la devoción al gaucho antonio gil, reflexión teológico pastoral (2da parte vp)

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  • 8/18/2019 La Devoción Al Gaucho Antonio Gil, Reflexión Teológico Pastoral (2da Parte VP)

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     La devoción al Gaucho Antonio Gil, reflexión teológico pastoral (2da parte)

     En este artículo, que consta de dos entregas, queremos ofrecer unas sencillas reflexiones que

     pueden ayudar a acompañar pastoralmente el fenómeno religioso que se da en torno a la devoción al

    Gaucho Gil. En la primera parte, desde una mirada histórico cultural, hemos intentado presentar un

    marco de interpretación dentro de la tradición eclesial y la historia de nuestro país. Para ello hemos

    hecho referencia al valor evangelizador que han tenido otros relatos legendarios en la tradición de laglesia y luego propusimos mirar la historia del gaucho !artín "ierro como telón de fondo para

    entender lo que pudo ha#er sido la vida del gaucho $ntonio Gil y el lugar que el pue#lo le ad%udica

    en su memoria histórica. En esta segunda entrega, suponiendo lo dicho en la primera parte,

    intentaremos presentar algunos de los elementos cristianos que encierra esta devoción y ensayar 

    algunas respuestas ante las o#%eciones m&s frecuentes.

    Podemos pensar que cuando una historia cala tan hondo en el corazón de un pue#lo que ha

    reci#ido el Evangelio es porque en ella hay valores que la conectan con el sentido profundo de lo

    cristiano. 'eguramente ser&n muchos esos elementos. En esta ocasión elegimos tres de ellos y los

    vamos a desarrollar a partir de frases que se dicen de $ntonio Gil en la tradición oral( )ro#a#a a los

    ricos para darle a los po#res*, )no quería pelear entre hermanos* y )murió perdonando al matador*.

    +uego intentaremos pensar un poco dos de las o#%eciones m&s frecuentes( )es un culto pagano* y)no es un santo de la glesia*.

    1. “Roaa a los ricos para darle a los pores! 

    Es comn escuchar que el Gauchito )ro#a#a a los ricos para darle a los po#res*. +a idea de un

    -o#in ood criollo si #ien despierta resonancias rom&nticas no de%a de encender la alarma de

    nuestros pre%uicios #urgueses. Pero, por so#re todas las cosas, no hace %usticia a la historia de

    $ntonio Gil. Para entender %ustamente esta expresión hay que intentar mirarla con los o%os del

     pue#lo. /Por qu0 un pue#lo po#re y dominado resaltaría la condición de )ladrón* en alguien que

    admira1 /+o que con nuestros o%os modernos entendemos como )ro#o*, puede aplicarse sin m&s ala vida rural del siglo 221 $quí puede dar sus frutos la #reve referencia que hicimos al !artín

    "ierro en la primera parte. $ntonio Gil #ien pudo ha#er sido 3como "ierro4 uno de esos espíritus

    indómitos que se resistió al nuevo orden social que fue exterminando al gaucho. 'i tomamos como

    cierto el cuadro que nos pinta 5os0 ern&ndez de un orden legal de escasa legitimidad sostenido a

    sangre y fuego, no es raro que se considere como )ladrón* a cualquiera que se resista a sus a#usos.

    $l igual que "ierro, pudo ha#erse convertido en un #andido rural como reacción a las in%usticias

    sufridas. Pudo ha#er sido de algn modo un caudillo en su región, alguien que por su valentía

    ayuda#a a resistir los atropellos que sufrían frecuentemente los po#res de parte de )la autoridad*.

    En esos tiempos, era comn que se ofrezcan tentadoras recompensas para quienes delaten a este tipo

    de persona%es y era escaso el 0xito que o#tenían por este medio ya que la gente se sentía m&s

    identificada 4y protegida4 con el gaucho matrero que con sus perseguidores. 6n testimonio de estadistinta vara con la que el pue#lo medía a los )#andidos rurales* puede ser la amistad entre el cura

    7rochero y el montonero 'antos Guayama. 8ice el santo cura en una carta( )de Guayama se decía

    que era muy malo9 pero para mí era un manso cordero y muy #uen amigo* :;E$,  El Cura Brochero: cartas y sermones, ?.

