la ciencia y sus demonios

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Borges en Pierre Menard, autor de El Quijote escribe: “la verdad, cuya ma- dre es la historia, émula del tiempo, depósito de las acciones, testigo de lo pasado, ejemplo y aviso de lo presen- te, advertencia de lo por venir”. La historia es mucho más que la narrati- va secuencial de eventos y persona- jes que nos enseñan en la escuela. Al ser la madre de la “verdad”, se vuel- ve indispensable para obtener cono- cimiento, y si aceptamos que uno de los papeles de la ciencia es precisa- mente ese aprendizaje, entonces la tarea científica pasa obligadamente por el estudio y la comprensión de los hechos históricos. La idea de concebir a la historia como una serie de procesos sujetos a causas y efectos es parte del legado que nos ha dejado la monumental obra de Karl Marx y Friedrich Engels. Una de las frases más ilustrativas al respecto, fue escrita por Marx en 1852, en El Dieciocho Brumario de Luis Bo- naparte, y ha sido citada en múltipes ocasiones por la literatura política. “Hegel dice en alguna parte que to- dos los grandes hechos y personajes de la historia universal aparecen dos veces. Pero se olvidó añadir: la pri- mera vez como tragedia, la otra co- mo farsa”. Marx establece un paralelismo en- tre el golpe de estado que le permitió a Louis Napoleon Bonaparte conver- tirse en emperador de Francia bajo el nombre de Napoleon III, y una aso- nada semejante que le permitió a su tío —Napoleon Bonaparte— alcanzar el trono de la misma nación unas dé- cadas antes, en las postrimerías de la Revolución Francesa. Marx atribuye a Hegel la afirmación de que la his- toria tiene un carácter cíclico. Evi- dentemente, ninguna persona pue- de aceptar una periodicidad estricta en la historia; si así fuera, estaríamos condenados a observar el desenvol- vimiento de un drama totalmente de- terminista y predestinado. Por eso, Marx emplea una metáfora para su- brayar que en la historia se pueden reconocer hechos específicos aparen- temente repetitivos (“la primera co- mo tragedia, la otra como farsa”), pues tienen rasgos que podrían parecer se- mejantes, pero cuyas circunstancias particulares son diferentes. Los historiadores de la ciencia han identificado desde hace tiempo un vaivén, una aparente periodicidad, es decir, una alternancia entre el racio- nalismo y el romanticismo. Esta pug- na, abierta o soterrada, ha dominado el desarrollo de la ciencia práctica- mente desde sus orígenes. En estos momentos la ciencia refleja la crisis de la sociedad occidental, lo cual indi- ca que estamos entrando en una de las transiciones del antagonismo men- cionado. Si bien los tiempos de crisis son tiempos de riesgo y peligro, tam- bién lo son de oportunidad para las ideas innovadoras y para los cambios revolucionarios. La Naturphilosophie En las sociedades occidentales —ame- ricanas y europeas—, en los albores del siglo XIX, surgió un importante mo- vimiento, tanto en el arte como en la ciencia, de pensadores que no encon- traban satisfacción a sus inquietudes sociales y éticas en la atmósfera de estricto clasicismo, dominante en el mundo intelectual de la época. Frente al frío racionalismo ilustrado que im- peraba, esta corriente surgió como un movimiento de exaltación del hom- bre, de la naturaleza y de la belleza, 77 CIENCIAS 66 ABRIL JUNIO 2002 Si pretendes desdeñar la razón y la ciencia, los mayores logros humanos, y te abandonas al espíritu de la mentira mediante el embuste y la hechicería; entonces, ya te tengo. (Mefistófeles dirigiéndose a Fausto) JOHANN WOLFGANG GOETHE, FAUSTO GERMINAL COCHO Y PEDRO MIRAMONTES

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Artículo de la revista Ciencia, escrito por Cocho germinal y Pedro Miramontes, en el que se comenta la historia de la ciencia y la crisis actual del concepto de razón de la Ilustración.

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  • Borges en Pierre Menard, autor de ElQuijote escribe: la verdad, cuya ma-dre es la historia, mula del tiempo,depsito de las acciones, testigo de lopasado, ejemplo y aviso de lo presen-te, advertencia de lo por venir. Lahistoria es mucho ms que la narrati-va secuencial de eventos y persona-jes que nos ensean en la escuela. Alser la madre de la verdad, se vuel-ve indispensable para obtener cono-cimiento, y si aceptamos que uno delos papeles de la ciencia es precisa-mente ese aprendizaje, entonces latarea cientfica pasa obligadamentepor el estudio y la comprensin de loshechos histricos.

