la crisis economica espaÑola

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1. INTRODUCCIN. 2. SITUACIN DE LA ECONOMA ESPAOLA. 3. EL SISTEMA FINANCIERO ESPAOL. 3. 1. FORTALEZAS DE NUESTRO SISTEMA FINANCIERO. - La regulacin y el control del Banco de Espaa. - Composicin. 3. 2. LAS DEBILIDADES DE NUESTRO SISTEMA FINANCIERO. 4. NUESTRAS DOS CRISIS, LA DEL SECTOR INMOBILIARIO Y LA DEL SECTOR FINANCIERO. 5. LA POLTICA ECONMICA. 5.1. EL EFECTO EURO. 5.2. LA POLTICA MONETARIA. 5.3. EL TIPO DE CAMBIO. 5.4. EL AJUSTE NECESARIO. 5.5. EL SANEAMIENTO DEL SISTEMA FINANCIERO. 5.6. PACTOS Y ACUERDOS. 5.6.1. LOS PACTOS DE LA MONCLOA. 5.6.2. EL PACTO DE TOLEDO. 5.7. REFORMAS IMPRESCINDIBLES. 5.7.1. LAS REFORMAS ESTRUCTURALES SIN COSTE PRESUPUESTARIO. - La reforma del sistema de educacin primaria y secundaria. - La reforma de la universidad pblica. - La reforma de la justicia. - La reforma de los Cuerpos de Seguridad del Estado. - La reforma del mercado de trabajo. - La reforma de las pensiones pblicas.

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5. 7. 2. LAS REFORMAS ESTRUCTURALES QUE IMPLICAN GASTOS PRESUPUESTARIOS. - Una nueva reforma fiscal. - Inversiones, ayudas y reformas en los sectores ms importantes de nuestra economa. - Los lmites del gasto pblico y del endeudamiento de las administraciones pblicas. - La deuda pblica espaola. - Menos impuestos: ms crecimiento y ms empleo. - Conclusin. La economa espaola, con el pie cambiado. 6. PUDIMOS Y PODEMOS.

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1. INTRODUCCION. Ocho, diez aos en la vida econmica moderna, son suficientes para encumbrar a un pueblo en el concierto internacional o para dejarlo batido y rezagado por medio siglo. Luis de Olariaga Desde que estall la crisis financiera internacional, en el mes de agosto de 2007 a todos nos invadi la inseguridad y el desconcierto. Nada bueno podamos esperar pero no sabamos que cariz iba a tomar la crisis en nuestro pas. Los bancos norteamericanos, algunos de ellos los mayores del mundo, comenzaron a reconocer que tenan enormes prdidas, por el contrario, nuestras autoridades afirmaban que los bancos espaoles eran los ms seguros del orbe. Pero de repente nuestros bancos, los ms seguros del orbe, empezaron a recortar las lneas de descuento, denegar nuevos crditos o reducir los existentes; en una palabra: modificar su poltica crediticia. Esa inseguridad tambin se traslad a los clientes de pasivo. Se temi por sus depsitos, a la vista o a plazo, sus fondos de inversin o planes de pensiones. En su mente apareci el mal sueo de Argentina con su corralito. Con urgencia se interesaron por las garantas que amparaban sus ahorros, sus lmites o cualquier otra circunstancia que poda afectarlos. Las declaraciones de nuestros dirigentes polticos nos parecieron insuficientes y hubo que esperar las de los jefes de gobierno de la Unin Europea en el sentido de que no se permitira quebrar a ninguna entidad y que nadie perdera sus ahorros. Tras la inseguridad y el desconcierto vino la incomprensin. Cmo haban podido quebrar tantos bancos y por qu tenan que intervenir los gobiernos a travs de los bancos centrales de cada pas. De alguna manera la intervencin era como el fin del capitalismo. Sin embargo, el miedo lo produjo la evidencia que todo aquello nos afectaba a todos, alcanzaba de lleno a la economa real, a nuestros bolsillos. No tena nada de virtual. Son muchos los economistas que consideran a esta crisis inevitable y no diferente a muchas otras que ha sufrido el mundo desde mediados del siglo XIX. La mayor parte de los ciudadanos no tienen memoria histrica. Si se estudia el sistema econmico de los ltimos doscientos aos, se ver cmo ha sido afectado por crisis recurrentes de auge-burbuja especulativa-crisis financiera-recesin, una tras otra y precisamente, desde que se desarrolla el sistema de banca con reserva fraccionaria, privilegio del que slo disfrutan los bancos. Eso pasa exactamente desde 1844 en que se promulg la Bank Chrter Act por Robert Peel, Primer Ministro de Reino Unido entre 1834 y 1835 y ms tarde entre 1841 y 1846. La Ley exiga un coeficiente de caja del 100% en oro a los bancos privados en cuanto a la emisin de papel moneda, pero olvidaron el mismo requisito respecto a los depsitos, lo que permiti la continuacin de la expansin crediticia, dirigida por los Bancos Centrales, va expansin de los depsitos con lo cual, el sistema econmico sigui perturbado y sufriendo crisis recurrentes de expansin crediticia-crisis financiera y luego recesin econmica y as hasta hoy.

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Lo evidente es que los actuales sistemas financieros son vulnerables a la manipulacin monetaria por parte de los respectivos gobiernos y sensibles a polticas econmicas equivocadas instrumentadas por los gobernadores de los distintos bancos centrales, tras lo cual tenemos los irremediables ciclos econmicos. Juan Ramn Rallo, director del Observatorio de Coyuntura Econmica del Instituto Juan de Mariana, explicaba por qu la ausencia de un sistema monetario basado en un patrn oro era una de las causas de esta crisis. La razn principal que apuntaba era que con el oro se hubiera limitado notablemente la expansin del crdito que no estaba sustentada en ahorro real, hecho que ha tenido lugar desde hace ms de una dcada y que constituye el inmediato origen de la actual crisis econmica y financiera. Por el contrario, el rgimen monetario vigente en la actualidad, que opera sin ningn respaldo real salvo el de los gobiernos y la deuda pblica, carece de los frenos a los excesos monetarios y fiscales que si ofrece el patrn oro. As se pueden prolongar durante un mayor nmero de aos las prcticas bancarias insostenibles como el endeudarse a corto plazo para financiar inversiones a largo, mecanismo perverso que permite los desmanes monetarios y crediticios. El alargamiento y profundizacin de estos errores tiene efectos muy perjudiciales sobre todo el sistema econmico, que debern corregirse en un subsiguiente periodo de recesin o crisis. Lo que en un sistema monetario sometido a una disciplina automtica podra dar lugar a un periodo relativamente corto de errores, en un sistema sin ella, estos errores se cometen ms intensamente y durante un periodo de tiempo ms largo. Esto es lo que a grandes rasgos sucedi en Estados Unidos en la dcada de 1930, cuando el presidente demcrata Franklin Delano Roosevelt hizo encajes de bolillos para manipular el sistema modificando la convertibilidad oro-dlar e incluso prohibiendo a los ciudadanos norteamericanos poseer oro. O cuando el republicano Richard Nixon abandon unilateralmente en 1971 los ltimos remanentes del patrn metlico bajo la forma de los acuerdos de Bretton Woods. La crisis de 1929 y la actual comparten, como vemos, una caracterstica comn: ambas fueron causadas por los errores de polticos y banqueros centrales. La crisis que azota el mundo desde el verano de 2007 no es el resultado de un fallo del capitalismo en s, sino el producto de una cascada de errores humanos, de oportunidades perdidas y de una cierta cultura de irresponsabilidad que resulta ahora de todo punto inaceptable. En recientes palabras del presidente Obama y sin citar a nadie por su nombre, atribuy las culpas del desastre a personas concretas antes que a entes abstractos o a la fatalidad del destino. Nadie en Washington dej de pensar en dos hombres: el anterior presidente George W. Bush y el antiguo jefe de la Reserva Federal, Alan Greenspan. A Greenspan se le ha acusado de haber provocado en gran parte la burbuja inmobiliaria con su poltica expansiva y, por ende, de haber arrastrado al sistema financiero hasta el colapso mundial

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Conviene ahora recordar que tambin en 1929 cinco hombres, cuyas decisiones fueron clave entre 1920 y 1933, contribuyeron probablemente ms que nadie a arruinar al mundo en aquella ocasin: los banqueros centrales de Estados Unidos, el aparentemente enrgico, pero realmente sobrepasado por las circunstancias, Benjamin Strong; Reino Unido, el neurtico y enigmtico gobernador del Banco de Inglaterra, Montagu Norman; Francia, el xenfobo y adems desconfiado Emile Moreau; y Alemania, el rgido y arrogante Hjalmar Schacht a los que hay que sumar el presidente Herbert Hoover, que elev su inactividad a la categora de arte en poltica. En todos ellos se dio una inquebrantable fe en el dogma del patrn oro junto a la aceptacin de terribles desvaros sobre el funcionamiento de la economa real. Hoy nadie los recuerda, no hay que olvidar que los bancos centrales de principios del siglo XX, y, sus responsables eran mucho menos mediticos que los actuales. Sin ir ms lejos, la Fed, que no se fund hasta 1913, se diseo totalmente a espaldas de la sociedad de la poca. Concretamente surgi tras una reunin secreta entre cinco personalidades del mundo financiero (entre las que estaba Strong). El encuentro tuvo lugar en una isla privada de Georgia, Jekyll Island, donde la elite estadounidense John Pierpont Morgan, William Vanderbilts, William Rockefeller, Joseph Pulitzer y varios miembros de las familias Astor y Golud- tena un club de caza exclusivo. As naca la Fed, en un lugar secreto y como banco privado. Tambin el Banco de Espaa lo fue hasta 1962, pero la Reserva Federal contina sindolo. Ms all de las disquisiciones sobre si la crisis actual es o ser igual, menor o mayor que la que asol en mundo a partir de 1929, es evidente que se constituye el principal paralelismo que con seguridad se puede trazar ya entre ambos eventos. La mayora de los especialistas coincide ahora, efectivamente, en que el derrumbe de Lehman Brothers en septiembre del ao pasado puso durante unas semanas al sistema financiero mundial al borde del colapso. La cada del venerable banco de inversin fue en realidad el ltimo, o quiz no, de una serie de errores que los responsables polticos y monetarios de Estados Unidos haban comenzado a cometer a partir del ao 2000 y que se multiplicaron tras los atentados del 11 de septiembre de 2001. Algunos fueron tcnicos, como la decisin de situar el precio del dinero a un nivel extraordinariamente bajo durante un periodo extraordinariamente prolongado, otros, sin embargo, fueron polticos y entre ellos destaca la decisin de no mirar a fondo a qu se dedicaban los bancos de inversin. El responsable de la poltica monetaria durante aquellos aos fue Alan Greenspan, el de todo lo dems George W. Bush. Naturalmente, ste ltimo nunca decidi que normas de contabilidad haba que aprobar, cuales derogar o cuales otras modificar. La mayora de los economistas coincide pues, en que las causas del desastre actual se reducen a dos: demasiados aos de desregulacin interesada de los mercados por parte de los hombres de Bush y especulacin alimentada por el crdito barato de Greenspan.

