la calle y los niños: reflexiones sobre el reclamo y · “con los años los pequeños perdimos el...

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67 La calle es uno de esos lugares que pocos tienen en cuenta cuando piensan en los niños. Parece que siempre se pensara como un lugar de tránsito para mayores, y no como un lugar donde muchos trabajan y viven, o en donde pueden suceder hechos fundamentales para el desarrollo de los pequeños. Olvidamos que la calle, al fin y al cabo, es un lugar cercano que está dispuesto para todos; un lugar de interacciones, que tiene sus transeúntes pero también sus habitantes, que suscita azares pero también diversión. Las siguientes notas son el resultado de reflexiones que surgieron a partir de visitas a Brisas del mirador 1 . En particular, aquellas que tienen que ver con los niños, con sus juegos y con su relación con la calle. Sobre la calle hay que decir que es primordialmente un espacio social, que está sujeto a cambios, y que todos, de alguna manera, influimos, y somos influidos por ella. Hay calles que decidimos recorrer y otras no; hay unas que recordamos con cariño porque marcaron nuestra infancia y que sirvieron de sendero para nuestras bicicletas, mientras que otras simplemente fueron las oscuras, las solas, 1.Barrio de la ciudad de Cali, que está ubicado en el sector de ladera frente al centro comercial Cosmocentro. Para efectos prácticos lo entiendo como un barrio de la ciudad, aunque legalmente no lo es. La calle y los niños: reflexiones sobre el reclamo y la apropiación “Con los años los pequeños perdimos el control de aquel espacio que había sido nuestro. Las aceras fueron embal- dosadas y las calles asfaltadas. Progresivamente los autos lo invadieron todo.” Soy un hijo de evuzok, Lluis Malsart. las prohibidas y las malditas. En todo caso, en ella dejamos nuestras marcas y ella deja en nosotros las suyas. Según Josefa Cucó (Antropología Urbana, Ed. Ariel, 2004) la calle es, en tanto que define históricamente a una sociedad y le da la posibilidad a sus miembros de identificarse y de construir una memoria colectiva, un lugar antropológico, que no es otra cosa sino una realidad dual, que es a la vez construcción física y simbólica: física, por ser una línea (asfaltada o no), trazada entre dos puntos de una ciudad y que acerca o aleja; simbólica, dado que es una ruta que no se puede pensar por fuera de una lógica económica, que sigue una secuencia de lugares y de hechos históricos, que se institucionaliza y se fija en la memoria para producir identidad. Por ende, los hábitos y las prácticas que se dan en torno a la calle están sujetos a lógicas económicas, políticas y culturales, que pueden ser el resultado de una norma jurídica, de una costumbre o del comercio. La socialización, por su parte, cumple un papel importante tanto en la definición de los lugares y de los comportamientos que se deben seguir como en la reproducción del modelo: el ideal urbano se aprende así como se aprenden las maneras de la calle, y así como se aprende lo que se puede hacer y lo que no, se aprenden los roles, no solo de transeúnte sino también de género. Finalmente, por estar dentro de un territorio político, la calle es una responsabilidad del Estado, un espacio que se transforma en política pública cuando necesita ser construido, asfaltado, saneado o en otras palabras, intervenido. En Brisas del mirador los niños salen a jugar desde muy temprano. Por lo general, los mayorcitos ayudan en el negocio de la familia, que puede ser por ejemplo una tienda, un granero o una sastrería. Algunos van al colegio, aunque son pocos los que lo hacen, porque como no hay escuela que funcione todos los días, les toca bajar a la ciudad, y como no es fácil hacerlo porque no tienen los recursos o el tiempo, no lo hacen. La mayoría de los padres se conforma con enviar a sus hijos un par de horas, dos o tres veces por semana, a una improvisada escuela ubicada en la punta de la loma. De cualquier forma, en las calles se ven niños todo el tiempo. Los de más edad van y vienen en grupos, mientras los más pequeños permanecen cerca de sus casas. Sobre estas hay que decir que son bastante precarias. Están construidas en espacios mínimos, y pocas veces cuentan con pisos de cemento o baldosa. En varias de ellas, no hay más que tres cuartos que cumplen las veces de habitación, espacio de trabajo y socialización, y cuarto de aseo. La distribución es más o menos de la siguiente manera: toda la familia duerme en un mismo lugar, en otro se dispone una sala, que es también el lugar trabajo y de las vitrinas del negocio familiar, y finalmente, en lo que queda se improvisa una cocineta que a su vez es comedor. A falta de más espacios los niños son entregados a la calle desde muy temprano.

