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Sistema Económico Latinoamericano y del Caribe Latin American and Caribbean Economic System Sistema Econômico Latino-Americano e do Caribe Système Economique Latinoaméricain et Caribéen La acentuación de la crisis económica global: situación e impacto en América Latina y el Caribe Secretaría Permanente del SELA Caracas, Venezuela Abril de 2009 SP/Di No. 02 - 09

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Sistema Económico Latinoamericano y del Caribe Latin American and Caribbean Economic System Sistema Econômico Latino-Americano e do Caribe Système Economique Latinoaméricain et Caribéen

La acentuación de la crisis económica global: situación e impacto en América Latina y el Caribe

S ecretaría Permanente del SELA C aracas, Venezuela A bril de 2009 SP/Di No. 02 - 09

Copyright © SELA, abril de 2009. Todos los derechos reservados. Impreso en la Secretaría Permanente del SELA, Caracas, Venezuela. La autorización para reproducir total o parcialmente este documento debe solicitarse a la oficina de Prensa y Difusión de la Secretaría Permanente del SELA ([email protected]). Los Estados Miembros y sus instituciones gubernamentales pueden reproducir este documento sin autorización previa. Sólo se les solicita que mencionen la fuente e informen a esta Secretaría de tal reproducción.

La acentuación de la crisis económica global: Análisis y propuestas del SELA SP/Di No. 02 - 09

C O N T E N I D O PRESENTACIÓN RESUMEN EJECUTIVO 3 I. INTRODUCCIÓN 5 II. EL AGRAVIMIENTO DE LA CRISIS ECONÓMICA GLOBAL 6 II.1 Las magnitudes y pronósticos sobre el deterioro en los niveles de actividad 6

II.2 El deterioro en el comercio internacional y en los movimientos internacionales de capital 13 II.3 Las respuestas en curso 16

III. SITUACIÓN E IMPACTOS EN AMÉRICA LATINA Y EL CARIBE 26 III.1 Impacto sobre los mercados financieros y monetarios de la región 26 III.2 Impacto sobre la economía real de la región 31

III.2.1 Inversión Extranjera Directa (IED) 35 III.2.2 Las remesas 37 III.2.3 La Ayuda Oficial al Desarrollo (AOD) 38 III.3 Las respuestas a la crisis por parte de América Latina y el Caribe 39 III.3.1 A nivel nacional 39 III.3.2 A nivel regional y en el ámbito multilateral 40

IV. POSIBLES RESPUESTAS DE LA REGIÓN ANTE LA CRISIS MUNDIAL 42 IV.1 A nivel nacional 42 IV.2 A nivel regional 44 IV.3 A nivel global 46 BIBLIOGRAFÍA 48

Secretaría Permanente Relaciones Extrarregionales

Cuadros y Gráficos Gráfico I Previsiones del FMI para 2008 6 Gráfico II Previsiones del FMI para 2009 7 Gráfico III Crecimiento real del PIB y el comercio en los países de la OCDE, 2007-2008 8 Gráfico IV Comportamiento del índice de la Bolsa de Tokio 9 Gráfico V Comportamiento del índice de la Bolsa de Londres 9 Gráfico VI EE.UU.: Comportamiento de las Bolsas 9 Gráfico VII EE.UU. y UE: Comportamiento del crédito privado y público 10 Gráfico VIII Deuda gubernamental 10 Gráfico IX EE.UU.: Comportamiento de algunos indicadores 11 Gráfico X Producción Industrial del G-7 12 Gráfico XI EE.UU., UE y Japón: Tasas de desempleo 12 Gráfico XII Exportaciones Mundiales 2005-2008 13 Gráfico XIII Exportaciones e importaciones mensuales de mercancías de

algunas economías. Enero 2006 a febrero 2009 14 Gráfico XIV Incremento del proteccionismo en el período reciente 14 Gráfico XV Ingresos de IED, global y por grupos de economías. 1980-2000 15 Gráfico XVI Financiamiento a mercados de bonos de países emergentes 16 Gráfico XVII México: Índice de precios y cotizaciones de la Bolsa de Valores 27 Gráfico XVIII Brasil: Índice Bovespa 27 Gráfico XIX Argentina: Índice Merval 28 Gráfico XX México: Tipo de cambio peso/dólar 29 Gráfico XXI Brasil: Tipo de cambio real/dólar 29 Gráfico XXII Argentina: Tipo de cambio peso/dólar 30 Gráfico XXIII Riesgo país, 2007-2009 31 Gráfico XXIV Comportamiento de los precios de las materias primas 34 Gráfico XXV Precios del petróleo, 2007-2009 35 Gráfico XXVI América Latina y el Caribe: Inversión Extranjera Directa Neta 37 Cuadro 1 Panorama de medidas de política del G-20 más España y Holanda 17 Cuadro 2 Inyecciones de Capital a los Bancos 18 Cuadro 3 FMI: Estimaciones de crecimiento para América Latina y el Caribe 32 Cuadro 4 JP Morgan: Estimaciones de crecimiento para América Latina 33 Cuadro 5 Banco Mundial: Estimaciones del comportamiento del comercio en América Latina y el Caribe 34 Cuadro 6 Flujos de Inversión Extranjera Directa (IE) hacia América Latina 36 Cuadro 7 Flujos de remesas hacia América Latina y el Caribe 2006-2008 pronósticos para 2009 38 Recuadro Recomendaciones de la Comisión de Expertos de la Asamblea General de la ONU 25

La acentuación de la crisis económica global: Análisis y propuestas del SELA SP/Di No. 02 - 09

P R E S E N T A C I Ó N

Este documento de la Secretaría Permanente del Sistema Económico Latinoamericano y del Caribe (SELA), tiene como propósito fundamental realizar una actualización de trabajos anteriores elaborados por el organismo sobre la crisis económica internacional, sus impactos en nuestra región y los posibles cursos de acción de América Latina y el Caribe (ALC) frente a dicha crisis. Después de la introducción, el estudio se estructura en tres capítulos. El primero hace un análisis del agravamiento que ha evidenciado en meses recientes, la situación económica global. Con posterioridad, se realiza una evaluación de la situación e impactos en ALC, para concluir con la presentación de lo que – desde la perspectiva del SELA – debieran ser las posibles respuestas de nuestra región ante la más grave crisis mundial de los últimos ochenta años. La Secretaría Permanente del SELA reconoce el trabajo realizado por el Dr. Jaime Estay Reyno, economista chileno residente en México, en su condición de consultor para la realización de este análisis, quien a su vez agradece la colaboración a él prestada por el Lic. Carlos Otto Vázquez.

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RESUMEN EJECUTIVO

- Conforme han ido transcurriendo los primeros meses del año 2009, la crisis económica se ha seguido profundizando, acentuándose su carácter global tanto en relación a los países afectados, como respecto a los sectores de actividad económica en los que se ha hecho presente el deterioro. Esta crisis, también ha afectado de múltiples formas a las economías de América Latina y el Caribe (ALC) a pesar del relativo buen desempeño económico que había mostrado la región en los años previos. - Hoy se reconoce que el estallido y gravedad de la crisis no fueron previstos, ni por los gobiernos ni tampoco por aquellos organismos internacionales que tienen entre sus funciones precisamente hacer el seguimiento de la economía mundial y anticipar y prevenir la aparición de las crisis. Algo semejante ha venido ocurriendo una vez iniciada la crisis, con la multiplicación y corrección periódica de los pronósticos acerca de su posible duración y profundidad, en la misma medida que la propia crisis ha ido ampliando sus alcances. De hecho, en muy cortos períodos de tiempo - en ocasiones de sólo dos meses - todos los pronósticos sobre el comportamiento económico global y por regiones y países, se han corregido a la baja y en magnitudes considerables, reflejando ello los elevados grados de error que han acompañado a los análisis realizados sobre el alcance y las predicciones sobre el desenvolvimiento de la crisis. - La segunda mitad del año 2008, y en particular los últimos tres meses de ese año, sin duda constituyeron un período no sólo de profundización de la crisis financiera y de rápida expansión de ella hacia los restantes ámbitos de la actividad económica interna de las principales economías, sino también de inicio de un profundo deterioro tanto en el comercio como en los flujos internacionales de capital. Estos dos elementos, se han constituido en un importante mecanismo de transmisión de la crisis hacia la totalidad de la economía mundial, y en particular hacia los países en desarrollo. - Conforme van pasando los meses, y al igual que ocurre con los países desarrollados, se confirma en América Latina y el Caribe (ALC) que la crisis va abarcando cada vez un mayor número de ámbitos, afectando al conjunto de indicadores que dan cuenta de su comportamiento económico y social. Lo anterior se da a pesar de las múltiples acciones que en diferentes campos, y desde distintos frentes, se vienen poniendo en marcha tanto en las economías altamente industrializadas como en los países latinoamericanos y caribeños para enfrentar la crisis. - Por lo anterior, resulta prioritaria la discusión acerca de la evaluación de las medidas adoptadas para enfrentar la actual crisis global, y al mismo tiempo redefinir nuestras estrategias al respecto. Un primer punto a tener en cuenta, se deriva del reconocimiento de que estamos frente a la más grave crisis mundial de los últimos ochenta años a lo que se agrega que ella, a diferencia de otras que se han presentado, adquiere características específicas dado el alto grado de interconexión presente entre todos los países y regiones así como entre los distintos componentes y procesos de la economía mundial, muchos de los cuales han alcanzado grados de sofisticación impensables hace apenas dos décadas. - Ese reconocimiento, obliga a un esfuerzo considerable para articular el conjunto de la estrategia en los distintos frentes y ámbitos, con el propósito de lograr no únicamente salir de la crisis, sino sobre todo empezar a generar los cambios estructurales que permitan un mejor posicionamiento de las economías latinoamericanas y caribeñas en el conjunto de la economía mundial.

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4- Es necesario tener presente que la superación de la actual crisis requiere de respuestas nacionales creativas y novedosas en función de la complejidad de elementos que se entrecruzan en el plano financiero y monetario y en la economía real. Nuevos desafíos precisan de nuevas respuestas, por lo que las medidas que ayer pudieron haber sido suficientes para enfrentar crisis previas hoy pueden resultar incluso obsoletas. - Pero, el carácter global de la crisis, sus múltiples dimensiones y mecanismos de transmisión y los profundos procesos de intervinculación que la precedieron, obligan a enfrentarla a través de estrategias que vayan más allá de cada ámbito nacional. Si bien las políticas internas desempeñan un importante papel, ellas por fuerza para ser exitosas deberán complementarse con acciones externas de distinto tipo, entre las cuales un importante lugar lo ocupan aquellas dirigidas a avanzar en la coordinación, vinculación e integración de América Latina y el Caribe. - Para que ello ocurra, una primera condición es que no se repitan experiencias del pasado. En los casi cincuenta años que han transcurrido desde la creación de los primeros esquemas de integración (el Mercado Común Centroamericano y la ALALC/ALADI), la región ha acumulado una larga lista de momentos en los que el esfuerzo integrador se vio frenado, e incluso retrocedió, como resultado de situaciones de crisis y de las políticas que en esos momentos se aplicaron para enfrentarlas. - El que ello vuelva a suceder hoy, sería muy desafortunado, ya que se estaría cerrando el acceso a un camino que debe ser plenamente utilizado para enfrentar la crisis. En esas circunstancias, volver la vista a la región más que una opción es un imperativo, aunque lograrlo requiere de una clara decisión política y, en no pocos casos, de la revisión de estrategias en las cuales las relaciones con países fuera de América latina y el caribe han sido en los hechos notoriamente prioritarias y el esfuerzo de integración regional ha jugado un papel más bien residual. - Si bien es aún pronto para afirmarlo, diversas acciones desarrolladas en el ámbito de la integración regional en los meses recientes, pudieran posibilitar que, en efecto, la actual crisis mundial se constituya en un acicate para profundizar los vínculos entre los países de la región, a la vez que en un valioso instrumento para enfrentarla. - Lo anterior, obliga a la generación a nivel de América Latina y el Caribe de canales efectivos de intercambio permanente de información, sobre todo tratándose de información sobre políticas y acciones que en cualquier sentido pueden afectar a los restantes países de la región. Ese intercambio de información debería incluir esfuerzos conjuntos de monitoreo de temas relevantes, entre los cuales destaca hoy todo lo referido al desenvolvimiento de la crisis mundial, de los impactos que ella está teniendo en las economías latinoamericanas y caribeñas, y de las medidas globales, regionales y nacionales que están siendo impulsadas para hacerle frente. - Otra importante tarea que corresponde abordar en el ámbito regional, se refiere a la formulación de estrategias y acciones comunes frente al resto del mundo. El reclamo de que al negociar frente a terceros América Latina y el Caribe “no habla con una sola voz”, se ha escuchado muchas veces, y esa sola voz es hoy más necesaria que nunca. El actual escenario internacional está preñado de negociaciones y conflictos en los más variados foros, frente a los cuales la conformación de posiciones comunes es obligada para tener injerencia en los rumbos de lo que se discute y decide.

