kant - crítica del juicio - 1991. trad. manuel garcía morente_#43_#50_ocr1

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    276 MANUEL KANT

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    Del arte en general

    1? Artese distingue de naturaleza,como hacer (facere)de obrar o pro-ducir en general (agere),y el pro-ducto o consecuencia del primero,como obra (opus), de la segunda,como efecto (effectus).

    Segn derecho, debiera llamarsearte slo a la produccin por mediode la libertad, es decir, medianteuna voluntad que pone razn a labase de su actividad, pues aunque se

    gusta de llamar al producto de lasabejas (los panales construidos conregularidad) obra de arte, ocurreesto slo por analoga con este lti-mo; pero tan pronto como se ad

    uiere la conviccin de que no funan aqullas su trabajo en una re-

    flexin propia de la razn, se diceen seguida que es un producto de su

    naturaleza (del instinto), y slo asu creador se le atribuye como arte.

    Cuando, al registrar un pantano,como suele ocurrir, se encuentra unpedazo de madera tallada, no se dice

    que sea un producto de la naturale-za, sino del arte; su causa producto-ra ha pensado un fin al cual debe suforma. Se ve adems un arte en todoaquello que est constituido de talsuerte que, en su causa, una repre-sentacin de ello ha debido precedera su realidad (como en las abejasmismas), sin que, empero, el efectopueda precisamente ser pensadoporella; pero cuando se llama algo enabsoluto obra de arte, para distin-guirlo de un efecto de la naturaleza,entonces se entiende, en todo caso,por ello una obra de los hombres.

    2? Arte, como habilidad del hom-bre, distnguese tambin de ciencia(poder, de saber), como facultadprctica de facultad terica, comotcnica de teora (como la agrimen-

    sura de la geometra); y entonces,lo que se puedehacer, en cuanto slose sabequ es lo que se debe hacery as slo se conoce suficientementeel efecto deseado, no se llama preci-samente arte. Cuando, a pesar deconocer algo lo ms completamenteposible, no por eso se tiene en segui-da la habilidad de hacerlo, entonces,y en tanto que ello es as, perteneceeso al arte. Camper describe muyexactamente cmo se debe hacer elmejor zapato; pero seguramente nopoda hacer uno solo.18

    3? Tambin se distingue artedeoficio: el primero llmase, libre; elsegundo puede tambin llamarsearte mercenario. Consideran el pri-mero como si no pudiera alcanzar

    13 En mi regin dice el hombre vul-gar, cuando se le propone un proble-ma, algo as como el del huevo ,deColn; Eso no es un arte, es slo unaciencia. Quiere decir que, cuando sesabe, se puede, y eso mismo dice, detodas las pretendidas artes del presti-digitador. Las del bailarn en la cuer-da, en cambio, no dudar nunca enllamarlas artes.

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    su finalidad (realizarse), ms quecomo juego, es decir, como ocupa-cin que es en s misma agradable,y al segundo considrasele de talmodo que, como trabajo, es decir,

    ocupacin que en s misma es des-agradable (fatigosa) y que slo esatractiva por su efecto (v. gr., la ga-nancia), puede ser impuesta por lafuerza. Si en la lista jerrquica delas corporaciones, los relojeros de-ben contarse como artistas, y, encambio, los herreros como artesanos,necesita eso de otro punto de vistapara ser juzgado que el que aqu to-

    mamos, a saber: la proporcin delos talentos que deban estar a labase de una u otra de esas ocupa-ciones. Que entre las llamadas sieteartes libres puedan haberse enume-rado algunas que hay que contar en-tre las ciencias y otras tambin qudhay que comparar con oficios, escosa de que aqu no voy a hablar;pero que, sin embargo, en todas las

    artes libres es necesario algo quehaga violencias, o, segn se dice, unmecanismo, sin el cual, el espritu,que debe ser libre en el arte y ani-mar l solo la obra, no tendra cuer-po alguno y se volatilizara, no esmalo recordarlo (v. gr., en la poe-sa, la correccin del lenguaje y suriqueza, asi como la prosodia y me-dida de las slabas), ya que algunosnuevos educadores creen excitar lomejor posible un arte libre quitan-do de l toda sujecin, y convirtin-dolo, de trabajo, en un mero juego.

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    Del arte bello

    No hay ni una ciencia de lo be-llo, sino una crtica, ni una cienciabella, sino slo arte bella, pues enlo que se refiere a la primera, debe-ra determinarse cientficamente, esdecir, con bases de demostracin, sihay que tener algo por bello o no;el juicio sobre belleza, si pertenecie-se a la ciencia, no sera juicio algu-

    no de gusto. En lo que al segundotoca, una ciencia que deba, cornotal, ser bella es un absurdo, puescuando se le fuera a pedir, comociencia, fundamentos y pruebas, severa uno despedido con ingeniosassentencias (bons mots). Lo que haocasionado la expresin corriente debellas ciencias no. es, sin duda alfa-na, otra cosa que el haberse notadocon gran exactitud que para el artebello, en toda su perfeccin, se re-quiere mucha ciencia, como, verbi-gracia, conocimiento de las lengi asantiguas, estar versado en la lectura

    de los autores que pasan por clsi-cos, historia, conocimiento de las an-tigedades, etc., y, por tanto, esasciencias histricas, ya que constru-yen la preparacin necesaria y labase para el arte bello, y, en partetambin, porque entre ellas se co~nprendp tambin el conocimiento delos productos del arte bello (elo-cuencia, poesa) han sido llamadas

    ellas mismas ciencias bellas, por unaimitacin de palabras.