      Es pro#a#le que sus contempor&neos haya visto en $ntonio Gil los valores de un )#uen

    hom#re*( creyente, servicial, valiente, de pala#ra, de corazón grande. 'i el Gaucho fue uno de estos

     persona%es, en los que el pue#lo veía un valor m&s alto de %usticia que el que intenta#a imponer la

    fuerza policial, no es raro que se lo recuerde con una frase que dicha hoy, fuera de su contexto,

    resulte equívoca( )ro#a#a a los ricos para darle a los po#res*.

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    2. “"o #uer$a pelear entre her%anos! 

    El Gauchito no quiso derramar sangre de hermanos. 8esde 7uenos $ires, los grandes señores

    ha#ían em#arcado al país en una guerra fratricida y el paisana%e provinciano era quien tenía que

     poner el cuerpo. En la vida de los pue#los, la huella que de%a una guerra es dolor, sufrimiento y

    muerte. En la memoria popular, $ntonio Gil se planta, aun a costa de su vida, contra un poder 

    despótico que o#liga a derramar sangre in%ustamente. 6n pue#lo pacífico, que ama la vida, pero que

    est& dispuesto a luchar por su li#ertad, se siente identificado en la historia de este gaucho que seniega a matar por una causa in%usta :“nunca peleo ni mato/ sino por necesidad” dice !artín "ierro?.

    $ntonio Gil representa a muchos. Es el anhelo de vivir li#re del pue#lo que sufre, de poder ser sí

    mismo. “Tal vez por eso mi gente le reza cada vez más y hay quien dice que a la larga mi pueblo lova a imitar” dice el chamam0 de @ini 'u historia encarna el deseo del pue#lo de ser reconocido ensu dignidad propia y poder e%ercer la li#ertad de ser protagonista de su propia historia. Ao tener que

    agachar la ca#eza permanentemente y apenas )so#revivir* en una historia que le es impuesta.

    $dem&s, en la mayoría de los relatos se señala que no sólo se negó a pelear en la guerra, tampoco

    se resistió a la partida que lo detenía in%ustamente. Ao de%a de ser paradó%ico que un pue#lo que

    estima altamente la li#ertad se afirme en su dignidad admirando a alguien que se entrega

    mansamente, sin re#elión. Es una parado%a que sólo puede ofrecer algn sentido si la miramos a la

    luz de la actitud de ;risto en la Pasión( )como ove%a fue llevado al matadero* :s B=,C?. 'in ese

    elemento cristiano no nos quedaría m&s que ver 3en la historia de $ntonio Gil y de nuestro pue#lo4

    una resignación fatalista, una alienación, una de#ilidad. 'e trata de personas que son capaces de

     %ug&rsela hasta el fin, pero deciden muchas veces no pelear y resistir callada y pacíficamente.

    'iendo plenamente so#eranos de sí mismos, manteniendo un ncleo de dignidad muy fuerte, hay un

    instinto de amor que los lleva a no responder a los que los agreden. Parado%a profundamente

    cristiana( 5ess es plenamente li#re y nos li#era entreg&ndose a sus enemigos y perdon&ndolos. El

    Gauchito se entrega y perdona a su verdugo. D eso el pue#lo lo admira.

    Esta profunda sintonía con la actitud de ;risto ante la cruz acerca la historia de $ntonio Gil al

    martirio. El padre ello en una conversación coloquial el F>>HHF que quedó gra#ada, explica#a

    cómo la muerte de $ntonio Gil fue similar a un martirio( “El martirio: propiamente es untestimonio El !nico martirio es la muerte de Cristo Cristo da su vida" la entrega voluntariamenteToda la tradici#n" siguiendo la Escritura" dice que es voluntario en Cristo dar la vida Cristo da lavida" no porque se la arrebaten" sino voluntariamente" porque quiere $ste es el !nico martirio por e%celencia &uchos otros hombres pueden tambi'n su(rir la muerte y dar la vida por CristoCuando se habla de dar la vida por Cristo tambi'n es una (orma indirecta" o sea: con ocasi#n deCristo" o por la verdad ense)ada por Cristo *or e+ ,an -uan Bautista es tenido por mártir pero a'l no lo matan por Cristo" lo matan por haberle dicho a .erodes “no te es lcito tener la mu+er detu hermano” 0 por esa raz#n .erodas lo hizo matar *ero todos reconocen el martirio de ,an

