la doma del toro: viii ambos, el toro y mi mismidad

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La doma del toro: VIII Ambos, el toro y mi mismidad trascienden La Doma del Toro (buey o búfalo). Las diez etapas del despertar Látigo, soga, mismidad, y toro, todo llega a «no-ser». Este cielo tiene tal amplitud que ningún término puede abarcarlo. ¿ Como puede existir un copo de nieve en un fuego ardiente? Aquí hay huellas de patriarcas. Comentario: La mediocridad ha desaparecido. Mente libre de limitación.

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Page 1: La doma del toro: VIII Ambos, el toro y mi mismidad

La doma del toro: VIII Ambos, el toro y mi mismidadtrascienden

La Doma del Toro (buey o búfalo). Las diezetapas del despertar

Látigo, soga, mismidad, y toro, todo llegaa «no-ser».

Este cielo tiene tal amplitud que ningúntérmino puede abarcarlo.

¿ Como puede existir un copo de nieve en unfuego ardiente?

Aquí hay huellas de patriarcas.

Comentario:

La mediocridad ha desaparecido.

Mente libre de limitación.

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No busco ningún estado de iluminación.

Tampoco hago nada, permanezco donde noexiste ninguna iluminación.

Desde que deambulo sin condición alguna,las miradas no me pueden ver.

Aunque mil pájaros alfombraran con floresmi camino, la alabanza no tendría sentido

alguno.

• ¿En qué se convierten los copos denievecuando caen en el corazón de la llama? ennada. Ya no queda nada, ni camino, ni toro,ni campesino, ni búsqueda. Ya no hay un yo,se ha trascendido todo dualidad. Decir«nada» todavía es un concepto. Lo que sequiere decir es que no hay ninguancategoría para distinguir ese estado. Es laVacuidad sin forma. Pero ese vacío no es unvacío estéril, es un vacío fértil. No haynada sólido pero está preñado depotencialidad. En su seno contiene lasinfinitas posibilidades. Todo nace en esevacío y todo vuelve a él.

Tú ya no eres alguien que vive laexperiencia, sólo hay experiencia. No haynada, no hay tiempo. Es el tiempo eternopero no en el sentido de que no acaba nuncasino que está más allá del tiempo, en loatemporal. Desde ahí la vida fluye. Ya note peleas con ella, ya no estás en elsueño. Ya no hay confusión. No puedes decirque eres éste, que tienes tal cualidad. Nohay nada que ganar o perder. No estáscondicionado por tu cuerpo, por tussensaciones, por tu cultura, por tu mente,

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por tus recuerdos. No hay nada de esoporque has comprendido que todo Yo no esmás que la ilusión en el juego divino. ElYo era la flecha de la evolución, era elpegamento de una mónada, era el vehículo dela conciencia pero también era el últimonudo ilusorio.

No podemos hablar todavía de iluminaciónporque este estado es el preámbulo delestallido de la conciencia. Eldesprendimiento del Yo, la noche oscura delalma, y aquí, no hay experiencia nisantidad. Pero, cuidado, no te apegues aesa vacuidad porque puede ser una guarida,sutil, silenciosa e infinita pero, al fin,algo que te puede atrapar. Tienes quesoltar todo lo que puede resultar cómodo.Si uno pregunta quién soy yo, sólo elsilencio puede articular una tímidarespuesta.

Julián Peragón

Bibliografía:

• LA DOMA DEL BUEY. Las diez etapas deldespertar según el maestro zen KakuanShien. Traducción y comentarios de DokushôVillalba. Miraguano Ediciones.

• La Búsqueda. Los diez toros del Zen.Versión de Osho. Editorial Debate

• El Camino del Despertar. CatherineDepeux. Editorial Ibis

Page 4: La doma del toro: VIII Ambos, el toro y mi mismidad

La doma del toro: VII Trascendiendo al toro

La Doma del Toro (buey o búfalo). Las diezetapas del despertar

A horcajadas sobre el toro, llego a mihogar.

Estoy sereno.

El toro también puede reposar.

Empieza a amanecer.

En el plácido descanso, bajo el techo de mi

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morada, abandono el látigo y la soga.

Comentario:

Todo sigue una ley, no dos.

Unicamente nosotros hacemos del toro unarealidad temporal.