    Cuando el arte, adecuado al cotw-cimiento de un objeto posible, eje-cuta los actos que se exigen parahacerlo real, es mecnico; pero sitiene como intencin inmediata elsentimiento del placer, llmase arteesttico. Este es: o arte agradable,o bello. Es el primero cuando el ines que el placer acompae las re-presentaciones como meras sensacio-nes; es el segundo cuando el fin esque el placer acompae las repre-sentaciones como modos de conoci-miento.

    Artes agradables son las que slotienen pqr fin el goce: entre ellasse comprenden todos los encantos

    que pueden regocijar la sociedad entorno a una mesa: contar entreteni-damente, sumir la compaa en unalibre y viva conversacin, disponer-la, por medio de la broma y la risa,en un cierto tono de jocosidad, don-de se puede, segn el dicho, charlara troche y moche, y nadie quiere serresponsable de lo que dice, porquese preocupa tan slo del actual paca

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    tiempo, y no de una materia dura-dera para la reflexin y la repeticin(aqu hay que referir tambin la ma-nera como la mesa est arregladapara el goce, o tambin, en grandesbanquetes, la msica que lo acom-

    paa, cosa maravillosa que, comoun raido agradable, entretiene la dis-posicin de los espritus en la ale-gra, y que, sin que nadie ponga lamenor atencin a su composicin,favorece la libre conversacin de unvecino con el otro). Tambin aquestn en su sitio todos los juegos queno tienen en s ms inters que ha-cer pasar el tiempo sin que se note.

    Arte bello, en cambio, es un modode representacin que por s mismoes conforme a fin, y, aunque sin fin,fomenta, sin embargo, la cultura delas facultades del espritu para la comunicacin social.

    La universal comunicabilidad deun placer lleva ya consigo, en suconcepto, la condicin de que no

    debe ser un placer del goce nacidode la mera sensacin, sino de la re-flexin, y as, el arte esttico, comoarte bello, es de tal ndole, que tie-ne por medida el Juicio reflexionan-te y no la sensacin de. los sentidos.

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    El arte bello es arte en cuanto, al

    mismo tiempo, parece ser naturaleza

    En un producto del arte bello hayaue tomar consciencia de que es artey no naturaleza; sin embargo, la fi-nalidad en la forma del mismo debeparecer tan libre de toda violenciade reglas caprichosas como si fueraun producto de la mera naturaleza.En ese sentimiento de la libertad en

    el juego de nuestras facultades deconocer, que al mismo tiempo debeser, sin embargo, conforme a fin,descansa aquel placer que slo esuniversalmente comunicable, sin fun-darse, sin embargo, en conceptos. Lanaturaleza era bella cuando al mis-mo tiempo pareca ser arte, y el arteno puede llamarse bello ms que

    cuando, teniendo nosotros conscien-cia de que es arte, sin embargo pa-rece naturaleza.

    Pues podemos universalmente de-cir, refirase esto a la belleza natu-ral o a la del arte, que bello es loque place en el mero juicio (no enla sensacin de los sentidos, ni me-diante un concepto). Ahora bien: elarte tiene siempre una determinadaintencin de producir algo; pero siello fuera una mera sensacin (algomeramente subjetivo), que debieraser acompaada de placer, entoncesesc producto no placera en el juicio

    ms que por medio del sentimientosensible. Si la intencin, en cambio,fuera dirigida a la produccin de undeterminado objeto, este objeto, sies conseguido por el arte, no podraplacer ms. que por medio de con-ceptos. En ambos casos, empero, elarte no placera en el mero juicio,es decir no placera como bello, sinocomo arte mecnico.

    As, pues, la finalidad en el pro-ducto del* arte bello, aunque es in-tencionada, no debe parecer inten-cionada, es decir, el arte bello debeser considerado como naturaleza,por ms que se tenga conscienciade que es arte. Como naturalezaaparece un producto del arte, contal de que se haya alcanzado toda

    precisin en la aplicacin de las re-

    gas, segn las cuales slo el pro-ducto puede llegar a ser lo que debeser, pero, sin esfuerzo , sin que laforma de la escuela se transparen-te,14 sin mostrar una seal de quelas reglas las ha tenido el artistaante sus ojos y han puesto cadenasa sus facultades del espritu.

    Arte bello es arte del genio

    Genio es el talento (dote natural)que da la regla al arte. Como el ta

    Sin que la forma de la escuelase transparente, aadido de la 2 y3 edicin. (N. del T )

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    lento mismo, en cuanto es una fa-cultad innata productora del artista,pertenece a la naturaleza, podramosexpresarnos as: genio es la capacidad espiritual innata (ingeniutn)mediante a cual la naturaleza da laregla al arte.

    Sea de esta definicin lo qe quiera, considresela como arbitraria oacomdese al concepto que se tienecostumbre de unir con la palabra

    genio (lo cual se explicar en losprrafos siguientes), pudese, desdeluego, demostrar ya que, segn lasignificacin aqu aceptada de la

    palabra, las bellas artes deben nece-sariamente ser consideradas comoartes del genio.

