esta ltima, cabe concluir que la enseanza pblica presenta un perfil todava ms desfavorable.

Fuente: Unidad Ejecutora de los Programas de Educacin Media y Formacin Docente en base a Encuesta de Hogares del INE, ao 1999.Los resultados pueden ser interpretados como el efecto del ciclo de estudio sobre la eficiencia del sistema aunque, naturalmente, es posible que la situacin descripta corresponda a efectos anteriores que operaron en los ciclos antecedentes. No obstante, tanto el anlisis de la repeticin como de la extraedad en el Ciclo Bsico indican que existe un efecto adicional especfico sobre la extraedad de magnitud considerable en el Bachillerato, tal como se aprecia en el grfico nro. 12.

Fuente: Unidad Ejecutora de los Programas de Educacin Media y Formacin Docente (MESyFOD-UTU/BID), en base a Encuesta de Hogares del INE, 1999.

(*) Nota: Se consideran en situacin de extraedad aquellos estudiantes 2 o ms aos mayores a la edad tericamente correspondiente para cada grado. As, por ejemplo, estudiantes con 14 aos que se encuentran cursando 1, con 15 aos en 2, etc.

La informacin anterior es significativa por diversas razones. En primer trmino, esta situacin afecta de distinta forma los niveles de eficiencia interna y externa del sistema, con los posteriores costos personales y sociales que esto conlleva.

Por otra parte, resulta evidente que las situaciones de extraedad se encuentran asociadas a otros problemas relativos a la progresiva emancipacin de los jvenes y la consecuente asuncin de roles adultos (empleo y formacin de familia, por ejemplo) que comprometen las chances de permanecer en el sistema y de alcanzar mayores logros educativos.

Ms que la heterogeneidad etaria, que de por s ya constituye un problema, la conclusin ms importante de estos resultados es el envejecimiento relativo de la poblacin estudiantil y sus consecuencias, tanto en trminos institucionales (eficiencia) como en trminos individuales (fracaso escolar).

Una parte muy importante de los estudiantes de Bachillerato parece desenvolverse en una zona indefinida, determinada por la frecuencia de la repeticin, por el arrastre de materias no aprobadas o pendientes, y por la prdida sucesiva de la reglamentacin de los estudios cursados. Aunque no es posible interpretar con evidencias fuertes cules son los determinantes que contribuyen a esta configuracin, es probable que las normas que regulan las modalidades de aprobacin de los cursos, sobre todo en 5 y 6 ao, as como los criterios de evaluacin y los niveles de exigencia en relacin al dictado de los cursos, tengan un efecto que debera ser examinado con mayor detenimiento.

En cualquier caso, a partir de diversos estudios de la Unidad Ejecutora no cabe duda que la elevada extraedad encontrada a partir de este anlisis es un preanuncio de una elevada probabilidad de abandonar los estudios adems, por supuesto, de los que ya lo han hecho. Si la interpretacin es correcta, una importante proporcin de estudiantes se encontrara frente a la situacin de un frustrante y doloroso abandono del sistema escolar.

No es necesario agregar mayores evidencias acerca de la composicin por sexo de la poblacin estudiantil del Bachillerato. Todo indica que existe una relativa feminizacin de la matrcula a medida que se avanza en los grados escolares, con una participacin de los varones del orden de 43,1% con relacin a un 56,9% de mujeres. Este hecho parecera explicarse en funcin de dos fenmenos:

por un lado, se ha demostrado que el temprano abandono escolar es ms frecuente en el caso de los hombres;

por otra parte, como el desempeo de las mujeres desde el punto de vista de la extraedad es mejor que en los varones, es posible agregar a los comentarios expuestos en el punto precedente que el desempeo ms desfavorable, adems de encontrarse entre los jvenes que asisten a la enseanza pblica, se registra en particular entre los varones de los establecimientos de este tipo.

iii) Los diferentes logros educativos segn nivel de ingresos del hogar

El grfico nro. 13 muestra los logros educativos de los jvenes que tienen entre 24 y 29 aos, tomando los niveles de acceso y de egreso a cada ciclo escolar. Si bien, como se analiz anteriormente, en las ltimas dcadas se ha asistido a una progresiva democratizacin de la educacin media evidenciada en un aumento significativo de la matrcula la informacin da cuenta de la persistencia de importantes problemas para cumplir las metas bsicas del sistema educativo, especficamente en lo que refiere a los niveles de escolarizacin de la juventud.

Fuente: Unidad Ejecutora de los Programas de Educacin Media y Formacin Docente (MESyFOD-UTU/BID), en base a Encuesta de Hogares del INE. Ao 1999.

Del grfico nro. 13 se desprende que nicamente un 30% de los jvenes en el tramo considerado culmina el segundo ciclo de educacin secundaria, independientemente de que ingresen a estudios de nivel superior.

Esta situacin resulta an ms preocupante si se considera que algo ms de la mitad de estos jvenes (53,3%) no lleg siquiera a comenzar cuarto ao, debido principalmente a los altos niveles de desercin registrados durante el Ciclo Bsico.

Asimismo, un 17% adicional del total de jvenes abandona los estudios a lo largo del Segundo Ciclo. Si se consideraran nicamente a los jvenes que alcanzan a ingresar al Bachillerato de secundaria, este ltimo valor asciende a 36,2%, lo que indica que aproximadamente una tercera parte de ellos no lo culminan.

Por ltimo, es de destacar el importante problema de inequidad que surge de la informacin analizada. Como se ha evidenciado en estudios anteriores, los logros educativos se encuentran ntimamente relacionados a las caractersticas de los hogares de procedencia. Las diferencias de ingreso, entre otras, resultan un claro ejemplo de ello. Los problemas de inequidad se vuelven ms pronunciados a medida que se avanza en los ciclos educativos considerados, aumentando las brechas entre los diferentes grupos.

As, por ejemplo, mientras que ocho de cada diez jvenes en el quintil de mayores ingresos ingresa al Ciclo Bsico secundario, esta relacin desciende a la mitad (cuatro de cada diez) entre los jvenes del quintil de menores ingresos.