Es como la relación entre el conejo y latrampa, los peces y la red.

Es como el oro y la merma, o la luna queaparece tras la nube.

Una sucesión viajes fugaces y arduos através de un tiempo interminable.

• El toro desaparece. Estás solo. Es comosi el animal nunca hubiese existido. Lalucha contra el toro, contra la mismamente, es lo que creaba la resistencia. Enverdad eres la gota, la nube, la lluvia, elrío, eres la misma agua en esencia quecambia de forma continuamente. Ahora el ríovuelve al mar de forma espontánea, vuelve asu morada original. El río ha desaparecidoen el océano. Es posible que sin el río nopuedas comprender la inmensidad del océano.Sin la separación de la evaporación, sin laconciencia individual de la lluvia, sin ellargo camino del río no puedes reconocer ycelebrar el abrazo profundo del océano.

Ahora ya sabes que eres ilimitado, quesiempre lo fuiste pero la identificación enla forma te hacía olvidar tu esenciainfinita. Ahora puedes observar la forma delas cosas sin perder lo esencial, puedesvivir la fugacidad desde la eternidad, lo

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limitado desde lo ilimitado. Pensar desdela no mente, no olvidemos que el toro hadesaparecido.

Cada acto, cada ser, cada situación es unapuerta que conecta con lo no condicionado,de la misma manera que cada punto de larueda puede encontrar un radio para irdirectamente al centro. En ese centro deuno mismo está la serenidad. El centro tesigue a donde tú vayas porque el centroeres tú. Ahora sabes que la neurosis es lapermanente huida, el gran temor de caer enlo informe, de ser tragado por la nada, endefinitiva, de morir. Y ahora ya no huyesporque no hay posibilidad de escapadaporque todo está en ti y tú estás en todo.La soledad ya no asusta, estás presente yesa presencia te acompaña.

Estás solo y sin memoria. Ya no buscas enla memoria fragmentos para recordar lo queeres. Ya no buscas una identidad paraproyectarte a un futuro donde por fin tepodrás realizar. Ahora, simpletmente estás,es suficiente. Ahora cualquieridentificación no llega a cuajar y te daigual ser cristiano o budista, o cualquierotra cosa. Ahora, la soga y el látigo estánolvidados porque no hay ninguna necesidadde estrategias.

Julián Peragón

Bibliografía:

• LA DOMA DEL BUEY. Las diez etapas deldespertar según el maestro zen KakuanShien. Traducción y comentarios de Dokushô

Page 7: La doma del toro: VIII Ambos, el toro y mi mismidad

Villalba. Miraguano Ediciones.

• La Búsqueda. Los diez toros del Zen.Versión de Osho. Editorial Debate

• El Camino del Despertar. CatherineDepeux. Editorial Ibis

La doma del toro: VI Montándolo hasta casa

La Doma del Toro (buey o búfalo). Las diezetapas del despertar

Monto el toro, lentamente regreso a casa.

El son de mi flauta endulza la tarde.

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Marco con palmas la armonía que meacompaña, y dirijo el ritmo eterno.

Quien oiga esta melodía se unirá a mí.

Comentario:

La lucha ha terminado, se han equilibradopérdida y ganancia.

Canto la canción del leñador de la aldea, yentono melodías infantiles.

A horcajadas sobre el toro, contemplo lasnubes en el cielo.

Recorro mi camino, sin importarme quiendesde atrás me llame.

La lucha ha terminado, el toro está manso,sabe quién es su dueño. Ahora ya no senecesita «aferrar» ni tampoco hay miedo en«soltar», el toro se ha domesticado. Eltoro se ha rendido después de luchar contodas sus fuerzas pero nosotros con nuestrocentramiento no lo hemos dejado respirar,ahora será un fiel aliado.

La lucha ha terminado porque ya no nosatrapamos en la ignorancia; no alimentamosel ego. Hemos comprendido lo ilusorio de lavida y hemos desactivado el mecanismoneurótico del sufrimiento. La mente serenadeja traslucir la verdadera realidad. Cadacosa es tal cual es, no hay confusión.

La lucha ha terminado y ahora vuelves acasa, a uno mismo, Esa melodía que tocasencima del toro es la melodía de la vida.Representa la simplicidad, la armonía, lasincronización de todos tus aspectos.