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Ahora vemos como la cada del Lehman Brothers no fue el ltimo error ya que tras ese triste acontecimiento, las vacilaciones, la indecisin y, de nuevo, el desconocimiento profundo de lo que estaba sucediendo llev a lo que quedaba de la Administracin Bush a agravar an ms si cabe la situacin, lo que provoc que durante ms de un ao se ensayasen una tras otra recetas perfectamente intiles que no hicieron ms que agravar el estado de los mercados y la economa en general. Otro tanto podra predicarse con similar certidumbre del Banco Central Europeo. Unos y otros decidieron echar mano de la mquina de hacer billetes y lo que produjeron fue menos riqueza. El dinero no es una cantidad que se pueda generar o imprimirse a partir de la nada y por decreto, sino una cualidad -la liquidez- que el mercado descubre en los bienes y en los activos. La liquidez consiste en no sufrir prdidas de valor -o de tiempo- al desprenderse de cantidades, incluso enormes, de un bien. Pero debemos retroceder en el tiempo para mejor comprender lo ocurrido. Desde mediados del siglo XIX hasta principios del XX, las relaciones econmicas internacionales se gobernaban desde el principio de la libertad. Libertad para los intercambios comerciales y libertad para poder emigrar a cualquier pas. Con la formacin del Estado alemn en 1870, se inicia oficialmente el nacimiento del nacionalismo que terminara por provocar la Gran Guerra, la I Primera Guerra Mundial. Sus vencedores no fueron ni generosos ni ilustrados y todo ello junto a la aparicin en escena de la Unin Sovitica acab con otro terrible acontecimiento: la II Guerra Mundial. Antes que esta ltima finalizara, norteamericanos y britnicos empezaron a elaborar un nuevo orden que evitara lo ocurrido. La Conferencia de las Naciones Unidas, reunida en Bretton Woods en 1944, formaliz ese nuevo orden econmico mundial. Los acuerdos de Bretton Woods, junto al Plan Marshall, permitieron la recuperacion del mundo devastado por la guerra, el de los pases vencedores y el de los vencidos. Las convicciones polticas y econmicas que inspiraron esos acuerdos fueron el respeto a la libertad personal y al derecho de propiedad, junto a la libertad de comercio, la de movimiento de capitales con todo tipo de restricciones- y la de personas. El mundo de Bretton Woods se fue extinguiendo como consecuencia de su propio xito, pues la recuperacion de las libertades econmicas no caba en la estructura de controles diseada desde el temor a los enfrentamientos nacionales. Y tambin lo hizo porque la mayora de los gobernantes no aceptaron los controles sobre el gasto pblico implcitos en Bretton Woods. Dichos acuerdos desaparecieron formalmente con la decisin del presidente Nixon de romper la relacin del dlar con las reservas de oro oficiales norteamericanas. A pesar de todo, han sobrevivido instituciones que hoy vuelven a ser imprescindibles. Subsisten el Fondo Monetario Internacional, el Banco Mundial y la Organizacin Mundial de Comercio (el anterior GATT). A estas organizaciones hay que sumar acuerdos informales entre pases, el G-7, el G-20 u otras de tipo regional y especializadas amparadas en las Naciones Unidas. 6

En los ltimos treinta aos la economa mundial ha crecido por encima de todas las expectativas, en la medida en que el xito de las economas de mercado ha provocado la cada de los regmenes comunistas y el desprestigio de las polticas intervencionistas y populistas que se han intentado en todo tipo de pases y por todo tipo de regmenes. Se han vuelto a imponer en el mundo las polticas librecambistas del siglo XIX: la libertad de comercio, la de movimientos de capitales y, limitadamente, la de personas. Todo ello ha culminado en lo que hoy llamamos globalizacin. Ese crecimiento econmico, que se acelera en la medida en que el mundo se ha ido globalizando, no ha sido ni lineal ni homogneo. Nunca han sido tan numerosas las crisis econmicas y financieras como en este periodo, tanto a causa de los abusos monetarios y financieros de muchos gobiernos, como por la influencia de polticas econmicas conceptualmente errneas. Ha habido al menos dos grandes crisis financieras internacionales de caractersticas parecidas a la que ahora padecemos: una, la sufrida por Latinoamrica a principios de los ochenta y otra, la del Sudeste Asitico a finales de los noventa. Y multitud de gravsimas crisis financieras nacionales, como la de Japn a principios de los noventa, la espaola de finales de los setenta o las de los pases nrdicos a principios de los noventa. Lo que hace distinta esta crisis es que los sistemas financieros afectados en esta ocasin son los de los pases ms desarrollados, que crean que podan crecer ininterrumpidamente sobre la base del ahorro de los pases emergentes y un suministro inextinguible de liquidez instrumentada por la Reserva Federal norteamericana. No es evidente el futuro de la economa espaola. La prematura integracin de nuestra moneda nacional en una moneda como el euro, lejos de impulsar nuestra modernidad ha adormecido el deseo de reformas de nuestros gobernantes que lo nico que han tenido que hacer en estos aos es decidir en qu gastar los ingresos que han inundado la hacienda pblica y que ahora tendran que demostrar que son capaces de hacer todo lo que no han hecho en los momentos de prosperidad. No es seguro de que Espaa, Italia, Grecia, Portugal e Irlanda sean capaces de hacer las reformas econmicas necesarias para mantener la Unin Monetaria Europea. Tampoco es evidente que la recesin mundial vaya a superarse con rapidez, ni que esa superacin sea sostenible en el tiempo, porque parece como si estuviramos asistiendo a una incompatibilidad entre las exigencias de una economa mundial globalizada y la falta de acuerdos a nivel internacional entre los principales Estados del mundo, que continan siendo los protagonistas de la vida poltica. Hoy ms que nunca es imprescindible que los acuerdos de Bretton Woods sean sustituidos por otros convenios internacionales que eviten la reproduccin de una crisis de naturaleza parecida a la actual. Pero, para que esos acuerdos se produzcan, hara falta racionalidad, generosidad y una buena dosis de temor que ablande el nacionalismo de nuestros gobernantes. Temor, ciertamente, deberan tener el suficiente como para compensar su falta de perspectiva histrica y de generosidad. 7

2. SITUACION DE LA ECONOMA ESPAOLA. -Hermano Sancho, aventura tenemos. -Dios nos la de buena -respondi Sancho-. -Y adnde est, seor mo, su merced de esa seora aventura? -Adnde, Sancho? -replic don Quijote-. Vuelve los ojos y mira. la morosidad y las prdidas en las cuentas de resultados de las entidades financieras espaolas eran inevitables y que, cuando se reconocieran, afectaran, todava ms, a la liquidez del sistema financiero y, en funcin de su gravedad, a la solvencia de muchas entidades financieras. Parece difcil que sobreviva, en su forma actual, el sistema de cajas de ahorro, lo que puede ser una buena noticia si se logra convencer al legislador de que esa forma jurdica ha quedado obsoleta, por ms que haya funcionado admirablemente bien hasta ahora. Informe Recarte. De forma abreviada, examinando la evolucin de la economa espaola desde mediados del siglo XIX deca Ramn Tamames en su Introduccin a la Economa Espaola: podra afirmarse que esa evolucin ha seguido las pautas de un desarrollo capitalista de tono ms bien mediocre, sin empresarios que supieran aprovechar las posibilidades del pas, que se vieron frenadas -salvo periodos excepcionales siempre frustrados- por la falta del impulso de un Estado capaz de poner en tensin las fuerzas sociales y los recursos naturales para crear un sistema productivo eficiente, competitivo en el plano internacional y socialmente justo. Las leyes, muy modernas en su tiempo, de las Cortes de Cdiz, fueron ahogadas por la autocracia reaccionaria simbolizada por Fernando VII. Las reformas econmicas del liberalismo del segundo tercio del XIX se perdieron en el laberinto de las guerras carlistas y del decenio moderado. Los impulsos que la Revolucin de 1868 podra haber puesto en marcha se sellaron con la restauracin borbnica, que haba de quedar condenada por las consecuencias del 98 y de las aventuras militares en Marruecos. La Dictadura del General Primo de Rivera, consigui acabar con el contencioso marroqu, construir un rgimen corporativo, organicista y catlico y arrastrar en ese proceso a la Corona, que pierde su carcter institucional. La dictadura abri una etapa econmica de inters, pero no supo encontrar una salida normalizadora, para a la postre desembocar -tras la experiencia republicana y la guerra civil- en la autarqua del periodo 1939-1959. La llegada de la Segunda Repblica fue una gran fiesta popular pero comenz a gobernar sobre un equvoco, que todos eran republicanos, que el pueblo era republicano, y que slo quedaban al margen algunos representantes de esa Espaa que estaba condenada a desaparecer. As que se llev al lmite el programa: Fuerzas Armadas, reforma agraria, laicismo Los cambios no gustaron mucho ni al Ejrcito ni a la Iglesia, ni a los terratenientes, y muchos pequeos propietarios recelaban de la inseguridad jurdica. La reaccin se produjo en nombre de la nacin espaola y el Ejrcito se convirti en la columna vertebral del golpe de Estado. 8

Franco bloque todas las transformaciones que se haban iniciado en la sociedad espaola a partir de 1910. Tras la victoria, surgieron los primeros roces entre la Falange y la Iglesia y lo que hubo no fue un rgimen fascista aunque si totalitario, pero el relato que se impuso fue el de la Iglesia y fagocit el discurso falangista. Espaa se haba salvado como nacin catlica. Se instituy la figura de un jefe enviado por Dios y una cruzada con sus mrtires y el culto a los cados. Haba que frenar la expansin masnica, comunista y liberal. Stanley G. Payne cita al jesuita Joaqun Aspiazu como el nico terico que comprendi las plenas implicaciones del totalitarismo: Qu es y qu representa la concepcin de Estado totalitario? Ante todo y sobre todo en Espaa ms que otra parte- representa un tipo de Estado fuerte y entero, sin las debilidades ni las claudicaciones del Estado liberal y socialista; un poder que sea representativo de todas las fuerzas vivas y reales de la nacin Para muchos -equivocadamente a nuestro juicio-, Estado totalitario significa Estado que asume es sus manos la direccin y control de todos los asuntos de la nacin. Este concepto de totalitarismo es falso y hay que desterrarle. De ser verdad, Estado totalitario equivaldra a Estado socialista o, por lo menos, pariente muy prximo a l El Estado debe ayudar a la Iglesia a que consiga lo mejor posible su santsimo fin que no es diverso del fin del Estado, sino superior al mismo. De manera que si quisiramos resumir la esencia del Estado totalitario en una sola frase, diramos que el Estado totalitario no haba de ser totalitario en sentido objetivo -pues eso equivaldra a socialista o socializantesino en sentido subjetivo, de un poder total y soberano, fuerte y no mediatizado, encauzador y no entrometido De ser as, venga ese Estado totalitario, que eso equivaldra a la total resurreccin de la Espaa pura y autnticamente tradicional, sin sombras de extraos sistemas, ni mixtificaciones de doctrinas no catlicas. La poltica econmica del primer franquismo fue un fracaso. El cambio desde 1943 en el equilibrio militar en la guerra mundial a favor de los aliados puso al rgimen espaol en una situacin internacional muy difcil y su victoria en 1945 dej a Espaa sin sitio -aislada y condenada- en el nuevo orden internacional de la posguerra. En efecto, los resultados de los proyectos econmicos puestos en marcha a partir de 1939 que respondieron a los planteamientos ideolgicos del rgimen franquista y no a la coyuntura creada por la guerra mundial- fueron manifiestamente insuficientes y negativos. La aparatosidad de las nuevas empresas del Estado y de las obras pblicas -refineras, pantanos, centrales elctricas - fue en buena medida engaosa. El proceso de industrializacin del periodo de la autarqua (1939-1957) tuvo costes desmesurados y se hizo a costa de un proceso inflacionario alto. Salvo excepciones concretas, el equipamiento de las nuevas empresas era altamente inadecuado y los materiales que se usaban, de psima calidad. Los salarios fueron siempre por detrs de los precios. La poltica agraria fue un desastre. Los aos 1939-1942 fueron aos de hambre. Los cambios en la situacin internacional obligaron a Espaa a rectificar sus posiciones iniciales. El nuevo orden internacional no admita a pases como el nuestro, fundados sobre principios fascistas y culpables de colaboracin con la Alemania de Hitler y la Italia de Mussolini. El 19 de marzo de 1945, la ONU rechaz su admisin en ese organismo. Era la primera gran derrota que Franco sufra desde el 18 de julio de 1936. 9

