la atenciÓn a la diversidad en el sistema … · como el apoyo dentro del aula por un segundo...
TRANSCRIPT
Revista de Investigación Educativa Conect@2Abril – Agosto 2012Año II, VI Edición
81
LA ATENCIÓN A LA DIVERSIDAD EN EL SISTEMA EDUCATIVOESPAÑOL
AUTORES:DR. ANTONIO RODRÍGUEZ FUENTES 1
PROFR. LUIS RODRÍGUEZ FUENTES 2
DR. JOSÉ LUIS GALLEGO ORTEGA 3
1 Profesor Doctor Titular de la Facultad de Ciencias de la Educación de laUniversidad de Granada.2 Profesor de Enseñanza Secundaria, doctorando.3 Profesor Doctor Titular de la Universidad de Granada, director del Grupo deInvestigación.
Revista de Investigación Educativa Conect@2Abril – Agosto 2012Año II, VI Edición
81
LA ATENCIÓN A LA DIVERSIDAD EN EL SISTEMA EDUCATIVOESPAÑOL
AUTORES:DR. ANTONIO RODRÍGUEZ FUENTES 1
PROFR. LUIS RODRÍGUEZ FUENTES 2
DR. JOSÉ LUIS GALLEGO ORTEGA 3
1 Profesor Doctor Titular de la Facultad de Ciencias de la Educación de laUniversidad de Granada.2 Profesor de Enseñanza Secundaria, doctorando.3 Profesor Doctor Titular de la Universidad de Granada, director del Grupo deInvestigación.
Revista de Investigación Educativa Conect@2Abril – Agosto 2012Año II, VI Edición
81
LA ATENCIÓN A LA DIVERSIDAD EN EL SISTEMA EDUCATIVOESPAÑOL
AUTORES:DR. ANTONIO RODRÍGUEZ FUENTES 1
PROFR. LUIS RODRÍGUEZ FUENTES 2
DR. JOSÉ LUIS GALLEGO ORTEGA 3
1 Profesor Doctor Titular de la Facultad de Ciencias de la Educación de laUniversidad de Granada.2 Profesor de Enseñanza Secundaria, doctorando.3 Profesor Doctor Titular de la Universidad de Granada, director del Grupo deInvestigación.
Revista de Investigación Educativa Conect@2Abril – Agosto 2012Año II, VI Edición
82
RESUMEN
En este artículo se describen las medidas de atención a la diversidad contempladas
para escolares de los niveles educativos obligatorios, distinguiendo entre medias
ordinarias aplicables a cualquier alumno en su trayectoria formativa y medidas
extraordinarias más pensadas para aquellos alumnos que por diversas causas
presentan necesidades específicas de apoyo educativo, todas ellas dentro de un
modelo de Escuela Inclusiva.
Palabras clave: Educación especial, Atención a la diversidad, Escuela inclusiva,
Sistema educativo español.
Revista de Investigación Educativa Conect@2Abril – Agosto 2012Año II, VI Edición
82
RESUMEN
En este artículo se describen las medidas de atención a la diversidad contempladas
para escolares de los niveles educativos obligatorios, distinguiendo entre medias
ordinarias aplicables a cualquier alumno en su trayectoria formativa y medidas
extraordinarias más pensadas para aquellos alumnos que por diversas causas
presentan necesidades específicas de apoyo educativo, todas ellas dentro de un
modelo de Escuela Inclusiva.
Palabras clave: Educación especial, Atención a la diversidad, Escuela inclusiva,
Sistema educativo español.
Revista de Investigación Educativa Conect@2Abril – Agosto 2012Año II, VI Edición
82
RESUMEN
En este artículo se describen las medidas de atención a la diversidad contempladas
para escolares de los niveles educativos obligatorios, distinguiendo entre medias
ordinarias aplicables a cualquier alumno en su trayectoria formativa y medidas
extraordinarias más pensadas para aquellos alumnos que por diversas causas
presentan necesidades específicas de apoyo educativo, todas ellas dentro de un
modelo de Escuela Inclusiva.
Palabras clave: Educación especial, Atención a la diversidad, Escuela inclusiva,
Sistema educativo español.
Revista de Investigación Educativa Conect@2Abril – Agosto 2012Año II, VI Edición
83
INTRODUCCIÓN
Desde hace tiempo se viene apostando por el término necesidades educativas
especiales (Warnock, 1994), recientemente en España necesidades específicas de
apoyo educativo –neae- para referirse a las acciones y ayudas que se requieren para
superar las dificultades en el aprendizaje (MEC, 2006). Ello ha supuesto un cambio
de enfoque, además de conceptual, hacia un discurso de atención educativa
centrada en la diversidad del alumnado y un nuevo escenario denominado Escuela
Inclusiva (Gallego y Rodríguez, 2012). Dentro de este modelo escolar y del discurso
anterior y su aplicación práctica se han determinado distintas medidas para atender
a los alumnos que simplemente son diferentes, esto es, pueden ser deficientes o no,
discapacitados o no, minusválidos o no, porque son términos poco precisos para
referirse a ellos, y que aunque han servido en otros modelos y otros momentos,
ahora desde una mirada pedagógica quedan obsoletos. Se precisa una terminología
adecuada para una acción idónea, que admite, en este caso, el concepto de
diferencia asociado a diversidad y el de dificultades en el proceso de enseñanza-
aprendizaje, en cualquiera de sus elementos o relación entre ellos: profesorado,
alumnado, contexto y currículum. El discurso que sigue pretende determinar cómo
desde el último de los elementos, el currículum, se ha de ajustar el proceso anterior
para atender a la diversidad del alumnado, es decir, al alumnado que lo requiera, con
necesidades específicas o sin ellas.
Revista de Investigación Educativa Conect@2Abril – Agosto 2012Año II, VI Edición
83
INTRODUCCIÓN
Desde hace tiempo se viene apostando por el término necesidades educativas
especiales (Warnock, 1994), recientemente en España necesidades específicas de
apoyo educativo –neae- para referirse a las acciones y ayudas que se requieren para
superar las dificultades en el aprendizaje (MEC, 2006). Ello ha supuesto un cambio
de enfoque, además de conceptual, hacia un discurso de atención educativa
centrada en la diversidad del alumnado y un nuevo escenario denominado Escuela
Inclusiva (Gallego y Rodríguez, 2012). Dentro de este modelo escolar y del discurso
anterior y su aplicación práctica se han determinado distintas medidas para atender
a los alumnos que simplemente son diferentes, esto es, pueden ser deficientes o no,
discapacitados o no, minusválidos o no, porque son términos poco precisos para
referirse a ellos, y que aunque han servido en otros modelos y otros momentos,
ahora desde una mirada pedagógica quedan obsoletos. Se precisa una terminología
adecuada para una acción idónea, que admite, en este caso, el concepto de
diferencia asociado a diversidad y el de dificultades en el proceso de enseñanza-
aprendizaje, en cualquiera de sus elementos o relación entre ellos: profesorado,
alumnado, contexto y currículum. El discurso que sigue pretende determinar cómo
desde el último de los elementos, el currículum, se ha de ajustar el proceso anterior
para atender a la diversidad del alumnado, es decir, al alumnado que lo requiera, con
necesidades específicas o sin ellas.
Revista de Investigación Educativa Conect@2Abril – Agosto 2012Año II, VI Edición
83
INTRODUCCIÓN
Desde hace tiempo se viene apostando por el término necesidades educativas
especiales (Warnock, 1994), recientemente en España necesidades específicas de
apoyo educativo –neae- para referirse a las acciones y ayudas que se requieren para
superar las dificultades en el aprendizaje (MEC, 2006). Ello ha supuesto un cambio
de enfoque, además de conceptual, hacia un discurso de atención educativa
centrada en la diversidad del alumnado y un nuevo escenario denominado Escuela
Inclusiva (Gallego y Rodríguez, 2012). Dentro de este modelo escolar y del discurso
anterior y su aplicación práctica se han determinado distintas medidas para atender
a los alumnos que simplemente son diferentes, esto es, pueden ser deficientes o no,
discapacitados o no, minusválidos o no, porque son términos poco precisos para
referirse a ellos, y que aunque han servido en otros modelos y otros momentos,
ahora desde una mirada pedagógica quedan obsoletos. Se precisa una terminología
adecuada para una acción idónea, que admite, en este caso, el concepto de
diferencia asociado a diversidad y el de dificultades en el proceso de enseñanza-
aprendizaje, en cualquiera de sus elementos o relación entre ellos: profesorado,
alumnado, contexto y currículum. El discurso que sigue pretende determinar cómo
desde el último de los elementos, el currículum, se ha de ajustar el proceso anterior
para atender a la diversidad del alumnado, es decir, al alumnado que lo requiera, con
necesidades específicas o sin ellas.
Revista de Investigación Educativa Conect@2Abril – Agosto 2012Año II, VI Edición
84
MEDIDAS ORDINARIAS DE ATENCIÓN A LA DIVERSIDADUna escuela abierta a todo el alumnado ha de contemplar medidas de carácter
general u ordinario para atender necesidades educativas generales, en el marco
de una propuesta de organización académica que comprende medidas de
agrupamientos flexibles y desdoblamientos de grupos enmarcados en un modelo
flexible de horario lectivo. Como medidas ordinarias se establecen las siguientes:
A. Concreción curricular. “La adopción de un modelo de currículo abierto y
flexible supone el primer elemento de atención a la diversidad, ya que da la
posibilidad a los centros de ajustar la propuesta curricular teniendo en
cuenta su propio contexto y la diversidad de capacidades, intereses y
motivaciones del alumnado, (…) es decir, se concibe como la primera vía de
atención a la diversidad” (Arnaiz, 2009). La Administración propone un
currículo oficial, compuesto por Objetivos Generales de diferentes etapas
educativas y áreas sobre los que aplicar distintos niveles de concreción o
adaptación hasta llegar a la programación de aula, con el propósito de
atender a características de una región, contexto, aula e individuos. De ahí su
carácter abierto, flexible, inacabado y no prescriptivo para las regiones. Este
primer nivel da paso a otro consistente en la elaboración de documentos
institucionales básicos para el funcionamiento del centro: Proyecto Educativo
del Centro, Proyecto Curricular de Centro o de etapa. Compete a los centros,
al equipo de profesores, partiendo de características del centro y su contexto
así como de sus alumnos. A este nivel de adaptación le sigue el tercero, la
Programación de Aula para los alumnos de aula, conformada por sus
correspondientes Unidades Didácticas, entendidas como concreciones del
proyecto anterior al grupo-clase, teniendo en cuenta las características del
mismo, sus posibilidades, intereses, motivaciones, competencia y
Revista de Investigación Educativa Conect@2Abril – Agosto 2012Año II, VI Edición
84
MEDIDAS ORDINARIAS DE ATENCIÓN A LA DIVERSIDADUna escuela abierta a todo el alumnado ha de contemplar medidas de carácter
general u ordinario para atender necesidades educativas generales, en el marco
de una propuesta de organización académica que comprende medidas de
agrupamientos flexibles y desdoblamientos de grupos enmarcados en un modelo
flexible de horario lectivo. Como medidas ordinarias se establecen las siguientes:
A. Concreción curricular. “La adopción de un modelo de currículo abierto y
flexible supone el primer elemento de atención a la diversidad, ya que da la
posibilidad a los centros de ajustar la propuesta curricular teniendo en
cuenta su propio contexto y la diversidad de capacidades, intereses y
motivaciones del alumnado, (…) es decir, se concibe como la primera vía de
atención a la diversidad” (Arnaiz, 2009). La Administración propone un
currículo oficial, compuesto por Objetivos Generales de diferentes etapas
educativas y áreas sobre los que aplicar distintos niveles de concreción o
adaptación hasta llegar a la programación de aula, con el propósito de
atender a características de una región, contexto, aula e individuos. De ahí su
carácter abierto, flexible, inacabado y no prescriptivo para las regiones. Este
primer nivel da paso a otro consistente en la elaboración de documentos
institucionales básicos para el funcionamiento del centro: Proyecto Educativo
del Centro, Proyecto Curricular de Centro o de etapa. Compete a los centros,
al equipo de profesores, partiendo de características del centro y su contexto
así como de sus alumnos. A este nivel de adaptación le sigue el tercero, la
Programación de Aula para los alumnos de aula, conformada por sus
correspondientes Unidades Didácticas, entendidas como concreciones del
proyecto anterior al grupo-clase, teniendo en cuenta las características del
mismo, sus posibilidades, intereses, motivaciones, competencia y
Revista de Investigación Educativa Conect@2Abril – Agosto 2012Año II, VI Edición
84
MEDIDAS ORDINARIAS DE ATENCIÓN A LA DIVERSIDADUna escuela abierta a todo el alumnado ha de contemplar medidas de carácter
general u ordinario para atender necesidades educativas generales, en el marco
de una propuesta de organización académica que comprende medidas de
agrupamientos flexibles y desdoblamientos de grupos enmarcados en un modelo
flexible de horario lectivo. Como medidas ordinarias se establecen las siguientes:
A. Concreción curricular. “La adopción de un modelo de currículo abierto y
flexible supone el primer elemento de atención a la diversidad, ya que da la
posibilidad a los centros de ajustar la propuesta curricular teniendo en
cuenta su propio contexto y la diversidad de capacidades, intereses y
motivaciones del alumnado, (…) es decir, se concibe como la primera vía de
atención a la diversidad” (Arnaiz, 2009). La Administración propone un
currículo oficial, compuesto por Objetivos Generales de diferentes etapas
educativas y áreas sobre los que aplicar distintos niveles de concreción o
adaptación hasta llegar a la programación de aula, con el propósito de
atender a características de una región, contexto, aula e individuos. De ahí su
carácter abierto, flexible, inacabado y no prescriptivo para las regiones. Este
primer nivel da paso a otro consistente en la elaboración de documentos
institucionales básicos para el funcionamiento del centro: Proyecto Educativo
del Centro, Proyecto Curricular de Centro o de etapa. Compete a los centros,
al equipo de profesores, partiendo de características del centro y su contexto
así como de sus alumnos. A este nivel de adaptación le sigue el tercero, la
Programación de Aula para los alumnos de aula, conformada por sus
correspondientes Unidades Didácticas, entendidas como concreciones del
proyecto anterior al grupo-clase, teniendo en cuenta las características del
mismo, sus posibilidades, intereses, motivaciones, competencia y
Revista de Investigación Educativa Conect@2Abril – Agosto 2012Año II, VI Edición
85
necesidades. Compete a profesores tutores de ciclo, erigiéndose en su
herramienta de trabajo.
