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Psicología Política, Nº 40, 2010, 31-60 LA CONVERSIÓN A OBAMA Personalidad e ideología como determinantes de las preferencias de candidato en la elección presidencial americana de 2008 J.T. Jost, T.V. West, S.D. Gosling Universidad de Nueva York - Universidad de Texas (Austin) RESUMEN Hemos realizado un estudio longitudinal con 734 estudiantes durante un periodo de tres meses que incluía la elección presiden- cial norteamericana de 2008. El estudio in- vestiga factores como las características de personalidad y las preferencias ideológicas de los sujetos en la predicción de las per- cepciones de los principales candidatos y la estabilidad y cambio en las preferencias de voto para Barack Obama y John McCain. Investigaciones previas sobre personalidad y la orientación política sugieren que la Apertura a nuevas experiencias está rela- cionada positivamente con las preferencias políticas liberales, mientras que la Respon- sabilidad está positivamente asociada con las preferencias conservadoras; nosotros reprodujimos estos resultados en el contexto del estudio actual. Varios factores ideológi- cos predijeron la conversión a la candidatu- ra de Obama. Entre ellos, el grado de libera- lismo autoinformado de los sujetos; las per- cepciones de sus padres como liberales (frente a conservadores); puntuaciones ba- jas en autoritarismo y la justificación del sistema político (es decir, apoyo al sistema actual de la política electoral y el gobierno). ABSTRACT We conducted a longitudinal study involv- ing 734 college students over a three-month period that included the 2008 U.S. presiden- tial election. The study investigated factors such as respondents’ personality characte- ristics and ideological proclivities in pre- dicting perceptions of the major candidates and both stability and change in voting pre- ferences for Barack Obama and John McCain. Previous research on personality and political orientation suggests that Open- ness to New Experiences is positively asso- ciated with liberal political preferences, whereas Conscientiousness is positively associated with conservative preferences; we replicated these results in the context of the current study. Several ideological fac- tors also predicted conversion to Obama’s candidacy. These included respondents’ degree of self-reported liberalism; percep- tions of their parents as liberal (versus conservative); and lower scores on meas- ures of authoritarianism and political sys- tem justification (i.e., support for the pre- vailing system of electoral politics and government). Key words: political preferences, authoritarianism, personality characteristics, system justification Es corriente dentro de las investigaciones de ciencias políticas y de la comunicación, y en menor medida en el campo sociológico, presuponer que las preferencias de candidatos, las posturas ante distintas cuestiones socia- les y la conducta de voto básicamente están determinadas (de arriba-abajo)

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Psicología Política, Nº 40, 2010, 31-60

LA CONVERSIÓN A OBAMA

Personalidad e ideología como determinantes de las preferencias de candidato en la elección presidencial americana de 2008

J.T. Jost, T.V. West, S.D. Gosling Universidad de Nueva York - Universidad de Texas (Austin)

RESUMEN Hemos realizado un estudio longitudinal con 734 estudiantes durante un periodo de tres meses que incluía la elección presiden-cial norteamericana de 2008. El estudio in-vestiga factores como las características de personalidad y las preferencias ideológicas de los sujetos en la predicción de las per-cepciones de los principales candidatos y la estabilidad y cambio en las preferencias de voto para Barack Obama y John McCain. Investigaciones previas sobre personalidad y la orientación política sugieren que la Apertura a nuevas experiencias está rela-cionada positivamente con las preferencias políticas liberales, mientras que la Respon-sabilidad está positivamente asociada con las preferencias conservadoras; nosotros reprodujimos estos resultados en el contexto del estudio actual. Varios factores ideológi-cos predijeron la conversión a la candidatu-ra de Obama. Entre ellos, el grado de libera-lismo autoinformado de los sujetos; las per-cepciones de sus padres como liberales (frente a conservadores); puntuaciones ba-jas en autoritarismo y la justificación del sistema político (es decir, apoyo al sistema actual de la política electoral y el gobierno).

ABSTRACT We conducted a longitudinal study involv-ing 734 college students over a three-month period that included the 2008 U.S. presiden-tial election. The study investigated factors such as respondents’ personality characte-ristics and ideological proclivities in pre-dicting perceptions of the major candidates and both stability and change in voting pre-ferences for Barack Obama and John McCain. Previous research on personality and political orientation suggests that Open-ness to New Experiences is positively asso-ciated with liberal political preferences, whereas Conscientiousness is positively associated with conservative preferences; we replicated these results in the context of the current study. Several ideological fac-tors also predicted conversion to Obama’s candidacy. These included respondents’ degree of self-reported liberalism; percep-tions of their parents as liberal (versus conservative); and lower scores on meas-ures of authoritarianism and political sys-tem justification (i.e., support for the pre-vailing system of electoral politics and government).

Key words: political preferences, authoritarianism, personality characteristics, system justification

Es corriente dentro de las investigaciones de ciencias políticas y de la comunicación, y en menor medida en el campo sociológico, presuponer que las preferencias de candidatos, las posturas ante distintas cuestiones socia-les y la conducta de voto básicamente están determinadas (de arriba-abajo)

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32 Psicología Política, Nº 40, Mayo 2010 por las élites de los partidos, las consignas políticas, los medios de comuni-cación y otros factores institucionales (por ejemplo, Delli Carpini y Keeter, 1996; Fiorina et al., 2006; Graber, 2004; Layman y Carsey, 2002; Poole y Rosenthal, 1997; Sniderman y Bullock, 2004; Stimson, 2004; Zaller, 1992). Prácticamente no se duda que estos factores son determinantes importantes de los resultados electorales y otros asuntos políticos. Pero existen razones de peso para pensar que la historia institucional no recoge la historia com-pleta. Procesos abajo-arriba que afectan a los resultados políticos. Tal como se muestra en este artículo, también existen procesos psicoló-gicos y sociales abajo-arriba relacionados con personalidad, relaciones interpersonales y la orientación política (o ideología), pero suelen estar resumidos brevemente en la amplia literatura sobre opinión pública. Por ejemplo, en una monografía muy influyente titulada La Naturaleza y Orí-genes de la Opinión de Masas, Zaller (1992, pág., 23) simplemente afirma que “las fuentes de variabilidad en las predisposiciones políticas de los individuos están más allá del alcance de [su] libro y “la literatura académi-ca de la investigación sobre personalidad y opinión es problemática”. Los textos contemporáneos sobre la opinión pública y la conducta de voto son claramente parcos y, a veces, incluso son cautos en lo referente a la investi-gación psicológica de las diferencias individuales en la personalidad, tem-peramento e inclinaciones ideológicas y sus relaciones con las preferencias de candidatos específicos, partidos y políticas. Este hecho es desafortunado, dada la proliferación de investigación actual que sugiere que los factores abajo-arriba son de hecho realmente los que orientan -a veces de manera determinante- las preferencias políticas (ver Jost et al. 2009a, para una revi-sión). La "Personalidad autoritaria" revisada Parte de la resistencia erudita a los factores abajo-arriba es histórica, en la medida en que la investigación psicológica originaria sobre la relación entre la personalidad y la orientación política empezó con la publicación de La Personalidad Autoritaria por Adorno et al. (1950; ver también Lane 1962; McClosky 1958; Tomkins 1963). Aunque el trabajo sobre la persona-lidad autoritaria representó una síntesis profunda de la teoría e investiga-ción sociológica y psicológica (especialmente psicodinámica) (por ejemplo, ver Allport 1954; Brown [1965] 2004), sin embargo fue duramente critica-da por el trasfondo ideológico y sus autores fueron acusados (hiperbólica e injustamente) de equiparar el conservadurismo político con el autoritarismo