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Page 1: La calle y los niños: reflexiones sobre el reclamo y · “Con los años los pequeños perdimos el control de aquel espacio que había sido nuestro. Las aceras fueron embal ... y

67

La c

alle

es

uno

de e

sos

luga

res

que

poco

s ti

enen

en

cuen

ta c

uand

o pi

ensa

n en

lo

s ni

ños.

Par

ece

que

siem

pre

se p

ensa

ra c

omo

un lu

gar

de tr

ánsi

to p

ara

may

ores

, y

no c

omo

un lu

gar

dond

e m

ucho

s tr

abaj

an y

viv

en, o

en

dond

e pu

eden

suc

eder

he

chos

fund

amen

tale

s pa

ra e

l des

arro

llo d

e lo

s pe

queñ

os. O

lvid

amos

que

la c

alle

, al

fin

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cab

o, e

s un

lug

ar c

erca

no q

ue e

stá

disp

uest

o pa

ra t

odos

; un

lug

ar d

e in

tera

ccio

nes,

que

tien

e su

s tr

anse

únte

s pe

ro ta

mbi

én s

us h

abit

ante

s, q

ue s

usci

ta

azar

es p

ero

tam

bién

div

ersi

ón.

Las

sigu

ient

es n

otas

son

el r

esul

tado

de

refle

xion

es q

ue s

urgi

eron

a p

arti

r de

vi

sita

s a

Bri

sas

del m

irad

or1 .

En

part

icul

ar, a

quel

las

que

tien

en q

ue v

er c

on lo

s ni

ños,

con

sus

jueg

os y

con

su

rela

ción

con

la c

alle

. So

bre

la c

alle

hay

que

dec

ir q

ue e

s pr

imor

dial

men

te u

n es

paci

o so

cial

, que

est

á su

jeto

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os, y

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dos,

de

algu

na m

aner

a, i

nflui

mos

, y s

omos

infl

uido

s po

r el

la. H

ay c

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s qu

e de

cidi

mos

rec

orre

r y

otra

s no

; hay

una

s qu

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cord

amos

co

n ca

riño

por

que

mar

caro

n nu

estr

a in

fanc

ia y

que

sir

vier

on d

e se

nder

o pa

ra

nues

tras

bic

icle

tas,

mie

ntra

s qu

e ot

ras

sim

plem

ente

fuer

on la

s os

cura

s, la

s so

las,

1.

Barr

io d

e la

ciu

dad

de C

ali,

que

está

ubi

cado

en

el se

ctor

de

lade

ra fr

ente

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entro

com

erci

al C

osm

ocen

tro. P

ara

efec

tos p

ráct

icos

lo e

ntie

ndo

com

o un

bar

rio d

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dad,

aun

que

lega

lmen

te n

o lo

es.

La ca

lle y

los n

iños

: re

flexi

ones

sobr

e el

recl

amo

y la

apr

opia

ción

“Con

los

años

los

pequ

eños

per

dim

os e

l con

trol

de

aque

l es

paci

o qu

e ha

bía

sido

nues

tro.

Las

ace

ras

fuer

on e

mba

l-do

sada

s y la

s cal

les a

sfal

tada

s. Pr

ogre

sivam

ente

los a

utos

lo

inva

dier

on to

do.”

