la casa de los espíritus

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Rasgos temáticos y formales de la nueva narrativa hispanoamericana y su reflejo en La casa de los espíritus 1 Tomando como punto de partida la fecha de 1940 para señalar el inicio del cambio en la nueva narrativa hispanoamericana, es necesario concretar que el número de autores y obras es ingente y no exento de matices, rasgos individuales, características propias y marchamo personal. A pesar de ese reconocimiento al autor y su obra como elementos distintivos de la originalidad personal, hemos de reconocer que bajo el marbete de “nueva narrativa”, “realismo mágico”, “real maravilloso” o “boom de la literatura hispano americana” confluyen una serie de características formales y temáticas que recogen, por un lado, lo autóctono y, por otro, las influencias provenientes de las vanguardias y de los movimientos renovadores de la narrativa tanto norteamericana como europea. En 1925, Borges había traducido y publicado en la revista argentina Proa el monólogo de Molly Bloom al final del Ulysses de James Joyce. Vargas Llosa, que también postula la fecha citada inicialmente, señala que ya para entonces la asimilación de autores como Joyce, Kafka, Huxley, Faulkner, Hemingway, Dos Passos o Proust es una realidad en la narrativa americana en español. Anderson Imbert, que define como “años babélicos” a esta época que arranca en 1940 por la sucesión y convivencia de tendencias estéticas muy dispares, incide en una línea de coincidencia común entre los cultivadores del arte narrativo que, en lo temático, podríamos resumir en: A) Preocupación o inquietud por los problemas sociales y un decidido compromiso ante ellos. Esto lo podemos observar en La muerte de Artemio Cruz de Carlos Fuentes, que reconstruye la historia mejicana desde la revolución o en El coronel no tiene quien le escriba de García Márquez que reconstruye la subsistencia de un antiguo militar que espera el reconocimiento de una pensión que nunca llega o en La ciudad y los perros de Vargas Llosa donde se denuncia la corrupción y la violencia en el mundo actual. B) Crítica política y social contra las dictaduras que asolaron Hispanoamérica en la 2ª mitad del s. XX. Muchas son las obras con esta temática entre las que destacamos: Yo, el Supremo de Roa Bastos, El señor Presidente de M. A. Asturias, El otoño del patriarca de García Márquez o la más reciente La fiesta del chivo de Vargas Llosa. C) Análisis de tendencia existencialista sobre el ser humano. Esta corriente de la literatura occidental tuvo en El túnel de Sábato o El astillero de Onetti dos de sus muestras más representativas. D) Análisis crítico sobre el pasado y el presente. A modo de conciencia histórica que ayude a crear un espíritu crítico colectivo sobre la realidad y el pasado. Destacamos El siglo de las luces de Alejo Carpentier sobre los ideales frustrados de la Ilustración en Las Antillas o Conversación en la catedral de Vargas Llosa que ofrece un panorama desolador de la sociedad peruana. En el aspecto formal, la renovación, sin reducir el componente de narratividad y fabulación, incorporará innovaciones técnicas que situarán la narrativa hispanoamericana en el panorama internacional y en primera línea de relevancia mundial. Entre esas características formales, destacaremos las siguientes: A) El tratamiento cíclico o circular del tiempo que dinamita la linealidad argumental. Así, por ejemplo, en Cien años de soledad de García Márquez, los desplazamientos 1. RASGOS TEMÁTICOS Y FORMALES DE LA NUEVA NARRATIVA HISPANOAMERICANA Y SU REFLEJO EN LA CASA DE LOS ESPÍRITUS.