B. Refuerzo educativo o pedagógico. Es la vía común y tradicional de atención
a la diversidad cuando las necesidades que presenta el alumno no pueden
ser suficientemente atendidas con los medios educativos ordinarios.
Consiste es una intervención complementaria, proporcionada por el tutor o
profesor especialista, individual o grupal. El desdoblamiento de grupos para
las áreas instrumentales básicas puede ser considerado como refuerzo, así
como el apoyo dentro del aula por un segundo profesor. Admite la
posibilidad de realizarse en horario de tarde, impartidas voluntariamente por el
profesorado del centro. Es decir, nos situamos ante una estrategia
metodológica de intervención docente orientada a satisfacer, de forma puntual
y esporádica, las necesidades educativas que presenta un alumno concreto o
un determinado colectivo de alumnos en el proceso de enseñanza-
aprendizaje, para desarrollar las capacidades establecidas en los objetivos
generales de la etapa. Las formas que puede adoptar el refuerzo educativo
derivan de variables como: número de alumnos que lo reciben (puede ser
individual o grupal), lugar de aplicación (puede ser dentro o fuera del aula),
momento de realización (anterior, simultáneo o posterior). En todo caso, sus
notas significativas son carácter asistemático, de aplicación puntual, con
finalidad positiva, con intenciones motivadoras, sirve para adquirir cualquier
tipo de contenido, variable en tiempo e intensidad, puede desembocar en una
adaptación poco significativa, diseño individualizado, dinámico y flexible. Se
plasman en programas: de refuerzo de áreas o materias instrumentales
básicas (Lengua castellana y literatura, Primera Lengua extranjera y
Matemáticas), para alumnos repetidores; de refuerzo para recuperar
aprendizajes no adquiridos en materias instrumentales; específicos
personalizados para el alumnado que no promocione de curso para superar
dificultades; de refuerzo pedagógico (esquema corporal, coordinación
Revista de Investigación Educativa Conect@2Abril – Agosto 2012Año II, VI Edición
85
necesidades. Compete a profesores tutores de ciclo, erigiéndose en su
herramienta de trabajo.
B. Refuerzo educativo o pedagógico. Es la vía común y tradicional de atención
a la diversidad cuando las necesidades que presenta el alumno no pueden
ser suficientemente atendidas con los medios educativos ordinarios.
Consiste es una intervención complementaria, proporcionada por el tutor o
profesor especialista, individual o grupal. El desdoblamiento de grupos para
las áreas instrumentales básicas puede ser considerado como refuerzo, así
como el apoyo dentro del aula por un segundo profesor. Admite la
posibilidad de realizarse en horario de tarde, impartidas voluntariamente por el
profesorado del centro. Es decir, nos situamos ante una estrategia
metodológica de intervención docente orientada a satisfacer, de forma puntual
y esporádica, las necesidades educativas que presenta un alumno concreto o
un determinado colectivo de alumnos en el proceso de enseñanza-
aprendizaje, para desarrollar las capacidades establecidas en los objetivos
generales de la etapa. Las formas que puede adoptar el refuerzo educativo
derivan de variables como: número de alumnos que lo reciben (puede ser
individual o grupal), lugar de aplicación (puede ser dentro o fuera del aula),
momento de realización (anterior, simultáneo o posterior). En todo caso, sus
notas significativas son carácter asistemático, de aplicación puntual, con
finalidad positiva, con intenciones motivadoras, sirve para adquirir cualquier
tipo de contenido, variable en tiempo e intensidad, puede desembocar en una
adaptación poco significativa, diseño individualizado, dinámico y flexible. Se
plasman en programas: de refuerzo de áreas o materias instrumentales
básicas (Lengua castellana y literatura, Primera Lengua extranjera y
Matemáticas), para alumnos repetidores; de refuerzo para recuperar
aprendizajes no adquiridos en materias instrumentales; específicos
personalizados para el alumnado que no promocione de curso para superar
dificultades; de refuerzo pedagógico (esquema corporal, coordinación
Revista de Investigación Educativa Conect@2Abril – Agosto 2012Año II, VI Edición
85
necesidades. Compete a profesores tutores de ciclo, erigiéndose en su
herramienta de trabajo.
B. Refuerzo educativo o pedagógico. Es la vía común y tradicional de atención
a la diversidad cuando las necesidades que presenta el alumno no pueden
ser suficientemente atendidas con los medios educativos ordinarios.
Consiste es una intervención complementaria, proporcionada por el tutor o
profesor especialista, individual o grupal. El desdoblamiento de grupos para
las áreas instrumentales básicas puede ser considerado como refuerzo, así
como el apoyo dentro del aula por un segundo profesor. Admite la
posibilidad de realizarse en horario de tarde, impartidas voluntariamente por el
profesorado del centro. Es decir, nos situamos ante una estrategia
metodológica de intervención docente orientada a satisfacer, de forma puntual
y esporádica, las necesidades educativas que presenta un alumno concreto o
un determinado colectivo de alumnos en el proceso de enseñanza-
aprendizaje, para desarrollar las capacidades establecidas en los objetivos
generales de la etapa. Las formas que puede adoptar el refuerzo educativo
derivan de variables como: número de alumnos que lo reciben (puede ser
individual o grupal), lugar de aplicación (puede ser dentro o fuera del aula),
momento de realización (anterior, simultáneo o posterior). En todo caso, sus
notas significativas son carácter asistemático, de aplicación puntual, con
finalidad positiva, con intenciones motivadoras, sirve para adquirir cualquier
tipo de contenido, variable en tiempo e intensidad, puede desembocar en una
adaptación poco significativa, diseño individualizado, dinámico y flexible. Se
plasman en programas: de refuerzo de áreas o materias instrumentales
básicas (Lengua castellana y literatura, Primera Lengua extranjera y
Matemáticas), para alumnos repetidores; de refuerzo para recuperar
aprendizajes no adquiridos en materias instrumentales; específicos
personalizados para el alumnado que no promocione de curso para superar
dificultades; de refuerzo pedagógico (esquema corporal, coordinación
Revista de Investigación Educativa Conect@2Abril – Agosto 2012Año II, VI Edición
86
visomotriz, percepción figura-fondo, constancia perceptual, orientación
espacial, estructuración temporal, atención y memoria). Existen materiales
concretos para iniciar el proceso de refuerzo educativo, aunque lo sensato
es diseñar un programa adecuado para los alumnos, lo cual no descarta el
empleo de actividades y recursos de programas de refuerzo
estandarizados, como los anteriores.
C. Materias optativas y opcionales. La posibilidad de cursar diferentes
itinerarios, a través de materias optativas y opcionales, añade una amplia
gama de contenidos y actividades que, de forma subsidiaria, contribuyen al
desarrollo de las capacidades expresadas en los objetivos generales de
etapa. Se convierte en “una medida ordinaria de atención a la diversidad que
tiene como finalidad que los alumnos consigan las capacidades explicitadas
en los objetivos de etapa, mediante itinerarios diferentes, adecuados a sus
necesidades sociolaborales y de aprendizaje” (Cabrerizo y Rubio, 2007). En
efecto, si, de una parte, la relevancia cultural y social de determinadas
materias las convierte en troncales, de otra, las necesidades e intereses de
los alumnos de contextos determinados reclaman ámbitos de opcionalidad,
por lo que las administraciones educativas de la comunidad autónoma han de
impulsar estas materias optativas y los centros han de concretarlas en sus
proyectos educativos (LOE, 2006). Las optativas tratan de responder a
necesidades, motivaciones, gustos o preferencias de un grupo o alumno
concreto. La importancia de esta medida radica en la posibilidad de atender
las diferencias individuales, por cuanto cada alumno puede optar por cursar
unas materias cuya versatilidad le permitirá satisfacer sus propios intereses,
necesidades o preferencias. Para que esta optatividad cumpla con las
funciones asignadas, los tutores y orientadores deberán aconsejar
convenientemente a sus alumnos, en sus opciones personales, acerca de
las ventajas e inconvenientes de cada opción, su grado de idoneidad en
función de los intereses y necesidades de cada uno, y su posible incidencia
Revista de Investigación Educativa Conect@2Abril – Agosto 2012Año II, VI Edición
86
visomotriz, percepción figura-fondo, constancia perceptual, orientación
espacial, estructuración temporal, atención y memoria). Existen materiales
concretos para iniciar el proceso de refuerzo educativo, aunque lo sensato
es diseñar un programa adecuado para los alumnos, lo cual no descarta el
empleo de actividades y recursos de programas de refuerzo
estandarizados, como los anteriores.