Soy u

n hi

jo d

e evu

zok,

Llu

is M

alsa

rt.

las

proh

ibid

as y

las

mal

dita

s. E

n to

do c

aso,

en

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dej

amos

nue

stra

s m

arca

s y

ella

dej

a en

nos

otro

s la

s su

yas.

Se

gún

Jose

fa C

ucó

(Ant

ropo

logí

a U

rban

a, E

d. A

riel

, 200

4) la

cal

le e

s, e

n ta

nto

que

defin

e hi

stór

icam

ente

a u

na so

cied

ad y

le d

a la

pos

ibili

dad

a su

s mie

mbr

os d

e id

entifi

cars

e y

de c

onst

ruir

una

mem

oria

col

ecti

va, u

n lu

gar

antr

opol

ógic

o, q

ue n

o es

otr

a co

sa s

ino

una

real

idad

dua

l, qu

e es

a la

vez

con

stru

cció

n fís

ica

y si

mbó

lica:

físi

ca, p

or s

er u

na lí

nea

(asf

alta

da o

no)

, tra

zada

ent

re d

os p

unto

s de

una

ciu

dad

y qu

e ac

erca

o a

leja

; sim

bólic

a,

dado

que

es

una

ruta

que

no

se p

uede

pen

sar

por

fuer

a de

una

lógi

ca e

conó

mic

a, q

ue

sigu

e un

a se

cuen

cia

de lu

gare

s y

de h

echo

s hi

stór

icos

, que

se

inst

ituc

iona

liza

y s

e fij

a en

la

mem

oria

par

a p

rodu

cir

iden

tida

d. P

or e

nde,

los

hábi

tos

y la

s pr

ácti

cas

que

se d

an e

n to

rno

a la

cal

le e

stán

suj

etos

a ló

gica

s ec

onóm

icas

, pol

ític

as y

cul

tura

les,

que

pue

den

ser

el r

esul

tado

de

una

norm

a ju

rídi

ca, d

e un

a co

stum

bre

o de

l com

erci

o.

La s

ocia

lizac

ión,

por

su

part

e, c

umpl

e un

pap

el im

port

ante

tant

o en

la d

efini

ción

de

los

luga

res

y de

los

com

port

amie

ntos

que

se

debe

n se

guir

com

o en

la r

epro

ducc

ión

del

mod

elo:

el i

deal

urb

ano

se a

pren

de a

sí c

omo

se a

pren

den

las

man

eras

de

la c

alle

, y a

com

o se

apr

ende

lo q

ue s

e pu

ede

hace

r y

lo q

ue n

o, s

e ap

rend

en lo

s ro

les,

no

solo

de

tran

seún

te s

ino

tam

bién

de

géne

ro.

Fina

lmen

te, p

or e

star

den

tro

de u

n te

rrit

orio

pol

ític

o, la

cal

le e

s un

a re

spon

sabi

lidad

de

l E

stad

o, u

n es

paci

o qu

e se

tra

nsfo

rma

en p

olít

ica

públ

ica

cuan

do n

eces

ita

ser

cons

trui

do, a

sfal

tado

, san

eado

o e

n ot

ras

pala

bras

, int

erve

nido

.

En

Bri

sas d

el m

irad

or lo

s niñ

os sa

len

a ju

gar d

esde

muy

tem

pran

o. P

or lo

gen

eral

, los

m

ayor

cito

s ay

udan

en

el n

egoc

io d

e la

fam

ilia,

que

pue

de s

er p

or e

jem

plo

una

tien

da, u

n gr

aner

o o

una

sast

rerí

a. A

lgun

os v

an a

l col

egio

, aun

que

son

poco

s los

que

lo h

acen

, por

que

com

o no

hay

esc

uela

que

func

ione

todo

s lo

s dí

as, l

es to

ca b

ajar

a la

ciu

dad,

y c

omo

no e

s fá

cil h

acer

lo p

orqu

e no

tien

en lo

s re

curs

os o

el t

iem

po, n

o lo

hac

en. L

a m

ayor

ía d

e lo

s pa

dres

se

conf

orm

a co

n en

viar

a s

us h

ijos

un p

ar d

e ho

ras,

dos

o tr

es v

eces

por

sem

ana,

a

una

impr

ovis

ada

escu

ela

ubic

ada

en la

pun

ta d

e la

lom

a.