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- Ante ese escenario, hay que generar las condiciones que permitan una activa participación de los países de la región en todos los espacios en los cuales se está reestructurando la economía mundial. Esa participación además, debería darse de manera coordinada, formulando posiciones y acciones frente a los grandes y múltiples problemas que hoy están en debate, para lo cual resulta indispensable aprovechar un foro como el SELA, que es de alcance verdaderamente regional y tiene precisamente como su propósito fundamental servir como órgano de consulta y concertación – para asuntos económicos y sociales - de América Latina y el Caribe. - Toda crisis arroja a su paso ganadores y perdedores y la actual de ninguna manera es una excepción. Hay múltiples maneras de enfrentar los problemas mundiales que hoy están en discusión y cuales de ellas finalmente se elijan definirá en importante medida sobre quiénes y en qué grado recaerán los costos de la crisis. Ante ello, el silencio y la inacción no son un camino y sí lo es la formulación de adecuadas políticas nacionales, la profundización de la integración y la cooperación regional y la participación de los países latinoamericanos y caribeños en los foros mundiales que hoy existen y en los nuevos espacios que el propio desenvolvimiento de la crisis irá abriendo. I. INTRODUCCIÓN Conforme han ido transcurriendo los primeros meses del año 2009, la crisis económica se ha seguido profundizando, acentuándose su carácter global tanto en relación a los países afectados, como respecto a los sectores de actividad económica en los que se ha hecho presente el deterioro. Lo que estalló como una crisis inmobiliaria en Estados Unidos, desde hace ya varios meses se amplió en ese país desde el sector hipotecario hacia el conjunto del ámbito financiero, y desde la actividad de construcción hacia los restantes sectores productivos. Simultáneamente, esta espiral recesiva fue tomando cuerpo en otros países y en la totalidad de la actividad económica mundial, generando un proceso de deterioro económico global que aún no termina de desenvolverse. Ante ese deterioro, siguen quedando errados los pronósticos que se realizan y limitadas las medidas en curso que se adoptan. Así, se multiplican los análisis y los debates, tanto respecto de las causas del deterioro, como en relación a las políticas nacionales, regionales y multilaterales - inmediatas y de mayores plazos - que deben adoptarse para enfrentar dichas causas y superar la actual emergencia económica mundial. La crisis en curso ha afectado de múltiples formas a las economías de América Latina y el Caribe (ALC) a pesar del relativo buen desempeño económico que había mostrado la región en los años previos, apoyada en varios casos por el favorable comportamiento de los precios de los principales productos de exportación. Manifestándose en primer lugar en el plano financiero y teniendo entre algunos de los principales mecanismos de transmisión al comercio y la inversión, la crisis se propagó de manera generalizada al sector real de la economía afectando a la producción y el empleo con graves efectos previsibles en el ámbito social. El escenario anterior, obliga a una revisión de lo sucedido en el funcionamiento de la economía mundial, en el sistema financiero internacional, y en las economías de la región con el objetivo de apuntar a la formulación de las estrategias y políticas que mejor ayuden a atenuar los impactos de la crisis.

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6Teniendo presente esa necesidad, en el presente documento, que tiene como base al texto La Crisis Financiera del 2008: Análisis y propuestas del SELA [2008], presentado por la Secretaría Permanente a sus Estados Miembros el 30 de octubre de 2008, se revisan en el siguiente apartado los principales contenidos que hasta ahora va asumiendo la crisis a nivel global, así como las medidas tomadas ante ella y las diferencias y debates que al respecto se están presentando, y luego se identifican los principales impactos que dicha crisis está teniendo en América Latina y el Caribe, para concluir con la presentación de algunas propuestas acerca los posibles cursos de acción de los países de la región ante la crisis mundial. II. EL AGRAVAMIENTO DE LA CRISIS ECONÓMICA GLOBAL II.1 Las magnitudes y pronósticos sobre el deterioro en los niveles de actividad Ha pasado a ser un lugar común, el reconocimiento de que el estallido y gravedad de la crisis no fueron previstos, ni por los gobiernos ni tampoco por aquellos organismos internacionales que tienen entre sus principales funciones precisamente el seguimiento de la economía mundial y el anticipar y prevenir la aparición de las crisis. Algo semejante ha venido ocurriendo una vez iniciada la crisis, con la multiplicación y corrección periódica de los pronósticos acerca de su posible duración y profundidad, en la medida en que la propia crisis ha ido ampliando sus alcances. Como una muestra de la magnitud de esas correcciones, en los siguientes dos gráficos se entregan las previsiones que el FMI ha venido ofreciendo sobre el crecimiento de la actividad económica en sus informes y actualizaciones de Perspectivas de la Economía Mundial y en un documento que dicha institución preparó para la reunión de ministros del G-20 de mediados de marzo.1

GRÁFICO IPrevisiones del FMI para 2008

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Abril 2007 Julio 2007 Oct 2007 En 2008 Abril 2008 Julio 2008 Oct 2008 Nov 2008 En 2009 Marzo 2009

Fecha de la Previsión

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PIB Mundial Países desarrollados EE.UU. Euro Area Japón

1 FMI [2009c]. En ese documento, el FMI presenta algunas de sus previsiones a través de rangos, de los cuales se han tomado los puntos medios para construir ambas gráficas.

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GRÁFICO IIPrevisiones del FMI para 2009

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Enero 2008 Abril 2008 Julio 2008 Oct 2008 Nov 2008 Enero 2009 Marzo 2009

Fecha de la previsión

(tasa

s de

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o de

l PIB

)

PIB Mundial Países desarrollados EE.UU. Euro Area Japón En dichas gráficas se observa que en cortos periodos de tiempo, en ocasiones de sólo dos meses, todas las previsiones se han corregido a la baja y en magnitudes considerables, con lo cual la suma de correcciones alcanza montos importantes, reflejando todo ello los elevados grados de error que han acompañado a los esfuerzos de predicción del desenvolvimiento de la crisis. Así, por ejemplo, entre enero de 2008 y marzo de 2009, las previsiones para el último de esos años han pasado de un crecimiento de 4.4 por ciento a una caída de 0.8 por ciento para el producto mundial y para el PIB de Japón han pasado de un crecimiento de 1.7 por ciento a una disminución de 5.8 por ciento.2 Los ejemplos de correcciones de esas magnitudes son muchos y abarcan tanto a gobiernos como a organismos internacionales, a tal punto que desde el segundo semestre de 2008 se ha desatado una verdadera “guerra de pronósticos”, cada uno de los cuales corrige a la baja a los anteriores, lo que refleja claramente no sólo los problemas y errores de predicción sino también que la crisis aún no ha tocado fondo, sin que a la fecha pueda decirse con certeza cuando ocurrirá eso, ni cuando empezará la recuperación. Una imagen general de la profundidad y rapidez de la caída que ha venido ocurriendo en la producción y el comercio internacional se presenta en el gráfico 3, que corresponde a una información reciente de la OMC referida a los países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE).

2 Un ejemplo reciente de diferencias en los pronósticos, son los materiales publicados en marzo de 2009 por el FMI [2009d] –el cual se utilizó para construir una parte de los Gráficos I y II– y por la OCDE [2009]. En esos textos, los pronósticos de comportamiento del PIB para 2009, son los siguientes:

EE.UU. Área Euro Japón FMI -2.6 -3.2 -5.8 OCDE -4-0 -4.1 -6.6

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En el gráfico anterior, se observa que para el promedio de los países de la OECD si bien desde los meses anteriores se venía dando un deterioro de la producción y el comercio internacional, dicho deterioro se acentuó al máximo desde el último trimestre de 2008, a tal punto que para ese trimestre el PIB de los miembros de la OCDE disminuyó en casi 1 por ciento y sus exportaciones cayeron en más de 6 por ciento, ocurriendo todo ello luego de que en septiembre de ese año se acentuó la crisis financiera (con la bancarrota del banco de inversión Lehman Brothers) y se iniciaron en varias naciones las operaciones gubernamentales de rescate, intervención o nacionalización de intermediarios financieros. A pesar de esas operaciones, y de las restantes respuestas ante la crisis a las que más adelante se hará referencia, el deterioro económico se mantuvo e incluso se acentuó, tanto en el ámbito financiero como en la producción. En el ámbito financiero, un primer elemento de continuidad y acentuación del deterioro a destacar, es el referido a la caída de las bolsas de valores. En las siguientes tres gráficas, que corresponden a los principales índices de Estados Unidos, Japón e Inglaterra, se observa que entre mediados de mayo de 2008 y finales de marzo de 2009 dichos índices han disminuido entre un 37 por ciento (Financial Times de la Bolsa de Londres) y un 40 por ciento (Dow Jones de la Bolsa De Nueva York), compartiendo todos ellos la profunda caída de septiembre/octubre de 2008, la nueva caída de febrero y comienzos de marzo de 2009 y la recuperación parcial después de ésta última.

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Según estimaciones del FMI [2009] de enero del presente año, el deterioro potencial de los activos crediticios de origen estadounidense ascendió a 2,2 billones de dólares –lo que implica un incremento de 0.8 billones respecto de la estimación presentada por ese mismo organismo en octubre de 2008– abarcando tanto a títulos bursátiles como a las carteras de préstamos de los bancos, para los cuales se prevén castigos contables para 2009 y 2010 que generarán déficit de capital de al menos medio billón de dólares.

La crisis en los mercados financieros se ha expresado en una disminución del crédito al sector privado, empujada por normas más estrictas de otorgamiento, a las cuales ya se están sumando reducciones en la demanda, en tanto que el crédito al sector público se ha incrementado en varios países. En el gráfico VII, referido a Estados Unidos y la Zona Euro, se observa tanto la violenta reducción ocurrida durante 2008 en el crédito al sector privado, como el rápido incremento del crédito al sector público que se da en el segundo semestre de ese año, cuestión ésta última que ha venido implicando a nivel global aumentos en la deuda gubernamental, los que según previsiones del FMI se mantendrán durante los próximos años (Gráfico VIII).

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A esas distintas evidencias del deterioro financiero, se agregan los graves problemas presentes en todo el resto de la actividad económica interna de los países, que también se han agudizado desde la segunda mitad de 2008. En el caso de EE.UU. (Gráfico IX), las cifras disponibles más recientes indican para el cuarto trimestre de 2008 una caída de 6.2 por ciento en la producción global y disminuciones para ese mismo periodo también superiores al 6 por ciento en la inversión fija no residencial y residencial. En el caso de esta última, las caídas han sido continuas desde mediados del año 2005, a tal punto que desde ese entonces y hasta fines de 2008 dicha inversión acumuló una disminución de 45 por ciento. Así también, en ese país las ganancias de las corporaciones no financieras han tendido a la baja desde hace ya algún tiempo, de tal manera que el monto de dichas ganancias en el tercer trimestre de 2008 fue un 12 por ciento inferior al de dos años antes.

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GRÁFICO IX. EE.UU.: Comportamiento de algunos indicadores

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Fuente: Consejo de Asesores Económicos [2009]

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PIB Inversión fija residencial Inversión fija no residencial Ganancia Corporaciones No financ.

Tanto en Estados Unidos como en otros países, uno de los indicadores más claros del deterioro económico es el referido a la producción industrial, cuyo comportamiento para los miembros del G-7 se observa en el Gráfico X. Allí se puede ver la caída generalizada de dicha producción desde mediados del año 2008, a tal punto que en el segundo semestre de ese año acumuló una disminución de 12 por ciento en Alemania e Italia y en los casos de Estados Unidos y Japón la reducción acumulada hasta enero de 2009 fue de 9 por ciento y de 29 por ciento, respectivamente. En el interior del sector industrial, si bien ha habido impactos en muchas ramas, éstos han sido particularmente fuertes en industrias tales como automóviles, aeronaves, materiales de construcción, bienes de consumo y acero.

Un componente obligado de la crisis, que ya se está haciendo sentir con fuerza, es el incremento del desempleo. Aunque también respecto de este problema las estimaciones y pronósticos son muy variados, es evidente que la capacidad de generación de empleos se está viendo duramente golpeada y día a día se multiplican las informaciones de cierres de empresas, ajustes de personal, “paros técnicos”, etc. Al respecto, una información reciente de la Organización Internacional del Trabajo [OIT 2009: VII] señala que en el año 2008 a nivel global el número de desempleados se incrementó en 14 millones y, según esa fuente, para 2009 “…a medida que continúan propagándose la crisis y la pérdida de puestos de trabajo, el desempleo a nivel mundial podría aumentar en al menos 38 millones”. En tal sentido, según se ve en el siguiente gráfico para febrero de 2009 la tasa de desempleo alcanzó 8.1 por ciento en los Estados Unidos, lo cual implica un muy rápido incremento si se considera que dicha tasa era de 5 por ciento apenas en abril del año anterior.

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GRÁFICO X. Producción Industrial del G-7

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dic-08

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Fuente: Consejo de Asesores Económicos [2009]

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EE.UU Canadá Japón Francia Alemania Italia R, Unido

Así, a fines de 2008 por primera vez en mucho tiempo la tasa de desempleo de Estados Unidos igualó a la de la Unión Europea (UE), y ello a pesar de que según información de Eurostat [2009: 1] en los países de la UE durante el cuarto trimestre de 2008 hubo una disminución absoluta de 672,000 en el número de personas empleadas.

GRÁFICO XI. EE.UU., Unión Europea y Japón: tasas de desempleo

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abr-0

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Fuente: Eurostat, base de datos en línea y Consejo de Asesores Económicos [2009]

U. Europea (27 países) EE.UU. Japón

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II.2 El deterioro en el comercio internacional y en los movimientos internacionales de capital

La segunda mitad del año 2008, y en particular los últimos tres meses de ese año, sin duda constituyeron un período no sólo de profundización de la crisis financiera y de rápida expansión de ella hacia los restantes ámbitos de la actividad económica interna de las principales economías, sino también de inicio de un profundo deterioro tanto en el comercio como en los flujos internacionales de capital. Estos dos elementos, se han constituido en un importante mecanismo de transmisión de la crisis hacia la totalidad de la economía mundial, y en particular hacia los países en desarrollo. En lo que respecta al comercio internacional, las exportaciones totales se estancaron durante el tercer trimestre de 2008 y en el siguiente trimestre disminuyeron en más de veinte por ciento (véase gráfico XII). A ello se agrega que, según una evaluación reciente de la OMC [2009], que la propia Organización califica de “insólitamente sombría”, el volumen del comercio mundial caerá en 2009 un 9.0 por ciento debido a la contracción de la demanda mundial,3 lo que significará el mayor descenso anual desde la segunda guerra mundial, estimándose que en ese año el volumen de exportaciones de los países desarrollados disminuirá en 10.0%, en tanto que los países en desarrollo verán caer sus exportaciones en un rango de entre 2.0 y 3.0 por ciento.

GRÁFICO XII. Exportaciones Mundiales 2005-2008

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2007

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2008

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Fuente: Base de datos de la OMC

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En ese mismo documento de la OMC, se entrega información del comportamiento reciente del comercio para distintos países, la cual se reproduce parcialmente en el siguiente gráfico. Allí se observa que desde el inicio del segundo semestre de 2008 comenzó a evidenciarse una profunda caída en las exportaciones e importaciones de mercancías de la Unión Europea y Estados Unidos, y en los meses siguientes aparece la misma tendencia para Japón y China, a tal punto que en todos esos casos los volúmenes del comercio para enero de 2009 son cercanos o inferiores a los de hace tres años.

