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, CAPITULO XXIII. 227 Tan luego como hubimos entrada £lor cl Pi- michim en el Rio Negro y pasado la pcquefia en- tnrata que se encuentra en c1 conflnenLc de los dos rios, dcscnbrimos a un cuarto de legua de distancia la mision de ~loroa. Este pueblo , que tiene 150 Indios, ofrece un aire de conve- niencia y de prosperidad que nos chaco agra- dabJemente. Alli compramos algunos herrnosas especies vivas de tucan ( pia/poco ), pajaro ani- moso , cup inteligencia sc dcsenvuelve como la de nuestros cuervos domcsticos. Por cirna de Maroa pasarnos a nuestro derecha la cmhoca- dura del Aquio y In del Tomo. En las margenes de estc ultimo rio hahitan los Indios cheruvi- chahenas, de los cuales yo he visto algunas fami- lias en San Francisco Solano; estc rio cs tam- bien notable pOl' las comunicaciones clandestinas que proporciona con las posesiones portu- gucsas, El Torno se acerca al rio Guaicia (Xie), y la mision del Torno rccibc algunos veces , par csta via, [I los Indios fugilivos del bajo Guaioia. Llegamos despucs de dos horas de navegaciou <leslie la cmbocadura del Tomo a la pcqucria mi- siou de San Miguel de Davipc, fundatla en 1775, 15·

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,CAPITULO XXIII. 227

Tan luego como hubimos entrada £lor cl Pi-michim en el Rio Negro y pasado la pcquefia en-

tnrata que se encuentra en c1 conflnenLc de los

dos rios, dcscnbrimos a un cuarto de legua de

distancia la mision de ~loroa. Este pueblo ,que tiene 150 Indios, ofrece un aire de conve-

niencia y de prosperidad que nos chaco agra-

dabJemente. Alli compramos algunos herrnosasespecies vivas de tucan ( pia/poco ), pajaro ani-

moso , cup inteligencia sc dcsenvuelve como

la de nuestros cuervos domcsticos. Por cirna de

Maroa pasarnos a nuestro derecha la cmhoca-

dura del Aquio y In del Tomo. En las margenes

de estc ultimo rio hahitan los Indios cheruvi-

chahenas, de los cuales yo he visto algunas fami-

lias en San Francisco Solano; estc rio cs tam-

bien notable pOl' las comunicaciones clandestinas

que proporciona con las posesiones portu-

gucsas, El Torno se acerca al rio Guaicia (Xie),

y la mision del Torno rccibc algunos veces , par

csta via, [I los Indios fugilivos del bajo Guaioia.Llegamos despucs de dos horas de navegaciou

<leslie la cmbocadura del Tomo a la pcqucria mi-siou de San Miguel de Davipc, fundatla en 1775,

15·

lIBRO VIII.

no pOl' los religiosos, sino por un teniente de

milicias llamado don Francisco Bobadilla. El

padre Morillo, misionero del lugar, en euya ca-

sa pasarnos algunas horas, nos recibi6 COil mu-

eha hospitalidad y nun nos ofreci6 vino de ~la-

dera , pero nosotros hubieramos preferido, como

objcto de lujo de mesa, un poco de pan de tri-

go; pues que la falta de cste articulo es muchomas sensible al cabo de algun tiempo, que la deuna beb ida alcoholics.En Davipe compramos algunns provisiones sa-

bre todo gallinas y Ull lechoncillo. Esta compra

era de un gran in teres para nuestros Indios que

bacia largo ticrnpo no babian comido carne, y

DOS apresudron a partir para lIegar can tiempo

a Ia isla de Dapa ,en donde debia matarse yasarse el cochinillo durante la noche.

Un poco mas arriba de Ia mision de Davipe re-

cibe el Rio Negro un brazo del Casiquiare , cuya

existencia es un fenomeno bien notable ell la

historia de las ramificaeiones de los rios. Este

brazo sale del Casiquiare,al norte de Vasiva. con

el nornbre de Itinivini, y despues de haber atra-

vesado sabre 25 leguas de largo un pais llano

CAPLTULO XXIII. 229

Y cnsi enteramentc desprovisto de habitantes ,

sc arroja en el Rio Negro ba]o el nombre de Co-

norichite, cl cual me ha parecido tener cerca de

su embocadura mas de 120 toesas de anchur a,y aumenta el volumen de las aguas negras can

una gran cantit ad de aguns hlancas.

