la caravana del consuelo: origen y recorrido

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29 ABRIL - SEPTIEMBRE 2011 D espués de varios periplos diplomáticos –entre Fili- pinas, Estados Unidos y México– el poeta Javier Sicilia pudo regresar al país para asistir al sepelio de su hijo Juanelo. Para entonces los jóvenes de Cuernavaca ya habían mostrado su indig- nación en algunas marchas por la ciudad. El filósofo Jean Robert reconoció: “Tengo una gran admiración por las capacidades de organización y sacrificio de los jóvenes, durmieron noche tras noche en el frío, con las incomodidades que implica instalar sus carpas en una plaza pública… Creo que se revelan posibilidades en la acción, o mejor dicho, que la acción revela posi- bilidades nuevas, tal como la marcha abre los horizontes. Son posibilidades que no se pueden planear, cosas que de repente se comienzan a percibir colectivamente y, cuando se perciben, se vuelven posi- bles… De repente, los números se vuelven rostros, principalmente de jóvenes, las estadísticas se esfuman atrás del horror de vidas, sueños y proyectos sesgados. Retrospectivamente, mis raciocinios tranquilizadores me aparecen como la forma cero de la complicidad: la omisión. Al reducir las muertes a datos estadísticos, yo también contribuía a dar credibilidad a la tesis de Felipe Calderón, según la cual esas muertes presentadas como estadís- ticas anónimas son los inevitables ‘daños colaterales’ de su guerra santa contra el crimen. Llamo la omisión ‘nivel cero de la complicidad’ porque, para enlistarme en su ‘cruzada contra el crimen’, Felipe Cal- derón sólo necesita mi silencio. Nunca he creído en su guerra que me parece irrea- lista, inmensamente costosa y desastrosa. Pero, al no dar cuenta en carne propia de que esos muertos nunca son anónimos, que tienen nombre y rostro, otorgaba a la guerra un ‘voto de omisión’. La mayoría de las víctimas son jóvenes que mueren en condiciones semejantes a las de Juan Francisco Sicilia y sus amigos” (Clarín 21/04/2011). El 6 de abril, 50 mil personas salieron a las calles de Cuernavaca –en la mayor protesta de la historia de Morelos–. La Red por la Paz, creada en Cuernavaca, se transformó en el Movimiento por la Paz con Justicia y Dignidad. Javier Sicilia convocó a la Marcha del Silencio desde la Ciudad de la “eterna primavera” al Zócalo del Distrito Federal (5 al 8 de mayo). Poco a poco llegaron padres y madres de familia de todo México con el mismo dolor: la desaparición o el asesinato de un hijo. Las denuncias provenían desde los crímenes de Estado –Guardería ABC, o casos de policías y militares involucrados en ejecuciones extrajudiciales y desapari- ciones forzadas–, hasta crímenes de la de- lincuencia organizada o del fuero común, por ejemplo, don Melchor Flores: “A mi hijo lo detuvieron varias veces por estar trabajando en la vía pública, era un artista ambulante muy conocido en Monterrey, lo apodaron El Vaquero Galáctico. El 19 de enero de 2009 se lo llevaron los policías de Monterrey, pagamos la fianza y lo libera- ron… pero nuevamente lo arrestaron el 25 de febrero de 2009, hay testigos, incluso los policías reconocieron la detención… Mi hijo era un artista, no un delincuente, lo desaparecieron y no sé nada de él. Es la primera vez que participo en una Marcha por los derechos humanos…” (Clarín 08/05/2011). Esa fue la constante, padres y madres de familia que nunca habían salido a las calles a protestar, ahora con- forman el espíritu del Movimiento por la Paz con Justicia y Dignidad. LA CARAVANA DEL CONSUELO: ORIGEN Y RECORRIDO MARIO CASASÚS El 28 de marzo, Cuernavaca amaneció con la trágica noticia del ase- sinato de Juan Francisco Sicilia y sus amigos en Temixco. El poeta Ja- vier Sicilia estaba de viaje en Filipinas, así que sus amigos Sylvia Mar- cos y Jean Robert fueron los primeros en recibir la terrible noticia en voz de la hija de Javier. La doctora Marcos lo recordó en una extensa entrevista: “De la morgue nos trasladamos al Zócalo. Improvisamos una ofrenda. Sin que se convocara a nadie, la gente se fue pasando la voz y pronto llegaron 400 personas al Zócalo. Muchos trajeron flo- res, otros veladoras, y sin que nadie diera órdenes, se nos ocurrió co- locar la ofrenda frente al Palacio de Gobierno. Luego José Martínez, Rocato, Pietro Ameglio, Oscar Menéndez y algunos más se encarga- ron de asegurar un mínimo de coordinación… Era el clamor ciuda- dano que pasó la voz y de inmediato clamó justicia ante el goberna- dor” (Clarín 12/04/2011). LA NACIÓN