    La idea de concebir a la historiacomo una serie de procesos sujetos acausas y efectos es parte del legadoque nos ha dejado la monumentalobra de Karl Marx y Friedrich Engels.Una de las frases ms ilustrativas alrespecto, fue escrita por Marx en 1852,en El Dieciocho Brumario de Luis Bo-naparte, y ha sido citada en mltipesocasiones por la literatura poltica.Hegel dice en alguna parte que to-dos los grandes hechos y personajesde la historia universal aparecen dosveces. Pero se olvid aadir: la pri-mera vez como tragedia, la otra co-mo farsa.

    Marx establece un paralelismo en-tre el golpe de estado que le permitia Louis Napoleon Bonaparte conver-tirse en emperador de Francia bajo elnombre de Napoleon III, y una aso-nada semejante que le permiti a suto Napoleon Bonaparte alcanzarel trono de la misma nacin unas d-cadas antes, en las postrimeras de laRevolucin Francesa. Marx atribuyea Hegel la afirmacin de que la his-toria tiene un carcter cclico. Evi-dentemente, ninguna persona pue-

    de aceptar una periodicidad estrictaen la historia; si as fuera, estaramoscondenados a observar el desenvol-vimiento de un drama totalmente de-terminista y predestinado. Por eso,Marx emplea una metfora para su-brayar que en la historia se puedenreconocer hechos especficos aparen-temente repetitivos (la primera co-mo tragedia, la otra como farsa), puestienen rasgos que podran parecer se-mejantes, pero cuyas circunstanciasparticulares son diferentes.

    Los historiadores de la ciencia hanidentificado desde hace tiempo unvaivn, una aparente periodicidad, esdecir, una alternancia entre el racio-nalismo y el romanticismo. Esta pug-na, abierta o soterrada, ha dominadoel desarrollo de la ciencia prctica-mente desde sus orgenes. En estosmomentos la ciencia refleja la crisisde la sociedad occidental, lo cual indi-ca que estamos entrando en una de lastransiciones del antagonismo men-cionado. Si bien los tiempos de crisisson tiempos de riesgo y peligro, tam-bin lo son de oportunidad para lasideas innovadoras y para los cambiosrevolucionarios.

    La Naturphilosophie

    En las sociedades occidentales ame-ricanas y europeas, en los alboresdel siglo XIX, surgi un importante mo-vimiento, tanto en el arte como en laciencia, de pensadores que no encon-traban satisfaccin a sus inquietudessociales y ticas en la atmsfera deestricto clasicismo, dominante en elmundo intelectual de la poca. Frenteal fro racionalismo ilustrado que im-peraba, esta corriente surgi como unmovimiento de exaltacin del hom-bre, de la naturaleza y de la belleza,

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    Si pretendes desdear la razn

    y la ciencia,

    los mayores logros humanos,

    y te abandonas al espritu de la mentira

    mediante el embuste y la hechicera;

    entonces, ya te tengo.

    (Mefistfeles dirigindose a Fausto)

    JOHANN WOLFGANG GOETHE, FAUSTO

    GERMINAL COCHO Y PEDRO MIRAMONTES

  • pero tambin como expresin socialde rebelda, libertad e independencia.Se buscaba, consciente o inconscien-temente, una salida que privilegiaraal individuo, al yo sobre la colectivi-dad. A este anhelo utpico de perse-cucin por un mundo ideal, sin msbase que la voluntad o el fervor, a labsqueda de soluciones fundadas enlos sentimientos por encima de la ra-zn, se le llama romanticismo.

    El romanticismo europeo enfatizalo individual por encima de lo colec-tivo, y es una reaccin contra las le-yes del arte neoclsico, en el cual lacreatividad se encontraba restringidapor reglas acadmicas, por tanto, esla expresin directa de las emocio-nes que a menudo busca sus fuentesen el pasado o en las mitologas.

    En las ciencias, el romanticismopostula que la naturaleza no puedeser explicada racionalmente y que s-lo es posible percibirla de manera in-tuitiva. Por lo cual, no hay una des-cripcin nica del universo pues stadepende del individuo, de su entor-no y sus circunstancias; lo subjetivo,irracional e imaginativo se abren pa-so. Los filsofos Fichte y Schelling ledieron sustento a esta forma de pen-samiento bajo el nombre de Naturphi-losophie.

    sta se opone radicalmente a la tra-dicin emprico-matemtica de lossiglos anteriores y, sobre todo, a la co-rriente racionalista que dominaba des-de el Siglo de las Luces, conocida comoLa Ilustracin. Los racionalistas, fuer-temente influidos por el xito de lamecnica de Newton, pensaban queel mundo se poda entender y expli-car completamente con base en estasleyes. En 1705 Edmund Halley pre-dijo que el cometa que ahora lleva sunombre, y que haba pasado cerca dela Tierra en el sistema solar en 1607 y1682, regresara en 1758. La exactitudde su prediccin produjo entusiasmo

    y suscit gran confianza en el poder delos mtodos matemticos para ir msall en la descripcin del universo, conlo cual se abra la posibilidad de pre-decir el futuro. La naturaleza se perci-ba de pronto como un libro abierto,dispuesta a revelar sus secretos a quienconociese su lenguaje: las matemti-cas, segn Galileo.