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y, al hacerlo, patologizaron el conservadurismo (por ejemplo, Shils 1954; Martin 2001; ver también Roiser y Willig, 2002)1. Por esta y otras razones, como Wolfe (2005) señaló, por los años sesenta, “La Personalidad Autori-taria se trató como una versión científico-social del Edsel, un estudio de caso de cómo cometer el mayor error.” Personalidad, ideología y etnocentrismo El argumento teórico básico desarrollado por Adorno et al. (1950) es de hecho más razonable, más medido y, por tanto, más legítimo empíricamen-te que lo que los críticos admiten. Los autores de La Personalidad Autorita-ria propusieron que la personalidad, la que ellos describieron esencialmente como una organización de necesidades, es un determinante de las preferen-cias ideológicas (Adorno et al., 1950, la pág., 5). Debido a ciertas experien-cias de socialización y conflictos intrapsíquicos sin resolver (por ejemplo, con los padres y otras figuras de autoridad), algunos individuos desarrollan una receptividad ideológica hacia sistemas de creencias que son autorita-rias, pseudo-conservadoras, rígidas, hostiles e intolerantes con los demás (Adorno et al., 1950, p. 9). Aunque todavía no se entienden bien las causas específicas de los esti-los de personalidad autoritaria en la niñez y más allá, la investigación pos-terior ha apoyado las afirmaciones de Adorno et al. (1950) de que las dife-rencias individuales en las tendencias autoritarias son observables y cuanti-ficables y que predicen, en términos generales, las actitudes sociales y polí-ticas intolerantes, etnocéntricas (por ejemplo, Altemeyer, 1996, 1998; Cun-ningham et al., 2004; Duckitt, 2001; Feldman y Stenner, 1997; Napier y Jost, 2008; Rokeach, 1960; Scheepers et al., 1990; Sidanius y Pratto, 1999; Stenner, 2005). En otras palabras, actualmente en la ciencia social es un hecho ampliamente aceptado que, como Adorno et al. (1950) indicaron, “Un hombre (o mujer) que es hostil hacia un grupo minoritario es muy probable que también sea hostil hacia otros grupos minoritarios (p. 9) y, del mismo modo, que el conservadurismo político correlaciona con el autorita-rismo (por ejemplo, Altemeyer 1996; Bonanno y Jost, 2006; Saucier 2000; Sidanius y Pratto, 1999) y con la hostilidad y prejuicio hacia minorias ra-ciales y étnicas (p.e., Sears, Van Laar, Carrillo, y Kosterman, 1997; 2004; Sidanius et al., 1996). Influencia paterna Los padres tienen una gran influencia en las actitudes sociales y políti-cas de su descendencia (por ejemplo, Altemeyer 1988; Davies 1965; Niemi y Jennings, 1991; Sears y Levy, 2003; Sidanius y Ekehammar, 1979). La

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34 Psicología Política, Nº 40, Mayo 2010 formulación de Adorno et al. (1950) de que las prácticas duras en la educa-ción del niño conducen al desarrollo de un temperamento autoritario, es algo más polémica, pero también aquí hay alguna evidencia de que las me-tas y prácticas de educación difieren en función del sistema de creencias políticas y religiosas de los padres (por ejemplo, Boshier y Izard, 1972; Danso et al., 1997; Ellison et al., 1996; Eisenman y Sirgo, 1991; ver tam-bién Wilcox, 1998). En cualquier caso, la amplia literatura sobre socializa-ción política (ver Sears y Levy, 2003, para una revisión) resuelve la duda de las afirmaciones hechas por Harris (1999) y repetidas por Pinker (2003) de que la influencia de los padres en las actitudes y conductas de sus hijos son una cuestión baladí. No sólo existen correlaciones entre las actitudes sociales y políticas de padres y descendencia, sino que además son altas y positivas (por ejemplo, Jennings y Niemi, 1981), la investigación experi-mental demuestra que los pensamientos básicos (priming thoughts) de un padre conservador (o liberal) es suficiente para cambiar las actitudes políti-cas de los niños cuando lleguen a adultos en la dirección de la ideología de ese padre (ver Jost et al., 2009b). Autoritarismo y preferencias de voto Desde al menos el comienzo de los años 60, cuando el Partido De-mocrático tomó un protagonismo importante en el problema de los dere-chos civiles para los afroamericanos (por ejemplo, Carmines y Stimson, 1989; Frymer, 1999; Petrocik, 1989; Zaller, 1992), sujetos que puntuaron relativamente alto en varias medidas de autoritarismo tienden, por término medio, a preferir a candidatos conservadores (y republicano) frente a can-didatos liberales (y democráta) para el cargo de Presidente. Es decir, los estudios muestran que el autoritarismo correlacionó positivamente con el apoyo a Barry Goldwater frente a Lyndon Johnson en 1964 (Higgins, 1965), Richard Nixon frente a Robert Kennedy en 1968 (Byrne y Przybyla, 1980) y George McGovern en 1972 (Hanson y Blanco, 1973), Ronald Rea-gan frente a Jimmy Carter en 1980 (el Byrne y Przybyla, 1980) y Walter Mondale en 1984 (el McCann y Stewin, 1986), así como a Robert Dole frente a Bill Clinton en 1996 y George W. Bush frente a Al Gore en 2000 (Kemmelmeier, 2004). Estos estudios y muchos otros sugieren que el auto-ritarismo continúa jugando un papel importante en la vida política de los Estados Unidos (ver Dean 2004, para un tratamiento popular). Resultado Aunque es verdad que gran parte de los datos de la investigación obte-nidos por Adorno et al. (1950) no satisfacía las normas metodológicas con-

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temporáneas, algunas de sus afirmaciones teóricas básicas se han compro-bado por estudios que satisfacen esas normas (por ejemplo, ver Altemeyer, 1996, 1998; Duckitt, 2001; Feldman y Stenner, 1997; Napier y Jost, 2008; Scheepers et al., 1990; Stenner, 2005). Desgraciadamente, sin embargo, el daño se hizo hace tiempo y varias generaciones de científicos sociales han descartado la idea de que las características de personalidad (incluyendo el autoritarismo) predigan fiablemente las actitudes sociales y políticas es-pecíficas. La repercusión intelectual negativa contra La Personalidad Auto-ritaria llevo a algunos comentaristas incluso a negar tajantemente que los individuos posean las inclinaciones ideológicas importantes. Shils (1954), por ejemplo, se apasionó en su ardiente crítica al trabajo de Adorno et al. (1950) hasta declarar que la propia distinción izquierda-derecha era “raquí-tica,” “espuria,” y “obsoleta” (pp. 27–28). El "fin de la ideología" revisada En los años cincuenta y sesenta, un sector influyente de sociólogos y científicos políticos (por ejemplo, Aron [1957] 1968; Bell 1960; Lipset 1960; Shils 1954) anticiparon la idea provocativa de que como consecuen-cia de la Segunda Guerra Mundial, la sociedad Occidental había sido testi-go del fin de la ideología y que había poca diferencia importante, si es que había alguna, de contenido o estilo entre los de izquierdas y los de derechas (ver Jost, 2006, para una discusión más amplia). Esta posición ganó terreno después del estudio empírico sobre la Opinión Pública de Converse (1964), que sugirió que la mayoría de los estudios americanos en los años cincuenta mostraron poca o ninguna comprensión de conceptos ideológicos básicos como el liberalismo y el conservadurismo. Tan reciente como 2004; un crítico cultural que escribe para el New Yorker dijo: Cuarenta años después, las conclusiones de Converse todavía son un esquema básico de la ciencia de la conducta de voto. Converse afirmo que solamente alrededor del diez por ciento del público tiene lo que puede llamarse, incluso generosamente, un sistema de creen-cias políticas. . . . …[Y] resume que “una parte muy importante del público mantiene opinio-nes que son básicamente respuestas irrelevantes -de principio a fin- a pre-guntas en las que nunca han pensado, que no se derivan de ningún conjunto subyacente de principios. Estas personas también podrían basar sus opcio-nes políticas en el tiempo. Y, de hecho, muchos de ellos hacen (Menand, 2004, el pp. 92–94). Muchos científicos sociales destacados continúan defendiendo que la mayoría de los ciudadanos americanos son ideológicamente muy inocentes

