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LA CALLE DE LUIS ALONSO LUENGO Jerónimo Álvarez de la Torre 15 de mayo de 1983; domingo. Es un día de mucho viento en Astorga; un día revuelto atmosféricamente, pero tranquilo y sosegado en lo demás; un día festivo normal y corriente de la primavera astorgana. A media mañana, un grupo de personas se encuentra al lado de las carteleras del cine Tagarro. Los transeúntes les miran sin mucho interés. Los que prestan más atención se dan cuenta de que aquello parece algún tipo de acto oficial: hay concejales del Ayuntamiento, varios de los presentes llevan traje, y parece claro que uno de ellos es el centro de atención, como si se le fuera a tributar un reconocimiento. Todos los paseantes nacidos en Astorga lo reconocen al instante. Se trata de “Don Luis”. Don Luis Alonso Luengo; 75 años; magistrado jubilado del Tribunal Supremo; cronista oficial de Astorga; escritor; miembro, junto con Leopoldo Panero, Juan Panero y Ricardo Gullón , del grupo literario que Gerardo Diego llamó “Escuela de Astorga”; y muchas cosas más. Pero sobre todo una. Astorgano. Astorgano sobre todas las demás. Don Luis era, como ya hemos dicho en muchas ocasiones, el principal propagandista de su ciudad allí donde fuera. Su amor por ella le permitía recordarla con cualquier pretexto en cualquier lugar, de España o del extranjero. Astorga le debía muchísimo, como todo el mundo sabía. Por eso, no era raro que se le tributara un homenaje, como podría parecer que fuera aquello. Pero, ¿por qué, si se trataba de un reconocimiento oficial, era tan discreto, hasta el punto de poder pasar por un encuentro de un grupo de conocidos en la calle? Un acto tan importante como el que resultaba ser - el descubrimiento de la placa con el texto “Calle de Luis Alonso Luengo”- podía haber justificado la parafernalia habitual en este tipo de eventos. ¿Por qué no era así? Quizá por deseo del homenajeado, una persona siempre dispuesta a destacar las cualidades y méritos de los demás, y a rebajarse o quitarse los propios; enemiga de llamar la atención. El hecho es que el homenaje que estamos recordando se realizó con una extrema sencillez. Y gracias a ello todos los asistentes percibimos una sinceridad absoluta en lo que se le dijo a don Luis y en la actitud hacia él de todos los presentes; una sinceridad que a veces se echa en falta en este tipo de acontecimientos, pero que, como decimos, no faltó en éste. Creemos que por eso el recuerdo de aquello está tan vivo en nuestra memoria. Mucho más que el de tantos otros homenajes que la ciudad de Astorga, siempre agradecida con sus hombres notables, tributó al que fuera su Cronista Oficial. Aprovechando que el próximo septiembre don Luis cumpliría cien años, reproducimos el discurso que Jerónimo Álvarez, teniente de alcalde del ayuntamiento de Astorga por esas fechas, leyó aquel 15 de mayo de 1983. También incluimos algunas fotografías del acto. Agradecemos a Jerónimo Álvarez de la Torre el facilitarnos las fotos y el texto de su discurso, así como el permitir- nos reproducirlo. ACTO DEL DESCUBRIMIENTO DE UNA PLACA NOMINATIVA DE UNA CALLE AL ILUSTRÍSIMO SEÑOR DON LUIS ALONSO LUENGO, CRONISTA OFICIAL DE LA MUY NOBLE LEAL Y BENEMÉRITA CIUDAD DE ASTORGA Ilmo. Sr. Alcalde de la ciudad, Ilmo. Sr. Don Luis Alonso Luengo, cronista oficial de la ciudad de Astorga, autorida- des y representaciones, familiares del homenajeado, seño- ras y señores, astorganos todos: Dice nuestro ilustre homenajeado en su libro Los maragatos. Su origen, su estirpe, sus modos: “Se ha dicho que el prólogo de un libro –que va dirigido a quien aún no conoce las páginas que se trata de prologar- tiene la indu- dable finalidad de situar, en lo posible, al lector en su am- biente, para él hasta entonces presuntamente ignorado”. Hablar aquí y ahora, en esta mañana de mayo, y en una maravillosa ciudad, lugar de mi nacencia, y ante tan ilus- tre y docta concurrencia, tiene mucho de osadía y tremendismo por mi parte, pero es, ilustrísimo señor, fruto de la ignorancia, pues todos sabéis que la ignorancia es muy atrevida. 2º SEMESTRE 2007 ARGUTORIO nº 19/9

