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Especial crisis 13 MUNDO OBRERO JULIO-AGOSTO 2009 Mundo Obrero Especial Crisis Sabemos ya perfectamente que la crisis que vivimos no es solamente una crisis financiera, aunque se haya llevado por delante a una buena par- te del sistema bancario mundial, que ahora se encuentra prácticamente en quiebra. También, y aunque lo quieran negar quienes se aferran ciegamen- te al liberalismo más doctrinario, ha fallado un sistema de regulación per- misivo con los poderosos, concebido para que éstos puedan hacer y des- hacer libremente con sus capitales y basado, o simplemente justificado retóricamente, en la quimera de los mercados autorregulables capaces de asumir y resolver sin mayores dis- turbios cualquier dosis de riesgo por grande que sea en aras de aumentar el beneficio. Aunque no será fácil que los reguladores pongan límites a la ingeniería financiera desorbitada y cuasi fraudulenta, al apalancamien- to artificialmente desbocado y a la libertad absoluta de la que disfrutan los capitales y sus propietarios, tam- bién se tendrá que establecer antes o después una regulación más repre- siva en el mundo financiero. Ha fallado también la articula- ción sistémica del propio capitalismo que se ha mostrado incapaz de pro- porcionarse a sí mismo los resortes de seguridad que puedan impedir que los disturbios en un segmento de la vida económica, como ahora en lo financiero, afecten fatalmente al conjunto provocando, como está sucediendo, su parálisis casi comple- ta. Eso obligará a disponer en el futuro de una supervisión más rigu- rosa y de mecanismos de interven- ción anticipada que traten de evitar el peligro de inestabilidad que, en todo caso, nunca van a desaparecer en un sistema intrínsecamente desi- gual y que necesita generar constan- temente asimetrías para alimentar al capital que le sirve de base y funda- mento. Han fallado instituciones, como los propios gobiernos y los bancos centrales que, a pesar del poder acumulado, han sido incapa- ces, bien por complicidad, bien como efecto de las anteojeras ide- ológicas con que analizan la realidad, de anticipar lo que evidentemente iba a ocurrir y, por supuesto, de hacer frente a la crisis con eficacia cuando ésta se ha desatado. No será extraño, pues, que incluso tarde o temprano se ponga también sobre la mesa la necesidad de disponer de nuevas instancias de gobierno y toma de decisiones (por supuesto, no necesariamente más democráti- cas y transparentes) en el plano inter- nacional e incluso también nacional para evitar que los disturbios locali- zados, como viene ocurriendo, ter- minen por generar problemas globa- les. Y por supuesto han fallado, como incluso algunos dirigentes de la derecha y del poder económico establecido lo reconocen, los sistema de incentivos y muchos de los valo- res que se han fomentado para lograr emprendimiento y conseguir la necesaria legitimación del sistema. Lo que quiero señalar mencio- nando todo estos extremos es que la crisis está siendo muy, muy profunda y que, por tanto, los arreglos necesarios para que los funda- mentos del capitalis- mo permanezcan igual, que en definiti- va es lo que se va a buscar por los pode- res que dominan el mundo, las respues- tas a la crisis de éstos últimos tendrán que ser también muy pro- fundas, aunque se adopten taimada- mente, con disimulo y procurando, en definitiva, que parezca que todo lo ocurrido no ha sido más que un acci- dente. Yo intuyo que van a conse- guir darle la vuelta a la situación y regenerar el sistema financiero, aun- que no tengo certezas sobre el modo en que van a lograrlo, ni estoy segu- ro de que las medidas que finalmen- te se apliquen sean capaces de evi- tar en el futuro nuevos sobresaltos, ni de que todo ello vaya a resultar netamente positivo para el bienestar social e incluso para la estabilidad macroeconómica. Y tengo esas duda precisamente porque hay otro fracaso que es el que hace que los poderes que deter- minan las decisiones sociales disfru- ten de la gran capacidad de manio- bra que tienen: el de las izquierdas de todo el planeta que se han mos- trado incapaces de hacer ver a los ciudadanos lo que en realidad hay detrás de la crisis y de empoderarlos para hacer posible que se pusieran en marcha decisiones alternativas a las que se van a aplicar solo para sal- vaguardar los intereses de los más ricos y privilegiados. Se trata de un fracaso histórico que a su vez tiene que ver con diver- sas dimensiones pero que creo que se podrían resumir en una principal: las izquierdas no han sabido civilizar a la sociedad, como sí ha hecho el liberalismo, en torno a valores, incentivos materiales e inmateriales y principios éticos. Mientras que el neoliberalismo ha creado sociedad, aunque haya sido la no-sociedad del individualis- mo, las izquierdas siguen actuando arrastradas por el racionalismo deci- monónico que les lleva a pensar que su tarea no es la de socializar sino la de crear ellas mismas el marco social (como hace la socialdemocracia cuando gobierna, si lo consigue) o la de descubrir y presentar a las gentes el horizonte objetivo al que tarde o temprano y de modo inexorable se encaminarán los hechos sociales. Un planteamiento tan errado es el que lleva a que las izquierdas más pragmáticas como la socialdemocra- cia se limiten a tratar de conseguir mejores condi- ciones de vida desde los gobier- nos pero sin poner en marcha un proyecto civi- lizatorio alterna- tivo. Lo que generalmente tiene como con- secuencia que la propia práctica de gobierno socialdemócrata, aunque más favorable a los trabajadores que la liberal, termine por generar ciu- dadanos que finalmente abra- zan el liberalismo. Y, por otro lado, a que las izquierdas más radicales se dediquen simplemente a dibujar con renovada precisión el alcance de su radical proyecto político y a presen- tar ante los ciudadanos el camino que se suponen que deberán asumir como un imperativo categórico para mejorar su condición. Una y otra práctica, y ambas superpuestas frente a un neolibera- lismo mucho más coherente y con más inteligencia política, han desar- mado a los trabajadores y han propi- ciado el desafecto creciente que, nos guste o no reconocerlo, se da entre las clases más desfavorecidas y los partidos de la izquierda. Hay que hacer frente a este fra- caso y hay que acometer esa tarea con decisión, con un esfuerzo de convergencia muy sincero y frater- nal, con gran lucidez y, sobre todo, sin un ápice de sectarismo sino ante- poniendo a cualquier otra cosa los elementos transversales que permi- tan hacer mallas y construir redes. Es verdad que se necesitan medi- das radicales para lograr que la crisis (y no solo en este episodio concreto que vivimos sino la que constante- mente supone un capitalismo que deja morir cada día a casi 30.000 personas de hambre) se resuelva favorablemente para los empobreci- dos. Pero eso no puede llevar sim- plemente a radicalizar el discurso sino a mezclarse más íntimamente con la gente. Es verdad que para poner en marcha un proyecto políti- co alternativo será necesario dispo- ner de más poder pero eso no pue- de llevar a fortalecer las organizacio- nes y las burocracias sino a crear con- trapoderes basados en la moviliza- ción social destinada al sabotaje pacífico de las injusticias. Y es verdad que la lucha contra el capitalismo es en realidad un enfrentamiento pura- mente político pero eso tampoco puede significar que las izquierdas centren su diálogo con la sociedad en esa única dimensión sino que deben humanizarlo, hacerlo más cordial y vinculado también, o quizá sobre todo, al mundo de las emocio- nes y los afectos que mueve a las personas normales y corrientes. No hay que olvidar que si algo pone de relieve una crisis como la que vivimos y en general un sistema social como el capitalismo que con- dena a la muerte por hambre o falta de agua, a la ignorancia, a la enfer- medad y al desamparo a millones de personas cuando se dispone de recursos suficientes para evitarlo, es su incapacidad para practicar la fra- ternidad. Es decir, su radical fracaso para humanizar a los seres humanos. Por eso, quizá si la izquierda comen- zara a trabajar para poner en marcha prácticas políticas de este otro signo, fraternales, de emociones y afectos, de reunión, de deliberación y deba- te, en lugar de dedicarse simplemen- te a gestionar o simplemente a radi- calizar sobre el papel sus programas, las salida a la crisis que vivimos y a las que vendrán, serían diferentes. *Catedrático de Economía Apli- cada (Universidad de Sevilla) Juan Torres López* La crisis financiera, una confluencia fatal de fracasos

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Especial crisis � 13MUNDO OBREROJULIO-AGOSTO 2009

Mundo Obrero Especial CrisisSabemos ya perfectamente que

la crisis que vivimos no es solamenteuna crisis financiera, aunque se hayallevado por delante a una buena par-te del sistema bancario mundial, queahora se encuentra prácticamenteen quiebra.

También, y aunque lo quierannegar quienes se aferran ciegamen-te al liberalismo más doctrinario, hafallado un sistema de regulación per-misivo con los poderosos, concebidopara que éstos puedan hacer y des-hacer libremente con sus capitales ybasado, o simplemente justificadoretóricamente, en la quimera de losmercados autorregulables capacesde asumir y resolver sin mayores dis-turbios cualquier dosis de riesgo porgrande que sea en aras de aumentarel beneficio. Aunque no será fácilque los reguladores pongan límites ala ingeniería financiera desorbitada ycuasi fraudulenta, al apalancamien-to artificialmente desbocado y a lalibertad absoluta de la que disfrutanlos capitales y sus propietarios, tam-bién se tendrá que establecer anteso después una regulación más repre-siva en el mundo financiero.

Ha fallado también la articula-ción sistémica del propio capitalismoque se ha mostrado incapaz de pro-porcionarse a sí mismo los resortesde seguridad que puedan impedirque los disturbios en un segmentode la vida económica, como ahoraen lo financiero, afecten fatalmenteal conjunto provocando, como estásucediendo, su parálisis casi comple-ta. Eso obligará a disponer en elfuturo de una supervisión más rigu-rosa y de mecanismos de interven-ción anticipada que traten de evitarel peligro de inestabilidad que, entodo caso, nunca van a desapareceren un sistema intrínsecamente desi-gual y que necesita generar constan-temente asimetrías para alimentar alcapital que le sirve de base y funda-mento.

HHaann ffaallllaaddoo iinnssttiittuucciioonneess,,como los propios gobiernos y losbancos centrales que, a pesar delpoder acumulado, han sido incapa-ces, bien por complicidad, biencomo efecto de las anteojeras ide-ológicas con que analizan la realidad,de anticipar lo que evidentementeiba a ocurrir y, por supuesto, dehacer frente a la crisis con eficaciacuando ésta se ha desatado. No seráextraño, pues, que incluso tarde otemprano se ponga también sobre lamesa la necesidad de disponer denuevas instancias de gobierno ytoma de decisiones (por supuesto,no necesariamente más democráti-cas y transparentes) en el plano inter-nacional e incluso también nacionalpara evitar que los disturbios locali-zados, como viene ocurriendo, ter-minen por generar problemas globa-les.

