l o...porque venceria por fuerza te tocó; mas el rendirla con razón, me toca a mi, con suavidad...

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PATRIOTISMO CRIOLLO. LA LOA INTRODUCTORIA A EL DIVINO NARCISO Cristina Simón' POE Salt: el' .TJte Indiogaltm con Corona .Iitnerica afu [¡,do de [ndia b:.z 1. con mantas,y cupi- (es,almod r ·Ieje cal1ta el Tocotinj ficntalifo ,dos (i /lar, y por Vl1a paru,y Ot1 ti bayla¡¡Indios,y Indias CQ plumas,)'Jonaxas en (as manos, como fe haze de ordinario 1&(1 danfrt,y mientras bayúm, canta la i\-fujica. Muf NObles Mexicanos, Cuya cílirpeandgua, De las cbras lU2CS Del Sol fe o.rigiru: Las siguientes iineas son, por una parte, una muestra de una de las va- rias lecturas hechas a la conquista de la Nueva España durante el siglo XVII; por otra, una refiexión sobre una de las muchas operaciones simbólicas realizadas en la época barroca novohispana para sustentar la nacio- nalidad mexicana y que consistirá en rehabilitar una parte de la herencia indígena -concretamente mexica en este caso- dentro de un marco occi- dental barroco y, desde luego, cris- tiano (Alberro, 1999). Sor Juana escribió esta obra en ei año de 1688, por encargo de la virreina marquesa de Paredes; como cualquier Auto, es una obra didácti- ca que trata de esclarecer una parte compleja del dogma, toda vez que busca acercar el misterio de la Euca- ristía a los hombres. Narciso -como Orfeo en el Auto de Calderón que le sirve de inspiración- representa ia fi- gura de Cristo/dios. Como es sabido, estas lecturas a lo cristiano de los mitos clásicos eran comunes en aque- lla época y recurrentes en la literatu- ra barroca. La arquitectura de la Loa cabe en los cánones ortodoxos de la precep- tiva literaria del XVII; sin embargo, las acotaciones escénicas, la introducción de danzas, vestuario, instrumentos y cantos prehíspánicos (como el tocotín), las modificaciones de ritmo en el desarrollo de la composición le dan un carácter original que puede mostrar una postura confrontadora .. Graduada en Filologfa hispánica en la Universidad de Málaga. Profesora de Estudios para Extranjeros de la UNAM. sa I Moyo 2002· UNIVERSIDAD DE MÉXICO hacia la metrópoii dentro de una parte de los intelectuales criollos novohispanos, sobre todo si tenemos en cuenta que dicho Auto fue conce- bido para ser representado en la Metrópoli y no en Nueva España. Está dividida en cinco escenas y los personajes que integran la Loa son: El Occidente (indio galán), La Améri- ca (india bizarra), Indios e Indias, El Celo, La Religión, Músicos y Soldados. En cuanto al vestuario y a la ambientación, vale la pena comen- tar cómo, en la acotación inicial de la escena prímera, notamos desde el principio el intento por recrear una atmósfera festiva mexica: entran el Occidente y la América, ataviados con mantas y huipiles. Se sientan en sus tronos, mientras que indios e indias, con plumas y sonajas en las manos, cantan y bailan a modo del tocotin. Es importante señalar la suavidad en el inicio de esta escena, que contras- tará fuertemente con el brutai princi- pio de la siguiente, en la que entrarán el Celo y la Religión Cristiana. . Cuando estos últimos hacen su apa- rición enfrentándose agresivamen- te a América y Occidente, ella aparece ataviada como Dama Espa- ñola y él, como Capitán General. Es interesante comentar la figura de Ei Celo, ya que, según Méndez Plan- carte' este personaje correspondería a la confianza del Santo Pontífice quien, impresionado del ce/o protec- tor que los Reyes Católicos parecen haber manifestado tras su conoci- miento sobre la barbarie de la cultu- ra autóctona del Nueva Mundo, les confió a ellossu misión evangelizadora. De esta manera, se justifica en la Loa la 9J.1- P L O PAR A E L DIVIN cfla con-el Automel mo ddas Obras de la" "racia de los que tien .:> primera imprefsio Interloc El Occidente. La America. El Zclo.

