la concepción militar en la nueva lofan ¿guerra asimétrica o … · 2013. 8. 12. · 4 patrones...
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La concepción militar en la nueva LOFAN ¿Guerra asimétrica o
movilización nacional para la dominación interna?
Ricardo Sucre Heredia1
El diseño militar de Punto Fijo: la abstención mutua
¿A qué se alude cuando se habla de relaciones civiles-militares en Venezuela? Es
la capacidad para ofrecer un proyecto de país que tengan los civiles y el liderazgo del
mismo, como recurso para atenuar el pretorianismo de nuestros militares. Pion-Berlin
(2005) sugiere que para lograr el control civil de los militares hay dos vías: una gran
experticia de los civiles en el tema de seguridad y defensa y, en ausencia de ésta, una
capacidad política que él llama “Gerencia política”.
Pion-Berlin (2005) indica que en nuestros países no hay experticia suficiente en
asuntos de seguridad y defensa por parte de los civiles, por lo que la “Gerencia
política” es lo que se ha privilegiado para lograr la subordinación militar al poder
civil. Para utilizar la expresión de Straka (2004), el dilema es entre el “ejército de la
Patria o la Patria del ejército” o, en palabras del “poeta del pueblo”, Andrés Eloy
Blanco, la disyuntiva es entre tener militares o tener guerreros, estos últimos
abundaron en el Siglo XIX venezolano, por lo que lo militar en nuestro país es una
invención del Siglo XX.
1 Exposición elaborada para el seminario “Caracterización del sistema político venezolano”, en el tema “El factor militar”, organizado por la Academia de Ciencias Políticas y Sociales, y pronunciada el día martes 9 de mayo de 2006. Durante la presentación de este trabajo, el autor recibió comentarios y observaciones, algunas por escrito que, en tanto pertinentes, se incorporaron a esta versión corregida. El autor agradece las observaciones hechas Ricardo Sucre Heredia realizó estudios simultáneos y en 1991 obtuvo las licenciaturas de Comunicación Social (Universidad Católica Andrés Bello) y Ciencias Políticas (Universidad Central de Venezuela). Esta última, con la mención Summa Cum Laude. Es Magíster en Psicología, área Social (Universidad Simón Bolívar, 1996), graduado con Honores. En 1996, egresó del programa Liderazgo y Visión. Es director-gerente de la firma Smart Thinkers, consultora de asuntos públicos. Ejerce como profesor por concurso de credenciales en la Escuela de Estudios Políticos de la Universidad Central de Venezuela, en la asignatura Psicología Social. Es miembro del Programa de Promoción del Investigador (PPI, Nivel I). Autor del libro “La amenaza social y el autoritarismo en Venezuela” (UCV, 1998), entre otras publicaciones en revistas arbitradas, libros en conjunto y artículos. Es miembro del Consejo Consultivo de la Cámara Venezolana de la Construcción (2006-2008). En el campo militar, ha publicado “La política militar en la Constitución de 1999 ¿Cambio o continuidad?”, Revista Venezolana de Economía y Ciencias Sociales, 9, 139-162, 1/2003 (publicado también en el libro coordinado por Salamanca y Viciano, 2004, “El sistema político en la Constitución bolivariana de Venezuela”, Vadell); “Derechos civiles de los militares ¿Realidad o ficción?”, Mundo Nuevo, 92-93, 134-160, 2004 (2002); y “Fuerzas Armadas y cultura política: Una aproximación a partir de un estudio de opinión en Venezuela” (2004), Caracas, UCAB/UPEL. Fue coordinador del estudio de opinión pública nacional realizado por Comprensión de Venezuela y el Instituto Venezolano de Análisis de Datos (IVAD), titulado “Percepción de la población acerca de la Fuerza Armada Nacional y los militares” (agosto de 2002). Correo-e: [email protected]
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¿Cuál fue el diseño institucional de las FF.AA de Punto Fijo (1958-1998), con
base en el artículo 132 de la Constitución de 1961? Recordemos el contenido del
artículo:
“Las Fuerzas Armadas Nacionales forman una institución apolítica, obediente y
no deliberante, organizada por el Estado para asegurar la defensa nacional, la
estabilidad de las instituciones democráticas y el respeto a la Constitución y a las
leyes, cuyo acatamiento estará siempre por encima de cualquier otra obligación. Las
Fuerzas Armadas estarán al servicio de la República, y en ningún caso al de una
persona o parcialidad política”.
El eje de este diseño es lo que Arroyo Talavera (1988) llamó la “doctrina de la
abstención mutua”: su compromiso era con las instituciones y no con el juego
político. Estaban y no estaban dentro del sistema político. Su misión era clara:
defender los procedimientos del juego político y no inmiscuirse en los contenidos del
mismo. Esta idea se sintetiza en la expresión constitucional vigente hasta 1998, las
FF.AA, “Son una institución apolítica, obediente y no deliberante”.
¿Hubo política dentro de las FAN? Por supuesto ¿Pero cuál tipo de política? Para
emplear el término de Pion-Berlin (2005), hubo una “Gerencia política de las FAN”,
en la que el Presidente fue el factor de gravitación, en un diseño que favoreció la
competencia entre las fuerzas a través del Decreto 288 y el límite a 30 años de tiempo
de servicio activo, con el Decreto 530, ambos dictados luego de la caída del primer
ensayo burocrático-autoritario de Venezuela, que fue el gobierno militar de 1948 a
1958. Sin embargo, esta “Gerencia política” tuvo como eje la existencia de sólidos
partidos y liderazgos políticos, junto a un proyecto nacional de modernización,
esbozado y consensuado en 1936, y que concluyó en 1977, cuando se logró el último
año de crecimiento económico robusto de la economía nacional. Sí hubo política,
pero no partidización militar. Como afirmó Bigler (1981), “Sin embargo, una fuente
confidencial estimó que el noventa y cinco por ciento o más de todos los ascensos y
asignaciones estaban libres de cualquier consideración partidista, y otras fuentes
han estimado de setenta a noventa por ciento”.
¿No hubo tensiones en este patrón civil-militar? Sí las hubo. Sin embargo, el poder
civil logró sortear las dificultades. Ciertamente, si nos atenemos a los criterios de
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Finer (1969), los militares venezolanos influyeron en determinados temas propios de
su actividad. En algunos casos –como la hipótesis de Caraballeda durante el gobierno
de Luis Herrera Campins (1979-1984)- lograron imponer sus puntos de vista, pero
cuando el poder militar trató de tutelar al poder civil –casos de los generales Martín
García Villasmil o Pablo Flores, durante los gobiernos de Raúl Leoni (1964-1969) y
Rafael Caldera (1969-1974)- el poder civil logró mantener su autonomía, o en otras
situaciones como la renuncia del General Arnaldo Castro Hurtado como Comandante
General del Ejército en 1979, luego que el ex-Presidente Luis Herrera Campins
indultara a algunos guerrilleros. En síntesis, las relaciones civiles-militares no son
monolíticas sino fluidas, y eso fue lo que ocurrió en Venezuela, pero dentro del
marco de la “abstención mutua” civil-militar. Al volver de nuevo al trabajo de Bigler
(1981), “Por el contrario, los presidentes recientes han ejercido su autoridad sobre
las Fuerzas Armadas tomando decisiones como designar más oficiales retirados para
ciertos puestos importantes, la pacificación y la relegitimación de los exguerrilleros,
y el corte de los gastos militares de una acostumbrada (1963 a 1974) cuota del nueve
al doce por ciento del presupuesto nacional a una más magra cuota del cinco al seis
por ciento”.
¿El resultado? Como indica Agüero (1993), para los 80, las FAN venezolanas
gozaban de un elevado prestigio como organización militar que se reveló, por
ejemplo, en el incidente con la corbeta colombiana Caldas en 1987, la que invadió
aguas venezolanas: en 30 minutos, el aparato militar venezolano fue capaz de
desplegar más de 18 mil hombres y pertrechos en el sitio de los acontecimientos.
Igualmente, las misiones a otros países encabezadas por militares venezolanos en
Centroamérica, en el marco del Grupo Contadora, o las resistencias al poder inglés,
encabezadas por el gobierno de la época, durante la guerra de las Malvinas en 1982.
También se recuerda la capacidad de los militares venezolanos demostrada en las
operaciones Unitas y en los ejercicios Red Flag, junto a las maniobras combinadas
Libertador, en donde actuaban las cuatro fuerzas militares del país. Prestigio que
también fue externo. Para mediados de los 80, por ejemplo, la revista especializada en
temas de defensa Jane’s se refería a la Marina venezolana como una fuerza pequeña
en su tamaño, pero muy competente y eficiente. Como afirma Bigler (1981), “Los
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patrones de comportamiento dentro de las Fuerzas Armadas venezolanas han estado
cada vez más dominadas por el profesionalismo en los últimos cuarenta y cinco años.
La imagen heroica de las tropas en la batalla ha sido suplementada con visiones de
experticia tecnocrática y gerencial”. En síntesis, en los términos de Huntington
(1996), el modelo militar de Punto Fijo enfatizó más el “control objetivo” –la
profesionalización militar- que el “control subjetivo” –la ideologización- de las
Fuerzas Armadas.
¿Cuándo comenzó la crisis del modelo civil-militar venezolano? Arrancó cuando
el sistema político de Punto Fijo no supo darle respuesta al problema de la
hegemonía, que fue visible en los 80, derivado de un país más complejo, que estaba
listo para avanzar y profundizar su democracia representativa. Una sociedad madura,
pero que no lograba los relevos para continuar su proceso de modernización, y el
liderazgo optó por un conservatismo: no cambiar nada, lo que también trajo el cambio
en la concepción hacia lo militar.
Agotado el proyecto modernizador nacional, el paso era que el mercado –creado
por el Estado a partir de los 30- fuera capaz de sostener las tasas de crecimiento
necesarias para que el país mantuviera su desarrollo, y darle paso a la sociedad civil
en tareas de liderazgo. Esto requería de verdaderos capitalistas y de líderes políticos.
No los hubo, y los pocos que salieron, fueron neutralizados por los conservadores,
que estaban representados desde la “ortodoxia” de AD hasta los mal llamados
“notables”, unidos solamente por el deseo de mantener las cosas como estaban, sin
dar respuesta a los desafíos de una sociedad democrática ya madura.
Las FF.AA no fueron la excepción a esta crisis. Como corporación social, exhibía
ya niveles de madurez y conciencia profesional, que no fueron atendidos por los
actores políticos, y cada vez se empleó más a los militares como suerte de “guardia
pretoriana” de un sistema que no quería cambiar. Desde la polémica causada por el
trabajo del Coronel Machillanda Pinto en 1986 hasta el llamado “carrusel militar”,
frase del General Carlos Peñaloza, las relaciones llegaron a un punto de inflexión con
la salida de éste del Comando General del Ejército en julio de 1991. A partir de esta
fecha hasta 1998, la labor de los militares fue la de mantener el sistema político,
menos de forma institucional y más dentro de alineamientos partidistas. El segundo
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gobierno de Rafael Caldera usó esta estrategia con éxito y las FF.AA fueron pilar
para evitar, en palabras del ex-Presidente, “Que se perdiera la República”.
