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Por: Rafael Mazón Ontiveros * La actualización del mito de Narciso en dos cuentos del siglo xx: Ramón Gómez de la Serna y Andrés Neuman E ntre los mitos griegos que forman el enorme bagaje cultural en el cual se fundamenta la sociedad occidental, sin duda, el correspondiente a la figura de Narciso es uno de los más trascendentales y conocidos. Como ejemplo, el término narcisista, 1 prevaleciente hasta el siglo XXI, es una muestra perfecta de su popularidad. Partiendo de esta premisa, el objetivo principal de este trabajo es la elaboración de un estudio comparativo donde se aprecie la tematización de este mito clásico en dos cuentos escritos en el siglo XX: El reflejo de Narciso del escritor Ramón Gómez de la Serna frente a Testamento de Narciso de Andrés Neuman. 2 * Licenciatura en Letras Latinoamericanas, Facultad de Humanidades, Uaemex, [email protected] Ilustrado por: L. D. G. Inda Anaiis Navarrete Durán, [email protected] 1 En psicoanálisis, el mito de Narciso se recoge con este término, el cual se refiere al amor dirigido hacia la imagen de uno mismo (Laplanche y Pontalis, 1996: 228). 2 Los dos textos con los cuales se trabajará son recogidos en la antología Microrrelatos hispánicos de tradición clásica de Antonio Serrano Cueto (2015).

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Por: Rafael Mazón Ontiveros*

La actualización del mito de Narciso en dos cuentos del siglo xx: Ramón Gómez de la Serna y Andrés Neuman

Entre los mitos griegos que forman el enorme bagaje cultural en el cual

se fundamenta la sociedad occidental, sin duda, el correspondiente a

la figura de Narciso es uno de los más trascendentales y conocidos.

Como ejemplo, el término narcisista,1 prevaleciente hasta el siglo xxi, es una

muestra perfecta de su popularidad. Partiendo de esta premisa, el objetivo

principal de este trabajo es la elaboración de un estudio comparativo donde

se aprecie la tematización de este mito clásico en dos cuentos escritos en el

siglo xx: El reflejo de Narciso del escritor Ramón Gómez de la Serna frente a

Testamento de Narciso de Andrés Neuman.2

* Licenciatura en Letras Latinoamericanas, Facultad de Humanidades, Uaemex, [email protected]

Ilustrado por: L. D. G. Inda Anaiis Navarrete Durán, [email protected]

1 En psicoanálisis, el mito de Narciso se recoge con este término, el cual se refiere al amor dirigido hacia la imagen de uno mismo (Laplanche y Pontalis, 1996: 228).

2 Los dos textos con los cuales se trabajará son recogidos en la antología Microrrelatos hispánicos de tradición clásica de Antonio Serrano Cueto (2015).

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3 Considero pertinente hablar de los autores para contextualizar ambas obras. Ramón Gómez de la Serna fue un importante autor español perteneciente a la generación literaria del novecentismo y creador del género literario conocido como greguerías (textos parecidos a aforismos que en una o dos líneas expresan una idea filosófica, humorística o de cualquier índole). El novecentismo se relaciona con las vanguardias estéticas del siglo xx, por lo que a Ramón Gómez de la Serna se le asocia al rompimiento de las convenciones, lo que se ve en El reflejo de Narciso, pues rompe con la visión original del mito. Por su parte, Andrés Neuman es un escritor argentino reconocido como uno de los escritores en lengua española más destacados en la actualidad. Es un divulgador del relato breve, el microcuento y el cuento en español, además ha realizado escritos teóricos sobre dicho género.

4 Se menciona la palabra comparaciones, pues la institucionalización de la rama de los estudios literarios conocida como literatura comparada o estudios comparatísticos vendría hasta finales del siglo pasado.

Se analizarán las semejanzas que comparten los dos textos, así como sus

matices diferenciales.3

Este texto se conforma de una breve introducción, una explicación

sobre la línea de la literatura comparada y los teóricos a los que se recu-

rrirá. Posteriormente, se retomará el Diccionario de mitología de Marisa

Belmonte y Margarita Burgueño (2006) para realizar una descripción del

mito de Narciso según la concepción griega clásica. Al final, se analizará

la tematización presentada en los cuentos escogidos.

Desde la antigüedad, las comparaciones4 como método para obtener

un conocimiento más profundo de las cosas fueron un camino natural

para el ser humano. Armand Nivelle (1984) menciona una razón esen-

cial que refleja en pocas palabras la importancia de la comparatística en

los estudios literarios: “sin la comparatística la visión interpretativa que

tendremos de cada obra literaria será imperfecta” (196-197).

