la congregacion de las hermanas franciscanas dando a los rr. pp. misionero esn sus trabajo aposs -...

18
LA CONGREGACION DE LAS HERMANAS FRANCISCANAS DEL SAGRADO CORAZON DE JESUS DE GENGENBACH Y SU ACTIVIDAD EN EUROPA Y CHILE. Imp. y Edit. "San Francisco"—P. Las Casas.

Upload: others

Post on 04-Aug-2020

1 views

Category:

Documents


0 download

TRANSCRIPT

Page 1: LA CONGREGACION DE LAS HERMANAS FRANCISCANAS dando a los RR. PP. Misionero esn sus trabajo aposs - tólicos como verdadera ys abnegada Misionerass Lla. - madas po er Excmol Seño

LA CONGREGACION

DE LAS HERMANAS

FRANCISCANAS

DEL SAGRADO CORAZON DE JESUS DE GENGENBACH Y SU ACTIVIDAD EN

EUROPA Y CHILE.

Imp. y Edit. "San Francisco"—P. Las Casas.

Page 2: LA CONGREGACION DE LAS HERMANAS FRANCISCANAS dando a los RR. PP. Misionero esn sus trabajo aposs - tólicos como verdadera ys abnegada Misionerass Lla. - madas po er Excmol Seño

LA CONGREGACION

DE LAS HERMANAS

FRANCISCANAS

DEL SAGRADO CORAZON DE JESUS DE GENGENBACH Y SU ACTIVIDAD EN

EUROPA Y CHILE.

Imp. y Edit. "San Francisco"—P. Las Casas.

Page 3: LA CONGREGACION DE LAS HERMANAS FRANCISCANAS dando a los RR. PP. Misionero esn sus trabajo aposs - tólicos como verdadera ys abnegada Misionerass Lla. - madas po er Excmol Seño

El objeto de este folleto es hacer conocer mejor la Congregación de las Hermanas Franciscanas, que, hace ya ocho años, están trabajando en el Vicariato de la Araucanía en las regiones más apartadas, tan-to en la cordillera como en la costa del Pacífico, ayu-dando a los RR. PP. Misioneros en sus trabajos apos-tólicos como verdaderas y abnegadas Misioneras. Lla-madas por el Excmo. Señor Obispo y Vicario Apos-tólico de la Araucanía, Monseñor GUIDO BECK DE RAMBERGA, llegaron las primeras Hermanas a es-ta£ playas tan hospitalarias en el año 1936. Esta Congregación de Hermanas Franciscanas, tan bene-méritas, cuenta ya con más de 75 años de existencia, siendo fundada con el aplauso y bendición del Excmo. Sr. Arzobispo de Friburgo (Badén) en el año 1866 y reconocida como Congregación religiosa por el Papa León, XIII en el año 1891. Cuenta actualmente con cerca de 1500 Religiosas distribuidas en doscientas casas religiosas (sucursales) en Alemania y Suiza, y, en los últimos años, en la Misión de la Araucanía.

Page 4: LA CONGREGACION DE LAS HERMANAS FRANCISCANAS dando a los RR. PP. Misionero esn sus trabajo aposs - tólicos como verdadera ys abnegada Misionerass Lla. - madas po er Excmol Seño

Su fundación y decenios de años de lucha

Su fundador fué el celoso Párroco de Seelbach (Ba-dén) Guillermo Berger, que juntó a doce jóvenes pia-dosas para socorrer a los enfermos de su parroquia. Una posada fué su primer asilo. Desde el principio tuvieron que contar con mucha oposición, hasta con enemigos declarados (se notaba ya entre la pobla-ción y sobre todo en las autoridades, cierto espíritu antireligioso). Sólo a la constancia y tenacidad de su fundador se debe el que siguieran adelante, sin per-der un momento su primer ánimo y fervor, de ma-nera que al año siguiente, 1867, pudieron comprar una residencia propia, llamada "Trettenhof", por 48 mil florines, haciendo los más admirables sacrificios.