El objetivo del rgimen de Franco tras ganar la Guerra Civil era participar al lado de Hitler en la II Guerra Mundial, para reconstruir su imperio en el Norte de frica y recuperar Gibraltar. Por ello subordin su poltica econmica a aumentar el potencial militar del pas, por medio de una industrializacin autrquica. Desde la misma guerra civil, Franco puso en prctica una poltica encaminada a conseguir una industrializacin centrada en las industrias bsicas. Se intent prescindir de todas las importaciones, estableciendo cupos a las mismas que se repartan mediante licencias. Se recurri al comercio bilateral y al comercio de Estado. Adems de autrquica y nacionalista su poltica fue intervencionista en grado sumo. Los distintos ministerios fijaban los precios y se crearon organismos interventores para ordenar la produccin -fijar las producciones- y adquirir los productos -para venderlos en rgimen de monopolio-. Lgicamente, la poltica intervencionista no anulo el funcionamiento de los mercados, pero estos se sumergieron en la ilegalidad, creando un extenso mercado negro, en el cual se vendan de estraperlo grandes cantidades de productos -como fue el caso del trigo. El resultado fue que los espaoles pasaron hambre en la posguerra. Tampoco se consigui que todos los hogares tuvieran luz, porque el Ministerio de Industria fij unos precios tan bajos que las empresas elctricas no producan electricidad suficiente y los cortes de suministro eran frecuentes, en particular en las viviendas. En 1947 y 1948, la situacin de hambre fue realmente alarmante, y slo se solucion con el trigo enviado por el general Pern desde Argentina y los prstamos de algunos bancos americanos. Al rgimen de Franco le salv la guerra fra, porque desde entonces fue apoyado por Estados Unidos. En 1951 se nombr un nuevo gobierno, que trat de moderar la poltica autrquica. Sea abri la economa al exterior, permitiendo algunas inversiones extranjeras y se firm un acuerdo de colaboracin con el gobierno de Estados Unidos que, a cambio de la instalacin de bases americanas en nuestro pas, concedi ayudas y crditos a Espaa. Era el equivalente del Plan Marshall. La recuperacin de la economa espaola tras la guerra fue la ms lenta de Europa, y la explicacin est en aquella poltica autrquica que arruin al pas, aunque enriqueci a los empresarios que apoyaron al rgimen. Pero el crecimiento de los cincuenta encontr pronto sus lmites, pues cre dos desequilibrios fundamentales: la inflacin y el dficit exterior, que llevaron al agotamiento al modelo autrquico, cuyo crecimiento exiga la importacin de inputs que no podan financiarse por falta de divisas. Asimismo, las polticas expansivas se financiaban con la emisin de deuda pblica pignorable, que compraban los bancos y que redescontaban en el Banco de Espaa, aumentando la oferta monetaria y, por tanto, la inflacin. La guerra cambi para siempre el orden mundial, el equilibrio internacional, la vida social y econmica, la poltica y probablemente, la propia conciencia de la humanidad. El mundo actual es un mundo globalizado y la economa espaola es el mejor ejemplo de cmo la globalizacin ha integrado a toda clase de pases. Para que eso ocurriera fueron necesarias reformas internas que permitieran funcionar a la economa espaola como una economa de mercado. Esas reformas empezaron en Espaa con el Plan de Estabilizacin de 1959.

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La frmula que se impuso en 1959, cuando el Opus Dei tom las riendas de la economa fue la de buena administracin y poca poltica. A Lpez Rod no le interesaban las libertades politicas, quera un Estado que funcionar. 2.1. HAGAN USTEDES LO QUE LES D LA GANA. EL PLAN DE ESTABILIZACIN. El 21 de julio de 1959 cuando los Seat 600 se adueaban de las maltrechas carreteras espaolas, la incipiente televisin en blanco y negro se colaba en los teleclubes y Franco segua preocupado por inaugurar pantanos -bendita mana la suya-, el Gobierno aprobaba el Decreto Ley de Ordenacin Econmica, ms conocido como el Plan de Estabilizacin. En esta poca se hizo popular una cancioncilla que con msica de un conocido anuncio de Pepsi-Cola deca: Con las nietas de la mano, inaugura los pantanos. En la pesca del salmn, es un gran campen. Pa co. El 28 del mismo mes lo refrendaran las Cortes. Fue la mayor operacin econmica abordada por el franquismo, que, adems, significaba el fin de la autarqua y el principio de la modernizacin del pas. El Seat 600, no fue slo un coche, sino tambin un fenmeno sociolgico, smbolo de la Espaa del desarrollismo. Con la ayuda de la italiana Fiat, el Estado espaol se propuso producir un automvil dirigido a una emergente clase media. En 1957 empezaron a producirse en la factora de la Zona Franca en Barcelona, inaugurada por Franco en 1949, los primeros 600 con un precio de 65.000 pesetas; relativamente asequible para la poca, supuso la primera aparicin masiva de automviles Espaa. El plan, un conjunto de medidas monetarias, financieras, fiscales y de comercio exterior tena como objetivo introducir una nueva poltica econmica, contener la inflacin, mejorar el control monetario, liberalizar la importacin de mercancas y capitales y evitar la suspensin de pagos a la que estaba abocado el pas. Desde mediados de los aos cincuenta pareca evidente que el modelo autrquico de desarrollo de la economa espaola estaba agotado. Las cartillas de racionamiento, que se haban suprimido en julio de 1952, todava quedaban en el recuerdo de los espaoles como un espanto. La suma de intervencionismo, proteccionismo, aislamiento internacional y la alta burocracia imperante desde el final de la guerra hacan del pas un territorio inhspito. El modelo autrquico del franquismo, que duraba ya dos dcadas desde el final de la Guerra Civil, se agotaba como consecuencia de sus contradicciones, ineficiencias y del estrangulamiento que supona un dficit de la balanza de pagos creciente y la consecuente carencia de divisas. En concreto, como lo describi Juan Sard, Espaa estaba en situacin de suspensin de pagos, ya que no contaba con reservas suficientes para adquirir las importaciones indispensables. Por otro lado, y como reflejo interno de los desequilibrios del modelo, la inflacin se aceler hasta el 14%, en un contexto de espiral de precios-salarios, alimentada por el populismo falangista. Adems, el intento del aislacionismo del exterior haba llevado a un sistema catico de tipos de cambio mltiples y de proteccionismo que generalizaba la ineficiencia y la baja productividad en la economa.

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El crecimiento econmico de Espaa no poda hacerse sin contar con el exterior. En 1959 Espaa era junto a Portugal el pas ms pobre de Europa, a pesar de un ligero avance en la produccin que se vivi desde 1950, amparado por las incipientes ayudas norteamericanas. Esta situacin era la consecuencia natural de la poltica econmica llevada a cabo hasta ese momento de autarqua. En 1956, la inflacin, como consecuencia del exceso de oferta monetaria y el dinero barato, se haba disparado por encima del 15 por ciento y las heladas haban mermado la exportacin de naranjas. El alza de precios pona al rgimen contra las cuerdas. Para ms inri, aquel ao el pas se haba incendiado por varios frentes, con huelgas en la cuenca minera asturiana y las industrias del Pas Vasco y Catalua. A ello se unieron las primeras protestas estudiantiles en Madrid, y el 9 de febrero un grupo de estudiantes contestatarios se encontraron con una columna de jvenes falangistas. Cuando la polica consigui dispersar a los contendientes, un falangista de diecisiete aos yaca mortalmente herido de un tiro en la nuca, al parecer disparado sin apuntar por un camarada falangista. Para frenar las protestas, al ministro de Trabajo, Jos Antonio Girn de Velasco, se le ocurri un alza salarial entre un 40% y un 60% que provoc un inevitable aumento de la inflacin. Adems la balanza de pagos se hunda por la continuada depreciacin de la peseta y las arcas pblicas se vaciaban de forma dramtica. Mientras, en el exterior llova el man del Plan Marshall, del que Espaa qued excluida. El Plan de Estabilizacin fue la respuesta a esta situacin, mediante la actuacin en varios frentes y la bsqueda de varios objetivos compatibles entre s: luchar contra la inflacin, reducir el intervencionismo en la economa, facilitar la apertura hacia el exterior, e incorporar a Espaa a organismos econmicos internacionales como el FMI y la OCDE. Los medios utilizados fueron los tradicionales de un programa de estabilizacin. De carcter presupuestario, estableciendo un techo de crecimiento al gasto pblico y limitando el recurso inflacionista al Banco de Espaa; y monetario, mediante la fijacin de una tasa mxima de crecimiento del crdito al sector privado. Pero adems se pretenda una ruptura del aislacionismo econmico y financiero que haba vivido nuestro pas mediante una liberalizacin de ms del 50% de nuestras importaciones frente a los pases con monedas convertibles y permitiendo la inversin extranjera sin autorizacin administrativa, siempre que no superara la mitad del capital social. La accin ms crucial fue la fijacin de un tipo de cambio nico para la peseta, acabando con el caos y la corruptela que supona el sistema de tipos mltiples. Parece incluso que el tipo de cambio elegido -60 pesetas por dlar- fue determinado por el propio Franco, que redonde la cifra que le presentaron inicialmente. Por primera vez, la racionalidad econmica se impuso a la conveniencia poltica. El rgimen franquista haba rechazado desde lo ms profundo de sus extraas, tanto la apertura al exterior como la libertad. Y el Plan basaba su filosofa en estos dos principios. Franco se adaptara a las circunstancias con extrema habilidad.

