la crónica de geronimo de bibar y la conquista de chile

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LA CRÓNICA DE GERÓNIMO DE BIBAR Y LA CONQUISTA DE CHILE MARI0 ORELLANA RODR~GUEZ

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La Crónica de Geronimo de Bibar y la Conquista de ChileMario Orellana

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  • LA CRNICA DE GERNIMO DE BIBAR

    Y LA CONQUISTA DE CHILE

    MARI0 ORELLANA RODR~GUEZ

  • LA CRNICA DE GERNIMO DE BIBARY LA CONQUISTA DE CHILE

    ColeccinIMAGEN DE CHILE

  • EDITORIAL UNIVERSITARIA , 1988Inscripcin N 69 .980

    Derechos exclusivos reservados para todos los pases

    Ninguna parte de este libro puede ser reproducida , rransm iridao almacenada , sea por procedimienros mecnicos, pticos

    o qumicos, incluidas las fotocopias. sin perm isodel editor. excepro eirs en revistas , diari os

    o libros , siempre que se menc ione laprocedencia de las mismas

    ISBN 956-11-0681-6

    Texro compuesro con matrices Ltnotron Garamond 11/13

    Se termin de imprimir esta 1" edicinen los talleres de EOITORIAL UNIVERSITARI A

    San Francisco 45 4, Sanr iago de Chileen el mes de diciembre de 1988

    . -: ~: . ' . CU.BIE RT A:

    Ballesta , casco, mazo o falleba y devocionario(Siglo XVI-XVII)

    Fotografa de AndrlJ Contreras \fI .

    GENT ILEZA D EL MUSEO HI STRICO N ACIO N AL

    IMPRESO EN CHILE I PRINTED IN C H ILE

  • LA CRNICA DEr

    GERONIMO DE BIBARY LA CONQUISTA

    DE CHILE

    MARIO ORELLANA RODRGUEZ

    EDITORIALUNIVERSITARIA

  • 86') '.r:"; .:J . La Editorial Universitariapublica este libro en Conmemoracin

    del Quinto Centenariodel Descubrimiento

    de Amrica

  • 1 N D e E

    Tras los pasos de un cronistaPrlogo de SERGIO VILLALOBOS R. 9

    1ntroducci n 17

    CAPTULO I Q u in fue Gernimo de Bibar ? 27CAPTULO II El manuscrito de la Cr nica y su aurenri-

    cidad. 49CAPTULO III El concepto de lo histrico en G ern im o

    de Bibar. 55- El cronista Gngora Marmolejo .- El cronista Lobera.

    CAPTULO IV Las Cartas de Valdivia como estructurabsica de la C rnica . 69

    CAPTULO V Ley el historiador Rosales al cro nis taBibar ? 89

    C APTULO VI Culturas aborgenes de l siglo XVI. 107- Sociedades del norre . 107- Sociedades de Chile central. 115- Los araucan os. 124- El problema ling srico. 130- Las narraciones de Bibar y de Ercilla . 135

    C APTULO VII El viaje de Ped ro de Valdivia de T acana aCopayapo . 147

    - El relato de Ge rnimo de Bibar. 147- Los errores y omisiones en el relato de

    Bibar. 152- Los testimonios espaoles y las investiga-

    ciones arqueol gicas . 15 3C ONCLUSIONES R eflexion es sobre el co ntacto aborigen-

    espaol (sig lo XVI) . 163

    Bibliografa selectiva 183

  • TRAS LOS PASOS DE UN CRONISTAPrlogo de Sergio Villalobos R.

    DURANTE ALGUNOS SIGLOS fue apenas un nombre, casi unfantasma discurriendo entre los conquistadores, mencionadopor algn auror en forma enigmtica.

    Se tena la impresin de que lo haban visto, aunque nohaba certeza y se lleg a pensar en una ficcin , el seudnimode un personaje que al relatar las venturas y desventuras de losconquistadores haba querido ocultar su verdadera persona-lidad.

    Sin embargo, hace unas cinco dcadas se descubri que sunombre figuraba en un par de documentos de la conquista yno qued duda de su existencia real; aunque persisti unagran duda: esa figuracin era insignificante y no se entendacmo el auror de una crnica, por modesta que fuese, nohubiese tenido acruaciones de cierta importancia con msamplia huella en la documentacin .

    Algunos aos ms tarde, una revista histrica espaolaentreg una breve nota sobre la existencia de la crnica deGernimo de Bibar, natural de la ciudad de Burgos, e incluala reproduccin fotogrfica de la ltima pgina. El manuscri-to haba sido depositado en las bvedas de un banco dePerpignan durante la Segunda Guerra Mundial y no habams noticia. Al menos, se confirmaba la existencia del ma-nuscrito, con hermosa lerra de copista, y que el auror eraquien deca ser, porque en caso contrario no resultaba muyverosmil que hubiese consignado su lugar de nacimiento.

    La ltima pgina de la obra, por arra parte, dejaba ver quesu extensin no poda ser escasa y que conclua el 13 de

    9

  • t]:1.Cronca~f\.dadon1.Copof~'Bc2da\le2abccba oc loque f.o\,ipo: mi5oj05f. p~)2mi5pe5anouucr,cla \'01untanfe~ui,en la1COqultatil05Rer,nos oc1Cl?le enloot a05 ~uevan

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    Figura 1. Portada de la Crnica de Bibar , segn edicin del FondoH istrico y Bibl iogrfico Jos Toribio Medina, Santiago de Chile,1966.

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  • diciembre de 1558 con al asalto al fuerte indgena de Millara-pue en tiempos de don Garca Hurtado de Mendoza.

    En lo personal, esos datos me impresionaron y exacerbaronmi inters y mi imaginacin en torno a la crnica del burga-ls , cuyos pocos datos traan el recuerdo de las tierras del CidCampeador , "el de Vivar", que un da aciago entr por lascalles de Burgos. Pero la crnica no estaba a la mano y habaque confiar en que algn investigador diese con ella . Asocurri , en efecto .

    Un da cualquiera, trabajando como funcionario del Fon-do Histrico y Bibliogrfico Jos Toribio Medina en la Bi-blioteca Nacional , se acerc a mi escritorio don GuillermoFeli Cruz , director del organismo, y sin rodeos me alarg ungruessimo fajo de papeles escritos a mquina . Me dijo enton-ces con voz importante: "aqu est la crnica de Gernimo deBibar, lela , revsala y luego conversaremos".

    Comenc a leer de inmediato en estado de exaltacin,ajeno a cualquier otra cosa. Creo que nunca he ledo conmayor rapidez y compenetracin. Ah estaba el testimonio deBibar, estupendo, largo y detallado, despejando de prontotodas las dudas y superior a todo lo que poda esperarse .

    En un par de das , vuelto a la serenidad , pude ordenar mis. .impresiones.

    La obra era de un enorme valor , superior por muchosconceptos a las crnicas de Pedro Mario de Lobera y deAlonso de Gngora Marmolejo , hasta entonces los relatosms orgnicos surgidos durante la conquista de Chile . Suatractivo e inters podan competir ventajosamente con lascartas de Pedro de Valdivia , aunque fuentes de otro carcter.

    Las pginas de Bibar confirmaban todas las grandes lneasdel proceso de la conquista ; su exactitud era admirable , conexcepcin de uno que otro detalle, y completaba la informa-cin en diversos aspectos . El trayecto de Valdivia y sus

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  • compaeros entre el valle de Elqui y el del Mapocho, g ranvaco de las otras fuentes , se llenaba de informacin, comoasimismo las complejas acciones para dominar la reg incentral inmediatamente despus de la fundaci n de Sant iago.Resurgan , tambin , a cada paso , datos bien conocidos: larecia fisonoma de Michimalonco, la defeccin de Lauta ro, laeleccin de Caupolicn y tantos Otros.

    Era evidente , por otra parte , una seme janza con las cartasde Valdivia, algunas de cuyas frases, casi id nticas, saltaban ala vista . Volva a presentarse de ese mod o el viejo tem a de lapaternidad de las misivas y con ello las dudas qu e formulasedon Diego Barros Arana y la intromisi n de aquel J uan deCardea, secretario del jefe conquistador , cuya pluma bienpudo andar metida en estos asuntos . Haba algo de extrao,acrecentado por la exactitud de la crnica y la aparicin detantos hechos referidos en otras fuentes . Poco a poco, diva -gando sobre estas cuestiones , una idea descabellada pas pormi cabeza : el escrito de Bibar pod a ser una soberbia falsifica-cin.

    La serenidad no haba vuelto por completo a mi menee,porque en verdad la idea no tena asidero: eran muchos losdatos que permitan refutarla. Definit ivamente, el cronista ysu obra no eran visiones faneasmagricas.

    Si he trado a cuenta aquel pensamiento nebu loso, ha sidopara sealar hasta qu punto la Crnica y relacin copiosa yverdadera del reyno de Chile, por su organicidad , precisin yclaridad, poda estimular dudas sobre autenticidad . Resulta-ba demasiado cercana a la perfeccin.

    Desde aquellos d as hasta hoy han pasado cerca de treintaaos . El texto de la crnica, paleografiado por Irving Leo-nard , que lo encontr en la Newberry Library de Ch icago, fuepublicado por el Fondo Medina en 1966 y desde ento nces hasido utilizado y admirado por los investigadores y tod a clase

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  • de estudiosos. Una segunda versin de acuerdo con las exi-gencias de la filologa, fue hecha por el profesor LeopoldoSez-Godoy en Berln el ao 1979.

    Algunas consideraciones en torno a la obra, de carctermuy especfico, se han publicado en revistas cientficas; peroesta es la primera vez que se le dedica un libro.

    Mario Orellana ha efectuado una tarea que se echaba demenos y cuyos aportes sorprendern a quienes se aficionan alas cosas del pasado. Ahora el perfil de Bibar aparece msntido, sabemos de sus andanzas -las verdaderas y las imagi-narias- las circunstancias en que lleg al pas, su conoci-miento de las cartas de Valdivia y algo de su vida opaca, ajenaa los episodios ruidosos de la conquista. Orellana afirma queera hombre de a pie, por lo tanto de condicin modesta,probablemente un villano, y agreguemos que tena inclina-cin por las expediciones martimas, pues particip en 1550en la exploracin de la costa hasta Arauco efectuada por JuanBautista Pastene y el ao siguiente en el viaje a la isla Mocha.Bibar afirma haber tomado parte en la expedicin de Francis-co de Ulloa al estrecho de Magallanes el ao 1553, aunqueOrellana estima que esa participacin es discutible.

    En todo caso, como guerrero no fue un hombre destacado ypor esa razn no alcanz una situacin expectable. No fueencomendero, no obtuvo cargos oficiales ni honores. Creoque no es antojadizo imaginarlo retrado, alejado del barullode los conquistadores, observador fino y culto, apto para elmanejo de papeles y propenso a las lecturas y el uso de lapluma, aunque no fuese propiamente un intelectual.

    El autor de este libro, al probar la influencia de las cartasde Valdivia en la crnica, sugiere que Bibar debi ser amigode Juan de Cardea, el secretario del capitn, que adems erasu coterrneo, y que por esa va debi conocer las epstolas.Para ser sincero, no creo que el acceso a los documentos de

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  • Valdivia fuese eventual , sino que Bibar cumpla funciones enla "secretara" del clebre extremeo y que era creatura suya.l mismo pareciera indicarlo cuando de paso dice "le segu yaun le serv ". Y como si eso fuese poco , dos siglos ms tarde elcronista Vicente Carvallo y Goyeneche , que tuvo acceso adocumentos hoy desconocidos , en una nota perdida menc io-na a Bibar como "secretario de la capitana general" y aCardea como "escribano de gobierno". De tal modo , lasfunc iones pudieron estar separadas en el despacho del gober-nador y en todo caso parece no quedar duda de que el burgalstena manejo de los papeles por derecho propio.