Si se consideran los egresos del Bachillerato, las diferencias se vuelven sensiblemente ms pronunciadas: 63% frente a 7% respectivamente, lo que refleja una relacin de 9 a 1.

iv) El abandono de los estudios desde una perspectiva comparada

El anlisis anterior merece ser complementado incorporando una perspectiva de Uruguay en el contexto regional. El grfico nro. 14 presenta el porcentaje de hombres que en diferentes edades ha abandonado sus estudios de acuerdo a los ingresos del hogar en Chile, Argentina y Uruguay, pases que presentan similares niveles de desarrollo social y educativo.

Fuente: Primer Panorama Social de la Infancia y la Familia en Uruguay. IPES, Universidad Catlica del Uruguay, 2001.

La informacin contenida en el grfico permite realizar diversas consideraciones. En trminos generales, la situacin de Uruguay con respecto al abandono de los estudios es significativamente ms crtica para las dos edades consideradas.

Mientras que en Uruguay el 44% de los hombres de 15 aos de edad y bajos ingresos se encuentra fuera del sistema educativo, en Chile y en Argentina esta cifra desciende a la mitad (18,3% y 21,5% respectivamente), hecho que indica la mayor capacidad de retencin de los sistemas educativos argentino y chileno con respecto al uruguayo. Adicionalmente, las diferencias encontradas para cada uno de los pases entre los jvenes de ingresos bajos y medios (siempre considerando los varones de 15 aos) son significativamente mayores en el caso uruguayo, lo cual indica una estructura ms inequitativa de nuestro sistema educativo con relacin a la de los otros dos pases analizados.

Similares consideraciones se pueden extraer para el caso de los varones de 18 aos. Tambin aqu Uruguay presenta los mayores niveles de jvenes fuera del sistema y las diferencias ms pronunciadas de acuerdo a los niveles de ingreso de los hogares, si bien esta situacin es algo menos acentuada en este grupo etario que en el anterior.

En definitiva, de la comparacin con los casos chileno y argentino se desprende que el sistema educativo uruguayo presenta la menor capacidad de retencin del estudiantado, a la vez que esta situacin se manifiesta a edades ms tempranas (esto ltimo indica, presumiblemente, que los jvenes abandonan el sistema antes y con menor escolaridad). Asimismo, este hecho se ve agravado por la mayor inequidad que presenta la estructura del abandono escolar en Uruguay, con relacin a los otros dos pases.

III. Caractersticas de la oferta del bachillerato pblico.

La oferta brindada por el bachillerato en trminos de infraestructura y de cargos docentes no ha acompaado el ritmo de crecimiento de la matrcula, lo que se manifiesta entre otras cosas en grupos superpoblados y en establecimientos funcionando hasta en tres y cuatro turnos.

a) Formacin general y formacin tcnico-profesional

Uruguay se caracteriza por la elevada proporcin de alumnos de educacin media superior que cursan el ciclo secundario.

Resulta ilustrativa la comparacin con pases de la Unin Europea, donde, a la inversa, hay ms alumnos de educacin media superior matriculados en formacin profesional que en la rama general.

Esta situacin es especialmente significativa en Alemania y Austria, donde ms de las tres cuartas partes de los alumnos cursan estudios de formacin profesional.

En el otro extremo, en Irlanda y Portugal ms de las tres cuartas partes de los alumnos cursan sus estudios en la rama general.

Entre estos dos grupos de pases, Francia y los pases nrdicos (salvo Islandia) poseen niveles similares de alumnos en ambas ramas.

En Uruguay, la proporcin de estudiantes en la rama general es mayor an que en los pases de la Unin Europea, con mayor peso de la formacin general, llegando a ms del 80% (grfico nro. 15).

Nota: el dato para pases europeos corresponde al perodo 1996/1997; el dato para Uruguay corresponde al ao 1999.

Fuente: Eurostat/UNESCO/OCDE, CES (Consejo de Educacin Secundaria, ANEP), CETP (Consejo de Educacin Tcnico-Profesional. ANEP)

La tendencia marcadamente secundarista de la educacin media superior ha empezado a cambiar a partir de la implementacin de los Bachilleratos Tecnolgicos en la rama de la educacin tcnico-profesional. Estos cursos combinan, dentro de una estructura curricular de tres aos de duracin, una formacin general polivalente con una formacin especfica en reas entendidas como estratgicas para el desarrollo del pas (por ejemplo, Informtica, Turismo, Termodinmica).

La experiencia se inici en 1997 en cinco orientaciones con una matrcula de cerca de 600 alumnos que en la actualidad supera las 7.000 inscripciones. Su desarrollo, sin embargo, est condicionado a la disponibilidad locativa.

b) Disponibilidad de recursos docentes y de infraestructura

La oferta brindada por el sistema educativo en el segundo ciclo de enseanza media en lo que refiere especialmente a la generacin de recursos humanos y materiales no ha acompaado el ritmo de crecimiento de la matrcula verificado en las ltimas dcadas para ese nivel.

Esta situacin se refleja, entre otras cosas, en una ajustada oferta de locales educativos. Resulta significativo, por ejemplo, que, sin considerar los liceos con Segundo Ciclo slo en el ciclo nocturno, el 45% de los liceos funciona en tres y cuatro turnos, representando para Montevideo la casi totalidad de los centros (cuadro nro. 1). A la vez, casi una tercera parte de los centros de secundaria con bachillerato no ofrece el ciclo completo (cuadro nro. 2).

Cuadro nro. 1.- Cantidad de liceos con Segundo Ciclo de Educacin Secundaria por nmero de turnos. Ao 2000.

TOTALSlo noc-turnoUn turnoDos turnosTres turnosCuatro turnos

TOTAL1692126564125

Monte-video30110199

Interior1391026553216

Fuente: Unidad Ejecutora de los Programas de Educacin Media y Formacin Docente en base a datos proporcionados por el CES.

Cuadro nro. 2.- Cantidad de liceos con Segundo Ciclo de Educacin Secundaria segn oferta educativa. Ao 2000.

