keres koger

1
Cultura C 6 LA VOZ DEL INTERIOR CÓRDOBA. JUEVES 21 DE JULIO DE 2005 LIBROS Alejandro López atrapa al lector con una novela transgresora. Las ventanitas del señor López EMANUEL RODRÍGUEZ ESPECIAL Una travesti a la que la crisis la tomó con la operación de silico- nas a la mitad y anda por el mundo con un solo pecho a la es- pera de un viaje a los Estados Unidos que le permita comple- tar su cuerpo, chatea con su prima y confidente, una prosti- tuta correntina que trabaja en Asunción del Paraguay en un antro vigilado por la policía. Se cuentan penas, alegrías y revo- loteos con el crimen en largas se- siones de Messenger. Esos diálogos son la columna vertebral de Keres cojer? = Guan tu fak, la novela de Ale- jandro López que a primera vis- ta puede resultar repelente pa- ra puristas del lenguaje por su vasta transgresión de todo cuan- to hayan dictado los manuales de ortografía desde los orígenes del idioma español, pero que su- perado el trance –o sea, rin- diéndose a la idea de que las co- sas son así y de que en medio de tiroteos y felaciones a nadie le importa ya la diferencia entre v y b– cuaja en un interesante, per- turbador y divertido relato de aventuras. Presentadas las protagonis- tas, es difícil dejar de leer, aun en la aparente dificultad de no contar con la estructura tradi- cional del narrador e incluso cuando la insistencia fálica de los diálogos puede cansar. Es uno de los logros de López, que juega más allá de los límites y cuya mirada está lejos del exa- men entre compasivo y conde- natorio con el que las travestis suelen ser puestas en foco más o menos una vez por semana en el programa de televisión de Ro- lando Graña, por ejemplo. Las heroínas de Guan tu fak NOVELA “Keres cojer? = Guan tu fak”, por Alejandro López, Editorial In- terzona, Buenos Aires, 2005, 344 páginas. de alguna manera se ríen de ese estereotipo, y lo usan a su favor en esa especie de lucha contra todos que es la supervivencia. Con un sueño americano pos me- nemista entre las cejas, Vanes- sa y Ruth le ponen el cuerpo a la cosa –a lo que venga– y se apo- yan mutuamente a través del chat. Libran batallas individua- les pero simbólicas, y los triun- fos o derrotas de una lo son de ambas y de todos. Si bien la novela es localiza- ble en cierto nuevo realismo so- cial que tiene a las producciones más interesantes de la escena independiente porteña marca- das por una frecuentemente exasperante militancia axiomá- tica por “lo marginal”, López se aleja un poco del registro de un Washington Cucurto –el Emil Zolá de los cartoneros–, por ejem- plo, al no presentar a sus prota- gonistas como las típicas vícti- mas del sistema. Con un humor que logra sus mejores momentos cuando se aleja de lo escatológico, pero que entre la sartenada de fluidos cor- porales y papeles de cocaína mal cortada también es efectivo, Guan tu fak tiene dos protago- nistas originales, de notable fac- tura creativa. Vanessa aprende inglés básico mientras se acues- ta con un cliente negro –“negro negro de verda”– en un tugurio del conurbano bonaerense, y Ruth aclara en “el chat más guay de Paraguay” que aunque es flaquita tiene “mucha inisia- tiva” (sic). La cuestión con Internet es también esencial: López sabe que allí, en el ciberespacio, se está librando otra batalla, de tipo lingüístico. Una lucha entre el uso y la norma en la que el pri- mero no sólo vence. Se para, además, sobre el cadáver de la vencida y emite una grotesca carcajada de victoria. Le moja la oreja e incurre en todo tipo de obscenidades. La única regla es la de la economía del lenguaje: siempre que se entienda, menos es