Hay que resaltar que la crisis de Punto Fijo no fue producto del “imperialismo” o
del “neo-liberalismo”. Muy al contrario, de acuerdo al Indice de Reforma Estructural
del Banco Mundial (Walton, 2004), Venezuela junto a Jamaica, fueron los países que
menos adelantaron reformas neo-liberales en los 90. Una causa más plausible fue la
crisis de la madurez de un sistema con niveles de complejidad social muy diferentes a
los de la “democracia mínima” de 1958, que no fue asumida por la clase política y
que abrió las puertas a acciones extra institucionales como los intentos de golpe de
Estado de 1992 y el suicidio de la clase política puntofijista, con la salida del ex-
Presidente Carlos Andrés Pérez en mayo de 1993; crisis que arrastró al modelo de
relaciones civiles-militares creado en 1958, que logró unas FF.AA institucionales,
profesionales, y con altos niveles de apresto operacional.
El diseño militar de la “V República”: el compromiso mutuo
¿Cómo caracterizar el modelo civil-militar de la llamada “V República”? El
artículo 328 de la Constitución nacional establece que:
“La Fuerza Armada Nacional constituye una institución esencialmente
profesional, sin militancia política, organizada por el Estado para garantizar la
independencia y soberanía de la Nación y asegurar la integridad del espacio
geográfico, mediante la defensa militar, la cooperación en el mantenimiento del
orden interno y la participación activa en el desarrollo nacional, de acuerdo con esta
Constitución y la ley. En el cumplimiento de sus funciones, está al servicio exclusivo
de la Nación y en ningún caso al de persona o parcialidad política alguna. Sus
pilares fundamentales son la disciplina, la obediencia y la subordinación. La Fuerza
Armada Nacional está integrada por el Ejército, la Armada, la Aviación y la Guardia
Nacional, que funcionan de manera integral dentro del marco de su competencia
para el cumplimiento de su misión, con un régimen de seguridad social integral
propio, según lo establezcan sus respectivas leyes orgánicas”.
La base del diseño militar actual es lo contrario a la lógica de Punto Fijo con
respecto a las FAN. Ahora la institución armada es “Política, obediente y no
deliberante”.
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Lo primero a afirmar es si, como algunos pensadores indican, ocurre una
militarización del país. Puede decirse que no, si se entiende por militarización lo que
sugiere Irwin (2001): la sociedad militar como modelo. Al contrario, lo que ocurre es
una ideologización de las FF.AA, y es a título de esta ideologización que participan
en la administración pública y en la política, como lo revela el caso Caez y la
construcción del Comando Maisanta en Barinas con dineros públicos, manejados por
militares, o la elevada participación de oficiales en cargos públicos quienes, hasta
donde pudo registrar la prensa hasta mayo de 2003, sumaban más de 176 oficiales en
puestos claves de la administración pública. No sería descabellado suponer que en
2006 el número sea mayor, en posiciones como institutos del Estado, viceministerios,
y direcciones de línea.
A diferencia del diseño de Punto Fijo, las FAN hoy son parte de los procesos y de
los contenidos políticos. Están abrochadas a un proyecto político que se asume como
propio, natural de los militares venezolanos. Por esta razón, lo relativo a la defensa de
las instituciones democráticas y de la Constitución, como lo sugería el artículo 132 de
la derogada Carta Magna, se eliminó: es redundante. Ellas están dentro del proyecto,
y no sólo se limitan a los procedimientos sino son parte del contenido. Esto, también,
llevó a la eliminación de una sana disposición del texto de 1961: lo no simultaneidad
de la autoridad civil y militar en una persona, salvo en el Presidente de la República
(art. 131, con su par en el art. 7 de la LOFAN de 1995).
Es importante destacar que la concepción de seguridad del Estado de acuerdo a la
Constitución de 1999 se orienta más hacia lo interno –es una visión más defensiva
que ofensiva, y la redacción del artículo 328 resalta más lo interno, y aunque copia
muchas de las funciones de las FAN de la LOFAN de 1995, adjetiva la participación
en el desarrollo interno, y la llama “participación activa” (art. 2 LOFAN 2005)- y
tiene un complicado sistema legal que va desde el título VII de la Carta Magna hasta
la Ley Orgánica de Seguridad de la Nación, aprobada en 2002 y en vías de ser
modificada en la actualidad.
Lo que sí puede decirse es que en el diseño de la seguridad en la Constitución,
aquélla adquiere un carácter supra-constitucional y la seguridad es el principio que
ordena el orden social, posiblemente esto sea consonante con las ideas del gobierno
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en cuanto a la necesidad de planificar a la sociedad mediante una suerte de remake de
la planificación centralizada, pero que se asume será eficiente en virtud de lo que
algunos “intelectuales orgánicos” del gobierno como Heinz Dieterich han planteado:
la computación y los procesadores permiten manejar miles de cálculos, que en la era
soviética era imposible hacer, de aquí la inviabilidad del modelo ruso. Hoy, se trata
de sustituir la espontaneidad de los agentes sociales –lo que Hayek llama el
“racionalismo evolutivo”- por un gran centro, un gran mainframe que es Miraflores;
por el “constructivismo racionalista”, al decir de Hayek. Es tratar de revivir la idea de
la Ilustración: la fe ciega en la ciencia y que es posible diseñar un hombre nuevo a
partir de ejercicios de planificación social, que ahora se estima posible por la
existencia de un invento del odiado capitalismo: los procesadores Intel, que ayudarán
a controlar las miles de decisiones de los agentes sociales, y colocarlas en un software
social para regular a la sociedad hacia un modo de vida humanista y solidario, que
básicamente consiste en no desear, en no aspirar a nada o no aspirar a mucho, que es
lo mismo.
Es la idea de la manida corresponsabilidad. Esta no supone una relación entre
pares, sino una cesión de la capacidad de poder –la capacidad de elegir- hacia un
centro que regula a la sociedad, y ésta cede su autonomía a cambio de la regulación
del centro y de la promesa de un mejor modelo de vida, a partir del control y de la
redistribución del excedente petrolero que se genera en una economía transnacional
que opera de manera capitalista manejada exclusivamente por el gobierno y sus
socios foráneos -el costo de producción del barril venezolano se aproxima a $ 10,
mientras se vende a $ 60, una plusvalía de $ 50 por barril- no así la economía
doméstica y privada, que se quiere regulada para evitar la formación del excedente el
cual, de acuerdo a Kornai (1992), permite la formación de capitalistas, aunque se
parta de un pequeño excedente. Esta será la función que parece va a cumplir la Ley
Antimonopolio que se discute en la AN: evitar y regular la formación del excedente
privado –no así del excedente del Estado concentrado en PDVSA- para evitar la
formación de capitalistas y, por ende, de centros de poder plurales. La
corresponsabilidad es, de alguna manera, la admisión de la indefensión porque
consiste en atribuir la responsabilidad individual a causas externas: sea el Estado o
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determinismos sociales que hoy se construyen: la etiqueta de persona rica, por
ejemplo, ya supone que pueda ser expropiado o insultado sólo por ser rico, por un
particular ser; pero que esto se asuma como algo natural. Es el fatum de quien posee
cosas. Es la distorsión del concepto de justicia, que sustituye a la idea de Estado de
derecho.
En el plano militar, la corresponsabilidad sólo se limita a construir un gran
proletariado de luchadores bajo el mando del Presidente –la reserva y la Guardia
Territorial- que no sabemos todavía si se convertirán en militares, que por 16 mil
bolívares por día de entrenamiento ($ 7,5), aprenden a identificar al enemigo, aunque
no se dice directamente quién es el enemigo. Sin embargo, voceros del gobierno ya lo
han retratado. Uno afirmó que había que “Aprender a odiar a los gringos” y, más
recientemente, otro “intelectual orgánico” del gobierno comentó que, “Hay que
cortarle las orejas a los gringos”.
Pero la corresponsabilidad no llega a la discusión de los temas estratégicos de la
seguridad y defensa nacionales con civiles, a pesar que el artículo 323 de la
Constitución nacional lo manda. En este campo, Punto Fijo fue más generoso: en los
80, se formó un grupo de expertos civiles en esta área, y se recuerdan trabajos como
el editado por el profesor Aníbal Romero, de la USB, titulado “Seguridad, defensa, y
democracia en Venezuela”, o los planteamientos de Juan Carlos Rey y Domingo
Irwin. Incluso, personas de izquierda como José Vicente Rangel –hoy flamante
Vicepresidente- y Teodoro Petkoff, tenían tribuna pública para expresar sus puntos de
vista en este tópico ¿Y hoy, dónde están los expertos civiles? No son buscados y
menos escuchados. Regresamos a la época en que los asuntos de seguridad y defensa
son sólo de los militares.
Se va a hacer una reforma a la LOSN ¿Se consultarán a civiles para eso? Se quiere
reformar a la LOFAN, aprobada hace menos de un año ¿Se hará una consulta pública
o se hará, como se hizo para la aprobada en 2005, consultas parciales, focalizadas y
filtradas? ¿Habrá discusión pública sobre el “concepto estratégico de la nación”, que
manda el 323 de la Carta Magna? ¿Cuántos y cuáles civiles participaron en el
proyecto Pensamiento militar venezolano? No lo sabemos. Si hubo participación
civil, es un secreto de Estado ¿Se debatió públicamente la compra de fusiles AK-47,
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helicópteros rusos, barcos españoles, y un radar chino como ocurrió, por ejemplo,
cuando se adquirieron los F-16 en los 80? ¿Se debatirá como política militar la
intención de comprar aviones rusos Sukhoi? A los civiles, sólo les queda la
contemplación y ser los destinados al sacrificio para la grandeza de la Patria.
La nueva ideología militar: la energía amenazada por el “imperio”
¿Sobre cuál relato se construye la idea actual ya no del “ejército de la Patria sino la
Patria del ejército”? Principalmente con sendas ideas: la soberanía y la
autodeterminación, que se asumen como lo natural de las FAN venezolanas, junto a la
“guerra asimétrica”, de la que se afirma que los Padres de la Patria como Bolívar,
Sucre o Páez, fueron los precursores. No obstante, resulta difícil imaginar, por
ejemplo, al Gran Mariscal de Ayacucho como teórico de la “guerra asimétrica”.
Quien haya leído cualquier biografía de Sucre concluirá que una de las angustias del
Gran Mariscal fue la de construir un ejército profesional, no una partida de
guerrilleros uniformados. Sucre estaba consciente que a un imperio se le derrota con
un ejército y no con guerrillas. En la biografía política del Mariscal, escrita por la
Individuo de Número de la Academia de la Historia, Inés Quintero (1995), dice lo
siguiente, “En octubre de 1817 se dirige a Bolívar para comunicarle su firme
disposición a no permitir ‘juntas ni bochinches’ que alteren lo previsto.
