kazajstan en asia
TRANSCRIPT
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7/24/2019 Kazajstan en Asia
1/7
sia
Central
Kazajstn
tres anos
despus
Marco Buttino
Profesor
del
Dipartimento di
Storia,
Universita di Torino
Durante la
crisis
de l sistema sovitico, en los aos
de la perestroika
los
cambios en curso eran
descritos
como si se desarrollaran a lo largo de una lnea con el
antiguo rgimen en
un
extremo y
Occidente
en el otro.
Se
crea que, aun con incertidumbres
y
retrocesos,
el
trayecto
acabar
siendo recorrido y que los ex sovi-
ticos accedern a un
Occ
i
dente
un
poco
autoritario y un
poco
subdesarrollado.
Dependa
en
gran medida, segn
las interpretaciones del momento,
de
la capacidad del
Gobierno
y
de
su
lder, que deberan dirigir
los
avances
a lo largo
de
todo el
trayecto. Hoy
en
da, muchos
du-
dan de
esta
teora
y
cons
ideran
que no
existe ni timonel
ni
nica
direccin. Despus
de
1991, la disgregacin
de
la
URSS
Unin de Repblicas
Socialistas
Soviticas) ha
evidenciado
al mundo entero la
complejidad oculta
del
sistema sovitico y la
heterogeneidad de situaciones
y
de
culturas.
De
manera que,
si
queremos saber
hacia
dnde
se dirigen las
repblicas
del Asia
Central
y
Kazajstn,
no
podemos esperar
encontrar la
respuesta recurriendo
a
indicadores de trfico, que sealen hacia occidente,
oriente,
mercado,
islam. Inevitablemente,
encontra-
remos stas
y
otras
direcciones al
mismo tiempo.
El
punto de partida para
nuestro
balance
a
tres
aos de la ruptura
formal de
la URSS ser
una breve
consideracin sobre
la
etapa
anterior. La regin
en
cuestin
ha
sido
colonia de Rusia durante un largo
perodo, ms de dos sig
l
os
en el
caso de Kazajstn
y
ms de uno en
el
de
las repblicas del Asia Central.
Esta
posicin
de
dependencia
ha
tenido algunas
caractersticas constantes:
la
poblacin rusa inmigrada
y el
Ejrcito eran interlocutores privilegiados
del
poder
central, de Petrogrado
y
de Mosc;
la
Administracin
estaba compuesta por procnsules
designados
desde
arriba; una lite autctona rusificada
serva
de
enlace
con la gente
del
lugar; el poder poltico
de
manera
ms
acentuada en la etapa
sovitica)
se mostraba hostil
a la cultura local y a toda expresin autnoma en la
vida
social. La
violencia
armada fue el instrumento
de
la primera conquista.
R usia
la
us repetidamente
contra las revueltas, la emple
para
reconquistar la
colonia durante
la
guerra
civil,
y
otra
vez se
sirvi de
ella
para imponer el fin
del nomadismo
es
decir,
el
exterminio
de
los nmadas)
y
la
colectivizacin.
Despus
de
la
Guerra
Mundial, el poder apost
ms
por
la persuasin que
por
la
violencia.
La sociedad
local
se
adapt
a las
transformaciones impuestas
desde
arriba, y con el tiempo se difundi la
lengua
rusa y la
educacin
sovitica.
Sin embargo, cuanto
ms
creca la
participacin en el poder, tanto menos controlable por
arr iba resultaba el sistema: de
hecho
rega un
compromiso
colonial que permita a
Rusia dominar,
pero
slo
mediante hombres
poco fiables, ya
que
estaban
ligados
tambin
a
lealtades
distintas
de las
485
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G RANDES T EMAS.
El
ESPAC O P OSTSOV ETlc )
oficiales e institucionales. La
extendida corrup
cin (frente al poder centra l,
tanto
en tiempos
del zarismo
como
de
Gorbachov)
era un signo
evidente de la autonoma de las autoridades del
lugar.