    Pues cada arte presupone reglasmediante cuya fundamentacin tanslo puede un producto, si ha de lla-marse producto de arte, representar-se como posible. Pero, el conceptodel arte bello no permite que el jui-cio sobre la belleza de su producto

    sea deducido de regla alguna quetenga un concepto como base de de-terminacin, que ponga, por lo tan-to, a su base un concepto del modocomo el producto sea posible. As,pues, el arte bello no puede inven-tarse a s mismo la regla segn lacual debe efectuar su producto. Perocomo sin regla anterior no puede un

    producto nunca llamarse arte, debela naturaleza dar la recia al arte enel sujeto (y mediante la disposicinde la facultad del mismo), es decir,que el arte bello slo es posiblecomo producto del genio.

    De aqu se ve: 1? Que el genioes un talento de producir aquellopara lo cual no puede darse regladeterminada alguna, y no una capa-

    cidad de habilidad, para lo que pue-de aprenderse segn alguna regla:por consiguiente, que originalidaddebe ser su primera cualidad; 2?Que, dado que puede tambin ha-ber un absurdo original, sus produc-tos deben ser al mismo tiempo mo-delos, es decir, ejemplares; por lotanto, no nacidos ellos mismos de

    la imitacin, debiendo, sin embar-go, servir a la de otros, es decir, demedida o regla del juicio; 3? Que elgenio no puede l mismo descubriro indicar cientficamente cmo rea-liza sus productos, sino aue da la

    regla de ello como naturaleza, y deaqu que el creador de un productoque debe a su propio genio no sepal mismo como en l las ideas seencuentran para ello, ni tenga poderpara encontrarlas cuando quiere, osegn .un plan, ni comunicarlas aotros, en forma de preceptos que lospongan en estado de crear igualesproductos (por eso, probablemente,se hace venir genio de genius, esp-ritu peculiar dado a un hombre des-de su nacimiento, y que le protegey dirige, y de cuya presencia proce-deran esas ideas originales); 4? Quela naturaleza, mediante el genio, pre-senta, la regla, no a la ciencia, sinoal arte, y aun esto, slo en cuantoste ha de ser arte bello.

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    Aclaracin y confirmacin de laanterior definicin del genio

    Todo el mundo est de acuerdo enque hay que oponer totalmente el ge-

    nio l espritu de imitacin. Ahorabien: como aprender no es ms queimitar, la disposicin y aptitud paraaprender (capacidad) la ms altano puede, como tal aptitud, valerpor genio. Pero cuando uno mismo,sin limitarse a recoger lo que otroshan hecho, piensa o imagina e in-venta incluso varias cosas en el artey la ciencia, no por eso, sin embar-

    go, hay motivo suficiente para dar asemejante cabeza (a veces, fuerte)el nombre de genio, en oposicincon el hombre que, por no podernunca hacer nada ms que aprendere imitar, es motejado de loro,18 por

    15 En alemn dice pincel. Esta ex-presin familiar se opone a la de cabe

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    que aquello hubiera podido seraprendido, y est, pues, en el cami-no natural de la investigacin y dela reflexin, segn reglas, y no sedistingue especficamente de lo quecon laboriosidad, y mediante la imi-tacin, puede ser adquirido. As,puede aprenderse todo lo que New*ton ha expuesto en su obra inmortalde los Principios de la filosofa dela naturaleza, por muy grande quefuera la cabeza requerida para en-contrarlos; pero no se puede apren-der a hacer poesas con ingenio, pormuy detallados que sean todos los

    preceptos de la potica y excelenteslos modelos de la misma. La causaes que Newton podra presentar, noslo a s mismo, sino a cualquierotro, en forma intuible y determina-da en su sucesin, todos los pasosque tuvo que dar desde los primeroselementos de la geometra hasta losmayores y ms profundos descubri-mientos; pero ni un Homero ni un

    Wieland puede mostrar cmo se en-cuentran y surgen en su cabeza susideas, ricas en fantasa, y al mismotiempo llenas de pensamiento, por-que l mismo no lo sabe, y, por tan-to, no lo puede ensear a ningnotro. En lo cientfico, pues, el msgran inventor no se diferencia dellaborioso imitador y del estudiantems que en el grado, y, en cambio,se diferencia especficamente del queha recibido por la naturaleza dotespara el arte bello. No por eso, sinembargo, hay aqu menosprecio al-guno hacia esos grandes hombres aquienes la especie humana tiene tan-to que agradecer, frente a los favo-recidos de la naturaleza, en conside-racin de su talento para el arte, be-

    llo. Precisamente en que aquel ta-

    za. Una cabeza es un hombre que, sinser por eso genio, tiene, sin embargo,capacidad suficiente para producir algodigno de aprecio. Un pincel (hemostraducido loro) es un nombre dondeno hay ms que la facultad mecnicade repetir lo dicho o hecho por otros.(N. del T.)

    lento est hecho para una perfeccinsiempre creciente y mayor del cono-cimiento y de la utilidad que de lsale, y para la enseanza de esos co-nocimientos a los dems, en eso con-siste su gran superioridad sobre losque merecen el honor de ser llama-dos genios, porque para stos hay unmomento en que el arte se detieneal recibir un lmite por encima delcual no se puede pasar, lmite quizdesde hace tiempo ya alcanzado yque no puede ser ensanchado; ade-ms, una habilidad semejante nopuede comunicarse, sino que ha de

    ser concedida por la mano de la na-turaleza inmediatamente a cada cual,muriendo, pues, con l, hasta que lanaturaleza, otra vez, dote de nuevo,de igual modo, a otro que no nece-sita ms que un ejemplo para hacerque su talento, de que tiene cons-ciencia, produzca de la misma ma-nera.