3 Esa estimación supera ampliamente a la formulada en enero por el FMI [2009d], que pronosticaba una caída de 2.8 por ciento para 2009 en los volúmenes del comercio mundial.

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Ese deterioro del comercio internacional amenaza agravarse con la aparición de tendencias proteccionistas, las cuales si bien son rechazadas de manera generalizada en las declaraciones de gobiernos y reuniones multilaterales, en los hechos han venido incrementando su presencia en las políticas y planes anticrisis anunciados en distintos países (véase Gráfico XV).

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En el comportamiento de los flujos de Inversión Extranjera Directa (IED), el deterioro también se ha hecho claramente presente a lo largo del año 2008 y sobre todo después de septiembre. Según información de la UNCTAD [2009], para ese año los flujos mundiales de ingreso de IED cayeron en 21 por ciento, como resultado de una disminución de 33 por ciento en los países desarrollados – con las mayores afectaciones en Alemania, Francia, Hungría e Italia – y de crecimientos de 3.6 y de 6.2 por ciento en los países en desarrollo y en las economías en transición, respectivamente, los cuales son bastante menores a los de años anteriores.

Según la UNCTAD, esa caída en los flujos mundiales de IED, que significó una reducción absoluta de 384000 millones de dólares en el monto de 2008 respecto del año anterior, estuvo empujada por un menor acceso al crédito, el deterioro de las perspectivas y la aversión al riesgo y se acompañó por una caída también muy profunda – de 17 por ciento en los primeros 10 meses de 2008, respecto del mismo período del año anterior –, en las fusiones y adquisiciones (FyA) transfronterizas, que desde hace tiempo se han transformado en un componente central de los movimientos internacionales de capital. Estas últimas transacciones, se han visto afectadas por el deterioro de los mercados bursátiles –a los que usualmente se recurre para conseguir fondos que permitan las FyA a través de “compras apalancadas”– y por la reducción o freno de diversas intenciones de ampliación del capital, como resultado de la crisis. En esta breve revisión de lo ocurrido con los movimientos internacionales de comercio y de capital, cabe finalmente agregar que también los flujos de inversiones indirectas se han visto afectados, siendo éste un importante mecanismo de transmisión de la crisis hacia los países emergentes. En el marco de la contracción general del crédito privado y de los procesos de “desapalancamiento” que están teniendo lugar, la UNCTAD [2009] reporta que los préstamos sindicados hacia esos países han caído bruscamente desde el cuarto trimestre de 2008, a lo cual se agrega la violenta reducción en ese trimestre de las compras de bonos emitidos desde dichas naciones, que puede ser observada en el Gráfico XVI.

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II.3 Las respuestas en curso En los ámbitos nacionales, desde los últimos meses de 2008 se han venido definiendo y aplicando políticas de respuesta ante la crisis. Paralelamente a ello, se ha intentado avanzar también en respuestas coordinadas entre los gobiernos y en acuerdos referidos a las condiciones y problemas internacionales que requieren enfrentarse para la superación de la crisis. En lo que respecta a las respuestas nacionales, además de las políticas fiscales y monetarias que los gobiernos han venido aplicando con distinta fuerza, varios de ellos también han puesto en marcha políticas para atender al componente bancario de la crisis. Al respecto, en el siguiente cuadro se presenta el recuento de estas últimas realizado por el FMI hasta fines de febrero de 2009 y que está referido a los países del G-20 (más España y Holanda). Allí se observa que en esos 22 países los gobiernos han tomado medidas de fortalecimiento de la liquidez, en tanto que 13 de ellos han creado garantías a préstamos mayoristas, 9 han implementado planes de adquisición de activos, 9 han puesto en marcha planes de capitalización y 8 han creado o fortalecido seguros de depósito, siendo Rusia y Alemania los dos únicos de esos países que han aplicado todas esas medidas.

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CUADRO 1

Panorama de medidas de política del G-20 más España y Holanda (hasta febrero 24, 2009)

Contención Resolución

Establecim. Incremento o

expansión Seguros de

Depósito

Garantías a Préstamos Mayoristas

Fortalecimiento de la liquidez Planes de

Capitalización

Planes de Adquisición de Activos

Argentina X Australia X X X X Brasil X X Canadá X X X China X Francia X X X Alemania X X X X X India X Indonesia X X Italia X X X Japón X X X México X X Holanda X X X X Rusia X X X X X Saudi Arabia

X X X

Sud Africa X España X X X X Corea del Sur

X X X X

Turquía X Reino Unido

X X X X X

Estados Unidos

X X X X X

Fuente: FMI [2009c: 12] En relación a los planes de capitalización, según las estimaciones del FMI que se presentan en el siguiente cuadro, para febrero de 2009 las inyecciones de capital a los bancos en los países allí incluidos llegan a un monto de casi 400 mil millones de dólares – de los cuales un 59 por ciento corresponden a Estados Unidos –, y según la misma fuente de ese cuadro, un 77 por ciento de esas inyecciones se han concretado bajo la forma de acciones preferentes.4

4 En el mismo documento del que se ha tomado el Cuadro 2 [FMI, 2009a], luego de analizar con detalle las acciones nacionales tomadas frente a la crisis bancaria, se concluye que ellas han tenido un impacto limitado sobre los bancos, no han logrado revertir la débil confianza del mercado, han tenido una cobertura desigual, no han logrado hacer frente a las consecuencias de la evolución mundial de la crisis y se han movido excesivamente en el criterio de “caso por caso”, por todo lo cual se recomienda incrementar las medidas para “contener aún más el deterioro del sector bancario”.

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Cuadro 2 Inyecciones de Capital a los Bancos

(hasta febrero de 2009, en miles de millones de dólares)

China 19.2 Francia 17.0 Alemania 26.6 Holanda 22.3 Rusia 20.3 Arabia Saudita 2.7 Corea del Sur 2.3 R. Unido 52.6 EE.UU. 236.0 Total 399.0 Fuente: FMI [2009a: 9]

De las distintas respuestas nacionales, la más publicitada ha sido la del gobierno de Estados Unidos, que el 3 de octubre de 2008 promulgó la Emergency Economic Stabilization Act (EESA), luego de que la administración Bush lograra superar distintas reticencias, sobre todo de congresistas republicanos. Como es sabido, el principal contenido de la EESA fue permitir el uso de hasta 700 000 millones de dólares para adquirir hipotecas y otros activos que estén lastrando los balances de las instituciones financieras, así como para financiar un programa que permitiría a las compañías asegurar sus activos problemáticos. Como parte de la EESA, en el período reciente la administración Obama ha puesto en marcha un Plan de Estabilidad Financiera (el 10 de febrero de 2009) y ha anunciado (el 26 de marzo) una reforma en la regulación financiera que deberá ser aprobada por el Congreso. El Plan de Estabilidad Financiera, que fue diseñado [Departamento del Tesoro, 2009] “para atacar a nuestra crisis de crédito en todos los frentes con todo nuestro arsenal de instrumentos financieros y los recursos acordes a la profundidad del problema”, tiene como su componente más relevante al Programa Estatal-Público de Inversión (PPIP, por sus siglas en inglés), planteado como un esquema de inversión a través del cual se financiará en conjunto con el capital privado hasta 1 billón de dólares para la compra de los "activos tóxicos" que ponen en riesgo a los bancos, para lo cual se usarán de 75 mil a 100 mil millones de dólares del monto autorizado en la EESA.5 En lo que respecta a la reforma en la regulación financiera, ella incluiría la imposición de mayores controles en instituciones hasta ahora escasamente reguladas, así como la creación de un organismo regulador de riesgos intrínsecos para vigilar las instituciones más importantes.

5 Paul Krugman [2009] ha criticado duramente el PPIP, en los siguientes términos: “Este plan producirá grandes ganancias para bancos que en realidad no necesitan ayuda; sin embargo, hace poco para tranquilizar al público acerca de los bancos que están gravemente descapitalizados. Y me temo que cuando el plan falle, como ocurrirá casi seguramente, la administración habrá disparado su saeta: no podrá volver al Congreso para un plan que podría realmente funcionar.”

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Dicha reforma, se corresponde con un creciente reconocimiento tanto de las insuficiencias existentes en el marco regulatorio estadounidense de los mercados financieros, como de la falta de aplicación de las regulaciones existentes. En tal sentido, en un Reporte de la Oficina de Rendición de Cuentas Gubernamentales (GAO, que se define como “el brazo de auditoría e investigación del Congreso de los EE.UU.”), presentado ante el Senado estadounidense el 18 de marzo de 2009, al referirse a los reguladores de las actividades bancarias (la Reserva Federal, la Oficina del Interventor de la Moneda y la Oficina de Supervisión del Ahorro) y a los reguladores de actividades bursátiles (la Comisión de Valores y Bolsa y la Autoridad Reguladora de la Industria Financiera), se plantea lo siguiente [GAO, 2009: 4]: “En el examen de los materiales que revisamos, encontramos que los reguladores habían identificado numerosas debilidades en los sistemas de gestión de riesgos de las instituciones antes del principio de la crisis financiera; sin embargo, los reguladores no trataron eficazmente las debilidades o en algunos casos no apreciaron completamente su magnitud hasta que las instituciones fueron tensionadas. … “Algunos aspectos del sistema regulador pueden haber obstaculizado la supervisión de los reguladores de la gestión de riesgos. Uno es que ningún regulador mira sistemáticamente y con eficacia a través de todas las instituciones financieras grandes y complejas para identificar los factores que podrían tener un efecto de desestabilización en el sistema financiero total. Consecuentemente, los reguladores de las actividades bancarias y de seguros continúan determinando la gestión de riesgos sobre todo en un nivel institucional individual. Incluso, cuando los reguladores realizan exámenes horizontales a través de las instituciones en áreas tales como la prueba de la tensión, prácticas del riesgo crediticio y los riesgos de productos hipotecarios estructurados, no utilizan consistentemente los resultados para identificar riesgos sistémicos potenciales.”6 Una segunda respuesta nacional a la crisis que interesa mencionar – aunque más bien se trata de una respuesta plurinacional –, es la de la Unión Europea. Las líneas generales de dicha respuesta están plasmadas en el Plan de Recuperación de la Economía Europea, el cual fue propuesto a fines de noviembre de 2008 por la Comisión de las Comunidades Europeas [2008] y se puso en marcha en diciembre. En dicho Plan, se establecen como fundamentos un principio – “la solidaridad y la justicia social”– y dos pilares: “Una importante inyección de poder adquisitivo en la economía, para aumentar la

demanda y estimular la confianza”, para lo cual se contempla un impulso presupuestario de 200 mil millones de euros, que equivalen a 1.5 por ciento del PIB conjunto de los países miembros de la Unión. En documentos posteriores (Comisión de las Comunidades Europeas [2009: 2]) se plantea que el monto del esfuerzo fiscal será de 400 mil millones de euros, que equivalen a 3 por ciento del PIB.

“Orientar la acción a corto plazo para reforzar la competitividad de Europa en el largo plazo”, para lo cual se plantea priorizar inversiones “en las competencias adecuadas para las necesidades de mañana”: eficiencia energética, tecnologías limpias e infraestructura.

6 En ese mismo Reporte, en la parte final se plantea lo siguiente (GAO: 2009: 29) “La crisis financiera actual ha revelado que muchas instituciones no habían identificado, medido y manejado adecuadamente, todos los componentes básicos una sana gestión del riesgo. También encontramos que para el número limitado de instituciones grandes y complejas que repasamos, los reguladores fallaron en identificar la magnitud de estas debilidades y cuando las debilidades fueron identificadas, no tomaron generalmente medidas poderosas para incitar a estas instituciones a enfrentarlas.”

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20En el marco del Plan de Recuperación, un tema al que se ha dado un gran énfasis es el del fortalecimiento de la supervisión de las instituciones y mercados financieros de la Unión Europea. En tal sentido, la Comisión Europea desde octubre de 2008 nombró a un grupo de expertos, encabezados por Jacques de Larosière, los cuales el 25 de febrero de 2009 entregaron un Reporte [Larosiere y otros, 2009] en el que plantean un total de 31 recomendaciones sobre el tema, que apuntan a “una nueva agenda regulatoria”, un “fortalecimiento en la coordinación de la supervisión macro y micro prudencial”, y “eficaces procedimientos de gestión de crisis”. Con base en ese Reporte, actualmente la Comisión Europea [2009] está proponiendo la creación de un Sistema Europeo de Supervisión Financiera, así como “un nuevo y ambicioso programa de reformas, con cinco objetivos fundamentales: 1) Dotar a la UE de un marco de supervisión que detecte temprano los posibles riesgos,

trate con ellos de manera efectiva antes de que tengan un impacto, y enfrente el reto de la complejidad de los mercados financieros internacionales.

2) Llenar las lagunas en las que la reglamentación europea o nacional es insuficiente o

incompleta, sobre la base de un enfoque de "seguridad primero". 3) Garantizar que los inversores europeos, los consumidores y las PYME puedan tener

confianza sobre sus ahorros, el acceso al crédito y sus derechos en lo que respecta a los productos financieros.

4) Mejorar la gestión del riesgo en las empresas financieras y alinear los incentivos de

pago con el rendimiento sostenible. 5) Garantizar sanciones más eficaces contra los infractores del mercado.” En lo que respecta a la discusión y generación de respuestas ante la crisis a nivel internacional, el principal espacio en que ello se ha venido dando es el del Grupo de los veinte (G-20), cuya reunión cumbre en Washington el 15 de noviembre de 2008, convocada para ese fin, suscitó una gran atención de los medios de prensa.7 Como resultado de esa reunión, emitieron una Declaración [G-20: 2008], en la que como punto principal colocan a “la reforma de los mercados financieros”, respecto de la cual definen cinco principios y un Plan de Acción consistente en un conjunto de medidas asociadas a esos principios: Principio 1: “fortalecer la transparencia y la responsabilidad”, para el cual definen 5

“acciones inmediatas para el 31 de marzo de 2009” y 3 “acciones a medio plazo”. Entre las primeras se encuentran la identificación de deficiencias contables y la mejora en la valoración de activos y en las normas internacionales de contabilidad; entre las segundas está crear una sola norma de alta calidad mundial y su aplicación y ejecución coherente, así como contar con información completa del estado financiero de las instituciones financieras.