Clientelas
y
clanes
se
repartan
el
Estado.
Los cdigos morales que cohesionaban y daban
fuerza a este
sistema,
y
que
permitan
distinguir
constantemente entre
nosotros
y los otros ,
remitan
a las tradiciones y a los
valores
de la
religin islmica, o sea, a la cu
ltura of
icia lm
ente
ignorada
.
Llegaron
sin
embargo
los difciles
tiempos
de crisis, cuando
el centro
se
encontr
sin recursos materiales suficien tes que redistri
buir a travs de los
cana
les de un poder
que
quedaba ahora
en manos de
gentes
del lu gar.
Cuando la URSS se declar en bancarrota, las
repblicas
asiticas,
que
ya
haban evolucionado
t
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3/7
los
gr up
os
tnicos tirulares de las repblicas que,
durante
e l Clitimo
perodo sovitico, haban
gozado
de
un
ampl io
acceso
a las
escuelas
y h
aban
conq ui
stado espacios
en
cargos
de
responsabi l idad
en
el
aparato
del
E ~ t a d o
(
Burrino, 1993).
Los
pasos
dados por los
,obiernos republ icanos hacia la
descolo-
nizacin,
ya
desde finales de
los ochenta,
pueden
ser considerados
esencialmente
como
concesio-
ne
s a la presin
de estas
c l
ases
medias que se
autoafirman.
En 1989,
todas
las
repblicas
estab l
ecieron como
lengua
esta
tal la
del grupo
tnico tirular,
sustrayendo
a l ruso el
monopolio
de la of icia lidad. Los funcionarios del
Estado
que
no
conocieran la lengua nacional deban
aprenderla en los plazos estab lecidos por la ley
ya
que,
de
lo
contrario,
seran
ob
li
gados
a
aban-
donar cargo. Los rusos vieron atacados los
privilegios
de su status}' se vieron ob
li
gados
a
cHudiar una
lengua
abstrusa , que siempre
hahan considerado del todo
intil
. En
1990
se
produjo
un nuevo paso en
el
alejamiento respec-
tO de Ru sia: las
repblicas
se declararon
~ o b e r a n a s
aunque dentro
del mbi t o de la
Unin Sovitica.
Las leyes republicanas pasaban
a, a ser prevalentes sobre l
as
federales . Es
ta
s
disposiciones abran la va para que
los miem-
bros de los
grupos
tnicos
t i tulares de
las
repblicas
se
co
n
virtieran
en
duellos
del Es t
ado,
reduciendo el espacio (o
sea,
el
poder
y los
puestos de trabajo)
de quienes
pertenecan
a
otras etnias. En
el
campo
econmico no se
plan-
teaba
C l11 prioridad el
paso de
la propiedad
pClblica a la privada, s ino
que
se
segua una
lnea
de
n cion liz ciones
cons istente e n e l refor-
zam
i
enro de
la
posicin de
l
os
miembros
de
la
nacionalidad tirular en
el
aparato del
Estado. De
la actividad econmica a la universitaria, o a lo s
peridicos, la primaca de la
lengua
nacional
apareca como
prioridad
tnica.
Conflicto tnico y
lucha
poltica
A finales de los ochenta, la pretensin de
obtener derechos
ms
fuertes por parte de los
miembros de las mayoras nacionales
or
igin
una
cadena
de
confl ictos tnicos violentos e n
bastantes
zonas
del
Asia
Central.
En alguna
ciudad}'
en
varias
localidades rurales
se pro-
dujeron
no
slo incidentes
s ino
verdaderas
movilizaciones organizadas de hombres que
asa lt
aban
a
sus
enemigos tnicos
}
los
expul-
saban
de
las
casas,
del
territorio
, del
trabajo
.