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PATRIOTISMO CRIOLLO.LA LOA INTRODUCTORIA A EL DIVINO NARCISO

Cristina Simón'

POE

Salt: el' .TJte Indiogaltm conCorona .Iitnerica afu [¡,do de[ndia b:.z 1. con mantas,y cupi-(es,almod r ·Ieje cal1ta el Tocotinjficntalifo ,dos (i /lar, y por Vl1aparu,y Ot1 ti bayla¡¡Indios,y IndiasCQ plumas,)'Jonaxas en (as manos,

como fe haze de ordinario 1&(1danfrt,y mientras bayúm,

canta la i\-fujica.Muf NObles Mexicanos,

Cuya cílirpeandgua,De las cbras lU2CS

Del Sol fe o.rigiru:

Las siguientes iineas son, por unaparte, una muestra de una de las va­rias lecturas hechas a la conquista dela Nueva España durante el siglo XVII;

por otra, una refiexión sobre una delas muchas operaciones simbólicasrealizadas en la época barrocanovohispana para sustentar la nacio­nalidad mexicana y que consistirá enrehabilitar una parte de la herenciaindígena -concretamente mexica eneste caso- dentro de un marco occi­dental barroco y, desde luego, cris­tiano (Alberro, 1999).

Sor Juana escribió esta obra en eiaño de 1688, por encargo de lavirreina marquesa de Paredes; comocualquier Auto, es una obra didácti­ca que trata de esclarecer una partecompleja del dogma, toda vez quebusca acercar el misterio de la Euca­ristía a los hombres. Narciso -comoOrfeo en el Auto de Calderón que lesirve de inspiración- representa ia fi­gura de Cristo/dios. Como es sabido,estas lecturas a lo cristiano de losmitos clásicos eran comunes en aque­lla época y recurrentes en la literatu­ra barroca.

La arquitectura de la Loa cabe enlos cánones ortodoxos de la precep­tiva literaria del XVII; sin embargo, lasacotaciones escénicas, la introducciónde danzas, vestuario, instrumentos ycantos prehíspánicos (como eltocotín), las modificaciones de ritmoen el desarrollo de la composición ledan un carácter original que puedemostrar una postura confrontadora

.. Graduada en Filologfa hispánica en laUniversidad de Málaga. Profesora deEstudios para Extranjeros de la UNAM.

saIMoyo 2002· UNIVERSIDAD DE MÉXICO

hacia la metrópoii dentro de unaparte de los intelectuales criollosnovohispanos, sobre todo si tenemosen cuenta que dicho Auto fue conce­bido para ser representado en laMetrópoli y no en Nueva España.

Está dividida en cinco escenas y lospersonajes que integran la Loa son:El Occidente (indio galán), La Améri­ca (india bizarra), Indios e Indias, ElCelo, La Religión, Músicos y Soldados.

En cuanto al vestuario y a laambientación, vale la pena comen­tar cómo, en la acotación inicial dela escena prímera, notamos desde elprincipio el intento por recrear unaatmósfera festiva mexica: entran elOccidente y la América, ataviados conmantas y huipiles. Se sientan en sustronos, mientras que indios e indias,con plumas y sonajas en las manos,cantan y bailan a modo del tocotin.