Y por supuesto han fallado,como incluso algunos dirigentes dela derecha y del poder económicoestablecido lo reconocen, los sistemade incentivos y muchos de los valo-

res que se han fomentado paralograr emprendimiento y conseguirla necesaria legitimación del sistema.

Lo que quiero señalar mencio-nando todo estosextremos es que lacrisis está siendomuy, muy profunda yque, por tanto, losarreglos necesariospara que los funda-mentos del capitalis-mo permanezcanigual, que en definiti-va es lo que se va abuscar por los pode-res que dominan elmundo, las respues-tas a la crisis de éstosúltimos tendrán queser también muy pro-fundas, aunque seadopten taimada-mente, con disimuloy procurando, endefinitiva, que parezca que todo loocurrido no ha sido más que un acci-dente.

YYoo iinnttuuyyoo qquuee vvaann aa ccoonnssee--guir darle la vuelta a la situación yregenerar el sistema financiero, aun-que no tengo certezas sobre el modoen que van a lograrlo, ni estoy segu-ro de que las medidas que finalmen-te se apliquen sean capaces de evi-tar en el futuro nuevos sobresaltos,ni de que todo ello vaya a resultarnetamente positivo para el bienestarsocial e incluso para la estabilidadmacroeconómica.

Y tengo esas duda precisamenteporque hay otro fracaso que es elque hace que los poderes que deter-minan las decisiones sociales disfru-ten de la gran capacidad de manio-bra que tienen: el de las izquierdasde todo el planeta que se han mos-trado incapaces de hacer ver a losciudadanos lo que en realidad hay

detrás de la crisis y de empoderarlospara hacer posible que se pusieranen marcha decisiones alternativas alas que se van a aplicar solo para sal-

vaguardar los intereses de los másricos y privilegiados.

Se trata de un fracaso históricoque a su vez tiene que ver con diver-sas dimensiones pero que creo quese podrían resumir en una principal:las izquierdas no han sabido civilizara la sociedad, como sí ha hecho elliberalismo, en torno a valores,incentivos materiales e inmaterialesy principios éticos.

Mientras que el neoliberalismoha creado sociedad, aunque hayasido la no-sociedad del individualis-mo, las izquierdas siguen actuandoarrastradas por el racionalismo deci-monónico que les lleva a pensar quesu tarea no es la de socializar sino lade crear ellas mismas el marco social(como hace la socialdemocraciacuando gobierna, si lo consigue) o lade descubrir y presentar a las gentesel horizonte objetivo al que tarde otemprano y de modo inexorable seencaminarán los hechos sociales.

Un planteamiento tan errado esel que lleva a que las izquierdas máspragmáticas como la socialdemocra-cia se limiten a tratar de conseguir

mejores condi-ciones de vidadesde los gobier-nos pero sinponer en marchaun proyecto civi-lizatorio alterna-tivo. Lo quegenera lmentetiene como con-secuencia que lapropia prácticade gobiernosocialdemócrata,aunque másfavorable a lostrabajadores quela liberal, terminepor generar ciu-dadanos quefinalmente abra-

zan el liberalismo. Y, por otro lado, aque las izquierdas más radicales sedediquen simplemente a dibujar conrenovada precisión el alcance de suradical proyecto político y a presen-tar ante los ciudadanos el caminoque se suponen que deberán asumircomo un imperativo categórico paramejorar su condición.

UUnnaa yy oottrraa pprrááccttiiccaa,, yy aammbbaasssuperpuestas frente a un neolibera-lismo mucho más coherente y conmás inteligencia política, han desar-mado a los trabajadores y han propi-ciado el desafecto creciente que, nosguste o no reconocerlo, se da entrelas clases más desfavorecidas y lospartidos de la izquierda.

Hay que hacer frente a este fra-caso y hay que acometer esa tareacon decisión, con un esfuerzo deconvergencia muy sincero y frater-nal, con gran lucidez y, sobre todo,sin un ápice de sectarismo sino ante-

poniendo a cualquier otra cosa loselementos transversales que permi-tan hacer mallas y construir redes.

Es verdad que se necesitan medi-das radicales para lograr que la crisis(y no solo en este episodio concretoque vivimos sino la que constante-mente supone un capitalismo quedeja morir cada día a casi 30.000personas de hambre) se resuelvafavorablemente para los empobreci-dos. Pero eso no puede llevar sim-plemente a radicalizar el discursosino a mezclarse más íntimamentecon la gente. Es verdad que paraponer en marcha un proyecto políti-co alternativo será necesario dispo-ner de más poder pero eso no pue-de llevar a fortalecer las organizacio-nes y las burocracias sino a crear con-trapoderes basados en la moviliza-ción social destinada al sabotajepacífico de las injusticias. Y es verdadque la lucha contra el capitalismo esen realidad un enfrentamiento pura-mente político pero eso tampocopuede significar que las izquierdascentren su diálogo con la sociedaden esa única dimensión sino quedeben humanizarlo, hacerlo máscordial y vinculado también, o quizásobre todo, al mundo de las emocio-nes y los afectos que mueve a laspersonas normales y corrientes.

No hay que olvidar que si algopone de relieve una crisis como laque vivimos y en general un sistemasocial como el capitalismo que con-dena a la muerte por hambre o faltade agua, a la ignorancia, a la enfer-medad y al desamparo a millones depersonas cuando se dispone derecursos suficientes para evitarlo, essu incapacidad para practicar la fra-ternidad. Es decir, su radical fracasopara humanizar a los seres humanos.

Por eso, quizá si la izquierda comen-zara a trabajar para poner en marchaprácticas políticas de este otro signo,fraternales, de emociones y afectos,de reunión, de deliberación y deba-te, en lugar de dedicarse simplemen-te a gestionar o simplemente a radi-calizar sobre el papel sus programas,las salida a la crisis que vivimos y alas que vendrán, serían diferentes.

*Catedrático de Economía Apli-cada (Universidad de Sevilla)

Juan Torres López* La crisis financiera, unaconfluencia fatal de

fracasos

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MUNDO OBREROJULIO-AGOSTO 200914 � Especial crisis

““LLaa ccrriissiiss qquuee eessttaammooss vviivviieennddoo eess llaa mmáásssseerriiaa ddeell úúllttiimmoo ssiigglloo.. EEll ccaappiittaalliissmmoo bbaassuurraa ddeellaa eessppeeccuullaacciióónn ffiinnaanncciieerraa ggeenneerraalliizzaaddaa hhaahheecchhoo ssaallttaarr ppoorr llooss aaiirreess eell eemmpplleeoo yy llaa eessttaa--bbiilliiddaadd mmaaccrrooeeccoonnóómmiiccaa yyaa ddee ppoorr ssíí pprreeccaa--rriiooss eenn llooss úúllttiimmooss aaññooss ddee pprreeddoommiinniioo nneeoollii--bbeerraall..

LLooss ddiirriiggeenntteess ppoollííttiiccooss nnoo ttiieenneenn aalltteerrnnaa--ttiivvaass,, llooss bbaannqquueerrooss ((vveerrddaaddeerrooss yy ddiirreeccttoossccaauussaanntteess ddee llaa ccrriissiiss)) ttrraattaann ddee eevvaaddiirr ssuuss rreess--ppoonnssaabbiilliiddaaddeess mmiieennttrraass uuttiilliizzaann llaass mmiilllloonnaa--rriiaass aayyuuddaass qquuee rreecciibbee ddee llooss eessttaaddooss ppaarraassaanneeaarr eenn llaa mmeeddiiddaa qquuee ppuueeddeenn ssuuss bbaallaann--cceess”” ((11))

Vemos como el desempleo aumenta mesa mes, con cifras que hacía años no sepadecían. Los más de cuatro millones sinempleo, trasladados a personas de carne yhueso nos dicen que hay hombres y mujerespasándolo mal, con una quiebra de susexpectativas personales y colectivas, de fami-lias, más de un millón, donde todos susmiembros están sin trabajo, jóvenes que noven futuro, inmigrantes con ilusiones rotas,mayores que se ven en la calle por un expe-diente de regulación de empleo, muchasveces injustificado, para saciar las ansias debeneficio de empresarios sin escrúpulos, undrama humano al que es obligado hacerfrente.

Junto a lo anterior estamos asistiendo auna gran ofensiva de los de siempre: derechapolítica y económica, tertulianos varios, etc.para, aprovechando la situación, intentar contodos los medios a su alcance: mediáticos y

políticos, recortar derechos laborales, pensio-nes, salarios, mayor flexibilidad en la contra-tación y despido más barato sin tutela judi-cial, cuando el problema de nuestro mercadode trabajo es el contrario: exceso de flexibili-dad (28% de contratos temporales) y facili-dades para el despido, sin causa, por encimade la media de las legislaciones de los paísesde nuestro entorno.

Lo que tampoco se quiere reconocer esque, durante la importante etapa de creci-miento de los últimos años, no se ha queridoacortar sustancialmente el retraso en protec-ción social que padecía España con relación ala media Europea, así en el 2006 (último añocon datos comparables) era el país, despuésde Portugal, que tenía el gasto social porhabitante más bajo de la UE-15. En ese añoel PIB per cápita había alcanzado el 93% delpromedio y sin embargo el gasto públicosocial per cápita era sólo el 70% del prome-dio de la UE-15, cuestión que vamos a sufrirespecialmente en esta etapa de mayoresnecesidades a atender.

LLoo qquuee ssii hhaann hheecchhoo eess rreeccoorrttaarrimpuestos a los que más tenían, así el presi-dente de gobierno se vanagloriaba reciente-mente de haber bajado impuestos por valor

de 20.000 millones, dejando la presión fiscalen el 32,8%, la más baja desde 1995, frenteal 34% que la dejó el PP en 2004. Este “rega-lo” ha tenido como beneficiarios a los másricos: Impuesto de Sociedades, con cincopuntos menos y supresión del de patrimonio(que ha supuesto 4000 y 1800 millones deEuros menos de ingresos respectivamente).