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Page 1: LA CALLE DE LUIS ALONSO LUENGO - · PDF fileEn estas circunstancias, el que este humilde Teniente de Alcalde haya hecho un prólogo dirigido a vuestra ilus-tre persona, mi querido

LA CALLE DE LUIS ALONSO LUENGOJerónimo Álvarez de la Torre

15 de mayo de 1983; domingo. Es un día de mucho viento en Astorga; un día revuelto atmosféricamente, perotranquilo y sosegado en lo demás; un día festivo normal y corriente de la primavera astorgana. A media mañana, ungrupo de personas se encuentra al lado de las carteleras del cine Tagarro. Los transeúntes les miran sin muchointerés. Los que prestan más atención se dan cuenta de que aquello parece algún tipo de acto oficial: hay concejalesdel Ayuntamiento, varios de los presentes llevan traje, y parece claro que uno de ellos es el centro de atención, comosi se le fuera a tributar un reconocimiento. Todos los paseantes nacidos en Astorga lo reconocen al instante. Se tratade “Don Luis”. Don Luis Alonso Luengo; 75 años; magistrado jubilado del Tribunal Supremo; cronista oficial deAstorga; escritor; miembro, junto con Leopoldo Panero, Juan Panero y Ricardo Gullón, del grupo literario queGerardo Diego llamó “Escuela de Astorga”; y muchas cosas más. Pero sobre todo una. Astorgano. Astorgano sobretodas las demás.

Don Luis era, como ya hemos dicho en muchas ocasiones, el principal propagandista de su ciudad allí dondefuera. Su amor por ella le permitía recordarla con cualquier pretexto en cualquier lugar, de España o del extranjero.Astorga le debía muchísimo, como todo el mundo sabía. Por eso, no era raro que se le tributara un homenaje, comopodría parecer que fuera aquello. Pero, ¿por qué, si se trataba de un reconocimiento oficial, era tan discreto, hastael punto de poder pasar por un encuentro de un grupo de conocidos en la calle? Un acto tan importante como el queresultaba ser - el descubrimiento de la placa con el texto “Calle de Luis Alonso Luengo”- podía haber justificado laparafernalia habitual en este tipo de eventos. ¿Por qué no era así? Quizá por deseo del homenajeado, una personasiempre dispuesta a destacar las cualidades y méritos de los demás, y a rebajarse o quitarse los propios; enemiga dellamar la atención. El hecho es que el homenaje que estamos recordando se realizó con una extrema sencillez. Ygracias a ello todos los asistentes percibimos una sinceridad absoluta en lo que se le dijo a don Luis y en la actitudhacia él de todos los presentes; una sinceridad que a veces se echa en falta en este tipo de acontecimientos, pero que,como decimos, no faltó en éste. Creemos que por eso el recuerdo de aquello está tan vivo en nuestra memoria. Muchomás que el de tantos otros homenajes que la ciudad de Astorga, siempre agradecida con sus hombres notables,tributó al que fuera su Cronista Oficial.

Aprovechando que el próximo septiembre don Luis cumpliría cien años, reproducimos el discurso que JerónimoÁlvarez, teniente de alcalde del ayuntamiento de Astorga por esas fechas, leyó aquel 15 de mayo de 1983. Tambiénincluimos algunas fotografías del acto.

Agradecemos a Jerónimo Álvarez de la Torre el facilitarnos las fotos y el texto de su discurso, así como el permitir-nos reproducirlo.