De

cual

quie

r fo

rma,

en

las

calle

s se

ven

niñ

os to

do e

l tie

mpo

. Los

de

más

eda

d va

n y

vien

en e

n gr

upos

, mie

ntra

s lo

s m

ás p

eque

ños

perm

anec

en c

erca

de

sus

casa

s. S

obre

es

tas

hay

que

deci

r qu

e so

n ba

stan

te p

reca

rias

. Est

án c

onst

ruid

as e

n es

paci

os m

ínim

os,

y po

cas

vece

s cu

enta

n co

n pi

sos

de c

emen

to o

bal

dosa

. En

vari

as d

e el

las,

no

hay

más

qu

e tr

es c

uart

os q

ue c

umpl

en la

s ve

ces

de h

abit

ació

n, e

spac

io d

e tr

abaj

o y

soci

aliz

ació

n,

y cu

arto

de

aseo

. La

dist

ribu

ción

es

más

o m

enos

de

la s

igui

ente

man

era:

toda

la fa

mili

a du

erm

e en

un

mis

mo

luga

r, e

n ot

ro s

e di

spon

e un

a sa

la, q

ue e

s ta

mbi

én e

l lug

ar tr

abaj

o y

de la

s vi

trin

as d

el n

egoc

io f

amili

ar, y

fina

lmen

te, e

n lo

que

que

da s

e im

prov

isa

una

coci

neta

que

a s

u ve

z es

com

edor

. A fa

lta

de m

ás e

spac

ios

los

niño

s so

n en

treg

ados

a la

ca

lle d

esde

muy

tem

pran

o.

Page 2: La calle y los niños: reflexiones sobre el reclamo y · “Con los años los pequeños perdimos el control de aquel espacio que había sido nuestro. Las aceras fueron embal ... y

69

Las

mad

res,

ocu

pada

s en

sus

labo

res

diar

ias,

nec

esit

an q

ue s

us h

ijos

se e

ntre

teng

an

en l

ugar

es v

isib

les

pero

ret

irad

os.

Así

los

pue

den

vigi

lar

mie

ntra

s se

ded

ican

a s

us

ofici

os. L

os n

iños

, por

su

part

e, h

acen

de

la c

alle

su

pati

o de

jueg

os. E

s fr

ecue

nte

verl

os

juga

r co

n ca

rrit

os, c

on la

s ra

mas

de

los

árbo

les,

con

bas

ura

o co

n ti

erra

. Cab

e de

cir

que

aunq

ue to

dos

los

men

ores

per

man

ecen

cer

ca d

e la

cas

a, la

s ni

ñas,

con

sus

muñ

equi

tas,

se

sie

ntan

en

las

entr

adas

, mie

ntra

s qu

e lo

s ni

ños

tien

en p

erm

itid

o ir

más

lejo

s. D

esde

ah

í se

cons

truy

en lo

s ro

les

en fu

nció

n de

la p

erm

anen

cia,

par

tici

paci

ón y

exp

lora

ción

de

la c

alle

y lo

s ni

ños

apre

nden

una

pri

mer

a re

pres

enta

ción

sob

re e

l gén

ero,

bas

ada

en

la c

reen

cia

de q

ue la

s ni

ñas

son

de la

cas

a y

de lo

pri

vado

, mie

ntra

s lo

s ni

ños,

de

la c

alle

y

de lo

púb

lico.

En

térm

inos

de

soci

aliz

ació

n, lo

s ve

cino

s lle

gan

ante

s qu

e el

col

egio

o la

ig

lesi

a a

la v

ida

de lo

s ni

ños.

Y p

or e

so e

n la

cal

le, y

des

de m

uy te

mpr

ano,

ello

s se

nut

ren

con

una

suer

te d

e en

seña

nzas

prá

ctic

as q

ue m

olde

an s

u pe

rson

alid

ad.