     -uan Bautista 12ntes lit!rgicamente le llamaban “la degollaci#n de ,an -uan Bautista”3 ahora enla nueva liturgia lo cambiaron por “el martirio de ,an -uan Bautista”4 Es decir" la 5glesia lo tiene

     por mártir aunque no muri# por Cristo 2s como Cristo am# a los hombres" es mártir el que da suvida por amor a los hombres El que da su vida por Cristo es mártir: da su vida para a(irmar la (een Cristo El que da su vida por amor al pr#+imo por e+: el 6aucho 6il que perdona y que noquiere matar" que renuncia a de(enderse para no matar" es mártir porque dio su vida por amor al 

     pr#+imo El que da su vida" no por Cristo" sino por amor al pr#+imo" la da por una verdad ense)ada por Cristo 2 'ste la 5glesia no lo reconoce como mártir *ero muere de una (orma similar al martirio”

    &. “'urió perdonando al %atador! 

    Es tal vez el elemento m&s profundamente cristiano de esta historia. +a muerte violenta e in%usta

    de un hom#re #ueno es asociada instintivamente con la historia de 5esucristo en un pue#lo cristiano.'e hace una cruz en el lugar de una muerte tr&gica. El que así muere est& con 8ios, es )santo*. En la

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    zona de ;orrientes hay muchas )cruces* famosas, a las que los devotos peregrinan a pedir favores

    divinos. El chamam0 Canto a Curuz! 6il del con%unto los de 5maguar'  dice( “Es milagrosa tucruz/ porque seg!n nuestra gente/ tiene destino de luz/ aqu'l que es muerto inocente/ 2demás

     prenderle velas/ a las cruces del camino/ es tradici#n que conserva/ nuestro pueblo correntino”Esto se potencia enormemente cuando la víctima se entrega sin rencores y muere perdonando a

    sus verdugos. +a actitud de $ntonio Gil, de ofrecerse como intercesor ante 8ios por la vida del hi%o

    de quien esta#a a punto de darle una muerte in%usta, sintoniza perfectamente con aquellas pala#ras

    de 5ess antes de morir( )perdónalos Padre, no sa#en lo que hacen* :+c I=,=

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    que luego se agregan los negros y los criollos po#res?, nace un pue#lo nuevo con una cultura nueva

    que sigue muy presente entre los po#res. Puede decirse que en nuestras tierras el cristianismo

    encontró un nuevo rostro :acerca de esto hemos escrito ampliamente en E. 7ianchi, *obres en estemundo ricos en la (e, 7s $s, $gape, IJ>I?.

    ;reemos que desde este marco teológico de#e interpretarse el fenómeno de la devoción al

    Gaucho Gil. 'e trata de un suceso que nace espont&neamente en el seno de un pue#lo po#re que

    vive el cristianismo segn su cultura popular. Es una m&s de tantas devociones populares que no

    han sido propuestas por la %erarquía de la glesia sino que nacieron directamente del pue#lo.En la devoción al Gaucho Gil puede verse cómo un pue#lo reza de un modo propio, con algunos

    elementos tomados de la cultura guaraní y otros de la primera evangelización, pero con%ug&ndolos

    con creatividad y expresando )su legítima autonomía* :EG >>B?. 'us devotos piden favores

    ofreciendo oraciones, velas, #anderas ro%as, cintas ro%as, cigarrillos, #e#idas, #ailes y todo tipo de

    o#%etos. Estas ofrendas generalmente est&n vinculadas a promesas o pedidos muy concretos, cosas

    que tienen que ver con necesidades profundamente vitales( tra#a%o, salud, casa, auto, etc. $lgunas

    de estas ofrendas tienen sus raíces en los ancestros guaraníes. Para ellos era comn de%ar so#re la

    tum#a los alimentos y la #e#ida preferida del difunto. +os primeros misioneros les enseña#an que

    esa ofrenda podía consumirla cualquiera que rece por el alma del difunto. +as velas encendidas

    siempre han sido un modo de oración de los sencillos. am#i0n la #andera ro%a flameando se vuelve

     profesión de fe y oración. +a cinta que tocó la imagen del santo y se lleva so#re el cuerpo tal vezest0 emparentada con el uso de los escapularios.