    Quiero sugerir algo ms an: no sera nada extrao que enel continuo trato con Valdivia y sus asuntos , y llevado de suadmiracin por su jefe, que aparece bajo luces tan favorablesen la crnica , se originase el deseo de poner todo por escrito .Tambin es posible que recogiese sus conversaciones conValdivia y que ste estimulase la preparacin de la crn ica,aunque del sentido de las primeras pginas se puede infer irque la redaccin fue iniciada aos despus de su muerte .

    Todo parece indicar que Bibar escribi de una vez y en elltimo tiempo del perodo que abarca , pues siempre redactaen pretrito y no aparecen entre medio frases en presente , tanfrecuentes en los cronistas que escriben a medida que seproducen los hechos, aun cuando se hayan propuesto hablaren pasado.

    stos y muchos otros son los temas que sugiere la invest i-gacin de Orellana en las primeras pginas . Posteriormente,se destaca la utilizacin muy ceida de la crnica por el jesuitaDiego de Rosales en su Historia general del reinode Chile y lasinteresantes consideraciones de Orellana sobre el testimoniode Bibar para diferenciar las culturas de los indgenas delcent ro y sur del pas , que con criterio simplista y unificadorhan sido comprendidos como una sola realidad . En este

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  • campo, el autor, como buen antroplogo y etnlogo , ensam-bla los resultados de las ltimas investigaciones arqueolgi-cas con las observaciones de nuestro cronista.

    En las pginas finales , Orellana se eleva sobre la construc-cin erudita para enfocar , a manera de conclusin , el sentidoque tienen los estudios etnolgicos e histricos, en unasimbiosis de til proyeccin para entender el trayecto deChile , antes y despus de ser Chile. Es una interesanteinterpretacin, que no adelantar, con la que sera difcil noestar de acuerdo .

    Deseo terminar con algunos recuerdos.Escribir este prlogo ha sido una tarea gratsima, porque

    se agrega a una larga conversacin con Mario Orellana, aveces intensa , interrumpida o de prrafos aislados , iniciada,cuando ambos ingresamos a esrudiar en el Instituto Pedag-gico de la Universidad de Chile . Corra entonces el ao 1950y llegbamos con todas las ilusiones de la juventud , transpor-tados por un ansia de saber y creyendo que "todos bamos a serreyes". La vida y la carrera universitaria frenaran mu chos deesos propsitos y las esperanzas exageradas.

    Fue en los cursos del profesor e historiador don GuillermoFeli Cruz, figura que dominaba el m bito de los cursos en elDepartamento de Historia, donde se entreteji nuestra amis-tad, mientras analizbamos crnicas de la conquista, comen-tbamos documentos y debatamos sin trmino, asuntos con-cretos o imposibles .

    Posteriormente , Orellana dirigi sus pasos a la arqueolo-ga con el mrito de ser no slo un buen especialista , sino unhumanista de vasta cultura y lecturas , que contaba con unafuerte preocupacin por la historia , como ahora lo vuelve aprobar.

    La investigacin sobre Gernimo de Bibar , llena de est-mulos y enigmas, ha hecho que una vez ms intercambiemos

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  • ideas estrechamente, con daros en mano, papeles y aprecia-ciones de roda ndole. Ha sido reanudar nuestros temas de loscomienzos . Por ello y por haberme cedido las primeras pgi-nas de este libro , mis agradecimientos.

    SERGIO VILLALOBOS R.

  • INTRODUCCIN

    EL HISTORIADOR Diego Barros Arana , en la dcada de 1880 I ,consider al poema La Araucana, de Alonso de Ercilla yZiga, como "la primera historia de Chile en el ordencronolgico". Para este hisroriador la primera parte de LaAraucana, publicada en 1569, "es una obra esencialmentehistrica y contiene la relacin de todos los sucesos ocurridosen nuestro pas hasta la llegada del autor con Garca Hurtadode Mendoza/ . Por supuesto que este poema pico no "es lahistoria ordenada y regular de la conquista de Chile" e,incluso , "bajo el carcter de simple crnica de hechos , es unahistoria deficiente e incompleta". Sin embargo, el espritucrtico y positivista de Barros Arana reconoce que no esposible poner en duda , "su valor y su importancia comofuente de informacin acerca de los hechos que cuenta". Sujuicio ms categrico y favorable a la obra de Ercilla se expresacuando escribe que es "un auxiliar utilsimo para la compro-bacin de las Otras relaciones y que suministra , adems ,hechos que no se hallan consignados en otra parte y nos ayudaa conocer el espritu de los hombres y de los tiempospasados:" .

    Esta manera de apreciar el poema de Ercilla en el siglo XIX,fue tambin en parte la de muchos en el siglo XVI, sobre todo

    'H isroria General de Chile , T . 11 , cap. XX II, pgs . 285-3 15; Ed.Nascirnenro , Srgo ., 1930 .

    2Barros Arana , ob . cir., pg . 290.3Barros Arana , ob . cir., pg . 293.

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  • porque el poema informaba de hechos y situaciones acaecidosen un lejano territorio, desconocido y apenas mencionado enotras obras del siglo. En Chile el capitn Alonso de GngoraMarmolejo, impresionado por la lectura de La Araucana, quedebi hacer hacia 157 1, Y con el deseo de completar loshechos narrados en verso por "Arcila", comenz a escribir enprosa una crnica o historia de Chile, que termin en 1575.

    As, el esfuerzo por describir los hechos de los primerosconquistadores espaoles, provino tanto del campo de lapoesa pica como de la prosa histrica. Pero ninguna de estasdos meritorias obras son, en rigor, las primeras historias deldescubrimiento y conquista de Chile .

    A un siglo de lo que afirmaba Barros Arana, sabemos queotro espaol , Gernimo de Bibar", que estaba en Chile desde1549, escribi una crnica "verdadera y copiosa", que termi-n en 1558 . Aunque esta crnica no fue publicada hasta1966, algunas de sus copias se conocieron a comienzos delsiglo XVII , siendo el licenciado Antonio de Len Pinelo quienla mencion por primera vez en 1629, en su famoso Eptome dela biblioteca Oriental y Occidental Nutica y Geogrfica. EnChile , como lo probaremos ms adelante, el estudioso jesui-ta , padre Diego de Rosales, autor de la Historia General delReino de Chile. Flandes Indiano , ley tambin la crnica deBibar en la primera mitad del siglo XVII.

    Esta crnica , tan rica en informacin y tan bien estructura-da, nos present muchos problemas. Algunos de ellos inten-tamos resolverlos en el libro que tiene el lector en sus manos .Un primer problema fue el relacionado con la autenticidad

    4As aparece escrito en el texto manuscrito del siglo XVI. Las edicionesde esta crnica , como se informa latamente ms adelante (cap. 11), fueronhechas en 1966 , por el profesor LA . Leonard, edicin F.H .B .] .T.M . yen1979, por el profesor L. Sez-Godoy; publicada en Berln .

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  • del manuscrito. Resuelta esta incgnita surgi el tema de losantecedentes de esta crnica. Nos preguntamos, por ejem-plo , cmo fue posible la redaccin de una crnica histricatan completa sin tener un esqueleto cronolgico mnimo.

    Luego de una investigacin prolongada y compleja llega-mos a la conclusin que Bibar tuvo un modelo. Se inspir , noen un poema pico como lo hizo Gngora Marmolejo , sino enlas cartas que redact el capitn Pedro de Valdivia, entre 1540 y1552.

    Estas cartas fueron , rigurosamente , informes de lo aconte-cido en Chile , y dirigidas a las autoridades espaolas tanto delPer como de Espaa, incluyendo al rey. As , nos parece quelas epstolas de Valdivia, primer gobernador y poblador deChile , pueden considerarse una especie de introduccin a lahistoria de Chile de los aos 1540 a 1552 . El conjunto de lascartas es prcticamente una crnica, como las de Bibar,Gngora Marmolejo y Mario de Lobera , aunque menos"copiosa" y, tal vez, menos objetiva. En especial la crnica deBibar, como lo probamos ms adelante , se relaciona profun-damente con las cartas del conquistador Valdivia; sin ellas nose explica el ordenamiento cronolgico y la organizacin quele dio Bibar a su texto .

    Ahora bien, cuando la crnica de Bibar fue dada a conoceren 1966, gracias a la edicin del Fondo Histrico y Bibliogr-fico Jos Toribio Medina , y como consecuencia del entusias-mo que despert su publicacin en las dcadas de 1960 y1970 , se formularon por parte de algunos estudiosos? ciertos

    ~Conslrese, ent re otros, el artc ulo de Horacio Zaparer "Valor etnol-gico de la Crnica de Gernimo de Bibar ", en Rev. Chil. de Hist . yGeografa , NS 139-1 40 , aos 1971 , 1972 , Stgo , de Chile . TambinCarlos Keller "N ueva visin de los orgenes de la historia chilena", "Laconsolidacin del dominio espaol en Chile" y "La cont raofensiva arauca-

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  • juicios que ahora nos parecen algo exagerados y, tambin ,equivocados . Se insisti , en primer lugar , que el autor era uncapitn que hab a llegado con Valdivia en 1540 y que , porconsiguient e, haba sido testigode todo el viaje hecho por stedesde el Cuzco hasta el valle del Mapocho. As, la crnica deBibar apareca ante historiadores , antroplogos , etnohisto-riadores , etc. , como el relato histrico ms cercano a loshechos de la conquista y primera poblacin de Chile.

    Q uin pudo escribirla con tantos detalles, con tantasdescripciones y reclamando, a la vez, ser testigo de vista de loacaecido? En Barros Arana hay una bsqueda fracasada de lapersonalidad de Gernimo de Bibar: "Int il es buscar estenombre en los primeros documentos de la conquista de Chile ,ni en las crnicas referentes al gobierno de Valdivia . Ni lasactas del Cabildo, ni las carras del Gobernador , ni los proce-sos que se siguieron para investigar su conducta mencionanpara nada a Jernimo de Vivar". Entonces el historiador,siguiendo la opi nin de Andrs Gonzlez Barcia (1737),quien prepar la segunda edic in del Eptome de Len Pine -lo , supone que Bibar fue el secretario de Valdivia , es decir ,"J uan de Cardea y Criada"6.

    En esta hiptesis de Barros Arana hay varios errores , porejemplo, que a Juan de Cardea le agregase el apellido "yCr iada", pero lo que no podemos de jar pasar es que el nombre

    na", en Rev. Mapocho, N S 18, 19 Y 20; aos 1969, 1969, 1970.Biblioreca Nacional , Srgo . Por su parteJorge H idalgo cree que Bibar vieneen la prime ra expedicin de Valdivia y qu e las descripciones de ste"corresponden al momento inicia l de la conq uista de Chile: 1540" . (" Lapoblacin protoh istr ica del Norte chileno", en Aetas del VI Congreso deArq . Ch il. , Boletn de Preh istoria , N especial , pgs . 289-294, U. deChi le, Srgo. , 1972-1973).

    6Barros Arana, ob. cir. , pg . 315.

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  • Ftgura 2 . Retrato de Pedro de Valdivia , obsequiado por la reina Isabel II deEspaa, en 1854 , a la Municipalidad de Sanriago . Amor F.L. Man-diola .

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  • de Gernimo de Bibar sea un seudnimo que oculta a otrapersona, contempornea de Valdivia. Muchos estudiosos delcronista, entusiasmados con la idea de tener un texto escritopor el secretario de Valdivia, y pensando que la crnicarelataba paso a paso el primer viaje del conquistador, suscontactos con los aborgenes, las grandes dificultades pasadasen los despoblados del Norte, se dedicaron a revisar la obra deBibar con el fin principal de llenar algunos vacos que presen-taba el relato de los acontecimientos del siglo XVI, olvidndo-se del autor. As, tenamos un texro histrico, pero prctica-mente nada se saba del escritor. Y esta situacin, obviamen-te, presentaba problemas serios para comprender la obrahistrica.

    Jos Toribio Medina, mucho antes de la publicacin deltexto de Bibar, haba dado algunos escasos datos sobre unGernimo de Bibar que en 1558 viva en Santiago y habaprestado algunas declaraciones. Pero permaneca la incgni-ta, era este Bibar el autor de la crnica?