    La base del racionalismo era laconfianza en el poder ilimitado dela razn. Este era el medio que loshumanos deban usar como nico ins-trumento para acceder a la verdad,a la comprensin del universo y a labsqueda de su propia felicidad. Ellosseguan un mtodo analtico comoestrategia de estudio, que les llevabaa descomponer a la naturaleza en par-tes. Adems buscaban afanosamentela descripcin detallada de la misma,un buen ejemplo es la clasificacinde los seres vivos por Carl Linne en unsistema que siguiese, en sus palabras,el orden dictado por su naturaleza.

    Otra oscilacin del pndulo

    A finales del siglo XIX y comienzos delXX hubo otra alternancia en la luchasentimiento-razn. Al romanticismole siguieron varios movimientos filo-sficos apegados al racionalismo, tan-to en las ciencias como en las artes,entre los cuales se encuentra el rea-lismo, que tuvo muchos seguidoresen Francia, cuna de los enciclopedis-

    tas ilustrados. En las artes, como sunombre lo indica, tiende a dibujar unretrato exacto de la naturaleza y lasociedad. El ejemplo paradigmticoes La comedia humana de Honor deBalzac; retrato ambicioso y eruditode la sociedad con sus pasiones, vir-tudes y defectos.

    En el fondo los choques entre lascorrientes que estamos sealando for-man parte de una pugna ms antiguay todava presente. Desde que los hu-manos aprendieron a cuestionarse ya interrogar a la naturaleza, existe elantagonismo idealismo versus mate-rialismo. Tambin estos trminos sonconfusos, pues comnmente el idea-lismo tiene una connotacin positivaque se refiere a la capacidad de los in-dividuos para desenvolverse y actuardurante la vida, guiados por principiosmorales muy elevados. Sin embargo,lo que caracteriza al idealismo filos-fico es que sus partidarios opinan queel mundo y sus fenmenos no tienenuna existencia propia e independientedel observador y, por tanto, no exis-te una realidad objetiva externa al in-dividuo e independiente de su con-ciencia.

    Por otra parte, en el lenguaje coti-diano, alguien es materialista cuan-do muestra un exagerado inters porlas posesiones mundanas y el dine-ro. Sin embargo, el materialismo filo-sfico considera que el universo y lanaturaleza tienen una existencia ob-jetiva, aunque no estemos presentes.Es decir, que la razn del permetrode una circunferencia con su radio es3.141592 aun si no hubiese habidomatemtico que lo formulase y queun rbol hace ruido al caer en la mi-tad del bosque, a pesar de que nadielo escuche.

    Durante la influencia del nuevo ra-cionalismo vuelve la confianza de quela ciencia tiene la capacidad de ex-plicar todos los fenmenos naturales

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  • e incluso los sociales. Ms an, queestos son parte de la fsica y que co-mo tales deben ser estudiados. En laactualidad no todos los bilogos te-ricos en su mayora fsicosestnconvencidos de que la teora de Dar-win de la evolucin biolgica por se-leccin natural sea la explicacin delfenmeno evolutivo, aunque a finalesdel siglo XIX el darwinismo encajabaperfectamente bien, lo mismo que elmarxismo en el racionalismo materia-lista. El neorromanticismo del sigloXIX no es igual al precedente, ya que,por un lado, haba sido influido por elrealismo y, por el otro, la historia noes una mera repeticin, como se men-cion con anterioridad. ste tiene susconsecuencias graves, pues su natu-raleza es ms negativa y su rechazoal racionalismo es ms violento.

    En 1918, ao en que termina la pri-mera guerra mundial, Oswald Spen-gler filsofo alemn publica Ladecadencia de Occidente. El argumentocentral del libro es que las civilizacio-nes, al igual que los organismos, na-cen, crecen, maduran y terminan enuna degradacin irreversible. Spengleropina que la cultura occidental agotsu fase creativa, situndose en unaetapa cercana a la muerte intelec-tual. Este proceso se deba, en buenaparte, a la preponderancia del mate-rialismo sobre las formas espiritua-les, por lo cual afirma que el racio-nalismo y la ciencia son culpables deesta degradacin espiritual (Tras dossiglos de orgas cientficas, hemos lle-gado a hartarnos). Spengler iniciauna lnea de pensamiento con graninfluencia en algunas corrientes con-

    temporneas que descalifican a laciencia, e inician una cruzada en con-tra de lo que llaman verdades absolu-tas. Otra frase muy ilustrativa del mis-mo autor es: La naturaleza es siempreuna funcin de la cultura, en ella nodice que la ciencia es funcin de la cul-tura (lo que sera aceptable), sino de lanaturaleza, es decir, que sta no tieneexistencia propia en ausencia de loshumanos.