Principio 2: “mejora de la regulación”, subdividido en “regímenes regulatorios”,

“supervisión prudencial” y “administración del riesgo”, y para el cual definen 12 acciones inmediatas y 8 a medio plazo. Entre las primeras se encuentran que el FMI y

7 El G-20 lo componen la Unión Europea, como bloque, y diecinueve países: Alemania, Arabia Saudita, Argentina, Australia, Brasil, Canadá, China, Corea del Sur, Estados Unidos, Francia, India, Indonesia, Italia, Japón, México, Reino Unido, Rusia, Sudáfrica y Turquía. A la reunión, asistieron también Holanda y España.

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el Foro de Estabilidad Financiera (FEF) “deberán desarrollar recomendaciones para atenuar las políticas procíclicas”; que los reguladores se aseguren de “que las agencias de calificación crediticia cumplen los estándares más altos” y de que “las firmas financieras implementan políticas para mejorar la gestión del riesgo de liquidez”; que “las autoridades deben asegurar que las entidades financieras mantienen capital en las cantidades necesarias para suscitar confianza”; y, que “los bancos deberían llevar a cabo una gestión de riesgos efectiva y mostrar diligencia sobre los productos estructurados y la garantía”.

Entre las medidas de medio plazo está que “los países que aún no lo hayan hecho deberán comprometerse a examinar e informar sobre la estructura y los principios de su sistema de regulación”; que se realice “un examen del alcance de la regulación financiera … para que todas las instituciones importantes del sistema estén debidamente reguladas”; que las agencias de calificación crediticia estén registradas”; “la supervisión de la liquidez de los bancos transfronterizos”; y que “las autoridades deberían monitorizar los cambios sustanciales en los precios de las acciones y sus implicaciones para la macroeconomía y los sistemas financieros.”

Principio 3: “promover la integridad de los mercados financieros”, para el cual definen 3 acciones inmediatas y 3 a medio plazo. Entre las primeras se encuentran que “las autoridades nacionales y regionales deberían trabajar juntas para mejorar la cooperación”; que ellas deberían promocionar entre sí el intercambio de información; que dichas autoridades deberían también revisar las reglas de conducta en los negocios; y, que “en caso de conductas inadecuadas, debe existir un régimen de sanciones apropiado”. Entre las segundas está que se apliquen “medidas nacionales e internacionales para proteger el sistema financiero global de las jurisdicciones con falta de cooperación y falta de transparencia” y promover el intercambio de información fiscal.

Principio 4: “fortalecer la cooperación internacional”, para el cual definen 2 acciones

inmediatas y 2 a medio plazo. Entre las primeras se encuentran un contacto continuo entre los supervisores y los altos cargos de bancos globales; y, mejorar los protocolos de gestión y actuación ante riesgos. Entre las segundas, está que las autoridades deberían recolectar información en áreas donde convergen las prácticas regulatorias que necesitan un proceso más rápido.

Principio 5: “reformar las instituciones financieras internacionales”, para el cual definen 6

acciones inmediatas y 3 a medio plazo. Entre las primeras se encuentran la expansión del FEF; ampliar la colaboración del FMI con el FEF; la adecuación de los recursos del FMI, el Banco Mundial y otros bancos de desarrollo; “explorar los modos para reestablecer el acceso de los países emergentes y en desarrollo a los créditos y reanudar los flujos privados de capital que son críticos para la sostenibilidad del desarrollo”; y, que los bancos internacionales de desarrollo ofrezcan soporte “a los países con buenos antecedentes y políticas sanas”.

Entre las segundas, está la reforma de las instituciones de Bretton Woods para que “reflejen de forma adecuada los cambios de peso en la economía mundial”; y, que “las economías avanzadas, el FMI y otras organizaciones internacionales deberán proveer de programas de creación de capacidad para las economías emergentes y los países en desarrollo, sobre la formulación y la implementación de nuevas regulaciones nacionales, coherentes con los estándares internacionales.

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22Con posterioridad a esa reunión cumbre del G-20, los ministros de finanzas y los gobernadores de los Bancos Centrales de los países miembros realizaron el 14 de marzo una reunión preparatoria de la siguiente cumbre, en la cual revisaron los avances del Plan de Acción definido en noviembre y emitieron un Comunicado, en el que destacan la necesidad de restaurar el crecimiento global y hacen recomendaciones a la Cumbre de Londres, relacionadas al fortalecimiento del sistema financiero. En el marco de los principios y acciones que se definieron en la Cumbre de Washington, existen diferencias no menores entre los miembros del G-20, que se hicieron presentes en la Cumbre de Londres del 2 de abril. Varias de esas diferencias ubican de una parte a Estados Unidos y Reino Unido y de la otra a los restantes miembros europeos del G-20 – especialmente Alemania y Francia –, en temas tales como la prioridad que debería asignarse a los aspectos regulatorios vis a vis los esfuerzos por dinamizar la economía con recursos públicos; el monto en que deberían incrementarse los recursos del FMI; y, el tratamiento a las jurisdicciones no cooperativas. Además de esos temas, todos los cuales aparecen formalmente incorporados en las acciones definidas por el G-20, existe otro que no ha sido incorporado pero que amenaza hacerse presente con fuerza, y que se refiere al papel del dólar como moneda internacional. Si bien en una Declaración que los BRIC (Brasil, Rusia, India y China) presentaron en la reunión ministerial del 14 de marzo se menciona la necesidad de estudiar la función de las monedas de reserva8 –lo que no quedó incluido en el Comunicado final de la reunión9–, entre los países del G-20 los planteamientos más explícitos sobre el tema han correspondido a dos de los miembros de los BRIC, Rusia y China. En lo que respecta a Rusia, el 16 de marzo de 2009 el Presidente de ese país, Dmitry Medvedev, emitió un comunicado donde presenta propuestas a la Cumbre de Londres y, en el apartado titulado “Reformando el sistema monetario y financiero internacional”, plantea lo siguiente [Medvedev, 2009: 3]: “Hacemos un llamado para una reforma del sistema monetario y financiero internacional que mejore su estabilidad y elimine las desproporciones económicas globales (o reduzca el riesgo de su aparición). En vista de ello, sugerimos que el FMI (o un Grupo de Trabajo Especial del G-20) deben ser instruidos para llevar a cabo estudios específicos para examinar las siguientes opciones: Ampliación (diversificación) de la lista de monedas usadas como reserva, sobre la

base de medidas acordadas para fomentar el desarrollo de centros financieros regionales principales. En este contexto, debemos considerar la posibilidad de establecimiento de mecanismos regionales que contribuyan a reducir la volatilidad de los tipos de cambio de esas monedas de reserva.

Introducción de una moneda supra-nacional de reserva para ser emitida por las

instituciones financieras internacionales. Parece apropiado considerar el papel del FMI en este proceso y examinar la viabilidad y la necesidad de adoptar medidas

8 La mención es la siguiente [BRIC, 2009: 3]: “Hacemos un llamado para el estudio de la evolución del sistema monetario internacional, incluida la función de las monedas de reserva. Esto ayudaría a aclarar el papel del Fondo en la economía internacional a la luz de las lecciones extraídas de la crisis.” 9 De hecho, la palabra “dólar” no aparece mencionada ni una sola vez en ese Comunicado y su Anexo, y lo mismo ocurre en las 10 páginas que forman la Declaración Final y el Plan de Acción de la Cumbre de Washington del G-20.

La acentuación de la crisis económica global: Análisis y propuestas del SELA

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para garantizar el reconocimiento de los DEG como una moneda de "supra-reserva" de toda la comunidad mundial.”10

En lo que respecta a China, el Gobernador del Banco Central de ese país, Zhou Xiaochuan [2009], emitió el 23 de marzo de 2009 un comunicado en el cual plantea que “El estallido de la crisis y su extensión a todo el mundo reflejan la vulnerabilidad intrínseca y los riesgos sistémicos en el actual sistema monetario internacional”, y que “ El objetivo deseable de la reforma del sistema monetario internacional […] es la creación de una moneda de reserva internacional que esté desconectada de las naciones y sea capaz de permanecer estable en el largo plazo, eliminando así las deficiencias inherentes causadas por el uso de crédito basado en monedas nacionales”. Después de esos párrafos, se pronuncia por un reemplazo gradual del dólar por Derechos Especiales de Giro (DEG), argumentando dicho reemplazo en los siguientes términos: “La administración centralizada de las reservas de los países miembros por el Fondo sería una medida eficaz para promover un mayor papel de los DEG como moneda de reserva. Para alcanzar esto, el FMI puede fijar un fondo de composición abierta denominado en DEG basado en las prácticas del mercado, permitiendo la suscripción y el rescate en las monedas de reserva existentes de varios inversionistas según lo deseado. Este arreglo no sólo promoverá el desarrollo de activos denominados en DEG, sino también permitirá parcialmente la administración de la liquidez bajo la forma de las monedas de reserva existentes. Puede incluso poner las bases para aumentar la asignación de DEG para substituir gradualmente las monedas de reserva existentes por los DEG.”11 Finalmente, interesa destacar que, si bien por el papel que está intentando jugar ante la crisis se ha centrado la atención en las reuniones del G-20, en las posiciones de los gobiernos miembros de ese grupo y en los acuerdos que de allí están surgiendo, existen otros muchos espacios a nivel internacional en los cuales se discuten estrategias y acciones frente a la crisis mundial, algunos de los cuales se revisarán en el siguiente apartado para el caso de América Latina y el Caribe. De esos espacios, hay uno de singular importancia, que es la Asamblea General de las Naciones Unidas, en el cual está en marcha un proceso de evaluación y formulación de propuestas acerca de la crisis. Atendiendo al acuerdo plasmado en la Declaración final de la Cumbre de Doha sobre Financiamiento del Desarrollo, realizada en Doha del 29 de noviembre al 2 de diciembre del 2008, el Presidente de la Asamblea General de la ONU,

10 En el mismo Comunicado, Medvedev propone retirarle al FMI algunas de sus funciones, en los siguientes términos: “Creemos que debe considerar si no sería práctico para transferir algunas de las siguientes funciones a otras estructuras supra-nacionales no asociados con el FMI: - El seguimiento y establecimiento de un sistema de alerta temprana de crisis sobre la base de una actualización constante de evaluación de los riesgos sistémicos; - Actuar como un prestamista de último instancia; - El seguimiento de la aplicación del Marco de Normas Regulatorias Universales; - Actuar como el emisor de una moneda de reserva mundial.” 11 Los planteamientos de Rusia y de China respecto del posible reemplazo del dólar como moneda internacional, fueron inmediatamente rechazados por funcionarios estadounidenses. Por una parte, el secretario del Tesoro, Timothy Geithner, y el presidente de la Reserva Federal, Ben Bernanke, manifestaron el 24 de marzo su “rechazo categórico” a esa posibilidad, en el marco de su participación en una audiencia legislativa. Por otra parte, al día siguiente en una rueda de prensa en la Casa Blanca, el presidente Barack Obama manifestó que "No hay necesidad de introducir una nueva moneda global".

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24Miguel D’Escoto, convocó a una Conferencia de Alto Nivel para abordar el tema de la crisis, y estableció un grupo de trabajo de expertos, encargado de examinar el funcionamiento del sistema financiero mundial, incluidos órganos como el Banco Mundial y el FMI, y de sugerir medidas que podrían adoptar los Estados Miembros de la Organización para lograr un orden económico mundial más sostenible y justo. Dicha Comisión, que está presidida por Joseph Stiglitz y cuyos restante miembros proceden del Japón, Europa Occidental, África, América Latina y Asia meridional y oriental, tuvo su reunión inaugural el 5 de enero de 2009, y el 19 de marzo presentó un informe en el cual se formulan un conjunto de recomendaciones, referidas a la transformación de la estructura económica global para superar la crisis económica mundial y evitar su repetición. Dicho Informe, del cual se reproducen las recomendaciones en el siguiente Recuadro, en su Preámbulo plantea que [Stiglitz y otros, 2009: 2]: “Las medidas de corto plazo para estabilizar la actual situación deben asegurar la protección de los pobres del mundo, mientras que a largo plazo las medidas para hacer menos probable una repetición [de la crisis] deben garantizar una financiación sostenible para fortalecer la respuesta política de los países en desarrollo. Sin una respuesta verdaderamente inclusiva, que reconozca la importancia de todos los países en el proceso de reforma, la estabilidad económica mundial no se puede recuperar, y el crecimiento económico, así como la reducción de la pobreza en todo el mundo se verán amenazados. Esa respuesta mundial incluyente requerirá la participación de toda la comunidad internacional, y ella debe abarcar, más que el G-7 o el G-8 o el G-20, a los representantes de todo el planeta, el G-192.” Además de reivindicar esa necesidad de que el espacio de discusión y definición de estrategias ante la crisis se amplíe, dando cabida a los 170 países que hoy no la tienen, según se puede observar en el recuadro, la Comisión propone una agenda de reformas globales que incluye, entre otras cosas, un nuevo sistema mundial de reservas y la creación de un Consejo de Coordinación Económica Global, de una Autoridad de Regulación Financiera Global y de una Autoridad de Competencia Mundial, así como una reorientación de las direcciones que hasta ahora ha tenido la Ronda de Doha de la OMC, todo ello acompañado de apoyos para los países en desarrollo y de mayores controles hacia los mercados financieros.