Inmediatamente emite una sentencia definitiva respecto a su otrora jefe, el general
Mariño, cuando expresa lo siguiente, ‘…Yo no dudo que el general Mariño se
convendrá al orden no teniendo otro arbitrio sino ese o el de ser un guerrillero en los
montes de Güiria…”. Y, más adelante, agrega Quintero, “Quien está opinando, no es
solamente el descendiente de la estirpe noble de los Sucre y Alcalá formado en los
principios del orden, la disciplina y el respeto a la autoridad, es también un
individuo que, por la experiencia acumulada en sus pocos años de participación en
la guerra, tiene una posición tomada con respecto a la necesidad de orden, la
disciplina y la subordinación como garantes para el ejercicio de la autoridad”.
Ni siquiera el General Páez, de quien se resaltan sus dotes de llanero indómito,
parece haber sido un entusiasta de la “guerra asimétrica”. Muy al contrario, Páez
reveló ser un General con G mayúscula: tuvo conciencia de las implicaciones de la
guerra y no frivolizó el combate. Fue conciente de la llamada “trinidad” de
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Clausewitz: el pueblo, el ejército, y el Estado, como tríada que interactúa y que hace
de cada guerra un evento irrepetible y, en muchos casos, gobernado por la fortuna. Es
una caja de Pandora, que no admite la banalización irresponsable. Al comentar las
máximas de Napoleón sobre el arte de la guerra, el Centauro de Los Llanos introdujo
la obra del Gran Capitán corso en los siguientes términos, “Ojalá que este trabajo,
que emprendemos en el ocaso de nuestra vida, sirva sólo para defender los principios
con que adquirió nuestra Patria un lugar entre las naciones, y nunca de catecismo
para aprender los medios de destruir a nuestros hermanos y asolar una tierra ya
sobradamente regada con sangre fratricida”.
La idea de soberanía y autodeterminación para el gobierno consiste en no aceptar
relaciones en términos de paridad sino siempre en términos de subordinación. Hay
una razón moral superior –la lucha por el humanismo frente al perverso capitalismo-
que justifica que no haya paridad entre los agentes sociales y los actores
gubernamentales. De aquí que la negociación o el consenso no sean relevantes. La
misión de “salvar al planeta” crea una superioridad moral –en los términos que
plantea Norberto Bobbio- la “moral revolucionaria” que está por encima de la
sociedad y de las visiones particulares, que se asumen contrarias a lo colectivo. No es
casual que la crítica a lo individual sea construida por el actual discurso oficial como
el Deus ex machina que explica todo. Es en lo colectivo donde se halla la realización
y la felicidad individual. El grupo de personas que se desnudó ante el lente de la
cámara de Tunick en marzo de 2006 –invitado, por cierto, por el Ministerio de la
Cultura- bien puede representar lo que quiere el gobierno de la sociedad: seres
anónimos, iguales, y solos, unidos solamente por la indefensión que produce la
desnudez, en el caso social, de la desnudez política.
Este supremacismo moral se ha inoculado también a los militares, que lo asumen
como una misión, un destino manifiesto: una suerte de cruzada por el humanismo a
escala global, idea de la que ya estaban predispuestos y que explica su pretorianismo
histórico en el caso venezolano, que ahora emerge –el discurso nacionalista-
desarrollista del Nuevo Ideal Nacional- pero dentro de un relato sumamente
ideologizado que usurpa la historia y la distorsiona.
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Esta superioridad se construye simbólicamente: no sólo los cambios a la bandera y
al escudo, junto a la deconstrucción de figuras como Bolívar, Sucre y, quien puede
prestarse para construir el relato del “anti-imperialismo”: Francisco de Miranda.
Miranda: el precursor necesario
Este fue el objetivo del Día de la Bandera, celebrado el pasado 12 de marzo:
Francisco de Miranda es el “precursor necesario” para construir el nuevo relato anti-
imperialista y socialista. A diferencia de Bolívar que es un icono nacional, un Dios,
con Miranda no ocurre lo mismo. Todo el mundo ha escuchado hablar de él, pero
pocos conocen realmente al personaje y su gesta. Intencionalmente o no, el gobierno
parece haber encontrado en este desconocimiento hacia la obra de Miranda -aunque sí
hay un conocimiento a la persona- un camino para construir un relato ya propiamente
venezolano, definitivamente local, y esto le resuelve –al menos en este primer
momento- el problema del discurso socialista, cuya referencia principal es externa y
centrada en Cuba y en Cristo, una figura religiosa, construida como “El primer
socialista de la humanidad”. Sendas referencias que son débiles para legitimar una
idea de este calibre –como lo sugieren los estudios de opinión- y por eso el relativo
poco impacto hasta el presente de la idea socialista que el gobierno promueve en la
sociedad. No se percibe como una idea propia, de esta tierra, sino como algo
importado, que luce negativo, de lo que se desconfía.
Con Miranda esta perspectiva cambia. Su proyecto puede ser endosado
perfectamente a una propuesta socialista mediante la asimilación en su persona de
valores como la igualdad y la integración, y eso es lo que se buscó en la sesión
solemne de ese día realizada en la Asamblea Nacional, con el discurso de la profesora
Carmen Bohórquez de LUZ, quien cerró sus palabras con una metáfora que sugiere
que la bandera de ocho estrellas es “Para decirle a la humanidad la victoria sobre
cualquier intento de opresión”. Más que Bolívar o Sucre, Miranda es el prócer
necesario para el gobierno. Su historia de vida puede ajustarse más a un discurso
socialista que la de El Libertador, y por eso se ha apropiado del Generalísimo, para
deconstruirlo en una figura que tuvo como ejes centrales la conciencia de la
dominación y la identidad cultural propia, americana –que necesita el gobierno para
justificar su discurso étnico centrado en los individuos no-blancos como motores de
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la historia- que derivan en un deseo de independencia y de integración, que a la sazón
da la legitimidad para justificar la vocación internacional de las ideas que busca
promover el gobierno de Venezuela, ya no sólo en América sino en el mundo. Fue
llamativo que la parte más aplaudida del discurso de la doctora Bohórquez fue cuando
hizo la solicitud a la UNESCO para que los archivos de Miranda se declaren
patrimonio de la humanidad, “Porque tienen que ver con la vida de tres continentes”.
Es construir a Venezuela como una potencia, pero que tiene una razón moral para
serlo: la búsqueda de la igualdad, “Del equilibrio de poder en el mundo”, como
sugirió la profesora Bohórquez; en fin, de la “Defensa de la humanidad”. Venezuela
asume el compromiso mirandino de la “Defensa de la humanidad”, en contra –
expresión que usó con frecuencia Bohórquez- de las “Pretensiones imperiales”,
aunque refiriéndose a la España de la colonia, la alusión verdadera fue hacia los
Estados Unidos en tiempo presente.
Reviviendo la “guerra fría”
De esta manera, el gobierno legitima el revival de la Guerra Fría al construir una
sociedad amenazada por las “Pretensiones imperiales de nuevo cuño”, pero que tiene
una historia anti-imperialista que data por lo menos desde Siglo XVIII, y que justifica
el proyecto que adelanta el actual gobierno, sin solución de continuidad: la llamada
“V República” se asume como la única y autorizada continuación del proyecto de
Bolívar, por lo que estamos en 2006 pero también podríamos estar en 1819, en 1810 o
en 1830.
No es casual que el “novedoso” pensamiento militar venezolano parta del
documento “Organización Militar para la Defensa y Seguridad de la Provincia de
Caracas”, propuesta por la Junta de Guerra; aprobada y mandada a ejecutar por la
Junta Conservadora de los Derechos de Fernando VII, en 1810 ¿Qué dice este texto,
que hoy se toma como base de la nueva ideología militar anti-imperalista del
gobierno? Veamos, “Venezuela tiene por su posición la ventaja de poder ser el
depósito de las riquezas de ambos mundos; situada en el centro de la América reúne
el continente del Norte con el Sur, y tiene al frente el Archipiélago americano y todos
los establecimientos europeos. En su interior, surcada de grandes ríos que la dividen
en mil partes, y facilitan su comunicación con la América del Sur; confinante con
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Santa Fe por medio de unos llanos inmensos; con las posesiones portuguesas e
inglesas por la Guayana, y con la provincia de Cartagena por Maracaibo. Todas
estas relaciones aumentan los medios de su prosperidad; pero multiplican también
sus peligros si por desgracia se interrumpe la paz con los países y colonias
inmediatas ¿Y podremos nosotros responder que esta paz será eterna? Y para
conservarla y evitar la guerra, no es preciso tomar un continente denodado y firme
que nos haga respetar?”.
Sobre esta base se construye la nueva ideología militar ¿Cuál es el símbolo que
objetiviza esta ideología? Es la energía (petróleo y gas). Es lo que se quiere
simbolizar –es fácil simbolizarlo, somos hijos del petróleo- para darle textura material
a la nueva ideología militar del “anti-imperialismo”. Es la energía lo que construye la
nueva concepción militar2. Energía que se dice será para liberar al mundo, por lo que
se halla amenazada por los “poderes imperiales”, que la quieren para sí, no para
redimir al mundo sino para sus intereses egoístas. En este contexto, los militares
adquieren una misión no sólo dentro de Venezuela, sino universal y atemporal. En la
frase de Huntington (1996), el gobierno ha maximizado el “control subjetivo” sobre
el aparato militar, al lograr que los intereses del proyecto de control político del
MVR, se asimilen a los intereses de los militares. Una convergencia ideológica que
convierte a las FAN en un actor político-ideológico-partidista, en posición contraria a
lo establecido en el 328 de la Carta Magna.
Sin embargo, a diferencia del documento de 1810 ya citado que al final agregó lo
siguiente, “Soldados que habeis servido hasta este momento; ciudadanos que vais a
ser soldados: no olvideis jamás las máximas sobre las que se funda la nueva
constitución militar; aborreced, mirad como un enemigo de la patria y de vuestro
propio honor al que os infunda ideas de orgullo y preponderancia respecto a los
demás habitantes pacíficos; el soldado que las adopta no está distante de renunciar a
la calidad augusta de ciudadano, de quebrantar el vínculo social y de hacerse un
ente venal, dispuesto a entregarse al primero que quiera valerse de él para oprimir a
sus hermanos. Bórrense para siempre estas ideas antisociales; aspiremos al honor de
2 La idea que Venezuela es un país “apetecible” por tener petróleo, especialmente para los Estados Unidos, no es nueva. Vid. Pedro Miguel Pareles (1982), Control y descontrol del poder. Caracas: Monteavila
14
purgar la constitución militar de los vicios que la degradan en otros países, y que el
departamento de Venezuela sea el primero que en este siglo presente a los ojos del
universo un cuerpo de ciudadanos valerosos y dignos de defender la justa causa que
hemos proclamado en Caracas”, en 2006 se infunden ideas de orgullo y superioridad
moral, que hacen la diferencia. Con la idea de una razón moral superior –el
humanismo y su doctrina política, el “socialismo del Siglo XXI”- se construye en lo
interno un mecanismo de dominación avanzado, con pretensiones externas. La
opresión y el control de la sociedad se invierten para parecer luchas por la libertad.