Después de diez años de existencia (durante la gue-rra franco-alemana atendían 18 lazaretos en el cam-po de batalla y en la patria), contaba ya con ¡se-senta miembros distribuidos en 11 sucursales, cuan-do se levantó una tormenta que parecía que iba a aniquilar la Congregación, a saber "la guerra de cul-tura religiosa" iniciada por el célebre canciller ale-mán, Bismarck. El Gobierno del Gran Ducado de Ba-dén disolvió la Congregación y echó a las Hermanas a la calle. Veintisiete Hermanas, casi la mitad, aban-donaron su patria, tan ingrata, y se dirigieron a América del Norte, donde continuaron su vida reli-

Page 5: LA CONGREGACION DE LAS HERMANAS FRANCISCANAS dando a los RR. PP. Misionero esn sus trabajo aposs - tólicos como verdadera ys abnegada Misionerass Lla. - madas po er Excmol Seño

giosa y en el transcurso del tiempo alcanzaron a for-mar una Congregación independiente, obra de la di-vina Providencia.

El resto, aunque disperso, siguió impertérrito, ves-tido de seglar, a espaldas del Gobierno, en las sucur-sales, íntimamente unido por el mismo fin y por su santa regla. Los enemigos de la Iglesia, a pesar de sus múltiples y duras vejaciones, no pudieron supri-mir esta institución tan humanitaria. Por el contra-rio las Hermanas pudieron contar con el mayor in-terés y aplauso de la autoridad eclesiástica.

En medio de la persecución religiosa se trasladó, en el año 1876, la Casa Madre a. Gengenbach, ciudad de Badén, cuyo Párroco fué nombrado Comisario del Arzobispado. Ahí habían abierto las Hermanas un establecimiento para la confección de ornamentos sa-grados y el hospital municipal les servía, entretanto, de Casa Madre sin la menor sospecha de las autori-dades civiles. Habiendo hecho el Gobierno alemán la paz con Roma, se celebró en Gengenbach el primer Capítulo General de la Congregación, bajo la presi-dencia del Obispo titular, Dr. Federico Augusto Knecht, en el cual fué elegida la primera Superiora General, Sor Ma. Antonia Spinner, que permaneció en e.«te cargo de tanta responsabilidad, hasta el otro Capítulo General en el año 1906. El día de su apro-bación eclesiástica contaba la Congregación con más de 300 Hermanas y en el transcurso de los años había alcanzado a adquirir cuatro casas propias en diferen-tes lugares, merced a su vida tan sobria y a su ex-celente economía.

Circunstancias tan engorrosas, como las ya cita-das, no habían permitido prestar un cuidado especial al desarrollo interno de la Congregación, como era de desear. Ya que había salido victoriosa de tantas difi-

Page 6: LA CONGREGACION DE LAS HERMANAS FRANCISCANAS dando a los RR. PP. Misionero esn sus trabajo aposs - tólicos como verdadera ys abnegada Misionerass Lla. - madas po er Excmol Seño

— 7 —

cultades y obstáculos, la Superiora General, que era rcirada. como una santa, secundada por el Consejo de Hermanas, procuraba con todo empeño dar la mayor robustez interior a su querida Congregación. En Mar-zo de 1893, cumpliendo con el vivo deseo del Excmo. Sr. Arzobispo de entonces, Monseñor Juan Cristián Roos, se le agregó la Asociación de Hermanas de Heiligenzell, 43 Hermanas y diez candidatas, con nue-ve sucursales, a la Congregación, señal manifiesta de •la gran confianza del Excmo. Prelado. Su progreso fué tan admirable que, en Septiembre de 1893, en un mismo día, recibieron 31 candidatas el hábito y 53 novicias hicieron la s. profesión.