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Fluyes con el ritmo de la vida. Ya no haynada contra lo que combatir. Tu cuerpo haperdido rigidez.

Vuelta a lo que eres, a tu naturalidad, atu esencia. Ya no será necesaria ladisciplina. No hará falta la cuerda, ellazo, el toro te sigue allá donde vayas. Lamúsica es el símbolo de la alegría interna,de la felicidad.

Julián Peragón

Bibliografía:

• LA DOMA DEL BUEY. Las diez etapas deldespertar según el maestro zen KakuanShien. Traducción y comentarios de DokushôVillalba. Miraguano Ediciones.

• La Búsqueda. Los diez toros del Zen.Versión de Osho. Editorial Debate

• El Camino del Despertar. CatherineDepeux. Editorial Ibis

La doma del toro: V La doma del toro

La Doma del Toro (buey o búfalo). Las diezetapas del despertar

Page 10: La doma del toro: VIII Ambos, el toro y mi mismidad

Preciso el látigo y la soga,

De lo contrario, se escaparía por caminospolvorientos.

Si está bien domesticado, llega a ser dócilcon naturalidad.

Entonces, sin herraduras, obedecerá a sudueño.

Comentario:

Cuando aflora un pensamiento, otro lesucede.

Cuando el primer pensamiento brota desde lailuminación, cuantos le siguen son

verdaderos.

A través de la ilusión, se convierte todoen falsedad. La ilusión no esta producidapor la objetividad; es el resultado de la

subjetividad.

Amárralo fuerte por el anillo de la nariz y

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no dudes ni un instante.

El toro se mueve entre abismos yprecipicios. Puede escaparse o extraviarsepor eso no hay que separarse del látigo nidel lazo. No podemos confiar en lanaturaleza de la mente. Aparece el deseo,la tentación, la ilusión y te arrastra. Sino prestas atención ese inconsciente dondeestán contenidos nuestras motivacionesinternas toma fuerza y arremete. Puedeaparecer la duda, la pereza, laprecipitación, la tentación, ladesesperanza, el miedo, entre otras.

El sutras nos recuerda que si domesticamosal toro bien se volverá manso y nosseguirá. Tenemos que entender que la parteinstintiva de la mente no puede serreprimida sin pagar un alto precio. Todanegación, represión o bloqueo de lo quesomos, por muy racional, emocional oinstintivo que sea se transvestirá en otracosa, se camuflará en fantasías, sesomatizará en enfermedad. Si tratas mal altoro, éste se volverá inquieto, se escaparáo atacará para defenderse.

Hay una imagen preciosa en el arcano XI delTarot de Marsella. Una mujer con elsemblante meditativo abre las fauces de unleón sin ninguna fuerza física. Más bienparece que le está enseñando a hablar, leestá invitando a dejar su ferocidad. Enpalabras de la alquimia diríamos que hayque convertir el plomo en oro, hay quetransformar la ignorancia en consciencia,en definitiva, hay que sublimar lo que estáen un nivel y llevarlo a un nivel máselevado pero sin reprimirlo.

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En realidad la mente está a nuestroservicio. Tiene que reconocer una autoridadmás alta. El dueño del perro sabe que tieneque ser severo y a la vez tierno con sumascota y desde ahí el perro le obedece sinviolencia. Los límites tienen que estarclaros porque son la referencia desde laque podemos andar. Si la aguja de labrújula baila demasiado no podrá sernos deutilidad. El toro tiene que saber cuálesson los límites. Por eso, todavía, ellátigo y el lazo hay que utilizarlos sindudar un instante. El látigo es laconciencia, la atención que hace que eltoro no se duerma, y la cuerda o el lazo esla disciplina para sujetar y que noaparezca la dispersión. En Yoga hablamos desvadhyaya y de tapas, de indagación ydisciplina, en definitiva de conciencia yde energía bien canalizadas.

Julián Peragón

Bibliografía:

• LA DOMA DEL BUEY. Las diez etapas deldespertar según el maestro zen KakuanShien. Traducción y comentarios de DokushôVillalba. Miraguano Ediciones.