    Problemas e hiptesisPor estas razones, nuestros primeros esfuerzos invesrigativosse dirigieron a saber algo ms sobre Gernimo de Bibar.Nosotros podamos revisar las declaraciones hechas en 1558 Ycompararlas con la "Crnica", lo que no pudieron hacer losestudiosos que escribieron antes de 1966. Adems, siguiendoatentamente su obra, tenamos esperanza de descubrir algo desu personalidad, dnde naci, dnde se educ, cundo lleg,por dnde viaj y en dnde vivi .

    Tenemos que confesar que no hicimos tantos progresoscomo queramos sobre el problema de la personalidad deBibar, pero algo adelantamos. El lector podr apreciar, en elcaptulo respectivo, que corregimos varios errores (que fue

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  • 'capit n', que vino con Valdivia en su primer viaje , que fue su'secretario' , ere.) y que nos aproximamos a Bibar, sobre rodoa parrir de la informacin que l mismo nos enrrega en suobra.

    Otro problema importante, como ya lo hemos adelantado ,se refiere a la autenticidad del manuscriro . Toda la informa-cin recogida y el anlisis y comparacin del texto de Bibarcon orros rexros del siglo XVI , nos permiri desarrollar algu-nas respuesras que nos dan la seguridad de que esramos anteun manuscriro del siglo XVI.

    os interes conocer, adems, en forma especial , lo rela-cionado con el pensamiento hisrrico de Bibar, es decir , susobjerivos, su manera de seleccionar los hechos , cmo organi-z su texto y, sobre todo, su idea o concepro de los aconteci-mientos. Como en ese mismo siglo dos espaoles, en parrecontemporneos a Bibar, rambin escribieron crnicas referi-das a Chile , nos pareci necesario hacer un esrudio comparari-vo de ellas . As damos a conocer lo que aproxima y separa aBibar de Gngora Marmolejo y de Mario de Lobera , espec-ficamente en lo que se refiere a los morivos que ruvieron paraescribir sus obras hisrricas.

    Parre importante de nuesrra invesrigacin se refiri tarn-bin al esrudio comparado que hicimos de la obra de Bibarcon las Carras del capirn y gobernador Pedro de Valdivia . Enun primer momento no previmos lo que bamos a concluircon el correr del riempo, que las Carras haban sido ledascuidadosamente por Bibar y que le haban servido para es-rructurar su rexro hisrrico. Lentamente configurarnos laresis de que ellas representaron el ncleo ms significarivo dela inspiracin, de la organizacin y de las informaciones deBibar.

    Caprulo aparre merecen los anlisis compararivos de laobra de Bibar con el poema pico de Ercilla y con la obra

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  • histrica del jesuita Rosales . Con una cantidad importante dedatos probamos ' la estrecha relacin de estos autores connuestro cronista, confirmando algunas intuiciones de otrosestudiosos.

    Tambin presentamos los resultados que obtuvimos delest udio comparativo hecho entre los datos antropolgicos yarqueolgicos, y las conclusiones logradas por las disc iplinasantropolgicas e histr icas.

    Por lti mo, int entamos rehacer a partir de la crnica, delas probanzas de mrito y declaraciones de los conquistadoresy de los estud ios arqueolgicos, la rura de la expedicin deespaoles al mando de Valdivia desde Tacana (Tacna) hastaCopayapo (Copiap).

    De la lectura de la cr nica surgi adems una reflexinacerca del contacto entre los pueblos aborgenes y los con-quistadores espaoles , y de las mltiples consecuencias deri-vadas de la situaci n ocurrida en el siglo X VI. .

    MetodologaNos queda, para terminar esta int roduccin, referirnos a losaspectos metodolgicos y tericos que estn en la base denuestras investigaciones . Cualquier investigacin que se em-prenda surge como resultado de una problemtica, que seorganiza alrededor de preguntas y respuestas tentat ivas (hi-ptesis). Nuestro principal inters era estudiar la crnica deBibar y poner a prueba sus informes , haciendo uso de todaslas disciplinas que , a su vez, podran iluminar la crnica y suscontenidos. Como nuestro trabajo era , de acuerdo a nuestrainformacin, el primer estudio sistemtico que se haca de lacrni ca, nos vimos obligados a poner a prueba la veracidaddel texto y de su autor. Obviamente que era imposibleverificar todos los datos de Bibar, pero s era factible compa-

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  • rar las informaciones enrregadas por OtrOS autores de crni-cas, de cartas , de declaraciones , de informes . Al hacer elestudio comparativo de la informacin enrregada por docu-menros inditos y otros tipos de fuenres , ms que usar conrigor el principio de la ver ificac in documenral y arqueolgi-ca , pretendamos buscar datos que contrad ijesen la informa-cin y la visin de conjunro , la interpretaci nde los aconreci-mienros que enrregaba Bibar. Usamos enronces una especiede criterio de "falsacin" para leer a nuestro cronista . Como esde esperar , descubrimos conrradicciones enrre los datos infor-mados por otros autores y fuenres documenrales , algunoserrores y ciertas omisiones en los datos ofrecidos en la crnica,pero en lo principal la obra de Bibar resisti las conrrastacio-nes que hicimos .

    Sospechbamos que el texto de Bibar debi organizarse apartir de algunos informes escritos , pero no nos atrevamos aprecisar un texto determinado y, por lo tanto, no manejamosuna hiptesis estructurada. Poco a poco comenzamos a vis-

    lu~brar que estos informes escritos eran las cartas de Valdi-via. As la investigacin adquiri un ritmo agitado; unaansiedad crecienre fue apoderndose de nosotros cuando en-contrbamos nuevas pruebas de esta estrecha relacin entreBibar y Valdivia ".

    7EI artculo en la Rev . Estudios Sociales , N 54 , 1987: La Crnica deBibary el origen t la bistoriografi chilena, muestra cmo se nos present lasoluc in y al correr de la pluma fuimos entregando datos probatorios denuestra hiptesis . Para ser justos, en Villalobos (H istoria del Pueblochileno, T . 2, p . 211) encontramos una insinuacin referida a la relaci nBibar- Vald ivia , que el propio historiador no sigui , pero que nosotrosahondamos .

    Tambin en Sez-Godoy , el editor crcico de la crnica de Bibar , comolo hacemos explcito ms adelante , capculo IV , hay una recomendacin dehacer un estud io comparativo entre la crnica y las cartas de Valdivia .

    25

  • Algo parecido nos ocurri cuando estudiamos las influen-cias de Bibar en otros autores. La lectura que hicimos deRosales y de Vicua Mackenna nos alert para buscar enBibar los datos que manejaba el jesuita historiador de media-dos del siglo XVII .

    Pero no slo probamos esta relacin, sino que tambinpudimos demostrar, indirectamente, que Rosales conoci enChile una copia del manuscrito de Bibar en la primera mitaddel siglo XVII (hacia 1629).

    As la investigacin present diversas situaciones , exigiactitudes metodolgicas diferentes y, sobre todo , en el trans-currir de ella nos vimos obligados a construir nuevas hiptesisque, a veces, no terminaban con el xito deseado , pero que enlo principal enriquecieron nuestro estudio.

    AgradecimientosEn primer lugar la publicacin de este libro fue posiblegracias a la ayuda econmica recibida de Fondecyt (proyectoN 1299/86).

    Varios investigadores nos entregaron sus consejos crticosdesde sus diferentes especialidades; entre ellos deseamos pri-vilegiar a Sergio Villalobos y Jos Ricardo Morales, los quepor cierto no son responsables de nuestros errores y orni-sienes.

    Tambin la U . de Chile, a pesar de los difciles aconteci-mientos que vivi en 1987 y, en especial, el Centro deEstudios Humansticos de la Facultad de Cs. Fsicas y Mate-mticas , nos permitieron trabajar en un ambiente acadmicoque hizo posible el feliz trmino de esta investigacin.

    M.O.

    26

  • CAPTULO I('Quin fue Gernimo de Bibar?

    E EL T OMO XXII de los "Docum entos Inditos para la H isto-ria de Chile" , publicados por don Jos Toribio Medina y quetranscriben las declaraciones que hicieron muchos conquista-dores acerca de la conducta del mariscal Francisco de VillagraC'proceso de Villagra"), aparece por primera vez el nombre deGernimo de Bibar. En Sant iag o de Nueva Extremadura , el29 de julio de 1558 , don Diego Ruiz "en nombre del dichomariscal Francisco de Villagra present por testigo en ladicha razn a Jernimo de Vivar , estante I en esta dichaciudad de Santiago , del cual yo el dicho receptor tom recibjuramento en forma de derech o , so cargo del cual com o buencr ist ian o , prometi de decir verdad 'V.

    En el m ismo tomo cirado' aparecen las declaraciones deBibar , quien reconoce en primer lugar tener alrededor de 3 3a os . Como estamos en 1558 podemos conjeturar , como lo

    'Esranre, es deci r, residente no perm anente de Santiago . El esta nte notiene propiedades, solar, chac ra; posib leme nte vive en casa de un espao limporranr e, q ue le da "de come r".

    2Coleccin de Documentos In ditos para la Hisrori a de Chile

  • d I manuscrito de la Crnica de Bibar.Figura 3 . ltima pgina e

    28

  • han hecho otros investigadores, que naci aproximadamenteen 1525, oen 1524 como lo escribe Medina" , Dnde naci?En qu pueblo? Slo tenemos el dato que l mismo da en lacrnica, cuando escribe que es "natural de la ciudad deBurgos". Pues bien, cerca de Burgos, a 6 km. al norte, existerodava un antiguo convento de los frailes jernimos deGuadalupe, el Monasterio de Fresdelval, en las proximidadesde la aldea de Vivar. Sera desmesurado imaginarse quenuestro Bibar estudi en este convento y vivi en un lugarcampesino prximo a ste ? Por ser un expsito pudo tomar elnombre de los frailes que lo educaron y el apellido de la aldeaque lo vio nacer .

    Esta conjetura no debe extraar puesto que Bibar escribeser natural de la ciudad de Burgos, lo que en ese tiempoimplicaba no slo pertenencia a un rea urbana sino tambin aun vasto territorio jurisdiccional.

    Los alrededores de Burgos estn presentes en varias refe-rencias que hace Bibar. As , por ejemplo , cuando mencionaal soldado Pedro de Miranda, compaero del capitn Mon-roy, escribe que es "natural de las Montaas" (XLIV , pg . 84),refirindose a la tierra de las montaas de Burgos. Igualmen-te cuando relata las acciones heroicas de los araucanos (espe-cialmente de un jefe que viene sin manos Galvarino?), haceuso de la historia de su tierra y menciona a los numantinos(cap . C X X X III, pg . 242, ed . Sez-Godoy) .

    En relacin a su educacin conventual parece innecesarioesforzarse en probarla, puesto que ella era bastante comn enEspaa. De todos modos podramos argumentar qu~ variostemas tratados en la crnica, y tambin en otras del siglo XVI,

    4) .T . Medina "Diccionario Biogrfi co Colonial de Chile ", pg . 975 .Imprenta Elzeviriana , Srgo . de Chile . 1906 .

    29

  • reflejaran esta educacin. As, por ejemplo, Bibar tieneinters especial en enfatizar el valor evanglico del primerpoblamiento espaol (vase su Prohemio) y en referirse a lah istoria de la Iglesia en la gobernacin de Chile (cap. CXLl ,pgs . 25 3-255 , ed . Sez-Godoy).

    Sobre su probable lugar de nacimiento , recordemos queVivar , situado a 9 km. al norte de Burgos, est en uno de losaltos valles de la meseta del Duero. A pesar de ser la tierranatal de Rodrigo Daz, el Cid, el campesino apartamiento ,con no ms de sesenta casas y alrededor de doscientos habitan-tes, es una aldehuela que generalmente no aparece en losmapas ni guas de rurismo.