    Si bien las artes y las ciencias en-contraron un ambiente de notable cre-cimiento durante la Repblica de Wei-mar, la inestabilidad poltica y la grancrisis econmica provocaron en el ciu-dadano medio un sentimiento de de-sesperanza y miedo ante un futuroincierto, lo que genera la necesidadde buscar culpables, ya sean reales oficticios, as como de buscar salidas

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  • oblicuas para poder fincar alguna es-peranza, no importando si sta care-ce de bases. Es en este ambiente don-de renacen las supersticiones y losmitos, as como los charlatanes quelos explotan, con consecuencias ne-fastas. Adolf Hitler y Hermann Goe-ring haban intentado una asonadaen Munich en 1924, pero ms tarde seconvencieron de que redituaba ms,polticamente hablando, culpar a losjudos de la precaria situacin eco-nmica, revivir los mitos de un pasa-do germnico grandioso y convencera las masas pobres e incultas de quecada uno de ellos era un superhom-bre en potencia, con un futuro esplen-doroso si se les daba la oportunidad.Finalmente, la Repblica de Weimarmuere con el ascenso al poder del Par-tido Nazi en 1933.

    El mundo hoy

    Los profundos cambios que el mundoexperiment en la ltima dcada delsiglo XX y que estuvieron asociadoscon la cada de la Unin Sovitica yel fin del llamado bloque socialista,condujeron al apoderamiento mun-dial de la escena poltica y econmicapor parte de Estados Unidos y su capi-talismo neoliberal.

    Analistas, comunicadores y per-sonajes de la poltica occidental secongratularon con este cambio y au-guraron un futuro de felicidad sin pre-cedentes, en el cual la humanidadcompartira los valores estadouniden-ses de libertad, moral y democracia.Cabe mencionar que este escenarioidlico se vino abajo antes de que lohicieran las torres gemelas de Nue-va York. No hace falta ser sabio parapercibir que no todo el mundo quie-re una homogeneizacin impuestapor la fuerza, ya que la globaliza-cin no significa que todos los pue-blos de la Tierra tomen lo mejor de

    los dems y puedan incorporarlo asu estilo de vida en un intercambiofructfero y enriquecedor; ms bienes la aceptacin, sin posibilidad deapelacin, de los estndares y valo-res estadounidenses. El rechazo a laimposicin homogeneizante que sedemuestra con el auge mundial delos movimientos globalifbicos, es ala McDonalizacin de la economa,de las costumbres y los valores (in-cluso gastronmicos).

    El trnsito del mundo bipolar alunipolar, lejos de aliviar las tensio-nes que se generaron en la GuerraFra, ha trado consigo aberracionesen las relaciones entre naciones, so-ciedades e individuos. El mundo seencuentra inmerso en una crisis ge-neralizada, con mltiples facetas, quese reconoce por las siguientes mani-festaciones: la guerra, el mtodo in-sensatamente elegido para resolverconflictos entre Estados, naciones ogrupos tnicos; el terrorismo, que im-plica tanto la accin desesperada degrupos minoritarios como el abusoilegal del Estado que tiene el podersuficiente para ejercerlo de maneraimpune; el desorden econmico glo-bal que hace recaer el bienestar deuna reducida clase acaudalada en loshombros de una mayora.

    El mundo est dividido en dos par-tes; una est excluida de cualquierbeneficio del desarrollo, desprovistade las condiciones que permiten unavida humana con un mnimo de dig-nidad. En esa parte se concentran lospases del llamado Tercer Mundo.

    La desesperanza conduce a la pr-dida de fe en el progreso, a la bsque-da de soluciones personales inmedia-tas, por lo cual la mayora se vuelca almisticismo, cae en los brazos de la re-ligin, tradicional o emergente y an-te la privatizacin de los servicios desalud que los vuelve inaccesibles alpueblo, confa su salud a prcticas

    pseudocientficas, cuando no charla-tanescas.

    En una situacin anloga a lo men-cionado con anterioridad y semejan-te a la atmsfera de la Repblica deWeimar, el cuadro aqu descrito orillaa la gente a la bsqueda y persecu-cin de culpables, sean estos realeso figurados: estamos en otra transi-cin del racionalismo al romanticis-mo. Esta vez se acusa, quiz con ra-zn, a la ciencia de ser parte delaparato de desigualdad e injusticia.