    Puesto que el dote natural debe

    dar la regla al arte (como arte be-llo), de qu clase es, pues, esa re-gla? No puede recogerse en unafrmula y servir de precepto, puesentonces el juicio sobre lo bello se-ra determinable segn conceptos;sino que la regla debe abstraerse delhecho, es decir, del producto en elque otros pueden probar su propio

    talento, sirvindose de l como mo-delo, no para copiarlo, sino para seguirlo. Es difcil explicar cmo estosea posible. Las ideas del artista des-piertan ideas semejantes en su dis-cpulo, cuando la naturaleza lo haprovisto de una proporcin seme-jante de las facultades del espritu.Los modelos del arte bello son, portanto, los nicos medios de conauc

    cin para traer el arte a la posteri-dad, cosa que no podra ocurrir pormedio de meras descripciones (prin-cipalmente en la rama de las artesde la oratoria), y aun, en stas, slolas que estn en lenguas viejas,muertas y conservadas hoy slocomo sabias, pueden llegar a ser cl-sicas.

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    Aunque se distinguen mucho unode otro el arte mecnico y el artebello, el primero como mero arte dela laboriosidad y del aprendizaje, yel segundo, del genio, no hay, sinembargo, arte bello alguno en el queno haya algo mecnico, que puedaser comprendido y ejecutado segnreglas, algo que se pueda aprendercomo condicin constituyente esen-cial del arte, pues algo debe ser allpensado como fin, que si no, no sepodra llamar arte a su producto, yseria un mero producto de la casua-lidad; pero para dirigir un fin en la

    obra, se exigen determinadas reglasde que no se puede nadie librar.Ahora bien: como la originalidaddel talento constituye una parte esen-cial (pero no la nica) del carc-ter del genio, creen espritus, super-ficiales que, para mostrar' que songenios nacientes, n pueden hacernada mejor que desasirse de toda laviolencia de escuela de las reglas,creyendo que se va ms gallardo enun caballo salvaje que en uno deescuela. El genio puede slo propor-cionar, para los productos del artebello, un rico material, para cuyotrabajo posterior y para cuya formase exige un talento formado en laescuela, a fin de hacer de l un usoque pueda fortificarse ante el Juicio.

    Pero cuando alguien habla y decidecomo un genio en cosas de la msminuciosa investigacin de la razn,resulta totalmente ridculo; no sesabe bien si debe uno rerse ms delcharlatn que esparce en su derre-dor tanto humo que incapacita para

    juzgar nada claro, pero por eso mis-mo da ms campo a la imaginacin,o del pblico que se figura ingenua-mente que su incapacidad de cogery conocer claramente esa obra maes-tra de la penetracin, proviene deque se le ofrecen nuevas verdades engrandes masas, estimando, en cam-bio, el trabajo detallado (en expli-caciones adecuadas y examen orde-nado de los principios) como cha-pucera.

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    De la relacin del geniocon el gusto

    Para el juicio de objetos belloscomo tales se exige gusto; pero parael arte bello, es decir, para la creacin de tales objetos, se exige genio.

    Cuando se considera el geniocomo talento para el arte bello (quees la significacin caracterstica dela palabra), y se le quiere analizar,bajo ese punto de vista, en las facul-

    tades que deben venir juntas a cons-tituir semejante talento, es necesario,previamnte, determinar exactamen-te la diferencia entre la belleza dela naturaleza, cuyo juicio slo exigegusto, y la belleza artstica, cuyaposibilidad (que hay que tomar tam-bin en consideracin en el juicio deun objeto semejante) exige genio.

    Una belleza de la naturaleza es

    una cosa bella; la belleza artsticaes una bella representacin de unacosa.

    Para juzgar una belleza de la na-turaleza como tal no4necesito tenercon anterioridad un concepto de laclase de cosa que el objeto deba ser,es decir, no necesito conocer la fi-nalidad material (el fin), sino quela mera forma, sin conocimiento delfin, place por s misma en el juicio.Pero cuando el objeto es dado cornoun producto del arte, y como taldebe ser declarado bello, debe enton-ces, ante todo, ponerse a su base unconcepto de lo que deba ser la cosa,porque el arte siempre presuponeun fin en la causa (y en su causali-dad) y como la concordancia iru

    tua de lo diverso en una cosa, conuna determinacin interior de elacomo fin, es la perfeccin de la cosa,deber tenerse en cuenta en el jui-cio de la belleza artstica tambinla perfeccin de la cosa, la cual 10es cuestin en el juicio de una be-lleza natural (como ta l) . Es ciertoque, principalmente en el juicio delos objetos animados de la natura-

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    leza, v. gr., del hombre o de un ca-ballo, se toma en consideracin ge-neralmente la finalidad objetiva,para juzgar de la belleza de los mis-mos; pero entonces el juicio no esya un Juicio puro esttico, es decir,un juicio de gusto; la naturaleza noes ya juzgada como con aparienciade arte, sino en cuanto realmentees un arte (aunque arte superhumano), y el juicio teleolgico sirvede fundamento y de condicin al es-ttico, teniendo ste que tomar aqulen consideracin. En tal caso, v. gr.,cuando se dice: Esa es una mujer

    bella, no se piensa, en realidad, otracosa sino que la naturaleza repre-senta bellamente en su figura los fi-nes en el edificio femenino, puesadems de la mera forma, hay quemirar ms all a un concepto, paraque el objeto, de ese modo, sea pen-sado por medio de un juicio estti-co lgicamente condicionado.