    Escribe don Ramn Menndez PidaP que las casas deVivar , "de cuadrada simplicidad, se repelen, esquivando lamedianera , como descomunales dados cados al azar. .. Elcolor terroso rojizo de las casas es como el del suelo sobre elque se asientan , y casas , solares o eras se distinguen muy pocodel oro de las mieses estivales... Slo algunos chopos , entrelas casas y a or illas del ro Ubierna , o a lo largo de los caminos ,dan verde alegra a este paisaje amarillento ... Todo el valle esde secano. Slo fluye por medio de l el escaso caudal delUbierna" . En Vivar est el convento de franciscanos , donde secustodiaba el Poema del Cid .

    Segn Menndez Pidal, entre los actuales habitantes cam-pesinos de Vivar "abunda notablemente el tipo rubio , garzo yaguileo".

    Nacido probablemente en la campesina aldehuela de Vi-var, sin padres conocidos , educado por los frailes jernimos ,sin tener un motivo familiar que lo arraigase al lugar de

    ~" La Espaa del Cid ", Vol. 1, pgs. 115-127. Espasa Calpe, S.A.Madr id , 1% 9.

    30

  • nacimiento , muy joven , casi nio , Gernimo de Bibar habrapartido a las Indias en busca de un futuro que no pareca darleel apartamiento natal. Cmo era fsicamente ? Ningn dato ,ninguna frase de la crnica nos describe a su autor. Seraimpropio imaginarlo algo rubio , de ojos azules y nariz aguile-a, como cualquier actual campesino de Vivar? Su obraliterario-histrica nos lo muestra observador , tal vez silencio-so. Sin duda no era un soldado muy eficiente; son pocos losmomentos en que aparece luchando contra los aborgenes .Est ah, pero ms que guerreando, redactando, leyendo lopoco escrito , y, sobre todo , relatando en sencilla prosa loshechos gloriosos de los espaoles , sus compaeros de con-quista.

    Bibar lleg a Amrica siendo muy joven, lo que no es deextraar , puesto que este continente , despus de las conquis-tas de los imperios azteca e inca efectuadas por Corts yPizarro, respectivamente , atraa a cientos de jvenes avent u-reros que deseaban hacerse ricos en Amri ca, especialmenteen el Per , y conquistar buen nombre y gloria para ellos .Sabemos que antes de llegar al "Pir", estuvo en Santa Marta(cap. CX III, pg . 198 , ed . Sez-Godoy).

    En sus declaraciones de 1558, en favor de Francisco deVillagra , Bibar dice que lo conoce desde hace "once aos aesta parte"; que tambin conoci al gobernador Valdivia yque no conoci a Pero Sancho de Hoz , que haba sido ejecuta-do en 1547 , en Santiago, por orden de Francisco de Villagra.Tenemos as tres datos interesantes que se relacionan sincont radiccin alguna.

    No cabe duda , entonces , que a Valdivia lo conoci en1548 , cuando ste fue al Per a apoyar la gestin de lamonarqua en contra de Gonzalo Pizarro, que se haba rebela-do en armas .

    31

  • En el captulo XI de la cr nica'' escribe que vio muchoscuerpos de indios y de indias y de carneros y de caballos ynegros y un espaol , "que haba ocho aos que eran muertos".

    Si, como creemos, Bibar entr a Chile en 1548 comomiembro de algn grupo de espaoles que Valdivia envibajo las rdenes de los capitanes Ulloa, Soza, Jofr, etc., lorelatado en su crnica se refiere concretamente a la primeraexpedicin de Valdivia, efectuada en 1540. As, los ochoaos calzan muy bien . Sin embargo, se nos presenta unadificultad : el deseo de Bibar es hacer creer que l lleg a Chileen 1540 con la primera expedicin de Valdivia. El ttulo de laobra as lo expresa cuando escribe "Crnica y relacin copiosay verdadera hecha de lo que vi por mis ojos y por mis piesanduve y con la voluntad segu, en la conquista de los reynosde Chile en los 19 aos que van desde 1539 hasta 1558" 7.Esta cita es apoyada por una frase que escribe en el Proemio desu obra: "y hallndome con don Pedro de Valdivia en losrreynos del Pir , quando emprendi el descubrimiento yconquista de las provincias de Chile . . ."s. Nosotros pensamosque es imposible que Bibar haya venido en 1539 con Valdi-via, primero, porque conocemos los nombres de las 152personas que llegaron con el conquistador y, segundo, por-que en 1539 Bibar era pr cticamente un nio (tena 14 aos).Ya ello agreguemos que en su declaracin de 1558 dice queno conoc i a Pero Sancho de Hoz, espaol que particip enforma activa en la primera expedicin hasta diciembre de1547 , cuando fue condenado a muerte en Santiago. Enton-ces, a pesar de los esfuerzos de Bibar de hacer creer que estabacon Valdivia en la primera expedicin, concluimos definiri-

    6Pg. 19de la edicin del F.H .].T. Medina ; pg . 26, Ed. Sez-Godoy.7Edicin de Leonard; F.H.J .T . Medina , 1966.8Edicin Sez-Godoy ; Biblioteca lberomericana, Berln, 1979.

    32

  • varnente que lleg a Chile a comienzos de 1549 , cuando ten aalrededor de 24 aos .

    Cmo se traslad a las provincias de Chile?Jos ToribioMedina" slo nos informa que "pas a Chile segn parececuando Valdivia regres del Per ". El estudioso TomsThayer Ojeda 10 escribe que "parece que vino a Chile en 1548 ,tal vez en la fragata de Juan D valos". En cambio , SergioVillalobos 11 cree que lleg a comienzos de 1549 "en eldestacamento que condujo por tierra Francisco de Ulloa ".

    Antes de continuar hay que sealar al lector que Bibar nolleg antes de 1549, puesto que Alonso de Monroy , deregreso del Per en 1543, trajo 60 hombes, cuyos nombres seconocen; y el capitn Diego Maldonado, en 1547, lleg con 8espaoles , que tambin estn identificados 12 .

    El inters que tiene Bibar por las cosas referentes a lanavegacin , a los puerros, a las costumbres de los pueblospescadores, erc . , puede hacer pensar que su medio de trans-porre fue el barco. Pero a la vez sus descripciones detalladasde los pueblos aborgenes de Atacama y de otros valles, de lageografa, fauna, minerales, del clima, de las regiones delinterior apoyan la tesis de que conoci estos lugares, caminpor los senderos aborgenes (ent re otros, el "camino delInca"), observando con atencin y haciendo anotaciones quele seran tiles aos ms tarde. Contaba apenas 24 aoscuando rehizo el camino de la primera expedicin de Pedro deValdivia (Cuzco, Arequipa, Tacna, Arica (?), Altos de Cod-pa, Tarapac, Pica, Huatacondo , ro Loa, Atacama la Gran-

    9D iccionario Biogrfico Colonial de Ch ile, ob. cit ., pg . 975.IO" Formacin de la Sociedad Chilena y Censo de la Poblacin de Chil e

    en los aos de 1540 a 1565", T . 111, Prensas de la U. de Chile , 1939-1943.II"H isto ria del Pueblo 'Chileno", T . 11; 1983; 305.12To ms Thayer O jeda , ob. cir., T . 1- 11-111.

    33

  • de, despoblado de Atacarna, Finca de Chaaral, valle deCopayapo o de la Posesin).

    Bibar, en su crnica, menciona los grupos de espaolesque recorrieron estas tierras: el destacamento del capitnEsteban de Sosa que parti del Cuzco en abril de 1548 , almando de 80 hombres en direccin a Atacama (cap. LXXIX,pgs . 117, 118; cap. LXXX, 120 , 121)13; el grupo delcapitn Juan Jufr, que parti de las Charcas (cap. LXXIX ,118); el capitn Gernimo de Alderete, que vena al mandode los barcos que esperaran a Valdivia en Arica (cap.. LXXIX ,118); Y el destacarnenro ms importante dirigido por elcapitn Francisco de Ulloa (cap . LXXX, 120), quien deberallevar la gente al valle de Atacama y esperar a Valdivia en esevalle. Tambin el capitn Pedro de Villagrn fue enviado porValdivia, desde Arica 'por tierra "con quarenra hombres yciento y veynte cavallos"14.

    En mayo de 1548 entr en Valparaso una fragata almando de Juan Dvalos Jufre , procedente del Callao; hechoque no aparece mencionado en la crnica de Bibar. As, laopinin de Thayer referente a que Bibar pudo haber venido eneste navo debe ser -----

  • ra , optamos de todos modos por hacerlo venir por tierra ,sig uiendo los antiguos senderos aborgenes.

    Tenemos as a nuestro futuro cronista en Santiago en1549. Por lo dems, su crnica muestra al autor observandodesde este ao los hechos de los espaoles y en especial deValdivia, insistiendo en que estuvo presente en talo cualsuceso, porque casi todo lo que relata fue visto por sus ojos "yestoy confiado, como ciercamenre me confo , que en todo sercreydo, y porque no me alargar ms de lo que vi , y porynforrnacin cierra de personas de crdito me ynform , y porrrelacin cierra alcanc de lo que yo no viese " 15 . Es verdad ,sin embargo, que en su relato de la primera expedicin deValdivia, Bibar asegura que escribe lo que vio, pero -y estoes importante de retener- slo describe caractersticas oaccidentes geogrficos , o sucesos que no tienen que ver conhechos contemporneos a esa expedicin. As, por ejemplo,cuando recuerda el paso de un ro que contiene mucha sal, enel despoblado de Atacama, escribe : "corre por tierra de gran-des metales y veneros de plata y cobre , lo cual yo vi" 16.Tambin hemos mencionado ms arriba el texto siguiente:"yo vi muchos cuerpos de yndios y de yndias y de carneros yde cavallos y negros y un espaol, que avia ocho aos heranmuertos , y algunos cuerpos ms (de quando el adelantadoDiego de Almagro bolvi con su gente de Chile para elCuzco)" 17. Sin lugar a dudas que Bibar nos relata lo que vioen su viaje de 1548 , con el fin de enriquecer su descripcindel viaje de 1540; pero debe quedar en claro que Bibar no fuetest igo de la primera expedic in de Valdivia . En cambio,cuando escribe que vio lo que ocurri desde 1549 en adelante ,

    l ~pg . 4, ed . Sez-Godoy .16pg . 25 . ed . Sez-Godoy .17pg . 26, ed . Sez-Godoy .

    35

  • dice la verdad. Recin llegado a Santiago, en 1549, Bibarrelata cmo 1;1 ciudad volvi a recibir a Valdivia, que estabaen ella el 10 de junio, da jueves de Corpus Chrisri ; cmo lorecibi el Cabildo 18; cmo vieron y obedecieron las provisio-nes reales por las cuales se le nombraba gobernador y capitngeneral de las provincias de la Nueva Exrrernadura. Ocurridotodo esro, Valdivia "despach para los rreynos del Piru a suteniente Francisco de Villagrn, y diole para sus gastostreynra milI pesos y dyole sus despachos y cartas de creenciapara el presydenre Pedro de la Gasea " 19 . La partida de Villa-gra y las instrucciones que le dio Valdivia estn tambinreferidas por Bibar en 1558 cuando testific en Santiago enfavor de Villagra . Bibar declar que vio cmo el gobernadorValdivia "despach al dicho Francisco de Villagra para quefuese a los reinos del Per"20.

    Tambin sirve de ejemplo probatorio su relato acerca de lacada del caballo que sufri Valdivia en septiembre de 1549:"Recibi en este golpe tan gran tormento que estuvo granespacio transportado y syn sentido que todos los que alli noshallamos lo tuvimos por difunto"21.

    Bibar iba con la hueste de Valdivia que parti a fines de1549 hacia el sur (posiblemente iba en la compaa delcapitn Esteban de Sosa" ). estando en el sitio en donde sefundara Concepcin (una baha en donde desemboca el roAndalin, a una legua y media del ro Bo-Bo)). Llegaron losnavos al mando de Juan Bautista Pasrene; Valdivia entoncesorden a Pastene "que fuese con la armada a correr la costa".

