la controversia acerca de las proposiciones sintéticas a priori · 2017. 4. 30. · la...

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La controversia acerca de las proposiciones sintéticas a priori Reflexiones en torno a la proposición 6.3 75 1 del Tractatus de Wittgenstein JUAN JOSÉ GARCÍA NORRO tJniversidad Complutense 1. DOS SENTIDOS DEL TERMINO EMPIRISMO QUE CONVIENE DISTINGUIR Por empirismo y por su antónimo racionalismo cabe entender dos géneros de teorías de índole muy diferente. Por una parte, es sabido que el empirismo constituye una respuesta, rica en matices naturalmente, a la cuestión que inquiere por el origen del conocimiento; precisamente es aquella que afirma que todo conocimiento procede de la experiencia sensorial y que, por consi- guiente, de acuerdo con el símil clásico, el alma es como una de esas tablillas de cera en la que aun no se ha escrito nada hasta que la experiencia sensible comienza a imprimir sus trazos. Frente a esto, el racionalismo, asimismo con sus diversas e interesantísimas variedades, sostiene que el alma, antes de reci- bir la experiencia sensorial, guarda en germen los principios de varias nocio- nes y conocimientos que, quizá con ocasión de lo que los sentidos captan, se despertarán y aflorarán a la conciencia. De acuerdo con esta manera de enten- der ambas doctrinas, cabe decir, por ejemplo, que Platón es racionalista y que Aristóteles es empirista’. En un segundo sentido, con el vocablo empirismo se suele designar la doc- trina que sostiene que todo conocimiento descansa en la experiencia sensorial, dando con ello a entender que encuentra su justificación última en lo que los sentidos permiten conocer. Esta concepción constituye una respuesta a la pre- gunta por el fundamento del conocimiento, en vez de por su origen: ¿Dónde Entre otros muchos lugares, véase Menon a -86 e y De Anima, III, 4,429 a 5-429 b 30. Anís/cg ti,! Sí,,,inís,hsJrMch 5//Ái¿w, ni’ 29—1 99Ñ Servici<> <le ~ llniversisl:iul (ompliitense Madrid

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  • La controversiaacercade las proposicionessintéticasa priori

    Reflexionesen torno a la proposición6.3751 delTractatusde Wittgenstein

    JUAN JOSÉGARCÍA NORROtJniversidadComplutense

    1. DOS SENTIDOSDEL TERMINO EMPIRISMO QUE CONVIENEDISTINGUIR

    Porempirismoy por su antónimoracionalismocabeentenderdosgénerosde teoríasde índole muy diferente.Por una parte,es sabidoqueel empirismoconstituye una respuesta,rica en matices naturalmente,a la cuestión queinquierepor el origen del conocimiento;precisamentees aquellaque afirmaque todo conocimientoprocedede la experienciasensorialy que,por consi-guiente,de acuerdocon el símil clásico,el alma es como unade esastablillasde ceraen la que aun no se ha escritonadahastaquela experienciasensiblecomienzaa imprimir sustrazos.Frenteaesto,el racionalismo,asimismoconsusdiversase interesantísimasvariedades,sostienequeel alma,antesde reci-bir la experienciasensorial,guardaen germenlos principios de variasnocio-nesy conocimientosque, quizácon ocasiónde lo que los sentidoscaptan,sedespertarány aflorarána la conciencia.Deacuerdocon estamanerade enten-derambasdoctrinas,cabedecir, por ejemplo,quePlatónes racionalistay queAristóteleses empirista’.

    En un segundosentido,con el vocabloempirismose sueledesignarla doc-trina quesostienequetodoconocimientodescansaenla experienciasensorial,dandocon ello a entenderqueencuentrasu justificación última en lo que lossentidospermitenconocer.Estaconcepciónconstituyeuna respuestaa la pre-gunta por el fundamentodel conocimiento,en vez de por su origen:¿Dónde

    Entre otros muchos lugares, véase Menon Sí a -86 e y De Anima, III, 4,429 a 5-429 b 30.

    Anís/cg ti,! Sí,,,inís,hsJrMch5//Ái¿w, ni’ 29—1 99Ñ Servici

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    hemosde encontrarel criterio para separarel auténticoconocimientodel quesólo lo aparentaser?Unicamenteen la experienciasensorial,respondeel filó-sofo empírico.Claroestáqueel empirista,en estesentidodel término,junto ala experienciasensible,admite otros modosde conocimiento,queresultansermétodos indirectos o argumentativosde conocer la verdad: deduccioneseinducciones.Pero estosotros procedimientosde conocerreposan,en últimainstancia,en la experienciasensible,dedondeextraensujustificación encuan-to que utilizan, como puntode arranque,premisasque se conocenpor la per-cepciónsensorialy en la medidaasimismoen quelas leyeslógicas quegaran-tizan la bondado correcciónde los procesosargumentativoshallan tambiénsujustificación definitiva en la experienciaempírica, si se los consideracomoalgomásquepurasconvencionalidades.Porsu parte,el racionalismo,entendi-do de estesegundomodo, admite,~¡untoa la experienciasensorialo conexclu-siónde ella, un métodode conocimientodirecto, inmediato,intuitivo, perodenaturalezano sensorial,que sedenominade muy diversasmaneras:intuiciónintelectual,razón,etc. A diferenciade la percepciónsensorial,queessiemprede lo singular,el racionalistacreequecon la intuición intelectual se capt-a laverdado falsedadde proposicionesuniversales.Es patenteque,en este otrosentidode los términos empirismoy racionalismo, tanto Platóncomo Aristó-teleshande serconsideradoscomo racionalistas2.

    La razónparahablarde un órganode conocimientointuitivo no sensorialprocede,sin dudaalguna,de la necesidadde explicarcómo conocemoscier-tas proposicionesinaccesiblespara los sentidos.Como acabamosde decir,estossólo nos muestranlo individual y, por tanto, de forma sensorialúnica-mente cabe conocerproposicionessingularesy paniculares.Mediante lainducción,el conocimientodel hombrepuedeampliarsehastaproposicionesuniversalesinductivas, esto es, proposicionesque se logran generalizandocasossingularesy acercade lasquenuncapuedeuno sentirsetotalmentesegu-ro, puescabeesperarque,un buen día, se encuentreun contra-ejemplo,auncuandoquizá jamás se produzca.Por otra parte, gracias a los argumentosdeductivos,conozco nuevasproposicionessingulares,particulareso univer-sales,de acuerdocon el tipo de premisasde lasqueparta.Perolo peculiardetodadeducciónes que en ningún casome amplíael conocimiento—precisa-menteen estalimitación suyade aspiracionesradicasu certeza—,de suertequesi partode unaseriede proposicionesentrelas quefigura unasingular,la con-clusión que puede obtenersees necesariamentesingular, y si cuento conproposicionesinductivas,tendréqueconformarmecon obtenerproposicionescon universalidadinductiva. No obstante,como el casoes que parecequeconocánosproposicionescon una universalidady necesidadsuperioresa lainductiva, pues no las conocemosmedianteunageneralización,ni nos senti-mos insegurospor una posiblerefutación mediantela experiencia,hemosde

    CI. Ana!ífi¿ os ¡,ostcrhncs. II, ¡ 9, i 00 0 5 ss.. entre otros muchos I ugares eti los que Aristótelesse decanta por el racionalisnio, entendidoenestasegundaacepción.