De manera que la política militar venezolana regresa en algún sentido a la política
militar del perezjimenismo centrada en la “seguridad nacional”, por lo que desarrolla
una política de poder orientada a la concentración de la toma de decisiones en la
Presidencia de la República, en el cambio de los proveedores de armamentos –aunque
no la dependencia tecnológica- por razones geopolíticas (Rusia, Irán, China, España,
Cuba, junto a algunos proveedores tradicionales que se mantienen como Francia,
Italia y Bélgica), y el petróleo es el gran recurso de poder para lograr correlaciones
estratégicas favorables a Venezuela, que le den estatura mundial. El petróleo es la
verdadera arma ofensiva del gobierno –demostrado con la salida de Venezuela de la
CAN, del G3, y el saldo de la balanza de capital para el primer trimestre de 2006-
porque el diseño del aparato militar es básicamente defensivo: un cuerpo armado
orientado principalmente a tareas internas para “Actuar como sujeto en apoyo de
instituciones gubernamentales a nivel nacional, regional o local, para la ejecución de
tareas vinculadas al desarrollo económico y social de la población, y en operaciones
de protección civil en situaciones de desastres en el marco de los planes
correspondientes” (numeral 6 artículo 3 de la LOFAN); y ser la primera línea de
defensa, complementado por reservas y una Guardia Territorial, para “Resistir ante la
ocupación del país por fuerzas militares invasoras incluyendo acciones de
prevención frente a fuerzas hostiles que muestren esa intención” (numeral 3 artículo
3 de la LOFAN; por cierto, el gobierno legaliza lo que tanto critica a los EE.UU: las
“acciones preventivas”).
A diferencia del modelo perezjimenista, no hay una fuerza pequeña de choque,
sino que el aparato militar crece en cuanto a su burocracia, estructura, y funciones. De
15
6 atribuciones de las FAN en la LOFAN de 1995, hoy se aumentaron a 10
atribuciones.
En resumen, el aparato militar venezolano es netamente disuasivo, centrado en la
ideología de la soberanía y la autodeterminación nacional, prevista en el artículo 1 de
la Constitución que reza, “Venezuela se declara República Bolivariana,
irrevocablemente libre e independiente y fundamenta su patrimonio moral y sus
valores de libertad, igualdad, justicia y paz internacional, en la doctrina de Simón
Bolívar, el Libertador. Son derechos irrenunciables de la Nación la independencia,
la libertad, la soberanía, la inmunidad, la integridad territorial y la
autodeterminación nacional”, que lleva a construir una doctrina del poder nacional,
que encarnan las FAN, tal como lo define al artículo 4 de la LOFAN, “La Fuerza
Armada Nacional actúa de acuerdo con la doctrina de la consolidación del Poder
Militar, el fortalecimiento de la integración cívico-militar y la movilización popular
mediante la defensa militar, dentro del concepto de la defensa integral de la Nación;
la cooperación en el mantenimiento del orden interno y la participación activa en el
desarrollo nacional, en sus ámbitos geográfico, político, económico, social,
ambiental, cultural y militar. Actuación condicionada por la situación político-
geoestratégica y el estado de la ciencia y la tecnología militar en la coyuntura. El
modo de actuar será definido mediante el concepto estratégico de la Nación,
presentado a la Asamblea Nacional al inicio de cada período constitucional, su
organización y el costo estimado para su aplicación, según se establece en la Ley
Orgánica de Seguridad de la Nación”. Es, pues, la sociedad amenazada por tener
petróleo y esto se usa para justificar una movilización permanente. Es la sociedad en
amenaza de guerra lo que se quiere construir, para justificar una dominación dentro y
un imperialismo fuera.
La nueva LOFAN y la concentración de poder en Miraflores
Esto nos lleva al análisis politológico de la LOFAN. Lo primero que hay que decir
es que el poder nacional y militar se concentra en la Presidencia de la República.
Junto a los poderes que la jefatura del Estado ya deriva de la Constitución, se ha
agregado toda una estructura de gobierno que hace pensar que se está ante un “Estado
paralelo”, cuya meta es ser capaz de funcionar ante eventuales fluctuaciones
16
institucionales, y ser autónomo al mismo tiempo que controla a la sociedad. Como lo
indicó el Jefe del Estado en la juramentación de nuevos ministros el día 24-2-06,
“Pero, claro, que eso luego viene configurándose en el proyecto y sus líneas
estratégicas y sus políticas; no olvidemos, señores ministras, ministras, compañeros,
compañeras, camaradas, compatriotas, aquella relación intensa entre política y
Gobierno, a la que también me he referido, asumiendo ideas que no son mías, sólo
que uno las va leyendo y las va macerando a veces, o asimilando, y bueno algunas
aplicándolas en el mapa de navegación. Gobierno y política. Gobierno se puede
definir, dice un autor, como el arte de controlar. ¿Quién controla? ¿Quién controla
qué? ¿Quién controla dónde? ¿Quién controla cómo? El timón, pues, yo le pongo la
mano al timón o no se lo pongo”. Es, pues, lograr el control de la sociedad la meta
del gobierno.
Hoy puede hablarse de la “República de Miraflores”: posee sus recursos propios.
De acuerdo al presupuesto de 2006, Miraflores tiene asignado 244 mil millones de
bolívares, que es el 0,3% del total del presupuesto, pero mucho más alto que el
presupuesto de la Contraloría General de la República, del Ministerio de Industrias
Ligeras y de Comercio, y del Ministerio de Turismo; es una décima menor que el
destinado a la Asamblea Nacional, el Miban, y el Ministerio de Energía y Petróleo, y
dos décimas menor al monto de la Cancillería venezolana y del Ministerio de la
Cultura, pero es casi ocho veces más que el presupuesto destinado a la Defensoría del
Pueblo, que es 32 mil millones, que no ha variado desde 2003. A esto hay que agregar
los fondos como el Fonden y el Fondespa, con cuantiosos recursos obtenidos de la
diferencia entre lo estimado en el presupuesto como precio de venta del barril
petrolero que es de US$ 26 y su precio real que oscila entre los US$ 54-60. Se
estiman que ambos fondos, por la medida pequeña, manejan recursos por el orden de
los US$ 10 mil millones. Esto sin contar con el presupuesto de la Guardia
Presidencial, que para el año 2005 fue de 19 mil millones de bolívares, cantidad
mayor a los presupuestos asignados para la justicia militar, la Corte Marcial, y la
17
Contraloría General de la FF.AA juntos, que totalizan aproximadamente 17 mil
millones de bolívares3.
Pero también tiene su organización social: con la Ley Especial de los Consejos
Comunales, que manejarán recursos del FIDES, del LAEE, y de otras fuentes, se crea
la Comisión Presidencial del Poder Popular (art. 26), y tantas comisiones como
estados y municipios existan en Venezuela, es decir, 24 comisiones estadales y 335
comisiones municipales. Todas estas comisiones requieren de la “Previa aprobación
del Presidente de la República”, para su constitución.
En cuanto a lo militar, dispone de su propio ejército: la reserva, creada en virtud
del Decreto Nº 3.561 de fecha 2-4-05, que establece en su artículo 3 la creación del
Comando General de la Reserva Militar y Movilización Nacional, “Dependiente del
despacho del Presidente de la República”. Este comando, de acuerdo a la Memoria y
Cuenta del Ministerio de la Defensa del ejercicio 2005, recibió traspasos por la
cantidad aproximada de US$ 930 mil. En la actualidad, este comando ya parece una
fuerza más: tiene su estado mayor, su comando aéreo, y se han creado 23 batallones
de reserva en todo el país.
Pero esto no es todo. El artículo 40 de la LOFAN convierte una atribución del
Jefe del Estado en una función permanente: se crea la Comandancia en Jefe de la
Fuerza Armada. Resalta que este artículo no haya llamado la atención de la opinión
pública, ya que convierte a una atribución en virtud de una condición –ser Presidente-
en una instancia y un grado dentro de la jerarquía militar, por lo que seguramente
habrá que reformar el Reglamento de Uniformes para incluir el grado de Comandante
en Jefe. En otras palabras, un civil ahora se mimetiza con un grado militar, el de
Comandante en Jefe4. Veamos qué dice el artículo, negador de lo dicho en la
exposición de motivos de la Carta Magna de 1999 al hablar de las FAN, “Siendo esta
3 El día 26-5-06 se informó que la Asamblea Nacional aprobó un crédito adicional para “gastos de seguridad de la Presidencia”, por el monto de 44 millardos de bolívares. Casi 40 por ciento más alto que el presupuesto de un año de la Defensoría del Pueblo para todas sus actividades 4 Tal vez esta poca resonancia en la opinión pública sea porque no se distingue entre el grado militar y la atribución presidencial, y parecen las mismas. Una observación realizada durante la presentación de esta ponencia dice, “Comandante en Jefe no es un grado militar. Es un título o cargo asignado al Presidente que existe desde la Lofan de 1995”. Esta observación es errada ya que el artículo 51 de la Lofan de 1995 definió que, “El Presidente de la República es el Comandante en Jefe de las Fuerzas Armadas Nacionales, de acuerdo con lo dispuesto en la atribución 3ª del artículo 190 de la Constitución”. En cambio, el artículo 40 de la Lofan de 2005 sí establece que es un grado, “El Presidente de la República Bolivariana de Venezuela tiene el grado militar de Comandante en Jefe, y es la máxima autoridad jerárquica de la Fuerza Armada Nacional”. Y finaliza con “Las insignias de grado y el estandarte del Comandante en Jefe serán establecidas en el reglamento respectivo”. De una atribución, que ahora es un grado militar
18
institución esencialmente profesional, sin militancia política alguna, subordinada a
la autoridad civil”. El artículo 40 de la LOFAN define que, “El Presidente de la
República Bolivariana de Venezuela tiene el grado militar de Comandante en Jefe, y
es la máxima autoridad jerárquica de la Fuerza Armada Nacional. Ejerce el mando
supremo de ésta, de acuerdo con lo previsto en la Constitución de la República
Bolivariana de Venezuela y demás leyes de la República, mediante decretos,
resoluciones, reglamentos, directivas, órdenes e instrucciones. Dirige el desarrollo
general de las operaciones, define y activa el área de conflicto, los teatros de
operaciones y zonas integrales de defensa, así como los espacios para maniobras y
demostraciones, designando sus respectivos comandantes y fijándoles la jurisdicción
territorial correspondiente, según la naturaleza del caso. Tiene bajo su mando y
dirección la comandancia en jefe, integrada por un estado mayor y las unidades que
designe. Las insignias de grado y el estandarte del Comandante en Jefe serán
establecidas en el reglamento respectivo”. De esta Comandancia en Jefe, depende la
Guardia de Honor (art. 43).