ACTO DEL DESCUBRIMIENTO DE UNA PLACA NOMINATIVA

DE UNA CALLE AL ILUSTRÍSIMO SEÑOR DON LUIS ALONSO

LUENGO, CRONISTA OFICIAL DE LA MUY NOBLE LEAL Y

BENEMÉRITA CIUDAD DE ASTORGA

Ilmo. Sr. Alcalde de la ciudad, Ilmo. Sr. Don Luis AlonsoLuengo, cronista oficial de la ciudad de Astorga, autorida-des y representaciones, familiares del homenajeado, seño-ras y señores, astorganos todos:

Dice nuestro ilustre homenajeado en su libro Losmaragatos. Su origen, su estirpe, sus modos: “Se ha dichoque el prólogo de un libro –que va dirigido a quien aún noconoce las páginas que se trata de prologar- tiene la indu-dable finalidad de situar, en lo posible, al lector en su am-biente, para él hasta entonces presuntamente ignorado”.

Hablar aquí y ahora, en esta mañana de mayo, y en unamaravillosa ciudad, lugar de mi nacencia, y ante tan ilus-tre y docta concurrencia, tiene mucho de osadía ytremendismo por mi parte, pero es, ilustrísimo señor, frutode la ignorancia, pues todos sabéis que la ignorancia esmuy atrevida.

2º SEMESTRE 2007 ARGUTORIO nº 19/9

Page 2: LA CALLE DE LUIS ALONSO LUENGO - · PDF fileEn estas circunstancias, el que este humilde Teniente de Alcalde haya hecho un prólogo dirigido a vuestra ilus-tre persona, mi querido

En estas circunstancias, el que este humilde Tenientede Alcalde haya hecho un prólogo dirigido a vuestra ilus-tre persona, mi querido Luis Alonso Luengo, solamentetiene explicación, primero por el cargo que ostento, y se-gundo, y muy principalmente, por ese profundo respeto yadmiración hacia vuestra persona, que comparto con to-dos los presentes.

En esta España nuestra (que otros denominan país) quenos ha tocado vivir, que ya no es tan grande ni tan libre, deestructuras y holdings, noso-tros, los políticos, nos encar-gamos del orden material yde la administración, y soisvosotros, los cultos, los cro-nistas, con esa liturgia queos es característica, los en-cargados de plasmarla, parala posteridad, de tal maneraque nosotros pasamos y vo-sotros permanecéis; somospues nosotros las manos, yvosotros la cabeza y el almade las cosas. Y no podía serde otra manera, a decir de laex ministra de Cultura, nues-tra Soledad Becerril: “Pobrecultura si estuviera en manos de políticos y funcionarios”.

Luis Alonso Luengo, ilustre jurista, escritor, cronistaoficial de todas las astorgas, miembro de la Escuela deAstorga, presidente de la Junta de Fundadores de El FaroAstorgano, ex presidente de la Casa de León en Madrid,astorgano distinguido y leonés por devoción, está hoy connosotros para recibir el reconocimiento de toda la ciudad,algo a lo que es acreedor desde los tiempos de Evencio, elciego de los soportales, que cantara nuestro inolvidableEsteban Carro Celada.

Tengo que prescindir de enumerar su ingente obra lite-raria, por la duración breve de este acto y porque es detodos conocida y degustada, pero aludiré aquí a su Guíaartística y sentimental de la ciudad de Astorga, escrita allápor los años veinte con, nuestros también, Leopoldo Paneroy Ricardo Gullón, y que les definiría y aglutinaría en loque Gerardo Diego vendría a llamar Escuela de Astorga.

Hay en toda su obra una aureola romántica, como, porejemplo, en Don Suero de Quiñones, caballero alucinado,que se pone una argolla al cuello para demostrar el vasa-llaje a su señora, doña Leonor, buscando su propio rescateen la defensa de El Paso Honrosso, hasta romper trescien-tas lanzas de sus adversarios para librarse de su “prisiónde amor”; así, don Luis, como caballero andante y comoarriero maragato, ha librado, y seguirá librando, en las jus-

tas literarias, en las calles, y en los parques y en las tertu-lias, o donde quiera que esté, hablará y cantará a Astorga.Porque Astorga es él.