TotalHasta 4 aoHasta 5 aoHasta 6 aoMicroexperiencia

Total1694561117

Mdeo.3012153

Interior139336964

Fuente: Unidad Ejecutora de los Programas de Educacin Media y Formacin Docente en base a datos proporcionados por el CES.

De forma similar, de las 80 escuelas tcnicas que ofrecen cursos de educacin media superior solamente 33 cuentan con al menos algn curso de Bachillerato Tecnolgico. Los cursos de formacin profesional superior, en cambio, se encuentran sensiblemente ms extendidos.

Cuadro nro. 3. Cantidad de Escuelas Tcnicas con Educacin Media Superior, segn oferta educativa. Ao 2001.

TotalBTFPS(*)

TOTAL803347

Montevideo17611

Interior632736

(*) Nota: Se refiere a Escuelas en las que funciona FPS y no BT. En la mayora de las Escuelas donde funciona BT, tambin existe cursos de FPS.

Fuente: Unidad Ejecutora de los Programas de Educacin Media y Formacin Docente en base a datos proporcionados por el CETP.

La restriccin de espacios fsicos conllev al crecimiento de la superpoblacin de las aulas. Este ltimo aspecto es particularmente preocupante en el caso de Montevideo, donde el nmero promedio de estudiantes por grupo ascendi, en los ltimos diez aos, de 39 a 45. En el interior se manifiesta una tendencia similar, si bien los niveles de superpoblacin son sensiblemente ms bajos, como se indica en el grfico nro. 16 .

Fuente: Unidad Ejecutora de los Programas de Educacin Media y Formacin Docente en base a datos proporcionados por el CES.La ajustada oferta de espacios fsicos implica, adems, una seria limitacin para enfrentar otro problema de relevancia, referido a la reducida carga horaria de la educacin del Segundo Ciclo. La cantidad y duracin de las sesiones lectivas en Uruguay, especialmente en el caso de Educacin Secundaria, aparece muy limitada en comparacin con la situacin de otros sistemas educativos (cuadro nro. 4). Naturalmente, el desarrollo de medidas tendientes a incrementar el tiempo de permanencia en el centro (nuevas asignaturas, horarios extendidos, etc.) queda fuertemente limitado principalmente por las restricciones edilicias sealadas anteriormente, aunque tambin por el incremento permanente en el gasto presupuestal que implica elevar el nmero de horas docentes.

La magnitud de recursos que sera necesario volcar para incrementar las horas de clase diarias en el bachillerato es sumamente elevada, no slo en trminos de costos de inversin en infraestructura (determinado por la necesidad de eliminar el funcionamiento del tercer turno diurno) sino tambin por el consecuente incremento de las horas docentes, de incidencia significativa en el presupuesto si se tiene en cuenta que el 80% del gasto corriente de Educacin Secundaria se destina a docencia.

Cuadro nro. 4: Nmero semanal y duracin de las sesiones lectivas, por pases seleccionados. Educacin Media Superior.

a) Educacin General

PasNro. promedio de sesiones semanalesDuracin de la sesinNro. de das lectivos al ao

Espaa3155 minutos175

Francia3255 minutos180

Inglaterra /

Gales4035-40 minutos190

Uruguay (1)3035 minutos 192

b) Educacin Tcnico Profesional

PasNro. promedio de sesiones semanalesDuracin de la sesinNro. de das lectivos al ao

Francia3255 minutos180

Alemania3345 minutos208

Portugal3050 minutos192

Uruguay (2)3945 minutos192

Notas: (1) Se refiere al bachillerato Plan 76.

(2) Se refiere a BT y FPS.

Fuente: Eurydice, 1997, CES y CETP.

Por ltimo, cabe sealar que, a pesar de los esfuerzos orientados a la formacin de docentes de educacin media, el sistema educativo todava est lejos de los niveles de formacin requeridos para responder a las demandas de un ciclo con las complejidades propias de la educacin de segundo nivel.

Como se observa en el grfico nro. 17, el nmero de docentes egresados de los institutos de formacin docente ha permanecido estancado en niveles relativamente bajos en la ltima dcada y media, a pesar de que se observa un aumento importante para el ao 1999, producto tanto de una mejora en los niveles de egresos del IPA y del INET como de la incidencia de la primera generacin de egresados de los Centros Regionales de Profesores.

Fuente: Direccin de Formacin Docente y Secretara de Capacitacin y Perfeccionamiento Docente

IV. Sobre la eficiencia del sistemaEl sistema presenta importantes problemas de eficiencia en la utilizacin de sus recursos. Esto se debe principalmente a las altas tasas de desercin y repeticin, que redundan en bajos porcentajes de egresos y en una duracin promedio del ciclo significativamente superior a la establecida.

El funcionamiento del sistema educativo conlleva beneficios (tanto inmediatos provenientes del efecto directo del proceso educativo sobre el estudiante como a travs del impacto en la insercin laboral, nivel cultural, etc) y costos, tanto privados como pblicos.

Al relacionar el costo con algn indicador de resultado directo del sistema educativo tal como nmero de egresados o algn indicador de calidad de los aprendizajes de los alumnos se identifica la eficiencia interna del sistema. Si se evala el conjunto de beneficios privados y sociales de la educacin con relacin a los costos privados y sociales, se mide la eficiencia externa del sistema o eficiencia econmica.

En los apartados siguientes se expone una primera aproximacin a la evaluacin de la eficiencia interna del segundo ciclo de enseanza secundaria.

a) Los costos del Bachillerato de la educacin secundaria pblica

En este apartado se expone una primer estimacin de los costos del bachillerato de educacin secundaria pblica. Corresponde aclarar que se referir nicamente a los costos corrientes, dejando de lado los costos de inversin.

i) Estructura de costos corrientes totales

El gasto corriente total de Educacin Secundaria ejecutado en el ao 2000 fue de casi 145 millones de dlares. Desde el punto de vista de la estructura del costo corriente, el 80% del costo total se destina a gasto de docencia directa e indirecta (GDDI) y el 20% restante a gastos en administracin y operacin (GAO). Con relacin con este ltimo, el 11,5% se destina a gasto de personal no docente (GPND), mientras que solamente el 8,5% corresponde a gastos generales de funcionamiento (GGF). Visto de otra manera, algo ms del 90% del gasto corriente de Educacin Secundaria corresponde a sueldos y aportes patronales, docentes y no docentes (grfico nro. 18).