Además del formalismo, el estructuralismo, la hermenéutica, el psicoanálisis

y la sociocrítica (sociología de la literatura), la literatura comparada es uno

de los tantos métodos teóricos existentes para acercarse a un texto literario;

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pero, desde la perspectiva del presente trabajo, la literatura comparada lleva

una ventaja frente al resto, puesto que la literatura es el arte que se basa en el

lenguaje, y una de sus características es su condición dialógica. La compara-

tística, entonces, otorga las herramientas necesarias para estudiar el diálogo

entre obras de distintos tiempos o países y adquirir una visión interpretativa

más amplia, como lo explica Armand Nivelle.5

Entre las distintas líneas que siguen las investigaciones de literatura

comparada, este trabajo, por su postura, abordará la tematología con

base en las propuestas de Claudio Guillén (2005) y Anna Trocchi (2002).

Según estos autores, esta línea teórica se ocupa de la comparación de

los temas y los mitos literarios (Trocchi, 2002: 129); le interesa estudiar

los diversos tratamientos de un mismo asunto o de una misma figura y

también se inclina por trazar los itinerarios de un mito (Guillén, 2005: 230).

Aunque por la limitada extensión del presente trabajo no se podrá trazar

el recorrido del mito de Narciso ni los motivos abandonados o agregados

a lo largo de la historia de la literatura, gracias a la tematología es posible

comparar en distintas obras, con sus semejanzas y diferencias, el mito

mencionado, pues, como explica Anna Trocchi (2002):

La finalidad de un estudio tematológico es la de interpretar las varia-ciones y las metamorfosis de un tema literario [o mito literario, en el presente trabajo] a través del tiempo, a la luz de sus relaciones con las orientaciones contextuales históricas, ideológicas e intelectuales,

5 Sin embargo, aunque la interpretación obtenida de la comparatística pueda ser más amplia en cierto sentido, sería inaudito afirmar que con ella obtendremos el sentido absoluto o verdadero de una obra de arte, pues ante el fenómeno literario cada receptor (con su respectiva metodología teórica) obtendrá una interpretación válida.

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y evidenciar así “la adaptación de los elementos constitutivos del tema a las transformaciones de las ideas y las costumbres” y “el carácter dinámico y evolutivo, que es la esencia misma del tema” (136).

El concepto teórico fundamental en el cual se cimienta este estudio

comparatístico es el de mito definido por Anna Trocchi, quien habla de sus

características en la acepción etno-religiosa y, además, propone dos defini-

ciones en el sentido literario: la primera hace referencia al mito preexistente

recuperado por la literatura, es decir, el que pasa de la tradición oral a la escri-

tura; en la segunda se engloban los mitos nacidos de la literatura, como son los

casos del hombre superfluo, popular en la literatura rusa del siglo xix o el de Don

Juan (Trocchi, 2002).

El concepto de mito que interesa para el presente análisis corresponde

a la primera definición, los preexistentes a la escritura. En consecuencia,

se tomará la brindada por Marisa Belmonte y Margarita Burgueño (2006)

en su Diccionario de mitología para analizar el paso del mito en un sentido

etno-religioso al literario.

En pocas palabras, Narciso era un hermoso joven, hijo del río Céfiso y de la

ninfa Liríope. Por causa de su increíble belleza, todos los que lo rodeaban,

hombres o mujeres, caían enamorados perdidamente de él; pero Narciso,

soberbio y desdeñoso, los despreciaba a todos. Una de las víctimas de su

desprecio fue Eco,6 quien se consumió en unas rocas tratando de calmar

su sufrimiento. A causa de todos los males que había provocado el orgulloso

6 Dentro de la mitología griega, Eco fue una ninfa de la montaña educada por musas, habitaba el monte Helión y amaba su propia voz. Ella se enamoró de Narciso y lo persiguió por todos lados: bosques, desiertos, mares o fuentes. Al ser rechazada con crueldad, se escondió en la roca más profunda del bosque; allí se consumió hasta morir, pero quedaron su voz y sus huesos transformados en peñascos (Belmonte y Burgueño, 2006).

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Narciso, la diosa de la venganza divina, Némesis,7 lo castigó haciendo que

se enamorase de su propia imagen reflejada en el agua. Llevado por la

pasión al mirar su reflejo, Narciso terminó por tirarse a las aguas. Murió

ahogado. En el sitio donde cayó su cuerpo, creció una hermosa flor que

hace honor a su nombre y belleza (Belmonte y Burgueño, 2006).