AAnnttee eessttaa ooffeennssiivvaa ddeebbeemmooss eexxiiggiirr,entre otras estas medidas, para evitar el ries-go de que la cuarta parte de la población cai-ga en la pobreza, un aumento de la protec-ción social, en especial en la cobertura aldesempleo que cubra al casi millón de perso-nas que no la tienen, una fiscalidad que recu-pere su progresividad, desarrollo de una polí-tica de investigación avanzada, la puesta enpráctica, de una vez y sin más demora de laLey de Dependencia, un cambio de modeloproductivo donde el sector público y la bancapública, juegue un papel primordial,

En esta línea, CCOO y UGT hemos elabo-rado un documento de propuestas paranegociar con el Gobierno y la patronal quejunto con el manifiesto de más de 700 exper-tos presentado recientemente, demuestraque es necesaria y posible otra orientacióneconómica de salida a la crisis.

Los sindicatos de clase y las fuerzas de laizquierda debemos de llevar la iniciativa teó-rica y práctica para que la salida de la crisisayude a construir algo nuevo, fuera de lasrecetas inútiles que nos han llevado a estedesastre y que conlleve una sociedad mássolidaria, evitando que los damnificadossean, como se pretende, los más desfavoreci-dos: mujeres, jóvenes, inmigrantes y trabaja-dores en general.

La tarea que tenemos por delante laizquierda política y sindical no es fácil, pero sialgo está claro es que no podemos resignar-nos a que marquen el ritmo y los objetivos losde siempre y para sus intereses. Debemosanalizar con rigor la situación, señalar a losculpables, denunciando las agresiones que seestán sufriendo y lo que es más importante,ofrecer al conjunto de la sociedad y en espe-cial a los trabajadores y trabajadoras alterna-tivas claras y posibles que rearmen y ponganen juego toda la capacidad movilizadoranecesaria para una salida a la crisis solidariay justa.

En definitiva, esta crisis económica queestamos padeciendo debería ser aprovechadapara poner en su sitio a los neoliberales ydemostrar que sus teorías de más mercado ymenos estado solo llevan a un gran fraudepara la mayoría de la sociedad.

*Profesora de Enseñanza Secundaria Secretaria Confederal de I+d+i de CCOO

(1) TORRES, Juan y GARZÓN, Alberto. La cri-sis financiera. Guía para entenderla. ATTAC.2009

La crisis actual, es mucho más que una cri-sis financiera de dimensiones mundiales. Es elsíntoma de agotamiento de los procedimien-tos puestos en marcha por el capital nortea-mericano a finales de los setenta-principiosde los ochenta, para seguir captando recur-sos materiales y trabajo en forma de mer-cancías del resto del mundo, siempre a crédi-to. Y al mismo tiempo, y de modo más fun-damental, plantea una cuestión clave, decuya respuesta depende la perspectiva de sali-da de la crisis: ¿Cómo es que tras veinte añosinmersos en la “nueva revolución industrial”,la productividad en los países desarrolladosno crece, o crece muy poco? ¿Qué significael estancamiento económico de largo plazoen los países centrales en medio de una revo-lución científico-técnica?

La crisis actual marca a su vez el final deun ciclo de hegemonía y el paso a una terce-ra revolución tecnológica, con la aplicaciónmasiva de nuevos inventos y tecnologías parael desarrollo de las fuerzas productivas deltrabajo y relanzar el proceso de valorizacióndel capital. Estamos experimentando las con-secuencias de una contradicción básica entreel desarrollo de las fuerzas productivas y lasrelaciones de producción capitalistas, contra-dicción que se expresa en estos momentoscomo estancamiento e incapacidad del capi-tal para remontar su crisis sobre la base deuna relanzamiento de la productividad, esdecir de la capacidad de generar más plus-valía relativa.

CCiieerrttaammeennttee,, llaa tteennddeenncciiaa aa reducir laparticipación de los salarios en el valor añadi-do ha provocado dificultades añadidas a larelación del valor, y por eso la crisis se inter-preta como una crisis desobreproducción/subconsumo. Pero hay algomás, y ello está asociado no a la dinámicausual de funcionamiento del sistema, sino alos nuevos rasgos estructurales del proceso deproducción asociados a la denominada “ter-cera revolución industrial”.

Esta comienza a gestarse en los años cin-cuenta, y tiene dos componentes determi-nantes: la información como fuerza producti-va y la vida orgánica como materia prima fun-

damental (las biotecnologías y los desarrollosde nuevos materiales, muchos de ellos com-puestos de bacterias para modificar la con-ductividad de ciertos minerales). Estos dosrasgos determinan una creciente socializacióndel proceso de la producción y reproducciónmaterial que articulada desde la propiedadprivada como norma de regulación social, ycon el precariado como norma de gestión dela fuerza de trabajo, o de una parte de ella,genera sin embargo ineficiencia social yeconómica.

CCaassii ttooddaa eessttaa tteeccnnoollooggííaa ssee desarrolladespués de la II Guerra Mundial. Es sobreto-do a partir de la tecnología militar del Pentá-gono que la tecnología eléctrica es sustituidapor la electrónica, en un proceso de cambiotecnológico en el cual la hegemonía es clara-

mente de Estados Unidos, a pesar de su inca-pacidad de traducirlo en un desarrollo gene-ral de la productividad del trabajo. Uno de losdatos más reveladores al respecto es el costedel tratamiento de la información, que se hareducido de 1 dólar el tratamiento de unmillón de operaciones en 1965, a0,00000001 céntimos de dólar en la actuali-dad (citado en LÉxpansion, avril 2009).

Actualmente la más reciente tecnologíade los lenguajes declarativos o simbólicos,persigue desarrollar máquinas que piensenpor si mismas, ya que la principal limitaciónhasta ahora es que la máquina solo piensa apartir de la información que los programado-res le han introducido. Para superar estasituación, se están diseñando procesos deelección en los programas que se suministrana las máquinas. Esta nueva tecnología se ha

aplicado a los procesos de trabajo desde hacetiempo. En un primer momento, la revolucióntecnológica de la cadena de montaje se com-pletó con la automatización de muchas fasesdel proceso productivo, que culminan con eldespliegue de las máquinas de control numé-rico en los años cincuenta y sesenta y un nue-vo impulso a la productividad. Posteriormen-te, los procesos de automatización parcial delos procesos de producción contribuyó areducir las aglomeraciones obreras y la tecno-logía CAD-CAM a centrifugar la localizacionde los procesos de trabajo y al desarrollo dela fábrica mundial (descentralización produc-tiva, ejército industrial de reserva mundial).

La cuestión de la crisis por tanto se sitúano al nivel del desarrollo de las fuerzas pro-ductivas, sino de las relaciones sociales deproducción capaces de traducir la ciencia y latécnica en un sistema de producción eficien-te y compatible con la limitación de muchosrecursos naturales.

UUnn ccaammbbiioo ddee eessttrruuccttuurraass significa portanto, en estos momentos, bastante más quepasar de producir naranjas y bares a producirsoftware y productos farmacéuticos. Significadar pasos significativos para suprimir el corséde la apropiación privada del conocimiento,que se traduce por ejemplo en un sistema depatentes y de legislación sobre derechos deautor incompatibles con la transversalidad yapertura de los flujos de información.

Para traducir en desarrollo de las fuerzasproductivas del trabajo las “nuevas tecno-logías” se requiere un conjunto de relacio-nes sociales basadas en la participación y elaprovechamiento colectivo del saber, incom-patible con la determinación a priori de laparticipación de cada individuo en el pro-ducto del trabajo social a partir por ejemplode su diploma/certificado de conocimientospreviamente adquiridos. Se trata por tantode la socialización de la vida política y cultu-ral como condición previa para dar un nue-vo salto en el desarrollo histórico a partir deluso del saber social y del conocimiento de lanaturaleza como fuerza productiva.

*Profesor de Economía de la EHU/UPV

La crisis en su contextoJoaquin Arriola *

Igualdad, protección social ydefensa de los trabajadores

Salce Elvira *

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MUNDO OBREROJULIO-AGOSTO 2009 Especial crisis � 15

Uno de los aspectos de la crisis global enque esta inmerso el sistema capitalista en lospaíses desarrollados es el colapso de sus sis-temas fiscales.

El neoliberalismo plantea que el Estadodebe renunciar a tener un papel relevante enla vida económica, tanto en la provisión deservicios como en el proceso de creación detejido productivo. Ello se argumentaba, sos-teniendo que los capitalistas eran quienesque mejor sabían invertir, para obtener unamáxima eficiencia, productividad, debido aque estaban motivados en obtener un altorendimiento del capital si este era suyo. Deello deducían que permitir la codicia privadaen la búsqueda de más beneficios, era la for-ma más adecuada para que la sociedad alcan-zase el crecimiento económico. Al Estado sele imputaban su tendencia a la corrupción, ala ineficiencia burocrática,sus gastos suntua-rios, etc. Por lo que había que reducir supapel.

Dejando de lado el hecho de que creci-miento del capital no es bienestar ni desarro-llo, que las burocracias y corruptelas no sonpatrimonio exclusivo del sector público, laactual crisis muestra que los capitalistas nosabían emplear esa supuesta capacidad deinvertir.y que su único interés era tener másbeneficios.

Efectivamente, durante un tiempo hanmejorado sus beneficios de la forma másfácil, no mejorando sus empresas sino simple-mente apropiándose de parte de lo que antesdejaban en forma de impuestos. Con ellohan acumulado un enorme excedente finan-ciero: han pasado a disponer en sus manosde mucho más dinero. ¿Y que han hecho?¿Han creado más tejido productivo? No, loque han hecho es crear una inmensa burbujafinanciera de carácter especulativo: en losfondos de pensiones, en las empresas puntocom, en las hipotecas basura, en la especula-ción del suelo inmobiliario, en la especulaciónde los recursos naturales e incluso de la tierracultivable o el agua. La producción no haaumentado al mismo ritmo que el beneficio.

Cuando el dinero crece más rápido quelos productos, especialmente en mercados sincontrol, se produce un aumento de precios enuna espiral alcista que primero da apetitososrendimientos especulativos, pero que ha aca-bado por asfixiar al propio sistema, porque hadesplazado la inversión industrial. ¿Quién vaa invertir en una fabrica que da un 10% alaño, con conflictos laborales, de innovación,de gestión... cuando es posible sacar un 20 oun 30% especulando en el sector financiero?