    El arte bello muestra precisamen-

    te su excelencia en que describecomo bellas cosas que en la natura-leza seran feas o desagradables. Lasfurias, enfermedades, devastacionesde la guerra, etc., pueden ser descri-tas como males muy bellamente, yhasta representadas en cuadros; slouna clase de fealdad no puede serrepresentada conforme a la naturale-za sin echar por tierra toda satisfac-

    cin esttica, por lo tanto, toda be-lleza artstica, y es, a saber, la quedespierta asco, pues como en esaextraa sensacin, que descansa enuna pura figuracin fantstica, elobjeto es representado como si, pordecirlo as, nos apremiara para gus-tarlo, oponindonos nosotros a ellocon violencia, la representacin delobjeto por el arte no se distingue ya,en nuestra sensacin de la naturale-za, de ese objeto mismo, y entoncesno puede ya ser tenida por bella. Laestatuaria, como en sus productos seconfunden casi el arte y la natura-leza, ha excluido de sus creacionesla representacin inmediata de ob-

    jetos feos, y por eso permite repre-sentar, v. gr., la muerte (en un n-

    gel bello), el espritu de la guerra(en Marte), mediante una alegorao atributo que producen un efectoagradable, por tanto, indirectamen-te tan slo, y mediante una inter-pretacin de la razn, no como me*os juicios estticos.

    Con esto basta para la bella repre-sentacin de un objeto que propia-mente no es ms que la forma de laexposicin de un concepto mediantela cual ste es universalmente comu-nicado. Pero dar esa forma al pro-ducto del arte bello exige slo gus-to; a ste, ejercitado y rectificado

    previamente con ejemplos diversosdel arte o de la naturaleza, refiereel artista su obra, y, tras varios y aveces laboriosos ensayos para con-tentarlo, encuentra la forma que lesatisface: de aqu que sta no seacosa de la inspiracin o de un es-fuerzo libre de las facultades del es-pritu, sino un retoque lento y mi-nucioso para hacerla adecuada al

    pensamiento, y, sin embargo, no per-judicar a la libertad en el juego delas facultades.

    Pero el gusto es una facultad deljuicio y no productiva, y lo que estconforme con l no por eso es pre^cisamente una obra del arte bello;puede ser un producto que pertenez-ca al arte til y mecnico, o hasta ala ciencia, segn determinadas reglas

    que pueden ser aprendidas y exacta-mente seguidas. La forma placente-ra, empero, que se da al producto esslo el vehculo de la comunicaciny una manera, por decirlo as, depresentacin, en cuya consideracinse permanece, en cierto modo, libre,aunque, por lo dems, est unidocon un fin determinado. As se de-sea que el servicio de mesa o unaconferencia moral, incluso un ser-mn, tenga en s esa forma del artebella, sin que, sin embargo, parezcabuscada, pero no por eso se llamarobra de las bellas artes; en cambio,una poesa, una msica, una gale-ra de cuadros, si pueden contarseentre ellas, y as puede percibirse,en una obra que debe ser obra del

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    arte bella, a menudo genio sin gus-to; en otra, gusto sin geiio.

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    De las facultades del espritu queconstituyen el genio

    De ciertos productos de los cualese espera que deban, en parte al me-nos, mostrarse como arte bello, dcese que no tienen espritu,16 aunqueen ellos, en lo que al gusto se refie-re, no haya nada que vituperar. Una

    poesa puede estar muy bien y sermuy elegante, pero sin espritu. Unahistoria es exacta y est ordenada,pero sin espritu. Un discurso solem-ne es profundo y a la vez delicado,pero sin espritu. Algunas conversa-ciones son entretenidas, pero sin. es-pritu. De una muchacha incluso sedice: Es bonita, habla bien, es ama-ble, pero sin espritu. Qu es,

    pues, lo que aqu se entiende por es-pritu?Espritu, en significacin esttica,

    se dice del principio vivificante enel alma; pero aquello por medio delo cual ese principio vivifica el alma,la materia que aplica a ello, es loque pone las facultades del espritucon finalidad en movimiento, es de-cir, en un fuego tal que se conserva

    a s mismo y fortalece las facultadespara l.

    Ahora bien: afirmo que ese prin-cipio no es otra cosa que la facul-tad de la exposicin de ideas estticas, entendiendo por idea esttica larepresentacin de la imaginacin queprovoca a pensar mucho, sin que, sinembargo, pueda serle adecuado pen-samiento alguno, es decir, conceptoalguno, y que, por lo tanto, ningnlenguaje expresa del todo ni puedehacer comprensible. Fcilmente seve que esto es lo que corresponde

    30 Dice el texto alemn Geist.Kant se cuida, por lo dems, de darms abajo una explicacin del sentidoen que se debe tomar aqu esa palabra.(N. del T.)

    (el pendani) a una idea de la razn,que es, al contrario, un concepto alcual ninguna intuicin (representa-cin de la imaginacin) puede seradecuada.