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    poseer—arguye el racionalista—una facultad de conocimientono sensorial,ciertamente,perointuitiva. Es la quehemosdenominadointuición intelectualun poco antes.Graciasa estaintuición conocemoslas proposicionesque,des-de que Kantgeneralizóel usodel término con estesignificado,se hanvenidoa llamar a priori: esto es, proposicionesque son totalmenteuniversalesynecesarias.

    De estamanera,unasegundacaracterizacióndel empirismo,en la segun-da acepciónconsiderada,totalmenteequivalentea la anterior, rezaasí: esaquelladoctrinaqueniega,frente al racionalismo,la existencíaen nosotrosdeun conocimientode proposícionesa priori. Mas como quieraqueparecequelas hay y en muy diversosterrenos—en el ámbito lógico (los primerosprinci-pios, cornoel de contradicción),en el sabermatemático(«2 + 2 = 4», «ángu-los opuestospor el vértice soniguales»),en el terrenomoral (la reglade oro,que nos mandano hacera los demáslo que no queremosque nos hagananosotros),en el saber metafísico («todo lo que es tiene una causa»)—, elempirismoaunquees una teoríanegativa,esto es una doctrinaque niegalaexístenciade cierta facultad cognoscitiva(o, correlativamente,nuestrocono-címtentode determinadasproposiciones)debeproponerargumentospara sercreíble y estosno sólo han de ir encaminadosa mostrar la imposibilidad deunafacultadde conocimientointuitivo no sensorial,sino a mostrarasímísmocómo las proposicionesque los racionalistasproponencomo proposícíonesapriori no sontales.

    2. LA ELIMINACIÓN DE LAS PROPOSICIONESA PRIORI

    Tressonlas vías quese abrenanteel empiristaquepretendadeshacersedelas proposicionesa priori. En primerlugar, cabequesedecidapor negarabier-tamentequelo seany tenerlaspor proposicionesa posteriori,estoes,proposi-cioneslogradasmediantela inducción,queresultan,comomucho,probablesyqueexpresansituacionesobjetivascontingentesen vezde necesarias.Comoessabido, estecamino se encuentraesbozadoen el Tratado de la NaturalezaHumanade Humey lo emprendede formadecididay sistemáticaJohnStuartMill cuandosostieneel caráctera posteriori de los enunciadosde la aritméti-ca4. Muy pocosempiristasse han sentidoinclinadosa seguirlesen su intento.Y, en verdad, parece muy difícil no admitir una diferencía esencialentreproposicionescomo«el calordilata loscuerpos»y «2 + 2 = 4». Una discusión

    De tuancrarigurosa,no sepuededecir quc el argumcntoesbozado —ni tampoco cualquier otroposible-- pruebe la existenciade la intuición intelectual,puestodo argumentoquebusqueestaconelu-sion es lal~t-z por cometer un círcuít vicioso ya que cualquierargumentoda porsupuestala validezdeciertas leyes lógicas —universales y necesarias—quesehan de conocerineluctablementeporla intui-ción intelectual.

    A .Svstcm of Logh, III. XXIV, 5.

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    pormenorizadade la posiciónde Mill puedeencontrarseen losescritosde Fre-ge sobrela fundamentaciónde la aritmética5.

    En segundolugar, el filósofo empiristapuederechazarlas sedicentespropo-slc!onesa priori porconsiderarlasproposicionescarentesde sentido.De acuer-do con estaperspectiva,lasproposicionessupuestamentea priori infrigen reglasya seansintácticasya seansemánticas,lo queimpidesu comprensióny, en defi-nitiva, impideque seanauténticasproposiciones.Naturalmente,que no signifi-quen nadano implica queno despiertenconnotacioneso sentimientosque,confacilidad, cabeconfundircon su significado nocional.El consejode Hume deecharal fuegolos textosquecontuviesenexpresionesqueno se refiriesenaobje-tos perceptiblessensorialmenteo los célebresintentosde Carnapde ridiculizarexpresionesheideggerianasejemplificanestesegundoprocedimiento”.

    Porúltimo, ciertosempiristasdecidenemprenderun tercermétodode darcuelitade las proposicionesa priori propuestaspor el racionalismo.Consisteesteen mostrarquese tratade proposicionesqueposeenun carácteranalítico,una naturalezatautológica.En esecaso,no seriadel todo inexactodecir queesasproposicionessona priori, puesson universalesy necesarias,perocare-cen de interésa~ no informarde nadaen la medidaen quesu verdaddescansaexclusivamenteenel principio de identidady puedenserconocidassinrecurrira una facultad de intuición intelectual. En este planteamiento,la disyuntivaentreel empirismoy el racionalismose convierteen el célebreproblemade siexisten proposicionessintéticasa priori Dicho de otra forma: si existenproposicionesquehablende la realidad—y no meramentede nuestrolenguaje—queseanuniversalesy necesarías.

    Porno habersealcanzadohastaKanten la historia de la filosofíaunaclaradistinción entrelas proposicionesanalíticasy las sintéticas,la lecturaapresu-radade algunostextosde filósofos de tendenciaempiristapuedeinducir a con-fusión. Piénseseen la célebredistinción que Hume propone,en la cuartasecciónde su Investigaciónsobre el EntendimientoHumano,entrelas propo-sicionesquesonasuntosde hechoy las quesonrelacionesde ideasy en textossimilares y anterioresde Locke. No cabedudade que las relacionesde ideasexpresanun conocimientouniversal y necesario.Sin embargo,una lecturamas atentapronto pone de manifiesto que, en opinión de estos pensadores,estasproposicionescarecende auténticovalor informativo, reposanen la meraidentidaddel sujetocon el predicadoy puedensercalificadas,comoel mismoLocke hace,de proposicionestriviales o frívolas [trifiing, ntígatoriae] por

    La reducciónde lasproposicioneso pho’-i a proposicíoncsi nduclivasse lleva a cabotambiénenel psicologismo,que interpreta las Écyes lógicascomo leyes naturalcspsicológicasy. en general,cntodalorma(le relativismoantropológicoy de naturalismo.

    lista es: la posición deWittgensteinrespectode la mayoríade las proposicionesquesehan dis-cutido y se discutenen O losolía. Véasela proposición4.003 de su fl-ocunus Logh.-o-phi/osophicus-(«La tnayoríade las proposicionesy cllestiones qtie se han Cscritt) acercade materiasfi losóticas loson falsas,sino si nsentidos.s>

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    resultarinútiles parael avancede las ciencias.En unapalabra,por tratarsedeproposícionesanalíticas7.