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36 Psicología Política, Nº 40, Mayo 2010 y que sus preferencias políticas son, en general, frágiles y artificiales (por ejemplo, Fiorina et al., 2006). Sin embargo, esta posición escéptica está siendo criticada cada vez más, en la medida que las diferencias ideológicas de buena fe y el conflicto político han ido creciendo en los últimos años (por ejemplo, Abramowitz y Saunders, 2008; Barker y Tinnick, 2006; Erik-son et al., 2002; Jost, 2006; Rathbun, 2007; Stimson, 2004). En la sociedad americana contemporánea parece que la mayoría de los encuestados -sobre todo con formación universitaria- pueden y se identifican a sí mismos como liberales o conservadores (o alguna otra etiqueta ideológica). En contrapo-sición a las opiniones de los escépticos, estas identificaciones predicen en gran medida los pensamientos, sentimientos y conductas de los individuos, incluyendo sus intenciones de voto (por ejemplo, ver Jost et al., 2009a, para una revisión). La prueba de esto es que los liberales votan abrumadoramen-te a los candidatos presidenciales demócratas y los conservadores votan abrumadoramente a los republicanos (por ejemplo, Jost, 2006; Stimson, 2004). Además -justo como Adorno et al. (1950) propusieron- las preferen-cias ideológicas están arraigas en las características de personalidad de los ciudadanos individuales (por ejemplo, ver Block y Block, 2006; Carney et al., 2008). Una de las diferencias más importantes entre liberales (o de iz-quierda) y conservadores (o de derecha) se relaciona con el grado en que las personas son resistentes o abiertos a la novedad y el cambio y, en con-sonancia, hasta qué punto ellos difieren en la motivación de justificación del sistema, es decir, si están motivados para cambiar o apoyar el statu quo social (ver Jost et al., 2004; Jost et al., 2008). Éstas y otras características pueden interpretarse en términos de la conocida clasificación utilizada por los psicólogos de la personalidad contemporáneos, el modelo de los Cinco Factores (por ejemplo, McCrae y Costa, 1999), que trataremos a continua-ción. El modelo de los Cinco Factores de personalidad y sus relaciones con las preferencias políticas El modelo de Cinco Factores (MCF) de personalidad surgió, después de décadas de análisis conceptual y de investigación empírica, como un es-quema generalmente utilizado para clasificar y medir las dimensiones prin-cipales de personalidad en una gama amplia de idiomas y culturas (por ejemplo, Goldberg, 1992; John y Srivastava, 1999; McCrae y Costa, 1999; Wiggins, 1996). El modelo sugiere que existen cinco dimensiones (bastante independientes) que las personas (de cualquier parte) utilizan para distin-guir su propia personalidad y la de los demás y que estas dimensiones son recogidas, aunque no completamente, bajo las siglas "OCEAN". Los indivi-

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duos con puntuación alta en Apertura suelen ser creativos, imaginativos, abstractos, curiosos, profundos, ingeniosos y tienden a valorar las artes y las experiencias estéticas en comparación con los que tienen puntuaciones bajas, que tienden a ser relativamente convencionales, concretos, tradicio-nales y a preferir lo conocido frente a lo desconocido. Las personas Res-ponsables son honradas, fiables, trabajadoras, orientadas a la tarea, planifi-cadores eficaces, mientras que las personas bajas en responsabilidad tien-den a ser desorganizadas, descuidadas, e impulsivas. Los de puntuaciones altas en Extraversión son generalmente locuaces, activos, entusiastas, aser-tivos, extrovertidos y sociables, mientras que los de puntuaciones bajas (es decir, introvertidos) se caracterizan por ser reservados, sosegados y tími-dos. Las personas que puntúan alto en Amabilidad tienden a ser serviciales, generosos, simpáticos, amables, benévolos, confiados, considerados y co-operativos, en contraste con las personas en el punto bajo de la dimensión quienes, en el límite, se describen generalmente como pendencieros, críti-cos, ariscos, solitarios e insensibles. Las personas altas en Neuroticismo tienden a ser ansiosas, preocupadas, fácilmente perturbables y malhumora-das, en comparación con los de puntuaciones bajas, que son relativamente tranquilas, relajadas, emocionalmente estables y capaces de manejar bien el estrés. Aunque ningún estudio (al menos hasta donde conocemos) ha analizado directamente las implicaciones del Modelo de los Cinco Factores para la conducta de voto en los Estados Unidos (ver Rentfrow et al., 2009, para un análisis psicológico de patrones regionales de voto), algunos estudios han examinado hasta qué punto estas cinco dimensiones correlacionan con dis-tintas medidas de orientación política. El resultado más importante y con-sistente observado es que los liberales puntúan más alto (por término me-dio) que los conservadoras en distintas medidas de Apertura a nuevas expe-riencias (por ejemplo, Barnea y Schwartz, 1998; Carney et al., 2008; Eke-hammar et al., 2004; Gosling et al., 2003; Jost et al., 2003, 2007; McCrae 1996; Riemann et al., 1993; Sidanius, 1978; Stenner, 2005; Trapnell, 1994; Van Hiel y Mervielde, 2004). Estos resultados llevan a McCrae (1996) a concluir que “las variaciones en la Apertura a experiencias son el determi-nante psicológico de las extremos políticos” (pág. 325). Además, Caprara et al. (1999) encontraron que en Italia votantes del centroizquierda frente a votantes de centroderecha son superiores en Apertura, y Rentfrow et al. (2009) encontró que ciudadanos de EE.UU. que viven en los estados de orientación demócrata tienen puntuaciones superiores en Responsabilidad que los ciudadanos que viven en los estados de orientación republicana.