    Los demonios de la ciencia

    En la alternancia del racionalismo yel romanticismo, actualmente, el pri-mero est en el banquillo de los acu-sados. Un poeta, ms notable por suactuacin poltica (presidente de Che-coslovaquia desde 1989 y posterior-mente de la Repblica Checa hastanuestros das) expresa su punto devista de la siguiente manera: La cadadel comunismo se puede interpretarcomo una seal de que el pensamien-to moderno basado en la premisade que el mundo es discernible obje-tivamente y que el conocimiento asadquirido es susceptible de generali-zacin ha cado en una crisis final.

    Esta frase de Vclav Havel descri-be a lo que pretendemos llegar: lacrisis de valores no solamente gene-ra una prdida de confianza en la ra-cionalidad, sino que adems produceconfusin entre los intelectuales, con-duce a errores metodolgicos comoel de Havel, al confundir el marxis-mo con la burocracia sovitica, y algrosero disparate de concluir, bajo es-ta premisa falsa, que el mundo no esdiscernible objetivamente.

    Estas ideas encuentran eco hoy enda en las escuelas del posmodernis-mo y del relativismo cultural. El pun-to de vista de que los valores de unacultura no son bienes absolutos, sino

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  • que dependen del desarrollo histricode cada cultura doctrina conocidacomo relativismo cultural es innega-ble desde la perspectiva de la antropo-loga (los principios morales puedenser distintos en diferentes culturas sinque se pueda decidir cul es el buenoy cul el malo; los sacrificios huma-nos en la antigua Tenochtitlan horro-rizaron a los espaoles que, en cam-bio, vean muy natural que algunaspersonas muriesen en la hoguera).Sin embargo, extrapolar esta idea has-ta la afirmacin de que los resulta-dos de la ciencia dependen tambindel marco de referencia de cada cul-tura, lo ms que puede producir esuna sonrisa.

    Nosotros pensamos que el univer-so se puede discernir objetivamente yque el conocimiento as adquirido essusceptible de generalizacin, pero nopodemos cerrar los ojos ante la diver-sidad de crticas y ataques a la cien-cia que son legtimas y tienen funda-mentos reales. La ciencia ha estadodel lado de los intereses ms perver-sos y carga consigo pecados y demo-nios que es necesario exorcizar.

    Entre estos demonios, se encuen-tra la relacin de la ciencia con la tec-nologa guerrera. Pablo Gonzlez Ca-sanova dice que tenemos que pensarque la globalizacin est piloteadapor un complejo empresarial-finan-ciero-tecnocientfico-poltico y mili-tar que ha alcanzado altos niveles deeficiencia en la estructuracin, articu-lacin y organizacin de las partesque integran al complejo, muchasde las cuales son empresas o institu-ciones estatales tambin complejas.As, el megacomplejo dominante, oel complejo de complejos dominan-te, posee grandes empresas que dis-ponen de bancos para su financia-miento, de centros de investigacincientfica para sus tecnologas, de ca-sas de publicidad para difundir las

    virtudes de sus productos, de polticosy militares para la apertura y amplia-cin de sus mercados de insumos,o de sus mercados de realizacin yventa, o de sus mercados de contra-tacin de trabajadores calificados y nocalificados.

    La asociacin de los cientficos conla guerra no es nueva; ya el notableArqumedes de Siracusa en el siglo IIIa.C. inventaba mquinas de combatedurante la guerra de su ciudad natal

    contra los romanos. A partir de enton-ces, se vuelve muy difcil encontraralgn instrumento de muerte que nodependa de un desarrollo tecnolgi-co basado en trabajos cientficos. Dehecho, si aceptamos que la tecnolo-ga es ciencia aplicada, entonces qui-z se pueda afirmar que todos los ins-trumentos de exterminio modernosson hijos de la ciencia.

    Como lo menciona Gonzlez Ca-sanova, la ciencia forma parte de un

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    CIENCIAS 66 ABRIL JUNIO 2002

  • complejo empresarial-financiero-tec-nocientfico-poltico y militar. Este he-cho restringe severamente la capaci-dad cientfica de decidir las lneas deinvestigacin, pues el financiamien-to proveniente de este complejo nose ocupa de la ciencia como deleiteintelectual ni como medio para aten-der los problemas de las mayoras, si-no que forma parte del aparato de do-minacin. En el mundo globalizadoy dominado por el neoliberalismo losEstados han ido dejando, paulatina-mente, de ser la fuente principal definanciamiento de la actividad cien-tfica. Las pautas de investigacin bio-tecnolgica, biomdica, de la cienciade materiales, informtica y de mu-chas otras reas obedecen a los inte-reses de grandes compaas que, a suvez, cumplen el inters de la ganan-cia inmediata.