La reducciónde impuestos hasupuesto tambiénotros aspectosnegativos. Unoevidente es quecomo el Estadoingresa menos, sehan degradado losservicios sociales,las prestacionespúblicas o la inver-sión productiva.Ello implica que los países con el tiempo sehan hecho menos eficientes porque su edu-cación es peor, porque su servicio sanitario damenos nivel de bienestar, porque se abando-na la inversión en las grandes infraestructurasahora en manos privadas (energía, transpor-te, etc.) y ello supone al final encarecer y obs-truir los procesos productivos que son los quegeneran empleo, bienes y servicios.

Pero hay otro impacto negativo al que nose le presta suficiente atención. Como el Esta-

do debe seguir prestando servicios (adminis-tración, ejército, etc.) ahora los impuestossalen de otra parte. Se ha pasado a un mode-lo fiscal en que son básicamente los trabaja-dores los que financian los servicios del Esta-do. Los impuestos han dejado de ser un ins-trumento de redistribución de la riquezaentre los más ricos y los pobres. Ahora lospobres pagan a escote los servicios del Esta-do.

Los datos empíricos que muestran unaevolución escandalosa, en que de hecho hoy

son los trabajado-res quienes sopor-tan el pago funda-mental de los pre-supuestos del Esta-do, con lo que alfinal pagan lassubvenciones a lasempresas y losbancos, mientrasque estas en lapráctica han deja-do de pagar

impuestos. Es el trabajo quien paga y autofi-nancia la sanidad, la educación o las jubila-ciones. Pero además, cuando llega la crisisson quienes al final subvencionan a los ban-cos, las industrias del automóvil o la cons-trucción.

Hay que reconocer que los neoliberales ylas patronales en España tienen razón cuan-do dicen que el hecho que el IRPF sea tan gra-voso para los trabajadores, es un elementoque no permite recuperar el empleo, ya que

cada puesto de trabajo sale muy caro. Efecti-vamente con el actual sistema impositivo, quebascula sobre los trabajadores, al soportar lafuerza de trabajo el peso central de losimpuestos, se desincentiva la creación deempleo. ¿Pero que proponen como solución?La Patronal y toda la derecha económica pro-ponen bajar los impuestos sobre el trabajo(para poder bajar los sueldos, no para que lostrabajadores cobren más) y aumentarlossobre el consumo por medio de subir el IVA.

Esta realidad, no obstante, oculta dos pro-blemas: Primero quelos impuestos sobre elconsumo son los másinjustos. Los impues-tos indirectos gravancon la misma intensi-dad al que tienemucho y al que tienepoco. Un 30% de IVAsobre el pan, el taba-co o el cine lo pagaigual el pobre que elrico. Una persona ricaque tenga un ingreso 100 veces mayor queuna persona pobre, no consume 100 vecesmás pan, ni tabaco o cine que el pobre.

En realidad el impuesto indirecto (sobre elconsumo) beneficia a los ricos y perjudicarelativamente a los pobres. Y en segundolugar, los impuesto indirectos deprimen laeconomía, porque se consume menos, haymenos demanda de bienes, las fábricas pro-ducen menos y por tanto se genera menosempleo. En un ciclo depresivo, más impues-

tos sobre el consumo, llevan a deprimir aúnmás la economía.

Viendo lo ocurrido en nuestra economíaes fácil deducir la solución. Como se ha expli-cado, al abrigo del discurso neoliberal se leshan bajado los impuestos a los grandes capi-talistas y sus empresas. Los impuestos handejado de ser un mecanismo para redistribuirde ricos a pobres, ahora con ellos los pobresfinancian los servicios del Estado. Muchasveces en beneficio de los ricos, que recibensubvenciones, aprovechan la investigaciónpública, las infraestructuras de transporte o eluso de unos trabajadores bien formados.

Los ricos con lo que se han ahorrado enimpuestos se han dedicado a especular enlugar de invertir y han llevado con su modeloespeculativo-inmobiliario al colapso del país.Luego la solución es volver aumentar losimpuestos sobre el beneficio y el patrimonioy que el Estado planifique el transito a unnuevo modelo productivo que se base en sec-tores que no sean el turismo y el tocho.

Efectivamente hay vida más allá delmodelo actual: sector agroalimentario, nue-vas tecnologías, energías renovables, serviciosde proximidad, bioingeniería, etc. Todo ellosobre bases cooperativas y creadoras deempleo, de crecimiento endógeno y no haciala deslocalización y la precarización de los tra-bajadores del país.

El Estado debe modificarse, hay que pres-tar atención a las críticas a la ineficiencia ycorrupción del Estado y buscar formas deponerles coto. Pero en la medida que el Esta-do es representativo de sus ciudadanos, en lamedida que estos a través de el pueden con-trolar participativamente la política económi-ca, en la medida en que la cosa publica enlugar de quedar en manos de los lobbiesfinancieros y mediáticos, sea gestionada enbeneficio de todos, a través de procesospúblicos, transparentes, basados en datos nomanipulados, en debates públicos, en controlefectivo (por ejemplo también con una Justi-cia que funcione a tiempo e igual para todos);la superioridad de la planificación y la gestiónparticipativa es evidente.

Se trata, pués, de que sea la propia genteque decida las políticas económicas que quie-re, no que dejemos la economía en manos decodiciosos (comportamiento propio del capi-talista) que siguen balbuceando que con sucomportamiento de latrocinio social, pormedio de una supuesta mágica una manoinvisible en realidad actúan en beneficio detodos: hay que denunciar esa patraña dignade cualquier mito religioso de la peor calaña

y recuperar eldiscurso propiode las tradicio-nes emancipa-torias.

Desde laizquierda debeexigirse convalor y sin tapu-jos sustituir labrújula orienta-dora de la eco-nomía. Esta

brújula ya no puede seguir siendo la búsque-da del beneficio privado, sino que lo que debeorientar la política económica es la búsquedadirecta del empleo, bienestar y sostenibilidadde todos. Para ello es necesario una profun-da reforma fiscal y una profunda reforma delEstado, para que la democracia llegue tam-bién a la economía.

*Militante del PSUC, Economista de laUniversidad de Barcelona

Ramón Franquesa *

Crisis, fiscalidad o el cuento de la lechera

Durante un tiempo, losempresarios, han mejorado sus

beneficios de la forma más fácil, nomejorando sus empresas sino

simplemente apropiándose de partede lo que antes dejaban en forma de

impuestos.

Un 30% de IVA sobre el pan, eltabaco o el cine lo paga igual el

pobre que el rico. Una persona ricaque tenga un ingreso 100 veces

mayor que una persona pobre, noconsume 100 veces más pan, ni

tabaco o cine que el pobre.

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MUNDO OBREROJULIO-AGOSTO 200916 � Especial crisis

La crisis financiera internacionalgolpeó en 2007 a nuestro país trasun periodo de crecimiento económi-co asentado en patrones muy débi-les y que mostraban serios signos deagotamiento. El capitalismo españolantes de la crisis se caracterizó por elenriquecimiento rápido, la especula-ción, el endeudamiento y empeora-miento de las condiciones laborales.

La construcción, el turismo, elendeudamiento familiar y el déficitcomercial junto a la creación deempleo de muy baja calidad, confor-maron los años dorados para las ren-tas del capital. Sin embargo, estemodelo intensificó las desigualdadessociales en España, con un repartodesigual e injusto de la riqueza.

LLaa ccaalliiddaadd ddeell eemmpplleeoo ffuueedeteriorándose con porcentajes detemporalidad casi tres veces superio-res a los países de nuestro entornoque no fueron capaces de reducir lasdiversas reformas labores que decíantener ese objetivo. Tampoco seredujo la siniestralidad, ni se mejora-ron las rentas del trabajo. Y todoesto estaba pasando en los momen-tos dulces de la economía.

Nadie en la actualidad pone enduda ya que la crisis económica tie-

ne sus orígenes en el mundo de lasfinanzas, tras un enorme desarrollode este sector desregulado, especu-lativo y ávido de ganancias fáciles yrápidas. Sin embargo y a pesar deesta certeza, muchos siguen miran-do hacia la reforma del mercado detrabajo para salir de la crisis, en undiscurso interesado y aprovechandoestas dramáticas circunstancias paraseguir acumulando excedentes.

Lo cierto es que aquellas recetasde moderación salarial, abarata-miento del despido y desregulaciónlaboral ya fueron aplicadas en elanterior proceso de crecimientoeconómico de nuestro país y no ter-minaron ni con los problemas estruc-turales del capitalismo español, nicon las diferencias de clase que, lejosde atenuarse, se han agrandado.

A pesar de nuestro repetido eslo-gan “movilízate, que no te haganpagar la crisis”, lo cierto es que lafactura ya la están pagando los milesy miles de trabajadores y trabajado-ras que han visto perder sus puestosde trabajos y han visto agotadas lasprestaciones económicas. Los datosson escalofriantes: cuatro millonesde parados, con posibilidades realesde alcanzar muchos más en los pró-ximos meses. Detrás de las fríascifras se esconden personas de car-ne y hueso, familias enteras que hanvisto reducir drásticamente su nivel

de ingresos y, aun lo peor, el futurose les presenta con muy pocasexpectativas.

Desde la izquierda sindical y polí-tica veníamos haciendo diagnósticoscorrectos del modelo de crecimien-to, del modelo productivo, de lasituación del mercado laboral, asícomo de la instalación de aquellosvalores más conservadores en nues-tra sociedad. Sin embargo, cuanlejos hemos estado de querer, podero saber intervenir en esa realidadmucho tiempo antes para cambiar-la.

LLaa ccrriissiiss ggoollppeeaa ccoonn ffuueerrzzaa yypone en cuestión el papel centraldel mercado como regulador de laeconómica, aparece en el debatepúblico aquella palabra tan demo-nizada de la “nacionalización” o seabre el debate desde la derecha yel poder, en torno a la necesidad derefundar, modificar o cambiar el sis-tema capitalista, para no cambiarnada. Sin embargo, ¿estamospreparados desde la izquierda paraintervenir activamente en esta rea-lidad y forzar que la salida a la cri-sis beneficie a las trabajadoras y alos trabajadores?

No tenemos alternativa porquela situación nos demanda respues-tas rápidas, hay que pasar a laofensiva, superando aquellas res-

puestas tímidas, puntuales y muypoco coordinadas. Tenemos pro-puestas desde la izquierda a corto,medio y largo plazo que suponenun cambio de orientación económi-ca, social y política radical.

Desde el PCE reivindicamos,entre otras cosas, el aumento delempleo público y productivo, elaumento de la protección aldesempleo, el control público de labanca, la mejora de los salarios, elaumento de ingresos fiscales através de la subida de impuestos alas rentas más altas y el aumentodel gasto social hasta acercarnos ala media de los países de nuestroentorno.