De manera que no tenemos un Jefe de Estado civil sino un Comandante que es
Presidente, pero es la misma persona. El artículo 15 de la LOFAN se refiere a la
misma persona pero en dos roles. Al hablar de la “línea de mando operacional”, alude
al Comandante en Jefe; cuando habla de la “línea de mando administrativa”, apunta al
Presidente de la República. No obstante, los dos son la misma persona, pero que se
desdoblan en roles distintos: uno militar y otro civil ¿Dónde comienza uno y termina
el otro?
Por si esto fuera poco, se pretende modificar la LOFAN –con menos de un año de
antigüedad- para, entre otras cosas, centralizar las compras militares en el Ministerio
de la Defensa –una iniciativa que puede considerarse saludable- pero –aquí está lo
censurable- las compras requieren de la autorización previa de la Comandancia en
Jefe. También, se estudia cambiar la adscripción jerárquica de la Inspectoría General
de la Fuerza Armada para que dependa de Miraflores, y no del Ministerio de la
Defensa como es en la actualidad.
En síntesis, una primera observación es que el aparato militar crece aunque con
un foco de control centrado en la Presidencia de la República. Se crea un aparato
19
militar paralelo y el Ministerio de la Defensa se bosqueja como una instancia
netamente administrativa, pero desprovista de capacidades operacionales y regulada
por diferentes centros de gravitación de la capacidad militar como la reserva, la
Comandancia en Jefe, y el Comando Operacional. Es una centralización pero que se
sustenta en el “divide y reinarás”, dentro de una ideología de la sociedad amenazada
por el “imperio” por tener energía. Esto es lo que justifica la movilización nacional.
Es el discurso del miedo ante la amenaza de la invasión del “imperio”, para justificar
un control de la sociedad. Lo que podría llamarse el síndrome Playa Girón.
A esto se suma la supra-constitucionalidad de la concepción de seguridad de la
nación, que se perfecciona en el proyecto de Ley de Reforma Parcial de la Ley
Orgánica de Seguridad de la Nación que adelanta la AN. En su exposición de motivos
para justificar el cambio, se dice entre otras cosas lo siguiente, “La propuesta de
Reforma Parcial está dirigida en primer lugar a mejorar y fortalecer el Título
Primero, trasladando la definición de Orden Interno, que se encontraba en el Titulo
II, en el entendido de que su ubicación y redacción propuesta, permita fortalecer la
claridad, precisión y exactitud de la conceptualización de la Seguridad de la Nación
y la Defensa Integral, que en este caso pasa a ser ampliada con el fin de incluir como
su objeto el preservar y salvaguardar el Orden interno y la Seguridad de la Nación.
Igualmente, se mejora la redacción del artículo contentivo de los órganos de
Seguridad Ciudadana, indicando que la orientación de su accionar no solo garantiza
el Orden Público, sino que coadyuva en la preservación o restitución del Orden
Interno. En segundo lugar, para contribuir con la claridad y precisión constitucional,
cuando la Carta Magna nos plantea un sistema de Defensa Integral de la Nación se
hace conveniente la creación de un articulado donde se designe una Jefatura
Nacional para la Defensa Integral de la Nación, quedando a cargo del Presidente de
la República, el cual podrá dividir el territorio nacional en Regiones, Distritos y
áreas estratégicas para la Defensa Integral, articulando y coordinado sistemas,
medidas y acciones de defensa en los distintos ámbitos (político, económico, social,
ambiental, cultural, geográfico y militar)”. Demasiado poder para una sola persona, y
no se establecen mecanismos de control ni de rendición de cuentas.
20
El gasto militar ¿Aumento constante?
Finalmente, hay que añadir el gasto militar. Aunque si se compara con los últimos
10 años de Punto Fijo (1988-1998), en el cual el promedio del gasto militar en valores
constantes fue de 1.574 millones de dólares por año, representando un 1,51% del PIB;
en los casi ocho años de la llamada “V República” el promedio en valores constantes
es de 1.477 millones de dólares por año (sin incluir el gasto militar derivado de la Ley
Paraguas, que para el año de 2005 fue de US$ 571 millones y para 2006 está previsto
que sea de US$ 300 millones), representando para el año 2006 un 1,6% del PIB. Sin
embargo, la tasa de crecimiento en los últimos tres años de Punto Fijo y los últimos
tres años de la llamada “V República” difieren.
En los tres años finales de Punto Fijo (96-98), el gasto militar creció de
aproximadamente US$ 895 millones a US$ 1.251 millones, lo que sugiere un
incremento absoluto del 40 por ciento, con una variación interanual del 19 por ciento
en los años mencionados. En los últimos tres años de la llamada “V República” (04-
06), el gasto militar pasó de aproximadamente 1.100 millones de dólares a 2.000
millones de dólares, con un crecimiento absoluto del 82% y una variación interanual
del 35 por ciento en los años citados. Esto, sin incluir los créditos adicionales fuera
del presupuesto ordinario del Ministerio de la Defensa, que para el año 2005
totalizaron aproximadamente 1.1 billones de bolívares5. Indudablemente, como
5 Otra observación realizada durante el día de la exposición señaló que, “En el puntofijismo la tendencia era la eliminación de las Fuerzas Armadas y por eso el recorte presupuestario ¿Por qué no habla del presupuesto en educación y su incremento?”. Como se reveló en el texto, los gastos de Punto Fijo en el lapso 88-98 fueron constantes, con un crecimiento más discreto que en los años de la llamada “V República”. El gobierno se arma y aumenta el gasto militar de manera constante. Esa es la realidad. A finales de mayo de 2006, se aprobó un crédito adicional para el Ministerio de la Defensa de 150 mil millones de bolívares. Igualmente, el Jefe del Estado habló de la posibilidad de comprar aviones rusos Sukhoi. Acerca del gasto en educación, aunque el Indice Gini sugiere una mejora hacia la igualdad en Venezuela, el nivel alcanzado no llega a lo logrado en 1990, durante el segundo gobierno de Carlos Andrés Pérez. En 1990, el Gini fue de 0,47; en 1997: de 0,51; en 2001/2002: fue de 0,50. Vid. CEPAL (2003). El rezago de Venezuela en materia social es alto en muchas áreas como lo sugiere el informe presentado recientemente por el Secretario Ejecutivo de la CEPAL, José Luis Machinea (2005), titulado The Millenium Development Goals: A Latin America and Caribbean Perspective. El gobierno arrancó en 1999. El argumento de los “40 años” ya no parece tener peso, por lo que las explicaciones hay que buscarlas en las políticas públicas del Ejecutivo, porque el gasto social como parte del PIB aumentó del 8% en 1990-91 a 11,3% en 2000-01 (CEPAL, 2004). Un punto interesante –que escapa a los alcances de este trabajo- es que en Venezuela se ha generado una suerte de culpa moral por la pobreza, y se olvidan los esfuerzos hechos en el pasado. La pobreza como culpa para generar una razón política. Sin embargo, no todo fue descuido en el pasado. El tema fue importante en otras épocas, de acuerdo a Cartaya y D’Elías (1991: 12, en Pobreza en Venezuela: realidades y políticas. Caracas: Cesap-Cisor), “Formulado como parte de ‘El Gran Viraje’, el plan para el enfrentamiento de la pobreza constituye un impresionante esfuerzo organizativo y financiero, cuya finalidad es identificar más claramente y dar un tratamiento especial a las acciones dirigidas específicamente a la población pobre. Sus principales logros son las innovaciones institucionales que han comenzado a producirse alrededor de él, el intento de asignar de una manera más racional y transparente los recursos del área social y la magnitud de los recursos transferidos directamente a la población. La alta visibilidad que su discusión pública ha otorgado a las condiciones de pobreza han contribuido a elevar la prioridad de la política social, que permaneció sumergida durante mucho tiempo” (subrayados nuestros) El IDH pasó de 0,716 en 1975 a 0,766 en 1995 (PNUD, 2003) ¿Qué le pasa a la memoria y conciencia nacional que olvida intencionalmente el pasado? Finalmente, el Informe Anual de Provea de 2005 se afirma, entre otras cosas (p. 12), “Salvato y García coinciden en identificar esta tendencia al evaluar el comportamiento del gasto
21
afirma el Presidente Chávez, estamos ante “Una revolución armada” y, podría
agregarse, que se arma ¿Para qué? No se sabe, porque tampoco se ha presentado el
Libro Blanco de la defensa. Lo único de lo que se habla es del “imperio” y de los
“lacayos internos”, que ya cansa por lo monótono y falaz de la repetición.
El análisis de la LOFAN de 2005
Desde el punto de vista morfológico, la LOFAN consta de 96 artículos y dos
títulos. Para hacer más corto el análisis de la ley, se empleará la taxonomía sugerida
por Pion-Berlin (2005) para examinar los textos de defensa. La taxonomía consta de
los siguientes elementos:
a.-Objetivos nacionales
b.-Amenazas
c.-Estrategia. Dentro de ésta:
c.1.-Prioridades de la estrategia
c.2.-Organización, despliegue, y apresto
c.3.-Entrenamiento
c.4.-Doctrina
c.5.-Educación
En la LOFAN, podemos ver la taxonomía sugerida por Pion-Berlin de la siguiente
manera:
a.-Objetivos nacionales: estos se desprenden del análisis de los artículos 1 al 6 de
la LOFAN. El objetivo nacional básico es la independencia y la soberanía nacional
dentro de una concepción que se denomina “humanista”, y tiene dos objetivos en
segundo orden: la participación “activa” en el desarrollo nacional y la integración
latinoamericana y caribeña.
Los objetivos foráneos se orientan a promover la integración latinoamericana y
caribeña, y se conciben como alianzas. No se ve a las FF.AA actuando solas, sino en
alianzas con otros países6 (num. 5 art. 3, num. 4 art. 4, y art. 5) e, incluso, la Guardia
de Honor puede proteger a personas no familiares del Presidente, en el exterior de
Venezuela (num. 2 art. 45). social real per cápita ubicando, ‘un aumento del 47,9% entre 2001-2004 que, sin embargo, no logra superar los niveles alcanzados en la década de los setenta” 6 Como afirmó el Ministro de la Defensa, Almirante Orlando Maniglia, a propósito de la cooperación militar de Venezuela hacia Bolivia, la creación de una “fuerza armada latinoamericana”. El objetivo se concreta en la realidad
22
En lo interno, las FF.AA se construyen como participantes activas en el desarrollo
nacional, coadyuvantes para mantener y restituir el orden interno, y ser la línea de
defensa ante la eventual “invasión”.
En síntesis, el objetivo nacional es mantener y aumentar el poder nacional, y el
empleo de la fuerza militar se relaciona con este objetivo. Este poder se concibe tanto
en lo interno (el desarrollo nacional) como externo (la integración latinoamericana y
caribeña).
b.-Amenazas: la LOFAN no habla de amenazas de forma clara, aunque los
numerales 1 y 2 del artículo 3, sugieren las amenazas percibidas por los diseñadores
de la norma.
