la artritis reumatoide

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Page 1: LA ARTRITIS REUMATOIDE

LA ARTRITIS REUMATOIDE

El sinuoso y común mal de nuestros abuelos.

Alrededor del 1% de la población mundial sufre este padecimiento y es de 3 a 5 veces mas frecuente en  mujeres que en hombres.

Su incidencia máxima es entre los 20 y 40 años, pero no hay ninguna edad que quede a salvo.

ARTRITIS REUMATOIDE

La Artritis Reumatoide (AR) es un proceso inflamatorio crónico y generalizado que puede afectar a muchos órganos y tejidos (piel, vasos sanguíneos, corazón, pulmones y músculos), pero ataca principalmente a las articulaciones, produciendo una inflamación del líquido que sirve de lubricante ( sinovitis) entre el cartílago y el hueso de las uniones progresivamente y produciendo dolor,  que suele evolucionar hasta destruir el cartílago articular y provocar un endurecimiento de la articulación ( anquilosis). La causa de la AR sigue siendo desconocida, pero la autoinmunidad desempeña un papel escencial en su evolución crónica y progresiva.

Desarrollo de la Enfermedad (Patogenia)

Aunque sigue habiendo muchas dudas, actualmente se cree que la AR se desencadena cuando un cuerpo extraño (con ciertas capacidades de producir artritis) entra en nuestro cuerpo. De ese modo comienza el proceso artrítico agudo, pero es la reacción de nuestro cuerpo a esos extraños sucesos las que, en último término, destruyen la articulación. Por tanto, en la patogenia intervienen: 

1) La susceptibilidad genética2) Un factor externo a nuestro cuerpo.3) Una reacción autoinmunitaria que ataca a los componentes de la articulación.4) Los mediadores de la lesión articular.

1) Susceptibilidad Genética

La susceptibilidad genética es, evidentemente, un factor que determina la vulnerabilidad de la persona a la AR. Es muy elevada la coincidencia entre las personas que son gemelas y la existencia de una predisposición familiar bien definida. Y más importante aún, la mayoría (65 a 80 %) de los individuos que padecen AR tienen anticuerpos contra la artritis en su cuerpo.

2) Agentes Microbianos

Se supone que el factor que inicia la enfermedad es un agente microbiano, aunque se nos escapa su identidad. Actualmente se sospecha del virus de Epstein-Barr, pero le siguen de cerca los retrovirus, parvovirus, micobacterias, Borrelia y Mycoplasma, además de otros muchos. Existen datos inseguros de todos ellos, pero son especialmente curiosos los que inculpan al virus de Epstein-Barr. En la mayoría de los pacientes con AR se pueden demostrar reacciones autoinmunitarias contra una sustancia proteínica propia en el cartílago y las articulaciones ( el colágeno de tipo 2). El virus de Epstein-Barr y el colágeno de tipo 2 tienen algunas similitudes estructurales con respecto a los anticuerpos producidos contra la artrtis, y es verosímil que una respuesta inmunitaria despertada por el virus de Epstein-B arr podría, por reacción cruzada, afectar al cartílago articular rico en colágeno de tipo 2.

3) Autoinmunidad

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En cuanto un cuerpo extraño o microbio desencadena la inflamación articular, aparece una reacción autoinmunitaria que es responsable del carácter destructivo crónico de la AR. No se conoce con seguridad el microbio o cuerpo extraño que desencadena esta reacción. Ya se ha mencionado el posible papel que desempeña el colágeno de tipo 2, pero hay otras pruebas que sugieren que una sustancia de nuestro cuerpo llamada  " glucoproteína-39" del cartílago humano puede convertirse en ese cuerpo extraño o microbiano. Esta proteína es elaborada por el cartílago y se ha probado que puede transformarse convirtiéndose en una posible diana de la reacción inmunitaria regulada por las células.

Padecimientos autoinmunológicos

Artritis Reumatoide

El artritis reumatoide es un padecimiento de las coyunturas y atrofiadas que afecta al 1% de la población de Norte América. Su etiología esta supeditada a envolver mecanismos autoinmunes. Muchos estudios muestran la efectividad del extracto tímico en el tratamiento de este padecimiento.