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Reportaje de Mario Casasús sobre la Caravana del Movimiento por la Paz a ciudad Juárez

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Page 1: La Caravana del Consuelo: origen y recorrido

29ABRIL - SEPTIEMBRE 2011

Después de varios periplos

diplomáticos –entre Fili-

pinas, Estados Unidos y

México– el poeta Javier

Sicilia pudo regresar al

país para asistir al sepelio de su hijo

Juanelo. Para entonces los jóvenes de

Cuernavaca ya habían mostrado su indig-

nación en algunas marchas por la ciudad.

El filósofo Jean Robert reconoció: “Tengo

una gran admiración por las capacidades

de organización y sacrificio de los jóvenes,

durmieron noche tras noche en el frío, con

las incomodidades que implica instalar

sus carpas en una plaza pública… Creo

que se revelan posibilidades en la acción,

o mejor dicho, que la acción revela posi-

bilidades nuevas, tal como la marcha abre

los horizontes. Son  posibilidades que no

se pueden planear, cosas que de repente

se comienzan a percibir colectivamente

y, cuando se perciben, se vuelven posi-

bles… De repente, los números se vuelven

rostros, principalmente de jóvenes, las

estadísticas se esfuman atrás del horror

de vidas, sueños y proyectos sesgados.

Retrospectivamente, mis raciocinios

tranquilizadores me aparecen como la

forma cero de la complicidad: la omisión.

Al reducir las muertes a datos estadísticos,

yo también contribuía a dar credibilidad a

la tesis de Felipe Calderón, según la cual

esas muertes presentadas como estadís-

ticas anónimas son los inevitables ‘daños

colaterales’ de su guerra santa contra el

crimen. Llamo la omisión ‘nivel cero de

la complicidad’ porque, para enlistarme en

su ‘cruzada contra el crimen’, Felipe Cal-

derón sólo necesita mi silencio. Nunca he

creído en su guerra que me parece irrea-

lista, inmensamente costosa y desastrosa.

Pero, al no dar cuenta en carne propia de

que esos muertos nunca son anónimos,

que tienen nombre y rostro, otorgaba a la

guerra un ‘voto de omisión’. La mayoría

de las víctimas son jóvenes que mueren

en condiciones semejantes a las de Juan

Francisco Sicilia y sus amigos” (Clarín

21/04/2011).

El 6 de abril, 50 mil personas salieron

a las calles de Cuernavaca –en la mayor

protesta de la historia de Morelos–. La

Red por la Paz, creada en Cuernavaca,

se transformó en el Movimiento por la

Paz con Justicia y Dignidad. Javier Sicilia

convocó a la Marcha del Silencio desde la

Ciudad de la “eterna primavera” al Zócalo

del Distrito Federal (5 al 8 de mayo). Poco

a poco llegaron padres y madres de familia

de todo México con el mismo dolor: la

desaparición o el asesinato de un hijo.