C. Materias optativas y opcionales. La posibilidad de cursar diferentes
itinerarios, a través de materias optativas y opcionales, añade una amplia
gama de contenidos y actividades que, de forma subsidiaria, contribuyen al
desarrollo de las capacidades expresadas en los objetivos generales de
etapa. Se convierte en “una medida ordinaria de atención a la diversidad que
tiene como finalidad que los alumnos consigan las capacidades explicitadas
en los objetivos de etapa, mediante itinerarios diferentes, adecuados a sus
necesidades sociolaborales y de aprendizaje” (Cabrerizo y Rubio, 2007). En
efecto, si, de una parte, la relevancia cultural y social de determinadas
materias las convierte en troncales, de otra, las necesidades e intereses de
los alumnos de contextos determinados reclaman ámbitos de opcionalidad,
por lo que las administraciones educativas de la comunidad autónoma han de
impulsar estas materias optativas y los centros han de concretarlas en sus
proyectos educativos (LOE, 2006). Las optativas tratan de responder a
necesidades, motivaciones, gustos o preferencias de un grupo o alumno
concreto. La importancia de esta medida radica en la posibilidad de atender
las diferencias individuales, por cuanto cada alumno puede optar por cursar
unas materias cuya versatilidad le permitirá satisfacer sus propios intereses,
necesidades o preferencias. Para que esta optatividad cumpla con las
funciones asignadas, los tutores y orientadores deberán aconsejar
convenientemente a sus alumnos, en sus opciones personales, acerca de
las ventajas e inconvenientes de cada opción, su grado de idoneidad en
función de los intereses y necesidades de cada uno, y su posible incidencia
Revista de Investigación Educativa Conect@2Abril – Agosto 2012Año II, VI Edición
86
visomotriz, percepción figura-fondo, constancia perceptual, orientación
espacial, estructuración temporal, atención y memoria). Existen materiales
concretos para iniciar el proceso de refuerzo educativo, aunque lo sensato
es diseñar un programa adecuado para los alumnos, lo cual no descarta el
empleo de actividades y recursos de programas de refuerzo
estandarizados, como los anteriores.
C. Materias optativas y opcionales. La posibilidad de cursar diferentes
itinerarios, a través de materias optativas y opcionales, añade una amplia
gama de contenidos y actividades que, de forma subsidiaria, contribuyen al
desarrollo de las capacidades expresadas en los objetivos generales de
etapa. Se convierte en “una medida ordinaria de atención a la diversidad que
tiene como finalidad que los alumnos consigan las capacidades explicitadas
en los objetivos de etapa, mediante itinerarios diferentes, adecuados a sus
necesidades sociolaborales y de aprendizaje” (Cabrerizo y Rubio, 2007). En
efecto, si, de una parte, la relevancia cultural y social de determinadas
materias las convierte en troncales, de otra, las necesidades e intereses de
los alumnos de contextos determinados reclaman ámbitos de opcionalidad,
por lo que las administraciones educativas de la comunidad autónoma han de
impulsar estas materias optativas y los centros han de concretarlas en sus
proyectos educativos (LOE, 2006). Las optativas tratan de responder a
necesidades, motivaciones, gustos o preferencias de un grupo o alumno
concreto. La importancia de esta medida radica en la posibilidad de atender
las diferencias individuales, por cuanto cada alumno puede optar por cursar
unas materias cuya versatilidad le permitirá satisfacer sus propios intereses,
necesidades o preferencias. Para que esta optatividad cumpla con las
funciones asignadas, los tutores y orientadores deberán aconsejar
convenientemente a sus alumnos, en sus opciones personales, acerca de
las ventajas e inconvenientes de cada opción, su grado de idoneidad en
función de los intereses y necesidades de cada uno, y su posible incidencia
Revista de Investigación Educativa Conect@2Abril – Agosto 2012Año II, VI Edición
87
sobre futuros itinerarios académicos y profesionales. Se destaca pues la
relevancia de la orientación académica y vocacional, cuya necesidad se
justifica en el apartado siguiente.
D. Tutoría. La labor tutorial es una medida ordinaria, por tanto para todos los
alumnos, de atender a la diversidad, basada en el acercamiento intencionado
pedagógico que existe entre el profesor tutor y el grupo de alumnos al que
tutoriza, con el propósito de encauzar positivamente el proceso didáctico, con
la implicación de otras personas, como la familia y el orientador, si fuese
preciso (Castillo y Polanco, 2003). Se trata, para Cabrerizo y Rubio (2007), de
una atención personalizada que puede recibir el alumno, y su familia, como
derecho, de ahí que aparezca contemplada en el horario lectivo del docente
que asume la función tutorial y haya de quedar formalmente explicitada en el
Plan de Acción Tutorial, elaborado en el inicio del curso escolar.
E. Orientación psicopedagógica educativa y vocacional, que hace posible la
atención a la diversidad de ritmos de aprendizaje, intereses y motivaciones de
los alumnos (Luque, 2006). Es un medio adecuado para alcanzar la finalidad
propedéutica de la Educación Obligatoria, ayudando en la toma de decisiones
sobre la continuidad educativa y en la planificación del proyecto formativo
individual que cada alumno, al finalizar la etapa, debe trazarse. Esta medida,
que compete al departamento de Orientación, ha de planificarse y elaborarse
previamente por dicho departamento, en un documento conocido como Plan
de Orientación Académica y Profesional, que puede quedar integrado dentro
del Plan de Acción Tutorial (Castillo y Polanco, 2003).
Revista de Investigación Educativa Conect@2Abril – Agosto 2012Año II, VI Edición
87
sobre futuros itinerarios académicos y profesionales. Se destaca pues la
relevancia de la orientación académica y vocacional, cuya necesidad se
justifica en el apartado siguiente.
D. Tutoría. La labor tutorial es una medida ordinaria, por tanto para todos los
alumnos, de atender a la diversidad, basada en el acercamiento intencionado
pedagógico que existe entre el profesor tutor y el grupo de alumnos al que
tutoriza, con el propósito de encauzar positivamente el proceso didáctico, con
la implicación de otras personas, como la familia y el orientador, si fuese
preciso (Castillo y Polanco, 2003). Se trata, para Cabrerizo y Rubio (2007), de
una atención personalizada que puede recibir el alumno, y su familia, como
derecho, de ahí que aparezca contemplada en el horario lectivo del docente
que asume la función tutorial y haya de quedar formalmente explicitada en el
Plan de Acción Tutorial, elaborado en el inicio del curso escolar.
E. Orientación psicopedagógica educativa y vocacional, que hace posible la
atención a la diversidad de ritmos de aprendizaje, intereses y motivaciones de
los alumnos (Luque, 2006). Es un medio adecuado para alcanzar la finalidad
propedéutica de la Educación Obligatoria, ayudando en la toma de decisiones
sobre la continuidad educativa y en la planificación del proyecto formativo
individual que cada alumno, al finalizar la etapa, debe trazarse. Esta medida,
que compete al departamento de Orientación, ha de planificarse y elaborarse
previamente por dicho departamento, en un documento conocido como Plan
de Orientación Académica y Profesional, que puede quedar integrado dentro
del Plan de Acción Tutorial (Castillo y Polanco, 2003).
Revista de Investigación Educativa Conect@2Abril – Agosto 2012Año II, VI Edición
87
sobre futuros itinerarios académicos y profesionales. Se destaca pues la
relevancia de la orientación académica y vocacional, cuya necesidad se
justifica en el apartado siguiente.
D. Tutoría. La labor tutorial es una medida ordinaria, por tanto para todos los
alumnos, de atender a la diversidad, basada en el acercamiento intencionado
pedagógico que existe entre el profesor tutor y el grupo de alumnos al que
tutoriza, con el propósito de encauzar positivamente el proceso didáctico, con
la implicación de otras personas, como la familia y el orientador, si fuese
preciso (Castillo y Polanco, 2003). Se trata, para Cabrerizo y Rubio (2007), de
una atención personalizada que puede recibir el alumno, y su familia, como
derecho, de ahí que aparezca contemplada en el horario lectivo del docente
que asume la función tutorial y haya de quedar formalmente explicitada en el
Plan de Acción Tutorial, elaborado en el inicio del curso escolar.
E. Orientación psicopedagógica educativa y vocacional, que hace posible la
atención a la diversidad de ritmos de aprendizaje, intereses y motivaciones de
los alumnos (Luque, 2006). Es un medio adecuado para alcanzar la finalidad
propedéutica de la Educación Obligatoria, ayudando en la toma de decisiones
sobre la continuidad educativa y en la planificación del proyecto formativo
individual que cada alumno, al finalizar la etapa, debe trazarse. Esta medida,
que compete al departamento de Orientación, ha de planificarse y elaborarse
previamente por dicho departamento, en un documento conocido como Plan
de Orientación Académica y Profesional, que puede quedar integrado dentro
del Plan de Acción Tutorial (Castillo y Polanco, 2003).
Revista de Investigación Educativa Conect@2Abril – Agosto 2012Año II, VI Edición
88
MEDIDAS ESPECÍFICAS DE ATENCIÓN A LA DIVERSIDADLas medidas anteriores pueden resultar insuficientes para responder a la
magnitud y naturaleza de las necesidades específicas de apoyo educativo. Por
ello la legislación española establece la posibilidad de adoptar otro tipo de
medidas de carácter más extraordinario, para ofrecer una respuesta más ajustada
a las necesidades que presentan algunos alumnos. Entre estas medidas
específicas resaltan las siguientes:
A. Atención Temprana. También conocida como estimulación temprana o
intervención precoz, aunque con matices diferenciadores, se ha definido
como “el conjunto de intervenciones, dirigidas a la población infantil de 0-6
años, a la familia y al entorno, que tienen por objetivo dar respuesta lo más
pronto posible a las necesidades transitorias o permanentes que presentan
los niños con trastorno en su desarrollo o que tienen el riesgo de
padecerlos. Estas intervenciones, que deben considerar la globalidad del
niño, han de ser planificadas por un equipo de profesionales de orientación
interdisciplinar o transdisciplinar” (Grupo de Atención Temprana, 2000). La
identificación y valoración de las necesidades del alumnado se realizará lo
más temprano posible y por personal cualificado, para comenzar “la
atención integral (…) desde el mismo momento en que dicha necesidad sea
identificada y se regirá por los principios de normalización e inclusión”. Se
reconoce la competencia de los centros educativos para concretar medidas
de detección y atención temprana durante todo el proceso de
escolarización, con el objeto de que el alumnado que la requiera alcance el
máximo desarrollo personal, intelectual, social y emocional, estableciendo
mecanismos de coordinación con el resto de Administraciones competentes
en esta materia. La Atención Temprana se justifica por la plasticidad
cerebral propia de los primeros años de vida y porque gran parte de la
Revista de Investigación Educativa Conect@2Abril – Agosto 2012Año II, VI Edición
88
MEDIDAS ESPECÍFICAS DE ATENCIÓN A LA DIVERSIDADLas medidas anteriores pueden resultar insuficientes para responder a la
magnitud y naturaleza de las necesidades específicas de apoyo educativo. Por
ello la legislación española establece la posibilidad de adoptar otro tipo de
medidas de carácter más extraordinario, para ofrecer una respuesta más ajustada
a las necesidades que presentan algunos alumnos. Entre estas medidas
específicas resaltan las siguientes:
A. Atención Temprana. También conocida como estimulación temprana o
intervención precoz, aunque con matices diferenciadores, se ha definido
como “el conjunto de intervenciones, dirigidas a la población infantil de 0-6
años, a la familia y al entorno, que tienen por objetivo dar respuesta lo más
pronto posible a las necesidades transitorias o permanentes que presentan
los niños con trastorno en su desarrollo o que tienen el riesgo de
padecerlos. Estas intervenciones, que deben considerar la globalidad del
niño, han de ser planificadas por un equipo de profesionales de orientación
interdisciplinar o transdisciplinar” (Grupo de Atención Temprana, 2000). La
identificación y valoración de las necesidades del alumnado se realizará lo
más temprano posible y por personal cualificado, para comenzar “la
atención integral (…) desde el mismo momento en que dicha necesidad sea
identificada y se regirá por los principios de normalización e inclusión”. Se
reconoce la competencia de los centros educativos para concretar medidas
de detección y atención temprana durante todo el proceso de
escolarización, con el objeto de que el alumnado que la requiera alcance el
máximo desarrollo personal, intelectual, social y emocional, estableciendo
mecanismos de coordinación con el resto de Administraciones competentes
en esta materia. La Atención Temprana se justifica por la plasticidad
cerebral propia de los primeros años de vida y porque gran parte de la
Revista de Investigación Educativa Conect@2Abril – Agosto 2012Año II, VI Edición
88
MEDIDAS ESPECÍFICAS DE ATENCIÓN A LA DIVERSIDADLas medidas anteriores pueden resultar insuficientes para responder a la
magnitud y naturaleza de las necesidades específicas de apoyo educativo. Por
ello la legislación española establece la posibilidad de adoptar otro tipo de
medidas de carácter más extraordinario, para ofrecer una respuesta más ajustada
a las necesidades que presentan algunos alumnos. Entre estas medidas
específicas resaltan las siguientes:
A. Atención Temprana. También conocida como estimulación temprana o
intervención precoz, aunque con matices diferenciadores, se ha definido
como “el conjunto de intervenciones, dirigidas a la población infantil de 0-6
años, a la familia y al entorno, que tienen por objetivo dar respuesta lo más
pronto posible a las necesidades transitorias o permanentes que presentan
los niños con trastorno en su desarrollo o que tienen el riesgo de
padecerlos. Estas intervenciones, que deben considerar la globalidad del
niño, han de ser planificadas por un equipo de profesionales de orientación
interdisciplinar o transdisciplinar” (Grupo de Atención Temprana, 2000). La
identificación y valoración de las necesidades del alumnado se realizará lo
más temprano posible y por personal cualificado, para comenzar “la
atención integral (…) desde el mismo momento en que dicha necesidad sea
identificada y se regirá por los principios de normalización e inclusión”. Se
reconoce la competencia de los centros educativos para concretar medidas
de detección y atención temprana durante todo el proceso de
escolarización, con el objeto de que el alumnado que la requiera alcance el
máximo desarrollo personal, intelectual, social y emocional, estableciendo
mecanismos de coordinación con el resto de Administraciones competentes
en esta materia. La Atención Temprana se justifica por la plasticidad
cerebral propia de los primeros años de vida y porque gran parte de la
Revista de Investigación Educativa Conect@2Abril – Agosto 2012Año II, VI Edición
89
personalidad del sujeto se forja durante estos años, por los estímulos
recibidos, y su incidencia es notable en su posterior desarrollo personal y su
capacidad de aprendizaje. Existen programas de estimulación temprana
estandarizados, tanto por dimensiones o áreas de trabajo como por edades
e incluso discapacidades (Gallego y Rodríguez, 2012), útiles para orientar
el diseño personalizado del programa adecuado. Existen algunos
programas específicos para niños con discapacidades.