    18Pg. 154 , ed . Sez-Godoy .19Pg. 154 , ed . Sez-Godoy .2C. D .I. H .CH. , Tomo XXII , pg . 293.2lpg. 157; orros ejemplos: pgs. 168 y 172, ed . Sez-Godoy.22Pg . 167 , ed . Sez-Godoy ,

    36

  • e embarcaron cuarenta soldados . En la croruca leemos :"allegada la armada a la costa de Arauco , salimos en tierra elcapitn con quarenta hombres , y corrimos hasta media leguala tierra dentro"23. Deducimos de este texto , y en general delrelato que se hace a continuacin, que Bibar va en el barco y esuno de los 40 hombres (arcabuceros) que luchan contra losaraucanos, especialmente en una isla (isla Santa Marar" .

    Bibar ayuda a construir la ciudad de Concepci rr" : "Desuerte que todos travajavamos , unos en la guerra y otros en laobra".

    Bibar vuelve a salir en barco con Pastene "y como ramosde a pie se nos atrevan". Lleg a la isla Arnocha/". Conrelacin a lo que observa en esta isla hay una opinin muypersonal: "aunque yo e andado e visto hartas provincias, no evisto yndios ms proveydos de bastimento y de mejores casasque en esta ysla " , "N os hezimos a la vela , y nos bolbimos a laciudad" . "Tardamos en este viaje treynra das , qu 'el governa-dor nos tena por perdidos , y aun no tuvo poca alegra cuandonos vido entrar por la baya"27.

    Luego Bibar acompa a Valdivia , desde el 5 de febrero de1551 , en su expedicin por la provincia de Arauco, hasta el" r ro que se dize Cauten"28 all se fund la ciudad deImperial /" . Valdivia volvi a Concepcin el 17 de abril.

    Con todo lo estudiado en la crnica podemos conjeturarque Bibar no es un caballero , es decir , no posee un caballo; es

    23p~g. 173. ed , S ez-Godoy .24 pgs. 173-1 74 .2~Pg. 175.26pg. 176 .27 pg. 177 .28 Pgs. I77 - 178.29Pg. 179 ; ver tambin pg . 245 .

    37

  • slo un soldado de a pie, un arcabucero, que participa en lasexpediciones, sea embarcndose con su compaa en los bar-cos de Pastene por cortos viajes, sea expedicionando conValdivia y conociendo por primera vez nuevas tierras (Araucohasta el ro Cautn) .

    A propsito de las declaraciones efectuadas en 1558 , hayotra interesante informacin que se ve corroborada en lacrnica. As, en el captulo cvu30 Bibar relata que estando"en un valle que se dize Marequina, muy poblado... llegFrancisco de Villagran con doze honbres. Fue del gouernadorbien rrecebido . Luego le mand bolver a la ~iudad Inperial, yque de all despachase a la ciudad de Santiago a la gente , queviniesen los que quisiesen donde l estava, y con los quepudiese traerse bolviese, porque l se partiria de all luego adescubrir adelante".

    En sus declaraciones Bibar dice que "estando este testigocon el dicho gobernador don Pedro de Valdivia en el valle deMariquina, trminos de la ciudad de Valdivia , cuando eldicho gobernador iba a poblar aquella ciudad , vi venir all aldicho Francisco de Villagrn con ciertos soldados de los que ltrujo del Per, que este testigo vio que el dicho gobernadorle recibi muy bien y se holgo mucho con su venida"31. Estoocurri alrededor del mes de noviembre de 1551.

    El 9 de febrero de 1552 se fund la ciudad de Valdiviaf".De acuerdo a la crnica , Bibar se desplaza por la regin de unlugar a otro , desde Valdivia a Villarrica, a lo largo del ao155 2 "y aun yo vi una minas de oro junto a la Villarrica , en unpueblo de un cacique que se dezia Pucorco , bien rricas ". Lapresencia fsica del cronista se reafirma cuando nos relata la

    ~Opg . 187, ed . Sez-Godoy.~ I C. D . I. H . CH . , T . XX II , pg . 294 .32pg . 188 , ed . Sez-Godoy.

    38

  • plaga de ratones y como stos --escribe--: "nos rroyan losbestidos aunque no los tenamos de sobra". Tambin recuer-da que ayud a eliminar la plaga33.

    A comienzos de 1553 , estando en Concepcin, luego de lafiesta de Pascua de Navidad , nos cuenta Bibar que Valdivia"despach a Francisco de Villagran con sesenta hombres fueseal lago, y visitase la tierra, que de alli a dos o tres meses yriaalla l , y poblaria en aquella loma donde avia estado la otravez una ciudad y daria de comer a los que no avia dado"34 .

    Esta informacin est confirmada por las declaraciones de1558 , cuando Bibar seala primero que "vio este testigo saliral dicho Francisco de Villagra de la ciudad de Concepcin consesenta hombres , poco ms o menos , por mandato del dichogobernador para que fuese a la Villarrica e por all pasase lacordillera nevada y fuese a descubrir la Mar del Norte".

    Tambin en las declaraciones de 1558 hay otra testifica-cin ms amplia , que confirma que Villagra estaba en el lagoValdivia ( lago Ranco?) a fines de 1553 y comienzos de 1554 ,es decir , en el tiempo en que fue muerto Valdivia.

    Declara Bibar que estando 'en Concepcin "vio como eldicho gobernador don Pedro de Valdivia mand al dichomariscal Francisco de Villagra fuese con cierta gente al lagode Vald ivia y lo postrero de lo descubierto des t agobernacin . .. "3 5 . Se trata de otro de viaje de exploracin deVillagra hacia el sur de los territorios.

    Sabemos , entonces , que Bibar permaneci en Concepcinparte del ao 1553 y, por lo menos , hasta septiembre de eseao . Entre septiembre de 1553 y enero de 1554 Bibar descri-be con detalle , e incluyndose , el viaje de dos navos hacia el

    33 pg . 189. ed . Sez-Godoy.34 pg . 199.

    3~C. D . I. H . CH . T . X XII . 287.

    39

  • OUCI'\IP CION, - a L... ... Y H D'A S

    ..

    !!

    twQh , ( 11 11' . ' 1, (.1,1: ), \

  • cos, dndole as al poema de Ercilla un valor de crnica que nose puede desconocer . Por ejemplo, la accin de Galvarino,que ocupa largos versos en la Araucana (Canto XXII, versos353-432; Canto XXIII , versos 23 y 136 Y Canto XXVI) esrecogida brevemente por el cronista (cap. CXXXIII), pero contal precisin, que el jefe araucano que anima a los suyos consus manos coreadas, pasa del mito a la historia: "Contar deun ynd io que vena en esta haz que rrompio el governador, elqual era uno de los que corearon las manos que e dicho. Venasarjenteando y animando en esta manera: '[Ea, hermanosmios , mira, que todos peleeys muy bien y no querays veroscomo yo me veo: syn manos, que no podreys travajar nicomer, sy n' os lo dan! Y aleaba los bracos en alto, enseando-los para provocarlos a ms nimo y diziendolos: "stos conquien vays a pelear me los corearon y lo mesmo haran a los quede vosotros tomaren, y nadie permita huyr syno morir, puesmoris defendiendo vuestra patria!" y adelantvase un trechodel esquadron solo y dezia esto a grandes bozes, y qu' lmoriria primero, y que ya no tenia manos, que con los dientesharia lo que pudiese.

    Para terminar , recordemos a propsito de la historicidadde la Araucana que el cronista Mario de Lobera 12, a fines delsiglo XVI, defendi la obra del poeta Ercilla al escribir: "y asmientras la exajeracin es mayor tanto ms se debe alabar adon Alonso de Ercilla; poniendo empero resguardo a queentienda el lector que no por eso deja de ser verdad comn-mente lo que escribe , pues una ficcin no quita el crdito a lapoesa".

    20 b. cic., 3" parte, cap. XLI ; pgs. 149-150.

    146

  • CAPTULO VIIEl viaje de Pedro de Valdivia

    de Tacana a eopayapo

    l . El relato de Gernimo de BibarDEBEMOS A BIBAR LA MEJOR , aunque incompleta, descrip-cin de la ruta que hizo en 1540 la expedicin de conquitado-res capitaneada por Pedro de Valdivia. Escribe este autor enlos comienzos de su crnica que una vez que el maese decampo don Pedro de Valdivia, en el valle de Yucay, "a honzedias del mes de Abril de milI y quinientos y treynta y ochoaos?", recibi del marqus Francisco Pizarro la autorizacinpara ir a conquistar y poblar los "rreynos de Chile" y fuenombrado "teniente y capitan general?", se fue al Cuzco, endonde hizo pregonar "su provisin , y aleo su vandera allegan-do gente para cornencar su jornada'" . Tambin anunci su"jornada" en la provincia de las Charcas , en la villa de la Platay en Parco, en la ciudad de Arequipa, en Guamanga y en laciudad de los Reyes.

    El capitn Valdivia nombr a Alonso de Monroy su te-niente y le mand "que ajuntase los caballeros que hallase enel Callao , y que fuese al valle de Tacana, qu'es junto a la costay principio del camino. .;"4 .

    Valdivia, a su vez , fue a la ciudad de los Reyes, contrat unnavo y regres al Cuzco . En esta ciudad "hall i doze solda-

    ILa fecha exacta es 1539.2Ed . Sez-Godoy, cap . 111 .3Ed . Sez-Godoy, cap. IV .4Ed . Sez-Godoy, cap. IV .

    147

  • dos que avian quedado aderecandose para la jornada, y constos se salio del Cuzco, y fue a la c.;iudad de Arequipa":encontrando 'al capitn Monroy, a quien despach para elCollao, luego ste debera irse a las Charcas y con los soldadosque hallase partir al valle del Tarapac "qu'es en el mismocamino que avian de llevar , rreynta y siete leguas adelante delvalle de Tacana?" ,

    Desde Arequipa Valdivia se encamin a Tacana; en estepueblo supo que el navo y la gente contratada en la ciudad delos Reyes no vendra. Con los pocos soldados que tena partial valle de Tarapac. El pequeo grupo encabezado porValdivia, atraves valles , que tenan de ancho aproximada-mente una legua , y entre valle y valle , seis o siete leguas ms omenos. Todo el "conpas" (espacio) de tierra que estaba fuerade los valles era estril y despoblado "e de grandes arenales".

    Habiendo llegado al valle de Tarapac, aguard a sucapitn Alonso de Monroy "q ue vino de las Charcas consetenta hombres, los cinquenra de a cavallo y veynre de a pie.Convinole esperar alli algunos dias para que los cavallos serreformase , y la gente se aderecase e se proviese de basrirnen-to "7. Al saber que vena a junt rsele el capitn Francisco deAguirre "con c.;ierta gente" le envi a avisar "q u' el se yva por lahalda de la sierra a esperarle en el valle de Atacama. Tenidaesta nueva, salio el general d 'este valle de Tarapaca para elvalle de Atacama. Y en un pueblo que se dize Los Capiruco-nes se junt Francisco de Villagran con el general, el qualvena de Tarixa a causa de averse deshecho la entrada quellevaba Pedro de Candia. y como Francisco de Villagran yva

    ~ Ed. Sez-Godoy, cap. IV .6Ed . Sez-Godoy, cap. IV .JEd. Sez-Godoy, cap. v.

    148

  • por su general , viendo el negocio deshecho ayunt sus ami-gos , e vino a juntarse con el general. . . "8 .

    Nuevamente Bibar nos describe el difcil viaje para lahueste de Valdivia , ahora aumentada con los refuerzos llega-dos. Relata cmo caminan en grupos de veinte hombres parano agotar los "xagueyes" (pozos de agua), cmo los naturalesllevan agua en calabazas y en odres de cuero "de carnero" y delobos marinos . El cronista menciona a los soldados que van apie (recurdese que l fue posiblemente uno de ellos en laexpedicin de 1548-1549) , quienes deben limpiar los pozos opozuelos y "hallan el agua peor que pensavan?".

    Luego de hacer un parntesis en que describe las balsas decueros de lobos marinos, retorna la descripcin del viaje deValdivia y de los lugares por los que pasa .