Las denuncias provenían desde los

crímenes de Estado –Guardería ABC, o

casos de policías y militares involucrados

en ejecuciones extrajudiciales y desapari-

ciones forzadas–, hasta crímenes de la de-

lincuencia organizada o del fuero común,

por ejemplo, don Melchor Flores: “A mi

hijo lo detuvieron varias veces por estar

trabajando en la vía pública, era un artista

ambulante muy conocido en Monterrey,

lo apodaron El Vaquero Galáctico. El 19 de

enero de 2009 se lo llevaron los policías de

Monterrey, pagamos la fianza y lo libera-

ron… pero nuevamente lo arrestaron el 25

de febrero de 2009, hay testigos, incluso

los policías reconocieron la detención…

Mi hijo era un artista, no un delincuente,

lo desaparecieron y no sé nada de él. Es la

primera vez que participo en una Marcha

por los derechos humanos…” (Clarín08/05/2011). Esa fue la constante, padres

y madres de familia que nunca habían

salido a las calles a protestar, ahora con-

forman el espíritu del Movimiento por la

Paz con Justicia y Dignidad.

LA CARAVANA DEL CONSUELO: ORIGEN Y RECORRIDO

MARIO CASASÚS

El 28 de marzo, Cuernavaca amaneció con la trágica noticia del ase-sinato de Juan Francisco Sicilia y sus amigos en Temixco. El poeta Ja-vier Sicilia estaba de viaje en Filipinas, así que sus amigos Sylvia Mar-cos y Jean Robert fueron los primeros en recibir la terrible noticia en voz de la hija de Javier. La doctora Marcos lo recordó en una extensa entrevista: “De la morgue nos trasladamos al Zócalo. Improvisamos una ofrenda. Sin que se convocara a nadie, la gente se fue pasando la voz y pronto llegaron 400 personas al Zócalo. Muchos trajeron fl o-res, otros veladoras, y sin que nadie diera órdenes, se nos ocurrió co-locar la ofrenda frente al Palacio de Gobierno. Luego José Martínez, Rocato, Pietro Ameglio, Oscar Menéndez y algunos más se encarga-ron de asegurar un mínimo de coordinación… Era el clamor ciuda-dano que pasó la voz y de inmediato clamó justicia ante el goberna-dor” (Clarín 12/04/2011).

LA NACIÓN

Page 2: La Caravana del Consuelo: origen y recorrido

MEMORIA 25130

También participaron madres con la

experiencia adquirida durante años en la

búsqueda de Justicia para nuestras hijas:

“Mi hija se llama Pamela Leticia Portillo

Hernández, ella estudiaba en el Centro

de Bachillerato Técnico Industrial y Ser-

vicios (CBTyS) abierto de Ciudad Juárez,

desapareció el 24 de julio de 2010, tenía

23 años… Mi hermana se llama Paola

Alvarado Espinoza (de 19 años), mi pri-

mo se llama José Ángel Alvarado Herrera

(de 32 años) y mi prima se llama Rocío

Irene Alvarado Reyes (de 30 años), fueron

levantados el 29 de diciembre de 2009 por

elementos del Ejército, en el ejido Beni-

to Juárez de Chihuahua… El gobierno

trata mediante programas sociales tapar

todo, pero es mentira”, dijeron Lourdes

Hernández y María Alvarado respec-

tivamente en una entrevista concedida

en la UNAM (Clarín 10/05/2011). El

expediente de la familia Alvarado está en

litigio ante la Comisión Interamericana

de Derechos Humanos debido a las con-

tundentes pruebas de la participación del

Ejército en la desaparición sistemática de

jovencitas en Chihuahua y Ciudad Juárez.

Y precisamente José Martínez Cruz

–Coordinador de la Comisión Indepen-

diente de Derechos Humanos de More-

los– habló del incremento de los crímenes

cuando los militares patrullan las calles:

“Para el Ejército es muy fácil emitir un

comunicado para deslindarse de los “falsos

retenes” o de las “casas de seguridad con

falsas insignias militares”, pero en todos

los retenes militares en Cuernavaca los

militares se ocultan con sus capuchas

negras, con sus vehículos sin matrícula,

sin identificación de la SEDENA.