Era
A,IA
CIO \JTRAl
y KAZAJSTAN T
RES
A OS D ESPUS
la cara popul r de la
nacionalizacin,
aunque
no
tena
nada de espontneo
: l
as autoridades
del
lugar, que
gozaban
de proteccin
en l
as institu-
c
iones estata
les, incluso a l
mximo nivel, se
aprovechaban
de
la difcil
situacin
acaparando
recursos v
iviendas,
cana
les,
campos, etc
.)
para
su
propia gente
y
estableciendo
un
nuevo orden de
poder local.
Las autoridades
polticas nacionales
no
era n por
lo
tanto ajenas a
estos enfrenta-
mient05,
aunque pr o n
to empezaron
a temer la
incontrolabilidad
del
conflicto tnico
y a
lanzar
llamamientos
y
amenazas
en pro
de
la
paz social.
El vaco
entre
un nacionalismo necesario y una
moderacin tambin necesar ia se colm
con
una
ges ti n a ut oritaria del poder, decididamente
policial en el caso uzbeko.
La
mayor preocupacin
de
la s
autoridades
pol t icas era que
las
tensiones sociales
se
polarizaran en torno a los rusos, los enemigos
naturales de las aspi rac iones
nacionales
y
anticoloniales. La mayora de los cerca
de diez
mill ones
de
rusos
residentes
en la
regin
vive en
Kazajstn, pero
su
presencia tambin es muy
relevante
en Asia Central, a l e,tar concentrados
e n la s g r andes
ciudades.
Su
poder
h a
sido
desmontado y,
unto con
toda la
poblacin
rusfona
(ot ros
eslavos,
h
ebreos europeos,
minoras y miembros de
los
grupos titulare s de
l
as
repblicas rusificadas),
se
han convert
id o en
objeto de
la
host i l idad popular, aunque
en
ni n
guna repblica
se hayan
producido actos
violentos contra ellos. Las autoridades reprimen
a los grupos
polticos que
apelan
a lodio
contra
l
os europeos,
intentando dirigir una transicin
pacfica
y
ten iendo mucho
cu
id ado de
n o
provocar r
eacciones hostiles por
parte
de
Rusia
y
de
no
ace
l
erar
la
tendencia
migratoria
de los
rusos. La
fuga
de stos acarrea en realidad
graves daos a la
economa
de estos pases, ya
que
so n generalmente obreros industriales y a
menudo
cuadros
empleados
en la
produccin.
La
posicin
de
los
rusos
y la poltica hacia ellos
representa un
problema
especia lm ente
delic
ado
en la
regin
septentrional de Kazajstn. Se trata
principalmente de rusos, inmigrados
varias
ge neraciones
atrs, que
viven
sobre todo en
ciudades
y
no
conocen el kazako.
Const itu
yen la
gran mayora de
la poblacin
en esta regin,
fronteriza con Rusia,
donde
los
kazakos
estn de
hecho en neta
minora
y en
general
muy
rusificados. Los problemas surgen
de
la
posib
le
desestabilizacin
de
las relaciones intertnicas en
es
te territorio,
lo
cual
tendra
efectos
negativos
487
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4/7
G RANDES T EM S EL ESPACIO POST iOVlnICO
en
las relaciones con
Rusia y llegara a poner en
cuestin
las actuales fronteras. El Gobierno
kazajo mantiene
por ello la regin
bajo control
impidiendo
la difusin
de
movimientos
rusos
separatistas), intenta reforzar
la
presencia
nacional favoreciendo la inmigracin
de
funcionarios y
trabajadores,
e impone coerci
ti va mente el
uso de
la lengua
nacional en las
instituciones pblicas.
Obviamente, los
rusos
se
defienden ante
estas presiones.
De todo
ello
deriva
una situacin aparentemente en suspenso
por ahora, pero
susceptible
de evolucionar segn
las
polticas
y las
injerencias de Almaty
y
Mosc
Bremmer,1994).