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RECUADRO RECOMENDACIONES DE LA COMISIÓN DE EXPERTOS

DE LA ASAMBLEA GENERAL DE LA ONU Medidas inmediatas 1. Todos los países desarrollados deben tomar acciones fuertes, coordinadas y eficaces

a los efectos de estimular sus economías. 2. Los países en desarrollo necesitan fondos adicionales 3. La movilización de fondos adicionales para el desarrollo a través de la creación de un

Nuevo Fondo de Crédito 4. Los países en desarrollo necesitan más espacio de políticas. 5. La falta de coherencia entre las políticas que rigen el comercio y las finanzas deben

ser corregida. 6. La respuesta a la crisis debe evitar el proteccionismo. 7. La apertura de los mercados de los países avanzados a las exportaciones de los

países menos adelantados. 8. Aprender de las políticas exitosas para llevar a cabo las reformas regulatorias. 9. La coordinación de los impactos domésticos y globales de los apoyos

gubernamentales al sector financiero. 10. La mejora de la coordinación de las políticas económicas globales. Agenda para las reformas sistémicas 1. Un nuevo sistema mundial de reservas. 2. Reformas de la gobernanza de las Instituciones Financieras Internacionales. 3. Un Consejo de Coordinación Económica Global. 4. Mejor y más equilibrada vigilancia. 5. Reforma de las políticas de Banco Central para promover el desarrollo. 6. Políticas de los mercados financieros:

a. Seguridad de los Productos Financieros. b. Aplicación completa de la regulación financiera. c. Regulación del comercio de derivados. d. Regulación de las agencias de calificación crediticia. e. Hacia acuerdos institucionales globales para regular la economía mundial: una Autoridad de Regulación Financiera Global; una Autoridad de Competencia Mundial. f. la regulación del país anfitrión hacia las filiales extranjeras g. Instituciones reguladoras.

7. Apoyo a las innovaciones financieras para mejorar la mitigación de riesgos. 8. Mecanismos para el manejo de reestructuración de la deuda soberana y las

controversias sobre inversiones transfronterizas. 9. Terminación de una Ronda de Comercio verdaderamente orientada hacia el

desarrollo. 10. Más estable y sostenible financiamiento para el desarrollo. Fuente: Stiglitz y otros [2009]

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III. SITUACIÓN E IMPACTOS EN AMÉRICA LATINA Y EL CARIBE En el escenario global descrito en el apartado anterior, con la crisis deslizándose por una pendiente cada vez más pronunciada, que obliga a recurrentes y generalizadas correcciones a la baja en las estimaciones de los principales indicadores económicos, el deterioro económico mundial ha ido extendiendo sus alcances a los distintos países de América Latina y el Caribe. Ello se manifestó en un primer momento en el plano monetario y financiero de esas economías con severas caídas en las bolsas de valores, devaluación de las monedas locales frente al dólar y elevación del riesgo-país, entre otros aspectos, para continuar penetrando al conjunto de la economía real, e impactar en la producción, el comercio exterior, la inversión, el empleo y el consumo de los países de la región, con sus consecuentes derivaciones en el plano político y sus previsibles efectos en el ámbito social. Conforme van pasando los meses, y al igual que ocurre con los países desarrollados, se confirma que la crisis va abarcando cada vez un mayor número de ámbitos, afectando al conjunto de indicadores que dan cuenta del comportamiento económico y social en la región. Lo anterior se da a pesar de las múltiples acciones que en diferentes campos, y desde distintos frentes, se vienen poniendo en marcha tanto en las economías altamente industrializadas como en los países caribeños y latinoamericanos para enfrentar la crisis. Dichas acciones incluyen un vasto arsenal de medidas de todo tipo, públicas y privadas, ortodoxas y heterodoxas, en el sector financiero y en el productivo, nacionales y multilaterales, a pesar de lo cual no existen elementos firmes que permitan concluir que se ha tocado fondo en la caída ni, mucho menos, que se hayan comenzado a manifestar los primeros síntomas de una probable recuperación. III.1 Impacto sobre los mercados financieros y monetarios de la región Sin duda, en América Latina y el Caribe los primeros efectos en gran escala de la crisis se dejaron sentir sobre los mercados financieros y monetarios. El desplome de las bolsas de valores más importantes de la región, en concordancia con el desempeño de los principales mercados accionarios del mundo, se acompañó de bruscas y sucesivas devaluaciones de las monedas locales y de una disminución de los montos de reservas internacionales, fenómenos todos ellos que expresaban la magnitud del complejo tsunami financiero originado en Estados Unidos. Por lo que se refiere a la bolsa mexicana de valores, en tan sólo seis meses, del 22 de abril al 27 de octubre de 2008, sufrió una caída cercana al cincuenta por ciento, al pasar el Índice de Precios y Cotizaciones (IPC) de 32,039 a 16,868 unidades. A partir de esa fecha, el IPC, fue recuperándose para alcanzar un máximo de 23,250 puntos el primer día hábil del 2009 y a partir de entonces continuó con su errático comportamiento dentro de una tendencia gradual a la baja, lo que le ha llevado a perder en el transcurso del 2009 cerca del 12 por ciento del valor con el que inició el año, para ubicarse en los 20,542 puntos a finales de marzo.

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GRÁFICA XVII. México: Índice de Precios y Cotizaciones de la Bolsa de Valores

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Fuente: Banco de México En cuanto al desempeño del mayor mercado de acciones de ALC, la bolsa de valores de Sao Paulo, después de la brusca caída del índice Bovespa, que pasó de un nivel de más de 71,000 unidades a principios de junio de 2008 a poco menos de 30,000 unidades a finales de octubre de 2008, – lo que significó una reducción superior al 58 por ciento en el período y que la bolsa brasileña cerrara por debajo de los 30,000 puntos por primera vez en los últimos tres años –, en los cinco meses posteriores ha presentado una serie de altibajos para situarse por encima de las 42,500 unidades a fines de marzo de 2009, lo que muestra que el brusco descenso que presentó el índice tocó piso a finales de octubre y, en segundo lugar, que a partir de noviembre de 2008 se puede percibir una tendencia a su recuperación gradual y paulatina, pero dentro de los bajos niveles en los cuales se ha mantenido la bolsa brasileña durante cerca de medio año.

GRÁFICA XVIII. Brasil: Índice Bovespa

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Fuente: Bovespa

Secretaría Permanente Relaciones Extrarregionales

28Por lo que hace a Argentina, el índice del Mercado de Valores de Buenos Aires (Merval) pasó de ubicarse en las 2,095 unidades el primero de julio de 2008 a 840 puntos el 27 de octubre, lo que representó una pérdida del 59.9 por ciento en menos de cuatro meses. A partir de esa fecha, el mercado accionario ha tenido un comportamiento cíclico para ubicarse a finales de marzo de 2009 en las 1171 unidades. Con excepción de la primera semana de marzo, durante 2009 el índice se ha ubicado por encima de la barrera de los 1,000 puntos, si bien la ganancia acumulada en todo el año ha sido poco significativa, al pasar de las 1143 unidades el 2 de enero a las 1171 unidades el 26 de marzo, lo que representa un incremento marginal de sólo 2.44 por ciento.

GRÁFICA XIX. Argentina: Índice Merval

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Fuente: Merval

En lo que respecta al mercado cambiario, la moneda mexicana sufrió una severa devaluación de más del cincuenta por ciento en los últimos meses, al pasar de 9.94 pesos por dólar el 8 de agosto de 2008 a 15.35 pesos por dólar el 11 de marzo de 2009. Si bien a partir de esa fecha el peso comenzó a ganar terreno lentamente, hasta ubicarse en 14.21 unidades por dólar el 26 de marzo, su depreciación ha superado el 40 por ciento. El escenario de caída obligó a la intervención del Banco de México en el mercado cambiario por primera vez en diez años, subastando en un solo día 6400 millones de dólares y en el lapso de tres días –del 8 al 10 de octubre de 2008– un total de 8900 millones, equivalentes a más de la mitad de los 17000 millones de dólares que subastó en todo el año 2007, a pesar de lo cual el tipo de cambio peso-dólar alcanzó máximos históricos para este país.

La acentuación de la crisis económica global: Análisis y propuestas del SELA

29SP/Di No. 02 - 09

GRÁFICA XX. México: Tipo de Cambio peso/dólar

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Fuente: Banco de México

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En lo que hace al real, la moneda brasileña ha seguido perdiendo fuerza frente al dólar si bien dicha caída ha sido más atenuada en los últimos meses ya que en el período julio-septiembre se depreció en un 25 por ciento, al pasar de 1.6057 a 2.0080 reales por dólar, en tanto que en el lapso octubre2008-marzo 2009 la moneda brasileña se devaluó en 15 por ciento para llegar a las 2.3021 unidades por unidad de divisa estadounidense (ver gráfica XXI). Producto de los descensos señalados, el real ha acumulado en los últimos nueve meses una caída superior al 43 por ciento en un entorno financiero nacional caracterizado por el acelerado aumento de la deuda externa de las empresas brasileñas, la elevación del riesgo país y la intervención del banco central con subasta de dólares en venta directa para sostener su moneda.

GRÁFICA XXI. Brasil: tipo de cambio real/dólar

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Fuente: www.exchange-rates.org

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30 El peso argentino por su parte, continuó con su paulatina depreciación que le ha hecho perder alrededor del 25 por ciento de su valor en los últimos nueve meses. Entre el 1º de julio y medidos de octubre el peso se devaluó en 6 por ciento, mientras que de mediados de octubre a la fecha sufrió una pérdida de 18 por ciento más frente al dólar (ver gráfica XXII). El banco central ha venido inyectando dólares al mercado para evitar un descenso súbito de la moneda local y permitir una depreciación gradual con miras a mantener el peso en niveles competitivos. Por lo que hace a otras monedas en la región en Chile, Colombia y Perú se vienen presentando comportamientos similares en términos de la depreciación de las monedas locales, con un cambiante escenario financiero y un panorama francamente recesivo en muchas de las economías de la región.

GRÁFICA XXII. Argentina: tipo de cambio peso/dólar

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Fuente: www.exchange-rates.org

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)

El deterioro del sector financiero en América Latina y el Caribe ha conducido también a una brusca elevación del riesgo país medido a través del Índice de Bonos de Mercados Emergentes (EMBI), en tanto hay una mayor percepción de que las economías de la región pueden no cumplir con los términos acordados para el pago de su deuda externa. De esta manera, mientras a principios de junio de 2008 el riesgo país se ubicaba en 135 puntos base para México, 190 puntos base para Brasil y 547 puntos base para Argentina, el 24 de octubre el riesgo país ya era de 595 puntos base para México, 668 puntos base para Brasil y 1843 puntos para Argentina. Con posterioridad a esta cresta, el riesgo país si bien ha ido disminuyendo lentamente para los países latinoamericanos que integran el índice, todavía se encuentra en términos elevados y hacia finales de marzo de 2009 era de 366 puntos base para México, 426 puntos base para Brasil y 1884 puntos para Argentina, cifra que es incluso mayor que la que había alcanzado en el mes de octubre de 2008.

La acentuación de la crisis económica global: Análisis y propuestas del SELA

31SP/Di No. 02 - 09

III.2 Impacto sobre la economía real de de la región En relación al comportamiento esperado del producto interno bruto (PIB) de América Latina y el Caribe para el año 2009, las estimaciones destacan la tendencia a su disminución y el hecho de que dicha disminución representa un importante quiebre del sostenido nivel de crecimiento que había presentado el producto en la región durante los años previos. El escenario optimista que se desprendía del crecimiento existente en la región, era expresado por el Fondo Monetario Internacional en abril de 2007 en los siguientes términos: [FMI, 2007] “La región de ALC ha registrado avances económicos significativos en los últimos años, y 2007 probablemente será el quinto año de la que es ya la etapa de recuperación y expansión más vigorosa desde los años setenta. Aunque persisten diferencias importantes entre países, el año pasado se registraron nuevamente superávits fiscales primarios y en cuenta corriente sin precedentes, menor inflación, menor deuda pública y nuevas mejoras en las estructuras de endeudamiento. La estabilidad se mantuvo y el crecimiento aumentó, incluso en países que sufrieron transiciones políticas importantes. Las tasas de desempleo y pobreza siguieron bajando y la desigualdad en la región está disminuyendo por primera vez en varias décadas.” Respecto a las correcciones a la baja que se han venido dando en la evolución esperada del PIB en la región, en el cuadro 3 se puede apreciar que hace menos de un año, en abril de 2008, el Fondo Monetario Internacional estimaba que América Latina y el Caribe crecería a un ritmo de 4.3 por ciento para el 2009. Este pronóstico, sin embargo, tuvo que ser modificado poco tiempo después y para octubre de 2008, es decir, en el centro del torbellino financiero y previo al cambio presidencial en los Estados Unidos, el FMI estimaba un crecimiento menor pero todavía sustantivo para la región, de 3.2 por ciento. Tuvo que pasar apenas un mes, para que dicha institución volviese a corregir nuevamente a la baja sus proyecciones, y en noviembre de 2008 anunciaba que la economía de ALC crecería sólo 2.5 por ciento durante 2009. Este nuevo pronóstico volvió

Secretaría Permanente Relaciones Extrarregionales

32a quedar corto en cuestión de semanas ante el cúmulo de evidencias que mostraban las dificultades que se iban presentando en la economía mundial, en el conjunto de las relaciones económicas internacionales y en especial en el sistema financiero internacional, de manera que en enero del 2009, el FMI volvía a hacer una estimación a la baja del crecimiento esperado y señalaba que la región crecería sólo 1.1 por ciento en el 2009. En marzo de este año, el director gerente del FMI anunció que 2009 será el año “de peor desempeño en la vida de la mayoría de nosotros”, que el crecimiento económico global caerá bajo cero, y que dicha estimación se hará oficial en el mes de abril, cuando se de a conocer el nuevo número del World Economic Outlook. En cuanto a la región, estimaciones entregadas por el director para América Latina y el Caribe del FMI muestran que dicho organismo espera que el PIB de nuestros países se contraiga entre 0.5 y 1.0 por ciento, lo que estaría en concordancia con la caída promedio esperada para el conjunto de la economía mundial, aunque dados los primeros resultados del desempeño industrial en las economías de mayor tamaño relativo no se puede descartar un mayor deterioro de la situación económica y financiera de la región.

Cuadro 3 FMI: estimaciones de crecimiento para

América Latina y el Caribe 2007 2008 2009 Abril 2007 4.9 4.2 Julio 2007 5.0 4.4 Octubre 2007 5.0 4.3 Enero 2008 5.4 4.3 Abril 2008 5.8 4.4 4.3 Octubre 2008 5.6 4.6 3.2 Noviembre 2008 5.6 4.5 2.5 Enero 2009 5.7 4.6 1.1 Marzo 2009 -0-5 a -1.0* Fuente; FMI, World Economic Outlook, varios números * Cifra anunciada por el director para América Latina y el Caribe del FMI.