Es importante señalar la suavidad enel inicio de esta escena, que contras­tará fuertemente con el brutai princi­pio de la siguiente, en la que entraránel Celo y la Religión Cristiana.. Cuando estos últimos hacen su apa­rición enfrentándose agresivamen­te a América y Occidente, ellaaparece ataviada como Dama Espa­ñola y él, como Capitán General. Esinteresante comentar la figura de EiCelo, ya que, según Méndez Plan­carte' este personaje corresponderíaa la confianza del Santo Pontíficequien, impresionado del ce/o protec­tor que los Reyes Católicos parecenhaber manifestado tras su conoci­miento sobre la barbarie de la cultu­ra autóctona del Nueva Mundo, lesconfió a ellossu misión evangelizadora.De esta manera, se justifica en la Loa la

9J.1­P

L OPAR A E

L DIVINcfla con-el Automelmo ddas Obras de la""racia de los que tien.:> primera imprefsio

Interloc

El Occidente.La America.El Zclo.

actitud totalmente belicista de Celo. Aestos personajes centrales acompañanlos Soldados Españoles, conquistadorespoderosamente armados.

En cuanto a la versificación, la fac­tura está hecha en octosílabos, a ex­cepción del uso del romancilloexasflabo que usa sor Juana cuandointroduce un azteca TOcorlN I como enotras composiciones en donde hacesuya esta composición.

En este sentido es ,nteresante se­ñalar el conocimien que sor Juanatenia, tanto del •. .-opio idiomanáhuatl, como de muchas de las cos­tumbres y tradicionr de quienes lohablaban. Sor Jua' d hizo uso deltocotín en varias as iones en suobra, unas veces en ..,..,stellano, comolos versos iniciales -je esta escena,otras en una mezclu de castellano ynáhuatl y unas más en sólo la lenguamexicana. En esta ú¡ :ima, me permi­to recordar el tocotir que la jerónimaescribió en la ensal jilla que cierralos Villancicos para laitines dedica­dos a la Virgen de 1" .sunción (1676)y que el Dr. D. Ang Maria Garibay,gran conocedor de' 'a lengua mexi­cana, dice manejar. con profundagracia y fluidez' y (i ,comienza así:

Tia ya timohuica,totlazo Zuapilli,maca ammo, Tona! •zin,

titechmoilcahulliz.

Cuando el tocotin cesa (verso 28),comienzan los octasílabos que sumanaproximadamente 490, ya que los Es­tribillos de Música (iY en pompa fes­tival celebrad al gran dios de lassemillasj) están cifrados en exasílaboslo que parece querer seguir recordan­do el ritmo del tocotin, como unapresencia constante.

En cuanto a los temas tratados, elmás importante es el del revisionismohistórico de la conquista. En la escenasegunda, inicia la presentación de éstacomo agresiva, violenta e injusta.

Ante la negativa de América yOccidente para cesar sus ceremoniasreligiosas en honor a Huitzilopochtli(El Gran Dios de las Semillas),' ya queno entienden las razones esgrimidaspor los recién llegados para que lasabandonen (vv. 156-181), la respues­ta de Celo no es otra que declararlesla guerra, una guerra por demás des­equilibrada en cuanto a armamento(vv. 189-199) y providencialista en suconcepción (v. 145).

Aun cuando Méndez Plancarte co­menta que pueda ser fundamenta­do bíblicamente -Isafas , XLIV Y XlV­

el hecho de que los conquistadoresfueran instrumentos de la Justiciade Dios, como textualmente dicenlos versos 146 a 155 por boca deCelo:

Ministro de Dios soy, queviendo que tus tiranlashan llagado ya a lo sumo,cansado de ver que vivastantos años entre errores,a castigarte me envía.y así, estas armadas Huestes,que rayos de acero vibran,ministros son de Su enojoe instrumento de Sus iras.