Otra
zona fronteriza
donde
desde 1991
se
han producido tensiones tnicas
y
riesgos
de
conflictos graves
es la
que separa Uzbekistn
y
Tadzhikistn.
El
peligro provena
de
la guerra
civil en curso en Tadzhikistn. La
crisis
poltica
en
esta
repblica estalla
a pocos
meses de
la
proclamacin
de
independencia, cuando en
las
plazas de
Dushanb se enfrentan manifestaciones
de
la oposicin
islmica
y democrtica
con
las
organizadas
por las fuerzas
comunistas
pro gubernamentales.
A
mediados de
a o, la
oposicin logra forma
r
La solidaridad
un
Gobierno controlado por
el Partido del
Renacimiento
Islmico
y
alejar
a
Nabev
de
la
presidencia
de la
repblica. Pero
la
situacin
no
tarda
en
cambiar a
favor
de
los comunistas. El
pas
queda dividido
entre,
por
una parte, los clanes de
la
entre lderes
comunistas se
extiende de
Tashkent
Dushanb, y
desde all
Afganistn
regin
de
Leninabad
y
del
Kuliab favorables
a
los
comunistas
y, por otra,
los de las
regiones
meridio
nales de
Kurgn -Tiub y
del
Gorno-Badajshn,
partidarios del
movimiento islmico.
La
guerra
civil se
extiende violentamente
en
estas
regiones
del
sur.
Las
conversaciones
de paz se inician
a
finales
de 1993,
pero
los enfrentamientos
no
cesan.
El Partido del Renacimiento
Islmico
peda la formacin
de
un Gobierno de paci
f icacin,
que contro lase el desarme de las
facciones combat ien tes , restableciese
las
libertades
polticas y
convocase
elecciones . A
finales de
1994
stas
se
celebran en
efecto
pero
en un
cl ima
de violencia a pesar de la
declaracin
de una tregua:
el poderoso
clan de
Kuliab,
ya en
el poder, sale
vencedor
pero la
oposicin, t ras boicotear
las
elecciones,
no
488
reconoce
la validez de
los comicios.
La guerra de
Tadzhikistn
muestra contrastes
que
se extien
den
a
una regin ms amplia que
la
de
la
propia
repblica.
Directamente implicado en
ella
est
Afganistn, donde
han
resurgido
en
1994
lo,
enfrentamientos
entre las facciones que se
disputan
el
poder
central.
Las
partes
en
lucha
en
Tadzhikistn
han
encontrado
a
sus propios
aliados entre aqullas.
En
realidad, el Partido
d el
Renacimiento Islmico ha recibido
el apoyo del
general
Achmad Shah Masud, quien
dirige
formaciones militares
compuestas por tadzhikos
afganos. Esta
colaboracin ha permitido a
cerca
de 200.000 guerrilleros de
la
oposicin tadzhika
refugiarse
en
Afganistn
durante
1993
e
instalar
all una base logstica para su, incursiones.
En
el
norre
de
Afganistn tambin existe un,1
numerosa poblacin
uzbeka. El general Abdul
rashid
Dostum, al
frente
de
la
formacione
s
guerrilleras de los uzbekos afganos, apoya
al
Gobierno comunista de Dushanb, un apoyo
par t icularmente
agradec ido
por
parte
del
Gobierno
de
Uzbekistn, que suministra al
general ayuda alimenticia
y
armas.
As
pues,
la
solidaridad entre lderes comu
nistas se
extiende
de
Tashkent
a
Dushanb, )
desde all
a
Afganistn.
Y
en
la
hase de
esta
olidaridad existe
tambin
un referente
tnico
representado por
la
poblacin uzbeka
que
suma
ms de un
milln
en
Tadzhikisr : n
y
vive
preferentemente en las regiones
septentrionales
vecinas
a
Uzbekistn favorables
a
los
comu
nistas).