El rio Conorichitc 0 Itinivini ha represen-

tado en otro tiempo un papelmuy importante

en el comercio de esclavos que hacian los Portu-

gueses en el terri torio espafiol. Los mercaderes ucornerciantes de esclavos subieron por el Casi-

q 1I iare y el Ca 710 Mee al Conorichitc, y de allicondujeron sus piraguas por un portaqe 0 a1'·rastradero a las Rocheras de Manuteso para

entrar en el Atabapo, camino que he indicado

yo en mi Mapa itinera1'io del Orinoco. Este

abominable comcrcio 11a durado hasta el a"10

] 756, en que la expedicion de Solano y el esta-blecimiento de las misiones en las orillas del

Rio Negro le han hecho cesar.

Despues de haber dejado la embocadura del

Conorichite y la mision de Davipe, llcgamos al

ponerse el sol it la isla de Dapa , situada en me-

dio del rio en uua posicion pintoresca, en Ia

.230 LIBRO VIII.

cual cncontrarnos, can grande admiracion Dues-tra , algunos terrenos cultivados y UDa cabafiaindia en la cima de una pequefla colina. Cuatroindigenas estaban sentados al redcdor de una

hoguera de malezas comiendo una especie demas" blanca salpicada de motitas Deg~as queexcite mncho nuestra curiosidad, Esta masa era

\

10 que Haman oachacos y que se compone degruesas hormigas, cuya parte posterior se pa-

rece a una bolade manteca, que sccan y curanal humo, y de que ten ian aun muchos sacos

colgados sabre la IU01bre. Estas pobres gentes

hacian poca ateucion de nosotros, no obstantede haber en aquellu cstrecha cabana mas decatorce personas que dorrnian cn cueros cnhamacas colccadas unas sobrc otras, pero cuando

el padre Zea Jlego Ie recibicron con grandes de-mostracioncs de alcgria. Hayen el Rio ~cgro acausa de la custodia de las Ironteras un nurncro

mayor de militates que cn las orillas del Ori-noco, y como cn cualquicr parte donde hay [rai-

Ics y soldados se disputan entre si cl poder so-

bre los Indios, estos sin embargo SOil siemprcmas adictos a los frai!cs. Prcguntamos , por me-

•CAPITULO XXIII.

clio de un interprete, it dos mugeres juvencs quebajaron de su hamaca para prepnrarnos tortasde casabe , si el suclo de la isla era fertil, y nosrespondieron que aunque la tierra no produciayuca era sinemlJa1'go buena para las hormi-gas, 'y quc no faltaba alli can quc alimentarse,

Estosvaclzacos provcen en efecto ala subsistenciade los Indios en el Rio Negro y en el Guainia enclondc no se comen las hormigas par golosioa ,

sino porque, segun la expresion de los misio-neros , la manteca. de las hormigas ( la parteblanca del abdomen) es un alimento muy sub-stancial. Cuando las tortas de casabe estuvieronpreparadas, cl padre Zea, euya calentura pare.cia mas bien cxcitar que disminuir el apetito ,se hizo traer un saquito Ilene de oacluicos ahu-mados : mezclo los insectos machacados con Iaharina de yuca y nos insto a probarla. Esto se

parecia alga a la manteca mezclada can rniga depan: y nuuque la yuca no tenia un gusto acido

sin embargo un resto de las preocupaciones cu-ropeas nos irnpldio suscribir :'t los elogios que el

bucn misionero daba a 10 que el llarnaba un ex-celente pastel de {iormiqas.

LIBRO VIII.