    No cabedudade que,a la horade desembarazarsede las supuestaspropo-sicionesa priori, en la prácticase suelenconjugarlos trescaminosmencio-nados y así lo másfrecuentees que se considerenque las proposicionesqueprocedende la matemáticay de la lógica poseenunanaturalezaanalítica,lasque versan sobreasuntosmetafísicos,éticos y estéticoscarecende sentidoyalgunasotras,propuestaspor algunosfilósofos racionalistas,son tenidasporproposícíonesmeramenteinductivas.

    Unavezquese ha logradoplanteardeestaformael problemadel racionalis-mo frenteal empirismo, la discusiónsepuedecentraren discutir si las proposi-cioneséticasy metafísicascarecenrealmentede sentidoy si la proposiciónqueafirma esto último no careceríaasimismode sentido,con lo queel empirismoresultaríaseruna teoríaqueconculcala posibilidadde toda teoría. Tambiénlareflexiónpodríadirigirse a examinarsi cabesostenerel carácteranalíticode lasproposicionesde la matemáticay de la lógica,a lasqueno se les sueleescatimarqueposeansignificado.Dicho de otraformasepodríaemprenderun examendelosresultadosobtenidosporel logicismo.Ambosprocedimietítosdediscusionsemuestrandescorazonadoramentedifíciles de seguirhastael final con provecho.Peroporfortuna,senosabreotraposibilidad,dejandoa un ladolasproposicionesde la lógica y de la matemática,olvidándonosde las que tradicionalmentehanconstituidoel sabermetafísicoy ético,podemoscentrarnosen el estudiodeunaspocasproposiciones,insulsassi se quiere,peroquenosprometen,si las analiza-mosatentamente,la posibilidadde lograrquizá,sin mayoresreflexiones,zanjarla cuestiónquedivide a los empiristasy a losracionalistas.Es precisoobservaren estepuntoqueexisteunapalpableasimetríaenlo queambastesissostienenyen el esfuerzoque han de desplegarsus partidariospara probarlas.Bastaríademostrarel caráctersintéticoa priori de una sola proposiciónparatenerqueadmitir la existenciade una intuición de tipo intelectual y decantarnospor elracionalismo.Demostrarel carácteranalíticoo la índole inductiva o la falta desentidodeunasedicenteproposiciónsintéticaa priori no pruebadefinitivamentenada,dadoque cabequeotra proposiciónsearealmentesintéticaa priori.

    3. ¿PUEDE HABER ALGO QUE SEA BLANCO Y NEGROSIMULTANEAMENTE?

    Por su simplicidadlas proposicionesa las que aludimoshan sido utiliza-das con frecuenciapor los racionalistascomo pruebade su doctrina. Perte-

    (‘1. los capítiLlos VII y vííí del cuartolibro del Ensayosobreel EntendimientoHumanodeLx.-¡ce, Cuandoconfrontamos dichaspáginascon lascorrespondientesde Leibniz ensusNuevosEnsayossobre el Entendimiento Humano, nos damos cuenta inmediatamente dequeel puntoesencialde dis-cusionentreempiristasy racionalistasestribaen decidir el carácteranalíticoo sintético, intbrmativoo no informativo, deciertasproposicionesqueseconocenpor intuición no sensorial.

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    necena dosclases.Unasafirman quela posesióndeunapropiedadllevacon-sigo la posesiónde otra. «Todo lo coloreadoes extenso», «todo cuadradoposeeuna figura». Otras sostienenque la posesiónde una propiedadllevaconsígola exclusiónde otra. «Todo lo rojo es no verde»,«todolo cuadradoes no circular».

    Wittgensteinelige paradiscutiríauna proposiciónqueexpresaexclusión.En laproposición6.3751 de su TractatusLogico-Philosophicuspuedeleerselosiguiente:

    «Que, por ejeínplo.doscoloresesténa la vezen un lugardel campovisuales imposible,estoes,lógicamenteimposible, puestoqueello estáexcluidopor la estructuralógicadel color.»

    La proposiciónanteriores un modorelativamentecríptico de decirqueunamísmasuperficieno puedeservistaa la vezde doscolores,quepuedeconcre-tarsede un modomás visualen la proposiciónquecita Locke«lo blanco no esnegro»o «lo azul no es amarillo»>. Ni que decir tiene que un objeto puedeposeertrozosblancosy trozosnegros,puedeservisto blancopor unapersonay negropor otra simultáneamente,o cabequeunamismapersonalo veaahorablancoy acontinuaciónnegro.Lo queprohíbela proposiciónes quela mísmapersonaveael mismo trozode un objetoblancoy negroa la vez. Estoes.si veun objeto blanco,esteobjetoen esemomentotieneal menosun trozo no negro,justamenteel quese ve blanco.

    Que una proposiciónde estegéneroes verdad parecefuerade discusíon.Ahorabien,cabediscutir el tipo de pl-oposición dequesetrata. Enseguidaquereflexionamos,rechazamosque consistaen una proposición inductiva. Nirequierela generalizaciónde casossingulares(¿cuántosnecesitaríamos?),nipareceíeferirsea algo puramentecontingente(tenemosla impresión de queestaimposibilidadse daen todoslos mundosposibles),ni es unaproposiciónque afirmamoscon temora errar, la certezacon quela afirmamoses apodícti-ca, la mayor posible,como dice Locke:

    «Así la mentepercibeque lo blancono esnegro,cíne tin círculono es uncuadrado1.1. Estasclasesde verdadessonpercibidaspor la mentela pri-mera vezquevemoslas ideasjuntas,por meraintuición, sin la interven-ción de ningunaotraidea; y estetipo deconocimientoesel ínásclaroy elmáscierto del qtíe es capazla humanafragilidad. Estegénerode conoermientoes írresistible,y, coíno la luminosaluz del sol, obliga inmediata-mentea serpercibidotan pronto como la mentedirige la miradaa él, y nodeja lugara vacilación,dudao examen,sino que la mentese llena COl) SUclara luz. Sobre esta inluicion dependetocía la certeza y evidencia cíenuestro conocimiento»~.