La estimacin por ciclos de estudios indica que se destina anualmente algo ms de 57 millones de dlares para los Bachilleratos, aproximadamente un 40% del gasto corriente total de Educacin Secundaria (cuadro nro. 5). La participacin relativamente menor del gasto en Bachilleratos en el total se vinculara bsicamente al menor nmero de grupos y a la inferior carga horaria curricular promedio respecto del Ciclo Bsico, lo que implica un menor gasto relativo en docencia directa.

Fuente: Unidad Ejecutora de los Programas de Educacin Media y Formacin Docente, sobre la base de informacin del Balance de Ejecucin Presupuestal y Financiera. Ejercicio 2000. Datos Oficiales.

Nota: GDDI = Gasto en Docencia Directa e Indirecta; GAO = Gasto en Administracin y Operacin; GPND = Gasto en Personal No Docente; GGF = Gastos Generales de Funcionamiento.

Cuadro nro. 5: Costos Corrientes de Educacin Secundaria segn ciclos educativos. Ao 2000. En dlares corrientes.

TotalCiclo BsicoBachillerato

Costos Corrientes Totales144,688,24587,277,78757,410,458

Gasto en docencia directa e indirecta115,392,87969,956,27345,436,606

Gastos de administracin y operacin29,295,36617,321,51411,973,852

Gasto en personal no docente16,810,2399,942,8006,867,439

Gastos generales de funcionamiento12,485,1277,378,7145,106,413

Fuente: Unidad Ejecutora de los Programas de Educacin Media y Formacin Docente, sobre la base de informacin del Balance de Ejecucin Presupuestal y Financiera. Ejercicio 2000. Datos Oficiales.

Nota: El gasto de Ciclo Bsico no incluye partidas de la Unidad Ejecutora.

ii) Costo por alumno

El costo por alumno matriculado constituye un indicador de magnitud de los recursos involucrados en el proceso de enseanza, sin informar acerca de la eficiencia en el uso de dichos recursos. No obstante, el indicador resulta relevante si existe, como lo han constatado diversos estudios, una relacin positiva entre los recursos involucrados y los logros educativos. Tambin resulta de inters desagregar el costo total por alumno en sus componentes principales (docencia, gastos de funcionamiento), dado que, como lo han constatado algunos estudios, no todos los componentes del gasto ejerceran impactos similares en el rendimiento.

En el cuadro nro. 6 se presenta el costo por alumno/ao a nivel del conjunto de bachilleratos de Secundaria. ste se obtiene dividiendo los costos corrientes anuales entre el nmero de alumnos matriculados en bachilleratos en el ao 2000.

Cuadro nro. 6: Costo corriente por alumno de bachilleratos de Educacin Secundaria. Ao 2000. En dlares corrientes.

Costo por alumno

Costo corriente total por alumno ao634

Gasto en docencia directa e indirecta502

Gastos de administracin y operacin132

Gasto en personal no docente76

Gastos generales de funcionamiento56

Fuente: Unidad Ejecutora de los Programas de Educacin Media y Formacin Docente, sobre la base de informacin del Balance de Ejecucin Presupuestal y Financiera (Ejercicio 2000) y del Consejo de Educacin Secundaria.

En trminos comparativos, el costo por alumno de los bachilleratos de Secundaria resulta entre 17% y 19% inferior al estimado para Ciclo Bsico y Escuelas Tcnicas Industriales y de Servicios, respectivamente. Con relacin al Ciclo Bsico, las diferencias se originan, adems de en la menor carga horaria curricular relativa, en un tamao promedio de grupos algo mayor.

Nota: Los datos de Ciclo Bsico y Bachilleratos de Secundaria corresponden al ao 2000, mientras que el dato de escuelas tcnicas corresponde al promedio de perodo 1997-1999.

Fuente: Unidad Ejecutora de los Programas de Educacin Media y Formacin Docente, sobre la base de informacin del Balance de Ejecucin Presupuestal y Financiera (Ejercicio 2000), del Consejo de Educacin Secundaria y del Consejo de Educacin Tcnico-Profesional

iii) Costo por egreso

Cuando se calcula el costo por alumno se debe tener presente que el estudiante matriculado no implica produccin alguna por parte del sistema educativo. Esta estar bsicamente referida a los alumnos que aprobaron cierto curso (en este caso, los alumnos que aprueban 6to. ao de Educacin Secundaria). Por lo tanto, el indicador de costoresultado adecuado a posteriori es el costo por alumno aprobado o costo por egreso. Este concepto refleja de alguna forma la eficiencia interna del sistema en lograr un egresado del Bachillerato. Para estimar adecuadamente el costo por alumno egresado es necesario contar con informacin de flujos de promocin, repeticin y desercin por cohorte, que permita, por un lado, estimar el egreso en tiempo del ciclo evaluado, y, por otro, obtener una estimacin de la duracin promedio del ciclo para el conjunto de los egresados.

Debe resaltarse que al momento de la elaboracin de este documento no se cuenta con informacin suficiente que permita, por ejemplo, obtener la totalidad de egresos anuales de los bachilleratos de Secundaria en liceos pblicos. Por lo tanto, se recurri fundamentalmente a la informacin proporcionada por la Encuesta Continua de Hogares (ECH) del Instituto Nacional de Estadstica (INE), y se cotej dicha informacin con datos proporcionados por el Consejo de Educacin Secundaria (CES) para el ao 1999.