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Pero no deja de ser curioso que el diseador del Plan, Juan Sard, fuera un economista de Esquerra Republicana que trabajaba, tras su exilio, en el Servicio de Estudios del Banco de Espaa. Incluso se ha llegado a decir que el Plan permiti que el rgimen extendiera su supervivencia durante 15 aos ms. Sard, Doctor en Derecho, complet su formacin en Mnich y en la London School of Economics. Sin duda alguna, fue influenciado por la Mont Plrin Society as como por la Escuela de Friburgo. A la primera; destinada a la defensa del liberalismo, pertenecieron, entre otros Hayek, Ludwig Erhard, Salvador de Madariaga y en la actualidad Jos Mara Aznar. A la segunda; dedicada a estudiar y difundir los principios de la economa de mercado, economistas como Walter Eucken y Franz Bhm. Aunque es cierto que a finales de los 50 se empezaban a dar sntomas de descontento social que se acallaron con los efectos beneficiosos del Plan, su propia filosofa y la prosperidad que gener ayudaron a poner las bases del cambio poltico que tuvo lugar tras la muerte de Franco. El cambio era obligatorio, pese a que Franco y los ministros ms aclitos se oponan a cualquier viraje. Entre ellos, el secretario general del Movimiento, Jos Luis Arrese, que propugnaba una vuelta de tuerca a los principios autrquicos. Pero la presin internacional y esa situacin de colapso pudieron ms y Franco dio su brazo a torcer. En 1957 se produjo un cambio de gobierno auspiciado por Carrero Blanco, en que entran ministros como Mariano Navarro Rubio, en Hacienda, y Alberto Ullastres, en Comercio; as como Lpez Rod en el cargo de secretario general tcnico de la Presidencia del Gobierno, todos ellos miembros del Opus Dei. Al igual que la incorporacin de un grupo de economistas en puestos claves de la Administracin, como fueron los casos de Manuel Varela, Fuentes Quintana o Luis ngel Rojo. Con todos ellos, autores del triunfo de la racionalidad econmica, varias generaciones de espaoles tenemos una deuda de gratitud. Pronto tomaron conciencia de lo insostenible de la situacin econmica, y empezaron a poner orden en la poltica econmica del pas as como romper con la poltica autrquica franquista dominante hasta entonces. Franco entendi que lo cmodo era meter al Opus en el Gobierno, ni falangistas ni monrquicos, que se estaban pegando por la hegemona, cuenta el catedrtico de Historia de la Economa Gabriel Tortella, uno de aquellos estudiantes contestatarios. El rgimen de Franco era ideolgicamente opuesto al liberalismo, pero a pesar de todo, se avino a introducir las medidas liberalizadoras contenidas en el Plan de Estabilizacin de 1959. La poltica autrquica se haba mantenido invariable durante dos dcadas desde la victoria del bando nacional. Como ejemplo representativo del pensamiento econmico del rgimen, valgan estas palabras firmadas por Hispanicus, uno de los pseudnimos utilizados por Franco: Superadas definitivamente las viejas tesis del liberalismo econmico, los ideales del lucro personal, de dominio econmico, del tecnicismo a ultranza, han sido sobrepasados por ideas ms generosas.

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La autarqua estrangulaba el desarrollo de la industria nacional necesitada de componentes del exterior y cuya entrada era muy difcil y en ocasiones imposible. Esta poltica de desarrollo interno, como se le llamaba empobreca a nuestro pas, tan aislado econmicamente como lo estaba polticamente. Con las reservas en negativo, la industria ahogada y tensiones inflacionistas, el rgimen comenz a ver de cerca un posible desastre econmico que le podra desestabilizar. El ministro de Hacienda Mariano Navarro se entrevist con Franco para explicarle la necesidad de aplicar un plan, que haban elaborado varios economistas espaoles y con supervisin de la OSCE (Organizacin para la Seguridad y Cooperacin en Europa) que haba venido a Espaa, Franco le espet que no deba de fiarse de los extranjeros, Navarro. Siempre han estado contra Espaa. Al hbil ministro le bast con decirle a Franco que el colapso de las exportaciones retraera el bienestar y podra obligarle a volver a la cartilla de racionamiento. De mala gana, dio el visto bueno. Segn los historiadores, el Caudillo insista en que haba de apretarse el cinturn; pero ante la tenacidad de los ministros, acab aceptando y despidindose a la gallega con un hagan ustedes lo que les d la gana. De esa decisin surgi un memorndum del gobierno fechado a fines de junio de 1959 y dirigido al FMI y a la OCDE. En un tono realista y lacnico, en este texto se defina el giro que iba a dar la poltica econmica espaola. El gobierno espaol -deca- cree que ha llegado el momento de reorientar la poltica econmica en lnea con las naciones del mundo occidental y liberarla de controles que, heredados del pasado, no se ajustan a la presente situacin. El gobierno continuar su presente poltica de autorizar incrementos salariales slo en el caso de que estn justificadas por un paralelo incremento en la productividad. A este memorndum le sigui, a mediados de julio, la publicacin de un decreto-ley descrito como Plan de Estabilizacin, denominacin impropia puesto que pona el acento sobre los aspectos monetarios cuando en realidad, era una medida de carcter mucho ms general. Franco sigui con mucha atencin la evolucin del Opus Dei y mantuvo recelos sobre el poder que poda llegar a tener y su influencia en la poltica interna. En un informe con sello de Secreto conservado por Franco en su archivo privado, el embajador ante la Santa Sede, Antonio Garrigues, da cuenta con todo lujo de detalles de una entrevista con el fundador del Opus, monseor Escriv, al ministro de Asuntos Exteriores, Fernando Castiella. El informe, fechado el 5 de febrero de 1969, intenta descubrir las intenciones y el pensamiento de Escriv de Balaguer. Segn el resumen del embajador, el fundador del Opus le habra dicho: No quiero saber nada de poltica. Los curas no tienen que meterse en poltica. Yo he tenido y tengo mucha amistad con el Caudillo, el cual me llamaba con frecuencia. Ello fue precisamente una de las razones, es decir, para no verme envuelto en la poltica espaola, de trasladar mi residencia de Madrid a Roma

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Los hombres del Opus recibieron el apoyo de otros ministros, como Jos Sols, que desde Sindicatos empezaba a convertirse en la sonrisa del rgimen. Ms tarde lo hara el de Exteriores, Antonio Mara Castiella. Como ejemplo de la filosofa que animaba la reforma, valgan dos citas del ministro de Comercio, Alberto Ullastres: El lucro no slo es perfectamente lcito sino que, como decan los telogos y moralistas del siglo XVI, al provenir de una actividad socialmente til y provechosa, hace al comerciante honra y prez de la Repblica, de la cosa pblica. Para m, libertad econmica significa en primer lugar libertad de precios, manos fuera de los precios, no interferirse con su mecanismo, dejar jugar la libre concurrencia y que los precios alcancen su nivel. Ullastres y Navarro tuvieron el acierto de nombrar a Manuel Varela y a Juan Antonio Ortiz como secretarios generales tcnicos de sus departamentos. Los dos jugaron un papel clave en el proceso de modernizacin que llevara el Plan de Estabilizacin, subraya Luis ngel Rojo, que fue uno de los tcnicos comerciales del Estado recin salidos de la facultad que aglutin Varela a su alrededor. Y se comenz a ver la luz. Varela resume en tres, los pecados capitales de la poltica autrquica y sus virtudes contrarias: Contra inflacin, estabilizacin; contra proteccin, apertura, y contra intervencin, liberalizacin. Las primeras medidas del Plan de Estabilizacin pasaron por un descenso en el gasto pblico y aumento de los impuestos, acompaados de una tmida reforma fiscal. Con ello se cort el dficit. La mejora de la situacin financiera del Estado le permiti cerrar el grifo del Banco de Espaa y con l una peligrosa fuente de inflacin con la elevacin de los tipos de inters. El gobierno baj el tipo de cambio devaluando la peseta en 1957, estableciendo un cambio de 42 pesetas por dlar, se bloquearon los sueldos de los funcionarios, inicindose una pequea reforma tributaria con la ampliacin de la base imponible y se liberaliz el comercio y la inversin extranjera de un modo incompleto, pero suficiente. El primer efecto fue la cada en el empleo y en la renta real, que se mantuvo durante un ao, y una mejora espectacular de la balanza de pagos. Salvado el shock inicial, los espaoles experimentaron una clara mejora como consecuencia del Plan. La llegada de bienes extranjeros y de capital forneo permiti renovar los bienes de capital y multiplicar la productividad del trabajo. En slo cinco aos se recuper la apertura econmica de 1935. El desarrollo econmico espaol asombr al mundo, y ni siquiera los famosos Planes de Desarrollo que quisieron echar atrs parte del legado del 59 lograron detenerlo. En definitiva, la liberalizacin econmica del 59 fue posible, como muchas otras, porque se consider una solucin de ltima instancia a un problema econmico que amenazaba la supervivencia del propio rgimen. Tras el xito alcanzado con el Plan de Estabilizacin era imprescindible asegurar la libre circulacin de personas, el libre comercio de bienes y servicios y la libertad de movimiento de capitales. Estos objetivos eran las bases de la Unin Europea, en la que Espaa se integrara en 1896. En consecuencia, la economa espaola se integra definitivamente como una ms de un mundo global, con los beneficios inherentes a esas tres libertades y con los riesgos que conlleva un sistema financiero internacional que ha crecido desproporcionadamente. 15

Espaa fue admitida en el FMI, en la OECE y en el Banco Mundial. A cambio de crditos, estos organismos apoyaron la realizacin del Plan de Estabilizacin de 1959. En la poltica coyuntural se procedi a la devaluacin de la peseta

2.2. ESPAA EN LA UNIN MONETARIA. La situacin actual de la economa espaola es bien distinta a la de hace 50 aos. Espaa es una economa desarrollada que forma parte de una Unin Monetaria con los pases ms avanzados de Europa. Sin embargo, nuestros desajustes y desequilibrios econmicos, en combinacin con la crisis financiera internacional, la han acabado llevando a la recesin ms profunda en mucho tiempo. Espaa se ha integrado en la Unin Monetaria, ha sustituido la peseta por el euro, una decisin probablemente inevitable pero que el profesor Recarte considera un error soberano. En cualquier caso, nuestra moneda es el euro y la integracin en la Unin Monetaria Europea ha impedido que pudiramos tomar las medidas necesarias para mantener los equilibrios internos y externos de nuestra economa. Hoy Espaa se encuentra con las consecuencias de un exceso de inversin en el sector de la construccin, con una burbuja inmobiliaria que continua estallando al ritmo que pueden soportar las entidades financieras espaolas, con un problema de liquidez que afecta a todo el sistema financiero y con otro de solvencia que se ir manifestando a lo largo de 2009 y 201 Esta es la fotografa de nuestro pas, con las previsiones del Gobierno. PIB TASA DE PARO EMPLEO DFICIT PBLICO INVERSION CONS. PRIVADO 2008 1,2 11,3 -0,6 -3,8 -2,8 0,1 2009 -3,6 17,9 -5,9 -9,5 -14,1 -4,1 2010 -0,3 18,9 1,7 -7,9 -4,5 -0,4 2011 1,8 18,4 0,5 -5,2 2,5 2.1 2012 2,7 12,1 1,4 -3,0 4,3 2,1