    FIssa s on Humo,, tlnderxtandinr. IV, 2, 1 IV. 1 , /.E.ssay IV, 2,

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    Es pues,sin lugara dudas,unaproposiciónapriori. Sin embargo,no esta-mosanteunaproposiciónsintéticaa priori ajuicio de Wittgenstein.Su for-ma de enunciarsu convicción es tajante,aunquerequiereunabreveexplica-clon. Cabe pensarque una proposición verdaderaexpresauna situaciónobjetivaqueexistey, por tanto, una situaciónob¡etivaposible.Si la proposi-ción esuniversal, se afirma una situaciónobjetivaqueexistesiempre,exclu-yendo. por ello mismo, otras situacionesobjetivas, de las que se declaraimplícitamenteque no se dan ni ahorani nunca.La proposiciónque sostieneque todos los metalesconducenla electricidadimplica la afirmación de laimposibilidad de la existenciade un metal queno conduzcala electricidad.Expresadode otro modo,puestoqueunaproposiciónequivalea la negaciónde su negación,afirmar una proposiciónuniversalequivalea negar la nega-ción de dichaproposición.Al negarla negaciónde una proposiciónuniver-sal, afirmamosque no seda una cierta situaciónobjetiva y, por ello, que encierta manera,la proposiciónqueconsisteen la negaciónde unaproposiciónuniversaldescribeuna situaciónobjetiva iínposible.Si la proposiciónnega-da es analítica, la situación objetiva descrita poseeuna imposibilidad quepuede ser denominada lógica, ya que la proposición negada es falsaúnicamentepor consideracioneslógicas. Si negamosuna proposición conuniversalidad inductiva, obtenemos una situación objetiva físicamenteimposible,dadoquelaproposiciónquehemosnegadoessóloinductivamenteverdadera.Estaimposibilidad física no mereceel nombrede imposibilidad,propiamentedicha,puestoquecabequese dé la situaciónobjetivatildadadeimposible,en la medidaen quecambiasenlas leyes naturales,o en que estemundosesustituyesepor otro mundoposibleo en quenoshubiéramosequi-vocadoen el establecimientode las leyesnaturalesquepretendenreflejar lasleyescientíficas. Si la proposiciónquenegamoses unaproposiciónsintéti-ca a priori, obtenemosuna proposiciónque expresauna situaciónobjetivaimposible,no físicamenteimposible, ni tampocológicamenteimposible.Suimposibilidad es intermediaentreambas,o mejordicho,seemparejaen fuer-zacon la imposibilidad lógica,perosunaturalezaes muy diferente;podemosllamarla imposibilidad metafísica. A cada una de estas imposibilidadescorrespondela correlativanecesidad.

    La posiciónde Wittgensteina esterespectoen la épocaen que escribióelTractatusno dejalugara dudas:

    «No hayunanecesidadpor laquealgo tengaqueocurrir porquehayaocu-rrido otracosa. Sólo hayunanecesidadlógica(6.37)>~.«Al igual quesólo hay unanecesidadlógica, sólo hay una imposibilidadlógica (6.375)».

    Véasela proposición6.341 deI Trac¡ao,s. A partir de aquí cuandoqueramosreferimosa unaproposiciónde estaobra de Wittgensteinnos limitaremosaseñalarsunúmeroentreparéntesisen ve’de remitir a una nota a pie de página.

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    Dejadaaun ladola opciónde que fueseinductivo y, por tanto,casual,el queel hechode quequealgo seanegroexcluyael que seablanco,ya quesi sabe-mosque algo es negropodemosdeducircon total certezaque es no blanco, Yno existiendo,porotra parte,paralos empiristas,másimposibilidadquela lógi-ca, quedaclaroquela proposiciónqueaseguraquelo negrono esblancohadeser una proposicióntautológica,analítica. Por consiguiente,una proposiciónsírnilar a la queafirma quesi algoes blanco,entoncesno es no blanco.

    Una declaraciónmás detalladade esta tesis la enuncia Wittgensteinenestostérminos:

    «Tomemosahorala afirmación: “ningún objeto es rojo y verdeal mismotiempo”. ¿Quierodecir conestosimplementeque hastaahorano he vistoun objeto semejante?Es claroqueno. Más bienquierodecir: “No esposi-ble queveasemejanteobjeto”. ‘El rojo y el verdeno puedenestaren elmísmo lugar”. Y ahora preguntaríayo: ¿quésignifica aquí la palabra“posible”? La palabra“posible”es,sin lugara dudas,un conceptograma-tical (lógico), no un conceptofáctico. Supongamosahoraque la afirma-ción ‘un objetono puedeserrojo y verde” es un juicio sintético,y que laspalabras“no es posible” significan imposibilidad lógica. Entonces,comouna proposición es la negación de su negación, existirá también laproposición“un objeto puedeserrojo y verde”. Estaproposiciónserátam-bién sintética. Como proposiciónsintéticatiene sentidoy esto significaque el estadodecosasquedescribepuedeexistir. De modoquesi “no esposiblc” significa imposibilidad lógicallegamosala conclusióndequeloimposibleesposibledesptíésde todo. La únicasalidaque le quedaa Hus-serl es explicar quehay un tercertipo de imposibilidad. A esto yo res-ponderfa:es posibleencontrarpalabras;perono puedoimaginarningúnpensamientoque las acompañe.»”

    El texto quenoshemospermitidocitar es suficientementelargo y comple-jo como paraque merezcay exija una aclaraciónpor nuestraparte.Una vezdescartado,en las primerasfrases,el carácterinductivo de la proposiciónqueitupide que una cosa seasimultáneamentede dos colores, argumentaWitt-gensteinen favor de la imposibilidad de que la proposielonseasíntética.Adiferenciade las proposicionesanalíticasque no expresanningún pensamien-to (6.21>, una proposiciónsintéticaposeesignificado,dice algoy sunegaciónes tambiénunaproposiciónsintéticaconsignificado,portanto unaproposiciónsintéticaquedescribe(pinta) unasituación objetivaquepuedeexistir (aunque,naturalmente,puestoque no existe, la proposiciónes falsa). Por tanto, unaproposiciónsintéticay sunegación—quees tambiénunaproposiciónsintética—expresan,ambas,sendassituacionesobjetivas posibles, unade ellas real y laotra inexistente;con lo que resultacontradictoriodenominara una de esas

    Wiugensteinundde,WienerKreis: Gesprácheau/~ezeich,,eIE W¿¿i.s,nann,hrsg. B.F. McGui-ness,Suhrkamp.Frankfurt amMain. 1967,p. 68.

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    situacionesobjetivasimposible,quees lo quehabríaquehacer,de acuerdoconWittgenstein,de aceptarel caráctersintéticode la proposiciónque afirma laimposibilidad (total, no sólo física o inductiva)de quealgo seavisto a la vezde doscolores.