    La imaginacin (como facultad deconocer productiva) es muy pode-rosa en la creacin, por decirlo as,de otra naturaleza, sacada de la ma-teria que la verdadera le da. Nos en-tretenemos con ella cuando la expe-riencia se nos hace demasiado banal;transformamos esta ltima, ciertoque por medio siempre de leyes ana-lgicas., pero tambin segn princi-

    pios que estn ms arriba, en la ra-zn (y que son para nosotros tannaturales como aquellos otros se-gn los cuales el entendimientoaprehende la naturaleza emprica).Aqu sentimos nuestra libertad fren-te a la ley de asociacin (que vaunida al uso emprico de aquellafacultad), de tal modo que, si bienpor ella la naturaleza nos presta ma-

    teria, nosotros la arreglamos paraotra cosa, a saber: para algo distin-to que supere a la naturaleza.

    Semejantes representaciones de laimaginacin pueden llamarse ideas,de un lado, porque tienden, al me-nos, a algo que est por' encima delos lmites de la experiencia, y astratan de acercarse a una exposicinde los conceptos de la razn (ideas

    intelectuales), lo cual les da la apa-riencia de una realidad objetiva; eleotro lado, y principalmente, porqueningn concepto puede ser adecua-do a ellas como intuiciones internas.El poeta se atreve a sensibilizarideas de la razn de seres invisibles:el reino de los bienaventurados, elinfierno, la eternidad, la creacin,e t c . . . Tambin aquello que cierta-mente encuentra ejemplos en la ex-periencia, v. gr., la muerte, Ja envi-dia y todos los vicios, y tambin elamor, la gloria, etc., se atreve a ha-cerlo sensible en una totalidad deque no hay ejemplo en la natura-leza, por encima de las barreras dela experiencia, mediante una imagi-nacin, que quiere igualar el juego

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    de la razn en la persecucin de unmximum, y es propiamente en lapoesa en donde se puede mostrar entoda su medida la facultad de lasideas estticas. Pero esa facultad,considerada por s sola, no es pro-piamente ms que un talento (de laimaginacin).

    Ahora bien: cuando bajo un con-cepto se pone una representacin dela imaginacin que pertenece a laexposicin de aquel concepto, peroque por s misma ocasiona tantopensamiento que no se deja nuncarecoger en un determinado concep-

    to, y, por tanto, extiende esttica-mente el concepto mismo de unmodo ilimitado, entonces la imagi-nacin, en esto, es creadora y poneen movimiento la facultad de ideasintelectuales para pensar, en ocasinde una representacin (cosa quepertenece ciertamente al conceptodel objeto), ms de lo que puedeen ella ser aprehendido y aclarado.

    Las formas que no constituyen laexposicin de un concepto dado,sino slo expresan, como represen-taciones adyacentes de la imagina-cin, las consecuencias all enlaza-das y el parentesco con otras, llmanse atributos (estticos) de unobjeto cuyo concepto, como idea dela razn, no puede ser expuesto ade-cuadamente. As, el guila de Jpi-ter, con el rayo en la garra, es unatributo del poderoso rey del cieloy el pavo real lo es de la magnficareina del cielo. No representan, comolos atributos lgicos, lo que hay ennuestros conceptos de la sublimidady de la majestad de la creacin, sinootra cosa que da ocasin a la ima-ginacin para extenderse sobre una

    porcin de representaciones afinesque hacen pensar ms de lo que sepuede expresar por palabras en unconcepto determinado y dan tambinuna idea esttica que sirve de expo-sicin lgica a aquella idea de la ra-zn, propiamente para vivificar elalma, abrindole la perspectiva deun campo inmenso de representacio-nes afines. Pero el arte bello hace

    esto, no slo en la pintura o escul-tura (en donde el nombre de atri-butos se. usa corrientemente), sinoque la poesa y la elocuencia tomantambin el espritu que vivifica susobras slo de los atributos estticosde los objetos, que van al lado delos atributos lgicos y dan a la ima-ginacin un impulso, para en ellospensar, aunque en modo no desarro-llado, ms de lo que se puede reuniren un concepto, y, por tanto, en unaexpresin determinada del lenguaje.Por motivo de brevedad me debo li-mitar slo a pocos ejemplos.

    Cuando el gran rey, en una desus poesas, se expresa as: 17 Ag-tese nuestra vida sin murmullos niquejas, abandonando el mundodespus de haberlo colmado de be-neficios. As, el sol, cuando ha ter-minado su carrera diurna, extien-de an por el cielo una luz dulce ,y los ltimos rayos que lanza en elaire son sus ltimos suspiros por

    el bien del mundo, vivifica su ideade la razn de sentimientos huma-nitarios generales en el fin de suvida, por medio de un atributo quela imaginacin (en el recuerdo detodas las dulzuras de un hermosoda de verano, que nos trae al es-pritu una tarde serena) emparejacon aquella representacin, y queexcita una multitud de sensaciones

    y representaciones adyacentes paralas cuales no se encuentra expresinalguna. Por otra parte, hasta unconcepto intelectual puede inversa

    17 El gran rey es Federico de Prusia.He aqu el texto francs de los versos,traducidos por Kant:Ou, fniuons san trouble et mouron tans

    [resrets,En laisaant rUniver# combl de nos bienfait*.