Al principiar el siglo XX había ya casi setecientas Hermanas en 164 estaciones, de las cuales cinco es-taban en Suiza. El Párroco Edelman de Weier había servido por 32 años de Confesor Ordinario con la ma-yor abnegación e¡n la Casa Madre. Mas la mayor for-mación espiritual de las Hermanas requería un Di-rector Espiritual propio. Para este fin fué nombrado el 16 de Enero de 1902 el R. Fr. Don Pablo Weckes-ser, que había sido Párroco de Hambruecken, y en 1904 asumió también el cargo de Superior de toda la Congregación, como representante del Excmo. Sr. Arzobispo, y transcurrió su vida, siendo el alma de la Casa Madre. En su tiempo no sólo se amplió la Casa Central, sino que también se construyó su iglesia monumental, la casa nueva para la Escuela de Eco-nomía doméstica en Bruchsal, la importante casa de San José en la capital, Karlsruhe; además procuró incansablemente el progreso exterior de la Congre-gación y contribuyó de un modo especial al fomento de la vida espiritual, siendo a la vez autor de varías obras literario-ascéticas. Como desde Navidad de 1923 se hallaba enfermo el Superior, la Casa Madre

Page 7: LA CONGREGACION DE LAS HERMANAS FRANCISCANAS dando a los RR. PP. Misionero esn sus trabajo aposs - tólicos como verdadera ys abnegada Misionerass Lla. - madas po er Excmol Seño

— 8 —

SÍJ vió precisada a darle una ayuda, pidiendo a la Au-toridad eclesiástica el nombramiento de un Director Espiritual, el cual desde el l.o de Agosto cLe 1924 sir-ve de Confesor ordinario para las Hermanas de la Casa Madre e iglesia. El Superior Weckesser murió santamente el 17 de Septiembre de 1931.

Desde el 20 de Diciembre de 1904 la Congregación do Gengenbach está afiliada a la gran familia de San Francisco. Como señal exterior de ser hijas del Se-ráfico Padre, llevan las Hermanas en, su cordón el rosario de los siete gozos de María Santísima.

Después de haber gobernado a su Congregación, en medio de tantas dificultades durante quince años, Sor Ma. Antonia, fué elegida en el Cuarto Capítulo General, Sor Me. Teresiá, la que durante el gobierno de su antecesora había sido su mano derecha, su pri-mera asistenta. A ella le cupo llevar los sinsabores que trajeron consigo la terminación de la Casa Ma-dre con sus espaciosos y modernos departamentos co-mo la terminación de la suntuosa iglesia anexa y de varias casas importantes, muchas de estas empresas en tiempo de guerra y de hambre. Supo dirigir a su gran familia durante 18 años con mano firme, pero solícita como una verdadera Madre. Y así quería ser llamada también: "Madre Superiora" y no "Superio-ra General", siguiendo las huellas del Seráfico Pa-dre, San Francisco. En vista de las necesidades de tantas hijas, para subvenirlas de modo más oportuno y poder a la vez ampliar la esfera de sus actividades, la Madre Superiora misma hizo una visita detenida al gran convento de las Hermanas Franciscanas de Aaehen (Aquisgrán) y envió do,s Hermanas bordado-ras a Fulda, a perfeccionarse en la confección de or-namentos sagrados.

Cuán grande fué la solicitud de la Madre y su pre-

Page 8: LA CONGREGACION DE LAS HERMANAS FRANCISCANAS dando a los RR. PP. Misionero esn sus trabajo aposs - tólicos como verdadera ys abnegada Misionerass Lla. - madas po er Excmol Seño

visión, se manifestó en la adquisición de un gran es-tablecimiento en Tennenbrann (1907), para que sir-viera de casa de convalescencia a las Hermanas ané-micas y atacadas por una afección pulmonar. Muchas Hermanas pudieron disfrutar ahí del bien merecido descanso, volviendo restablecidas a su querido tra-bajo acostumbrado. El resultado fué tan halagador, que en él año 1920 se compró el Sanatorio en Litteir-vveiler y se amplió la casa de San Bernardo en Karls-ruhe con la compra de una casa contigua, haciendo los mayores sacrificios.