Aceptar que uno tiene un problema es la primera fase de la recuperacion. El Gobierno espaol reconoce ahora abiertamente que la economa se encuentra en una recesin profunda. Tras hablar de brotes verdes antes de las elecciones europeas, la ministra de Economa, Elena Salgado, advierte de que la economa no empezar a crecer de nuevo hasta 2011. Habla tambin con cierta firmeza de austeridad presupuestaria. Es un cambio digno de elogio, pero la ministra nos sigue pareciendo poco firme. Es casi seguro que el desempleo superar el 19% que el Gobierno ha previsto para el prximo ao. El Gobernador del Banco de Espaa, Miguel ngel Fernndez Ordoez, seala con razn que ya no hay capacidad de gasto ms all del actual plan de estimulo. Advierte que el dficit presupuestario espaol podra alcanzar el 10% del PIB el prximo curso, mientras que la deuda pblica podra superar el 60% del PIB. El Gobierno est a punto de 16

embarcarse en un plan de recapitalizacin bancaria que podra costar hasta 99.000 millones de euros. Pero el presidente Jos Luis Rodrguez Zapatero sigue gastando. De algn modo, Salgado afirma que de aqu a 2012 reducir el dficit presupuestario al 3%. Seria desde todos los puntos de vista una hazaa mayor que lo ocurrido en 1959 con el Plan de Estabilizacin Econmica. Pocos creen que lo consiga. El Gobierno dice que todava no va subir los impuestos, aparte de la subida del tabaco y el combustible, que aportar 2.300 millones de euros, una gota en un ocano, frente a los 180.000 millones de presupuesto. Esto significa que a cambio deber recortar el gasto. Salgado ha prometido recortar el techo de gasto para el prximo ao un 5%, pero aun no ha dado ningn detalle de cmo lo va a hacer. Los organismos de calificacin ya rebajaron en enero de este ao la calificacin crediticia de Espaa. Ahora las previsiones de Standard and Poors que incluyen un dficit presupuestario del 4% en 2011- empiezan a parecernos optimistas. En febrero la Comisin Europea abri expediente a Espaa debido a la cada de ingresos fiscales, el aumento de las prestaciones por desempleo y las medidas de estimulo para combatir la crisis, que hipotecaban el 30% del PIB. Aunque el ao pasado se mantuvo cerca del umbral del 3%, el informe del Ejecutivo comunitario concluye que el dficit espaol no es temporal puesto que seguir sobrepasando el valor de referencia en los prximos aos, ni tampoco puede calificarse de excepcional, ya que la economa espaola registr todava un crecimiento positivo en 2008. La Comisin ha decidido por tanto iniciar el procedimiento de dficit excesivo contra Espaa con la adopcin de este informe, seala el Ejecutivo comunitario. En su anlisis del programa de estabilidad, Bruselas reitera que los problemas que atraviesa la economa espaola se deben a la contraccin del sector de la construccin y la cada del precio de la vivienda y al dficit por cuenta corriente, que se han visto agravados por la crisis financiera. Adems de estas medidas discrecionales, las finanzas pblicas se encuentran gravemente afectadas por la desaceleracin econmica, lo que limita el margen para nuevos estmulos fiscales sin poner en riesgo una posicin presupuestaria slida a largo plazo. El informe critica adems que el programa no detallaba las medidas que se adoptaran para reducir el dficit en 2010 y 2011, ms all de la finalizacin del fondo de ayuda a los ayuntamientos aprobado en 2008. Y denuncia que se permitir a los gobiernos regionales y locales incurrir en dficit en 2009 sin la obligacin habitual de presentar un plan de reequilibrio. Asimismo Bruselas avisaba de que el aumento de la deuda podra ser ms grave del previsto por el Gobierno (14 puntos hasta alcanzar el 53,7% en 2011) teniendo en cuenta los riesgos macroeconmicos y la incertidumbre sobre el impacto de las garantas concedidas a los bancos.

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La Comisin subraya que el deterioro de la posicin presupuestaria espaola agravar el impacto presupuestario a largo plazo del envejecimiento de la poblacin, debido sobre todo al fuerte aumento del gasto en pensiones. Por ello, el Ejecutivo comunitario insiste en la necesidad de mejorar la sostenibilidad de las finanzas pblicas a largo plazo y pide medidas para reducir el aumento de gasto relacionado con el envejecimiento de la poblacin. Como conclusin, Bruselas constata que el programa espaol tiene como objetivo un fuerte impulso fiscal en 2009, lo que se ajusta al plan de recuperacin. No obstante teniendo en cuenta el fuerte deterioro de la situacin presupuestaria, reclama que la restauracin de la sostenibilidad fiscal tan pronto como la economa se recupere sea una prioridad absoluta. Por ello, el Ejecutivo comunitario pide que se evite cualquier deterioro adicional de las finanzas pblicas en 2009 y que se lleve a cabo con determinacin el ajuste estructural a partir de 2010, respaldado con medidas concretas. El ritmo de consolidacin presupuestaria debe acelerarse si la situacin econmica mejora ms de lo esperado. Una vez reconocida oficialmente la intensidad de la crisis, la pregunta actual es en qu momento se tocar fondo y cuando se podr retomar una fase de crecimiento de la economa espaola. De momento parece que hemos salido de la situacin de vrtigo de una cada imparable, ya que algunos indicadores financieros y burstiles internacionales dan seales de un cambio de tendencia. Pero como podemos recordar, fue la economa americana, seguida de la britnica, la que inici el ciclo depresivo actual y, por tanto, el resto de las economas europeas, y especialmente la espaola, se retrasaran en tocar suelo e iniciar el cambio hacia un nuevo ciclo expansivo para posteriormente alcanzar su crecimiento potencial. Pero en Espaa, como nos advierten las instituciones internacionales y nacionales, an no se ha hecho el ajuste del sector financiero ni se ha terminado con el ajuste de precios en el sector constructor (vivienda, edificios, suelo), por lo que es de esperar que la entrada de un nuevo ciclo, aunque sea modestamente creciente, se retrasar respecto al resto de los pases europeos que si han hecho el ajuste financiero. Para determinar si se est tocando suelo en algunas variables, es decir, si las tasas intertrimestrales moderan la cada siendo inferiores a las de trimestres previos, conviene analizar la reciente evolucin de algunos de los indicadores ms importantes. Los dos indicadores de confianza de los consumidores elaborados independientemente por la Comisin Europea y por el ICO muestran un ligero repunte, aunque en niveles muy bajos. El indicador de clima econmico de la Comisin Europea y el avanzado por la OCDE, tambin muestran un ligero repunte. Los indicadores de confianza empresarial dejan de empeorar, excepto el del clima industrial, que sigue cayendo, aunque moderndose ligeramente. Analizando ya los indicadores de actividad, como se sabe, los datos del PIB del primer trimestre fueron muy negativos tanto desde el punto de vista de la demanda interna (consumo e inversin) como de la externa (saldo de exportaciones e importaciones de bienes y servicios) y la oferta de produccin que reflej tasas negativas en todos los sectores. Los datos del segundo trimestre no los conoceremos hasta el mes de agosto. Pero si disponemos ya de algunos indicadores de abril y mayo. 18

Desde el punto de vista de la demanda disponemos de indicadores de consumo: ventas al por menor (-5,2%), ventas de bienes de consumo de grandes empresas (-14,1%), matriculaciones de automviles (-38,8%), produccin industrial de bienes de consumo (-11,1%). De su evolucin puede deducirse que en el segundo trimestre se est moderando la intensidad de la cada con tasas menos negativa. Los indicadores de inversin en equipos sealan la dificultad de las empresas para invertir por falta de expectativas, con tasas an muy negativas en la inversin de equipos, maquinaria diversa y material de transporte. Los indicadores de construccin de viviendas y edificios estn en consonancia con la delicada situacin del sector, sin que se observen todava signos de mejora, y reflejan el severo ajuste al que se est sometiendo el sector. Un gran dilema se presenta en la evolucin en la demanda externa, ya que las exportaciones dependen sobre todo de la evolucin de nuestros principales clientes europeos (Alemania, Francia, Reino Unido), cuyo peso sigue siendo mayoritario aunque se estn explorando otros mercados como China y pases rabes. Las importaciones, incluido el petrleo, son indicadores muy sensibles a los cambios de actividad. Los ltimos datos (slo del primer trimestre) reflejan cadas importantes tanto en exportaciones como en importaciones, aunque con un menor deterioro del saldo comercial. Tambin la balanza por cuenta corriente, con un dficit en el primer trimestre inferior al del ao anterior, seala el ajuste de las familias y empresas espaolas en su nivel de endeudamiento con el exterior. Una de las debilidades ms importantes en el comienzo de la crisis. Pero el ajuste ms negativo de esta crisis se est soportando en el empleo. El paro se est cebando con los trabajadores con contrato temporal y en los autnomos (microempresas y profesionales). Los indicadores de la Seguridad Social del mes de mayo continan empeorando en tasas desestacionalizadas. De todas formas, sern los datos de ocupacin (EPA) y afiliacin (Seguridad Social) los que deben indicarnos el cambio de tendencia. Si creemos las previsiones del Gobierno, el ltimo trimestre de 2009 puede ser el punto de inflexin de este ciclo depresivo, pero 2010 continuar con tasas negativas y si no se acometen reformas estructurales tan comentadas por instituciones y analistas, durante muchos trimestres el crecimiento puede ser insuficiente para crear empleo; en crecimiento potencial de la economa espaola ser mucho menor que el alcanzado en el ciclo expansivo anterior, todos seremos ms pobres y ser difcil alcanzar los anteriores niveles relativos respecto a nuestros socios europeos.