    A imi 1'astre du jour, au bout de sa carrire,Rpand sur Thoiizont une douce lumire,Et les demiers rayn qu'il darde dan* les ain Sont les demiers aoupirs qu'il donne

    [1* Uni ver*.

    (Epstola al mariscal Keth: Sur lesvaines terreurs de la mort et les frayeurs durie 'autre vie. (Euvres du philosophe de Sans Souci, 1750, tomo II.)Hemos traducido, no los versos mis-mos, sino la traduccin dada por Kant.(N, del T.)

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    mente servir de atributo a una re-presentacin de loa sentidos, y asvivificar esta ltima con la idea delo suprasensible, pero solamenteusando aqu lo esttico, que va uni-do subjetivamente a la concienciade esta ltima. As, por ejemplo, dicecierto poeta, en la descripcin deuna maana hermosa: Manaba laluz del sol como la paz mana de lavirtud. La conciencia de la virtud,aunque slo por el pensamiento seponga uno en el lugar de un virtuo-so, extiende por el alma una multi-tud d sentimientos sublimes y cal-

    mantes y abre una perspectiva sinlmites sobre un futuro alegre., queninguna expresin adecuada con undeterminado concepto alcanza a ex-presar totalmente.18

    En una palabra, la idea esttica esuna representacin de la imaginacinemparejada a un concepto dado yunida con tal diversidad de repre-sentaciones parciales en el uso libre

    de lamisma, que no se puede paraella encontrar una expresin que in-dique un determinado* concepto;hace, pues, que en un concepto pen-semos muchas cosas inefables, cuyosentimiento vivifica las facultades deconocer, introduciendo espritu en ellenguaje de las simples letras.

    As, pues, las facultades del esp-ritu cuya reunin (en cierta propor-

    cin) constituye el genio son la ima-ginacin y el entendimiento. Sola-mente que como en el uso de la ima-ginacin para el conocimiento, la pri-mera est bajo la sujecin del en

    18 Quiz no se haya dicho nada mssublime o no se haya expresado unpensamiento con mayor sublimidad

    ue en aquella inscripcin del templo

    e Isis (la madre naturaleza): Yo soytodo lo que es, lo que fue y lo queser, y mi velo no lo ha alzado toda-va ningn mortal. Segnerus esa ideaen una vieta llena de sentido; puestaen la portada de su Teora de la naturalezar, para llenar antes a su discpulo,a quien estaba dispuesto a conducir aese templo, de este temblor sagradoque dispone el espritu a la atencinsolemne.

    tendimienta y sometida a la limita-cin de acomodarse a los conceptosdel mismo y como, en cambio, en loesttico es libre para, sin buscarlo,proporcionar, por encima de aque-lla concordancia con los conceptos,una materia no desarrollada y abun-dante para el entendimiento, a lacual ste/en sus conceptos, no pusoatencin, y que, sin embargo, usano tanto objetivamente para el cono-cimiento como subjetivamente p^rala vivificacin de las facultades deconocer, indirectamente, pues, tam-bin para conocimientos, resulta que

    el genio consiste propiamente en laproporcin feliz, que ninguna cien-cia puede ensear y ninguna laborio-sidad aprender, para encontrar ideasa un concepto dado, y dar, por oirparte, con la expresin mediante lacual la disposicin subjetiva del es-pritu producida, pueda ser comuni-cada a otros como acompaamientode un concepto. Este ltimo talento

    es propiamente el llamado espritu,pues para expresar lo inefable en elestado del alma, en una cierta repre-sentacin, y hacerlo umversalmentecomunicable," consista esa expresinen el lenguaje, en la pintura o en laplstica, para eso se requiere una fa-cultad de aprehender el juego, quepasa rpidamente de la imaginacin,y reunirlo en un concepto (que pre-

    cisamente por eso es original, y almismo tiempo instituye una nuevaregla que no ha podido ser deducidade principios algunos o ejemplos pre-cedentes) que se deje comunicar sinimposicin de reglas.

    Si volvemos la vista a estos anli-sis de la definicin dada ms arribade lo que se llama genio, encontra-mos: Primero: que es un talentopara el arte y no para la ciencia, lacual va precedida por reglas clara-mente conocidas que deben deter-minar el procedimiento en la misma;Segundo: que como talento artsticopresupone un determinado conceptodel producto como fin, por tanto, en-

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    tendimiento, pero tambin una (aun-que indeterminada) representacinde la materia, es decir, de la intui-cin para la exposicin de ese con-cepto, por tanto, una relacin de laimaginacin al entendimiento; 7>r.cero: que se muestra no tanto en larealizacin del fin antepuesto en laexposicin de un determinado con-cepto, como ms bien en la elocu-cin o expresin de ideas estticasque encierran rica materia para ello,y, por lo tanto, representa la imagi-nacin en su libertad de toda tutelade las reglas, y, sin embargo, como

    conforme al fin de la exposicin delconcepto dado, y, finalmente, Cuar-zo: que la no buscada, no intencio-nada y subjetiva finalidad, en la con-cordancia libre de la imaginacin conla legislacin del entendimiento, pre-supone una proporcin y disposicinde estas facultades que no puede serproducida por obediencia alguna areglas, sean estas de la ciencia o sean

    de la imitacin mecnica, sino sola-mente por la naturaleza del sujeto.Segn todas estas suposiciones, es