Una vez descritas las acciones y acontecimientos en las cuales se funda

el mito de Narciso, así como los motivos que lo conforman (el agua refle-

jante y la flor), se procede a analizar la tematización y su actualización en

los cuentos escogidos.8

Las primeras semejanzas y diferencias entre los cuentos se encuentran

en las cuestiones formales. Aunque es verdad que, teniendo en cuenta

el lirismo y la musicalidad del lenguaje de ambas obras (más notorio en el

caso de Neuman), se podría proponer que los dos textos corresponden al

género del poema en prosa. Con el entendido de que estamos ante dos

microrrelatos, no estaría de más empezar el estudio comparativo desde

el elemento del narrador. Ramón Gómez de la Serna (2015) opta por usar

una voz narrativa al estilo decimonónico y tradicional: “Narciso perdió

el equilibrio” (177). Este es un narrador omnisciente, localizado fuera de

la acción narrativa y que conoce todo el devenir de los acontecimientos,

incluidos aquellos que no se conocían (en los cuales profundizaremos

7 Hija de Nix, Némesis se vengaba en nombre de los dioses de todas aquellas personas que no hubiesen recibido castigo por parte de la justicia humana. Se la puede ver más bien como una mensajera de los dioses que atacaba en nombre de estos a los pecadores de soberbia y altivez como Narciso (Belmonte y Burgueño, 2006).

8 En pocas palabras, se define el concepto de motivo literario como la partícula mínima de sentido que conforma el material temático (Trocchi, 2002). Por ejemplo, en el mito de Narciso, los motivos serían el agua reflejante en que Narciso se embelesa consigo mismo o la flor bella en que es convertido como castigo divino. Ambos forman el tema del mito: el castigo por el pecado de la soberbia.

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más adelante): “lo que no se sabe de la leyenda de Narciso es lo que pasó

al atardecer de su último día” (Gómez de la Serna, 2015: 177).

La voz narrativa es distinta en Testamento de Narciso: “El hecho de ser flor

no importa para el caso. Tengo un lago a mi lado, eso es verdad, pero no

crean que me sirve de gran cosa” (Neuman, 2015: 120). La actualización

que hace Andrés Neuman del mito es tan importante que en su obra

Narciso es el narrador protagonista. Él relatará su propio testamento,

donde confiesa sus pensamientos más íntimos, los cuales no existen en

el mito original, pues en él, Narciso, no tiene voz propia: “el mundo lleva

una eternidad juzgándome […] sin embargo hay cosas que, modesta-

mente, no debieran omitirse al contar una historia; cosas que, por no ser

esenciales, pueden cambiar el final de una historia, y a veces el principio”

(Neuman, 2015: 120).

Se aprecia que, debido a la diferencia de los narradores utilizados

por cada autor, la postura frente al mito en cada microrrelato será

diferente. Por un lado, el narrador omnisciente de Ramón Gómez de

la Serna permite conocer acontecimientos o hechos que no aparecen

en el relato original; mientras que, por otro, Andrés Neuman, gracias a

la posición de Narciso como narrador protagonista, abre la posibilidad

de descubrir sus pensamientos o motivos, detalles apartados del mito

clásico por no considerarse esenciales y que han ocasionado un juicio

negativo del protagonista a lo largo de la historia.

De igual forma, los títulos de ambos microrrelatos obedecen a la idea de

la actualización del mito. Ello es parte de la tematización desarrollada en

ambos textos al agregar motivos nuevos a los ya establecidos. En El reflejo

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9 La prosopopeya es entendida como el recurso literario de brindarle características humanas a cosas que no las tienen en la vida real.

de Narciso existe un narrador que cuenta lo que nadie sabe; le otorga prota-

gonismo al reflejo, le brinda cualidades humanas a partir del recurso de

la prosopopeya:9 “Narciso perdió el equilibrio, dio una vuelta de campana

en el agua y su reflejo, la imagen espejada en el oscuro líquido, es la que

salió a flote y la comenzó a vivir como recuerdo de Narciso” (Gómez de la

Serna, 2015: 177). Aquí llama la atención la vuelta de campana, pues se

relaciona con la vuelta de tuerca del mito clásico. Entonces, lo esencial

es el desdoblamiento de Narciso a través de su imagen reflejada y cómo

el reflejo humanizado vive como un simple recuerdo. Así, el tema prin-

cipal es el recuerdo de algo perdido.

En el caso de Andrés Neuman, el tema es la vida pasada de Narciso y

las causas que lo llevaron a convertirse en lo que el mito clásico afirma.

El texto inicia con una especie de introducción por el Narciso narrador en

la que se asiste a una descripción del espacio que lo rodea cuando ya se

convirtió en flor, tal como reza el mito griego:

Sé que hay un cielo encima de mí –aunque no pueda verlo– y aún recuerdo de él su poder para colorear los paisajes y calentar la hierba. Estoy perfectamente al tanto de los vegetales que crecen a mi alre-dedor, e incluso de algunos conozco secretos. La mayoría no sale de una especie de bello y empecinado letargo, no sabría decir si feliz […] definitivamente, éste no es mi reino. Pensarán que aquel tampoco lo era, y en cierto modo no se equivocan (Neuman, 2015: 120).