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Page 1: La Casa de Los Espíritus

Rasgos temáticos y formales de la nueva narrativa hispanoamericana y su reflejo en La casa de los espíritus

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Tomando como punto de partida la fecha de 1940 para señalar el inicio del cambio en la

nueva narrativa hispanoamericana, es necesario concretar que el número de autores y obras es ingente y no exento de matices, rasgos individuales, características propias y marchamo personal. A pesar de ese reconocimiento al autor y su obra como elementos distintivos de la originalidad personal, hemos de reconocer que bajo el marbete de “nueva narrativa”, “realismo mágico”, “real maravilloso” o “boom de la literatura hispano americana” confluyen una serie de características formales y temáticas que recogen, por un lado, lo autóctono y, por otro, las influencias provenientes de las vanguardias y de los movimientos renovadores de la narrativa tanto norteamericana como europea. En 1925, Borges había traducido y publicado en la revista argentina Proa el monólogo de Molly Bloom al final del Ulysses de James Joyce. Vargas Llosa, que también postula la fecha citada inicialmente, señala que ya para entonces la asimilación de autores como Joyce, Kafka, Huxley, Faulkner, Hemingway, Dos Passos o Proust es una realidad en la narrativa americana en español.

Anderson Imbert, que define como “años babélicos” a esta época que arranca en 1940 por la sucesión y convivencia de tendencias estéticas muy dispares, incide en una línea de coincidencia común entre los cultivadores del arte narrativo que, en lo temático, podríamos resumir en:

A) Preocupación o inquietud por los problemas sociales y un decidido compromiso ante

ellos. Esto lo podemos observar en La muerte de Artemio Cruz de Carlos Fuentes, que reconstruye la historia mejicana desde la revolución o en El coronel no tiene quien le escriba de García Márquez que reconstruye la subsistencia de un antiguo militar que espera el reconocimiento de una pensión que nunca llega o en La ciudad y los perros de Vargas Llosa donde se denuncia la corrupción y la violencia en el mundo actual.

B) Crítica política y social contra las dictaduras que asolaron Hispanoamérica en la 2ª mitad del s. XX. Muchas son las obras con esta temática entre las que destacamos: Yo, el Supremo de Roa Bastos, El señor Presidente de M. A. Asturias, El otoño del patriarca de García Márquez o la más reciente La fiesta del chivo de Vargas Llosa.

C) Análisis de tendencia existencialista sobre el ser humano. Esta corriente de la

literatura occidental tuvo en El túnel de Sábato o El astillero de Onetti dos de sus muestras más representativas.

D) Análisis crítico sobre el pasado y el presente. A modo de conciencia histórica que

ayude a crear un espíritu crítico colectivo sobre la realidad y el pasado. Destacamos El siglo de las luces de Alejo Carpentier sobre los ideales frustrados de la Ilustración en Las Antillas o Conversación en la catedral de Vargas Llosa que ofrece un panorama desolador de la sociedad peruana.

En el aspecto formal, la renovación, sin reducir el componente de narratividad y fabulación, incorporará innovaciones técnicas que situarán la narrativa hispanoamericana en el panorama internacional y en primera línea de relevancia mundial. Entre esas características formales, destacaremos las siguientes:

A) El tratamiento cíclico o circular del tiempo que dinamita la linealidad argumental. Así,

por ejemplo, en Cien años de soledad de García Márquez, los desplazamientos

1. RASGOS TEMÁTICOS Y FORMALES DE LA NUEVA NARRATIVA HISPANOAMERICANA Y SU REFLEJO EN LA CASA DE LOS ESPÍRITUS.

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Rasgos temáticos y formales de la nueva narrativa hispanoamericana y su reflejo en La casa de los espíritus

2 temporales están diseñados desde el párrafo inicial de la novela con una fórmula muy frecuentada en que “muchos años después” se recuerda el pasado y así se van integrando y coexistiendo pasado y futuro en el presente de la lectura por medio de asociaciones imaginativas y nostálgicas que la voz del narrador realiza.

B) La multiplicidad de perspectivas narrativas, como sucede en La muerte de Artemio Cruz de Carlos Fuentes, donde aparecen las perspectivas narradoras del yo, el tú y el él referenciadas sobre el protagonista, quien en el monólogo final declara “Yo no sé…no sé…si él soy yo… si tú fue él… si soy los tres…”.