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38 Psicología Política, Nº 40, Mayo 2010 El segundo resultado más común es que los conservadores puntúan algo más alto que los liberales en Responsabilidad (Caprara et al., 1999; Eke-hammar, et al., 2004; Gosling et al., 2003; Mehrabian, 1996; Stenner, 2005; Van Hiel et al., 2004) -especialmente el aspecto de la necesidad de orden (Jost, 2006). En coherencia con esta observación, Carney et al. (2008) en-contraron que los espacios de vida de los conservadores, en comparación con los de los liberales, suelen ser más pulcros, ordenados, formales e in-cluyen elementos organizadores como calendarios y cuños. Caprara et al. (1999) encontraron que los votantes de centro-izquierda en Italia puntuaron más alto que los votantes del centro-derecha en Amabilidad, mientras que los de centro-derecha puntuaron más alto que los votantes centro-izquierda en la Energía (o Extraversión), sin embargo estos patrones no se han repro-ducido en los Estados Unidos (por ejemplo, ver Carney et al., 2008; Jost, 2006; Rentfrow et al., 2009; Stenner, 2005). No existe evidencia consisten-te de que la orientación política esté relacionada con Neuroticismo (o esta-bilidad emocional). La elección presidencial de 2008: Obama versus McCain Por distintas razones, la elección de 2008 proporciona un contexto polí-tico excepcionalmente interesante en el que examinar los determinantes de personalidad e ideológicos de las preferencias de candidatos. Primero, aun-que no incumbía al candidato a la presidencia, por varias razones la elec-ción era un referéndum sobre la presidencia de Bush y la supremacía con-servadora del gobierno americano durante una buena parte de los años ochenta. Así, uno podía esperar que factores ideológicos, incluso el autori-tarismo y la justificación del sistema, tendrían un peso importante (ver Abramowitz y Saunders, 2008; Jost, 2006). El hecho de que la elección también enfrentó al relativamente joven candidato afroamericano, Barack Obama, que resultó ser demócrata liberal, contra un candidato americano europeo mucho mayor, más conservador, John McCain, significaba que era probable que las actitudes y estereotipos sobre la raza y edad jugaran un papel relevante. Sabemos por investigaciones previas que tales actitudes se relacionan con factores ideológicos (incluyendo el liberalismo-con-servadurismo, el autoritarismo y la justificación del sistema) y característi-cas de personalidad como la Apertura y la Responsabilidad (por ejemplo, Jost et al., 2003, 2004, 2009; McCrae, 1996). En este estudio, por tanto, buscamos determinar las características de los votantes americanos jóvenes que estaban motivados a votar al primer candidato afroamericano del parti-do principal de la nación. Específicamente, nosotros buscamos identificar la personalidad y los factores ideológicos que predijeran la probabilidad de la

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conversión a Obama, y cómo estos factores ideológicos y de personalidad se relacionaron entre sí. Visión global de la investigación En El Votante americano, Campbell et al. ([1960] 1965) sugerían que “deben existir substitutos para la ideología” que llevan a actuar a los ciuda-danos “como si se movieran por intereses ideológicos” (pág. 125). Esta visión sugiere que los votantes no son ingenuos ideológicamente, a pesar del hecho que su conducta les hace parecer como si lo fueran. En este artí-culo y en otros (por ejemplo, Carney et al., 2008; Jost, 2006; Rentfrow et al., 2009), proponemos otra visión que, aunque no es radicalmente distinta a de la de Campbell et al. ([1960] 1965), si es lo bastante diferente como para mencionarla. Partimos del supuesto, como hizo Adorno et al. (1950), que existe una relación bastante estrecha entre las características de perso-nalidad del individuo, por un lado, y su ideología política, la afiliación polí-tica y las preferencias del candidato, por otro (ver también Jost et al., 2003). Uno incluso podría referirse a estas relaciones como las afinidades electi-vas para destacar las maneras en que los individuos escogen las ideologías, partidos y candidatos y, recíprocamente, la forma en que las ideologías, partidos e candidatos eligen a los partidarios individuales (ver también Jost, 2009; Jost et al., 2009a). Por tanto, desde esta perspectiva, la personalidad puede actuar como un tipo de sustituto para la ideología, de forma que los potenciales votantes pueden tener preferencias políticas que (por las razones que sean) no las asocian a metas ideológicas específicas. Estas preferencias pueden incluso parecer que son algo idiosincrásicas y atribuirse más a las características de personalidad generales o difusas de los individuos que a sus creencias y opiniones. No obstante, como Campbell et al. ([1960] 1965) sugirieron, "Este proceso conduce a una mayor o menor organización predecible de la conducta” ( pág. 125), y se puede acabar viendo como conducta ideológica (votación). Pero así como ciertas características de personalidad pueden llevar a alguien a gravitar hacia un polo ideológico en lugar de hacia otro polo, también fácilmente puede sugerir a otro que la ideología es el substi-tuto para la personalidad, y esa ideología es el pegamento que (con el tiem-po) une ciertos votantes supuestos a los partidos, políticas y candidatos específicos. Con todo esto como fondo conceptual y teórico, ahora ya podemos adelantar algunas hipótesis específicas. Primero, predijimos que ciertas características de personalidad de los potenciales votantes, principalmente la Apertura y la Responsabilidad, podrían asociarse con el apoyo a Obama

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40 Psicología Política, Nº 40, Mayo 2010 y McCain respectivamente (ver también Caprara et al., 1999; Carney et al., 2008; Jost, 2006; Rentfrow et al., 2009). Segundo, predijimos que factores ideológicos, incluyendo el liberalismo-conservadurismo y autoritarismo, podían estar asociadas con la intención de voto y las preferencias de candi-datos en la elección de 2008 (ver Byrne y Przybyla, 1980; Jost, 2006; McCann y Stewin, 1986; Kemmelmeier, 2004; Stimson, 2004). Específi-camente, esperábamos que el liberalismo correlacionaría positivamente con el apoyo a Obama, mientras que el conservadurismo y el autoritarismo lo estarían de forma negativa (o, lo que es lo mismo, obtendríamos una corre-lación positiva con el apoyo a McCain). La evidencia en el apoyo de esta predicción sólo sería una sorpresa para esos intelectuales descendientes de la tradición del fin de las ideologías, que siguen siendo suspicaces con la idea de que existan diferencias relevantes (incluyendo las diferencias en el autoritarismo) entre los votantes políticos (y/o candidatos) de la izquierda y la derecha, o (si es que las hay) que el votante medio sea capaz de descu-brirlas y proyectarlas con precisión hacia los candidatos específicos (ver Jost, 2006; Jost et al., 2009a). Tercero, partiendo del trabajo centrado en la socialización política y los motivos correlativos que subyacen a los compromisos ideológicos, también supusimos que los estudiantes, cuyos padres eran relativamente liberales, debían inclinarse más por apoyar a Obama, en contraposición a los estu-diantes cuyos padres eran relativamente conservadores, incluso después de ajustar en estos estudiantes sus propias orientaciones políticas (cf. Alteme-yer, 1988; Jost et al., 2009b; Sears y Levy, 2003). Cuarto, y por último, predijimos que los efectos de la Apertura y la Responsabilidad sobre las preferencias de voto estarían influidas (o estadísticamente explicadas) por las diferencias en liberalismo-conservadurismo, en la medida en que la ideología es el pegamento que une la personalidad a la conducta política (ver Adorno et al., 1950; Carney et al., 2008; Jost et al., 2003, 2007, 2009; Lane, 1962; Tomkins, 1963). Estas hipótesis se evaluaron utilizando el modelo de curvas de crecimiento lineal en el contexto de un estudio longi-tudinal con varios cientos estudiantes universitarios de USA, antes, durante y después del enfrentamiento presidencial entre Barack Obama y John McCain. Método Sujetos Los datos se recogieron en el contexto de una clase de introducción a la psicología, impartida en una gran universidad pública en el sudoeste de los Estados Unidos (en un estado predominantemente republicano) durante el