• La Búsqueda. Los diez toros del Zen.Versión de Osho. Editorial Debate

• El Camino del Despertar. CatherineDepeux. Editorial Ibis

Page 13: La doma del toro: VIII Ambos, el toro y mi mismidad

La doma del toro: IV Apresar al toro

La Doma del Toro (buey o búfalo). Las diezetapas del despertar

Lo apreso con feroz lucha.

Su gran poder y voluntad son inagotables.

Desde la colina embiste a la inalcanzablenube lejana,

O permanece en un barranco impenetrable.

Comentario:

!Permaneció mucho tiempo en el bosque, perohoy lo he apresado!

La bravura de la lucha interrumpe su

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camino.

El toro ya esta lejos de su anhelado pastoverde.

Su mente todavía es terca y sin freno.

Mi deseo de someterle me obliga a alzar ellátigo.

La mente es tan salvaje y sibilina que nose deja atrapar. “Hay que apresarla conferoz lucha”, en realidad es una lucha amuerte por eso la tradición habla a menudode la guerra santa contra el ego.

Pero si uno no persevera fácilmente el torose escapa, si uno se distrae con lastentaciones del mundo el toro vuelve a suspastos frescos. No es una batalla la quehay que ganar es algo mayor, ya noutilizamos sólo estrategias hay queutilizar “el látigo”. La mente no es unobjeto con un botón on-off, la naturalezade la mente está siempre “recordando” lalibertad de los pastos verdes, siempre estámaquinando, elucubrando, fantaseando,manipulando la realidad que le envuelve. Lamente se intoxica fácilmente por losvenenos de la ignorancia, la codicia y elodio, le pueden sus apegos, sus rutinas,sus inercias. La mente nos puede llevar aparaísos pero también a infiernos, nopodemos fiarnos porque todavía no estádomada.

Utilizar el látigo para que el toropermanezca quieto cerca de ti esprofundizar en la disciplina. La disciplinano es una voluntad férrea que nosimponemos, tiene más que ver con unaactitud de centramiento y disponibilidad.La verdadera disciplina es curiosidad por

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saber cómo se desarrolla aquello queverdaderamente amamos. La disciplina bienentendida genera un entorno que aleja ladispersión, produce en la mente un impactoque la calma y la hace trabajar tanto en unsentido que la purifica. La disciplina noes sólo fuerza, a veces, si ponemos elejemplo del trabajo corporal, hemos detonificar y otras relajar. Con el toro pasalo mismo, a veces hay que dejarlo pastar yotras encauzarlo por el camino siempre conel látigo cerca. Sabemos que el jinete debeutilizar a veces las riendas y otras ellátigo. Hay que evitar el estancamientopero también la precipitación. Es como eldirector de orquesta no te permite que tequedes anclado en un compás de la partituramusical pero tampoco que te vayas porencima del rimo adecuado.

En realidad para capturar al toronecesitamos el don de la discriminación.Hay que saber cuándo apretar y cuándosoltar. Con la tendencia a la debilidad eltoro sin duda se escapará, nos dominará,pero con la rigidez el toro se rebelará yserá imposible hacerlo caminar por lavereda. Nos dice Dokushô “cuando la mentese estanca debemos utilizar el látigo.Cuando la mente se disipa, debemos sacar ellazo y mantener firme. Estas son las clavespara capturar al buey”.

Julián Peragón

Bibliografía:

• LA DOMA DEL BUEY. Las diez etapas deldespertar según el maestro zen KakuanShien. Traducción y comentarios de Dokushô

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Villalba. Miraguano Ediciones.

• La Búsqueda. Los diez toros del Zen.Versión de Osho. Editorial Debate

• El Camino del Despertar. CatherineDepeux. Editorial Ibis

La doma del toro: III Encontrar al toro

La Doma del Toro (buey o búfalo). Las diezetapas del despertar

Oigo la canción del ruiseñor.

El sol es cálido, la brisa suave, los

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sauces verdean a lo largo de la ribera,

Aquí ninguno toro puede ocultarse!

¿ Qué artista podría dibujar tan soberbiacabeza, cornamenta tan majestuosa?

Comentario:

Al oír la voz, podemos sentir su fuente.

Tan pronto como emergen los seis sentidos,atravesamos la puerta.

Dondequiera que uno entre, uno ve la cabezadel toro!

Esta unidad es como la sal en el agua, comoel color en los tintes.

Lo más sutil no esta separado de mimismidad.