Sor Juana denosta, a mi parecer, ca­tegóricamente esta idea, aludiendoinmediatamente a la incomprensiónpor parte de Occidente quien, anteesta actitud bel icista y no razonado­ra, trata todavía de ignorar la pre­sencia de Celo, diciendo:

¿Qué Dios, qué error, qué torpeza,o qué castigos me intimas?Que no entiendo tus razonesni aun por remotas noticias,ni quién eres tú que osadoa tanto empeño te animascomo a impedir que mi genteen debidos cultos diga:

Sin embargo, esta actitud de indi­ferencia expresada por Occidente y,

versos más abajo, también por Amé­rica, no es sufíciente para detener Jafuria y la violencia de Celo quien lesdeclara la guerra en el verso 184:

Pues la primera propuestade paz desprecias altiva,la segunda de guerra,será preciso que admitas.iToca al armai iGuerra, guerrai

En cuanto a esta guerra de conquis­ta, disiento de la opinión del Dr.Méndez Plancarte en lo que se refie­re a que sor Juana estaria de acuer­do con la versión canónica queintenta justificar -desde la SummaTeológica de SantoTomás- la inter­vención armada como justificaciónpara la protección de los inocentestiranizados (como a menudo lo eranlas víctimas de los sacrificios huma­nos), o para la defensa de los dere­chos de los evangelizadores a cumplirsu misión apostólica. Creo que, sim­plemente con la entrada de la esce­na siguiente, en donde, comoveremos, Occidente y América asegu­ran haber sido sólo vencidos por lafuerza, pero no por la razón, sor Jua­na critica la actitud belicista y pre­potente de los conquistadores y Joerrado de esta actitud de fuerza yno intelectiva y amorosa.

En las escena 111, el inicio sigue mos­trando como América y Occidente(vv. 202-203) se rínden ante la fuer­za de Jos recién llegados, pero noporque reconozcan que ellos tienenla razón.

Ya es preciso que me rindatu valor, no tu razón.

Ver50s más adelante, se suaviza unpoco esa primera presentación de la con­quista, pues por boca de Religión (w.214-217) se hace referencia, a los prime­ros misioneros protectores de los indiosquienes, mediante los hechosy no lavio­lencia, trataron de convertirlos:

UNIVERSIDAD DE MEXICO • Moyo 2002/ Sl

porque venceria por fuerzate tocó; mas el rendirlacon razón, me toca a mi,con suavidad persuasiva.

Sin embargo, ni América ni Occi­dente van a ceder ante este discurso.Ambos, llorando sus carnales prisio­nes, aluden a su libre albedrio, mis­mo que no podrá ser sometido, porlo que ellos seguirán venerando alGran Dios de las Semillas.

Ahora bien, en la penúltima esce­na, tras la presentación del paralelis­mo entre los dos rituales (el Teocualoy la Eucaristla), la suavidad y las razo­nes de Religión comienzan a hacermella en América y Occidente quie­nes piden incluso más informaciónsobre lo que les está explicando.

Ahora bien, en cuanto a otro de lostemas. la presencia de visos de ver­dad en la religión mexica, en la pri­mera escena, cuando nos espnesentado el culto a Huitzilopochtlicomo el más importante dios de losmexicas, dice América (vv. 59 y ss.):

... Demás de quesu protección no limitasólo a corporal sustentode la material comida,sino que después, haciendomanjar de sus carnes mismas(estando purificadasantes, de sus inmundiciascorporales), de las manchasel Alma nos purifica.

En este parlamento, podemos per­fectamente observar el paralelismoentre el sacramento de la Eucaristiacristiano y la celebración del Teo­cualo. con lo cual podemos observarla enorme maestrla de sor Juana paraestablecer la relación de temas enambas composiciones, la Loa y elAuto en si mismo.

El Teocualo. como sellala Torque­mada' era una ceremonia que con·sistia en elaborar una figura del dios

52 Noyo 2002 • UNIVERSIOAD DE MEXICO

de la guerra a base de cereales-amaranto principalmente- queamasaban con sangre que, segúnTorquemada, era sangre de niños-y tenia la altura de un hombre. Ha­biendo transcurrido un mes desde suelaboración, y tras ritos y procesio­nes en su honor, un sacerdotetrapasaba la figura con un dardo;ésta caia y, entonces, todos los habi­tantes de la ciudad comian el cuerpode Huitzilopochtli, como alimentopara sus almas, en una franca comu­nión de las criaturas con la divinidad.