Mucho tiempo antes de raynr el alba dejarnos

la isla de Dapa , y tl pesar de Ia rapidez de lacorriente y el ahinco de n uestros remeros, tu-virnos doce horus de navegacion hasta llegar al

fortin de San Carlos del Hio Negro, dejnndo ala

izquierda la emboeadura del Casiquiare, y filadereeha la pcquena isla de Cumarai,

Nos hospcclarn os en San Carlos en casa del co-

mandante del fuerte, que es un tenicnte de rni-

licias. Dc 10 alto de una gnlerh 0 azotea de lacasa se gozaba de una vista l1l11y agrndable sabre

tres larguisirnas Islas cubiertas de una espesa ve-

getaeion. El rio se dirige tan rcctameute del

norte al sud como si su hucco hubiese sido ca-

vade pOl' la mana del hombre. EI cicIo cons tan-

teruente cubierto y nebuloso da fI aquellas

cornarcas un caracter grave y sombr io, Encon-

tr arnos nosot r os en el pueblo algunos troncos

de juvia, que es el magcstuoso vegetal que

produce las almendras triangulnrcs.Ilamadas en

Europea alrnendrns del Amazona, y que noso-

tros hemos hecho conocer bajo cI nombre de

bcrtholletia excetsa, Los arboles que las produ-

ccn tienen, ;:i los oeho alios, 30 pies de altura.

CAI'irULO X}'II1.

Todo el aparato militar de esta frontera Con-

sistia en ] 7 hombres, diez de los cuales estaban

destacados para la seguridad de los. misioncros

vecinos. Es tal alii la hurnedad del aire que no

habia cuatro fusiles cn estado de hacer fuego.

Los Portugucscs ticnen cn el fuerte de San Jose de

J\Iaravilanos de 25 a 30 hombres mejor vcstidos

y mejor arm ados. En la mision de San Carlos

solo cncontrumos una ga1'itct, casa cuadrada fa-

hricada dc adobes que contenia seis piezas de

cam pafia, EI fortin, 6 como dicen alii, et cas-

tillo de San Felipe , esta situado eufrente de

San Carlos, en la orilla occidental del Rio N e-

gro. EI comandante escrupulizaba ensefiaruos la

[ortaleea it M. Boupland y c\ mi ; bien es vcr-

dad que nuestros pasaportes expresaban la

facultad de medir las moutaiias y hacer opera-

clones trigonometricas sobre cl terre no, en cual-

quier parte que yo 10 juzgase it proposiio , pero

no cl ve1'iuga1'es fOl'tificaclos. Toda la obra con-

tenia 14 6 15 'piezas de canon, la mayor parte

dcsmontadas y guardadas pOl' dos soldadcs. Al

rededor del fortin bay tres 6 cuatro cabafias

iudias, que es 10 que Haman el lugar 6 pueblo

I.IIlRO VIII.

de 5,10 Felipe; y para hacer creer al ministerio

de l\ladrid cuanto sc aumcntan estes cstablcci-

micntos cristianos tienen para cl pretendidopueblo registros scparados de parrcquia.Los vi vcres son excesivarnentc cares cn las

orillas del Rio Negro, porqueno se cultiva sino

muy poea yuca y bananas, y porque el rio ( co-mo todos los dc aguas ncgras y clarasjtiene muy

pocos peces. Las mejores provisiones vi en en de

los estahlecimientos portugueses del Itio Negro,

donde reina mas industria y mas cornodidad en-

tre los Indios, y sin embargo el comcrcio can

los Portugueses aperias es un ohjeto de irnpor-

tacion de des mil duros. Ila]o un regimcn di-

ferente del que hemos hallarlo en aqucllas comar-

cas , produ cira cl Rio Negro arii! , cacao, cafe,

maiz y arroz en abundancia.

CO:1lO desdc In ernbocadura del Rio Negro al

Gran Para so navega en 20 6 25 dias , no hu-

bicramos ncccsitado mucho mas tiempo para

hajar cl Amazona hasta las costas del Ilrasif ,

que para volver , par el Casiquiare y cl Ori-

naco, 6. las costas septentrionales de Caracas.