La verdadera naturaleza de la mente aparecepoco a poco, pero la mente no es lo que nosimaginamos: pensar, razonar, hacercategorías, etc … LA MENTE LO ES TODO.Enseguida nuestra percepción ya se haconvertido en mente, por eso dice el sutra«Oigo la canción del ruiseñor. El sol escálido, la brisa suave, los sauces verdeana lo largo de la ribera». El buey aparece yno tiene sitio donde esconderse.

Podríamos decir que la mente no está dentrode la cabeza. Puede que el cerebro sólo seaun resonador, un receptor de una dimensión,la mental, que no está en el espacio. Tal

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vez el niño cree que la música que suenadel radio está dentro y no se da cuenta quela música se emite desde muy lejos. Lamente está fuera de tu cerebro y de tucuerpo, está donde tú estas, está en larama del árbol cuando la miras. Por eso sedice «como la sal disuelta en el agua, comoel color en el tinte». La mente está tanentremezclada con la realidad que es lamisma realidad. No hay dualidad.

La mente lo tiñe todo, se esconde como seesconde el toro a menos que percibas laglobalidad. Desde ahí puedes observar tumente, entonces has descubierto al toro.Pero, claro, el toro no se deja dominar, noestá interesado en mirar hacia dentro sinoen la imagen que está dando a los demás.Nos inventamos a nosotros mismos, pensamosen ficciones, mantenemos máscaras atraídospor las formas. En realidad nuestraidentidad es contradictoria, nos seduce máslo que los demás dicen de nosotros que loque verdaderamente somos. Pero como diceOsho «que la gente piense que eres feliz note hace de verdad feliz».

Lo que comprendemos en este punto es quetenemos que pararnos para ver la mente,tenemos que estar al acecho, ser unguerrero. Esa es la vía de la meditación,ver de frente al toro y ver sus tendenciaspara ganar libertad.

Julián Peragón

Bibliografía:

• LA DOMA DEL BUEY. Las diez etapas deldespertar según el maestro zen KakuanShien. Traducción y comentarios de DokushôVillalba. Miraguano Ediciones.

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• La Búsqueda. Los diez toros del Zen.Versión de Osho. Editorial Debate

• El Camino del Despertar. CatherineDepeux. Editorial Ibis

Soportes meditación: Tratak

Tratak es un ejercicio de concentración. Dehecho es un ejercicio que facilita la calmade la mente para entrar en meditación,podemos utilizarlo como ejercicio previo.La técnica es bien sencilla. Colocamos lavela a una distancia de unos 50 centímetrosprocurando que la llama quedeaproximadamente a la altura de la cabezapara que no tengamos que inclinar el cuellocreando tensión innecesariamente. Estamosunos minutos adaptándonos a la distancia y

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al enfoque de la mirada, por eso siparpadeamos al inicio no tiene la menorimportancia. Cuando estemos un poco máscentrados miramos fíjamente la llama de lavela evitando el reflejo parpebral, al pocotiempo los ojos se humedecen y escuecen, yes momento de cerrar los ojos paradescansarlos. Hay que mantenerlos cerradostanto tiempo como han estado abiertos, peromientras no perdemos la concentración, losfosfenos que se han creado en nuestra mentepor efecto de la luz de la vela sepercibirán en la pantalla mental.

Lógicamente nos colocamos en un espacio enpenumbra y que no haya una corriente deaire que mueve excesivamente la llama de lavela. No es un ejercicio peligroso enningún sentido, la luz de la vela no daña,de hecho la luz del día es mucho másintensa que la llama.

Hemos de tener en cuenta la estrategiaprofunda del ejercicio, comprobamos que losojos se mueve con el pensamiento, cuandorecordamos, cuando imaginamos, cuandopensamos los ojos se mueven. Si en unejercicio los podemos dejar fijosconcentrados en la llama de la vela estohace que indirectamente la mente no tengatanta libertad de movimiento.

Otro de los objetivos tiene que ver con lagimnasia ocular ya que con el ejercicioenfocamos y trabajamos la musculatura másdébil. Pero también relajamos profundamentela franja ocular cuando cerramos los ojos.La mirada se vuelve más brillante ypenetrante. Evidentemente es un ejercicioque cultiva la voluntad para mantenerconcentrados los haces mentales.