En Luis Alonso Luengo quedan perfilados el hombre yel símbolo. Como hombre, su fuerte personalidad inundatodos sus ámbitos, padre y abuelo, señorea nuestras rúas,ejerciendo su docente inclinación, mostrando la ciudad,amando la ciudad.

Es nuestro ilustre Cro-nista el símbolo de lo ances-tral, de lo Astorgano, de loMaragato.

Su ingente obra empie-za en sus años mozos, cuan-do, todavía en la universi-dad, venía de veraneo aAstorga y se inspiraba –como lo haría mirando a LaSequeda Leopoldo Panero-paseando por el Paseo de laSinagoga, hoy Jardín deAstorga, contemplando laMaragatería, presidida, alláen el fondo, por el dios

Teleno. Después vendrá el resto, la filigrana literaria desus crónicas, describiéndonos el entorno rural, la lírica po-pular, los sucesos de la vida comunal, los Ramos y losMayos, las Rondas Maragatas, todo en una exaltación yafirmación de lo local. Recuerdo ahora una copla de lasbodas maragatas, en la que se festeja a los protagonistas:

Casadina, tu marido/no necesita comprarEspejo dónde mirarse/en ti se puede mirar

Así veo yo a Luis Alonso Luengo. Charlar con él esconocer a Astorga; amar a Astorga.

Como las bodas maragatas son asunto que concierne atodo el pueblo, así en Astorga, una calle a Luis AlonsoLuengo es el deseo de todos los astorganos. Por eso, ilus-tre cronista de la ciudad, te decimos con la copla:

A tu calle hemos llegadoCuatrocientos en cuadrillaSi quieres que nos sentemos

Saca cuatrocientas sillas

Dios guarde a vuestra ilustre persona, para bien de estaMuy Noble, Leal, Benemérita y queridísima por vos ciu-dad de Astorga, muchos años, don Luis Alonso Luengo,cronista oficial de Astorga.

Placa actual de la calle Luis Alonso Luengo.Pared lateral de la iglesia Ntra. Sra. de Fátima

10/ARGUTORIO nº 19 2º SEMESTRE 2007

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Personajes numerados en la silueta de la foto:

1.- Ceferino Blanco Blanco (†); Empleado del colegiode Sordos

2.- ¿3.- Alfredo Merino (†); Bar “Regio” (plaza de

Santocildes), concejal por Alianza Popular (AP)4.- Recaredo Bautista (†); Concejal por AP5.- Julio Cuiñas; Impresor6.- Javier Pérez López; Arquitecto, concejal por Unión

de Centro Democrático (UCD)7.- Madre Escolapia8.- Jesús Franco; Comerciante (barrio de San Andrés)9.- Ignacio Bofil Ramos (†); Oficial de Registro

10.- Jerónimo Álvarez de la Torre11.- José Luis Vega García (†); Médico

Lectura del discurso en el acto del descubrimiento de la placa.15 de mayo de 1983

12.- Madre María; Superiora Escolapia13.- José María Álvarez; Director de Radio (COPE de

Astorga)14.- Miguel Fernández (†); Médico oculista15.- Cory Fernández; Esposa del anterior16.- Doña Josefa (†); Directora colegio de enseñanza

primaria17.- Doña Emma; Profesora del colegio de Sordos18.- Don Luis Alonso Luengo (†)19.- Don Luis González; Alcalde de Astorga (UCD)20.- Luis Miguel Alonso; Nieto de Luis Alonso Luengo21.- Carlos Alonso; Nieto de Luis Alonso Luengo22.- Ángel Turrión González (†); Concejal por UCD23.- Antonio Álvarez Argüello; Concejal por el Parti-

do Socialista Obrero Español (PSOE)

2º SEMESTRE 2007 ARGUTORIO nº 19/11