Su pimos en San Carlos que nos era a la sazon

CAPITULO XXIII.

muy dificil poder ir de los establccimicntos

espafioles a los de los Portugueses, en razon de

las circunstancias politicas , y solo a nuestro re-

greso it Europa conocimos tod.i la extension

del peligro a que nos hubieramos expuieto , SIhubiescmos avanzado basta Barcelos, Se habia

sabido en c1 Brasil, quinzft par los diaries, cuyo

benefice e indiscrete zelo ha sido funesto [I los

viageros , que yo hahia ido a visitar las misionesdel Ilio l\'"egro y examiner el canal natural que

reune dos grandes sistemas de rios.Entre los Portugueses que encontramos en

San Carlos hnhia rnuchos mili tares quc habian es-

tad a en Ilarcelos y en el Gran Pad..Voy a reuniraqui cuanto he podido saber acerca del curso

del Rio Negro. Como se sube muy rara vez del

Amazona, mas alia de la cmbocadura del Caha-buri, rio celebre por Ia cosecha de la zarzapar.

r

rilla , todo cuanto se ha publicado ultirnamente

sobre In geografia de aquellas regiones es Stl-

marncnte confuso. Bajando cl Guainia 0 Ilio

i\egro, se pasa ala derecha el Cano ~.raliapo, y itIa izquierda los Caries Dariba y Eny. A cinco le-

guns de distancia , pOl' cousiguieute casi pOl' 1°

r.mno VIII.

58' de latitud boreal, se cncuentra la isla de S:lO

Jose quese reconoee provisionalmente (pues queen este interminable proceso de los limites todo esprovisional) como extremidad meridional de lasposesiones espafiolas. Un poco mas abajo de cs-ta isla, en lin sitio en que hay muchos naran-jos que se han hecho salvages se manifiestauna pequcna roea de 200 pies de elevacion conuna caverna Hamada por los misioneros la Glo--rieta. de Cucuy, que recuerda memorias pocoagradables, porque es alii donde Cucuy, el gefede los Manitivitanos, de quien hemos hahladomas arriba ", tenia sn serraiio de mugeres, ydonde, para decirlo de una \"('Z, por una predi-

"leccion particular, se comb las mas hermosasy mas goroas. Yo no dudo que Cueuy fuese algoantropofago ; cslo es, dice el padre Gili con laingenuidad de un misionero americano, (f unamala costumbrc de estes pueblos por otra partetan dociles y tan buenos; » pero yo debo afia-

J Aun se conserva en S.in Carlos un instrumento de mu-sica, una especie de tamboron , adornado con pintui as in-

dias muy riisticas y toscas , quc tienen relacion can las ha-

zaiias tIc·Cueuy.

CAPiTULO XXIII. 23;dir en ohscquio de la verdad que la tradicion

del serrallo y de las orgias de Cucuy esta mas

propagada en cl bajo Orinoco que en las ori-

lias del Guainia. En San Carlos se desecha

basta Ia sospecha de una accion que de-gratia In naturaleza C sera acaso porque elhijo de Cucuy, que se ha hecho cristiano, yque me ha parecido un hombre inteligente

y civilizado , es hoy dia capitan de Indios en

San Carlos?

Mas abajo de la Giorieta srguen en el terri-

torio porLugues, el Iuerte de San Jose de l\Ia-

ravitanos , los pueblos de Joao Baptista Mabbe.

San Marcelino, (proximo f1 la crnbocadurn

del Gunicia 6 Vcxia de que ya hemos hablado

muchas veces) , Nessa Senhora da Guya, BO<l-

vista, cerea del rio Jeanna , San Felipe, San Joa-

quin de Coanne , en el confluente del famoso

rio Guape, Calderon. San l\1iguel de Ipnranno

cen un forLin, San Francisco de las Caculbacs,

y en fin la Iortalcza de San Gabriel de Cocho-

ciras. Rago expresamente esta circunstanciada

descripeion geografica, para dcmostrnr los cs-

tablecimicntos que ha Ior mado Portugal , nun

LIBRa VIII.

en esta parte Iejana del Brasil. Se encucntran

en el espacio de 25 leguas, once pueblos, yade-

mas conozeo otros 19 sin contar las seis ciu-

dades de Thornar, Moreira (junto al rio Deme-

neue 6 Uarrnca , en doride hahitaban antigua-mente los Indios guayanDos), Barcclos y San