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final del semestre de 2008 (un periodo que incluía la elección presidencial de 2008). Los datos formaban parte de una serie de ejercicios y pruebas online y en clase. A los estudiantes se les fue dando información regular a nivel individual y de grupo basada en sus respuestas. No se les obligó a participar en los ejercicios, pero la mayoría decidió hacerlo. El número de estudiantes que completaron los materiales del estudio varió un poco de una semana a otra semana. La muestra final analizada estuvo formada por 734 estudiantes universitarios (40% hombres, 60% mujeres); 15.6% eran ameri-canos asiáticos o asiáticos, 51.7% eran caucásicos, 22.5% eran hispanos, 5.6% eran afroamericanos y 4.5% se identificaron como Otro (es decir, isleño del Pacífico, americano nativo, u "Otro"). Medidas Preferencias de candidato Los sujetos indicaron sus preferencias de candidatos (¿A quién piensa votar?) en una escala de cinco pasos (decididamente a Obama, probable-mente a Obama, no estoy seguro /no sé, probablemente a McCain, decidi-damente a McCain) en seis momentos distintos del semestre (el 28 de agos-to; el 9 de septiembre; el 25 de septiembre; el 9 de octubre; el 23 de octubre y el 30 de octubre de 2008). El 25 de noviembre de 2008, los participantes también indicaron si habían votado en la elección del 4 de noviembre y, en ese caso a quien habían votado. Así, se evaluaron las preferencias de candi-dato en siete momentos distintos, abarcando aproximadamente un espacio de tres meses. Afiliación política La afiliación política se evaluó a partir de las respuestas a la pregunta abierta ¿A qué partido político se apunta? La respuestas fueron clasificadas como republicano, demócrata u otro (es decir, verde, libertario, indepen-diente, otro). De los que eligieron responder a esta pregunta (n = 535), el 33.8% indicaron su afiliación como republicano, el 42.4% como demócrata, y el 23.7% como "otro". Orientación política Investigación anterior sobre la orientación política muestra que las me-didas con una sola pregunta (en la dirección de izquierda/liberal a dere-cha/conservador) son muy eficaces para predecir otros pensamientos, sen-timientos y conductas (Jost, 2006). Los sujetos indicaron su orientación política en una escala de cinco pasos que iba de 1 (muy liberal) a 5 (muy

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42 Psicología Política, Nº 40, Mayo 2010 conservador). La media en la orientación política fue de 2.80 (dt = 1.02), muy cercana al punto medio de la escala. Liberalismo/Conservadurismo social versus económico Para medir la forma social y económica del liberalismo-conservadurismo los sujetos se situaron también en una escala de cinco pasos que va de 1 (muy liberal) a 5 (muy conservador) en la contestación a las dos preguntas siguientes: ¿en cuanto a problemas sociales y culturales dónde se situarían usted en la escala? (el liberalismo-conservadurismo so-cial) y¿dónde lo haría? por lo que se refiere a problemas económicos (libe-ralismo-conservadurismoeconómico). Las medias fueron 2.54 (dt = 1.09) y 3.12 (dt = 1.04) respectivamente y las preguntas mostraron una correlación positiva de 0.38, p < 0.001. Orientación Política Parental Globalmente, dónde situaría las posturas políticas de sus padres? Los sujetos situaron la orientación política de sus padres en una escala de cinco pasos que va de 1 (muy liberal) a 5 (muy conservador). La media para la muestra se sitúa justo en el punto medio: 3.46 (dt = 1.17). La Justificación del Sistema político Los sujetos indicaron su grado de apoyo ideológico para el sistema político indicando (en una escala de cinco pasos) su acuerdo o desacuerdo con cada una de las siete preguntas recogidas de una escala más amplia administrada por Jost et al. (2009c) para medir la justificación del sistema en la esfera política. Las preguntas eran: El sistema político americano es el mejor sistema que existe; el sistema de límites y controles garantiza que ninguna rama de gobierno pueda realizar actividades irrazonables o ilega-les; es necesario hacer cambios radicales en nuestro país para tener un sis-tema político verdaderamente democrático (puntuación invertida); en gene-ral, el sistema político americano actúa como es debido; al sistema político le falta legitimidad debido al poder de intereses específicos (puntuación invertida); el sistema electoral bipartidista es la democracia en su mejor momento; y el sistema político es injusto y no se puede confiar en él (pun-tuación invertida). Se calcula un índice general, tomando la media de las respuestas de las siete preguntas después de la recodificación (α = 0.72). Autoritarismo de derechas El autoritarismo de derechas de los sujetos fue evaluado a partir de sus respuestas a seis preguntas originalmente recogidas de la escala RWA de

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Altemeyer (1996) y pasada por Bonanno and Jost (2006). Los sujetos indi-caron su acuerdo con cada pregunta en una escala de cinco pasos (1 = com-pletamente en desacuerdo; 5 = completamente de acuerdo). Las preguntas fueron: lo que nuestro país realmente necesita, en lugar de más "derechos civiles" es una buena dosis de orden público; actualmente en nuestro país algunas de las personas peores son aquéllos que no respetan nuestra bande-ra, nuestros líderes y las cosas normales que se supone deben hacerse; de-bemos tratar a los descontentos y radicales con los brazos y las mentes abiertas, puesto que las nuevas ideas son la sangre vital para el cambio progresista (puntuación invertida); las personas deben prestar menos aten-ción a la Biblia y a otras viejas formas tradicionales de guía religiosa y, en cambio, desarrollar sus propias normas personales de lo que es moral e inmoral (puntuación invertida); la situación en nuestro país está poniéndose tan seria, que los métodos más duros estarían justificados, si así se eliminan a los alborotadores y retomamos nuestro verdadero camino; es maravilloso que las personas jóvenes puedan protestar contra lo que no les gusta y ac-tuar de la forma que desean (puntuación invertida). Se obtuvo un índice global tomando la media de las respuestas de las seis preguntas después de la recodificación (α = 0.65). Las dimensiones de personalidad de los Cinco Grandes Evaluamos los Cinco Grandes utilizando el Inventario de Personalidad de diez items (TIPI; Gosling et al., 2003). 2003).

Tabla 1 Correlaciones entre las principales variables del estudio

Nota: Para la Orientación política y visión política de los padres, los valores más altos indican mayor conservadurismo. Para las preferencias de candidato, valores superiores indican apoyo más fuerte a McCain (y debil apoyo a Obama). aRWA = Autoritarismo de derechas †p < 0.10; *p < 0.05; **p < 0.01; ***p < 0.001

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44 Psicología Política, Nº 40, Mayo 2010 El TIPI incluye dos preguntas, una en dirección positiva y otra en di-rección negativa para cada una de las Cinco Grandes Dimensiones. Los sujetos valoraban hasta qué punto estaban de acuerdo con cada item (por ejemplo, responsabilidad, auto-disciplinado) en una escala de cinco pasos (1 = completamente en desacuerdo, 5 = completamente de acuerdo). Las puntuaciones en el TIPI correlacionaron fuertemente con medidas más am-plias de Los Cinco Grandes. El TIPI obtuvo una fiabilidad test-retest muy buena y también una validez convergente y discriminante (Gosling et al., 2003). Las correlaciones entre las variables principales de estudio (inclu-yendo las dimensiones de personalidad, factores ideológicos y las preferen-cias definitivas de candidato) se enumeran en la Tabla 1. Resultados Estrategia analítica de los datos Dado que las intenciones de voto (es decir, las preferencias de candida-to) fueron medidas en distintos momentos temporales, realizamos una serie de análisis de curvas de crecimiento lineal para examinar el grado en que los cambios lineales en intención de voto estaban mediados por factores de personalidad e ideológicos. Se analizaron los datos usando el procedimien-to MIXED en SPSS para ajustar la no independencia de los puntos tempo-rales asociados en los individuos. En cada modelo, varianzas en las inter-ceptales, pendientes y covarianza interceptal se incluyeron como efectos aleatorios (el tipo de la covarianza era no estructurada). El tiempo se situó en el punto medio cronológico del estudio. (Debemos indicar que esta es-trategia analítica puede producir grados fraccionados de libertad). Primero examinamos la trayectoria general de las intenciones de voto utilizando un modelo en el que solamente el tiempo fue tratado como un predictor en el nivel de efectos fijos (es decir, modelo incondicional de crecimiento). Los resultados de este análisis revelan un cambio lineal signi-ficativo de forma tal que los sujetos con el tiempo se volvieron más favora-bles a Obama (y menos a McCain), t(620.74) = -4.26, p < 0.001. Además, se observó una varianza significativa en las interceptales (Wald Z = 17.29, p < 0.001), las pendientes (Wald Z = 12.38, p < 0.0001) y la covarianza interceptal-pendiente (Wald Z = 9.32, p < 0.001), indicando que existe varianza suficiente para investigar los moderadores de preferencias de can-didato (o las intenciones de voto) así como cambios con el paso del tiempo. Los resultados restantes se resumen con respecto a tres conjuntos de modelos. El primer conjunto de modelos examina los Cinco Grandes de personalidad como predictores de cambios globales y lineales en las prefe-