La principal amenaza es que los llamados “espacios vitales” y “puntos
estratégicos” sean tomados por “invasores”. En otras palabras, la amenaza percibida
es la “Ocupación del país por fuerzas militares invasoras”.
c.-Estrategia: en líneas generales, la estrategia general es la resistencia ante el
“potencial invasor” sea interno (art. 11, “agresión interna”) o externo, que se
denomina “defensa integral de la nación”. Es una estrategia mayormente de tipo
defensiva, que incluye componentes ofensivos (asegurar “espacios vitales” y
participar en “acciones combinadas de defensa” con otras fuerzas de la región).
c.1.-Prioridades de la estrategia: la defensa integral de la nación parece descansar
en dos niveles militares que se complementan. El primero, por la llamada “Fuerza
Armada Nacional Activa”, la que tiene una orientación más ofensiva que defensiva
(arts. 17-28), “Asegurar el dominio” (art. 16), lo que sugiere que su tarea principal es
proteger ex-ante las áreas vitales o destruirlas si no es posible. Esta es la primera línea
de defensa, complementada por la Reserva Nacional, que dota de reemplazos a las
unidades de la FAN activa (art. 29).
Un segundo nivel, de carácter defensivo, es proporcionado por la Guardia
Territorial, que “Tiene como misión la preparación y mantenimiento del pueblo
organizado para operaciones de resistencia local, ante cualquier agresión interna
y/o externa” (art. 31). En este nivel también participan las reservas, “Conducir las
operaciones de resistencia, usando el concepto del campo de batalla
descentralizado” (num. 3 art. 35).
23
c.2.-Organización, despliegue, y apresto: este punto alude a cómo se organiza el
aparato militar.
En el caso de la LOFAN, hallamos también dos niveles de organización, que se
complementan.
Un primer nivel es geográfico, que se materializa en las zonas militares (art. 36),
que son áreas geográficas homogéneas y flexibles (art. 37), cuyo fin es proveer el
potencial humano y material para la defensa y resistencia militar. De acuerdo al
Ministerio de la Defensa, se proponen siete zonas militares. El jefe de la zona militar
es designado por el Presidente de la República (art. 38). La zona militar es la
organización más amplia del poder militar en una zona geográfica, aunque no asume
las tareas operacionales. Se asemeja más a una suerte de “estado mayor geográfico”
que coordina a las unidades operacionales (art. 39). Es una unidad desconcentrada.
Se encuentra también una unidad geográfica-operacional que son las llamadas
Regiones Operativas de Defensa Integral, “Los Comandos de Regiones Operativas de
Defensa Integral son organizaciones militares acantonadas en una localidad y sus
alrededores, conforme a los límites que establezca el Comandante en Jefe de la
Fuerza Armada Nacional” (art. 68). La diferencia con la zona militar es que la
primera parece ser administrativa, y la segunda planificadora-operacional. De acuerdo
al Ministerio de la Defensa, se proponen 24 regiones operativas.
Todas estas regiones se concentran en las llamadas Zonas de Defensa Integral,
“Se establecen las Regiones Estratégicas de Defensa Integral con un Jefe y su Estado
Mayor, las Regiones Operativas de Defensa Integral con su Comando y Estado
Mayor, y las Áreas de Defensa Integral con su Comando y plana mayor. Lo
conducente a su organización y funcionamiento se establecerá en el reglamento
respectivo” (art. 96). La unidad geográfica más pequeña son las áreas de defensa
integral las que, de acuerdo al Ministerio de la Defensa, se proponen 335 áreas.
Un segundo nivel es organizativo, a cuya cabeza está el Presidente de la
República o Comandante en Jefe, dependiendo de cuál rol ejerza (art. 40), y ejerce “el
mando supremo” de las FAN. Este segundo nivel, a su vez, se divide en uno
operacional y en otro administrativo.
24
Es importante destacar que el Jefe del Estado tiene mecanismos de control para
influir en la FAN activa, como la reincorporación de personal militar retirado o
prorrogar el tiempo de servicio de los profesionales (art. 41), así como la designación
del Alto mando Militar (art. 42), el cual concentra el mando operacional y
administrativo de las FAN en su persona. La Comandancia en Jefe es la instancia en
que descansa el empleo, la administración, y las conducciones de las operaciones de
las FAN (art. 15). Para usar la expresión de Karl Deustch, es el nervio del gobierno
en lo militar.
Lo novedoso es que las líneas operaciones y administrativas se desdoblan. La
primera, es ejercida por el Comandante en Jefe, “O a través de un militar activo
expresamente designado por el Jefe del Estado” (art. 15). El “o a través de” es
condicional: se espera que sea el Comandante en Jefe que lo haga siempre pero, si no
es posible (por ejemplo, hipótesis de la “invasión” que rompa las líneas de
comunicaciones o de un golpe tipo 11 de abril de 2002), lo hace a través de un
“militar activo”, del que no se especifica grado o nivel. Es decir, puede ser un sub-
teniente el designado en un momento determinado para ejercer el mando operacional
de las FAN7, como alter del Comandante en Jefe, o tal vez su edecán, o alguno de los
integrantes del Estado Mayor de la Comandancia en Jefe.
La lógica del diseño militar de la llamada “V República” es permitir la capacidad
de respuesta en caso que algún elemento de la organización castrense falle, por lo que
el diseño parece ser el de proyectar a una organización en guerra o en inminente
estado de conflicto. Tal vez esto explique el crecimiento organizacional de las FAN,
de manera que si algún componente falla, el otro funciona. Algunas unidades
dependen directamente del Presidente, como la reserva y la Guardia Territorial (art.
13) y otras dependen del Ministro de la Defensa, como los componentes militares
(art. 12), aunque todos los militares activos y la reserva “en movilización” están
subordinados al Presidente (art. 7). Indudablemente, el diseño piensa en una
7 Otro comentario durante la exposición fue, “La Fuerza Armada Nacional es una institución piramidal en toda su estructura, en tal sentido resulta poco probable sino imposible que un subteniente (oficial de baja graduación) llegue a tomar el control de la Fuerza Armada. Por lo tanto, su comentario no deja de ser absurdo y grotesco”. Ciertamente, las posibilidades de que sea un sub-teniente son bajas, pero no imposibles. El artículo habla solamente –es taxativo- de un “militar activo” y, en la hipótesis de la “guerra asimétrica” que maneja el gobierno, esta posibilidad no es descabellada ¿Cómo quedaría la pirámide militar si es inutilizada en la cúspide? ¿Quién va a dirigir la “resistencia”? Tal vez, un oficial subalterno. Por ejemplo, un sub-teniente en algún momento
25
hipotética invasión en la que, por ejemplo, Miraflores sea tomada por “fuerzas
invasoras”, pero el Comandante en Jefe pueda ejercer las operaciones desde cualquier
parte, mediante muchas líneas de mando, sea a través de la reserva, la Guardia
Territorial, la Guardia Presidencial, el Comando Operacional, las zonas militares, etc.
Es la idea del “campo de batalla descentralizado”, que no requiere formalidad sino
movilidad. Se centraliza hacia arriba, se desconcentra hacia abajo, es el principio de
organización previsto en la LOFAN.
También este despliegue de instancias tiene, hacia lo interno, un fin disuasivo. El
golpe de Estado del 11 de abril de 2002 no pasó en vano: el gobierno aprendió a no
confiar de los mandos militares, por lo que los desconcentra, de manera de tener
poder de fuego disperso en esta desconcentración. El mensaje es que, quien quiera
alzarse, que lo haga, pero dada la desconcentración militar, tendrá que enfrentarse a la
reserva y a la Guardia Territorial. Como sabemos, los militares venezolanos no son
muy dados a enfrentarse entre ellos, y esto es usado en el diseño de la LOFAN como
un mecanismo de check and balance: el control de la fuerza para disuadir a
potenciales insurgentes bajo la amenaza de enfrentar a fuerzas militares con fuerzas
militares. Con esto se busca disuadir a posibles militares que puedan insurgir o no
acatar las órdenes emanadas de la Comandancia en Jefe. Es la versión criolla del
“balance del terror” de la Guerra Fría8.
En cuanto al nivel operacional, junto a las instancias ya comentadas, se creó la
figura del Comando Estratégico Operacional, “Bajo el mando del Comandante en
Jefe, como órgano integrante de la Junta Superior de la Fuerza Armada Nacional, se
crea el Comando Estratégico Operacional, que es el máximo órgano de
programación, planificación, dirección, ejecución y control estratégico operacional
conjunto de la Fuerza Armada Nacional, con jurisdicción en todo el espacio
geográfico de la Nación y en las áreas continentales, acuáticas y espaciales de
acuerdo con los tratados suscritos y ratificados por la República” (art. 60). El CEO
es la instancia para las operaciones combinadas de las FAN (art. 65), más allá de la 8 Otro planteamiento realizado el día de la exposición, es que es justificable la concentración militar, “Luego de los sucesos de la Plaza Altamira hasta dónde es criticable que se ejerzan mayores controles sobre el personal militar con la finalidad de mantener el poder y estabilidad”. Es criticable en tanto “el poder y la estabilidad” se mantiene dentro de las FAN por la amenaza al uso de la violencia intra-componentes. Si hay seguridad en el liderazgo militar, no hay necesidad de este mecanismo de “balance del terror”. Sólo la persuasión y la autoridad del cargo serían suficiente. Lo que este mecanismo de control revela es una desconfianza permanente hacia las FAN, y el temor a que “se alcen”
26
planificación que se atribuía al CUFAN (art. 57 LOFAN de 1995) que pueden llegar a
operaciones fuera del país (num. 1 art. 66), y la atribución del Comandante del CEO
es, “Asesorar al Comandante en Jefe sobre el empleo operacional de la Fuerza
Armada Nacional” (num. 1 art. 63). Es, pues, un Estado Mayor pero de la
Comandancia en Jefe en materia de operaciones, pero que tiene cuatro jefes
estratégicos por fuerza: uno del ejército, otro de la armada, uno de la aviación, y uno
de la guardia nacional, de manera de poder influir en la “FAN activa”.
Acerca del nivel administrativo, es ejercido por el Ministerio de la Defensa, “El
máximo órgano administrativo en materia de defensa militar de la Nación” (art. 47).