En vez de una vela podemos concentrarnos

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sobre un punto negro en medio de una páginao en la pared.

MIRADA EN LA PUESTA O SALIDA DEL SOL

Otra posibilidad es la de hacer elejercicio a la puesta o salida del soljusto cuando mirar al sol no es peligroso,procurando evitar una exposición larga. Laluna se presta igualmente para elejercicio.

Por Julián Peragón

Soportes meditación: Fluir con la respiración

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La respiración es uno de los grandessoportes que ha utilizado la tradición paracalmar la agitación de la mente. Mente yrespiración son solidarios, cuando apareceuna emoción fuerte la respiración se alteraenormemente, cuando estamos calmadosmentalmente la respiración tiende a unritmo lento. En cierta manera observar larespiración es observar el reflejo de lamente y al poner nuestra atención en ellala agitación merma su fuerza y se inicia uncírculo positivo en el cual respiración ymente se retroalimentan. En otras palabras,al prestar atención a la respiración seabre un canal de escucha interna como si larespiración fuera un pasadizo secreto parauna mejor interiorización.

Para salir de la compulsión mental hay queseguir el flujo de la respiración sinesfuerzo, sintiendo la entrada y salida delaire. Ese ritmo respiratorio tiene que vercon la pulsión básica de la vida, dar yrecibir, activarse y reposar, vivir ymorir. La respiración es la fuente delalimento fundamental para nuestro sistemaque es el oxígeno, la energía.

SENSACIÓN FOSAS NASALES

Podemos seguir el movimiento de larespiración en la sensación de las fosasnasales. El aire que entra es frescomientras que el aire que sale es caliente.Nota especialmente el labio superior y elcambio de temperatura con cada fase de larespiración. Hay que estar completamenteconcentrado es el flujo del aire y nopermitir la irrupción de la mente y sudispersión.

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VAIVÉN EN EL VIENTRE

También podemos poner la atención en elmovimiento del diafragma reflejado en elvientre que sube y baja. Al prestaratención a nuestro vientre dejando que seproduzca una respiración profunda ybalsámica cambiamos el acento de laatención que habitualmente se va a nuestracabeza. Es como ir de nuestro cerebromental a nuestro cerebro instintivo. En esasensación más visceral es más fácilconectar con el aquí y ahora, con lasensación de estar presentes.

CONTAR RESPIRACIONES

Al final un método simple para empezar enla meditación y conseguir una cierta calmaes el de contar respiraciones. El conteorepetitivo, todos lo sabemos, aburre a lamente. El ritmo pausado con lasrespiraciones «rompe» la dinámica de lamente dispersa. Lo bueno es que el conteoes un buen test de tu atención porque si tedispersas pierdes el «hilo» de lanumeración te das cuenta objetivamente quete «has ido» a otro lugar con tupensamiento.

La forma de contar es la siguiente.Inspiras con una cierta vitalidad y alfinal de la espiración en el vacío repitesmentalmente «uno» y así sucesivamente. Silogras contar «om» en vez de númerosasocias la eficacia del conteo con el poderdel mantra. Si pierdes el hilo del conteotienes que volver a empezar, no sirve hacer

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aproximaciones.

Ejercicio 1

DEL 1 AL 10

Un ejercicio muy sencillo es contar del 1al 10 y seguir haciendo ciclos hasta eltiempo predeterminado.

Ejercicio 2

CONTAR A LA INVERSA. Del 27 al 0

Contar en orden tiene el handicap de quepodemos contar automáticamente mientrasnuestra mente se entretiene en otrashistorias. Por eso contar a la inversarequiere de un plus de atención. La primerarespiración es la 27, la siguiente la 26 yasí hasta el 0.

Ejercicio 3

CONTAR RAMILLETES. 125 respiraciones

Dentro de la tradición Zen encontramos estapráctica interesante que añade el conteouna imagen natural y poética como son lasflores.

• En cada inspiración dibujamos desde uncentro el borde ascendente de un pétalo ycon la espiración lo completamos. Siqueremos podemos visualizarlo, color,textura, forma, etc.

• Cada cinco respiraciones tenemos una flor

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de 5 pétalos.

• Realizando este ciclo 5 veces tendremosun ramillete con cinco flores.