    Obsérveseque si la proposiciónque mantienela imposibilidad de que seden simultáneamentedos coloresen una misma superficiefueseanalítica,elproblemaanteriordesaparecería.Una proposiciónanalítica,unatautología,noexpresaningún hecho. No es un sinsentido(unsinnig),si seentiendecon elloque es un absurdo,perose puededecirquecarecede sentido(sinalos).Mues-tra simpleínenteque no dice naday quees unaproposiciónincondicionada-menteverdaderapor los merossignosquela constituyen,puespermitetodoslos posiblesestadosde cosas(4.461-4.464).Su negaciónes tambiénunapro-posición analítica,unacontradicción,quetampocoposeesentido,ni describeningún hecho,es falsapor los merossignosquela constituyenya queexcluyecualquierestadode cosas.Podríamosdecir,en ciertamanera,quela negaciónde unatautologíaexpresaun «hecho»imposible(lógicamenteimposible),peroese«hechoimposible»seria indescriptiblee impensable(no podríamos,porello, llamarlo conpropiedadhecho).«Todolo pensablees posible»(3.02) y nossentiríamosincapacesde decribir el estadode cosasilógico descritopor él(3.031).

    Claro es que la argumentaciónanteriorresultaríaimpecablesi no pecasede unagravefalta lógica de entrada,a saber:presuponerlo quese quierepro-bar. Si aceptamosque toda proposiciónsintéticaexpresasólo una situaciónobjetiva meramenteposible[y jamásunasituaciónnecesariao imposible], ypuestoquees verdadque la negacióndeunaproposiciónsintéticaes tambiénuna proposición sintética, concluimos que ninguna proposición sintéticaexpresaunasituaciónobjetivanecesariani imposible (esto es, quetoda pro-posiciónsintéticaexpresaunasituaciónobjetivaposible).Peroestoes lo quedecíamosen la primerapremisa.Con unadefinición de proposiciónsintéticaqueexcluyaqueéstapuedaexpresarlo imposibley lo necesario,queno admi-ta que quepapensary describirun estadode cosasimposible,resultaclarisi-mo queno hay,por definición,proposicionessintéticasa priori. Peroprecisa-mente,el punto queestáen discusiónentreempiristasy racionalistases sí esaceptableunadefinición de lo sintético tan restrictiva.Parano imitar a Pro-custo,querecortabaa los durmientesal tamañode la camaqueles ofrecíaenvez de confeccionarcamasdel tamañode quieneslas utilizan, hemosde medi-tar algo más.Y paraello, lo mejor, creemos,no es examinarla naturalezadela proposiciónsintética,en la que de partidapareceque hay tan divergentespareceres,sino reflexionarsobresi, a partir de unadescripciónde proposiciónanalíticaaceptabletanto por empiristascomopor racionalistas,cabeexplicarla proposiciónsobrelaexclusiónde loscolorescomounameratautología.Deno lograr estareducción,habráque adínitir el carácterno analíticode dichaproposicióny la necesidadde modificar la noción de lo sintético paradarlecabidaen ella.

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    4. INTENTOS DE MOSTRAR EL CARÁCTER ANALÍTICO DE LAPROPOSICIÓN «UN OBJETO VERDE NO ESSIMULTÁNEAMENTE ROJO»

    Comencemosnuestroexamenpor unaproposición ligeramentediferen-te: «un objeto verde no es simultáneamenteno verde».Qué duda cabedeque nos encontramosante una proposiciónanalítica,puesha de seracepta-da por su meraforma lógica. Mediantela obversiónLesto es, el procedi-miento lógico que permiteobtenerunaproposiciónlógicamenteequivalen-te a otra negandosu predicadoy cambiandosu cualidad¡ la proposiciónpuedeconvertirseen estaotra: «un objeto verde es rsimultáneamente]ver-de». Aunqueno conociéramosel significadodc «verde»,asentiríamosa laproposicióncon sólo conocerqueen el sujetoy en el predicadoel términomantieneel mismo significado.Es la meraforma de la proposiciónla quenos da a conocersu verdady por esta razón no nos enseñanadaacercadelas cosasni de los colores,de la misma formaque la proposición mañanalloverá o no lloverá no me proporcionainforínaciónsobreel tiempoatmos-férico (4.461).

    En cambio,con independenciade lo queun análisisposteriorpuedamos-trar, saltaa la vistaque no resultamanifiestala naturalezaanalíticade la pro-posición«un objeto verdees simultáneamenteno rojo», que es la obversade«un objeto verde no es simultáneamenterojo». Si desconociéramosel signifi-cadode los términos «verde»y «rojo» no podríamosni asentirni disentir deestaproposición.

    Estastrivialesconsideracionesno debenengañarnosy creerquela cuestiónha quedadozanjada,pues,en ocasiones,estamosante tautologíasescondidas,proposicionesque, por su complicación, no muestransu carácteranalíticoasímple vista.La proposiciónque nos aseguraquetodo efectoposeeunacausano contradicelas agudascriticasde Hume contrael principio de causalidad’2,pues,pesea las apariencias,no habla acercadel mundo, ni excluye ningúnestadode cosaspensable.En castellano,«efecto»significa aquello queposeeunacausay negaríamos,concontundencia,el nombrede efectoa algocarentede causa,de suerteque la proposiciónanteriorse ¡imita a informarnosde quetodo lo que tiene una causa(estoes lo queentendemospor efecto) tiene unacausa.Palmariatautologíano informativa.

    Por consiguiente,cabedecir que la proposición«un objeto verdenoes simultáneamenterojo» no es manifiestamenteanalítica. ¿Podráserlode forma encubierta?Esto es lo que el empirista. en su negaciónde laexistencia de la intuición intelectual, está comprometidoa probar. Esimportante en este punto percatarsede que no resulta en absolutounatarea fácil. Ciertos intentos se muestran ínmediataínenteinsuficientes.

    T,cari.w o’ Human¡‘¿ature, 1. 111.3,82.

  • La controversiaacercade las proposicionessintéticasa priori 21

    Así si se dijera: un «objeto verde no es simultáneamenterojo» es unaproposición analítica porque se deduce de una clarísima proposiciónanalíticaque afirma que unasuperficie no puedeestarcoloreadasimul-táneamentecon doscolores,no habríamosavanzadoun ápice,pueshabríaque mostrarque la proposiciónque sostienela imposibilidad de queunasuperficiese hallecoloreadacon dos coloresa la vezesanalíticay no sin-tética y que tambiénes analítica la proposiciónque afirma que todo loverdees coloreado.

    Wittgensteinintentamostrarel caráctertautológicode la proposiciónquediscutimosde dos formasdiferentes,quecorrespondena las ideasquedesa-rrolló en su Tracratusy a las reflexionesquesobreel mismotemallevó a caboen añosposteriores.Veamosla primerade estasmanerasen suspropiaspala-bras:

    «Que,por ejemplo,doscoloresesténa la vezen un lugardel campovisuales imposible,estoes.lógicamenteimposible,puestoqueello estáexcluidopor la estructuralógica del colorPensemoscomose representaestacontradicciónen lafísica;aproximada-menteasí:unapartículano puedeteneral mismotiempodosvelocidades;estoquieredecirqueno puedeestaral trismo tiempoen doslugaresdife-rentes;esto quieredecirque partículasen lugares diferentes,al mismotiempo, no puedenseridénticas.(Estáclaroque el producto lógico de dos proposicioneselementalesnopuedeserunatautología ni una contradicción.El enunciadode que unpuntodel campovisual tiene al mismo tiempodos coloresdiferentesesuna contradicción.)(6.3751)».