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En la cita anterior son trascendentales dos cuestiones: primero, igual que

Ramón Gómez de la Serna, Neuman recurre a la prosopopeya para darle voz

a Narciso convertido en flor; segundo, la parte final es esencial para la inter-

pretación del texto, puesto que muestra a un Narciso con una capacidad de

reflexión sobre sí mismo, inexistente en el mito clásico.

Más adelante, esta capacidad de reflexión llevará al Narciso de Neuman a

analizar los hechos de su vida pasada hasta el punto de juzgarse por los

errores que cometió:

Mi joven vida de hombre estuvo invadida, desde luego, por ciertas tentaciones que hoy yo mismo me reprocho. No me place recordar las mañanas de marzo, los altivos paseos entre los árboles, el excesivo gusto por el sueño y los elixires […] no se culpe a la belleza: mis errores fueron otros, más terribles. Yo buscaba amar a los demás hombres, festejar sus virtudes; pero cómo hacerlo, dónde fijarse. Cualquiera que haya vagado por Roma podrá entenderme. Aquel vulgar populacho de familias insatis-fechas, sus comilonas, sus esclavos, ese obsceno placer por la brutalidad y la aspereza (Neuman, 2015: 120).

Aparte de localizar a Narciso en un espacio específico (Roma, llena de

aspereza y fealdad), jamás mencionado en el relato original, la actualiza-

ción del mito por Andrés Neuman va más allá. Gracias a la introducción

del motivo de la búsqueda de la virtud del alma humana y el consiguiente

desengaño al no encontrarla, se ve que en la tematización particular de

Neuman, Narciso, más que un arrogante ser castigado por su amor a sí

mismo, es una víctima del horror y la repugnancia de su contexto. Las

últimas palabras del microrrelato ejemplifican a la perfección esta idea:

“no se nos culpe a las flores de los crímenes que cometa la fealdad”

(Neuman, 2015: 120).

Andrés Neuman, desde su postura de escritor contemporáneo, despega

a Narciso de cualquier juicio negativo ocasionado por el tono moralizante

que conlleva el mito original y reivindica a la figura mítica.

Por parte de Ramón Gómez de la Serna, la tematización del mito se

inclina más hacia el recuerdo de lo perdido, como ya se mencionó, de algo

que era pero ya no es. A partir del desdoblamiento, el reflejo de Narciso

es el que vive. Se aprecia un cambio en sus características respecto al

mito griego: “por eso el Narciso viviente, el que se pasea por el mundo es

pálido, desvanecido, estéril, de palabra meliflua: un Narciso pasado por

agua, sombra nada más de aquel hijo de los dioses” (Gómez de la Serna,

2015: 177).

En la actualización escrita desde el siglo xx por Ramón Gómez de la Serna

ya no se está ante el bello, radiante y esplendoroso personaje del relato

mítico, sino ante un simple reflejo. Se muestran las ruinas de lo que fue

alguna vez. En mi opinión, Gómez de la Serna fue movido por el desencanto

que abrazó a varios autores de ese siglo ante la entrada de la modernidad, la

industrialización y la globalización, lo que explicaría el tono de nostalgia

que embarga el texto. Particularmente, así como Joyce en su Ulises

desprende al héroe clásico Odiseo de todo halo deslumbrante y mítico,

Ramón Gómez de la Serna hace lo mismo, como si toda figura heroica en

el siglo xx debiera ser pálida y de palabra meliflua.

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RefeRenciasBelmonte, M. y Burgueño, M. (2006). Diccionario de mitología (dioses, héroes, mitos y

leyendas), Madrid: Libsa. Gómez de la Serna, R. (2015). “El reflejo de Narciso” en A. Serrano Cueto (comp.),

Después de Troya. Microrrelatos hispánicos de tradición clásica, Palencia: Menoscuarto.Guillén, C. (2005). Entre lo uno y lo diverso. Introducción a la literatura comparada (Ayer y hoy),

Barcelona: Tusquets.Laplanche, J. y Pontalis, J. (1996). Diccionario de psicoanálisis, Buenos Aires: Paidós.Neuman, A. (2015). “Testamento de Narciso” en A. Serrano Cueto, (comp.), Después de

Troya. Microrelatos hispánicos de tradición clásica, Palencia: Menoscuarto.Nivelle, A. (1984). “¿Para qué sirve la literatura comparada?”, Teoría y praxis de la literatura

comparada (trad. Ignacio Torres Corredor), Barcelona: Alfa.Trocchi, A. (2002). “Temas y mitos literarios” en A. Gnisci, (comp.), Introducción a la literatura

comparada, (trad. Luigi Giuliani), Barcelona: Crítica.

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