B. Adaptaciones Curriculares. Es la medida específica más frecuente para
atender las necesidades. Supone una toma de decisiones sobre los
elementos del currículo, para dar respuesta pedagógica a necesidades de
alumnos, mediante la realización de modificaciones en los elementos de
acceso al currículo y/o en los elementos curriculares (MEC, 1992). La
profesora García Pastor (2005) las reinterpreta como el “proceso mediante
el cual el profesorado hace posible que la propuesta curricular sea un
proyecto viable para cada uno de los alumnos y alumnas que forman su
grupo-clase”. No obstante, no sólo se dirigen al alumnado sino que
contemplan la posible modificación de los “diversos componentes del
currículo básico para adecuarlo a los diferentes contextos, situaciones,
grupos y personas para las que se aplica” (Garrido y Santana, 2006). Por
tanto, no pueden ser impuestas ni optativas o voluntarias; forman parte de
la competencia profesional del docente, y se sitúan en el último nivel de
concreción curricular, de manera que previamente se procurará dar
respuesta a las necesidades del alumno desde la programación de aula,
agotando los recursos disponibles en este nivel: refuerzo pedagógico,
atención individualizada, evaluación continua y formativa. Cuando ello no
sea posible, se modificarán los elementos del currículo que sean
necesarios, siguiendo el orden siguiente de prelación, de menor a mayor
significación (Sánchez Manzano, 2001): organización del tiempo, los
recursos materiales, los recursos personales, la evaluación, la metodología,
Revista de Investigación Educativa Conect@2Abril – Agosto 2012Año II, VI Edición
89
personalidad del sujeto se forja durante estos años, por los estímulos
recibidos, y su incidencia es notable en su posterior desarrollo personal y su
capacidad de aprendizaje. Existen programas de estimulación temprana
estandarizados, tanto por dimensiones o áreas de trabajo como por edades
e incluso discapacidades (Gallego y Rodríguez, 2012), útiles para orientar
el diseño personalizado del programa adecuado. Existen algunos
programas específicos para niños con discapacidades.
B. Adaptaciones Curriculares. Es la medida específica más frecuente para
atender las necesidades. Supone una toma de decisiones sobre los
elementos del currículo, para dar respuesta pedagógica a necesidades de
alumnos, mediante la realización de modificaciones en los elementos de
acceso al currículo y/o en los elementos curriculares (MEC, 1992). La
profesora García Pastor (2005) las reinterpreta como el “proceso mediante
el cual el profesorado hace posible que la propuesta curricular sea un
proyecto viable para cada uno de los alumnos y alumnas que forman su
grupo-clase”. No obstante, no sólo se dirigen al alumnado sino que
contemplan la posible modificación de los “diversos componentes del
currículo básico para adecuarlo a los diferentes contextos, situaciones,
grupos y personas para las que se aplica” (Garrido y Santana, 2006). Por
tanto, no pueden ser impuestas ni optativas o voluntarias; forman parte de
la competencia profesional del docente, y se sitúan en el último nivel de
concreción curricular, de manera que previamente se procurará dar
respuesta a las necesidades del alumno desde la programación de aula,
agotando los recursos disponibles en este nivel: refuerzo pedagógico,
atención individualizada, evaluación continua y formativa. Cuando ello no
sea posible, se modificarán los elementos del currículo que sean
necesarios, siguiendo el orden siguiente de prelación, de menor a mayor
significación (Sánchez Manzano, 2001): organización del tiempo, los
recursos materiales, los recursos personales, la evaluación, la metodología,
Revista de Investigación Educativa Conect@2Abril – Agosto 2012Año II, VI Edición
89
personalidad del sujeto se forja durante estos años, por los estímulos
recibidos, y su incidencia es notable en su posterior desarrollo personal y su
capacidad de aprendizaje. Existen programas de estimulación temprana
estandarizados, tanto por dimensiones o áreas de trabajo como por edades
e incluso discapacidades (Gallego y Rodríguez, 2012), útiles para orientar
el diseño personalizado del programa adecuado. Existen algunos
programas específicos para niños con discapacidades.
B. Adaptaciones Curriculares. Es la medida específica más frecuente para
atender las necesidades. Supone una toma de decisiones sobre los
elementos del currículo, para dar respuesta pedagógica a necesidades de
alumnos, mediante la realización de modificaciones en los elementos de
acceso al currículo y/o en los elementos curriculares (MEC, 1992). La
profesora García Pastor (2005) las reinterpreta como el “proceso mediante
el cual el profesorado hace posible que la propuesta curricular sea un
proyecto viable para cada uno de los alumnos y alumnas que forman su
grupo-clase”. No obstante, no sólo se dirigen al alumnado sino que
contemplan la posible modificación de los “diversos componentes del
currículo básico para adecuarlo a los diferentes contextos, situaciones,
grupos y personas para las que se aplica” (Garrido y Santana, 2006). Por
tanto, no pueden ser impuestas ni optativas o voluntarias; forman parte de
la competencia profesional del docente, y se sitúan en el último nivel de
concreción curricular, de manera que previamente se procurará dar
respuesta a las necesidades del alumno desde la programación de aula,
agotando los recursos disponibles en este nivel: refuerzo pedagógico,
atención individualizada, evaluación continua y formativa. Cuando ello no
sea posible, se modificarán los elementos del currículo que sean
necesarios, siguiendo el orden siguiente de prelación, de menor a mayor
significación (Sánchez Manzano, 2001): organización del tiempo, los
recursos materiales, los recursos personales, la evaluación, la metodología,
Revista de Investigación Educativa Conect@2Abril – Agosto 2012Año II, VI Edición
90
las actividades, los contenidos y los objetivos. Como afirma Echeita (2006),
se “ha de proceder de abajo a arriba en los elementos del currículo, esto es,
no modificar los objetivos hasta que no se tenga la certeza de que no es
suficiente con las adaptaciones a nivel inferior o con las que son
simplemente de acceso, que no se deben cambiar los objetivos generales
de área (…) en tanto no se tenga la certeza de que la diversidad pueda ser
abordada con los cambios en metodología didáctica o en los bloques de
contenido”. Para concretar qué tipo y grado de adaptación hay que realizar,
se procederá a una evaluación global de cada sujeto en su contexto, con la
finalidad de identificar las neae y planificar las acciones pertinentes. Existen
diversos criterios de clasificación de las Adaptaciones (González Manjón,
1993; Gallego Ortega y Rodríguez Fuentes, 2012); la elección de una u otra
ha de hacerse teniendo en cuenta la facilidad de realización de la
modificación, como tal, sin mayor preocupación por las opciones no
elegidas, puesto que no se trata de criterios excluyentes, sino de distintas
formas de agrupamiento de las adaptaciones de acuerdo con distintas
dimensiones: temporalidad, naturaleza, intensidad y foco de atención. Por
tanto, aunque se opte por un criterio para su elaboración, se ha de tener en
cuenta los demás. En la propuesta descriptiva de este discurso, se ha
seguido la combinación de los criterios más conocidos, en un intento de
dilucidar el abanico de posibilidades:
B.1. Adaptaciones de acceso al currículo. Las Adaptaciones pueden
afectar a los elementos básicos del currículo, dimensión que se
describe en los próximos epígrafes, o a elementos del acceso al
currículo, por lo que se ha diferenciado entre “adaptaciones
curriculares y adaptaciones instructivas” (Cardona, 2005),
respectivamente. En este último caso, ocurre que la respuesta a
algunas necesidades específicas de apoyo educativo pasa por adecuar
o facilitar los medios adecuados para que los agentes del currículo
Revista de Investigación Educativa Conect@2Abril – Agosto 2012Año II, VI Edición
90
las actividades, los contenidos y los objetivos. Como afirma Echeita (2006),
se “ha de proceder de abajo a arriba en los elementos del currículo, esto es,
no modificar los objetivos hasta que no se tenga la certeza de que no es
suficiente con las adaptaciones a nivel inferior o con las que son
simplemente de acceso, que no se deben cambiar los objetivos generales
de área (…) en tanto no se tenga la certeza de que la diversidad pueda ser
abordada con los cambios en metodología didáctica o en los bloques de
contenido”. Para concretar qué tipo y grado de adaptación hay que realizar,
se procederá a una evaluación global de cada sujeto en su contexto, con la
finalidad de identificar las neae y planificar las acciones pertinentes. Existen
diversos criterios de clasificación de las Adaptaciones (González Manjón,
1993; Gallego Ortega y Rodríguez Fuentes, 2012); la elección de una u otra
ha de hacerse teniendo en cuenta la facilidad de realización de la
modificación, como tal, sin mayor preocupación por las opciones no
elegidas, puesto que no se trata de criterios excluyentes, sino de distintas
formas de agrupamiento de las adaptaciones de acuerdo con distintas
dimensiones: temporalidad, naturaleza, intensidad y foco de atención. Por
tanto, aunque se opte por un criterio para su elaboración, se ha de tener en
cuenta los demás. En la propuesta descriptiva de este discurso, se ha
seguido la combinación de los criterios más conocidos, en un intento de
dilucidar el abanico de posibilidades:
B.1. Adaptaciones de acceso al currículo. Las Adaptaciones pueden
afectar a los elementos básicos del currículo, dimensión que se
describe en los próximos epígrafes, o a elementos del acceso al
currículo, por lo que se ha diferenciado entre “adaptaciones
curriculares y adaptaciones instructivas” (Cardona, 2005),
respectivamente. En este último caso, ocurre que la respuesta a
algunas necesidades específicas de apoyo educativo pasa por adecuar
o facilitar los medios adecuados para que los agentes del currículo
Revista de Investigación Educativa Conect@2Abril – Agosto 2012Año II, VI Edición
90
las actividades, los contenidos y los objetivos. Como afirma Echeita (2006),
se “ha de proceder de abajo a arriba en los elementos del currículo, esto es,
no modificar los objetivos hasta que no se tenga la certeza de que no es
suficiente con las adaptaciones a nivel inferior o con las que son
simplemente de acceso, que no se deben cambiar los objetivos generales
de área (…) en tanto no se tenga la certeza de que la diversidad pueda ser
abordada con los cambios en metodología didáctica o en los bloques de
contenido”. Para concretar qué tipo y grado de adaptación hay que realizar,
se procederá a una evaluación global de cada sujeto en su contexto, con la