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rencias de voto. El segundo conjunto de modelos examina predictores ideo-lógicos de cambios globales y lineales en las preferencias de voto. Por último, en el tercer conjunto de modelos, incluimos factores de personali-dad y los factores ideológicos y consideramos la posibilidad que los efectos de algunas (si no de todas) dimensiones de personalidad en las preferencias del candidato están mediadas por los factores ideológicos. Determinantes de personalidad de preferencias de candidatos En el Modelo 1, estimamos los efectos principales de los Cinco Gran-des de Apertura, Responsabilidad, Extraversión, Amabilidad y Neuroticis-mo y sus interacciones con el tiempo como predictores de las preferencias de candidato. Como se puede ver en la columna izquierda de la Tabla 2, Amabilidad y Neuroticismo fracasaron en predecir en conjunto las prefe-rencias de voto o cambios en preferencias a través del tiempo y, por tanto, analizamos un segundo moldeo (Modelo 2) en el que estos efectos son re-cortados. En ambos modelos, equilibramos el género y la etnicidad. Los resultados para el Modelo 2 se presentan en la columna derecha en la Tabla 2.

Tabla 2.

Variables de Personalidad como predictores de preferencias de candidato

Modelo 1 Modelo 2

Interceptal 3.14 3.11

Efecto principal del tiempo -.014(.013) -.015(.013)

Apertura Global Interacción con el tiempo

-.327(.071)*** -.021(.010)*

-.315(.071)*** -.019(.010)†

Responsabilidad Global Interacción con el tiempo

.162(.064)* .011(.009)

.181(.063)** .013(.009)

Extraversion Global Interacción con el tiempo

.148(.057)** .015(.008)†

.158(.057)** .016(.008)*

Amabilidads Global Interacción con el tiempo

-.006(.072) .002(.010)

— —

Neuroticismo Global Interacción con el tiempo

-.091(.060) -.009(.009)

— —

Nota: Coeficientes estandarizados (con error estándar entre paréntesis). †p < 0.07; *p < 0.05; **p < 0.01; ***p < 0.001

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46 Psicología Política, Nº 40, Mayo 2010 Se observaron los efectos globales para la Apertura, Responsabilidad y Extraversión en las preferencias del candidato, indicando que cuanto más Responsabilidad y Extraversión mostraban más pensaban votar a McCain; mientras que los que se mostraron con más Apertura, más pensaron votar a Obama (a lo largo del intervalo completo del tiempo). Además, la Apertura y Extraversión interactuaron con el tiempo para predecir los cambios linea-les en las preferencias de candidato. La Figura 1 muestra los resultados de los individuos que se situaron altos (1dt por encima de la media) y bajos (1dt por debajo de la media) en Apertura. Lo sujetos que puntuaron alto en Apertura (es decir, 1 dt por en-cima de media) cada vez se inclinaron más hacia Obama, t(618.44) = -3.76, p < 0.001, mientras que los que puntuaron bajo no mostraron ningún cam-bio con el paso del tiempo, t(604.86) = 0.002, p = 0.99. Es decir, el último grupo estuvo identificado absolutamente con McCain durante todo el tiem-po de la campaña.

Figura 1 Apertura como predictor de las preferencias de candidato

1

1.5

2

2.5

3

3.5

4

1 2 3 4 5 6 7

Momento en el tiempo

Apertura altaApertura baja

Como se puede ver en la Figura 2, los sujetos altos en Extraversión no cambiaron a lo largo del estudio, t(604.62) = 0.09, p = 0.96 -mostraron de forma consistente una preferencia más fuerte por McCain. Sin embargo, los sujetos bajos en Extraversión se hicieron más favorables a Obama con el paso del tiempo, t(614.63) = -2.43, p = 0.016.

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Figura 2

Extraversión como predictor de las preferencias de candidatos

1

1.

2

2.

3

3.

1 2 3 4 5 6 7

Momento en el tiempo

Preferencia de voto

Extraversión altaExtroversión baja

Determinantes de las preferencias de candidato En un segundo conjunto de modelos examinamos hasta qué punto la orientación política de los sujetos, el liberalismo-conservadurismo econó-mico y social, el autoritarismo de derechas (RWA), la justificación del sis-tema político y las visiones políticas de sus padres predijeron en general las preferencias de candidato y los cambios en las preferencia a lo largo del tiempo. Ajustamos el género, la etnia y la afiliación política en estos mode-los. En el Modelo 3, incluimos los efectos principales de estas medidas y sus interacciones con el tiempo. Como se puede ver en la Tabla 3, se dieron efectos principales para la RWA, la orientación política, el liberalismo-conservadurismo económico y la justificación del sistema político, pero se produjo ningún efecto para el liberalismo-conservadurismo social. El análisis produjo una interacción marginal con el tiempo en el caso de la visión política de los padres. Sin embargo, ninguna otra variable interactuó con el tiempo para predecir las preferencias de candidato. Por consiguiente, en consistencia con la estrate-gias seguida para los modelos de personalidad, estimamos un modelo su-plementario en el que recortamos todos los efectos del conservadurismo social y las interacciones con el tiempo para las otras medidas, con excep-ción de las creencias políticas de los padres. Los resultados del Modelo 4,

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48 Psicología Política, Nº 40, Mayo 2010 que son consistentes con los del Modelo 3, se resumen en la columna más a la derecha en la tabla 3.

Tabla 3 Variables ideológicas como predictores de las preferencias de candidato

Modelo 3 Modelo 4

Interceptal 2.69 2.67 Efecto principal del tiempo -.027(.010)** -.028(.010)** RWA Global Interacción con el tiempo

.271(.080)** -.000(.020)

.256(.071)*** —

Political Orientation Global Interacción con el tiempo

391(.066)*** .017(.010)

.352(.058)*** —

Conservadurismo social Global Interacción con el tiempo

-.027(.052) .006(.013)

— —

Conservadurismo económico Global Interacción con el tiempo

.120(.052)* .012(.013)

— —

Justificación del Sistema político Global Interacción con el tiempo

.130(.067)† -.002(.017)

.132(.062)* —

Visiones políticas de los padres Global Interacción con el tiempo

.063(.041) .017(.010) †

.077(.040)†

.030(.009) *** Note: Coeficientes no estandarizados (con los errores estándar entre paréntesis). †p < 0.10; *p < 0.05; **p < 0.01; ***p < 0.001 Los sujetos que puntuaron alto en RWA y la justificación del sistema político y los que se identificaron como más conservadores, tanto en gene-ral como en los problemas económicos, mostraron una preferencia más fuerte por McCain que por Obama a lo largo del tiempo del estudio. Los sujetos que indicaron que sus padres eran en general más conservadores también prefirieron a McCain, pero esta variable también interactuó con el tiempo en una magnitud marginal (p = 0.057). Como se ilustra den la Figu-ra 3, los sujetos que creyeron que sus padres eran altos en conservadurismo (1 dt por encima de la media) consistentemente prefirieron a McCain por encima de Obama, y este efecto no cambió a lo largo del desarrollo del estudio, t(371.80) = 0.482, p = 0.63. Sin embargo, en los sujetos que vieron a sus padres como bajos en conservadurismo (1 dt por debajo de la media), se produjo un cambio significativo con el tiempo de forma que la fuerza de

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su preferencia para Obama aumentó, t(371.69) = -4.19, p < 0.001. Curio-samente, al principio del estudio no había ninguna diferencia clara en las intenciones de voto como una función de la orientación política paternal. Más aún, la importancia de esta variable apareció más tarde, cuanto más percibieron los sujetos a sus padres como relativamente liberales más pro-pensos fueron a mostrar la conversión de Obama.