Que nadie se engañe, este pro-grama no lo haremos realidad si no

somos capaces de arrebatárselo alas clases privilegiadas de nuestropaís. Los mismos que nos dicenque eso de la lucha de clases es unaantigualla, saben muy bien a cuálpertenecen ellos y se sienten fuer-tes respaldados por el estado, lasleyes, los medios de comunicación,el sistema judicial.

Nosotros, los trabajadores y lastrabajadoras, también sabemoscuáles son nuestras herramientas:el debate de ideas, la organizacióny la movilización social. No tene-mos más alternativa, o bien organi-zamos nosotros mismos nuestrofuturo o bien nos lo organizaránotros en contra de nuestros interés.

*Secretaría del Mundo del Trabajo

Isabel Salud*

La crisis desde el mundolaboral

Lo primero que hay que hacer para nosalir de esta crisis es seguir las recetas delenemigo. La crisis coyuntural -la oficial- seestrenó mediáticamente hace dos años. Lacrisis estructural -también llamada capitalis-mo- lleva bastante más tiempo en cartel,pero los medios la ocultan y ahí seguirá sal-vo que hagamos algo.

Lo primero, no aceptar el análisis quehacen los capitalistas -y sus diferentes fami-lias- sobre la crisis y cómo superarla. Si es elpropio capitalismo quien construye su opo-sición, poco podremos hacer: el cierre sisté-mico será perfecto y sólo nos quedará ele-gir como queremos ser devorados -eso sí,democráticamente-.

La crisis es fruto del triunfo actual delcapitalismo sobre los trabajadores. Del capi-talismo neoliberal llevado a su máximaexpresión en los últimos treinta años eimpuesto a nivel mundial mediante el guan-te suave de la globalización (y sus institucio-nes) y la bota dura del imperialismo (EEUU,OTAN).

NNooss iimmppuussiieerroonn eenn ttooddooss llooss aassppeecc--tos de la vida y la sociedad el capitalismo,el lucro privado, el egoísmo, el individualis-mo, la competitividad y el santo mercado.Lograron neutralizar la resistencia de la cla-se trabajadora del primer mundo, reconver-tida en gran medida en clase media deseo-sa de participar del consumismo de masas(todo sea por el crecimiento y el empleo) acosta del medio ambiente y de la exclusiónde la mayoría de la población del planeta.

Y ahora nos dicen que la crisis no es fru-to del sistema sino de la avaricia de unospocos lobos capitalistas descontrolados, yque con regulación y cambiando ladrillospor ordenadores volveremos al paraíso.

Nos dicen que para desterrar la pernicio-sa economía financiarizada y de casino

debemos invertir mucho en economía pro-ductiva (la buena) como si la lógica capita-lista de ambas no fuera la misma: ganar másdinero del invertido al coste que sea.

Nos dicen que debemos aumentar lademanda y consumir más para salvar la eco-nomía, aunque en esta huida hacia adelan-te aniquilemos el planeta y a millones dehambrientos y excluidos.

Pues no. La crisis surge del apogeo delcapitalismo llevado hasta sus últimas conse-cuencias. Y la receta que nos prescribe eldoctor sistema a través de sus portavoces esmás y mejor capitalismo, en su dosis justa ysostenible (nos dicen ahora).

Es posible que los capitalistas y susempresas salgan así de su crisis, a costa una

vez más de los trabajadores, pidiéndonos unnuevo sacrificio para sostener un modeloque implica renunciar cada vez a más dere-chos para sostener las tasas de gananciaempresariales. Es lo que tiene “el progresoy el desarrollo”.

Si nuestras propuestas como trabajado-res pasan por perfeccionar el capitalismo,nos hemos equivocado de bando: enfrente,el otro bando ya se dedica a ello. La supe-ración real de la crisis pasa por cuestionar-nos algo muy sencillo: ¿cuál debe ser elobjetivo, la guía y los destinatarios de laproducción?

A) ¿El ánimo de lucro, la competitividady el mercado?

B) ¿O debe priorizarse la satisfacción de

las necesidades vitales del conjunto de lapoblación a nivel mundial, enmarcado enuna sostenibilidad imposible bajo el capita-lismo?.

La cuestión no son tanto las medidas aadoptar como el marco de actuación ytransformación social desde el que plante-arlas. Una misma propuesta, radical en apa-riencia -como la nacionalización de la ban-ca- no tiene los mismos objetivos e implica-ciones planteada desde un enfoque keyne-siano perfeccionador del capitalismo quedesde un enfoque comunista superador delmismo.

SSii ssiittuuaammooss ccoommoo gguuííaa eessttrraattééggiiccaa ddeela reivindicación y la acción el control socialde la producción (orientada a la satisfacciónde las necesidades de la población) y lasuperación de la disociación entre trabaja-dores, medios de producción y los frutos deltrabajo, podremos avanzar hacia la supera-ción de la crisis por las clases populares.

Desde este marco, las propuestas yactuaciones podrán coincidir en su enuncia-ción genérica -no en sus objetivos- conalgunas planteadas desde el discurso pro-gresista oficial. Los ejes principales abordanaspectos clave: la forma de relacionarnoscon la naturaleza y el uso de los recursoslimitados (energía, agua, territorio), la satis-facción de necesidades sociales básicas (ali-mentación, vivienda, sanidad, educación ycultura, transporte), el papel y participaciónde la iniciativa pública y colectiva, y lasubordinación del sector financiero a la eco-nomía real, supeditada a su vez a la satis-facción de las necesidades vitales del con-junto de la población, condicionadas nece-sariamente por la sostenibilidad del plane-ta.

*Economista

¿Qué hacer para no salir de lacrisis?Luis Zarapuz*

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MUNDO OBREROJULIO-AGOSTO 2009 Especial crisis � 17

DDeessddee eell cchhoozzoo

Les ha faltado tiempo a los corifeos del siste-ma para pedir una nueva reforma laboralcomo panacea milagrosa para hacer frente a

la crisis. El sector fundamentalista de la CEOE pideabiertamente el despido libre. Un grupo de cien -o más - lumbreras de la ciencia económica enca-bezados por Guillermo de la Dehesa, quien nohace tanto presentaba como un "éxito" de la eco-nomía española la "reducción estructural del défi-cit por cuenta corriente" en el país desarrolladocon mayor déficit exterior del mundo (¡!), planteael "contrato único" como versión descafeinada delo mismo. Y por supuesto el inevitable Mafo apo-yado ahora por el capo de todos los capos, Trichet.

Lo que nadie parece recordar es que llevamostreinta años de reformas laborales, todas con laexcusa de hacer crecer el empleo reduciendo lafamosa "rigidez", sin que hayamos dejado de serel país con más paro de Europa ni por un ratito.Ocurre como con la Ley del Suelo, que cada vezque se reforma para abaratar las viviendas se desa-ta una burbuja especulativa.

Treinta años bastarían para cualquiera para lle-gar a la conclusión de que por ahí no va la cosa.Veamos: en 1971, Ernest Mandel decía que "el

crecimiento dela economíac a p i t a l i s t ae s p a ñ o l aadquiere asíuna formae s p a s m ó d i c aparticular. Cadafase de fiebreexpans ion i s tainterna (…)provoca infla-ción y unaumento deldéficit de la

balanza comercial. Cada dificultad coyuntural dela economía imperialista internacional reduceinmediatamente los recursos exteriores que debenreabsorber este equilibrio." Casi 20 años después,Moral Santín vuelve sobre el tema: "el capitalextranjero ha continuado desempeñando en elperiodo de la transición, un papel crucial en el pro-ceso de internacionalización, y en la reproducciónde la economía española, tanto desde el punto devista de la aportación financiera y tecnológica,como en el referido al equilibrio del sector exte-rior." En estos momentos, como recuerdan lastesis aún en borrador para el XVIII Congreso delPCE, volvemos a encontrarnos en una situacióncomo la que describía Mandel. En ese tiempohemos tenido nada menos que ¡once! reformaslaborales (www.rebelion.org/noticia.php?id=53843).

¿Para cuándo la reforma empresarial? Si trasonce recortes, precarizaciones y pérdidas de dere-chos de los trabajadores y trabajadoras, los empre-sarios españoles no han sido capaces de aumen-tar la célebre competitividad, elevar el nivel tec-nológico, mejorar la autofinanciación de lasempresas será porque no saben o porque no lesinteresa. A lo mejor es a ellos a los que hay quereformar. O puestos a ello, echarlos.

Pero seamos moderados. Conformémonos demomento con refundar un sector público potente,apoyado en la economía social y en iniciativas dedesarrollo territorial que creen empleo, atiendannecesidades sociales reales, protejan el medioambiente y eleven el nivel tecnológico y cultural.A los empresarios privados mantengámoslos con-trolados y alejados de los bienes y servicios públi-cos y comunes. Como primer paso para flexibili-zarlos. Definitivamente.

JAVIER NAVASCUÉS

¿Para cuándo lareforma

empresarial?

Llevamos treinta añosde reformas laborales,todas con la excusa dehacer crecer el empleoreduciendo la famosa"rigidez", sin quehayamos dejado de serel país con más paro deEuropa

La necesidad de cambiar elmodelo económico es en laactualidad la cuestión que másconsenso genera en cuanto ala crisis económica se refiere.Otra cosa bien distinta es elcómo caracterizamos el mode-lo actual y el qué hacer parasuperarlo, elementos que síson los ejes del debate, odeberían que serlo.

Según nos advierten losque más explicacionestendrían que darnos, al pare-cer ya ha pasado el momentode buscar las causas (y respon-sables) de la crisis y ha llegadoel momento de “solucionar-la”. Sin embargo no identificarlos rasgos fundamentales delmodelo económico que no tansólo nos ha llevado a la actualsituación de crisis, sino quetambién en momentos de apa-rente bonanza condenaba a lagran mayoría a bajas rentassalariales y en el mejor de loscasos a un ficticio estado deriqueza, hará inútil cualquiermedida que realmente preten-da dar contenido al cambio demodelo económico que sereclama. Como es obvio eldiagnóstico es primordial siqueremos acertar en el reme-dio.

PPaarraa llooss qquuee pprrooppuugg--nan, como hace el equipo deGobierno del PSOE, la necesi-dad de pasar “del ladrillo a lossectores emergentes”, hastaconvertir este transito no sóloen condición necesaria sino enla práctica también suficientepara resolver todos nuestrosmales, bastaría con que lospoderes públicos implementa-sen ayudas a la innovación,cambios en la formación, nue-vas subvenciones… Conside-ran así la burbuja inmobiliariaun fenómeno creado casi por

generación espontánea y queen lo sustancial es la causa, yno la consecuencia de unmodelo previo.