finalidad de identificar las neae y planificar las acciones pertinentes. Existen
diversos criterios de clasificación de las Adaptaciones (González Manjón,
1993; Gallego Ortega y Rodríguez Fuentes, 2012); la elección de una u otra
ha de hacerse teniendo en cuenta la facilidad de realización de la
modificación, como tal, sin mayor preocupación por las opciones no
elegidas, puesto que no se trata de criterios excluyentes, sino de distintas
formas de agrupamiento de las adaptaciones de acuerdo con distintas
dimensiones: temporalidad, naturaleza, intensidad y foco de atención. Por
tanto, aunque se opte por un criterio para su elaboración, se ha de tener en
cuenta los demás. En la propuesta descriptiva de este discurso, se ha
seguido la combinación de los criterios más conocidos, en un intento de
dilucidar el abanico de posibilidades:
B.1. Adaptaciones de acceso al currículo. Las Adaptaciones pueden
afectar a los elementos básicos del currículo, dimensión que se
describe en los próximos epígrafes, o a elementos del acceso al
currículo, por lo que se ha diferenciado entre “adaptaciones
curriculares y adaptaciones instructivas” (Cardona, 2005),
respectivamente. En este último caso, ocurre que la respuesta a
algunas necesidades específicas de apoyo educativo pasa por adecuar
o facilitar los medios adecuados para que los agentes del currículo
Revista de Investigación Educativa Conect@2Abril – Agosto 2012Año II, VI Edición
91
(alumnos, pero también profesores y padres) puedan acceder
íntegramente al currículo, con independencia de que además se hayan
de adaptar los elementos propiamente curriculares, por lo que se han
denominado también “adaptaciones no curriculares” (Cabrerizo y
Rubio, 2007). En cualquier caso, es una medida que se puede
necesitar bien de forma temporal bien de forma permanente; bien a
nivel de centro bien a nivel de aula e incluso individual. Contadas son
las ocasiones en que estas medidas de adaptación requieren del
alumno una modificación de su emplazamiento escolar, es decir, salir
de su aula de referencia, de acuerdo con el principio de sectorización
de servicios, que implica que éstos han de prestarse en el lugar donde
se encuentre el alumno y no el profesional (MEC, 1992). Algunas
concreciones de estas medidas de acceso son las siguientes, y
siguiendo el orden propuesto:
Adaptaciones en los espacios y aspectos físicos que faciliten el uso
de las instalaciones del centro y el desenvolvimiento por él para
favorecer la autonomía personal (eliminación de barreras
arquitectónicas, ubicación del alumno en el aula, disposición del
mobiliario y regularidad en su colocación, condiciones físicas de los
espacios: iluminación, sonoridad y accesibilidad, e interacciones
entre los elementos personales).
Materiales didácticos variados que hagan posible la mayor
diversidad de experiencias y la disparidad de estímulos
apropiados para conseguir el desarrollo de las capacidades. Se
trata de disponer de bastantes recursos didácticos para usar el
más apropiado y motivador, incluso tener que adaptarlos a
algunos alumnos (mobiliario) o diseñar recursos específicos para
otros alumnos (materiales escritos en Braille), aprovechando todo
Revista de Investigación Educativa Conect@2Abril – Agosto 2012Año II, VI Edición
91
(alumnos, pero también profesores y padres) puedan acceder
íntegramente al currículo, con independencia de que además se hayan
de adaptar los elementos propiamente curriculares, por lo que se han
denominado también “adaptaciones no curriculares” (Cabrerizo y
Rubio, 2007). En cualquier caso, es una medida que se puede
necesitar bien de forma temporal bien de forma permanente; bien a
nivel de centro bien a nivel de aula e incluso individual. Contadas son
las ocasiones en que estas medidas de adaptación requieren del
alumno una modificación de su emplazamiento escolar, es decir, salir
de su aula de referencia, de acuerdo con el principio de sectorización
de servicios, que implica que éstos han de prestarse en el lugar donde
se encuentre el alumno y no el profesional (MEC, 1992). Algunas
concreciones de estas medidas de acceso son las siguientes, y
siguiendo el orden propuesto:
Adaptaciones en los espacios y aspectos físicos que faciliten el uso
de las instalaciones del centro y el desenvolvimiento por él para
favorecer la autonomía personal (eliminación de barreras
arquitectónicas, ubicación del alumno en el aula, disposición del
mobiliario y regularidad en su colocación, condiciones físicas de los
espacios: iluminación, sonoridad y accesibilidad, e interacciones
entre los elementos personales).
Materiales didácticos variados que hagan posible la mayor
diversidad de experiencias y la disparidad de estímulos
apropiados para conseguir el desarrollo de las capacidades. Se
trata de disponer de bastantes recursos didácticos para usar el
más apropiado y motivador, incluso tener que adaptarlos a
algunos alumnos (mobiliario) o diseñar recursos específicos para
otros alumnos (materiales escritos en Braille), aprovechando todo
Revista de Investigación Educativa Conect@2Abril – Agosto 2012Año II, VI Edición
91
(alumnos, pero también profesores y padres) puedan acceder
íntegramente al currículo, con independencia de que además se hayan
de adaptar los elementos propiamente curriculares, por lo que se han
denominado también “adaptaciones no curriculares” (Cabrerizo y
Rubio, 2007). En cualquier caso, es una medida que se puede
necesitar bien de forma temporal bien de forma permanente; bien a
nivel de centro bien a nivel de aula e incluso individual. Contadas son
las ocasiones en que estas medidas de adaptación requieren del
alumno una modificación de su emplazamiento escolar, es decir, salir
de su aula de referencia, de acuerdo con el principio de sectorización
de servicios, que implica que éstos han de prestarse en el lugar donde
se encuentre el alumno y no el profesional (MEC, 1992). Algunas
concreciones de estas medidas de acceso son las siguientes, y
siguiendo el orden propuesto:
Adaptaciones en los espacios y aspectos físicos que faciliten el uso
de las instalaciones del centro y el desenvolvimiento por él para
favorecer la autonomía personal (eliminación de barreras
arquitectónicas, ubicación del alumno en el aula, disposición del
mobiliario y regularidad en su colocación, condiciones físicas de los
espacios: iluminación, sonoridad y accesibilidad, e interacciones
entre los elementos personales).
Materiales didácticos variados que hagan posible la mayor
diversidad de experiencias y la disparidad de estímulos
apropiados para conseguir el desarrollo de las capacidades. Se
trata de disponer de bastantes recursos didácticos para usar el
más apropiado y motivador, incluso tener que adaptarlos a
algunos alumnos (mobiliario) o diseñar recursos específicos para
otros alumnos (materiales escritos en Braille), aprovechando todo
Revista de Investigación Educativa Conect@2Abril – Agosto 2012Año II, VI Edición
92
el mobiliario, recursos, infraestructura y equipamientos del centro.
Adecuación de los elementos humanos y su organización de
acuerdo con los principios de dinamismo y flexibilidad, para
adecuarse a las necesidades educativas, siendo éstas el referente
principal para organizar los recursos humanos (profesor de apoyo,
intérprete de Lengua de Signos, profesor de lectura Braille o
material tiflotécnico, colaboración con la familia, acción tutorial,
etc.).
Adaptación del tiempo y del espacio, lo cual implica tomar
decisiones en torno a cuestiones como la dedicación temporal a
cada área, la adecuación del tiempo dentro y fuera del aula (aula
ordinario y de apoyo), así como el tiempo fuera del horario lectivo
(actividades extraescolares, de refuerzo, trabajo en casa), y
equilibrar el tiempo de actividades en diferentes agrupamientos.
B.2. Adaptaciones no significativas de los elementos curriculares.
Cuando las anteriores resultan insuficientes, se hace necesaria la
adaptación simple o curricular propiamente dicha de alguno/s de sus
elementos. Puede ser temporal, hasta que se retome el ritmo normal
de aprendizaje y dejen de existir necesidades específicas, aunque
ocasionalmente puede convertirse en permanente. Pueden ser
individuales o grupales, sin que esta última suponga agrupamientos
discriminatorios de alumnos (González Manjón, 1993). García Vidal
(1993) las denomina “inespecíficas” e indica que se “dirigen al alumno
en particular, aunque benefician al mismo tiempo a otros de sus
compañeros y son asumibles por parte del tutor en el contexto del aula
ordinaria”. Es decir, no requieren cambios en la modalidad de
escolarización. Son elaboradas por el equipo docente, coordinadas por
el tutor (salvo que afecte solo a un área concreta, en cuyo caso será
Revista de Investigación Educativa Conect@2Abril – Agosto 2012Año II, VI Edición
92
el mobiliario, recursos, infraestructura y equipamientos del centro.
Adecuación de los elementos humanos y su organización de
acuerdo con los principios de dinamismo y flexibilidad, para
adecuarse a las necesidades educativas, siendo éstas el referente
principal para organizar los recursos humanos (profesor de apoyo,
intérprete de Lengua de Signos, profesor de lectura Braille o
material tiflotécnico, colaboración con la familia, acción tutorial,
etc.).
Adaptación del tiempo y del espacio, lo cual implica tomar
decisiones en torno a cuestiones como la dedicación temporal a
cada área, la adecuación del tiempo dentro y fuera del aula (aula
ordinario y de apoyo), así como el tiempo fuera del horario lectivo
(actividades extraescolares, de refuerzo, trabajo en casa), y
equilibrar el tiempo de actividades en diferentes agrupamientos.
B.2. Adaptaciones no significativas de los elementos curriculares.
Cuando las anteriores resultan insuficientes, se hace necesaria la
adaptación simple o curricular propiamente dicha de alguno/s de sus
elementos. Puede ser temporal, hasta que se retome el ritmo normal
de aprendizaje y dejen de existir necesidades específicas, aunque
ocasionalmente puede convertirse en permanente. Pueden ser
individuales o grupales, sin que esta última suponga agrupamientos
discriminatorios de alumnos (González Manjón, 1993). García Vidal
(1993) las denomina “inespecíficas” e indica que se “dirigen al alumno
en particular, aunque benefician al mismo tiempo a otros de sus
compañeros y son asumibles por parte del tutor en el contexto del aula
ordinaria”. Es decir, no requieren cambios en la modalidad de
escolarización. Son elaboradas por el equipo docente, coordinadas por
el tutor (salvo que afecte solo a un área concreta, en cuyo caso será
Revista de Investigación Educativa Conect@2Abril – Agosto 2012Año II, VI Edición
92
el mobiliario, recursos, infraestructura y equipamientos del centro.