    Nos informa que los indios "caperucones", de "G uatacon-dor" y de "Pica" informaron a los indios de Atacama de lavenida de Valdivia. Cmo son aborgenes que "no sirven yestn de guerra" , que tienen sus poblaciones en la "halda delas sierras" y se resguardan en sus "pucaran" y los espaolestenan dificultades para abastecerse . "Antes qu'el generalValdivia llegase con su gente Atacama deziocho leguas ,salieronle en ciertas quebradas al camino hasta milI y qui-nientos yndios chichas, que son de una provincia cercanaAtacama dentro de las cierras nevadas .. . "10 .

    Una vez que Valdivia los venci "ent r en el valle deAtacama. Y aloxose en el pueblo principal, sytio fuertebasrecido de mantenimientos yagua y lea en cantidad".

    "Estando all rreposando le vinieron de las Charcas veynre

    SEd. Sez-Godoy, cap. v .9Ed. Sez-Godoy, cap. v .IOEd . Sez-Godoy, cap. V II.

    149

  • y tres espaoles con un capiran , que se dezia Pedro Sancho deHoces , donde fueron bien rrecebidos" 11

    Luego Bibar describe el valle de Aracarna, su temple(cl ima), las cosas que hay y algunas costumbres de los abor-genes . Tambin nos cuenta cmo el capitn Francisco deAguirre, con treinta hombres, conquist, despus de unahora y media de combate , un "pucaran" o fuerte que tenaalrededor de mil indios . Este combate se hizo bajo la miradadel capitn Valdivia .

    Una vez descansada la gente y bien abastecida, Valdiviaorden la partida hacia el sur en grupos de "veynre y cinco dea cavallo y doze de a pie, a quinze del mes de setiembre" 12 .Eran 153 hombres y dos clrigos , ciento cinco de a cavallo ycuarenta y ocho de a pie. "Y mand a su thenienre Alonso deMonroy , que llev la primera cuadrilla , que llevase codos losacadones Y barreras que en el rreal avia , para que aderecasenalgunos malos pasos, sy hallasen en el camino, porque loscavallos no se despeasen, y para (.. ? . ) los xagueyes y pozue-los , porque tuviesen agua clara que no faltase para la genteque arras vena" 13.

    El primer accidente geogrfico que destaca Bibar es laexistencia de "unas lagunas algo salobres, que con la umidaddel agua se cria yerva por las orillas, aunque no en cantidad".Valdivia orden que todas las cuadrillas descansasen por tresdas . Luego continu el viaje, partiendo cada da una cuadri-lla , siendo la ltima la que comandaba Valdivia. Luego Bibarnos describe la llegada a un "rrio chico, que corre poca agua ...cornienca a correr a las nueve de la maana, quando el solcalienta la nieve qu'esr en una rrehoya . Corre con grande

    IEd . Sez-Godoy , cap. VII.12Ed . Sez-Godoy , cap . X .\JEd . Sez-Godoy , cap. X .

    150

  • furia y haze mucho rruydo a causa del sytio por donde corre .. . .Quando el sol baxa, haze sombra ... no se derrite la nieve, acuya causa dexa de correr"14. Como los aborgenes no enten-dan lo que suceda , lo llamaron Anchallulla, que quieredecir "gran mentiroso".

    El tercer accidente geogrfico es mencionado por Bibarcuando escribe que ms adelante llegaron a otro ro pequeo,con un valle de media legua de ancho; este ro de aguaclarsima es sin embargo salada . Es en este lugar donde Bibarnos describe que al beber los caballos tenan "en cada pelo debarva una gota de sal bien pegada, parec an perlas qu'estavancolgadas del hoe;ico"15.

    Molestos las "p iceas de servicios" (yanaconas) por la salo-bridad de las aguas lo llamaron "Suncaernayo" es decir "rriobu lador",

    En este despoblado de Atacama Bibar nos describe lasconstrucciones de los incas : "un cercado de piedra tan altocomo medio estado (y el conpas rredondo, que los yngastenian hechos, quando por aqui caminavan , que cabriandentro hasta cinco y seis personas)" 16.

    El ltimo accidente geogrfico descrito por Bibar es elsiguiente: "y al fin d 'esre despoblado , diez y ocho leguas porandar d 'l , estava un valle chico con poca agua clara y dulce .. .aqui rreposamos dos dias , y parecionos qu'estavarnos rriberade Guadelquevi . En este vallezico tenian poblados los yngas,seores del Cuzco y del Piru, quando heran seores d 'esrasprovincias de Chile" !". Este valle se llamaba Chaar.

    Antes de hacer entrar a Valdivia en Copiap , en octubre de

    14Ed. Sez-Godoy, cap. x .15Ed. Sez-Godoy, cap. x .16Ed . Sez-Godoy , cap. XI.17Ed . Sez-Godoy, cap. X I.

    151

  • 1540, Bibar escribe que "el camino d 'esre despoblado va pormedio de entre la mar y la cordillera. Por otra parte no sepuede caminar por las grandes sierras e quebradas de grandespeascos y arenales . .. "18 .

    2. Los errores y omisiones en el relatode Bibar

    En primer lugar , antes de hacer un anlisis crtico de loscap tulos 111 a XI de la crnica , en donde se describe el viaje deValdivia y sus compaeros , deseamos insistir en el valor de lainformacin que nos entrega Bibar. Slo a partir de unconjunto de daros y descripciones que el propio cronista nosentrega, es posible completar la informacin e incluso corre-gir sus errores. Adems debemos recordar , una vez ms, queBibar no hizo el viaje con Valdivia, por lo tanto roda lo quedescribe corresponde a la informacin que recibi de lostestigos de esta expedicin ya su propia vivencia lograda en lasegunda expedicin de 1548 19

    Lo primero que llama la atencin es la ausencia de darosque se refieren al tramo Tacana (Tacna) y valle de Taracap.Slo se nos ofrece una caracterizacin general del clima y delmedio ambiente entre quebrada y quebrada.

    En la quebrada de Tarapac, valle rico en agricultura, semenciona a la salida de ste al pueblo de los "capiruzones",que pese a roda nuestro esfuerzo por identificarlo no nos hasido posible . Luego, por informacin indirecta, sabemos dela existencia de los aborgenes de Pica y "Guaracondor",Debemos suponer entonces, que pas por Pica y Guatacondo,hiptesis que ser comprobada ms adelante.

    18Ed. Sez-Godoy, cap . XI.19Revsese el cap tulo I "Q uin fue Gernimo de Bibar?" de nuestro

    trabajo.

    152

  • De aqu de nuevo surge la incgnita en cuanto al caminoque tom: fue a Quillagua y baj por el ro Loa por su brazooccidental? , o baj por el Loa oriental siguiendo la falda de lasierra para pasar por Turi y luego , en va casi directa , llegar aCararpe y Quitor?

    Con relacin al grupo humano que lo acompaa , haytambin en el relato algunas equivocaciones y ausencia deinformacin. Confunde a los capitanes que traen refuerzos aTarapac y Atacama , adems de desconocer otros episodios(complot de Sancho de Hoz).

    Con el fin de corregir estas deficiencias de Bibar revisare-mos los testimonios y declaraciones de los compaeros deValdivia en esta primera expedicin y las conclusiones dealgunos informes arqueolgicos.

    3. Los testimonios espaoles y lasinvestigaciones arqueolgicas

    El propio Bibar, cuando relata el segundo viaje de Valdivia(1548-1549) , menciona a Arica como lugar significativo enla ruta marfrirna /" "y que allegado que fuese al valle de Arica,se enbarcase.. . ... Pero tambin parti por tierra una columnade hombres al mando de Pedro de Villagrn. A su vez, segnel relato de Bibar , desde Tacana haba partido otro grupo almando del capitn Francisco de Ulloa e incluso, antes queestas dos columnas lo hiciesen, haba salido del Cuzco elcapitn Esteban de Sosa hacia Atacama. Todas estas expedi-ciones las hicieron por tierra, haciendo uso de los caminosaborgenes y especialmente del camino usado por los incas,por la sencilla razn de que traan guas quechuas.

    Son varios los especialistas que han intentado identificar

    20Ed . Sez-Godoy, cap. LXXXIIl.

    153

  • estos senderos aborgenes y en especial el camino imperial / ",Salvo Iribarren , que trabaj a Bibar para el sector que estudi(III Regin): los otros autores describen , unos ms , otrosmenos , los restos arqueolg icos que prueban la existencia deun camino inca, sin confeccionar ninguno de ellos un mapaaprox imado de la ruta de Vald ivia (con caminos alternati-VOS) 22 entre Tacana y Copayapo .

    De todos modos , gracias a Percy Dauelsberg, podemosconocer parte del cami no Inca entre Socoroma y Saguara(alrededor de 130 km .). Este camino va por las cotas de 3.000a 3. 500 m . Es probable que el camino venga de Tacana ,subiendo por el valle de LIma , en donde hay varios yacimien-tos incas, hasta Socoroma. A unos km . al sur de este lugar hayun tambo inca (Zapahuira) continuando casi paralelo a la rutaactual qu e lleva a Beln . A la altura de Saxamar cruza el actualcami no para continuar a Cob ija y posteriormente a Saguara.

    Hicieron este cami no los espaoles ? Y si lo hicieron por

    21 Percy Dauelsberg : "Cami no del Inca en las sierras de Arica"; Informefinal del proyecto , U . de Tarapac, Arica, julio 1985 . J. Iribarren y H .Bergholz: El cami no del Inca en un secto r del nort e chico en "Actas del VICongreso de Arqu eolog a chile na"; Boletn de Preh istor ia de Ch ile; Nespecial ; Unive rsidad de Chile, Santiago, 1972- 1973.

    H . Niemeyer y M. Rivera: "El cami no del Inca en el despo blado deAracarna", en "Bolet n de Preh istor ia de Chile", N 9 ; U. de Ch ile, Scgo. ,1983.

    L. Srrube : "Vialidad Imperial de los Incas"; U. Nac ional de Crdoba,serie hist rica , N XXXIII; Crdo ba, 1963.

    Rodo lfo Raffino: "Los Incas del Kollasuyu", ed . R. Ameri cana; LaPlaca, B. Aires, Argentina, 1981.

    Feo. de Encina y Leopoldo Casredo : "Resumen de la H istoria de Chile",T . 1; Ed. Zig-Zag ; Srgo . de Chile , 1961 (se menciona el it inerario de P. deValdivia, segn Rober to Monrandon , pg . 47) .

    22Vase nuestro mapa .

    154

  • dnde llegaron a l? Una posibilidad es la entrada por el vallede Lluta; la otra es encaminarse algo hacia el sur para subirluego por Chaca hacia Codpa y de este valle riqusimo enagricultura hacia los altos , hacia Esquia. El prximo pasodebi ser Camia y de all directamente a la quebrada deTaracap.

    Sabemos que Valdivia levant su campamento a la esperade refuerzos que deberan llegar del sector cordillerano (de lasCharcas y del Callao) .

    De acuerdo a las declaraciones de Pero Gmez de donBenito23 , "y habiendo llegado el dicho don Pedro de Valdiviacon obra de veinte soldados , poco ms o menos , al valle deTarapac, que es en fin de los trminos de la ciudad deArequipa, mando a este testigo que fuese al Callao a recogergente y comidas para la jornada, ya la vuelta que este testigovolvi a dicho valle de Tarapac el dicho Pedro de Valdiviaestaba esperando a este test igo , y vino este testigo sin gentealguna , porque no hall ninguno que quisiese venir de suvoluntad y vi all al dicho Francisco de Villagra y a ochentahombres , poco ms o menos , que haban venido a juntarsecon el dicho don Pedro de Valdivia desde el valle de Tarija".

    Esta misma cantidad de personas las menciona JuanGod nez/" . A su vez el conquistador Rodrigo de Araya decla-r que se vino a Tarapac con su gente (unos 16 hombres ),encontr a Valdivia en el valle con unos 15 20 hombres .Luego lleg Villagrn "con muchos amigos suyos" (alrededorde 70) ; as se juntaron en el valle de Tarapac "ms de cienthornbres 't' ".

    23C. D. I. H .CH ., romo X X II , pgs . 230 -1. Don Pero Gmez de donBenito fue el "maese de campo " de Valdivia .