A partir de los datos de la ECH, se tom la informacin de la relacin entre ingresados y egresados del Bachillerato de Secundaria de la cohorte de 24 a 29 aos (de los cuales la inmensa mayora ya no asiste a dicho ciclo de estudios) y se consider una duracin promedio del bachillerato para los que egresan de 5,3 aos. Ello arroj un equivalente de egresos anuales de 37% respecto de los ingresados al Bachillerato de Secundaria. No obstante, debe considerarse que dicha tasa no distingue entre los egresados del sistema pblico y del privado. Resulta plausible suponer que la tasa de egresos del sector privado sea mayor que la del pblico, dado el diferente perfil socioeconmico de los alumnos que asisten a unos y otros. An as, la incidencia del sector privado sera menor, dado que su peso en la matrcula global de bachilleratos ronda el 15%. A su vez, de la informacin proporcionada por el CES del ao 1999, puede estimarse una tasa de egresos anuales sobre los ingresos en cuarto ao prxima a 30%.

A partir de ambas fuentes de informacin se consider razonable suponer que la tasa de egresos anual sobre los ingresos en 4to. ao en los bachilleratos pblicos se situara prxima a 30%, y se realizaron las estimaciones de costo por egresado a partir de esa estimacin. Cabe mencionar que dicha tasa de egresos anual no comprende solamente a los que egresan en tiempo. Una parte del egreso anual se compone de alumnos que egresan luego de permanecer rezagados.

En el cuadro nro. 7 se presenta el costo por egreso de los bachilleratos de Secundaria. El costo total por alumno egresado debe interpretarse en el sentido de lo que invierte el sistema en el total de aos del Segundo Ciclo de Educacin Secundaria (tres) para lograr un alumno egresado. Dicha cifra se estim en algo ms de 6.000 dlares.

Cuadro nro. 7: Costo Corriente por alumno egresado de Bachillerato de Educacin Secundaria. Ao 2000. En dlares corrientes.

Costo por egreso

Costo corriente por egresado6.182

Gasto en docencia directa e indirecta4.893

Gastos de administracin y operacin1.289

Gasto en personal no docente740

Gastos generales de funcionamiento550

Fuente: Unidad Ejecutora de los Programas de Educacin Media y Formacin Docente, sobre la base de informacin del Balance de Ejecucin Presupuestal y Financiera (Ejercicio 2000) y del Consejo de Educacin Secundaria.

Segn esta estimacin de carcter preliminar, el costo por alumno egresado algo ms que triplica el que surgira de un sistema sin repeticin ni desercin, que deriva de multiplicar el costo por alumno por los tres aos que dura el bachillerato (unos 1.900 dlares). La diferencia entre estas cifras resulta, entonces, una medida de ineficiencia interna del sistema, dada por las tasas de desercin y de repeticin, que redundan en relativamente bajos porcentajes de egresos y una duracin promedio del ciclo significativamente superior a la establecida.

b) Resultados educativos de los estudiantes de bachillerato de secundaria pblicaA los efectos de obtener una mayor comprensin de los factores que inciden en la ineficiencia del segundo ciclo de educacin secundaria, resulta necesario analizar algunos indicadores de logro educativo tales como rezago, desercin y resultados de exmenes de alumnos de bachillerato de educacin secundaria.

i) Resultados educativos de una cohorte de estudiantes

A modo ilustrativo, se presentan algunos datos acerca de la evolucin de la cohorte que ingres a primer ao de bachilleratos en 1998, y sus resultados en el ao 2000 .

El grfico nro. 20 destaca en primera instancia que, del total de alumnos inscriptos en primer ao de bachillerato en 1998, ms de la tercera parte (37,5%) sale del sistema de Secundaria durante los dos primeros aos de ese ciclo de estudios.

Fuente: Unidad Ejecutora de los Programas de Educacin Media y Formacin Docente, en base a datos proporcionados por el Consejo de Educacin Secundaria.

Respecto del resto de los alumnos que permanece en el sistema en el ao 2000, solamente una tercera parte se encuentra cursando el ltimo ao del ciclo, es decir, no presenta rezago. De ellos, el 27% repite el ao en el 2001 (9% de la cohorte que ingres al bachillerato en 1998), lo implica que la tasa de egreso en tiempo del bachillerato de Secundaria en liceos pblicos se encontrara en niveles sensiblemente inferiores al 25% si se tiene en cuenta que parte de los alumnos desertar del sistema educativo luego de cursar el ltimo ao del ciclo.

Finalmente, un 28% de los estudiantes permanece en el sistema rezagado en el ao 2000 (dos aos despus de su inscripcin en cuarto ao); la inmensa mayora, cursando el segundo ao de bachillerato (cuadro nro. 8).

Cuadro nro. 8: Estudiantes de la cohorte 1998 de Bachillerato de Educacin Secundaria en Liceos Pblicos.

Perodo 1998 2000.

Total inscriptos en 1998100.0%

Salen del sistema en 1998 199937.5%

Inscriptos en el sistema en 200062.5%

Cursan 6to ao en 200034.3%

Cursan 5to ao en 200024.8%

Cursan 4to ao en 20003.3%

Fuente: Unidad Ejecutora de los Programas de Educacin Media y Formacin Docente, en base a datos proporcionados por el Consejo de Educacin Secundaria.

ii) El desempeo de los estudiantes de 5 y 6 en los exmenes

En este punto se hace una breve mencin a los problemas de rendimientos en los exmenes y el abandono escolar como indicadores complementarios que aportan a la evaluacin de la eficiencia del sistema.

En primer lugar, el desempeo de los estudiantes en los exmenes de 5 y 6 de secundaria pblica es notoriamente bajo. Cualquiera sea el indicador que se adopte, tasa de presentacin a exmenes o tasa de aprobacin, los resultados permiten identificar uno de los principales focos problemticos del Bachillerato.

En los grficos nro. 21 al 23 se presentan los resultados de un conjunto de liceos de Montevideo y de los liceos departamentales del interior del pas. Si bien no se trata de una muestra representativa de todo el Bachillerato, los resultados son sugerentes en cuanto a la identificacin de problemas.

(*)Nota: Para el ao 1983 se consideraron los datos correspondientes a los liceos diurnos de Montevideo. La informacin del ao 2000 refiere a liceos seleccionados diurnos de todo el pas.

Fuente: Unidad Ejecutora de los Programas de Educacin Media y Formacin Docente, en base a datos tomados de la Cooperacin Tcnica OPP/BID y proporcionados por la Inspeccin Tcnica del Consejo de Educacin Secundaria.