En la escena IV, a pesar de que,como señalaré lineas abajo, sor Jua­na deja claro que las religionesprehispánicas no son precisamentede inspiración divina, vuelve a com­parar el paralelismo entre las creen­cias del Teocualo y de la Eucaristía,con sus enormes parentescos y, auncuando denostará a la primera, nopuede dejar de manifestar su admi­ración por los mismos y dice por bocade Occidente (v. 250 y ss.):

Es un Dios que fertilizalos campos que dan los frutos;a quien los cielos se inclinan,a Quien la lluvia obedecey, en fin, es El que nos limpialos pecados, y despuésse hace Manjar, que nos brinda.iMira tú si puede haber,en la Deidad más benigna,más beneficios que hagani más que yo te repita.

Además, la referencia a san Pabloy al libro de los Hechos de los Após­toles.' en donde se habla de Atenasy de la prohibición de introducir nue­vos dioses; Religión está diciéndole aOccidente textualmente (v. 280 y ss.):

De Pablo con la Doctrinatengo de argüir; pues cuandoa los de Atenas predica,viendo que entre ellos es leyque muera el que solicita

introducior nuevos dioses,como él tiene la noticiade que a un Dios no conocido'ellos un altar dedican

Este parlamento demuestra, a mientender, le adscripción de sor Jua­na a la tendcncia de la Iglesia Católi­ca de ver ·n las religiones pre­cristianas vi: sde la verdadera; comoes perceptil " en la literatura barro­ca -sobre t,) :> en la española y espe­cialment~ n los Autos Sacra­mentales- , ,ceptación de eso visosen la religió Jrecorromana es un he­cho; sor Jua. como dijimos, se atre­vió a ir m~' 10 más lejos y justificóesos mismo' visos en las religionesprehispánic lo que queda perfec­tamente asr ,tado a partir del verso297, en don' Religión sigue hablan­do con Occi nte:

Esos milag,,, que cuentas,esos prodlo que intimas,esos visos, I"'~os rasgos,que debajo 2 cortinassupersticio"'.: asoman;esos porten 0.5 que vicias,atribuyenof • , efectoa tus Deidace5 mentidas,obras del DIO' Verdaderoy de su Sab.dJriason efectos.

Este paralelismo que hace sor Jua·na entre los visos verdaderos de lasreligiones grecorromanas y la mexicano es sólo para justificar que el temadel Auto sea la lectura a lo divino delmito de Narciso, sino que quiere ele­var la cultura prehispánica al mismonivel de reconocimiento que lagrecorromana. Los indios americanosno eran un grupo de salvajes des­arraigados de toda cultura y ética,sino todo lo contrario, prueba de elloes, para la jerónima, que el dios ver­dadero, al igual que hizo con la gen­tilidad grecorromana, dio a estospueblos señales, visos de su existen-

cia, para, de alguna manera, prepa­rarlos para la llegada de la evangeli­zación. Los versos en los que estasideas quedan plasmadas son los 426­434:

Divino Narciso, porquesi aquesta infeliz teniaun Idolo, que adoraba,de tan extrañas divisas,en quien pretendió el demonio,de la Sacra Eucaristiafingir el alto Misterio,sepa que también hao;aentre otros Gentiles seflasde tan alta Maravilla

Sin embargo, al mismo tiempo quela jerónima utiliza el paralelismo ce­remonial del Teocualo con la Euca­risUa, también deja claro que lareligión mexica era bárbara y, porsupuesto, falsa al igual que hace donLuis de sigüenza en la introducciónde su Parayso Occidental.