Muchas veces se oye decir: "Solamente grandes capitalistas y Conventos pueden levantar grandes edificios y adquirir nuevas casas en estos tiempos". Mas, los que así hablan, andan muy equivocados. En nuestro caso sólo vemos el fruto de una vida de so-briedad sin igual, de mucha economía y diligencia y de la pobreza propia de las Hermanas Franciscanas.

Un campo muy amplio y harto trabajo esperaba a la nueva Superiora, que salió del Capítulo General en 1924, la M. R. Sor Ma. Ermelindis. Cuán beneficioso es su gobierno, lo demuestra el hecho, que haya sido en el transcurso de los años, tres veces reelegida y que actualmente (1944), sigue dirigiendo la Congre-gación con una abnegación y valor inquebrantables.

Por no poder referir datos más recientes por las circunstancias de la guerra actual, para comprender mejor la importancia de esta Congregación y su obra salvadora, basta echar una mirada sobre su estado y las esferas de su actividad asombrosa, desde el año 1926, que es una verdadera bendición de Dios.

La Congregación tenía en ese tiempo cerca de mil doscientos miembros (hoy serán unos mil quinien-tos, si no más) distribuidos en unas doscientas casas, situadas en la Arquidiócesis de Friburgo y en Suiza.

Page 9: LA CONGREGACION DE LAS HERMANAS FRANCISCANAS dando a los RR. PP. Misionero esn sus trabajo aposs - tólicos como verdadera ys abnegada Misionerass Lla. - madas po er Excmol Seño

— 10 —

Más o menos la mitad de las Hermanas trabaja en el servicio de enfermos y desvalidos —distribuidas en 150 estaciones, para el cuidado ambulante de enfer-mos; administran 22 hospitales y una clínica. (La mayor parte de estas Hermanas ha obtenido el título de enfermeras, según la ley del Estado). Más de dos-cientas Hermanas están dedicadas al cuidado de la infancia en los asilos respectivos (Kindergarten) y como 100 Hermanas enseñan a un ejército de niñas jóvenes en las Escuelas de industria y escuelas do-mésticas.

Sólo el resto de las Hermanas (una pequeña par-te) está ocupado en las obras de caridad para con las Hermanas enfermas o convalecientes en un departa-mento especial de la Casa Madre y en el amplio hos-pital propio de la Congregación en Heiligenzell; otras atienden el servicio en las dos casas propias de con-valescencia para las Hermanas en Littenweiler y Tennenbronn.

Es un trabajo realmente enorme el que están efec-tuando silenciosamente las. Hermanas, una obra emi-nente y social de caridad en estos tiempos de egoís-mo¡ y materialismo.

En la Casa Madre no sólo aprenden los trabajos meramente femeninos, sino también otros regular-mente reservados a los hombres. En atención a tan-tos moradores de esta casa y por razones de econo-mía y para evitar mucha pérdida de tiempo, muchas incomodidades, molestias y la frecuente salida de las Hermanas, se introdujo la implantación de algunos ramos de industria, aunque en forma pequeña, pero siempre la más moderna y práctica. Así la conserva-ción de la gran Biblioteca (para la formación ascéti-ca, etc.) de las Hermanas requería un taller de en-cuademación, (hasta una pequeña imprenta). Estas

Page 10: LA CONGREGACION DE LAS HERMANAS FRANCISCANAS dando a los RR. PP. Misionero esn sus trabajo aposs - tólicos como verdadera ys abnegada Misionerass Lla. - madas po er Excmol Seño

— 11 —

mismas Hermanas saben también empapelar las pie-zas, y, donde no hay lugar para pegar esos papeles, saben hermosearlas con sus pinturas.

Si deja de funcionar una ampolleta o campanilla eléctrica, basta llamar a la Hermana electricista. En una casita propia hay instalada una zapatería con sus maquinarias y ahí ,se pueden remediar también los. de-fectos de los paraguas. Grandes ojos hará el visitan-te dé la Casa Madre al encontrar ahí un departamen-to especial de dentística con todos sus requisitos. ¡Cuántos ornamentos sagrados primorosos han sali-do ya de la sala de arte religioso! En una palabra en esta Casa se encuentra una Fuerza Central no sólo de obras de caridad para con el prójimo, sino tam-bién de trabajos manuales y espirituales, que es a la \ez un himno espléndido a las glorias de Dios.