Sin embargo, y en todocaso, para que el ladrillo nosiga siendo el motor de creci-miento en el presente y futurode varias generaciones ya nohace falta actuar, una vez esta-llada la burbuja el ladrillo novolverá a serlo. Otra cosa eramientras continuaba la escala-da, cuando casi todo el mun-do miraba hacia otro lado,hacia el beneficio fácil, y lospoderes públicos tanto delPSOE como del PP alentaban laborrachera. Nada se hizoentonces, y nadie se da hoypor aludido.

La necesidad de un cambioen el paradigma de crecimien-to era una necesidad anterioral ladrillo como punta de lan-za de crecimiento, más honday que afectaba a los pilares delmodelo sociolaboral desarro-llado en las últimas décadas..Nuestro modelo económico,que en esencia es el mismodesde hace décadas, se carac-teriza por la minimización delo público, la desregulación demercados, la depredaciónambiental y la búsqueda denegocio rápido utilizandocomo elemento competitivolos bajos costes salariales.Algunos de los efectos másperversos del actual patrón decrecimiento y de las políticaspublicas que lo alimentan, sonel bajo gasto social y la menor

presión fiscal, si lo compara-mos con la media de la UE-15,la caída a pesar del crecimien-to del empleo de la participa-ción de los salarios en la rentanacional, el bajísimo gastoempresarial en I+D, y la ausen-cia de política industrial másallá de las privatizaciones.

EEll aaccttuuaall mmooddeelloo ddeess--cansa sobre reglas y pautasdotadas de una gran inerciahistórica. Es ahí donde hemosde buscar a los responsables,en amplios escenarios tempo-rales. Como ejemplo valgaadvertir como en los últimosveinticinco años tanto en elámbito fiscal como laboral, lasreformas que se han idoimplementando por el PP ytambién por el PSOE hansupuesto en las cuestiones defondo, un retroceso tanto enderechos laborales como ensuficiencia y progresividad fis-cal, lo que ha reducido la efi-ciencia económica, determi-nando las directrices delmodelo económico que ahorase critica.

Reducir el coste teórico deltrabajo, por ejemplo, intensi-fica aún más su uso en detri-mento de la inversión produc-tiva. Este uso intensivo del tra-bajo no capitalizado es preci-samente una de las causas deque nuestro modelo económi-co se haya cimentado sobrenegocios empresariales pocoproductivos, de menor valorañadido, menos innovado-

res…, siendo más barato parael empresario producir sininvertir, y utilizar los bajos cos-tes salariales como elementocompetitivo. Aunque hayotros elementos a considerar,un vistazo a los salariosmedios y al gasto en I+D,muestra como en aquellospaíses donde mayores son lossalarios más elevado es el gas-to en I+D realizado por lasempresas.

Así, porque la orientaciónde las políticas públicas marcala senda del desarrollo comoya ha ocurrido en el pasado,aunque nadie se de por aludi-do, es fundamental imple-mentar un cambio de rumboen asuntos como la fiscalidad,para dotarla de mayor sufi-ciencia en atender necesida-des de mejor y mayor protec-ción social y servicios públicos,así como intensificar su pro-gresividad en cuestiones comoel tratamiento de las rentas decapital. El mercado laboral, enasuntos como la necesidad dereintroducir la causalidad yacabar con el encadenamien-to fraudulento de contratos,así como reforzar la negocia-ción colectiva y reconocer elderecho de readmisión para eldespido improcedente. Y elsector público, volviendo aparticipar en sectores indus-triales, energéticos y financie-ros que, siendo estratégicos,actúen como pivote democrá-tico del futuro que queramosdarnos.

Sin duda se trata de unatarea compleja y difícil, por laresistencia de los interesesestablecidos y la inercia delpasado, pero por otros cami-nos llegaremos dando unpequeño rodeo, en el mejorde los casos, a allá de dondeveníamos.

*Economista

David Llácer* Un modelopara el cambio

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18 � Especial crisis MUNDO OBREROJULIO-AGOSTO 2009

La crisis en España es más grave que en elresto de los países desarrollados, especial-mente en destrucción de empleo y de tejidoproductivo. La razón es que aquí la crisis inter-nacional incide sobre un modelo productivoprofundamente viciado. Todo el mundo coin-cide en que ese modelo de desarrollo se habasado en el ladrillo (espoleado por la espe-culación) y en servicios de muy poco valorañadido y escasa productividad. Habrá queañadir -esto se comenta menos- que la espe-culación requirió la complicidad y la ayuda delos sucesivos gobiernos del PP y del PSOE,tanto en el ámbito central como en losautonómicos, y de la banca. Pero esta des-cripción, que no deja de ser cierta, escondeotros rasgos fundamentales.

AAssíí,, eell mmooddeelloo pprroodduuccttiivvoo eessppaaññooll sseeha caracterizado esencialmente porque estarbasado en bajos salarios y escasa protecciónsocial. En los últimos diez años, la participa-ción de los salarios en la renta nacional bajó2,70 puntos (con un aumento muy importan-te de la población asalariada) mientras que losbeneficios brutos empresariales aumentaronen 3,5 puntos. Los gastos sociales eran enEspaña en 2006 inferiores en 6 puntos del PIBa la media de la UE de 27 países.

Es también un modelo basado en elendeudamiento de las familias y las empre-sas. En media, las familias españolas debíanel 137% de sus ingresos en el año 2007. Estoha generado importantes beneficios para losbancos, que aún hoy, en plena crisis, siguenganando mucho dinero (4.052 millones deeuros en el primer trimestre de 2009). Es unmodelo productivo fuertemente importador(España tiene el déficit comercial por habitan-

te más alto de los países de la OCDE, más queEstados Unidos), altamente contaminante(somos el país de la UE que peor cumple loscompromisos de Kioto y gasta 130 millonesde euros anuales en comprar derechos deemisiones contaminantes a terceros países), ytiene una elevada dependencia tecnológica.Finalmente es un modelo asentado en el fun-damentalismo neoliberal: su única transfor-mación de fondo desde 1975 hasta hoy hasido la privatización prácticamente de todaslas empresas públicas y una entrega de la pro-piedad y/o de la gestión de servicios públicosfundamentales a empresas privadas. LosGobiernos de PSOE y PP han sido alumnosaventajados de la Escuela de Chicago y de las

recetas del FMI y del Banco Mundial.Este modelo es el responsable de que la

destrucción de empleo en España sea el doblede la media de la UE. Sin perder de vista tam-poco que, en el primer trimestre de 2009, sehan dado de baja en la Seguridad Social170.000 autónomos y han desaparecido65.000 pequeñas empresas.

EEll ccaammbbiioo rraaddiiccaall ddee eessttee mmooddeelloo hhaade ser un objetivo estratégico de la izquierday sobre ese cambio podemos articular políti-cas de alianzas sólidas.

La derecha social y política de este país,con su miopía y avaricia tradicionales se opo-ne a cualquier cambio. Esperanza Aguirre ha

declarado recientemente que ella no conocemás que dos modelos: el soviético y el occi-dental. Por su parte, la socialdemocracia seconforma con un cambio cosmético, un lava-do de cara.

Nosotros debemos plantear un cambiocualitativo de modelo que subordine el bene-ficio privado al interés general y ponga en pri-mer plano el valor social de la producción ydel trabajo. Se trata de un modelo producti-vo que sea sostenible, tanto desde el puntode vista humano -generando empleo estable,digno y de calidad- como medioambiental yque cuestione, incluso, los conceptos de cre-cimiento y desarrollo.

Este nuevo modelo productivo se funda-menta en un cambio de modelo fiscal (conuna reforma fiscal progresiva) y un fuerte sec-tor público que lidere los cambios necesariosen la época del post petróleo y que garanticemediante una banca pública el papel de inter-mediación financiera al servicio de los intere-ses colectivos. Debe apoyar la economíasocial, la soberanía alimentaria y las empresasagrícolas familiares. Para aplicarlo es impres-cindible la planificación democrática de laeconomía y un control de los trabajadoressobre las decisiones estratégicas de las empre-sas.

Proponemos una Gran Transición Econó-mica y Social para la que es necesaria lamayoría social y política que la pueda realizar.Hoy ese objetivo parece lejano, pero el iniciodel camino está delante de nosotros. La Con-federación Europea de Sindicatos (de la queforman parte CC.OO. y UGT) en su recienteDeclaración de París (mayo de 2009) dice queel sector público debe rescatar a la democra-cia de su sometimiento al mercado. Es unpaso importante en la buena dirección.

*Secretario de Economía y Trabajo de IUFederal

Hay que cambiar elmodelo productivo

�� IInnccaannddeesscceenncciiaaEl mes entero lleva en huelga

la plantilla de la empresa de mol-des refractarios para el metalVesuvius en Langreo (Asturias),parando martes y jueves contrael ERE que pretende echar a 80trabajador@s a la calle, mientrasla empresa sigue obteniendobeneficios

�� LLoo ddee PPiicckkmmaann yyaa hhuueelleeL@s trabajador@s de Pickman

en Sevilla y Córdoba se han teni-do que movilizar una vez más estemes de junio ante el incumpli-miento del acuerdo firmado con elempresario Emilio Portes, del queya informamos en MO.

�� CCoonnssttrruuyyeennddoo ppaaííssCCOO y UGT anuncian huelga

en el sector de la construcción deAndalucía el 1 de julio, tras laausencia de la patronal en conci-liación. Más de 285.000 trabaja-dores están llamados a las movili-zaciones, excepto en Huelva, don-de las tablas salariales se firmaronel 4 de junio.

�� PPaappeell mmoojjaaddooL@s trabajador@s de ENCE en

Huelva llevan acampados desde el23 de junio a las puertas de la fac-toría onubense contra el Expe-diente de Regulación de Empleoque la dirección de la empresa tie-ne intención de presentar.

�� FFoorrddiissmmooL@s trabajador@s de Ford se

concentraron ante la DirecciónGeneral de Trabajo en Valencia el23 de junio para pedir la suspen-sión del ERE en Ford, que se pidióy autorizó en principio para 1.100trabajador@s. Bajo el ERE se hancobijado también muchas empre-sas de proveedores para presentarexpedientes e incluso para cerrarfábricas y abrir otras con peorescondiciones.