La
alianza
tadzhika tambin posee e
as
ramificaciones no slo en Afganistn, sino
t ambin
en
Uzbekistn: en la regin
de
Samarcanda
y
Bujara
viven
tadzhikos sometidos
a duras polticas
de
asimilacin por parte del
Gobierno ex comunista
de
Tashkenr . Su
hostilidad respecto
a
dicho Gobierno
y
una
esperanza separatista
hacen que esta
minora
que alcanza
casi
el
milln
de
personas
)
vuelva
su mirada
hacia
la
oposicin existente en
Tadzhikistn. La situacin
de
guerra
no
tnica
en Tadzhikistn remite, pues,
a un marco m:s
amplio
de conflictos que traspasan incluso sus
lneas
de
demarcacin
tnica
y
que conciernen
a
una
amplia regin del Asia Central. Existen
an
otros protagonistas de la guerra de Tadzhi
kistn.
Se trata
en primer lugar
del
Ejrcito ruso,
que en
1993
tena
desplegados
a 15.000
hombres con la misin de vigilar la frontera
afgana
(
de 1.000 kilmetros de extensin
) as
como
de
apoyar
militarmente
al
Gobierno
de
-
7/24/2019 Kazajstan en Asia
5/7
Dushanb. Pero
la
intervenc
in rusa
no
fue
un
hecho
aislado,
ya q ue
en mayo
de ] 992 se
firm
un Tratado de
Seguridad
Colectiva entre Rusia,
Tadzhik is tn Uzbekis tn, Ki rguiz i s tn,
Kazajstn
y
Armenia.
De
esta
forma,
tropas
enviadas
por otras repblicas del Asia
Central
tambin
apoyaron al Gobierno de
Dushanb.
Los
Gobiernos centroasiticos
se unieron en
la vo luntad de
obstaculizar
la difusin de las
tendencia opositoras,
o
en su preocupacin por
ma ntener el control sobre
las 17 menklaturas en
el
poder.
En
Uzbekistn,
la dictadura de
Karimov
encuent ra
justif icacin en la
necesidad de
prevenir el contagio de la guerra tadzhika. En
reconocimiento
a
su tenaz
empeo, el
16
de
enero
de
1
994, Karimov fue invitado
a la
capital
kirguiza,
Bishkek,
para recibir
el
premio
por
la
paz
y el
acuerdo entre
los pueblos . Ese m i
smo
da, dos aos antes,
Karimov haba ordenado a la
polica
disparar
contra una manifestacin de
estudiantes
en
Tashkent. Segn
el
Gobierno
uzbeko,
la
situacin
exiga la
prohibicin de
cualquier protesta
y de los
partidos
de
oposicin.
De
hecho, el
partido
nacionalista moderado
Erk y
el
ms
radical
Birlik sufrieron
a partir de 1991
creciente presiones
por parte
de las autoridades;
a
finales de 1993, fueron prohibidos
y,
en
]
994,
la
represin
contra
sus
miembros
se
endureci
an ms.
Tambin
en
Uzbekistn exista
un
Partido del
Renacimiento Is lmico,
capaz de
organizar la protesta del valle de
Fergan, pero
no de constituir el polo de convergencia de
una
alternativa
a l
Gobierno de Tashkent.
En
general,
las
referencias
a las
tradiciones
y a
la
identidad
is l
mica que unen
a
estos opositores, no tienen
nada en comn con el fundamentalismo , que
frecuentemente
es fr
uto imaginario
del
temor de
los occidentales. En el propio
Tadzhikis tn,
donde
la
opos
icin islmica es ms fuerte,
sta no
tiene
por
objet ivo
cons t ru i r
un
Estado
confesional
y
no
parece
influenciada
en
este
sentido por Irn (con
el
que
los
tadzhikos
com
parten
la
lengua, pero no
su
Islam shi
ya
que son
predominantemente sunnes
) .