¿Dónde está la línea entre criminales

y militares? Cuando se transgreden esas

líneas divisorias, el pueblo tiene derecho

a protestar y desconfiar de los agentes

del Estado. Vemos un reforzamiento de

la presencia del Ejército y la policía, pero

no han disminuido los índices de violen-

cia. Cuando el Ejército realiza labores de

policía el secuestro se incrementa 76%;

desde que los militares están en las calles

se dispararon los índices de robo, asaltos,

extorsiones y violaciones de los derechos

humanos. La responsabilidad del Estado

es garantizar la seguridad, tranquilidad,

paz y justicia de las personas, y es preci-

samente el derecho fundamental a la vida

el que se está violando en México. Consi-

deramos que el centro de la atención debe

estar en el respeto pleno a los derechos

humanos y las libertades democráticas,

nunca al revés –como dicta la estrategia

gubernamental del PAN–. Felipe Calde-

rón hace énfasis en el crimen organizado

y nos pide que no critiquemos al Estado,

pero el problema es que no consulta a la

ciudadanía para instrumentar una política

de combate a los criminales en todos los

niveles. El problema es que Felipe Cal-

derón realizó una guerra sin identificar

al enemigo –de acuerdo a los protocolos

internacionales– y la población es víctima

del fuego cruzado, de la corrupción de la

policía y del Ejército; somos víctimas de

atropellos, de allanamientos, de tortura,

encarcelamientos injustos y detenciones

arbitrarias con ejecuciones extrajudicia-

les o desapariciones forzadas” (Clarín

02/06/2011).

La siguiente propuesta del Movimien-

to por la Paz con Justicia y Dignidad

fue la organización de una Caravana

desde Cuernavaca hasta Ciudad Juárez,

un total de 17 vehículos –600 pasajeros,

viajando entre autobuses y autos particu-

lares– recorriendo la mitad del territorio

para llegar al “epicentro del dolor”, como

definió Sicilia: “Las instituciones están

en putrefacción, México no tiene institu-

ciones democráticas,  algunos elementos

del Estado trabajan en complicidad con

el crimen organizado, vemos un uso del

Estado para privilegios y prebendas, por

eso lanzar una guerra con estas caracterís-

ticas es poner en estado de indefensión a

la ciudadanía. 40 mil asesinados y 10 mil

desaparecidos hablan del Estado fallido,

los muertos y el horror de la guerra los

estamos pagando los ciudadanos. No

queríamos al Ejército en las calles, fue

un equívoco tratar a la droga como un

asunto de criminalidad nacional, cuando

es un problema de salud pública; tenemos

que buscar la forma de que el Ejército

regrese a sus cuarteles gradualmente.

Por otra parte, el hecho de que existan

tantos criminales se debe a que el Estado

falló –porque no nacieron criminales–.

El otro grave problema son las víctimas

inocentes y asesinadas con total impuni-

dad. Tenemos que visibilizar la realidad;

por ejemplo, de que en el asesinato de mi

hijo Juanelo había policías involucrados.

Por supuesto queremos parar esta guerra,

no podemos vivir así. Necesitamos que

se contemple la problemática del país,

la violencia es un problema estructural,

tenemos problemas de desempleo, de

salarios, en el campo, en la educación. De

no generar una vida democrática vamos a

morirnos todos, de continuar en medio de

un genocidio estaremos camino a un ho-

locausto sin retorno” (Clarín 10/06/2011).