Page 11: LA CONGREGACION DE LAS HERMANAS FRANCISCANAS dando a los RR. PP. Misionero esn sus trabajo aposs - tólicos como verdadera ys abnegada Misionerass Lla. - madas po er Excmol Seño

Actividades de la Congregación de Hermanas Franciscanas en la Misión de la A ra u cania

Cuanto más vasta la formación de una Hermana, tanto más fácilmente y mejor se podrá adaptar a las circunstancias que se le presenten en la vida de Mi-sionera. Por eso las Hermanas recién llegadas a Chi-le muy pronto pudieron desarrollar una labor cada día más benéfica. El 20 de Enero de 1936 salieron nueve Hermanas para Chile. Según disposición del Excmo. Sr. Vicario Apostólico, el Colegio de niñas de la Misión de Purulón con su amplio edificio, debía servirles de casa principal. Con la llegada de doce Hermanas en el año 1937 y con la de otras nueve en el año siguiente aumentó su número de manera que se podía pensar en abrir estaciones misionales o es-cuelas-capillas en el vasto campo misional. En el transcurso de los años se les confiaron once estacio-nes misionales que el Vicariato Apostólico respecti-vamente los Padres Capuchinos abrieron, cada una con su escuela-capilla o capilla propia. Las abnega-das Misioneras no retroceden ante los más grandes sacrificios. El mayor para ellas es, sin duda, el que «ólo una que otra vez al mes tienen la dicha que les diga la Sta. Misa y les dé la Sta. Comunión el Padre Misionero que las visita. Con la autorización del Ex-celentísimo y Rvdmo. Prelado, obtenida de Roma,

Page 12: LA CONGREGACION DE LAS HERMANAS FRANCISCANAS dando a los RR. PP. Misionero esn sus trabajo aposs - tólicos como verdadera ys abnegada Misionerass Lla. - madas po er Excmol Seño

— 13 —

pueden guardar el Santísimo Sacramento en su esta-ción misional y, esto es su mayor consuelo en el ais-lamiento. Ahí es, donde encuentran la fuerza y va-lor necesario, tanto para enseñar en su escuela mi-sional a muchísimos niños, como para atender a los enfermos de los alrededores y catequizar a los po-bladores en sus casas diseminadas y aisladas, no po-cas veces escondidas en medio de la montaña. Te-niendo presente, que sólo en tres estaciones misiona-les se encuentran tres Hermanas juntas, en las de-más, empero, sólo dos, se puede imaginar, cuántos trabajos y sacrificios esperan a cada una de ellas to-dos los días. Una Hermana ha de atender regular-mente la escuela can sus cuarenta hasta setenta y más niños y fuera de la clase ha de hacer sus visi-tas a las casas para enseñar los rudimentos de la fe y para prestar el auxilio oportuno a los enfermos; la otra Hermana se ocupa en los quehaceres de la casa (cocina, huerta, crianza de aves, etc.).

Para apreciar en algo los trabajos y beneficios, que las Hermanas prestan a los pobladoes de estas regio-nes tan apartadas de los pueblos, basta referir algu-nos episodios de su vida de Misioneras.

Muy bien les viene a las Hermanas que, habiendo obtenido en Europa el título de enfermera, pueden prestar servicios, de médico. Pues un médico recibido y titulado jamás alcanza esas viviendas, ya por la gran distancia de esas casas, ya por la pobreza de la gente. Aunque entre los indígenas haya médicas yer-bateras, a la vez machis, regularmente la pobre gen-te tiene mucho más confianza en las Hermanas.