mejor. Porque es más rápido y porque al calor de los hechos, mientras un hermano y amante de Vanessa se desangra en el li- ving, las comas, los acentos y las letras c, mienten. Ese juego or- tográfico, a veces fatigoso pero muchas veces delirante y dramá- tico, carga con el vértigo del re- lato. Le da a la novela una velo- cidad particular. No es sólo un coqueteo con la forma en que se escribe en los cibercafés o una rebeldía adolescente, sino una operación narrativa que le da una original vuelta de tuerca al género épico. Se destaca igualmente un no- table trabajo de lenguaje. López logra un registro de “trabajado- ra sexual” absolutamente ve- rosímil. ¿Humor de travestis y prostitutas sin caer en el tono Midachi? Parece que es posible. Además, el trabajo de López trasciende el humor y busca otras sensaciones, jugando todo el tiempo con elementos fuera del texto, confundiendo niveles de ficción y realidad. Los recor- tes de diarios y revistas “reales” y las referencias a una supues- ta cámara oculta de Telenoche Investiga, junto a los videos que pueden verse en interzona.com configuran un escenario des- concertante. Mérito del autor: verosimilitud se confunde con verdad, y las lecturas posibles se multiplican. ¿Realidad o fic- ción? Nada mejor que no saber qué es lo que está pasando. POESÍA “Diálogo del árbol”, por Paul Valéry, Ediciones del Copista, Cór- doba, 2005, 83 páginas. Las palabras del árbol ANTONIO OVIEDO ESPECIAL Admirado con fervor por T.S. Eliot, Rilke, Francis Ponge, en- tre otros, la figura de Paul Valéry (1871-1945) ha suscitado sin embargo adhesiones más bien reticentes. Es el caso de al- guien como Ezra Pound; algo similar ocurre, por motivos concernientes a una poética que no comparte, con un Wallace Stevens. Paralelamente, las opiniones de Borges y Emil Cioran, sien- do en apariencia opuestas, coin- ciden de un modo al que hay que llamar sutil. El primero su- braya en el poeta francés “los lúcidos placeres del pensa- miento y las secretas aventuras del orden”. Impiadosamente, Cioran asegura que Valéry “exageró hasta el vicio la manía de explicarse”. En efecto, hay una línea de exacerbada racio- nalidad (manifestada también con igual fuerza en las prefe- rencias métricas aplicadas a su poesía) que une toda la obra de Valéry, y que ya desde su In- troducción al método de Le- onardo da Vinci (1894) se ex- presa mediante el axioma “obs- tinado rigor”. Aparte de libros de poesía (El cementerio marino, La joven parca), de ensayos (Tel Quel I y II, o los cinco volúmenes ti- tulados Variedad), de 213 Car- nets repletos de digresiones que fusionan lo baladí con lo fun- damental, Valéry escribió tres diálogos (que serán el puente, a posteriori, para obras dramáti- cas como Anfión, Semíramis, Mi Fausto y La cantata de Narciso): Eupalinos o el ar- quitecto, El alma y la danza y este Diálogo del árbol, cuya traducción y prólogo realizó Ro- dolfo Alonso, y a los cuales habría que agregar La idea fi- ja si se concede que su elabo- ración contiene aspectos lúdi- cos no exentos de patetismo. A la manera de los diálogos socráticos, el Diálogo del ár- bol fue en rigor inspirado por una lectura que efectuara Valéry de las Bucólicas del ge- nial poeta latino Virgilio. Los tópicos del género pastoril ins- criptos en el opus virgiliano re- sultan en buena medida reac- tualizados en las secuencias de la conversación que entablan los dos interlocutores –Lucre- cio y Titiro– convocados por Valéry. Ambos, rodeados por una naturaleza que tiende a concentrarse en la existencia fáctica de una haya, procla- marán, alternativamente y des- de posiciones a veces