    El primerpárrafode la proposición6.3751 del Tractatuses la declaraciónyacomentadade empirismo,puesniegael caráctersintéticode unatípica pro-posicióna priori segúnlos pensadoresracionalistas.En el segundopárrafoseexponela razónquejustifica tal negación.Un objeto se ve de un determinadocolorporquedesprendepartículas(fotones)quellegan a nuestrosojos con unadeterminadavelocidad(podríamosdecirigualmente,porqueemiteondaselec-tromagnéticasde una determinadafrecuencia).Superficiesde diferentescolo-resemiten fotonescon distinta velocidad(u ondascon diferentefrecuencia).Queun objetoseade doscoloresa la vez implica queemite fotonesquellegana nuestraretinacon dosvelocidades(o queunay la mismaonda alcanzanues-tro ojo con dos frecuenciasdirerentes),lo cual es imposible—se entiendelógi-camenteimposible—,porqueentrañaríala imposibilidad lógica de queun obje-to estuviese,al tenersimultáneamentedosvelocidades,en doslugaresdistintosa la vez.

    Aun aceptandosemejanteexplicación, el problemasigue sin resolverse.Wittgensteinpasaal ladode la dificultad, rozándola,perosin entraren ella. Yahemosseñaladoque unaproposiciónes analítica,aunqueno lo parezcaa sim-píe vista, si es deducible,por largo úíue seael procedimiento,de otra u otras

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    proposicionesanalíticas3.Porello Wittgensteinintentadeducirla proposición«un objetoverdeno es simultáneamenterojo» de la proposición«un cuerponopuedeestarsimultáneamenteen dos lugares»,dandopor probadoel carácteranalítico de estaúltima. Pero estadeduccióndescansaevidentementeen unsupuestono mencionadoque cabeexpresarínedianteesta otra proposición«una superficie se ve verde si emite fotones que llegan a la retina con unadeterminadavelocidad».Y quién podría dudarde queestaúltima proposicióndistamuchode seranalítica,a menosque alguienseacapazde demostrarporprocedimientoslógicosquelo quevemosde color rojo emiteondaselectromag-néticasde 610 nanómetrosmientrasquelas superficiesque senosaparecenver-deslas emitensólo de500 nanómetros.Naturalmenteal introduciren la cadenadeductivauna proposición no analíticala conclusiónno mantieneel carácteranalíticoaunquese hayapartidode algunaproposiciónanalítica.

    El tercerpárrafode la proposición6.3751 esde granimportanciaparacoín-prenderrectamentela filosofía del Tractatus.Wittgensteinacepta,comotodos,queel hechode quealgo seaverdeimplica el hechode queesealgo no es rojo.Si p es la proposiciónque afirma que un determinadoobjeto es verde y q laproposiciónquedicequeesedeterminadoobjeto es rojo, entoncesp excluyeq.Ahorabien, ningunaproposiciónatómicaimplica o excluye otra proposiciónatómicaporquelos hechosatómicosson independientesunosde otros y de laexistenciao no existenciade un hechoatómico no se puedeconcluir la exis-tencia o no existenciade otro (2.061-2.062).Por tanto, p y q, que afirmanrespectivamentequealgo es verdey queesealgo es rojo no puedenserpropo-sícíonesatómicaso elementales,sino proposicionesmolecularesformadasporproposicionesatómicasde las que nuncase nos daránejemplos.Por consi-guiente,el hechodescritopor unaproposiciónelementalnuncaesperceptible,no le correspondeningún dato sensorial.Los objetosno tienen color, diceWittgenstein.pueslos objetossonsímples;el color, al igual queel espacioy eltiempo, son formasde los objetos(2.0232,2.02 y 2.0251).Hay, como se ve,unaenormediferenciaentre el atomismológico de Russell y la filosofía delTractatus.

    Quéduda cabequetodasestasafirtuacionessuenanextrañasy difYciles deconciliarentre sí y con la realidade inevitablementesurge la preguntade siWittgenstein no se ha sentidoobligado a considerarlasválidas debido a laconcepciónbásicamenteempiristade la queparte.

    Las contradiccionesy dificultadesaludidasllevaron a Wittgenstein.pocotiempodespuésde escribirel Tractatus, a abandonar,en primer lugar, la tesis

    Ésíaesprecisamentela estrategiaseguidapor el logicismoal intentarreducirloda la niatemá-tica a la lógica.deduciendoel conjuntodel sabermatemáticoa partir deunos pocosaxiomaslógicos.Comoya dijimos, noes ésteel momentooportunoparaJuzgarla viabilidad dc Ial proyecto.Perohayquel.cncrcn cucnlaqucdc scr posibleesareducciójíde tí.,do corona nateolátícoa olios cuanlos aso-toaslógictis, ello sólo probaríael carácteratalitico cíe los teoremasmatemálicossi seaceptasendossupuestosadicionales:que esosprimeros axiomas lógicos son analíticos y t~ue las reglas o leyesdeductivasutilizadastambiénlo son,

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    de que unaproposicióncomo «estoes rojo» es una proposición molecularanalizable.Pero de este reconocimientoy dado que,de la proposiciónqueafirma queestoes rojo se sigue necesariamentequeestomismo no esa la vezverde,hay que aceptar,en segundolugar, que la tesisde la independenciadelas proposiconesatómicas,tal como seentendíaen el Tractatus,es radical-mentefalsa.La verdaddeciertasproposicionesatómicasimplica la verdadyla falsedadde otras proposicionesatómicas.¿Qué grado de necesidadestáentrañadoen esaimplicación?El rechazode la posibilidad de la existenciaen el hombrede la intuición intelectual—en otraspalabras,el empirismofun-damentalde Wittgenstein—le fuerza a seguircreyendoque se trata de unaimposibilidadlógica o gramatical.La proposiciónqueafirma queestoqueesverdeno es a la vez rojo mantiene,en opinión del autor cantabrigiense,sucarácteranalítico.Peroahorasunaturalezatautológicano estribaen que,dealgunamanera,la noción de rojo incluya la de no verde, sino en las reglassintácticasdel lenguaje que empleamos.Rojo es indefinible, ni siquieraostensivamentecabeofrecerunadefinición de un color, pues,si decimosestoes rojo, señalandohaciaalgún lugar, no podemossaber,a menosde queten-gamosuna ideade quésignifica rojo, a que seestáapuntandoexactamente.Diferentees la situaciónenla quesenos dice: «estoesde color índigo»,puessi hemosaprendidola sintaxis de los colores,podremossaberen qué otrascírcunstanciascabedecirde algo que es de color índigo. Mas ¿cómoapren-demosla sintaxis de los colores?Es una cuestiónque preocupaa Wittgen-stein y de la quecabeencontrarel bosquejode unaposiblerespuestaen susInvestigacionesFilosóficas.En esencia,es posibledecirqueaprendemoslasreglassintácticasque regulanel usode las palabrasobservandocómo otroslas usan.En estemomentono esnuestralaborinquirir hastaquépuntoseme-jante respuestaes aceptable.Paranuestrotema nos bastacon retenerque,segúnWittgenstein,existenreglasqueregulancómodebenusarseciertostér-minos. Si digo: «afuerahay 180C» y alguien me pregunta:«¿Hay también190C?»Le responderéque ya le he dicho que hay 180C y que su pregunta,por tanto,carecede sentido.A diferenciade si me preguntara:«¿hacesol oestá nublado?»Que se da una temperaturade 180C implica (mediantelasreglassintácticasdel lenguaje)que no hay 190C, perono implica que esténubladoo queluzca el sol. De la mismaforma, que unasuperficieseaverdeexcluyeel que seasimultáneamenteroja, pero no excluye queseacircularorectangularLos usosdel lenguajedeterminanestasexclusiones.Entre lospapelesque recogenlas conversacionesde Wittgenstein en susclasesenCambridgepodemosencontrarretazosdel pensamientoque pocoa poco vaconfigurandoestadoctrina.