Figura 3 Visiones políticas de los padres como predictores

de las preferencias de candidato

1

1.5

2

2.5

3

3.5

4

1 2 3 4 5 6 7

Momento en el tiempo

Padres conservadores-altos Padres conservadores-bajos

¿Los factores ideológicos explican los efectos de la personalidad sobre las preferencias de candidato? En un tercer conjunto de análisis, examinamos hasta qué punto los efec-tos de las dimensiones de personalidad de Apertura, Responsabilidad y Extraversión en las preferencias del candidato (ver tabla 2) se podrían ex-plicar estadísticamente por la relación entre la personalidad y los factores ideológicos, como la orientación política, el autoritarismo de derechas y la tendencia de justificación de sistema (ver Carney et al., 2008; Jost, 2006; el Jost et al., 2008). Para investigar esta posibilidad, hicimos un análisis me-diacional en el que las tres variables de personalidad se trataron como las variables predictoras, las tres variables ideológicas se trataron como media-doras y la preferencia del candidato se trató como la variable de resultado. Seguimos los cuatro pasos esbozados por Barón y Kenny (1986; ver Tabla 4). Dado que los tres factores ideológicos no interactuaron con el tiempo

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50 Psicología Política, Nº 40, Mayo 2010 para predecir la preferencia de candidato, sólo examinamos el grado en que ellos mediaron en conjunto los efectos de personalidad (es decir, a través de la trayectoria).

Tabla 4 Los efectos de Apertura and Responsabilidad en las preferencias de candidato mediadas por

la orientación política, el autoritarismo de derechas y la Justificación del Sistema. Predictor Preferencias

de candidato Orientación

política RWA Justificación del

Sistema

Paso 1 Apertura Responsabilidad Extraversion

-.315(.071)** .181(.063)** .158(.057)**

Paso 2 Apertura Responsabilidad Extraversion

— —

-.266(.048)** .193(.041)***

.047(.038)

-.208(.034)*** .148(.031)***

.048(.028)

-.145 (.034)***

.090(.030)** .052(.027)†

Paso 3 Orientación política RWA Justificación del Sistema

.401(.059)*** .283(.077)**

.141(.064)*

— — —

— — —

— — —

Paso 4 Apertura Responsabilidad Extraversion

-.024(.051)

-.108(.049)* .046(.041)

— — —

— — —

— — —

†p < .10; *p < 0.05; **p < 0.01; ***p < 0.001 Por la Tabla 2 sabemos que la Apertura, la Responsabilidad y la Extra-versión predijeron las preferencias de candidato, una vez se ajustaron los otros factores. Así, los efectos totales de las tres variables de personalidad son estadísticamente significativos (es decir, el paso 1 está satisfecho). En el Paso 2, las tres variables de personalidad se trataron como predictores de la orientación política, RWA y la justificación del sistema. Como se puede ver en la Tabla 4, la Apertura está significativa y positivamente asociada con el liberalismo político y negativamente asociada con la RWA y la justi-ficación del sistema; estos resultados son consistentes con los resultados de investigación anterior (por ejemplo, Carney et al., 2008; Duckitt y Sibley, 2009; Jost, 2006; Jost et al., 2008). La Responsabilidad está significativa-mente y positiva asociada con el conservadurismo político, RWA y la justi-ficación del sistema. La Extraversión está positivamente asociada con la justificación del sistema político, pero no con la RWA o el liberalismo-conservadurismo. En los Pasos 3 y 4 (que se estimaron simultáneamente), tratamos las variables de personalidad y las tres variables ideológicas como predictores simultáneos de preferencias por Obama frente a McCain (ajustando el sexo,

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etnicidad y afiliación política). La orientación política predijo las preferen-cias de voto significativamente, t(335.50) = 6.80, p < 0.001, como lo hizo la RWA, t(335.58) = 3.70, p < 0.001 y la justificación del sistema político, t(335.85) = 2.19, p = 0.029 (ver Tabla 4). Así, las personas que eran más conservadoras, más autoritarias y más proclives a justificar el sistema polí-tico prefirieron a McCain frente a Obama. Con la orientación política, la RWA, y la justificación del sistema polí-tico en el modelo, el efecto de Responsabilidad sobre las preferencias del candidato permaneció significativa, t(335.63) = -2.19, p = 0.03, pero el efecto de Apertura no lo hizo, t(335.74) = -0.48, p = 0.63. Los resultados Sobel para cada uno de los efectos indirectos implicados en Apertura y Responsabilidad se resumen en la Tabla 5. Todos los efectos indirectos fueron significativos, a excepción del efecto indirecto de la Responsabili-dad sobre la justificación del sistema, que fue marginal. En resumen, por tanto, los resultados revelan que las tres de las variables ideológicas media-ron el efecto de Apertura independientemente en las preferencias del candi-dato e intenciones de voto y dos de ellas (la orientación política y la RWA) mediaron el efecto de la Responsabilidad. Ninguna de las variables ideoló-gicas medió de forma significativa el efecto de Extraversión en las prefe-rencias del candidato.

Tabla 5 Pruebas Sobel para los Efectos de variables de personalidad en las preferencias de candidato Efectos indirectos Sobel Z (p) Apertura—Orientación política

4.29 ( < .001)

Apertura—RWA

-2.80 (.005)

Apertura—Justificación del Sistema

-1.95 (.050)

Responsabilidad—Orientación política

-1.99 (.046)

Responsabilidad—RWA

-2.00 (.045)

Responsabilidad—Justificación del Sistema

-1.77 (.076)

Discusión general Durante varias décadas, científicos sociales y personas legas han mos-trado escepticismo sobre la noción de que las características de personali-dad de los ciudadanos y los compromisos ideológicos juegan un papel rele-