Micruel del Rio Ilranco , cerca del rio del mismoe

nombre que ha hecho tan importante papel

en las Iicciones sabre el Dorado, Moura y Villado Ilio ~ef;ro. Las orillas de este solo rio que

desagua ell el Amazona, estan pOl' consigurente

diez veces mas pobladas que torlas las del alto

Orinoco, Casiquiare , Alau:Jpo y Rio i\cgro es-

pafio l , sin embargo, par efectos de las institu-clones pollticas , es rnucho mas Iertil el t err cno

y mayor (a navcga cion que ofrecc el Rio Nc[)~o,

conscrvan do una ruisrna dircccion del nordeste

al sudestc. Bajo el goLieruo colonial de los POI'-

tugucses, depeudcn los Indios, a In par, de gcfespoliticos y militares , y de los Irailcs del JIonteCarmela; en cstc gobicrno mixto , en que el po-

del' secular se conserve indepcndicnte , los [rai-

les de la observaucia de san Francisco. que SOil

los misioncros del Orinoco, reuncn en una sola

CAPITULO XXIII.

mano todos los poderes. Estes dos gobier-

nos son muy pesados ha]o muchos aspectos;

pcro In penlida de la hhertad se compensa ,

en parte, can cl poco mas de como didad ycivilizacio n que ofrecen las col onias portu-

guesas.

En otra ocasion hablaremos del Rio Branco ydel Padaviri , que sera cuando hayarnos llegado

;1 CSl3 mision; ahara nos ocuparernos del Caba-

buri, que es el terccro que dcsagua en Rio Ne-

gro, y cuyas ramificaciones con el Casiquiarc

son igualmento importantes :'t la hic1rografla y,al comcrcio de Ia zarzaparrilln.El Cababuri desernboca en cI Rio Negro, cerca

de Ia mision de Nessa Senho ra das Caldas , pero

Ios rios Ya y Demcty, que son los que mJS de-

saguan en el , tienr.n tarnbien cornunicacionos

can el Cababuri, de manern que desde el fortin

de San Gabriel de Cochociras hasta San Anto-

nio da Castanhcira , los Indios de las posesio-

ncs portugucsas puedeu intro ducirse pOl' el Ba-

ria y el Pacirnoni en territorio de l.is misionesespaiiolas.

El objcto principal de las incursiones pOl' el

240 I.TBR.o "111,

rio Cnbaburi es la cosecha de zarzapar rilla yel Iruto aromatico del laurel pucheri (tauruspichurim). Se buscan estas preciosas produc-clones basta dos [crnadas de Ia Esmeralda, alaorilla de un lago que esta al norte del cerro Ilu-turan pasando en transportes desde Cimoni iIdnpa , y desde estc :i. :\!aynca, proximo al Iagode este nornbre. La zarzaparrilla d(estos pai-ses tiene fama en el Gran Para. Angostura, Cu-,mana, Nueva Barcelona y otros puntas de TierraFirme, bajo la denominacion de Ca1'ca del RioN eg1·O. Es la mas activa que se conoce, y se pre-fiere a la de la provincia de Caracas y menta-fias de l\Ierida. La secan can sumo cui dado y 1<1ponen de intento al hUlUO para que sea mas ne-gra. Este vejuco crece abundantemente en lasfaldas hurnedas de las montafias de Unturan yArchivaquery, :\1. de Candolle tiene razon

para sospechar que diferentes especiesde smi-lax. se recogen con cl nombre de zarzaparrilla, ynosotros hemos encontrado docc de las mismas,

entre las que el smilax sifilitico del Casiqu iare

y el S. officinalis del Ilio de la Magdalcna ' son

'.Ycasc nuestro Nov: Gen., tom. I, pag. 2~I.

,CAPlTULO XXIII.

los mas estirnados por sus propie dades diure-ticas. Como entre los blaneos y las castas mix-tas las enfermedades sifiliticas son tan cornu-

nes como benignas en estes paises, la cantidadde zarzaparrilla empleada en las colonias espa-'-1Olaspara la medicina domestica es muy con-siderable. Vemos en las obras de Clusius que alprincipio de la conouista. la Europa cxtraiaeste benefice medicamento de las costas meji-canas de Honduras r y del puerto de Guayaquil;pero en el dia el comercio de este genera es masactivo en los puertos que tienen comunicacio-nes interiores con cl Orinoco, Rio Negro y elAmazona.Vimos en manos de los Indios del Rio Negro

algunas de estas piedra.s »erdes conocidas concl nombre de La.s amazonas, porque los in di-genas creen, segun una antigua tradicion, quevienen del pais de •muqeres sin marido,(cougnantainsecui'ln(l 6 mugeres que vrvensolas ) (l1"/wambenano.» En San Carlos y suspueblos \ ecinos , se nos pronuncio el nombre

• En Vera Cruz se exportan todavia cerca de 5,000 qum-

tales por afio, Vease mi Ensayo politico, tom. 2, ]Jag. 4flc'J..