• Y completando cinco ramilletes tendremosun total de 125 flores.

Lo interesante de este método es que teobliga a subir y bajar de nivel adiferencia del conteo lineal. Estás en unpétalo determinado, de una flor concretadentro de un ramillete específico. Laatención tiene que ser total.

Contar este ramos de flores ten entretendráalmenos media hora en tu meditación, paramucho toda la sesión.

Julián Peragón

Mudrâ: Shankh mudrâ

Shankh Mudrâ, el gesto de la caracola

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Técnica:

El gesto de la caracola se hace con ambasmanos. Los cuatro dedos de la mano derechaabrazan el pulgar de la mano izquierda,mientras el pulgar derecho se une al dedomedio extendido de la mano izquierda.Mirando el mudra de frente parece unacaracola que se repliega hacia el interior.Hay que colocar el mudra en medio delpecho. Si se quier se puede repetir elmantra Om como expresión sonora de esametáfora de la caracola.

Meditación:

Cuando el sonido de la caracola rompe alalba invitándonos a recogernos en el templode oración nuestro ser se regocija. Esareverberación del infinito mar quepermanece en el interior de la caracola seexpresa en voz alta cuando nuestro alientole insufla vida. Es esa misma reverberaciónde nuestro mar interior que desea bramarcelebrando ese mismo infinito. Cuando elsonido irrumpe en la mañana la mente separa, el tiovivo del pensamiento, aunquesea por un instante, pierde inercia. Se

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abre la posibilidad de una mayor calma.

En realidad el sonido del cuerno de lacaracola simboliza la apertura de laspuertas del templo, y como en nosotros eltemplo está en el corazón, la cercanía delmudra es una invitación a ir hacia dentro,un clamor de trompetas para que loscollares que atenazan el corazón se rompanen mil pedazos. El corazón no se abre atrompicones ni con desgarros, hay quevolver la mirada hacia el centro del pechoy hay que susurrarle como a los caballospara que no se espante. El corazón se abrecon humildad, deseosos de leer en suinterior nuestros secretos designios, dondeseguir las pistas de nuestro destino. Sóloasí el corazón habla.

Pero nos preguntamos ¿qué esconde lacaracola en su interior? Una perla. Paralos chinos las perlas «son gotas de rocíomilagrosamente caídas dentro de la ostraque aprisionan la luz del alba», pero todossabemos que en el interior de la perla hayun grano de arena que inicia un procesoalquímico. Es esa misma alquímia querealiza el alma transfigurada por lascircunstancias. El grano de arena esrumiado por la concha de la misma maneraque la vida lima las asperezas de nuestroser interior. Y eso es lo que hacemos conel mudra, los dedos que abrazan el pulgarque está en el interior de las manos seagarran a lo que de verdad tiene valor, aesa gota de rocío enquistada en el corazónde una ostra. Porque no se trata tanto deir al corazón como de ir al corazón delcorazón, a la perla que guarda celósamentenuestra caracola.

Julián Peragón

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Mudrâ: el mudra del Ser Interior

Mudrâ del Ser interior

Técnica:

Las manos están juntas pero huecas de talmanera que las yemas de los dedos sejunten. Los pulgares están juntos y dentrode la pequeña cueva que hacen los demásdedos. Hay que mantener las manosprimeramente ante la frente mirando sinbizquear y después bajar el mudra unoscentímetros por debajo de la barbilla.

Podemos prestar atención a la respiración ycon cada espiración murmurar “Huuuu” comosi quisiéramos conectar con el misterio através de la hendidura que dejan los dedos.

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Meditación:

Este mudra representa el ser interior quehabita en nuestro interior. Más allá detoda forma, energía, emoción o pensamientohay una chispa de divinidad en el serhumano. Lo importante es que esa expresióníntima del ser humano debe estar recogidaen un continente que es el propio cuerpo,por eso las manos junto con los dedos creanuna especie de cueva donde anida nuestroSer.

En algunas tradiciones esotéricas elencuentro de uno mismo se hace dentro de unmuro o templo puesto que estedescubrimiento requiere de una práctica yuna intimidad. La cavidad de las manos dejaentrever la luz de la misma manera que enlas iglesias la luz se filtra a través delos vitrales creando una sensación deinterioridad.

Julián Peragón