antagó- nicas, discursos que la toman por objeto. Los parlamentos de Titiro enuncian reflexiones a través de las cuales el árbol, provisto incluso de pensamientos, emo- ciones y conductas atribuibles a los hombres, recibe toda cla- se de celebraciones y apologías pronunciadas con la vehemen- cia que la condición de poeta de aquél le dicta. En no menor me- dida los prodigios, las fábulas, la intensidad de sus energías, encuentran cabida en las voces que emiten sus ramas y follaje, en la activa y callada evolución de sus mutaciones. En cambio, Lucrecio, quien ejerce con hábil discreción la ironía y apela a cierta condes- cendencia reafirmada en apre- ciaciones crasamente raciona- les, despojadas de arrebatos, contempla un árbol susceptible de brindar múltiples utilidades y beneficios, que además se ex- tiende a la tierra donde, al hun- dir sus raíces,crea posibilida- des de reproducirse y de po- tenciar riquezas ilimitadas. Y de este intercambio entre Lu- crecio, que postula un conoci- miento obtenido mediante ope- raciones lógicas, y Titiro, que procura descifrar y preservar enigmas y misterios sin doble- garlos bajo el peso de datos me- ramente pragmáticos, la figura del árbol resulta examinada con palabras que una y otra vez se reúnen en la práctica a menu- do conflictiva de un diálogo. El show de Truman AGENCIA EFE San Francisco (Estados Unidos). Precisamente ahora que corren tiempos difíciles para los perio- distas de Estados Unidos, la fi- gura de uno de los más em- blemáticos, Truman Capote, vuel- ve a estar de moda en el cine y las librerías del país del norte. El escritor que se pasó la vi- da en busca de la fama y que hacía gala de su colección de amistades notables –desde Jac- queline Kennedy, con quien iba de compras y a quien ayudaba a llevar bolsas llenas de ropa, has- ta la diseñadora Gloria Vander- bilt y la actriz Marylin Monroe– no cabría en sí mismo ante tan- to protagonismo. Aunque su obra maestra nun- ca ha dejado de estar en el can- delero, lo cierto es que su nom- bre resuena últimamente con más fuerza que nunca. Prueba de ello son dos filmes centrados en la figura del novelista recon- vertido a periodista, nacido en Nueva Orleans en 1924. La primera película, que se estrenará el 30 de setiembre –fe- cha que coincide con su cum- pleaños–, se titula Capote, está protagonizada por el polifacéti- co Philip Seymour Hoffman y ba- sada en la biografía del mismo título de Gerald Clarke. El estreno del segundo filme está previsto para 2006. Se titu- la Have you heard? (algo así co- mo ¿Te enteraste?), cuenta, en- tre otros, con Sandra Bullock, Gwyneth Paltrow y Sigourney Weaver, y el argumento se apo- ya en las entrevistas publicadas por George Plimpton en su libro sobre Capote. Las dos películas giran en tor- no al proceso de recopilación de datos y la escritura de A sangre fría, así como las motivaciones y la metodología que Capote, en- tonces un novelista neoyorqui- no abiertamente homosexual, utilizó para narrar la historia de los asesinatos, en 1959, de los cuatro miembros de una familia de pudientes granjeros en Hol- comb, en el estado de Kansas. A pesar de que con su meto- dología –y con su éxito– Capote ofendió a muchos, el libro sentó las bases para un nuevo género, el periodismo literario. En A san- gre fría Capote logró un acer- camiento que rayaba en la amis- tad con los dos asesinos, y no dudó en manipularlos y contar mentiras para obtener la verdad. Para Bennett Miller, director de Capote, el autor es “una de esas personas que representa al- go más grande que sí mismo. Creo que su ambición, ese tipo de éxi- to y el desplome subsiguiente son