Un día llaman a la Hermana de la estación misio-nal para que vaya a una casa, donde había tres en-fermos de tifus. Al acercarse a la ruca oye, que aden-tro está la machi tocando su tamboril. La Hermana

Page 13: LA CONGREGACION DE LAS HERMANAS FRANCISCANAS dando a los RR. PP. Misionero esn sus trabajo aposs - tólicos como verdadera ys abnegada Misionerass Lla. - madas po er Excmol Seño

— 14 —

se niega a entrar, mientras no salga la machi y co-mo no lo consigue, se vuelve a su residencia; al día siguiente volvieron a buscarla asegurando, que la ma-chi ya se había retirado. Al entrar en la choza nota que uno de los enfermos ya había muerto; luego atiende a los otros dos enfermos que empiezan a me-jorar visiblemente y, después de haberles hecho re-petidas visitas alivian del todo. Mientras tanto cun-dió la noticia de estas curaciones entre la vecindad y pronto recorrieron de otras casas apestadas en de-manda de la Hermana, la que alcanzó a aliviar a to-dos aquellos enfermos.

En estas ocasiones, la Hermana deja caer también lu semilla de la palabra de Dios en los corazones de los presentes que viven en tanta ignorancia religio-sa. Además por estas obras de caridad se ganan los corazones para nuestra santa Religión. ,

En oti-a estación misional buscan a la Hermana pa-ra curar a una mujer ya mucho tiempo enferma. La visita durante seis semanas, cada día que le es posi-ble, reza a la vez con la enferma y la amonesta a su-frir todo con paciencia por amor a Jesús y en fin consigue su alivio. El marido de la mujer, que hasta entonces se había burlado de la religión y nunca asis-tía a la Misa, desde ese tiempo acude siempre, aun-que la Hermana nada le había dicho al respecto.

La misma Hermana tenía muchos deseos de que se le presentara la ocasión para bautizar a un niñito, urgiendo grave necesidad; al acercarse la fiesta de Pentecostés pidió al Espíritu Santo la gracia de po-der hacerlo. He aquí que en la víspera de la fiesta la llaman a curar a un niño de año y medio al que encontrando próximo a la muerte bautiza. ¡Qué bien recompensada se sintió por las fatigas del viaje! Pues, cuántas cuestas escarpadas hay que subir y

Page 14: LA CONGREGACION DE LAS HERMANAS FRANCISCANAS dando a los RR. PP. Misionero esn sus trabajo aposs - tólicos como verdadera ys abnegada Misionerass Lla. - madas po er Excmol Seño

— 15 —

bajar muchas veces, y esto por unas montañas altas y con senderos y caminos casi intransitables.

Otro día viene una mujer a la estación misional, lo cuenta a la Hermana lo que sus hijos habían oído en la escuela; en-re otras cosas, que la Hermana pro-fesora había dicho, que las madres no deberían, fumar tanto por ser esto muy perjudicial para las criatu-ras (sabido es, que las indígenas fuman mucho) y que su niño al verla fumar le advirtió: "Tú tienes la culpa, cuando enfermamos".

Los padres de familia, ya sean chilenos, ya indí-genas, tienen .mucho interés en que sus hijos no que-den tan ignorantes como lo son ellos muchas veces. Pero por falta de brazos los ocupan tanto que, sólo con mucha irregularidad, los mandan a la escuela. En cuanto a la religión los niños, que frecuentan la es-cuela el primer año, no saben absolutamente nada, ni persignarse —hasta madres chilenas dejan el traba-jo de enseñar los rezos, etc., a la profesora; entre los indígenas es esto lo ordinario. Muchas veces ni si-quiera los padres saben rezar. ¡ Qué trabajo apostóli-co; si la Hermana al quedar desocupada de sus labo-res de casa sale al campo o a la montaña a visitar casas particulares para enseñar la religión y dar unos consejos correspondientes! Así un día se encuentra la Hermana con unos padres que tenían ya. hijos de quince o más años; después de varias visitas consi-gue que prometen casarse. En la víspera de una fies-ta, de noche ya, se presentan al Padre Misionero pa-ra este fin. El novio, que desde chico no se había con-fesado más, sólo después de muchos consejos se con-fiesa; mientras tanto sus acompañantes, entre riso-tadas, quedan charlando. La Hermanita, empero, lo recomienda al Señor, para que reciba dignamente los Sacramentos, y, con la mayor satisfacción, ve a la