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52 Psicología Política, Nº 40, Mayo 2010 vante en la conducta política. Con frecuencia se presupone que las eleccio-nes son ganadas y perdidas sobre todo en base a la recaudación de fondos de la campaña, el alcance del mensaje, la publicidad política, la cobertura de los medios de comunicación de masa y otros procesos institucionales o de arriba-abajo. Estos factores son evidentemente importantes, pero sería temerario asumir que la exposición creciente del candidato tendrá los mis-mos efectos (presumiblemente beneficiosos) sobre los ciudadanos que di-fieren ampliamente entre sí por lo que se refiere a la personalidad e ideo-logía. Nuestra investigación demuestra que hay predisposiciones generales que se unen a predilecciones políticas y no-políticas y, de hecho, éstos pre-dicen las preferencias del candidato a través del tiempo, sobre todo cuando la familiaridad del ciudadano con los principales candidatos crece a medida que se aproximan las elecciones. ¿Cuáles son las características distintivas (o predisposiciones) de los estudiantes universitarios en nuestra investigación que mostraron la conver-sión a Obama? Por lo que se refiere a los rasgos de personalidad en gene-ral, eran relativamente altos en la Apertura, bajos en Responsabilidad y bajos en Extraversión (algo sorprendentemente, dada el aparente sociabili-dad de Obama). Los efectos de Apertura y Responsabilidad (pero no los de Extraversión) aumentaron en fuerza con la proximidad de la elección, haciendo pensar en una posible interacción entre procesos arriba-abajo de comunicación de masas y los procesos abajo-arriba asociados a las carac-terísticas de personalidad de los ciudadanos. El hallazgo de que la Extra-versión alta se asociaba con el apoyo a McCain era algo anómalo, dada la literatura de la investigación en conjunto (ver Carney et al., 2008). Posi-blemente refleja un efecto del contexto, dado que el estudio se realizó en un estado fuertemente republicano. Uno podría esperar que en un estado de-mocrático fuerte, la Extraversión alta se asociara con el apoyo al candidato más liberal. Por lo que se refiere a los factores ideológicos, los partidarios de Oba-ma tendieron a ser liberales y a puntuar relativamente bajo en las medidas de autoritarismo y la justificación del sistema. Partiendo del estudio actual, es difícil determinar hasta qué punto el origen racial de Obama jugó un papel mayor, atrayendo o rechazando a los estudiantes basados en sus ca-racterísticas ideológicas, pero el hecho de que el autoritarismo (aun después de ajustar el conservadurismo político y otras variables ideológicas) estuvo asociado con el pobre apoyo a su candidatura sugiere la posibilidad de que el prejuicio e intolerancia puedan haber jugado algún papel. Curiosamente, los estudiantes que vieron a sus padres cada vez más como relativamente liberales gravitaron con el tiempo hacia Obama, mientras que los estudian-

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tes que describieron a sus padres como conservadores fueron relativamente constantes en su apoyo por McCain. Este efecto era independiente del auto-informe de los estudiantes sobre liberalismo-conservadurismo, a pesar del hecho de que la evaluación de la orientación política de ellos mismos y las de los padres correlacionaron de forma significativa (r = 0.44). La investigación previa ha mostrado que la Apertura y la Responsabili-dad predicen en general la orientación política (por ejemplo, Carney et al., 2008) y la conducta de voto en particular (Caprara et al., 1999), pero ningún estudio existente (hasta donde conocemos) ha demostrado, como lo hemos hecho nosotros, que los efectos de personalidad en las preferencias de voto estén mediados estadísticamente por las diferencias individuales en la ideología política. Por consiguiente, los resultados de este estudio se añaden fundamentalmente a la evidencia creciente de que las concepciones ideológicas bipolares izquierda-derecha son de hecho útiles para entender conducta política y que las diferencias ideológicas parece estar basadas en procesos psicológicos básicos (ver Jost 2006). El hecho de que la orienta-ción política, el autoritarismo de derechas y la justificación del sistema político contribuyan por separado y de forma significativa a las preferen-cias de candidato y que también medien los efectos de personalidad sobre las preferencias de candidato sugiere que, al menos en cierta medida, ahon-dan (sino correlacionan) en la distinción de las estructuras ideológicas. Por supuesto, existen limitaciones a lo que puede concluirse exclusiva-mente en base a este estudio. En primer lugar, aunque la muestra del estu-dio era bastante grande, no era una muestra nacionalmente representativa, sino una muestra de estudiantes que asisten a una gran universidad pública en un estado occidental de corte republicano. Además, aunque el diseño longitudinal del estudio nos permitió investigar los cambios con el paso del tiempo en las preferencias de candidato de los individuos (es decir, la con-versión a Obama), no sabemos qué factores extraños específicos (por lo que se refiere a la estrategia de la campaña, la cobertura de los medios de co-municación y así sucesivamente) actuaron recíprocamente con las predis-posiciones de los estudiantes para provocar el cambio con el tiempo en las evaluaciones del candidato. Por ejemplo, es concebible que el grado de Apertura del individuo afectara a su susceptibilidad a ciertos tipos de men-sajes persuasivos que Obama transmitió con éxito. Sigue siendo una tarea para la investigación futura descubrir más específicamente cómo los proce-sos arriba-abajo y abajo-arriba se integran (ver Jost et al., 2009a). Campbell et al. en El Votante americano ([1960] 1965) distinguieron entre " fuerzas personales que mueven a los individuos selectivamente sin referencia a categorías sociales más amplias que a las que ellos pertenecen

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54 Psicología Política, Nº 40, Mayo 2010 [y] fuerzas sociales que mueven más o menos simultáneamente sectores amplios de la población” (pág. 88). Aunque sería imprudente extrapolar en conjunto, nuestro estudio, a la población votante de los Estados Unidos, los resultados presentados aquí sugieren que, por lo menos para las personas jóvenes que participaron en nuestro estudio, Barack Obama no tuvo éxito en ganar en sectores amplios de la población sino más bien en estos indivi-duos quienes - en base a sus características personales e ideológicas- fueron potenciales conversos. Por lo menos, en nuestra muestra, él parece hacer esto más eficazmente que lo hizo su oponente, John McCain. La investiga-ción descrita aquí también sugiere que algunas fuerzas personales no se manifiestan de forma idiosincrásica, imprevisible o aleatoria. Al contrario, pueden reflejar estructuras integradas cognoscitivas y motivacionales del individuo que no son meramente los substitutos para la ideología sino que pueden de hecho constituir las causas subyacentes de las predisposiciones ideológicas. Los asesores de campaña e investigadores de la conducta polí-tica, a nuestro parecer, corren un riesgo e imprudencia enorme cuando de-ciden ignorar fuerzas como éstas. References Abramowitz, Alan I., and Saunders, Kyle L. (2008). Is Polarization Really a Myth?

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60 Psicología Política, Nº 40, Mayo 2010 introducción a su libro, Adorno et al. (1950) también dejo claro que nada se conseguía "pa-tologizando" ciertos estilos de personalidad (o ideologías), señalando:

Los patrones de personalidad que han sido tachados de “patológicos” por-que no se ajustaban a las tendencias manifiestas más comunes o a los ideales más dominantes dentro de una sociedad, han resultado ser, tras una investi-gación más profunda, exageraciones de lo era casi universal bajo la superfi-cie en esa sociedad (pág.. 7).

2 Este artículo es una versión revisada de Jost, John T., West, Tessa V. y Gosling, Samuel D. (2009). Personality and ideology as determinants of candidate preferences and “Obama conversion” in the 2008 U.S. presidential election. Dubois Review: Social Science on Race, 6, 103-124.

John T. Jost es profesor asociado de Psicología Social en la Universidad de Nueva York desde 2003. Anteriormente perteneció a la Universidad de Stanford y fue profesor visitante en la Universidad de Bolonia (Italia). La teoría de Justificación del Sistema es un tema central de su investigación que la analiza en sus aplicaciones a distintos campos de la Psicología: las ideologías y las creencias políticas, la justicia, el prejuicio, entre otros. [email protected]. Tessa V. West es profesora ayudante en el Departamento de Psicología de la Universidad de Nueva York. Está especializada en el campo de la per-cepción social y los prejuicios con minorias étnicas. Es coautora del Rela-tional anxiety in interracial interactions, 2009. [email protected] Samuel D. Gosling es profesor de Psicología en la Universidad de Texas en Austin. Recientemente ha publicado el libro Snoop: What Your Stuff Says About You. Miembro del Center for Advanced Studies in the Behavio-ral Sciences, ha recibido el reconocimiento de la APA por su trabajo aca-démico. [email protected]