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2.2. JAPN UNA LECCIN PARA ESPAA. -No hay memoria a quien el tiempo no acabe, ni dolor que la muerte no lo consuma. -Pues, qu mayor desdicha puede ser -replic Panza- de aquella que aguarda el tiempo que la consuma y a la muerte que la acabe? [ ] -Siempre deja la ventura una puerta abierta en las desdichas, para dar remedio a ellas -dijo don Quijote. Cmo salir de la crisis? Qu medidas aplicar? La economa espaola est en un callejn sin salida, atenazada por unos desequilibrios que amenazan con alargar la recesin econmica mucho ms de lo que Espaa est en condiciones de soportar. Las medidas de gasto adoptadas por el Ejecutivo no han hecho sino empeorar una situacin de dficit pblico que, adems de duras sanciones por parte de nuestros vecinos europeos, pueden sumir a la economa espaola en un largo proceso de desajustes como los vividos en Japn desde el ao 1992, el ao que dio paso al comienzo de la dcada perdida, cuyos efectos an est padeciendo la economa nipona. El FMI ya advertido que Japn no volver a crecer hasta 2010. Existe coincidencia entre los estudiosos de la economa en que la crisis que vivi Japn es la que guarda ms similitudes con la que sufre ahora Espaa: estallido de la burbuja inmobiliaria, crisis bancaria, parlisis crediticia, deflacin y chorros de dinero en forma de estmulos fiscales para animar a economas en apuros. Las soluciones, en ambos casos llegaron tarde y la gestin, en ambos casos, nefasta. Y como de los errores se debe aprender, la experiencia de Japn tendra que servir como ejemplo a Espaa para desarrollar una estrategia que concluya en un modelo econmico basado en la productividad y la innovacin, en fomentar una poltica fiscal que estimule la inversin y en resolver el paro y la crisis bancaria si lo que se pretende es que funcionen los estmulos fiscales. Espaa y el Gobierno de Rodrguez Zapatero deben esmerarse en la aplicacin de la poltica econmica porque, en caso contrario, Espaa corre el riesgo de que la crisis econmica se alargue ms de lo previsto y se convierta en el centro de todas las crticas, en el ltimo pas de la Unin Europea en salir de la recesin, como ya han advertido varios organismos internacionales, entre ellos el FMI. Ahora, lo que toca, sin ms dilacin, es aplicar medidas eficaces, poner en marcha, de una vez por todas, las reformas estructurales pendientes con el claro objetivo de que permitan frenar la sangra del desempleo, el primer problema que tiene que resolver de forma urgente el Ejecutivo. Nuestros mximos responsables econmicos estn an a tiempo de tomar nota de lo que aconteci en Japn all por 1992. Ese ao marco el comienzo de una grave crisis que se prolong durante 10 aos, un periodo con tasas de crecimiento muy reducidas o nulas que se acompaaron de deflacin y depreciaciones en el tipo de cambio del yen, una espiral de la este pas an no ha conseguido salir. Pero Por qu Japn puede servir de ejemplo para Espaa? En ambos pases, se ha producido un estallido de la burbuja inmobiliaria, crisis bancaria, parlisis crediticia, deflacin e importantes estmulos fiscales y monetarios, entre otros.

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Desde el FMI aseguraban hace unas semanas que son crisis muy parecidas, por lo que la de los 90 puede ayudar a nuestros polticos a tener en cuenta indicaciones reales y tiles a la hora de adoptar decisiones y, sobre todo, soluciones para evitar emular una dcada perdida, como la vivida por Japn, cuya economa an no ha levantado cabeza, ni parece que lo har hasta 2010, ao para que el FMI pronostica un aumento del PIB del 1,7%. Remontmonos, pues, al principio. Japn y 1990, fue entonces cuando estallaron las burbujas burstiles e inmobiliarias que se haban creado en los aos 80 tras una poltica monetaria muy expansiva. Los detonantes fueron unos precios excesivamente inflados y un incremento de los tipos de inters que pretendan corregir las presiones inflacionistas. Sin embargo, los precios del suelo empezaron a caer en 1991 y se redujeron a la mitad en nueve aos, de tal manera que en 2003 haban vuelto al nivel de 1980. Las consecuencias no tardaron en desencadenarse. El sistema bancario nipn tena buena parte de su capital en acciones y propiedad inmobiliaria, de manera que los bancos redujeron drsticamente los prstamos para mantener el coeficiente de caja y para hacer frente al incremento de la morosidad. Les suena? Pues an hay ms. A esta circunstancia le sigui una cada del consumo privado en relacin con el PIB. Entre 1995 y 2003, el consumo privado en Japn creci en una tasa anual apenas el 1%, es decir, a un ritmo menor que el PIB y sustancialmente inferior al registrado en otros pases de la OCDE. El retraimiento del consumo gener tensiones deflacionarias: el deflactor del PIB se redujo durante los aos transcurridos entre 1995 y 2003, mientras que la variacin del IPC entr en territorio negativo en 1999 y 2003. Todo este cmulo de indicadores no pudo ms que traer encadenada una grave crisis bancaria como consecuencia de los prstamos de dudoso cobro y de las prdidas de las instituciones financieras. La aversin al riesgo por parte de los bancos desemboc en una muy importante compresin del crdito. La crisis bancaria estall en 1997 con la quiebra de Yamaichi Securities y del Hokkaido Takusyoku Bank. Cierto es que las primeras medidas para afrontar esta crisis se tomaron de manera tarda, les suena tambin de algo? En Espaa, adems en un principio el Gobierno de Rodrguez Zapatero neg reiteradamente la existencia de una crisis econmica- casi tres aos despus del estallido de la burbuja. Lo que ocurri desde entonces en la economa espaola es bien conocido. Entr en cada libre, con retrocesos en el PIB del 4%, el paro se dispar por encima de los cuatro millones y la creacin de empleo cay en picado, en el ltimo ejercicio se destruyeron cerca de un milln y medio de empleos. Sin olvidar que los precios, desde marzo pasado, registran cadas en tasa interanual. Y, al igual que ocurri en Japn, planes de estmulo millonarios para sostener la actividad, en lo que va de ao (enero-julio) Rodrguez Zapatero habr gastado alrededor de 24.000 millones de euros, lo que ha provocado un dficit galopante que a final de 2009 rondar los 100.000 millones de euros, el 10% del PIB, muy lejos del 3% marcado por Bruselas, al que sin remedio deber retornar nuestros pas si desea mantenerse en la disciplina de la moneda nica.

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Y de ah a decidir subir los impuestos ser cuestin de meses. Los estmulos fiscales que simplemente tapan agujeros absorben dinero que no se puede dedicar a otras medidas. Quizs es meditico, pero poco productivo. Hay que tener en cuenta que las futuras generaciones pagaran la deuda de hoy, lo que significa que el gasto pblico que se basa en crditos debera ser utilizado para inversiones con beneficios tambin en el futuro. Tras la resolucin tarda de la crisis bancaria y coincidiendo con un aumento de la exportaciones a Estados Unidos y China, la economa japonesa empez a mostrar signos de recuperacin en 2003. El PIB, tras crecer el 0,2% en 2001 y el 0,3% en 2002, aument el 1,4% en 2003, el 2,7% en 2004 y se increment una media del 2% en 2005-2007. Una de las diferencias entre Japn y Espaa es que Japn creci gracias a las exportaciones y la inversin ya que tiene un modelo econmico que se basa en la competitividad internacional. Espaa, por el contrario, es un pas que est enfocado en el consumo domestico y nuestra poca competitividad internacional. Japn financi sus crditos a travs de ahorros internos, mientras Espaa depende de los mercados financieros internacionales, lo que supone un problema si el pas no atrae a inversores extranjeros. Por ltimo, Japn tiene una deuda pblica muy alta que le da poco margen para la poltica econmica en el futuro. La deuda de Espaa es bastante ms reducida pero creciente, lo que significa mayor importancia en el pago de intereses en el futuro. Adems se pueden resaltar algunas ventajas de nuestra economa sobre la japonesa a tener en cuenta. Japn tiene algunos problemas en el mercado laboral y financiero que Espaa no tiene. Desde este el punto de vista, nuestro pas lo tiene ms fcil. Lo que podemos aprender de Japn es a desarrollar una estrategia econmica para crear un modelo econmico que se base en la competitividad. La productividad y la innovacin son claves para actualizar el modelo econmico de Espaa. Martn Rahe, director de Eada (Escuela de Alta Direccin y Administracin de Barcelona). Para Martn Rahe, es necesario quitar importancia al consumo interno y forzar la inversin y las exportaciones, lo que requiere el esfuerzo comn de todos los agentes de la economa y un liderazgo importante por los principales grupos polticos y empresariales. La estrategia a corto plazo tiene que estar acompaada por unas politicas a corto plazo que se centren en una poltica fiscal y monetaria que estimule la inversin, asegura. Jos M. Sayeras, profesor de Economa de Esade, considera que lo s diferencia nuestra situacin de la nipona es que Espaa es parte de la Unin Europea, por lo que las salidas a la crisis, en este sentido nada tienen que ver con la japonesa, donde los gobernantes tenan una gran libertad de maniobra y capacidad de margen sin estar condicionados por una moneda nica. Ahora, la cuestin principal es cmo salir de la crisis. Sayeras apunta dos vas. La primera de ellas es aumentar el nivel de productividad, trabajando ms y mejor, aunque reconoce que es una solucin cuyos efectos se materializan a largo plazo y llevan un componente educativo importante. 22

En segundo lugar, y a la vista de las dificultades de incrementar la productividad en nuestro pas, la solucin vendra en los costes, en que Espaa resultara ms barata que otros pases. Para ello sera necesario, entre otras, negociaciones colectivas que no resultaran muy gratas, ya que llevaran consigo un descenso de costes y precios, asegura el profesor de Esade. Tomando como referencia la economa asitica, por tanto, se puede concluir con que la crisis espaola puede ser larga, aunque no tan profunda como la nipona, que an da sus coletazos. Adems, los estmulos fiscales y monetarios pueden ser insuficientes para sacar a la economa de la recesin. Por ltimo, si se acentan las tendencias deflacionistas y persiste la cada de precios, quiz sea necesario ir ms all de la facilitacin cuantitativa -compra de activos bancarios a cambio de efectivo, como ha hecho el Banco de Inglaterra recientemente-, y a diferencia de los japoneses, hacer que los bancos centrales se fijen un objetivo explicito de inflacin para modificar las expectativas de cadas de precios, que aplazan el consumo, la inversin y las exportaciones.

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3. EL SISTEMA FINANCIERO ESPAOL. ... ms hemos de atender a la gloria de los siglos venideros que a la vanidad de la fama que en este presente y acabable siglo se alcanza; la cual fama por mucho que dure, en fin, se ha de acabar con el mismo mundo, que tiene su fin sealado. A principios de 2009, Alberto Recarte public un trabajo titulado La crisis financiera internacional y el crack financiero espaol, tambin conocido como Informe Recarte que probablemente fue el libro de economa ms ledo en Espaa y donde se analizaba la situacin del sistema financiero espaol, su comportamiento tras la entrada en la zona euro, modo de financiacin y si sus fondos propios eran suficientes para resistir la morosidad que su autor consideraba necesarios para soportar el descenso de la actividad del sector inmobiliario, el de la construccin, y, en particular, el ajuste a la baja, del precio del suelo y la vivienda. Conclua con que la morosidad y las prdidas en las cuentas de resultados de las entidades financieras espaolas eran inevitables y que, cuando se reconocieran, afectaran, todava ms, a la liquidez del sistema financiero y, en funcin de su gravedad, a la solvencia de muchas entidades financieras. Aunque eran evidentes las debilidades de nuestro sistema financiero en concreto su dependencia del ahorro exterior y los excesos de crditos concedidos para actividades inmobiliarias, para el sector de la construccin y el volumen de crdito hipotecario de los hogares y empresas espaolas, nuestras autoridades lo ponan como ejemplo para el resto del mundo. Pero en la ltima semana de marzo de 2009, el Gobierno se vea obligado a rescatar la Caja Castilla la Mancha. La primera intervencin pblica de una entidad financiera desde 1993 cuando el Gobierno de Felipe Gonzlez haca lo propio con Banesto. El agujero de la CCM se situaba entre 3.000 y 4.000 millones de euros; aproximadamente el 50 por ciento del Fondo de Garanta de Depsitos (FDG), es decir, el colchn financiero para afrontar los problemas del sector financiero ejemplo del mundo. A fecha de julio de 2008, el Banco de Espaa tena contabilizados 2,2 billones de euros de depsitos y los FDG alcanzaban la cifra de 7.222 millones de euros, es decir, slo cubran el 3,28 por ciento de los depsitos, una cantidad que, pese a ser pequea, estaba dentro de lo establecido por el reglamento que regula el Fondo. Se admite que sin ser tan slido y solvente como pregona el Gobierno, nuestro sistema financiero es ms que aceptable, aunque en un mundo globalizado, con libertad absoluta de movimiento de capitales, con bancos que actan globalmente, con una economa, como la espaola, que funciona con un enorme dficit de la balanza de pagos por cuenta corriente, con una burbuja inmobiliaria de las mayores del mundo y con un crecimiento del balance del conjunto de las entidades financieras que operan en Espaa mayor, en conjunto, al de la mayora de los pases, en relacin con el tamao de su PIB, los problemas del sistema financiero espaol deberan ser los mismos que los del resto de pases desarrollados con ese mismo tipo de problemas. Y son, efectivamente, los mismos problemas de liquidez y de solvencia, pero que estn aflorando de una forma diferente.