Page 15: LA CONGREGACION DE LAS HERMANAS FRANCISCANAS dando a los RR. PP. Misionero esn sus trabajo aposs - tólicos como verdadera ys abnegada Misionerass Lla. - madas po er Excmol Seño

— 16 —

mañana siguiente, que viene también a comulgar. A veces se le presentan a la Hermana casos bas-

tante complicados. Una mujer había acudido muchas veces ya a la estación misional en busca de remedios para sus dolencias. Un día viene en su lugar el ma-rido, debido a que la mujer ya guardaba cama. A es-ta noticia la Hermana va a visitar a la enferma; el día era muy lluvioso (en lo más crudo del invierno), les caminos pésimos y la casa de la enferma muy re-tirada; llega del todo mojada, después de una cami-nata de algunas horas y encuentra a la enferma en estado grave. En vista de eso le aconseja, que se con-fiese. "Sí, replica, cuando haya aliviado lo voy a ha-cer en la capilla". —"¿Para qué esperar tanto, si el Fadre Misionero la va a visitar con el mayor gus-to?" En fin, consiente; pero hay una dificultad; la enferma no se ha confesado jamás en su vida y ade-más los dos se han juntado sin casarse. La Hermana los alienta y les enseña en seguida lo necesario. Al día siguiente llega el Padre a caballo, administra a la enferma los s. auxilios, confiesa al hombre y une a los dos con el vínculo del sacramento. ¡ Qué conten-ta quedó la enferma, cuando la Hermana en la si-guiente visita le trajo unas rebanadas de kuchen por haberla expresado ese su deseo! Después de diez días falleció y sólo su cadáver alcanzó la capilla.

En muchos casos Dios se vale de la Hermana para preparar a los enfermos a bien morir. Cierto día un joven busca remedios para su mamá en la esta-ción misional. La Hermana lo consuela prometiéndo-le visitarla; pero por no dar con la casa de la enfer-ma, atendió a otros enfermos que encontró en su ca-mino. Vuelve días después el mismo joven con un ca-ballo de tiro y expresa que su madre se encuentra muy mal. Como el Misionero no había llegado toda-

Page 16: LA CONGREGACION DE LAS HERMANAS FRANCISCANAS dando a los RR. PP. Misionero esn sus trabajo aposs - tólicos como verdadera ys abnegada Misionerass Lla. - madas po er Excmol Seño

— 17 —

vía a la capilla, fué la hermana, a pesar de que los vecinos la habían prevenido, que esa gente era muy mala. Tuvieron que trepar cerros escarpados por tu-pidos bosques, sin encontrarse con vivienda humana alguna, y después de largas horas llegaron! a casa de la enferma .situada en la cumbre de un alto monte. La Hermana al ver a la enferma, luego se dió cuenta, do que había peligro de muerte, rezó con ella, demo-rando ahí casi dos horas. Cuando notó, que entraba en estado agónico, se quedó asistiéndola hasta el úl-timo momento. Ya había entrado la noche, cuando subió al caballo para volver a su residencia; por suer-te la luna iluminó sus pasos ya que desde el pie del cerro demoraron aún dos horas para llegar a la es-tación misional, pasadas las diez de la noche. Mu-chísimos sacrificios le había costado a la Hermana tan valiente, pero la satisfacción de haber salvado un alma con la gracia de Dios fué para ella la me-jor recompensa.

La caridad de las Hermanas no retrocede ante los mayores obstáculos. Eran ya las ocho de la noche, cuando se presentó un hombre pidiendo auxilio para su mamá, que estaba sufriendo un ataque. Aunque había un temporal deshecho de lluvia y a pesar de lo largo del camino a pie, por un bosque tupido, la Hermana siempre sale. Pronto los sorprende la no-che, oscura como boca de lobo; un tizón les debe ser-vir de farol y sólo a la una de la madrugada logran alcanzar la casa de la enferma, la que con la aten-ción prestada a tiempo aún alcanza a aliviar, con el favor de Dios.