Tambin en
Kirguizis tn existe oposic in, aunque
no
a l
ternativas fundamentalistas. Akiev,
aun siendo
el presidente ms democrtico
del Asia Central,
ha impuesto recientemente una modificacin
consti tucional en
sentido
autor i tar io y
ha
convocado
elecciones
anticipadas
que
proba
blemente
le
otorgarn ms poder . No muy
diferente
es la
situacin en Kazajstn, donde
los
parridos nacionalistas
estn presentes, aunque el
ASIA CENTRAl y KAZAJSTAN T
RES
A oS D
ESPUES
objetivo de los
ms radicales -como
Alash- es la
expulsin de los
rusos,
no la
construccin
de una
repblica islmica. La tendencia
autori tar ia,
evidente ya desde los primeros das de la
independencia,
se
ha
confirmado: Nazarbiev
present
en
las elecciones
de
la primavera
de
1994 una
lista presidencial bloqueada para
confirmar su poder. i
alternativa
parlamentaria
ni alternativa islmica: sta es la situacin
en
Turkmenistn.
All
rige
el
culto
al
presidente
(reelegido en diciembre de 1994),
el poder
est
repartido, como antes, entre
los
clanes
de las
dos
pri nci pa les
con federaciones
tri ba les tu rk menas y,
como
en la poca sovitica,
existe
un islam oficial
subordinado
al
poder
del
presidente.
La s
bases
eco
nmi
c a s d i
plom
t ic a s d e
la independen
cia
El
cambio polt ico
incierto y lento
que
hemos
encontrado en todas las repblicas
reposa
en general sobre una
economa
en
crisis
en la
que la
defensa conservadora de los intereses
constituidos convive con
la
bsqueda cauta de
nuevas vas
de desarro l lo .
La cr is is se ha
agravado
desde el
desmembramiento de la URSS:
el retroceso
del producto
material
neto de ] 992
presenta porcentajes comprendidos entre
el 13%
de
Uzbekistn
y
el
3
de
Tadzhikistn
(United
Nations, 1994).
Y
no ha
habido recuperacin.
Hasta
1991, Asia Central
y Kazajstn haban
sido parte
de
una nica economa gobernada
desde el centro, que enviaba principalmente a
Rusia
sus
mater ias pr imas,
la energa y los
productos agrcolas, y
que con los
excedentes
cubra
l
as
necesidades
locales. La ruptura de
la
URSS,
segn f ronteras ter r i to r ia les
no
reconocidas por la economa, tuvo efectos
desastrosos para estas repb
licas: la
clausura de
los
canales de inversin y
de las
subvenciones
procedentes
de
las
regiones ricas
de
la
URSS
agrav
la
s i tuac in. Las repbl icas
se
encontraron
con un comercio exterior propio
con
el
hecho de
tener que
comerciar
progre
sivamente con
divisas;
deban buscar
socios,
adap ta r
al mximo
las exportac iones a
la
demanda
modif icada , atraer
invers iones
externas.
La adaptacin a
las
nuevas
condiciones
del
mercado impona la necesidad de realizar
cambios profundos
en
el sistema econmico
interno:
se
t ra taba en realidad de af rontar
reformas hacia el mercado y la privatizacin,
que
en
la
poca so
vitica
haban sido siempre
489
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7/24/2019 Kazajstan en Asia
6/7
G R NDES T EM S EL E SP C O P OSTSOVIl O
aplazadas. Sin
embargo,
la razn
de
los apla-
zamienros
del pasado no naca slo de la
inercia
del si s tema,
sino
sobre
todo
del
hecho que
la
reforma tena motivaciones ms
evidentes
en las
zonas
industriales
de
la
parte
europea
de
la
URSS
donde haba escasez de materias primas
y
de trabajo, que en
las
zonas
asi ticas atrasadas,
faltas de
capi tales
y sobradas de fuerza de
trabajo. Las
repblicas
del sur, naturalmente
ms
conservadoras,
se encontraron tambin
ante
la
necesidad de cambiar.