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3.1. LAS FORTALEZAS DE NUESTRO SISTEMA FINANCIERO. Tras la desaparicin de Franco, todos los factores permitan pensar que el futuro estaba destinado a presenciar una multiplicacin de problemas, y algunos parecan incluso dramticos. Por primera vez pareci quebrar el proceso de desarrollo. A partir de 1973, las economas del mundo occidental, que haban experimentado un crecimiento auto sostenido a partir de la reconstruccin de la posguerra, sufrieron una grave crisis. La causa desencadenante ms inmediata fue el incremento del precio del petrleo, que en un ao se multiplic por cinco. Hubo, sin embargo, otros factores coadyuvantes, como las deficiencias del sistema monetario internacional y la tendencia experimentada en todo el mundo occidental a incrementar el sector pblico. La crisis tuvo como consecuencia que se pusiera en cuestin la estrategia keynesiana hasta el momento como principio fundamental de la poltica econmica. Lo sucedido en Espaa revisti unas especiales caractersticas respecto al resto de las economas occidentales, no slo por su carencia de fuentes de energa propias. Nuestro pas no haba experimentado un crecimiento econmico tan largo. La propia debilidad del rgimen dictatorial haba hecho crecer las expectativas de mejora de nivel de vida. Por si fuera poco, existan una serie de factores que no se dieron en otros pases y que contribuyeron a agravar la situacin. Mientras que en los pases europeos de la OCDE el petrleo representaba el 55% de la energa consumida, en Espaa era el 66%; adems, casi la totalidad de ese petrleo era importado, mientras que en el resto de Europa lo era slo el 70%. Finalmente, la emigracin cambi de sentido. En el periodo 1961-1975 el nmero de regresados fue de unos 140.000, que, como es lgico, contribuyeron a agravar los problemas del mercado de trabajo. El impacto de la crisis fue en Espaa ms tardo que en el resto de Europa, pero en cambio estuvo destinada a ser especialmente grave y duradera. Todava en 1974, el crecimiento fue del 5,7% pero en 1975 result de tan slo el 1,1%. As suceda al mismo tiempo que la inflacin creca a un ritmo muy superior a la de los pases de nuestro entorno, entre 2 y 6 puntos por encima de la media de aquellos. Problemas que hasta ahora no haban existido ahora se presentaban de modo acuciante. En el gran periodo de desarrollo econmico, entre 1964 y 1974, la media del paro no haba llegado a entre el 1 y el 2,4 por ciento de la poblacin activa, pero en 1975 se aproxim al 5 por ciento. Fueron sus causantes el estancamiento del desarrollo industrial y la rigidez de las disposiciones laborales. Las perspectivas econmicas en 1975 distaban, por tanto, de ser ptimas. El primer ao de la Transicin ha podido, as, ser descrito por los especialistas como el peor ao de la economa espaola desde 1960. No slo los factores econmicos sino tambin los sociales contribuyeron a hacer difcil el panorama.

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La inexistencia de libertades sindicales hizo que la protesta a veces se engendrara por motivos puramente polticos y que a menudo no fuera responsable. En 1975 el incremento de la productividad fue el ms bajo desde 1965, pero el de los salarios reales fue cuatro veces superior. La regulacin y el control del Banco de Espaa. El sistema financiero espaol actual es el resultante de una de mayores crisis bancarias que se han registrado en los ltimos cincuenta aos en el mundo desarrollado. La crisis econmica del periodo 1976-1985, que es la consecuencia, en Espaa, de las dos primeras crisis del petrleo, se tradujo en la quiebra de un gran nmero de bancos. Aproximadamente el 25 por ciento de todos los depsitos del sistema financiero espaol pasaron por el Fondo de Garanta de Depsitos, que pag a sus clientes de pasivo el cien por cien de sus imposiciones en cualquier banco -excepto en una ocasin- . El coste de la crisis financiera alcanz, aproximadamente, el 15 por ciento del PIB espaol de esos aos. A raz de lo anterior, las autoridades monetarias y gubernamentales decidieron que el sistema financiero requera control y especial vigilancia. Desde entonces, el sistema financiero espaol est frreamente supervisado por el Banco de Espaa, que regula, controla y mide los riesgos del conjunto de nuestra banca incesantemente, discrecionalmente y arbitrariamente. El Banco de Espaa, dirigido con mano de hierro en esos aos por Mariano Rubio, cre un sistema de circulares de obligado cumplimiento, de legalidad indefinida, que le permitieron articular un nuevo sistema financiero en el que se pona el nfasis en la solvencia y la liquidez, vigilando, especialmente, la relacin del banco con sus principales prestatarios y forzando la introduccin de los mejores sistemas informticos existentes, para que su propia informacin sobre las actividades crediticias y de captacin de pasivo fueran imbatibles. El Banco de Espaa se consideraba responsable del xito o fracaso del sistema financiero en su conjunto. La experiencia de los aos de crisis marc una poltica crediticia conservadora en la que se valoraban positivamente las garantas hipotecarias, pues la crisis sufrida se haba cebado en la llamada banca industrial, en definitiva, en la que financiaba la actividad de los sectores econmicos espaoles que ms se vieron afectados por la competencia derivada de la apertura al exterior de la economa espaola y por la de los sectores que fueron incapaces de soportar la subida del precio del petrleo, los altos tipos de inters, la inflacin y las alteraciones permanentes del tipo de cambio de la peseta, que fueron las constantes que sacudieron a la economa espaola durante esos aos. Composicin. Las entidades financieras, bancos, cajas y cooperativas de crdito, que componen nuestro sistema financiero, y que se someten por las buenas o por las malas, a las directrices del Banco de Espaa, son universales.

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La banca espaola presta todo tipo de servicios financieros inimaginables a sus clientes, empresas, familias y a las propias administraciones pblicas, en el mbito de sus competencias. La banca espaola concede crditos a los promotores, prstamos hipotecarios a los compradores de viviendas, nuevas o usadas, da crditos al consumo, administra el sistema de tarjetas de crdito, ofrece la posibilidad de invertir en fondos de pensiones y todo tipo de fondos de inversin a travs de fondos creados y gestionados por ella misma, financia el crdito a la exportacin y participa en otras sociedades mucho ms sofisticadas, como hedge funds y prvate equities y, a travs de sus departamentos de Banca de Negocios, lleva a cabo actividades tpicas de los bancos de inversin, al margen de participar, con el permiso del Banco de Espaa y respetando los lmites fijados en las correspondientes circulares, en todo tipo de sociedades mercantiles, indirecta o directamente, a travs de corporaciones creadas especficamente para desarrollar ese tipo de actividades. Lo excepcional del sistema es que, por decisin del Banco de Espaa, todas esas actividades tienen un reflejo contable y patrimonial en los balances de las entidades financieras. Directa o indirectamente, todo, lo bueno y lo malo, aparece en el activo de la banca espaola, que es, por eso, ms universal que ninguna otra. En el resto del mundo, en especial en la banca anglosajona, muchas actividades se llevan a cabo por entidades financieras independientes de los propios bancos. Esa banca paralela, que Roubini ha calificado como shadow banking, goza de gran libertad. No ha tenido el control que las autoridades monetarias han ejercido sobre los bancos universales. Este el sistema que ha estallado primero en Estados Unidos y luego en el resto del mundo. Los bancos de inversin, los hedge funds, los fondos de inversin, los conduits (sociedades de promocin y venta de hipotecas), los private equities han tenido, un tamao enorme en pases como Estados Unidos. No en Espaa, porque el Banco de Espaa no ha permitido que esas actividades parabancarias quedaran fuera de su competencia, de su regulacin y su control. Por supuesto que esas entidades existen en Espaa, pero con un peso econmico muy inferior al que tienen en otros pases. 1. El Banco de Espaa tambin ha controlado el proceso de desbancarizacin, poniendo estrictos lmites a los activos que los bancos podan sacar de su balance y controlando en qu condiciones se colocaban en el mercado. 2. El Banco de Espaa ha tratado de controlar la expansin internacional de la banca. Se ha determinado, caso por caso, a quien permita establecerse o comprar entidades financieras fuera de Espaa, en qu pases, con qu condiciones. Y ha vigilado el balance global de los bancos con ese tipo de exposicin y actividad internacional. 3. El resultado ha sido una banca eficiente, bien capitalizada, bien informatizada y muy rentable, porque tambin el Banco de Espaa la ha protegido para que tuviera beneficios que permitiesen reforzar su capital, defendindola, incluso frente a la Agencia Tributaria.

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3.2. LAS DEBILIDADES DE NUESTRO SISTEMA FINANCIERO. Pero no todo son fortalezas. Las debilidades de nuestro sistema financiero son tambin significativas, merece la pena analizar el reverso de la moneda de ese sistema de control por parte del Banco de Espaa. 1. Contamos, o sufrimos, con las consecuencias de tener un sistema financiero muy conservador en su poltica crediticia. Es muy difcil que empresas o actividades personales innovadoras sean financiadas por la banca. Slo si aportan garantas hipotecarias se consigue, muchas veces, la financiacin de nuevas empresas. Y fuera de la banca universal espaola -los bancos, las cajas y cooperativas de crdito- , reforzada con mano de hierro por el Banco de Espaa, hay muy poca financiacin. Son muy pequeos los fondos de capital-riesgo, la actividad de los bancos de inversin, as como son escassimos los crditos personales a tipos de inters razonables. No sera justo atribuir slo al Banco de Espaa y a la banca espaola la responsabilidad nica por falta de diversificacin de la economa espaola. Pero dado su carcter de monopolista, de hecho, del crdito, son responsables de que hoy, con el sector inmobiliario y el constructor en un imprescindible retranqueo, no est claro que sectores pueden desarrollarse como alternativa para la economa. 2. El exceso de conservadurismo y el deseo de evitar una representacin de los errores de la industrializacin desarrollada en la autarqua franquista han terminado por hiperdesarrollar todo lo relacionado con el sector inmobiliario, el de la construccin y el hipotecario. 3. La incompatibilidad entre el frreo sistema de control de los riesgos por parte del Banco de Espaa -con su derivacin de excesos inmobiliarios supuestamente con menor riesgo que otras actividades- y la liberacin de los mercados financieros -maximizada cuando Espaa se incorpora al euro- ha resultado en que un sistema financiero muy eficiente y competitivo ha crecido desmesuradamente. Ese crecimiento se ha producido al margen de lo que deseara el Banco de Espaa pues no entraba ya en sus competencias cunto ni dnde se captaban los depsitos necesarios para crecer. Y una parte sustancial del pasivo se ha captado en el exterior. En cambio, la actividad crediticia se ha concentrado donde si poda decidir el Banco de Espaa, y la actividad inmobiliaria, que supuestamente tena menos riesgo, se vea con mejores ojos que cualquier otra. El Banco de Espaa era consciente de que el crecimiento del crdito era excesivo y consigui que el Banco Central Europeo le permitiera obligar al sistema financiero a dotar un fondo de provisiones genrico, dinmico, que ha sido, a la vista de la evolucin posterior, positiva pero insuficiente. Estamos hablando de un fondo que ha alcanzado los 20.000 millones de euros, una cantidad que palidece frente a los riesgos con las empresas inmobiliarias, que sabemos superan los 315.444 millones de euros en el tercer trimestre de 2008. 28