Finalmente narraremos un suceso trágico recien-te, donde la Hermana pudo prestar los primeros auxi-lios oportunos y a la vez ayudar a bien morir.

En unas pendencias por terrenos unos hombres se

Page 17: LA CONGREGACION DE LAS HERMANAS FRANCISCANAS dando a los RR. PP. Misionero esn sus trabajo aposs - tólicos como verdadera ys abnegada Misionerass Lla. - madas po er Excmol Seño

— 18 —

fueron a las manos cerca de la media noche; luego uno, tomando un hacha, la descargó sobre dos jóve-nes hermanos, dejándolos botados en un charco de sangre. Enviaron luego un mensajero con un caba-llo de tiro en busca de la Hermana. Era noche de luna; salieron de la estación misional a las dos de la mañana; como había nevado tuvieron grandes difi-cultades a través de la montaña. A las ocho de la mañana llegaron al lugar del lúgubre acontecimien-to. Uno de los jóvenes ya había muerto; al otro su propio padre le había lavado las heridas en el río. La Hermana vendó las heridas, de las cuales, siete eran mortales. No obstante el herido quedó con todo su claro conocimiento; rezó con la Hermana y besó la cruz que ella le presentó; se dió cuenta cabal de que debía morir. Había sido uno de los jóvenes más ac-tivos de la Acción Católica de aquel lugar y fué el único que acompañó, .seis meses antes al Excmo. Sr. Vicario Apostólico, cuando visitó aquellos lugarejos; de su mano recibió, entonces, un escapulario con las palabras: "La Virgen jamás te abandonará". Al mo-rir todavía lo tenía cargado .sobre su pecho.

En los colegios y escuelas misionales regentadas por las Hermanas, no solamente se enseñan las le-tras y cuentas, sino también las labores domésticas y, lo principal, el modo de vivir como buenos cristia-nos, de manera que por la educación cristiana de los niños poco a poco se cambia el ambiente, no pocas ve-ces, tan poco cristiano, de los hogares.

En Purulón, en el año 1940, se comenzó a edificar una casa espaciosa de dos pisos, que en adelante ha de servir a las Hermanas de Casa Madre. Hoy ya está terminada.

Las autoridades eclesiásticas destinaron para las Hermanas un Capellán propio con el cargo de Direc-

Page 18: LA CONGREGACION DE LAS HERMANAS FRANCISCANAS dando a los RR. PP. Misionero esn sus trabajo aposs - tólicos como verdadera ys abnegada Misionerass Lla. - madas po er Excmol Seño

— 19 —

tor Espiritual, el que se hizo cargo de su puesto él 12 de Febrero de 1941. Con esto se pudo dar un pa-so más y se pudo recibir a niñas piadosas que desean consagrarse del todo al servicio del Señor en esta Congregación de Hermanas Franciscanas.

El 18 de Enero de 1944 hizo la primera novicia chilena su s. profesión y algunas postulantes recibie-ron el hábito religioso de novicias en presencia del Excmo. Sr. Obispo y Vicario Apostólico de la Arau-canía.

Para poder ingresar en esta Congregación ante to-do se requiere espíritu fervoroso y abnegado y bue-na salud. La mejor edad para entrar en el Postulan-tado es desde los 18 a 30 años. La falta de subsidios (dote) no es un obstáculo. Sea rica, sea pobre, tenien-do vocación, sintiendo en su corazón el llamado del divino Esposo, Jesús, diríjase con toda confianza a la R. Madre Superiora de la Congregación Franciscana en Purulón (estación Lanco), la cual le dará los por-menores del caso.

Purulón (Casa Madre) en Febrero de 1944.

P . LEONARDO DE BAMBERGA.

O. F. M. Cap., Director Espiritual

¡Alabado sea Jesucristo!