muy contemporáneos”. Sea como fuere, el resurgir de su figura tiene lugar en un mo- mento oscuro para el periodismo de Estados Unidos, cuando peli- gra uno de los elementos clave –la figura de las fuentes confi- denciales– y existe una notable falta de credibilidad en los pe- riódicos que se traduce en bajos índices de lectura. El propio Capote no hacía mu- cho caso de la confidencialidad de sus fuentes. Marlon Brando lo acusó de utilizar una larga con- versación confidencial para pu- blicar un perfil sobre el actor, y el propio editor de New Yorker, donde apareció la entrevista y los primeros capítulos de A sangre fría, se arrepintió de haber pu- blicado algunas de sus piezas. El escritor y periodista junto a Marylin Monroe, en 1958. La figura de Truman Capote vuelve a la luz con dos filmes sobre su vida y obra. Este libro reúne una serie de en- sayos y artículos que la teórica política Hannah Arendt (1906–1975) escribió y publicó sobre “la cuestión judía” entre 1942 y 1966. Además, reproduce por primera vez en español el in- tercambio epistolar entre Arendt y Gershom Scholem en torno del polémico libro de la pensadora alemana nacionalizada estadou- nidense, Eichmann en Jerusalén, basado en su informe sobre el juicio al criminal de guerra nazi en 1961. Los escritos de Arendt dan cuenta de las preocupacio- nes centrales de toda su obra: el totalitarismo, la libertad, el mun- do judío y la naturaleza del pen- samiento. ENSAYO “Una revisión de la historia judía”, por Hannah Arendt, Paidós, Buenos Aires, 2005, 196 páginas. Esta fascinante nouvelle del es- critor neoyorquino Steven Mill- hauser, Premio Pulitzer 1996 por Martin Dressler, se mueve entre la ciencia ficción y el género fantástico, y propone una cauti- vante visita a la Berlín del siglo XIX, donde el joven creador de autómatas August Eschenburg se ganará un lugar en la alta socie- dad de la capital alemana. Mill- hauser trabaja con la realización de las fantasías de infancia y na- rra sucesos imposibles con efec- tos de gozo y angustia. August Eschenburg forma parte de la co- lección de literatura fantástica Lí- nea C, dirigida por el escritor Marcelo Cohen. NOVELA “August Eschenburg”, por Ste- ven Millhauser, Colección Línea C, Interzona, Buenos Aires, 2005, 98 páginas. PUBLICACIONES El número de julio de La In- temperie tiene como tema de tapa las nuevas luchas socia- les en torno de problemas am- bientales. Las experiencias de vecinos de Villa Allende con- tra el crematorio y de vecinos de barrio Ituzaingó Anexo contra las fumigaciones que contaminan sus tanques de agua ejemplifican la cuestión. Textos de Ximena Cabral, Ri- cardo Panzetta y Alberto La- polla completan el informe. Salvador Treber analiza la política exterior norteameri- cana y Schmucler plantea una “La Intemperie”, número 22, di- rigida por Sergio Schmucler, Cór- doba, 2005. REVISTAS crítica de los movimientos New Age. incluye el fanzine humorís- tico La Piedra en el Zapato. Telé- fono: 0351-4683720. E-mail: [email protected]. Josefina Licitra, el escritor Pablo Ramos y el humorista Santiago Varela escriben en el nuevo nú- mero de La mujer de mi vida so- bre marcas, huellas que distintos eventos dejan en la vida de las personas. Además, una entrevis- ta al escritor colombiano Fernan- do Vallejo, cuentos de Ángela Pradelli y Florencia Abbate, una crítica a la escena teatral con- temporánea a cargo de Eugenia Zicavo y un homenaje de Elvio Gandolfo al recientemente falle- “La mujer de mi vida”, número 24, dirigida por Ricardo Coler, Buenos Aires, 2005. cido escritor santafesino Juan José Saer. Página Web: www.lamujerde- mivida.com.ar.