    Aun si fusemos lo suficientemen-te indulgentes para pasar por alto laasociacin de la ciencia con los me-dios blicos, existen tambin aspectosnegativos en el terreno de la tica. Laimagen quijotesca que la sociedadtiene del cientfico como individuodistrado de su entorno, habitante delmundo de los sueos y embebido en

    su trabajo, a menudo propalada porlos mismos cientficos como para re-huir de su responsabilidad, es simpley llanamente falsa. Los cientficos,siendo gente educada, con una for-macin acadmica de muchos aos,estaran en condiciones, si no obliga-dos, de saber qu es lo que sucedeen su entorno. Bajo estas circunstan-cias es difcil encontrar una explica-cin acerca de la razn por la cual noexiste ms que un puado de ellosque levanta su voz contra las compli-cidades sealadas y contra el desin-ters por nuestro planeta y por lo po-bres del mismo.

    Si bien es cierto que la ciencia hagenerado un bienestar material en lahumanidad (o mejor dicho, en partede la humanidad) tambin ha deja-do de lado la moral y la tica. Es decir,que no se ha preocupado por buscarrespuestas satisfactorias a las pregun-tas de la gente acerca del sentido, va-lor y propsito de la vida. La ciencia seha convertido en una religin secularcon verdades reveladas a los morta-les slo a travs de sacerdotes, dueosexclusivos del saber universal: la cien-cia es la base de la tecnologa moder-na y sta lo es del capitalismo actual.

    Asombro y escepticismo

    Cmo debera ser entonces la cien-cia? Vayamos a sus fundamentos, aese ncleo an no contaminado y queeventualmente permitir el rescatede su fondo tico.

    La ciencia consta de varios ele-mentos; podemos decir que quiz,someramente, los ms importantessean el asombro y el escepticismo. Loprimero nos lleva a maravillarnos an-te el universo y a preguntarnos acercade su origen, desarrollo y evolucin.Este elemento tambin lo tienen lasreligiones; vivir en el temor a Diosse entiende actualmente de manera

    errnea como el miedo constante ycontinuo a la deidad. El uso de te-mor en esta expresin debe tomarsecomo sinnimo de sobrecogimiento,pasmo o asombro (como en la fraseinglesa awe of God o en alemn Ehr-furt vor Gott). Sin embargo, a diferen-cia de las religiones, la ciencia tieneun inters exclusivo por el mundo f-sico y sus manifestaciones, y deja laespiritualidad al albedro personal.Lo segundo es el ingrediente que dis-tingue a la ciencia de las religiones.

    El escepticismo implica una acti-tud crtica ante los hechos y fenme-nos, ya sean naturales o sociales. Enla ciencia las teoras y explicacionesno se aceptan sin discusin y conven-cimiento, no se admiten las explicacio-nes del tipo porque s o porque Diosquiere. Por ello, un cientfico debe serparte de la conciencia de la sociedad(empezando por su gremio), debe te-ner un compromiso con su gente yluchar por desterrar las supersticio-nes y la charlatanera. En los mediosde comunicacin impresos y electr-nicos, son escasos los espacios dedi-cados a la ciencia y abundan los quede una manera u otra fomentan pre-juicios, estereotipos, pseudocienciasy supersticiones. Detrs de todo estose encuentra una poderosa industriaque logra enormes ganancias explo-tando la credibilidad y buena fe de lagente. La astrologa, el pensamientoNew Age y las religiones modernasrepresentan negocios formidables,que quebraran inmediatamente si laeducacin fomentara con xito unaactitud de escepticismo entre los ciu-dadanos.

    No podemos engaarnos con lapretensin ingenua de que con la pu-ra voluntad podemos cambiar unaestructura con intereses polticos yeconmicos colosales. Sin embargo,quedarse sin hacer algo es convali-dar la situacin.

    CIENCIAS 66 ABRIL JUNIO 200282

  • La educacin es un campo en don-de se forma el espritu, lo cual reper-cute en la sociedad, por lo que es unespacio en donde se puede actuar pa-ra cambiar el estado de las cosas yque puede llevar a fundar una corrien-te de opinin y trabajo que sea pro-positiva y, ms an, cuyas propuestasconvenzan a la gente. En nuestro ca-so especial el nfasis estara situadoen la educacin superior.

    Interrogantes

    Existe una buena cantidad de estu-dios y diagnsticos acerca de los pro-blemas de la educacin superior enMxico, en los cuales se han formu-lado una serie de preguntas, entre lasque destacan las siguientes:

    Diversidad u homogeneidad? Laeducacin superior pblica se encuen-tra desde hace tiempo bajo presionespara uniformar planes de estudio y pa-ra aplicar mtodos homogeneizantesde evaluacin tanto de estudiantes co-mo de profesores. Un ejemplo son losexmenes departamentales y las eva-luaciones a los docentes para la asig-nacin de sobresueldos.