Ill. 16

242 LlBRO VIII.

del nacirmento del Orinoco, que se halla al estc

de In Esmeralda, y cn las misiones de Caroui yAngostura, el nacimiento del Hio Branco, como

el punto en donde estan situadas las piedras

verdes. Estas indicaciones confirrnan la 1'('1'1-

cion de un soldado viejo de la guarnieion de

Cayena, quieu , scgun :\1. de la Conda til ine,asegur6 que estas substancias minerales viencn

del pais de las 1ntlge1'cs, al oeste de las corrien-tes del Oyapoe. La supersticion da una gran im-

por tancia it. estas substancias mineralcs , que las

lIevan como remedio 81 cuello, porque salvan ,

segun la creencia popular, de todo mal de ner-

vias, de las caleuturas y de Ia pieadura de las

serpientes venenosas ; asi cs que han sido, haec,muchos siglos, un objeto de eomercio entre los

indlgenas en el norte y sud del Orinoco. Los

Caribes, que pueden eonsiderarsecomo los Ilu-karos del nuevo mundo, las han heebo cono-

eel' en las costas de la Guyana; y habiendu pa-

sado sucesivarnente cstas misrnas piedras, que

son parecidas a la moneda que circula de na-

cion {t nacion en opuestas direcciones, es rnuy

posible que no se aumcnte su cautidad , mas

CAPiTULO XXII[.

bien porque se ignore donde sc hallan, que

porque las oculten. Generalmcllte ~e les da la

forma de cilindros perscpolitanos taladradcs

Iongitudinalmen te y cubiertos de inscri pciories

y figuras, pero no son los Indios del dia, estos

indigenas del Orinoco y del Amazona que "C-mos en el ultimo grado de estolidez , los que

han agujereado substancias tan duras y dadolesformas de animales y frutas. De estas obras,

igualmenle que las esmeraJdas perforadas yes-

culpidas , que se encuentran en las Cordilleras

de Ia Nueva Granada y de Quito, se in6.ere que

tuvicron anteriormente ilustracion. Los hahi-

tantes de estes raises, particularmente los de la

region calida , estan tan lejos de poder labrar

hoy la durcza de la esmeralda, el jade, el fel-

despato compacta ~.el cristal de roca ) que han

imaginado que la piedra verde sale blanda de Ia

tierra'y se en durece despues de haberla labrado.

Enlos pueblos de los dos mundos en el primer

grado de una civilizacion reciente, encontrarnos

una particular predileccion pOl' ciertas piedras,

no solo pOl' 10 util que pueden ser al hombre pOl'

su solidez, y como instrumentos cortantes . sino

16*

�44 LIBRO VIII.

tambien par las substancias minerales, cuyo co-lor les hace creer que estan en relacion canlas funeiones organicas y aun can las incli-naciones del alma, Este antiguo culto a las pie-dras, y estas virtudes beneficas atribuidas aljade y alhemntites, son propias de los salvagesde la America, como de estos habitantes de los

montes de la Tracia que las venerables institu-

clones de Orfeo y el origen de los misteriosnos prohiben considerar como tales.Este culto de las piedras se conserva por el

cjercicio de otros cultos modernos, y 10 queera cI objeto de un homcnage religiose se haeeeL de una coufianza su persticiosa. Las pied ras'divinas se transforman en remedios que preser-van de todo genero de males de alma y cuerpo.

Aunque 500 leguas de distancia scparan las ori-

lias del Amazona y del Orinoco de 1.1 Ilanuramejicana , y aunque la historia no cuenta he-eho alguno que pueda haber unido los pueblos

salvages de Ia Guyana a los civilizados de Ana-huac. el fraile Bernardo de Sahagun hallo .11

principia de la couquista , guardadas en Cho-Iula como reliquias , unas piedras verdes que