Las

calle

s de

Bri

sas d

el m

irad

or n

o es

tán

pavi

men

tada

s, lo

que

es a

pena

s com

pren

sibl

e da

do q

ue e

s un

barr

io d

e in

vasi

ón q

ue n

o cu

enta

con

los s

ervi

cios

y g

aran

tías q

ue o

frec

e la

ad

min

istr

ació

n ce

ntra

l. N

o ha

y ho

spit

ales

, ni c

oleg

ios,

ni p

arqu

es, n

i pue

stos

de

polic

ía.

No

obst

ante

, y a

ún cu

ando

sabe

n qu

e se

exp

onen

por

fuer

a de

sus c

asas

, la

gent

e le

per

mite

a

sus

hijo

s sa

lir y

juga

r en

la c

alle

. Tal

vez

, infl

uye

el h

echo

de

que

los

pelig

ros

que

se

corr

en e

n la

ciu

dad

no s

on lo

s m

ism

os q

ue s

e co

rren

en

una

com

unid

ad ta

n pe

queñ

a, y

qu

e, c

omo

el c

ontr

ol d

e un

os s

obre

otr

os e

s fu

erte

, el i

ntru

so e

s id

enti

ficad

o a

legu

as y

el

infr

acto

r, in

duda

blem

ente

, cas

tiga

do. T

otal

, los

niñ

os a

hí p

arec

en m

ás li

bres

que

los

de la

ciu

dad.

En

sum

a, la

lega

lizac

ión

de lo

s bar

rios

resu

lta p

ara

los n

iños

, en

gene

ral,

posi

tiva.

Pue

s au

nque

los

desp

laza

de

lo q

ue tr

adic

iona

lmen

te h

abía

sid

o su

“pat

io d

e ju

egos

” (o

sea

la

calle

) y

daña

alg

unas

din

ámic

as c

omun

itar

ias,

con

stru

ye lu

gare

s qu

e lo

s be

nefic

ian

en

térm

inos

de

segu

rida

d, sa

lud,

edu

caci

ón y

otr

os se

rvic

ios.

Sin

em

barg

o, cu

ando

el p

roce

so

no e

s com

plet

o, y

se co

nstr

uyen

pue

stos

de

salu

d in

efici

ente

s, co

legi

os q

ue n

o co

ncue

rdan

co

n la

rea

lidad

soc

ial d

e la

com

unid

ad, p

uest

os d

e se

guri

dad

inút

iles,

y p

arqu

es q

ue n

o

son

utili

zado

s pa

ra la

div

ersi

ón y

el e

spar

cim

ient

o, s

ino

para

el e

xpen

dio

de d

roga

s, lo

s ni

ños

son

quie

nes

más

se

perj

udic

an. E

n ba

rrio

s le

gale

s en

don

de e

sto

suce

de, l

o qu

e se

obs

erva

ent

once

s es

que

, mie

ntra

s la

s m

adre

s co

ntro

lan

a lo

s ni

ños

esto

s no

sal

en (o

sa

len

poco

de

sus c

asas

). P

ero

que

a m

edid

a qu

e cr

ecen

, la

situ

ació

n ca

mbi

a y

las p

ared

es

ya n

o lo

s co

ntie

nen.

Ahí

es

cuan

do a

falt

a de

par

ques

apa

rece

n de

nue

vo la

s ca

lles,

que

a

pesa

r de

tene

r tr

ánsi

to v

ehic

ular

son

ocu

pada

s po

r el

los

(par

a di

vert

irse

).E

ntre

otr

os p

robl

emas

que

se p

uede

n pr

esen

tar,

me

inte

resé

par

ticu

larm

ente

en

este

po

rque

per

mit

e pe

nsar

que

la c

apac

idad

de

recl

amo

de lo

s ni

ños,

fren

te a

los

usos

de

la

calle

, ha

sido

muc

has

vece

s su

best

imad

a, o

muc

has

otra

s, re

laci

onad

a si

mpl

emen

te c

on

acto

s “a

ntis

ocia

les”