En esa misma dirección de pronóstico de una caída pronunciada del producto en la región, apuntan las estimaciones de JP Morgan. Como puede verse en el cuadro 4, el desempeño económico se traducirá en un empeoramiento generalizado del crecimiento respecto del comportamiento que se había tenido en 2008, de manera que en sus más recientes estimaciones esa institución prevé un descenso para América Latina y el Caribe de 2.2 por ciento, con caídas importantes en las cinco economías de mayor tamaño de la región: Argentina (-3.0%), Brasil (-1.5%), Chile (-1.5%), México (-4.0%) y Venezuela (-0.5%). En dicho cuadro, se aprecia que también en el caso de JP Morgan los pronósticos se han corregido a la baja en breves lapsos de tiempo, de forma tal que si en su Global Economic Outlook Summary de febrero de 2009 estimaba una caída para ALC de 1.3 por ciento, menos de un mes después el pronóstico ya era de -2.2 por ciento, como expresión del acelerado proceso de deterioro de las principales variables que dan cuenta del comportamiento regional.

La acentuación de la crisis económica global: Análisis y propuestas del SELA

33SP/Di No. 02 - 09

Cuadro 4 JP Morgan

Estimaciones de crecimiento para América Latina

2007 2008 2009a 2009b 2009c América Latina 5.3 3.9 0.9 -1.3 -2.2 Argentina 8.7 7.0 -1.0 -1.5 -3.0 Brasil 5.7 5.3 2.0 0.8 -1.4 Chile 5.1 3.7 2.5 -1.5 -1.5 Colombia 7.5 3.1 2.5 0.5 0.5 Ecuador 2.5 6.9 2.0 0.0 -1.0 México 3.2 1.3 -0.6 -4.0 -4.0 Perú 8.9 9.1 5.3 4.0 3.5 Venezuela 8.4 4.8 1.5 0.0 -0.5 a.-Pronósticos correspondientes al 19 de diciembre de 2008 b.-Pronósticos correspondientes al 27 de febrero de 2009 c.-Pronósticos correspondientes al 20 de marzo de 2009 Fuente: JP Morgan Chase Bank. Global Economic Outlook Summary. December 19-2008, February 27-2009, march 20-2009.

Los mecanismos de transmisión por medio de los cuales la crisis ha ido permeando a las distintas economías de América Latina y el Caribe, son múltiples y se presentan de manera simultánea, dando como resultado la desaceleración del volumen y precio de las exportaciones, la disminución en los montos de inversión extranjera directa, el incremento en las dificultades de acceso – y a un mayor costo – a los mercados crediticios debido a la escasez de divisas y la disminución de los flujos de remesas, así como en la salida de capitales y la baja en la demanda de servicios de turismo, entre otros. Cada uno de estos elementos han venido afectando a cada país en función de una serie de factores como son el tamaño relativo de cada economía, su grado de apertura con el exterior, la situación previa de sus finanzas públicas, el monto de sus reservas internacionales, el nivel de comercio intrarregional y los porcentajes de dicho comercio en que se utilizan mecanismos de compensación de pagos como estrategia para amortiguar la vulnerabilidad externa y reducir la utilización de divisas en el intercambio intrarregional. En el escenario de inestabilidad e incertidumbre que predomina en los mercados internacionales de divisas, de capitales y de productos básicos, uno de los componentes de la economía real de América Latina y el Caribe que las estimaciones para el año 2009 pronostican que se verá afectado con mayor severidad es el comercio. En éste, como en muchos otros de los principales indicadores del desempeño económico, si bien existen distintas estimaciones sobre los rangos en los cuales se ubicará finalmente el comportamiento comercial, e incluso marcadas diferencias en torno a dichas previsiones, lo cierto es que los organismos internacionales coinciden en que durante 2009 se dará una fuerte caída en el comercio internacional que afectará a las economías de la región. El Banco Mundial ha señalado que la recesión mundial impactará severamente tanto las exportaciones como las importaciones de los países latinoamericanos y caribeños y que dicho impacto se traducirá en un comportamiento negativo de las exportaciones, que podrían caer en alrededor de 2.1 por ciento, mientras que las importaciones lo harían en 3.9 por ciento. Con dicha disminución, se revertirá el crecimiento que habían mostrado tanto las importaciones como las exportaciones en la región en los últimos años, si bien

Secretaría Permanente Relaciones Extrarregionales

34respecto de éstas últimas ya venía dándose una tendencia a la disminución de su crecimiento, la que se acentuó en el último trimestre de 2008 por el fuerte impacto del entorno mundial desfavorable en la demanda de bienes.

Cuadro 5 Banco Mundial Estimaciones del comportamiento del

comercio en América Latina y el Caribe (volúmenes en %)

2005 2006 2007 2008 2009* Exportaciones 8.1 7.7 5.0 1.7 -2.1 Importaciones 11.9 14.3 11.9 12.3 -3.9 Fuente: Banco Mundial [2009a: 168] *Pronóstico

Además del descenso del volumen del intercambio comercial, otro aspecto que ha impactado en la cuentas externas y en las finanzas de las economías de la región es el marcado descenso en los precios de las materias primas (combustibles y alimentos), que se inició a mediados del año 2008 y que tenderá a mantenerse durante 2009 (ver gráfica XXIV). La significativa disminución en los precios del petróleo, el cobre, la soya, el café, el azúcar, el maíz y el trigo, entre otros, luego de que habían alcanzado precios récord en los mercados internacionales, tendrá un efecto diferenciado entre, por una parte, aquellos países que son exportadores netos de materias primas como Brasil, Bolivia, Chile, Colombia, Ecuador, México, Trinidad y Tobago y Venezuela, los cuales verán afectados sus ingresos en función de la importancia que dichos productos tienen dentro de su oferta exportadora, con los consiguientes efectos en la política fiscal, financiera, y en la política macroeconómica en general y, por otra parte, aquellas otras naciones, principalmente centroamericanos y caribeños, que son importadores netos de materias primas, para los cuales el descenso en el precio de los combustibles y alimentos tendrá un efecto favorable en su cuenta corriente, en los índices inflacionarios y en el consumo e ingreso de los hogares.

GRÁFICA XXIV. COMPORTAMIENTO DE LOS PRECIOS DE LAS MATERIAS PRIMAS

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Fuente: Base de datos del FMI

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Alimentos Bebidas Insumos agrícolas Metales Petróleo

La acentuación de la crisis económica global: Análisis y propuestas del SELA

35SP/Di No. 02 - 09

Por lo que se refiere al petróleo, en la gráfica número XXV, se puede apreciar tanto el fuerte incremento que se dio en los precios del hidrocarburo en la primera mitad de 2008, como la brusca disminución que se presentó en la segunda mitad del año hasta llegar a un punto mínimo a principios del año 2009, a partir del cual ha venido presentando ligeras variaciones. Las abruptas oscilaciones de precio de los hidrocarburos en un período relativamente corto de tiempo, han tenido en particular efectos diferenciados entre aquellas economías productoras que en algunos casos sustentan de manera importante su oferta exportadora, el grueso de sus ingresos y el equilibrio de sus finanzas públicas en este rubro, y por otra parte aquellos países de la región que son importadores netos de hidrocarburos y para los cuales el descenso en los precios ha significado una válvula de escape en sus finanzas públicas así como para la contención de los niveles de inflación.

III.2.1 Inversión Extranjera Directa (IED) Como se señaló en la primera parte de este documento, 2008 significó el año del fin del ciclo de crecimiento de los flujos de inversión extranjera mundial, ciclo que se inició en 2004 y cuya duración se extendió hasta 2007, año éste último en el que la IED registró un récord histórico de 1.8 billones de dólares, luego de lo cual declinó más de 20 por ciento en 2008 a nivel mundial y para 2009 se espera un decrecimiento aún mayor. El impacto diferenciado de la IED en las distintas regiones, países y sectores económicos, durante 2008 fue mucho mayor en los países desarrollados, mientras que en las economías en desarrollo todavía se presentó un aumento de los flujos de IED pero a un ritmo mucho menor que el del año anterior (3.6%), y es de esperarse una clara disminución en los flujos de inversión extranjera hacia esos países en 2009.

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36Por lo que hace a América Latina y el Carie, y a contracorriente de lo que sucedió con otros países y regiones, los flujos de Inversión Extranjera Directa todavía alcanzaron a crecer un 12.7 por ciento en 2008, como resultado sobre todo del aumento en porcentajes superiores al 20 por ciento de los montos ingresados en Argentina, Brasil, Chile, Colombia y Perú, naciones que en 2008 concentraron más de dos tercios de los flujos de la IED total en la región. (Ver cuadro 6)

Cuadro 6 Flujos de Inversión Extranjera Directa (IED) hacia América Latina

2007 2008 Tasa de Crecimiento

América Latina 126.3 142.3 12.7 Argentina 5.7 7.3 27.9 Brasil 34.6 41.7 20.6 Chile 14.5 17.8 23.2 Colombia 9.0 10.9 20.3 México 24.7 20.7 -16.0 Perú 5.3 7.4 38.9 Fuente: UNCTAD actualización enero de 2009.

Para el 2009 sin embargo, la evolución de los flujos de Inversión Extranjera Directa en el mundo presenta un panorama especialmente incierto en función de una serie de factores entre los que destaca la capacidad de los distintos países y en especial las naciones desarrolladas para empujar a una salida de la recesión en el mediano plazo y para conseguir que desaparezcan aquellos componentes del sistema financiero que precipitaron y amplificaron los efectos más nocivos y devastadores de la crisis. En lo que hace al Caribe, la estrecha vinculación de algunas de las economías insulares con Estados Unidos y la elevada vulnerabilidad que ello conlleva en momentos de un esperado desplome del sector turístico estadounidense, hacen prever un escenario particularmente difícil si se tiene en cuenta el elevado porcentaje que tiene la IED como proporción del PIB en países estrechamente ligados al sector servicios y específicamente al turismo. Por ello es de esperar la aplicación en los países caribeños de políticas públicas focalizadas para ayudar a atenuar el impacto que el descenso del turismo puede llegar a tener en el empleo, el consumo y el nivel de vida de los habitantes de la región.

La acentuación de la crisis económica global: Análisis y propuestas del SELA

37SP/Di No. 02 - 09

III.2.2 Las remesas La severa crisis económica y financiera por la que atraviesa Estados Unidos y su consecuente impacto en la construcción de viviendas, el empleo y la demanda interna en general, así como el esperado endurecimiento de la política migratoria de ese país, se harán sentir también en los flujos de remesas hacia los países latinoamericanos y caribeños, para algunos de los cuales las remesas representan montos significativos si se les mide en proporción al producto interno bruto. En efecto, los diez principales países destinatarios de remesas – medidas éstas como porcentaje del PIB – son Honduras (25,6 por ciento), Guyana (24,3 por ciento), Haití (21,6 por ciento), Jamaica (18,5 por ciento), El Salvador (18,2 por ciento), Nicaragua (12,2 por ciento), Guatemala (10,3 por ciento), República Dominicana (10 por ciento), Ecuador (7,2 por ciento) y Bolivia (5,5 por ciento),12 por lo que el descenso en el envío de remesas – e incluso el probable retorno de migrantes – puede convertirse en un duro golpe para los países y regiones receptores de esas divisas. Debe considerarse que las remesas constituyen un sólido soporte de recursos financieros para las áreas y zonas más empobrecidas del continente, al punto de transformarse en motor de la actividad económica local y regional, y llegar no sólo a complementar sino incluso a suplir a algunos planes y programas que integran la respectiva política social y de combate a la marginación.

12 Datos para el 2006. Si la medición se hace en términos de montos absolutos, los 10 principales destinatarios de remesas en 2007 fueron: México (US$ 25000 millones), Colombia (US$ 4600 millones), Brasil (US$ 4500 millones), Guatemala (US$ 4100 millones), El Salvador (US$ 3600 millones), República Dominicana (US$ 3200 millones), Ecuador (US$ 3200 millones), Honduras (US$ 2600 millones), Jamaica (US$ 2000 millones) y Perú (US$2000 millones). Ver la dirección web: www.worldbank.org/prospects/migrationandremittances

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38 Cuadro 7

Flujos de Remesas hacia América Latina y el Caribe 2006-2008 y pronósticos para 2009

(miles de millones de dólares y tasas de crecimiento)

2006 2007 2008e 2009 Pronóstico

base

2009 Pronóstico

bajo A países en desarrollo 229 265 305 290 280 Hacia ALC 57 61 63 60 58 Tasa de crecimiento 18% 6% 3.2% -4.4% -7-7% e= estimado Fuente: Elaboración con base en Banco Mundial [2009b]

Las más recientes estimaciones muestran que en 2008 hubo una disminución en el ritmo de crecimiento que habían mostrado los flujos de remesas hacia los países latinoamericanos y caribeños en los años previos. A ello hay que agregar que tanto los datos del comportamiento del envío de remesas en los dos primeros meses del presente año, como también los diferentes pronósticos de los organismos internacionales, muestran que en 2009 se dará una caída absoluta en los montos de los flujos ingresados a la región. Dicho descenso, sería de alrededor de un 5 a 8 por ciento (ver Cuadro 7), por lo que las remesas podrían disminuir de 63 mil a 60 mil millones de dólares, e incluso a 58 mil millones si es que el escenario de crisis e incertidumbre se prolonga en la economía de los Estados Unidos, nación de la cual proviene aproximadamente el ochenta por ciento del total de las remesas que ingresan cada año a la región. III.2.3 La Ayuda Oficial al Desarrollo (AOD) Respecto al comportamiento de la Ayuda Oficial al Desarrollo (AOD), lo más destacado ha sido la tendencia a la reducción de estos recursos a nivel mundial en los últimos años, al pasar de 107099 millones de dólares en 2005 a 104421 millones en 2006 y 103655 en 2007, de los cuales alrededor del 6.5 por ciento tuvo como destino los países de América Latina y el Caribe, por lo que se estima que ingresaron a la región poco más de 6500 millones de dólares en donaciones y préstamos bajo el rubro de Ayuda Oficial al Desarrollo. Ante el escenario de agudización de la crisis que se vive en las economías desarrolladas y especialmente en Estados Unidos, los países de la Zona Euro y Japón, todo indica que se podría dar una reducción significativa de los montos destinados a este rubro en el año 2009, dado el impacto que están teniendo en los presupuestos de esos países los paquetes de rescate bancario y financiero, así como los programas de estímulo de distinto orden que están siendo impulsados para atenuar los efectos más severos de la recesión. Frente a ese panorama, es de esperar que se mantenga y acentúe el incumplimiento en el compromiso de la mayoría de los países donantes de destinar el 0.7 por ciento de su PIB a este rubro, por lo que las países latinoamericanos y caribeños deberán promover medidas puntuales para aumentar la eficacia en el manejo de los recursos provenientes de los bancos multilaterales de desarrollo, de las agencias bilaterales de cooperación, de las agencias de las Naciones Unidas y de los organismos regionales, entre otros, con el propósito de sacar el máximo beneficio de esos recursos, que se concentran sobre todo en los países más pobres de Centroamérica, el Caribe y la región andina.