El Ministerio de la Defensa se dibuja como un órgano netamente administrativo
separado de lo operacional que se halla en la Comandancia en Jefe. Sin embargo, el
ministerio todavía tiene atribuciones para hacer contrapeso a la concentración
operacional en Miraflores. No sólo a través de la dependencia de los componentes
hacia esta cartera (art. 12), sino a través de la Inspectoría General, la que “Es el
máximo órgano militar de inspección, supervisión y control de las actividades del
sector defensa, y depende directamente del Ministro de la Defensa. Su organización y
funcionamiento se rige por lo establecido en el reglamento respectivo” (art. 48),
aunque el artículo 49 la controla con las instrucciones del Presidente.
c.3.-Entrenamiento ¿Cómo el entrenamiento ayuda a enfrentar las amenazas? La
idea es educar en lo que se define como el pensamiento propio militar venezolano,
que se centra en la llamada “guerra asimétrica”, de la que fueron pioneros los
Libertadores, y en el entrenamiento conjunto y único para todos los componentes, de
manera que los planes para cada escuela como el Plan Andrés Bello (AMV) o el Plan
José María Vargas (ENV), se han unificado en un solo plan de estudios. Igualmente,
comenzó un Curso de Comando y Estado Mayor Conjunto con un nuevo pénsum de
estudios, y el CEMA se llama ahora a Escuela Superior de Guerra Conjunta.
El día 10-1-06, cuando se inició el nuevo curso de Comando y Estado Mayor
Conjunto, en el video elaborado por el Ministerio de la Defensa y transmitido ese día,
se dijo entre otras cosas, que “Además de capacitar para un efectivo y eficiente
desempeño laboral, en los niveles estratégico militar y estratégico operacional
conjunto contribuye al logro del objetivo número nueve, del Nuevo Mapa Estratégico
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de la Nación que expresa: ‘profundizar y acelerar la conformación de la nueva
estrategia militar nacional’. A tal efecto, el pénsum de estudios considera entre otras
unidades curriculares, polemología, geopolítica venezolana y estrategia aplicada,
generación del pensamiento estratégico, conflictos no convencionales tales como
guerra asimétrica, guerra de IV generación y guerra de resistencia, estudio del
poder, seguridad y defensa integral de la nación. Pensamiento militar venezolano:
operaciones de mantenimiento de orden interno, operaciones de mantenimiento de
paz y de relaciones cívico-militar”.
Igualmente, la política militar enfatiza la generación de tecnologías propias,
aplicadas al campo militar, al tener como eje la flexibilidad y movilización de los
equipos, por lo que el conocimiento en este campo es una atribución de las FAN,
“Promover y realizar actividades de investigación y desarrollo, que contribuyan al
progreso científico y tecnológico de la Nación, así como las necesarias para el
ejercicio pleno de sus funciones” (num. 9 art. 3).
Más adelante, se agrega que, “Las negociaciones y contrataciones para la
adquisición, adopción, fabricación, ensamblaje, incorporación de valor agregado
nacional y mantenimiento en todos sus niveles del material de guerra para la
dotación de la Fuerza Armada Nacional, son de interés estratégico para la seguridad
de la Nación. En consecuencia, el Estado dará preferencia a la producción nacional
y de ser necesaria su importación, se realizará de conformidad con los convenios y
acuerdos a la doctrina militar, a las políticas y estrategias de seguridad y defensa
que se establezcan en el concepto estratégico nacional, así como a las directivas
vigentes emanadas del Consejo de Defensa de la Nación, y de las leyes y
reglamentos” (art. 89).
c.4.-Doctrina ¿Qué orienta el empleo de las FAN? Esta tarea la cumple la Junta
Superior de la Fuerza Armada (art. 56 y art. 59), la que “Estudia, analiza y
recomienda en todos los asuntos de la Fuerza Armada Nacional, relacionados con su
funcionamiento, desarrollo y empleo en tiempo de paz o en estados de excepción”
(art. 58), y es presidida por el Ministro de la Defensa (art. 57 y art. 59).
c.5.-Educación: sobre la educación militar, sólo se dice que, “La educación e
instrucción militar es la función cardinal para garantizar la eficacia y la eficiencia
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de la Fuerza Armada Nacional. Ella se realiza dentro de los parámetros fijados por
la Ley Orgánica de Educación y su Reglamento y la ley con competencia en materia
de educación superior, para, facilitar los procesos de equivalencias con el sistema
educativo nacional” (art. 70). Igualmente, se habla que es atribución de los
componentes la difusión del “Pensamiento militar venezolano”.
¿Qué es lo novedoso en la LOFAN de 2005?
De todo lo dicho ¿Qué puede concluirse? Podría afirmarse que la LOFAN de
2005 es un instrumento netamente principista, cuya motivación para promulgarlo fue
bosquejar el nuevo pensamiento militar venezolano que descansa en la “guerra
asimétrica y de cuarta generación” y en la “resistencia”, y en definir la nueva
estructura de mando militar que se concentra en la Comandancia en Jefe. Esto se dice
porque, si se compara con la LOFAN de 1995, la nueva ley no desarrolla otros
conceptos, más allá de estos dos grandes contenidos aquí analizados. Todo lo remite
al desarrollo de normas particulares que se contabilizan en tres leyes y 10
reglamentos a ser desarrollados. La LOFAN de 1995 tuvo más desarrollo de los
principios, revelado en sus dos títulos y 434 artículos.
Si se analizan las ventajas de la nueva LOFAN que están en la presentación
realizada el día 6-10-05 por el Ministro de la Defensa, Almirante Orlando Maniglia,
que se afirman son 13 ventajas, y se comparan con la LOFAN de 1995, muchas de las
anunciadas ventajas ya estaban en el texto de 1995. Veamos un ejemplo. En la
presentación del Almirante Maniglia se dice que la ventaja Nº 13 de la nueva LOFAN
es, “Se incorpora a la LOFAN los principios de Derecho Internacional Humanitario
(art. 79)” ¿Y qué dice este “novedoso” artículo? “El personal de la Fuerza Armada
Nacional debe cumplir estrictamente con todos los principios del Derecho
Internacional Humanitario, que hayan sido debidamente suscritos y ratificados por
la República” ¿Pero qué es lo nuevo o ventajoso, si ya esta disposición estaba en la
LOFAN de 1995, y no con un artículo sino con dos? Veamos. El artículo 363 de la
LOFAN de 1995, estableció que, “El personal de las Fuerzas Armadas Nacionales
deberá conocer y cumplir estrictamente todos los principios y reglas instituidos en
Convenciones y Conferencias sobre Derecho Internacional de Guerra que hayan sido
ratificados por la República” ¿Cuál es lo nuevo, entonces, de la LOFAN de 2005?
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Incluso, se podría decir que la LOFAN de 1995 fue más precisa en este tema: habla
de conocer y cumplir. La LOFAN de 2005, sólo de cumplir, pero si no se conocen las
normas relativas a la guerra ¿Se podrá cumplir algo que no se conoce?9.
¿Qué es lo verdaderamente novedoso en la LOFAN de 2005? La ley parece haber
sido hecha para dotar al Jefe del Estado de una capacidad directa para el manejo
militar, a través de la reserva y la Guardia Territorial, y las tareas de “resistencia” son
dirigidas exclusivamente por el Presidente, con la asesoría de militares. Pero es una
actividad privativa del Comandante en Jefe. En otras palabras, la LOFAN se pudo
elaborar para dar esta capacidad de maniobra operacional a un gobierno que se siente
amenazado o, para usar la expresión de Mussolini, que vive peligrosamente.
Sencillamente, se hizo esta nueva ley para darle al Presidente todo el poder militar,
por más nada. Esto, de nuevo, es visible si se compara con la LOFAN de 1995.
En el derogado instrumento legal, por supuesto que el Presidente ejercía el mando
de las FAN (art. 54 de la LOFAN de 1995, dentro del num. 3 art. 190 de la
Constitución de 1961), pero lo hacía por intermedio del Ministro de la Defensa,
“(…)El Presidente de la República dará sus órdenes a las Fuerzas Armadas
Nacionales por órgano del Ministro de la Defensa” (art. 53 de la LOFAN de 1995,
junto a los arts. 62 y 63 de esa norma). Hoy esto se ha eliminado, y esta sana
disposición para promover la rectoría civil sobre lo militar, se ha derogado para crear
un mando directo, en la Comandancia en Jefe, creada sólo para concentrar poder. En
este caso, el poder militar, mediante nuevas instancias operacionales como la reserva,
la Guardia territorial, el CEO, y unas confusas zonas geográficas de defensa.
Fuera de esto, no parecen encontrarse mayores innovaciones en la LOFAN, más
allá de aumentar la preponderancia, poder, y darle estatus legal a la doctrina del
Nuevo Ideal Nacional del perezjimenismo, que ahora se denomina el Poder Militar
como nueva ideología militar, que hace posible la simbiosis entre una ideología
9 Un comentario hecho el día de la conferencia fue, “En la LOFAN de 1995 los pilares fundamentales de las Fuerzas Armadas Nacionales eran: obediencia, subordinación y disciplina. En la nueva ley el otro pilar es el ‘respeto a los derechos humanos’. He allí la diferencia con la nueva ley, se le asigna la categoría de ‘pilar fundamental”. Ciertamente, este nuevo “pilar” se halla en el artículo 6 de la nueva Lofan y es menester reconocerlo como logro para promover el respeto a los derechos humanos. Sin embargo, este principio se contradice con el discurso bélico y de guerra que tiene el gobierno ¿Derechos humanos en un ambiente de discurso de guerra? Luce contradictorio. Adicionalmente, aunque hay un esfuerzo en crear departamentos y áreas de DD.HH en las FAN, hay que evaluar la aceptación de este pilar y no sea letra muerta. De acuerdo a Provea (2005), las víctimas de torturas o tratos crueles aumentaron de 5 en 2002 a 12 en 2005, “Las FAN, específicamente el Ejército, fue denunciado como el organismo con más víctimas” (p. 446)
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socialista que puede ser refractaria a los militares pero que se camufla en nociones
como poder, desarrollo, y nacionalismo, que sí son aceptadas por el pensamiento
militar venezolano. En construir una ideología político-militar centrada en el
desarrollismo y el poder nacional, como palancas para salvar al mundo del
capitalismo. En fin, de lo que se trata es de promover un humanismo, pero belicoso,
dominador, y armado.
Venezuela despertó del sueño colonialista que la tuvo dormida durante tantos
años: se regresa a lo originario, en tiempo presente, para “Reconstruir el proyecto
bolivariano”, por lo que hay un llamado moral para justificar y seguir ese proyecto.
Es el llamado de los Libertadores, que lo dejaron como herencia. Aquí entra el
determinismo de la historia: es la naturaleza venzolana ser libertadores y guerreros,
los llamados a libertar al mundo. No es un pueblo para la cosas mundanas como la
economía, la industria, la producción, sino para las grandes obras, los grandes gestos,
los grandes sacrificios. Venezuela es Esparta, no Grecia. Venezuela es un país
precursor y de precursores. Como se dijo, Miranda es el hombre perfecto para esta
nueva etapa del relato del gobierno. Se le reconoce como el “primer criollo
universal”, y ya eso da pie para que el gobierno construya el relato de la soberanía, la
auto-determinación, y la amenaza del “imperio”, que permite la simbiosis civil-
militar o, mejor dicho, político-militar.