Como se puede apreciar, hay una serie de regularidades que pueden destacarse. En primer trmino, no ha habido transformaciones significativas en cuanto a la estructura de aprobacin de exmenes en las ltimas dos dcadas. El porcentaje de alumnos que se presentaban a los exmenes en el ao 1983 apenas superaba el 60% y el 70% para 5 y 6 ao respectivamente, mientras que para el ao 2000 los valores correspondientes son de 56% y 68%.

Asimismo, tampoco se encuentran diferencias significativas si se toma en cuenta que, de aquellos estudiantes que efectivamente rinden examen, nicamente la mitad aprueba en 5 y aproximadamente dos de cada tres lo hace en 6. En total, la informacin indica que solamente tres de cada diez habilitados en 5 ao logran aprobar sus exmenes en el perodo, al tiempo que en 6 ao aprueba algo ms del 40%.

En segundo trmino, como se observa en los grficos siguientes, los perfiles ms desfavorables se encuentran ordenados de acuerdo a las diferentes orientaciones: los niveles ms bajos de aprobacin en la orientacin Cientfica, mejorando en la Biolgica para tener la configuracin ms favorable en la Humanstica. Tambin, como se ha observado, los resultados mejoran sensiblemente en el 6 ao con respecto al 5 ao probablemente por la experiencia creciente de los estudiantes, pero, sobre todo, por la selectividad de los que quedan en el sistema (esto responde a la mayor probabilidad de abandono de los estudiantes que acumulan experiencias de fracaso en 5 ao).

Fuente: Unidad Ejecutora de los Programas de Educacin Media y Formacin Docente, en base a datos proporcionados por la Inspeccin Tcnica del Consejo de Educacin Secundaria.

Fuente: Unidad Ejecutora de los Programas de Educacin Media y Formacin Docente, en base a datos proporcionados por la Inspeccin Tcnica del Consejo de Educacin Secundaria.

Una pauta similar se encuentra con respecto a las orientaciones en el 6 ao: los resultados son ms negativos en Ingeniera, en Agronoma, en Economa y en Medicina, mientras que mejoran sensiblemente en Derecho y Arquitectura.

Finalmente, an cuando los resultados de 6 ao son superiores a los registrados para 5, resulta igualmente preocupante que uno de cada tres estudiantes que se presentan a examen no logre aprobar. Para el ao 2000, estos resultados podran estar afectados por el perodo considerado (noviembre). Sin embargo, se dispone de informacin que no es necesario agregar aqu, para los perodos de febrero y julio, siendo los resultados, con ligeras variaciones, consistentes y similares a los de noviembre.

El mal desempeo de los estudiantes del Bachillerato en los exmenes constituye, a nivel institucional, uno de los factores clave que explican los severos problemas de eficiencia del sistema. Por otra parte, puede ser interpretado como uno de los principales desestmulos para la continuacin de los estudios, contribuyendo a la formacin de una baja autoestima en la medida en que se corresponde con sentimientos de fracaso e impotencia que no tienen necesariamente consecuencias personales slo en la esfera educativa.

Por tratarse de experiencias que operan en las edades tempranas de formacin individual, , es posible que fracasos escolares de este tipo tiendan a formar cierto tipo de personalidades con baja capacidad de enfrentar y responder a desafos en otras etapas del ciclo vital.

V. SntesisUna breve recapitulacin final sobre los resultados presentados permite resumir las principales consideraciones sobre el ciclo de la enseanza media superior en el pas en general, y en el segundo ciclo de enseanza secundaria en particular.

a. A lo largo de las ltimas dcadas, y a pesar de los esfuerzos reiterados por mejorar el desempeo del sistema educativo uruguayo, los estudios muestran las dificultades de repetir en el ciclo de la enseanza media el mismo xito que se lograra con la enseanza primaria y, en buena medida, con el Ciclo Bsico. El nivel de escolarizacin promedio de las jvenes generaciones aumenta en accesibilidad pero mejora muy lentamente en logros, lo que se refleja en que el pas pierde posiciones relativas con respecto al movimiento general de la regin latinoamericana. Partcipe del grupo de pases relativamente ms avanzados en materia educativa -conjuntamente con Argentina y Chile- Uruguay dej de estar a la cabeza de los tres pases en materia de aos de escolarizacin y su crecimiento no muestra el dinamismo necesario para mantener el mismo ritmo de los otros pases.

b. El ciclo de la enseanza media y en particular los aos correspondientes a 4, 5 y 6 de la educacin secundaria se ha transformado crecientemente en uno de los principales filtros del sistema educativo del pas. Ms precisamente, hay tres filtros importantes en el sistema:

el primero se produce por la proporcin de jvenes y nios que, habiendo finalizado el 6 ao de la enseanza primaria, no continan el Ciclo Bsico;

el segundo se registra al interior del Ciclo Bsico, y,

el tercero, en la Enseanza Media Superior.

Del total de jvenes entre 12 y 25 aos que abandonaron el sistema educativo, aproximadamente un 23% lo ha hecho luego de completar Primaria; un 27%, a lo largo del Ciclo Bsico (habindolo completado o no); y un 20%, en la enseanza media superior. Sin embargo, en trminos relativos al ingreso a cada ciclo, el Bachillerato presenta el ndice ms crtico de retencin. Esta situacin se torna ms preocupante si se considera que aquellos jvenes que han alcanzado a ingresar a este ciclo han superado con xito las anteriores barreras, realizando adems una fuerte apuesta a la inversin en educacin.

c. A lo largo de las ltimas dcadas la enseanza media superior creci significativamente en forma regular con ciertos impulsos notables en los aos 60, 80 y segunda mitad de los 90. Especialmente al final del perodo se expandi el ciclo hacia el interior del pas alcanzando un balance regional, por cierto democratizador, que cambi fuertemente la configuracin de la oferta.

d. Las transformaciones ocurridas con motivo de la expansin de la matrcula presentan dos caras muy diferentes del proceso de democratizacin de la enseanza media superior. Por una parte, se democratiza la cobertura absorbiendo contingentes crecientes de jvenes de niveles sociales medio-bajos y bajos. Por otra parte, no ocurre lo mismo con los egresos en donde la inequidad es manifiesta. Las dificultades de retencin de los jvenes en el sistema es selectiva y afecta en mayor medida a los recin incorporados. El proceso de democratizacin matricular no ha generado una necesaria reflexin sobre los principios y orientaciones curriculares y, por otro lado, no han sido acompaados de las necesarias inversiones en obra fsica, materiales educativos y capacitacin docente.

