LA CRUCIFIXIN SIN PENA.

El Facttum lanz una zalema justa para la pasin de la crucifixin.Observ el sol rojizo del vspero que comenzaba a llegar como un punto a la deriva,lentas garzas era sus zaguales.

El redentor tena amarrado un pequeo algodn entre sus piernas,Pareca una zalea puesta a secar entre dos leos.

Cuervos tuertos en la silueta de la tardezaheran los ltimos trozos ruborizados de los zigomas pero el estoico silencio del nazareno espantaba los graznidos.

Un zurrn fue lanzado sobre una alfombra por el zumbel del artesano:Bailaron dormidas las abejas en lo profundo de la cera,Bailaron los vegetales desangrados en al calor de las espermas,Bailaron en el foro mantequillosas estrellas que luego Van Gogh recordara.

El crucificado pareca enternecer el viento con un zureo hipnotizanteo zurcir con su lcida compasin los ojos aguados de las magdalenas.

Una gota de pecho de golondrina se diluy en la zafray sobre el zarzo las manos del zahor comenzaron a sanar.

No se sabe que extraa atmosfera pobl de ceniza el zigurat de la muertepero s que el guio del anciano tranquiliz a las beatas.

La zaga del crepsculo supona una luna llena.

El Glgota era una zapa de calaveras empaladas como chapolas del terror.

Modelar el rostro no fue fcil, sin embargo, la sombra no daba espera al avatar.

Por el viejo camino, algunos recordaron ver rodar un carruaje, peregrinos quiz que evitaban el cadalso.

Cuando los soldados bajaron el cuerpo ante el primer rayo de calor de aquel dano fue la sonrisa encontrada entre los cabellos arruinados por la sangre de bueysino el cuerpo que comenzaba a derretirse entre sus manoslo que los hizo huir despavoridos y apostatar unindose al candelabro de la estrella.