La ruta de la Caravana del Consuelo

fue un consenso entre las organizaciones

de derechos humanos del norte de Méxi-

co. Habla el sociólogo Emilio Álvarez

Icaza: “Construir la Caravana fue un largo

proceso de diálogo, tuvimos que ajustar

la ruta inicial... También dependemos

de los ecos de las comunidades a donde

queremos ir. Cada lugar propone su agen-

da. Por ejemplo, en Morelia salieron las

familias de los desaparecidos –202 casos

se registraron en Michoacán; en Toluca su

principal preocupación son las elecciones,

porque el gasto de los partidos políticos

es una ofensa a la pobreza –el Estado de

México tiene la misma población que

Chile–, el despilfarro de los recursos pú-

blicos alcanza los 700 millones de pesos

–60 millones de dólares–, los políticos que

aspiran a la gubernatura están gastando

9 millones de pesos diarios y, por si fuera

poco, los recursos no están sometidos a

auditorías ni controles para evitar la ile-

galidad. En San Luis Potosí el tema es la

lucha ambientalista, el caso de la minera

San Javier que tiene años de devastación,

como ejemplo sintomático del incumpli-

miento del Estado en el resguardo de los

recursos naturales, dándole prioridad a las

compañías trasnacionales...

El desafío para nosotros es que el

diálogo y la tolerancia sean además de un

valor, una práctica... Como Movimiento

por la Paz, no podemos construir desde

la espiral del odio y la violencia, partimos

desde la crítica, desde la No Violencia, pe-

ro no con la idea romántica de tirar flores

por el camino o en los fusiles, sino que

proponemos actos contundentes. Durante

la Caravana iremos a los lugares con más

violencia en el país, lo que podría inter-

pretarse como una provocación; sin em-

bargo, queremos recuperar el significado

de la No Violencia, reclamarle al Estado

el cumplimiento de su responsabilidad”

(Clarín 06/06/2011).

Page 3: La Caravana del Consuelo: origen y recorrido

31ABRIL - SEPTIEMBRE 2011

El acoso del gobierno federal no se

hizo esperar, según relata el historiador

Pietro Ameglio: “Han sido más explícitos

en sus mensajes; por ejemplo, lo que pasó

la noche del 5 de junio, con el allanamien-

to de la Policía Federal al Centro de Dere-

chos Humanos Paso del Norte en Ciudad

Juárez, o cuando Felipe Calderón sale

hablando de ‘un sacerdocio cívico para

los policías’, y se incrementan los desfiles

militares en México. Todo demuestra que

Calderón no quiere dialogar con nosotros

en un plano de igualdad y en el terreno de

la Paz y la Justicia; sólo pretende promo-

ver e intensificar el modelo de la espiral

de violencia y de la guerra. Es preocupante

que el gobierno no esté entendiendo

bien el espíritu y filosofía de la

Caravana del Consuelo… Fue

una provocación muy fuerte por

parte de Calderón en contra de

la Caravana, el allanamiento fue

ilegal y violento… Dirigido por

el sacerdote Óscar Enríquez, el

Centro Paso del Norte era la

contraparte de la Caravana en

Ciudad Juárez y de la Asamblea

Juarense Plural. Paso del Norte

es una ONG con prestigio y

trayectoria, el allanamiento fue

sin orden de cateo… No vamos

a caer en las provocaciones del

gobierno federal; en cambio,

caminaremos en la desobe-

diencia civil pacífica” (Clarín

17/06/2011).

In situ, el periodista José

Reveles señaló: “No es gratui-

to que aquí se multiplicaron

las ejecuciones, los desaparecidos y los

feminicidios. Estadísticamente las cifras

se elevaron más de 200%, de 150 a 160

asesinatos que habían en 2007, durante

el año 2010 hablamos de 2 mil 500

asesinatos en Ciudad Juárez. ¿Y cuándo

ocurren? A partir de la ocupación militar;

justamente coinciden. Esto hace pensar

que las propias fuerzas del gobierno

están cometiendo miles de asesinatos y

falsos positivos. Como dijo un general del

Ejército en Quintana Roo: ‘Si yo veo un

delincuente, no lo interrogo’. En México

sobrevivimos ante el fuego cruzado de

una invasión militar, como si fuera la de

un ejército extranjero… Por fin vimos un

subregistro de las atrocidades que pasaban

en México. No se visibilizaban los casos y

datos exactos de las desapariciones forza-

das. Lo que las autoridades llaman ‘levan-

tones’ es una categoría criminal, porque el

‘levantón’ no existe en el Código Penal; es

una palabra que descalifica a las víctimas.