Adecuación de los elementos humanos y su organización de
acuerdo con los principios de dinamismo y flexibilidad, para
adecuarse a las necesidades educativas, siendo éstas el referente
principal para organizar los recursos humanos (profesor de apoyo,
intérprete de Lengua de Signos, profesor de lectura Braille o
material tiflotécnico, colaboración con la familia, acción tutorial,
etc.).
Adaptación del tiempo y del espacio, lo cual implica tomar
decisiones en torno a cuestiones como la dedicación temporal a
cada área, la adecuación del tiempo dentro y fuera del aula (aula
ordinario y de apoyo), así como el tiempo fuera del horario lectivo
(actividades extraescolares, de refuerzo, trabajo en casa), y
equilibrar el tiempo de actividades en diferentes agrupamientos.
B.2. Adaptaciones no significativas de los elementos curriculares.
Cuando las anteriores resultan insuficientes, se hace necesaria la
adaptación simple o curricular propiamente dicha de alguno/s de sus
elementos. Puede ser temporal, hasta que se retome el ritmo normal
de aprendizaje y dejen de existir necesidades específicas, aunque
ocasionalmente puede convertirse en permanente. Pueden ser
individuales o grupales, sin que esta última suponga agrupamientos
discriminatorios de alumnos (González Manjón, 1993). García Vidal
(1993) las denomina “inespecíficas” e indica que se “dirigen al alumno
en particular, aunque benefician al mismo tiempo a otros de sus
compañeros y son asumibles por parte del tutor en el contexto del aula
ordinaria”. Es decir, no requieren cambios en la modalidad de
escolarización. Son elaboradas por el equipo docente, coordinadas por
el tutor (salvo que afecte solo a un área concreta, en cuyo caso será
Revista de Investigación Educativa Conect@2Abril – Agosto 2012Año II, VI Edición
93
responsable el profesor de esa área) y apoyadas por el equipo de
orientación educativa o departamento de orientación. Se aconsejan
cuando el desfase curricular con respecto al grupo de edad o de
referencia es poco notable y afecta, por tanto, poco a los elementos
del currículo que se consideren necesarios, como metodología,
actividades y recursos (Sánchez Manzano, 2001), pero sin modificar
significativamente los objetivos de la etapa educativa ni los criterios
de evaluación (Cabrerizo y Rubio, 2007). En suma, se trata de
aquellas adaptaciones que posibilitan al alumno el desarrollo curricular,
siguiendo el orden siguiente:
Adaptaciones metodológicas: organización (modificación de
agrupamientos, de espacios y tiempos previstos),
procedimientos didácticos (nuevas estrategias, modificación
de la secuencia de aprendizaje y facilitación de planes de
acción), actividades (modificación de algunas e introducción
de otras alternativas y/o complementarias) y materiales y
recursos visuales, auditivos o manipulativos, según los casos
(modificación de selección de materiales, adaptación de unos
e introducción de otros).
Adaptaciones en la evaluación, relativas a la modificación e
incluso introducción de técnicas evaluativas y nuevos
instrumentos para realizar la evaluación que se adapten mejor
a las posibilidades del alumnos (por ejemplo, pruebas orales o
de habilidad, método de carpetas de aprendizaje o portafolios,
etc.).
Adaptaciones en la organización de contenidos u objetivos,
para atender a diferencias leves en el estilo de aprendizaje y
en los conocimientos previos del alumnado. Se trata de
priorizar, cambiar la secuencia de presentación e incluso
Revista de Investigación Educativa Conect@2Abril – Agosto 2012Año II, VI Edición
93
responsable el profesor de esa área) y apoyadas por el equipo de
orientación educativa o departamento de orientación. Se aconsejan
cuando el desfase curricular con respecto al grupo de edad o de
referencia es poco notable y afecta, por tanto, poco a los elementos
del currículo que se consideren necesarios, como metodología,
actividades y recursos (Sánchez Manzano, 2001), pero sin modificar
significativamente los objetivos de la etapa educativa ni los criterios
de evaluación (Cabrerizo y Rubio, 2007). En suma, se trata de
aquellas adaptaciones que posibilitan al alumno el desarrollo curricular,
siguiendo el orden siguiente:
Adaptaciones metodológicas: organización (modificación de
agrupamientos, de espacios y tiempos previstos),
procedimientos didácticos (nuevas estrategias, modificación
de la secuencia de aprendizaje y facilitación de planes de
acción), actividades (modificación de algunas e introducción
de otras alternativas y/o complementarias) y materiales y
recursos visuales, auditivos o manipulativos, según los casos
(modificación de selección de materiales, adaptación de unos
e introducción de otros).
Adaptaciones en la evaluación, relativas a la modificación e
incluso introducción de técnicas evaluativas y nuevos
instrumentos para realizar la evaluación que se adapten mejor
a las posibilidades del alumnos (por ejemplo, pruebas orales o
de habilidad, método de carpetas de aprendizaje o portafolios,
etc.).
Adaptaciones en la organización de contenidos u objetivos,
para atender a diferencias leves en el estilo de aprendizaje y
en los conocimientos previos del alumnado. Se trata de
priorizar, cambiar la secuencia de presentación e incluso
Revista de Investigación Educativa Conect@2Abril – Agosto 2012Año II, VI Edición
93
responsable el profesor de esa área) y apoyadas por el equipo de
orientación educativa o departamento de orientación. Se aconsejan
cuando el desfase curricular con respecto al grupo de edad o de
referencia es poco notable y afecta, por tanto, poco a los elementos
del currículo que se consideren necesarios, como metodología,
actividades y recursos (Sánchez Manzano, 2001), pero sin modificar
significativamente los objetivos de la etapa educativa ni los criterios
de evaluación (Cabrerizo y Rubio, 2007). En suma, se trata de
aquellas adaptaciones que posibilitan al alumno el desarrollo curricular,
siguiendo el orden siguiente:
Adaptaciones metodológicas: organización (modificación de
agrupamientos, de espacios y tiempos previstos),
procedimientos didácticos (nuevas estrategias, modificación
de la secuencia de aprendizaje y facilitación de planes de
acción), actividades (modificación de algunas e introducción
de otras alternativas y/o complementarias) y materiales y
recursos visuales, auditivos o manipulativos, según los casos
(modificación de selección de materiales, adaptación de unos
e introducción de otros).
Adaptaciones en la evaluación, relativas a la modificación e
incluso introducción de técnicas evaluativas y nuevos
instrumentos para realizar la evaluación que se adapten mejor
a las posibilidades del alumnos (por ejemplo, pruebas orales o
de habilidad, método de carpetas de aprendizaje o portafolios,
etc.).
Adaptaciones en la organización de contenidos u objetivos,
para atender a diferencias leves en el estilo de aprendizaje y
en los conocimientos previos del alumnado. Se trata de
priorizar, cambiar la secuencia de presentación e incluso
Revista de Investigación Educativa Conect@2Abril – Agosto 2012Año II, VI Edición
94
añadir y/o eliminar parcialmente algunos objetivos y
contenidos, pero sin distanciamiento significativo del currículo
previsto para ese grupo.
B.3. Adaptaciones significativas de los elementos curriculares. Por su
singularidad y por dirigirse hacia alumnos con necesidades serán
diseñadas por profesores especialistas en Educación Especial (EE), en
colaboración con el profesorado del área o materia correspondiente y
el estrecho asesoramiento de los Equipos de Orientación Educativa,
responsables de la evaluación psicopedagógica. Su aplicación, sin
embargo, será responsabilidad del profesor de la materia en
colaboración con el profesor de apoyo y con el asesoramiento de los
equipos o departamentos de orientación. Incluso, si la evaluación
psicopedagógica así lo recomienda, puede desarrollarse en otros
contextos distintos al aula ordinaria, bien de forma complementaria,
preferentemente, o bien de forma exclusiva, de acuerdo con las
modalidades de emplazamiento escolar que se detallan en el próximo
apartado (González Manjón, 1993). Estas adaptaciones han de
redactarse en un documento, denominado Documento Individual de
Adaptación Curricular (DIAC) (García Vidal, 1993; Cabrerizo y Rubio,
2007). Son generalmente de carácter permanente e individual,
basadas en el informe psicopedagógico individual, de ahí que sean
contempladas como Adaptaciones Curriculares Individuales (ACIs),
es decir, orientadas a alumnos concretos, dado que se aplican
cuando el desfase curricular con respecto al grupo de edad del
alumnado es notable y exige modificaciones de forma individual
(ajustadas a cada alumno) en alguno/s de los elementos constituyentes
del currículo, por lo que se corresponden con las adaptaciones de los
elementos básicos del currículo, a saber:
Adaptaciones metodológicas, partiendo de que no existe una
Revista de Investigación Educativa Conect@2Abril – Agosto 2012Año II, VI Edición
94
añadir y/o eliminar parcialmente algunos objetivos y
contenidos, pero sin distanciamiento significativo del currículo
previsto para ese grupo.
B.3. Adaptaciones significativas de los elementos curriculares. Por su
singularidad y por dirigirse hacia alumnos con necesidades serán
diseñadas por profesores especialistas en Educación Especial (EE), en
colaboración con el profesorado del área o materia correspondiente y
el estrecho asesoramiento de los Equipos de Orientación Educativa,
responsables de la evaluación psicopedagógica. Su aplicación, sin
embargo, será responsabilidad del profesor de la materia en
colaboración con el profesor de apoyo y con el asesoramiento de los
equipos o departamentos de orientación. Incluso, si la evaluación
psicopedagógica así lo recomienda, puede desarrollarse en otros
contextos distintos al aula ordinaria, bien de forma complementaria,
preferentemente, o bien de forma exclusiva, de acuerdo con las
modalidades de emplazamiento escolar que se detallan en el próximo
apartado (González Manjón, 1993). Estas adaptaciones han de
redactarse en un documento, denominado Documento Individual de
Adaptación Curricular (DIAC) (García Vidal, 1993; Cabrerizo y Rubio,
2007). Son generalmente de carácter permanente e individual,
basadas en el informe psicopedagógico individual, de ahí que sean
contempladas como Adaptaciones Curriculares Individuales (ACIs),
es decir, orientadas a alumnos concretos, dado que se aplican
cuando el desfase curricular con respecto al grupo de edad del
alumnado es notable y exige modificaciones de forma individual
(ajustadas a cada alumno) en alguno/s de los elementos constituyentes
del currículo, por lo que se corresponden con las adaptaciones de los
elementos básicos del currículo, a saber:
Adaptaciones metodológicas, partiendo de que no existe una
Revista de Investigación Educativa Conect@2Abril – Agosto 2012Año II, VI Edición
94
añadir y/o eliminar parcialmente algunos objetivos y
contenidos, pero sin distanciamiento significativo del currículo
previsto para ese grupo.