    24c. D .I. H. CH., romo XX II , pg . 487 .2~C. D. I. H . CH., romo X XII , pg . 553.

    155

  • En general todos los conquistadores, compaeros de Val-divia, coinciden en que ste no tena ms de 20 hombres en elvalle de Tarapac , La ayuda vino principalmente del contin-gente que capitaneaba Francisco de Villagra, que trajo entre70 y 80 hombres ; tambin Rodrigo de Araya contribuy conunos 16 hombres. Sumados todos se llega a la cantidad de116 hombres. Con estos hombres Valdivia se dirigi haciaAtacama.

    Sabemos que pas por Pica y Guatacondor. En la probanzade mri tos del general Juan J ofre6 ste sostiene que "y antesde Atacarna, desde Guatacondor fue a Potos por gente y conella lo alcanzo junto a Copiapo", Venan con l Juan deAlmonacid, Gaspar de Villarruel y Alonso de Crdoba. Se-gn este ltimo, se habran juntado con Valdivia alrededorde 15 soldados. Como con Valdivia haban salido de Atacarnala Grande aproximadamente 140 hombres, en Copiap lahueste alcanz la cantidad de 155 hombres, contando a Insde Surez y a tres sacerdotes.

    Pero ms importante que la cantidad exacta de soldadosque trajo Valdivia (las cifras oscilan entre 150 y 155), nosinteresa saber por dnde continu avanzando desde Guata-candor.

    Bibar nos entrega un dato importante cuando nos diceprimero que el avance es por la falda de la sierra y luego nosrelata que antes de llegar a Atacama, a unas 18 leguas :". loatacaron alrededor de 1.500 "yndios chichas". Este combate

    26c. D. I. H .CH. , tomo xv , pg . 23.27La legua t iene 5.5 72 rn. ; corresponde a 20.000 pies castellanos. Sin

    embargo , otros autores le adjudican slo 4.513 m . (Armando de Ramn yJ. Manuel Larran : "Una metodologa colonial para Santiago de Chile: de lamedida castellana al sistema mtrico decimal ". Revista Hisroria, N 14;Insriruro de Historia ; U. Catlica , 1979). Lase tambin la opinin de

    156

  • fue privilegiado slo por Bibar; pero los conquistadores en susdeclaraciones nos dan ciertos datos que nos permiten, hipot-ticamente, entregar dos alternativas de ruta.

    Segn la testificacin del capitn Francisco de Aguirre,que hizo en el proceso de Villagra/", Valdivia lleg a Ataca-ma la Grande con 8 10 hombres de a caballo; vena deAracarna la Chica. En cuanto Valdivia fue informado queSancho de Hoz, con 3 soldados, haba llegado a su "real"(campamento) con pretensiones de asesinarlo, se volviacompaado por Aguirre a su campamento, cabalgando todauna noche.

    De acuerdo a este testimonio , los espaoles que no acom-paaron a Valdivia a Aracarna la Grande habran hecho elcampamento en el pueblo de Atacarna la Chica o en susalrededores.

    Otros testigos, en cambio, situaron el campamento juntoa un ro, doce leguas "mas aca de Atacama''. Mart n deCandia/? record que el real estaba asentado "en un valle cercade un arroyo, antes de llegar a Atacama la Chica" a unjornada, es decir a 4 5 leguas .

    Una aclaracin importante hizo el escribano Luis deCartagena-", cuando seal "llegando al valle de Aracarna laChica, aquel da el dicho capitn Pedro de Valdivia se adelan-t con ciertos soldados a Aracama la Grande".

    Don Pero Gmez de Don Benito-", que tena a cargo elcampamento afirm que "antes que llegasen a Atacarna la

    Sergio Villalobos en el romo 2 de su Historia del Pueblo chileno , ob. cir. ,pg . 258 , nota 16.

    28c. D. I. H. CH ., romo XXI , pgs . 213-217 .29c. D.I. H .CH . , romo XXI; pgs. 437 -44 1.3C. D. I. H .CH., romo XXII ; pgs . 114-116 .31c. D.I. H .CH ., romo XXII ; pgs . 216-2 35 .

    157

  • Chica se adelant el dicho don Pedro de Valdivia con ciertossoldados a Atacarna la Grande".

    Ins Surez, amante de Valdivia , sostuvo que "dos o tresjornadas antes que llegase a Aracarna La Chica se adelant eld icho don Pedro de Valdi via"32.

    As la evidenc ia que surge de stas y otras declaraciones , esque el campament o se levant antes de llegar a Atacama laCh ica, aproxi madament e a dos jornadas, es decir entre 40 y50 kilmetros. Sin embargo, lo anterior no significa que nohayan seguido avanzando. As lo testimonia]uan FernndezAlderete, cuando seala que "viniendo caminando con sureal , una jornada antes que llegase a Atacama la Chica seadelant con cierta gente el dicho don Pedro de Vald iviahacia Aracarna la Grande a buscar el capitn Francisco deAguirre. . . y as comenzaron a caminar, y en el caminotoparon al d icho don Pedro de Valdivia, que les sali alencuentro, y junt ament e vino con l el dicho Francisco deAguirre. .. "33. El problema consiste en saber en donde levan-taron el real fue en los alrededores de Conchi?, o ms cerca,en Lasana?

    El dato de Bibar que seala que los chichas lo atacaron,hace suponer que Valdivia vena por la regin de Turi-Ayqu ina, ya que es probable que los chichas hayan avanzadodesde Lipez hacia Toconce-Caspana y por los alrededoreshayan atacado a la expedicin de Pedro de Valdivia. Luego devencer a los chichas, Pedro de Valdivia habra avanzado haciaSan Bartolo-Catarpe para llegar al ayllu de Quitor.

    Si, en cambio, manejamos la hiptesis que su campamen-to estaba en la regin de Aracarna la Chica , pudo haber

    32C. D.I. H. CH . , tomo XX II ; pg. 623.33C. D. I. H .CH ., tomo XX II ; pgs. 600-601.

    158

  • pasado cerca del antiguo pueblo , esrudiado por Carlos Tho-mas, en direccin a Tuina; de all baj hacia la quebrada delInca para dirigirse a Yerbas Buenas , San Bartola , Cararpe yQuiror' ".

    La partida desde Atacama la Grande fue, segn Bibar , el15 de septiembre de 1540 y se hizo por grupos o cuadrillascompuestas por 25 de a caballo y doce de a pie . Al final saliValdivia , encabezando el ltimo g ru po de expediciones:"fueron por rodas ciento y cincuenta y tres hombres y dosclrigos".

    La descripcin del recorrido que hace Bibar , como hemosya resumido , es muy sinttica y slo repara en algunos rasgosgeogrficos muy particulares , y casi anecdticos. Sin embar-go , estos "accidentes" geogrficos se pueden relacionar con lainformacin que nos entregan los trabajos de los arquelogosIribarren , Niemeyer y Rivera. As el primer sitio menciona-do por Bibar , luego de que la hueste espaola abandona elSalar de Atacama (Toconao , Peine, Tilornonte) , correspondea la Aguada de Puquios al pie de los cerros de Puquios de lasierra de Almeyda (24 16 ' L.S . y 6832 ' L. W. , a una altitudde 3.730 msnm.) con un tambo incsico . Luego al sur delSalar Punta Negra , encontraramos el segundo sitio mencio-nado por Bibar , ro Fro (que tiene un rarnbillo situado a3.650 m. ) cuyas aguas de excelente calidad son escasas y secongelan. Es este el ro mentiroso o Anchallulla . Luego , aloccidente del salar de Pedernales , la ruta pasa por el ro de laSal , uno de los tributarios del ro Salado. Antes, sin embargo ,hay que recordar que los espaoles pasaron por la Aguada dedoa Ins, llamada as porque all , a indicaciones de InsSurez, se excav y encontr agua. Este hecho no lo relata

    34Informacin discutida con el arquelogo Jorge Serracino y con elfolklorista Luis Mend oza.

    159

  • Bibar pero s otro cronista , Pedro Mario de Lobera-". El roSal es prcticamente un estero de agua salina, que tiene cercaun tambo. Ms adelante , atravesando la Pampa del Inca , losespaoles llegaron a la Finca de Chaaral que , como ladescribe Iribarren "es un oasis en el desierto con recursospropios de alimentacin como lo atestigua, con bastanteelocuencia, el cronista Gernimo de Bibar"36. Luego la expe-dici n avanz hasta Placilla del Inca , atraves el portezuelode Chimbero siguiendo por la quebrada de Aguada de Grez,para llegar posiblemente por el valle de Charnonare al ancho yfrtil valle de Copayapo habitado por gente belicosa.

    En trminos generales se puede concluir que el camino delInca, en gran parte , sigue los senderos aborgenes, ms anti-guos que la presencia imperial. La expedicin espaola enca-bezada por Pedro de Valdivia, guiada por aborgenes que-chuas (yanaconas) pudo atravesar desde Tacna a Copiap, unextenso territorio desrtico , ms de 1.200 kilmetros, ha-ciendo uso slo de este camino.

    El tramo situado entre Socoroma y Saguara, se caracterizpor su enrnarcamiento hecho de una pirca baja de unos 40 a60 cm. de alto, teniendo en su interior losas de piedras. Enalgunos sectores con pendiente, el empedrado interior pre-senta escalones que ayudan a subir o bajar. Especialmente eneste sector hay ruinas, aproximadamente cada 15 kilmetros,segn nos describe Percy Dauelsberg. El camino tiene comotrmino medio unos 3 metros de ancho .

    Al sur de Peine en donde se inicia el despoblado deAracarna , de acuerdo al informe especializado de Niemeyer-Rivera , el camino del Inca va entre 2.300 y 4.200 m. dealtura , con una cota media que oscila entre 3.200 y 3.400 m.

    350 b. cir. , parte segunda, cap. VII I.36). Iribarren y H . Bergholz , ob . cir. , pg. 244.

    160

  • Igual que en el camino descrito para el extremo norte , estecamino se confunde con antiguos senderos preincsicos y conms recientes huellas coloniales ; sin embargo , los hallazgosde ruinas de estructuras (hitos), de tambillos o chasquihuasis ,de tambos , y de fragmentos alfareros prueban la presencia delisrerna administrativo inca .

    El camino que atraviesa el despoblado de Atacama presen-ta una superficie despejada de piedras , de unos 3 m . de anchoy limitada en sus bordes por piedras . Ese camino no empedra-do facilit, e incluso ahora hace posible, el viaje de loshombres a caballo; en aquellos tramos caracterizados por unasuperficie empedrada, la hueste de Pedro de Valdivia y deOtros capitanes espaoles debi muchas veces valerse delcamino para avanzar por huellas paralelas . En el sector entreChaaral y Copiap, el camino es una huella libre de piedras,que tiene entre 30 y 60 cm . de anch037 y tiene un trazadogeneralmente recto.

    Para terminar recordemos, de la mano de Bibar , que estelargo viaje entre Tacna y Copiap que dur alrededor de 10meses , COSt grandes trabajos y fatig no slo a los espaolessino que tambin a los indios que traan. Pero el capitnValdivia se esforz para alentar a sus hombres animndolosconstantemente , y dndoles el descanso necesario en aquelloslugares que tenan agua y vegetacin (pajonales, orillas deros , etc ). As "carninava la gente contenta , aunque bienrravajada , que en parte no sentan lo que era tanto desentir"38.

    .nJ . Iribarren , Bergholz: ob. cir. , pg . 242 .38Ed . S ez-Godoy, cap . x , pg . 24.