    «Si f(g) y fir) se contradicenentresí es porquer y g ocupancompleta-ínentela f y ambosno puedenestaren ella. Peroesto no se muestraennuestrossignos.Mas debemostrarsea sí mismo si miramos,no al signo,sino al símbolo.Puestoqueeste incluye la formade losobjetos, la impo-sibilidad de “ftr).f(g)” se muestraa si mismaahí, en estaforma.

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    Debe ser posible para la contradicciónel mostrarsea sí misma entera-menteen el simbolismo,puessi digo de unasuperficieque es roja y ver-de, es cierto, a lo sumo, sólo uno de estasdos y la contradiccióndebeestarcontenidaeíi cl sentidode las dosproposiciones.»’’

    Extrañotexto wittgensteinianoen el quepareceintentarseunasolucióndecompromiso.La imposibilidad de quealgosearojo y verdeno seencuentraenlos signos(luego —nos preguntamos—quizá no es unaimposibilidad lógica),sínoquese halla en lossímbolos,en el sentidodelas proposiciones.¿Serápuesqueadínite Wittgenstein la existenciade un tercertipo de proposiciónque sesitúe entrela proposiciónempírica(la quehemosllamado inductiva)y la gra-matical quecorrespondea la proposiciónanalítica?¿Habrá,por consiguiente,un nuevo tipo de necesidaddiferentede la necesidadlógica?La lecturade loquesiguenosdesengañade la posibilidad,quese noshasugerido,del carácterno analíticode la proposiciónqueprohíbequealgo verde searojo:

    «Perolos símboloscontienenla forma del color y del espacio,y si, diga-tuos,una letradesignaahoraun color,ahoraun sonido,es un símbolodqt-renteen lasdosocasiones;y estose muestraen el hechodequereglassin-tácticasdiferentesvalenparaella.Desdeluego, estono significa que las itíferenciaspudieranahorano serexclusivamenteformales,sino tambiénmateriales: el sentidose siguedelsentidoy la forma dela forma.“Rojo y verde no puedenocupar el inisíno lugar” no quieredecir que,comoun asuntode hecho,no estánnuncajuntos, sinoque no se puedenisiquieradecir que estánjuntos o. por consiguiente,que nunca estánjun-tos.»’’

    No hay inferenciasmateriales,estoes, sintéticas,fundadasen el sentidodelas proposicionesy no en su ineraforma: no hay inferenciasquedescribanlasleyesqueregulanel comportamientode los objetos,en vezdeexpresarsólo lasleyes que regulanla coínbinaciónde signospara hablarde ellos. Mantenién-dosefirme en su empirismo,en su rechazode las proposicionessintéticasapriori, Wittgensteinseve obligado, sinembargo,a desdecirseparcialmentedela posiciónqueadoptóen el Tractarus. «Un objetorojo no es verde»siguesien-do consideradaunaproposiciónanalítica,perola noción dc lo analíticose des-dibuja, ya no resideen los merossignos,estoes,en lostrazosde tinta sobreunpapel, no hay tablasni reglasmecánicasquenospermitandescubrirlaspropo-sícíonesanalíticas.Ahoradebeínosobservarlos símbolos.Un síínboloes algomas que el mero signo, pero un símbolono es el sehiidoo si~nifibádo dé unsigno. al modofregeano.Un símboloes el signomás las reglasquepermiten

    PhilosopñischcBerncrku,n~e,,,(Atts dem Nachías>).hrsg. k Rhees.Basi1 Blackwcl 1. Oxford,1964, 78.

    Ib¡cL

  • La controversiac,cerca de las proposicionessintéticasa priori 25

    utilizarlo. ¿Porquéunacosano puedeserroja y verdecuandopuedeserroja ycuadrada?La única respuestaque cabedar es la que proporcionael propioWittgenstein:«La sintaxisprohibeunaconstruccióntal como “A es verdey Aes rojo » ‘6o paraexpresarlocon las palabrasde otro conocidotexto empiristacontemporáneo:

    «Así, si digo “nada puedeser coloreadode diferentesmodos al mismotiempo, respectoa la misma partede ello mismo”, no estoydiciendonadaacercadelas propiedadesde ningunacosareal; perono estoydiciendounsínsentido(nonsense).Estoy expresandounaproposiciónanalítica,querecogenuestradeterminaciónde llamara un espaciode color que difiereencualidadde un espaciodecolorvecino,unapartediferentedeunacosadada.En otraspalabras,estoy,sencillamente,llamandola atenciónacercade las implicacionesde un determinadouso lingtiístico.»’7

    Sin embargo,estasegundarespuestade Wittgenstein,quehemosexpresa-do asimismocon palabrasde Ayer, se limita, denuevo,a aplazarel problema,en vezde resolverlo,puesahoracabepreguntarsepor el carácterdedichosusoslingijísticos, por la índole de estasreglassintácticas.¿Seconocenempírica-menteo sona priori? O, parapreguntarlode un modomáspreciso:¿setratadereglasy usoscontingentes,quemuy bienpodríanserotros,o sonreglasnece-sarias?Si fuerancontingentes,podríancambiarClaroque,si cambiasen,ya nohablaríamosel mismo lenguaje,pero éstano es la cuestión importante,quecabríaexponerasí:¿Podemosconstruirun lenguajeen queeseuso lingílisticoo esareglasintácticano exista?¿Tendríasentidodicholenguaje?Naturalmen-te que,desdenuestrolenguajeactual,donderige dicho uso, seríainconsisten-te en ese respect(>.Mas no nos preguntarnossi tendríasentidodesdenuestrolenguajeactual, sino sentidoen si mismo. Nuestroslenguajesnaturalesnoestánhechospara hablarde cosasque se extiendanen un espaciode cuatrodimensiones,stno sólo de tres (altura, anchuray profundidad).pero podemosconstruirlenguajes(de índole matemática)en los quedescribamosobjetosdes-plegadosen cuatrodimensionesy estasdescripcioneslas entendemoscierta-mente,aunque no podamosrepresentarnosesos objetosen la imaginacion.¿Podemos,de forma análoga,construir un lenguajeen que los coloresno seexcluyancomoen nuestroslenguajesnaturales?¿Entenderíamosla afirmaciónde que unasuperficiese encuentracoloreadasimultáneamentecon dos colo-res’?