. En

otra

s pa

labr

as, r

eflex

iona

r so

bre

este

tem

a pe

rmit

e en

tend

er

que

cuan

do lo

s niñ

os c

ierr

an la

s cal

les p

ara

juga

r fút

bol,

o pa

ra e

scuc

har m

úsic

a, c

anta

r,

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gra

ffiti

s, e

incl

uso

cuan

do c

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en a

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de

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dalis

mo”

, lo

que

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erda

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tán

haci

endo

impl

ícit

amen

te e

s ex

igir

que

se

cons

truy

an e

spac

ios

mej

or a

decu

ados

a

sus

nece

sida

des.

Para

pre

cisa

r, la

lega

lizac

ión

de lo

s ba

rrio

s re

sult

a m

uy p

rove

chos

a ya

que

no

solo

ti

ene

una

func

ión

de o

rden

amie

nto

públ

ico,

sino

que

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bién

vis

ibili

za y

obl

iga

al E

stad

o a

aten

der

las

nece

sida

des

de la

s co

mun

idad

es: e

lla d

a la

pos

ibili

dad

de r

ecla

mar

, y la

in

frae

stru

ctur

a y

los

serv

icio

s bá

sico

s (c

omo

alca

ntar

illad

o, e

nerg

ía, a

gua

y te

léfo

no, y

co

legi

os, p

arqu

es, p

uest

os d

e po

licía

y d

e sa

lud,

and

enes

y c

alle

s pa

vim

enta

das)

. Sin

em

barg

o, e

n la

lega

lizac

ión

hay

tam

bién

un

proc

eso

que

pued

e lle

gar

a se

r tr

aum

átic

o.

En

el c

aso

de lo

s ni

ños,

las

diná

mic

as d

e ju

ego,

de

apre

ndiz

aje,

de

soci

aliz

ació

n y

de

apre

hens

ión

de la

cal

le, p

uede

n ve

rse

inte

rrum

pida

s, e

incl

uso

el p

aisa

je u

rban

o pu

ede

llega

r a se

r más

agr

este

que

otr

os. E

n si

tuac

ione

s en

dond

e la

lega

lizac

ión

llega

de

un d

ía

para

otr

o, o

en

dond

e lo

s se

rvic

ios

no s

on o

frec

idos

cab

alm

ente

, los

niñ

os a

prop

ian

los

luga

res d

e m

odos

dis

tinto

s al h

egem

ónic

o, lo

que

pue

de, y

deb

e se

r leí

do co

mo

un re

clam

o.Po

r úl

tim

o, la

obs

erva

ción

de

las

calle

s no

s pe

rmit

e en

tend

er c

ómo

los

niño

s y

los

jóve

nes

las

perc

iben

, la

s en

tien

den

y la

s ap

ropi

an,

y, s

i co

mo

prop

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Kev

in L

ynch

(T

he im

age

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he c

ity,

Ed

Har

vard

Uni

vers

ity,

Mas

sach

uset

ts, 1

960)

, ace

ptam

os q

ue

la p

erso

naliz

ació

n, la

hum

aniz

ació

n, y

las

mar

cas

que

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mos

sob

re lo

s ob

jeto

s, d

an

mue

stra

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nues

tra

capa

cida

d pa

ra c

onst

ruir

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once

s, a

l hac

er g

arab

atos

, esc

ribi

r co

sas e

n el

las,

nom

brar

las y

tran

sfor

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stét

icam

ente

, los

niñ

os ta

mbi

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arti

cipa

n de

la c

onst

rucc

ión

de la

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le.

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exto

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ara

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stud

ios

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tado

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vers

idad

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Cap

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i.

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De

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de 1

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ió e

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hizo

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iona

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rte

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onde

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uvo

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rcer

pue

sto.

A

ctua

lmen

te e

stud

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ienc

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olít

ica

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la U

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rsid

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cesi

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