En este sentido, resulta bastante menos efectiva la democratizacin de los egresos que la correspondiente a la matrcula. An ms, es posible afirmar que parte de esos resultados son esperables y se registran con frecuencia cuando cambia la composicin de los estudiantes, hacindose ms heterognea socialmente por la incorporacin de sectores sociales en condiciones desventajosas (clima educativo bajo, ingresos correspondientes a los quintiles inferiores, etc.) Por esta misma razn, la inequidad del sistema puede experimentar un crecimiento en la medida en que el elevado abandono escolar es hijo del propio xito de la expansin de la matrcula. En consecuencia, cuando se observan los resultados educativos, si los mismos no mejoran y muestran pautas estables, ello no debe interpretarse necesariamente como un resultado negativo. En suma, las evidencias presentadas en este informe sealan que uno de los principales desafos de la poltica educativa radica en la necesidad de contrarrestar los efectos negativos aproximando la democratizacin de los egresos a la democratizacin de la matrcula.

e. Si bien persisten importantes dificultades en el acceso al segundo ciclo, la informacin presentada a lo largo del informe indica que el sistema ha logrado incrementar paulatinamente los niveles de cobertura correspondientes. No obstante, es de subrayar el bajo desempeo del sistema en cuanto a su capacidad de retener a los jvenes ya incorporados. Ni los factores extraescolares se muestran suficientemente favorables para motivar a los jvenes a mantenerse dentro del sistema ni las transformaciones ocurridas en la manipulacin de los factores intraescolares parecen haber hecho de los contextos de estudio mbitos adecuadamente atractivos y motivadores que alienten la inversin de los jvenes en educacin.

f. La reiteracin de experiencias educativas frustrantes es uno de los principales factores responsables del proceso de marginalizacin y alienacin progresiva del estudiante, conducente a la desercin en el Bachillerato. Algunos de estos indicadores se hicieron manifiestos cuando se estudi el desempeo de los jvenes en los exmenes. Parece fuera de toda duda que los crticos resultados obtenidos, tanto en la tasa de aprobacin como en la de presentacin a los exmenes, definen y condensan la manifestacin ms relevante de las situaciones de fracaso registradas en el Bachillerato Secundario.

Las hiptesis acerca de las razones de esta preocupante situacin del Bachillerato son muchas y forman parte desde hace varias dcadas del diagnstico y del debate sobre poltica educativa. Aqu no se entrar a tal debate. No obstante, es conveniente sealar que no parece posible sustentar una transformacin del ciclo en forma consistente sin procurar un consenso acerca de las razones del fracaso, de los mecanismos conducentes al mismo, y de ciertos acuerdos mnimos sobre la jerarqua de estos mecanismos. En la medida en que existan y subsistan desacuerdos importantes y desencuentros crticos en la definicin de las razones de esta situacin se generan dificultades importantes para sostener polticas eficientes tendientes a revertirla.

En un contexto de mundo globalizado, crecientemente desigual y competitivo, la generacin de una sociedad equitativa en oportunidades es un asunto complejo que requiere de un sistema educativo de alta calidad y equidad. Sin una slida base educativa que apunte a una juventud con niveles de formacin progresivamente ms elevados, difcilmente podr el Uruguay superar este desafo. Particularmente, en la Educacin Media Superior resulta necesaria una reflexin acerca de los problemas y desafos del Ciclo, calibrando sus alcances y sus consecuencias para los jvenes. La evidencia presentada a lo largo de este documento sugiere la necesidad de definir y acordar una agenda de transformacin profunda ms que un acotado ajuste programtico que apunte a cambios de magnitud en aspectos sustantivos.

ANEXO METODOLGICO

Los costos del Bachillerato de Educacin Secundaria

Breves comentarios metodolgicos.

En este apartado se realizan algunas precisiones en cuanto a la dimensin y el alcance de los indicadores que se presentan en este documento.

En primer lugar, los costos presentados se refieren solamente a costos corrientes, es decir, aquellos que comprenden las adquisiciones de bienes y servicios que se consumen en el tiempo en que son adquiridos, o en el muy corto plazo. Como ejemplo de costo corriente pueden citarse los gastos en sueldos, beneficios sociales, materiales y tiles escolares, el consumo de servicios pblicos como energa elctrica o telfonos y otros gastos de funcionamiento propios de un establecimiento liceal.

No se incluyen los costos de uso del capital o de inversin, los cuales estn vinculados a las adquisiciones de bienes durables, de los que se espera un beneficio en un plazo ms largo. El costo en que se incurre por el consumo de este tipo de bienes deriva de dos componentes:

a) el desgaste de stos en el tiempo computado a travs de la depreciacin y,

b) el costo de uso alternativo o costo de oportunidad del capital, reflejado por el inters perdido.

Cabe resaltar que para estimar el costo de uso del capital resulta necesario contar con el valor actual de todos los bienes que componen el stock de capital que se utiliza en el mbito educativo del Bachillerato de Educacin Secundaria, as como la vida til estimada de los mismos, informacin no disponible a la fecha de realizacin de este documento. Como ejemplo del gasto vinculado con los costos de inversin pueden citarse las compras de terrenos, edificios, la realizacin de construcciones y la compra de equipamiento de diverso tipo.

En segundo lugar, se hace referencia a costos totales, costos por alumno y costos por egreso. El costo por alumno por ao refleja los montos incurridos en educacin por alumno en trminos anuales y es bsico sobre todo para la planeacin a priori de la enseanza. El costo por egreso, por otro lado, es un indicador de produccin a posteriori, y constituye un indicador de la eficiencia interna del sistema a lo largo del tiempo.