�� ZZiinnssaaDesde el 17 de junio llevan

encerrados l@s delegad@s delComité de la emblemática empre-sa cartagenera ZINSA (Murcia)ante la grave situación que atra-viesa la empresa y su futuro, con-secuencia de la incompetencia dela dirección y la falta de interés delas instituciones gobernadas por elPP.

�� DDaannddoo eell CCaayyooCayo Lara, coordinador gene-

ral de IU, junto con Willy Meyer,recogió el 26 de junio, para trasla-dar al Congreso las peticiones dela plataforma solidaria con lasfamilias hipotecadas tras una mar-cha de 450 kilómetros desdeValencia a Madrid de aquell@sque no pueden pagar sus hipote-cas por el paro y la crisis

�� OOttiittiissO eso parece que les pasa a los

directivos de la empresa del metalOTIS. Sus trabajador@s llevantodo el mes de junio movilizándo-se contra el ERE que se presentó

el pasado 28 de mayo, rechazadopor todos los sindicatos en blo-que, tal y como nos informan loscamaradas de la agrupación deLeganés.

�� IInnddrraa CCOO convocó el 25 de junio

concentraciones en los centros deMadrid, Barcelona, Valencia,Málaga y Sevilla de Indra coinci-diendo con la reunión de la juntade accionistas por el manteni-miento del empleo y del poderadquisitivo, entregando más de3.000 firmas en apoyo de sus rei-vindicaciones.

�� ""AA llaa ddeerreecchhaa,, eell aayyuunnttaammiieenn--ttoo ddee MMaaddrriidd""

L@s informador@s turísticosdespedidos de la capital madrileñacontinuaron el 29 de junio las con-centraciones de protesta ante elAyuntamiento gobernado por elPP.

�� EEll úúnniiccoo ccaammiinnooMiles de trabajador@s del

metal de Vigo siguen, tras másde 20 días de huelga, saliendo ala calle ante la paralización de lanegociación del convenio delmetal de la provincia de Ponte-vedra, referente del sector, yante la actitud demagógica de lapatronal. El 29 de junio marcha-ron de Vigo a Santiago despuésde varios días de enfrentamien-to de los piquetes unitarios conla policía, con el apoyo del Par-tido Comunista de España.

�� NNoo ppooddííaa sseerr ddee oottrraa mmaanneerraaEl 17 de junio comenzó la

huelga indefinida en ICT-ICM deGallarta (Bizkaia), donde nacieranuestra más grande camarada,Dolores, contra el despido de 25trabajador@s, un ERE hasta 2010de otros 72 y la intención de bajarlos salarios un 15 %.

�� CCaassttiillllooss ddee aacceerrooL@s trabajador@s de Alcan

Packaging Barcelona (IndustriasMetálicas Castelló) se manifesta-ron el 16 de junio por el polígonodel Bon Pastor de Barcelona parareivindicar su trabajo y el futuro dela planta.

�� CCoommoo ddeebbee sseerrEl Comité de Empresa de ESSA

Palau convocó el 11 de junio a l@strabajador@s a concentrarse antela sede del Parlament de Catalun-ya para manifestarles su apoyo ensu reunión con una representantedel grupo parlamentario de ICV-EUiA para exponerle la situaciónde la empresa, en suspensión tem-poral de contratos.

�� MMááss EErrccrroossEl próximo 1 de julio se vol-

verán a manifestar en Barcelonal@s trabajador@s de Ercros Flix(Tarragona) tras el encierro quellevan a cabo desde el 22 dejunio contra el ERO presentadopor la dirección. Así mismo laplantilla de Aranjuez (Madrid)anunció paros y acciones másduras si no avanzan las negocia-

ciones sobre el ERE de la fac-toría.

�� MMááss NNiissssaannLa plantilla de NISSAN se

manifestó de nuevo en Barcelonacontra los 581 despidos el 29 dejunio, exigiendo a la multinacionaljaponesa que retire el expedientey mantenga abierta la mesa denegociación.

�� CCoommoo uunn PPeeggaassoo

L@s trabajador@s del GrupoIVECO volvieron a movilizarse el30 de junio, para reivindicar suspuestos de trabajo y para exigirgarantías de futuro para las tresplantas que la empresa tiene en laZona Franca de Barcelona (IVECO-Irisbus, Comesa e IngenieríaMotores).

�� BBaarrrreeddaa ddee pprriivvaattiizzaacciioonneessL@s trabajador@s del Lavade-

ro centralizado del Complejo Hos-pitalario de Toledo y del Hospitalde Parapléjicos se concentraron el24 de junio contra la privatizaciónde este servicio

�� VVaallddeecciillllaaLa Junta de Personal del Área

1 sanitaria de Cantabria siguencon las concentraciones semana-les que todos los lunes, en elHospital público Valdecilla Sur, ylos jueves, en el Servicio Cánta-bro de Salud (SCS) contra la pri-vatización de la sanidad públicay la destrucción de empleo.

José Antonio García Rubio*

✔Conflictos laborales Javier Chamorro

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MUNDO OBREROJULIO-AGOSTO 2009 Especial crisis � 19

La actual crisis golpea al conjunto de lajuventud con especial virulencia. La situaciónde la juventud trabajadora se agrava en lapresente crisis por la situación laboral en laque se partía. Desde la reforma laboral de1994, con la legalización de las Empresas deTrabajo Temporal y las nuevas modalidadesde contratación (los famosos “contratos-basura”), la temporalidad, y la precariedadse convierten en la norma en el mercadolaboral español. La temporalidad se convier-te en la vía de acceso natural en el mercadolaboral para la juventud.

Durante toda la década de los noventa, ycon las sucesivas reformas laborales, la situa-ción se va agravando. España se convierte enel país de Europa con mayor tasa de preca-riedad, con un 34 %. La precariedad dejareconvertirse en una característica delempleo juvenil y al sector servicios y seextiende al resto de edades y sectores.

Sobre esta endeble base, la crisis se hadesplegado generando un paro juvenil masi-vo. El paro juvenil de trabajadores entre 16 y25 años alcanzó la tasa record del 30 % enel cuarto trimestre de 2008, mientras que lamedia europea se sitúa en el 16 %.

La cifra de los más de cuatro millones deparados tiene sus propias especificidades enel ámbito juvenil: uno de cada cinco paradosen España tiene menos de 25 años. Tres decada diez empleos destruidos son de jóvenesde entre 16 y 25 años. Según la EPA de abrildel presente año, los jóvenes de entre 16 y25 años sin empleo eran 808500, trescien-

tos mil más que en abril de 2008.Por otro lado, cuando se habla de salidas

a la crisis, se plantean dos medidas diferen-tes en su calado y en su extensión: la refor-ma laboral y el cambio en el modelo pro-ductivo.

La reforma laboral que a día de hoy pro-ponen una verdadera colección de poderesfácticos, plantea una modalidad de contratoúnico con abaratamiento del despido (laindemnización pasaría de 45 a 20 días poraño trabajado). Ya que el despido es libre (el

empresario puede despedir al trabajadorcuando quiera), este nuevo contrato no aca-baría con la temporalidad y la precariedad,sólo abarataría el despido.

El cambio en el modelo productivo basa-do en la construcción y el turismo es motivode multitud de discursos demagógicos. Paraempezar, desmontar el entramado de intere-ses corruptos, en algunos casos vinculadoscon administraciones públicas, que seencuentran en el núcleo del mismo es algoque ni se está haciendo ni se va a hacer. Por

otro lado, el gobierno plantea la energía y laeducación como los ejes sobre los que pivo-taría ese nuevo modelo productivo. Y yasabemos lo que esto significa en el caso dela educación. A los diez años de la Declara-ción de Bolonia, esta se inscribe perfecta-mente en la Estrategia de Lisboa, que tieneen objetivo de hacer de la economía de la UE“la más dinámica y competitiva del mundo”,basándose en la comunicación y el conoci-miento. Adaptar al estudiantado a un mer-cado laboral caracterizado por la precariedady el despido gratis. Dentro del ajuste delmodelo productivo, a las universidades se lesha encomendado la tarea de producir futu-ros trabajadores precarios, de usar y tirar, dementalidad sumisa y acrítica.

Hay otro factor que se introduce en estemarco y agrava la situación de la juventudtrabajadora, y es su situación de indefensión.La precariedad dificulta enormemente lacapacidad de acción sindical y la mera sindi-cación de los y las jóvenes trabajadoras. Estoes una nueva dificultad a la hora de organi-zarse para luchar por sus derechos. La reali-dad de la precariedad hace que, en tiemposde crisis, los instrumentos de lucha de lajuventud trabajadora son de difícil uso porparte de la juventud.

En todo caso, es posible superar esas difi-cultades y luchar por mejorar las condicionesde trabajo de la juventud. La lucha contra elparo, la precariedad y por los servicios públi-cos deben de ser los objetivos principales dela juventud frente a la crisis.

*Secretario General de la Unión deJuventudes Comunistas de España (UJCE)

La juventud ante la crisis: más paro,

más precariedad

Juan Iglesia *

Hace ya bastantes meses que escribí enestas páginas un largo artículo que tenía enel centro la idea de que lo importante, desdela izquierda, no era tanto salir de la crisis enabstracto, sino de la globalización neoliberalen crisis. Lo sustancial que defendía era queestábamos, en primer lugar, ante una crisissistémica de eso que se ha dado en llamar laglobalización capitalista. En segundo lugar yen paralelo, se hacía hincapié en que la crisiscuestionaba la hegemonía norteamericana yel conjunto de las instituciones que la repro-ducían. Y en tercer lugar, que estas crisistendía a converger con otras (energética, ali-mentaria, climática) que le daban un fuertecarácter de crisis civilizatoria.

UUnn aassuunnttoo qquuee ddeebbeemmooss ccoonnssttaattaarrahora es que el impacto psicológico social enla ciudadanía ha sido mucho mayor de loesperado. Más de trece años de crecimientoeconómico han creado una conciencia difu-sa, un sentido común que ha tenido efectosdevastadores sobre la conciencia de clase y lasactitudes políticas de una parte sustancial dela población española en general y de los tra-bajadores en particular. Los ciclos electoralesy los ciclos económicos tienden a influirsemutuamente y es claro que este sentidocomún en favor de lo existente ha debilitadomucho a fuerzas políticas empeñadas duran-te años en criticar al neoliberalismo, al tipo deconstrucción europea y al patrón de creci-miento dominante en nuestra economía.