Upload: emanuel-rodriguez

Post on 19-Jun-2015

64 views

Category:

Documents


1 download

TRANSCRIPT

Page 1: keres koger

CulturaC 6 LA VOZ DEL INTERIORCÓRDOBA. JUEVES 21 DE JULIO DE 2005

LIBROS

Alejandro López atrapa al lector con una novela transgresora.

Las ventanitas del señor LópezEMANUEL RODRÍGUEZ

ESPECIAL

Una travesti a la que la crisis latomó con la operación de silico-nas a la mitad y anda por elmundo con un solo pecho a la es-pera de un viaje a los EstadosUnidos que le permita comple-tar su cuerpo, chatea con suprima y confidente, una prosti-tuta correntina que trabaja enAsunción del Paraguay en unantro vigilado por la policía. Secuentan penas, alegrías y revo-loteos con el crimen en largas se-siones de Messenger.

Esos diálogos son la columnavertebral de Keres cojer? =Guan tu fak, la novela de Ale-jandro López que a primera vis-ta puede resultar repelente pa-ra puristas del lenguaje por suvasta transgresión de todo cuan-to hayan dictado los manualesde ortografía desde los orígenesdel idioma español, pero que su-perado el trance –o sea, rin-diéndose a la idea de que las co-sas son así y de que en medio detiroteos y felaciones a nadie leimporta ya la diferencia entre vy b– cuaja en un interesante, per-turbador y divertido relato deaventuras.

Presentadas las protagonis-tas, es difícil dejar de leer, aunen la aparente dificultad de nocontar con la estructura tradi-cional del narrador e inclusocuando la insistencia fálica delos diálogos puede cansar. Esuno de los logros de López, quejuega más allá de los límites ycuya mirada está lejos del exa-men entre compasivo y conde-natorio con el que las travestissuelen ser puestas en foco máso menos una vez por semana enel programa de televisión de Ro-lando Graña, por ejemplo.

Las heroínas de Guan tu fak

NOVELA

“Keres cojer? = Guan tu fak”,por Alejandro López, Editorial In-

terzona, Buenos Aires, 2005, 344

páginas.

de alguna manera se ríen de eseestereotipo, y lo usan a su favoren esa especie de lucha contratodos que es la supervivencia.Con un sueño americano pos me-nemista entre las cejas, Vanes-sa y Ruth le ponen el cuerpo a lacosa –a lo que venga– y se apo-yan mutuamente a través delchat. Libran batallas individua-les pero simbólicas, y los triun-fos o derrotas de una lo son deambas y de todos.

Si bien la novela es localiza-ble en cierto nuevo realismo so-cial que tiene a las produccionesmás interesantes de la escenaindependiente porteña marca-das por una frecuentementeexasperante militancia axiomá-tica por “lo marginal”, López sealeja un poco del registro de unWashington Cucurto –el EmilZolá de los cartoneros–, por ejem-plo, al no presentar a sus prota-gonistas como las típicas vícti-

mas del sistema. Con un humor que logra sus

mejores momentos cuando sealeja de lo escatológico, pero queentre la sartenada de fluidos cor-porales y papeles de cocaína malcortada también es efectivo,Guan tu fak tiene dos protago-nistas originales, de notable fac-tura creativa. Vanessa aprendeinglés básico mientras se acues-ta con un cliente negro –“negronegro de verda”– en un tuguriodel conurbano bonaerense, yRuth aclara en “el chat másguay de Paraguay” que aunquees flaquita tiene “mucha inisia-tiva” (sic).

La cuestión con Internet estambién esencial: López sabe queallí, en el ciberespacio, se estálibrando otra batalla, de tipolingüístico. Una lucha entre eluso y la norma en la que el pri-mero no sólo vence. Se para,además, sobre el cadáver de lavencida y emite una grotescacarcajada de victoria. Le mojala oreja e incurre en todo tipo deobscenidades. La única regla esla de la economía del lenguaje:siempre que se entienda, menoses mejor. Porque es más rápidoy porque al calor de los hechos,mientras un hermano y amantede Vanessa se desangra en el li-ving, las comas, los acentos y lasletras c, mienten. Ese juego or-tográfico, a veces fatigoso peromuchas veces delirante y dramá-tico, carga con el vértigo del re-lato. Le da a la novela una velo-cidad particular. No es sólo uncoqueteo con la forma en que seescribe en los cibercafés o unarebeldía adolescente, sino unaoperación narrativa que le dauna original vuelta de tuerca algénero épico.