Desde la misma primera escena,dice Occidente en uno de sus parla­mentos de apertura (w. 29-38):

Pues entre todos los a:osesque mi culto solemnizaaunque son tantos, q"e sóloen aquesta esciareciQaCiudad Regia, de dos milPasan,7 a quien sacrif:caen sacrificios cruentosde humana sangre vertida,ya las entrañas que pulsan,ya el corazón que palpita:

Ahora bien, en la escena IV esdonde mejor se puede leer que,aun cuando sor Juana no estaba deacuerdo con Torquemada en cuan­to al origen demoníaco de las reli­giones prehispánicas, si quieredejar claro que ella acata el hechode que la única religión verdaderaes la cristiana y así pone en bocade Religión los siguientes versos(w. 261-275):

iVálgame DioSi ¿Qué dibujos,qué remedos o qué cifrasde nuestras sacras Verdadesquieren ser estas mentiras?iOh cautelosa SerpienteiiOh Áspid venenosoi iOh Hidra,que viertes por siete bocas,de tu ponzoña nocivatoda la mortal cicuta I¿Hasta dónde tu maliciaquiere remedar de dioslas sagradas Maravillas?Pero con tu mismo engaño,si Dios mi lengua habilita,te tengo de convencer.

Esos remedos dados por Satanáspara confundir a los hombres, sonideas recalcadas en los cronistas, tan­to en Gerónlmo de Mendieta,' comoen José de Acosta.'

En esta extraordinaria composiciónla jerónima hace gala de su criollismopatriótico y con una osadía insólita,recrea el mito del Teocualo y estable­ce la relación del mismo con la Euca­ristía.

Es seguramente la más heterodoxay arriesgada de sus obras. Sor Juanapretende ofrecernos una alegoria dela conquista del Nuevo Mundo, perocon un punto de vista totalmente no­vedoso e impugnador: los indios sonpresentados como paganos venera­bles, frente a los conquistadores, di­bujados como los verdaderosbárbaros en dicho proceso de con­quista.

Si retomamos la afirmación de queel Auto fue concebido para ser repre­sentado en España, la osadía de lajerónima toma aún mayor altura;cuarenta y cinco años después Vivaldiescribirá la ópera UMotezumaU quepretende, al igual que la Loa de sorJuana, plantear una revisión crítica delos hechos acontecidos en la conquis­ta y colonización de América.

En Nueva España, como en el ViejoContinente, la conciencia identitariade los pueblos tiene un origen reli-

gioso; la sustitución de mitos y san­tuarios grecorromanos por advo­caciones y templos cristianos en Eu­ropa es equiparable, de alguna for­ma, con la apropiación de los mitos yde la geografía sagrada prehispánica;el ejemplo más contundente es, sinduda, el de la virgen de Guadalupe-Guadalupe-Tonantzin-, slmbolo denuestra identidad.~

Méndez Plancarte, Alfonso, Obrascompletas de sor Juana, Fce, tomo 111,pp. 505 Y506.

2 'bid., Tomo 11, nota a los v. 82 y ss, p.365, en donde se reproducen dostraducciones -una literal y otra enverso -exasílabo, por supuesto- delnahuatlaco tocotín.

3 Huitzilopochtli. dios de la guerra y elmas importante en Tenochtitlan, cuyafiesta principal parece habersecelebrado el3 de diciembre.

4 Torquemada, fray Feo.• MonarquiaIndiana. libro VI (en el volumen 3 de laedición de la UNAM. por la que cito),cap. 38.

5 Hechos, XVII, 22 Yss. , pasaje pordemás ya usado, por ejemplo, en laLoa de Calderón al El laberinto delMundo.

6 ...porque pasando y mirando vuestrossantuarios, hallé también un altar enel cual estaba esta inscripción: AL DIOSNO CONOCIDO. Al que vosotrosadoráis, pues sin conocerlo, es a quienyo os anuncio. San Pablo, Hechos, XVII,23.

7 Méndez Plancarte desconoce la fuentesobre la que se basó sor Juana al haceresta afirmación.

8 Para Méndez Planearte. las ideas deMendieta que pudo consultar sorJuana fueron las reproducidastextualmente por el mismoTroquemada en su Monarqu(a Indianade 1615, hecha en Sevilla.

9 Acosta, José, Historia natural y moralde las Indias, México, fCE.

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