    Resulta curioso que esta tenden-cia cobre fuerza incluso en sectoresacadmicos, cuando los avances cien-tficos recientes apuntan en direccincontraria. La fsica y la matemticade los sistemas complejos muestranque la diversidad ayuda a que los sis-temas incrementen su capacidad deadaptacin ante situaciones novedo-sas. Los planes de estudio y los pro-gramas de materias rgidos no dejancampo de maniobra para la diversi-dad y son la garanta de problemas fu-turos. En la Facultad de Ciencias dela UNAM, la mitad de las materias de lacarrera de matemticas son optati-vas; los estudiantes pueden elegir deun conjuntos bastante amplio y de esamanera decidir de manera flexible su

    formacin profesional. Adicionalmen-te, cada profesor elige el enfoque y laorientacin que le dar a sus mate-rias. El resultado es que esta facultadproduce matemticos muy diversos ytodos ellos con grandes posibilidadesde xito al insertarse en el mercadolaboral o en el mundo acadmico. Es-te caso muestra un ejemplo contun-dente de que se puede enfrentar a lapoltica de uniformacin seguida porlas autoridades educativas de Mxico.Hay que defender la libertad de cte-dra y pugnar por que no se implantenada parecido a exmenes departa-mentales. La homogeneizacin de laspersonas y de las actividades huma-nas es caracterstica de los regmenestotalitarios.

    Elite o masas? Tambin hay queresponder con firmeza a la tenden-cia en boga de dificultar el ingreso yla permanencia de estudiantes quepor restricciones personales o, la ma-yora de las veces, por su nivel socioe-

    conmico, no pueden ser estudiantesde tiempo completo o tener el mismorendimiento que otros; hay que con-vencerlos de que un estudiante queno termina una carrera es til a lasociedad y no es una inversin des-perdiciada; aqul que abandona losestudios a la mitad de la carrera, ele-va el nivel promedio de la cultura dela sociedad y esto es favorable. Mejortodava sera que ese individuo pudie-ra retomar sus estudios cuando su si-tuacin se lo permitiera.

    Rechazamos pues el absolutismode las dicotomas, as como nos resul-ta aberrante la intimidacin estncon los Estados Unidos o con los terro-ristas recientemente proferida porGeorge W. Bush, al igual que estamosen contra de ser obligados a elegir en-tre los extremos educacin elitistacon calidad versus educacin masi-va mediocre. Quin puede decir quetiene la demostracin fehaciente deque no es posible tener una educacin

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  • masiva con calidad? Normalmente,frases como las entrecomilladas repre-sentan lugares comunes que, a fuerzade repeticin, terminan siendo acep-tadas sin reserva; y es inslito que loscientficos, que casi por definicin nodeberan aceptar afirmaciones con-tundentes sin evidencia que las sos-tenga, de buena gana se traguen mi-tos, como el propalado por un lderacadmico, quien afirma que con laedad decrece la capacidad de los pro-fesores para generar nuevos conoci-mientos y que un profesor de arribade 60 aos (sic) no puede competiren productividad con los profesoresjvenes. Alguien alguna vez dijo queuna mentira repetida mil veces sevuelve verdad.

    Especializacin o generalizacin?,

    universidad pblica o universidad pri-

    vada? La especializacin prematurade los estudiantes desemboca en laformacin de profesionales con unelevado grado de competencia, peroen campos cada vez ms restringidos,lo cual provoca el aislamiento de loscientficos. La comunicacin, ya nodigamos entre fsicos y bilogos, pormencionar alguna, sino entre bilo-gos de diferentes especialidades yaes casi imposible: un eclogo de cam-po y un genetista molecular puedenafrontar dificultades para encontrarun tema comn de conversacin cien-tfica. La superespecializacin profe-sional tiene su anlogo en la evolucinbiolgica; a todos nos han enseadoque un organismo muy especializa-do puede ser muy eficiente en la ex-plotacin de su entorno, pero extre-madamente frgil ante cambios delmismo. El oso hormiguero tiene unaanatoma muy adecuada para la bs-queda, caza e ingestin de hormigasnicamente, pero qu pasa si las hor-migas se acaban? A un profesionistasuperespecializado tambin se le pue-den acabar las hormigas.