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III.3 Las respuestas a la crisis por parte de América Latina y el Caribe III.3.1 A nivel nacional Ante el acelerado proceso de deterioro del escenario internacional, así como la variedad de mecanismos de transmisión de la crisis, los gobiernos de América Latina y el Caribe han venido adoptando una serie de políticas de distinto orden con el fin de atenuar, retrasar y de ser posible evitar la aparición y difusión de los efectos más severos de la crisis. Con independencia de las diferentes visiones que cada país tiene respecto a las formas de funcionamiento de su economía nacional, así como al tipo, forma y grados de inserción de dicha economía en el contexto internacional, la totalidad de las economías latinoamericanas y caribeñas han puesto en marcha políticas macroeconómicas que incluyen estrategias y acciones de política monetaria, financiera, fiscal, cambiaria, y de política social, entre otras, al tiempo que han implementado medidas de política exterior para intentar fortalecer los mecanismos de integración y las acciones de cooperación regional y poder disminuir la vulnerabilidad ante los impactos externos que siguen sacudiendo a la región. Las medidas impulsadas, hasta el momento han variado en cada país en función de una serie de factores, entre los que destacan los siguientes:

a) la composición de su estructura productiva; b) la solidez y consolidación de su mercado interno; c) los grados de encadenamiento de sus respectivas estructuras productivas; d) la eficiencia de su sistema bancario y financiero y su capacidad para responder

en tiempo y forma, y en las mejores condiciones posibles, a las demandas y requerimientos de la economía nacional;

e) los niveles de endeudamiento interno y externo, público y privado, medidos en relación con el presupuesto anual, la disponibilidad de divisas y con el producto interno bruto;

f) el tamaño del déficit o superávit en las finanzas públicas así como en las cuentas externas;

g) el monto de las reservas internacionales y su grado de diversificación; h) la composición y diversificación de las exportaciones y de los mercados a los

cuales ellas se dirigen, así como la capacidad para poder reorientar dichas exportaciones y el destino de las mismas;

i) los niveles previos de desempleo y de capacidad ociosa; j) los grados de polarización social, de concentración del ingreso y los porcentajes

de población que viven por debajo de los niveles de pobreza y pobreza extrema; y,

k) los márgenes de maniobra política en cada uno los países.

Como puede observarse, la complejidad y profundidad de la crisis, así como también la diversidad de realidades nacionales de todo orden, económicas por supuesto, pero también políticas, sociales, culturales e históricas, hacen imposible ofrecer recetas o manuales de respuesta rápida en función de modelos macroeconómicos o teorías de escenarios predeterminados. En el combate a la crisis, cada estado deberá “hacer camino al andar”, en base a un diagnóstico integral que incorpore a la totalidad de los factores condicionantes y el recuento de los daños actuales y futuros, así como al conjunto de recursos de los que puede disponer para salir lo mejor librado posible de la

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40crisis y con las menores afectaciones a la población y grupos vulnerables, a cuyo servicio y en función de cuyos intereses debe diseñarse y aplicarse la política económica. Hasta la fecha, las políticas implementadas abarcan una serie de acciones que pueden ubicarse en un amplio abanico de escuelas económicas que van desde la monetarista hasta la keynesiana, pasando por todas las opciones intermedias. Entre las medidas que ya han venido siendo adoptadas en algunas de las economías caribeñas y latinoamericanas se encuentra la promoción de la demanda agregada sustentada en el aumento del gasto público, el cual tiene como destino la creación de infraestructura, la extensión y mejoramiento de los servicios de educación pública, así como el crecimiento de la red de servicios sanitarios básicos. En un buen número de países, la estrategia ha incluido la reducción del encaje bancario y el otorgamiento de líneas de crédito en condiciones preferenciales como parte de medidas adicionales a la política monetaria y financiera; en otro ámbito, en distintas naciones se ha decidido intervenir en el mercado cambiario para evitar el desplome de la moneda, a lo que se agrega que en materia de política fiscal se han creado distintos incentivos, se han promovido recortes impositivos y se han aumentado los subsidios dirigidos a grupos específicos. En política comercial, países de la región han procedido a aumentar aranceles e imponer restricciones a las importaciones al tiempo de apoyar a los sectores exportadores locales, en tanto que otras economías, en función de sus particulares necesidades, han promovido la reducción de aranceles. Los gobiernos de los países latinoamericanos y caribeños, han implementado además una amplia gama de acciones en materia de política sectorial, con planes y programas para apoyar sectores específicos, destacando las políticas de apoyo al campo, al turismo y al sector de la construcción, así como a las pequeñas y medianas empresas. Aunado a lo anterior, y en la mayoría de los casos de manera simultánea, un buen número de países ha impulsado medidas de política social, entre las que destaca el fortalecimiento de los programas de transferencias monetarias condicionadas, los cuales cuando son bien aplicados cumplen un importante papel en el combate a la pobreza extrema, el fomento a la educación y la superación de la desnutrición en sectores marginados, fortaleciendo las redes de protección social y propiciando una más activa y co-responsable participación comunitaria. III.3.2 A nivel regional y en el ámbito multilateral A la par de las acciones de política económica en el ámbito interno, los países de la región han venido desplegando en los últimos meses una intensa actividad en el ámbito de su política externa, con intentos para fortalecer el proceso de integración, entre los que destacó la realización de la Cumbre de Jefes de Estado y de Gobierno de los países de América Latina y el Caribe sobre Desarrollo e Integración que se realizó los días 16 y 17 de diciembre de 2008 en Salvador de Bahía, Brasil, en la que se revisó el escenario derivado de la crisis financiera y se decidió avanzar en el proceso de articulación y convergencia entre los procesos de integración. En la reunión, se destacó la necesidad de fortalecer el multilateralismo, señalando la urgencia de emprender una reforma a fondo de las Naciones Unidas la cual, entre otros aspectos, democratice el Consejo de Seguridad, además de llamar a una conclusión exitosa de la Ronda de Doha de la OMC. En relación con la crisis, destacaron que los países desarrollados fueron sus causantes por lo que deben asumir los costos que implica salir de la misma, decidieron construir una posición común ante la crisis financiera y abogaron por el diseño de una nueva arquitectura financiera internacional que incorpore mecanismos eficientes de regulación

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y propicie la transparencia de la gestión financiera internacional, al tiempo de respaldar la convocatoria de la Conferencia de Alto Nivel sobre la crisis financiera que se efectuará en las Naciones Unidas en junio de 2009 y que ya fue mencionada en el presente texto. También en materia financiera, pero a nivel regional, resaltaron la necesidad de fortalecer los mecanismos financieros regionales y subregionales existentes, dada su importancia para apoyar acciones que permitan enfrentar la crisis, y decidieron encomendar a los ministros de finanzas el diseño de una estrategia para la construcción progresiva de una arquitectura financiera regional y subregional que, entre otros, incorpore aspectos referidos a mecanismos de pagos en monedas nacionales, permita la integración de los mercados regionales y subregionales con mecanismos de supervisión, regulación y transparencia y facilite la cooperación entre los bancos nacionales y regionales de fomento. Como parte de la actividad en el ámbito de la política exterior, el 15 de diciembre se efectuó la XXVI Cumbre de los Jefes de Estado del MERCOSUR así como también la Cumbre Extraordinaria de la Unión de Naciones Suramericanas, UNASUR. De igual forma, en noviembre de 2008 se realizó la III Cumbre Extraordinaria de Jefes de Estado y de Gobierno de la Alternativa Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América – Tratado de Comercio de los Pueblos (ALBA-TCP) y en febrero de 2008 se llevó a cabo la IV Cumbre Extraordinaria de este mecanismo de integración. En lo que se refiere al desempeño de las instituciones financieras de carácter regional, la Corporación Andina de Fomento (CAF), aprobó en 2008 una cifra récord superior a los 7,500 millones de dólares, en tiempos de aguda restricción crediticia, para que los países puedan acceder a los mercados de capital. En un ambiente mundial y regional de creciente incertidumbre, la CAF puso a disposición una línea extraordinaria de crédito contingente de liquidez por 1500 millones de dólares para los países de la región con dificultades en el acceso a los mercados de capital, además de haber incrementado de 1500 a 2000 millones de dólares la línea de crédito que posee para el sistema financiero de la región. De los 7500 millones de dólares, más de un tercio se dirigió al financiamiento de proyectos de infraestructura económica, de integración y sociales, ubicándose dentro de este último rubro 544 millones para proyectos de educación, agua, saneamiento, contingencia ante desastres y preservación ambiental. Del total de recursos aprobados, más de la mitad se destinó al sector productivo con énfasis en las pequeñas y medianas empresas y, como parte integral del apoyo a los países, se otorgaron 55 millones de dólares con carácter no reembolsable para estimular programas que promuevan la inclusión social y la promoción de la identidad cultural en la región. Por su parte, el Fondo Latinoamericano de Reservas (FLAR), cuyos objetivos son apoyar la balanza de pagos de sus países miembros, contribuir a la armonización de las políticas cambiarias, monetarias y financieras y mejorar las condiciones de las inversiones de reservas internacionales efectuadas por dichos países; a mediados de octubre de 2008 anunció la disponibilidad de 1800 millones de dólares en recursos frescos, y la posibilidad de ofrecer hasta 2700 millones de dólares adicionales si fuera necesario para enfrentar los problemas de liquidez que pudieran presentarse en la región. En un ámbito más general, cabe agregar la participación de Brasil en el grupo BRIC, así como de ese país Argentina y México en el G-20, lo que les permite actuar en los debates y decisiones que hoy están definiendo el rumbo de las estrategias globales

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42frente a la crisis, si bien es necesario insistir en la pertinencia de que dichas estrategias lo antes posible comiencen a definirse sobre la base del acceso a todos los países latinoamericanos, caribeños y del resto del mundo, que hoy son sólo espectadores y receptores de los acuerdos tomados. IV. POSIBLES RESPUESTAS DE LA REGIÓN ANTE LA CRISIS MUNDIAL IV.1 A nivel nacional Un primer punto a tener en consideración, se deriva del reconocimiento de que estamos frente a la más grave crisis mundial de los últimos ochenta años a lo que se agrega que ella, a diferencia de otras que se han presentado, adquiere características y peculiaridades específicas dado el alto grado de interconexión presente entre todos los países y regiones así como entre los distintos componentes y procesos de la economía mundial, muchos de los cuales han alcanzado grados de sofisticación impensables hace apenas dos décadas. Ese reconocimiento, obliga a un esfuerzo considerable para articular el conjunto de la estrategia en los distintos frentes y ámbitos, con el propósito de lograr no únicamente salir de la crisis, sino sobre todo empezar a generar los cambios estructurales que permitan un mejor posicionamiento de las economías latinoamericanas y caribeñas en el conjunto de la economía mundial, más aún considerando que hoy están en cuestión muchos de los fundamentos sobre los que venía funcionando esa economía mundial. En el mismo orden, y debido a la magnitud de la crisis, se hace necesario perseverar en el monitoreo detallado de la evolución del conjunto de factores que están impactando en cada economía nacional y reconocer con claridad la complejidad del fenómeno en marcha así como sus probables efectos en el plano económico y social. Lo anterior implica no menospreciar, ni intentar subestimar por motivos políticos internos o por diferencias ideológicas, las repercusiones negativas que la crisis está teniendo o podría llegar a tener en el futuro en ciertas áreas, sectores, grupos o regiones, de cada economía nacional. En materia de política fiscal, resulta fundamental tomar las medidas necesarias para atenuar la presión sobre las cuentas públicas, con el propósito que el déficit presupuestal que seguramente aparecerá o se incrementará como resultado de la crisis, se ubique dentro de montos y rangos manejables. La caída de los precios de las materias primas y el que se haya invertido la relación de precios del intercambio para los países exportadores de las mismas, puede ocasionar una brecha en el presupuesto que termine impactando gravemente en la deuda pública. En algunas economías, dependiendo del efecto que pueda llegar a tener el descenso de los ingresos fiscales como porcentaje de su PIB, será necesario replantear la política tributaria mediante el incremento de tasas o de la base de contribuyentes, o de ambas, además de contemplar todo el amplio conjunto de aspectos referidos a la mejor administración tributaria. También para los países que tuvieron ingresos extraordinarios en años previos a consecuencia del alza récord en el precio de las materias primas, las previsiones que hayan tomado con esos recursos – como el pago de deuda pública, el fortalecimiento de las reservas o la creación de fondos especiales para contingencias – les podrán ayudar a hacer frente al ahora cambiante escenario en materia presupuestal. De la misma manera, aquellas naciones que contrataron seguros para prevenir un descenso brusco del producto principal de su oferta exportadora, podrán contar con recursos que les permitan paliar en cierta medida los bruscos descensos de los precios en los mercados internacionales.