    En el propio texto de Ayer que acabamosde citar se deslizaun error quemuestraa las clarashastaquépuntoestonos pareceínconcebible.Al decirquela proposición«un objeto verde no puedeser a la vez rojo» recogenuestradeterminación,estáseñalandocon claridad el caráctercontingentede dicharegla,puesse dice quees nuestra,conlo queseda aentenderquepodríahaber

    Op.

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    otras diferentesy al señalarquees unadeterminaciónsugiereque ha brotadode un acto volitivo máso menosconscientedel queestáen nuestramanoarre-pentirnosparaadoptarotradecisión.La determinacióntomadaconsiste,segúnAyer, en denominarpartesdiferentesde unamismacosaa un espacioquetie-ne un color y a otro espaciovecinoque muestraun color diferente.Ahorabien,¿porquédecirvecino?Un trozode objeto vecinoo yuxtapuestoa otro trozoesdiferentede él, puesestáen lugaresdistintosdel espacio.Con razón llamare-mos siemprediferentesa dos superficiede un objeto queestáncoloreadasdeforma diferentey ocupanlugaresdistintos. Mas el asuntoque se discuteestáen si llamaríamosdiferentesa una misma superficieque estuvieracoloreadasímultáneamentecondoscolores;dichodeotro modo,quizámenosparadójicoen apariencia,dos superficiesquedifieren sólo en el color —y en nadamás,nisiquieraen el lugar queocupan—,¿sondiferentes?¿Sondoso es una?

    La únicarespuestasensataes queno es posiblequehayajamásdos super-ficiesquedifieransóloenel color. Si difierenenel color, sondos;y, si sondos,difieren tambiénen el lugar en que se extienden.Luego pareceque la reglasintácticaque prohíbepredicarde A a la vezel serrojo y el serverdees unareglanecesariay no contingente,puestoqueno podemospensarcómo serialanegaciónde esa regla. Mas si se tratade unaregla sintácticano contingente,hemosde pensarquerecogerasgosnecesariosde la realidad,hemosde reco-nocerqueexpresa,de algunaforma, un estadode cosasuniversalo, al ínenos,el modo en que necesariamentepensamos;en definitiva, que se tratade unaproposiciónsintéticaa priori, que no cabeconsideraranalítica,desdeningúncriterio manejablede lo analítico.

    Frentea esteargumento,conocemosla respuestadeWittgenstein:

    «No sólo son arbitrarioslos axiomasde la matemática,sino toda sintaxisIt.] La sintaxis no se puedejustificarporel lenguaje.Si pintosu retrato ylo representocon bigote negro, podría responderlea su preguntade porqué lo tse pintadoconbigote negrodiciendo?míreseusted,veráque llevabigote negro.Si, por el contrario, me preguntapor quéempleouna siíita-xís determinada,no le podrérespondernadacomojustificación.La sinta-xis no tiene fundamentos;por estoesarbitraria.Conindependenciade suempleoy consideradaen símisma,es un juego,exactamenteigual que eljuego del ajedrez.»”

    Un retratosepuedecompararcon la realidady son, precisamente,los ras-gos de estarealidadlos quejustifican los rasgosdel retrato.No cabe,en cam-bio, compararunaregla sintácticacon la realidad,con algo así como unaleyde esencias,por esoes analítica.Pero nuestraobjeción vuelve a sonar insIs-tente: De acuerdo,desdeun lenguajecon unadeterminadasintaxisno cabenidecir algo con sentidoque contravengadichasreglas (por ejemplo,que un

    ‘~ Wittg’cnsteinund der Wie,,er Kreis: GesprúcheoujgezeichnetE Waismann,hrsg.B. F. McCui-ness,Suhrkamp,Frankfurt am Main. 967, p. 98.

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    objeto seaa la vez rojo y verde)ni cabetampocojustificar dichasintaxis. Peroseraposibleconstruirotro lenguajeque no contengaesaregla, al igual quepodemos cambiar las reglas de cualquier juego para obtenerotro nuevo.¿Resultaposiblela construcciónde eselenguajeen el que sintácticamenteloscoloresno se excluyan,en el que quepacubrir a la vezuna mismasuperficiecon más de un color?Quizá se diga que síes posible,aunqueno sepamossialguien lo usaráalgunavez, de la mismaforma que se ha construidoun len-guajeparalos númeroshipercomplejos.Peropodemospreguntamossi eselen-guajeartificioso podría ser aplicadoa la realidadcomo lo son los lenguajesnaturales.Claroque no y la repugnanciaquesentiríamosparausarloen cues-tionesprácticasprocedería,a buen seguro,de su inadecuacióncon las cosas.La preferenciaqueotorgamosa un lenguajequeposeeentresusreglassintác-ticasaquellaqueexcluyela aplicaciónsimultáneaa la mismasuperficiede doscolores sobreotro quecarecede estaregla sólo puedeserexplicadaporqueaquel se adecuamejor a la experienciaque éste, mas estaadecuaciónno espuramenteinductiva o probable,por tanto el lenguajeque escogemosse ade-cua a lo quelas cosasnecesariamenteson. Susreglassintácticassonproposi-cíonessintéticasa priori.

    Naturalmentetodavíacabenegarla posibilidadde lo sintéticoa priori y laexistenciadeunaintuición intelectualquenoslodé aconocerpor razonesmuyfundadas-—aunqueno sé si totalmenteconvincentes—,estoes,negarlodesdeunempirismobien razonado,en la medidaen que esto seaposible,pero dichoempirismono podrádejar de afrontar la cuestión,humilde, si se quiere,deexponercómo, a partir de unaconcepciónde lo analítico clara y aceptable,cabeexplicar como tautológicasexpresionestan sencillascomo lo rojo no esverde.Es estaexplicaciónla quehemostratadode rastrearen diversostextosde Wittgenstein,de uno y otro periodo, sin encontrarla,por lo menoscon laprecisióncon la queanhelábamoshallarla.