    7ien mirado, este culto popular tiene la estructura de una devoción católica. El pue#lo ve en el

    Gauchito a uno de ellos que est& con 8ios. Por eso lo toman de intercesor para conseguir las cosas

    que necesitan para vivir. Ao podemos detenernos aquí en un pormenorizado an&lisis de lo que

    significa la intercesión de los santos en el cristianismo. Pero es necesario advertir que no es raro en

    algunos am#ientes eclesiales escuchar %uicios ligeros so#re el modo en que la religiosidad popular 

    entiende la intercesión de los santos o de la Kirgen !aría. El hecho de que el pedido al intercesor se

    haga a veces con tanta intensidad hace que quien no entiende ese sentimiento %uzgue que se le da

    m&s importancia al santo, o a la !adre de 8ios, que a 8ios mismo. Es necesario un camino de

    conversión afectiva al pue#lo para captar que 'ste no distingue entre Creador y creatura por unaraz#n meta(sica. El pue#lo conoce por experiencia histórica y #usca a 8ios en lo concreto.Encontrar un hom#re como ellos, que est& %unto a 8ios y que vivió con la cultura de ellos, es un

    camino enormemente fecundo para entrar en comunión con el 8ios que necesitan para vivir.

    ay tam#i0n quienes desconfían de la devoción al Gaucho Gil porque al parecer es muy popular 

    entre los delincuentes y porque algunos lo relacionan con el culto a )'an +a !uerte*. Esto

    merecería un estudio sociológico que nos ayude a entenderlo me%or desde sus causas. +o que

     podemos decir aquí es que no podemos sorprendernos de que los malhechores, a pesar del g0nero

    de vida que llevan, tengan su fe. 8ios, aun en el peor asesino ve un hi%o amado, y le ofrece caminos

     para que vuelva. En el am#iente forzosamente cerrado de las c&rceles, desde el flagelo que allí se

    vive, se genera una su#cultura 3que algunos llaman tumbera4 que tiene sus elementos religiosos.

    8evociones como las de 'an 5orge, el Gauchito o 'an +a !uerte pueden ser usadas en esemicroclima tanto para el #ien como para el mal. Pero como sucede con todas los sím#olos

    religiosos, que algunos hagan un uso desviado de ellos no invalida el uso de las millones de

     personan que a trav0s de ellos se entregan sinceramente a 8ios. Por eso, no parece %usto impugnar 

    el culto al Gauchito Gil mir&ndolo sólo desde un pequeño sector :al que generalmente se accede

    desde le%os y con muchos pre%uicios?.

    8b+eci#n : el 6auchito 6il no es santo de la 5glesia

    Este es otro motivo de reparo muy frecuente a la historia de $ntonio Gil. Ltra vez, una mirada

    so#re la historia de los pue#los europeos puede arro%arnos alguna luz. $l repasar la evolución

    histórica de los procesos de canonización lo primero que salta a la vista es que ya ha#ían pasado

    m&s de mil años de santos cristianos cuando toma fuerza la idea de que un santo de#e ser declarado

     por el Papa. En los primeros siglos de cristianismo era la piedad del pue#lo cristiano quien decidía a

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    quien se venera#a. +os elementos que se con%uga#an para que un santo sea elevado a los altares

    eran( su martirio, sus milagros y la veneración que le da#an. 'eguramente muchos de esos santos

    :que an hoy veneramos? han tenido )canonizaciones populares* similares a la que nuestro pue#lo

    hace de $ntonio Gil. $ partir del siglo K fueron los o#ispos los encargados de inscri#ir un nom#re

    en el santoral local. 'e comenzó a examinar el g0nero de vida del candidato, adem&s de sus

    milagros. Pero tampoco falta#an casos en los que el o#ispo confirma#a la vo% populi de la devoción popular. -eci0n en el año HH=, cuando 5uan 2K canoniza a 'an 6lrico de $ugs#urgo, se produce la

     primera canonización hecha por un Papa.8esde ese entonces, crece la tendencia a encargar los honores de la canonización a los papas.

    Esto fue aumentando en la medida en que se fueron refinando los procedimientos de canonización y

    se consolida#a la autoridad que el Papa e%ercía so#re la glesia. 6n historiador del cristianismo

    medieval, afirma que a partir del siglo 2 “de la e%altaci#n más o menos popular a los altares se pasa al e+ercicio del monopolio ponti(icio 1;4 El santoral cristiano se universaliza al compás de la poltica centralizadora papal”  :E. !itre "ern&ndez,  .istoria del cristianismo 55 El mundomedieval , Granada, rotta, IJJM, =>=?. $un así, de#ieron pasar siete siglos para que esto se plasmedefinitivamente. "ue reci0n 6r#ano K :>MI=4>M

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