Se destaca igualmente un no-table trabajo de lenguaje. Lópezlogra un registro de “trabajado-

ra sexual” absolutamente ve-rosímil. ¿Humor de travestis yprostitutas sin caer en el tonoMidachi? Parece que es posible.

Además, el trabajo de Lópeztrasciende el humor y buscaotras sensaciones, jugando todoel tiempo con elementos fueradel texto, confundiendo nivelesde ficción y realidad. Los recor-tes de diarios y revistas “reales”

y las referencias a una supues-ta cámara oculta de TelenocheInvestiga, junto a los videos quepueden verse en interzona.comconfiguran un escenario des-concertante. Mérito del autor:verosimilitud se confunde converdad, y las lecturas posiblesse multiplican. ¿Realidad o fic-ción? Nada mejor que no saberqué es lo que está pasando.

POESÍA

“Diálogo del árbol”, por Paul

Valéry, Ediciones del Copista, Cór-

doba, 2005, 83 páginas.

Las palabras del árbolANTONIO OVIEDO

ESPECIAL

Admirado con fervor por T.S.Eliot, Rilke, Francis Ponge, en-tre otros, la figura de PaulValéry (1871-1945) ha suscitadosin embargo adhesiones másbien reticentes. Es el caso de al-guien como Ezra Pound; algosimilar ocurre, por motivosconcernientes a una poética queno comparte, con un WallaceStevens.

Paralelamente, las opinionesde Borges y Emil Cioran, sien-do en apariencia opuestas, coin-ciden de un modo al que hayque llamar sutil. El primero su-braya en el poeta francés “loslúcidos placeres del pensa-miento y las secretas aventurasdel orden”. Impiadosamente,Cioran asegura que Valéry“exageró hasta el vicio la maníade explicarse”. En efecto, hayuna línea de exacerbada racio-nalidad (manifestada también

con igual fuerza en las prefe-rencias métricas aplicadas a supoesía) que une toda la obra deValéry, y que ya desde su In-troducción al método de Le-onardo da Vinci (1894) se ex-presa mediante el axioma “obs-tinado rigor”.

Aparte de libros de poesía (Elcementerio marino, La jovenparca), de ensayos (Tel Quel Iy II, o los cinco volúmenes ti-tulados Variedad), de 213 Car-nets repletos de digresiones quefusionan lo baladí con lo fun-damental, Valéry escribió tresdiálogos (que serán el puente, aposteriori, para obras dramáti-cas como Anfión, Semíramis,Mi Fausto y La cantata deNarciso): Eupalinos o el ar-quitecto, El alma y la danzay este Diálogo del árbol, cuyatraducción y prólogo realizó Ro-dolfo Alonso, y a los cualeshabría que agregar La idea fi-ja si se concede que su elabo-ración contiene aspectos lúdi-

cos no exentos de patetismo. A la manera de los diálogos

socráticos, el Diálogo del ár-bol fue en rigor inspirado poruna lectura que efectuaraValéry de las Bucólicas del ge-nial poeta latino Virgilio. Lostópicos del género pastoril ins-criptos en el opus virgiliano re-sultan en buena medida reac-tualizados en las secuencias dela conversación que entablanlos dos interlocutores –Lucre-cio y Titiro– convocados porValéry. Ambos, rodeados poruna naturaleza que tiende aconcentrarse en la existenciafáctica de una haya, procla-marán, alternativamente y des-de posiciones a veces antagó-nicas, discursos que la tomanpor objeto.

Los parlamentos de Titiroenuncian reflexiones a travésde las cuales el árbol, provistoincluso de pensamientos, emo-ciones y conductas atribuiblesa los hombres, recibe toda cla-

se de celebraciones y apologíaspronunciadas con la vehemen-cia que la condición de poeta deaquél le dicta. En no menor me-dida los prodigios, las fábulas,la intensidad de sus energías,encuentran cabida en las vocesque emiten sus ramas y follaje,en la activa y callada evoluciónde sus mutaciones.