B.3. Adaptaciones significativas de los elementos curriculares. Por su
singularidad y por dirigirse hacia alumnos con necesidades serán
diseñadas por profesores especialistas en Educación Especial (EE), en
colaboración con el profesorado del área o materia correspondiente y
el estrecho asesoramiento de los Equipos de Orientación Educativa,
responsables de la evaluación psicopedagógica. Su aplicación, sin
embargo, será responsabilidad del profesor de la materia en
colaboración con el profesor de apoyo y con el asesoramiento de los
equipos o departamentos de orientación. Incluso, si la evaluación
psicopedagógica así lo recomienda, puede desarrollarse en otros
contextos distintos al aula ordinaria, bien de forma complementaria,
preferentemente, o bien de forma exclusiva, de acuerdo con las
modalidades de emplazamiento escolar que se detallan en el próximo
apartado (González Manjón, 1993). Estas adaptaciones han de
redactarse en un documento, denominado Documento Individual de
Adaptación Curricular (DIAC) (García Vidal, 1993; Cabrerizo y Rubio,
2007). Son generalmente de carácter permanente e individual,
basadas en el informe psicopedagógico individual, de ahí que sean
contempladas como Adaptaciones Curriculares Individuales (ACIs),
es decir, orientadas a alumnos concretos, dado que se aplican
cuando el desfase curricular con respecto al grupo de edad del
alumnado es notable y exige modificaciones de forma individual
(ajustadas a cada alumno) en alguno/s de los elementos constituyentes
del currículo, por lo que se corresponden con las adaptaciones de los
elementos básicos del currículo, a saber:
Adaptaciones metodológicas, partiendo de que no existe una
Revista de Investigación Educativa Conect@2Abril – Agosto 2012Año II, VI Edición
95
metodología "ideal" ni “mejor” sino más adecuada o ajustada a
los alumnos de acuerdo con sus características, intereses y
necesidades. La personalización de la enseñanza es un
principio común a la metodología general en el nuevo modelo
educativo, basada en la evaluación inicial del alumnado y de su
estilo de aprendizaje e intereses y motivaciones. Por tanto, cabe
introducir actividades individuales para alcanzar objetivos del
grupo-clase o individuales, eliminar otras en las que el alumno
no pueda participar, distribuir los recursos humanos, materiales,
espaciales y didácticos apropiados, emplear métodos
específicos para la necesidad y estilo de aprendizaje del
alumno, variar la temporalización estipulada, etc.
Personalización de la evaluación, puesto que el mismo concepto
actual de "evaluación" implica una adaptación a cada alumno,
tomando a cada uno como su propio referente teniendo en
cuenta su situación de partida. Es lo que se conoce como
evaluación criterial; pero además ha de ser procesual, porque
no se ocupa sólo de los resultados obtenidos sino del proceso
seguido, de las dificultades detectadas en el mismo y de
proponer estrategias de superación, y formativa, puesto que se
preocupa de detectar las dificultades y ayudar al alumno a
superarlas.
Adecuación de contenidos al nivel de desarrollo del alumno,
para que puedan alcanzar los objetivos no ya variando su
secuencia o temporalización, o priorizando unos sobre otros,
sino previendo la necesidad de incluir nuevos contenidos
específicos y/o alternativos e incluso eliminar algunos de los
considerados más básicos.
Adaptación de objetivos no partir de una reformulación, nueva
secuenciación o priorización sino eliminando objetivos básicos e
Revista de Investigación Educativa Conect@2Abril – Agosto 2012Año II, VI Edición
95
metodología "ideal" ni “mejor” sino más adecuada o ajustada a
los alumnos de acuerdo con sus características, intereses y
necesidades. La personalización de la enseñanza es un
principio común a la metodología general en el nuevo modelo
educativo, basada en la evaluación inicial del alumnado y de su
estilo de aprendizaje e intereses y motivaciones. Por tanto, cabe
introducir actividades individuales para alcanzar objetivos del
grupo-clase o individuales, eliminar otras en las que el alumno
no pueda participar, distribuir los recursos humanos, materiales,
espaciales y didácticos apropiados, emplear métodos
específicos para la necesidad y estilo de aprendizaje del
alumno, variar la temporalización estipulada, etc.
Personalización de la evaluación, puesto que el mismo concepto
actual de "evaluación" implica una adaptación a cada alumno,
tomando a cada uno como su propio referente teniendo en
cuenta su situación de partida. Es lo que se conoce como
evaluación criterial; pero además ha de ser procesual, porque
no se ocupa sólo de los resultados obtenidos sino del proceso
seguido, de las dificultades detectadas en el mismo y de
proponer estrategias de superación, y formativa, puesto que se
preocupa de detectar las dificultades y ayudar al alumno a
superarlas.
Adecuación de contenidos al nivel de desarrollo del alumno,
para que puedan alcanzar los objetivos no ya variando su
secuencia o temporalización, o priorizando unos sobre otros,
sino previendo la necesidad de incluir nuevos contenidos
específicos y/o alternativos e incluso eliminar algunos de los
considerados más básicos.
Adaptación de objetivos no partir de una reformulación, nueva
secuenciación o priorización sino eliminando objetivos básicos e
Revista de Investigación Educativa Conect@2Abril – Agosto 2012Año II, VI Edición
95
metodología "ideal" ni “mejor” sino más adecuada o ajustada a
los alumnos de acuerdo con sus características, intereses y
necesidades. La personalización de la enseñanza es un
principio común a la metodología general en el nuevo modelo
educativo, basada en la evaluación inicial del alumnado y de su
estilo de aprendizaje e intereses y motivaciones. Por tanto, cabe
introducir actividades individuales para alcanzar objetivos del
grupo-clase o individuales, eliminar otras en las que el alumno
no pueda participar, distribuir los recursos humanos, materiales,
espaciales y didácticos apropiados, emplear métodos
específicos para la necesidad y estilo de aprendizaje del
alumno, variar la temporalización estipulada, etc.
Personalización de la evaluación, puesto que el mismo concepto
actual de "evaluación" implica una adaptación a cada alumno,
tomando a cada uno como su propio referente teniendo en
cuenta su situación de partida. Es lo que se conoce como
evaluación criterial; pero además ha de ser procesual, porque
no se ocupa sólo de los resultados obtenidos sino del proceso
seguido, de las dificultades detectadas en el mismo y de
proponer estrategias de superación, y formativa, puesto que se
preocupa de detectar las dificultades y ayudar al alumno a
superarlas.
Adecuación de contenidos al nivel de desarrollo del alumno,
para que puedan alcanzar los objetivos no ya variando su
secuencia o temporalización, o priorizando unos sobre otros,
sino previendo la necesidad de incluir nuevos contenidos
específicos y/o alternativos e incluso eliminar algunos de los
considerados más básicos.
Adaptación de objetivos no partir de una reformulación, nueva
secuenciación o priorización sino eliminando objetivos básicos e
Revista de Investigación Educativa Conect@2Abril – Agosto 2012Año II, VI Edición
96
introduciendo otros alternativos y específicos, sin obviar que el
referente son los Objetivos Generales de la Etapa.
C. Diversificación Curricular. Medida extrema de carácter excepcional
desarrollada por el Departamento de Orientación en colaboración con los
Departamentos de materias correspondientes a los ámbitos del programa,
dirigida a alumnos de secundaria con 16 años o más “que una vez cursado
segundo no estén en condiciones de promocionar a tercero y hayan repetido
ya una vez en secundaria” (LOE, 2006), previo informe del departamento de
orientación, con el visto bueno del alumno, familia y equipo directivo del
centro. Pensada para dificultades especiales de aprendizaje generalizadas,
que afectan a la mayoría de las áreas del currículo básico. Según Gómez
Castro (2000) se “pone el énfasis en la voluntad del Sistema Educativo de
buscar propuestas que permitan una mayor adecuación entre la actuación
educativa y las distintas capacidades de algunos alumnos”, quedando
plenamente justificada que es la única salida razonable para aquellos
alumnos que desean obtener la titulación correspondiente a la etapa y, sin
embargo, no pueden acceder a ella a través del currículo ordinario (MEC,
1995). “Los objetivos de la etapa se alcanzarán con una metodología
específica a través de una reorganización de contenidos, actividades
prácticas y, en su caso, de materias, diferente a la establecida con carácter
general” (MEC, 2006). Se empleará una metodología activa y participativa,
para que el alumno pueda reconstruir los conocimientos y para dotarla de la
máxima funcionalidad, propiciando un aprendizaje significativo. Para ello, se
intenta personalizar la enseñanza, con grupos de un máximo de 15 alumnos.
En efecto, la Diversificación Curricular (DICU) consiste en una reorganización
global del currículo de la ESO para asegurar que los alumnos alcancen las
competencias básicas y desarrollen las capacidades expresadas en los
Objetivos Generales de la Etapa, teniendo en cuenta sus características y
necesidades (Arnaiz, 2009). La reorganización curricular ha de respetar en su
Revista de Investigación Educativa Conect@2Abril – Agosto 2012Año II, VI Edición
96
introduciendo otros alternativos y específicos, sin obviar que el
referente son los Objetivos Generales de la Etapa.
C. Diversificación Curricular. Medida extrema de carácter excepcional
desarrollada por el Departamento de Orientación en colaboración con los
Departamentos de materias correspondientes a los ámbitos del programa,
dirigida a alumnos de secundaria con 16 años o más “que una vez cursado
segundo no estén en condiciones de promocionar a tercero y hayan repetido
ya una vez en secundaria” (LOE, 2006), previo informe del departamento de
orientación, con el visto bueno del alumno, familia y equipo directivo del
centro. Pensada para dificultades especiales de aprendizaje generalizadas,
que afectan a la mayoría de las áreas del currículo básico. Según Gómez
Castro (2000) se “pone el énfasis en la voluntad del Sistema Educativo de
buscar propuestas que permitan una mayor adecuación entre la actuación
educativa y las distintas capacidades de algunos alumnos”, quedando
plenamente justificada que es la única salida razonable para aquellos
alumnos que desean obtener la titulación correspondiente a la etapa y, sin
embargo, no pueden acceder a ella a través del currículo ordinario (MEC,
1995). “Los objetivos de la etapa se alcanzarán con una metodología
específica a través de una reorganización de contenidos, actividades
prácticas y, en su caso, de materias, diferente a la establecida con carácter
general” (MEC, 2006). Se empleará una metodología activa y participativa,
para que el alumno pueda reconstruir los conocimientos y para dotarla de la
máxima funcionalidad, propiciando un aprendizaje significativo. Para ello, se
intenta personalizar la enseñanza, con grupos de un máximo de 15 alumnos.
En efecto, la Diversificación Curricular (DICU) consiste en una reorganización
global del currículo de la ESO para asegurar que los alumnos alcancen las
competencias básicas y desarrollen las capacidades expresadas en los
Objetivos Generales de la Etapa, teniendo en cuenta sus características y
necesidades (Arnaiz, 2009). La reorganización curricular ha de respetar en su
Revista de Investigación Educativa Conect@2Abril – Agosto 2012Año II, VI Edición
96
introduciendo otros alternativos y específicos, sin obviar que el
referente son los Objetivos Generales de la Etapa.
C. Diversificación Curricular. Medida extrema de carácter excepcional
desarrollada por el Departamento de Orientación en colaboración con los
Departamentos de materias correspondientes a los ámbitos del programa,
dirigida a alumnos de secundaria con 16 años o más “que una vez cursado
segundo no estén en condiciones de promocionar a tercero y hayan repetido
ya una vez en secundaria” (LOE, 2006), previo informe del departamento de
orientación, con el visto bueno del alumno, familia y equipo directivo del
centro. Pensada para dificultades especiales de aprendizaje generalizadas,
que afectan a la mayoría de las áreas del currículo básico. Según Gómez
Castro (2000) se “pone el énfasis en la voluntad del Sistema Educativo de
buscar propuestas que permitan una mayor adecuación entre la actuación
educativa y las distintas capacidades de algunos alumnos”, quedando
plenamente justificada que es la única salida razonable para aquellos
alumnos que desean obtener la titulación correspondiente a la etapa y, sin
embargo, no pueden acceder a ella a través del currículo ordinario (MEC,
1995). “Los objetivos de la etapa se alcanzarán con una metodología
específica a través de una reorganización de contenidos, actividades
prácticas y, en su caso, de materias, diferente a la establecida con carácter
general” (MEC, 2006). Se empleará una metodología activa y participativa,
para que el alumno pueda reconstruir los conocimientos y para dotarla de la
máxima funcionalidad, propiciando un aprendizaje significativo. Para ello, se
intenta personalizar la enseñanza, con grupos de un máximo de 15 alumnos.