    Un egresado de una universidadpblica y uno de una privada son, evi-dentemente, distintos en muchos as-pectos. Uno de ellos es la incuestiona-ble diferencia salarial que obtendrnal salir. Esto no es reflejo de la calidadde la educacin que recibieron o de lacultura adquirida (como lo muestrael caso del gerente de Mxico S. A.),sino de lo tiles que sern al aparatoproductivo. Hasta ahora, los empre-sarios mexicanos han preferido a unprofesionista bien capacitado pararesolver tareas especficas y puntua-les. Nosotros tenemos que convencera los empleadores (pblicos o priva-dos) que les resulta ms redituablealguien con capacidad para adecuar-se exitosamente a un entorno rpi-damente cambiante. Es decir, debe-mos persuadirlos de que convienems mantener en su empleo a alguienadaptable a situaciones novedosasque remplazar a una persona supe-respecializada cuando sus habilida-des dejan de ser tiles y traer a al-guien nuevo, con todo el problemaque representa iniciarlo en las labo-res de un centro de trabajo. En pocaspalabras, creemos que la universi-dad pblica debe preparar milusosde alto nivel, en lugar de especialis-tas con una visin reducida.

    Cmo incorporar el conocimiento

    moderno a la enseanza? Nuestros pla-nes de estudios continan con la idea

    de presentar un desarrollo compar-tamentalizado de la ciencia. Esto ha si-do bueno hasta ahora para la forma-cin intelectual del estudiante, peroser adecuado en un mundo en rpi-do cambio? Existe una tendencia mo-derna a borrar las fronteras artificialesentre las ciencias, lo cual se apreciacon la emergencia de disciplinas comola biologa matemtica, la bioinform-tica y la fsica biolgica. Siguiendonuestra tendencia la propuesta sera,por poner un ejemplo, presentar la f-sica a la luz de la biologa y la biologaa la luz de la fsica. En ningn lugar seha analizado qu repercusiones ten-dra esto en los planes y programas deestudio un tronco comn?, mdu-los polivalentes?

    En pocas palabras, cul sera elmejor camino para llevar a los estu-diantes a un trabajo productivo tem-prano rompiendo as la estratificacinsocial en la ciencia con sus mandari-nes y siervos? No lo sabemos, posi-blemente, grupos relativamente pe-queos de profesores que impartanmaterias en los primeros semestrespudieran ponerse de acuerdo acercade cmo lograr que los estudiantes,independientemente de sus carreras,conozcan desde muy temprano cu-les son las polmicas contemporneasen la ciencia; y se enfrenten as a unaserie amplia de lecturas generales quelos lleven a una dinmica autososte-nida de estudio para la adquisicinde herramientas para el pensamiento.En otras palabras, romper con la ob-tencin pasiva de conocimiento co-mo un bagaje inerte y convencer alestudiante de que el mundo se ve di-ferente (mucho ms lindo) si se sa-ben desentraar las sutilezas del razo-namiento por analoga, descubrir lautilidad del formalismo y aprender adejar suelta la fantasa acerca de losaspectos metafsicos y filosficos dela ciencia.

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  • Colofn

    En las pocas de crisis afloran lasmentes lcidas y valerosas. En la tran-sicin del racionalismo al romanticis-mo, en los albores del siglo XIX, existiun grupo de pensadores que se llama-ron a s mismo los morflogos raciona-listas. Goethe, DAubenton, GeoffroySaint-Hilaire y Lamarck son algunosde los nombres asociados con esta es-cuela. A finales del mismo siglo, y enmedio de otra poca ms de transi-

    cin, aparece la enorme personalidadde D'Arcy Wentworth Thompson. To-dos estos naturalistas, montados a ca-ballo entre el final de una etapa deracionalismo y el comienzo de unade romanticismo, sintetizaron lo me-jor de ambos mundos: la pasin porel estudio detallado, minucioso y re-ductivo, propio de los racionalistas,y el amor de los romnticos por losprincipios generales.

    Todos ellos, ahora desdeados porel establishment cientfico, fueron se-

    res creativos, a la vez racionales y emo-tivos, que dentro de las restriccionessociales llegaron a ser artfices de supropia vida y dueos de su destino.Esto en contraste chocante con la si-tuacin neoliberal presente, en la quetodos los aspectos de la vida humanapara ser considerados de vala, tienenque representar ganancia o benefi-cio capitalista, y en la cual el hombreno es ms que el medio que tienen lasmercancas para producir ms mer-cancas.

    IMGENESPp. 76, 78, 79 y 82: Critical Art Ensemble, La mquinacarnal, performance, Nueva York, 1997. P. 81: JohnHeartfield, Diagnstico. Por qu se encorv la espinadorsal del hombre? Estas son las consecuencias or-

    gnicas del eterno Heil Hitler! ca. 1935. P. 83: DavidByrne, Escalera al cielo, 1997. P. 84 y 85: Virtual Grap-hics, El sueo de Leonardo, reconstruccin de mqui-na de vuelo de Leonardo da Vinci.

    Pedro Miramontes

    Facultad de Ciencias, Universidad Nacional Autnoma de Mxico.

    Germinal Cocho

    Instituto de Fsica, Universidad Nacional Autnoma de Mxico.

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