La
cada
de
produccin
ms grave, a parte
del Tadzhik is tn
en guerra ,
se regist r
en
Kazajstn
y Kirguizistn, es
decir,
en las
rep-
blicas
que adoptaron los procedimientos
de
reforma
econmica ms incisivos,
entre
ellos, la
l iberal izacin
de
precios,
que
supuso
una
inf lacin
de
magni tud similar
a la rusa.
Uzbekistn
y Turkmenistn optaron en
cambio
por
un
enfoque mucho cauto de
la
reforma,
pagando costes
ms bajos en lo inmediaro pero
dejando
los problemas sin
resolver.
La
cautela
consisti en limitar
al
mximo
la
privatizacin,
mantener formas enrgicas
de
control
estatal
sobre
las
empresas privati-
Rusia
ha
transformado
Tadz
hikistn
en
un
protectorado
propio y
se ha
asociado
con
Uzbekistn en
ta es
funciones
zadas,
excluir de hecho
la
venta
de
la tierra estatal y
de
los
koljoz
Adems,
en e l
caso
de venta de bienes
estatales,
stos
no
eran
rea lmente
puestos en el
mercado,
si no
ofrecidos a un solo postor
sin
competencia. De esta
forma,
los
clanes
del E
ta-
do
permanecieron
firmes en
el
poder
y se enriquecieron con
la propiedad
privada, mientras
el
campo qued en
poder
de los notables
locales,
que eran l
os directores
de
lo
s
koljoz
(Zlotowski,
1994).
Las dificultades
econmicas
y e l
reconocimiento
de
que
no
podan
ser
resueltas
a
corro plazo, han
empujado a
rodas
l
as
repblicas
a desarrollar
una
poltica muy
act iva en la
edif icacin
de
sus
relaciones
internacionales. Estas razones y otras de carcter
cultural y
poltico han convertido rpidamente
a
Turqua en in te r locutor privi legiado. Hoy
operan
en Asia
Central
cerca
de
3.000 empresas
turcas,
l legan
cont inuamente delegaciones
comerciales, asistencia financiera,
peridicos y
libros de texto, t ransmisiones televisivas va
satli te etc. El
primer
acuerdo para un
mercado
comn
turco
se
firm
ya
en
1992
49
enrre las
cuatro
repblicas
turcfonas
del
Asia
Central,
Azerbaidzhn y Turqua. En
octubre de
1
994,
l
os
representantes de
las
repblicas se
renen
nuevamente en
Estambul
para
pro-
fundizar
en la
cooperacin
y
entre otras
cosas,
discu t i r de
proyectos
comunes para la
construccin
de
oleoducros y gaseoducto,
que
enlacen
l
os
yacimientos de Kazajstn,
Azer
-
baidzhn
y
Turkmenis t n hacia el Medi-
terrneo, cruzando Turqua.
Unos
proyectos
que, obviamente ,
no agradan a Rusia, que
prefiere que
e l petrleo egue a l mar Negro a
travs de
su terrirorio; pero el oleoducto rIISO
pa
a
por Grozny, que hoy
est en
guerra.
Se configura una
corriente de
intercambios
que
recorre
la vieja va
de
la seda y que ega a
China.
Sobre
todo Kazajstn,
pero
tambin
Kirguizistn, han descubierto en realidad un
socio
econmico importante en
China, con
quien
comparten una
l
arga frontera,
impracticable en
los tiempos soviticos. Inclu so Occidente est
presente en e l mercado kazajo. En Kazajstn,
Estados Unidos se muestra part icularmente
activo: las
grandes
compalias petroleras firman
contraros para
la
extraccin
y
compra
del
crudo;
el
Estado norteamericano trata directamente
la
compra
del
uranio
enriquecido
de
las
centrales
de
misiles
dejadas por
la URSS en esta
repblica.