C) La fragmentación a través de escenas narrativas que secuencian el relato y lo

conforman como si de un puzzle se tratara. Destacan en esta técnica Rayuela de Julio Cortázar y Pedro Páramo de Juan Rulfo.

D) La experimentación lingüística como un juego donde la lengua tiene un protagonismo

creador con muchos ejemplos como Tres tristes tigres de Cabrera Infante, o en Rayuela de Cortázar, o en “Concierto barroco” de Alejo Carpentier donde el barroco alcanza cotas de moernidad.

Todo ese movimiento “babélico” de renovación narrativa que alcanzó el corazón de los

lectores por su valor universal y que ha sido reconocido con multitud de premios internacionales para sus autores, abrió las puertas a la nueva hornada post-boom cuyas obras comenzaron a aparecer en los años 80 y donde se ubica La casa de los espíritus (1982) de Isabel Allende donde podemos encontrar reflejos de sus predecesores y destellos de su propia impronta narrativa.

Entre esas influencias, cuyas raíces se asientan en las bases formales y temáticas de la nueva narrativa hispanoamericana, son apreciables las siguientes:

a) El tratamiento circular de lo temporal, apreciable en el idéntico inicio y cierre de la

novela (“Barrabás llegó a la familia por vía marítima”) así como el tratamiento temporal tan próximo al de Cien años de soledad por la similar repetición de estructuras temporales “muchos años después”, “nunca supo” o verbales “recordaría”, “sabría”; junto a los presagios y sueños de Clara, Nívea o Alba, dieron lugar a más de un crítico para acusarla de excesiva deuda con la obra de García Márquez.

b) Las perspectivas polifónicas y diversas, pues nos encontramos con tres narradores distintos y dos voces narrativas: por un lado, la 1ª persona (yo) tanto de Esteban Trueba como de su nieta Alba y, por otro, la 3ª persona en la parte central, donde los acontecimientos históricos cobran especial importancia. El juego de la reescritura, con algunas similitudes de la obra de García Márquez, recoge los cuadernos de la abuela Clara, las cartas de Blanca y Clara y la aparición de la abuela en la cárcel animándola a contar y escribir.

c) El carácter social y comprometido con la realidad histórica chilena muestra claros

indicios de la poca de huelgas, movilizaciones de los trabajadores que precedieron a la victoria electoral de Salvador Allende (cap. XI que coincide con la mayoría de edad de Alba) y se precipita hacia los conflictos que preparan el golpe de Pinochet y la represión en los dos capítulos siguientes con títulos tan expresivos y directos como “la conspiración” (XII) y “el terror” (XIII) cuyo paradójico inicio “El día del golpe militar amaneció con un sol radiante, poco usual en la primavera que despuntaba.” contrasta con el aire de represión que anuncia anticipadamente el rótulo de capítulo.

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Rasgos temáticos y formales de la nueva narrativa hispanoamericana y su reflejo en La casa de los espíritus

3 El hecho de que personajes de la obra como el poeta o Pedro Tercero aludan respectivamente a Pablo Neruda “que para entonces era conocido en todos los idiomas y su verso andaban en boca de los jóvenes y en el graffiti de los muros” y a Víctor Jara “que era muy popular entre los estudiantes” es un claro signo de compromiso con la historia chilena.

d) La deuda con el realismo mágico o lo real maravilloso también es patente en la novela

e incluso lo es en cuanto a similitudes con Cien años de soledad, pues, la casa, la saga familiar, el tiempo y el espacio subjetivos, lo mágico, las premoniciones y los sueños, la intromisión de lo maravilloso en la realidad cotidiana, el hecho de que vivos y muertos se encuentren en el mismo nivel demuestran la deuda con el autor colombiano y con la denominación de origen de la narrativa hispanoamericana.

Con todas estas deudas y signos de identidad hay que reconocer que la obra tuvo un éxito fulgurante y aportó una visión femenina a la novela, ya que a través de las mujeres se nos muestra el relato y el mundo interno de la obra, y a través de la autora se hace visible la incorporación de la mujer a la narrativa hispanoamericana.