En efecto, la Diversificación Curricular (DICU) consiste en una reorganización
global del currículo de la ESO para asegurar que los alumnos alcancen las
competencias básicas y desarrollen las capacidades expresadas en los
Objetivos Generales de la Etapa, teniendo en cuenta sus características y
necesidades (Arnaiz, 2009). La reorganización curricular ha de respetar en su
Revista de Investigación Educativa Conect@2Abril – Agosto 2012Año II, VI Edición
97
estructura la siguiente propuesta flexible: ámbito socio-lingüístico (lengua y
literatura, ciencias sociales y geografía e historia); científico-tecnológico
(matemáticas, tecnología y ciencias de la naturaleza); tres áreas del currículo
básico de secundaria (diferentes a las anteriores, obligatoriamente lengua
extranjera, y otras como educación para la ciudadanía y los derechos
humanos), que cursará con el grupo de 3º o 4º de secundaria; tutoría, bien
con su grupo clase de manos del profesor tutor, bien específicas de manos
del orientador del centro; y, adicionalmente, materias optativas que componen
el currículo del segundo ciclo de secundaria. Esta medida ha sido percibida
de distinta manera por distintos autores y profesionales (Molina, 2003). Para
unos es una medida extrema de ACI aplicable a alumnos de último nivel de
educación obligatoria con el fin de garantizar la obtención de la titulación
necesaria y obligatoria, que no superan los objetivos porque requieren un
currículo más relevante y funcional acorde a sus necesidades. Para otros, es
una válvula de escape que rompe con la filosofía de la escuela inclusiva o
comprensiva, al separar física y curricularmente a algunos alumnos que en
algunos casos pueden solamente mostrar problemas de comportamiento o de
rendimiento.
Revista de Investigación Educativa Conect@2Abril – Agosto 2012Año II, VI Edición
97
estructura la siguiente propuesta flexible: ámbito socio-lingüístico (lengua y
literatura, ciencias sociales y geografía e historia); científico-tecnológico
(matemáticas, tecnología y ciencias de la naturaleza); tres áreas del currículo
básico de secundaria (diferentes a las anteriores, obligatoriamente lengua
extranjera, y otras como educación para la ciudadanía y los derechos
humanos), que cursará con el grupo de 3º o 4º de secundaria; tutoría, bien
con su grupo clase de manos del profesor tutor, bien específicas de manos
del orientador del centro; y, adicionalmente, materias optativas que componen
el currículo del segundo ciclo de secundaria. Esta medida ha sido percibida
de distinta manera por distintos autores y profesionales (Molina, 2003). Para
unos es una medida extrema de ACI aplicable a alumnos de último nivel de
educación obligatoria con el fin de garantizar la obtención de la titulación
necesaria y obligatoria, que no superan los objetivos porque requieren un
currículo más relevante y funcional acorde a sus necesidades. Para otros, es
una válvula de escape que rompe con la filosofía de la escuela inclusiva o
comprensiva, al separar física y curricularmente a algunos alumnos que en
algunos casos pueden solamente mostrar problemas de comportamiento o de
rendimiento.
Revista de Investigación Educativa Conect@2Abril – Agosto 2012Año II, VI Edición
97
estructura la siguiente propuesta flexible: ámbito socio-lingüístico (lengua y
literatura, ciencias sociales y geografía e historia); científico-tecnológico
(matemáticas, tecnología y ciencias de la naturaleza); tres áreas del currículo
básico de secundaria (diferentes a las anteriores, obligatoriamente lengua
extranjera, y otras como educación para la ciudadanía y los derechos
humanos), que cursará con el grupo de 3º o 4º de secundaria; tutoría, bien
con su grupo clase de manos del profesor tutor, bien específicas de manos
del orientador del centro; y, adicionalmente, materias optativas que componen
el currículo del segundo ciclo de secundaria. Esta medida ha sido percibida
de distinta manera por distintos autores y profesionales (Molina, 2003). Para
unos es una medida extrema de ACI aplicable a alumnos de último nivel de
educación obligatoria con el fin de garantizar la obtención de la titulación
necesaria y obligatoria, que no superan los objetivos porque requieren un
currículo más relevante y funcional acorde a sus necesidades. Para otros, es
una válvula de escape que rompe con la filosofía de la escuela inclusiva o
comprensiva, al separar física y curricularmente a algunos alumnos que en
algunos casos pueden solamente mostrar problemas de comportamiento o de
rendimiento.
Revista de Investigación Educativa Conect@2Abril – Agosto 2012Año II, VI Edición
98
BIBLIOGRAFÍA
Arnaiz, P. (2009) Análisis de las medidas de atención a la diversidad en la
Enseñanza Secundaria Obligatoria. Revista de Educación, 349, 203-223.
Cabrerizo, J. y Rubio, M.J. (2007) Atención a la diversidad. Teoría y práctica.
Madrid: Prentice Hall.
Cardona, M.C. (2005) Diversidad y educación inclusiva. Madrid: Pearson.
Castillo, S. y Polanco, L. (2003) Acción tutorial en los centros educativos,
formación y práctica. Madrid: UNED.
Echeita, G. (2006) Educación para la inclusión o educación sin exclusiones.
Madrid: Narcea.
Gallego Ortega, J.L. y Rodríguez Fuentes, A. (2012) Bases teóricas y de
investigación en Educación Especial. Madrid: Pirámide.
García Pastor, C. (2005) Educación y diversidad. Málaga: Aljibe.
García Vidal, J. (1993) Guía para realizar adaptaciones curriculares. Madrid: EOS.
Garrido, J. y Santana, R. (2006) Cómo elaborar Adaptaciones Curriculares: de
centro, de aula e individuales. Madrid: CEPE.
Gómez Castro, J.L. (2000) Los programas de Diversificación Curricular. Madrid:
EOS.
González Manjón, D. (1993) Adaptaciones Curriculares. Guía para su elaboración.
Málaga: Aljibe.
Grupo de Atención Temprana (2000) Libro Banco de la Atención Temprana.
Madrid: Real Patronato de Prevención y Atención a Personas con Minusvalías.
Revista de Investigación Educativa Conect@2Abril – Agosto 2012Año II, VI Edición
98
BIBLIOGRAFÍA
Arnaiz, P. (2009) Análisis de las medidas de atención a la diversidad en la
Enseñanza Secundaria Obligatoria. Revista de Educación, 349, 203-223.
Cabrerizo, J. y Rubio, M.J. (2007) Atención a la diversidad. Teoría y práctica.
Madrid: Prentice Hall.
Cardona, M.C. (2005) Diversidad y educación inclusiva. Madrid: Pearson.
Castillo, S. y Polanco, L. (2003) Acción tutorial en los centros educativos,
formación y práctica. Madrid: UNED.
Echeita, G. (2006) Educación para la inclusión o educación sin exclusiones.
Madrid: Narcea.
Gallego Ortega, J.L. y Rodríguez Fuentes, A. (2012) Bases teóricas y de
investigación en Educación Especial. Madrid: Pirámide.
García Pastor, C. (2005) Educación y diversidad. Málaga: Aljibe.
García Vidal, J. (1993) Guía para realizar adaptaciones curriculares. Madrid: EOS.
Garrido, J. y Santana, R. (2006) Cómo elaborar Adaptaciones Curriculares: de
centro, de aula e individuales. Madrid: CEPE.
Gómez Castro, J.L. (2000) Los programas de Diversificación Curricular. Madrid:
EOS.
González Manjón, D. (1993) Adaptaciones Curriculares. Guía para su elaboración.
Málaga: Aljibe.
Grupo de Atención Temprana (2000) Libro Banco de la Atención Temprana.
Madrid: Real Patronato de Prevención y Atención a Personas con Minusvalías.
Revista de Investigación Educativa Conect@2Abril – Agosto 2012Año II, VI Edición
98
BIBLIOGRAFÍA
Arnaiz, P. (2009) Análisis de las medidas de atención a la diversidad en la
Enseñanza Secundaria Obligatoria. Revista de Educación, 349, 203-223.
Cabrerizo, J. y Rubio, M.J. (2007) Atención a la diversidad. Teoría y práctica.
Madrid: Prentice Hall.
Cardona, M.C. (2005) Diversidad y educación inclusiva. Madrid: Pearson.
Castillo, S. y Polanco, L. (2003) Acción tutorial en los centros educativos,
formación y práctica. Madrid: UNED.
Echeita, G. (2006) Educación para la inclusión o educación sin exclusiones.
Madrid: Narcea.
Gallego Ortega, J.L. y Rodríguez Fuentes, A. (2012) Bases teóricas y de
investigación en Educación Especial. Madrid: Pirámide.
García Pastor, C. (2005) Educación y diversidad. Málaga: Aljibe.
García Vidal, J. (1993) Guía para realizar adaptaciones curriculares. Madrid: EOS.
Garrido, J. y Santana, R. (2006) Cómo elaborar Adaptaciones Curriculares: de
centro, de aula e individuales. Madrid: CEPE.
Gómez Castro, J.L. (2000) Los programas de Diversificación Curricular. Madrid:
EOS.
González Manjón, D. (1993) Adaptaciones Curriculares. Guía para su elaboración.
Málaga: Aljibe.
Grupo de Atención Temprana (2000) Libro Banco de la Atención Temprana.
Madrid: Real Patronato de Prevención y Atención a Personas con Minusvalías.
Revista de Investigación Educativa Conect@2Abril – Agosto 2012Año II, VI Edición
99
Luque, D.J. (2006) Orientación educativa e intervención psicopedagógica en el
alumnado con discapacidad. Análisis de casos prácticos. Málaga: Aljibe.
MEC (1992) Adaptaciones curriculares. Materiales para la reforma. Madrid: MEC.
MEC (2006) Ley Orgánica 2/2006, de 3 de Mayo, de Educación. Madrid. BOE 4 de
Mayo.
Molina, S. (2003) Educación Especial II. Bases didácticas y organizativas.
Granada: Arial.
Sánchez Manzano, E. (2001) Principios de Educación Especial. Madrid: CCS.
Warnock, M. (1978) Special Educational Needs. Report of Committee of Enquiry
into the Education of Handicapped Children and Young People. London: Her
Majesty´s Stationery Office.
Revista de Investigación Educativa Conect@2Abril – Agosto 2012Año II, VI Edición
99
Luque, D.J. (2006) Orientación educativa e intervención psicopedagógica en el
alumnado con discapacidad. Análisis de casos prácticos. Málaga: Aljibe.
MEC (1992) Adaptaciones curriculares. Materiales para la reforma. Madrid: MEC.
MEC (2006) Ley Orgánica 2/2006, de 3 de Mayo, de Educación. Madrid. BOE 4 de
Mayo.
Molina, S. (2003) Educación Especial II. Bases didácticas y organizativas.
Granada: Arial.
Sánchez Manzano, E. (2001) Principios de Educación Especial. Madrid: CCS.
Warnock, M. (1978) Special Educational Needs. Report of Committee of Enquiry
into the Education of Handicapped Children and Young People. London: Her
Majesty´s Stationery Office.
Revista de Investigación Educativa Conect@2Abril – Agosto 2012Año II, VI Edición
99
Luque, D.J. (2006) Orientación educativa e intervención psicopedagógica en el
alumnado con discapacidad. Análisis de casos prácticos. Málaga: Aljibe.
MEC (1992) Adaptaciones curriculares. Materiales para la reforma. Madrid: MEC.
MEC (2006) Ley Orgánica 2/2006, de 3 de Mayo, de Educación. Madrid. BOE 4 de
Mayo.
Molina, S. (2003) Educación Especial II. Bases didácticas y organizativas.
Granada: Arial.
Sánchez Manzano, E. (2001) Principios de Educación Especial. Madrid: CCS.
Warnock, M. (1978) Special Educational Needs. Report of Committee of Enquiry
into the Education of Handicapped Children and Young People. London: Her
Majesty´s Stationery Office.