4. La actuacin del Banco de Espaa, una vez que las cifras confirman que nuestra economa ha entrado en recesin, puede calificarse de errnea, por dirigista y autoritaria, aunque un comportamiento de ese tipo quiz inevitable por parte de una institucin que crea que tena todo previsto y cuyo poder escapa a cualquier control democrtico. Lo mismo, evidentemente, que ocurre con los bancos que ejercen, a nivel nacional, las competencias de regulacin y control sobre las entidades financieras. En Espaa ese poder se ha ejercido, como hemos visto, con luces y sombras, pero con procedimientos muy arbitrarios. En concreto, el Banco de Espaa est teniendo una actuacin muy parecida a la del Banco de Japn durante los cinco primeros aos de los diez que se denomina la dcada perdida en ese pas. En lugar de permitir el reconocimiento de los errores en la poltica crediticia, est impulsando una poltica de negociacin con los grandes y medianos prestatarios en dificultades, para evitar que, a pesar de su frreo control, se ponga de manifiesto el fracaso que supone la concentracin del riesgo en los sectores inmobiliarios y de la construccin. Una poltica llamada a fracasar, porque no se puede ocultar los problemas de la economa espaola. Es incompatible aparentar que estadsticamente la morosidad de la banca en Espaa se mueve todava en lmites razonables, en torno al 3% - 4%, cuando se pierde empleo al ritmo de 200.000 personas al mes. La morosidad real es muy superior, como corresponde a una economa con ms de un milln de viviendas sin vender -viviendas que pueden haber tenido un coste de 200.000 millones de euros- y con enormes sumas de dinero invertidas en financiacin de un suelo que ha perdido, permanentemente, una proporcin muy grande de su valor. Slo hay una explicacin a esa forma de intentar ocultar la realidad, el hecho de que la crisis del sistema financiero internacional hara todava ms difcil de lo que ya es la refinanciacin de la deuda bancaria espaola en el exterior si se pusieran de manifiesto, bruscamente, los problemas de solvencia del sistema. Una manera equivocada de encarar un problema que afecta a todos los pases que se han desarrollado con financiacin externa de tamao significativo. La prdida de valor de un parte sustancial de de los activos financieros por la banca espaola se est produciendo demasiado lentamente, dificultando, de esa forma, la toma de decisiones de recapitalizacin del sistema financiero, en un momento en que este hecho se considera inevitable y positivo por parte de la comunidad internacional. En Espaa los problemas estallaran ms tarde, probablemente cuando la mayora de los pases afectados ya hayan reconstruido sus sistemas. En ese momento todo ser ms difcil. Y habremos perdido un tiempo precioso en el que tampoco habr liquidez ni crditos para casi nadie, con lo que nuestra recesin se extender en el tiempo ms que las de otros pases con problemas similares.

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4. NUESTRAS DOS CRISIS, LA DEL SECTOR INMOBILIARIO Y LA DEL SECTOR FINANCIERO. el que compra y miente, en su bolsa lo siente. Cuanto ms, que desnudo nac, desnudo me hall: ni pierdo ni gano; ms que lo fuesen, qu me va a mi? Y muchos piensan que hay tocinos sin estacas. La desaceleracin de la economa espaola, que en cualquier caso iba a terminar en una profunda recesin, ya haba comenzado cuando estall la crisis financiera internacional de 2007. La economa espaola se estanc en el primer semestre de 2008, entr en recesin en el segundo y continuar contrayndose en 2009 y 2010 y la recuperacin cuando se produzca ser problemtica. La crisis financiera internacional ha tenido un doble efecto en nuestra economa: ha acelerado el proceso de ajuste del sector promotor-constructor y ha puesto en evidencia los excesos de nuestro sistema financiero, que ahora pagamos en dificultades de liquidez. Dos problemas en parte relacionados y en parte independientes. Los primeros diez aos triunfales de la moneda nica han acelerado nuestro crecimiento, han permitido modernizar nuestra economa y nos han animado a todos, banca, empresas y familias, a endeudarnos hasta las cejas. Ahora, el funcionamiento de la moneda nica est provocando un problema indito en la economa espaola, una contraccin monetaria, que recuerda a la de Estados Unidos en 19291932 y a la de Japn a principios de los noventa. Tenemos, pues, dos problemas que afrontar: cmo reducir nuestra Formacin Bruta de Capital desde el 30 por ciento de 2007 hasta una tasa normal de entre 20 y el 22 por ciento, construyendo menos edificaciones y reduciendo nuestra inversin en bienes de equipo, y cmo resolver las consecuencias de la contraccin monetaria derivada de la debilidad de capital y reservas de nuestro sistema financiero. El sistema financiero espaol es diferente al de otros pases desarrollados no slo por el papel que ha jugado en su desarrollo el Banco de Espaa, sino por el peso de las cajas, unas instituciones atpicas, en el mismo. Las cajas suponen ms del 50 por ciento del total de prstamos y crditos a empresas y particulares en Espaa. Pero si pierden su capital, no pueden reponerlo fcilmente. Tendran que emitir cuotas participativas, como acaba de hacer, por primera vez en la historia, la CAM, o emitir deuda a largo plazo. Ahora mismo, esa venta es posible, limitadamente, gracias a los avales que ha concedido, previo pago a los tipos de inters del mercado, el Estado a la banca por un total de 100.000 millones de euros para 2009. El Banco de Espaa, los comentaristas, los analistas nacionales e internacionales y el propio gobierno ponan al sistema financiero espaol como ejemplo de solvencia para todo el mundo. Es evidente que, a mediados de 2007, la banca espaola tena ms fondos propios y computables, en promedio, que la de otros pases desarrollados (en torno al 11% del total del pasivo, medido en trminos de exigencias de los acuerdos de Basilea, pero el 5% real sobre el pasivo contable) y haba sido ms prudente por decisin del Banco de Espaa a la hora de sacar activos fuera del balance vendindolos a terceros. 30

Muchos de esos activos se han demostrado problemticos, como las hipotecas subprime en Estados Unidos, que los bancos haban colocado entre todo tipo de instituciones y sobre las que se ha demostrado que tenan responsabilidad jurdica patrimonial, porque esas ventas de activos estaban sujetas a muchas condiciones que implicaban obligaciones de los propios bancos vendedores con los compradores ltimos de esos productos. Las instituciones financieras espaolas tenan, incluso, ms provisiones que las de otros pases para hacer frente a posibles prdidas por crditos morosos. Lo que no se haba previsto era una prdida de valor de los activos inmobiliarios tan profunda como la que se est produciendo. Una situacin a la que tuvo que enfrentarse la banca japonesa y de la que apenas se ha recuperado. El conjunto de la banca en Espaa, bancos y cajas, soporta ahora mismo muchos ms riesgos que la de otros pases que ya han intervenido recapitulando algunos de sus bancos Veamos estos dos cuadros, en los que aparecen la suma total de crditos concedidos desde el ao 2000 a distintos sectores productivos espaoles y la evolucin de los fondos propios de la banca. Cuadro 1. Total de crditos para financiar activos productivos (millones de euros). Ao 2000 2001 2002 2003 2004 2005 2006 2007 2008 III Trim. Agricultura 13.141 13320 15.122 16.402 18.104 20.738 23.014 25.245 26.593 Industria 78.588 82.959 85.762 85.829 90.487 104.695 119.488 141.571 155.481 Construccin 42.627 46.412 57.376 65.784 78.372 100.781 134.317 153.453 156.363 Act. Inmobil. 33.559 41.840 55.031 77.980 112.165 162.087 244.050 303.514 315.444 Total 302.034 330.591 368.466 411.986 482.984 604.061 781.644 943.086 1.005.670

Fuente: Banco Central Europeo. Banco de Espaa. Boletn Estadstico dic. /08. En este cuadro se han omitido sectores como Comercio y reparaciones, Hostelera, Transporte y comunicaciones, Intermediacin financiera y Otros servicios en aras de mayor claridad y manejo de las cifras. Cuadro 2. Patrimonio neto de las instituciones financieras espaolas (millones de euros). 2002 2003 2004 2005 2006 2007 2008 (oct) 86.977 90.437 111.688 130.561 148.787 174.922 175.150

Fuente: Banco Central Europeo. Banco de Espaa. Boletn Estadstico dic. /08. 31

Las denominadas actividades inmobiliarias son los crditos a los promotores inmobiliarios, que se han multiplicado por diez en ocho aos, mientras que el patrimonio neto de las instituciones se ha multiplicado por dos. Una cifra a tener presente es la de esos 315. 444 millones de euros, que superan en ms de 100.000 millones de euros los fondos propios del conjunto de las entidades financieras espaolas. La opinin de muchos analistas, es que en esta crisis suspender pagos -o tendrn que refinanciarse por procedimientos ms o menos opacos- una parte importante de los crditos a esos promotores. Y sus activos, en particular el suelo, tienen probablemente un valor de mercado muy inferior al de compra, por lo que las prdidas para el sector financiero espaol y los bancos extranjeros que los han financiado pueden ser devastadoras. El crecimiento del crdito al sector promotor inmobiliario ha venido acompaado por el de los balances de las instituciones financieras, pero no de sus fondos propios. Todo ello se desprende de la evolucin que han sufrido las principales variables monetarias, la M1, la M3 y el crdito total a las empresas, las familias y las administraciones pbicas. Tanto la M1 como la M3 son formas de medir el dinero en circulacin, lo que se denomina oferta monetaria. La M1 mide los depsitos de los bancos en el BCE y los depsitos a la vista tanto de particulares como de empresas, es decir, lo que se denomina habitualmente cuentas corrientes. La M3 incluye, adems, los depsitos a plazo y otros activos monetarios en manos del pblico, que tambin tienen la consideracin de dinero. Desde la creacin del euro, en 1998, la M1 ha tenido una evolucin que refleja lo ocurrido en Espaa y en la Europa monetaria. Hasta agosto de 2007, el comienzo de la crisis financiera internacional, la M1 creca en Espaa ms que en el conjunto de los pases de la