Con relacin a los costos corrientes, la informacin se presenta desagregada en los siguientes componentes:

1) Gasto en Docencia Directa e Indirecta (GDDI): Corresponde al gasto anual en docencia directa y apoyo docente (directo e indirecto) destinado a los Bachilleratos de Secundaria. Comprende el total de sueldos docentes (que incluyen el sueldo bsico y los rubros referidos a la partida de alimentacin, beneficio de retiro, primas y asignaciones) y aportes patronales docentes.

2) Gasto en Administracin y Operacin (GAO): Corresponde al gasto realizado durante el ao para atender el funcionamiento de los establecimientos de Bachilleratos de Secundaria en sus aspectos administrativos y operacionales. Incluye dos grandes tipos de gasto: el gasto en personal no docente (en sueldos y aportes patronales) y los gastos generales de funcionamiento (materiales y suministros, servicios generales de los establecimientos, etc.)

La fuente de informacin utilizada en esta primera aproximacin corresponde al Balance de Ejecucin Presupuestal que refiere a lo gastado durante el ao 2000. Debido a que la fuente de informacin no distingue entre los distintos subcomponentes de cada Consejo desconcentrado, fue necesario establecer una serie de supuestos sobre la base de los cuales se desagregaron los gastos correspondientes.

Los gastos de Educacin Secundaria se dividieron en primer lugar entre Ciclo Bsico y Bachillerato. En el caso de los gastos de funcionamiento y sueldos no docentes, los coeficientes asignadores del gasto se calcularon en funcin del nmero de grupos, en tanto que para el rubro de sueldos docentes se construyeron en funcin del nmero de grupos, la compensacin salarial que reciben los docentes de los grupos con extensin horaria del Ciclo Bsico (12,5% sobre la unidad base), los docentes de Bachillerato (10% sobre la unidad base), y la carga horaria diferencial entre los distintos planes de estudio del Bachillerato (Plan 76 y Microexperiencia).

Con respecto a los gastos de Codicen de la ANEP se tom como supuesto que un 30% del total gastado en sueldos no docentes y gastos de funcionamiento para el ao 2000 se destina a Educacin Secundaria. Estos gastos, a su vez, fueron desagregados segn ciclo y plan de estudio utilizando los mismos coeficientes aplicados al gasto de Educacin Secundaria. No se asignaron a Secundaria cuotas del gasto del Codicen de la ANEP en sueldos docentes, dado que la mayor parte del mismo se destina a Formacin Docente.

EMBED Excel.Chart.8 \s

EMBED Excel.Chart.8 \s

EMBED Excel.Chart.8 \s

EMBED Excel.Chart.8 \s

EMBED Excel.Sheet.8

EMBED Excel.Sheet.8

EMBED Excel.Sheet.8

EMBED Excel.Sheet.8

EMBED Word.Picture.8

EMBED Word.Picture.8

EMBED Word.Picture.8

EMBED Word.Picture.8

La mayor parte de este informe est compuesto por fragmentos o resmenes de estudios efectuados y que se estn desarrollando desde la Unidad Ejecutora de los Programas de Educacin Media y Formacin Docente.

Al respecto ver: CEPAL Oficina de Montevideo (1994), Los bachilleres uruguayos: quines son, qu aprendieron y qu opinan; MARRERO, A. (2000), El Bachillerato de Educacin Secundaria en Uruguay. Un intento de Evaluacin. Tesis de Doctorado en Sociologa. Universidad de Valencia, Espaa; MONTES MARTNEZ, C. (2000), La Microexperiencia de Bachillerato (Plan 1993)Innovacin real o virtual? . Tesis de Maestra en Educacin, UCUDAL. Montevideo; TRAS, S. (1995), El liceo desde la perspectiva del alumno. Tesis de Maestra en Educacin, UCUDAL. Montevideo.

NOTARO, J. (1998), Ocupacin y masa salarial en el Uruguay 1984-1997. Serie Avances de Investigacin. Instituto de Economa de la Facultad de Ciencias Econmicas y Administracin. UDELAR.

PALOMINO, M. (1999), Nota para el estudio de los obreros en la Argentina. Seminario sobre Clases y Capas Sociales. Universidad de General Sarmiento. 7/9/99. (Versin preliminar).

CEPAL, Panorama Social de Amrica Latina, 1998.

Vase por ejemplo, Fortalecimiento del Area Social (FAS), Instituto Nacional de Estadstica (INE). Consultores Nacionales Renato Opertti y Alberto Villagrn. (1995), Evolucin de la pobreza estructural en la dcada 1984-1994. El Indice de Necesidades Bsicas Insatisfechas. Montevideo. DANA.

Al respecto, se puede consultar ANEP-Unidad Ejecutora de los Programas de Educacin Media y Formacin Docente (marzo 2001), Un anlisis acerca de los jvenes que no estudian ni trabajan.

La tasa bruta de escolarizacin se calcula a partir del cociente entre el total de asistentes al nivel correspondiente sobre la poblacin en edad de asistir al mismo. Para el caso del Bachillerato, se considera al total de la matrcula, sin tener en cuenta la edad, sobre el total de la poblacin de 15 a 17 aos.

Cabe recordar que el peso de la matrcula pblica se comporta de manera diferencial en Montevideo y en el Interior: 75,5% y 96,1%, respectivamente (los datos corresponden al ao 1999).

En rigor, la tasa de asistencia no permite interpretar directamente las diferencias en cuanto al acceso y a la retencin del sistema educativo. Eventualmente, una parte de los jvenes que no asisten al Bachillerato, podra esta compuesta por desertores del mismo.

En particular, Unidad Ejecutora de los Programas de educacin Media y Formacin Docente (Julio de 2000), Modelo sobre la predisposicin al abandono de los estudios. Serie Censo Nacional de Aprendizajes 1999 en los 3eros. Aos de Ciclo Bsico. Cuarta comunicacin..

Corresponde sealar que se consider el tramo de 24 a 29 aos debido a que son muy pocos los casos que continan estudiando en Secundaria despus