El gobierno no investiga porque es un

‘levantado’ o en ‘algo andaba’, en lugar

de tipificar el delito como desaparición

forzada o secuestro permanente. Porque

mientras no se demuestre lo contrario, la

autoridad es responsable de que la gente

desaparezca. En este momento, ¿quién

tiene respuestas a la identidad de más

de 400 cadáveres que están todavía sin

identificar en las fosas clandestinas de

Durango y Tamaulipas? Se han identifi-

cado sólo 12 cuerpos, más de 400 cadá-

veres no tienen ni origen ni destino, no

sabemos quiénes son: ¿serán producto de

la limpieza social, gente de la calle, falsos

positivos, es decir, gente asesinada en un

sitio y llevada a sepultar en otro lugar?

¿Serán personas del crimen organizado,

o gente que se negó a participar, policías

locales? ¿Quiénes son? Incluso la Procu-

radora General de la República dijo que

habría que hacer un banco de datos con

los cadáveres encontrados. Estamos en

un país donde miles de personas buscan

a sus familiares desaparecidos y cien-

tos de cadáveres aparecen en las fosas

clandestinas, pero no empatan los datos

de los que buscan, con los cuerpos que

encuentran. Se ha duplicado la tragedia”

(Clarín 15/06/2011).

Después de la Caravana del Consuelo,

vinieron las Mesas de Diálogo ante los

poderes Ejecutivo y Legislativo, sin dejar

de lado la movilización, ni claudicar en

la desobediencia civil pacífica. El poeta

Javier Sicilia anunció la Caravana al Sur

de México, hasta la frontera de Gua-

temala. Sería interesante un encuentro

del Movimiento por la Paz y el Ejército

Zapatista de Liberación Nacional. Hubo

un primer acercamiento epistolar entre

el Subcomandante Marcos, Luis Villoro

y Javier Sicilia. La emisaria del primer

mensaje fue la compañera de Luis Villoro,

la filósofa Fernanda Navarro. Ésta llevó la

carta de los intelectuales Villoro

y González Casanova a Sicilia

Zardain. Fernanda Navarro

piensa: “Es importante comple-

tar la ruta del país. En el sur se

vive una tragedia parecida a la

del norte de México; en el sur

se encontrará el aliento porque

hay chispas y brotes de espe-

ranza, de organización en micro

escala. También creo que se hará

visible el dolor del sur, con sus

rostros, con nombres y apellidos;

eso hará la diferencia. Cuando

fuimos a Chiapas quedamos

impresionados con la visita al

Caracol de Oventic por el papel

del lenguaje y su vínculo con

el pensamiento indígena para

nombrar su cosmovisión. Eso se

traduce en una cosmovivencia.

Incluso en su gramática no exis-

te la palabra ‘enemigo’, la aprendieron con

los españoles. El lenguaje maya tiene tres

dimensiones: la palabra hablada, la palabra

escrita y la palabra escuchada; y ésta te her-

mana, porque si bien puedes oír –ruidos–,

escuchar es comprender al otro, estar en

la piel del otro, hacerte hermano del otro.

Yo he tenido que desaprender la filosofía

occidental que estudié durante tantos años

en la UNAM” (Clarín 28/07/2011).

Por supuesto daremos a conocer las

palabras e historias durante la Caravana

al Sur para los lectores de Memoria.

El autor es corresponsal del Clarín (Chile), colabo-

rador del sitio Rebelión (España) y del periódico

Cambio (Bolivia).

DOSSIERLAS IZQUIERDAS HACIA 2012