    el genio la originalidad ejemplar deldon natural de un sujeto en el usolibre de sus facultades de conocer.De ese modo, el producto de un ge-nio es (en aquello que en l es deatribuir al genio y no al posibleaprendizaje o escuela) un ejemplo,no para la imitacin (pues, en esecaso, se perdera lo que en l es ge-nio y constituye el espritu de laobra), sino para que otro genio losiga, despertado al sentimiento de supropia originalidad, para practicarla independencia de la violencia delas reglas en el arte, de tal modo queste reciba por ello mismo una re-

    gla nueva mediante la cual se mus*tra el talento como ejemplar. Peroporque el genio es un favorecido dela naturaleza y hay que considerarloslo como un fenmeno raro, suejemplo produce para otras buenascabezas una escuela, es decir, unaenseanza metdica segn reglas, encuanto stas han podido sacarse deaquellos productos del espritu y de

    su caracterstica; y, en ese sentido,es el arte bello para stos una imi-tacin, para la cual la naturaleza,por medio de un genio, ha dado laregla.

    Pero esa imitacin viene a ser servilismo 19 cuando el discpulo lo re

    produce todo, hasta aquello que elgenio ha tenido que dejar pasarcomo deformidad, porque no podasuprimirlo sin debilitar la idea; sloen un genio es ese atrevimiento me-ritorio, y cierta audacia en la expre-sin y, en general, algn apartamien-to de la regla ordinaria, le est bien,

    pero no es ello digno, en modo al-guno, de ser imitado, sino que sigueen s siendo siempre un defecto quese debe tratar de suprimir, pero fren-te al cual el genio tiene, por decirloas, un privilegio, porque lo inimita-ble de su impulso espiritual sufri-ra con una temerosa prudencia. Elamanerar es otra especie de servi-lismo, a saber: el de buscar la mera

    caracterstica, en general (origina-lidad) , para alejarse de los imitado-res tanto .como sea posible, pero sinposeer el talento de ser en ello a lavez ejemplar. Hay ciertamente dosmodos (modus) de componer suspensamientos en la presentacin:uno, llamado manera (modus cesthe-ticus); el otro, mtodo (modus logi-cus), diferencindose uno de otro en

    que la primera no tiene otra medidaque el sentimiento de la unidad enla exposicin, y el segundo sigue enello determinados principios; parael arte bello slo vale la primera.Pero amanerado se dice de un pro-ducto del arte cuando la presenta-cin de su idea busca lo extrao yno se hace adecuada a la idea. Lobrillante (preciosismo), lo altisonan-te, lo afectado, queriendo distinguir-se, pero sin espritu, de lo ordinario,es parecido a la conducta de aquelde quien se dice que se oye hablaro que va y viene como si estuviera

    19 En el texto dice Nachffung imi-tacin a la manera de los monos. Lapalabra francesa singerie traduce exac-tamente esa expresin. (TV. del T.)

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    en un escenario para que se le ad-mire, cosa que siempre delata unmentecato.

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    De la unin del gusto con el genioen productos del arte bello

    Preguntar a qu se le da ms va-lor en las cosas del arte bello, si esa que en ellas se muestre genio o semuestre gusto, es como si pregunta-se si importa ms la imaginacin o

    el juicio. Ahora bien: como un arte,en consideracin de lo primero, me-rece ms bien ser llamado arte in-genioso, y en consideracin a lo se-gundo, ms bien arte belJo, as, pues,lo ltimo, al menos como condicinindispensable (condiiio sine quanon), es lo principal, a lo cual seha de mirar en el juicio del artecomo arte bello. Para la belleza no

    es tan necesaria la riqueza y la ori-ginalidad de ideas como ms bienla adecuacin de aquella imagina-cin en la libertad, a la conformidada leyes del entendimiento, pues todala riqueza de la primera no produceen su libertad, sin ley, nada ms queabsurdos; el Juicio, en cambio, es lafacultad de acomodarlos al entendi-miento.

    El gusto es, como el Juicio en ge-neral, la disciplina (o reglamenta-cin) del genio: si bien le corta mu-cho las alas y lo hace decente y pu-lido, en cambio, al mismo tiempo,le da una direccin, indicndole pordnde y hasta dnde debe extender-se para permanecer conforme a unfin, y ai introducir claridad y orden

    en la multitud de pensamientos,hace las ideas duraderas, capaces deun largo y, al mismo tiempo, uni-versal aplauso, de provocar la con-tinuacin de otros y una cultura enconstante progreso. As, pues, si enla oposicin de ambas cualidades,dentro de un producto, hay que sa-crificar algo, ms bien debera seren la parte del genio, y el Juicio,

    que en las cosas del arte bello tienepretensin a principios propios, per-mitir ms bien que se dae a la li-bertad y a la riqueza de la imagina-cin que no al entendimiento.

    Para el arte bello, pues, seran exigibles imaginacin, entendimiento,espritu y gusto.20

    20 Las tres primeras facultades reci-ben slo con la cuarta su unificacin .Hume, en su Historia, da a entendera los ingleses que, aunque en sus obras,no son inferiores a ningn otro pueblo

    del mundo por lo que se refiere a lasmuestras de las tres primeras cualida-des, consideradas separadamente, sinembargo, en la que unifica a las otrasdeben ir despus de sus vecinos losfranceses.

    21 El lector no juzgar este bosquejode una posible divisin de las bellasartes como teora ya planteada. Es slouno de los ensayos de muchas clasesque se pueden y se deben organizar.