Las debilidades de la LOFAN
No obstante todo este poder concentrado, la LOFAN tiene tres grandes
debilidades.
La primera de ellas son los criterios geográficos de las zonas de defensa.
Básicamente, no están claros y se superponen unos con otros, y son instancias que
crean más burocracia e, indudablemente, cuando llegue el momento del combate,
crearán más confusión que operatividad, ya que las órdenes chocarán unas con otras
al igual que los roles militares, porque no están claros y se superponen unos con
otros. Aunque cada área geográfica tiene su contraparte operacional, se observan
confusiones en el diseño, por lo complejo. Por ejemplo ¿Cuál es la diferencia entre
las zonas militares y los comandos de regiones estratégicas de defensa integral?
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¿Cómo todas estas instancias se armonizan dentro del macro-concepto Zonas de
Defensa Integral?
Lo segundo es la línea de mando. El diseño de Punto Fijo era más armonioso, ya
que el Ministerio de la Defensa era el vehículo de gobierno militar. En la LOFAN de
2005, se han creado tres niveles de mando dependientes de la Comandancia en Jefe,
cada uno con sus funciones aunque se solapan. Es natural en un gobierno que opera
por la desconfianza y sospecha de todo y de todos. Lo militar no iba a ser la
excepción: si falla el ministerio, está el CEO y la reserva, si es la reserva la que falla,
está el CEO y el ministerio. El propósito es que siempre exista un reemplazo en la
conducción de lo militar, dado que se presume que algunas instancias puedan fallar, y
esa es la lógica que impulsa la idea del “campo de batalla descentralizado”.
Al igual que en las zonas geográficas, las instancias de mando militar se
superponen, aunque la nitidez en las funciones de cada una es mayor si se compara
con las áreas geográficas. Sin embargo, hay una suerte de check and balance entre el
ministerio, la reserva, y el CEO que, dependiendo de cómo se armonicen, hará más
fluida o hará más complicada la gestión militar, ya que habrán instancias que
competirán entre sí para lograr el favor de la Comandancia en Jefe, la que también
competirá con esta tríada por ser una instancia militar más, la de mayor peso, aunque
está constituida por militares retirados –comenzando por el Presidente de la
República- que se han reincorporado a las FAN, desde el Jefe del Estado que de
Teniente Coronel pasa a ser ahora, en virtud de la LOFAN, Comandante en Jefe, y los
oficiales reincorporados del Estado Mayor de esta nueva instancia de mando militar.
De manera que, llegado el momento de la acción, estas instancias pueden
superponerse y emitir órdenes confusas ¿A quiénes obedecerán las FAN activas en
una situación de guerra, si cada instancia está dispersa en el teatro de operaciones? Si
la desconcentración hacia abajo es la norma ¿Cómo coordinar las operaciones, una
vez que se neutralice a la cabeza? Lo que va a quedar es un grupo de luchadores, que
se estima harán imposible la gobernabilidad política. La lógica de todo esto es si no
puedo destruir al “invasor”, los agoto con la ingobernabilidad social.
Igualmente, aunque no lo parezca, crear tres instancias aumenta los incentivos
para las alianzas y la competencia entre ellas. De acuerdo a la teoría de los juegos,
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pueden surgir alianzas entre algunas de estas instancias en contra de otra. Por
ejemplo, el CEO y el ministerio en contra de la reserva, o los tres para hacer
contrapeso a la Comandancia en Jefe10, o que la competencia sea entre militares
activos y militares “reencauchados”11, aunque ostenten altos grados. De aquí la
maximización del “control subjetivo” que hace el gobierno sobre las FAN, de manera
de crear identidad entre todos los militares. Lo cierto es que buscando la autonomía
militar, parece que se ha creado un aparato castrense más burocrático, con más
instancias y, como resultado, más costoso para la sociedad. El tiempo dirá si será más
eficiente y competente en el cumplimiento de sus misiones.
De la misma forma, aunque también no sea creíble, la concentración de poder en
Miraflores hace que sea más débil. Es un gigante con pies de barro. Al crear una
Comandancia en Jefe, hace más saliente la estructura de mando y si la hipótesis de
guerra que maneja el gobierno es una acción de guerra preventiva por parte del
gobierno norteamericano, ésta buscará colapsar al nervio militar que es Miraflores.
Como sugiere Hooker (2005), “(…)En las guerras del futuro, Estados Unidos y sus
aliados Occidentales tendrán que adelantar campañas cortas y precisas, con una
tecnología superior y mayor capacidad de poder de fuego, desplegadas desde sitios
distantes, en la espera de lograr un resultado militar rápido y con mínimas bajas. En
contraste con las estrategias de la era industrial basadas en el debilitamiento
progresivo del oponente, en las guerras del futuro se busca la destrucción de blancos
discretos que lleven al colapso de los centros de decisiones y de los sistemas en
general, antes que la destrucción de las fuerzas oponentes en el campo de batalla”.
Si este escenario que maneja el gobierno y que uno espera sea sólo una ficción, se
llegara a cumplir, el objetivo de la acción preventiva será neutralizar la capacidad
decisoria de la Comandancia en Jefe mediante el uso de las llamadas standoff
10 Dos semanas después de realizada la conferencia (finales de mayo de 2006), esta hipótesis se verificó en las diferencias surgidas entre el Ministerio de la Defensa y la Comandancia en Jefe, en las personas del Almirante Maniglia y el General Müller Rojas, sobre qué política seguir con los F-16. El segundo, habló de venderlos a Irán y comprar aviones Sukhoi. El primero, dijo que Müller habló a título personal, aunque el Jefe del Estado se inclinó hacia Müller: en Aló Presidente Nº 257 del día 4-6-06, anunció que en Caracas volarán aviones rusos Sukhoi 11 Un comentario realizado indicó que, “El término por usted usado de ‘militares reencauchados’ es irrespetuoso ya que la condición de militar y el grado no se pierden con el retiro”. Ciertamente, lo que se pierde es la actividad no el ser militar y el grado. La expresión “reencauchados” fue usada a inicios del modelo democrático de 1958 cuando se incorporaron a militares que habían sido retirados en la década militar (1948-1958). Por cierto, este término fue acuñado por los propios militares, como una manera de criticar a lo que consideraron fueron reincorporaciones de profesionales militares por razones políticas. En ningún momento existió la intención de irrespetar a una noble profesión como la carrera de las armas
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weapons, más que ataques directos en el campo de batalla. Esto seguramente es lo
que llevó al diseño militar de tres niveles de la LOFAN, por si uno es neutralizado,
funcionen los otros dos. No obstante, dada la superposición de tareas y cadenas de
mando geográficas y operacionales, lo esperable es que, de ocurrir la neutralización
de Miraflores, suceda una dispersión de fuerzas que descoordinadas no tengan
capacidad de choque, y la defensa la asuman unidades dispersas de la Guardia
Territorial, y la Comandancia en Jefe tenga control sobre parte de las fuerzas
militares, junto a un grupo de militares leales, pero sin capacidad de coordinar las
operaciones y de adelantar una campaña exitosa, y sólo les quede tomar el camino de
la “resistencia”.
Es el deseo que esto no ocurra y que sea sólo la imaginación que pueda alimentar
una novela de Tom Clancy.
Finalmente, la tercera debilidad es que no se dice nada del control civil sobre el
sector militar. La Asamblea Nacional sólo se menciona en dos artículos (arts. 3 y 4).
No es que la LOFAN de 1995 haya sido más generosa en este campo que la de 2005.
Sin embargo, en su escasez civil, tuvo más sabiduría. Entre las funciones del
Ministerio de la Defensa (art. 54), se incluyó un literal (el g), que estableció,
“Ordenar la preparación de los asuntos que se requiera enviar a conocimiento del
Congreso de la República”. Al menos, el parlamento de Punto Fijo conocía y se
previó enviar asuntos militares para el conocimiento del legislativo, que es una
instancia de contrapeso político. En cambio, el parlamento de la llamada “V
República” parece sólo aprobar. Solamente el numeral 4 del artículo 3 otorga a la AN
capacidad propia, el cual dice,“Participar en alianzas o coaliciones con las Fuerzas
Armadas de los países latinoamericanos y caribeños para los fines de la integración
dentro de las condiciones que se establezcan en los tratados, convenios y acuerdos
correspondientes, previa aprobación de la Asamblea Nacional”.
El alejamiento de lo civil también se observa en el debilitamiento del Ministerio
de la Defensa en la LOFAN de 2005. Indudablemente, el Ministerio de la Defensa fue
uno de los perdedores con la nueva LOFAN. No sólo por su rol cada vez de mayor
contenido administrativo, sino hasta también morfológico en la construcción de la
ley.
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En la LOFAN de 1995, el ministerio era el puente entre lo militar y lo civil, y en
esa norma se le dedicó toda una sección con 4 artículos. En la LOFAN de 2005, esto
desaparece. El puente es una persona, el Comandante en Jefe, y el ministerio queda
relegado a un segundo plano. De hecho, en la LOFAN de 2005, al ministerio se le
dedica apenas un solo artículo (art. 47), que engloba la misión y funciones del
ministerio, sin tratarlas por separado, y mucho menos se establecen sus atribuciones
de forma desagregada como en la LOFAN de 1995 (con 19 atribuciones).
Seguramente se dirá que las atribuciones del ministerio se hallan previstas en el
Decreto 3.753 de fecha 31-8-05, por el cual se dictó la reforma parcial del Decreto
sobre la Organización y Funcionamiento de la Administración Pública Central.
Ciertamente, pero son también menores a la LOFAN de 1995, y la disposición acerca
del parlamento no existe.
La disminución del ministerio es tan evidente en la LOFAN de 2005 que, por
ejemplo, un cuasi-componente como es la reserva, tiene un capítulo completo
dedicado a ella con siete artículos, al igual que el CEO, pero con nueve artículos. Las
dos instancias, suman el 18% del total de artículos de la LOFAN, frente al uno por
ciento que se dedica al Ministerio de la Defensa. Hasta la Guardia de Honor, que es
un cuerpo particular, se ubica en el Capítulo IV, De los Organos Superiores de
Mando y Consultivos de la Fuerza Armada Nacional, y se le dedican 4 artículos, es
decir, el 4% del total de los artículos de la LOFAN. En cambio, al Ministerio de la
Defensa, como se dijo, se le dedica un solo artículo, y en la LOFAN de 1995, no se
mencionó a la Guardia de Honor.
Reflexión final
¿Cómo lograr el equilibrio civil en este nuevo diseño militar, que no lo
contempla, sino que lo rechaza? A través de construir liderazgos y organizaciones
políticas que compitan con esta nueva versión de la sociedad que se quiere legitimar
en Venezuela, sin miedos y sin complejos. En algún momento, frente a esta distorsión
histórica, habrá que invocar lo establecido en la Constitución de 1811, que dice así
con respecto a lo militar, “Las Fuerzas Armadas, en todo caso, se mantendrán en una
exacta subordinación a la autoridad civil y serán dirigidas por ella”.
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