Se puede decir en este sentido que lasgentes viven la crisis como el amargo desper-tar de un sueño y apenas si son capaces depercibir la gravedad y la hondura de la mis-ma. Por eso acogieron favorablemente lasdiversas propuestas que desde el gobierno ysus medios de comunicación iban haciendo.Primero, negar la crisis misma; posteriormen-te, tomar nota de ella y ahora, son los “bro-tes verdes”, plantear que la parte peor ya seha vivido y que lo único que queda es salir deella más o menos lentamente. En esto no hay

que engañarse demasiado: en la economíaespañola convergen dos crisis, la global y laparticular. Esta convergencia la hace especial-mente grave y no parece muy aventuradopredecir que durará bastante tiempo. Crearun nuevo modelo de crecimiento será muydifícil y requerirá de instrumentos políticos yeconómicos contundentes.

La crisis está ahí y viene para quedarse: elconjunto de las relaciones sociales, políticas yculturales se van a ver afectadas de de una uotra forma. Nada será ya como antes y, lo quees más importante, obliga al conjunto de losactores políticos y sociales a resituarse y modi-ficar sus estrategias y tácticas. Para IzquierdaUnida como fuerza transformadora y convoluntad socialista, está suponiendo ya unfuerte desafío y la obliga a escoger, a repen-

sarse, a reconstruirse en lo social, a definir supolítica organizativa y a buscar nuevas formasde relacionarse con unos ciudadanos y ciuda-danas que empiezan a atisbar que el mundoestá cambiando de base y que pueden ter-minar por ser ellos los paganos de la misma.

EEll vviieejjoo yy ssiieemmpprree nnuueevvoo ““QQuuéé hhaacceerr””se nos presenta hoy con una potente radicali-dad, pero, esto tiene mucha importancia, tam-bién tenemos memoria y sabemos algunascosas que nos pueden hacer de brújula en unescenario nuevo y distinto.

La primera cuestión es entender bien loque pasa y lo que les pasa a las gentes: la crisiseconómica no significa, sin más, un giro haciala izquierda, hay muchas mediaciones socialesy culturales que hay que tener en cuenta.

En segundo lugar, hay que poner el acen-to en el conflicto y en la lucha social. La sali-da de la crisis por la izquierda requerirá unproceso sostenido de reconstrucción social yde creación de referentes ideales fuertes. Lodecisivo, como siempre, es organizar pode-res sociales, convergencias y unidad más alláde los alineamientos partidistas.

En tercer lugar, una fuerza política es,sobre todo, una fuerza para la acción; tan-tos años hablando de movimiento político ysocial y apenas si somos capaces de tenerpresencia organizada en los movimientos yactuar más allá de las instituciones. Por tan-to, es el momento de ser coherentes.

Esto exige, en cuarto lugar, revitalizarnuestras débiles asambleas de base y pre-guntarse, desde ellas, qué significa aquí yahora hacer política y como hacerla más alláde las elecciones, porque ellas son las decisi-vas en forjar alianzas sociales, en recompo-ner la unidad del movimiento obrero y losintelectuales críticos, en definitiva, ganar asectores sociales que podrían terminar sien-do presa fácil para discursos xenófobos yracistas.

En quinto lugar, hace falta una conver-gencia programática de la izquierda social,es decir, un conjunto de propuestas para laacción que dé coherencia al movimiento,ofrezca alternativas y dé seguridad.

Se habla mucho entre nosotros de refun-dación y, desgraciadamente, muchas vecesno es otra cosa que una mescolanza entre laampliación de los aparatos existentes y elinsulso empleo de palabras que cada vezconvencen menos. Refundarse es, sobretodo, una nueva práctica de la política, unacoherencia, socialmente ejemplar, entre loque se hace y lo que se dice y el respetoescrupuloso de los sentimientos, aspiracio-nes y derechos de la militancia. Refundarsees, en este sentido, sobre todo, refundarnosa nosotros mismos como organización,como medio de relación con las personas ypor nuestra capacidad para reconstruir, en lacrisis, una cultura crítica y alternativa aldesorden existente. Todo lo demás son solopalabras.

La centralidad de la política yla construcción de poderes

sociales

Manuel Monereo Pérez

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20 � Especial crisis MUNDO OBREROJULIO-AGOSTO 2009

En épocas de recesión económica, lamujer se convierte en un instrumento funda-mental que se utiliza para aumentar la pro-ductividad sin un aumento de los costes. Lasmujeres trabajamos más y en peores condi-ciones que los hombres por la disminución dela calidad de vida derivada de los contratostemporales y parciales y de los bajos salarios.Un tercio de las mujeres con un hijo y la mitadde las que tienen tres o más trabajan a tiem-po parcial, que institucionaliza el hecho deque exista un modo de empleo femeninoespecífico y generaliza la actividad reducida,además de la imposición de tener que traba-jar sólo en áreas que permitan este tipo dehorarios.

El riesgo de pobreza es superior para lasmujeres de más edad y para las familiasmonoparentales con hijos a cargo, grupo enel que predominan las mujeres. La mayoría delas mujeres trabajan en sectores informalescon una productividad y una renta bajas, encondiciones laborales difíciles y con una pro-tección social limitada o inexistente.

LLaa rreellaacciióónn iinnddiissoolluubbllee eennttrree pprreeccaarriiee--dad y mujer no es sólo una discriminación degénero sino también una cuestión enraizadaen la naturaleza de la sociedad de clases.Aunque son ahora más sutiles que antes, losobstáculos de género siguen impidiendo elprogreso de las mujeres en el mercado labo-ral. Ahora nos echan menos de los empleospor esta misma razón: como tenemos peoressalarios y contratos, conviene echar a loshombres que cobran más y tienen mejorespuestos.

Los convenios colectivos generalmente notienen suficientemente en cuenta la dimen-sión de género ni las necesidades específicasde la mujer, con la crisis, lo poco que haydesaparecerá. Es una cuestión de “priorida-des”. Las mujeres con trabajo precario, atiempo parcial, temporal y atípico se ven másdiscriminadas, ya que sus posibilidades de for-mación básica, de formación permanente yde formación profesional son inferiores,además no se encuentran en condiciones decotizar a un fondo de pensiones y, por ello,corren aún mayores riesgos de no disponer derentas suficientes para vivir dignamente en lavejez.

Uno de los objetivos del neoliberalismo esacabar también con los derechos sociales con-quistados por la clase trabajadora. De nuevo,

las mujeres son las grandes perjudicadas: Laprogresiva privatización de los servicios deeducación y de salud afecta de manera espe-cial a las mujeres que, contando con un nivelde ingresos mucho menor que los hombres,no llegan a fin de mes.

Entre la falta de guarderías, el recurso novoluntario al trabajo a tiempo parcial y lasescasas posibilidades de formación y de ayu-das a la reinserción profesional, las mujerespermanecen en los puestos menos cualifica-dos y sin perspectiva de hacer carrera. Lassociedades capitalistas occidentales, sobretodo las mediterráneas, la reproducción y lamaternidad son consideradas cuestiones pri-vadas y no sociales. El peso de la conciliaciónsuele recaer en las redes de ayuda familiares,es decir, en las abuelas, o en la contrataciónde niñeras (en su mayoría inmigrantes) que asu vez también cuentan con trabajos preca-rios, a tiempo parcial, y generalmente malpagados y sin contrato. Esto da lugar a la exis-tencia de una doble jornada laboral para lasmujeres que acaba afectando a su salud. Nin-guna de estas tres “soluciones”, las abuelas,las inmigrantes o la doble jornada, han aca-bado con el problema de la precariedad. Dehecho, a lo que ha dado lugar es a más explo-tación.

Con la crisis esto se agudiza de forma bru-tal, volvemos a las prioridades. La lucha paraacabar con la precariedad laboral de la mujertiene que atacar diferentes frentes. Uno deellos es el sindical, actualmente sólo hay unamedia de un 30% de afiliación de las muje-res a organizaciones de trabajadores. La orga-nización de las mujeres en los lugares de tra-bajo es crucial para conseguir un avance enlos derechos laborales.

OOttrroo ffrreennttee iimmppoorrttaannttee sseerráá llaa ppaarrttiiccii--pación de la mujer en las plataformas dedefensa de los servicios públicos y en losmovimientos sociales que luchan en contra dela privatización de la enseñanza, la sanidad,etc. La inclusión de la mujer en la vida políti-ca de las luchas contra el neoliberalismo serátambién un factor fundamental para avanzaren la lucha contra la precariedad. Pero, sobretodo, las mujeres tienen que organizarse paradesmantelar los mitos que existen en torno aellas y que perpetúan una discriminaciónestructural e inherente al capitalismo.

Otras medidas que favorecerían a lasmujeres frente a la crisis serían, entre otras:

Garantizar unos ingresos dignos para losy las trabajadoras y el derecho a la seguridady a la salud en el trabajo, a la protección social

y a la libertad sindical, eliminando toda for-ma de discriminación por razón de sexo en eltrabajo

Prestar atención a los horarios, al cumpli-miento de los derechos a la maternidad ypaternidad, en particular garantizando laposibilidad de reincorporarse a su puesto trasel permiso de maternidad o paternidad,

Garantizar que las medidas adoptadas enel ámbito de la conciliación entre la vida pro-fesional, familiar y privada no tengan comoresultado la separación de los papeles hom-bres/mujeres o la aplicación de estereotiposde género a estos papeles, y que se ajusten alo que se refiere a la plena e igual participa-ción de las mujeres en el mercado de trabajoy a su independencia económica,

GGaarraannttiizzaarr uunn aammpplliioo aacccceessoo aa sseerrvvii--cios sociales asequibles, como guarderías, yayudas a las personas de edad avanzada,pues, de otro modo, se tiende a que los pres-ten mujeres;

Valorar la negociación y los convenioscolectivos en la lucha contra la discriminaciónde la mujer, especialmente en cuanto al acce-so al empleo, el salario, las condiciones de tra-bajo, la progresión en la carrera y la forma-ción profesional;

modelos de empresa innovadores quetengan una participación equilibrada demujeres y hombres en todos los niveles;

reforzar la participación de la mujer en losórganos de toma de decisiones de las empre-sas

necesidad de crear redes de mujeres den-tro de cada empresa, entre empresas del mis-mo sector y entre los diferentes sectoresindustriales;

La crisis afecta más a quien tiene menosderechos. En el caso de las mujeres es obvio,no han alcanzado los de los hombres, y eneste escenario eso es imposible.

*Responsable de la Secretaría de la Mujerdel PCE

Maite Mola *

Crisis y mujer estánindisolublemente unidas