En cambio, Lucrecio, quienejerce con hábil discreción laironía y apela a cierta condes-cendencia reafirmada en apre-ciaciones crasamente raciona-les, despojadas de arrebatos,contempla un árbol susceptiblede brindar múltiples utilidadesy beneficios, que además se ex-tiende a la tierra donde, al hun-dir sus raíces,crea posibilida-des de reproducirse y de po-tenciar riquezas ilimitadas. Yde este intercambio entre Lu-crecio, que postula un conoci-miento obtenido mediante ope-raciones lógicas, y Titiro, queprocura descifrar y preservar

enigmas y misterios sin doble-garlos bajo el peso de datos me-ramente pragmáticos, la figuradel árbol resulta examinada conpalabras que una y otra vez sereúnen en la práctica a menu-do conflictiva de un diálogo.

El show de Truman

AGENCIA EFE

San Francisco (Estados Unidos).

Precisamente ahora que correntiempos difíciles para los perio-distas de Estados Unidos, la fi-gura de uno de los más em-blemáticos, Truman Capote, vuel-ve a estar de moda en el cine y laslibrerías del país del norte.

El escritor que se pasó la vi-da en busca de la fama y quehacía gala de su colección deamistades notables –desde Jac-queline Kennedy, con quien ibade compras y a quien ayudaba allevar bolsas llenas de ropa, has-ta la diseñadora Gloria Vander-bilt y la actriz Marylin Monroe–no cabría en sí mismo ante tan-to protagonismo.

Aunque su obra maestra nun-ca ha dejado de estar en el can-delero, lo cierto es que su nom-bre resuena últimamente conmás fuerza que nunca. Pruebade ello son dos filmes centradosen la figura del novelista recon-vertido a periodista, nacido enNueva Orleans en 1924.

La primera película, que seestrenará el 30 de setiembre –fe-cha que coincide con su cum-pleaños–, se titula Capote, estáprotagonizada por el polifacéti-

co Philip Seymour Hoffman y ba-sada en la biografía del mismotítulo de Gerald Clarke.

El estreno del segundo filmeestá previsto para 2006. Se titu-la Have you heard? (algo así co-mo ¿Te enteraste?), cuenta, en-tre otros, con Sandra Bullock,Gwyneth Paltrow y SigourneyWeaver, y el argumento se apo-ya en las entrevistas publicadaspor George Plimpton en su librosobre Capote.

Las dos películas giran en tor-no al proceso de recopilación dedatos y la escritura de A sangrefría, así como las motivacionesy la metodología que Capote, en-tonces un novelista neoyorqui-no abiertamente homosexual,utilizó para narrar la historia delos asesinatos, en 1959, de loscuatro miembros de una familiade pudientes granjeros en Hol-comb, en el estado de Kansas.

A pesar de que con su meto-dología –y con su éxito– Capoteofendió a muchos, el libro sentólas bases para un nuevo género,el periodismo literario. En A san-gre fría Capote logró un acer-camiento que rayaba en la amis-tad con los dos asesinos, y nodudó en manipularlos y contarmentiras para obtener la verdad.

Para Bennett Miller, directorde Capote, el autor es “una deesas personas que representa al-go más grande que sí mismo. Creoque su ambición, ese tipo de éxi-to y el desplome subsiguiente sonmuy contemporáneos”.

Sea como fuere, el resurgir desu figura tiene lugar en un mo-mento oscuro para el periodismode Estados Unidos, cuando peli-gra uno de los elementos clave–la figura de las fuentes confi-denciales– y existe una notable

falta de credibilidad en los pe-riódicos que se traduce en bajosíndices de lectura.