El extracto tímico TFX fue usado en unos ensayos en los cuales 20 sujetos recibieron diariamente inyecciones por 3 meses. El 80% de los involucrados mostró mejoría clínica evidenciada por una disminución en la inflamación de las coyunturas y sensibilidad y un incremento en la fuerza muscular. El 40% mostró una disminución del factor reumatoide a2 y niveles de globulina g tanto como el incremento de hemoglobina y los niveles de hierro sérico. Resultados similares fueron obtenidos en otros dos estudios. Fue concluido en estos documentos que el TFX tuvo un valor terapéutico solo en el manejo de los pacientes RA o en combinación con antiinflamatorios o medicamentos antireumáticos básicos. Una revisión por separado de los documentos soportan estos descubrimientos.

Evolución del padecimiento (Evolución Clínica)

La evolución clínica de la AR es sumamente variable. El comienzo es lento e insidioso en más de la mitad de los pacientes. Al principio, hay malestar, cansancio y dolores músculo esqueléticos generalizados; sólo semanas a meses después se afectan las articulaciones. El tipo de afectación articular varía, pero en general las articulaciones pequeñas enferman antes que las grandes. Los síntomas suelen comenzar en los pequeños huesos de las manos y de los pies, seguidas por las muñecas, codos y rodillas. Pocas veces hay afectación de la parte superior de la columna, mientras que la región lumbo sacra y las caderas están respetadas. Las articulaciones enfermas están hinchadas, calientes y dolorosas; la rigidez aparece especialmente al levantarse o tras un período de inactividad prolongada.

En un 10 % aproximadamente de los pacientes, el proceso comienza de forma aguda, con síntomas articulares graves que se desarrollan en pocos días. En las formas más habituales, la afectación articular empeora progresivamente a lo largo de meses o años, comenzando por una limitación mínima de los movimientos que, con el tiempo, se vuelve más intensa.

El curso evolutivo puede ser lento o rápido y presenta oscilaciones durante años, produciéndose las lesiones más intensas durante los primeros 4 a 5 años. Alrededor de un 20 % de pacientes disfrutan de remisiones temporales, parciales o completas, pero, inevitablemente, los síntomas reaparecen y afectan a articulaciones indemnes hasta entonces. Los signos radiográficos son: derrame articular y osteopenia y uxta articular, así como erosiones y estrechamiento del espacio articular con pérdida del cartílago articular. La destrucción de los tendones, ligamentos y de la cápsula articular produce deformidades características, como desviación de la muñeca, desviación cubital de los dedos y alteraciones de la flexión-hiperextensión de los dedos de la mano. El resultado final son unas articulaciones deformes, sin estabilidad y con mínima o nula

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movilidad. Ya se ha señalado que el factor reumatoide puede ser negativo en la AR y positivo en otras enfermedades. 

El análisis del líquido de las articulaciones confirma el carácter inflamatorio de la artritis, pero son datos inespecíficos. El diagnóstico se basa principalmente en la clínica y depende de la existencia de cuatro de los siguientes criterios:

1) Rigidez matutina2) Artritis de tres o más articulaciones4) Artritis de las articulaciones de las manos5) Carácter simétrico de la afectación articular6) Nódulos reumatoides7) Positividad del factor reumatoide en el suero y8) signos radiográficos típicos

Es difícil pronosticar la evolución natural de la enfermedad de cada individuo. Los casos favorables comienzan con síntomas leves que duran relativamente poco tiempo y no dejan secuelas. Sin embargo, la mayoría tienen una forma progresiva de la enfermedad durante toda la vida. En general, la duración de la vida disminuye por término medio en 3 a 7 años. La muerte suele deberse a las complicaciones de la AR, como la vasculitis y amiloidosis generalizada, o a los efectos iatrogénicos del tratamiento, especialmente a hemorragias digestivas relacionadas con el uso prolongado de antiinflamatorios (aspirina, antiinflamatorios no esteroideos) y a las infecciones asociadas al consumo crónico de esteroides.