Kirguizistn
ha
recibido
importantes
crdiros
del
Fondo
Mone ta r io
Int ernac
i
onal ,
que ha
mantenido la moneda
nacional
kirguiza
sa lvndola de
una
devaluacin que pareca
inevitable. Todas
las
repblicas, excepto
Tadzhikistn
en
guerra,
han atrado
inversiones
exter iores y
firmado
contra ros comerciales con
varios pases
europeos,
con los Emiraros
rabes,
Indi a, Corea del Sur, Japn
y
otros .
El
desarrollo
de
las
relaciones
econmicas
con
e l
exter
i
or
ha
permitido
a la s
repblicas reducir
su
dependencia respecto a Rusia, la cual
ha
tenido
que
renunciar
a
toda
pretensin monopolista
sobre
los
bienes de Asia Central y convenirse en
un
socio comercia
l en
igualdad de condiciones
que
los
dems.
La
intervencin de
empre,arios
extranjeros no s lo ha cubierto los espacios
li b erados
por Rusia, sino que ha
resul tado
ind ispensable para salvar
las economa&
centroas i t icas de
un abso
lut o
naufrag io .
Crditos, inversiones y acuerdos comercia
les
con
e l exterior no son sin embargo suficientes
para
superar
rpidamente
la
crisis
ni
para asegurar
la
estabilidad
poltica y socia
l
indispensables
para
dar
credibilidad
a
los
mercados
de estos pases.
-
7/24/2019 Kazajstan en Asia
7/7
La
presencia rusa no
se
plantea como
a lt
ernativa
estos intereses, si n o
ms
bien como comple
mento. Ru sia
ha
transformado Tadzhikistn en
un protectorado propio
y
s
ha
asoc
i
ado con
Uzbekistn
en
tales funciones; apoya
a l
os
Gobiernos
conservadores y
autoritarios,
obte
niendo
a
cambio
garantas respecto a la tutela
de
las
minoras
rusas;
impone
a Kazajstn la ent rega
de l
os
misiles nucleares (c o n s id
erados
a
hor
a
como riqueza, ya no como armamento); eJe rce
todava de principal
comprador
de varios bienes
coloniales,
entre ellos el algodn.
Por
lo
tanto,
Rusia
tiene an intereses econ
mic
os,
polticos y
militares que
defender
en la regin: la si tuaci n
todava
ind
ef
inid
a
de
Asia Ce nrral se
clarificar
solamente cuando
se vea
mejor
si
el gran vecino
es
un
imperio que contina disgregndose
o s i,
por el
contrario, s una potencia con una eco
no
m
a en
recuperacin.
Asia Centra l y
Kazajstn no tienen
todava
ni mercado, ni democracia, ni nuevas clases
dirigentes,
ni
autonoma real respecto
a
Rusia.
Existe un capitalismo
desptico con notables
ricos
y
cliente
las.
El balance de
l
os
tres
primeros
allOS
de independencia
muestra
una sociedad que
cambia lenramente y que absorbe slo el
ruque
de capitalismo que le
conviene.
A
r A e WRAL KAlAJSTAN T
RES A
OS
D
EPus
Notas
l .
El
censo de 1989 indica que en Kazajstn s lo el
0,9
de los
rusos conoca
la l
engua nacional
de la
repLlblica; en
Kirguizistn, el
1,2 ; en
Turkmen
istn el 2,5
; en
Tadzhikistn el
3,5
; en Uzbe-
kistn
el
4,6
(ver los
datos
del
censo
publicados
en
Ve
stnik
Statistiki durante
1
990
y 199 1
.
2. Me ref iero a
los
actos
violentos contra
minoras
ocurridos
en Dushanb (Tadzhikistn
),
en ovyi Uzen
(Kazajstn),
en Fergan
(
Uzbe
kistn)
y en
Osh (Kirgu
i
zistn).
3.
Para las posiciones
del
Partido del Renaci
miento Islmico, vase Ekspress Jronika .16, 1994.
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