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En materia de política cambiaria y monetaria, y como se pudo ver con anterioridad, la crisis está golpeando duramente las monedas locales, especialmente a partir de la segunda mitad del 2008, lo que se ha traducido en una brusca depreciación de los tipos de cambio en las economías latinoamericanas y caribeñas y condujo a la intervención de algunos bancos centrales en el mercado de divisas para contener las fuertes presiones en dicho mercado. Ante ese escenario, las autoridades responsables en cada uno de los países deben valorar las condiciones específicas de su economía, para adecuar los instrumentos con que cuentan en aras de lograr el equilibrio posible, que permita hacer frente tanto a las presiones inflacionarias como a aquellos procesos que pudieran estar conduciendo a una severa contracción de la demanda. En esa lógica, tanto la expansión de la oferta monetaria y la disminución del encaje bancario, como también la contracción de la oferta monetaria y la elevación del encaje mínimo, son herramientas que junto con el manejo de la tasas de interés por parte de los bancos centrales deben ser utilizadas en distintos momentos en función del comportamiento de las restantes variables, como son el monto de las reservas internacionales, el comportamiento de los flujos de inversión extranjera directa, la magnitud de los montos que ingresan por remesas y el desempeño del índice de precios, entre otros. En el marco de la crisis, la conservación de empleos resulta fundamental. En aquellos países importadores netos de materias primas el descenso en el precio de las mismas ha generado un alivio en la transferencia de divisas que podría permitir la reasignación de partidas presupuestarias para promover programas temporales de empleo. Programas de obras públicas dirigidos a la construcción de carreteras, viviendas, drenaje, y alcantarillado, han probado ser un detonador del empleo y el consumo en zonas de alta marginación. De la misma manera, es necesario ofrecer incentivos directos a las empresas que eviten el desempleo de sus trabajadores y activar programas y becas para la capacitación de la fuerza laboral. Políticas de subsidios a ramas y sectores altamente empleadores de mano de obra y seguros temporales de desempleo, deben formar parte también de las medidas de una política laboral integral, sin descartar el incremento de los salarios reales en aquellos países donde las presiones inflacionarias sean reducidas y se necesite estimular la demanda para apuntalar la reactivación de la economía nacional. La defensa de la planta productiva debe constituirse también en un objetivo de primer orden dentro de las acciones a tomar por los gobiernos de los países latinoamericanos y caribeños. En función de la situación existente en cada economía nacional, se debe contemplar la viabilidad de otorgar un paquete de estímulos fiscales que promueva la inversión productiva, así como líneas de crédito en condiciones preferenciales a pequeñas y medianas empresas. Es importante crear un ambiente propicio y seguro para la inversión, con respeto a las leyes y sólidas instituciones, que incluya insumos a precios competitivos –como la electricidad y los combustibles – y también la infraestructura de apoyo, indispensable para garantizar el establecimiento de empresas rentables en el largo plazo – presas, carreteras, aeropuertos. Los gobiernos de la región deben procurar establecer porcentajes mínimos de las compras del sector público con empresas locales, y diseñar fondos especiales de apoyo y promoción a las exportaciones. Por último, pero no menos importante, es necesario tener presente que la superación de la actual crisis requiere de respuestas nacionales creativas y novedosas en función de la complejidad de elementos que se entrecruzan en el plano financiero y monetario y en la economía real. Nuevos desafíos precisan de nuevas respuestas, por lo que las medidas que ayer pudieron haber sido suficientes para enfrentar crisis previas hoy pueden resultar incluso obsoletas. La presente crisis, por tanto, puede constituirse en una oportunidad

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44para dejar atrás inercias en el comportamiento de los distintos actores políticos y sociales. De la misma manera, las formas de entender el funcionamiento de la economía y sus vínculos con el exterior deben ser sometidos a una profunda revisión, a la luz de los nuevos escenarios y de los grados cualitativamente distintos de interrelación económica y financiera. En ese proceso, el variado conjunto de acciones y medidas que están siendo impulsadas por los distintos gobiernos de la región puede ser un referente de gran utilidad, al contener elementos que podrían aplicarse a la dinámica específica y a las condiciones particulares de cada realidad nacional. IV.2 A nivel regional El carácter global de la crisis, sus múltiples dimensiones y mecanismos de transmisión y los profundos procesos de intervinculación que la precedieron, obligan a enfrentarla a través de estrategias que vayan más allá de cada ámbito nacional. Si bien las políticas internas desempeñan un importante papel, ellas por fuerza para ser exitosas deberán complementarse con acciones externas de distinto tipo, entre las cuales un importante lugar lo ocupan aquellas dirigidas a avanzar en la coordinación, vinculación e integración regional. Para que ello ocurra, una primera condición es que no se repitan experiencias del pasado. En los casi cincuenta años que han transcurrido desde la creación de los primeros esquemas de integración (el Mercado Común Centroamericano y la ALALC/ALADI), la región ha acumulado una larga lista de momentos en los que el esfuerzo integrador se vio frenado, e incluso retrocedió, como resultado de situaciones de crisis y de las políticas que en esos momentos se aplicaron para enfrentarlas. En tal sentido, lo ocurrido durante los años ochenta es un claro ejemplo, pero no el único. Ante el deterioro de la actividad económica interna, la escasez de divisas y la presión por una parte de los acreedores para seguir sirviendo la deuda externa, y por la otra de los organismos internacionales para “ajustar” las economías, el recurso más cercano fue incumplir los compromisos derivados de los procesos de integración, y levantar barreras de todo tipo frente a los supuestos socios, con lo cual la integración regional en poco tiempo retrocedió más de lo que había avanzado en las décadas previas. El que ello vuelva a suceder hoy, sería desafortunado, ya que se estaría cerrando el acceso a un camino que debe ser plenamente utilizado para enfrentar la crisis. En el actual escenario mundial, la tendencia a la formación de bloques económicos que desde antes estaba claramente presente, sin dudas se va a acentuar, si bien es aún incierto hasta qué punto esa acentuación se acompañará o no de rupturas profundas en el proceso previo de globalización y de aislamientos relativos de cada bloque respecto a los demás. Independientemente de esas dudas es evidente que respecto de los países desarrollados la región enfrentará mercados que se cierran y capitales y remesas que dejan de fluir, más aún considerando que es en esos países – y en particular en los Estados Unidos – donde se ubica el estallido y las más graves manifestaciones de la crisis. Es esas circunstancias, volver la vista a la región más que una opción es un imperativo, aunque lograrlo requiere de una clara decisión política y, en no pocos casos, de la revisión de estrategias en las cuales las relaciones con el norte han sido en los hechos notoriamente prioritarias y el esfuerzo de integración regional ha jugado un papel más bien residual.

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Si bien es aún pronto para afirmarlo, del recuento arriba presentado de acciones desarrolladas en el ámbito de la integración en los meses recientes, parece desprenderse la posibilidad de que, en efecto, la actual crisis mundial se constituya en un acicate para profundizar los vínculos entre los países de la región, a la vez que en un valioso instrumento para enfrentar esa crisis, atacando conjuntamente algunas de sus causas y de sus contenidos más dañinos. Si en efecto los pueblos y gobiernos de la región deciden avanzar en esa dirección, dicho avance debería ubicarse en los más altos niveles de prioridad y empezar a ser concretado a la brevedad posible, ya que ante la inacción el propio desenvolvimiento de la crisis puede ir cerrando posibilidades que todavía hoy están abiertas. En el ámbito comercial, ante el deterioro ya presente y anunciado de los mercados internacionales, la permanencia y crecimiento de los flujos intra-ALC puede atenuar considerablemente la reducción de otros mercados de destino de las exportaciones, más aún si ello se acompaña de esfuerzos paralelos para redireccionar en ese mismo sentido las compras externas de cada país, lo cual obliga no sólo a mantener sino incluso a incrementar las facilidades para el comercio intrarregional, avanzando a ritmos muy superiores al pasado en la reducción de todo tipo de barreras y generando modalidades efectivas de comercio compensado y de financiamiento de saldos comerciales, entre otras. En el ámbito del movimiento de capitales la situación es parecida. Si la disminución en la llegada de recursos provenientes del mundo desarrollado, se enfrenta con políticas nacionales y regionales dirigidas a facilitar los movimientos de capitales entre los países de la región, a promover inversiones conjuntas y a incentivar la complementación productiva, se podrían estar sentando las bases para que la integración finalmente abandone el sesgo comercialista que la ha caracterizado y avance hacia contenidos más profundos y duraderos, redireccionando ya no sólo el comercio sino también partes importantes de la actividad productiva nacional de los países involucrados. A la luz de la actual crisis mundial, todo lo referido a la moneda y a las finanzas adquiere una especial relevancia como objeto de acuerdos y acciones a nivel regional. En lo que respecta a las finanzas, del recuento realizado en acápites anteriores de este documento, se desprende claramente la urgencia de avanzar hacia mayores grados de autonomía respecto de los patrones de funcionamiento del sistema financiero internacional, ante las múltiples evidencias de que dichos patrones han sido una causa principal del estallido y gravedad de la crisis. El ponerse a salvo de la “avaricia desmedida”, que en palabras de un jefe de estado europeo está presente en el funcionamiento de las finanzas, debería ser una prioridad, que como otras difícilmente puede ser cubierta si no es a través del avance de la integración regional. En tal sentido, iniciativas como el Banco del Sur y el Banco del ALBA requieren ser ampliadas y potenciadas en los plazos más breves posibles. En lo que respecta al tema monetario, independientemente de que en el nivel global se avance o no hacia la utilización de una moneda no nacional, o de una cesta de monedas, o alguna otra modalidad que la propia crisis y los graves problemas del dólar pongan en el orden del día, en distintas regiones del mundo los acuerdos para la constitución de zonas monetarias ya se venían generando y con seguridad la crisis los acelerará. Dados esos problemas de la principal divisa y el carácter estructural que ellos poseen, en el ámbito regional resulta evidente la pertinencia de progresar hacia formas de vinculación monetaria que permitan los grados necesarios de autonomía respecto del sistema monetario internacional, separando al máximo posible a la región de los vaivenes de dicho sistema. En tal sentido, esfuerzos ya en marcha como el Sistema de

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46Pagos en Monedas Locales entre Argentina y Brasil, o en proceso de elaboración como el SUCRE, son referentes de la mayor importancia para avanzar en la dirección correcta. A todo lo anterior, se debe también agregar la generación a nivel regional de canales efectivos de intercambio permanente de información, sobre todo tratándose de información sobre políticas y acciones que en cualquier sentido pueden afectar a los restantes países de la región. Ese intercambio de información debería incluir esfuerzos conjuntos de monitoreo de temas relevantes, entre los cuales destaca hoy todo lo referido al desenvolvimiento de la crisis mundial, de los impactos que ella está teniendo en las economías latinoamericanas y caribeñas, y de las medidas globales, regionales y nacionales que están siendo impulsadas para hacerle frente. Finalmente, otra importante tarea que corresponde abordar en el ámbito regional, se refiere a la formulación de estrategias y acciones comunes frente al resto del mundo. El reclamo de que al negociar frente a terceros América Latina y el Caribe “no habla con una sola voz”, se ha escuchado muchas veces, y esa sola voz es hoy más necesaria que nunca. El actual escenario internacional está preñado de negociaciones y conflictos en los más variados foros, frente a los cuales la conformación de posiciones comunes es obligada para tener alguna injerencia en los rumbos de lo que se discute y decide. También en este sentido, se debe romper con una larga historia de desunión hacia el exterior y reemplazarla por verdaderos esfuerzos para potenciar a través del espacio regional la defensa de los intereses nacionales en el espacio global. Para países como los latinoamericanos y caribeños, el actuar solos frente al exterior nunca ha arrojado buenos resultados y mucho menos los arrojará en el actual escenario de crisis mundial. IV.3 A nivel global En el funcionamiento de la economía mundial se están produciendo cambios de enorme magnitud, muchos de los cuales eran impensables apenas un año atrás. Verdades antaño absolutas hoy ya no lo son, muchos dogmas están siendo derribados por el avance de la crisis y los fundamentos mismos del orden económico y político internacional están sometidos a revisión, ante las múltiples evidencias de la necesidad de redefinir esos fundamentos y crear condiciones que permitan no sólo salir de la actual emergencia mundial sino también evitar su repetición. Es un momento no sólo de agudos problemas, sino también de grandes redefiniciones, las cuales están perfilando el entorno social en el que se desenvolverán las próximas generaciones. Ante ese escenario, es obligado generar las condiciones que permitan una activa participación de los países de la región en todos los espacios en los cuales se está reestructurando la economía mundial. Esa participación además debería darse de manera coordinada, formulando posiciones y acciones frente a los grandes y múltiples problemas que hoy están en debate, para lo cual resulta indispensable aprovechar un foro como el SELA, que es de alcance verdaderamente regional y tiene precisamente como uno de sus propósitos fundamental servir como órgano de consulta y concertación – para asuntos económicos y sociales - de América Latina y el Caribe. La definición de los ámbitos en los cuales se toman hoy las más relevantes decisiones, es un tema central, en el cual los países latinoamericanos y caribeños deberían incidir. El G-20, con seguridad es más representativo que el G-7, pero aún así quedan fuera de él – y, por tanto, sin posibilidad de discutir y decidir – la inmensa mayoría de los países que hoy forman el mundo. Esos países, para participar requerirían un foro efectivamente multilateral y hacia esa dirección es necesario encauzar los esfuerzos.

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En el G-20 hasta ahora, y esperando que en el futuro ello ocurra en el ámbito de la Asamblea General de la ONU, se está dando forma a una nueva arquitectura financiera mundial, así como a un nuevo equilibrio de roles entre estado y mercado, y esos son temas frente a los cuales cada uno de los países latinoamericanos y caribeños, y la región como un todo, deben dejar oír su voz, sin intermediaciones y sin tardanza, ya que el sólo transcurso del tiempo atenta contra las posibilidades de una efectiva participación. Toda crisis arroja a su paso ganadores y perdedores y la actual de ninguna manera es una excepción. Hay múltiples maneras de enfrentar los problemas mundiales que hoy están en discusión y cuales de ellas finalmente se elijan, definirá en importante medida sobre quiénes y en qué grado recaen los costos de la crisis. Ante ello, el silencio y la inacción no son un camino y sí lo es la formulación de adecuadas políticas nacionales, la profundización de la integración regional y la participación de los países latinoamericanos y caribeños en los foros mundiales que hoy existen y en los nuevos espacios que el propio desenvolvimiento de la crisis irá abriendo.

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