El propio Capote no hacía mu-cho caso de la confidencialidad desus fuentes. Marlon Brando loacusó de utilizar una larga con-versación confidencial para pu-blicar un perfil sobre el actor, yel propio editor de New Yorker,donde apareció la entrevista y losprimeros capítulos de A sangrefría, se arrepintió de haber pu-blicado algunas de sus piezas.

El escritor y periodista junto a Marylin Monroe, en 1958.

La figura de Truman Capote vuelve a laluz con dos filmes sobre su vida y obra.

Este libro reúne una serie de en-

sayos y artículos que la teórica

política Hannah Arendt

(1906–1975) escribió y publicó

sobre “la cuestión judía” entre

1942 y 1966. Además, reproduce

por primera vez en español el in-

tercambio epistolar entre Arendt

y Gershom Scholem en torno del

polémico libro de la pensadora

alemana nacionalizada estadou-

nidense, EEiicchhmmaannnn eenn JJeerruussaalléénn,

basado en su informe sobre el

juicio al criminal de guerra nazi

en 1961. Los escritos de Arendt

dan cuenta de las preocupacio-

nes centrales de toda su obra: el

totalitarismo, la libertad, el mun-

do judío y la naturaleza del pen-

samiento.

ENSAYO

“Una revisión de la historiajudía”, por Hannah Arendt, Paidós,

Buenos Aires, 2005, 196 páginas.

Esta fascinante nouvelle del es-

critor neoyorquino Steven Mill-

hauser, Premio Pulitzer 1996 por

MMaarrttiinn DDrreesssslleerr, se mueve entre

la ciencia ficción y el género

fantástico, y propone una cauti-

vante visita a la Berlín del siglo

XIX, donde el joven creador de

autómatas August Eschenburg se

ganará un lugar en la alta socie-

dad de la capital alemana. Mill-

hauser trabaja con la realización

de las fantasías de infancia y na-

rra sucesos imposibles con efec-

tos de gozo y angustia. AAuugguusstt

EEsscchheennbbuurrgg forma parte de la co-

lección de literatura fantástica Lí-

nea C, dirigida por el escritor

Marcelo Cohen.

NOVELA

“August Eschenburg”, por Ste-

ven Millhauser, Colección Línea C,

Interzona, Buenos Aires, 2005, 98

páginas.

PUBLICACIONES

El número de julio de LLaa IInn--

tteemmppeerriiee tiene como tema de

tapa las nuevas luchas socia-

les en torno de problemas am-

bientales. Las experiencias de

vecinos de Villa Allende con-

tra el crematorio y de vecinos

de barrio Ituzaingó Anexo

contra las fumigaciones que

contaminan sus tanques de

agua ejemplifican la cuestión.

Textos de Ximena Cabral, Ri-

cardo Panzetta y Alberto La-

polla completan el informe.

Salvador Treber analiza la

política exterior norteameri-

cana y Schmucler plantea una

“La Intemperie”, número 22, di-

rigida por Sergio Schmucler, Cór-

doba, 2005.

REVISTAS

crítica de los movimientos New

Age. incluye el fanzine humorís-

tico La Piedra en el Zapato. Telé-

fono: 0351-4683720. E-mail:

[email protected].

Josefina Licitra, el escritor Pablo

Ramos y el humorista Santiago

Varela escriben en el nuevo nú-

mero de LLaa mmuujjeerr ddee mmii vviiddaa so-

bre marcas, huellas que distintos

eventos dejan en la vida de las

personas. Además, una entrevis-

ta al escritor colombiano Fernan-

do Vallejo, cuentos de Ángela

Pradelli y Florencia Abbate, una

crítica a la escena teatral con-

temporánea a cargo de Eugenia

Zicavo y un homenaje de Elvio

Gandolfo al recientemente falle-

“La mujer de mi vida”, número

24, dirigida por Ricardo Coler,

Buenos Aires, 2005.

cido escritor santafesino Juan José

Saer. Página Web: www.lamujerde-

mivida.com.ar.