    161

  • CONCLUSIONES

    Reflexiones sobre el contactoaborigen-espaol (Siglo XVI)

    Ms QUE SINTETIZAR NUESTRA investigacin acerca de Ger-nimo de Bibar y especialmente de su obra, o de realzar culesson los aportes ms significativos del cronista al conocimien-to de los primeros aos de la conquista espaola de Chile,deseamos exponer algunas reflexiones sobre este proceso so~cial y cultural, a partir de nuestra perspectiva arqueolgica yantropolgica. Indudablemente que el estudio de la crnicade Bibar, las comparaciones hechas con las otras obras escritastambin en el siglo XVI, el estudio de los documentos publi-cados por Jos Toribio Medina, todos referidos a las accionesy personas de los hombres del siglo XVI, nos permitirnabordar con alguna seguridad este complejo y contradictoriocaptulo de los orgenes de la sociedad y cultura espaola-aborigen . Pocas veces, con las excepciones que mencionare-mos ms adelante, se ha pensado el contacto espaol-aborigen desde perspectivas multidisciplinarias, con el deseocientfico de ni condenar ni tampoco de aplaudir dogmtica-mente lo ocurrido. Describir y tratar de comprender el pasa-do es una tarea difcil. Muchos de los problemas que hanimpedido cumplir parcialmente con esta labor cientfica,tambin sern mencionados en las pginas siguientes .

    1. Slo recientemente la historia de Chile, como empresahistoriogrfica, ha incorporado los hechos provenierites de ladisciplina prehistrica. As la historia de nuestro pas , de serun relato cientfico de acontecimientos que abarcaban 500aos, se convirti en una larga historia con 10.000 aos de

    163

  • antigedad . Cmo fue posible este salro cuannranvo ycualitativo de la hisroriografa chilena?

    Habra que recordar en primer lugar que las investigacio-nes referidas a la cultura prehispnicas de nuestro terrirorioalcanzaron madurez intelectual y cientfica slo en el sigloxx , y que especialmente desde 1960 en adelante se produjouna valiosa labor investigadora e interpretativa acerca de lassociedades ms antiguas de Chile , que hizo posible que losespecial istas de la hisroria del pas requirieran informacin deesros nuevos estudios .

    Sin embargo , la asim ilacin de la informacin arqueolgi-ca prehistrica por parte de los actuales historiadores, no estarea sencilla . Desd e la perspectiva de algunos no existiran"prehistorias generales" que superaran el tecnicismo arqueo-lgico , el informe valioso pero exageradamente erudiro. Asel hisroriador no sabra cmo transformar en hechos histri-cos las descripciones , por ejemplo , de materiales arqueolgi-cos (lticos, alfareros , etc. ) , Era una tarea difcil que hizorenunciar a muchos estudiosos y que incluso hizo creer a otrosqu e los hechos arqueolgicos no constituan verdaderos acon-tecimientos histricos . Adems la naturaleza de la informa-cin arqueolgica, especialmente mayoritaria en lo referentea la cultura material, impedira exponer el mbiro espiritualdel acont ecer. Incluso ms de algn hisroriador no reconocien los hechos prehistricos motivaciones individuales o socia-les, como las que produjo la civilizacin cristiana en lahistoria occidental. No descubrieron en la prehisroria deCh ile nada digno de llamarse "acontecimiento histrico".Jaime Eyzaguirre afirmaba que gracias a la intervencin deEspaa, del "verbo imperial de Espaa" y al soplo "eterno yvivificante del Cristianismo", Chile superara su carencia demodalidad creadora, su vaco de sentido y de horizontes . Las

    164

  • sociedades aborgenes constituan para este historiador slo"un esttico y contradictorio amasijo de elernenros'" .

    A pesar de lo anterior , algunos historiadores chilenosincorporaron datos referentes a los "ind ios de Chile" como uncaptulo primero de la historia del pas . Este esfuerzo, inclu-so, se inici a fines del siglo pasado con don Diego BarrosArana y fue continuado por Francisco A. Encina en la primeramitad del siglo xx. Ya en la segunda mitad de nuestro siglo ,incluso Jaime Eyzaguirre se refiri tambin a la prehistoria deChile con las limitaciones interpretativas que hemos seala-do . As ninguno de estos primeros captulos , fuera de sumarinformacin, integr las culturas y sociedades prehispnicascontemporneas a los espaoles , al proceso histrico de lossiglos XVI y XVII.

    En cambio en la dcada de 1980 , Serg io Villalobos noincorpor solamente un captulo ms de prehistoria, sino queintent relacionar los procesos sociales y culturales prehisp-nicos con los ocurridos en el siglo XVI y, en general con los delperodo colonial. Es l quien , con cierta razn , se queja dellenguaje de los arquelogos chilenos , tan especializado y aveces tan mal redactado.

    Tambin otros historiadores como Rolando Mellafe, lva-ro Jara, Mario Gngora y N sror Meza, en diferentes tra-bajos, han tomado en cuenta la situacin aborigen, especial -mente de los siglos XVI y XVII .

    Para nosotros, entonces , se trata de continuar una laborque vincula el pasado ms antiguo de Chile con el msreciente , representado por los acontecimientos del Descubri-miento, Conquista y Poblamiento, en los que los espaolestuvieron un importante papel. Ahora bien, lo propio de la

    "Fisonoma histrica de Chile ". pg. 12; "H ispanoamrica del dolor ".pg . 13.

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  • investigacin cientfica es que da a conocer cada vez ms, apartir de un marco terico tentativo , nuevos hechos y nuevosactores de nuestro pasado nacional, que permiten contrastarlas explicaciones histricas. Cuando los espaoles avanzaronpor primera vez por los extensos y rigurosos desiertos delnorte, o cruzaron los valles transversales hasta alcanzar el roAconcagua y el valle del Mapocho , observaron y conocieron alos pobladores de estas regiones . Chile no estaba deshabitado.Todo lo contrario: los valles de los ros Copiap, Aconcagua,Maipo y tantos otros estaban poblados por grupos ms omenos numerosos que tenan su cultura, sus costumbres, sustcnicas , su religin , su organizacin poltica. Los espaolesentraron en contacto con ellos ; muchas veces los violentaron ycombatieron ; otras los ganaron para su empresa; pero siem-pre, y esto es lo importante , debieron tomarlos en cuenta.Nunca pudieron prescindir de ellos. Su conquista del territo-rio, sus empresas econmicas, su fundacin de ciudades, eltrabajo en los campos , sus enseanzas religiosas, erc., todo sehizo con los aborgenes . Biolgicamente se inici una mezclaque a fines del siglo XVI era importante e iba a ser un rasgocaracterstico de la antropologa chilena. Las crnicas deMarmolejo , de Lobera, y especialmente la de Gernimo deBibar , adems de las cartas del capitn Pedro de Valdivia, sonbuenos ejemplos de cmo los conquistadores espaoles supie-ron apreciar lo que signific el aborigen chileno para suem presa poblacional .

    As pensamos que el pasado de Chile (el ms profundo, elms antiguo, el que corresponde a la realidad cultural prehis-pnica) no podr ser considerado slo un antecedente, sintrascendencia histrica y sin una vinculacin profunda con lostiempos hispnicos . Siguiendo la huella creada por la msreciente historiografa chilena, hay que profundizar estasrelaciones insistiendo en que el legado aborigen es mucho

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  • ms que un mensaje llegado del pasado. Es, desde nuestraperspectiva, el presente hecho con el pasado . Todos losmateriales que hicieron posible construir el proceso histricoa lo largo de los siglos XVI y XVII, pertenecen a las canterasprehispnicas , las que ntimamente relacionadas con los ele-mentos hispnicos construyeron una realidad nueva, unanueva gente, una nueva sociedad, una nueva cultura.

    Es entonces obligacin de los prehistoriadores y etnohisto-riadores del presente, mostrar en sus estudios y libros losprocesos del desarrollo cultural de los diferentes grupos socia-les del siglo XVI y de los anteriores, y cmo, a la llegada de losgrupos hispnicos, se cre una realidad sociocultural que,entendida a su vez como proceso histrico, conllev en suconstitucin los elementos aborgenes, tanto pasados comocontemporneos.

    2 . Puesto que son las investigaciones arqueolgicas las quepermiten agrandar el campo histrico de Chile es necesarioreferirse , aunque sea muy brevemente, a la importancia deestos estudios y, sobre todo, relacionar su desarrollo discipli-nario con el de los estudios histricos en Chile .

    Como lo hemos escrito", desde hace algunos aos lainformacin y sistematizacin de las sociedades y culturasprehispnicas, y de las sociedades aborgenes contemporneashan crecido considerablemente . El primer esfuerzo investiga-tivo debe ser situado en el siglo pasado, exactamente en1882, cuando Jos Toribio Medina , nuestro primer bibli-grafo , public su libro sobre "Los Aborgenes de Chile" .

    Hay que considerar por lo menos tres realidades culturalespara comprender cmo fue posible que se escribiese ese libro:

    2"lnvesrigaciones y reoras en la arqueologa de Chile". Ed. del Centrode Esrudios Humansricos , pub!. N 16 , U. de Chile . Santiago, 1982.

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  • a) el desarrollo en Europa de la prehistoria como disciplinacientfica, desde mediados del siglo pasado en adelante ; b) elinters por los estudios histricos que se alent en Chile desdela dcada de 1820 , con la venida de Claudia Gay. La nuevarep blica quera fijar claramente los inicios de su proceso deindependencia, pero tambin aspiraba a integrar a todos suspobladores , y una manera de hacerlo era mostrar que elpasado formaba parte de la vida presente , que mostrabaesfuerzos comunes en donde todos -aborgenes, mestizos,criollos y antig uos espaoles- haban hecho posible el pre-sente inde pend iente y republicano; y c) la presencia de losaborgenes o naturales en el extenso territorio nacional, espe-cialment e en las tierras situadas al sur del ro B o-Bio.

    J os Toribio Med ina, un estud ioso de primer nivel , com-prendi el valor de las sociedades y culturas aborgenes , de lasanrig uedades o restos arqueolgicos que se encontraban ennuestro territorio , y mostr a los chilenos cmo constituanellas las primeras formas sociales, culturales y econmicasque se conocieron en Chile. Su libro est lleno de citas de losautores europeos que trabajaban con los datos de la prehisto-ria , pero tambin menciona profusamente a los cronistas yviaj eros que descr iban las costumbres de los aborgenes,especialment e de los araucanos . El libro de Medina, ademsde ser un texto ricamente ilustrado y que expresa una investi-gacin nueva , nunca antes efectuada, represent una magn-fica sntesis de todo lo escrito en Chile. Su obra es tan especialy novedosa , que ini ci los estudios prehistricos y etnolgi-cos en Chile .

    Conternpor neamenre a l escriban otros estudiosos , en-tre los cuales debemos distinguir a Diego Barros Arana , elprimer g ran autor de una "H istoria General de Chile". Suprimer tomo , publicad o en 1884 , tiene dedicadas 114 pgi-nas a los "Ind ios de Chile". En estas pginas encontramos

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  • alg unas interpretaciones que se mantuvieron en vigencia porvarias dcadas y que slo se removieron gracias a los esfuerzosdel arquelogo Ricardo Latcharn y de otros estudiosos. Inclu-so nos atrevemos a afirmar que hasta unas pocas dcadas atrs,los libros de historia de Chile repetan ms o menos lasmismas conclusiones de Barros Arana . Adems hay que agre-gar que este gran historiador no consult el libro de Medina,publicado dos aos antes del primer tomo de su historia; slolo menciona en una nota a pie de pgina, lo que podraexplicar parcialmente cierto retraso en el conocimiento de lasinvestigaciones arqueolgicas , que se aprecia en su libro.Pero en qu consistan estas conclusiones de Barros Arana,tan repetidas? Las ms importantes de ellas eran: a) los indiosde Chile constituan una sola familia; todos ellos tenan losmismos caracteres fisionmicos, y b) la conquista incsicasignific un gran progreso en todos los aspectos de la culturade los habitantes nativos de Chile . Una dbil luz civilizadorahabra penetrado all donde llegaron los incas, modificando laantigua barbarie de los aborgenes chilenos.

    A pesar de que Ricardo Latcharn dedic en 1928, en su"Prehistoria de Chile", un captulo completo a rebatir lasconclusiones del hisroriador Barros Arana , stas continuaronprevaleciendo por muchos aos ms en la historiografa chile-na, como ya lo hemos recordado .

    Lo anteriormente escrito demuestra lo poco que influanen el campo de los historiadores chilenos los resultados de lasinvestigaciones arqueolgicas.

    Slo en la dcada de 196